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TRABAJO PRÁCTICO N° 4

Alumna : DANIELA SABAS


MATERIA: DERECHO DE DAÑOS

DERECHO DE DAÑOS

1-Como juez de la causa, deberás dirimir si corresponde aplicar responsabilidad alguna al


dueño del vehículo y/o a la aseguradora por el hecho ocurrido. ¿Qué tipo de responsabilidad
resulta aplicable al caso? Brinda fundamentos jurídicos y normativos respecto de tu
respuesta a los fines de elaborar la sentencia del caso.

El art. 1769 establece la atribución de la responsabilidad al decir.: “Los artículos referidos a la


responsabilidad derivada de la intervención de cosas se aplican a los daños causados por la
circulación de vehículos”. A su vez, la responsabilidad por el riesgo o vicio de la cosa está
establecida en el art 1757 definiendo que es aquella que surge “por el daño causado por el
riesgo o vicio de las cosas, o de las actividades que sean riesgosas o peligrosas por su
naturaleza, por los medios empleados o por las circunstancias de su realización.”
Ello no es casual pues la doctrina y jurisprudencia existe la coincidencia de que el automotor es
una típica cosa riesgosa. Es más, se trata de una cosa que, por su propia naturaleza, es riesgosa
o peligrosa para terceros, entonces la víctima del accidente de circulación le basta con
acreditar el perjuicio sufrido y la intervención de la cosa que lo produjo o, lo que es lo mismo,
la relación de causalidad puramente material entre vehículo y el daño. Ello es así en la medida
en que sobre el creador del riesgo gravita una presunción de adecuación causal, que solo
puede ser desvirtuada si se acredita la intervención de una causa ajena. Es decir, si comprueba
el hecho del damnificado, de un tercero por quien no tenga el deber jurídico de responder o el
caso fortuito o fuerza mayor.

Por otra parte, la responsabilidad de la compañía de seguros también se puede encuadrar


como una responsabilidad objetiva atento al factor de atribución que se le impone de
seguridad y garantía a favor de su asegurado. (Art 1722 CCyCN)

Respecto al cumplimiento de técnicas de prevención, se destaca la falta de uso del cinturón de


seguridad que referencia la compañía de seguros y que, en el mismo sentido que establece la
norma, ello, no implica la eximición de responsabilidad. Así se estableció en la causa “ Pirrello
Cristóbal Carlos y otro c/ Fuentes Mauricio Antonio y otros/ daños y perjuicios” , resolver “si la
falta de utilización por parte del conductor o de uno de los pasajeros, de cinturones de
seguridad ejerce o no influencia causal a la hora de establecer la responsabilidad”, los jueces
dispusieron que “los cinturones de seguridad no impiden el acaecimiento de siniestros del
tránsito, pero permiten amortiguar los daños, en la medida en que limitan las consecuencias
de la inercia sobre la anatomía de las personas al sobrevenir bruscamente una fuerza
irresistible que cambie el previo estado de reposo”.

2. Como juzgador del caso, expone y fundamenta si encuentra en el mismo alguna causal de
eximición total o parcial de la responsabilidad del demandado o de la citada garantía.

Reza el art 1719: “Asunción de riesgos. La exposición voluntaria por parte de la víctima a una
situación de peligro no justifica el hecho dañoso ni exime de responsabilidad a menos que, por
las circunstancias del caso, ella pueda calificarse como un hecho del damnificado que
interrumpe total o parcialmente el nexo causal. Quien voluntariamente se expone a una
situación de peligro para salvar la persona o los bienes de otro tiene derecho, en caso de
resultar dañado, a ser indemnizado por quien creó la situación de peligro, o por el beneficiado
por el acto de abnegación. En este último caso, la reparación procede únicamente en la
medida del enriquecimiento por él obtenido.
El art 1729 establece que “La responsabilidad puede ser excluida o limitada por la incidencia
del hecho del damnificado en la producción del daño, excepto que la ley o el contrato
dispongan que debe tratarse de su culpa, de su dolo, o de cualquier otra circunstancia
especial.” Aquí podemos ver el eximente ya que es el propio damnificado que ejerce una
conducta que resulta apta para producir parcialmente el resultado dañoso. Si bien no es
correcto excluir totalmente de responsabilidad a los demandados, ya que el accionar de la
víctima no fue exclusivo del resultado, tampoco no es correcto alegar que se concurre con el
sindicado como responsable, pero si se reconoce que la conducta de ubicarse en el hecho
peligroso arribando el vehículo como copiloto con total voluntad (discernimiento, libertad e
intención), sea causa adecuada de alguna consecuencia dañosa sufrida por la víctima.

Asimismo, se observan presentes los requisitos necesarios para su configuración tales como la
inevitabilidad y la ajenidad, mismos requisitos que se exigen en el eximente de caso fortuito o
fuerza mayor (Art 1730 del CCyCN).

De igual manera, los eximentes de responsabilidad, tales como el caso fortuito o culpa de la
víctima, requieren para su configuración que hayan sido de una entidad tal que puedan haber
interrumpido el nexo causal en el hecho dañoso.

La responsabilidad civil que origina el transporte benévolo se gobierna por los arts. 1109 y
1113 del Código Civil y no por los que son propios de la responsabilidad contractual, toda vez
que la invitación o conformidad del conductor del vehículo para transportar
desinteresadamente a otra persona no constituye una declaración de voluntad con significado
jurídico, pues aquél entiende realizar un acto de mera cortesía, y si no hay intención de
obligarse, mal puede pretenderse que exista un acuerdo de voluntades destinado a reglar los
derechos de las partes, que de nacimientos de vínculos obligacionales".

3. Suponiendo que eres el abogado del actor, después de exponer los fundamentos acerca de
la responsabilidad que sostiene le cabe al demandado como conductor y titular de la cosa
riesgosa, ¿qué daños reclamará derivados del accidente producido? Fundamenta tu
respuesta.

Podrá reclamar daños ya que existe una lesión a un derecho o un interés no reprobado por el
ordenamiento jurídico, que tiene por objeto la persona y el patrimonio. Es un daño directo
teniendo en cuenta que resulta titular de la afectación del daño, tanto patrimoniales como
extrapatrimoniales reconocidos en el art 1738 del CCyCN.
Los daños patrimoniales son aquellos que se producen en los bienes y derechos que componen
el patrimonio de la personal y se manifestarán mediante el daño emergente, teniendo en
cuenta que se observa una perdida y disminución de valores económicos existentes que
producen el empobrecimiento del mismo tales como los gastos médicos (de honorarios de los
médicos, de internación, medicamentos, entre otros) y mediante el lucro cesante, suponiendo
que el actor se encontraba laborando de manera independiente o en un empleo no registrado,
por la frustración de obtener ventajas económicas que fueran altamente probables.

Mientras que los daños extrapatrimoniales son aquellos en donde se lesiona un interés no
patrimonial de la víctima que produce consecuencias de la misma índole que consisten en una
modificación disvaliosa del espíritu, en el desenvolvimiento de su capacidad de entender,
querer y sentir y se traduce en un modo de estar diferente de aquel en el que se hallaba antes
del hecho. En la situación planteada, se observan en el actor consecuencias de la violación de
sus derechos personalísimos, de su integridad personal, su salud psicofísica, sus afecciones
espirituales legítimas y las que resultan de la interferencia en su proyecto de vida a raíz de las
lesiones físicas provocadas en el accidente, y que resultan indemnizables conforme se
establece en el art 1741 del CCyCN.

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