Está en la página 1de 2

El azúcar, la industria y sus estragos en México

M. Alarcón

Actualmente, el azúcar se encuentra presente más que nunca en nuestra vida


diaria. Antaño nuestros padres y abuelos solían beber agua de fruta natural y
como postre consumían frutas, y de vez en cuando pan de panadería y unos
cuantos dulces mexicanos tradicionales, como las palanquetas y las cocadas.

Sin embargo, todo esto se transformó, ya que alrededor de la década de los


ochenta, comenzó a ocurrir una gran expansión neoliberalista en todo el mundo.
Este hecho provocó que muchas compañías de comida chatarra, provenientes
principalmente de Estados Unidos, llevaran sus productos a cada rincón del
mundo. En este aspecto México no se quedó atrás, y con el tiempo, compañías
nacionales como Bimbo y Ricolino comenzaron a producir más variedad de
productos chatarra, como papas fritas, panes y dulces. De la misma forma se
inició el consumo masivo de Coca-Cola, que nos ha llevado a ser, en la actualidad,
el país que más la consume a nivel mundial. Esto aunado a otros factores, nos ha
llevado a ser el segundo país más obeso del mundo después de Estados Unidos.

Al observar estos datos alarmantes, cabe preguntarse porque es tan difícil dejar el
azúcar. En este ámbito se puede decir que, indudablemente, los productos
industriales juegan un gran papel para que sea tan difícil, ya que estos están
hechos para ser adictivos. No es casualidad que los productos más consumidos
del mundo tengan en común contener grandes cantidades de azúcares, ya que se
ha comprobado científicamente que provocan una descarga de dopamina en el
cerebro, la cual, a su vez causa el deseo de consumirlos en gran cantidad.
Considero que la solución a esta problemática se encuentra en reeducar a la
población y transformar nuestros hábitos alimenticios. Se debe enseñar a ver a la
comida como algo que nos da vida y energía y que nos nutre, y no como a una
droga o escape. De igual forma debemos recordar todo lo que nos proporciona la
tierra y observarla como a una proveedora y no como un objeto al cuál se debe
explotar y modificar, ya que por muchos años nuestros ancestros sobrevivieron a
base de sus frutos, sin necesidad de modificar nada.

Para poner estas ideas en práctica diría que el gobierno podría comenzar por
modificar los programas educativos, y por medio de estos, recordar a los
estudiantes de donde viene la comida; haciendo actividades como sembrar
huertos escolares y organizar cooperativas en donde se preparen alimentos
naturales y sanos, hechos a base de frutas y verduras de temporada, así como
prohibir la venta de chatarra dentro de las escuelas.

Con estas medidas se podría enseñar a la sociedad a disfrutar de los alimentos


sanos y a tener una vida balanceada, sin excesos.

Muchos filósofos griegos consideraban a la moderación como a un principio básico


para la vida; pienso que este es un punto clave que debemos recordar y retomar
como sociedad para lograr funcionar en esta era de la industria.

También podría gustarte