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Análisis Clinicos – procesos tecnológicos en salud 1

Unidad 2

La epistemología y las ciencias de la naturaleza

Módulo 2

Principales soluciones epistemológicas del siglo XIX

En el siglo XIX las epistemologías, relacionadas con las ciencias naturales giraron, principalmente, en
torno a los problemas de la física de Newton.

Estas epistemologías trataban de resolver las cuestiones científicas de una nueva manera. Se produce
así, un rico debate entre filósofos y científicos que va a delinear los problemas principales que deberán
ser repensados, como consecuencia de los nuevos cambios, de comienzos del siguiente siglo
(puntualizados en la unidad anterior).

La reflexión sobre las cuestiones relativas a la posibilidad del conocimiento (científico), es decir las
cuestiones epistemológicas giraron en torno al método de las ciencias por considerar que es la
estructura lógica del método científico lo que hace posible el conocimiento.

Estas cuestiones epistemológicas (y metodológicas) estuvieron marcadas por el empirismo inglés11


como fondo tanto para las críticas como para su defensa. Sus cuestiones principales estuvieron
centradas en la relación que debería existir entre las teorías matematizadas y la realidad empírica
aceptando como método de búsqueda o descubrimiento de causas a la inducción científica definida
por Francis Bacon en el siglo XVII. Bacon había buscado otorgarle a la ciencia un lugar para el bienestar
de la sociedad y renovar el método de la ciencia medieval. Así puede considerarse a Bacon como el
punto de partida de las epistemologías inductivas del siglo que nos interesa.

Como representantes destacados del empirismo inglés podemos mencionar a John Locke (1632-1704)
y a David Hume (1711-1776). La actitud crítica del empirismo se centró en la exigencia básica de que a
toda idea ha de corresponderle una impresión para que tenga sentido. Así, todos los conceptos
fundamentales de la filosofía tradicional: causalidad, sustancia, alma, Dios y libertad quedan
cuestionados como expresiones sin sentido. Locke había sostenido que todos los conocimientos que
posee la razón derivan de la experiencia y esta nos brinda cualidades primarias (objetivas de los
cuerpos como son la extensión, la figura, el número, el movimiento, la solidez) y las cualidades
secundarias (subjetivas como son el color, el sabor, el sonido, la temperatura etc.). Las cualidades
primarias y secundarias son ideas con las que pensamos los cuerpos. Hume, a su vez, asume como
punto de partida que las ideas son fenómenos de la conciencia, lo que pensamos supera con creces lo
percibido, pero sólo hay certeza de lo percibido. La innovación fundamental de Hume es su distinción
entre impresiones (producto de las percepciones) e ideas simples (copia de las impresiones) y
compuestas (formadas por la asociación de ideas simples). La asociación de ideas se rige por leyes de
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asociación (semejanza, contigüidad, causalidad). Una impresión es una percepción que, por ser
inmediata y actual, es viva e intensa, mientras que una idea es una copia de una impresión, y por lo
mismo no es más que una percepción menos viva e intensa, que consiste en la reflexión de la mente
sobre una impresión; tal reflexión se hace por la memoria o la imaginación. De esta manera, la tesis
fundamental de Hume es al mismo tiempo una hipótesis psicológica sobre la génesis del conocimiento
empírico y una estipulación lógica del rango de los conceptos empíricamente significativos. Esto hizo
que las corrientes empiristas ulteriores se vieran impregnadas de planteos psicologistas contra los
cuales va a reaccionar Popper. La búsqueda del sentido o la verdad de una proposición es la búsqueda
de la impresión que la ha producido y esto va a ser un programa que se extiende hasta en el
denominado empirismo lógico, pero, con las modificaciones introducidas al empirismo clásico, se
terminan produciéndose conflictos que veremos más. Uno de los aportes más significativo de Hume
fue la crítica a la noción de causalidad. No vemos la conexión entre efecto y causa, lo que vemos son
dos fenómenos contiguos que tendemos por hábito a asociarlos como causa y efecto. Es decir, la
causalidad es más la costumbre, o hábito, de generalizar en forma de ley, o enunciado universal, las
sucesiones de fenómenos que suceden regularmente en el tiempo. Con lo que niega que las teorías
empíricas pudiesen conseguir el rango de verdades necesarias.

propósito de abocarnos a las reflexiones del siglo XIX para, en forma muy sucinta, referirnos a Francis
Bacon.

