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Apuntes de Clases
«El hombre no es un ser tal que simplemente está ahí, como la piedra, ya hecho
de una vez y para siempre; por ello, para describirlo, no basta con aducir
datos, objetivos y científicos, sean de experiencia o de las ciencias, sino que en
todo este conjunto de datos hay que incluir cómo vive, percibe y maneja estos
datos; puesto que todo eso configura su ser». (Amengual, 2007:12).
Introducción
La ética como tal no es más que la sistematización rigurosa del pensamiento humano y su
comportamiento como ser individual y social. Es el intento para poder comprendernos como
tales, observándonos como un todo y no como seres fragmentados. La ética actual debe comenzar
a ser estudiada desde un análisis fenomenológico del Ser y Actuar de cada ser humano.
Por ello que en un curso de ética se debe hacer el esfuerzo de adentrarse en el análisis de
la realidad y del fenómeno humano como tal, para descubrirse como seres humanos, personas que
se dimensionan en un constante misterio para sí. Olvidando el Ser, el humano ha olvidado su
propia esencia, se ha relegado su ser más importante, necesario, indispensable para su
descubrimiento personal y comunitario.
El ser humano cuando olvida pensar en sí mismo, para vivir en función de los demás, de
las cosas y del tener, se traiciona a sí mismo, comienza la degradación de la persona y de la
sociedad en general.
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Apuntes para uso privado de la clase.
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Desde esta perspectiva el ser humano se convierte en un misterio para sí mismo. Una
incógnita que olvidó preguntarse, un Todo que ha olvidado ser sí mismo, ha degradado su ser
persona en detrimento de otras cosas que han robado su sentido de ser y de existir.
La ética no debe partir de un análisis en sí misma, dejando de lado antes una breve
reflexión antropológica de lo que y quienes somos como seres, individuos, sujetos, personas.
2
Tales de Mileto, Anaxímenes y Anaximandro. Elaboraron su pensamiento bajo la pregunta del origen del universo,
respectivamente afirmaron el origen: en el agua, el fuego y el apeiron o lo incognoscible, indeterminado.
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Para ampliar el tema puede referirse a la obra Perspectivas filosóficas del hombre, del maestro Arnoldo Mora.
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retoman al ser humano como un problema en sí mismo ya que había sido absorbido
por las revoluciones industriales y modelos económicos que lo redujeron a un animal
económico, alienado a un sistema económico de mercado, suplantando al ser por el
tener, la reflexión a la mecanización y producción; «el hombre se convierte en
problema porque fue sacado de su sitio, del centro, convirtiéndose en un ser
descentrado» (Amengual, 2007: 5). Contextualizando esta corriente a inicios del siglo
es dentro de la llamada época entre guerras4, dentro de las cuales la humanidad vivió
una época de incertidumbre, violencia y olvido de lo que nos hace ser humanos. Es
una época en la que surge en existencialismo5 como la incertidumbre del absurdo, ante
la reflexión de los eventos límites del ser humano como la vida, la muerte, la guerra, la
paz, la existencia, la nada, el absurdo, la libertad. «Cuando el hombre se siente en la
intemperie es cuando se pregunta por sí mismo, él se convierte en pregunta y
problema » (Amengual, 2007: 5).
Concomitantemente surge a inicios del s. XX la fenomenología como corriente de
pensamiento que pretende buscar la esencia de las cosas en sí, no tanto la apariencia o
los accidentes, sino lo que ella llama el noúmeno; ya que el ser humano solo observa
lo aparente, lo que sale al encuentro, el fenómeno. Ambas se combinan para hacer una
reflexión conjunta del ser humano como misterio para sí mismo, descubriendo a un ser
inconcluso, complejo y poseedor de una interioridad poco reflexionada. Es la crisis de
la modernidad, cuando el ser humano reconoce que debe pensar su existencia no solo
en un marco religioso, sino que se despierta a una reflexión de sí mismo tomando la
dimensión religiosa como una parte de su compleja totalidad. Es el ser que se observa
desnudo y ante el abismo de la nada, de la nausea de la existencia, el absurdo de la
vida que solo adquiere su sentido ante la muerte y la finitud, es el ser humano que se
reconoce limitado y con la duda de la trascendencia, es la muerte de Dios como afirma
Nietzsche.
4
Recordemos que a nivel europeo se vienen dando las revoluciones industriales (segunda mitad del siglo XVIII y
principios del XIX), la Revolución Rusa (1917), la I Guerra Mundial (1914-1918) y la II Guerra Mundial (1939-
1945).
5
No podemos hablar de una única corriente existencialista, pues hay diversas interpretaciones y autores que hacen
una elaboración teórica. Sería mejor hablar de existencialismos. Lo que tienen en común estos pensamientos es que
se tienen como pregunta fundamental el sentido de la existencia, la esencia del ser y el ser humano como tal. Como
fundador de estos se basa en Kierkegaard (1813-1855), representantes: F. Nietzsche, M. Heidegger, Merlou-Ponti,
Jean-Paul Sartre, Kafka, entre otros.
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El progreso de las ciencias humanas: «la abundancia de conocimientos, que las
distintas disciplinas particulares habían conseguido desde perspectivas y métodos
diferentes, acaba por fraccionar al objeto, despedazan su unidad en trozos dispersos,
y, al final, el ser humano se encuentra más confundido» (Amengual, 2007: 10).
La ciencia ha generado grandes datos sobre el ser humano, pero ellas vistas desde un
sentido positivista, estudiándolo como un mamífero más, obviando su dimensión
racional y distinción con los demás animales, es la gran cantidad de investigaciones
elaboradas sin querer dar una respuesta al misterio del ser humano, al sentido de la
existencia, al porqué de la vida y la muerte. Es la absolutización de la ciencia que
olvida estar en función de dar respuestas al ser humano del mundo en que vive y la
razón por las que existe. Elabora datos científicos que realmente dicen poco a nivel
existencial.
Con estas dos dimensiones podríamos comprender que el ser humano se convierte en un
tema de estudio, ya que en la modernidad se puede afirmar que ha sido el olvido del Ser, como lo
señala Heidegger, en cuanto al desplazamiento de la reflexión filosófica del ser en el mundo por
las respuestas positivistas que da la ciencia y sus especialidades. Es el ser humano desplazado por
otras cosas, puesto en función de la economía, el mercado, la política y la sociedad, pero ignora
cuál es su puesto en medio de toda esa realidad.
El ser humano como tal, al convertirse en misterio, por relegar su auto-reflexión vuelve su
mirada a sí mismo para definirse y conceptualizarse, para dar sentido y orientación al otro
misterio de la vida y la muerte, de la existencia EN, CON y ENTRE.
Otro de los autores de quienes se fundamenta el análisis antropológico es el filósofo
alemán Emmanuel Kant (1724-1804) quien reflexiona6 sobre la complejidad del ser humano y
articula tres preguntas fundamentales para la disciplina:
6
Crítica de la razón pura (1781), Crítica de la razón práctica (1788) y Crítica del Juicio (1790).
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La cuarta pregunta trata de resumir las otras tres.
