Está en la página 1de 17

Portafolio Digital: Desarrollo en las diferentes etapas de la infancia

Lactancia y primera infancia:

Desarrollo físico:

Durante la lactancia y primera infancia, los bebés experimentan un rápido crecimiento y


desarrollo físico. Es una etapa crucial en la que se producen importantes cambios en el
cuerpo y se establecen las bases para el desarrollo posterior.

Crecimiento: Durante los primeros años de vida, los bebés experimentan un


crecimiento acelerado. A medida que reciben la nutrición adecuada, su peso, estatura y
circunferencia de la cabeza aumentan significativamente. El crecimiento es
especialmente rápido en los primeros meses de vida y se ralentiza gradualmente a
medida que el niño crece.

Alimentación: La lactancia materna es recomendada como la forma óptima de


alimentación para los bebés durante los primeros seis meses. La leche materna
proporciona todos los nutrientes necesarios para su crecimiento y desarrollo. Si la
lactancia materna no es posible, se pueden utilizar fórmulas infantiles que contienen los
nutrientes esenciales. A medida que los bebés crecen, se introducen gradualmente
alimentos sólidos para complementar la dieta.

Desarrollo motor: Durante la lactancia y primera infancia, los bebés adquieren


habilidades motoras fundamentales. Al principio, tienen movimientos reflejos y
limitados, pero con el tiempo desarrollan habilidades motoras más complejas.
Comienzan a levantar la cabeza, voltearse, sentarse, gatear, pararse y finalmente
caminar. Estos logros se alcanzan gradualmente a medida que los músculos y el
sistema nervioso se fortalecen y coordinan.
Desarrollo sensorial: Durante esta etapa, los bebés exploran y desarrollan sus
sentidos. Su capacidad para percibir y responder a estímulos visuales, auditivos,
táctiles, gustativos y olfativos se desarrolla rápidamente. A medida que interactúan con
su entorno, comienzan a reconocer caras, objetos familiares, sonidos y texturas. El
desarrollo sensorial juega un papel importante en la comprensión del mundo que les
rodea y en la formación de vínculos afectivos.

Desarrollo cognitivo:

Durante la lactancia y primera infancia, los bebés experimentan un rápido desarrollo


cognitivo. A medida que exploran su entorno y se relacionan con las personas que los
rodean, adquieren nuevas habilidades cognitivas y desarrollan una comprensión cada
vez mayor del mundo que les rodea.

Percepción: Desde el nacimiento, los bebés comienzan a desarrollar habilidades de


percepción. Pueden reconocer y responder a estímulos visuales y auditivos. Al
observar y explorar objetos, aprenden a distinguir formas, colores y patrones. Además,
empiezan a reconocer caras y expresiones faciales, lo que les permite establecer
vínculos emocionales con sus cuidadores.

Memoria: A medida que los bebés crecen, también desarrollan habilidades de


memoria. Pueden recordar eventos, como la ubicación de un juguete o una rutina
diaria. La memoria a corto plazo se desarrolla inicialmente y luego progresa hacia la
memoria a largo plazo a medida que los bebés crecen y adquieren más experiencias.

Lenguaje: Durante la lactancia y primera infancia, los bebés comienzan a desarrollar


habilidades lingüísticas. Al principio, emiten sonidos y balbuceos como una forma de
comunicación. Con el tiempo, empiezan a asociar palabras con objetos y acciones. A
medida que escuchan y están expuestos al lenguaje de sus cuidadores, comienzan a
comprender y producir palabras y frases simples.
Además de estas habilidades, los bebés también desarrollan la capacidad de atención
y concentración. A medida que crecen, pueden enfocar su atención en estímulos
específicos y mantenerla durante períodos más largos.

Es importante destacar que el desarrollo cognitivo en la lactancia y primera infancia


es un proceso gradual y progresivo. Cada niño se desarrolla a su propio ritmo, pero
existen hitos generales que se observan en esta etapa. Estos hitos proporcionan una
guía para evaluar el desarrollo cognitivo de un bebé y permiten identificar posibles
retrasos o dificultades.

