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Tema 4

Inteligencias Múltiples, Creatividad, Talento y Altas


Capacidades

La inteligencia emocional
Índice
Esquema 3

Ideas clave 4
4.1. Introducción y objetivos 4
4.2. Presentación 4
4.3. Concepto y teorías de la inteligencia emocional 6
4.4. Neuropsicología de la inteligencia emocional 10
4.5. Evaluación de la inteligencia emocional 12
4.6. Inteligencia y competencia emocionales en el
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ámbito educativo 15
4.7. Conclusiones 19
4.8. Aplicación práctica 20
4.9. Referencias bibliográficas 22

A fondo 28

Test 30
Esquema
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Inteligencias Múltiples, Creatividad, Talento y Altas Capacidades


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Tema 4. Esquema
Ideas clave

4.1. Introducción y objetivos

El término inteligencia emocional (IE) ha ido ganando presencia en la literatura


científica y en el campo educativo a lo largo de los últimos años. Poco a poco
proliferan las investigaciones y programas educativos que se crean en aras de
fomentar la competencia y educación emocional dentro de las aulas. Por ello, es
importante que conozcas a qué se refieren los autores cuando hablan de
inteligencia emocional y sus implicaciones educativas. Al terminar este tema se
cumplirán los siguientes objetivos:

 Conocer diferentes definiciones de inteligencia emocional.


 Ser consciente de la existencia de diferentes teorías sobre el constructo.
 Profundizar en las bases neuropsicológicas de la inteligencia emocional.
 Apreciar la existencia de diferentes instrumentos para evaluar dicha inteligencia.
 Conocer la importancia de la inteligencia emocional en el contexto educativo y la
mejora de las competencias emocionales.
 Profundizar en el conocimiento de un programa para la mejora de las
competencias emocionales.
 Analizar un caso práctico relacionado con la inteligencia emocional.

4.2. Presentación
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Salovey y Mayer en 1990 introdujeron el término de inteligencia emocional, pero es


Goleman, en su best seller llamado Inteligencia emocional (Goleman, 1995), quien lo
popularizó y resaltó la importancia de las competencias emocionales en la educación.

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Tema 4. Ideas clave
Desde que Salovey y Mayer introdujeron el término se han publicado diferentes
definiciones y teorías. En el siguiente apartado veremos algunas de esas definiciones
y algunas de las teorías más relevantes de forma resumida. No obstante, cabe reseñar
que no todo el mundo avala la existencia de la inteligencia emocional (como hemos
visto en el tema «Diferencias individuales: la inteligencia», hablando de la
inteligencia, todas las teorías cuentan siempre con detractores y defensores). Si bien,
no cabe duda del papel fundamental de las emociones en el desempeño cotidiano
de un individuo.

Dada su importancia, han surgido numerosos modelos que tratan de explicar su


relevancia y cómo se gestionan los procesos emocionales. En este contexto, surge el
término que nos ocupa, la inteligencia emocional, que representa un constructo
fundamental para muchos autores, para el establecimiento de las relaciones
interpersonales e intrapersonales efectivas, puesto que contribuye a la obtención de
resultados satisfactorios en los diferentes escenarios de la vida de una persona
(Stankovska et al, 2018). Sin embargo, otros autores cuestionan la existencia del
constructo inteligencia emocional, por lo que el debate existe aún en el campo de la
psicología (Bisquerra y Pérez, 2007).

En la siguiente tabla pueden verse ejemplos de autores que defienden la existencia


del constructo y autores que no, a modo de ejemplo (adaptado de Bisquerra y Pérez,
2007):
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Tabla 1. Autores que defiende la existencia y la no existencia de la inteligencia emocional. Fuente: elaboración
propia.

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4.3. Concepto y teorías de la inteligencia emocional

Dentro de los defensores del constructo se han venido sucediendo diferentes


definiciones y teorías. La primera de ellas, la de Salovey y Mayer, establece que la
inteligencia emocional «es una parte de la inteligencia social que incluye la capacidad
de controlar nuestras emociones y las de los demás, discriminar entre ellas y usar
dicha información para guiar nuestro pensamiento y nuestros comportamientos»
(Salovey y Mayer, 1990, p. 239). Posteriormente, Goleman (1995, citado por Botello
et al., 2018) afirma que la relevancia de la inteligencia emocional estaría por encima
de la del cociente intelectual.