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Se exponen así las bases de la epistemología, la moral y la ética, fundamentales para el
pensamiento kantiano que ofrecen una herramienta de reflexión necesaria para comprender la
totalidad del ser. En medio de una realidad integradora de la persona, entendiéndola como un
todo compuesta por diferentes partes o dimensiones que se deben armonizar para lograr una
adecuada comprensión de lo que se es en sí como seres humanos: racionales, religiosos y éticos.
Otro filósofo y ensayista español, José Ortega y Gasset (1883-1955) busca encontrar el ser
fundamental en el mundo, elabora varias premisas ante la pregunta de quién es el ser humano,
afirma: «Yo soy yo y mis circunstancias y si no la salvo a ella no me salvo yo»8.
Yo soy: soy significa que podría NO – SER, significa que quiera o no quiera, de hecho
me encuentro embarcado sobre la frágil, miserable y absurda balsa de la existencia
humana. El sentido del ser se descubre con la continua auto-reflexión y
profundización de yo personal. Soy significa que soy conciencia de que soy, un niño o
niña al nacer no tiene plena conciencia que es. Parece una evidencia el existir, pero
muy pocas personas logran ser conscientes de su existir, al no tener una adecuada
reflexión de este ser ocasiona que en los momentos de crisis se derrumbe la
superficialidad y se afronte la existencia en su más absurdo sentido.
Yo soy yo: es decir existo, pero no en abstracto; existo inmerso en un cuerpo y una
psicología propia (personalidad), tengo carácter y una fórmula personal de sangre; mi
pasado es único e irrepetible, mi historia personal sigue presente.
El niño y la niña son los filósofos por excelencia, al hacerse las preguntas que al adulto le
parecen absurdas, pero en el fondo es por el miedo a no saber cómo responderlas: ¿de dónde
8
Cfr. ORTEGA Y GASSET (2005), Meditaciones del Quijote. Madrid: España, Alianza Editorial.
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vengo?, ¿a dónde voy?, ¿porqué vivo?, ¿para qué vivo?, ¿qué debo hacer?, ¿qué puedo esperar?,
¿qué me es lícito esperar? ¡Qué difícil en nuestro mundo superficial llegar a estas afirmaciones!
¡Qué difícil en nuestro mundo ruidoso crear un espacio de silencio donde puedan germinar con
todo su dramatismo estas preguntas!
Esta reflexión no es nueva, ni mucho menos obsoleta, ya Sócrates afirmaba «conócete a ti
mismo» como premisa fundamental de la filosofía, de la reflexión de la existencia y por demás el
sentido profundo de la existencia. Se invita a una vida introspección, en la cual el conocimiento
propio ayuda para alcanzar la VERDAD, el ser humano conoce la verdad cuando se conoce a sí
mismo. Este camino de introspección y de autoconocimiento no es fácil en medio de un mundo
que nos educa para la superficialidad y al hedonismo. La conciencia de la propia identidad es la
conciencia de la propia unidad interna.
Pero deberíamos pasar a un siguiente nivel, en el que nos vemos e identificamos a todos
los demás como persona. Ya que es la persona quien establece relaciones humanas. De la mano
con Emanuel Mounier, el personalismo nos afirma que la persona no puede ser definida, por ser
un misterio para sí misma, por lo cual solo podemos acceder a categorizar o señalar algunas
características que nos hacen ser humano. por ejemplo: racionales, emocionales, sexuales,
espirituales, culturales, sociales, dependientes del medio ambiente, entre otras que podríamos
afirmar.
1.1 Introducción
Ethica utens: «el conjunto de reglas, normas, mandatos, tabúes y prohibiciones que
regulan y guían la conducta y el comportamiento humano dentro de una determinada
colectividad histórica». El ser humano desde la toma de la conciencia de su existencia ha
legislado, juzgado y determinado cuál es el correcto modo de actuar y cual no, es una
cuestión casi instintiva en cuanto al deseo del correcto modo de actuar. No ha existido, o
no se ha logrado comprobar, la existencia de una sociedad sin normas éticas, ni morales.
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Se puede profundizar en la diferencia entre doxa (opinión) y episteme (conocimiento científico sustentado por un
estudio sistemático y propositivo de la realidad o del objeto conocido).
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Es por ello que la ethica utens se enmarca en el análisis de la moral, como aquella que
socialmente se dice que es lo correcto.
La moral no aparece solo como algo aislado social, política o históricamente, sino que forma
parte de una totalidad en solemos llamar cultura, ella es lo que hace o produce el ser humano, en
oposición a lo que, en forma bruta, nos ofrece la naturaleza.
Siguiendo la propuesta de Marlasca, la cultura gira en torno a 4 elementos comunes: ciencia,
bellas artes, religión, normas morales.
Ciencias: conocer el mundo en que estamos inmersos, las leyes que lo rigen; distingue
entre lo Verdadero y lo Falso.
Bellas artes: artes plásticas, literatura, mitología, música; distingue entre lo Bello y lo Feo.
Religión: toda cultura produce y crea religión, que es un intento por religar al ser humano,
criatura contingente y temporal, con lo que le trasciende; distingue entre lo Santo y lo
Profano.
Normas morales: toda cultura necesita pautas, de calores que orienten y den sentido al
actuar humano; distingue entre Bueno y lo Malo.
De esta forma comprendemos que el quehacer reflexivo de la ética se nutre de otros saberes,
no se es autosuficiente, sino que necesita el diálogo y trabajo interdisciplinario para poder
comprender mejor al ser humano desde diversas aristas, «una parte sustancial de la teoría ética
«Podemos afirmar que la ética es un saber normativo con tal de que se admitan
dos precisiones. Primero, que el término “normativo” ha de tomarse con
amplitud suficiente para que acoja datos que, siendo propiamente descriptivos,
tienen un potencial normativo. Segundo, que junto a su cometido normativo la
ética también tiene asignada como tarea propia la descripción fenomenológica
de la vida moral.
La distinción entre lo descriptivo y lo normativo, hoy frecuente, está
emparentada con la distinción clásica entre lo teorético y lo práctico. Si
aquella obedece a las diferencias de orden objetivo que acabamos de exponer,
está atiende a diferencias en la motivación del investigador: mientras el
conocimiento teorético se busca por sí mismo, sin otro fin que la contemplación
(theoría) de la verdad, el conocimiento práctico se busca por su capacidad
para orientar la acción (praxis).
Entendidos así los términos, la ética resulta ser, indiscutiblemente, un saber
práctico. Estudiamos ética, no para saber más, sino para ser mejores10.»
(Rodríguez, 2006: 14).
Por lo tanto, la ética es una parte de la filosofía, entendida como un saber racional, metódico
y sistemático que intenta dar una explicación fundamental, radical, de la realidad en la que
estamos inmersos. Tomando en cuenta las investigaciones de otras especialidades y pretendiendo
universalizar ciertos conceptos comunes, definiendo lo más general como: bien común, verdad,
conciencia, libertad, pasiones, violencia, voluntad, entre otros. «La filosofía en general, y la ética
10
Cf. Aristóteles, Ética a Nicómaco, o.c., 1095ª6; 1103b26-29.
