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INTRODUCCIÓN A TEMAS GENERALES DE LA PSICOPATOLOGÍA INFANTIL

Por Sergio Higa

Empecemos por hacer un repaso de lo que dicen algunos autores


propuestos por la Patricia Corimayo, la docente anterior que armó
una cartilla de la cual me parece bien continuar dando algunos
textos y justi car por qué no soltar otros. Por ejemplo Vallejo de ne
a la psiquiatría diciendo que “es una rama de la medicina que tiene
por objeto de estudio la vida de relación a nivel de la integración
que asegura la autonomía y la adaptación del hombre con las
condiciones de su existencia”. Por un lado resulta necesario tener
en cuenta que está de niendo a la psiquiatría, no a la
psicopatología. Por otro lado podemos decir que esa de nición de
psiquiatría resulta un tanto extraña si intentásemos verla re ejada
al contexto actual y local ya que aquí, especialmente en nuestra
provincia, la psiquiatría podría de nirse como la rama de la
medicina que se encarga de establecer síntomas a partir del
análisis de la semiología y armar un esquema farmacológico al
respecto. Mi práctica dice que son raros los psiquiatras que se
interesan por el estudio de la vida de relación de sus pacientes ya
que ello los acercaría a un enfoque más interpretativo para lo cual
tendrían que estudiar el doble o soltar un poco de sus bases
naturalistas. Decir que se encarga de la vida de relación a nivel de
la integración pone de relieve el medio social en el cual el sujeto se
inserta y, como mencioné anteriormente, nada de eso se observa
en la práctica hospitalaria de nuestros compañeros de equipo
interdisciplinario. Lo digo también porque me parece importante
situar a los estudiantes en la situación actual de la práctica clínica
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a la cual se insertarán el día de mañana y que vayan sabiendo que
la interdisciplinar es más bien un campo de batalla donde se
juegan cuestiones de poder antes que un lugar de encuentro
apacible en donde todos se alegran de encontrarse con la
diferencia. En tal sentido es necesario tener presente que el líder
nunca es el ego de uno, sino la salud del paciente y que, en

última instancia, la nuestra es sólo una opinión.



Por otro lado, es necesario localizar o reformular el concepto de
Psicopatología que

es el estudio de los padecimientos mentales o las enfermedades


mentales como así también la naturaleza de las mismas y sus
causas.

Decir padecimiento mental no es exactamente lo mismo que decir


enfermedad mental. Uno de los motivos es la estigmatización
social que esto puede generar y que tiene hoy por hoy un peso
enorme, especialmente en nuestro ámbito ya que los agentes del
ámbito psi somos los primeros en hacer un mal uso de ello,
valiéndonos del mismo para ejercer poderes innecesarios como así
también generar estigmas y segregaciones. El diagnóstico permite
generar la posibilidad de una pensión no contributiva, lo cual es

2 de 15 sumamente útil para las personas incapaces, pero por


otro lado los ubica en una casta inferior en el plano social. Es
importante pensar la idea de casta para entender mejor este
punto. Las castas son formas de organización social que
prevalecen desde hace más de dos mil años en la India y
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sustituyen la falta de instinto del ser humano, asignándole un
destino a la vida de los sujetos dependiendo de la casta a la que
pertenezca (Anónimo, ed. 2017). El sistema de castas divide a los
hindúes en cuatro categorías principales: Las cuatro castas
principales son los brahmanes que son los sacerdotes; Kshatriya
que son los guerreros y nobleza; Vaisya que son los agricultores,
comerciantes y artesanos; y Shudra que son los arrendatarios y
sirvientes. Pero además están los dalit que también se los conoce
como “intocables” que son los miembros más pobres y
discriminados que nacen y mueren con esa condición. Es
interesante lo de Intocable, porque justamente están a la vista,
circulan por las calles, la gente los ve pero al mismo tiempo
cumplen esa función en el plano social como algo parecido a los
linyeras en nuestra sociedad. Entonces, al etiquetar con un
diagnóstico a las personas, además de alivianarles el peso de
algunas exigencias que la sociedad le impone al resto de sus
miembros, al mismo tiempo estamos sumergiéndolos en una casta
inferior parecida a la de los dalit y es muy difícil maniobrar con
esas cosas para no condenar a la persona por medio de la
introducción de un signi cante degradante. De esto no se escapa
ninguna teoría y es necesario revisar la teoría estructuralista del
psicoanálisis porque si se la usa de manera dogmática se cae
claramente en una condena al dividir las aguas entre psicóticos
condenados y neuróticos salvables. Creo que de ningún modo es
el sentido que Lacan
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que quiso dar a este asunto. Menos que menos Freud.

