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MANUAL DE CLASIFICACIONES DSM-IV Y CIE 10

Por Sergio Higa

La vez anterior, hablando del hacerse hacer de la pulsión, estuvimos hablando sobre
si está mal hacerse adoctrinar y abrimos algunas posibilidades que aparecerían en caso
de decir que no. Hoy en cambio vamos a contestar que si, que está mal y veremos
cuáles pueden las consecuencias de tal posición teniendo en cuenta que si uno elige no
hacerse adoctrinar, como psicólogo, automáticamente se vería obligado a construir su
propia teoría desde cero. ¿Qué diría cada uno de nosotros de la mente si tuviera que
decir algo desde cero? Posiblemente nada. Imposible decir algo. Es decir, quedamos
solos. No sólo quedamos solos sino que nada nos aporta nuestra soledad. Pero como el
ejercicio mental de hoy consiste en intentar salir de la doctrina, al ver de entrada que no
es posible, entonces intentaremos al menos ir en contra de la doctrina, ajusticiándola,
poniéndonos en lugar de oposición, no de una doctrina, sino de la doctrina como tal, no
importa si es Psicoanálisis, Sistémica o Mindfulness. Adoptando una posición escéptica
decimos que para aceptar recibir doctrina es necesario creer que existe un saber
verdadero o acabado y de ser así entonces estaríamos tan sólo en la posición subjetiva
de alienación. Como si fuese que es posible establecer una relación cercana entre
doctrina y religión. Pero sin llegar a decir religión, término interesante ya que una misma
generación, la de los nacidos hasta 1985 ha logrado ver la transformación polar del
signi cante religión, pasando de tener un sentido positivo hasta hace 20 años para la
mayoría de la población, y en la actualidad, también para la mayoría de la población,
pasar a tener en el presente un signi cado negativo. En consecuencia podemos decir
que la clasi cación no es real ya que si un mismo signi cante puede pasar a tener una
connotación positiva hoy y negativa mañana, quiere decir que la signi cación no se
corresponde con la Cosa que intenta signi car. Que si la signi cación-clasi cación muta
con las época, responde a otra cosa que no tiene nada que ver con la utilidad que
supuestamente sirve. Foucault (1964) lleva las cosas un poco más allá y dice que la
clasi cación de las enfermedades mentales y de los delitos responde al poder de turno y
que este dirá qué es y qué no es locura y delito según sus intereses actuales. Es decir,
que en determinada época conviene reprimir a algunos y en otras épocas a otros y la
manera de hacerlo es poniéndoles un nombre asociado a desecho, asociado a peste, y si
se dice, es decir, si la mayoría dice, que alguien está actualmente en ese lugar, en el lugar
de desecho se conduce a la población a evitar tener contacto con aquellos individuos
portadores de tal signi cante. Ejemplo: Fue recién en el año 1990 que la OMS removió a
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la homosexualidad de la lista de patologías, pasando a decir de esta que en realidad no
se trata de una enfermedad sino más bien de una variación de la sexualidad. En tal
sentido resulta interesante investigar de qué manera se signi ca a las personas que
escuchan voces en las distintas culturas y en los distintos momentos de la historia de la
humanidad, por ejemplo, los antiguos árabes decían que se trataba de personas capaces
de predecir el futuro y tenían un lugar de cierta prestancia a nivel social, mientras que en
esta época se dice que son esquizofrénicos, es decir, que sus mentes están divididas en
mil pedazos. Entonces, las variaciones de la sexualidad ¿deben o no deben ser
consideradas enfermedades. Es posible ver que en la época anterior, más represiva que
la actual, en la que convenía que la gente reprima sus impulsos sexuales para poder
producir más y poder competir con las máquinas, ya que por ejemplo la represión de la
sexualidad no comenzó a existir sino hasta la (Foucault, 1978).