Una de las definiciones más integradoras hace referencia a la IE como la capacidad


de percibir, entender, relacionar y regular las emociones propias y las de los demás,
para lograr tomar decisiones de manera eficaz y solucionar problemas (Sánchez y
Robles, 2018).

La inteligencia emocional se muestra como un proceso interactivo entre las


emociones y la cognición para mejorar la adaptación del sujeto a su entorno, donde
se hace necesario comprender las emociones propias, aprender a manejarlas,
entender las emociones ajenas y lograr establecer relaciones, lo que se puede
entender como competencias emocionales (Salavera et al.,2019).

Otras definiciones afirman que la inteligencia emocional incluye importantes


habilidades relativas a la percepción, evaluación y representación de las emociones
que posibilitan la regulación emocional y cognitiva (Sánchez y Robles, 2018). Dentro
de los aspectos más destacados acerca de la inteligencia emocional se incluye la
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percepción de sí mismo, capacidad de adaptación, automotivación, empatía y


habilidad para interrelacionarse contribuyendo al bienestar propio y colectivo
(Rebollo y De la Peña, 2017).

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Algunos estudios se basan en las teorías que plantean la inteligencia emocional como
la capacidad para procesar las emociones de manera adecuada para regular el
comportamiento ante determinadas situaciones, controlando de esta manera el
estado de ánimo propio o de los demás para asimilar de manera efectiva, incluso,
eventos adversos (Bautista et al., 2017). Asimismo, se reconoce la inteligencia
emocional como la suma de tres aspectos fundamentales: la percepción, la
comprensión y la regulación.

El primero permite apreciar de forma profunda las emociones logrando expresarlas


de manera concisa y clara, el siguiente aspecto se enmarca en la integración del
propio pensamiento y lo que ocurre en el exterior, y la regulación que se produce
como el manejo adecuado de las diferentes emociones, bien sean positivas o no, esto
con el fin de generar calma y bienestar, así como de reducir ansiedad, tensión u otra
emoción desfavorable (Domínguez-Alonso et al., 2016).

Figura 1. Aspectos fundamentales de la inteligencia emocional. Fuente: elaboración propia.

De acuerdo con estudios realizados por Bautista et al. (2017), la inteligencia


emocional se basa en la perspectiva concerniente a los rasgos de personalidad y
emocionales que interactúan de forma permanente en el sujeto para garantizar su
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adaptación al medio, donde cada acción se enfoca en la consecución de objetivos que


tienden a mejorar sus condiciones de vida a nivel psicológico y social. De ahí que la
inteligencia emocional se incluya dentro de las competencias socioemocionales que
tienen como principales fundamentos la reflexión sobre la propia acción, la empatía,

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la efectividad en los procesos comunicativos, la regulación emocional y el control
sobre las reacciones ante diferentes eventos. Por lo tanto, quien pueda manejar de
forma efectiva estos fundamentos es emocionalmente competente, puesto que
logrará comprender su propia conducta y la de los otros, así como modificar su propio
pensamiento y actuar como establece Pedreira (2018).

Una vez vistos diferentes ejemplos de definiciones, veamos algunas de las principales
teorías sobre la IE, que se pueden dividir en dos grandes bloques: modelos mixtos y
modelos de habilidades. Se diferencian en que los mixtos incluyen de forma más
amplia el concepto de IE, con lo que aglutinan más componentes que las habilidades
cognitivas en relación con la emoción. Por otro lado, los modelos de habilidades se
centran en dichas habilidades únicamente (López-Bernard, 2015).
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Tabla 2. Principales teorías sobre la inteligencia emocional. Fuente: elaboración propia.

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En función de la teoría, podemos diferenciar o no algunos términos. Si seguimos los
modelos mixtos no es necesario diferenciar los siguientes términos (pues serían lo
mismo), pero si partimos de los modelos de habilidades debemos diferenciar
claramente:

 Inteligencia emocional: haría referencia a la capacidad más cognitiva del término.


 Competencia emocional: se relacionaría más con el logro a la hora de movilizar
adecuadamente las capacidades, recursos, habilidades, con cierto nivel de
habilidad.

Modelo integrador de Bisquerra

Otro modelo de gran aceptación es el de Bisquerra (Bisquerra y Pérez, 2007) que


establece el desarrollo de las competencias emocionales en cinco bloques, primando
el enfoque educativo:

Figura 2. Bloques del modelo integrador de Bisquerra. Fuente: elaboración propia.