Desarrollo emocional:

Durante la lactancia y primera infancia, los bebés experimentan un notable


desarrollo emocional. A medida que interactúan con su entorno y establecen vínculos
afectivos con sus cuidadores, adquieren habilidades emocionales fundamentales que
les permiten reconocer, expresar y regular sus emociones.

Los bebés nacen con la capacidad innata de experimentar emociones básicas como
la alegría, el miedo, la tristeza y la ira. A medida que crecen, desarrollan la capacidad
de reconocer y distinguir diferentes emociones en sí mismos y en los demás. A través
de la observación de las expresiones faciales y las respuestas emocionales de sus
cuidadores, los bebés aprenden a asociar ciertos estímulos con emociones específicas.

El apego emocional juega un papel crucial en el desarrollo emocional de los bebés.


Los bebés establecen un vínculo emocional con sus cuidadores principales,
generalmente sus padres o cuidadores principales. Este vínculo seguro les brinda una
base de seguridad y confianza desde la cual explorar el mundo y enfrentar nuevas
experiencias. A medida que los bebés se sienten seguros y amados, desarrollan una
mayor autoestima y un sentido de pertenencia.
Los bebés también comienzan a desarrollar habilidades de comunicación emocional
durante esta etapa. Utilizan el llanto, el contacto físico, las expresiones faciales y los
gestos para comunicar sus necesidades y emociones. A medida que sus habilidades
lingüísticas se desarrollan, comienzan a utilizar palabras y frases simples para expresar
sus sentimientos.

Es importante destacar que el desarrollo emocional en la lactancia y primera


infancia es influenciado por el entorno social y emocional en el que los bebés se
encuentran. Un entorno cálido, seguro y afectuoso favorece el desarrollo emocional
saludable, mientras que situaciones de estrés, negligencia o falta de atención pueden
afectar negativamente el desarrollo emocional.

Desarrollo social:

Durante la lactancia y primera infancia, los bebés experimentan un desarrollo social


significativo a medida que comienzan a interactuar con los demás y a desarrollar
habilidades sociales básicas. Estas interacciones sociales desempeñan un papel
crucial en su desarrollo social y emocional a largo plazo.

Desde el nacimiento, los bebés muestran una inclinación innata hacia las
interacciones sociales. A medida que crecen, comienzan a reconocer y responder a las
voces, las caras y las expresiones faciales de las personas que los rodean,
especialmente sus cuidadores principales. Estas interacciones iniciales sientan las
bases para el desarrollo de relaciones sociales más complejas en el futuro.

A medida que los bebés continúan creciendo, desarrollan habilidades sociales


básicas, como el contacto visual, las sonrisas y los gestos. A través del juego, la
imitación y las interacciones cotidianas, los bebés aprenden a comunicarse y a
relacionarse con los demás. A medida que experimentan el mundo social, comienzan a
comprender conceptos como la reciprocidad, el turno de palabra y la empatía básica.

El desarrollo social en la lactancia y primera infancia también está estrechamente


relacionado con el desarrollo emocional. Los bebés aprenden a reconocer las
emociones en los demás y a responder a ellas. Por ejemplo, pueden mostrar consuelo
cuando alguien está triste o mostrar alegría cuando alguien está contento. Estas
interacciones emocionales contribuyen a la formación de vínculos afectivos y al
desarrollo de una base segura para las relaciones futuras.

Es importante destacar que el entorno social en el que los bebés se encuentran


juega un papel crucial en su desarrollo social. La calidad de las interacciones con los
cuidadores, las oportunidades de juego y exploración, y la presencia de otros niños
influyen en el desarrollo de habilidades sociales. Un entorno seguro, estimulante y
afectuoso fomenta un desarrollo social saludable y positivo.

Segunda infancia:

Durante la segunda infancia, que abarca aproximadamente desde los 6 a los 12 años
de edad, los niños experimentan importantes cambios físicos y un continuo crecimiento
en diversas áreas de su desarrollo.

