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Curso Gratis de educación infantil:

Organización del aula de bebés y


niños

TEMA 1: Características evolutivas de los niños.

El desarrollo infantil es un proceso que está sometido a la influencia de múltiples


factores. Por eso nunca podemos generalizar  y tenemos que dar espacio a cada
niño/a  dentro de su proceso de maduración y desarrollo.

Principales factores que intervienen en el desarrollo infantil.

Son múltiples los factores que  intervienen, modifican y conforman el desarrollo


infantil, además estos factores  pueden ser de naturaleza interna o externa.

1. Factores externos:
1. Alimentación y nutrición: podemos considerar la alimentación y la
nutrición como factores determinantes no sólo del desarrollo, sino
también del crecimiento. Conocemos múltiples consecuencias
derivadas de casos de malnutrición, fundamentalmente en periodos
críticos, que condicionan e hipotecan el fututo de la persona.
2. Variables ambientales: Con estas variables nos estamos refiriendo a
las circunstancias que rodean al niño/a en su medio próximo y que
condicionan de manera notable a su desarrollo.
2. Factores internos:
1. Herencia, nos referimos a la herencia biológica, lo que cada niño trae
predeterminado desde el momento de su nacimiento.
2. Maduración del sistema nervioso: es el factor que merece mayor
consideración, no ya por su influencia en el desarrollo del individuo,
sino porque constituye el soporte fisiológico de todos los procesos
psicológicos.

El desarrollo infantil en el primer año de vida.

El desarrollo infantil está influido por las personas que le rodean, especialmente
durante el primer año de vida.

Las diferentes características  del desarrollo infantil no evolucionan de manera


independiente sino de forma global, de tal manera que su desarrollo se produce
interdependientemente y en función de los estímulos que recibe de su entorno más
próximo. Sin embargo, la evolución y desarrollo infantil no se manifiesta de modo
uniforme y podemos observar en un mismo niño/a distintos grados de desarrollo
evolutivo en alguna de sus dimensiones. Tampoco existe uniformidad evolutiva en
todos los niños y niñas sino que cada uno tiene su ritmo de desarrollo individual que
es necesario reconocer y respetar.

1. Desarrollo motor

Durante los primeros  días los movimientos del recién nacido son desestructurados
y exentos de coordinación, aunque poco a poco su esquema sensoriomotor se irá
desarrollando como consecuencia de la progresiva maduración del SNC (sistema
nervioso central) llegando a conseguir un cierto dominio de los movimientos
involuntarios. Como característica básica del desarrollo motor durante el primer año
de vida habría que señalar el paso de una actividad inicialmente refleja a una
actividad progresivamente más voluntaria. Piaget distingue una serie de periodos
conscientes con los avances más importantes del desarrollo motor por los que pasan
de forma cronológica todos los niños/as, pero con distinto ritmo en función de sus
diferencias individuales.

Alrededor del cuarto mes los niños/as tienen un cierto dominio de su propio cuerpo
en posición de sentado y son capaces de mantener la cabeza, manifestando una
evolución importante en su coordinación visomotora.

Hacia los diez meses los niños/as gatean perfectamente y poseen una coordinación
de brazos y piernas suficiente que les permite sentarse y levantarse, e incluso,
agarrándose, sencillos desplazamientos laterales. Estos desplazamientos iniciales
(gateos, movimientos laterales,…) suponen para el niño/a la primera conquista del
espacio al permitirle ciertas exploraciones.

Es alrededor del año (12-14) meses cuando el niño es capaz de dar los primeros
pasos con lo que sus posibilidades de investigación y descubrimiento se verán
extraordinariamente facilitados.

2. Desarrollo socioafectivo

El recién nacido es un ser indefenso que necesita del adulto para sobrevivir. Sus
respuestas se reducen al llanto o sonrisa según su estado de bienestar,
estableciendo sus principales vínculos afectivos con las personas que le rodean
(familia) por los que muestra una preferencia absoluta. Este tipo de relación especial
es lo que se conoce con el nombre de figura de apego, y hace referencia a las
estrechas relaciones afectivas que el bebé establece entre él y sus padres
(fundamentalmente con la madre).

El desarrollo social del niño/a durante el primer año de vida depende de las
personas con las que está vinculado afectivamente, las cuales controlan su
conducta, organizan los estímulos de su entorno y satisfacen sus necesidades. El
contacto corporal es un elemento fundamental en la comunicación y básico para el
futuro del niño/a. La respuesta del niño/a ante este tipo de interacciones se realizan
a través de la llamada sonrisa social, que hace su aparición hacia el segundo mes de
vida.
Hacia el sexto mes de vida el niño/a diferencian claramente entre las personas de su
entorno cotidiano (padre, madre, cuidadores,..) y rostros extraños, desempeñando
aquellos un papel muy importante en el desarrollo infantil.