Hablar en cambio de padecimiento mental nos mantiene
protegidos parcial y

provisoriamente de no caer en lo que Freud llamó la práctica


silvestre (1910) que no es ni más ni menos que realizar
interpretaciones salvajes y desmedidas desde el lugar del sano. En
tal sentido es necesario recordar cómo pensaba Freud la salud
mental ya que para él tenía que ver con la posibilidad de amar y
trabajar (Freud, 1916-17) y al decir esto estamos haciendo
referencia a un denominador común que es ubicar la libido por
afuera del yo, es decir generar la posibilidad de que el sujeto se
mantenga exento del narcisismo (Freud, 1914) en tanto éste está al
servicio de la pulsión de muerte, sino pregúntenle a Narciso cómo
terminó por mirar su imagen mucho tiempo en el re ejo del agua
ya que este mito dice una verdad tremenda sobre sobre el
malestar cultural contemporáneo.

Entonces nos podemos preguntar a qué nos referimos con


psicopatología y si la misma no tiene que ver con lo fuera de
norma estadística tal como nos lo enseña Canguilhem (1943). Al
respecto puede verse que los ejemplos que da Ajuriaguerra para
referirse a lo que dice Canguilhem. Cito :

“un hombre no es psicopatológico por ser muy violento en defensa


de sus ideas, muy exaltado en su fe, muy genial en sus obras o sus
producciones fantásticas, muy dañino e sus crímenes o muy
escandaloso en sus perversiones”.
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Se puede pensar en un primer momento la cuestión de la
normalidad en relación a la norma. Vieron ya cómo Canguilhem
separa la anormalidad de la ausencia de normas diciendo que
anormal se re ere a la ausencia de normas que le permitan al
sujeto encontrar su equilibrio no a lo que se sale de la moda
estadística o lo que no cumple con los miramientos y/o exigencias
socio-culturales. Lo que parece interesante de este apartado son
los ejemplos que da porque cuestiona la violencia, los delirios
místicos, el arte surrealista, la criminalidad y las perversiones. Un
perverso que alcanza su equilibrio a partir de exhibir sus genitales
en la plaza ¿está enfermo? Un hombre que logra calmar el
tormento de su mente cuando mata mujeres rubias con el pelo
recogido y alguna prenda de vestir color rojo ¿es un enfermo al
momento de estabilizarse por medio de ese acto? Encontramos un
oximorón, palabra noble que es necesario diferenciar, porque no
son lo mismo, de paradoja. Una paradoja se de ne como un dicho
o hecho que aparece como contrario a la lógica, mientras que
oximorón hace referencia a una gura retórica de pensamiento que
consiste en complementar una palabra con otra que tiene un
signi cado contradictorio u opuesto. Podemos encontrar un
oximorón en la canción de Jorge Drexler que se llama “Soledad”
del disco “12 segundos de oscuridad” y dice:

“Soledad:

Aquí están mis credenciales

Vengo llamando a tu puerta

Desde hace un tiempo

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Creo que pasaremos juntos temporales Propongo que tu y yo nos
vayamos conociendo”

Ya que al decirle a la soledad que pasaran juntos temporales está


diciendo que estará en compañía de la soledad y eso no es una
paradoja sino un oximorón. Este mismo oximorón lo podemos
encontrar en la propuesta de Canguilhem y lo iremos viendo y
analizando en las próximas clases.

Podríamos seguir dando ejemplos de los enunciados dados por el
autor y veríamos que si se toma de manera dogmática esta tesis
canguilheniana se podrían erradicar completamente algunos actos,
especialmente los antisociales, de los manuales de psicopatología
y que el estado de padecimiento subjetivo sería la única
posibilidad de pensar la psicopatología. De hecho, Michael
Foucault, en “Historia de la sexualidad” (1978) plantea algo
parecido, sólo que si después vemos el detrás de bambalinas de
su teoría, o sea, la práctica que se lo acusa de haber realizado en
los cementerios de Túnez según su amigo Guy Sorman1.1 Y llevar
las cosas hasta ese punto desataría un caos social que acabaría
con la cultura en poco tiempo por la liberación total de las
pulsiones, entonces es necesario encontrar una solución a este
asunto que nos brinde alguna herramienta provisional para hacer
algo al momento de tener un paciente enfrente. Repasemos:

1 https://www.pagina12.com.ar/332677-un-amigo-acuso-a-michel-foucault-de-abusar-

sexualmente-de-ni

https://www.infobae.com/cultura/2021/03/29/acusan-al- losofo-michel-foucault-de-
haber-abusado-de-ninos-en-tunez/
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prescindir de la idea de Canguilhem nos llevaría nuevamente a la
idea de normalidad que tanto estrago ha causado en las ultimas
generaciones, habiendo dado lugar a las más feroces
segregaciones, desde el nazismo hasta las múltiples formas de
segregación que vemos hoy en día. Y más cerca de nuestra
profesión contribuye mucho a borrar la condena que la misma
psicopatología ha decretado despiadadamente sobre la estructura
psicótica y vemos que resulta necesario separar lo normal de lo
patológico pero también de lo moral. Si en cambio intentamos
prescindir completamente de la idea de norma estadística y norma
normativa, caemos en que el ser humano es, como dice Hobbes
“el lobo del hombre” (1651) y que se autoextinguiría devorándonos
los unos a los otros. Aunque creo que nunca sería posible llegar al
extremo del autoexterminio.

Hay una idea más precisa que no está, al menos de manera


explícita en la losofía que conozco hasta ahora, sino en la serie de
HBO “Game of Thrones”. En uno de los capítulos, un grupo de
gente que estaba siendo amenazada por unos seres
desconocidos, se dirige al muro de la ciudad para clausurar la
entrada y que así no puedan ingresar los enemigos, en medio de
eso, uno de ellos corta la cuerda de su aliado para matarlo por una
disputa anterior, sin importarle que debajo del que iba a caer
estaba su chica, la del que iba a caer, que no tenía nada que ver
con el asunto, y entonces éste le dice:

- Sé que cortaste mi cuerda para que caiga.


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-Y la de ella también ¿y ves que se queje de ello? Eso es porque
entiende cómo funcionan las cosas. La gente colabora cuando le
viene bien, es leal cuando le viene bien, se ama cuando le viene
bien y se mata cuando le viene bien. Ella lo sabe, tú no, y por eso
no podrás conservarla.

¿Se necesitan más ejemplos de ello? Habría que acercarse al libro


de Miller llamado “El nacimiento del campo freudiano”, recopilado
por Graciela Brodsky (Miller, 2023, pag. 43 y siguientes). Allí
encontrarán ejemplos varios sobre cómo, cuando Lacan dejó de
vernirles bien, sus propios discípulos desearon públicamente que
esté a dos metros bajo tierra (op. Cit. Páginas 46 y 87). ¿Cuándo
uno deja de venirle bien al otro? Depende del goce en cuestión,
claro está, aunque siempre hay algo referido a la ausencia de
pregnancia, ya que la ausencia de brillo es contrario al imperativo,
quizás occidental, quizás universal, de que todo lo que brilla es
oro. Si se quiere avanzar un poco más por este lado, viendo las
cosas desde otro paradigma, sería necesario sumergirse en la
lectura de Tanizaky

Avancemos. Cuando intentamos ver que la anormalidad, es decir
el padecimiento mental, se explica de diferentes maneras, por
ejemplo desde las teorías organomecanisistas que son las que
estuvieron de moda en algún tiempo acercándose más a la
neurología ya que el modelo “consiste en reducir las enfermedades
mentales a fenómenos elementales directamente engendrados por
lesiones cerebrales”. En el texto de Vallejo (2015) lo van a encontrar
como el modelo médico. Lesiones en centros funcionales y
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trastornos psicomotores son palabras de uso corriente en esta
corriente cuyos principales representantes fueron Wernike, Seglas
y Meynert entre otros. De esta surgió la neurobiología con autores
como De Clerembaut, un psiquiatra francés que se dedicó a
decidir si los antisociales parisinos iban a parar a la cárcel o al
manicomio a partir de detectar fenómenos que den cuenta de la
locura o la simple maldad. De paso les cuento que De Clerembaut
fue la única persona a la que Lacan consideró su maestro y fue
quien descubrió lo que hoy en día se conoce como fenómeno de
automatismo mental (parasitismo ideoverbal o eco del
pensamiento) y los pequeños fenómenos de automatismo mental,
muy estudiados y valorados hoy en día en los grupos de
psicoanálisis que se dedican a estudiar la psicosis ordinaria. De
Clerembaut fue quien tuvo la idea de que una vez que el delirio
está constituido, entonces la psicosis ya es vieja (Lacan, 1953-4).
O sea, lo que dice es que mucho tiempo antes de que veamos el
orido y extraordinario desencadenamiento de un paciente, resulta
posible pesquisar mediante una agudeza clínica ciertos fenómenos
que pasarían inadvertidos en el profesional recién iniciado. Ese
punto coincide con Freud (1912) quien opinaba que el delirio es el
intento de restitución de la realidad.

