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UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES

FACULTAD DE DERECHO
MAESTRÍA EN DERECHO PENAL DEL MERCOSUR – ORIENTACIÓN DERECHOS HUMANOS
METODOLOGIA DE LA INVESTIGACIÓN I

La Epistemología: su historia, influencia en el sentido común del Derecho y


….., bajo la orientación del Doctor Claudio Martyniuk.

Alumnos: Janaina Matos Diniz dos Santos


Analia Bastian Cobas
Guido Ortiz Hurtado
01 de Febrero de 2018
Nociones Básicas

Introducción
Si bien me encuentro en una etapa de estudios avanzados, quisiera utilizar este trabajo
para poder ahondar en conceptos y definiciones que me son ajenos.
A lo largo de la cursada hemos visto autores como Immanuel Kant, John Locke, Karl
Popper o Thomas Khun y sus estudios sobre esta disciplina pero, utilizaré este trabajo
para definirla y encuadrarla.
Partamos de un concepto base…
La Epistemología en una rama de la filosofía que estudia la forma de construcción de
conocimiento. Busca el grado de certeza y probabilidad de un conocimiento en
específico, buscando la validación de aquél.

Como teoría del conocimiento, se ocupa de tres grandes problemas…

 Cuales son las circunstancias históricas, psicológicas y sociológicas que llevan a


la obtención de conocimiento;
 Busca definiciones;
 Determina los criterios que justifican o invalidan ese conocimiento.

Evolución
En el siglo XVIII, la obra que mejor predice lo que será posteriormente la epistemología
es el Discurso preliminar a la Enciclopedia, de Jean le Rond D'Alembert. Escrito que, tras
la invitación de Denis Diderot, se publicó en 1751 al comienzo del primer volumen de la
Enciclopedia. Por su firmeza lógica constituye una síntesis de la concepción filosófica de
los enciclopedistas y de la fe racionalista del siglo XVIII. Reconociendo en Descartes al
fundador de la nueva metodología científica.

La epistemología propiamente dicha comienza en el Renacimiento. En este período,


encontramos exponentes tales como:

Francis Bacon (1561-1626) escribe NOVUM ORGAMUN; la lógica del procedimiento


técnico- científico para la interpretación y dominio de la naturaleza, contrapuesta al
tratado ÓRGANON de Aristóteles;

René Descartes (1596-1650)es considerado como el iniciador de la epistemología y


filosofía racionalista moderna por su planteamiento y resolución del problema de hallar
un fundamento del conocimiento que garantice la certeza de éste y como el filósofo que
supone el punto de ruptura definitivo con la escolástica.
El método cartesiano consiste en rechazar como inadecuadas todas aquellas creencias
de las cuales pueda plantearse alguna duda. El ejercicio de la duda metódica pone en
cuestión el valor de los sentidos pero también el de la razón deductiva.

John Locke (1632-1704)en su epistemología (teoría del conocimiento) Ensayo sobre la


inteligencia humana, considera el conocimiento de origen sensorial y rechaza la idea
absoluta en favor de la probabilística matemática. Para Locke, el conocimiento
solamente alcanza a las relaciones entre los hechos al cómo, no al por qué.

B. Spinoza (1632- 1677), en la Reforma del entendimiento ofrece observaciones


interesantes para el epistemólogo.
Spinoza se inspira en manuales de geometría euclidiana, lo cual revela su método: todo
debe ser reducido geométricamente a partir de la idea de Dios, la cual es una idea
innata. Por otra parte, en claro panteísmo, todo procede de Dios y todo permanece en
él. La razón, es concebida como meramente deductiva y matemática, aspecto en el cual
es posible encontrar las mayores similitudes respecto a Descartes.

Nicolás Malebranche(1638-1715) en la Búsqueda de la verdad propone que si algo es


verdad lo es eternamente. En consecuencia, todas las verdades que la razón adquiere,
como las matemáticas, por ejemplo, son indicio del acceso que la razón tiene al Ser
absoluto.

G.W. Leibniz (1646-1716) Después de diversos usos y su paso a caracteres latinos, usa
la expresión en su Introductio ad Encyclopaediam arcanam y la define como "ciencia de
lo que es y de la nada, del ente y del no ente, de las cosas y de sus modos, de la sustancia
y del accidente".

David Hume (1711-1776)de acuerdo con su epistemología escéptica, sólo podemos


confiar en el conocimiento, el cual proviene de dos diferentes acontecimientos
mentales: las impresiones (datos directos e inmediatos derivados de la experiencia
sensorial) y las ideas (recuerdos de esas impresiones).

