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Universidad de El Salvador

Facultad de Medicina
Escuela de Tecnología Médica
Licenciatura en Fisioterapia y Terapia Ocupacional
Módulo IV 2018

Curso de Psicología:

“Etapas del desarrollo humano: Segunda infancia de 7 a 11 años"

Presentado por:
Chávez Mazariego, Ana Rocío
Cruz Jovel, Ruth Karina
Flores Alvarado, Yessenia Abigail
Rivera Santos, Fátima Elizabeth
Santos Flores, Katherine Estefany
Soriano Arévalo, Katerin Dolores
Tamayo García, Roxana Beatriz

Coordinadora Responsable del Curso:

MSc. Esperanza Francisca Romero de Burgos

Ciudad Universitaria, Octubre del 2018.


INTRODUCCIÓN

Cuando hablamos de infancia, nos referimos a la etapa que transcurre desde el


nacimiento hasta la madurez del niño. Dentro de esta fase existen diferentes
momentos que marcan el ritmo del desarrollo de cada niño según sus características
físicas, psicológicas y sociales. Es por eso por lo que se dice que cada niño es un
mundo y no todos son iguales.

La infancia es un periodo de aprendizaje para el niño donde va a adquirir las


capacidades básicas para poder interactuar con el mundo en el que viven. Esto
supondrá una serie de cambios cada vez más complejos en las áreas principales del
desarrollo de los pequeños: el área cognitiva, el área del lenguaje, el área socio-
emocional y el área motora. Y que conllevan la adquisición progresiva de
habilidades.

Después de que el niño haya pasado por la fase neonatal, el niño comenzará la
segunda de las etapas en su desarrollo evolutivo: la infancia. Durante el desarrollo de
este periodo podemos distinguir dos fases:

- La primera infancia o infancia temprana que va desde el primer año hasta los 6
años del niño.

- La segunda infancia o niñez que va desde los 6 hasta 12 años precediendo la


adolescencia.

A lo largo de la infancia fase y a través de estas dos fases los niños experimentarán
una evolución física, cognitiva y lingüística muy rápida, la adquisición de una mayor
autonomía, se iniciará el desarrollo del auto concepto y de identidad y, además, se
iniciará la sociabilización.

Para entender mejor cómo piensan, actúan y sienten los niños en la etapa de la
infancia podemos hacer una clasificación más específica de los periodos por los que
va pasando el niño durante su desarrollo.
Segunda infancia (6-12 años). Es la última etapa antes de dar paso a la
adolescencia. En cuanto al desarrollo en las diferentes áreas:

 Área cognitiva. Su capacidad para pensar en términos abstractos y


matemáticos se desarrolla mucho pero no llega a su máximo.
 Área del lenguaje. A medida que el niño crece va mejorando el uso
del lenguaje y de la comunicación.
 Área socio-emocional. La imagen que tiene de sí mismo adquiere mucha
importancia y trata de ganar amistad de quienes considera importantes. El
círculo social de iguales configura su identidad y se empiezan a quebrantar las
normas familiares.
 Área motora. Es a partir de esta etapa cuando el niño es capaz de aprovechar
las nuevas formas de control de su cuerpo. La maduración casi definitiva del
sistema nervioso permite al niño a realizar más movimientos.
CARACTERÍSTICAS Y NECESIDADES PSICOSOCIALES DEL INFANTE

Se entiende por desarrollo psicosocial el proceso de transformaciones que se dan en


una interacción permanente del niño o niña con su ambiente físico y social.

El desarrollo psicosocial, es además, un proceso de cambio ordenado y por etapas,


en que se logran, en interacción con el medio, niveles cada vez más complejos de
movimientos y acciones, de pensamiento, de lenguaje, de emociones y sentimientos,
y de relaciones con los demás. En este proceso, el niño o niña va formando una
visión del mundo, de la sociedad y de sí mismo, al tiempo que adquiere herramientas
intelectuales y prácticas para adaptarse al medio en que le toca vivir y también
construye su personalidad sobre las bases del amor propio y de la confianza en sí
mismo.

Asimismo, el desarrollo psicosocial influirá significativamente en las oportunidades


educativas, laborales y sociales que el niño o niña puede tener en el futuro.

Es fundamental, a través de las interacciones con sus padres, que los niños o niñas
lleguen a confiar en sí mismos, sentirse capaces, independientes y solidarios y que
vayan aprendiendo gradualmente a comunicarse por medio del lenguaje, a socializar,
a aprender a compartir e incorporar valores morales a su comportamiento cotidiano.