También hay otros autores que han realizado valiosos aportes,


como por ejemplo Kleist quien habló del fenómeno de
despersonalización, retomado luego por Lacan cuando se centró
en la constitución del yo a partir del estadio del espejo (1949).
También hay otros representantes famosos de esta escuela como
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Pavlov que ya lo vieron seguramente en Introducción a la
Psicología.

En resumidas cuentas, la postura de la escuela médica concibe a


la enfermedad mental como efecto de un proceso cerebral, lo cual
es en parte cierto, ya que la muchas enfermedades y
padecimientos mentales tienen un asiento en causas orgánicas,
recuerdo por ejemplo a una mujer que conocí desde pequeño,
como comenzó a delirar de repente con todos los síntomas de la
esquizofrenia paranoide y después de un tiempo se le descubrió
un tumor cerebral. Pero así como decimos que la mente se asienta
sobre el cerebro también tenemos derecho a decir que la mente es
más que el cerebro. Como dice Vallejo “hay evidencia de qué
forma ciertos trastornos, incluso psicóticos aparecen en clara
relación con determinados circunstancias ambientales” (pág. 20).
Además a los nes y provechos clínicos resulta realmente muy
básica, especialmente en los efectos terapéuticos que tiene para
ofrecer ya que al mismo tiempo que apaga el incendio de un brote
mediante la medicación que se la debemos a ella, si se la toma
sólo a esta escuela el efecto termina siendo muchas veces un
paciente autómata que no habla, ni historiza, lo que en
psicoanálisis podríamos llamar una ausencia de sujeto. Además, si
la causa es orgánica eso querría decir que la persona no tiene
ninguna posibilidad de posicionarse ante sus síntomas, lo cual le
traería incluso consecuencias jurídicas como la inimputabilidad
que en vez de protegerlos en muchos casos los ubican por afuera
de la especie humana, siendo en la clínica completamente ajeno a
la causa y alivio de sus síntomas, ocupando un lugar muy pasivo,
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otorgándole un poder inusitado al médico, un goce cuya
abstinencia le permitió a Freud crear el psicoanálisis, ya que fue el
gran poder que la hipnosis le otorgaba al médico, entre otros
factores, el que lo condujo a repensar la técnica terapéutica de su
época.

Por otro lado tenemos las teorías psicodinámicas que sería
básicamente el psicoanálisis ampliado a las escuelas que se
abrieron de él. Vallejo divide dos grandes cuerpos conceptuales,
inconsciente y polo pulsional, lo cual puede resultar práctico a
nuestros nes que es el de analizar la constitución de las
condiciones para un cuadro psicopatológico. Para entender la
cuestión de la neurosis podemos remitirnos fundamentalmente a
los "Estudios sobre la histeria” (Freud, 1895) libro que escribió con
Breuer en el que habla de los tres sistemas: consciente,
preconsciente e inconsciente, explicando el síntoma neurótico a
partir de la represión, es decir, entender el síntoma como el efecto
de un con icto de estos tres sistemas. En cambio para captar la
concepción que Freud construyó sobre la psicosis tenemos que ir
mucho más adelante, después del 1910 a otros como
“Introducción del narcisismo”(Freud, 1914) y “perdida de realidad
en neurosis y psicosis” (Freud, 1924) en donde plantea el síntoma
psicótico también como el efecto de un con icto pero esta vez no
ya de sistemas sino más bien de instancias diciendo que se trata
de una asociación del ello con el yo versus la realidad, así también
permite pensar la cuestión de la neurosis como una asociación del
yo con el superó y realidad versus el ello. Para ver que no se trata
de una anulación sino de una sustitución complementaria de
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conceptos podemos decir que el ello y el superyó forman parte de
lo inconsciente y que el yo es preconscinete - consciente.

Así también es posible encontrar distintas reformulaciones de los
síntomas y del aparato psíquico que se van alejando, a veces un
poco más y otras un poco menos, de esta concepción freudiana.
Asimismo encontramos que algunos autores les brindan mayor
importancia a unos conceptos y otros a otros.

Para Lacan en cambio todas las concepciones teóricas tienen una


base en común que es la noción de inconsciente, pulsión,
repetición y transferencia y, en un momento clave de su
transmisión, termina diciendo que estos son los cuatro conceptos
fundamentales del Psicoanálisis (Lacan, 1964-65) sobre los cuales
edi ca el cuerpo teórico que da forma a la etiopatogenia, los
síntomas, las estructuras y fundamentalmente la base del cuerpo
teórico. De lo que se trata entonces es de aprehenderlos para no
correr el riesgo de reducir a dogmas conceptos que no se sabe a
qué se re eren.

