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HUMILLACIÓN

LA HERIDA QUE NOS DESGARRA EL ALMA


 
¿Cuándo surge la herida?
◦ No podemos determinar de antemano qué va a resultar humillante para nosotros, aunque la
sociedad y la familia se encarga de aleccionarnos desde muy pequeños.

◦ La herida de la humillación. La buena noticia es que no todo el mundo la tiene, porque no a


todo el mundo le avergüenzan las mismas cosas, la mala noticia es que es la más difícil de
aceptar de las cinco.

◦ Cronológicamente es la tercera herida del alma y surge cuando el niño está en la etapa de
autodescubrimiento del mundo.
◦ Cuando una persona sufre esta herida, y se
coloca la máscara del masoquismo,
inconscientemente se hace daño y se
avergüenza a si mismo antes de que lo
hagan los demás.

◦ Cuando sufres la herida de humillación no


te aceptas como eres y eso te hace sufrir
tanto que en vez de tratar de solucionarlo,
te mientes a ti mismo diciendo que te
aceptas en profundidad y que no te
importa que los demás no lo hagan.
◦ La herida de la humillación se despierta en el niño cuando este siente que alguno de sus padres
(indistinto el sexo) se siente avergonzado de él, o tiene miedo que se pueda sentir avergonzado porque se
ha ensuciado, porque no guarda las formas sociales, o porque va mal vestido, etc. El niño se siente
degradado, comparado, mortificado o avergonzado a nivel físico de “hacer” o “tener”. Uno puede
sentirse culpable sin sentirse avergonzado, pero quien se siente avergonzado también se siente culpable.
◦ La humillación se despierta por ejemplo, cuando el niño escucha a su madre contando a su padre lo que
ha hecho el niño. O cuando la madre descubre al niño tocandose los genitales y le grita: “no te da
vergüenza?”. O cuando el niño ve a su padre desnudo y este rápidamente se tapa, el niño aprenderá a
tener vergüenza de su propio cuerpo.
◦ El niño se siente humillado si siente que sus padres controlan sus movimientos, dejándole poca libertad.
Para no sentir la herida, el niño desarrolla la máscara masoquista. Con esa protección, el niño aprenderá a
castigarse a sí mismo (humillarse) antes de que lo hagan otros. El cuerpo de una persona con la herida de
la humillación suele ser de formas redondas y llenas.
◦ Las personas con la herida de humillación tienen una voluntad férrea, están en lucha constante contra
sus sentimientos y deseos pero en algún momento eso se descontrola y su conducta se vuelve
tremendamente adictiva. Al decir adictiva no solo me refiero a adicciones como el alcohol, las drogas,
el juego o el sexo, sino también obsesivas con un trabajo, un hobby, un tipo de comida, una canción. Y
después de ese momento de ‘atracón’ llegan su compañero de vida: LA CULPA.
◦ A menudo lo encontramos ocupándose de los
problemas de los demás, y olvidándose de sí
mismos. Cuanto más responsabilidades de
otros asumen, más peso coge su cuerpo. El
masoquista piensa que ayudando a los demás
evitará que se sientan avergonzados de él, pero
a menudo se acaba sintiendo humillado y como
si los demás se aprovecharan de su buena
voluntad. A menudo son mediadores entre dos
personas.

Los masoquistas no se dan cuenta que haciendo
todo por los demás, acaban humillando a los
demás, pues les hacen sentir que solos no
podrían hacerlo. Deben aprender a no tomar
tanto espacio en la vida de las personas a
quienes aman. Deben aprender a dejar los
demás tomar decisiones por sí mismos.
La vida de una persona que sufre herida de humillación es un ciclo
◦ Durante su infancia sus padres les hicieron sentir culpables y tienen esa carencia en su vida, un desarrollo
que les impidió autoconocerse mejor, como es natural, eso les llevó a ocultarse primero y a negarse
después, y las consecuencias en su etapa de adulto es esa sensación continua de vergüenza. Y la mejor
manera de ocultar lo que no les gusta es poner kilos por en medio.

