Está en la página 1de 8

ENSAYO

Conteste la pregunta ¿para qué sirve la asignatura de Técnicas del Trabajo Intelectual? El documento
debe tener 2000 palabras y 20 fuentes científicas

UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR


Facultad de Ciencias Agrícolas
Primer Semestre
Técnicas de Trabajo Intelectual

Integrantes: Sandy Castillo Grupo: 2


Nancy Cualchi
Mayra Chango

Paralelo: 002 Fecha: 10/02/2023


¿Para qué sirve la asignatura de Técnicas del Trabajo Intelectual?
Introducción
No cabe duda que el ser humano se forma durante toda la vida, y quizás la
universidad sea un momento formativo importante para su futuro, para su carrera, es por esto que
se debe hacer énfasis en obtener el más grande beneficio de ella y sustraer la preparación
correcta para su manejo, por consiguiente, tiene particular trascendencia como se trabaja, estudia,
entre otros. Razón por la cual la asignatura de Técnicas de Trabajo Intelectual es de suma
importancia.
La asignatura de Técnicas de Trabajo Intelectual (TTI) tiene como objetivo desarrollar en los
estudiantes conocimientos científicos, metodológicos y teóricos. El trabajo intelectual no es sólo
conocer el pensamiento de otros. Es también utilizar ese pensamiento, aplicarlo a la práctica,
sacar consecuencias de él, comparar, investigar, descubrir y crea. (Rodríguez & García, 2012)
En la actualidad un alumno que está preparándose para ser un óptimo profesional pretende
conseguir un trabajo, por consiguiente, tiene la necesidad de dominar destrezas, capacidades y
técnicas, pero antes de ocupar determinadas técnicas de trabajo, deberá conocer los diferentes
recursos que intervienen, y obtener una acción estratégica eficaz y correcta. Por ello, se pretende
mejorar el rendimiento académico y profesional, que con seguridad afectarán en la vida laboral.
Hay una secuencia de técnicas que ayudan a mejorar y a rentabilizar el análisis; no son, en modo
alguno, infalibles, ni tampoco imprescindibles para todos. Cada individuo tendrá que, en todo
caso, primeramente, conocerlas, y, luego, escoger esas que mejor se adapten a su forma de
aprender y retener los contenidos, e, inclusive, «adaptarlas» o «inventar» novedosas formas de
llevarlas a la práctica. Lo fundamental es que nos sean útiles, que nos sirvan para aprender
mejor. (Ballesteros & Sánchez, 2017)
En los estudios universitarios, como en cualquier otra situación de la vida, hay muchos factores
que influyen: el entorno en el que vivimos, las aficiones que tenemos y el lugar donde
estudiamos, nos pueden afectar directa o indirectamente, y siendo conscientes de dicha
influencia.
Todo conocimiento es la noción o idea de la inteligencia o entendimiento del ser humano, del
cual se conoce como meta cognición, toda persona posee esas habilidades y experiencias
adquiridas durante toda su formación de vida y conducta, el cual coordina esas capacidades para
la resolución de algún problema que se le presente, para tomar la mejor decisión. (Cortes, 2012)
Además, se consideran las capacidades particulares de cada alumno, los componentes que
ejercen una predominación externa al sujeto, los relativos al propio estudiante y diferentes
técnicas y hábitos de análisis que tienen la posibilidad de dar mucho en su manejo.
Enseñar estrategias y habilidades para un estudio eficaz no puede quedar reducido a actividades
puntuales en el proceso de enseñanza, ligado a las tutorías, o a algunas materias que las ponen en
práctica en determinados momentos. En este sentido cabe afirmar que no pueden enseñarse
estrategias de aprendizaje independientemente de los contenidos. (Ruiz, 2008)
El compromiso para que nuestro alumnado adquiera las T.T.I. debe de ser de toda la comunidad
educativa (profesorado, familias y alumnado). (Torres, 2010)
Desarrollo
Bajo el concepto general de técnicas de estudio y trabajo intelectual, se puede adjuntar todos
aquellos medios o recursos que pueden contribuir a facilitar el aprendizaje del alumnado ya sean
estrategias de aprendizaje, hábitos de estudios específicos, técnicas de aprendizaje de una manera
concreta o también, métodos de estudios eficaz. Por otro lado, conlleva una ética que se ha ido
construyendo con el estudio y esfuerzo de muchas personas a lo largo de los siglos. No se puede
hablar mejor de esta ética que requiere honestidad, sinceridad y conciencia de limitaciones. (Ana
et al., 2011)
La asignatura de técnicas de trabajo intelectual es una actividad el cual realiza el acto de pensar
con la finalidad de encontrar la respuesta a una pregunta, establecer una relación que establezca
pensamiento crítico, razonamiento lógico, resolución de problemas y la toma de decisiones.