Uno de los puntos sobre los cuales nos vamos a detener en el


cursado de este año tiene que ver con el desarrollo libidinal. Ahora
los nombro al pasar y después nos detendremos sobre esta
concepción. Freud concibe a la libido como la energía de las
pulsiones sexuales y le supone un desarrollo en diferentes estadios
que están determinados por las zonas del cuerpo en las que se
puede experimentar placer como lo son la boca, el ano y la zona
genital, estas zonas se llaman zonas erógenas. Lacan pondrá en
cuestión la zona genital como una fuente pulsional y agregará la
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pulsión de ver y la pulsión de oír. Pero volviendo a las primeras
teorías sobre la libido tenemos que hay 5 estadios del desarrollo
libidinal: oral, anal, fálico, latencia y genital. Cada uno se desarrolla
en un determinado momento de la vida y en cada uno se pueden
generar frustraciones o excesos de satisfacción, en ambos casos
el resultado será una jación de la libido a tal zona erógena. Es
necesario aislar algo que luego veremos en mayor profundidad:
hay una relación entre jación y psicopatología porque el
verdadero trauma no es lo que nos sucede de grandes sino la
jación libidinal en un determinado estadio. En todo caso se puede
decir que un hecho del presente reactualiza un trauma del pasado
y que la jación es solidaria del trauma y sería necesario localizar
también la dicotomía que se genera entre el principio del placer y
trauma porque este último hace fracasar al primero.

El principio epistemológico fundamental sobre el cual se asienta el


cuerpo teórico del Psicoanálisis es el principio del placer. Vallejo
dice de este que “la conducta se genera a partir de un estado de
excitación desagradable que tiende a reducirse produciendo placer
y reduciendo el displacer. Tenemos principio de placer y también
principio de realidad. La diferencia entre uno y otro es que el
principio de realidad sería como la evolución del principio del
placer ya que persigue el mismo doble objetivo de reducir el
displacer y ganar placer, pero, a diferencia del principio del placer,
sí incluye a la realidad.

Marietan realiza una crítica o marca un límite al psicoanálisis al
decir que “la enfermedad no puede ser concebida fuera de la
patología orgánica” lo cual es absurdo en tanto el psicoanálisis
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nunca ha ido en contra de la psiquiatría, ya que Freud mismo se
encargó de delimitar el modo en que ambas disciplinan trabajan de
manera contributiva y solidaria en la cura de un paciente en una
conferencia que se llama “Psicoanálisis y Psiquiatría” de 1916/17.
Una crítica sobre la cual es importante detenerse es la que se
re ere a la cuestión de la interpretación que menciona Vallejo en la
página 24 cuando dice “el hecho de que los terapeutas interpreten
el mismo fenómeno de diferentes maneras”. Lacan trabajó, y
mucho, sobre este problema llegando a concluir que la verdad en
sí tiene estructura de cción (Lacan, 1972-73), lo cual quiere decir
que la verdad se dice siempre a medias, o que en cada teoría se
puede encontrar una parte de la verdad, pero no toda, e incluso
que la verdad, al estar hecha de palabras, es siempre una alusión
fantasmática de lo real y por eso lo de cción. En realidad es una
idea que está muy presente en la epistemología, por ejemplo en
Bunge (1959), cuando habla sobre la ley 2 como una
reconstrucción conceptual de la recurrencia de las cosas, está
haciendo referencia a lo mismo. Otra de las críticas de Vallejo hacia
el psicoanálisis es conocida por todo el mundo y tiene que ver con
el objeto de estudio, el inconsciente, que al no ser tangible se
termina dudando de su existencia, como si fuera que lo único que
existe es aquello que se puede tocar. Igualmente Freud no se
queda callado ante esta crítica y dice que no podemos verlo pero
sí sus manifestaciones que son los síntomas, sueños, actos
fallidos y lapsus, de la misma manera que no podemos ver el
movimiento interno de la tierra pero sí sentir los sismos o la
erupción de un volcán.
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La otra crítica que se le realiza al Psicoanálisis es la inferencia que
realiza a partir de casos particulares. Tal crítica no es tan así, por
ejemplo los casos de esquizofrenia que estudió Freud fueron
contrastados con los casos estudiados por personas de su círculo
y hay claros indicios en él del uso del método inductivo. Pese a
ello, Lacan le da un giro a este asunto apuntando a la singularidad
del caso por caso para sanear esta crítica, destituyendo la
posibilidad de comparar un caso con otro a partir de su tesis del
inconsciente cuando dice que el mismo es posible “si, y solo si,
está estructurado como un lenguaje”, respecto de lo cual tenemos
que hacer énfasis a la parte “como un” que no es lo mismo que
decir “como el” porque al decirlo así está dando a entender que
cada inconsciente es un lenguaje único, como si fuera un idioma
diferente, cosa que se comprueba fácilmente en un análisis. O sea,
no es que cada uno de nosotros habla un idioma distinto, excepto
en cuestiones de amor porque la forma en que cada uno tiene para
acercarse a la persona de la que gusta, y la forma en que uno
espera ser amado, es absolutamente singular y eso le permite a
Lacan decir muchas veces que no existe la relación sexual, o sea,
no existe la manera predeterminada de relacionarnos en el plano
afectivo.