Erving Go man (1963) realiza un profundo análisis de este punto al hablar de los
Estigmas. Entonces evitamos tener contacto con ese alguien, vedándole el paso para
que se reconozca imaginariamente en nosotros y, entonces si, efectivamente termina en
el lugar de caca, eso que se abandona. Hacemos esto porque somos mirados por un
Otro, y en tal sentido, debido a que socialmente nos encontramos en proceso de buscar
nuevos ideales, no ya los de la religión, tampoco los de la ciencia en tanto somos
conscientes de los efectos, de las consecuencias sociales de su avance, ese lugar de
Ideal se encuentra vacante, no hay quórum social respecto del Ideal, sino que asistimos a
la pluralización del Nombre del Padre, pasando a los nombres del padre, así con
minúsculas. En consecuencia podemos decir que no hay El Saber, sino saberes. Si hay
saberes, de mucho no sirve aferrarse cual percebes adherido al caparazón de una lenta
tortuga marina. No sirve de mucho aferrarse a ninguna doctrina, pero sin embargo nos
dedicamos a conocerlas ¿Un poquito de cada una? Hace esa pregunta la defensa de la
doctrina, alegando que conocer un poco de cada una impide alcanzar la profundidad.
Nada de eso, contesta la critica a la doctrina. De lo que se trata es más bien de
profundizar un poco cada vez en la que se va encontrando. Profundizar un poco con
cada una de las doctrinas que la formación, que el desplazamiento natural del
pensamiento conduce, ya que cada nueva doctrina es como u pez que se atrapa y para
pescar, más vale una red que la profundidad del anzuelo, más vale eclecticismo que
doctrina, más vale darle un poco de bola a cada texto, que mucha bola sólo a uno. ¿Qué
camino elegirán como profesionales? ¿Son las únicas dos alternativas o se puede,
valiéndonos de la forma pero no del contenido de la perversión, quedarnos con ambas,
por ejemplo yendo desde una hacia las demás: T1-t2-T1-t3, etcétera, donde la letra T es
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nuestra teoría de base y las t minúscula las teorías que visitamos para hacerlas dialectizar
con la nuestra. En un caso así, no se trataría de hacernos adoctrinar, sino

que hace existir lo social, porque la relación con no es . Efectivamente, el enfoque


del cual se vale Foucault para ver desde esta perspectiva, equivalente a mirar el objeto
desde lo lejos al punto de que el mismo es la masa o el individuo en su dialéctica o
alienación con la masa.

La elaboración e incerción de las clasi caciones al discurso de la ciencia fue y sigue


siendo utilitaria. En tal sentido resulta obligatorio que el estudiante de psicología cuál es
la concepción de sujeto-objeto a la que adhiere. O, de manera menos pesada, cuál es la
idea de sujeto del conocimiento en tanto psicólogo, es decir, cómo se imagina
posicionándose el día de mañana ante la presencia de alguien que, de manera directa o
indirecta, le demande algo con su presencia, es decir, el psicólogo recién salido de la
Universidad, ante la presencia de sus primeros pacientes. ¿Qué tiene construido
respecto de la noción de paciente? ¿Quiénes serán sus pacientes? ¿Toda la población?
¿Solo los adinerados? ¿Sólo los pobres? ¿Sólo los adultos? ¿Sólo los niños? ¿Trabajará
con la neurosis o también con la psicosis o también con la perversión? ¿Qué tiene
construido respecto de su posición ante sus futuros pacientes? ¿Con qué herramientas
cuenta hasta ahora? ¿Qué es lo que escuchará, resaltará, obviará, de los dichos de sus
pacientes? ¿Lo que dice una teoría europea elaborada en un ámbito burgués,
extremadamente culto, pensada hace por lo menos 40 años? ¿Hay allí herramientas
utilizables para trabajar con cuerpos subjetivados actualidad local? Además de estudiar
muchas materias, empezar a pensar el tema de la tesis y sostener el ritmo para la
cursada ahora que la cosa se pone difícil, aparece esta noticia que pareciera un mofarse
del estudiante. Sin embargo también se sabe que esas preguntas son los senderos que
conducen hacia la culminación de la carrera, porque el motor del pensamiento que
permite avanzar en el entendimiento de los textos incluye la ética que para Lacan es la de
las consecuencias, es decir, hacer o no hacer según, no preceptos dogmáticos
contextualizados en el hic et nunc.

