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Guía conceptual – Comunicación Visual

Temario Bibliografía básica Lectura del módulo


Unidad 1. La
comunicación no verbal
1.1 La comunicación no verbal en el Goffman, Erving Lectura: Comunicación no verbal
escenario contextual (2006).
La presentación de la
persona en la vida
cotidiana, Ed. Lectura: Denotación, connotación y
Amorrotu, Bs. As. contexto
1.2 Las interacciones entre Lectura: Comunicación e interacción
los sujetos
1.3 La realización Lectura: Realización dramática en el
dramática en el contexto: contexto
idealización, el control
expresivo, tergiversación,
mistificación, realidad y
artificio
Unidad 2. Códigos
visuales y textuales
2.1 La codificación visual
2.1.1 Códigos, imagen y Lectura: Imagen y cultura
cultura
2.1.2 Semejanza y Lectura: Codificación
codificación visual
2.1.3 Percepción, realismo Lectura: Percepción,
y convención imagen y realidad
2.2 El diálogo textual
2.2.1 El texto visual Lectura: El diálogo textual
2.2.2 Maldito intertexto
2.2.3 Textualidad y género
Unidad 3. La dimensión enunciativa Ledesma, M.; Lopez, Lectura: La dimensión enunciativa
M. (2009).
Comunicación para
diseñadores, Ed.
Nobuko
3.1 La enunciación visual: Lectura: El contrato
espacio y tiempo enunciativo
subjetivos

3.1 El sujeto Lectura: Espacio y tiempo


subjetivo
Unidad 4. La Ledesma, M.; Lopez, M. Lectura: Funciones del mensaje
argumentación retórica (2009). Comunicación para
diseñadores, Ed. Nobuko
4.1 El antiguo moderno Lectura: La argumentación retórica
arte de lograr adhesión

Lectura: La persuasión
4.2 Algunos conceptos
polémicos Lectura: Retorica e imagen publicitaria

Lectura: Clasificación de las figuras


retóricas
Comunicación no verbal

“No hay palabras para describir lo que siento”. Una frase que escuchamos y usamos
a menudo para expresar sentimientos, emociones y sensaciones de todo tipo. Sin
embargo, ya sea que la digamos o escuchemos, casi no tendremos dudas para
interpretar o comprender su significado.
Es que si sumamos, a esa frase, aquella que dice que una imagen vale por mil
palabras, nuestros gestos, movimientos corporales y el contexto en el que nos
encontramos hablan por sí solos. Una imagen o un gesto pueden carecer de
palabras, pero están cargados de sentido en todo proceso de comunicación.

Comunicación no verbal

Sistema no verbal básico: paralenguaje y quinésica

Sistemas no verbales culturales: cronémico y proxémico

Video conceptual

Referencias
LECCIÓN 1 de 5

Comunicación no verbal

Para comenzar, conviene situarnos y tener más claro el camino a recorrer.

La comunicación visual forma parte de un concepto amplio y general: la


comunicación. Su significado específico proviene del latín communicare:

“compartir algo, poner en común” (Pérez Porto, 2008,

https:/ definicion.de/comunicacion/).

Todo proceso de comunicación requiere un mínimo de dos participantes,

cuyas funciones básicas serán: en un caso, emitir (emisor); y en el otro,

recibir (receptor). Ambos deben coincidir y tener en común un código que

permita dicho proceso, el cual debe poseer una estructura tal que otorgue

significación y permita la comprensión del mensaje. Por ese motivo, para que el

receptor (público) entienda la información (mensaje) transmitida por el

emisor, indispensablemente ambos deben hablar el mismo idioma, es decir,

manejar el mismo código (visual o lingüístico).

Se considera signo a las unidades mínimas de expresión portadoras de

significado. Así es que en el código lingüístico o verbal, dichos signos son

las letras o grafismos, según sea el caso.

Además de estos códigos lingüísticos conformados por letras y sonidos,

existen los llamados códigos no lingüísticos, constituidos por las

gesticulaciones realizadas por el hombre al interactuar y que, en algunos

casos, hasta incluso son hechos de manera involuntaria.

Por su parte, también se consideran códigos aquellos signos con significados

motivados, como los que se encuentran en la señalética. A su vez, ingresan

en esta categoría los códigos empleados en la escritura de cómics, los cuales

poseen características específicas que ayudan a la interpretación correcta de

las imágenes.
Podríamos dar cuenta de una gran cantidad de los llamados códigos no

verbales, pero conviene remarcar que cada uno de ellos podrían presentar

diferentes formas de representación y, por lo tanto, de interpretación, de

acuerdo con el contexto o bien la sociedad y cultura donde se encuentran.

Ahora bien, en la comunicación no lingüística o no verbal, los signos

trascienden el ámbito del abecedario para instalarse en gestos, sonidos,

silencios, espacios, indicaciones, entre otros.

Características de la comunicación no verbal

Por tratarse de un proceso en el que de manera casi permanente se está

codificando y decodificando la información, en la comunicación, además del

lenguaje verbal, se utilizan elementos de orden pragmático, social,

geográfico, situacional y cultural, por lo que casi todos ellos dependen

muchas veces de signos y sistemas de comunicación no verbal.

También es importante remarcar que las características de intercambio de

información de un individuo están relacionadas con sistemas de

transmisiones aprendidos en una determinada sociedad. Por ello, resulta

ineludible mencionar lo que será abordado más adelante y es fundamental

para la comprensión: en todo proceso de comunicación, se debe manejar un

mismo código para que el mensaje pueda poseer un significado

comprensible.
Según expresa Cestero Mancera (2014), es posible distinguir las siguientes

dos vías para la comunicación no verbal:

centradas en la personalidad o las emociones propias del ser


humano y en las acciones que se desprenden de ello, estudiadas
por la psicología y la psicología social;

centradas en los signos no verbales como unidades


comunicativas encontradas en cualquier acto de comunicación
humana, estudiados por la semiótica y la lingüística,
respectivamente (Cestero Mancera, 2014,
https:/ bit.ly/3kjQTaJ).

La comunicación no verbal comprende, por tanto, el sistema de signos

culturales, o lo que es lo mismo, “el conjunto de hábitos de comportamiento,

ambientales y las creencias de una comunidad que comunica” (Cestero,

citado en Vaz Orta, 2012) y los sistemas de comunicación no verbal como el

paralingüístico, el quinésico, el proxémico y el cronémico. (Vaz Orta, 2012,

https:/ tinyurl.com/y3v6ou37)

LECCIÓN 2 de 5

Sistema no verbal básico: paralenguaje y quinésica


Los signos no verbales paralingüísticos están presentes en la triple

estructura básica de la comunicación humana. Ellos son utilizados y

conforman los sistemas verbales. Allí es donde en la mayoría de los casos,

podemos encontrar el sentido de los mensajes.

Los signos no verbales paralingüísticos, según Poyatos, son:

Las cualidades no verbales de la voz y sus modificadores y las

emisiones independientes cuasiléxicas, producidas o

condicionadas en las zonas comprendidas en las cavidades

supraglóticas (desde los labios y nariz hasta la faringe), la

cavidad laríngea y las cavidades infraglóticas (pulmones y

esófago) hasta los músculos abdominales, así como los

silencios momentáneos que utilizamos conscientemente o

inconscientemente para apoyar o contradecir los signos

verbales, quinésicos, proxémicos, químicos, dérmicos y térmicos

simultáneamente o alternando con ellos, tanto en la interacción

como en la no interacción (Poyatos citado en Cesteros

Mancera, 2014, https:/ tinyurl.com/y2gw52tz).

Es importante tener claridad acerca del término paralenguaje, ya que hace

referencia en un sentido amplio de la comunicación no verbal en cuanto a la

interacción comunicativa.
Consideramos parte del llamado paralenguaje, tanto la propia voz de los

hablantes como sus rasgos más personales (el timbre, la resonancia, el

volumen, el tempo, el tono, el ritmo, la duración silábica, etc.), ya que ellos

determinan las características de un proceso comunicativo.

Los factores de mayor importancia que condicionan estas características

son los siguientes:

biológicos (sexo, edad);

fisiológicos (registro de voz, tratamientos hormonales);

psicológicos (estado anímico, grado de extroversión);

socioculturales (nivel educativo, grupo social)

ocupacionales (actividad laboral).


Las llamadas reacciones fisiológicas y emocionales, demostradas a partir

de sonidos, pueden combinarse con diversos elementos paralingüísticos,

quinésicos o verbales.

Por su parte, Cestero Mancera, expone a los elementos cuasiléxicos como

las:

Vocalizaciones y consonantizaciones convencionales de escaso

contenido léxico, pero con gran valor funcional. Se consideran

signos de este tipo gran parte de las interjecciones {¡Ahí! ¡Uy!

¡Aja!), las onomatopeyas (Mua-Mua, Pii-pii, Pon-pon, Miau,

Croac), emisiones sonoras que cuentan con nombre propio

(chistar, sisear, roncar, resoplar...) y otros muchos sonidos (Uff,

Psi-psa, Hm, laj, TI, Ajjj, Ouu...) que, sin tener un nombre o una

grafía establecidos, se utilizan convencionalmente con un valor

comunicativo similar al de determinados signos lingüísticos o

quinésicos (Cestero Mancera, 2006,

https:/ tinyurl.com/yxc2p3o6).

De la misma manera, es preciso destacar que las pausas y los silencios

también comunican.

Las pausas, en muchos casos, son las que regulan el ritmo al

hablar, modificando a veces el proceso de comunicación. Así


también, los silencios prolongados e intencionales pueden

interpretarse como deseo de no opinar, entre otras

interpretaciones que dependen del contexto (Cestero

Mancera, 2018, https:/ tinyurl.com/yyos7z5l).

Con referencia a los signos no verbales quinésicos, afirmamos que están

constituidos por “tres categorías básicas: gestos o movimientos faciales y

corporales; maneras o formas de realizar las acciones o los movimientos y

posturas o posiciones estáticas comunicativas resultantes o no de la

realización de ciertos movimientos” (Poyatos citado en Cestero Mancera,

2014, https:/ tinyurl.com/y2gw52tz).

Cestero Mancera (2014) define los gestos como los movimientos

psicomusculares con valor comunicativo. Por su parte, Vaz Orta (2012) los

clasifica de la siguiente manera:

Gestos faciales: realizados, fundamentalmente, con los ojos, las

cejas, el entrecejo y el ceño, la frente, los pómulos, la nariz, los

Labios, la boca y la barbilla. Gestos corporales: realizados,

fundamentalmente, con la cabeza, los hombros, los brazos, las

manos, los dedos, las caderas, las piernas y los pies (Vaz orta,

2012, https:/ tinyurl.com/y3v6ou37)


Las maneras son movimientos, posturas y actos no verbales, convencional y

culturalmente realizados con finalidad comunicativa. Por último, se

encuentran las posturas, las cuales son posiciones estáticas adoptadas por

el cuerpo humano con intenciones no comunicativas, pero que influyen en el

significado. Por ejemplo, el acto de sentarse con las piernas cruzadas o

estiradas no refleja la misma actitud hacia una conversación.

CONTI NUA R
LECCIÓN 3 de 5

Sistemas no verbales culturales: cronémico y


proxémico

La cronémica es definida por Cestero Mancera “como la concepción, la

estructuración y el uso que hace del tiempo el ser humano” (2014, https:/

tinyurl.com/y2gw52tz).

Asimismo, el tiempo puede ser clasificado en tres tipos.

Conceptual

Comprende hábitos de comportamiento y creencias relacionados con el concepto que
tienen del tiempo las diferentes culturas. Como ejemplo, Cestero Mancera plantea la
división del tiempo en horas, minutos, segundos, días, meses y años en las culturas más
occidentales, mientras en las orientales se divide el tiempo por ciclos. Esta división influye
en la organización y planificación del tiempo, distinguiendo entre culturas monocrónicas o
policrónicas. “El valor cultural que se le otorga a conceptos como puntualidad e
impuntualidad, prontitud o tardanza también es un comportamiento cultural diferenciador
dentro de cada sociedad” (Cestero Mancera, 2014,https:/ tinyurl.com/y2gw52tz).

Social

“Constituido por los signos culturales que muestran el manejo del tiempo en las relaciones
sociales” (Cestero Mancera, 2014,https:/ tinyurl.com/y2gw52tz). Se puede tener un
ejemplo de esto al observar la duración del desayuno en algunas regiones rurales, mientras
que en la ciudad las personas desayunan en su sitio de trabajo, utilizando un tiempo breve
para la misma actividad.

Interactivo

Es la permanencia de signos pertenecientes a otros sistemas de comunicación, los cuales
poseen valor informativo y cumplen la función de remarcar el significado, bien sea
especificando o cambiando su sentido. Dentro del contexto, Cestero Mancera (2014)
coloca como ejemplo la duración de un abrazo o de un beso, pudiendo indicar el afecto
que se tiene por otra persona, etcétera. En varios países de Latinoamérica, es común el
abrazo para un saludo; esta expresión de afecto puede durar un tiempo relativamente largo
cuando se hace entre personas unidas por un vínculo sentimental, reacción que sería
inapropiada, por ejemplo, en Japón.

La proxémica es definida como “la concepción, la estructuración y el uso

que del espacio hace el ser humano. [Se refiere a] los hábitos relativos al

comportamiento y las creencias de una comunidad” (Cestero Mancera, 2014,

https:/ goo.gl/mnc3tC), en relación con el uso y la distribución del espacio,

así como con las distancias culturales a tener en cuenta durante la

interacción humana.
El uso del espacio puede ser clasificado de la siguiente manera:

Proxémica conceptual

Relacionada con el comportamiento de las personas en cuanto al uso del espacio y su
incidencia en la interrelación, es decir, a la colocación de los objetos en orden o en
desorden, al modo de distribución de la gente en espacios públicos, al concepto de cerca o
lejos, etcétera (Cestero Mancera, 2014).

