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Cuando la realidad nos sacude y tira por tierra nuestros planes, podemos
quedar devastados. La confusión, la frustración, la tristeza y la rabia nos invaden.
Por eso, si quieres salir adelante, toma valor y asume que aquello terminó.
Dedica tiempo a procesar la pérdida, pero no te detengas: hay mucho ahí fuera
esperándote.
Construye un futuro.
Por lo tanto:
El cierre de ciclos implica olvidar, pero el olvido debe ser visto como el
proceso de poner las vivencias en perspectiva y honrarlas con el lugar que se
merecen en el desarrollo de la vida.
Suele haber una resistencia a cerrar ciclos. Hay una parte de nosotros que
quisiera seguir en lo mismo y no experimentar ninguna incertidumbre frente a lo
nuevo. De ahí, que la primera tarea sea la de dejar ir.
Todo final implica también un comienzo. Ese comienzo debe ser el foco de
nuestra atención y nuestro interés. Lo nuevo no tiene por qué asustarnos. Es
normal que implique un desequilibrio inicial, pero en relativamente poco tiempo
comenzará a revelar sus bondades. Movernos de lo conocido a lo incierto siempre
tiene un toque de aventura y supone aprendizajes, sorpresas y, por supuesto,
adaptaciones. La mayoría de las veces, los cambios nos dan mucho más de lo
que nos quitan.
A lo nuevo hay que recibirlo con los brazos abiertos y una bienvenida en el
corazón. La vida está constituida de ciclos, momentos, experiencias, etapas
vividas, agradables o no, que nos generan emociones a la cual nos apegamos,
son un ciclo. A veces, es necesario cerrar ciclos es nuestra vida, pues no todos
son eternos y debemos vivir en una constante evolución que nos lleve a ser mejor
persona cada día.
A veces, nos apegamos tanto al pasado que vamos por la vida sin cerrar
ciclos, eso sólo trunca nuestro presente y nos quita la oportunidad de vivir nuevas
y mejores cosas.
Podemos poner como ejemplo una relación de pareja que termina. Pero
podría ser cualquier otro cambio que se produzca en nuestras vidas: un cambio de
trabajo, de ciudad o de país, la muerte de un ser querido, etc.
¿Qué es Soltar?
Es una habilidad que nos ahorra mucho tiempo de sufrimiento para acceder
a vivir con tranquilidad emocional. Si creemos que es difícil, es muy probable que
así sea para nosotros. Lo importante es estar dispuestos a viajar ligeros de
equipaje. Sintiéndonos mejor cada vez que liberamos aquello que nos pesa tanto.
David Hawkins, doctor en Medicina y Filosofía, en su libro “Dejar Ir”, nos
lleva las siguientes ideas:
• “Dejar ir, es como el cese repentino de una presión interna o la caída
de un peso. Se acompaña de una repentina sensación de alivio y ligereza, y el
incremento de la felicidad y la libertad. Se trata de un mecanismo real de la mente
y todo el mundo lo ha experimentado en alguna ocasión”.
• “A medida que nos familiarizamos con el dejar ir, nos daremos cuenta
de que todo sentimiento negativo está asociado al miedo básico relacionado con la
supervivencia, y que todos los sentimientos no son más que programas de
supervivencia que la mente cree necesarios”.
¿Por qué tenemos dificultad en soltar?
Detrás de todos nuestros “no es tan fácil dejarlo ir”, “tú no sabes lo que
estoy sufriendo”, “no sé cómo se hace” … están miedos profundos, heridas no
resueltas y deseos como:
• El miedo al cambio.
• El miedo a perder.
• El deseo de control.
• El deseo de aprobación.
• El miedo a no conseguir lo que deseamos.
6. Quema o rompe la carta. Una vez hayas leído la carta en voz alta
imaginando que tienes a la persona o situación delante, quema o rompe la carta
según lo sientas. Lleva las cenizas o los restos, a un lugar especial para ti y
entiérralas. Termina de despedirte y márchate.
El cierre de ese ciclo, se inicia precisamente con esa noticia. Con la noticia
que te da tu pareja de que quiere terminar con la relación. Justo con el impacto
que produce una noticia como esa; en ese mismo momento en que te enteras,
empieza el proceso de cerrar ese ciclo.
Una vez que ya tienes conocimiento del cambio que está a punto de
producirse en tu vida, toca lo que se podría corresponder con algunas fases de un
duelo, es decir: aparecen las emociones.
Pues no; el trabajo más duro viene después de todo eso. Después de sentir
todo eso, que no podemos ni debemos evitar sentir, toca la parte más difícil.
Y… seguramente, tocan muchas cosas más. Pero hay dos cosas que es
muy importante que hagamos; si queremos de verdad cerrar el ciclo.
Cuando ponemos fin a una etapa, podemos recordar con cariño y sin dolor;
podemos agradecer por lo que vivimos y ya no tener la necesidad de seguir ahí;
entendemos la pérdida como una lección que nos está ayudando a crecer y a
madurar; sabemos que haber terminado esa etapa no fue un fracaso que nos hizo
débiles, sino una experiencia que nos fortaleció.
Si crees que necesitas cerrar un ciclo en tu vida, aquí te voy decir la mejor
manera para hacerlo:
3. Perdona. Perdonar puede ser difícil, sobre todo, cuando no recibes una
disculpa de la persona que te lastimó.
Para perdonar, no necesitas que la otra persona se arrepienta y llegue a ti
para ofrecerte un perdón; perdonar es una cuestión personal. Perdonar te libera a
ti, no lo hagas pensando que le haces un bien a la otra persona, hazlo por ti y por
tu bienestar emocional. Trata de comprender a la persona que te lastimó y
perdónala por haberlo hecho, suelta todo rencor que sientes hacia ella.
No es un proceso fácil, tal vez te costará mucho trabajo, pero entiende que
el primer paso para cerrar un ciclo es perdonar y dejar atrás todo sentimiento que
te ata a esa persona.
6. Vívelo. Para cerrar un ciclo por completo, primero debes vivir cada etapa.
Cuando una relación termina o sufrimos alguna pérdida, debemos pasar por una
etapa que se conoce como “duelo”.
El duelo involucra varias fases: negación, ira, negociación, depresión,
aceptación; estas fases no tienen un orden específico, ni un tiempo determinado
de duración, cada persona lo vive a su manera. Date la oportunidad de vivir cada
etapa de tu duelo al máximo, deja que tus emociones fluyan, no las detengas.
Vacíate y acepta que estás en una situación de duelo. Recuerda que a veces se
gana más cuando se pierde. Al terminar tu duelo, verás que cerrar el ciclo era
mucho más sencillo de lo que pensabas.
Para cerrar, te voy a dejar dos ejercicios para cerrar ciclos en tu vida.
EJERCICIO 1. Vas a tomar cuatro hojas de papel en las que vas a hacer
cuatro listas.
La cuarta lista, servirá para proyectar nuevas ideas, que te permitan mirar
hacia el futuro. Proyectos, ideas, sueños, cómo te proyectas, cómo te ves. Dejas
el "hubiera" atrás y vas a EMPEZAR a mirar tu vida con fe y confianza. Esta
hojita se la entregas al agua, ya sea en un rio, en el mar, en el agua corriente.