Emanuel Kant (174-1804) plantea una teoría del conocimiento que intenta acabar con
la polémica entre el Racionalismo y el Empirismo. El Racionalismo afirma que la razón,
al margen de la experiencia sensible puede llegar al conocimiento. El Empirismo, por su
parte, considera que el conocimiento se agota en nuestra experiencia, por lo que en su
máxima expresión llega al escepticismo total de David Hume.

Siglo XIX

Uno de los filósofos que marcó de manera trascendental la óptica y el discurso filosófico
en el siglo XIX y la manera dialéctica en el siglo XX fue Friedrich Hegel(1770 - 1831),.
Hegel asistió al seminario de Tubinga con el poeta épico Friedrich Hölderlin y el idealista
objetivo Schelling. Los tres estuvieron atentos al desarrollo de la Revolución francesa y
elaboraron una crítica de las filosofías idealistas de Immanuel Kant.

Friedrich Hegel si bien no es un representante de la ilustración (racionalismo) es una


bisagra crítica del idealismo trascendental kantiano, el empirismo positivista y el
racionalismo cartesiano.

Trata en su epistemología la sistematización del movimiento continuo como solución a


las contradicciones inseparables al movimiento anterior.

Según Hegel la unidad de lo absoluto (verdad) se realiza en la multiplicidad de la


experiencia, para fundamentar tal afirmación nos plantea que debe ser la razón la que
haga comprender que lo múltiple, aún con sus conflictos constituye una profunda
unidad. El camino para captar esta unidad no será la lógica formal sino la lógica
dialéctica.
La idea central de Hegel es la totalidad que contiene en su interior todas las ideas o
etapas superadas en el conjunto, se trata de un proceso de desarrollo en el cual ciertos
"momentos" superan o incluyen a otros. La totalidad es el producto de este proceso, en
el cual se preservan todos sus momentos como partes constitutivas de una estructura y
no como solas etapas o fases.
Las dos obras fundamentales con las que, aunque no existiera la palabra epistemología,
empezó a desarrollarse el contenido de lo que hoy se llama así propiamente fueron la
Wissenschaftslehre (1837), de Bernard Bolzano, y la Filosofía de las ciencias inductivas
(1840) de William Whewell.
La palabra Wissenschaftslehre, que Bolzano menciona al comienzo de su obra,
corresponde en alemán a lo que quiere decir en un castellano inspirado en el griego
"epistemología", "teoría de la ciencia".
Las investigaciones de Whewell inauguran el método histórico-crítico, pero ante la
amplitud que exigía su tarea separó los dos métodos y publicó primero la Historia, que
sirvió de base a lo que poco después será la Filosofía de las ciencias inductivas; Whewell
se preocupó de mantener siempre un estrecho contacto entre ambas disciplinas, como
indica el título completo de la segunda obra, Philosophy of the inductive sciences,
founded upon their history ("Filosofía de las ciencias inductivas, basada en su historia").
De la escala de las ciencias intenta deducirlas ideas fundamentales sobre las que se
basan y los procedimientos mediante los que se construyen. Dos de las obras
epistemológicas más significativas siguiendo el camino abierto por Whewell fueron el
Essai sur les fondements de la connaissance humaine et sur les caractères de la critique
philosophique (1851) y el Traité de l´enchaînement des idées fondamentales dans les
sciences et dans l´histoire (1861), de Antoine-Augustin Cournot.

Antoine Augustin Cournot coloca en primer plano de la epistemología la idea de azar


durante mucho tiempo considerada opuesta a la idea de ley y ajena a la ciencia
Para finales del siglo XIX el dominio del pensamiento epistemológico, radica en las ideas
positivistas-naturistas, las cuales sostienen que no hay diferencias relevantes entre
fenómenos naturales humanos y sociales. Por ello hay un modelo único (monismo
metodológico) para todas las ciencias fácticas que está representado por el mayor
desarrollo de las ciencias naturales especialmente las físicas.

Así es que se concibe la ciencia como la investigación de las leyes que rigen los diversos
tipos de fenómenos, asumiendo la concepción positivista de ley como regularidad
empírica recurrente. Para los positivistas la ciencia produciría conocimientos válidos y
contrastables, siendo sus métodos y leyes poseedoras de un alto grado de abstracción
matemática propugnando sus conocimientos con carácter universal.