Proxémica social

Tiene que ver con las distancias establecidas en una cultura a la hora de interactuar y
abarca el sentido de intrusión o violación de la intimidad y la territorialidad (Cestero
Mancera, 2014). Ejemplo de esto se tiene en las distancias convencionalmente acordadas
dentro de un transporte público. Si bien es un sitio donde a horas pico hay gran afluencia
de personas, cada individuo busca no invadir el espacio del otro, a tal punto que si alguien
lo transgrede se puede llegar a sentir cierta amenaza.

Proxémica interaccional

Es la distribución del espacio natural que hace el hombre en cada cultura, por ejemplo, la
configuración de las ciudades, las calles, las casas, el mobiliario, etcétera (Cestero
Mancera, 2014). Ejemplos de ello son gran parte de las ciudades latinoamericanas
conquistadas por los españoles, donde alrededor de la plaza central se erigen los
principales edificios de la ciudad.
Como hemos podido observar en los distintos párrafos de la lectura, la

comunicación no verbal es inherente al ser humano; al mismo tiempo, es

influenciada completamente por la sociedad y la cultura a la cual pertenece.

Es importante conocer su significado y hacer un uso adecuado de ella, para

lograr la decodificación acertada de un mensaje. Dada su relevancia en la

comunicación entre los individuos de una sociedad, el diseñador debe

conocer sus características para hacer buen uso de ella al momento de

construir el discurso visual para dar un determinado mensaje.

Para graficar y poner en claro lo abordado, planteamos el siguiente mapa

conceptual que engloba los conceptos abarcados en esta lectura.

Figura 1. Mapa conceptual sistema no verbal

0
Funte: elaboración propia.
LECCIÓN 4 de 5

Video conceptual

Entrevista de trabajo - Comunicación no verbal


LECCIÓN 5 de 5

Referencias

Cestero Mancera, A. (2014). Comunicación no verbal y comunicación eficaz.

En ELUA (28) pp. 125-150. Recuperado de

http:/ rua.ua.es/dspace/handle/10045/48503

Cestero Mancera, A. (2006) La comunicación no verbal y el estudio de su

incidencia en fenómenos discursivos como la ironía. España: Universidad de

Alcalá. Recuperado de

https:/ rua.ua.es/dspace/bitstream/10045/6074/1/ELUA_20_03.pdf

Cestero Mancera, A. (2018) Recursos no verbales en comunicación

persuasiva: Imagen, proxémica y paralenguaje. En Lengua y Habla (22) pp.

135-159. Venezuela: Universidad de los Andes. Recuperado de https:/

www.redalyc.org/articulo.oa?id=511958869008

Pérez Porto, J. y Gardey, A. (2008). Definición de comunicación. Recuperado

de https:/ definicion.de/comunicacion/

Vaz Orta, V. (2012). La comunicación no verbal en la Península Ibérica:


análisis contrastivo entre España y Portugal. España: Universidad de

Cantabria. Recuperado de https:/ docplayer.es/35685169-La-comunicacion-


CONTI NUA R
Denotación, connotación y contexto

Muchos podemos ver, pero algunos deciden mirar. La diferencia puede ser a veces
difícil de comprender. Quizás encontraremos claridad si notamos que un mismo
objeto, una imagen, un sonido, una situación particular o hasta un sentimiento
pueden ser comprendidos de distintas maneras. Allí tiene su raíz el tema que nos
toca a continuación.
A veces, muchas, lo que dice el diccionario sobre algo, es distinto a lo que nosotros
percibimos y hasta puede variar de acuerdo con la situación en la que nos
encontremos en cada momento.

Contexto, denotación y connotación

El contexto

Referencias

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LECCIÓN 1 de 4

Contexto, denotación y connotación

Una de las ideas o conceptos más importantes de la lectura anterior giraba

en torno a la necesidad de compartir ciertas condiciones para que sea

posible el proceso de comunicación. Nos parece importante remarcarlo con

la siguiente cita: “la comunicación está condicionada a una cultura, y el

conocimiento de los sistemas de comunicación verbal y no verbal son

fundamentales para un buen entendimiento entre los hablantes” (Vaz Orta,

2012, https:/ tinyurl.com/y3l2llw4).

Es así que mencionar la cultura significa abordar un tema extenso, debido a

las variables del contexto como las tradiciones, lo social, lo religioso, lo

político, entre otros. Todos estos factores son los que, en definitiva, le darán

sentido a un mensaje.

Desde el punto de vista psicológico, “la cultura es concebida como un

conjunto de componentes de conocimiento: denotativo (lo que es) y

connotativo (lo que evoca); estos indicadores son compartidos por un grupo

de personas con una historia común, que participan de una estructura social”

(Morales, Moya, Gaviria, y Cuadrado, 2007, p. 69).


Denotación y connotación

Si bien hay una importante cantidad de teorizaciones al respecto, en su

mayoría coinciden en afirmar que toda interpretación de un mensaje visual

necesita dos niveles: denotación y connotación.

Entendemos al primer nivel de interpretación, el de lo denotativo, cuando

existe una relación directa a un objeto, un hecho o una idea.

Aquí, el papel del receptor podríamos decir que es pasivo, ya que se supone

que la asociación se hace automáticamente o de manera directa. Al

respecto, Frascara (2007) expresa: “La denotación representa los aspectos

relativamente objetivos de un mensaje, constituidos por elementos de

carácter descriptivo o representacional de imágenes o textos” (p. 73).

En cuanto al segundo nivel, el de la connotación, podemos afirmar que se

refiere a la carga de valores añadidos que tiene un signo. Dichos valores no

son unívocos ni replicables a toda situación, sino que varían según la persona o

el contexto cultural, entre otras muchas variantes o condicionantes. Es aquí que,

a diferencia del nivel denotativo, el receptor adquiere un papel activo ante el

mensaje, ya que desata en él una serie de evocaciones que están

influenciadas por la cultura y la sociedad. Son significados secundarios,

añadidos a la experiencia primera, a través de una suerte de aprendizaje

cultural.
La connotación representa los aspectos relativamente subjetivos de un

mensaje, y tiene capital importancia cuando el diseño intenta generar

reacciones emotivas, como es el caso de los mensajes persuasivos. Los

mensajes connotados dependen mucho de la cultura del público, y su

construcción es una combinación del concepto del diseñador y las

experiencias del público (Frascara, 2007, p. 73).

En el siguiente ejemplo, se puede observar de qué manera un mismo

elemento puede producir en el observador connotaciones diferentes, según

creencias, hábitos y aspectos culturales.

Figura 1. Ejemplo. Denotación y connotación


Fuente: Hiett, 2020, https://bit.ly/3lpmzNc

Tabla 1. Ejemplo de denotación y connotación

Denotación Connotación

Dos manos Compromiso


entrelazadas
Amor

Denotación Connotación

Unión

Casamiento

Fuente: elaboración propia.

Explicación del ejemplo

Se observa, dentro de las connotaciones, las variaciones producto de la

percepción que de un mismo elemento hacen las personas, con diferentes

ideas relacionadas con el mismo objeto. Por ejemplo, un niño o una niña

podría ver simplemente dos manos que tienen puestos anillos, pero otra

persona de mayor edad, y con alguna experiencia o conocimiento acerca del


significado y tradiciones del matrimonio, podría tener una visión muy distinta

ante esta imagen. Lo mismo pasaría si esa fotografía fuera expuesta ante

personas de otras culturas o religiones.

En este orden de ideas, la imagen se considera polisémica, porque derivan

de ella múltiples significados de acuerdo con la percepción del hecho visual

por parte del receptor. Tan importante es este mecanismo de lo denotado y

connotado que coexisten ambos dentro de un mismo mensaje. Se debe

tener en cuenta este aspecto al momento de diseñar, para seleccionar

eficazmente los elementos de anclaje, los cuales ayudarán al público

receptor a captar el mensaje a transmitir.

Asimismo, Dondis (2007) afirma la existencia de un sistema visual perceptivo

básico común a todos los seres humanos, pero que sufre variaciones

producidas, por ejemplo, por la cultura. De allí proviene la imposibilidad de

establecer un sistema tan claro en el lenguaje visual como en el escrito, para

lo cual sería necesaria una estructura de almacenamiento, codificación y

decodificación. Es decir, el lenguaje visual no tiene un repertorio de signos o

un código universal unívoco.


LECCIÓN 2 de 4

El contexto
Al estudiar la imagen como elemento de comunicación, se debe tener en

cuenta que esta constantemente sufre importantes cambios, producto del

espacio cultural en el que se encuentra inmersa. Esto es el resultado de la

interacción del hombre en diversos universos, lo cual obliga a adecuar los

mensajes visuales para que puedan ser decodificados por un gran número

de personas.

Esa idea se apoya en el avance tecnológico que condiciona la información al

estar disponible en simultáneo ante innumerable cantidad de personas, las

cuales podrían pertenecer a diferentes sociedades y culturas. El mensaje

implícito debe -o al menos, idealmente, debería- poder ser decodificado de

manera correcta por todos los receptores.

Es así que podemos concluir que la validez de la imagen como instrumento

de comunicación (lenguaje visual) se amplía en la medida en que es

percibida como una experiencia creativa y su destinatario puede asumir un

rol activo en la participación de la decodificación del mensaje.

En este sentido de la comunicación, la imagen puede ser una entidad útil,

formativa, cultural, educativa, pero puede ser también lo contrario. Los

mensajes, ya sean conformados por imágenes, palabras o cualquiera que

sea el lenguaje que los contenga, no son un fin, sino también un medio

como tal. Lo importante, por encima de todo, es el contenido, la intención y

la finalidad con que son utilizados.

Ahora bien, al momento de estructurar la unidad imagen-significado - o mejor


aún, significados -, se debe hacer referencia a la imagen y a las reglas

culturales. Son la sociedad y la cultura quienes delimitan su significado. Los

mensajes visuales operan definitivamente atendiendo a las variables del

contexto, tales como la sociedad, la economía, el idioma, la religión, entre

muchas otras.

Por tal motivo, aun cuando el diseñador posea los mayores criterios de

composición gráfica y un alto nivel de creatividad, estos no serán suficientes

para lograr estructurar el mensaje. Es fundamental aplicar en su creación

normas, parámetros, estatutos establecidos por el entorno. Es solo a través

de la observación de la sociedad a la cual se dirige el mensaje, a través de

su estudio y comprensión, que podrá lograr una efectiva comunicación visual.

Para cerrar esta idea, “el mensaje final, es decir, la interpretación construida

por el público, es una unidad cognitiva-emotiva-operativa integrada”, tal como lo

plantea Frascara (2007, p. 75), quien a su vez expresa que la integración de

estas tres unidades se da atendiendo a una clasificación del contexto en

diversos niveles.
A continuación, en el siguiente cuadro, se exponen los niveles de contexto

enunciados por Frascara (2007).

Tabla 2. Niveles de contexto

Nivel Características

Perceptual El ambiente visual en el que se presenta el mensaje.

Cultural El medio cultural del público receptor, sus valores y


costumbres, sus códigos y actitudes.

De origen El contexto está formado por los otros mensajes


producidos por el mismo emisor.

El contexto creado por los mensajes de la misma


clase y posiblemente generados por diferentes
De clase
emisores. Por ejemplo: mensajes educacionales,
mensajes comerciales, mensajes regulatorios,
etcétera. Cada uno de estos grupos constituye una
clase.

Estético El contexto está formado por el estilo visual de las


comunicaciones gráficas contemporáneas.
Nivel Características

El contexto creado por el medio de comunicación o

Medio canal utilizado, por ejemplo, TV, afiche, libro, revista,


etcétera. En otro nivel más detallado: una revista en
particular, un programa específico de televisión,
etcétera.

Calidad técnica El nivel de desarrollo técnico esperado por el público


en el medio utilizado.

Fuente: Frascara, 2007, p. 75

Como se ha podido observar, las imágenes pueden tener un único significado

o representar diversos conceptos a la vez.

Por ello, podemos conceptualizar a las imágenes monosémicas como

aquellas en las que lo observado coincide con un único significado. Un

ejemplo de ello serían las señales de tránsito. Cuando se establece un

mensaje visual, se busca captar la atención no solo momentáneamente, sino de

manera que perdure en la conciencia del espectador. Para lograr esto, el

diseñador podrá hacer uso de varias técnicas de representación y de las

figuras retóricas, las cuales serán abordadas en futuras lecturas.

A modo de conclusión, debemos remarcar la importancia de: en primer

lugar, el mensaje que se desea transmitir; en segundo lugar, el público o a


quién se
dirige; y, por último, saber tomar buenas decisiones en cuanto al uso de

códigos y medios adecuados para llevar el mensaje de manera eficaz.

Es de suma importancia, por lo tanto, conocer los recursos con los que

cuenta el creativo al momento de su trabajo y saber hacer buen uso de

estos.

Al respecto, la pertinencia de todos estos elementos integrados en la toma

de decisiones gráficas hará que el sentido del mensaje sea captado y

produzca el efecto deseado en el público receptor de la información. Debe

recordarse, por último, la producción del sentido del mensaje; no finaliza con

su difusión, sino al contrario, comienza a partir de la percepción que tenga el

público al entrar en contacto con él.


LECCIÓN 3 de 4

Referencias

Dondis, D. A. (2007). La sintaxis de la imagen. Introducción al alfabeto

visual. Barcelona, España: Gustavo Gili, S.A.

Frascara, J. (2007). El Diseño de Comunicación. Buenos Aires, Argentina:

Infinito.

Morales, J. F., Moya, M., Gaviria, E. y Cuadrado, I. (2007). Psicología

social. Madrid, España: Mc Graw-Hill.