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en particular, abordan el tema de los valores, del sentido de la vida humana; y parten,
llamémoslo así, del postulado de la libertad» (Marlasca, 2011: 24).
Antes de continuar debemos distinguir entre lo que es la ética y lo que es la moral,
usualmente se consideran sinónimos, pero contienen una sutil distinción que hay que tomar en
consideración para un trabajo más preciso de análisis.
Ética: «deriva del griego ethos, costumbre, morada del hombre, lugar donde habita o
reside el hombre» (Marlasca, 2011: 26). Es un saber teórico que implica un contenido
altamente praxiológico, no es solo conocer los conceptos y manejarlos desde una
concepción abstracta, sino que deben ser las motivaciones para convertir ese dominio en
algo vivencial-existencial, permanente en la vida cotidiana de los individuos, como un
compromiso personal.
Moral: «del sustantivo latino mos – moris, que significa igualmente las costumbres, las
mores humanas. Es considerada como la moral ejercida, practicada, tiene una
colectividad histórica» (Marlasca, 2011: 26), es lo comúnmente realizado en la vida
social, que se definen conceptos sin ninguna sistematización de lo que es correcto e
incorrecto. Puede ir modificándose con el tiempo y según los avances en la comprensión
de la complejidad humana.
Es por ello que la ética es teoría y práctica, es praxis en la acción dentro de la cotidianidad,
cuyo objeto de estudio sería la moral vivida, comprendida en los diferentes modos de comprender
el hecho fáctico de la realidad. Se parte de ella para sistematizarla, problematizarla y asimilarla
dentro de parámetros racionales y comunes para todos. «La ética es la ciencia normativa de la
conducta humana a la luz de la razón» (Beauchesne, 1961: 24).
La teoría ética tiene la tarea por tanto de reconstruir y sistematizar críticamente lo dado a la
conciencia moral espontánea.
Autor Descripción
Sócrates «Conócete a ti mismo» era la leyenda colocada en la entrada del Templo de
(470/469 – Delfos, convirtiéndose en una de las propuestas que guían en desarrollo de la
399 a.C.) filosofía.
Ética socrática:
1. La virtud (sabiduría, justicia, fortaleza, templanza) es ciencia (conocimiento) y
el vicio (todos) es ignorancia.
2. Nadie peca voluntariamente y quien hace el mal lo hace por ignorancia del
bien.
«Solo la muerte ha sido el fin de la guerra»
¿Qué es la felicidad?
a) Para la mayoría, consiste en el placer y el gozo. Sin embargo, una vida que se
agota en el placer es una vida que convierte a los hombres en semejantes a
esclavos y que es sólo digna de los animales.
El bien supremo que puede realizar el ser humano – y por lo tanto, la felicidad –
consiste en perfeccionarse en cuanto tal, es decir, en aquella actividad que lo
distingue de todos los demás seres vivos y cosas. .
El ser humano que quiere vivir bien, debe vivir de acuerdo con la razón, siempre.
«Si planteamos como función propia del hombre un determinado tipo de vida
(esta actividad del alma y las acciones que van acompañadas por la razón) y
como función propia del hombre de valor el llevarla a cabo bien y a la
perfección (…), entonces el bien del hombre consiste en una actividad del alma
según su virtud, y así las virtudes son más de una, según la mejor y la más
perfecta. Pero es preciso agregar: en una vida plena».
Agustín de Especula en la inquietud del ser humano en la búsqueda constante de Dios como
Hipona el Sumo Bien y fuente de todo lo creado. Se cuestiona por lo tanto acerca del mal:
(354-430) si todo proviene de Dios, que es el Bien, ¿de dónde procede el mal? El mal no es
un ser, sino una carencia y una privación de ser. Tres planos:
c) Físico: el mal físico, por ejemplo las enfermedades, los padecimientos, los
dolores anímicos y la muerte, son consecuencia del pecado original… el alma
pecadora ha corruptible al cuerpo y no a la inversa.
Por lo tanto en la línea agustiniana el mal es la ausencia del bien. El ser humano
no elige entre el bien y el mal, sino siempre busca el bien. El problema se
encuentra en que se puede discernir mal bajo razón de bien.
Tomás de Tomás de Aquino, aunque establece las modalidades según las cuales se predica
Aquino el ser de los entes finitos, se interesa por la relación entre Dios y el mundo. Lo
(1225-1274) hace en dirección vertical.
Las criaturas, al participar en el ser de Dios, en parte se le asemejan y en parte no.
No hay una identidad entre Dios y las criaturas; pero tampoco existe una
equivocidad, porque su imagen se refleja en el mundo. El fundamento metafísico
de la analogía reside en el hecho de que la causa, al causar, se comunica a sí
misma en cierto modo.
El ser humano, para Tomás, es naturaleza racional, capaz de conocer (base de la
ética y de la política del aquinate). Antes que nada el ser humano conoce el fin
hacia el cual todas las cosas tienden por naturaleza, conoce un orden de las cosas,
cuya cima está ocupada por Dios como Bien supremo.
Entonces: durante la vida terrena el intelecto sólo conoce el bien y el mal de
cosas y acciones que no son Dios y, en consecuencia, la voluntad es libre de
quererlas o no quererlas. Tomás ve la raíz del mal – al igual que Agustín – como
carencia de bien. El hombre posee libre arbitrio (Agustín) no está dirigido hacia
Karl Marx El ser humano es parte de los individuos reales, de sus acciones prácticas y de sus
(1818-1883) condiciones materiales de existencia. Se define esencialmente por la producción.
Enajenación: el ser humano debe liberarse de la esclavitud producto del trabajo,
entonces debe salir de ella para alcanzar la libertad.
Estructura y superestructura: la ética marxista considera la moral como reflejo de
Jean Paul El ser para sí: es el consciente, el hombre como conciencia activa e intencional
Sartre que se dirige a las cosas.
(1905-1980) El ser en sí: es el mundo, otro ser distinto a la conciencia del hombre, pues posee
estaticidad o esencialidad, existe sólido y sin fisuras.
Relaciones: entre el ser humano y el mundo; hay un contraste, pues por un lado
tenemos el mundo regido por leyes necesarias y por otro lado al ser humano, ser
contingente y libre para hacer lo elegido.
La angustia y la nausea: por dicha elección no se puede justificar plenamente, ya
que es gratuita.
Sartre analiza también las relaciones del ser para sí con sus semejantes, con “los
otros”. En general, las relaciones del ser para sí con los otros son conflictivas. “El
infierno son los otros”. Los otros intentan anular mi libertad, a cosificar al ser
para sí.
Como se ha desarrollado, la ética gira en torno al ser humano concreto, a la persona como
sujeto y objeto de estudio. Es a partir de esta realidad que se van desarrollando ciertas categorías
necesarias para el análisis de los juicios éticos. Esos elementos constitutivos se presentan
conceptualmente.
Persona
Libertad Voluntad
Conciencia: tener conocimiento sobre las cosas que se están realizando, así como la
responsabilidad y consecuencia de los actos.