Cambios físicos y crecimiento: Durante esta etapa, los niños experimentan un


crecimiento constante pero más lento en comparación con la primera infancia. El ritmo
de crecimiento varía de un niño a otro, pero generalmente se observa un aumento en la
estatura y el peso. Además, los órganos y sistemas del cuerpo continúan
desarrollándose y fortaleciéndose.

Desarrollo motor y habilidades físicas: Durante la segunda infancia, los niños


adquieren y perfeccionan habilidades motoras fundamentales. Estas habilidades se
dividen en dos categorías principales: habilidades motoras gruesas y habilidades
motoras finas.

Habilidades motoras gruesas: Durante esta etapa, los niños mejoran su coordinación
y equilibrio. Pueden correr, saltar, trepar y realizar actividades físicas más complejas,
como montar en bicicleta. Además, su capacidad para controlar y coordinar los
movimientos de su cuerpo mejora significativamente, lo que les permite participar en
juegos deportivos y actividades físicas más estructuradas.
Habilidades motoras finas: Los niños también desarrollan habilidades motoras finas
más precisas. Pueden utilizar utensilios de escritura, como lápices y crayones, con
mayor destreza y control. Además, adquieren habilidades de manipulación más
precisas, como atarse los zapatos, abrochar botones y manipular objetos pequeños con
mayor precisión.

Es importante destacar que el desarrollo motor durante la segunda infancia es


altamente influenciado por la práctica y la participación en actividades físicas. A medida
que los niños se involucran en juegos y deportes, tienen la oportunidad de mejorar sus
habilidades motoras y fortalecer su coordinación y resistencia física.

Además del desarrollo motor, la segunda infancia también es una etapa en la que
los niños adquieren una mayor conciencia de su cuerpo y su imagen corporal. Pueden
desarrollar una mayor coordinación de los movimientos, lo que les permite participar en
actividades físicas más complejas y disfrutar de una mayor independencia en su
movimiento.

Durante la segunda infancia, los niños experimentan cambios físicos y un


crecimiento continuo. Desarrollan habilidades motoras gruesas y finas, mejorando su
coordinación, equilibrio y destreza física. La práctica regular de actividades físicas y el
fomento de un estilo de vida activo son fundamentales para un desarrollo motor
saludable y una vida físicamente activa en la segunda infancia y más allá.

Desarrollo físico:

Durante la segunda infancia, que abarca aproximadamente desde los 6 a los 12 años
de edad, los niños experimentan importantes cambios físicos y un continuo crecimiento
en diversas áreas de su desarrollo.

Cambios físicos y crecimiento: Durante esta etapa, los niños experimentan un


crecimiento constante pero más lento en comparación con la primera infancia. El ritmo
de crecimiento varía de un niño a otro, pero generalmente se observa un aumento en la
estatura y el peso. Además, los órganos y sistemas del cuerpo continúan
desarrollándose y fortaleciéndose.

Desarrollo motor y habilidades físicas: Durante la segunda infancia, los niños


adquieren y perfeccionan habilidades motoras fundamentales. Estas habilidades se
dividen en dos categorías principales: habilidades motoras gruesas y habilidades
motoras finas.

Habilidades motoras gruesas: Durante esta etapa, los niños mejoran su coordinación
y equilibrio. Pueden correr, saltar, trepar y realizar actividades físicas más complejas,
como montar en bicicleta. Además, su capacidad para controlar y coordinar los
movimientos de su cuerpo mejora significativamente, lo que les permite participar en
juegos deportivos y actividades físicas más estructuradas.

Habilidades motoras finas: Los niños también desarrollan habilidades motoras finas
más precisas. Pueden utilizar utensilios de escritura, como lápices y crayones, con
mayor destreza y control. Además, adquieren habilidades de manipulación más
precisas, como atarse los zapatos, abrochar botones y manipular objetos pequeños con
mayor precisión.

Es importante destacar que el desarrollo motor durante la segunda infancia es


altamente influenciado por la práctica y la participación en actividades físicas. A medida
que los niños se involucran en juegos y deportes, tienen la oportunidad de mejorar sus
habilidades motoras y fortalecer su coordinación y resistencia física.

