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Escobar, H., Díaz, E., Páramo, L.C., Suárez, F., León, C.

(2010) Caracterización del


razonamiento moral en la práctica clínica en relación con el proceso de formación
médica en una facultad de medicina, categoría altruismo y dignidad, beneficencia,
confidencialidad y deber de cuidado. En Revista Colombiana de Bioética Vol. 5, N° 1 
Diana Marcela Nova
La práctica de la medicina ha cambiado a lo largo de su historia, ya que si esto no fuese
así, los médicos todavía estarían usando los mismos parámetros para las
enfermedades que se usaban hace 50 años, pero esto no ocurre. Las consecuencias
de esta transformación se dan a nivel ontológico y ético. Ejercer como profesional de la
salud en la actualidad está regido por las normas del mercado. Debido a los retos éticos
y morales que supone la transformación de la medicina, es necesario que en la
formación de futuros médicos se tenga en cuenta su desarrollo moral. Escobar-Melo et
al, investigaron acerca del desarrollo moral de los estudiantes de Medicina de los
semestres 1, 2, 3, 4, 5, 6, 9, 10, quienes estudiaban en la Pontificia Universidad
Javeriana, Sede Bogotá. Para cumplir su objetivo, utilizaron la prueba: “Escala C de
Razonamiento Moral” de Escobar–Melo y Col. Se consideraron 2 ejes: El eje
psicológico, en el cual se encontraban las categorías de altruismo, contrato, confianza y
justicia en el intercambio, conciencia, descentración del interés propio y adopción de
roles, y el eje bioético, en el cual entraban las categorías de respeto por la dignidad del
ser humano, beneficencia, confidencialidad y deber de cuidado. La muestra estaba
conformada por 484 estudiantes. También se tomaron en cuenta las etapas del
desarrollo moral propuestas por Kohlberg: preconvencional, convencional y
posconvencional. En cada una de las categorías se especificaron los resultados de los
estudiantes, con sus respectivas gráficas, media y mediana de resultados. Las
conclusiones y resultados mostraron que los estudiantes de ningún semestre puntuaron
muy alto ni tampoco muy bajo en las categorías, no había homogeneidad en los
resultados y la trayectoria no era una línea recta con pendiente ascendente, no se
cumplía la expectativa de que los estudiantes de primer semestre puntuaran más bajo
siempre y los de décimo más alto. Cada categoría tenía sus variaciones en los
resultados y situaba a los estudiantes en diferentes perspectivas socio- morales. La
mayoría de los participantes se ubicarían en un nivel convencional, con Perspectiva
Social II, es decir, la conducta de los estudiantes estaba regida por normas sociales,
pero no tenía una perspectiva sistémica.
Es preocupante que algunos estudiantes consideren a las asignaturas de ética y
bioética como materias que se deben ver por obligación, por cumplir un currículo o de
relleno, más preocupante aún que se trate de estudiantes cuyas decisiones implican la
vida otras personas. Es necesario profundizar y concientizarlos en la moral y la bioética,
pero que los lleve a pensarla más allá de un requisito que cumplir de carácter coercitivo
por las complicaciones legales y jurídicas que podría traer, sino más bien como una
opción que se considera de manera genuina. Esto que parecería tan obvio, no lo es
completamente y debería aplicarse a todas las profesiones. El reto se resume en
‘transformar’ a los estudiantes de la heteronomía a la autonomía. No se vale que el
estudiante se pregunte ¿Dejaría a un familiar en manos de un médico que actúa como
yo?, Porque parece autónomo, pero no lo es, lo está condicionando a la familia. Él debe
ser consciente de actuar éticamente con todas las personas, por la dignidad de éstas.
Es un reto que puede lograrse poco a poco y empieza desde la enseñanza del hogar y
del colegio.

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