Voluntad: el deseo o apetito de alguna cosa siempre presupone algún conocimiento de esa
cosa: «nada se puede desear que no haya sido previamente conocido». «Conocemos
objetos universales (minerales, vida, números pares, música, armonía). A este
conocimiento responde un apetito racional y universal, voluntad, por el que deseamos y
apetecemos no ya objetos o bienes concretos y particulares, sino el bien universal e
ilimitado. Y tiende hacia su propio objeto, que es el bien universal e ilimitado.»
(Marlasca, 2011: 86).
Unidad radical de la persona humana: sujeto ético en cuanto actúa, hay una unidad
sustancial, no compuesto en la persona. La persona puede hacer una distinción categórica
de alma y cuerpo, mas no separación de las mismas, son funciones corpóreas y
espirituales, no se es puro cuerpo o espíritu, se es un espíritu encarnado, corporeidad
animada, profunda unidad radical. Se contrapone a una visión dualista de la persona,
como compuesto de cuerpo y alma, y pasar de esta manera a una visión monista.
La ética no puede ser comprendida con un marco legalista ya que ocasionaría una
reducción en el campo de reflexión que se puede realizar, por lo tanto no se pueden presentar
visiones entre lo negro y lo blanco, sino que se debería empezar a reflexionar pensando en una
escala de grises. Por ello se deben considerar los principios o fuentes que expresan la eticidad
como origen fontal de la bondad o malicia de una acción:
Fin: la intención o finalidad que el sujeto imprime a su acción, la razón del actuar, toda
acción tiene un fin marcado. Nos introducimos en la interioridad del sujeto, consideración
subjetiva del acto moral. Ambición
Ignorancia de hecho: es cuando se desconoce que un acto esté permitido o no por la ley.
Ignorancia de derecho: puede ser vencible (con los medios necesarios salimos de la
ignorancia) o invencible (cuando no salgo de la ignorancia); no se comprende la totalidad
del problema.
Vencible: culpable.
Invencible: no culpable.
1.3.5 Ley
Aunque no estén familiarizados con el tema, leerlo les será de provecho. o dejar de obrar;
pues ley deriva de ligar; porque obliga en orden a la acción. Ahora bien, la regla y
medida de nuestros actos es la razón, que, como ya vimos (q.1 a.1 ad 3), constituye el
primer principio de los actos humanos, puesto que propio de la razón es ordenar al fin, y
el fin es, según enseña el Filósofo, el primer principio en el orden operativo. Pero lo que
es principio en un determinado género es regla y medida de ese género, como pasa con la
unidad en el género de los números y con el movimiento primero en el género de los
movimientos. Síguese, pues, que la ley es algo que pertenece a la razón.» (S.Th. I-II,
q.90.a1)
1.3.6 Bien
“Toda arte y toda investigación, y del mismo modo toda acción y toda elección, parecen
tender hacia algún bien; por esto se ha dicho con toda razón que el bien es aquello a que
tienden todas las cosas”. (Aristóteles, Ética I, 1).
Por su misma naturaleza, el bien común debe redundar el provecho de todos los
ciudadanos, sin preferencias por personas especialmente privilegiadas o por grupos sociales
determinados. El bien común excluye las discriminaciones. De haber alguna excepción, habría
que pensar que «razones de justicia y de equidad pueden exigir, a veces, que los hombres de
gobierno tengan especial cuidado de los ciudadanos más débiles, que pueden hallarse en
condiciones de inferioridad, para defender sus propios derechos y asegurar sus legítimos
intereses».
1.3.8 Libertad
Libertad de calidad: poder obrar con calidad y perfección cuando se quiere. Se arraiga en
las inclinaciones naturales hacia lo verdadero y el bien, necesita de un desarrollo (esencial
a la libertad), pretensión de un fin, la virtud es una cualidad dinámica constitutiva de la
libertad, la ley es una ayuda exterior necesaria al desarrollo de la libertad, libertad abierta,
engendra una moral basada en el atractivo de la verdad y del bien.
1.3.9 Deber
No hacemos ética movidos por vana curiosidad, sino porque queremos obrar bien y somos
conscientes que para ellos es imprescindible disponer de un criterio fiable que nos permita saber
que debemos hacer, es decir, cuáles son en cada caso nuestras obligaciones morales.
“¿Qué debo hacer?, ¿cuál es la vida mejor para el hombre?... La vida buena incluye
como uno de sus requisitos imprescindibles la rectitud de la conducta. Sólo el hombre
justo puede ser feliz. Por eso decía Sócrates que es peor cometer injusticia que sufrirla”.
(Rodríguez, 2006: 15-16)
1.3.10 Valores
Los valores son aquellas características morales en los seres humanos, tales como la
humildad, la piedad y el respeto, como todo lo referente al género humano, el concepto
de valores se trato, principalmente en la antigua Grecia, como algo general y sin divisiones, pero
Axiológico: las virtudes las vive desde y como fruto del Espíritu, debe asumir una
novedad. El amor como don sobrenatural, amar como Dios Ama. Todas las virtudes
deben entenderse desde la realización profunda del Amor siendo el fundamento del
comportamiento moral del cristiano.
Para Santo Tomás es “ordenación de Dios que ha dado a toda la creación”. Todo funciona
según el ordenamiento del Creador, el cosmos no está al arbitrio del caos, sino por el
ordenamiento del Dios Creador. Es el plan de la divina sabiduría por el que dirige todos los actos
y movimientos al bien común del universo. Lo que hace que cada ser se comporte según su
naturaleza, en cuanto cada cosa es, se ordena a su naturaleza.
Es la participación de la ley eterna de manera racional, quiere decir que la razón inclina al bien y
lo propio del ser humano será inclinarse al bien, por tanto se coloca en la razón.
El ser humano participa de manera activa de la ley eterna, convirtiéndose así en la ley natural.
Lo más evidente que se conoce es el ser, la realidad del ser. Conocimiento primero del ente, a
través de los sentidos, éstos se engañan por el juicio que se hace de lo percibido, “el bien es lo
primero que se alcanza por la aprehensión de la razón práctica, ordenada a la operación”.
Todo fin tiene valor de bien, felicidad, como afirma el aquinate “todo agente obra por un fin,
y el fin tiene razón de bien”. El bien es lo apetecible, lo busco, voy a él.
Primeros principios, inclinaciones naturales:
Aristóteles es un filósofo griego que busca la racionalidad de los actos humanos, colocando a
la persona como un animal político, racional y social. Esto por la importancia de observar en la
vida política la praxis de la ética.
Comprende que la naturaleza en concreto no hace nada son un fin determinado, ya que el ser
humano se va a buscar determinar siempre hacia una dirección. En este sentido, como hemos
estado analizando, la persona es un ser social, vive en sociedad como principio indemostrable, ya
que siempre ha buscado vivir en comunidad. No se puede ser un ser egoísta, ya que al estar
abierto al otro necesita comunicarse siempre con los iguales.