Otra crítica que no es válida es la que realiza Vallejo en la página
26 cuando dice que el Psicoanálisis no sirve para tratar psicosis y
perversiones ya que hoy por hoy es la terapia más e caz para
tratar a pacientes psicóticos cuando se la acompaña con
medicación en los casos que hace falta. Para estos casos la
medicación sería como el material de un muro de defensa y el
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psicoanálisis la arquitectura e ingeniería de la misma. Respecto de
las perversiones hay que decir que la mayoría de los casos no son
tratables por ninguna terapia ni sistema jurídico, salvo la represión
carcelaria, pero que además hay numerosos casos presentados de
tratamientos llevados a cabo e cazmente de casos de perversión,
especialmente los casos de neurosis y psicosis con rasgos de
perversión. Así mismo, debido a que la perversión tiene que ver en
la mayoría de los casos con modos de satisfacción antisociales,
que dicha satisfacción tiene que ver con el placer y que este funda
el principio fundamental del Psicoanálisis, cae de maduro que no
es poco lo que esta escuela tiene para decir al respecto. Véase por
ejemplo la discusión que Freud realiza con Kra t Ebingg sobre la
psicopatía sexual en su celebre “Tres ensayos para una teoría
sexual” de 1905 y que van a trabajar dentro de poco con Andrea
Blasco.

Respecto de la crítica que se le realiza en cuanto a la no


contemplación de la esfera social, es importante tener en cuenta
que el Psicoanálisis no desconoce la in uencia de lo social sobre
el sujeto, pero centra su interés en la posición singular y subjetiva
que el sujeto adopta ante el campo de lo social. De esta manera
también se permite pensar la cuestión social de una doble manera,
pensando que el arraigo social se sustenta en un arraigo al Otro
inconsciente y que si este no está presente en la vida psíquica,
tampoco es posible que esté presente el lazo social, llamando a
estos sujetos “desarraigados” (Miller, 2016).
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10 de 15 Respecto del peligro que se le atribuye sobre nivelar


para el lado de los sistemas en vez de al de la estructura, se puede
decir que también es falso ya que el problema que tiene el
psicoanálisis en la actualidad es que la tendencia a concebir la
enfermedad y la cura a partir de la lógica de las estructuras ha
marcado cierto límite de dicho paradigma ya que el mismo resulta
poco efectivo para la aparición de nuevos casos que no se dejan
clasi car en el terreno de la lógica estructuralista, los llamados
inclasi cables y desarraigados de la clínica psicoanalítica. Hay un
libro de Miller y otros que se llama “Los inclasi cables de la clínica
psicoanalítica” (Miller y otros, 1999)y otro que se llama
“Desarraigados” (Miller y otros, 2016) en donde se trabajan casos
clínicos con estas

características.

También tenemos las teorías sociopsicógenas que centran la
explicación de la

enfermedad mental sobre el efecto que produce la presión de la


estructura social sobre el individuo. Como si el individuo, incluido
el padeciente o el enfermo, fuera un efecto de la sociedad y la
cultura en la cual está inserto. El psicoanálisis tiene más en común
con esta corriente. Hay varios textos psicoanalíticos que hablan
sobre la psicología social como por ejemplo “Psicología de las
masas y análisis del yo” de 1921. Lacan también se ocupó
bastante del tema. En sus Escritos encontrarán textos como “La
familia” y “los complejos familiares” en donde podrán explorar más
al respecto. Y si se piensa con detenimiento la cuestión de la
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represión podemos ver que esta surge del superyó y que este se
constituye a partir de la in uencia que tiene lo social sobre el yo.
La diferencia esta en pensar no tanto en estructuras intrasubjetivas
como propone el psicoanálisis sino más bien estructuras sociales y
la in uencia que estas tienen sobre el desarrollo individual, por
ejemplo decir que la violencia de género tiene que ver con
concepciones sociales que se tienen sobre la mujer y el hombre,
como lugares que lo social le atribuye a cada género, etc. Pero no
sólo eso. También dice que la locura y hasta el mismo cuerpo son
efectos de lo social y lo político. En consecuencia se termina
diciendo de esta corriente que es la representante de la anti
psiquiatría. Une in uyente de esta escuela como lo es Paul
Preciado dijo2 que:

“Lo más importante que aprendimos de Foucault es que el cuerpo


vivo (y por tanto mortal) es el objeto central de toda política. No hay
política que no sea una política de los cuerpos. Pero el cuerpo no
es para Foucault un organismo biológico dado sobre el que
después actúa el poder”.