Para Francis Bacon12 (1561-1626) la unilateralidad del Órganon aristotélico es una de las cosas a
superar. La forma es la constitución de un Novum Órganon que integre la observación y la reflexión
adoptando procedimientos que controlen la marcha gradual de la inducción. Esta línea comienza a
insistir en la justeza de las rigurosas observaciones particulares, en donde la inducción y sus tablas
hacen las veces de voto racional. Al establecer los axiomas por medio de la inducción - nos dice Bacon -
hay que buscar una forma de inducción distinta de la actualmente en uso [...]. La inducción que
procede por enumeración simple es algo pueril, concluye de forma precaria, se expone al peligro de
una instancia contradictoria y se pronuncia generalmente a partir de un número de particulares más
restringido de lo conveniente e incluso según aquellos que están al alcance de la mano. Sin embargo, la
inducción útil al descubrimiento y demostración de las ciencias y de las artes debe separar la naturaleza
por medio de los debidos rechazos y exclusiones y finalmente concluir afirmativamente, tras tantas
negaciones como sean precisas. (Bacon, F., 1984).

Es decir, la inducción no consiste en una simple recogida de datos, sino en una observación cuidadosa y
completa de los hechos, que llama «historia natural y experimental», realizada según tablas de
presencia, ausencia y comparación o grados. La inducción baconiana supone de hecho la obtención de
hipótesis o conjeturas por eliminación, las cuales somete de nuevo a otras pruebas.

Todo el esfuerzo realizado en el siglo XIX es intentar un método riguroso a partir de los hechos (por eso
se lo va a llamar método inductivo) pero no en la mera generalización empírica (inducción por
enumeración simple).
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1 - El inductivismo en el siglo XIX

Recordemos que es recién en el siglo XX en que empieza a hablarse de epistemología allí donde, antes,
estos planteos formaban parte de un sistema filosófico y dentro de él de la gnoseología (o teoría
general del conocimiento).

En el siglo XIX las reflexiones filosóficas sobre la ciencia, estaban relacionadas con el método de las
ciencias naturales. Si se trataban de ciencias empíricas, entonces el método debería tener una
estructura inductiva. Pero la inducción no da seguridades de modo que buscaron una lógica de la
inducción que pudiera garantizar la verdad de las hipótesis. Esta tarea estuvo principalmente por
empiristas, es decir, por aquellos que sostuvieron que la única fuente de conocimiento es la
experiencia.

La ciencia nueva es una ciencia empírica en la medida en que la experiencia es la piedra de toque para
sus hipótesis. Por eso, no es extraño que una de las principales concepciones filosóficas fuera el
empirismo para el cual no hay en el intelecto que no haya entrado por los sentidos. Es decir, a las ideas
le corresponden impresiones que tienen su origen en los sentidos y no hay ideas innatas. Así, todos los
conceptos fundamentales de la filosofía tradicional: causalidad, Francis Bacon (1561- 1626) era hijo del
Lord Guardasellos de la reina Isabel, estudió jurisprudencia y en 1584 fue elegido miembro de la
Cámara de los Comunes y luego, en 1613, ya con Jacobo I, Lord Guardasellos y Lord Canciller. En 1618
fue nombrado barón de Verulam y posteriormente vizconde de Saint Albans. Su notable carrera política
se vio interrumpida cuando, acusado de corrupción, en 1621, ante la Cámara de los Lores. El reconoció
que había aceptado regalos de personas que tenían causas con él pero que esto no había influido en su
decisión final. Fue declarado culpable y encerrado en la Torre de Londres, quedando excluido de la vida
pública. Jacobo I le perdonó la multa y dio por terminada su prisión después de unos pocos días.
Durante los últimos años de su vida pasó largo tiempo trabajando sobre los problemas de la ciencia
convencido que ésta debía ser útil para la humanidad. Sustancia, alma, Dios y libertad quedan
cuestionados como expresiones sin sentido dado que no hay nada en la realidad empírica que las haya
producido.

