La señora Janet Rosas Domínguez era conviviente del señor Frank
Francisco Mendoza Chang, y tienen una declaración judicial de unión de hecho que lo certifica. Lamentablemente, el señor Mendoza fallece. Por lo cual, su hija, fruto del amor entre los dos convivientes, recibe una pensión de orfandad en virtud del artículo 56 del Decreto Ley N° 19990. Sin embargo, la señora Domínguez es imposibilitada de solicitar una pensión de viudez debido a que no cumple con los requisitos establecidos en la norma ya menciona. Por lo tanto, decide interponer una demanda de amparo contra la Oficina de Normalización Previsional (ONP), ya que considera que al tener una declaración judicial de unión de hecho con su conviviente esto le da derecho a recibir una pensión de viudez, al ser una institución considera similar al matrimonio en el ordenamiento jurídico peruano. El 30 de diciembre de 2005, el Quinto Juzgado Especializado Civil de Piura declara improcedente la demanda, pues valora que a través del presente proceso constitucional no es posible otorgar derechos, sino proteger el ya reconocido. Por lo cual, la señora Domínguez apela mediante demanda de amparo de autos. Señora Janet Rosas Domínguez interpone recurso de agravio constitucional contra la resolución de la Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Piura, a fecha del 31 de mayo de 2006, que declaró improcedente su demanda de amparo de autos. Razones por que en la primera y segunda instancia se declara improcedente (máximo 3 puntos). Respecto a las decisiones de los jueces en primera y segunda instancia, estás se fundamentan en los siguientes puntos: Según el Decreto Ley N° 1990, para poder acceder a una pensión de jubilación se debe cumplir los requisitos establecidos en dicha ley, ello no ocurre en la situación del señor Mendoza, pues no cumple con la edad mínima requerida para acceder a tal derecho. Por lo tanto, tampoco había generado el derecho, en este caso a su concubina, de acceder a la pensión de viudez. Respecto a la segunda decisión, está alegaba que al no estar casados y al no ser reconocida expresamente por la ley a la unión de hecho como causal para acceder a la pensión de viudez al perecer su conviviente, tal derecho no podía ser exigido por la señora Domínguez. Además, se plantea que los efectos del concubinato solo están dirigidos para los de carácter patrimonial y no personal, como lo son el derecho alimentario y el de carácter pensionario. Razones expresadas del Tribunal Constitucional sobre el tema en cuestión (máximo 5 puntos) La Constitución se refiere al concubinato en su artículo 5, expresando lo siguiente: "La unión estable de un varón y una mujer, libres de impedimento matrimonial, que forman un hogar de hecho, da lugar a una comunidad de bienes sujeta al régimen de la sociedad de gananciales en cuanto sea aplicable." Ante esto, se entiende que la carta magna se refiere al concubinato en sentido estricto, puro o propio, es decir, que los individuos que conforman uniones de hecho no tienen impedimento alguno para contraer matrimonio. Además, establece que esta institución será regida por la sociedad de gananciales, en cuanto le sea aplicable. La cual implica que el patrimonio adquirido durante el concubinato pertenece a ambos convivientes. Para poder hablarse de unión de hecho no basta con el hecho de simplemente “convivir”, el TC señala que este comprende compartir habitación, lecho y techo. Además, deberá convivirse en un ambiente de fidelidad y exclusividad, pues se trata, en estricto, de una unión monogamia heterosexual con vocación de habitualidad y permanencia. Respecto a lo último, se refiere a que la unión de hecho debe mantenerse por un tiempo prolongado, si bien la Constitución del 93” no especifica el tiempo, el Código Civil del 84” si lo menciona, estableciendo en su artículo 326° que el tiempo mínimo es de 2 años para ser reconocida como tal. También, la relación debe tener la apariencia de una vida conyugal la cual debe ser notoria y pública, pues se supone que queriendo una pareja de individuos (hombre y mujer) que se le reconozcan unión de hecho, estos viven su vida amorosa de manera no soterrada. Agregar a ello, que esta convivencia también involucra el compartir metas, objetivos, expectativas de vida sobre su futuro la cual se funda en el cariño y afecto que se tienen las parejas, estableciendo así una vida de “aparente matrimonio”. La cual acarrea ciertas obligaciones no patrimoniales. Respecto a la interpretación que se da del artículo 53 del Decreto Ley N° 19990 en desmedro de la señora Domínguez, se menciona que tal interpretación se hace desde una óptica preconstitucional, es decir, no se toma en cuenta lo establecido por la actual Constitución en su artículo 5 (ya mencionado) sino que se interpreta en base a la literalidad de la norma, norma establecida cuando aún estaba vigente la Constitución de 1933 y no estaba reconocida la unión de hecho. En consecuencia, al reconocerse la unión de hecho en nuestra Constitución actual, la interpretación debe realizarse en base a los derechos, principios y valores que se establecen en la misma. Por último, la finalidad de la pensión de viudez es velar por la subsistencia de la cónyuge o conviviente supérstite a través del cubrimiento de sus gastos de subsistencia debido y generado por la muerte del causante. Y ya que, al generarse una situación de dependencia entre los cónyuges o convivientes, y al fallecer uno de ellos, es legítimo que él o la sobreviviente solicite la pensión de viudez, en tanto demuestre los documentos o pruebas suficientes para demostrar la existencia de unión de hecho o matrimonio. Finalizando, al haberse acreditado la unión de hecho existente entre la señora Domínguez y el señor Mendoza, en virtud de la interpretación que se realiza del Decreto Ley N° 1990 mediante la Constitución y legislación vigente, le corresponde a la señora Domínguez la pensión de viudez. Por ello, el Tribunal Constitucional HA RESUELTO declarar FUNDADA la demanda, y ordenando a la ONP, que abone la pensión de viudez a doña Janet Rosas Domínguez.