Hiett, E. (2020). A bride and grooms hands on their wedding day [Fotografía].

Recuperado de https:/ tinyurl.com/yyw9wnjk

Vaz Orta, V. (2012). La comunicación no verbal en la Península Ibérica:

análisis contrastivo entre España y Portugal. España: Universidad de


Comunicación e interacción
Módulo 1 - Lectura 2.pdf
335.5 KB

Los términos comunicación e interacción pueden, en muchos casos, ir en el mismo


sentido y hasta podrían tomarse para definir el mismo proceso humano. Sin
embargo, existen diferencias que debemos plantear antes de desarrollar la lectura.
Como hemos dejado en claro en lecturas anteriores, la comunicación se refiere al
acto de compartir información; mientras que la interacción alude al hecho de actuar
de determinada manera para que la acción de comunicar afecte al otro. Así es que
la diferencia clave entre comunicación e interacción podría estar más clara si
convenimos que la interacción es un término más amplio y que la comunicación es
parte de la interacción.

Comunicación e interacción

Referencias

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LECCIÓN 1 de 3

Comunicación e interacción

En tanto avanzamos con las lecturas, iremos abordando la comunicación

desde distintos enfoques y, de a poco, iremos complejizando el concepto a

partir de distintos factores que nos permitirán comprenderla. En lecturas

anteriores, hacíamos mención de la comunicación como un proceso que se

da en una sociedad determinada, en la que los miembros interactúan a

través de un código en común que aprendieron en el seno de la vida social y

cultural.

Por su parte, el modelo comunicacional simple surge de un emisor que

transmite un mensaje codificado en un sistema de signos que se supone

conocido y de uso común entre este y el receptor. Este proceso no es

estático, sino más bien dinámico, ya que el emisor se transformará en

receptor cuando reciba la retroalimentación de la información emitida por

quien fuese su receptor inicial.

La comunicación es un proceso activo por naturaleza.

Si nos concentramos en la comunicación, ya podemos afirmar que se trata

de un proceso más complejo y abarcador que implica más que la sola


presencia y acción de un emisor y un receptor que comparten un código en

común.

Entonces, estamos ante un sistema constituido por diversos factores y

actores que componen la comunicación, estos son los siguientes:

la intención comunicativa o el mensaje;

el medio encargado de transferir dicho mensaje;

la codificación adecuada;

la correspondiente decodificación que el receptor deberá realizar


para interpretar el mensaje correctamente;

el ruido, un factor determinante para una buena o mala


comprensión del mensaje por múltiples causas; y

la retroalimentación o feedback, es decir, el proceso por el cual el


receptor devuelve una información referida al mensaje dado por el
emisor (Frascara, 2007).

En el siguiente esquema, se completa la noción de proceso de comunicación.

Figura 1: Proceso de comunicación


Fuente: elaboración propia.

El proceso de comunicación es más que el manejo de un código en común,

abarca también los contextos y las intenciones comunicacionales del emisor.

Interacción entre los sujetos

La interacción entre los sujetos tiene su origen y forma parte del proceso de

comunicación.
Hablar de comunicación entonces supone acercarse al ámbito

de las relaciones humanas. La comunicación se constituye así

en la base de toda interacción social y, como tal, es el principio

básico —la esencia— de la sociedad. Los seres humanos

establecen relaciones entre sí por medio de interacciones que

pueden calificarse como procesos sociales.

Así, la comunicación es fundamental en toda relación social, es

el mecanismo que regula y hace posible la interacción entre las

personas. Y con ella, la existencia de las redes de relaciones

sociales que conforman lo que denominamos sociedad (…) Así

podríamos afirmar que toda interacción se fundamenta en una

relación de comunicación (Rizo García, 2004a,

https:/ bit.ly/32tW9SL)

A este respecto, el término interacción se asocia, por lo general, a la acción

comunicativa entre personas presentes. Se considera que la comunicación

comprende interacciones en las que los individuos se influyen en el

comportamiento de manera simultánea y siempre en una situación de

presencia física.

En este orden de ideas, en la relación de interacción, cada participante


busca adecuar su comportamiento a las expectativas del otro, como se vio

en las
lecturas anteriores. La interacción implica el establecimiento de reglas,

normas y dinámicas compartidas que subyacen en una cultura determinada

(Rizo García, 2006).

Siguiendo a Rizo García (2006), la autora expone que la interacción ha sido

estudiada desde dos enfoques:

la psicología social

la sociología fenomenológica

La psicología social pone el énfasis en los procesos mismos de

interacción social inmediatos, mientras que la psicología

fenomenológica, siendo de corte más sociológico, amplía las

reflexiones hasta considerar que la intersubjetividad, la relación

de copresencia entre sujetos, es el proceso que posibilita la

construcción de los consensos en torno a los significados de la

realidad social (…) Ambos enfoques comparten la importancia

de lo que se denomina el descubrimiento del otro (Rizo García,

2006, https:/ bit.ly/38uQ4te).

Llama la atención que, al ser la interacción el resultado de la “comunicación

con otro distinto al propio individuo, sea a través de ese proceso que los
sujetos de una sociedad adquieren capacidad reflexiva para verse a sí

mismos” (Rizo García, 2006, https:/ bit.ly/38uQ4te). Esta manifestación

realizada por el enfoque psicológico sirve, a su vez, para “dar forma y

sentido a la realidad social, como manifiesta el enfoque de la sociología

fenomenológica” (Rizo García, 2006, https:/ bit.ly/38uQ4te).

En ese particular, “la construcción de identidades se fundamenta en sistemas de

clasificaciones de los sujetos sociales, establecedores de un ‘nosotros’

frente a un ‘ellos’”. Para que surjan estas construcciones, “se necesita de

interacciones entre sujetos y la interacción es, en sí misma, comunicación”

(Rizo García, 2006, https:/ bit.ly/38uQ4te).

Un enfoque interesante para el estudio de la identidad, desde la

óptica de la comunicación, lo proporciona la psicología social,

que ha abordado la comunicación como proceso mediante el

cual el ser humano adquiere la conciencia de sí mismo. Los

orígenes sociales del self o “sí mismo” se pueden sintetizar como

sigue: la conciencia de uno mismo se construye de forma

dinámica a través de las interacciones que los sujetos

establecen entre sí (Rizo García, 2004b, https:/ bit.ly/3lksAdY).

Interaccionismo simbólico
Rizo García (2006, https:/ bit.ly/38uQ4te) explica que “la importancia de la

comunicación en el desarrollo de la sociedad, la personalidad y la cultura”

surge, de mano de Herbert Blumer en 1938, como una corriente de

pensamiento denominada interaccionismo simbólico. “Según este enfoque,

el individuo es a la vez sujeto y objeto de la comunicación, ya que la

personalidad se forma en el proceso de socialización por la acción recíproca

de elementos objetivos y subjetivos en la comunicación” (Rizo García, 2006,

https:/ bit.ly/38uQ4te).

Esta consideración convierte al interaccionismo simbólico en una corriente

de pensamiento que se sitúa entre la psicología social —por su énfasis dado

a la interacción— y la sociología fenomenológica —por el entendimiento de la

interacción como base para la construcción de consensos en torno a las

definiciones de la realidad social—. (Rizo García, 2006,

https:/ bit.ly/38uQ4te).

Conviene destacar que:

El interaccionismo simbólico pone énfasis en la interacción de

los individuos y en la interpretación de estos procesos de

comunicación en las situaciones inmediatas, sin atribuirle

importancia a las estructuras sociales, a las ideologías o a las

relaciones funcionales. Por el contrario, centra su atención en el

mundo de significados de los símbolos dentro del cual actúan


los sujetos.
George Herbert Mead (1934), con su propuesta de conductismo

social y su conceptualización del «sí mismo», y Erving Goffman

(1959), con su modelo dramatúrgico para el análisis de la

interacción, son los autores más representativos del

interaccionismo simbólico (Rizo García, 2006,

https:/ bit.ly/38uQ4te).

“Algunos interaccionistas simbólicos (Blumer, 1969; Manis y Meltzer, 1978;

Rose, 1962) se esforzaron por enumerar los principios básicos de la teoría”

(Ritzer, 1997, p. 237), los cuales se presentan en la siguiente tabla:

Tabla 1: Los principios del interaccionismo simbólico

1 A diferencia de los animales inferiores, los seres humanos


están dotados de capacidad de pensamiento.

2 La capacidad pensamiento está modelada por la


de interacción
social.

En la interacción social, las personas aprenden los


3
significados y los símbolos que les permiten ejercer su
capacidad de pensamiento distintivamente humana.

4 Los significados y los símbolos les permiten a las personas


actuar e interactuar de una manera distintivamente humana.
Las personas son capaces de modificar o alterar los
5
significados y los símbolos que usan en la acción y la
interacción sobre la base de su interpretación de la situación.

Las personas son capaces de introducir estas modificaciones


6 y alteraciones debido, en parte, a su capacidad para
interactuar consigo mismas, lo que les permite examinar los
posibles cursos de acción y valorar sus ventajas y
desventajas relativas para luego elegir uno.

7 Las pautas entretejidas de acción e interacción constituyen los


grupos y las sociedades.

Fuente: adaptación propia en base a Ritzer, 1997, p. 237

Rizo García (2004b) expresa:

Uno de los conceptos de mayor importancia dentro de la

corriente del interaccionismo simbólico fue el de self, propuesto

por George Herbert Mead (1959). En términos generales, el self

(“sí mismo”) se refiere a la capacidad de considerarse a uno

mismo como objeto. Así, tiene la peculiar capacidad de ser

tanto sujeto como objeto y presupone un proceso social: la

comunicación entre los seres humanos. El mecanismo general

para el desarrollo del self es la reflexión o la capacidad de

ponernos inconscientemente en el lugar de otros y de actuar

como lo harían ellos. Para Mead (1959, p. 184-185), “solo


asumiendo el papel de otros somos capaces de volver a

nosotros mismos”, lo cual nos lleva a remarcar, una vez más, la

total interdependencia entre la identidad y la alteridad

(https:/ bit.ly/32xpnk2).

Por otra parte, Erving Goffman aporta en su visión un enfoque dramático de

la vida cotidiana. En términos generales, la orientación teatral “permite

comprender tanto el nivel macro (institucional) como el nivel micro

(percepciones, impresiones y actuaciones de los individuos) y, por lo tanto, el

de las interacciones generadoras de la vida social” (Rizo García, 2004b,

https:/ bit.ly/32xpnk2).

Escuela de Palo Alto

Junto con los aportes del interaccionismo simbólico, están los de la escuela

de Palo Alto, también conocida como Universidad Invisible. “Según

Watzlawick, Beavin y Jackson (1967) es imposible no comunicar: en un

sistema específico, todo comportamiento humano tendrá un significado para los

demás” (Rizo García, 2004b, https:/ bit.ly/32xpnk2).

Así mismo, entre los aportes de esta escuela, se considera que:


En toda comunicación cabe distinguir dos aspectos, el de

contenido —semántico— y aspectos relacionales entre emisores

y receptores. Como tercer elemento, los autores señalan que la

definición de una interacción está siempre condicionada por la

puntuación de las secuencias de comunicación entre los

participantes.

[Por último, la escuela de Palo Alto] establece que toda relación

de comunicación es simétrica o complementaria, según se

base en la igualdad o en la diferencia de los agentes que participan

en ella, respectivamente (Rizo García, 2004b,

https:/ bit.ly/32xpnk2).

Se afirma, como principal aporte de estas corrientes de estudio, que “el

concepto de comunicación incluye todos los procesos a través de los cuales

la gente se influye mutuamente” (Bateson y Ruesch citado en Rizo García,

2004b, https:/ bit.ly/32xpnk2).

Al mismo tiempo, realiza un gran aporte, como expresa Rizo García (2004c),

al romper con la visión unidireccional y abrir la posibilidad de observar este

fenómeno desde una óptica circular, lo que es enriquecedor, ya que

relaciona la comunicación con otros aspectos de suma importancia dentro

de la sociedad y la cultura como lo es la construcción de identidades.


Como se ha podido observar a lo largo de la lectura, interactuar es participar

en redes de acción comunicativa. Esto refuerza el conocimiento que el

individuo posee de sí mismo y, a la vez, facilita el acercamiento hacia la

comprensión y el intercambio con el mundo en el que está inserto, lo que le

otorga un valor añadido y un significado a la experiencia que el ser humano

tiene en su transitar como parte de una sociedad y una cultura.

CONTI NUA R
LECCIÓN 2 de 3

Referencias

Frascara, J. (2007). El Diseño de Comunicación. Buenos Aires, Argentina:

Infinito.

Ritzer G. (1997). Teoría Sociológica Contemporánea. México: Mc Graw Hill.

Rizo García, M. (2004a) Comunicología, tecnologías y nuevas formas de

interacción. Nuevos sujetos, nuevos conceptos. México: Universidad

Autónoma de México. Recuperado de

http:/ sedici.unlp.edu.ar/bitstream/handle/10915/31838/Documento_compl

eto.pdf?sequence=1&isAllowed=y

Rizo García, M. (2004b). La comunicación como base para la interacción

social. Aportaciones de la comunicología al estudio de la ciudad, la identidad

y la inmigración. En Contemporánea 3(2) pp. 53-71. Recuperado de http:/

www.contemporanea.uerj.br/pdf/ed_03/contemporanea_n03_06_garci a.pdf

Rizo García, M. (2004c). El Camino Hacia la “Nueva Comunicación”. Breve

Apunte Sobre las Aportaciones de la Escuela de Palo Alto. En Revista

electrónica Razón y Palabra (40). Recuperado de


http:/ webcache.googleusercontent.com/search?q=cache:yoVuSnf-

vVoJ:www.razonypalabra.org.mx/anteriores/n40/mrizo.html+&cd=1&hl=es&

ct=clnk&gl=ar

Rizo García, M. (2006). La interacción y la comunicación desde los enfoques

de la psicología social y la sociología fenomenológica. Breve exploración

teórica. Anàlisi, 33, 45-62. Recuperado de

https:/ ddd.uab.cat/pub/analisi/02112175n33/02112175n33p45.pdf
LECCIÓN 3 de 3

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Realización dramática en el contexto

La vida es como un drama en el que, a cada momento, se plantea una puesta en


escena. Representamos papeles, montamos escenarios para desarrollar
actuaciones y tratamos de ser convincentes o de persuadir a nuestra platea.

