Está en la página 1de 4

TRABAJO PRÁCTICO N° 1: ANTROPOLOGÍA

FILOSÓFICA

Licenciatura en Psicología

Cátedra: Filosofía II

Integrantes:

Wierna Heredia, Luciana Belén DNI: 43.951.550


Se puede llamar antropología filosófica a todo intento de asumir la problemática
específica del hombre. Se trata de intentos que pretenden aclarar, según una reflexión
metódica filosófica, el gran interrogante que el hombre se plantea a sí mismo: ¿qué
significa ser hombre? Es la disciplina que toma al hombre como objeto de su
investigación, en el intento de aclarar y de establecer en cierto modo su ser, esto es, los
aspectos fundamentales de su esencia o naturaleza. Podría decirse también que la
antropología filosófica estudia al hombre desde el punto de vista del hombre, para
enunciar en qué consiste el misterio de “ser hombre”.

La antropología filosófica estudia al hombre como sujeto personal y en su globalidad.


Esto quiere decir que el hombre se presenta como unidad original, de la que todos en
cierto modo tienen conciencia y que se expresa precisamente en el interrogante: ¿Quién
soy yo? ¿Qué significa “ser hombre”?

En la actualidad, existe una problemática antropológica que es de preocupación y se


expresa en la interrogante de: ¿el hombre es un ser individual orientado en primer lugar
hacia el mundo, en el que también hay otros hombres? O bien, ¿es ante todo un ser en
comunión con otras personas en el mundo? Según la respuesta a estas interrogantes, la
antropología puede ser distinta; una que esté polarizada en torno a una conciencia
individual y autosuficiente, orientada en primer lugar hacia el conocimiento objetivo y
el dominio del mundo material mediante la ciencia y la técnica, corre el riesgo constante
de no poder ya reconocer las dimensiones personales, éticas y religiosas del hombre. El
individuo es visto a la luz de cierta totalidad y es sacrificado a ella. En cambio, una
antropología que concede la primacía a la comunión inmediata con el otro hombre en el
mundo rechaza la autosuficiencia y se siente totalmente polarizada por la
responsabilidad frente al otro y por la necesidad de realizarse en comunión con él. Aquí
el conocimiento y el dominio del mundo están sometidos al reconocimiento del hombre
por parte del hombre.

La importancia de la antropología filosófica en la actualidad significa que el hombre


pueda poner en duda su existencia y pueda proponer la búsqueda de conocer a qué se
debe su existencia, qué significa el hecho de ser hombre. Bajo esta explicación, el
hombre puede dar un concepto de que el significado mismo de ser hombre es ser con los
demás, vivir en comunidad.
El objeto de estudio de la antropología filosófica es todo ente vivo, se trata de un intento
por explicar lo humano; en este punto podemos pensar que la antropología filosófica
aún encuentra su vigencia en las sociedades actuales, en el intento por comprender qué
abarca lo humano, hasta qué punto se puede hablar de vida, qué determina que un ente
tenga vida o no, cuáles son las limitaciones actuales en determinar el inicio de la vida.
Esto puede ser evidenciado en problemáticas sociales contemporáneas que nos
atraviesan en la actualidad como lo son, la legitimidad del aborto, de la eutanasia, de la
fertilización in vitro, el genoma humano y la clonación. Dichas problemáticas son
objeto de fuertes debates en la actualidad, y la polarización de opiniones y posturas
puede dar lugar a la reflexión de algunos aspectos planteados con anterioridad: ¿Qué
significa el hecho de ser hombre? Pero por otro lado, ¿Desde qué puntos de vista puede
darse una explicación convincente? La antropología filosófica puede resultar una
herramienta de gran peso en la reflexión de éstos contenidos, ya que ofrece la
posibilidad de plantear de forma metódica, interrogantes que representan la inquietud de
la existencia humana.

Los interrogantes sobre la esencia del hombre y sobre el significado de su existencia no


nacen de una curiosidad científica; por el contrario, los problemas antropológicos se
imponen por sí mismos, se presentan a la existencia y se plantean su propio peso. No es
el hombre quien provoca sus problemas en principio, es el hombre quien se hace
problemático debido a la vida y condición que vive. La existencia, al hacerse
problemática requiere tomar posiciones.

La problemática antropológica se asoma a la vida concreta de diversas formas. Pueden


entenderse en términos de admiración y maravilla, frustración y desilusión, experiencia
de lo negativo.

La reflexión acerca del hombre y sus dimensiones puede darse en términos de


admiración y maravilla frente a él mismo y el universo que lo rodea, la contemplación y
el asombro de descubrir la existencia humana y todo lo que ella acarrea, la admiración
está orientada hacia el reconocimiento de la grandeza y del misterio que hay en el
hombre, independientemente de la obra humana y anterior a ella. Esta maravilla adopta
en cierto modo una actitud contemplativa, muy escasa en la actualidad. Las sociedades
industriales están atravesadas por avances científicos y tecnológicos constantes que
avanzan a pasos agigantados, dando como resultado a hombres cada vez menos
maravillados, cada vez menos contemplativos de la existencia humana, ya que cada vez
se pierde aún más el asombro.

Por otro lado, la frustración y la desilusión pueden llevar al hombre a detenerse a


interrogarse sobre su existencia y la de los demás. Los hombres modernos transcurren
su rutina diaria de forma cronometrada, en pocas situaciones tienen tiempo de
reflexionar sobre el significado principal de la propia existencia, ya que la vida
contemporánea es superficial y masificada, muchas veces no permite la dispersión.
Cuando el hombre se encuentra frente a una desdicha, en tiempos actuales podría
significar una pérdida emocional de gran impacto, un accidente o incluso el perder un
empleo, cuando el choque de realidad impacta en él, puede detenerse a reflexionar
acerca de su existencia y plantearse “¿Quién soy yo?”.

La experiencia de lo negativo también puede llevar al hombre a interrogarse sobre sí. El


hombre contemporáneo vive alienado, como número en medio de una gran masa
impersonal, que lo explota sin considerar sus problemas personales; vive orquestado por
valores engañosos que reemplazan los verdaderos problemas. En algún punto, todo este
conjunto de valores engañosos deja de ofrecer satisfacción dejando como resultado el
vacío y la nada, muy apreciables en las sociedades actuales; el vacío quizá se haya
convertido en una característica de los hombres contemporáneos. El hombre no vive
solamente de la economía, de la política y de tensiones sociales, la experiencia del vacío
y de la nada pueden entenderse como un modo negativo de protesta y resistencia de una
sociedad que ahoga al hombre en sus aspiraciones más profundas y personales.
Claramente se puede apreciar la experiencia de lo negativo hoy, hombres que hacen lo
imposible por satisfacer necesidades materiales, necesidades de reconocimiento y poder,
hasta llegar al punto en que esos “logros” obtenidos no significan nada, y por el
contrario, dejan como resultado un vacío abismal en él.

También podría gustarte