Entre las características y necesidades básicas del desarrollo psicosocial


infantil se tienen las siguientes:

 Para el niño o niña es fundamental el contacto estrecho con los padres antes y
en el momento de nacer.
 El niño o niña necesita establecer un vínculo o relación de afecto y amor con
sus padres o las personas que lo cuidan.
 El niño o niña necesita un intercambio con su medio a través del lenguaje y
del juego.
 El niño o niña necesita hacer las cosas por sí mismo para alcanzar un grado
adecuado de autonomía o independencia.
 El niño o niña necesita la valoración positiva para tener una buena autoestima
y confianza en sí mismo.
 El niño o niña necesita tener un mínimo de seguridad y estabilidad.
 El niño o niña necesita poder expresar sus emociones y sentimientos sin
temor a ser reprimido o castigado.
 Cada niño o niña es distinto, tiene su propio temperamento y su propio ritmo;
no todos los niños aprenden con la misma rapidez.
 Las familias estimuladoras, cariñosas, que brindan apoyo tienen niños más
sanos y felices.
 Los padres, las madres y otros adultos deben evitar golpear, maltratar,
asustar, descalificar o engañar a los niños. Un ambiente de irritación, violencia
o inestabilidad prolongada es perjudicial para el desarrollo infantil.

INDICADORES DE DESARROLLO SANO EN NIÑOS DE 7 A 11 AÑOS.

La niñez media trae muchos desafíos a la vida de un niño. La independencia de la


familia cobra ahora más importancia. Acontecimientos como el comienzo de la
escuela llevan a los niños de esta edad a tener contacto regular con el mundo más
amplio. Las amistades se vuelven más y más importantes. Durante este período, las
habilidades físicas, sociales y mentales se desarrollan rápidamente. Este es un
momento crítico para que los niños desarrollen confianza en todos los ámbitos de la
vida, por ejemplo, amigos, trabajo escolar y deportes. 

Desarrollo social y emocional

 Más independencia de los padres y la familia.


 Un sentido más claro de lo que está bien y lo que está mal.
 Mayor capacidad para competir.
 Conciencia incipiente del futuro, el niño está aprendiendo a planear con
antelación.
 Mayor entendimiento de su lugar en el mundo.
 Más atención a las amistades y el trabajo en equipo.
 Comienzo de los sentimientos sobre la apariencia propia y cómo está
creciendo.

Desarrollo físico

 Crece un promedio de 2,5 pulgadas (aproximadamente 6 cm) por año.


 A los 8 o 9 años empieza a aumentar de peso más rápidamente.
 Los músculos grandes de los brazos y las piernas están más desarrollados
que los músculos pequeños. El niño es capaz de hacer rebotar una pelota y
correr, pero le resulta difícil hacer ambas cosas al mismo tiempo.
 Aunque pueda estar cansado, tal vez no quiera descansar. Usted tendrá que
planearle tiempo de descanso.

Desarrollo cognitivo

 Rápido desarrollo de las habilidades mentales.


 Mayor capacidad para describir sus experiencias y hablar de sus
pensamientos y sentimientos.
 Menos enfocado en sí mismo y más preocupado por los demás.
 Empieza a pensar en forma lógica.

Habla y lenguaje

 La comprensión y el uso del lenguaje se vuelven más sofisticados.


 Expresa opiniones hablando con claridad.

Desarrollo sexual
 A esta edad, los niños están especialmente interesados en el embarazo, el
nacimiento y los roles establecidos en función del sexo. Pueden jugar con
otros niños del mismo sexo (p. ej., varones con varones) o del sexo opuesto
(p. ej., niñas con varones).
VIDA EN LA ESCUELA

Los niños y niñas de 7 a 11 años están en una etapa decisiva de la vida, porque es la
fase en la que obtienen conocimientos y adquieren experiencias esenciales para
desarrollar su capacidad como seres humanos.

El desarrollo del cerebro de un niño o niña depende de los estímulos del entorno, en
especial de la calidad de la atención y la interacción que reciban. Un bebé que es
abrazado, arrullado, consolado y estimulado visualmente cuenta con una ventaja
fundamental. Los niños y niñas que reciben atención y buenos cuidados tienen más
facilidad para desarrollar habilidades cognitivas, lingüísticas, emocionales y sociales,
suelen crecer más sanos y tienen más autoestima. Cada uno de estos aspectos es
crucial para nuestro bienestar como adultos: ciertamente, nuestras experiencias en la
primera infancia dan forma al adulto en que devenimos.