La sensación de soledad es también la consciencia pulsional, en tanto hay algo que


empuja en uno hacia afuera buscando un objeto que no se sabe cuál es quizás siendo
neurótico. Que siendo perverso se sabe cuál es, no el objeto, sino el objeto que le
permite a uno perder de vista el problema del objeto. Que siendo psicótico le permite a
uno recordar la importancia de no perder de vista el problema del objeto que hace falta
que falte. Porque todo psicótico tiene un asunto con el objeto que debería faltarle. Poco
es lo que se habla de los rasgos perversos en las psicosis. ¿Es la psicosis anterior a la
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perversión y esta a la neurosis? La relación con el objeto que se da de manera particular
en cada una de ellas permite

a algunas personas, a esta altura de su carrera, momento en que ingresa a la última


etapa de su posición de inmune respecto de sus propias palabras en relación al otro, al
menos adentro de un consultorio. Porque si en las practicas institucionales dicen, hacen
o preguntan a una persona en tratamiento, y esa persona sufre una desestabilización en
sus síntomas a partir de la acción del estudiante, poseen todavía la inmunidad del
estudiante. Más es necesario tomar consciencia que posiblemente en dos años ya no se
contará con esa capucha que, así como al paciente de Ella Sharpe, permite no arriesgar
al mismo tiempo que impide explotar el propio potencial. Sería muy triste, y para algunas
culturas hasta indigno, abandonar la carrera a esta altura, pese a que es cierto que es
un momento sumamente cansador para el estudiantado de Psicología. Sin embargo, si
se llegó hasta aquí, es porque claramente hay un deseo propio, no prestado, no producto
de alguna alineación o identi cación imaginaria con algún Otro o el cuerpo que lo
simbolice (Lacan, 1969-70). en caso de decidir seguir la carrera, a esta Por un lado es
imposible prescindir de las clasi caciones porque a veces resulta necesario localizar algo
y sinceramente ninguna corriente teórica prescinde de la clasi cación. En Psicoanálisis
no hay muchas clasi caciones. Hay una parte de la teoría que hace hincapié en la
estructura y así tenemos la clasi cación de neurosis, perversión y psicosis. Dentro de la
neurosis está la obsesión la histeria y para algunos también la fobia. Dentro de la psicosis
está la esquizofrenia, la melancolía y la paranoia. Y dentro de la perversión las que se
re eren a la meta y las que se re eren al objeto. Freud no llegó a hablar tan claramente de
estructura. Hay algunos textos que hacen referencia a la psicosis, a la neurosis y al
fetichismo pero fue Lacan el que sistematizó la estructura. Sin embargo para él, la
estructura lo es desde un análisis lingüístico, o bien debía ser la deducción lógica con
forma de matema del resultado de un análisis, o sea que muchas veces se la obtiene al
nal de un tratamiento analítico. Aunque también vemos que en algunos casos no hace
falta esperar hasta el nal de un análisis para deducir la estructura. Pero en muchos otros
sí, y cada vez son más los casos en los que no se nota claramente.

Por otro lado podemos decir que en todas las corrientes es posible hacer un abuso
de ellas, y, a mi entender, esto pasa cuando el clínico se queda sin recursos. O sea que,
lo mismo que con los tests, se recurre a la clasi cación para encontrar seguridad ante la
irrupción del agujero de sentido que trae el goce opaco de nuestros pacientes. En este
sentido la clasi cación sería algo así como el suelo. Cuando se necesita pisar suelo
porque se está en el abismo de la ausencia del sentido, entonces se mal recurre a la
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clasi cación como el falito que nos calma. Sin embargo, tener los pies en la tierra no
siempre es lo mejor que nos podría pasar a nivel de la clínica ya que, como escuché decir
una vez a Marta Geréz Ambertin, el falo es lo que impide volar.

Dentro del psicoanálisis por ejemplo se corre el riesgo de hacer un abuso de las
clasi caciones estructurales y cuando esto pasa, la presentación de casos se vuelve
aburridísima y los efectos de un análisis son escasos. El tema de la clasi cación es que
permite una cierta orientación y al mismo tiempo pasa que cuando el psicólogo clínico no
realiza una verdadera experiencia de análisis personal, entonces anda clasi cando todo
el tiempo porque no soporta el más mínimo vacío de sentido.