Ética profesional en la Educación
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El ser humano es el único capaz de distinguir claramente entre el bien y el mal, de los justo y
lo injusto, siendo la familia y la ciudad-estado donde se desarrolla integralmente como persona.
Aristóteles estudia las cuestiones sociales y políticas en las Constituciones y en la Política.
Más que el diseño de lo que debería ser una sociedad perfecta o justa, lo que le interesa a
Aristóteles es determinar las características del espacio social en el que se ha de desarrollar la
vida del ser humano.
Respecto al origen y constitución de la sociedad mantendrá la teoría de la «sociabilidad
natural» del ser humano (zóon politikon), es decir, un ser que necesita de los otros de su especie
para sobrevivir; no es posible pensar que el individuo sea anterior a la sociedad, que la sociedad
sea el resultado de una convención establecida entre individuos que vivían independientemente
unos de otros en estado natural.
El núcleo originario de la comunidad social o política es la familia. Las necesidades naturales
de los seres humanos, las necesidades reproductivas que llevan al apareamiento, por ejemplo,
llevan a la configuración de este pequeño grupo social que será la base de organizaciones más
amplias como la aldea y la ciudad.
Aristóteles, como Platón, considera que el fin de la sociedad y del Estado es garantizar el bien
supremo de los seres humanos, su vida moral e intelectual; la realización de la vida moral tiene
lugar en la sociedad, por lo que el fin de la sociedad, y del Estado por consiguiente, ha de ser
garantizarla.
De ahí que tanto uno como otro consideren injusto todo Estado que se olvide de este fin
supremo y que vele más por sus propios intereses que por los de la sociedad en su conjunto. De
ahí también la necesidad de que un Estado sea capaz de establecer leyes justas, es decir, leyes
encaminadas a garantizar la consecución de su fin.
En el estudio de las diversas Constituciones de las ciudades-estado de su época nos propone
una teoría de las formas de gobierno. Cada una de estas clases se divide a su vez en tres formas
de gobierno, o tres tipos de constitución: las buenas constituciones y las malas o desviadas:
Con esto el docente se debe comprometer con una formación humanista, en cuanto reconoce
que el fin primario de la educación es promover en el y la estudiante valores humanos, la
conciencia social y la contextualización de un pensamiento crítico, analístico y sistémico,
reconociendo un proceso dialógico en el proceso de enseñanza-aprendizaje. El educador es el
sujeto protagonista del planeamiento de sus clases, focalizado siempre en el mejor
aprovechamiento del tiempo y formar al estudiante siempre con actitudes de respeto, tolerancia y
armonía, buscando el mayor provecho al humanismo y al personalismo. Esto implicaría una toma
de conciencia profunda en el docente que rescata las bases antropológicas y epistemológicas de la
educación, promoviendo una pedagogía más personal y centrada en el sujeto activo del proceso
de enseñanza-aprendizaje que es el y la estudiante, esto añadiría el trato más respetuoso y cordial
entre todos los agentes comprometidos con la educación, principalmente quitando las etiquetas
con que en ocasiones se trata a los demás.
Se tiene que seguir considerando al docente como medio necesario e insustituible del proceso
de enseñanza-aprendizaje. Aunque los sistemas educativos van modificándose y adecuándose a
las necesidades de la contemporaneidad, el papel del docente no puede ser sustituido por una
formación completamente virtual, ya que el proceso de socialización no se puede lograr por
medio de la computadora. El avance tecnológico es necesario el poder involucrarlo en el sistema
educativo, pero siempre que no sea un medio de deshumanización e invisibilización de la
persona, pretendiendo sacarlo de la realidad socio-cultural en que se desenvuelve el mundo,
disminuyendo la conciencia social de toda la sociedad.
En este caso la tecnología debe ser un proceso mayor de racionalización de la persona, de
explotación de la capacidad investigativa del ser humano y de ser una herramienta de intercambio
de información más rápida y directa hacia la población que se ve interesada en los estudios.
En este sentido la educación debe tomar el espíritu por la cual se debe desarrollar, como
medio de promoción humano, social y económico, un pueblo dominado por la ignorancia se llena
de grandes vicios, egoísmos y pérdida de sentido del otro, ya que la socialización dada por medio
Al leer estos fines, muy humanistas, orientadores y utópicos, pareciera que al ejecutarlos
deberían desarrollar una lógica distinta de la educación a la que tenemos actualmente. Se podría
ir estudiando y comentando cada uno de los fines, pero me atrevo a criticar, en el sentido más
amplio, el punto e, ya que se relaciona más directamente con el ámbito de mi especialidad.
Ante la disyuntiva social moderna, se ha dejado de lado la reflexión filosófica como una
disciplina necesaria y movilizadora del pensamiento occidental, que ilumina el sendero de la
reflexión y del arduo trabajo interdisciplinario que se debe hacer para el análisis de la realidad
desde muy diversos y diferentes puntos de vista. Se ha olvidado filosofar, se ha dejado de
producir pensamiento que responda a las necesidades reales de los seres humanos, y es más, la
sistematización filosófica que se hace está marcada por claras tendencias ideológicas, siendo una
limitación al propio pensamiento que se vende para legitimar una superestructura que está
realizando el mayor proceso de deshumanización y alienación de toda la historia de la
humanidad.
Con esto es de expresar que en los planes de educación desde hace muchas décadas el
tema de los profesores de filosofía han pasado a un segundo plano y la instrucción filosófica esta
ausente incluso en los mismos programas del Ministerio de Educación Pública. El hecho
constatado es la ausencia de la reflexión sistemática y lógica de los problemas sociales, de las
dificultades de los planes que carecen de toda una visión antropológica y epistemológica, como
veremos más adelante la llamada Política Educativa hacia el siglo XXI, posee contradicciones
epistemológicas graves, que no se logran sostener en una problematización filosófica; es más
demuestra claramente que a nivel del MEP no hay un planteamiento en estas dos ramas del
11
En las vetas del pensamiento latinoamericano está el hilo conductor categorizado como utopía, esta no debe ser
entendida en el sentido clásico literario y etimológico de la palabra como el no-lugar, sino que debe comprenderse
como una categoría política de análisis. Pretende ocasionar un nuevo paradigma de pensamiento, hablar de utopía es
afirmar la capacidad del ser humano no solo de soñar, sino de luchar por esos sueños y de establecer una capacidad
humana en la que se construya una sociedad en la que todos y todas seamos parte.
La utopía se articula en los grandes filósofos latinoamericanos, como una forma de mostrar un pensamiento que se
convierte en realidad, por eso también podríamos hablar de una utopía realista. El horizonte utópico es lo que
promueve a la sociedad a seguir caminando hacia adelante, podremos estar bien, pero siempre podremos estar mejor.
«La experiencia política latinoamericana se ha visto marcada por la colonia, el dominio, manipulación y
explotación extranjera. Es partiendo de esta realidad oprimida donde la filosofía hace su aporte con la
interpretación o acercamiento a la realidad vivida a lo largo de los siglos, visualizando, evidenciando la
enajenación cometida, buscando liberar las mentes». (Cordero, 2011: 56)
Se podría confrontar con pensadores como José Martí, Benigno Malo, Leopoldo Zea, Andrés Arturo Roig, Pablo
Guadarrama, Mario Magallón, y en especial mi maestro Horacio Cerutti Guldberg en diversas publicaciones.