¿Y si nos detenemos a pensar que cada acto en el que interactuamos puede ser
planteado como una situación dramática?

Para cerrar este primer módulo, en esta lectura, nos propondremos un desafío:
atravesar las distintas formas de comunicación y relación interpersonal.

Realización dramática en el contexto

Referencias

Revisión del módulo

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LECCIÓN 1 de 4

Realización dramática en el contexto

Como se pudo observar en el tema anterior, la comunicación puede

entenderse como un proceso básico para construir la vida en sociedad, al

activar el diálogo y la convivencia entre sujetos. También, se expuso que la

interacción ha sido estudiada desde dos enfoques: la psicología social y la

sociología fenomenológica.

Así surgió, entre otras corrientes del pensamiento, el interaccionismo

simbólico, que “se caracteriza por prestar atención casi exclusiva a la

comprensión de la acción social desde el punto de vista del actor”

(Carabaña y Lamo Espinosa, 1978, p. 171).

Al respecto, Erving Goffman (2006), uno de los exponentes de esta corriente,

de quién hablaremos más adelante, caracterizó las interacciones que se

producen en la sociedad, a través de un enfoque dramático.

Actuaciones dramáticas
A partir del estudio de los postulados de Goffman, podemos observar que se

plantea la interacción comunicativa en términos de actuación dramática.

Goffman compara la vida cotidiana con una puesta en escena; considera, de

esta manera, a las personas como actores; y producto de sus interacciones,

surgen los diferentes roles que estos deben interpretar.

Sin duda, uno de los elementos más decisivos fue la conceptualización del

ritual. Su enfoque permite comprender el ritual como una parte integral de la

vida cotidiana del ser humano.

De esta manera, Goffman entiende a la vida diaria como actos rituales que

estructuran los escenarios en los cuales se interactúa con los demás

miembros de la sociedad. Por lo tanto, “se puede ver a los rituales como

manifestaciones de la cultura encarnada, incorporada e interiorizada” (Rizo

García, 2004, https:/ bit.ly/3pk1pSP).

Del concepto de ritual propuesto por Goffman (2006) derivaron dos ideas

importantes para la reflexión en torno a la comunicación:

La primera es la propia relación entre los rituales y los procesos


de comunicación, ya que los primeros se ubican en la categoría
de actos humanos expresivos, en oposición a los
instrumentales. Además de ser un código de conducta, el ritual
es un complejo de símbolos, pues transmite información
significativa para otros.
La segunda idea consiste en relacionar a los rituales con los
movimientos del cuerpo, con la kinésica, el ámbito de la
gestualidad y los movimientos corporales, y la proxémica, el uso
del espacio en la interacción, en el sentido de que la ritualización
actúa sobre el cuerpo y produce la obligatoriedad y la
asimilación de posturas corporales específicas en cada
situación de interacción cara a cara específica (Rizo García,
2011, https:/ bit.ly/32AEadI).

Como explica Rizo García, “Goffman dice que las personas actúan tras una

‘máscara expresiva’, una ‘cara social’, que le ha sido prestada y atribuida por

la sociedad y que le será retirada si no se comporta del modo que resulte

digno de ella” (2004, https:/ bit.ly/3pk1pSP).

En ese sentido, la interacción se va a ejecutar en términos de acción

dramática: el actor, el escenario y el auditorio van a ser los lugares en los

cuales se desplegará la acción. Es decir, “los individuos actúan en la escena

cambiante de la vida cotidiana tratando de representar cada vez una imagen

convincente y positiva de sí mismos según la naturaleza de la escena

presentada y las expectativas de los interlocutores” (Rizo García, 2004,

https:/ bit.ly/3pk1pSP).

De acuerdo con esto, la comunicación enviada por un individuo, teatralizada,

puede ser involuntariamente intencional. Lo anterior produce una asimetría

en el proceso de comunicación: el individuo solo es consciente de una

corriente de comunicación, la de su propia actuación. En cambio, su


interlocutor posee doble información, la que el emisor le proporciona con su

actuación y la que él infiere.

En ese particular, para volver la comunicación simétrica, el

individuo deberá hacerse consciente de la evaluación a la cual

es sometida su actuación e intentar agradar para reorientar la

inferencia que haga su receptor hacia una acción comunicativa

aceptada. Así mismo, lo convencional dentro de una sociedad es

la represión de los sentimientos por parte del ser humano,

transmitiendo, de esta forma, una versión de sí mismo con

amplias posibilidades de ser aceptada por los demás (Goffman,

2006, p. 21).

Por lo tanto, toda actividad de un individuo que tiene lugar durante un periodo

señalado es considerada una actuación. Goffman (2006) continúa diciendo:

En un extremo, se descubre que el actuante puede creer por

completo en sus propios actos; puede estar sinceramente

convencido de que la impresión de realidad que pone en escena

es la verdadera realidad. Cuando su público también se


convence de la representación que él ofrece —y este parece ser
el caso típico—, entonces, al menos al principio, solo el

sociólogo o los resentidos sociales abrigarán dudas acerca de la

«realidad» de lo que se presenta.

En el otro extremo, descubrimos que el actuante puede no

engañarse con su propia rutina. Esta posibilidad es

comprensible, ya que ninguno se encuentra en mejor lugar de

observación para ver el juego que la persona que lo desempeña.

Al mismo tiempo, el actuante puede querer guiar la convicción

de su público solo como un medio para otros fines, sin un interés

fundamental en la concepción que de él o de la situación tiene

este. Cuando el individuo no deposita confianza en sus actos ni

le interesan mayormente las creencias de su público, podemos

llamarlo cínico, reservando el término «sincero» para individuos

que creen en la impresión que fomenta su actuación (p.29).

En ese sentido, para Goffman (2006):

No se da por sentado, como es natural, que todos los actuantes

cínicos tienen interés en engañar a su auditorio movidos por el

así llamado «interés por sí mismo o ganancia privada. Un


individuo cínico puede engañar a su público en bien de este —o

lo que él considera tal—, por el bien de la comunidad, etc. (p.30).

Según el planteamiento de Goffman:

El individuo puede seguir el movimiento natural descrito por

Park: probablemente no sea un mero accidente histórico que el

significado original de la palabra persona sea máscara. Es más

bien un reconocimiento del hecho de que, más o menos

conscientemente, siempre y por doquier, cada uno de nosotros

desempeña un rol... Es en estos roles donde nos conocemos

mutuamente; es en estos roles donde nos conocemos a

nosotros mismos (2006, p.31).

Ahora bien, se entiende por actuación “toda actividad de un individuo que

tiene lugar durante un período señalado por su presencia continua ante un

conjunto particular de observadores y posee cierta influencia sobre ellos”

(Goffman, 2006, p. 33).

En este sentido, Goffman expresa:


Será conveniente dar el nombre de «fachada» (front) a la parte

de la actuación del individuo que funciona regularmente de un

modo general y prefijado, a fin de definir la situación con

respecto a aquellos que observan dicha actuación. La fachada,

entonces, es la dotación expresiva de tipo corriente empleada

intencional o inconscientemente por el individuo durante su

actuación (2006, pp. 33-34).

Continúa Goffman con su postulado y dice:

[En la fachada,] en primer lugar, se encuentra el medio (setting),

que incluye el mobiliario, el decorado, los equipos y otros

elementos propios del trasfondo escénico, que proporcionan el

escenario y utilería para el flujo de acción humana que se

desarrolla ante, dentro o sobre él. En términos geográficos, el

medio tiende a permanecer fijo, de manera que los que usan un

medio determinado como parte de su actuación no pueden

comenzar a actuar hasta haber llegado al lugar conveniente, y

deben terminar su actuación cuando lo abandonan. Solo en

circunstancias excepcionales el medio se traslada con los

actuantes; vemos esto en el cortejo fúnebre, el desfile cívico y


las fantásticas procesiones que integran el quehacer de reyes y

reinas (2006, pp. 34).

Con respecto a la fachada personal, Goffman explica:

Si tomamos el término «medio» para referimos a las partes

escénicas de la dotación expresiva, se puede tomar «fachada»

personal para referirse a los otros elementos de esa dotación,

aquellos que debemos identificar íntimamente con el actuante

mismo y que, como es natural, esperamos que lo sigan

dondequiera que vaya. Como parte de la fachada personal

podemos incluir las insignias del cargo o rango, el vestido, el

sexo, la edad y las características raciales, el tamaño y aspecto,

el porte, las pautas de lenguaje, las expresiones faciales, los

gestos corporales y otras características semejantes (2006, p.

35).

Realización dramática en el contexto

Como se dijo anteriormente, si un sujeto actúa para influir en su auditorio,


este debe preparar bien su repertorio y probar, quizás, frases, gestos,
miradas, etcétera.

Si la actividad del individuo ha de llegar a ser significante para

otros, debe movilizarse de manera que exprese durante la

interacción lo que él desea transmitir. En realidad, se puede

pedir al actuante que no solo exprese durante la interacción las

capacidades que alega tener, sino que también lo haga en

forma instantánea. Así, si un árbitro de fútbol quiere dar la

impresión de que está seguro de su juicio, debe renunciar al

momento de reflexión que podría conferir seguridad acerca de

su juicio; debe tomar una decisión instantánea, de manera que el

público que lo observa esté seguro de que él está seguro

(Goffman, 2006, p. 42).

Se puede decir, de acuerdo con lo expresado por Goffman, que el hecho de

actuar no es una tarea sencilla, muchas veces:

El problema de dramatizar el trabajo propio significa más que el

mero hecho de hacer visibles las costas invisibles. El trabajo

que debe ser realizado por aquellos que ocupan ciertos status
está, con frecuencia, tan pobremente proyectado como

expresión de
un significado deseado, que si el beneficiario quisiera dramatizar el

carácter de su rol, debería desviar para ello una apreciable

cantidad de su energía. Y esta actividad desviada hacia la

comunicación requerirá, a menudo, atributos diferentes de

aquellos que se dramatizan (Goffman, 2006, p. 44).

Idealización

Con referencia a la actuación, dentro del proceso de socialización, “la

tendencia de los actuantes es ofrecer a sus observadores una impresión

que es idealizada de diversas maneras” (Goffman, 2006, p. 46).

“Así, cuando el individuo se presenta ante otros, su actuación tenderá a

incorporar y ejemplificar los valores oficialmente acreditados de la sociedad,

tanto más, en realidad, de lo que lo hace su conducta general” (Goffman,

2006, p. 47).

Además, quien actúa produce, a menudo, en los miembros de su auditorio, la

creencia de que está relacionado con ellos de un modo más ideal de lo que

en realidad lo está. Los individuos tienden a representar su actuación como

si fuese la única y la más importante. Como se señaló anteriormente, el

auditorio, a su vez, está convencido de esto (Goffman, 2006).


Mantenimiento del control expresivo
Con frecuencia, los individuos de una sociedad transmiten sin intención ideas

equivocadas que surgen como producto de los gestos que el hombre realiza

comúnmente.

El auditorio puede entender erróneamente el significado que

debía ser transmitido por la sugerencia o puede ver un

significado molesto en gestos o hechos accidentales,

inadvertidos o incidentales, y no destinados por el actuante a

contener significado alguno. En respuesta a estas contingencias de

la comunicación, los actuantes intentan, por lo general, ejercer

una especie de responsabilidad sinecdóquica, asegurándose de

que en la actuación tendrá lugar la mayor cantidad posible de

sucesos de menor importancia, por inconsecuentes que puedan

ser estos eventos desde el punto de vista instrumental, de

modo de no transmitir impresión alguna o bien una impresión

compatible y consistente con la definición general de la

situación que se fomenta (Goffman, 2006, p. 62).

De igual manera, el medio puede no estar ordenado y calificado para la

actuación que se pretendía.


Por debajo de nuestros principios proclamados y de nuestra

palabra empeñada, debemos esconder asiduamente todas las

desigualdades de nuestro humor y nuestra conducta, y esto sin

hipocresía, ya que nuestro carácter elegido es más

verdaderamente nuestro que el flujo de nuestros sueños

involuntarios (Goffman, 2006, p. 68).

Goffman aclara que “mediante la disciplina social se puede mantener con

firmeza una máscara de modales” (Goffman, 2006, p. 62).

Tergiversación

La tergiversación se da en aquellos que presentan una falsa

fachada o “solo” una fachada, en aquellos que fingen, engañan y

defraudan. Presentan una discrepancia entre las apariencias

fomentadas y la realidad. Se puede definir como mentira

manifiesta, categórica o descarada. Es aquella en la que puede

haber pruebas irrefutables de que el autor sabía que mentía y lo

hizo premeditadamente (Goffman, 2006, p. 71).


Por su parte, los individuos descubiertos en el acto de la mentira corren el

riesgo de perder credibilidad para siempre y, con ello, su prestigio.

Si bien la actuación ofrecida por impostores y mentirosos es

falsa y difiere de las actuaciones ordinarias, ambas son

similares en el cuidado que deben ejercer los actuantes a fin de

mantener la impresión que se fomenta. Es la diferencia entre la

fachada argumentada y la realidad (Goffman, 2006, p. 73).

