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23/10/2022

Materia: Derecho Administrativo

1. En relación a las sanciones por parte del Estado a la empresa, que


derivaron luego en la rescisión del contrato. ¿Se trata de sanciones
disciplinarias o administrativas? ¿Cómo explicarías la diferencia entre
ambas categorías?

En el caso planteado se trata de sanciones administrativas aplicadas en el marco


de las cláusulas exorbitantes de los contratos públicos: recordemos que tales
cláusulas son, entre otras: la interpretación unilateral -por ser el Estado quien
decide cómo interpretar el contrato-; la modificación unilateral del contrato por
el Estado; la aplicación de sanciones al contratista por incumplimientos.
Sostiene Balbín que el legislador distinguió entre sanciones y penalidades. “Las
penalidades son tipos —infracciones— circunscriptos al marco contractual
específico; en tanto las sanciones y sus consecuentes exceden el contrato puntual
(así, por ejemplo, las suspensiones e inhabilitaciones).” (Balbín, 2015: 427).

La sanción disciplinaria es un tipo de sanción aplicada en el marco de una


relación de empleo públicos por hechos reprochables al agente (faltas
administrativas) tipificadas por la ley en el régimen legal del empleo público.

La diferencia que hay entre ambas categorías es que una sanción disciplinaria
tiene por objeto penalizar las transgresiones que un empleado público pudo
haber realizado en el cumplimiento de sus deberes dentro de la órbita de la
Administración Pública; en cambio las sanciones administrativas son penas
previstas para quienes cometen una falta administrativa, refieren a las relaciones
externas de la Administración respecto a terceros administrados.

2. Antes de aplicar cada una de estas sanciones a la empresa, ¿debe la


administración realizar alguna clase de procedimiento? Justifiquen su
respuesta.  

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El poder de regulación del Estado -podría interpretarse en sentido amplio como
poder de policía- es una atribución propia del Poder Legislativo. El Poder
Ejecutivo tiene la obligación de cumplir y hacer cumplir las limitaciones o
restricciones que ordene el Legislativo. En efecto, ningún derecho es absoluto y
el Estado tiene el deber de limitar su ejercicio por medio de mandatos
restrictivos emanados por el poder legislativo, de conformidad con los artículos
14 y 18 de la CN.

En este marco corresponde ubicar al derecho administrativo sancionador como


uno de los canales mediante los cuales el Estado ejerce su poder punitivo, el cual
tiene el mismo basamento constitucional que el derecho penal y está sujeto a los
mismos límites ya que las sanciones deben estar debidamente motivadas sin
perjuicio de ser susceptibles de revisión judicial ulterior.

En el caso práctico se plantea que el Estado revocó mediante acto administrativo


el contrato de concesión con la empresa privada que había resultado
adjudicataria de la licitación, específicamente se manifiesta que el acto cumplió
con los requisitos esenciales del acto, a saber: competencia, causa, objeto,
procedimientos, motivación, finalidad y forma, conforme surge de la ley 19.549
de Procedimientos Administrativos.

Los antecedentes que fueron motivo al dictado del acto fueron las reiteradas
sanciones aplicadas a la empresa prestataria por diferentes faltas administrativas
(contravenciones), las cuales fueron debidamente sancionadas por el Estado, es
decir, respetando las garantías del debido proceso. Al respecto sostiene Balbín
que los “actos o comportamientos estatales que deben cumplir con las
disposiciones de la ley (LPA y otras más específicas) […] en particular, los actos
sancionadores están gobernados por los principios propios y específicos del
Derecho Penal y Procesal Penal.” (Balbín, 2015, 245). Este criterio es
compartido por Avalos, Buteler y Massimino, para quienes el poder sancionador
se encuentra sujeto a determinadas reglas, “la mayoría de las cuales comparte su
génesis con el proceso penal, aunque con las particularidades de la disciplina
administrativa” (Avalos, et al. 2014: 322).

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En efecto, el proceso administrativo sancionador se rige, al igual que el penal,
por los principios de legalidad e irretroactividad y por las garantías
constitucionales de defensa en juicio. En este sentido el imputado se presume
inocente, tiene derecho a ser oído, a ofrecer y producir pruebas; y a una decisión
fundada, la cual podrá ser recurrida en sede administrativa y en una etapa
ulterior revisada judicialmente.

3. La interrupción de la prestación del servicio de agua corriente, tiene que


ver con uno de los caracteres propios del servicio público como instituto
jurídico. ¿Con cuál? Justifiquen su respuesta.

La actividad declarada como servicio público tiene una finalidad pública que
fundamenta los medios exorbitantes de derecho común, es decir: “un régimen de
derecho público que asegure la generalidad, uniformidad, regularidad y
continuidad del servicio” (Avalos, et al, 2014: 261). En este sentido los
caracteres del servicio público son la continuidad, la regularidad, la generalidad,
la igualdad y la obligatoriedad.