A los 5 años, la mayoría de los niños están listos para comenzar a aprender en un
ambiente escolar. Los primeros años se centran en el aprendizaje de lo básico.

En el tercer grado, el enfoque se vuelve más complejo. La lectura se centra más en


el contenido que en la identificación de letras y palabras.

La capacidad para prestar atención es importante para el éxito tanto en la escuela


como en la casa. Un niño de 6 años de edad debe ser capaz de concentrarse en una
tarea durante al menos 15 minutos. Para los 9 años, un niño ya debe estar en
capacidad de centrar la atención durante una hora aproximadamente.

Es importante que el niño aprenda a hacerle frente al fracaso o a la frustración


sin perder la autoestima. Hay muchas causas de fracaso escolar, que incluyen:
 Problemas de aprendizaje, como problemas para leer

 Factores estresantes, como el acoso

 Cuestiones de salud mental, como la ansiedad o la depresión

Si usted sospecha que su hijo presenta alguna de estas, hable con su maestro o
proveedor de atención médica.

Desarrollo del lenguaje

Los niños que están comenzando la edad escolar deben ser capaces de usar
oraciones simples, pero completas que contengan un promedio de 5 a 7 palabras. A
medida que el niño progresa a través de los años de escuela elemental, la gramática
y la pronunciación se vuelven normales. Al ir creciendo, los niños usan oraciones
más complejas.

El retraso en el desarrollo del lenguaje puede deberse a problemas auditivos o de la


inteligencia. Además, los niños que no son capaces de expresarse bien pueden ser
más propensos a tener comportamientos agresivos o rabietas.

Un niño de 6 años normalmente puede seguir una serie de 3 órdenes consecutivas.


Hacia la edad de 10 años, la mayoría de los niños pueden seguir 5 órdenes
consecutivas. Los niños que tienen un problema en esta área pueden tratar de
cubrirlo respondiendo de forma insolente o haciendo payasadas. Rara vez pedirán
ayuda porque temen que se burlen de ellos.

Comportamiento

Las dolencias físicas frecuentes (como dolor de garganta, de estómago y en las


extremidades) pueden deberse simplemente a un aumento de la conciencia corporal
del niño. Aunque no suele haber evidencia física que corrobore dichas dolencias, es
necesario investigarlas para descartar una posible enfermedad importante. Esto
también le asegurará al niño que el padre se preocupa por su bienestar.

La aceptación de los compañeros se vuelve más importante durante los años de


edad escolar. Los niños pueden involucrarse en ciertos comportamientos para formar
parte de "un grupo". Hablar acerca de estos comportamientos con el niño permitirá
que este se sienta aceptado en dicho grupo, sin cruzar los límites de los patrones de
comportamiento en la familia.

Las amistades a esta edad tienden a establecerse principalmente con miembros del
mismo sexo. De hecho, los niños que están en los primeros años de la edad escolar
a menudo hablan sobre como los miembros del sexo opuesto son "extraños" y
"terribles". Los niños se vuelven menos negativos hacia el sexo opuesto a medida
que se acercan a la adolescencia.

Mentir, hacer trampa y robar son ejemplos de comportamientos que los niños en
edad escolar pueden "probar" a medida que aprenden a lidiar con las expectativas y
normas establecidas para ellos por la familia, los amigos, la escuela y la sociedad.
Los padres deben manejar estos comportamientos en privado con sus hijos (para
que los amigos del niño no lo molesten). Los padres deben mostrarse dispuestos a
perdonar y aplicar castigos que correspondan al comportamiento.

Es importante que el niño aprenda a hacerle frente al fracaso o la frustración sin


perder la autoestima.

Seguridad

La seguridad es importante en el caso de los niños en edad escolar.

 Los niños en edad escolar son muy activos. Ellos necesitan actividad física y
aprobación de sus compañeros, y desean intentar comportamientos más osados y
aventureros.
 A los niños se les debe enseñar a participar en deportes en áreas adecuadas,
seguras y supervisadas, con un equipo apropiado y con reglas. Las bicicletas, las
patinetas, los patines en línea y demás equipos para deportes recreativos deben
ajustarse al niño. Deben utilizarse solo mientras se sigan las reglas de tránsito y
peatones, y mientras se use equipo de seguridad, como rodilleras, coderas,
protectores de muñeca y cascos. Los equipos deportivos no deben utilizarse de
noche ni en condiciones climáticas extremas.