Hume, empirista, asume como punto de partida que las ideas son fenómenos de la conciencia, lo que
pensamos supera con creces lo percibido, pero sólo hay certeza de lo percibido. La innovación
fundamental de Hume es su distinción entre impresiones (producto de las percepciones), ideas simples
(copia de las impresiones) y compuestas (formadas por la asociación de ideas simples). La asociación de
El problema de la inducción consiste básicamente en lo siguiente: nuestros sentidos nos permiten
conocer situaciones particulares o hechos concretos que se dan en el mundo exterior. Si algunos de
esos hechos se repiten, tenemos la tendencia a creer que son resultado de una ley universal y
necesaria (con lo que habremos dado un salto de los casos particulares al universal y lógicamente no
está justificado). Por ejemplo, vemos salir el sol por el este todas las mañanas y tenemos absoluta
confianza en que ese fenómeno podremos seguir observándolo mientras tengamos conciencia (por
supuesto, si nos mantenemos a una distancia prudencial sobre la superficie de la Tierra entre los dos
círculos polares, y estamos bien de la vista, etc.). Pero estos casos nos demuestran a las claras que la
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simple asociación de dos características (la salida del sol y un ciclo de veinticuatro horas) no basta para
postular una relación necesaria y constante entre ellas. (Gutiérrez, Claudio)

Es decir, las generalizaciones empíricas (inducción común) dan un salto de una gran cantidad de casos
a todos los casos y esto no tiene justificación lógica porque aparecido un caso contrario a la
generalización, (y eso es posible siempre) quedaría falsado el universal. Esto es lo mismo que decir que
el razonamiento inductivo no da seguridades como el deductivo y, si la estructura lógica del método
científico es la inducción común, entonces no habría como defender la ciencia.

Muchos filósofos han buscado formular de una manera racional las condiciones que permiten separar
las asociaciones fortuitas, de las asociaciones legítimas. Estos filósofos son los considerados
inductivistas que, en el siglo XIX, buscaron fundamentar la ciencia en la psicología y al método
científico en la inducción. Con distintas soluciones y adhesiones, podemos mencionar desde Francis
Bacon (1561- 1626) en el siglo XVII, y John Stuart Mill (1806 a 1873).

John Stuart Mill (1806-1873)

John Stuart Mill intenta fundamentar la inducción por eliminación (que ya había sido utilizada por
Bacon) porque la concibe como estructura lógica del método experimental o sea de un método
riguroso a partir de los hechos.

Comienza diferenciando la forma de inducción imperfecta, (por enumeración simple e incompleta), de


la mal denominada inducción perfecta (aquella en la que podemos enumerar todos los integrantes de
una totalidad). La inducción perfecta no es más que una notación abreviada. Así, por ejemplo, si analizo
el universo de los 12 apóstoles, uno por uno, y encuentro algunas propiedades comunes, puedo llegar
a hacer, según lo expresado por la tradición, una inducción perfecta porque puedo analizar todos los
casos y predicar una característica de todos ellos. Pero decir Pedro es judío, Pablo es judío, Juan es
judío (y así con todos) y concluir que Todos los apóstoles son judíos no es una inferencia sino
solamente una transformación verbal. O sea, la única inferencia inductiva es aquella que parte de
algunos casos analizados y se extiende, por eliminación, o por generalización simple a casos que no se
han analizado.

De modo que cuando Mill habla de inducción se refiere solamente a la inducción imperfecta por
eliminación (científica) que diferencia de la simple generalización de la mayoría de los casos (inducción
común).

En ciencia, cuando tratamos de mostrar que un fenómeno determinado es la causa de otro, (es decir,
un antecedente invariable e incondicional de otro) existe una gran variedad de situaciones posibles y
de nada sirve sostener que en la generalidad de los casos se ha manifestado de tal manera (indicción
común). Las generalizaciones empíricas de este tipo están basadas en el sentido común y no son
científicas. Los procesos inductivos que realiza la ciencia son aquellos que se realizan cuando se
establecen relaciones causales entre fenómenos por medio de la eliminación de circunstancias en que
no se da el fenómeno
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Pero para que la lógica inductiva esté fundamentada, debe basarse en un principio universal de
inducción que haga necesaria esta inferencia. Este principio de inducción debe ser necesario. Pero si
todos los conocimientos surgen de la experiencia, y por lo tanto son contingentes, ¿de dónde saca el
principio de inducción su carácter de necesario?

Mill considera que, como las verdades de las matemáticas que son generalizaciones empíricas, el
principio de inducción o como él lo llama principio de regularidad de la naturaleza tienen el mismo
status Nadie duda de las verdades matemáticas ni del principio de inducción porque su certeza la
obtiene del largo camino recorrido sin que jamás nadie haya podido refutarlos.