Este modelo trata de actualizar estudios anteriores y establecer las competencias


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concretas que faciliten su desarrollo a través de la educación emocional. Respecto a


la conciencia emocional, se refiere a la capacidad para ser consciente de las
emociones propias y de los demás. En cuanto a la regulación emocional, hace
referencia al manejo adecuado de las emociones. El tercer bloque, la autonomía
personal, es un bloque amplio que está en consonancia con la autogestión personal.

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Tema 4. Ideas clave
El cuarto, la competencia social, alude a la capacidad para mantener buenas
relaciones con los demás. Finalmente, las competencias para la vida y el bienestar
son aquellas relacionadas con la capacidad para afrontar con éxito diferentes desafíos
de la vida.

En el apartado de A fondo puedes encontrar más información sobre el modelo de


Bisquerra.

A lo largo del tiempo, el estudio de la inteligencia emocional se ha centrado en el


análisis de las competencias emocionales necesarias que permitan a los sujetos
enfrentar con éxito los retos (Botello et al., 2018). En todos los casos es muy
importante que se lleve a cabo una educación emocional que permita incrementar
la inteligencia emocional (desde la perspectiva de los modelos mixtos) y las
competencias emocionales (si partimos de los de habilidades, que se relacionarían
con el logro).

4.4. Neuropsicología de la inteligencia emocional

Se denomina cerebro emocional al conjunto de áreas cerebrales que se encargan del


procesamiento de las emociones. Bisquerra et al. (2015) afirman que este cerebro
emocional estaría constituido, principalmente, por la corteza prefrontal, la corteza
cingulada anterior y la amígdala, de manera que las redes neurales situadas en estas
zonas interactúan entre ellas y con otras redes cerebrales (Sotelo et al., 2019).

Cabe reseñar que, tradicionalmente, se ha venido limitando el cerebro emocional al


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denominado sistema límbico (tálamo, hipotálamo, hipocampo y amígdala), pero la


evidencia basada en la investigación empírica destacando el papel de la corteza
frontal y prefrontal respecto a la asimilación neocortical de las emociones ha crecido
en los últimos años (Bisquerra et al., 2015).

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Tema 4. Ideas clave
Recientemente, Hogeveen et al. (2016) realizaron un estudio de revisión en relación
con la neuropsicología de la inteligencia emocional, encontrando algunas diferencias
en los hallazgos de los estudios analizados, pero también estructuras comunes que
implican determinadas áreas. En la siguiente figura se puede apreciar, tanto en los
análisis de los estudios que se realizaron analizando las regiones de interés con
estudios de neuroimagen, como los estudios procedentes de análisis sobre pacientes
con lesiones, que las estructuras más frecuentemente afectadas fueron: corteza
cingulada anterior (ACC), corteza prefrontal ventromedial (VmPFC), la amígdala y la
ínsula. Los autores señalan que en la VmPFC, se incluyen además el córtex medial
orbitofrontal y la corteza cingulada anterior perigenual y subgenual.

Figura 3. Estructuras cerebrales más comunes en la neuropsicología de la inteligencia emocional.


Fuente: Hogeveen et al. (2016).

En el siguiente vídeo, puedes profundizar más en la neuropsicología de la inteligencia


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emocional.

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Tema 4. Ideas clave
Vídeo 1. Neuropsicología de la inteligencia emocional.

Accede al vídeo a través del aula virtual

4.5. Evaluación de la inteligencia emocional

A partir de las diferentes concepciones de inteligencia emocional se han planteado


diferentes formas de evaluarla, aunque no siempre se ha llevado a cabo de manera
consistente. Así, por ejemplo, en ocasiones se mide como habilidad, pero se realiza a
través de autoinformes, lo que arroja resultados poco objetivos (Neri-Uribe y Juárez-
García, 2016). También es importante conocer previamente si partimos de un modelo
que reconozca la IE como capacidad general o como un conjunto de habilidades.

Cuando se establece como habilidad y se mide con autoinforme, la correlación


presenta incongruencias ante los instrumentos objetivos. Por ello, se han establecido
diferentes instrumentos de medición a partir de las perspectivas teóricas de la
inteligencia emocional.