En el caso planteado se afectaría el carácter continuo que una exigencia de la


prestación del servicio, ello significa que en ningún caso debe ser interrumpido.
Dicha continuidad contribuye a la puntualidad y regularidad, como también a su
eficacia y oportunidad; debe ser prestado de manera que satisfaga las
necesidades que tiene que cubrir, y la administración debe contar con todos los
medios para que se obtenga dicho resultado.

La continuidad puede revestir el carácter de absoluto o relativo. La exigencia


absoluta de continuidad se presenta en supuestos de servicios atinentes a
necesidades permanentes, por ello debe estar siempre cubiertas, como en el caso
de suministro de agua, gas o electricidad; por su parte la exigencia de
continuidad podrá ser relativa cuando se atiende a requerimientos que son
intermitentes, es decir que se presenten en ciertos momentos y no en otros.

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Por ello quien presta un servicio público se debe abstener de realizar todo tipo de
actos que puedan llegar a atentar o afectar la continuidad, la falta de la misma
constituirá una falta al sistema de prestación que puede recaer en una sanción.

La continuidad de los servicios públicos se asegura por medio de diferentes


arbitrios jurídicos, entre ellos encontramos la exclusión de la posibilidad de
realizar huelgas y paros patronales que suspendan o dificulten la prestación del
servicio.

4. A partir de que la administración asuma la prestación del servicio público


relativo al agua corriente, la situación jurídica de cada usuario ¿será regida
por el derecho público o por el derecho privado? ¿Cómo fundamentarían su
respuesta? 

Actualmente la noción de “servicio público” es un concepto cuya delimitación


como fenómeno jurídico se encuentra en debate en el campo doctrinario del
derecho administrativo, es decir, no es existe una definición unívoca respecto del
mismo. Coincidimos con Mairal (1993) en que la Ley de Reforma del Estado -
que abrió paso a las privatizaciones de comienzos de la década de 1990 bajo un
paradigma económico neoliberal- fue un antes y un después en el modelo del
servicio público concebido -hasta entonces- como de exclusiva titularidad
estatal.

En efecto, ese proceso de transformación implicó el paso de un régimen de


servicios públicos en el cual las prestaciones eran brindadas por la
administración, a un modelo en el cual los servicios públicos son brindados
mediante contratos de concesión a grupos de empresas privadas bajo un régimen
regulación.

No obstante esto, lo distintivo y característico de los servicios públicos es su


condición monopólica con independencia de la figura jurídica que resulte
prestataria del servicio. Es tal condición la que justifica y determina un régimen
de regulación específico (Gordillo, 1998).

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Ahora bien, respecto de la situación jurídica del usuario existen diferentes
posiciones al respecto en caso de que el servicio lo preste la administración
pública o, indirectamente, un particular.

En el caso práctico no hay dudas de que la situación jurídica de cada usuario


será regida por el derecho público, dado que el prestador del servicio es la
administración. No obstante esto, consideramos que la relación se regirá siempre
por el derecho público en tanto la protección de usuarios y consumidores de
servicios públicos fue incorporada mediante la reforma de 1994 a la
Constitución Nacional en el actual artículo 42: “La legislación establecerá
procedimientos eficaces para la prevención y solución de conflictos, y los
marcos regulatorios de los servicios públicos de competencia nacional,
previendo la necesaria participación de las asociaciones de consumidores y
usuarios y de las provincias interesadas, en los organismos de control”. De este
modo la protección de los usuarios y consumidores frente a monopolios (una de
las características de los servicios públicos) no sólo es un derecho de éstos sino
que constituye una obligación del Estado de carácter constitucional y
convencional.

Ante las características propias de los servicios públicos, nos dice Mosset
Iturraspte que con la aplicación del derecho público en el marco de las
relaciones jurídicas entre el titular del servicio (Estado) y los usuarios es
“proteger a una de las partes restableciendo el equilibrio contractual, habida
cuenta de una “falla estructural en el mercado”, atendiendo a las situaciones de
poder; se busca asegurar una “igualdad de oportunidades”. “No es una
intervención que distorsiona la autonomía, sino que la mejora permitiendo que
los contratantes se expresen en un pie de igualdad”. (Mosset Iturraspe, 2008:
229)

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BIBLIOGRAFÍA

- Balbín, Carlos (2015) Manual de Derecho Administrativo - 3a Ed ampliada. -


Ciudad Autónoma de Buenos Aires: La Ley.

- Mairal, H. A. (1993). La Ideología del Servicio Público. En Revista de Derecho


Administrativo. (14) pp. 398-ss.

- Gordillo, A. (1998). Tratado de Derecho Administrativo. Tomo2. La defensa del


usuario y del administrado. Buenos Aires, Argentina: Fundación de Derecho
Administrativo.

- Mosset Iturraspe, Jorge (2008) “El orden público y la tutela del consumidor y
usuario”. Revista Latinoamericana de derecho. Año V, núm. 9-10, enero-
diciembre de 2008.

- Avalos, Eduardo (2014) et al. Derecho administrativo 1, Alveroni Ediciones.

- ProQuest Ebook Central

http://ebookcentral.proquest.com/lib/biblioues21sp/detail.action?
docID=3224862.

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