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¿Qué es más relevante en una empresa, su cultura o su estrategia?

Una vez me preguntaron durante una conferencia, ¿qué es más importante en


una empresa, la cultura o la estrategia?
El atrevido que hizo la pregunta no sabía lo que hacía, ¡consiguió despertar a la
bestia!
Respondí, en mi papel de “sabio”, lo que todos deberíamos responder ante una
pregunta tan profunda: ¡Depende! Y me quedé unos segundos esperando la
reacción, aunque todos sabemos que son los segundos que se necesitan para
ordenar las ideas antes de darles rienda suelta.
Depende, seguí, de cómo te gusté viajar. Pero lo primero que deberías hacer
es cambiar tu pregunta, y exponer:
Es cierto, hay diferencias. Cambiar importante por relevante es lo que hay
hacer cuando estamos hablando en un contexto empresarial.
Cuando preguntamos ¿qué es más relevante?, nos estamos centrando en
conocer qué es más significativo para una empresa frente a su propósito, a su
razón de ser, qué impacta más o tiene más incidencia en la consecución de su
misión y en lograr llegar hasta lo que su visión ha establecido para su futuro.
En cambio, importante tiene siempre una connotación personal.
Es importante o no, lo es en términos de percepción personal, que siempre
está relacionada con el contexto individual y personal en el que cada uno esté
en ese momento.
Algo puede ser importante para alguien, y lo mismo puede no serlo, o ser sólo
urgente, para otra persona, siendo el contexto empresarial el mismo.
Y seguí con mi respuesta a su profunda pregunta.
Siempre hemos oído decir que, si quieres ir rápido, debes ir sólo, pero si
quieres llegar lejos, debes ir en compañía, formar un equipo.
Yo pienso lo mismo respecto a la diferencia entre cultura y estrategia. Y
especialmente al enfrentarte a los cambios.
Si quieres ir rápido en un cambio, llegar cuanto antes, oriéntate a redefinir y
cambiar la estrategia, es decir, a la forma en la que vas a lograr el objetivo que
te has marcado.
Fíjate un objetivo que mejore tu propuesta de valor y tu desempeño, y diseña o
reformula tu estrategia, y a por ello.
Pero no esperes grandes cambios, con impacto a medio y largo plazo, si sólo
te fijas en reorientar la estrategia. Es posible que necesites un impacto mayor,
una verdadera transformación, si tus miras son llegar más allá, soñar más alto.
Estos cambios son culturales siempre. Ahí está la diferencia. Si quieres ir
rápido, llegar pronto, redefine tu estrategia. Si quieres llegar verdaderamente
lejos, piensa en un cambio cultural.
Hay que recordar que la cultura de una empresa tiene que ver con su carácter,
con su personalidad. Es la suma de todos los comportamientos de las personas
que la integran, pero especialmente cuando no están siendo observados.
La cultura de una empresa es construida por todos los miembros de la
organización, con hechos y comportamientos cotidianos.
Y un cambio cultural, un cambio en el carácter y la personalidad de una
organización, es de tal magnitud que, como en las grandes batallas, debe
conquistarse en las distancias cortas, palmo a palmo, conversación a
conversación, actitud a actitud, hecho ha hecho.
Las nuevas culturas se construyen entre todos y se hacen, no se cuentan. Se
pasa a la acción con rapidez, especialmente por parte de los líderes y de
aquellos que pueden ejercer más influencia en otros. Porque es una cuestión
de influir, no de dirigir.
En el cambio cultural los líderes deben dejar claro, con palabras sencillas, pero
sobre todo con hechos y comportamientos, la esencia (quien es la empresa y
quienes son los que la integran), su propósito (para qué está aquí la empresa y
cada persona que forma parte de ella), y su visión de futuro (hacia dónde se
dirige la empresa y las personas).
Con todo esto claro, y demostrado día a día, se pueden conseguir todos los
cambios en los comportamientos individuales que se necesitan para lograr el
cambio del comportamiento de la organización en su conjunto, de su cultura.
Una buena estrategia puede no ser eficaz si los comportamientos de las
personas no son los adecuados, y los resultados esperados no aparecerán.
Conseguir la interdependencia de las personas, con generosidad y confianza,
en la que se combinan y complementan los talentos de todos, incluso su
capacidad de influir en otros puede ser de vital “relevancia” para conseguir el
cambio cultural requerido si quieres llegar más lejos, y dejar huella en el
camino.

José Enrique García, Director General de Equipo Humano.

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