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Hay varios pueblos colonizadores. Los fenicios son los que introducen a la
Península Ibérica en la protohistoria. Se instalaron en la costa andaluza, desde
Cádiz (primera ciudad española) hasta Almería, con la explotación minera
como objetivo. Estuvieron entre los siglos VIII al VI a C. Los Cartagineses hasta
el siglo III a C. fueron reemplazando a los fenicios, Cartago era una antigua
colonia fenicia del norte de África.
La presencia de los griegos, hacia el siglo VII, fue en la costa este. Estaba
asociada al establecimiento de factorías costeras para la obtención de mineral,
fueron los fundadores de Ampurias.
Entre los siglos XI y XIII se produjo la mayor expansión de los reinos cristianos.
La corona de Castilla se convirtió en la gran protagonista con la conquista de
Toledo 1085 por Alfonso VI y la victoria de Alfonso VIII en las Navas de Tolosa
en 1212 que abrió el Sur de la Península a los cristianos. En el reinado de
Fernando III el Santo (1217-1252) se produjo la conquista de Córdoba, Sevilla y
Murcia, con este monarca los reinos de León y Castilla quedaron
definitivamente unidos. En el oriente peninsular Alfonso I de Aragón conquistó
Zaragoza en 1118. Poco después en 1137 se formó la Corona de Aragón por la
unión del reino de Aragón y los Condados catalanes. En el siglo XIII el rey
Jaime I conquista las Baleares y Valencia.
Carlos I de España y V del Sacro Imperio heredó un gran imperio. Por parte de
sus abuelos paternos, padres de Felipe el Hermoso, heredó Austria y los
derechos al titulo de Emperador que ostentaba su abuelo Maximiliano de
Habsburgo y el Franco Condado y los Países Bajos procedentes de su abuela
María de Borgoña. Por parte de sus abuelos maternos, padres de Juana la
Loca, recibió los territorios de la Corona de Aragón, con los territorios italianos,
heredados de su abuelo Fernando el Católico y los de Castilla, incluyendo los
territorios norteafricanos y americanos, de su abuela Isabel.
Pese a lo disperso de estos territorios Carlos trató de llevar a cabo una política
integradora que buscaba por un lado el mantenimiento de la unidad religiosa en
torno al catolicismo y la idea de una monarquía universal frente a las
monarquías nacionales, una idea de origen medieval.
Carlos abdicó en 1556 repartiendo sus dominios. Felipe II su hijo recibió toda la
herencia española y la herencia de Borgoña (Países Bajos y el Franco
Condado). Por otra parte legó a su hermano Fernando los territorios austriacos
y la opción a sucederle en el trono del Sacro Imperio Romano Germánico.
El imperio de Felipe II sería un Imperio Hispánico. Continuaban las guerras con
Francia. La victoria de San Quintín en 1557 permite alcanzar la Paz de Cateau-
Cambesis en 1559. Francia se sumergió en el conflicto interno de las Guerras
de Religión que la apartaron de la política europea en lo que quedó de siglo,
dentro de las mismas intervino Felipe II apoyando a los católicos. En la década
de los sesenta se reanudó el conflicto con los turcos. Las tensiones tuvieron
lugar en el Mediterráneo por la conquista turca de la Isla de Chipre. Por ello se
organizó una coalición entre España, Venecia y el Papado (Santa Liga) que
reunió una flota. Esta se enfrentó a la armada turca en Lepanto derrotándola
totalmente. Se estableció un nuevo equilibrio en el Mediterráneo que entró en
una etapa de relativa estabilidad.
Felipe estuvo casado con María Tudor, la hija de Enrique VIII, a la muerte de
esta, su sucesora Isabel I se convertirá en su gran antagonista. Inglaterra
apoyó la actividad de corsarios como Drake que perturbaban el comercio
español con América, además apoyó a los rebeldes holandeses. Felipe decidió
enviar una flota, conocida como la Armada Invencible, para invadir Inglaterra.
Esta iniciativa fracasó. En 1588 la flota quedó seriamente dañada tras un
ataque mal ejecutado y significó uno de los mayores desastres del reinado.
Ante la muerte del rey portugués en 1578 sin descendencia, Felipe hizo valer
sus derechos como hijo de Isabel de Portugal, la esposa de Carlos I e hija de
Manuel I. En 1580 se produjo la invasión del país que se incorporó a la corona.
Los Decretos de Nueva Planta fueron las leyes impuestas por Felipe V a los
antiguos territorios de la Corona de Aragón a raíz de su victoria en la Guerra de
Sucesión. Felipe V, proclamado en 1700 rey de España, es el primer monarca
de la dinastía borbónica. La oposición de varias potencias europeas y de los
territorios de la Corona de Aragón ocasionó la Guerra de Sucesión.
Se establecen los mismos códigos civil y criminal para todos los ciudadanos,
garantías penales y procesales, así como la abolición de la tortura. Otros de
sus artículos planteaban la reforma de los impuestos y la Hacienda, la creación
de un ejército nacional, el servicio militar obligatorio y la implantación de una
enseñanza primaria, pública y obligatoria. Asimismo, el territorio se dividía en
provincias con diputaciones provinciales, había formación de ayuntamientos y
se creaba la Milicia Nacional. El texto constitucional plasmaba también el
compromiso entre liberales y absolutistas, al afirmar la confesionalidad católica
del Estado.
Estuvo en vigor los años 1812 a 1814, 1820 a 1823 y unos meses entre 1836 y
1837. Tuvo gran repercusión en las siguientes constituciones españolas y en
Portugal e Italia.
10. Detalla las fases del conflicto entre liberales y absolutistas durante el
reinado de Fernando VII
Así nace el carlismo, que, aparte de apoyar a Carlos como rey de España,
frente a Isabel II, defendía el absolutismo, el poder de la iglesia y rechazaba el
liberalismo. La ideología del carlismo se resumía en “Dios, Patria y Rey”:
defendían el Antiguo Régimen, la monarquía de origen divino, y el
mantenimiento de los fueros y de los privilegios tradicionales. Sus principales
defensores eran absolutistas, clero, nobles rurales, campesinos y artesanos,
que veían amenazadas sus tradiciones y economía debido al liberalismo. Los
carlistas se hicieron fuertes sobre todo en Valencia, Aragón, Cataluña, País
Vasco y Navarra debido a la cuestión foral. A nivel internacional la Santa Sede
y la Santa Alianza apoyarán al carlismo.
Los carlistas lograron formar un ejército en las áreas rurales del País Vasco
gracias al militar Tomás Zumalacárregui que pondrá en jaque al ejército
isabelino. Tienen algunos éxitos y lograron asediar Madrid. Pero finalmente los
carlistas se rinden ante el general Espartero (Convenio de Vergara en 1839), lo
que pone fin a la primera guerra carlista. Los carlistas se volverán a levantar en
1846-49 y en 1873-76, pero serán fácilmente derrotados y se organizan en un
partido político católico y absolutista. Las guerras carlistas provocaron el
aumento de las deudas y la influencia de los militares y de los liberales en el
gobierno.