Enuncia el principio de regularidad de la naturaleza del siguiente modo: “lo sucedido una vez volverá a
suceder si las circunstancias se asemejan en grado suficiente”. O sea, la misma causa está acompañada
por el mismo efecto en condiciones semejantes. Este principio se nos impone sin que esperemos que
exista una excepción (del mismo modo las verdades matemáticas).

Este principio posee la necesidad que puede brindarnos las cuestiones que proceden de la naturaleza,
es decir se nos impone sin que esperemos que exista una excepción (del mismo modo las verdades
matemáticas). Pero cuando tratamos de mostrar que un fenómeno determinado es la causa de otro,
(es decir, un antecedente invariable e incondicional de otro) la situación es diferente porque existe una
gran variedad de situaciones posibles y de nada sirve sostener que en la generalidad de los casos se ha
manifestado de tal manera. Las generalizaciones empíricas de este tipo están basadas en el sentido
común y no son científicas.

Mill propone no un simple método de generalización empírica sino, como él lo llama un método
experimental que le permita afirmar que la presencia de un fenómeno A es un indicio de que B va a
ocurrir, apoyado en el principio de regularidad de la naturaleza. De este modo una inferencia inductiva
tiene la misma fuerza que una deductiva.

La inferencia deductiva puede tener la siguiente forma:

Todos los hombres son mortales (regla universal que permite obtener un resultado, de modo que si las
premisas son verdaderas la conclusión también lo será) y Juan es hombre (caso de la regla, sabido por
observación de los hechos) luego Juan es mortal (resultado de la inferencia o conclusión)

Una inferencia inductiva (o sea a partir de los hechos) sería según Mill del siguiente

modo:

La misma causa está acompañada por el mismo efecto si las condiciones se asemejan en grado
suficiente (regla) y A tiene como antecedente invariante e incondicional a B (caso) luego en condiciones
semejantes B producirá A. (resultado, predicción hipotética firme)

Lo que ha hecho, al incorporar el principio de regularidad de la naturaleza en las premisas, es intentar


convertir a la inferencia inductiva en un cálculo deductivo. Sin embargo, nos faltaría ver cómo
sostenemos la verdad del caso (segunda premisa). ¿Qué garantiza que B es en realidad la causa de A?
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Para esto Mill ha propuesto los métodos experimentales que, siguiendo a Bacon, consistían en la
eliminación racional de aquellas condiciones que no están ligadas al fenómeno, hasta llegar a aquella
que no se puede eliminar sin eliminar el fenómeno mismo. La manera de hacerlo es proveyéndonos de
reglas, tal como en el caso de las inferencias deductivas, de modo que nuestras conclusiones inductivas
serán concluyentes en la medida en que sigamos esas reglas. La otra premisa tiene el principio de
regularidad de la naturaleza el cual es aceptado como verdadero sin excepción como las verdades
matemáticas. En consecuencia, la inferencia posee el mismo valor que una inferencia deductiva.

Ahora podemos dar cuenta del método de la ciencia que Mill lo denomina método experimental que
actúe por eliminación de casos. En posesión de este método el científico puede afirmar que la
presencia de un fenómeno A es un indicio de que B va a ocurrir, eliminando circunstancias y apoyado
en el principio de regularidad de la naturaleza. De este modo una inferencia inductiva tiene la misma
fuerza que una deductiva. Parte de un principio universal, va a casos estudiados experimentalmente, y
saca una conclusión válida para casos con circunstancias semejantes.

Mil propuso cinco cánones o métodos experimentales (de estructura inductiva): concordancia,
diferencia, combinación de diferencia y concordancia, variaciones concomitantes y residuos:

Canon I. El método de la concordancia elimina de entre las circunstancias antecedentes las que no
están presentes cuando sí lo está el fenómeno. El «método de la concordancia» elimina de entre las
circunstancias antecedentes las que no están presentes cuando sí lo está el fenómeno. Establece que
«si dos o más casos del fenómeno que se investiga tienen sólo una circunstancia en común, esta
circunstancia es (probablemente) la causa o el efecto del fenómeno dado»

Se observó que los habitantes de varias ciudades presentaban una propensión mucho menor de caries
dentales que el término medio de toda la nación (F) y se dedicó cierta atención a tratar de descubrir la
causa de este fenómeno. Se halló que las circunstancias propias de estas ciudades diferían en muchos
aspectos: en latitud y en longitud, en elevación, en tipos de economía etc.(C) Pero había una
circunstancia que era común a todas ellas: la presencia de un porcentaje raramente elevado de flúor en
sus aguas, lo que significaba que la dieta de los habitantes de esas ciudades incluía una cantidad
excepcionalmente grande de flúor (CC). Se infirió de ello que el uso de flúor puede causar una
disminución en la formación de caries dentales y la aceptación de esta conclusión condujo a adoptar
tratamiento en base a flúor para dicho propósito en otras localidades.