También, se lleva a cabo en base a las destrezas cognitivas y de interacción propias de cada
persona, a sus conocimientos generales y específicos. En este sentido, el trabajo intelectual de
cada persona depende de cuáles sean las actitudes subjetivas fundamentales que guíen su
comportamiento en ámbitos como iniciativa, curiosidad mental, motivación, organización,
perseverancia, autodisciplina, responsabilidad, honestidad, solidaridad.(Castro & Guzmán De
Castro, 2005)
Los estudiantes universitarios fortalecen sus valores de convivencia cuando otorgan
voluntariamente prioridad hacia las necesidades de comunidades y/o personas que demandan los
servicios universitarios, contribuyendo, a través del desarrollo de proyectos y actividades
sociales, a la mejora de aspectos incidentes en su calidad de vida. (Lúquez et al., 2014).
Según Jacques Delors (1925) Los tres cuatro fundamentales de la educación sostiene el acto
educativo como uno de los más importantes de la sociedad; y su primer pilar es: “aprender a
conocer”, relacionándolo como principio que  establece que la educación no debería contentarse
con transmitir a las nuevas generaciones los  conocimientos desarrollados por terceros, como que
con  memorizar alguna información fuese  suficiente, sino que debe transmitir una metodología
de enseñanza-aprendizaje.(Palma Rojas, 2017). Esto significa enseñar a construir el
conocimiento para que se pueda seguir aprendiendo toda la vida, se pueda adquirir una postura
crítica respecto al saber y se pueda orientar el pensamiento hacia los valores trascendentes.
Dicho en términos más simples, se trata de enseñar a pensar. En el segundo pilar es “aprender
hacer” que hace referencia a enseñar las técnicas, pero también su sentido ético y práctico, de
modo que las generaciones venideras puedan construir las propias y desarrollar nuevas prácticas.
Este pilar se relaciona con el trabajo, con el compromiso con el mejoramiento de la sociedad y
con la dignidad de los seres humanos en relación con sus actividades de subsistencia. (Pinedo,
2012)
El tercer pilar es: “aprender hacer “conceptualiza que la educación y la formación integral del
individuo no se transmiten únicamente saberes, sino también valores y perspectivas, la educación
debe también enseñar a ser, o sea, debe fraguar la identidad en base a los valores deseados, para
así garantizar mejores generaciones y más comprometidas con las virtudes de la cultura. De ese
modo, se debe trascender el mero sentido utilitario de la educación, para pasar a formar
individuos e individualidades, dotados de un sentido de pertenencia, de justicia, de trascendencia
y de verdad (Arduengo, 2012)
Finalmente el último pilar es “aprender a vivir”,  la educación debe enseñar a convivir, o sea,
debe enfrentar las dificultades que como sociedad global se le plantean a la humanidad en el
siglo XXI. Nos referimos a la violencia, la discriminación, la desigualdad y la injusticia,
problemas que parecen muy difíciles de resolver, pero que aun así deben comenzar a pensarse
desde temprana edad. (Alonso et al., 2008)
La formación social, moral y ética de las nuevas generaciones no depende sino de su educación a
manos de las anteriores. Por eso se hace indispensable educar en función de la armonía en el
descubrimiento del otro, y en un sentido profundo de comunidad que permita resolver las
diferencias habidas o por haber de una manera civilizada, responsable y sobre todo ética (Ruiz,
1999)
Es por ello que surge entonces la necesidad de fomentar técnicas de estudio y trabajo intelectual,
ya que son medios útiles para favorecer el proceso de aprendizaje. Estos métodos requieren
tiempo, actividad continuada e implicación de todos los agentes educativos, por lo que han de
desarrollarse de forma sistemática e insertándose en el currículum en todas las áreas y materias
escolares. Se trata en última instancia de proporcionar al alumnado técnicas y estrategias de
estudio para hacerles cada vez más competentes y autónomos en su aprendizaje. (Cano &
Robles, 2018).
Hoy en día, existe un creciente número de alumnos y alumnas que presentan falta de hábitos de
estudio y dificultades para la organización del trabajo escolar y el procesamiento de la
información. Además, este panorama suele ir acompañado de una falta de motivación, esfuerzo y
tolerancia a la frustración. Se torna imprescindible realizar actuaciones que desarrollen la
competencia básica de aprender. (Cisneros et al., 1967)
Ello supone diseñar todas aquellas actuaciones que permitan poner en práctica estrategias
metacognitivas para favorecer en el alumnado todas aquellas capacidades y destrezas que