 Las clases de natación y de seguridad en el agua pueden ayudar a prevenir


ahogamientos.

 Las instrucciones de seguridad sobre el uso de fósforos, encendedores, parrillas,


estufas o fogatas abiertas pueden evitar quemaduras mayores.

 El uso de cinturones de seguridad es la forma más importante para la prevención de


lesiones mayores o muerte por accidente automovilístico.

Consejos de educación

 Si el desarrollo físico del niño parece estar fuera de la norma, hable con su
proveedor.

 Si las habilidades de lenguaje parecen retrasarse, solicite una evaluación de lenguaje


y habla.

 Mantenga una comunicación estrecha con los maestros, otros empleados de la


escuela y los padres de los amigos del niño, de manera que usted pueda estar al
tanto de posibles problemas.

 Estimule a los niños a expresarse abiertamente y a hablar de sus inquietudes sin


miedo a represalias.

 Al tiempo que alienta a los niños a participar en diversas experiencias sociales y


físicas, tenga cuidado de no programarles demasiadas actividades en su tiempo
libre. El juego libre o simplemente el tiempo de descanso es importante para que el
niño no siempre se sienta presionado por el rendimiento.

 En la actualidad, los niños están expuestos a través de los medios de comunicación


y de sus compañeros a muchas cuestiones relacionadas con violencia, sexualidad
y drogadicción. Hable de estos temas con sus hijos en forma abierta para compartir
inquietudes o corregir conceptos errados. Puede ser necesario establecer límites
para garantizar que los niños estarán expuestos a ciertos asuntos solo cuando estén
preparados para ello.

 Estimule a los niños a participar en actividades constructivas, como deportes, clubes,


artes, música y programas de niños exploradores. Ser sedentarios a esta edad
incrementa el riesgo de sufrir obesidad de por vida. Sin embargo, es importante no
programar demasiadas actividades para el niño. Trate de encontrar un equilibrio
entre el tiempo con la familia, los trabajos escolares, el juego libre y las actividades
estructuradas.

 Los niños en edad escolar deben participar en las tareas de la familia, como
organizar la mesa para comer y realizar la limpieza.

 Limite el tiempo frente a la pantalla (televisión y otros medios) a 2 horas al día.

REGLAS Y DISCIPLINAS DEL NIÑO

Reglas en un niño pre-adolecente.

Muchos padres piensan que sus bebés no pueden aprender o asumir ciertas reglas y
se relajan en cuanto a la aplicación de normas en casa. Cuando el niño ya tiene 4 o 5
años, se ha hecho con el mando de la situación y cambiar su actitud es más
complicado.
Se puede aplicar disciplina a los niños desde las primeras etapas y además es lo
mejor para que en casa haya una armonía y un orden. De hecho, todos los
psicólogos con los que he hablado me cuentan que en su consulta el principal
problema que encuentran entre padres e hijos es la ausencia de disciplina en los
niños.

Niños de 5 años: Han ido conociendo poco a poco las consecuencias a sus actos,
por lo tanto emerge el sentido de conciencia. Pueden seguir las reglas e incluso
ayudar con tareas en casa pero es normal que intenten llevar las situaciones al límite
para conseguir lo que desean. Pueden controlar mejor sus impulsos
y rabietas aunque pueden tener algún estallido de rabia en alguna ocasión. 

Podemos comenzar a hacerles entender qué es la empatía, el efecto que causan


nuestras acciones sobre los demás, enseñarles a ponerse en el lugar del otro.
Hemos de continuar aplicando consecuencias educativas a las malas acciones.
Podemos utilizar el "tiempo fuera" ante un mal comportamiento o una rabieta.

Niños de 6 a 7 años: están desarrollando sus habilidades sociales y se están


iniciando en las académicas. Han de aprender a auto controlarse no sólo en casa,
sino también en la escuela. Han de saber que no tiene que pegar, gritar o molestar a
los compañeros, en definitiva, aprender a relacionarse con sus iguales de forma
amable.

En esta etapa los niños funcionan mejor con refuerzos positivos, es decir, no sólo
elogiarle si hace sus tareas o cumple con lo que le pedimos, sino además poner
pequeños premios alcanzables, por ejemplo, "cuando termines todas las tareas,
jugamos un rato juntos a hacer construcciones".