Desde el paradigma de la habilidad se han postulado escalas como el Trait Meta-


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Mood Scale (TMMS) desarrollado por Salovey et al. (1995) y adaptada al español por
Fernández-Berrocal et al. (2004), diseñada para una población entre 17 y 60 años,
donde los participantes contestan un cuestionario tipo autoinforme de 48 a 24 ítems,
teniendo una fiabilidad alta.

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Tema 4. Ideas clave
Otro ejemplo de instrumento dentro del paradigma de habilidad es el Shutte Self
Report Inventory (SSRI), diseñado por Shutte et al. (1998, citado por Ferrándiz et al.,
2006). Se trata de un autoinforme con preguntas tipo Likert y diseñado para
adolescentes y adultos, en edades que oscilan entre los 15 y los 25 años. Está dirigido
de manera especial a estudiantes, presenta fiabilidad alta y no da lugar a grandes
diferencias en cuanto a género. Por último, destaca dentro del paradigma el Mayer-
Salovey-Caruso Emotional Intelligence Test (MSCEIT) de Mayer et al. (2001) que busca
medir la percepción de las emociones, uso de las emociones, comprensión de las
emociones y manejo efectivo de las emociones.

Junto a la escala TMMS, el SSRI es una de las escalas auto informadas basadas en el
modelo de Mayer y Salovey más utilizadas en la literatura científica (Fernández-
Berrocal y Extremera, 2006).

Desde la perspectiva de la inteligencia emocional como rasgo o modelos mixtos, se


diseñó el Emotional Quotient (EQ-i) por Bar-On (1997b) como medida autoinforme
con versión en inglés para niños y otra para adolescentes; se compone de 133 ítems
con escala tipo Likert que mide inteligencia intrapersonal, inteligencia interpersonal,
adaptación, gestión del estrés y estado de ánimo en general. Asimismo, el Emotional
Competence Inventory (ECI) diseñado por Boyatzis et al. (2000), dirigida a personas
de entre 18 y 57 años principalmente en el ámbito laboral, se mide con metodología
360°, basada en evaluadores externos (Sánchez-Teruel y Robles-Bello, 2018).
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A continuación, se muestra un listado de instrumentos de evaluación de la
inteligencia emocional (contiene los comentados previamente y otros instrumentos
de interés en función de la edad):
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Tabla 3. Instrumentos de evaluación de la inteligencia emocional. Fuente: Elaboración propia.

Recuerda que algunos de estos instrumentos solo los debe aplicar un profesional
entrenado específicamente para ello. Otros pueden aplicarse en el aula por parte del
docente. Consulta siempre el manual y las características de cada instrumento para

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conocer quién pude aplicar cada instrumento. Por ejemplo, el MSCEIT y el Inventario
de Inteligencia Emocional de BarOn requerirían tener una titulación y formación
específica que garantice conocimiento de la Teoría de los Test y métodos estadísticos.
No obstante, existen alternativas que permiten explorar la IE como, por ejemplo:

 TECA. Test de Empatía Cognitiva y Afectiva (López-Pérez et al., 2008). Evalúa la


capacidad empática desde una aproximación tanto cognitiva como afectiva.
Dentro del componente cognitivo, se valora la adopción de perspectivas y la
comprensión emocional, mientras que desde el componente afectivo se valora el
estrés empático y la alegría empática. Puede aplicarse a partir de los 16 años. El
tiempo de administración oscila entre los 5 y 10 minutos aproximadamente y
puede llevarse a cabo tanto de forma online como tradicional. Este test
proporciona puntuaciones transformadas (PT) y percentiles para las cuatro
dimensiones anteriores: adopción de perspectiva, comprensión emocional y
estrés y alegría empática. Además, ofrece una puntuación total de empatía que
permite predecir si una persona es capaz de sentir empatía antes una situación
emocional.

4.6. Inteligencia y competencia emocionales en el


ámbito educativo

Tomando en cuenta las principales conceptualizaciones de la inteligencia emocional


y, según otros modelos, la competencia emocional, es adecuado señalar que esta
juega un papel primordial en el proceso de aprendizaje, destacando que a través de
diversos estudios se ha logrado plantear las incidencias sobre el bienestar de los
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estudiantes y sus resultados positivos en su desempeño escolar desde la educación


primaria hasta la educación para adultos, incluso. Esto es debido a la generación de
satisfacción y comodidad frente a la labor que se está realizando dentro de un
proceso educativo, proporcionando, así, niveles superiores en el desempeño

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Tema 4. Ideas clave
cotidiano (Usán y Salavera, 2019). De ahí que se considere que ante la armonía de
los aspectos psicológicos del sujeto se logre mejorar o sostener un rendimiento
académico satisfactorio, lo que se logra por medio del reconocimiento de las propias
emociones, su regulación y su adecuada gestión para contribuir en el propio avance
del proceso educativo, como sostiene Usán y Salavera (2019).