Además del desarrollo motor, la segunda infancia también es una etapa en la que
los niños adquieren una mayor conciencia de su cuerpo y su imagen corporal. Pueden
desarrollar una mayor coordinación de los movimientos, lo que les permite participar en
actividades físicas más complejas y disfrutar de una mayor independencia en su
movimiento.
Desarrollo cognitivo:

Durante la segunda infancia, que abarca aproximadamente desde los 6 a los 12


años de edad, los niños experimentan avances significativos en su desarrollo cognitivo.
Durante esta etapa, adquieren habilidades de pensamiento más sofisticadas, mejoran
su capacidad de resolución de problemas y amplían su conocimiento en diversas
áreas.

Pensamiento y razonamiento: Durante la segunda infancia, los niños comienzan a


desarrollar habilidades de pensamiento más abstracto y lógico. Su pensamiento se
vuelve menos egocéntrico y pueden considerar diferentes perspectivas y puntos de
vista. Además, comienzan a comprender conceptos más complejos, como el tiempo, la
causa y el efecto, y la relación de causa y efecto.

Resolución de problemas: A medida que los niños avanzan en la segunda infancia,


también mejoran sus habilidades de resolución de problemas. Pueden utilizar
estrategias más elaboradas para enfrentar desafíos y encontrar soluciones. Aprenden a
planificar, organizar y secuenciar las acciones necesarias para resolver un problema.
Además, empiezan a considerar diferentes opciones y evaluar sus consecuencias
antes de tomar decisiones.

Conocimiento y aprendizaje: Durante esta etapa, los niños adquieren conocimientos


en una amplia gama de áreas, incluyendo matemáticas, ciencias, lenguaje y estudios
sociales. Su vocabulario se expande y puede comprender y utilizar términos más
complejos. También desarrollan habilidades de lectura y escritura más avanzadas, lo
que les permite acceder a una mayor cantidad de información y expresar sus ideas de
manera más precisa.

Además, la segunda infancia es una etapa en la que los niños muestran un interés
creciente por explorar el mundo que los rodea. Son curiosos y ávidos de aprender, lo
que los impulsa a buscar información, hacer preguntas y participar en actividades que
estimulan su desarrollo cognitivo.

Es importante destacar que el entorno y las experiencias de aprendizaje


desempeñan un papel fundamental en el desarrollo cognitivo de los niños en la
segunda infancia. El apoyo de los padres, educadores y otros adultos significativos, así
como el acceso a recursos educativos y oportunidades de aprendizaje enriquecedoras,
influyen en el desarrollo de habilidades cognitivas.

Desarrollo emocional:

Durante esta etapa, adquieren habilidades clave en el manejo de sus emociones, el


desarrollo de la autoconciencia y la mejora de sus habilidades sociales.

Desarrollo de la autoconciencia: En la segunda infancia, los niños comienzan a


desarrollar una mayor conciencia de sí mismos y de sus emociones. Empiezan a
reconocer y etiquetar sus propias emociones, y a comprender que las emociones
pueden variar en intensidad y duración. También se vuelven más conscientes de cómo
sus emociones pueden influir en sus pensamientos y comportamientos.

Control emocional: Durante esta etapa, los niños comienzan a aprender estrategias
para regular y controlar sus emociones. Adquieren habilidades para expresar sus
sentimientos de manera apropiada y gestionar la frustración, el enojo o la tristeza de
manera más efectiva. Aprenden a tolerar la frustración y a diferir la gratificación, lo que
les ayuda a desarrollar una mayor resiliencia emocional.

Habilidades sociales: En la segunda infancia, los niños también mejoran sus


habilidades sociales y su capacidad para interactuar con los demás de manera más
efectiva. Aprenden a reconocer las emociones en los demás y a mostrar empatía hacia
los demás. Además, comienzan a comprender las normas sociales y a desarrollar
habilidades de cooperación, negociación y resolución de conflictos. Estas habilidades
sociales son fundamentales para establecer relaciones saludables y satisfactorias con
sus pares y adultos.