Hemos de comenzar a aplicar disciplina a los niños de prevención y no sólo para


corregirles, es decir, encontrar soluciones a los posibles conflictos que puedan
presentarse y no sólo a reprenderle cuando haga algo mal. Cumplir con nuestra
palabra cuando ponemos una consecuencia es fundamental para aplicar disciplina a
los niños.

Niños de 8 a 11 años: en esta etapa ha de tener ya asumida cuáles son las normas
y límites que imponemos en casa, y en el colegio su desafío será encajar en su
grupo de amigos.

Conoce las diferencias entre lo que está bien y lo que está mal, pero es importante
que mantengamos un diálogo ante un mal comportamiento, el niño querrá discutir.
Nosotros tendremos que hablar de lo que hizo e intentar encontrar el por qué. 

Querrá negociar, eludir sus tareas y en ocasiones se mostrará desmotivado.


Nosotros podemos darle opciones si quiere negociar, no haremos sus tareas si las
deja inacabadas e intentaremos reforzarle para mantener el esfuerzo. Los privilegios
los tendrá por un buen comportamiento.

Disciplinas Para Un Niño De 11 Años.

Cuando un niño o niña tiene 11 años se están convirtiendo en preadolescentes y


quizá hayas utilizado ya algunas estrategias de disciplina que funcionaron bien
cuando eran jóvenes. Es probable que estos comportamientos de disciplina cambien
un poco a partir de esta edad. Será necesario abordar los problemas de conducta
con estrategias efectivas de disciplina que ayudarán a tu hijo a aprender las
habilidades que necesitará para prosperar durante la adolescencia.

Niños y niñas de 11 años.

Es probable que durante esta edad ya no hables con el niño sobre comportamientos
y que las rabietas se hayan cambiado por malas caras. Es parte de su desarrollo
normal. Los preadolescentes están luchando con una variedad de problemas, que
van desde los cambios hormonales y el crecimiento físico, hasta la presión social y el
aumento del trabajo académico.

También querrá pasar más tiempo con sus amigos, por lo que no debes sorprenderte
que con 11 años quiera pasar la noche en casa de su amigo para comer pizza o ver
una peli (o las dos cosas). Algunos niños a esta edad pueden brillar académicamente
mientras otros sienten gran dolor al darse cuenta que les cuesta más el estudio que a
otros de sus compañeros.

Pueden tener problemas de autoestima y ser más conscientes de las cosas que le
ocurren a su alrededor. Un niño puede sentirse inseguro porque sus amigos se
desarrollan más rápido mientras que otro puede sentirse mal porque se está
desarrollando antes que sus compañeros. Se preocupan sobre lo que los demás
piensan de ellos.

Desafíos comunes a esta edad

A esta edad los niños y niñas de 11 años quieren encajar y parecer adultos, pueden
empezar a decir palabrotas para parecer 'más mayor' con sus amigos. Pueden
enfadarse por cosas pequeñas y esa ira puede acabar en gritos, mal humor, portazos
o golpes, este tipo de actitud debe abordarse para que no se agrave con el tiempo.

A esta edad piensan que pueden hacer todo por ellos mismos, pero aún necesitan
orientación de sus padres y mucha guía. A los 11 años los niños discuten bastante,
sobre todo las normes y empiezan a cuestionar tu comportamiento.

Estrategias de disciplina que funcionan en niños y niñas de 11 años

Los padres de familia deberán asegurarse de que sus estrategias de disciplina


coinciden con las necesidades de su hijo. Cuando su hijo rompa las reglas o se
comporte mal, tendrás que usar estrategias disciplinarias que le enseñarán a tomar
mejores decisiones en el futuro.

Algunas de las estrategias más efectivas para niños y niñas de 11 años son las
siguientes:

-Contrato de comportamiento: En este contrato debe quedar descrito qué se debe


hacer para ganar y conservar los privilegios adicionales. Si quiere un teléfono tendrá
que saber cómo debe mostrar que está listo para tener esta responsabilidad. Se
deberán escribir los comportamientos que necesitas ver en él como hacer sus tareas
a tiempo y guardar los aparatos electrónicos sin discutir.

-Quitar privilegios: Cuando un hijo se comporta mal hay que quitar un privilegio
significativo para él, como quitar los elementos electrónicos durante 24 horas o no ir
a casa de un amigo en todo el fin de semana. La eliminación de esos privilegios
mantiene tu autoridad y envía un mensaje de que se deben obtener privilegios.