De acuerdo con estudios realizados por Valenzuela y Portillo (2018), los estudiantes
con niveles elevados en inteligencia emocional tienen mayor ajuste psicológico,
bienestar psicológico, redes de apoyo fortalecidas; no presentan actitudes de
agresividad, pueden afrontar de mejor manera situaciones de tensión y, por ende,
pueden obtener resultados escolares satisfactorios. Se ha planteado que el vínculo
entre la emoción y la cognición da como resultado una adaptación adecuada y la
resolución de conflictos efectiva, esto anterior a partir de la interacción entre las
habilidades mentales y la información que proveen los estados emocionales
(Aguaded y Valencia, 2017).

Según Bisquerra (2009), dentro del marco educativo, la inteligencia emocional se


puede establecer como competencias emocionales, que a su vez se definen como las
habilidades y actitudes para reconocer, comprender, gestionar y regular los estados
emocionales, donde se pueden incluir los cinco factores fundamentales comentados
previamente: la conciencia emocional, la regulación emocional, autonomía
emocional, competencia social y competencias para la vida, para modular los
procesos cognitivos, tomar ventaja y alcanzar las metas propuestas dentro de
procesos académicos (Pedreira, 2018).

Es por ello por lo que resulta fundamental fomentar una educación emocional
dentro de los currículos académicos, con el fin de disminuir diversas emociones que
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eventualmente afectan el proceso educativo del sujeto, entre ellas se puede


mencionar la ansiedad, angustia, temor, agresividad, falta de autoestima, poca
habilidad social etc. que finalmente influyen en el fracaso escolar (Peralta, 2017).
Pero también a la inversa, esto es, generando y promoviendo emociones positivas
en el aula y todas aquellas variables relacionadas con la psicología positiva:

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felicidad, resiliencia, creatividad, etc. Nótese que es especialmente importante que
estas competencias se integren en el currículo, de tal forma que se produzca una
integración sinérgica en ambas dimensiones (Bisquerra y Pérez, 2007).

A continuación, profundizaremos en un ejemplo de programa basado en la


educación emocional, descrito por Bisquerra y Hernández (2017), denominado
«Aulas felices».

Aumentar la felicidad de los alumnos, profesorado y familias.


Objetivos
Potenciar el desarrollo personal y social del alumnado.
300 actividades, sugerencias metodológicas, propuestas
Metodología
generales de actividades.
Alumnos de 3 a 18 años e incluso formación de adultos con
adaptaciones.
Destinatarios
Todas las áreas curriculares (también diseñadas para acciones
tutoriales).
Se aplica ya en más de 100 centros educativos.
Aplicación
Descarga gratuita en: http://educaposit.blogspot.com/
Emociones positivas.
Vida comprometida.
Basado en Relaciones sociales.
Vida significativa.
Logros.
Modelo integrador.
Características
Recursos amplios y flexibles.
Atención plena
 Meditación basada en la respiración, respiración
caminando.
 Técnicas basadas en la relajación y meditación: body scan,
ejercicios derivados del yoga, taichí, chi kung.
 La atención plena en la vida cotidiana: saborear con calma
un alimento; disfrutar de una imagen, una música;
seleccionar tareas cotidianas y realizarlas con plena
consciencia, etc. (p.62).
Ejes de actuación
Educación de las 24 fortalezas personales de Peterson y
Seligman (2004)
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Se trabajan relacionándolas con las competencias (iniciativa,


social y cívica, aprender a aprender). En la siguiente tabla
pueden verse todas las fortalezas.
Por ejemplo: actividad «mensajes positivos» (de la fortaleza
12 inteligencia social). Su objetivo es transmitir bienestar y
felicidad a través de mensajes positivos.
Pasos:

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1. Ver vídeo Be happy:
http://www.youtube.com/watch?v=SpbMt7ehgeo)
2. Redactar mensajes con efectos positivos.
3. Elegir algunos, los más originales para hacer carteles.
4. Traducir a otras lenguas. Ejemplo:
https://convivencia.files.wordpress.com/2015/01/mensaje
s-positivos.pdf