Ética profesional en la Educación
Lic. Roberto Cordero Araúz Página 31
Es por ello que se debe pensar siempre en condiciones más humanas y aptas para la mejor
convivencia humana, ya la profesora Chacón afirma;
«El pueblo más feliz es el que tenga mejor educado a sus hijos, en la instrucción del
pensamiento, y en la dirección de los sentimientos. Un pueblo instruido ama el trabajo y sabe
Con ello es de entender y reflexionar que la educación del pueblo está vinculada directamente
con el desarrollo integral, humano, laboral, el pueblo virtuoso es aquel que se sabe partícipe de un
cambio social necesario pero que es tarea de todos los ciudadanos, de la continua reflexión y
análisis de la realidad para lograr desideologizarse en sus más íntimas fibras y retomar el rumbo
del país, en donde la justicia y el derecho prevalezcan sobre la injustica y la pobreza. La
necesidad de la educación debe ser vista como la salida del egoísmo de la pobreza y de un alto a
los abusos por parte de algunos sectores privilegiados de la sociedad, quienes interfieren en las
políticas educativas, para que estas respondan a sus intereses mezquinos y empobrecedores de los
seres humanos que trabajan por un salario digno que les permita vivir y no sobrevivir.
La riqueza de un pueblo es la virtud de sus ciudadanos, la justicia es el bien común, y la
equidad es ver al otro como una persona y no como un objeto. Ese es uno de los papeles de suma
importancia que tiene la educación en medio del pueblo. Bien intuyeron y expusieron los
filósofos en la antigüedad, más claramente Platón, quien afirmaba que el Estado debe controlar y
determinar la educación del ciudadano, ya que se convierte en la herramienta más útil de
dominación y alienación del mismo; esto sirve para los más elevados intereses humanistas y los
más viles intereses alienantes de los tiranos y dictadores. Siguiendo con la exposición de Martí,
«No hay batalla entre la civilización y la barbarie, sino entre la falsa erudición y la
naturaleza. El hombre natural es bueno, y acata y premia la inteligencia superior, mientras
ésta no se vale de su sumisión para dañarle, o le ofende prescindiendo de él, que es cosa que
no perdona el hombre natural, dispuesto a recobrar por la fuerza el respeto de quien le hiere
la susceptibilidad o le perjudica el interés». (Martí)
«Lo que quede de aldea en América ha de despertar. Estos tiempos no son para acostarse
con el pañuelo a la cabeza, sino con las armas de almohada, como los varones de Juan
de Castellanos: las armas del juicio, que vencen a las otras. Trincheras de ideas valen
más que trincheras de piedra». (Martí, 2005)
Solo por medio de la educación se logra una auténtica promoción humana integral,
emancipando las mentes y liberando la razón de la estreches de los sistemas políticos para
promoverlo a pensar nuevas formas de convivencia más integradas e integrales, en armonía social
y ecológica, el ser humano que recuerda ser parte de la naturaleza y no la plaga de ella.
La transformación social debe partir desde la educación para “enfrentar la realidad, desde
una memoria que se sabe despierta y con una actitud crítica que permita discriminar entre lo que
debe permanecer y lo que se debe modificar”. (Cerutti, 1996: 87 – 95).
Educar para liberar las conciencias dormidas para formar seres humanos integrales, plenos,
éticos, conscientes, empoderados de su propia historia que los hace poseedores de sus propios
destinos. De la construcción de la sociedad más justa e inclusiva, donde la indiferencia y la
avaricia sean cosa del pasado. Se debe educar potenciando la virtud, es algo que los profesionales
de la enseñanza han hecho siempre, siguen haciendo y nunca podrán dejar de hacer. Toda acción
educativa es ya una actividad cargada de valor, lleva implícitos unos valores. Ningún profesor,
puede pretender, sin engañarse a sí mismo, que se limita a realizar una labor de transmisión de los
conocimientos que corresponden a su especialidad. Nunca se puede sólo enseñar, se educa
siempre.
«La tesis de fondo que Kant se propone fundamentar es que sólo los imperativos
categóricos pueden ser llamados propiamente morales, es decir, que sólo ellos pueden
aspirar a tener un valor o un contenido moral. Los imperativos hipotéticos obligan en la
medida en que se acepta como válida una premisa de orden práctico: si quieres gozar de
buena salud, o si deseas evitar la resaca, o si quieres ahorrar dinero…entonces es claro
que no debes beber tanto alcohol. Aquí la razón práctica ciertamente obliga, pero lo hace
en la medida en que se den por supuestos y se acepten ciertos fines prácticos. Si
retiramos de la escena todos esos fines hipotéticos, la razón se queda sin argumentos,
para que alguien por ejemplo, deje de beber tanto alcohol….Kant llama al conjunto de
imperativos hipotéticos reglas de habilidad y también consejos de la sagacidad…todo
imperativo hipotético no es más que la formulación de lo que Patzig llama una
“exigencia condicionada”» (Castañeda, Durán, Hoyos, 2007: 166).
Estos son:
Actúa solo según esa máxima que puedas querer al mismo tiempo que se convierta
en una ley universal.
Ahora bien, la ética de la profesión exige que la persona sea competente, es decir, que
tenga los conocimientos destrezas y actitudes para ejecutar adecuadamente en su área de
competencia. En nuestro caso específicamente la docencia, canalizado al proceso de aprendizaje.
Pero no se puede quedar únicamente en ese conocimiento específico; el (la) docente debe ser
modelo de persona culta, académica y bien preparada, con educación en todas las demás áreas del
conocimiento para lograr comprender el conocimiento como un todo no fragmentado de la
realidad. Es decir debe partir y llegar a la formación integral y permanente. Esta debe ser su
mayor premisa. Ser y estar bien preparado para enseñar bien.
La ética consiste aquí en reconocer que la actividad profesional solo es buena en el
sentido moral si se pone al servicio del otro, de manera desinteresada y atenta a las necesidades
de los demás, y dando el mejor servicio estando adecuadamente preparados y formados para tan
delicada y minuciosa labor. Así por ejemplo:
«Así cuando una persona que está a régimen se abstiene de probar determinado plato, su
decisión es consecuencia lógica del principio que prohíbe comer cosas saladas…A su vez,
el principio de abstenerse de lo salado no es un primer principio, sino una consecuencia
de otro silogismo práctico en el que figura como premisa el principio de hacer cuanto
contribuya al cuidado o restablecimiento de la salud. Y bien puede ser que este principio
se derive a su vez de otro, por ejemplo el de hacer lo posible por estar en condiciones de
atender ciertas responsabilidades familiares…Ahora podemos precisar que Kant reserva
ese nombre para el principio más elevado de los que inspiran una conducta». (Marlasca,
2011: 159).