F = fenómeno al cual se intenta buscar la causa.

C = conjuntos de circunstancias

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CC = circunstancia común
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Canon II. El método de la diferencia requiere un caso positivo y uno negativo, con las circunstancias
antecedentes que difieren en un solo aspecto. Pero es posible que la circunstancia en cuestión sea
accidental. De modo que debe acudirse al método de la diferencia: «Si un caso en que se presenta el
fenómeno que investigamos y otro en que no se presenta tienen las mismas circunstancias en común
excepto una, que ocurre sólo en el primero, esa circunstancia sola en la que los dos casos difieren es
(probablemente) el efecto o la causa o una parte indispensable de la causa del fenómeno». El método
requiere un caso positivo y uno negativo, con las circunstancias antecedentes que difieren en un solo
aspecto.

Ahora, siguiendo con el mismo ejemplo, tomamos un grupo de personas (F) con las mismas
condiciones genéticas (hermanos). Les damos la misma alimentación y planteamos el mismo cuidado
de los dientes (CC). Pero a una de ellas le damos flúor (CD) luego podemos sacar la conclusión, si la que
toma flúor tiene menos caries que las restantes, que el flúor previene las caries.

F = los dos fenómenos

CC = circunstancias comunes

CD = circunstancia diferente.

Canon III de la concordancia y la diferencia combinadas: La debilidad del razonamiento está en que lo
que llamamos causa puede ser sólo parte necesaria de la misma. Mill sugirió la combinación de ambos
métodos como más efectiva. El «método conjunto de concordancia y diferencia» enuncia: «Si dos o
más casos en que aparece el fenómeno tienen sólo una circunstancia común, mientras que dos o más
casos en que no aparece el fenómeno sólo tienen en común que esta circunstancia no aparece, la
circunstancia única en que difieren los dos conjuntos de ejemplos es (probablemente) la causa o parte
indispensable de la causa del fenómeno».

Usamos primero el método para hallar una condición en cuya presencia siempre ocurre el fenómeno
(condición suficiente) y en cuya ausencia dicho fenómeno no ocurra (condición necesaria). Este método
aumenta la eficacia de los dos métodos anteriores tomados por separado. El método de variaciones
concomitantes se utiliza cuando no es posible utilizar alguno de los dos anteriores, es decir, no pueden
eliminarse determinadas circunstancias. Así, Cuando un fenómeno varía en proporción directa o
inversa a la variación de una circunstancia dada, ésta puede ser su causa

El método de las variaciones concomitantes se utiliza cuando no es posible utilizar alguno de los dos
anteriores, es decir, no pueden eliminarse determinadas circunstancias. Cuando un fenómeno varía de
alguna manera particular, es la causa o efecto de otro fenómeno que varía de la misma o de otra
manera, pero concomitantemente.

Ana desarrolló un sarpullido grave e inusual (F) debido a su semejanza con otras enfermedades de la
piel, los médicos le dijeron que eliminara de su dieta la carne de aves de corral, la carne vacuna y los
productos lácteos (SC). Al hacerlo desapareció el sarpullido y luego los médicos le dijeron que
comenzara a comer de nuevo pollo y más tarde carne. En ningún caso se presentó de nuevo el
sarpullido. Entonces se le dijo a Ana que reanudara el consumo de productos lácteos (V1), tras hacerlo
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reapareció el sarpullido que persistió aun cuando luego eliminara de su dieta aves y carne (V2). Los
médicos concluyeron que el sarpullido de Ana lo producía el consumo de productos lácteos.

SC = selección de las posibles causas

V1 = variación: aparece la circunstancia, aparece el fenómeno

V2 = Variación: no aparece la circunstancia, no aparece el fenómeno.

Ejemplo de Gustason W., citado por Herder.