3. Desarrollo sensorial y perceptivo

Las conductas del recién nacido son automáticas, descoordinadas y supeditadas a la


actividad refleja. Estos reflejos se ponen de manifiesto ante la percepción de
estímulos. A pocos días de su nacimiento es capaz de fiar la vista en los objetos que
se le acerquen a su cara y es entre los seis meses y el año cuando la agudeza visual
alcanza el nivel de la visión adulta.

Hacia el cuarto mes se produce una búsqueda con la mirada de los objetos que han
desaparecido.

Desde las primeras semanas los bebés prefiere los objetos móviles a los fijos y
aquellos que son relativamente complejos a los simples.

A los pocos meses (3-4) perciben el color enmarcado en categorías, tal como lo
hacen los adultos. Siempre el rostro humano es el estímulo preferencial para el
bebé.

A partir de los cinco meses los bebés conocen las personas por sus rasgos
distintivos. El primer rostro en identificar es el de la madre, disminuyendo la
atención ojos-nariz-boca como elementos aislados y tomando relevancia el
conjunto. Es entonces cuando los niños/as pueden reaccionar ante distintas
expresiones faciales (risa, seriedad,…)

Otro de los sentidos de especial importancia en la percepción de abundante


información es el oído. Desde su nacimiento el bebé reacciona ante los sonidos,
aunque muestra una especial sensibilidad por el lenguaje humano.

Al parecer el sentido del gusto está poco desarrollado en el neonato pero muy
pronto el niño/a va a demostrar una mayor predilección por los sabores dulces que
por estímulos salados o amargos.

Los bebés se llevan continuamente a la boca los objetos que están a su alcance. De
ellos perciben sensaciones gustativas, táctiles y olfativas.

Finalmente diremos que el sentido del tacto es utilizado tempranamente por el


niño/a. Si en principio la boca es el órgano encargado de explorar el mundo, a
medida que su sistema motor se va desarrollándola percepción táctil se ve
favorecida.

4. Desarrollo de la comunicación y el lenguaje


La primera manifestación comunicativa del niño/a se produce con su nacimiento a
través del llanto. Los movimientos inconexos, el llanto indiferenciado, la sonrisa y,
ante todo, el sueño profundo ocupará las acciones del recién nacido durante las
primeras semanas de su vida. Paulatinamente va percibiendo sonidos y llega hacia el
final del primer mes de vida a reconocer la voz de su madre a la que responde con
movimientos inconexos de pies y manos e incipiente sonrisa.

La intencionalidad del llanto se produce a partir del primer mes para informar de
estados carenciales de los que quiere llamar la atención.  Posteriormente, comienzan
las emisiones de sonidos guturales, pequeños gritos y gorjeos como una muestra
evidente del paulatino desarrollo que va a alcanzando su aparato fonador.

Los gritos y el llanto aparecen más diferenciados hacia el sexto mes, momento en el
que se inicia el laleo, caracterizado por la producción de sonidos placenteros con los
que el niño/a va perfeccionando el movimiento de labios, lengua y respiración.
Juega con su voz y se divierte escuchando los sonidos que emite y produce.

Hacia los ocho meses comienza una cierta entonación en la emisión de las
duplicidades silábicas, las cuales concluyen a partir del primer año de vida en la
emisión de las primeras palabras.

TEMA 2: La programación de aula.

Programar es anticiparse de modo reflexivo al proceso educativo de un


grupo/alumno concreto. Esta programación es fundamental y prioritaria para que el
proceso de enseñanza aprendizaje evolucione favorablemente.

La programación del aula ha de estar pensada y diseñada desde una triple dimensión

 Orientatividad: qué guie la práctica educativa, pero que no la condicione.


 Flexibilidad: qué pueda ser ajustada a las exigencias de cada jornada.
 Posibilidad: la programación que se realiza no es excluyente de otras
posibles.
Durante el periodo que abarca desde el nacimiento a los tres años, el juego, el
movimiento y la acción son los aspectos más sobresalientes del desarrollo. Los
niños/as van resolviendo problemas prácticos por ensayo-error; no se plantean que
tiene que hacer para conseguir algo. Actúan y se equivocan repitiendo nuevamente
la acción.

La imitación juega también un papel muy importante. Es a partir de la imitación


cuando los niños/as integran nuevas conductas y hacen más rico su repertorio.

A lo largo del ciclo y mediante el movimiento se van adquiriendo nuevas destrezas


que permiten una progresiva autonomía. Los objetos que manipulan se van
convirtiendo en instrumentos. Esta asimilación de las conductas instrumentales
permite a los niños/as ser más autónomos, más independientes y tener más
confianza en sus propias posibilidades

El desarrollo del lenguaje también cobra gran importancia en este ciclo. En general
se encuentra aún muy vinculado a la interacción con el medio, en especial a los
padres y las personas que les cuidan.

