Está en la página 1de 4

Conceptos de Salud y Enfermedad en los distintos

paradigmas

La evolución del concepto de Salud- Enfermedad

Cada uno de nosotros cree saber claramente cuándo se siente enfermo o


se encuentra saludable. Sin embargo, ¿son la salud y la enfermedad lo mismo
para todas las personas? ¿Medimos nuestro estado de salud o enfermedad de la
misma manera en la niñez que en la adolescencia, o en la adultez que en la
ancianidad? Lo que es considerado “saludable” en nuestra cultura, ¿podría no
serlo en otras?
La historia nos enseña que el concepto de salud-enfermedad fue
cambiando en distintas épocas y culturas.

Medicina mágica

En los comienzos de la humanidad, el hombre atribuía la salud y la


enfermedad a la influencia de fuerzas sobrenaturales, que no podía explicar. La
salud y la enfermedad se vivían como premios o castigos. El hombre aceptaba los
designios de esas fuerzas sobrenaturales y se colocaba en las manos de brujos o
chamanes, que eran los elegidos para intermediar con los dioses. La curación se
realizaba mediante ceremonias o rituales.

Medicina empírica

Con el tiempo, nació la medicina empírica o basada en la experiencia. A


medida que el hombre acumuló experiencia, fue descubriendo que ciertas
prácticas o algunas medicinas caseras, elaboradas casi siempre a partir de las
plantas que lo rodeaban, surtían efecto frente a algunos males. Esos
conocimientos empíricos eran transmitidos por tradición oral y quedaban en
manos de los curanderos, que eran quienes ejercían la medicina.
La medicina empírica no se cuestiona acerca del origen de la salud-
enfermedad ni del mecanismo por el cual actúan sus medicinas. Simplemente
pone en práctica conocimientos que han probado ser efectivos. Los curanderos no
cobran honorarios por sus servicios; los enfermos les retribuyen su ayuda de
acuerdo con sus posibilidades, generalmente en especias.

Medicina científica

En el mundo occidental, en los últimos mil años, el hombre empieza a


indagar en forma racional y sistemática todo lo relativo al cuidado del cuerpo, la
salud y la enfermedad, entendidos como fenómenos naturales.
Así se va construyendo la medicina científica, como un cuerpo de
conocimientos objetivos, que quedarán en manos de los médicos, profesionales
formados en escuelas, academias y universidades.
En Occidente, dentro de la medicina científica, se sucedieron tres modelos
o paradigmas para interpretar la salud. Estos son: el paradigma humoral, el
mecanicista y el de interacción entre sistemas.

Paradigma humoral

El paradigma “humoral”, en el cual se basó Hipócrates (médico griego que


vivió en el siglo V a.C., considerado el padre de la medicina), consideraba la salud
como el resultado de un equilibrio entre los distintos humores corporales.
Según este paradigma, en el cuerpo se encuentran diferentes líquidos o humores,
a saber: la sangre, la flema, la bilis amarilla y la bilis negra.
Dichos líquidos deben hallarse en equilibrio para producir un estado de
salud. Dentro del paradigma humoral, las personas eran clasificadas según el tipo
de humor predominante en su cuerpo.
Por ejemplo:

 el predominio de la bilis amarilla determina un individuo colérico


 el predominio de la bilis negra determina un individuo melancólico
 el predominio de la sangre determina un individuo sanguíneo
 el predominio de la flema determina un individuo flemático

Además, se consideraba que los líquidos o humores influían en el


temperamento de un individuo.
Así, una persona flemática es muy contenida o moderada, mientras que una
persona sanguínea es más pasional. Desde entonces conservamos expresiones
como “tiene buen humor”, “estoy de mal humor”, o calificativos como “flemático” o
“colérico” para referirnos a ciertos características del temperamento de las
personas.
En el paradigma humoral, la enfermedad sobrevenía por un desequilibrio de
los humores. Para devolver la salud, entonces, se recurría a terapias como la
sangría (hacer sangrar a una persona premeditadamente), la inducción del vómito
mediante sustancias eméticas, o la administración de colagogos (sustancias que
aumentan la secreción de bilis), catárticos (laxantes), tusígenos, infusiones
sudoríficas y diuréticos.
En ciertos medios culturales, estas prácticas se encuentran aún en uso.