Siglo XX

En el siglo XX, la epistemología científica queda agrupada en tres grandes escuelas o


generaciones:
-el neopositivismo lógico,
-el racionalismo crítico,
- el pospopperianismo.
El neopositivismo lógico tuvo en Bertrand Russell (1872-1970) y Ludwig Wittgenstein
(1889-1951) sus dos principales predecesores. Bajo su influencia, se formó el llamado
Círculo de Viena, con el que el positivismo se transforma en neopositivismo lógico y
toma cuerpo la primera gran escuela de epistemología científica en el siglo XX.
Los miembros más representativos de esta escuela fueron:
Moritz Schlick (1882-1936),
Otto Neurath (1882-1945),
Herbert Feigl (1902),
Félix Kaufmann (1895)
Rudolf Carnap (1891-1970).

En segundo lugar está el racionalismo crítico, la epistemología de Karl Popper (1902-


1994). El racionalismo crítico se entiende como reacción crítica ante las directrices
fundamentales de la epistemología del neopositivismo lógico.
El racionalismo crítico discutirá las principales tesis del Círculo de Viena e instaurará una
nueva escuela de teoría de la ciencia que.
Entre los muchos discípulos de Popper pueden citarse a Hans Albert o a John Watkins.
La importancia de las teorías popperianas se ha dejado notar en toda la teoría de la
ciencia de los años 50 y 60, e incluso en la actualidad.
En tercer lugar se encuentran los autores llamados pospopperianos. Se caracterizan por
presentar epistemologías que, bien inspiradas preferentemente en el positivismo, bien
en Popper, no se identifican totalmente con ninguno de estos dos sistemas, aunque se
vean siempre seriamente influidas por ellos.
Entre los principales autores pospopperianos cabe citar a Tomas Samuel Kuhn (1922-
1996), Paul Karl Feyerabend(1924-1994), Imre Lakatos (1922-1974)y Norwood Russell
Hanson (1924-1967).

La Epistemología como medio para superar el “sentido común” en el Derecho.

En primer lugar, cabe destacar que el conocimiento científico no guarda relación cercana
con lo que es considerado sentido común, pues la distinción entre estos tipos de
conocimiento no es sólo de género. Hay profundas diferencias cualitativas que los
caracterizan como formas cognitivas que nada tienen en común.

Por lo tanto, el sentido común se caracteriza por una creencia en la capacidad del sujeto
en registrar los hechos tales como ellos son, no habiendo aporte del sujeto para con los
hechos.

Como resalta Marques Neto, el sentido común no tiene un “por qué” basada en una
sólida elaboración intelectual, pero en la opinión. El autor añade que el sentido común
es asistemático, no guardando relaciones más estrechas con otras formas de
conocimiento, siendo también eminentemente empírico, dado su línea práctica en el
sentido de que, no tiene mayor interés de construir teorías explicativas1.

De esta forma, el sentido común, propicio por el interés espontáneo del el saber
cotidiano, se limita, en el sentido de un mundo familiar cuyos límites serían una zona de
duda. A partir de esa la concepción de sentido común, muchos autores consideran el
conocimiento una actitud, una aspiración de buscar la verdad. Esta actitud parte del
reconocimiento de que el mundo familiar carece de explicación.

De ese punto de partida que irradia diversas formas de buscar la verdad, es decir, de
conocer, entre las que está la ciencia. Por otro lado, muchos autores critican el concepto
de sentido común, argumentando que parte desde el punto de vista científico.
Boaventura de los Santos observa que:

“[el] sentido común, como concepto filosófico,


surge en el siglo XVIII y representa el combate
de la burguesía emergente contra el
irracionalismo del régime dominante. Se trata,
pues, de un sentido que se pretende natural,
razonable, prudente, un sentido que es
burgués y que, por una doble implicación, se
convierte en el sentido medio en el sentido
universal. La valoración filosófica del sentido

1
MARQUES NETO. op. cit., p. 46
común estuvo, pues, ligada al proyecto político
de ascensión de la burguesía, por lo que no
sorprende que, una vez ganado el poder, el
concepto filosófico de sentido común se ha
correspondido de forma desvalorizada como
significando un conocimiento superficial e
ilusorio. Es en contra dél que las ciencias
sociales nacen en el siglo XIX.”2

Pierre Bourdieu, tejiendo consideraciones teóricas y metodológicas a la sociología,


observa que, a menudo, el científico social se vale de instrumentos teóricos sin, sin
embargo, utilizarlos de forma coherente en la práctica de la investigación.

Para Bourdieu, "estos instrumentos hacen que corra un peligro permanente de error,
pues se arriesga a sustituir la doxología ingenua del sentido común por la doxología del
sentido común académico, que atribuye el nombre de ciencia a una simple trascripción
del discurso del sentido común”3.

Es posible aproximar las consideraciones que Bourdieu hace sobre la práctica de


investigaciones sociológicas con la práctica jurídica.

