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Contar con muchos datos acerca del hombre y que este sea estudiado por
sí mismo es lo que hace que el objetivo de conformar una antropología filosófica
que pueda dar respuesta a la pregunta clave de la antropología “¿qué es el ser
humano y cuáles son las notas que configuran su estructura esencial?” se vuelva
complicado, al menos si lo que se quiere es, precisamente, conformar una
antropología integral, interdisciplinaria y que, al mismo tiempo, pueda establecerse
como la disciplina antropológica matriz o, en palabras de Beorlegui, una
antropología primera o fundamental.
Dado esto, no creo que sea posible conformar una disciplina antropológica
primera en la cual tratemos de unificar los distintos saberes de las demás disciplinas
particulares como la ciencia y la filosofía, pues, dada la naturaleza de cada una de
ellas, es incompatible, por lo anteriormente mencionado en este ensayo, todo
aquello que busquemos unificar en una sola disciplina. Tanto las disciplinas
científicas tienen su método de estudio, como la filosofía tiene el suyo: las científicas
buscan comprobar todo mediante la experimentación haciendo todo compatible con
la realidad, mientras que, en la filosofía, todo puede ser dicho, pero no
necesariamente todo debe ser comprobado o debe corresponder a una realidad
específica. El error de la antropología filosófica ha sido querer unir estos dos
métodos para encontrar una sola respuesta. Se ha querido buscar al hombre en dos
mundos opuestos: la ciencia y la filosofía.
Sin embargo, con esto no quiero decir que la filosofía no sea necesaria o que
las disciplinas científicas sean más importantes, al contrario, creo que cada una de
estas disciplinas, con sus métodos y formas diferentes, contribuyen favorablemente
a la conformación de los saberes acerca del hombre, pero lo hacen mejor por
separado que juntas, buscando resolver necesidades diferentes, respondiendo
preguntas diferentes, pues así no se estorban entre sí.
Cada naturaleza debe ser estudiada por separado, cada una de ellas tiene
necesidades diferentes e impactan en nuestra vida de formas diferentes también.
Las disciplinas científicas tienen la tarea de resolver todo lo relacionado al cuerpo
como, por ejemplo, cómo está formado e integrado, así como también todo aquello
que pasa en él como enfermedades y padecimientos, buscando soluciones a todo
esto. Por el contrario, la filosofía y las disciplinas que de ella emanan, como el
derecho, la sociología, las ciencias políticas, etc., a pesar de ser, como ya lo
mencioné, bastante subjetivas, su propósito es poder encontrar aquello que
organice nuestra vida personal como individuos particulares y como individuos
miembros de una sociedad, por lo que lograr hacer que todos vivamos y convivamos
es tarea para la cual, tal vez, no importe la objetividad, siempre y cuando sus
resultados permitan la vida personal y en sociedad de una forma libre y armoniosa.
“Lo que parece evidente es que la necesidad que el ser humano tiene de llegar a una
claridad teórica acerca de sí mismo es, más que una simple curiosidad ociosa, una
necesidad perentoria de la que depende incluso su propia supervivencia…Ello hace que
esta cualidad interrogativa se convierta en una de las características definitorias de lo
humano” (Beorlegui, 2009, pág. 34)
Referencias
Deusto.