Es importante destacar que el desarrollo emocional en la segunda infancia está


influenciado por diversos factores, incluyendo las experiencias familiares, el entorno
escolar y las interacciones sociales. El apoyo emocional de los padres, cuidadores y
educadores es fundamental para fomentar un desarrollo emocional saludable. Además,
la modelización de habilidades emocionales por parte de los adultos y la oportunidad
de practicar habilidades sociales en diferentes contextos fortalecen el desarrollo
emocional de los niños.

Desarrollo social:

Durante esta etapa, los niños interactúan de manera más compleja con sus pares y
desarrollan habilidades sociales más sofisticadas. El juego y la socialización
desempeñan un papel crucial en este proceso y son fundamentales para su desarrollo
social y emocional.

Interacción con sus pares: En la segunda etapa de la infancia, los niños buscan
activamente la interacción con sus pares y muestran un mayor interés en establecer
amistades. El juego en grupo se vuelve más estructurado y cooperativo, lo que les
brinda la oportunidad de aprender a trabajar en equipo, negociar, resolver conflictos y
tomar decisiones conjuntas. A través de estas interacciones, los niños desarrollan
habilidades de comunicación, empatía y colaboración, que son fundamentales para
establecer y mantener relaciones saludables.

Desarrollo de habilidades sociales más complejas: Durante esta etapa, los niños
desarrollan habilidades sociales más sofisticadas. Aprenden a interpretar señales
sociales más sutiles, como el tono de voz, el lenguaje corporal y las expresiones
faciales, lo que les permite comprender mejor las intenciones y emociones de los
demás. Además, adquieren habilidades de resolución de problemas, asertividad y
negociación, lo que les permite manejar conflictos de manera más efectiva y defender
sus derechos y opiniones.

Importancia del juego y la socialización: El juego desempeña un papel central en el


desarrollo social de los niños en esta etapa. A través del juego, los niños practican
habilidades sociales, experimentan diferentes roles y escenarios, y aprenden a seguir
reglas y normas sociales. El juego también fomenta la creatividad, la imaginación y el
desarrollo de habilidades cognitivas y motoras. Además, la socialización con pares
proporciona a los niños un sentido de pertenencia, les ayuda a construir una identidad
social y contribuye a su bienestar emocional.

El juego y la socialización en la segunda etapa de la infancia también brindan a los


niños la oportunidad de explorar la diversidad, aprender sobre diferentes culturas,
valores y perspectivas. Esto les ayuda a desarrollar una mayor comprensión y respeto
hacia las diferencias de los demás, promoviendo actitudes inclusivas y tolerantes.

Tercera infancia:

Desarrollo físico:

Aunque estos cambios no son tan rápidos como en etapas anteriores, aún se producen
importantes desarrollos en el aspecto físico.

Crecimiento: Durante la tercera infancia, los niños continúan creciendo, pero a un


ritmo más lento que en etapas anteriores. Experimentan un aumento constante en
altura y peso, aunque estos cambios varían de un niño a otro. Además, se observa un
desarrollo más definido de la musculatura, lo que les brinda mayor fuerza y
coordinación.
Desarrollo motor: En esta etapa, los niños refinan sus habilidades motoras y
adquieren mayor coordinación y destreza en sus movimientos. Mejoran su habilidad
para correr, saltar, lanzar y atrapar objetos, así como para equilibrarse y montar
bicicleta. Su coordinación mano-ojo y sus habilidades de motricidad fina también se
desarrollan, lo que les permite realizar tareas más precisas, como escribir con mayor
claridad y manipular objetos pequeños.

Habilidades físicas: Durante la tercera infancia, los niños comienzan a participar en


actividades físicas más estructuradas, como deportes organizados o clases de danza.
Estas actividades les brindan la oportunidad de desarrollar y perfeccionar sus
habilidades físicas, así como de aprender sobre el trabajo en equipo, la disciplina y la
competencia amistosa. Participar en actividades físicas también promueve la salud y el
bienestar general de los niños, ayudándoles a mantener un estilo de vida activo.