Mistificación

Dentro del contexto, Goffman (2006) cita el siguiente relato explicado por

Ponsonby para explicar el concepto de mistificación:

Una noche, el rey Haakon me habló de sus dificultades ante las

inclinaciones republicanas de la oposición y del cuidado que

debía tener, en consecuencia, en todo lo que hacía y decía. Se

proponía, dijo, mezclarse tanto como fuera posible con sus

ciudadanos y pensaba que sería popular si, en lugar de ir en

automóvil, él y la reina Maud tomaban el tranvía.


Le dije francamente que yo pensaba que este sería un gran

error, ya que la familiaridad engendra desprecio. Como oficial

de la marina de guerra, él debía saber que el comandante de un

buque nunca come con los otros oficiales sino que permanece

apartado. Esto es, por supuesto, para impedir cualquier

familiaridad con ellos. Le dije que debía subirse a un pedestal y

permanecer allí. Podría entonces descender ocasionalmente sin

perjuicio. EI pueblo no quería un rey con el cual intimar, sino

algo nebuloso como el oráculo de Delfos. La monarquía era

realmente la creación del cerebro de cada individuo. A todo

hombre le gustaba pensar qué haría si fuese rey. El pueblo

investía al monarca con todas las virtudes y el talento

concebibles. Por lo tanto, se decepcionaría si lo viera circular

por la calle como cualquier hombre común (p. 79).

Asimismo, las maneras o modales que utilizan los individuos para sostener

un acto o personaje son los utilizados para acentuar las diferencias y

distinguirse entre la gente común. Por su parte, el público coopera aceptando

estas diferencias propuestas por la sociedad incentivando la distinción de

rangos, puestos, cargos, etc. (Goffman, 2006).

Realidad y artificio
Goffman (2006) explica:

En nuestra cultura angloamericana parece haber dos modelos

basados en el sentido común, de acuerdo con los cuales

formulamos nuestras concepciones de la conducta: la actuación

real, sincera u honesta, y la falsa, que consumados embusteros

montan para nosotros, ya sea con la intención de no ser

tomados en serio, como en el trabajo de los actores en escena, o

con la intención de serlo, como en el caso de los embaucadores

(p. 81).

“El mundo no es, por cierto, un escenario, pero resulta difícil especificar los

aspectos que hacen la diferencia” (Goffman, 2006, p. 83). La capacidad para

intercambiar roles parece ser algo natural en el hombre. En ese sentido:

Ser un tipo dado de persona no significa simplemente poseer los

atributos requeridos, sino también mantener las normas de

conducta y apariencia que atribuye el grupo social al que se

pertenece. La facilidad irreflexiva con la cual los actuantes

llevan a efecto, de manera coherente, dichas rutinas de

mantenimiento de normas no niegan el hecho de que se haya

producido una actuación, sino tan solo que los participantes lo

hayan advertido (Goffman, 2006, p. 86).


CONTI NUA R
LECCIÓN 2 de 4

Referencias

Carabaña, J., y Lamo de Espinoza, E. (1978). La Teoría Social del

Interaccionismo Simbólico, Análisis y Valoración Crítica. Revista Española de

Investigaciones Sociológicas 1(78) pp. 159-203. Recuperado de https:/

dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/666889.pdf

Goffman, E. (2006). La presentación de la persona en la vida cotidiana.

Buenos Aires, Argentina: Amorrotu.

Rizo García, M. (2004). La comunicación como base para la interacción

social. Aportaciones de la comunicología al estudio de la ciudad, la identidad

y la inmigración. En Contemporánea 3(2), 53-71. Recuperado de http:/

www.contemporanea.uerj.br/pdf/ed_03/contemporanea_n03_06_garci a.pdf

Rizo García, M. (2011). De personas, rituales y máscaras. Erving Goffman y

sus aportes a la comunicación interpersonal. En QUÓRUM ACADÉMICO 8(15)

pp. 78-94. Recuperado de

https:/ dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/3998939.pdf
LECCIÓN 3 de 4

Revisión del módulo

Hasta acá aprendimos

Comunicación no verbal

La comunicación no verbal es inherente al ser humano e influenciada por la
sociedad y la cultura a la que pertenecen. Para construir un discurso visual y dar un
determinado mensaje, es necesario conocerla y tener en claro sus características.

Denotación, connotación y contexto



Ante un mensaje, existen dos niveles de interpretación: denotación y connotación.
La denotación es la relación que se da, de manera directa, entre el mensaje y su
significado; en tanto que en la connotación, el significado puede variar en función
de interpretaciones que se relacionan y están condicionadas por el contexto.
Comunicación e interacción

La comunicación se constituye en la base de toda interacción social. Por esta razón,
el interaccionismo simbólico hace hincapié en la interacción de los individuos y la
interpretación de los procesos de comunicación en las situaciones inmediatas.

Realización dramática en el contexto



Por último, planteamos la interacción comunicativa en términos de actuación
dramática, comparando la vida cotidiana con una puesta en escena y considerando a
las personas como actores que interpretan diferentes roles.

LECCIÓN 4 de 4

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Imagen y cultura

Avanzando en el desarrollo de esta asignatura, comenzamos este segundo módulo.


La Comunicación no verbal fue el disparador para introducirnos en ese concepto
amplio e indispensable de comprender qué es la Comunicación.
Nos quedaremos con la idea central acerca de la misma como un acto de interacción
que tendrá diferentes características y resultados, dependiendo del contexto en el
que se la analice. Por ello concluimos que, sólo existe cuando lo comunicado
adquiere un significado común para el emisor y el receptor.

Concepto de signo

Semiótica, imagen y cultura

Referencias

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LECCIÓN 1 de 4

Concepto de signo

En su mayoría, los procesos de comunicación humanos parten de una

motivación con una idea en particular. El comunicador visual en su tarea

cotidiana, muchas veces está a la búsqueda de ese momento en el que

encuentra por dónde, y más aún, desde dónde comenzar el trabajo para

lograr su objetivo.

Esa idea que irá pasando por muchas etapas y momentos hasta llegar al

producto final, será la que lo guía, deberá estar debida y apropiadamente

alineada de uno o varios significados específicos, los cuales tienen que ser

comprensibles para que se realice el acto comunicativo.

Esos códigos necesarios para todo proceso de comunicación, son el conjunto

de signos que tienen un significado preestablecido por una sociedad y el

cual es común a todos sus miembros.

Por ello, resulta esencial clarificar el significado del concepto “signo”.

Su importancia es central para abarcar la comunicación e intentaremos

abordarlo desde distintos enfoques para comprenderlo.


Si bien existen varias corrientes de pensamiento que centraron sus estudios

en el significado del signo, una de las más importantes fue aquella que tiene

al lingüista, semiólogo y filósofo suizo Ferdinand de Saussure (1857-1913)

como principal referente.

Este pensador, también considerado el padre de la "lingüística estructural"

del siglo XX, sostuvo que la definición o significado comienza a partir de la

existencia misma del signo.

Así es que para Saussure, se trata de una unidad dual de significado y

significante, y esa relación es arbitraria. (s.f., https:/ tinyurl.com/y2ndnmbq).

Saussure sostenía que el signo lingüístico es una entidad con dos caras: un

concepto o idea (significante) y una imagen acústica (significado) que se

corresponden recíprocamente. (s.f., https:/ tinyurl.com/y2ndnmbq).

La imagen acústica no es el sonido, sino la representación mental de la

cadena de sonidos que se corresponden con un determinado concepto (si

pensamos en el sonido de una palabra sin pronunciarla, no hay sonido físico

pero sí una imagen acústica).

Figura 1: Concepción del signo según Saussure


Fuente: Elaboración propia

En otra postura con respecto a una definición del signo, mencionamos al

filósofo y físico norteamericano Charles Sanders Peirce (1839-1914), quien a

diferencia de Saussure, no le preocupaba el funcionamiento de la lengua; su

preocupación era más general, ya que le interesaba cómo el hombre conoce

la realidad.

Por ello, Peirce, concebía una relación triádica del signo en la que intervienen: un

objeto, que se refiere a la noción de signo y, a su vez, un interpretante, que

sería el significado de este.

Esa relación entre el signo y lo representado ha sido estipulada por la

sociedad, por eso se dice que es una relación convencional. (s.f.,

https:/ tinyurl.com/y23zw7us).
Así es que este autor define al signo como “algo que está para alguien en

lugar de otra cosa, su objeto, en algunos de sus aspectos. Y crea en la

mente de esa persona un signo más desarrollado que es su interpretante”.

(s.f., https:/ tinyurl.com/y23zw7us).

En el mismo orden de ideas, Peirce concibe al signo como todo lo que pueda

conocerse, todo lo reconocible. Para adquirir la calidad de signo, debe existir

un objeto asociado a la noción de lo representado. Es lo que este denomina

como el interpretante; es decir, el individuo detecta el objeto al cual relaciona

con el signo porque el mismo signo genera en su mente una idea

relacionada con la realidad representada. Esa idea es el interpretante.

(s.f., https:/ tinyurl.com/y23zw7us).

A este proceso interpretativo este autor lo denomina semiosis.

Ahora bien, ocurre que ese interpretante puede al mismo tiempo generar en

la mente una relación que involucre otro signo y así sucesivamente. Ello

produce una relación casi infinita de interpretantes, denominada semiosis

ilimitada en la teoría de Peirce. (s.f., https:/ tinyurl.com/y23zw7us).

Figura 2: Concepción del signo según Peirce


Fuente: Elaboración propia con base en s.f., https://tinyurl.com/y4bvkder

CONTI NUA R
LECCIÓN 2 de 4

Semiótica, imagen y cultura

La ciencia que estudia los procesos y los sistemas de significación se

denomina semiótica. También se define como la ciencia que estudia el

significado de los signos dentro de una sociedad.

Cuando comenzamos a comprender el concepto de signo, conviene tener

claridad desde los distintos lugares en que puede ser abordado y eso nos

permitirá una mejor visión acerca de las áreas abarcadas en su estudio.

Por ello, se abordarán las definiciones planteadas por los pensadores más

destacados dentro del ámbito de la comunicación visual.

Retomamos ahora a Peirce, quien define la semiótica como:

Una "ciencia del pensamiento" que responde al interrogante de

cómo el ser humano conoce el mundo que lo rodea, cómo lo

interpreta y cómo crea el conocimiento y lo transmite. Según él,

un signo es todo lo que se refiere a otra cosa (referente); es la

materia prima del pensamiento y, por lo tanto, de la

comunicación. (Karam, 2011, https:/ tinyurl.com/y2u5u7ht).


Por su parte el semiólogo, filósofo y escritor italiano Umberto Eco (1932-

2016), quien fuera uno de los estudiosos contemporáneos de la semiótica

más reconocidos, sostenía que esta disciplina debía estudiar todo aquello

que pudiera ser utilizado para representar algo de la realidad.

Asimismo, Eco postulaba que, en cualquier caso, habría que

coincidir en que la semiótica debía ocuparse de todo aquello

que está en lugar de algo (aliquid stat pro aliquo en la conocida

fórmula latina) y, en definitiva, de las reglas que rigen la relación

de reenvío en la que están implicados el aliquid y el aliquo de la

citada fórmula. Constataba también que “toda la historia del

pensamiento de la humanidad había estado obsesionada por la

idea de esta relación”, lo que había estimulado muy diferentes

respuestas a las cuestiones suscitadas por ella.

Algunas de esas respuestas han sido muy explícitas. Otras, en

cambio, más que implícitas han sido reprimidas. Ambos tipos

de respuestas –en opinión de Eco– son de una gran

importancia para la semiótica. (Castañares y Manetti, 2016, p.

15).

Como explica Karam (2011), la semiótica aporta una visión de cómo algo se

vuelve un signo con un significado específico. No sólo explica el proceso del

nacimiento del signo, también se interesa en la vida de este dentro la

sociedad.
La semiosis es un fenómeno operativo contextualizado, en el

cual los diversos sistemas de significaciones transmiten

sentidos, desde el lenguaje verbal al no verbal, pasando por los

lenguajes audiovisuales, hasta las más modernas

comunicaciones virtuales. (Karam, 2011,

https:/ tinyurl.com/y2u5u7ht).

Con respecto a la semiótica visual, la autora Julieta Haidar Espiridao (como

es citada en Karam, 2011), sostiene que para su delimitación es necesario

tener en cuenta varios aspectos.

Uno de ellos y quizás el de mayor relevancia, sería definir qué entendemos

por lo visual y en ese caso, cómo la semiótica lo abordará.

Haidar Espiridao plantea que lo visual está conformado por sus

características morfoestéticas.

Otro factor a considerar es la relación entre lo visual y lo verbal. En este punto es

importante considerar que puede diferir en cuanto a la función que cumpla, y

como se ha planteado anteriormente, estará condicionado por el contexto,

dependiendo de la cultura, y a su vez, ha ido transformándose a través de la

historia.

Asimismo, otro elemento a tener en cuenta es cómo detectar y

conceptualizar lo visual estático y lo cinético.


Por último, y no menos importante, conviene analizar lo relacionado al

iconismo de lo visual y los diferentes grados de iconicidad de la imagen.

Para comprender un poco más lo anterior, conviene detenernos al respecto

y aclarar a qué se denomina iconicidad de la imagen.

Este término hace referencia a la propiedad de una imagen de parecerse

analógicamente a la realidad representada por ella, “la imagen verista y el

signo abstracto constituyen los extremos opuestos de la “escala de

iconicidad decreciente” formulada por Abraham Moles”. (como se cita en

Costa 2011, p.7).

Para una mayor comprensión de la escala de iconicidad, podemos

establecer, en primer término, tres niveles fundamentales de mayor a menor

de las imágenes:

Representativas la percepción directa del receptor


se establece desde un nivel de
codificación bajo.
se establece una mayor simplicidad
Simbólicas en la representación de la imagen,
la cual contiene mayor
complejidad.

la imagen está reducida a sus


Abstractas componentes visuales más básicos
y por lo tanto, el nivel de
codificación es alto.