-Premia el buen comportamiento: Un sistema de recompensas simple puede ser


muy efectivo para que tu hijo se sienta motivado en el cambio de conducta. Dale
recompensas por hacer las cosas bien como invitar a un amigo a comer o ir al cine
en familia si hace toda la semana las tareas a tiempo.

-La enseñanza previa: Es posible que tu hijo de 11 años quiera hacer más cosas
por su cuenta. Antes de que haga cosas nuevas son saber, habla sobre las reglas y
las expectativas que tienes en cada situación. Dedica tiempo para revisar cómo
puede resolver los problemas que le pudieran surgir y que sepa que pueda pedirte
orientación siempre que lo necesite.

AUTOVALORACIÓN, FOMENTO DE VALORES MORALES, ESPIRITUALES Y


CIVICOS
La autoestima (AE) es el sentimiento valorativo de nuestro ser, de nuestra manera de
ser, de quienes somos nosotros, del conjunto de rasgos corporales, mentales y
espirituales que configuran nuestra personalidad. Esta se aprende, cambia y la
podemos mejorar. Es a partir de los 5-6 años cuando empezamos a formarnos un
concepto de cómo nos ven nuestros mayores (padres, maestros), compañeros,
amigos, etcétera y las experiencias que vamos adquiriendo. Cuando un niño tiene
una buena autoestima, se sabe valioso y competente. Entiende que aprender es
importante, con lo cual no se siente disminuido cuando necesita ayuda. Es
responsable, se comunica bien y es capaz de relacionarse adecuadamente con
otros. Un niño con baja autoestima no confía en sí mismo y por lo tanto tampoco en
los demás. Suele ser tímido, hipercrítico, poco creativo y en ocasiones puede
desarrollar conductas agresivas, de riesgo y desafiantes. Esto provoca rechazo en
los demás, lo que a su vez repercute en su autovaloración. En la conformación de la
autoestima, influyen factores de diversos tipos:

• Personales (la imagen corporal, las habilidades físicas e intelectuales...).

• Personas significativas (padres, hermanos, profesorado, amigos,...).

• Factores sociales (valores, cultura, creencias...).

Por lo tanto, su desarrollo estará estrechamente ligado a los valores de la sociedad


en la que nacemos y vivimos; si la honestidad, riqueza, delgadez o habilidades en el
fútbol son valores sociales admitidos y el niño los tiene, se le facilitará una buena
autoestima. Pero, además, es importantísima la consideración y crítica que reciba
por parte de los adultos, sobre todo de aquellos más significativos para el niño
(mientras más importante sea una persona para él o ella, mayor valor tendrá su
opinión y mayor será la influencia en la percepción que se va formando de sí mismo).

La autoestima (AE) es el sentimiento valorativo de nuestro ser:


Conductas indicadoras de Alta AE Conductas indicadoras de baja AE
• Tener ganas de intentar algo nuevo, • Rehuir el intentar actividades
de aprender, de probar nuevas intelectuales, deportivas o sociales por
actividades. miedo al fracaso.
. • Ser responsable de sus propios • Engañar. Mentir. Echar la culpa a
actos. otros.
• Hacerse responsable de otras • Conductas regresivas (hacerse el
personas. Tener conductas pro- pequeño). Comportamientos no
sociales. sociales.
• Confiar en sí mismos y en su propia • No confiar en sí mismo. Creer que no
capacidad para influir sobre eventos. se tiene capacidad de control sobre los
eventos.
• Manifestar una actitud cooperadora. • Agresividad, timidez excesiva o
violencia.
• Autocrítica. Aprender de los errores. • Negación frecuente. Frustrarse.

LABORIOSIDAD Y DESARROLLO DE LA FUERZA DE VOLUNTAD

Laboriosidad

La laboriosidad suele considerarse como un valor moral o una virtud. Gracias a la


laboriosidad, la labor (el trabajo) pasa de ser algo obligatorio o necesario a un valor.
Implica realizar las tareas con esmero, atendiendo los detalles y tratando de
conseguir el mejor resultado posible.

Los 6 años es la edad de comienzo de la enseñanza obligatoria y aunque la gran


mayoría de los niños están escolarizados desde los 3 años, éste es el momento de
inicio de la Educación Primaria.