Es importante destacar que el crecimiento físico y el desarrollo motor en la tercera


infancia están influenciados por factores genéticos, nutrición adecuada, actividad física
regular y cuidado adecuado. Un entorno seguro y estimulante, que brinde
oportunidades para el juego activo y la participación en actividades físicas, es
fundamental para un desarrollo físico saludable en esta etapa.

Desarrollo cognitivo:

Durante la tercera infancia, los niños experimentan importantes avances cognitivos que
les permiten desarrollar habilidades de pensamiento más complejas, como el
pensamiento abstracto, el razonamiento lógico y la resolución de problemas.

Pensamiento abstracto: A medida que los niños avanzan en la tercera infancia,


comienzan a desarrollar la capacidad de pensar de manera abstracta. Esto significa
que pueden comprender conceptos y ideas que no están directamente relacionados
con objetos concretos presentes en su entorno. Pueden entender metáforas, símbolos
y conceptos más abstractos, como el amor o la justicia. Además, empiezan a ser
capaces de entender el punto de vista de los demás y considerar múltiples perspectivas
en situaciones complejas.

Razonamiento lógico: Durante esta etapa, los niños también desarrollan habilidades
de razonamiento lógico más sofisticadas. Son capaces de utilizar el razonamiento
deductivo e inferencial para llegar a conclusiones lógicas basadas en la información
disponible. Pueden seguir secuencias lógicas, reconocer patrones y establecer
relaciones causa-efecto. Además, comienzan a comprender y aplicar reglas y
conceptos matemáticos más avanzados, como las operaciones aritméticas básicas y la
resolución de problemas numéricos.

Resolución de problemas: A medida que los niños avanzan en la tercera infancia,


también mejoran sus habilidades de resolución de problemas. Pueden enfrentar
problemas más complejos y buscar soluciones utilizando estrategias más eficientes y
flexibles. Comienzan a planificar, organizar y evaluar sus propias acciones, lo que les
permite abordar problemas de manera más sistemática. Además, empiezan a utilizar el
pensamiento crítico, cuestionando la información y generando ideas y soluciones
creativas.

Es importante destacar que el desarrollo cognitivo en la tercera infancia está


influenciado por factores como la estimulación cognitiva, las experiencias de
aprendizaje, la interacción social y la educación formal. Un entorno que fomente la
exploración, el pensamiento crítico y la resolución de problemas brinda a los niños la
oportunidad de desarrollar plenamente estas habilidades cognitivas.

Desarrollo emocional:
Durante la tercera infancia, los niños experimentan importantes avances en su
desarrollo emocional. A medida que crecen y maduran, adquieren habilidades
emocionales más complejas que les permiten desarrollar una mayor autoestima,
manejar sus emociones de manera más efectiva y establecer relaciones emocionales
más maduras.

Autoestima: En esta etapa, los niños comienzan a formar una imagen más clara de sí
mismos y a desarrollar una mayor autoestima. Empiezan a evaluarse a sí mismos en
función de sus habilidades, logros y relaciones sociales. También comienzan a
compararse con sus compañeros y a buscar aprobación y aceptación de su entorno.
Una autoestima positiva les proporciona confianza en sí mismos y una base sólida para
enfrentar los desafíos y presiones sociales.

Manejo de emociones: Durante la tercera infancia, los niños adquieren habilidades


para identificar, expresar y regular sus emociones de manera más efectiva. Aprenden a
reconocer y etiquetar diferentes emociones, tanto en ellos mismos como en los demás.
También comienzan a comprender que las emociones pueden cambiar y que pueden
ser influenciadas por diferentes situaciones. A medida que desarrollan estas
habilidades, los niños aprenden a expresar sus emociones de manera más apropiada,
a manejar el estrés y la frustración, y a buscar apoyo cuando lo necesitan.