Tabla 4. Ejemplo de programa basado en la educación emocional. Fuente: Elaboración propia extraído de
Bisquerra y Hernández (2017)

FORTALEZAS PERSONALES
1. Creatividad.
Sabiduría y conocimiento. Fortalezas 2. Curiosidad.
cognitivas que implican la adquisición y el 3. Apertura mental (juicio, pensamiento crítico).
uso del conocimiento. 4. Amor por el aprendizaje.
5. Perspectiva (sabiduría).
Coraje. Fortalezas emocionales que 6. Valentía.
implican el ejercicio de la voluntad para la 7. Perseverancia.
consecución de metas ante situaciones de 8. Integridad.
dificultad externa o interna. 9. Vitalidad.
10. Amor.
Humanidad. Fortalezas interpersonales
11. Amabilidad.
que implican cuidar y ofrecer amistad y
12. Inteligencia social (inteligencia emocional,
cariño a los demás.
inteligencia personal).
13. Ciudadanía (responsabilidad social, lealtad,
Justicia. Fortalezas cívicas que conllevan trabajo en equipo).
una vida en comunidad saludable. 14. Sentido de la justicia.
15. Liderazgo.
16. Capacidad de perdonar, misericordia.
Moderación. Fortalezas que nos protegen 17. Modestia, humildad.
contra los excesos. 18. Prudencia (discreción, cautela).
19. Autocontrol, autorregulación.
20. Apreciación de la belleza y la excelencia.
21. Gratitud.
Trascendencia. Fortalezas que forjan 22. Esperanza (optimismo, proyección hacia el
conexiones con la inmensidad del universo futuro).
y proveen de significado a la vida. 23. Sentido del humor.
24. Espiritualidad (sentido religioso, fe, sentido en la
vida).
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Tabla 5. Fortalezas personales. Fuente: Peterson y Seligman (2004, p. 62).

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4.7. Conclusiones

A partir de lo expuesto a lo largo del tema se derivan las siguientes conclusiones:

 La inteligencia emocional hace referencia a la capacidad de percibir, comprender


y regular las emociones y, por tanto, aquella persona que pueda manejar de forma
efectiva estos aspectos se puede considerar emocionalmente competente.
 El desarrollo de las competencias emocionales resulta fundamental para mejorar
la adaptación del individuo a su entorno. El modelo integrador de Bisquerra
propone cinco bloques para desarrollar las competencias emocionales (conciencia
emocional, regulación emocional, autonomía, emocional, competencia social y
competencias para la vida y el bienestar).
 Actualmente, la inteligencia emocional se relaciona con la corteza prefrontal
ventromedial (VmCPF), la corteza cingulada anterior, la amígdala y la ínsula.
 Cada vez existe mayor evidencia empírica que señala la necesidad de incluir la
educación emocional en los currículos académicos, ya que se ha demostrado que
mejora el rendimiento, ayuda a la prevención de problemas y mejora el bienestar
personal y social. El programa Aula Felices de Bisquerra y Hernández (2017) se
presenta como una posible alternativa.
 Hasta el momento los estudios indican que la base de la educación emocional
debe entenderse como un proceso educativo, continuo y permanente, el cual
debe desarrollarse en contextos de aprendizajes naturales (escuela, familia,
amigos…) y utilizando una metodología práctica (mindfulness, dinámicas de
grupos, actividades lúdicas…).
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4.8. Aplicación práctica

Sandra es tutora de un curso de secundaria cuyos alumnos tienen 12 años. En el aula


hay una alumna, Elsa, con buen rendimiento académico y comportamiento, en
general, sin embargo, Elsa observa que le cuesta relacionarse con el resto de los
compañeros. Decide comentar el caso con Ana, la orientadora, y esta le aplica un
instrumento para conocer la inteligencia emocional de la alumna: Inventario de
Inteligencia Emocional (Emotional Quotient Inventory EQ-i: Youth Version. EQ-i:YV,
Bar-On y Parker, 2000), que cuenta con cuatro subescalas (intrapersonal,
interpersonal, manejo del estrés y adaptabilidad) a partir de las cuales se obtiene una
puntuación total de Inteligencia emocional. Además, incluye una escala de estado de
ánimo general para conocer su situación emocional general.