Muchas teorías jurídicas son utilizadas en descompaso con el actual contexto


epistemológico e histórico, sin embargo, afirmados como verdades incuestionables.

Esas teorías, que quedan del sentido, se plasman en forma de dogmática jurídica,
profundizando el abismo entre la realidad social en que el Derecho pretende actuar y
las técnicas de actuación sobre esa realidad.

Así, el conocimiento filosófico tiene un carácter universalista, buscando conocer la


totalidad del objeto, mientras que la ciencia trabaja con recortes la realidad,
fragmentándola para mejor conocerla.

Se añade que la distinción entre las diferentes formas de saber está en reconocer los
límites entre lo conocido y lo desconocido, y la forma de aceptar el desconocido como
parte del proceso de conocimiento o como capaz de ser superado, alcanzándose,
definitivamente, la verdad. En ese punto, así como el conocimiento es una actitud, la
ignorancia también puede serlo, en la medida en que niega lo desconocido, o estanca el
proceso de conocimiento en un punto en que se atribuye como verdad irrefutable.

No es raro que se atribuya esta postura de opción por el desconocimiento como propia
del sentido común, pero también en la ciencia y en la filosofía es posible observar.

Esto se da cuando el conocimiento es cristalizado en el dogma, como es propio del


conocimiento mítico y religioso. En el conocimiento dogmático no existiría una relación

2
SANTOS, ed. Graal, 1989, p. 36-7.
3
BOURDIEU, op. cit., p. 44
de mediación entre el sujeto cognoscente y el objeto del conocimiento. El plan de la
realidad y el plan del conocimiento estarían tan juntos de manera que el objeto del
conocimiento no sería sólo la imagen del objeto, pero el objeto en sí, tenido como
totalmente preso al sujeto.

Asumiendo esa actitud, el sujeto entiende que no hay nada más que conocer y recurre
a creencias absolutas para justificar los fenómenos que observa. De este modo, el
dogmatismo se desvía de reflexiones epistemológicas, pues no observa el conocimiento
como problema.

En otro extremo, esta el escepticismo que sostiene la imposibilidad de aprehensión del


objeto por el sujeto cognoscente. Así, ante esta incapacidad del sujeto, no se puede
hacer juicio alguno sobre los fenómenos.

El Positivismo y el Derecho:

El positivismo emergió en un contexto de lo que Boaventura dos Santos entiende por


paradigma dominante, es decir, el modelo de racionalidad que reside en la ciencia
moderna que se constituyó a partir de la revolución científica del siglo XVI y fue
desarrollado en los siglos siguientes básicamente en el ámbito de las ciencias naturales4.

Este modelo de racionalidad científica que niega el carácter racional a todas las formas
de conocimiento que no se guíen por sus principios
epistemológicos y por sus reglas metodológicas se extendió a las ciencias sociales
emergentes, siendo fundamental para la afirmación de esas disciplinas como ciencias y
reconocidas como tales.

Así, el positivismo como corriente epistemológica defendió enérgicamente la aparición


entre valores y el hacer científico. Teniendo como parámetro el ejemplo científico de las
ciencias naturales, el positivismo pretendía que las ciencias sociales se desarrollen sin
ninguna influencia axiológica, debiendo explicar los fenómenos sociales de forma pura.

En el ámbito del Derecho el positivismo tuvo amplia receptividad a través de la escuela


de la exégesis que se concentraba en el análisis pura de la norma, restringiéndose a
interpretaciones notadamente textuales.

Por lo tanto, para el positivismo jurídico, el objeto de la ciencia del Derecho es la norma.
Ahora bien, es importante tener en cuenta que la amplitud de la semántica de los textos
y sus posibles mutaciones no era tan difundida a la época del apogeo de la escuela de la
exégesis y del nacimiento del positivismo legal.

El desarrollo de teorías como las de Saussure, Wittgenstein, Barthes y de otros


estudiosos del lenguaje vendría a romper con la estática del texto y su interpretación. El
comentario es importante para entender por qué la norma terminaba restringiéndose
al texto de la norma y no al contenido que de él se puede aprehender como dispositivo
jurídico.
4
SANTOS, Boaventura de Sousa. ed. São Paulo: Cortez, 2009, p. 10.
De esta forma, el Derecho guarda la raíz de un paradigma científico marcado por la
búsqueda de la certeza absoluta del conocimiento en la forma de leyes, aunque las leyes
de la física son de otra naturaleza bien distinta que las leyes jurídicas, estas creadas por
los individuos, como reconoce Kelsen, el Derecho mantuvo en gran medida la defensa
de la ley como dogma, algo inmutable que debe ser aceptado como es sin
cuestionamiento.