Paradigma mecanicista

El paradigma “mecanicista” aparece con la revolución industrial (siglos


XVIII-XIX). Este paradigma compara al cuerpo con la máquina a vapor.
Al igual que la máquina, el cuerpo consume combustible (alimento) y
oxígeno, produce movimiento y calor, libera agua y otros desechos.
Así como la máquina requiere que sus partes estén enteras y funcionen
adecuadamente, el cuerpo está sano cuando sus estructuras están completas y
realizan sus respectivas funciones.
La enfermedad, en cambio, se debe a las anormalidades estructurales o
funcionales del organismo. Una máquina que funciona bien es silenciosa; un
cuerpo sano es silencioso.
Cuando el cuerpo se enferma, aparecen los síntomas, que serían como los
ruidos de una máquina cuando empieza a fallar.
De la misma manera que se separan las piezas de una máquina para
reparar aquélla que se ha roto o ha dejado de funcionar, el paradigma mecanicista
tiende a dividir al cuerpo en sus partes.
Además, a medida que se acumula el conocimiento acerca del cuerpo y las
enfermedades, se hace necesario que los profesionales de la medicina se
especialicen cada vez más, adquiriendo un saber más profundo, pero menos
abarcativo. Es decir, saben cada vez más… de cada vez menos.
Consecuentemente, se genera una tendencia a tratar “órganos” y no
personas, olvidando que las personas son un todo indivisible. La súper
especialización de los profesionales, sumada a los adelantos tecnológicos, ha
ocasionado que se dejen de lado los otros aspectos vinculados con la salud (como
el social y el económico) y ha hecho que, al mismo tiempo que el conocimiento
científico y la tecnología progresan, la medicina se haya ido deshumanizando.
En el paradigma mecanicista, la enfermedad es entendida como
una desadaptación de la “máquina”, sin que el enfermo sea responsable por
ello. La responsabilidad de restituir la salud queda a cargo del médico, quien se
vale de medicamentos, cirugía y medios cada vez más sofisticados para combatir
los síntomas y las causas de la enfermedad.
El avance de la industria que provee los sofisticados aparatos y los
medicamentos también eleva el costo económico de los tratamientos, a los cuales
solo accede una parte privilegiada de la población, mientras que otra parte queda
excluida de la salud.

Paradigma de interacción entre sistemas

Si bien el paradigma mecanicista está muy enraizado en nuestra cultura y


en la práctica actual de la medicina, durante el siglo XX comienza a entrar en
crisis y empieza a perfilarse un nuevo paradigma: el de “la interacción entre
sistemas”.
Según este nuevo paradigma, el estado de salud de una persona, un grupo
o comunidad, depende de la interacción entre tres sistemas:

 El sistema genético: cada persona hereda una capacidad más o menos


favorable para mantener un estado de salud.

 El sistema ecológico: es el entorno natural en el cual nace o se desarrolla
un individuo. Incluye los factores abióticos (agua, suelo, aire, clima,
geografía del lugar) y los bióticos (plantas, animales y microorganismos que
comparten el espacio físico con las personas).

 El sistema social: organización política, económica, costumbres,
tradiciones y otros factores culturales de la sociedad en la cual vivimos.

El potencial genético que un individuo trae al nacer para mantener su estado


de salud, puede verse influido positiva o negativamente por componentes de los
sistemas ecológico y social.
Si el paradigma mecanicista consideraba que para cada enfermedad había una
sola causa (monocausalidad), el nuevo paradigma considera que toda enfermedad
es multicausal. El estado de salud o enfermedad de una persona está determinado
por su herencia genética y las influencias de los sistemas ecológico y social en los
que esta persona se desenvuelve.
El paradigma de la interacción entre sistemas introduce importantes cambios
en los conceptos de salud y enfermedad:

 En una sociedad, el cuidado de la salud no es responsabilidad exclusiva de


los médicos o las instituciones de salud, es responsabilidad de todos. El
cuidado de la salud requiere acciones multisectoriales e interdisciplinarias.

 La salud y la enfermedad se dan en la casa, el trabajo, la escuela, en todos
los sitios donde transcurre la vida de las personas. Por lo tanto, el cuidado
de la salud debe realizarse en todos los ámbitos y no solo en los hospitales.

 La salud debe entenderse en forma positiva, como “calidad del vivir” y no
como ausencia de enfermedad.

Guía de análisis

1. Realizá una lectura del texto y anotá todos los términos que desconozcas.
Buscálos en el diccionario y confeccioná un vocabulario.
2. ¿Cuáles son las diferencias fundamentales en el concepto de salud-
enfermedad y en lo que respecta a las prácticas en la medicina mágica, la
empírica y la científica?
3. ¿Qué es un paradigma?
4. Mencioná los tres paradigmas que se desarrollan en el texto. ¿A qué se
refieren?
5. Construí una línea de tiempo y ubicá en ella los tres paradigmas.
6. ¿Creés que los paradigmas se reemplazan en forma absoluta o conviven
en la sociedad? Justificá tu respuesta.
7. ¿Qué aspectos negativos señala el texto en el paradigma mecanicista?
8. ¿A qué se refiere el paradigma actual al plantear la “multicausalidad de la
enfermedad”? Explicá este concepto.
9. ¿Qué significa “entender la salud en forma positiva”?¿Podés dar un
ejemplo?
10. A tu criterio, de quién es la responsabilidad del cuidado de la salud? ¿En
qué fundamentás tu opinión?

También podría gustarte