A continuación, se muestran los resultados más relevantes del instrumento. Ana, le


explica a la tutora que Elsa puntúa bajo en la escala interpersonal y que sería
conveniente mejorar dicha competencia. ¿Cómo podría hacerlo la tutora?

Tabla 6. Resultados del experimento. Fuente: elaboración propia.


Resolución

La intervención se justifica en base a la observación de la tutora y la evaluación


realizada por la orientadora. Una posibilidad sería intervenir para mejorar la
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competencia relacionada con las habilidades interpersonales con el conjunto de la


clase.

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Tema 4. Ideas clave
En base a ese objetivo, se pueden plantear algunas actividades, por ejemplo, durante
un mes, en el que, en horario de tutorías, en sesiones breves de 10 minutos, se
puedan realizar dichas actividades. A continuación, se muestra un ejemplo:

Tabla 7. Ejemplo de actividades que se pueden plantear. Fuente: elaboración propia.

Se podría llevar a cabo durante el mes de mayo, en 4 sesiones de 10 minutos,


correspondientes a las tutorías de los jueves. Cada día una actividad diferente:
empezar por ejemplo con el agradecimiento, seguir con pedir de forma asertiva
cosas, iniciar una conversación y finalmente mantenerla y finalizarla.

Tras la aplicación de las actividades es importante que se lleve a cabo una evaluación,
que podría ser:

 Analizar si el desempeño en las habilidades interpersonales de la alumna es mejor


que antes de la realización de las actividades, volviendo a aplicar la prueba de Bar-
On.
 Entrevista con el resto de los docentes para conocer si han notado cambios en el
clima de aula, reducción de conflictos, etc. a nivel de la clase.
 Reunirse con la familia de Elsa con el fin de saber si han notado algunas diferencias
en su relación con los demás.
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 Observar si la alumna se siente más cómoda en el aula y en relación con sus


compañeros, y si se ha motivado más respecto al proceso de enseñanza-
aprendizaje.
 Realizar un cuestionario sobre el interés y el gusto de los alumnos por cada una de
las actividades: su utilidad y si desean trabajar otros temas.

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Tema 4. Ideas clave
Con toda la información recogida, se obtendrá información acerca del cumplimiento
o no del objetivo propuesto y la detección de posibles necesidades detectadas que
pueden trabajarse en clase.

En el siguiente vídeo puedes ver la explicación de este caso práctico.

Vídeo 2. Inteligencia emocional: aplicación práctica.

Accede al vídeo a través del aula virtual

4.9. Referencias bibliográficas

Armstrong, T. (2001). Inteligencias múltiples: cómo descubrirlas y estimularlas en sus


hijos. Norma.

Aguaded, M. y Valencia, J. (2017). Estrategias para potenciar la inteligencia emocional


en educación infantil: aplicación del modelo de Mayer y Salovey. Tendencias
pedagógicas, 30, 175-190.
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Domínguez-Alonso, J., Domínguez-Rodríguez, V., López-Pérez, E. y Rodríguez-


González, M. D. (2016). Motivación e inteligencia emocional en estudiantes de
Educación Secundaria Obligatoria. Revista de estudios e investigación en psicología y
educación, 3(2), 94-101.

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Tema 4. Ideas clave
Bautista, J. A., Apaza, B., Quizá, C. y Toccto, G. (2017). Inteligencia Emocional en
Estudiantes del Doctorado. Revista de Investigaciones de la Escuela de Posgrado de
la UNA PUNO, 6, 125-134.

Bar-On, R. (1997a). BarOn emotional quotient inventory. Multi-Health Systems.

Bar-On, R. (1997b). The emotional Quotient (EQ-i): A Test of Emotional Intelligence.


Multi-Health Systems.

Bar-On, R. y Parker, J. D. A. (2000). EQi: YV BarOn Emotional Quotient Inventory: Youth


version. Technical Manual. Multi-Health Systems Inc.

Bisquerra, R. y Hernández, S. (2017). Psicología positiva, educación emocional y el


programa aulas felices. Papeles del Psicólogo, 38(1), 58-65.