En ese sentido, el Derecho se cierra en sus métodos y contenidos, haciendo de la norma


un dato casi natural, inmutable; no desprendiendo de ella el contexto en el que se
elaboró.

Ocurre que incluso la epistemología de las ciencias naturales viene cuestionando la


existencia de verdades definitivas como defendía en otro tiempo.

La ciencia pasa a afirmarse por la duda, por la actitud de búsqueda continua de


acercamiento a la verdad.

Al igual que en la selección natural, la ciencia sería un proceso de selección de verdades,


en el cual las teorías más resistentes prevalecerían hasta se falsean. Estas teorías están
abiertas a la posibilidad de que, ante las nuevas pruebas, valiéndose de nuevos métodos,
sean falseadas.

Conclusión:

Es sorprendente observar que estas teorías ejerzan aún una pequeña aplicación en la
práctica jurídica. Esto nos permite constatar cuán fuerte es la resistencia a superar el
modelo pasado de ciencia en el ámbito del Derecho, constituyéndose un sentido
comúnmente docto, refractario a los cambios.

Ellas son fruto superación del aislamiento del Derecho frente a las demás ciencias
sociales, buscando un diálogo multidisciplinario, que ha alcanzado una mayor
coherencia teórica al comprender factores sociales como esenciales para el concepto y
la validez del Derecho.

Sin embargo, estos enfoques teóricos todavía están lejos de la práctica, es decir, del
ejercicio del Derecho como técnica, todavía prevalece la perspectiva utilitaria que da al
Derecho cotidiano un aire de sentido común, sin embargo, un sentido con un pie en la
academia, travestido de la ciencia para conferirle aires de conocimiento superior.

Se afirma, por lo tanto, la importancia de la epistemología jurídica para superar el


dogmatismo que aún intenta resistir en la jerarquía jurídica. La epistemología es
fundamental para la comprensión del Derecho y cómo se relaciona con los otros tipos
de saber, además de sentar bases para su aplicación técnica en consonancia con los
avances teóricos.
Es necesario superar el sentido común del docto que ronda muchas ruedas de discusión
entre juristas y operadores del derecho. Para ello, la epistemología es campo fértil para
aproximar el Derecho que se hace en los tribunales de aquel que se discute en las
universidades.

La epistemología jurídica puede conducir a la superación de lo que Bourdieu llama


"pensamiento perezoso", que es el uso de teorías fuera de contexto, sólo en función de
un "culto escolar de los clásicos". Para el sociólogo, "sumisión a los hábitos de
pensamiento, aunque sean los que, en otras circunstancias, pueden ejercer un
formidable efecto de ruptura, puede conducir también a formas inesperadas de
ingenuidad5.

Difundir la ciencia del Derecho, según los métodos y parámetros de


La ciencia en consonancia con la epistemología, y emprender diálogos
multidisciplinares, es importante para situar el Derecho entre las demás ciencias, así
como para aproximar teoría y práctica.

No sirve conformar el conocimiento jurídico en una camisa de fuerza de una certeza fija,
inmutable y universal, si la realidad es vacilante y las verdades son subjetivamente
consensuadas.

Por otra parte, de nada sirve avanzar en las proposiciones teóricas que la epistemología
contemporánea trae al Derecho, si la práctica jurídica no las acompaña, prefiriendo
reproducir técnicas cuyas teorías que las fundamentan fueron, hace mucho, refutadas
o difícilmente puestas en jaque.

La epistemología, honestamente abordada, con apertura para críticas,


nuevas proposiciones y refutaciones, es un medio de armonizar esos campos.

Se necesita adoptar el conocimiento como actitud para romper con los dogmas y los
enfoques científicos que - ante el marco de conocimiento que no las se consideran, a
menudo, no pasan de sentido común con el anillo de doctor.

Bibliografía:

 BOURDIEU, op. cit., p. 49.

 SANTOS, Boaventura de Sousa. Um discurso sobre as ciências. 6.ed. São Paulo:


Cortez, 2009, p. 10.

5
BOURDIEU, op. cit., p. 49.
 SANTOS, Boaventura de Souza. Introdução a uma ciência pós-moderna. Rio de
Janeiro: Graal, 1989, p. 36-7.

 MARQUES NETO, Agostinho Ramalho. A ciência do Direito: conceito, objeto,


método. 2.ed. Rio de Janeiro: Renovar, 2001.

 KELSEN, Hans. In: MACHADO, João Baptista (Trad.). Teoria Pura do Direito. São
Paulo: Martins Fontes, 2003.

(Traducciones por Janaina Matos)

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