1. ¿Para qué enseñar? objetivos.

Los objetivos se entienden como las intenciones que orientan el diseño y la


realización de las actividades necesarias para la consecución de las grandes
finalidades educativas, dichos objetivos están orientados hacia el desarrollo de las
diversas capacidades de los niños/as en sus diversos ámbitos.

En la educación infantil la intencionalidad general de la acción educativa ha de


orientarse hacia la creación de un ambiente y un marco de las relaciones que
posibiliten y potencien el crecimiento sano de los niños y niñas menores de seis
años, la cooperación con las familias y comunidad en general en la promoción del
desarrollo armónico en su distintas dimensiones, físico, cognitivo, afectivo y social,
la adquisición por parte de los niños/as de aprendizajes significativos y adaptados a
sus necesidades y motivaciones y la colaboración en compensación de las
desigualdades de origen social y económico.

La intervención educativa durante la etapa de Educación infantil estará orientada a


procurar a los niños/as, desde su nacimiento a los seis años, experiencias
significativas y placenteras adaptadas a sus necesidades de conocimiento y relación
y a crear las condiciones que potencien el desarrollo de las capacidades siguientes:

1. Desarrollar una autonomía progresiva en la realización de las actividades


habituales pro medio del conocimiento y dominio creciente del propio
cuerpo, de la capacidad de asumir iniciativas y de la adquisición de los
hábitos básicos de cuidado de la salud y el bienestar.
2. Ir formándose una imagen positiva de sí mismo y construir su propia
identidad a través del conocimiento y la valoración de las características
personales y de las propias posibilidades y límites.
3. Establecer relaciones sociales en ámbitos cada vez más amplios, aprendiendo
a articular progresivamente los intereses, puntos de vista y aportaciones
propias con las de los demás.
4. Conocer, valorar y respetar distintas formas de comportamiento y elaborar
progresivamente criterios de actuación propios
5. Desarrollar la capacidad de representar de forma personal y creativa
distintos aspectos de la realidad vivida o imaginada y de expresarlos a través
de las posibilidades simbólicas del juego y otras formas de representación y
expresión habituales
6. Utilizar el lenguaje verbal de forma cada vez más adecuada a las diferentes
situaciones de comunicación para comprender y se comprendido por los
otros y para regular la actividad individual y grupal
7. Observar y explorar su entorno inmediato, para ir reconociendo y buscando
interpretaciones de algunos de los fenómenos y hechos más significativos
8. Intervenir en la realidad inmediata cada vez más activamente y participar en
la vida de su familia y comunidad
9. Participar y conocer algunas de las manifestaciones culturales y artísticas de
su entorno y desarrollar una actitud de interés y aprecio hacia la Cultura de
su territorio y de valoración y respeto hacia la pluralidad cultural.

2. ¿Qué enseñar? Secuenciación de contenidos

Los contenidos constituyen todo ese conjunto de informaciones que ponemos en


juego en el proceso de enseñanza-aprendizaje para desarrollar las capacidades de
los niños/as en el marco de una determinada etapa educativa.

En la programación se decidirá la selección y organización de los contenidos


adecuándolos a las características de los propios alumnos/as y además
contemplaran los tres tipos (conceptuales, procedimentales y actitudinales)

Los bloques de contenido más importantes a tratar con los niños/as de estas edades
son los que se detallan a continuación.

1. Identidad y autonomía personal


2. Medio físico y social
3. Comunicación y representación

3. ¿Cómo enseñar? Actividades de enseñanza y aprendizaje y metodología

Las actividades son la manera activa y ordenada de llevar a cabo las estrategias
metodologías o experiencias de aprendizaje; las actividades que realizan los niños y
niñas constituyen la base de sus aprendizajes.

En función de su finalidad podemos distinguir entre:


 Actividades previas y de motivación: tratan de averiguar las ideas, intereses,
necesidades, etc., de los alumnos/as sobre los contenidos que se van a
trabajar con el fin de suscita el deseo y la participación
 Actividades de desarrollo: Las que la Unidad de programación prevé con
carácter general para todos los alumnos del aula
 Actividades de refuerzo: para aquellos niños y niñas cuyos ritmos de
aprendizaje sean más lentos
 Actividades de ampliación: permiten seguir avanzando en sus procesos de
aprendizaje. Están pensadas para alumnos/as con ritmos de aprendizaje
rápido.
 Actividades de evaluación: hay que diseñar actividades, sin que sean
percibidas por los alumnos como distintas, que permitan reajustar de forma
continua el proceso educativo en base a la información que tales actividades
aportan

La organización de los espacios y tiempos en las actividades deberán respetar los


ritmos biológicos propios de cada niño/a y permitirles cada vez una actuación más
autónoma.

