Título: Catedral de León (fachada occidental e interior)
Autor: Maestro Enrique
Estilo: Gótico Cronología: S. XIII (1255-1300)
Interior y fachada occidental de la Catedral de León que consta de una triple
portada ojival, un triforio, un gran rosetón y finalmente un gablete flanqueado por dos pináculos. Separadas de este cuerpo se levantan dos torres de planta cuadrada, coronadas también por pináculos. Esta fachada principal presenta una clara influencia formal de la Catedral de Chartres. Materiales: piedra, hormigón y vidrio. Presenta planta de cruz latina, de brazos muy cortos, de triple nave, girola con capillas hexagonales y capilla mayor de considerable longitud para la colocación en ella del coro, formada por dos tramos rectangulares y un ábside que cierra una línea poligonal de siete lados. Elementos sustentantes: Los redondos pilares llevan adosadas medias columnas. Los cuatro pilares del crucero, más robustos, son cuadrados. Los muros laterales están reforzados por contrafuertes que ayudan a contrarrestar el peso de la bóveda de la nave central, que es transmitido por arbotantes, rematados por pináculos. Así, en la nave central desaparecen los muros y todo aporta una gran luminosidad a la Catedral. Elementos sostenidos: Las naves se cubren con bóvedas de crucería sencillas, rectangulares las de la nave mayor y crucero y cuadradas las laterales. Las bóvedas de la girola son trapezoidales con nervios quebrados. Comentario: Se considera a la Catedral de León como el mejor ejemplo del gótico de influencia francesa En el gótico se generaliza el uso de la bóveda de crucería con arcos apuntados que permiten hacer catedrales más esbeltas y reduce los empujes haciendo cubiertas más ligeras, lo que permite abrir los muros. Desaparece la tribuna románica y los empujes laterales que ésta resolvía se envían a los arbotantes, arcos que transmiten el empuje de la cubierta a los pilares exteriores. Las grandes vidrieras son una muestra del interés del gótico por comunicarse con el pueblo. Así mismo, la sensación de verticalidad se corresponde con la idea de la Jerusalén celeste, en comparación con la sensación de acogimiento y seguridad de los fieles, creada en el románico. Ya en el siglo XIII, por ser parte principal del camino de Santiago, León se configura como una ciudad con una intensa actividad económica basada en el comercio ganadero, agrícola y artesanal. Se sabe que durante las primeras fechas de construcción de la catedral, el maestro arquitecto era el Maestro Simón, continuando la obra el Maestro Enrique en el último tercio del siglo XIII, el cual, de origen francés, también se hallaba colaborando en la fábrica de la Catedral de Burgos.