Pero, cabe aclarar que, entre un nivel y otro, existen diversos grados de

iconicidad por lo que recurrimos a una tabla con mayores elementos y que

plantea 11 grados distintos.

En la figura siguiente se describe dicha propuesta.


Figura 3: Escala de iconicidad
Fuente: [imagen sin título sobre escala de iconicidad. (s.f.). Recuperado de
https://tinyurl.com/yyfaea6x)

Siguiendo con la problemática de la semiótica visual y coincidiendo en parte

con Haidar, Esteban D. Palací (2009) considera también, para el estudio de

la semiótica visual, la necesidad de diferenciar entre la percepción visual,

como sería la teoría de la Gestalt que abordaremos más adelante, y la

función comunicativa que poseen los textos visuales.

En otras palabras, se hace necesario distinguir entre la forma propiamente

dicha de lo visual real y el contenido semántico del texto visual concreto, es

decir, su mensaje implícito.

Los textos se interpretan en función de la comunicación

(informativa, organizativa, persuasiva, estética o lo que fuere)

mientras que la percepción de la realidad produce una

interpretación de otro tipo, en la que no se presupone una

intencionalidad comunicativa. Dicho de otro modo, la percepción

de la realidad presupone la ausencia de retórica; un árbol, el

termo, la puerta de la cocina no son metáfora de nada, nadie los

ha puesto ahí para que se entienda otra cosa; son percibidos

como objetos de la realidad, no como un mensaje. (Palací,

2009. p.23).

Avanzando aún más en el tema, lo que plantea el autor Palací, es que desde
el punto de vista de la comunicación, los estímulos visuales ayudan a la
producción de los mensajes cuya finalidad puede ser comunicacional,

cultural o simbólica, lo cual es diferente a la asociación analógica de un

objeto con la realidad.

En ese sentido, cuando en el ámbito de la publicidad se habla

de mostrar el producto no se trata en ningún caso de presentar

el objeto como algo existente en la realidad sino como un mensaje,

como portador de significados que no están solo relacionados

con su existencia. Lo que se muestra como el producto es una

imagen elaborada en función de producir ciertos significados

culturales (utilidad, estética, salud, etc.), nunca el objeto por sí

mismo. (Palací, 2009, p.23).

En tanto, Solórzano expone para el análisis de la imagen tres

dimensiones:

Dimensión semántica: relaciones que los signos mantienen con


su significado.

Dimensión sintáctica: relaciones de los signos entre sí.

Dimensión pragmática: relaciones que se establecen entre


los signos y los usuarios.

Por su parte, el filósofo y semiótico estadounidense Charles

Morris destacó, dentro de sus análisis, que los signos están

determinados por relaciones funcionales que operan en

distintos niveles de significación. (2013, p. 86).


Es decir, Morris plantea la búsqueda de la significación como análisis de la

imagen en la semiótica a través de tres componentes: la sintaxis, la

semántica y la pragmática.

Es importante remarcar que la semiótica ayuda a desentrañar el mensaje de

los textos visuales, ya que todos ellos están compuestos por signos, o sea,

unidades de significado.

Dentro de los lenguajes visuales, estas unidades de significados (signos)

pueden estar referidas al croma, a la morfología, a la sintaxis, a la

composición, al movimiento, entre otros elementos expresivos de lo visual y,

por supuesto, a la relación de estos signos visuales con los lingüísticos, con el

texto (como se verá más adelante).

Por último, se habla de semiótica visual, pero esta suele subdividirse en,

semiótica de la imagen, del color, de la imagen en movimiento y otras más,

dependiendo del mensaje visual y su respectivo código. Se hace necesario

recordar, al mismo tiempo, la importancia de relacionar el texto visual con la

sociedad y cultura donde está inserta, puesto que, como se ha venido

explicando, es en el seno de determinada sociedad donde cobran

significados específicos los signos.

CONTI NUA R
LECCIÓN 3 de 4

Referencias

Castañares, W., y Manetti, G. (Coords.). (2016). Historia de la Semiótica.

Homenaje a Umberto Eco. DeSignis (25). Serie Transformaciones. Argentina:

Universidad de Rosario. Recuperado de https:/ tinyurl.com/yy9erc8h

Comunicacion.idoneos.com. (s.f.). Ferdinad De Saussure. Recuperado de

https:/ tinyurl.com/y2ndnmbq

Comunicacion.idoneos.com. (s.f.). Charles Sanders Peirce. Recuperado de

https:/ tinyurl.com/y23zw7us

Costa J. (2011). Los tres fundamentos del lenguaje gráfico. Recuperado de

https:/ tinyurl.com/y5q8vkak

[Imagen sin título sobre escala de iconicidad. (s.f.). Recuperado de https:/

tinyurl.com/yyfaea6x

Karam, T. (2011). Introducción a la semiótica de la imagen. Recuperado de

https:/ tinyurl.com/y2u5u7ht
Palací, E.D., Bentivegna, D. (2009). La Codificación Visual ¿Con qué

diseñamos? Códigos, Imagen y Cultura. Recuperado de

https:/ docplayer.es/54413005-01-la-codificacion-visual.html

Pixabay [página web]. (s.f.). [Imagen sin título sobre naturaleza, árbol]

Recuperado de https:/ pixabay.com/es/photos/%C3%A1rbol-paisaje-

naturaleza-164915/

Solórzano A. (2013). Análisis de las dimensiones sintácticas, semánticas,

pragmáticas y poéticas de la ilustración científica. Recuperado de

https:/ tinyurl.com/yypnrk3l
LECCIÓN 4 de 4

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Codificación visual

Partimos en este camino de comprender la comunicación visual, enfocados sobre


la comunicación no verbal.
Este segundo módulo, nos permitió, a partir de la primera lectura, abordar un
concepto fundamental: el signo.
Comprender su definición en base a distintas teorías, será de fundamental
importancia, tanto para la producción de mensajes, como para el análisis de los
mismos.
Pero retomemos una frase de uso popular y a la cual hicimos mención en el módulo
anterior: “una imagen vale más que mil palabras”.
Ahora bien… ¿Qué es una imagen?
Avanzar en su concepto, características, funciones y posibilidades será motivo de
esta segunda lectura.

Semejanza y codificación

Los niveles de codificación de la imagen

Referencias

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LECCIÓN 1 de 4

Semejanza y codificación

Vivimos en la era de la imagen y de manera cotidiana estamos expuestos a

ellas de innumerables formas, en muchísimos soportes y aún más,

cumpliendo distintas funciones.

Si tuviésemos el trabajo de hacer una búsqueda rápida del significado, o

bien intentáramos consultarlo con distintas personas, comprenderíamos lo

amplio y diverso que puede ser el término según el contexto y la situación en

el que se pretenda definirla.

Ante tantas definiciones que podríamos encontrar o recibir, no dudaríamos

que, la más cercana y común a todas las experiencias sería la de una

representación fiel, o lo más exacta posible, de la realidad percibida por una

persona, en su entorno inmediato.

Pero cabe aclarar, como ha sido demostrado por diversos estudios del tema

y detallaremos más adelante, que la imagen tiende a expresar la realidad,

pero no es precisamente la realidad.

“Los signos icónicos, pese a cierta semejanza entre signo y objeto


representado, son convencionales. No poseen las propiedades de la realidad,
sino que transcriben, según cierto código de representación y

reconocimiento, algunas condiciones de la experiencia”. (Umberto Eco, como

se cita en Karam, 2011, https:/ tinyurl.com/y2u5u7ht).

Es decir, los signos icónicos, los más semejantes en apariencia a la realidad,

no poseen las características de lo que representan; ellos expresan formas

convencionalmente aceptadas por una sociedad, asociadas a la realidad.

Para ejemplificar lo anterior, si dibujásemos un automóvil con apenas unas

pocas líneas como lo haría un niño, sin dudas se interpretaría como el signo

automóvil, pero claro está que no es un “automóvil”.

Sólo hemos tomado un grupo de líneas y las hemos organizado de una

manera previamente aprendida para significar el concepto “automóvil”.

Según expresa Karam, “reproducen según un código una apariencia de

realidad conservando algunas características empíricas necesarias para

ayudar a la asociación de ideas”. (2011, https:/ tinyurl.com/y2u5u7ht).

A partir de estas evidencias, se designa a estos signos como convencionales,

reforzando la idea de la imagen como un producto social histórico. Pero

para comprender el signo icónico se necesita tener en cuenta los cambios

históricos y culturales que ha atravesado, preservando sólo los elementos

significativos constitutivos de lo esencial de lo que representan. (Karam,

2011).
En relación con este tópico, Karam toma una cita del antropólogo, filósofo y

etnólogo francés, Claude Lévi-Strauss (1908-2009), quien sostuvo que “La

cultura en la cual una imagen es producida-distribuida-interpretada, es un

conjunto de sistemas simbólicos”. (2011, https:/ tinyurl.com/y2u5u7ht).

En cada cultura los sistemas icónicos establecidos constituyen

una pedagogía de la visión, orientada hacia el desciframiento de

las formas acordes al conjunto de informaciones visuales que

circulan en el universo de los medios de comunicación de

masas. (Karam, 2011, https:/ tinyurl.com/y2u5u7ht).

Es decir, las convenciones sociales, en cuanto a la adjudicación de

significados de los signos icónicos, son las que forman la cultura visual de

reconocimiento e interpretación de los códigos que irán presentándose a

través de los medios de comunicación para aportar diferentes mensajes

dentro de una sociedad.

Los tres planos de la comunicación visual

Tal como hemos detallado a lo largo de estos materiales y lo cual queda

evidenciado en las opiniones de los distintos autores, el contexto ocupa un

lugar preponderante a la hora de analizar todo proceso de comunicación. Es

así que en este caso puntual, la sociedad y la cultura son quienes determinan los

modos de interpretar los textos visuales, generando códigos basados en

convenciones arbitrarias.
Con respecto a ello, la autora argentina Nelly Schnaith distingue

tres planos relevantes de codificación en una cultura visual:

Plano perceptivo

Plano representativo

Plano cognitivo

Estos planos están íntimamente vinculados entre sí por una

dialéctica de transformaciones mutuas y recíprocas. En el

proceso social, los cambios que afectan a cualquiera de estos

órdenes repercuten en los otros. (Palací, 2009, p. 25).

Como ejemplo de esto, Schnaith hace referencia a la influencia, en el modo

de percibir de una cultura a lo largo de la historia, debido a los

descubrimientos científicos, la evolución del arte, adelantos tecnológicos,

entre otros factores. A raíz de los cambios producidos en una cultura, el

individuo se ve en la necesidad de aprender nuevos códigos, esa experiencia

implica una transformación en todos los planos de codificación, a saber: el

perceptivo, el representativo y finalmente, el plano cognitivo. (Palací, 2009).

A continuación, se presenta una conceptualización explicativa de cada plano

de codificación.

Los códigos de la percepción


La percepción en un sujeto es un acto activo, condicionado por la experiencia

previa en su proceso de captar el universo concreto donde se desenvuelve;

todo esto siempre influenciado por la cultura, las ideologías, los estereotipos,

las convenciones sociales, entre otros muchos factores. (Palací, 2009). “El

acto de mirar nunca es simple: es una actividad compleja donde intervienen

todos estos factores de diversas maneras, superponiéndose, entrando en

contradicción, conciliándose unos con otros, interfiriéndose”. (Palací, 2009,

p.27).

Los códigos de la representación

Las representaciones hechas de la realidad se ejecutan basándose en

convenciones preestablecidas. Palací lo afirma diciendo que “la tradición

garantiza el reconocimiento de lo representado en la lectura visual y a su vez

es el punto de partida de toda producción de una imagen”. (2009, p.27).

Cuando surgen las vanguardias o las representaciones novedosas, estas lo

son por haber dejado de lado lo cotidiano, lo aprendido, lo previamente

establecido en una cultura.

Si una representación vale como análogo de la realidad se debe

a una operación cultural de atribución de significado; con base a

un criterio establecido arbitrariamente (en el sentido de que no

es natural sino producto de factores culturales): el criterio de

semejanza. La semejanza no es un hecho natural, sino una

relación construida, seleccionada dentro de un vasto campo de


posibilidades. Algo es semejante a otra cosa según un criterio
determinado y deja de serlo, si se aplica otro criterio. (Palací,

2009, p.28).

Los códigos cognitivos

“No hay ojo inocente”.

Con esta frase, Gombrich, citado por Palací (2009, p. 30), afirma que no

existe una representación supuestamente natural que no haya surgido de la

cultura.

Se trata de un saber construido a lo largo de la historia

personal, un depósito cognitivo acumulado en la conciencia y la

sensibilidad, y que los procesos históricos, los cambios sociales,

las revoluciones teóricas y técnicas, las conmociones estéticas,

etcétera, contribuyeron a que esto sucediera. (Palací, 2009,

p.30).

CONTI NUA R
LECCIÓN 2 de 4

Los niveles de codificación de la imagen

Debemos considerar, que al momento de un análisis semiótico, se debe

tener en cuenta cuáles son los códigos presentes en la estructura de una

imagen.

Con respecto a ello, Tanius Karam cita a Umberto Eco para recuperar la idea

que “nos da una guía sintética de todos esos aspectos perceptivos,

psicológicos, gráficos, icónicos que conllevan el análisis de una imagen o un

conjunto de ellas; son una guía útil para "recorrer" nuestros materiales de

análisis“. (2011, https:/ tinyurl.com/y2u5u7ht).+

Así, podemos detallar los siguientes códigos:

Códigos perceptivos

Aquellos asociados a la psicología de la Gestalt.