Relaciones emocionales: Durante esta etapa, los niños comienzan a establecer


relaciones emocionales más complejas con sus pares y con adultos significativos en
sus vidas. Desarrollan habilidades para la empatía, lo que les permite comprender y
responder a las emociones de los demás. También aprenden a manejar conflictos y a
negociar en situaciones sociales. A medida que se involucran en interacciones sociales
más complejas, los niños aprenden a compartir, colaborar y trabajar en equipo, lo que
promueve el desarrollo de habilidades sociales y emocionales más maduras.
Es importante destacar que el desarrollo emocional en la tercera infancia está
influenciado por factores como el entorno familiar, las experiencias sociales, el apoyo
emocional y la capacidad de los adultos para modelar y enseñar habilidades
emocionales. Proporcionar un entorno seguro, afectuoso y estimulante, donde los niños
puedan explorar y expresar sus emociones de manera saludable, es fundamental para
promover un desarrollo emocional positivo en esta etapa.

Desarrollo social:

A medida que crecen, sus interacciones sociales se vuelven más complejas y


adquieren una mayor comprensión de las dinámicas sociales y las relaciones
interpersonales.

Interacciones con pares: En esta etapa, los niños muestran un mayor interés en
interactuar y socializar con sus pares. Participan en actividades grupales, juegan en
equipo y colaboran en proyectos conjuntos. A través de estas interacciones, los niños
aprenden a negociar, tomar decisiones en grupo, resolver conflictos y adaptarse a
diferentes roles sociales. También desarrollan habilidades de comunicación más
sofisticadas, expresando sus opiniones y mostrando interés por los puntos de vista de
los demás.

Desarrollo de habilidades sociales: A medida que los niños interactúan con sus
pares, desarrollan habilidades sociales más sofisticadas. Aprenden a leer las señales
sociales de manera más precisa, interpretando las expresiones faciales, el lenguaje
corporal y las emociones de los demás. Además, se vuelven más conscientes de las
normas sociales y las expectativas de comportamiento en diferentes situaciones.
Aprenden a adaptarse a diferentes entornos sociales y a utilizar estrategias de
comunicación efectivas para establecer relaciones positivas.

Importancia de la amistad y las relaciones sociales: Durante esta etapa, la amistad


y las relaciones sociales juegan un papel crucial en el desarrollo de los niños. Las
amistades brindan un sentido de pertenencia, apoyo emocional y compañerismo. Los
niños aprenden a confiar en sus amigos, a compartir experiencias y a desarrollar
habilidades de empatía y comprensión hacia los demás. Las relaciones sociales
también promueven el desarrollo de habilidades de resolución de problemas,
negociación cooperación, a medida que los niños enfrentan desafíos y conflictos en su
interacción con los demás.

Además, la amistad y las relaciones sociales en la tercera infancia proporcionan un


entorno en el que los niños pueden practicar y desarrollar habilidades sociales
esenciales para su vida futura. Aprenden a establecer y mantener relaciones a largo
plazo, a manejar situaciones sociales complejas y a lidiar con diferentes personalidades
y perspectivas. Las interacciones sociales positivas también fomentan un sentido de
autoestima y bienestar emocional, ya que los niños se sienten valorados y aceptados
por sus compañeros.
Referencias

1. - Dreams Kindergarten. (2023). UNICEF. (2023).Lactancia Materna, primera


infancia. Páginas en línea, disponibles en: https://dreamskindergarten.com/la-
lactancia-materna-en-la-primera-infancia-2/ https://www.unicef.org/es/desarrollo-
en-la-primera-infancia consultado el 12 de Junio del 2023.

2. Club Familias (2023). Cruz Roja (2023). Segunda Etapa. Páginas en línea,
disponible en: https://www.clubfamilias.com/es/segunda-infancia
https://www2.cruzroja.es/criandoenpositivo/segunda-infancia consultado el 12 de
Junio del 2023.

3. Psicología del Niño y el Adolescente. (2014) Delphos Clínica de Psicologia


(2023). Tercera Etapa. Páginas en línea, disponibles en:
https://psiconiyadolescente.wordpress.com/tercera-infancia/desarrollo-fisico-y-
salud-en-la-tercera-infancia/ https://www.psicologiadelphos.es/la-tercera-
infancia-caracteristicas-principales/ consultado el 12 de Junio del 2023.

También podría gustarte