El paso a la Educación Primaria implica un gran cambio. Los padres y educadores


empezamos a exigir mucho más a los niños de 6, 7 y 8 años. Ahora todas las tardes
tendrán que realizar tareas escolares, los temidos “deberes”, y además, los padres
estamos más pendientes de que cumplan sus obligaciones en casa. Tanto padres
como profesores empezamos a demandar de ellos más responsabilidad, control,
capacidad para planificarse, etc.

La madurez cerebral que se produce entre los 6 y los 8 años va a permitir que los
niños respondan a estas nuevas demandas académicas y personales.

La laboriosidad junto con el orden y la obediencia son virtudes instrumentales,


porque son medios para aprender.

El período sensitivo de la laboriosidad está entre los 8 y 12 años. Los períodos


sensitivos son los momentos de la vida en que el aprendizaje de algo se realiza en
forma natural y fácil, dejando una huella fuerte en la personalidad.

La laboriosidad se puede definir como la acción de trabajar mucho y bien. Trabajar


cuando se debe, con intensidad, intentando hacer las tareas lo mejor posible.
Laboriosidad se identifica con diligencia y se opone a ociosidad o pereza.

El trabajo es uno de los valores más importantes que debemos enseñar a nuestros
hijos, con él adquirimos cualidades como la laboriosidad, perfección en la tarea
realizada, la puntualidad, la alegría, el optimismo, la justicia, entre otros, que nos
hacen mejores y nos ayudan a mejorar a los demás.

Con el trabajo se desarrolla la personalidad, se enriquece nuestra cultura,


establecemos relaciones y vínculos personales con los que podremos contribuir a
servir a la sociedad, hacerla progresar y mejorar las condiciones de vida de los seres
humanos.

La laboriosidad, significa hacer con cuidado y esmero las tareas, labores y deberes
que son propios de nuestras circunstancias. También implica el ayudar a quienes nos
rodean en el trabajo, la escuela, e incluso durante nuestro tiempo de descanso; los
padres debemos mirar por el bienestar de toda la familia y el cuidado material de sus
bienes; los hijos, además de estudiar deben ayudar en las tareas domésticas.

¿Cómo enseñarles laboriosidad?


El ejemplo: el aspecto más importante es el modelo que los padres representamos
para el niño, si ellos cumplen horarios laborales específicos, o realizan esfuerzos en
tiempo y habilidad para entregar trabajos encargados. Los niños perciben que el
mundo del trabajo es algo natural que forme parte de la realidad social, de la vida
familiar y que favorece el sostenimiento y calidad de vida de la familia.

Debemos delegar en él actividades sencillas (desde los dos años y medio en


adelante) que pueda hacer, como llevar una prenda, recoger algunos juguetes,
ayudar a mamá a “hacer” la cama; recoger un plato de la mesa. Actividades que van
instrumentado el esfuerzo sano en el niño desde temprana edad.

Participar con él en las tareas, labores, que le son impuestas en el jardín, colegio,
escuela, que requieren la activación de las habilidades en el niño y que, puede
adquirir un aspecto placentero y productivo en su consecución.

Es importantísimo valorar los trabajos del niño (inicialmente educativos) puesto que
son el fruto de su proceso o habilidades en pleno desarrollo.

Es muy recomendable presentar el trabajo al infante como una labor honrosa,


fructífera, de modo que él percibe que el trabajo dignifica al hombre y a la familia, y
no como una carga pesada donde los padres después de una jornada extenuante
llegan a quejarse y maldecir la existencia.

Beneficios de la laboriosidad para el niño:

 Consolida valores importantes ligados a ella: disciplina, responsabilidad,


carácter industrioso, perseverancia.
 Valoración de las propias actividades que el niño logra por sus medios y
esfuerzos.
 A largo plazo los capacita para adscribirse a empresas, organizaciones donde
desempeñar un rol.
 Valoran del trabajo de sus padres y el de los demás.
 Afrontan los desafíos que se les presentan y necesitan su diligencia para
superarlos.
Fuerza de Voluntad

Conseguir que los hijos sepan controlar su fuerza de voluntad y tengan la capacidad
y la preparación para afrontar las dificultades y los retos de cada día, no es así tan
fácil, aunque si los padres les educan en este sentido desde que ellos sean aún muy
pequeños, no es tan difícil de conseguirlo.

Los niños deben aprender a dominar sus impulsos, sus deseos y voluntades desde
que son muy pequeños. De este modo, aprenderán no sólo a controlarse como
también a esforzarse para conseguir lo que desean. Aprenderán que sólo con el
esfuerzo se consigue y alcanza lo que se propone. Para lograr eso, es necesario
hacer con que los niños conozcan sus fortalezas a través de una motivación positiva.
Eso les promoverá una buena autoestima, madurez y responsabilidad, poco a poco.