Bueno, en la cha de cátedra de la lic. Corimayo van a encontrar algo importante y


es que para clasi car primero se selecciona según similitudes, separando las diferencias
y una vez hecho esto se denomina bajo cierta categoría al grupo de elementos
seleccionados. Se habrán dado cuenta que la clasi cación sigue los pasos del método
inductivo visto en la materia “Fundamentos del Pensamiento cientí co” que seguramente
tendrán fresco como una lechuga. Si recordamos un poco el análisis de ese método,
notamos que una de las críticas que no ha podido superar es la psicológica, la cual dice
que la percepción del objeto a clasi car se asume en la subjetividad del investigador y en
consecuencia estará teñida, al menos parcialmente, cuando no totalmente, de sus
complejos. O sea ¿cómo sabemos que la realidad es lo que vemos? Por ejemplo, cuando
profundizamos en la historia del movimiento psicoanalítico es que algunas teorías se
armaron en base a los complejos de los analistas y así Adler veía que todas las personas
tenían algo en relación a la masculinidad, la comparación y la virilidad que ordena la vida,
y con Freud lo mismo en cuanto al complejo de Edipo. Por eso Lacan dijo una vez que la
realidad tiene forma de cción y que la realidad tiene la forma de una banda de moebius
o sea que lo que hay afuera se continúa con lo que hay adentro y también que la verdad
sólo puede ser dicha a medias y también que la verdad tiene forma de cción. Este punto
es muy importante para entender la clasi cación. Pero no hace falta volverse un teórico
para que pase esto. Es muy común ver por ejemplo a un psiquiatra que anda siempre a
mil por hora decir que todos sus pacientes son maníacos y a un colega que siempre se
sienta cerca del sillón del jefe decir que todos sus pacientes son psicópatas y a otro que
habla sin parar y nunca concluye nada, o sea nunca logra ni una clasi cación decir que
todos sus pacientes son border. La clasi cación es como una conclusión que debería
permitir relanzar, como un punto aparte que da lugar a otro párrafo, pero hay párrafos de
uno, diez o mil renglones ¿no?

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Entonces, en la meca de la casi cación tenemos el DSM, BDSM como les decía en
clase, haciendo alusión a la práctica sado en tanto el signi cante morti ca, y el CIE 10. El
DSM es yanky, el CIE 10 es europeo. Los dos se usan para clasi car, el DSM tiene unas
instrucciones para llegar al diagnóstico que se compone de 5 ejes:

1: la descripción de los trastornos psiquiátricos.

2: se agrega si hay algún trastorno de personalidad de base, esto sería como lo


equivalente a la estructura del psicoanálisis pero no mezclemos una cosa con la otra
porque son dos paradigmas distintos.

3: la parte médica, o sea las enfermedades físicas.

4: tensiones psicosociales y ambientales que contribuyan a su estado actual.

5: el funcionamiento global del paciente.

La CIE-10 tiene una forma parecida:

1: patología médica, psiquiátrica y de la personalidad.

2: social que incluye lo personal, familiar, laboral y social.

3: factores ambientales y del estilo de vida que in uyen en la enfermedad.

El DSM y CIE-10 no están mal si se las toma como lo que son: pequeñas
herramientas que pueden orientar mínimamente cuando es necesario comunicarse con
colegas de otras instituciones y áreas de la psicología como podría ser el poder judicial,
la policía, el ámbito laboral, la facturación en las obras sociales, etc. Pero sepan, y ojalá
que no se lo olviden, que pasa lo mismo que pasa con los nombres del género sexual.
¿Vieron que cada vez aparecen más géneros sexuales? Antes era hetero o gay y después
se fueron agregando más y siguen agregando ¿Por qué pasa eso? Porque hay algo que
no es representable ni captúrale por medio de las clasi caciones y va a descompletar
siempre a cualquier intento de clasi cación. Entonces pasa lo mismo con el CIE-10
especialmente que tiene cientos de clasi caciones, algunas rozando lo ridículo, por
ejemplo “Z41.3: perforación de oreja (lóbulo), o sea que si se quieren poner un piercing
quédense tranquilos que tiene un nombrecito, un pequeño estigma al estilo de Go man,
en el manual de clasi caciones diagnósticas en la CIE-10.

Además, es necesario decir que no son con ables ni siquiera a nes estadísticos, ni
siquiera para decir qué prevalencia hay de algo en determinado lugar del mundo, no
solamente por el factor psicológico que sesga mucho la mirada del observador clínico,
sino también porque se truchan las estadísticas. Sé que hay al menos un hospital que se
dedica a recolectar información estadística pero no puede valerse de todas las
clasi caciones porque hay algunas consultas que la obra social no las cubre, como esos
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diagnósticos que empiezan con “Z” y, en consecuencia no se pueden cargar en la base
de datos esa clasi cación.

Ficha de cátedra realizada por Sergio Higa para la materia Psicopatología 2 de la


Facultad de Psicología de la UCSE-DASS, 2022.

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