2 https://elpais.com/elpais/2020/03/27/opinion/
1585316952_026489.html

De las críticas que realiza el autor creo que hay una que tiene
cierta validez y tiene que ver con la di cultad que tiene esta
corriente para poder de nir la patología mental ya que en tal
perspectiva la patología no existiría más que como un artefacto de
la cultura, porque alguien dice que eso es patológico y la mayoría
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adopta esa idea. Puede parecer un poco extraño pero recuerdo
que una vez conversé con el fotógrafo Giani Bulacio sobre su
experiencia en los tinkus de Bolivia y Perú. Para los que no saben,
los Tinkus3 son algo así como celebraciones en las que dos
pueblos vecinos se encuentran a mitad de camino y se pelean a
los golpes de puño o batallas campales que son reguladas
socialmente, y si alguno muere no se lo considera un delito porque
está enmarcado dentro de una expresión cultural que se da en un
lugar y momento determinado. Recuerdo haberle preguntado
cómo explica él este fenómeno y me contestó que les hizo la
misma pregunta, recibiendo como respuesta que ellos no lo
conciben como violencia, ellos conciben como violencia el hecho
de que una persona se mutile la nariz o los pechos para ponerse
plástico en su interior. O sea, para ellos es violencia una cirugía
estética. Esto nos invita a pensar la posibilidad de que la violencia
sea una cuestión de signi cación, o mejor dicho, que la
signi cación permite exteriorizar y tramitar la violencia de distintas
maneras y cada grupo social-cultural, acuerda y construye sus
modos de exteriorizar la violencia para poder hacer lazo social
también con ella.

Si llevamos esta idea a Vallejo, quien dice que la enfermad mental


es “considerada fruto de las contradicciones sociales” (pág. 27) y el
enfermo en todo caso es una verdadera víctima de lo social,
podemos decir que el enfermo mental es aquel que no acata el
modo de tramitar las pulsiones de su entorno cultural y de esta
forma podemos ver que todos somos un poco enfermos ya que la
disconformidad con la sociedad es algo que rige para todos y eso
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lo condujo a Freud a pensar que los problemas vinculares son la
principal causa de infelicidad del ser humano (Freud, 1929). Así, en
lo que respecta a la psicopatología, hay tres representantes de las
contradicciones sociales: la familia, la institución psiquiátrica y la
sociedad que engendra los trastornos y padecimientos mentales.
La solución a esto tiene que ver con cambios políticos y sociales
realizados desde un enfoque crítico.

En resumen, las ideas básicas son las que aparecen en la página


27: que la enfermedad mental tiene una génesis social, que la
psiquiatría es la culpable de la perpetuación de la represión del
paciente con el concomitante rechazo a cualquier

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3 https://youtu.be/qfuZ26fyoQo

12 de 15 estructura que venga de la psiquiatría como las


clasi caciones, terapias ortodoxas, etc., y que la solución se
realiza a través de cambios en las políticas y el desmantelamiento
de la psiquiatría clásica ya que se le critica la falta de un objeto
concreto de estudio, la tendencia al dogmatismo, aunque es cierto
que cualquier corriente de pensamiento

puede caer en él.



Por último tenemos las teorías organogénicas dinamistas que
contemplan el
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factor orgánico pero no de manera preponderante. Mas bien se
centra en la evolución de la estructura y el cuadro psicopatológico,
evolución, estadios, jerarquía, retorno, desorganización,
integración y desintegración de niveles de consciencia, son
palabras claves de este enfoque. Como dice el autor:

“esta concepción descansa sobre la noción de estructura


jerarquizada del ser psíquico desde sus instintos, su función
neurovegetativa y sus funciones neuropsíquicas hasta las formas
superiores de integración del comportamiento, del pensamiento y
de la persona”

La noción de estadios libidinales y del estadio del espejo en Lacan


tienen asiento en esta concepción. Lo mismo que la estructura
psicótica de Melanie Klein como base de la neurótica, o dicho al
revés que la estructura neurótica se asienta sobre una base
psicótica. Puede decirse que el primer y cuarto modelo responden
a un enfoque naturalista, el segundo, el segundo a un enfoque
interpretativo y el tercero al crítico.