◦ La mayoría de las personas que tienen la herida de humillación tienen kilos de más. Son personas que
físicamente no se consideran atractivas y ese sentimiento tan negativo sobre su autoimagen lo transmiten
a los demás que tampoco les ven hermosos. Sin embargo son personas muy apreciadas precisamente
porque para compensar esa falta de amor por su cuerpo, se centran en los demás, ayudan, prestan apoyo,
acompañan, elogian.

◦ SON EL AMIGO PERFECTO, EL COLABORADOR IMPRESCINDIBLE…


◦ Los masoquistas a menudo se siente sin poder frente aquellos cercanos a quienes aman. Cuando son
culpabilizados (algo que atraen inconscientemente), se quedan mudos, paralizados, sin saber como
defenderse.
La libertad es muy importante para los masoquistas. Ser libre significa no tener que dar explicaciones a
nadie, no ser controlado por nadie, hacer lo que quieras cuando quieras. Cuando eran jóvenes, a los
masoquistas les faltó libertad con sus padres. Cuando consiguen sentirse libres viven al máximo la vida,
sin límites. Eso les lleva a comportamientos extremos (hacen demasiado, ayudan demasiado, gastan
demasiado, creen que tienen demasiado, etc).

◦ Los masoquistas tienen dificultades para satisfacerse o gozar. Cuando sienten placer estando con alguien
o haciendo algo, se critican y se castigan por creer que están aprovechandose del otro. Aprovecharse del
otro es lo último que quieren ser acusados. Por eso tienen dificultades con la sexualidad, pues les
despierta culpa. De jóvenes se controlaban (reprimían) para que sus madre no se sintiera avergonzada.
◦ TE RECUERDO QUE NO HAY QUE TENER TODAS LAS
CARACTERÍSTICAS DE LAS QUE TE ESTOY HABLANDO PARA
SUFRIR ESTA HERIDA Y SI LA TIENES SEGURAMENTE TE HAS
IDENTIFICADO YA CON MUCHAS DE LAS SITUACIONES DE LAS
QUE TE ESTOY HABLANDO.
¿Cómo trabajar la herida?
◦ Trabajar esta herida requiere ir desmantelando poco a poco esos sentimientos que tienes hacia ti mismo.
Reconocer abiertamente qué es lo que anhelas en esta vida y encontrar, desde tu posición de adulto, una
manera de ponerlos en marcha sin dañarte.
◦ Para ser conscientes de la herida de la humillación, se sugiere que aprendas a reconocer las veces en
que te sientes avergonzado de ti mismo/a o de otros, y las veces en que te humillas a ti mismo
sintiéndote sin ningún valor, o te comparas o te criticas duramente. Date cuenta las veces que
humillas al otro haciendo demasiado por el otro. Es importante que te des cuenta que tu madre o
padre también sufren la misma herida. Aprende a tomarte tiempo para sentir tus necesidades antes de
decir “sí”. Asume tu responsabilidad y libérate de la carga y la culpa de los demás.
◦ POR EJEMPLO.-
◦ 1.- Si te gusta comer, seguro que hay una forma sana de hacerlo que no ponga en riesgo tu salud.
◦ 2.- Si te gusta la vida en pareja, estoy segura que hay alguien que te querrá como eres, cuando dejes de
rebajarte.
◦ 3.- Y si te gusta algo que moral o socialmente no está aceptado, desde su reconocimiento y con ayuda de
terapia, encontrarás una manera sana de canalizar ese deseo sin que te destruya o te haga daño.

◦ LA MEJOR SEÑAL QUE YO ENCONTRÉ DE QUE YA HABÍA SANADO MI HERIDA FUE


DEJAR ATRÁS MI VERGÜENZA Y DARME CUENTA QUE NO TENÍA QUE SER PERFECTA
PARA QUE ME QUISIERAN. QUE NO TENÍA QUE SER LA MÁS HERMOSA PARA AYUDAR
A LOS DEMÁS.

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