4. ¿qué hay que tener en cuenta? Necesidades de los niños

En el momento de organizar el aula es crucial que tengamos en cuenta las


necesidades de los propios niños/as.

1. Necesidades fisiológicas: limpieza, alimentación, sueño, seguridad, confort,…


2. Necesidades afectivas:
3. El ambiente de la clase es primordial. La relación con el adulto y con los otros
niños constituye la base del desarrollo de la clase.
4. Juegos familiares que tienen una fuerte carga afectiva: muñecos, teléfono,
animales de peluche,…
5. Necesidades de movimiento: actividades motoras, con instrumento y
material, corros, canciones acompañadas de movimiento, danza, ritmo,
expresión corporal con música, recreo, juegos de patios,…
6. Necesidades de juego y diversión: Juegos de imitación (rincones), juegos de
agua y arena, juegos simbólicos,…
7. Necesidad de reposo: juegos individuales, rincón de reposo, biblioteca,…
8. Necesidad de socialización: Juegos con reglas, juegos de sociedad, talleres,
actividades colectivas y de grupo,…
9. Necesidad de autonomía: pérdida de la dependencia respecto del adulto.
10. Necesidad de expresión y comunicación: conversaciones, actividades y
juegos de lenguaje, canciones, cuentos,…
11. Necesidad de descubrir: talleres de descubrimiento (objetos, fotografías,
documentos,…), relatos, cuentos,…
12. Necesidad de manipulación: talleres de matemáticas, lectura, trabajos
manuales, rincones de juegos,…
13. Necesidad de conocerse y situarse en el espacio y en el tiempo: Talleres de
disfraces, descubrimiento de su propia imagen, puzles, …
14. Necesidad de creación: actividades creativas, juegos dramáticos, dibujos
libres (pintura),…
15. Necesidad de imaginación: Cuentos, canciones, rincones, dibujos,…

5. ¿Qué, cómo y cuándo evaluar?

La evaluación tiene una doble función: mejorar la intervención pedagógica y facilitar


la investigación del profesorado.  Es decir que debe servir no sólo para conocer los
procesos de aprendizaje de los alumnos sino también los procesos de enseñanza de
los educadores

Esta función permitirá ajustar programas y recursos a las características individuales


de cada niño/a. En este sentido, es conveniente que la evaluación se realice durante
tres momentos diferentes del desarrollo de la acción formativa: al comienzo,
durante y al finalizar.

 Evaluación inicial: La finalidad de este tipo de evaluaciones es la de


identificar las necesidades, permitiendo valorar las potencialidades, el nivel
de habilidades y los conocimientos previos de los alumnos.
 Evaluación continua: Es la evaluación que se desarrolla durante el proceso de
aprendizaje. Permite comprobar si los alumnos han alcanzado los objetivos
planteados en un principio. Este tipo de evaluación puede realizarse teniendo
en cuenta, las pruebas de autoevaluación, las actividades individuales y
grupales, la participación del alumno durante el desarrollo del curso.
Opcionalmente pueden añadirse pruebas de evaluación escritas.
 Evaluación final: Es una evaluación sumativa, que permite calificar el nivel de
rendimiento alcanzado por el alumno a lo largo del curso. Para desarrollar ese
tipo de evaluación deben considerarse la evaluación inicial y la continua;
además, podrán establecerse algunas pruebas adicionales para completarla

Evaluación final: Es una evaluación sumativa, que permite calificar el nivel de


rendimiento alcanzado por el alumno a lo largo del curso. Para desarrollar ese tipo
de evaluación deben considerarse la evaluación inicial y la continua; además, podrán
establecerse algunas pruebas adicionales para completarla.

TEMA 3: La organización del aula.


La organización del ambiente educativo en el centro/aula debe plantearse en
función de las necesidades infantiles sobre la base de cuatro variables
fundamentales.

 Personas implicadas
 Aspectos espacio-temporales
 Materiales disponibles
 Relaciones entre todos ellos

Hablar de ambiente educativo en un contexto de organización dinámica, supone


tomar en consideración las relaciones interactivas de todos sus componentes.

La organización del ambiente físico escolar debe permitir y fomentar la


comunicación entre los niños y niñas así como el trabajo en grupo desde
planteamientos lúdicos. Esto implica la necesidad de nuevos espacios de aprendizaje
diferentes a los tradicionales que inviten a los alumnos a actuar de forma autónoma
y en contextos  de colaboración. El aprendizaje en la etapa de infantil debe alejarse
prudentemente de las “fichas de láminas de trabajo” en las que a menudo se centra
todo el trabajo diario y enfatizar la necesidad de toda una serie de actividades
previas que den sentido y coherencia al trabajo con dichos materiales.

Cada educador/a debe buscar su propio modelo organizativo en función de su


espacio, sus materiales, sus alumnos/as, las características de su centro e incluso su
propia formación.

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