Cuando se es parte de una comunidad no se actúa individualmente sino colectivamente, a
favor del bien común, a favor de la persona en cuanto es persona. Así también podemos
entender como el ser ético es reconocerse como miembro de una comunidad dentro de la cual
existen derechos y deberes.
Dichas preguntas no son más que el punto de partida de nuestra necesaria reflexión acerca de
nuestra labor ética como docentes.
La etimología de las palabras son necesarias conocerlas ya que en ocasiones dan pistas para
descubrir el fin de lo que pretenden ser. Educación, del latín educere “sacar, extraer”
o educare “formar, instruir”, sacar los animales afuera.
Podríamos definir en primer momento a la educación como un proceso multidireccional
mediante el cual se transmiten conocimientos, valores, costumbres y formas de actuar. La
educación no sólo se produce a través de la palabra, pues está presente en todas nuestras
acciones, sentimientos y actitudes, además del ejemplo con el que transmiten los valores.
Es el proceso de vinculación y concienciación cultural, moral y conductual. Así, a través de la
educación, las nuevas generaciones asimilan y aprenden los conocimientos, normas de conducta,
modos de ser y formas de ver el mundo de generaciones anteriores, creando además otros nuevos.
La educación se comparte entre las personas por medio de nuestras ideas, cultura,
conocimientos, entre otras, respetando siempre a los demás. Ésta no siempre se da en el aula.
La educación puede definirse como el proceso de socialización de los individuos. Al
educarse, una persona asimila, aprende y aprehende conocimientos. La educación también
implica una concienciación cultural y conductual, donde las nuevas generaciones adquieren los
modos de ser de generaciones anteriores.
La aprehensión es diferente a la simple aprensión de conocimientos, el primero implica un
grado de asimilación de los contenidos, en el que el y la estudiante dominan la teoría implicando
no solo la memorización sino la síntesis de nuevos conocimientos intelectuales.
Ética profesional en la Educación
Lic. Roberto Cordero Araúz Página 39
La educación formal o escolar, por su parte, consiste en la presentación sistemática de ideas,
hechos y técnicas a los estudiantes. Una persona ejerce una influencia ordenada y voluntaria
sobre otra, con la intención de formarle. Así, el sistema escolar es la forma en que una sociedad
transmite y conserva su existencia colectiva entre las nuevas generaciones.
La educación es un proceso de aprendizaje y enseñanza que se desarrolla a lo largo de toda la
vida y que contribuye a la formación integral del ser humano.
Se llama educación al proceso mediante el cual se afecta a una persona estimulándola para
que desarrolle sus capacidades cognitivas y físicas para poder integrarse plenamente en la
sociedad que la rodea.
Estos son algunos conceptos que podemos encontrar de educación en distintos libros,
diccionarios y enciclopedias, pero igualmente no suplantan la experiencia que va tomando en
docente en el aula, es quien se debe ir forjando un concepto y fin claro de lo que está ejerciendo
en la clase, con personas en formación intelectual-académica.
No se puede pretender reducir la educación a un concepto, ya que existirán tantos
conceptos como docentes existen, la experiencia debe ir promoviendo una continua reflexión en
torno a lo que se está realizando como ser humano y profesional. Educar implica muchísimas
disciplinas y habilidades que un docente debe tener conocimiento, teniendo claro que por más
teórico que se pretenda ser está sometida al ámbito de la realidad que se da en el aula, la teoría
debe partir del aula. Como bien se dice el docente se hace en el aula.
6. El desarrollo profesional
7. El derecho a saber
Durante la historia del pensamiento humano han existido autores diversos que han estimulado
la necesidad de descubrir la función y utilidad de la instrucción sistemática como medio de
educación de la población. Si bien se han realizado numerosos tratados de sobre la educación, se
ha perdido la funcionalidad e intencionalidad, en apariencia, de lo que debería ser ella.
Ya Platón intuía y sistematizaba la educación en manos del Estado, ya que se sería el
instrumento más útil de adoctrinamiento y control de las masas sociales, de ahí su pretendida
distribución de la Ciudad perfecta en manos de los filósofos como gobernantes, quienes tienen la
llave de la reflexión y la capacidad de análisis y de dominio del bien público. De forma similar
Aristóteles va a afirmar la misma dimensión utilitaria de la educación, para formar ciudadanos
virtuosos que sean benéficos para el Estado.
De forma incoherente ambos autores mencionados buscan en la educación un medio de
emancipación y de impulsar a los estudiantes a la continua admiración delante de la vida y así el
liberar la razón en la filosofía. Aunque no se han llevado a cabo las propuestas de estos y otros
filósofos, la política ha perseverado en la función alienante, domesticadora, dominadora de la
educación, que ideologiza a las grandes bases sociales y las adoctrina a mantener, conservar y
promover el llamado status quo de la sociedad.
El fin de la educación como medio de liberación de la razón y la promoción de la
racionalidad en la persona, se ha ido diluyendo y vendiendo a los intereses de los sistemas
políticos, que a su vez responden exclusivamente a un modelo económico de consumo.
Ocasionando directamente la deshumanización y la irracionalización de la persona en medio de la
sociedad, los principios racionales son dejados de lado en una sociedad promotora de la vida fácil
y hedonista de la realidad. Incluyendo la incapacidad reflexiva, analítica y especulativa de toda la
realidad humana, en sus más amplios sentidos, abarcando toda la cotidianidad.
12
Se debe aclarar el postulado de desarrollo, no se puede hablar NUNCA de desarrollo económico si no va detrás o
de la mano al desarrollo humano-social de la integralidad de los y las ciudadanas de un país.
Referir al desarrollo solo al ámbito económico es una ofensa a los grandes sectores desplazados y desprotegidos por
las leyes y la justicia social, de acceso a una vida digna y honrada.
Ética profesional en la Educación
Lic. Roberto Cordero Araúz Página 43
de la democracia le corresponde al Poder Judicial el velar por el cumplimiento de las normas
establecidas por medio de las leyes.
Un elemento que hemos estudiado es la necesidad del autoconocimiento, implicando el
reconocimiento como persona de la capacidad racional fundamental del ser humano, de esta
forma se tiene que comprender el hecho que solo es sujeto de DERECHOS quien es sujeto de
DEBERES, implicando el desarrollo adecuado y fundamental de los principios éticos
fundamentales de libertad, conciencia y voluntad.
Se afirmó que la educación es un derecho humano, entendiéndose como aquellas libertades,
facultades, instituciones o reivindicaciones relativas a bienes primarios o básicos que incluyen a
toda persona, por el simple hecho de su condición humana, para la garantía de una vida digna, sin
distinción alguna de etnia, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra
índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.
El pretender acercarnos a este tipo de derechos nos hace tomar en consideración el no abuso,
tergiversación, del espíritu con el cual fue escrita la Declaración Universal de los Derechos
Humanos de la Organización de las Naciones Unidas. Para ello solo vamos a mencionar los
artículos referentes al tema de la educación.
«Artículo 1: Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y,
dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con
los otros.»