Se centran en la percepción visual y en cómo el cerebro en unidad con el

sistema de percepción ocular interpreta la realidad. El observador advierte


determinados estímulos visuales (color, forma, volumen, proporción), los

cuales le permiten evocar y reconocer determinada forma. (Karam, 2011).

Códigos de reconocimiento

Son aquello que “estructuran bloques de unidades de reconocimiento”. Un

claro ejemplo de eso serían las rayas negras sobre fondo blanco, las cuales

se pueden recordar a partir de indicios mínimos de unidades de significado

más amplio.

El ejemplo que pone Eco es el de una cebra. Cuando vemos

este animal en el parque zoológico los elementos que

reconocemos inmediatamente (y que retenemos en la

memoria) son las rayas y no la mandíbula, que se puede parecer

a la de otro animal. De esta forma, cuando dibujamos una cebra

cuidamos que se reconozcan las rayas aunque la forma del

animal sea aproximada. Aunque esto, acepta Eco, no es

universal y puede variar de una cultura a otra.

(Karam, 2011, https:/ tinyurl.com/y2u5u7ht).

Códigos de transmisión

Estructuran las condiciones que transmiten la sensación útil con

los fines de una transmisión determinada: las rayas en la tv; el


reticulado en una foto de prensa; el grano de la imagen. En el

caso de la tv este sistema es en esencia un sistema

radioelectrónico de telecomunicaciones, en el que la imagen

recibida se forma por un haz electrónico que barre una

superficie fosforescente, que es el dorso de la pantalla, y que se

percibe gracias a una imperfección de la visión humana, a su

incapacidad para percibir la estructura discontinua de la trama

que va formando secuencialmente el veloz barrido electrónico

de la pantalla, según un principio divisionista o analítico similar al

de la pintura puntillista de Seurat. (Karam, 2011, https:/

tinyurl.com/y2u5u7ht).

Códigos icónicos

Se articulan a partir de figuras, signos y enunciados (o semas).

Se define como un conjunto de reglas o convenciones que

establecen la equivalencia entre un signo gráfico determinado y

una unidad pertinente del código de reconocimiento.

Ahora bien, ¿en el caso de un signo visual, las propiedades que

se reconocen o reproducen son aquellas que se ven o aquellas

que se saben? Esto varía, dice Eco; el artista del Renacimiento

reproduce la propiedad de lo que ve, el cubista las que sabe (el

público normal está acostumbrado a reconocer lo que ve y no

reconoce las que sabe). El signo icónico puede poseer las


propiedades ópticas del objeto (visibles), las ontológicas
(presumibles) o las convencionalizadas. Por ejemplo: la tierra

no es exactamente redonda, pero convencionalmente se pinta

como si lo fuera.

Un código icónico establece relaciones semánticas entre un

signo gráfico como vehículo y un significado perceptivo

codificado. La relación se establece entre una unidad pertinente

de un sistema semiótico, dependiendo de la codificación previa

de una experiencia perceptiva (Eco, 1968: 229)

Las figuras pueden ser también condiciones de percepción, o


unidades mínimas tales como luz, forma, contorno, geometría.

Los signos denotan artificios gráficos, como unidades de


reconocimiento, tales como "nariz", "ojo", "cielo" o "nube"; o bien en
modelos abstractos: símbolos, diagramas conceptuales.

Enunciados icónicos: es lo que llamamos propiamente imagen:


"hombre, caballo"; y constituyen un "enunciado icónico complejo:
"aquí hay un hombre de pie"; "esto es un caballo en perfil y de pie".
(Karam, 2011, https:/ tinyurl.com/y2u5u7ht).

Códigos iconográficos

Son íconos culturalizados, que forman semas más complejos; se reconocen


porque se fundan en unidades de reconocimiento muy aparentes. Un código
iconográfico, codifica algunas condiciones de reconocimiento y establece,

por ejemplo, que una mujer semidesnuda al lado de un árbol y una manzana,

es "Eva en el paraíso y fue tentada". Este código reconoce "mujer",

"manzana", "serpiente", pero no los elementos de articulación del

significante. El código iconográfico se levanta sobre la base del icónico

("mujer" = "dos piernas", "dos brazos", "cara", "pelo"). (Karam, 2011, https:/

tinyurl.com/y2u5u7ht).

Códigos del gusto y la sensibilidad

Establecen (con extrema variabilidad) las connotaciones provocadas por

semas de códigos precedentes.

Un templo griego puede connotar belleza armónica o ideal de lo griego o

antigüedad.

Una bandera puede connotar patriotismo o guerra, todas connotaciones que

dependen también de la situación de enunciación.

Por ejemplo, un hombre con cierto tipo de venda sobre el ojo, a la luz de los

códigos iconográficos, connota pirata pero puede connotar, además, hombre

fascinante o aventurero.

En última instancia, estamos en el ámbito del mensaje connotado y

codificado, postulado por el filósofo y semiólogo francés, Roland Barthes


(1915-1980), que aparece sostenido o soportado por el mensaje primero, o

mensaje denotado.

En consecuencia, podemos llamar a estos códigos, “códigos de connotación”

(Bentivegna, 2009, p.43).

En cuanto a ello, si bien existen otras clasificaciones de códigos

más extensas, como enuncia Karam (2011), esta sirve de punto

de partida para aproximarse a un análisis del mensaje visual.

Al respecto agrega el autor a modo de cierre:

“Ningún modelo o abordaje da cuenta de toda la complejidad en

el estudio del sentido y la semiosis, así como tampoco un

análisis es algo que concluya con algo determinante y cerrado”.

(Karam, 2011, https:/ tinyurl.com/y2u5u7ht).

CONTI NUA R
LECCIÓN 3 de 4

Referencias

Bentivegna D. (2009) La Codificación Visual ¿Con qué diseñamos?

Semejanza y codificación. En M. Ledesma y M. López (comps.)

Comunicación para diseñadores (pp.34-43). Argentina. Nobuko.

Karam, T. (2011). Introducción a la semiótica de la imagen. Recuperado de

https:/ tinyurl.com/y2u5u7ht

Palací, E. (2009) La Codificación Visual ¿Con qué diseñamos? Códigos,

Imagen y Cultura. En M. Ledesma y M. López (comps.) Comunicación para

diseñadores (pp.19-34). Argentina. Nobuko.


LECCIÓN 4 de 4

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Percepción, imagen y realidad

A medida que avanzamos con los distintos módulos, incorporamos diversos


conceptos de fundamental importancia para el desarrollo profesional de todo
Comunicador Visual.
Ya sea como Publicistas o Diseñadores gráficos, la comprensión de todas y cada una de
las etapas, así como los elementos del proceso de comunicación, serán
fundamentales para desenvolverse de manera eficaz en el ámbito laboral.
Comenzamos este módulo 2 acercándonos a las características de la imagen,
ahora será el turno de centrarnos en las formas de percibir la misma, así como
clasificarlas al respecto.

Percepción

Imagen y realidad

Referencias

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LECCIÓN 1 de 4

Percepción

Antes de comenzar a exponer el concepto de percepción, cabe hacer una

distinción entre esta y el estímulo. De acuerdo con estudios, el estímulo

proviene del exterior; en la cadena del conocimiento, produce un primer

acercamiento, una sensación, por ejemplo, frío, calor, duro, blando.

La percepción, en cambio, pertenece al mundo individual interior, es un

proceso psicológico que ayuda al ser humano a conocer e interpretar su

mundo (Frascara, 2007).

Ahora bien, en la percepción visual se desarrolla un proceso perceptivo que

consta de varias facetas:

Figura 1: Proceso de percepción


Fuente: [Imagen sin título sobre el proceso de percepción]. (s.f.). Recuperado de
https://tinyurl.com/yxpj5fm2

Asimismo, “la percepción, que en el campo del diseño se relaciona

tradicionalmente con la estructura de la forma, es una herramienta para

sobrevivir”. (Frascara, 2007, p. 70).

Al respecto, Vargas Melgarejo expone:

La percepción es biocultural porque, por un lado, depende de los

estímulos físicos y sensaciones involucrados y, por otro lado,

de la selección y organización de dichos estímulos y

sensaciones. Las experiencias sensoriales se interpretan y

adquieren significado moldeadas por pautas culturales e

ideológicas específicas aprendidas desde la infancia. (1994, p.

47).

Es decir, la percepción es innata en el ser humano, lo ayuda a entender y

conocer el mundo que habita; pero lo percibido adquiere significado en la

medida en que forme parte del cúmulo de patrones aprendidos a lo largo de

su vida.

El hombre percibe la forma o estructura de la realidad como un primer plano

perceptual, y luego, con la ayuda de su conocimiento previamente adquirido,

penetra a otro nivel más profundo, el de la significación.


Son destacables, en relación con el tema, los psicólogos alemanes de

principios del siglo XX, Kóhler, Kofika, Lewin, y Wertheimer, quienes

propusieron la denominada teoría de la Gestalt, también conocida como

teoría de la forma o la configuración. La misma está vinculada a la

percepción, ya que establece el acto de captación de la imagen a través de

sus formas y contornos. (Leone, 2011).

Al respecto, Leone expresa:

Las Leyes de la Gestalt no actúan de modo independiente,

aunque se las enuncie por separado; actúan simultáneamente y

se influencian mutuamente creando resultados, en ocasiones

difíciles de diferenciar. Estas leyes se ajustan también a las

variables tiempo y espacio (variables subjetivas) y son sensibles al

aprendizaje por lo que podemos entrenarnos para percibir más

allá de las mismas. (2011, https:/ tinyurl.com/y35t877t).

Al mismo tiempo, estas leyes están condicionadas por la subjetividad de

quien percibe y son susceptibles de ser aprendidas. Se dividen en dos

grupos: las leyes o principios generales y las particularizantes.

Las leyes o principios generales son:


Principio general de la buena forma (Prägnanz ó Pregnancia)

Los elementos son organizados en figuras lo más simples posible, (simétricas, regulares y
estables).

Principio general de Figura y Fondo



Figura, es un elemento que existe en un espacio o “campo” destacándose en su
interrelación con otros elementos. Fondo: Todo lo que no es figura. Es la zona del campo
que contiene elementos interrelacionados que no son centro de atención. El fondo
sostiene y enmarca a la figura y, por su contraste menor, tiende a ser desapercibido u
omitido. (Leone, 2011, https:/ tinyurl.com/y35t877t).

Por otra parte, los principios o leyes particularizantes se clasifican en:

Ley del cierre o de la completud



Las formas cerradas y acabadas son más estables. Tendemos a cerrar y a completar con
la imaginación las partes faltantes.

Ley del contraste



La posición relativa de los diferentes elementos incide sobre la atribución de cualidades
(como ser el tamaño) de los mismos.
Ley de la proximidad

Los elementos tienden a agruparse con los que se encuentran a menor distancia. (Leone, 2011,
https:/ tinyurl.com/y35t877t).

Principio de simetría

Las imágenes simétricas se perciben como iguales, es decir, si se traza un eje imaginario al
centro de la forma, esta tendrá las dimensiones y pesos visuales repartidos en ambos lados
de manera equitativa. (Cordero, 2004).

Principio de continuidad

Las figuras o grupo de figuras se pueden ordenar de un modo que parezcan llevar una
dirección sugerida por un estímulo, ayudando a unir las formas. (Cordero, 2004).

Principio de semejanza

Es la ley que tiene como propósito la agrupación de elementos parecidos o similares.
Cuando existen elementos diferentes dentro de una misma
composición, por ejemplo, existe una tendencia a construir grupos con aquellos elementos
iguales. (Cordero, 2004).

Principio de dirección común



Los elementos ubicados en la misma dirección suelen formar una imagen. (Cordero, 2004).

Principio de la buena continuidad o destino común



Tiende a agrupar aquellos elementos cuyo movimiento es de un mismo modo o tienen un
destino común. (Hornelas Garay, 2006).

Figura 2: Teoría de la Gestalt


Fuente: elaboración propia.

CONTI NUA R
LECCIÓN 2 de 4

Imagen y realidad

Como ya se ha dicho anteriormente, la imagen no sólo es una representación

gráfica o mental, es un elemento de comunicación visual. A la vez, el

mensaje que lleva implícito está influenciado por la cultura y la sociedad.

Ahora bien, el destinatario del mensaje visual es un sujeto, un espectador,

quien no sólo se limita a percibirlas, sino también a interpretarlas.

Es sabido que los mensajes visuales pueden tener diferentes significados.

Aumont (1992), en su libro La Imagen, se pregunta por qué se mira una

imagen, e intenta descifrar por qué un sujeto es atraído a verla. Sostiene el

autor, que uno de los primeros puntos a tener en cuenta, es la función

mediadora de la imagen entre el espectador y la realidad. En ese sentido,

sigue la reflexión de Rudolf Arnheim, quien propone una argumentación entre los

valores de la misma y su relación con lo real:


Un valor de representación

La imagen representativa es la que representa cosas concretas.
Un valor de símbolo

La imagen simbólica es la que representa cosas abstractas.
El valor de lo simbólico de una imagen se define, más que cualquier otro,
pragmáticamente, por la aceptabilidad social de los símbolos representados.

Un valor de signo

Una imagen sirve de signo cuando representa un contenido cuyos caracteres no refleja
visualmente. (Arnheim, como se cita en Aumont, 1992, p. 83).

En ese sentido, la imagen, al ser una estructura altamente compleja, integra

casi siempre los tres aspectos propuestos por Arnheim.

En el mismo orden de ideas, al igual que Aumont, Dondis (2007) expone su

clasificación de imágenes en:

Representativas Aquellas ampliamente similares a


las características reales de
su referente.

Centradas más en las sensaciones


evocadas por la imagen, que en su
Simbólicas parecido. Entra a un plano de

connotaciones más allá de su


representación, tiende a la
espiritualidad.