Canon IV. El método de los residuos pone más en evidencia el carácter eliminador de esta inducción.
Mill lo define de la siguiente manera: Restad de un fenómeno la parte de la cual se sabe, por
inducciones anteriores, que es el efecto de ciertos antecedentes; entonces el residuo del fenómeno es
el efecto de los antecedentes restantes. Veámoslo con un ejemplo:

El descubrimiento del planeta Neptuno por Adams y Le Vernier. Se había estudiado el movimiento del
planeta Urano con ayuda de las teorías de Newton, y se bosquejó su órbita en la suposición de que el
Sol y los planetas interiores a ella eran los únicos cuerpos que influirían. Pero las posiciones de Urano
obtenidas por cálculo no coincidían con las observadas. Suponiendo que estas diferencias (RF) podrían
explicarse por la acción gravitacional de un planeta exterior a la órbita de Urano, se calculó la posición
de tal planeta hipotético (cuyos principios se ajustarían a los principios comunes de la mecánica
celeste) (IA), tomando como base para el cálculo las perturbaciones en el movimiento de Urano. En las
cercanías del lugar calculado fue descubierto, en efecto, el planeta Neptuno (en 1846) (AR)

RF = residuo del fenómeno.

IA = inducciones anteriores.

AR = antecedente restante.

Ejemplo extraído de Cohen y Nagel.

Cohen y Nagel le critica el hecho de que Mill vea en este procedimiento una inducción cuando en
realidad se trata de una deducción que parte de la aceptación de la teoría de la gravitación universal y
una hipótesis sobre el origen posible de estas discrepancias: otro planeta desconocido. Lo mismo
podemos decir de los métodos anteriores dado que significan una hipótesis previa sobre las posibles
causas. Con esto no se les está negando su eficacia práctica, el planteo es otro: si deben interpretarse
como una forma de inducción o como procedimientos deductivos, si nos permiten afirmar que hemos
verificado concluyentemente algo, si nos permiten sostener que un suceso A puede ser entendida
como la condición necesaria o suficiente o necesaria y suficiente (según como sea entendida la idea de
causa) de otro suceso B. Aparentemente el método de la concordancia se mueve con la idea causa
como condición necesaria, el de la diferencia como condición suficiente y el de las variaciones
concomitantes con la idea de condición necesaria y suficiente. Esto lo veremos más adelante con las
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críticas que se le han realizado, principalmente al principio de regularidad de la naturaleza en el cual se


apoyan.

Las críticas que se le han realizado son diversas: Algunas de ellas provenientes del mismo campo del
empirismo. Mill ha partido del supuesto de que en la realidad concreta se expresan las generalidades y
esto es contrario al empirismo que sostiene que las generalizaciones son construcciones a partir de
casos que son particulares. De aquí proceden algunas críticas que sostienen que su posición no puede
considerarse una forma nueva de empirismo como él la considera.

Por otro lado, Cohen y Nagel le realizan la siguiente crítica:

“1 – El principio se halla formulado de una forma sumamente vaga: lo sucedido una vez volverá a
suceder, si las circunstancias se asemejan en grado suficiente. Pero, ¿cuál es ese grado suficiente de
semejanza? El principio no lo dice. En toda investigación particular debemos basarnos en otros
criterios, si los hay, a fin de determinar cuáles son las circunstancias importantes para la producción del
fenómeno.

2 – En segundo lugar, la premisa menor de un silogismo inductivo es una proposición particular. Por lo
tanto, aunque utilicemos una premisa mayor universal, como el principio de uniformidad de la
naturaleza, las premisas son insuficientes para demostrar una conclusión universal.

3 – Por último, el principio no afirma que todo par de fenómenos estén relacionados invariablemente;
solo declara que algunos pares de fenómenos están vinculados de tal suerte. Por ende, apelar a dicha
doctrina en una investigación particular es inútil”.

Los métodos podrían utilizarse cuando no hay una gran variedad de condiciones posibles porque, si
este es el caso, es muy difícil la eliminación de las condiciones que nos son causas del fenómeno sin
antes haber seleccionado un conjunto posible de ellas. Whewell dice: ―Lo obvio a destacar en estos
métodos es que dan por supuesto aquello que es más difícil de describir… ¿Dónde hemos de buscar
nuestros A, B, C? La naturaleza no nos presenta los casos .

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