Hemos dicho que el modelo médico de Vallejo se corresponde en


cierta medida con lo dicho por Marietan, pero vemos que Vallejo
avanza sobre otros modelos como por ejemplo el conductista, tan
cuestionado en películas como “La naranja mecánica” pero
también por los colegas contemporáneos que basan su práctica
en la búsqueda de la singularidad, ya que esta corriente se basa en
una práctica que no hace distinciones al respecto, o sea, no le
interesa el caso por caso e imparte el mismo tratamiento para
t o d o s . Ya s e a p o r e s t a b l e c e r c o n d i c i o n a m i e n t o s
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temporoespaciales como lo hacía Pavlov o más bien por centrarse
en el refuerzo a la respuesta de manera negativa o positiva a partir
de Watson primero y Skinner después, el conductismo ha ido
contribuyendo a las teorías del aprendizaje pero también ha
contribuido a la psicología clínica en general recordándole la
importancia de incluir el rigor experimental y el método cientí co
para que no se convierta en una pura charlatanería. Además es
sumamente recomendable en algunos síntomas, especialmente
cuando se trata de estimulación temprana o la eliminación de tics
con base neurológica.

Desde luego que el contenido simbólico sobre el que tanto insiste


el Psicoanálisis no es algo que conmueva a esta corriente. Más
bien se enfoca en un posicionamiento

13 de 15 empirista y su objetivo es hacer desaparecer el síntoma


sin contemplar la causa, la historia ni el contexto. Así, por ejemplo
veremos más adelante que una fobia tratada por el Psicoanálisis se
pregunta por qué el objeto fobígeno es ese y no otro, buscando
dilucidar el valor simbólico que este tiene para el paciente, tal
como se puede observar en el caso del pequeño Hans y el hombre
de los lobos, dos casos que fueron estudiados por Freud. El
conductismo en cambio no se interesa por eso y aplicaría la misma
técnica

si se tratase de una fobia infantil a los caballos o a los lobos.



De todos modos hay que decir que esta escuela no se ha quedado
en sus primeros
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ensayos sino que ha ido creciendo durante este siglo, abriéndose
un nuevo camino hacia la terapia cognitiva comportamental que ya
lleva tres reformulaciones u olas, siendo la tercera una respuesta
muy interesante para los síntomas contemporáneos referidos al
uso de gatgets y multitasking ya que se basa en corrientes
losó cas orientales como el hinduismo y budismo.

Ficha de cátedra realizada por Sergio Higa para la materia


Psicopatología II de la UCSE-DASS, 2022

Bibliografía

Ajuriaguerra, J. “Manual de Psiquiatría Infantil”. Editorial Masón,


2007

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Emilio Rollié. Colihué

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corregida y aumentada. Buenos Aires. Editorial Sudamericana.

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Siglo Veintiuno Argentina Editores. 2019.

Freud, Sigmund, “Obras completas”, Amorrortu Editores (1976),


Traducción de José L. Etcheverry, Buenos Aires:
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(1895) “Estudios sobre la histeria”

(1910) “Sobre el psicoanálisis silvestre”

(1911) “Formulaciones sobre los dos principios del acaecer
psíquico” (1912) “Sobre un caso de paranoia descrito
autobiográ camente”

(1914) “Introducción del narcisismo”



(1915) “Observaciones sobre el amor de transferencia” (1916-17)
“Conferencias de introducción al Psicoanálisis” (1924) “La pérdida
de realidad en neurosis y psicosis” (1929) “El malestar en la
cultura”

Hobbes, Thomas (1651) “Leviatán”.

Lacan, Jacques:

(1949) “El estadio del espejo en la formación del jo (je) tal como se
nos revela en la experiencia psicoanalítica”. En “Escritos” Madrid,
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(1955-56) El Seminario, libro 3 “Las psicosis”, texto establecido por


Jacques Alain Miller. PAIDOS IBERICA, 2010.

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fundamentales del psicoanálisis”. texto establecido por Jacques
Alain Miller. PAIDOS IBERICA, 2007. (1972-73) El Seminario, libro
20 “Aun”, texto establecido por Jacques Alain Miller. PAIDOS
IBERICA, 10 ̊ reimpresión, 2009.

Miller, Jacques Alain y otros (1999). “Los inclasi cables de la


clínica psicoanalítica” Paidos, Buenos Aires, 2010.
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Miller, Jacques Alain. El nacimiento del campo freudiano. 1a ed.


Buenos Aires, Paidós, 2023

Tanizaky, Junichiro (1933). El elogio de la sombra. Siruela. Buenos


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