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© Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)

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Tema 4. Ideas clave
A fondo
El modelo de Bisquerra

Bisquerra, R. (2019). Competencias emocionales. En Rafael Bisquerra [blog].


https://www.rafaelbisquerra.com

En el siguiente enlace puedes encontrar información, proporcionada por el propio


Bisquerra, sobre la concepción que tiene de la inteligencia emocional, la educación y
las competencias emocionales. Podrás acceder a unas explicaciones más detalladas
sobre cada una de las cinco competencias que describe y las dimensiones que, desde
su punto de vista, englobarían.

Ocho lecciones de educación emocional – Begoña Ibarrola

BBVA. Aprendemos Juntos (1 de septiembre de 2021). Ocho lecciones de educación


emocional. Begoña Ibarrola, psicóloga y escritora [Vídeo]. YouTube.
https://www.youtube.com/watch?v=-9GnFyrLAHA

En el siguiente vídeo podrás escuchar a Begoña Ibarrola, psicóloga y escritora,


experta en inteligencia emocional. Descubre cuáles serían los componentes más
importantes desde su punto de vista.
© Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)

Inteligencias Múltiples, Creatividad, Talento y Altas Capacidades


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Tema 4. A fondo
UNIR OPENCLASS: La importancia de las emociones en el aula

UNIR (9 de mayo de 2019). La importancia de las emociones en el aula [Vídeo]. YouTube.


https://www.youtube.com/watch?v=Fnb3gltc6uw

En este vídeo podrás acercarte a la experiencia de cómo trabajar las emociones en el


entorno educativo, concretamente en el colegio Montesclaros en Cerceda (Madrid).
© Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)

Inteligencias Múltiples, Creatividad, Talento y Altas Capacidades


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Tema 4. A fondo
Test
1. ¿Quién o quiénes introdujeron el término de inteligencia emocional?
A. Salovey y Mayer.
B. Goleman.
C. Bar-On.
D. Bisquerra.

2. No hay duda en la literatura científica acerca de la existencia de la inteligencia


emocional.
A. Falso, existe debate sobre su existencia.
B. Verdadero, no hay debate al respecto.
C. Verdadero, hay debate, pero no es relevante.
D. Verdadero, actualmente ya existe consenso entre los diferentes autores.

3. El modelo de Bisquerra establece las siguientes competencias:


A. Conciencia emocional, regulación emocional, autonomía emocional.
B. Competencia social, competencia para la vida y el bienestar.
C. Percepción, comprensión y regulación emocionales.
D. A y B con correctas.

4. ¿Qué estructuras cerebrales se suelen asociar a la inteligencia emocional?


A. Corteza frontal, ínsula, amígdala e hipotálamo.
B. Corteza prefrontal, corteza cingulada anterior, amígdala e ínsula.
C. Corteza prefrontal, corteza cingulada anterior, hipotálamo e ínsula.
D. Corteza prefrontal, sistema límbico, amígdala e ínsula.
© Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)

Inteligencias Múltiples, Creatividad, Talento y Altas Capacidades


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Tema 4. A fondo
5. ¿Qué parte de la corteza prefrontal se ha asociado más a la inteligencia
emocional?
A. Corteza prefrontal ventromedial.
B. Corteza prefrontal orbitofrontal.
C. Corteza prefrontal dorsolateral.
D. Todas por igual, no destaca ninguna zona del córtex prefrontal.

6. ¿Cuál de los siguientes instrumentos no se emplea para evaluar la inteligencia


emocional?
A. Escala de Weschler.
B. TMMS-24.
C. WLEIS.
D. MSCEIT.

7. El modelo de Bar-On pertenece al grupo de:


A. Modelos de habilidad.
B. Modelos de ejecución.
C. Modelos mixtos.
D. Modelos integradores.

8. ¿Es lo mismo inteligencia emocional y competencias emocionales?


A. Sí, son términos que se usan de forma indistinta.
B. Depende del modelo teórico se usa indistintamente o no.
C. No, son diametralmente opuestos.
D. No, aunque están muy relacionados.

9. Un ejemplo de programa para trabajar las competencias emocionales es:


© Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)

A. Aulas felices.
B. Aulas audaces.
C. Aulas brillantes.
D. Aulas sintientes.

Inteligencias Múltiples, Creatividad, Talento y Altas Capacidades


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Tema 4. A fondo
10. Las cuatro fortalezas personales de Peterson y Seligman (2004) relacionadas con
valentía, perseverancia, integridad y vitalidad se relacionan con:
A. Coraje.
B. Humanidad.
C. Sabiduría.
D. Justicia.
© Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)

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Tema 4. A fondo

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