garanticen un aprendizaje cada vez más autónomo. El acto del estudio supone poner en práctica
un conjunto de habilidades que pueden ser aprendidas, y esto es importantísimo. El estudio
puede aprenderse, practicar y perfeccionarse. Y es la lectura el medio fundamental para dominar
el nuevo contenido. Por ello, los centros, deberán garantizar en la práctica docente un tiempo
dedicado a la misma en todas las materias de todos los cursos de la etapa. (Gaxiola & Armenta,
2016)
Además, según (Costa, 2019) el acto del estudio lleva consigo un conjunto de aptitudes generales
y específicas tales como la inteligencia en general, la atención, concentración y la resistencia a la
fatiga. El interés y la motivación del alumno frente al estudio deben ser tomadas en
consideración. Así, todo plan para enseñar a estudiar ha de considerar los factores que
condicionan el proceso de aprendizaje: cognitivos, emocionales y motivacionales y un marco
ambiental adecuado. Para conseguir éxito en el aprendizaje, es necesario motivar al alumno.
(Mustapha Zubairu & Busra Sakariyau, 2016)
Conclusión
En el presente documento se hacen algunas reflexiones teóricas que fundamentan la necesidad e
importancia del desarrollo del conocimiento intelectual, la evaluación de los grandes objetivos es
mucho más importante y exige una formación más elevada en el trabajo intelectual, para preparar
estímulos cuanto para su valoración las cuales ayudan con la transformación de un estudiante con
criterio.
El trabajo intelectual se lleva a cabo en base a las destrezas cognitivas y de interacción propias
de cada persona, a sus conocimientos generales y específicos, y desde luego no están alejados a
sus valores los cuales cumplen un papel crucial en el desempeño de la materia. En este sentido,
el trabajo intelectual de cada persona depende de cuáles sean las actitudes subjetivas
fundamentales que guíen su comportamiento en ámbitos de estudios como iniciativa, curiosidad
mental, motivación, organización, perseverancia, autodisciplina, entre otras más.
la actividad mental que se materializa en el acto de pensar, es decir, en la actividad y el esfuerzo
para encontrar la respuesta a una pregunta, establecer una relación o hallar la forma de conseguir
un objetivo y que comporta pensamiento crítico, razonamiento lógico, resolución de problemas y
toma de decisiones. (ecured, 2019)
La elaboración de estrategias de enseñanza y de conclusión del aprendizaje facilita la
orientación del proceso de logro y el de su posterior evaluación dando así una mayor estrategia
de aprendizaje para los estudiantes universitarios. La capacidad de interpretar los estilos
motivacionales, y un acabado manejo de los tipos de motivación, permitirán contar con
diferentes propuestas que motiven a los adolescentes para que se comprometan con la educación
que se les brinda, y que, principalmente, les permitirá elaborar su propio proyecto de vida.
Al hablar de técnicas de trabajo intelectual siempre se debe tener en cuenta la gran importancia
de esta ya que nos permite al estudiante universitario o profesional organizar, planificar,
estructurar, sistematizar el estudio y la investigación. Permite conocer distintos métodos, técnicas
e instrumentos de estudio e investigación de los diferentes campos del conocimiento científico.
Permite el desarrollo de la capacidad intelectual, habilidades. Permite el desarrollo de las
destrezas, habilidades y aptitudes en el conocimiento y manejo de una determinada disciplina
científica. Permite estar informados permanentemente sobre la ciencia y tecnología.
Las técnicas de planificación y control comprenden todo el conjunto de actividades intelectuales
que cada persona emplea para organizar y gestionar sus propias actividades y su relación con el
entorno, para poner o coordinar los medios para conseguir los fines que se ha propuesto, para
efectuar previsiones de situaciones y de actividades, y también para controlar la ejecución de las
mismas. (Tarragó, 2006)
Además, la materia propone el aprovechamiento del conocimiento adquirido a base de la
comunicación y técnicas de estudio la cual ayuda con el progreso de la comunicación y
mejoramiento de las herramientas de investigación, Esto supone un incremento del nivel de
abstracción en el que se desenvuelven las personas en su trabajo profesional e incluso en su vida
cotidiana, que exige mayores dosis de trabajo intelectual. Y siendo precisamente éste uno de los
principales retos de la educación contemporánea, puede a su vez ser el punto de enlace más
importante entre la tecnología de la información y cada ser humano en el ámbito de la educación.
Bibliografía:

Ana, P., Leiva, C., & Org, L. (2011). Las técnicas de estudio y trabajo intelectual en educación
secundaria. Pedagogía Magna, 11, 20–25.  

Arduengo, M. (2012). Los cuatro pilares de la educación. Genetic Engineering and


Biotechnology News, 32(17), 24–25. https://doi.org/10.1089/gen.32.17.11
Alonso, L., Salmerón, H., & Azcuy, A. (2008). La competencia cognoscitiva como configuración
psicológia de la personalidad. Algunas distinciones conceptuales. Revista Mexicana de
Investigación Educativa, 13(39), 1109–1137. http://www.redalyc.org/articulo.oa?
id=14003905 
Ballesteros, B., & Sánchez, M. (2017). 01-Técnicas de estudio.pdf. Publicaciones Didácticas, 79,
420–602.
https://qinnova.uned.es/archivos_publicos/qweb_paginas/3439/tecnicasdeestudio.pdf
Cortes, L. (2012). Técnicas de estudio.
https://repository.uaeh.edu.mx/revistas/index.php/prepa4/article/download/
1977/5594?i

Cano, M., & Robles, R. (2018). Factores asociados al rendimiento académico en estudiantes
universitarios. Revista Mexicana de Orientación Educativa, 21, 1–25.
https://doi.org/10.31206/rmdo072018 

Castro, S., & Guzmán De Castro, B. (2005). Los estilos de aprendizaje en la enseñanza y el
aprendizaje: Una propuesta para su implementación.
http://pcazau.galeon.com/guia_esti07.htmR58-9.qxp15/02/200614:34PAEgina83 

Cisneros, M., Arias, G., & García, I. R. (1967). Alfabetización académica y lectura inferencial. In
Gastronomía ecuatoriana y turismo local. (Vol. 1, Issue 69). 

Costa, M. (2011). Metodología del Trabajo Intelectual. Memoria Académica, 25, 1–5. 

Delors, J. (1996.): “Los cuatro pilares de la educación” en La educación encierra un tesoro.


Informe a la UNESCO de la Comisión internacional sobre la educación para el siglo XXI,
Madrid, España: Santillana/UNESCO. pp. 91-103.

ecured. (13 de Agosto de 2019). Trabajo intelectual. Obtenido de ecured:


https://www.ecured.cu/Trabajo_intelectual 

Fariñas L., Gloria (1995): Maestro, una estrategia para la enseñanza, Editorial Academia, La
Habana.

Gaxiola, M., & Armenta, M. (2016). Factores que influyen en el desarrollo y rendimiento
escolar de los jóvenes de bachillerato. Revista Colombiana de Psicologia, 25(1), 63–82.
https://doi.org/10.15446/rcp.v25n1.46921

Lúquez, P., Fernández, O., & Bustos, C. (2014). Formación ética del estudiante universitario
socialmente responsable. Omnia Año, 20(2), 1315–8856. 
Mustapha Zubairu, U., & Busra Sakariyau, O. (2016). The elationship between religiosity and
academic performance amongst accounting students. International Journal of Evaluation
and Research in Education (IJERE), 5(2), 165–173. 

Palma Rojas, K. (2017). Los principios didácticos constructivistas como prácticas inclusivas en el
aula de primaria. Innovaciones Educativas, 19(27), 41–54.
https://doi.org/10.22458/ie.v19i27.1954 

Rodríguez, L., & García, F. (2012). Técnicas de Trabajo Intelectual : una alternativa
para mejorar el rendimiento académico del alumnado de Educación Secundaria .
Revista Educativa Digital, 7. https://bit.ly/3QTOa8T
Ruiz, L. (2008). Técnicas de trabajo intelectual con alumnado de eso, en las distintas materias.
Inovación y Experiencias Educativas, 1–18.
https://archivos.csif.es/archivos/andalucia/ensenanza/revistas/csicsif/revista/pdf/
Numero_29/LIDIA RUIZ TRIVINO_2.pdf
Torres, E. (2010). El fomento del uso de las técnicas de trabajo intelectual. Wanceulen E.F.
Digital, 8, 8.
https://web.ua.es/es/ice/jornadas-redes-2012/documentos/posters/246217.pdf

Tarragó, F. R. (09 de Marzo de 2006). Trabajo intelectual, información y tecnología


digital. Obtenido de file:///C:/Users/RYZEN%203/Downloads/20712-Texto
%20del%20art%C3%ADculo-20636-1-10-20060309%20(1).p

También podría gustarte