Dentro de las grandes dificultades como seres humanos es el poder reconocer el los demás, en
el prójimo, a un yo, es decir, a otra persona poseedora de mis propios derechos y deberes. Las
distinciones irracionales entre las naciones y ciudadanos es un cadáver que todavía arrastra la
humanidad, que pareciera en ocasiones no querer enterrarlo y renovarse como humanidad, en un
mundo posible de solidaridad, respeto, tolerancia, integración, una civilización en la que todos y
todas podamos vivir de manera más feliz, digna y gratificante.
La Declaración es muy clara y precisa que todos los seres humanos gozan de estos derechos
universales, nos continúa diciendo el documento
Es tan clara la exposición y recordando todo lo anterior, persona es persona y no hay que
hacer distinción alguna entre una u otra, en su esencia todos y todas somos iguales en nuestra
condición humana. Es decir, las distinciones entre “categorías” de personas sale sobrando, y lo
que hay que ver es siempre es a la persona y no su identidad sexual, condición económica, social,
política, religión, etnia, o ninguno de los “apellidos” que la sociedad le impone a la persona.
Teniendo claro el hecho que los derechos son universales y aplicados a todo ser humano,
nos centramos en conocer los artículos relacionados a la educación.
«Artículo 26:
1. Toda persona tiene derecho a la educación. La educación debe ser gratuita, al menos
en lo concerniente a la instrucción elemental y fundamental. La instrucción elemental
será obligatoria. La instrucción técnica y profesional habrá de ser generalizada; el
acceso a los estudios superiores será igual para todos, en función de los méritos
respectivos.
2. La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el
fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales;
favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos los
grupos étnicos o religiosos; y promoverá el desarrollo de las actividades de las Naciones
Unidas para el mantenimiento de la paz.
3. Los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de
darse a sus hijos.»
El asunto queda a poco comentar, la educación es uno de los bienes comunes de toda
sociedad y toda cultura, ella permite perpetuar, proteger y acrecentar la educación de un Estado.
En cuento tal se debe establecer en respeto y tolerancia, en libertad, donde se debe procurar el
atender y brindar la mejor educación a todos los ciudadanos. Promoviendo formar en principios
El ámbito académico no implica directamente que una persona sea profesional, es más
podríamos realizar la distinción entre los llamados “titulados y los profesionales”. Siendo la
diferencia muy sutil entre cada una de ellos.
Con la misma dirección de reflexionar, sería necesario cuestionarse sobre la intencionalidad
de la formación profesional del docente. Inicialmente podría reducirse la formación profesional a
Ética profesional en la Educación
Lic. Roberto Cordero Araúz Página 46
una respuesta de los procesos cognitivos y la transmisión de conocimientos. Sin embargo,
consideramos que esa primera argumentación responde básicamente a una intencionalidad
pedagógica del cómo enseñar y qué enseñar. El y la profesional debe considerar ir más allá de lo
que se presenta a nivel académico en la Universidad, no quedarse con las pinceladas que se dan
como fundamentos y bases teóricas. Aún más en el área específica de la docencia, el profesional
no se puede quedar simplemente en lo estudiado o teorizado, sino que se convierte en un reto
continuo de aprendizaje en el aula con sus estudiantes, cada experiencia le ayuda a mejorar su
práctica pedagógica.
Esto implica el tener sumamente claro la función de la educación y el sentido personal del
porqué y para qué se está siendo educador, mediador, pedagogo de todo proceso formal y
sistematizado de la educación formal e intencional. El y la docente como profesionales se deben
alejar de pretensiones de deshumanizar y descontextualizar la educación, de su realidad concreta,
de su cotidianidad, desde la cual se debe iluminar la reflexión y la función propia e intencional de
formar a los estudiantes de primaria y secundaria, para alcanzar mejores condiciones de vida.
Estimulando de esta manera la educación como medio de promoción humana, social y
económica. Ya bien lo decía Martí, el pueblo más educado es el pueblo más feliz, la educación es
el medio privilegiado de humanización y formación de criterios, de crítica y análisis de
cotidianidad.
Una reflexión de mayor amplitud tendería a cuestionarse la función y el rol instrumental-
político implícito en la formación académica, estableciendo y tomando en cuenta la relación
intrínseca entre la educación y el Sistema Político, que pretende y logra alcanzar fines concretos
que son ajenos al auténtico desarrollo de las habilidades y competencias de los y las estudiantes
en el aula.
Bien es cierto que toda profesión requiere de conocimientos que le permitan garantizar que su
intervención será eficaz, o que al menos responderá a un conjunto de expectativas que
socialmente se esperan de ésta. El y la docente recibe el voto de confianza por parte de la
sociedad y el Estado que está realizando la mejor práctica docente posible. Los y las estudiantes
confían en la preparación académica y profesional de quien interviene de forma directa de
proceso de enseñanza-aprendizaje. Desde esta argumentación consideramos que la primera
pregunta a la que necesitamos dar respuesta es ¿qué es la formación profesional y académica?
La ética está vinculada a la moral y establece lo que es bueno, malo, permitido o deseado
respecto a una acción o una decisión. Puede definirse a la ética como la ciencia del
comportamiento moral, ya que estudia y determina cómo deben actuar los integrantes de
una sociedad.
Un código, por su parte, es una combinación de signos que tiene un determinado valor
dentro de un sistema establecido. En el derecho, se conoce como código al conjunto de
normas que regulan una materia determinada.
Un código de ética, por lo tanto, fija normas que regulan los comportamientos de
las personas dentro de una empresa u organización. Aunque la ética no es coactiva (no
impone castigos legales), el código de ética supone una normativa interna de
cumplimiento obligatorio.
Los códigos de ética pueden estar vinculadas con las normas legales (por ejemplo,
discriminar es un delito penado por la ley). El principal objetivo de estos códigos
es mantener una línea de comportamiento uniforme entre todos los integrantes de una
empresa. Al incluir instrucciones por escrito, no resulta necesario que un directivo
explique a cada momento cuáles son las obligaciones que tiene un empleado.
En otras palabras, es un sistema normativo, que considera las responsabilidades y
obligaciones que se imponen al profesional.
Los códigos se pueden dividir en:
o Universal
o Particular
Principios generales:
o Respeto a la dignidad de las personas.
o Competencia.
o Compromiso profesional.
o Integridad.
o Responsabilidad social.
o Secreto profesional.
o Consentimiento informado.
A la pregunta ¿dónde están los valores y la práctica docente? Están anclados en la forma
como se trabaja en el aula, instalados en las declaraciones y normas que se plantean a los
alumnos, así como en la consistencia con que se hacen cumplir; se practican en el tipo de
trato que se dispensa a los alumnos, los vehículos que se utilizan y los juicios de valor.
¿Qué sucede con la oferta de valores cuando se fortalece el campo pedagógico y se le da
mucho más peso a la reflexión académica?
Una pedagogía centrada en despertar el interés y provocar la reflexión de los estudiantes
puede impactar de manera muy positiva en el comportamiento de éstos frente a las
normas.
Ante la pregunta ¿toda práctica transmite valores?
Referencia bibliográfica
Tabla de contenido
INTRODUCCIÓN ...................................................................................................................................................1