¿Cómo educar la voluntad de los niños?

Exigir también cuesta. La capacidad de exigencia amable de los padres y profesores


va a marcar, en buena medida, el desarrollo de la capacidad de trabajo y esfuerzo, y
de las virtudes de los niños. Exigir que los niños controlen sus voluntades también
cuesta esfuerzo. No se puede exigir que de la noche al día el niño aprenda a
controlarse. Es necesario tiempo, paciencia, renuncias y sacrificios. Sin embargo, sin
este esfuerzo, no se conseguirá nada con los niños.

En la actual sociedad es muy normal en muchas familias que los padres pretendan
evitar que sus hijos sufran o se esfuercen en demasía. Quieren, por supuesto, una
vida mejor para sus hijos, con menos exigencias y más comodidad. Lo que ocurre es
que acaban sobreprotegiendo a sus hijos. De este modo, no estarán enseñándoles a
superar sus dificultades, a superar los problemas, ni a que se esfuercen por alcanzar
lo que desean.

Para que un hábito bueno se convierta en virtud es necesario que los niños
entiendan qué hacen y por qué lo hacen, además de cómo lo hacen, si esforzándose
o simplemente exigiendo a sus padres sin controlar su voluntad. Las virtudes y los
valores son los que pueden ayudar al niño a controlar su voluntad y promover el
esfuerzo.

Consejos que pueden ser aplicados en el día a día de la familia:

1- Que los niños acaben las tareas o deberes escolares antes de ir a jugar.

2- Motivar positivamente sus buenos comportamientos e intentar hablar con ellos


(positivamente) de los malos.

3- Reconocer su interés y sus esfuerzos (aguantar la sed en un viaje, acabar los


deberes, dejar la ropa preparada por la noche...).

4- Dar ejemplos (de no quejarse, ser decidido, de disciplina, de comprometimiento...).

5- No decir jamás frases negativas como "eres un desastre", "eres impaciente".

EDUCACIÓN DE LA SEXUALIDAD

Los niños comienzan a ser más conscientes de las normas sociales a partir de los 6
años de edad y ello les permitirá comenzar a regular su comportamiento respecto a
su lenguaje y sexualidad. Es en esta etapa cuando comienzan a ser más pudorosos
y recatados, y por ello se dan cuenta que palabras se consideran malas y que no
pueden exponer su cuerpo ante amigos sabiendo lo que es privacidad.

Es así, que comienzan a tener curiosidad sobre la sexualidad de las personas del
otro sexo distinto al que él o ella tiene en esta etapa, al comenzar a hablarles de
sexualidad (que implica además afectos, amor, valores, normas, decisiones, entre
otros), les ayuda a manejar sus emociones y la presión de sus amistades. Con una
información adecuada pueden tomar control de sus vidas y vivir futuras relaciones
“amorosas” acordes a su momento. Además, que ello les sirve como información de
prevención de abusos físicos y emocionales.

Comportamientos comunes entre los 7 y 11 años:

 Tocarse los genitales, usualmente en privado.


 Jugar con niños de la misma edad a juegos que involucran comportamientos
sexuales como por ejemplo: “jugar a la familia”.
 Tratar de mirar a otras personas cuando están desnudas o desvistiéndose.
 Querer más privacidad (por ejemplo: rehusarse a desvestirse delante de otras
personas) y resistirse a hablar con adultos acerca de temas sexuales.
 Empezar a sentir atracción sexual e interés hacia otros niños o niñas de su
edad.
 Los pre-adolescentes se preocupan mucho por saber si son “normales” con
relación a su cuerpo y sus emociones.

Información básica que deben tener:

 Información básica sobre reproducción, embarazo y parto.


 Información sobre cambios físicos y menstruación, polución nocturna. Niños y
niñas deben conoces lo que pasa con el otro sexo.
 Riesgos asociados con la actividad sexual.
 Beneficios y placer de la sexualidad.
 Salud sexual e higiene sexual.
 Información básica sobre métodos anticonceptivos.
 Asegurarles que no hay dos personas iguales.
BIBLIOGRAFIA

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8. https://definicion.de/laboriosidad/
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11. https://www.google.com.sv/amp/s/www.guiainfantil.com/educacion/
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