Abstractas Aquellas opuestas a las figurativas,


hacen énfasis en la forma y el
color.
Se puede sostener que toda imagen es una representación de la realidad. Lo

que varía no es la relación de la imagen con su referente, como se vio, esta

puede ir de lo concreto real a lo abstracto; sino la manera diferente de la

imagen para sustituir, interpretar, traducir o modelar la realidad, labor

condicionada por convenciones y acuerdos socioculturales.

En consecuencia, como expresa Aumont,

En todos sus modos de relación con lo real y con sus funciones,

la imagen depende, en conjunto, de la esfera de lo simbólico

(campo de las producciones socializadas, utilizables en virtud de

las convenciones que rigen las relaciones interindividuales.

(1992, p. 85).

A continuación, se grafica un ejemplo de los tipos de imágenes propuestos

por los autores y se añade una imagen del artista Josep Renau, que se

considera compleja según lo expuesto por Arnheim.

En la imagen, puede observarse cómo está compuesta por:

Una representación realista, la fotografía de la dama en blanco y


negro.

Una sígnica, el reloj por ser un objeto que marca el tiempo, pero no
es el tiempo.
Una simbólica, se representa por la mano corriendo la cortina
como si fuese una manera de asomarse a través del tiempo.

Una abstracción, en los elementos sin carga significativa como lo


son las texturas visuales.

Asimismo, toda la imagen global es un signo representativo de una

expresión, de ahí la complejidad de la imagen y su necesidad de ser

analizada.

Figura 3: Clasificación de las imágenes


LECCIÓN 3 de 4

Referencias

Aumont, J. (1992). La Imagen. Barcelona España: Paidós.

Cordero R. J. (2004). Percepción Visual. Recuperado de https:/

tinyurl.com/y74en5x3

Dondis, D. A. (2007). La sintaxis de la imagen. Introducción al alfabeto visual.

Barcelona, España: Gustavo Gili.

Frascara, J. (2007). El Diseño de Comunicación. Buenos Aires, Argentina.

Ediciones Infinito.

Hornelas Garay. (Uploader). (2006). Leyes de la Gestalt [PPT en línea].

Recuperado de https:/ tinyurl.com/ybr3ter9

[Imágenes sin título]. Recuperadas de https:/ tinyurl.com/ybgn6da9

https:/ tinyurl.com/yahd2r3g https:/ tinyurl.com/y8kb9z5h

https:/ tinyurl.com/y7sznf2r https:/ tinyurl.com/y7b4a3g5

Leone, G. (2011). Leyes de la Gestalt. Recuperado de https:/

tinyurl.com/y35t877t

Vargas Melgarejo, L. (1994). Sobre el concepto de Percepción. Alternidades

4(8), 47-53. MX: Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Iztapalapa.

Recuperado de https:/ tinyurl.com/yat23v85


LECCIÓN 4 de 4

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El diálogo textual

A medida que avanzamos con las lecturas, vamos incorporando conceptos,


definiciones, clasificaciones que nos aportarán elementos para construir ese cúmulo de
saberes necesarios y que formarán parte de lo que llamaríamos el maletín
teórico/práctico del comunicador visual.
Llegamos así, al final de este segundo módulo, habiendo recorrido temas como, el
signo, la codificación visual, imagen y cultura y las formas de la percepción.
El tema de la lectura que cierra el módulo es, no menos importante, ya que aborda la
relación existente y necesaria entre la imagen y el texto: la imagen como texto
visual.

Relación imagen-texto

Video conceptual interactivo

Referencias

Revisión del módulo

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LECCIÓN 1 de 5

Relación imagen-texto

A menudo nos pasa de transitar por las calles a pie o en auto y sentirnos

abrumados ante tanta cartelería y pantallas.

La vía pública está cargada de estímulos visuales, y la presencia de textos e

imágenes es omnipresente sin importar el lugar.

La llamada contaminación visual hace poco tiempo sólo consideraba el

espacio público, pero las pantallas trascendieron dichos lugares e invadieron

lo personal a partir de las tecnologías que nos mantienen conectados a

imágenes, íconos y videos compartidos en diferentes medios.

Ese cúmulo de información es lo que da forma a la cultura visual, portadora

de mensajes y valores.

Así, la alfabetización visual ya no se asocia sólo a la lectura y

escritura de textos, también a las ‘nuevas alfabetizaciones’

(visual, mediática, digital o emocional) que aportan otros

lenguajes y posibilidades. En definitiva, las imágenes construyen


también conocimiento a partir de experiencias concretas, de

pequeños relatos o micro-historias que permiten entretejer

elementos narrativos que representan las distintas voces o

aportaciones de cada persona. (Abad, 2013, pp. 1-2).

Por otra parte, es sabido que la imagen da lugar a múltiples interpretaciones,

expresa ambigüedades, porque en el plano de la denotación no habría mayor

confusión. Pero cuando de connotaciones se habla, como se ha estudiado,

allí en ese plano de significación, intervienen factores culturales, ideológicos,

de contexto, entre otros.

En ese particular, el texto o mensaje lingüístico ayuda a la comprensión del

mensaje que intenta acercar la imagen; esta por sí sola, en algunos casos,

produciría una confusión de interpretación. Roland Barthes (1964) define

como función de anclaje a la ayuda que proporciona el texto escrito en la

interpretación de un mensaje visual. La unión, texto e imagen ayudan a la

decodificación y la consecuente comprensión de la información.

A raíz de esta característica, muchos autores se preguntan qué se interpreta

primero.

“¿Qué se ‘lee’ antes, la imagen o el texto cuando ambos comparten un

mismo espacio e intención?” (Abad, 2013, p. 2).


Ahora bien, Vilches (1997) considera al texto como “el medio privilegiado de

las intenciones comunicativas. Es a través de la textualidad donde es

realizada no sólo la función pragmática de la comunicación, sino también,

donde es reconocida por la sociedad” (pp. 30-31). A su vez, el mismo autor

conceptualiza la imagen como una unidad de sentido comunicativa para

alguien, es decir, además de ser una unidad portadora en sí misma de

significado, también tiene una orientación pragmática, hecho que la

relacionaría con el texto. (Vilches, 1997).

Según lo expuesto, palabra e imagen unidas forman una unidad portadora de un

mensaje.

De esta manera, la palabra como diálogo con la imagen es

portadora de significaciones de la experiencia lectora, pues en

esta simbiosis emerge un relato (narración interna, movimiento

del pensamiento o invitación para la mirada sensible y

preparada), que posee un ritmo y una estructura reconocible

mediante un principio, un desarrollo y un final, que el propio

lector o lectora encadenan. Por lo tanto, la imagen “leída” es

portadora de sentido pues ofrece resonancias con la propia

narración interna para conectar con todas las posibilidades de

interpretación (personal, contextual, social, cultural y simbólica).

(Abad, 2013, p. 2).


Por lo visto hasta ahora, podemos afirmar, que la imagen por sí sola no puede

imponer un mensaje específico si no está apoyada en una estructura verbal.

La unidad formada por la relación entre texto e imagen presenta muchas

variantes. En primer lugar, en relación con el contexto en donde aparece el

mensaje. Por su parte, el texto puede controlar o complementar el mensaje

visual. Es por ese motivo, que el registro verbal (código lingüístico), puede

resultar decisivo para fijar el sentido del mensaje, en los casos en donde, lo

visual resulta susceptible de diversas interpretaciones, operando como

anclaje del sentido enunciado.

Al respecto de los textos, Alexopoulou (2010), en su investigación

relacionada con la clasificación de estos, comenta la existencia de varias

clasificaciones y destaca los modelos tipológicos de E. Werlich y de J. M.

Adam.

Werlich (1975) elabora una tipología sobre la base de características

semántico sintácticas.

A partir de la combinación de la dimensión cognitiva (“modos

de abordar la realidad”) con la dimensión lingüística (“modos de

representar la realidad”), reconoce la existencia de cinco tipos

básicos de estructuración textual, que denomina bases

temáticas y que pone en relación con las actividades cognitivas

humanas. Se trata, por lo tanto, de una tipología de carácter

cognitivo que toma en cuenta los datos del contexto


extralingüístico y las estructuras de las oraciones. (Alexopoulou,

2010, p.103).

Figura 1: Bases temáticas de Werlich

Fuente: Elaboración propia sobre Werlich, 1975 (como se cita en Alexopoulou, 2010, p. 103).

En el tema desarrollado en esta lectura y teniendo en cuenta la unión de

texto e imagen como un todo discursivo, las tres maneras comúnmente

detectadas en los mensajes visuales comerciales son: el texto descriptivo, el

narrativo y el argumentativo.

El texto descriptivo

Se presenta cuando se necesita mostrar cualidades del producto o servicio

en particular. Los textos narrativos aparecen en textos publicitarios tratando


de contar una historia. Por último, los textos de tipo argumentativo se

caracterizan por el empleo del tiempo presente, se utilizan para dar razón o

razones que validen la elección de un producto o servicio.

El texto visual

La lectura de una imagen se estructura a través de los componentes

sintácticos, semánticos y pragmáticos los cuales forman una unidad.

Con respecto a su significado, el nivel sintáctico se relaciona con la forma

en que se organizan las palabras y en consecuencia las frases; el

componente semántico hace referencia al sentido del mensaje, por último el

aspecto pragmático, responde a la función que cumple el texto de acuerdo

al contexto donde se halla. (Vilches, 1997).

Niveles productivos del texto visual

Como se ha podido ver hasta ahora, la imagen tiene la capacidad de ser

interpretada, leída por su receptor. Al respecto, Vilches propone varios

niveles productivos del texto visual.

Nivel de producción material de la imagen:

En esta etapa se manipulan materiales visuales como colores,

tonos, líneas y formas todavía no significantes. El espectador


se encuentra ante un trabajo realizándose como, por ejemplo,

ondas luminosas, puntos electrónicos, señales fácticas,

elementos visuales en constitución de código.

Elementos diferenciales de la expresión:

En este nivel pueden estudiarse los trazos diseñados, los

códigos de reconocimiento de las marcas sintácticas y gráficas,

tales como el punto, la línea, el círculo, el triángulo. En general,

modificaciones estables de formas reconocibles aunque

incompletas, anteriores a la coherencia que confiere la unidad

textual.

Niveles sintagmáticos:

El lector se encuentra aquí con operaciones complejas pero

separables. Se dan las diversas figuras iconográficas dentro

del cuadro de una fotografía o pintura. Motivos iconográficos, lo

que supone establecer una relación entre un concepto con

figuras, alegorías, representaciones narrativas o ciclos, como

la pasión (como motivo religioso), los ángeles, el cementerio

(romanticismo), etc.

Bloques sintagmáticos con función textual:


Los diversos montajes teatrales en una obra, estudiados

separadamente. Los diversos sistemas de puesta en escena en

un mismo filme, tipos de montajes por secuencias, diversos

sistemas gestuales como caracterización y estereotipos de

actores y caracteres. Aquellas secuencias del discurso visual

que permiten dar coherencia al texto. El arreglo, la

coordinación o agrupación ordenada dentro de la imagen que le

confiere sentido al discurso visual.

Niveles intertextuales:

Todas las transcripciones en discursos narrativos pueden ser

estudiadas como operaciones textuales que actúan

como instrumentos multifuncionales. Es descrito como

contextual y funciona como una gramática definida en el

momento en que el lector debe desambiguar el mensaje del

texto que tiene delante de sí.

El mecanismo del tópico:

Tópico serie de constantes temáticas, tópicos o motivos

comunes ya prefijados (debido a su uso reiterado) que utilizan,

como recurso, los escritores y poetas, conscientes de estar

usando fórmulas o clichés fijos y admitidos en esquemas

formales o conceptuales. Mecanismos de coherencia, tanto

interpretativos como productivos.


El género como mecanismo macro textual:

Es la actualización, precisa y determinada, de una gran

superficie de textos visuales caracterizados por un género

determinado.

Tipologías de género:

A partir de aquí, podrían estudiarse, por ejemplo, las tipologías

de géneros de la comunicación de masas en relación con los

métodos de información (las características de las agencias de

prensa), las tecnologías de impresión y reproducción audiovisual

en cada país, las estructuras periodísticas nacionales, los modos

de producción cinematográfica en un país, etcétera. (Vilches,

1997, pp.35-39).

Finalizando, Vilches (1997) expresa que, en general, el texto visual puede

estudiarse a través de estas estructuras productivas planteadas.

LECCIÓN 2 de 5

Video conceptual interactivo

El diálogo textual
LECCIÓN 3 de 5

Referencias
LECCIÓN 4 de 5

Revisión del módulo

Hasta acá aprendimos

Imagen y cultura

Iniciamos este módulo trabajando sobre el significado de lo no verbal. Analizamos el
concepto de signo como código para un proceso de comunicación. Dentro de este
proceso analizamos sus dos caras: significado y significante. Por ultimo avanzamos en
categorizar a la ciencia que estudia los procesos y sistemas de significados: la semiótica.

Codificación visual

En esta segunda lectura nos propusimos trabajar sobre la imagen. Analizamos su concepto,
características, funciones y posibilidades que trae consigo como medio de
comunicación. Estudiamos los planos de la comunicación visual y los diferentes niveles de
codificación de la imagen con el fin de conocer su estructura.
Percepción, imagen y realidad

En este espacio trabajamos con el concepto de percepción, diferenciándolo del estímulo,
además analizamos y describimos los diferentes procesos, principios y leyes de este
concepto. Por ultimo trabajamos sobre la imagen y realidad, conociendo las distintas
clasificaciones de ésta y su importancia a nivel cultural y social.

El diálogo textual

Finalizamos este módulo trabajamos sobre el diálogo textual. Analizamos que en él se da
la importante relación entre la imagen y el texto, considerando que muchas veces la
imagen lleva a considerar múltiples interpretaciones.
En este sentido, desglosamos diferentes tipos de texto y niveles productivos del texto
visual.

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