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Los pueblos prerromanos eran las poblaciones que vivían en la Península Ibérica en el I
milenio a.C. Los Íberos, en el mediterraneo, se agrupaban en tribus y ciudades-estado. Su
contacto con fenicios y griegos transformaron su economía y cultura con la moneda y la
escritura. En su arte destaca la Dama de Elche. El área celta, en el centro, oeste y norte
peninsular, estaba menos desarrollada con una agricultura de subsistencia, pero conocían la
metalurgia del hierro. Se agrupaban en tribus y castros. Tartesos es el Estado más antiguo de
la Península entre los siglos IX y VII a.C en la zona del Guadalquivir. Se han encontrado
vestigios arqueológicos como el Tesoro del Carambolo, pero su ubicación exacta no se sabe.
Prosperó por la explotación de minerales metálicos y las riquezas agrícolas y ganaderas. Los
pueblos colonizadores proceden del Mediterraneo oriental con un avanzado desarrollo
cultural. Llegaron a la península por sus riquezas minerales y las relaciones comerciales.
Introdujeron avances tecnológicos y culturales; la triada mediterránea (olivo,vid y trigo),
mejores técnicas metalúrgicas y el torno alfarero. Los fenicios, actual Líbano, se interesaban
por el comercio y fundaron enclaves como Cádiz y Málaga. Los griegos, originarios de
Turquía y Marsella, fundaron colonias como Rhode y Ampurias, en Gerona, y Denia, en
Alicante. Los cartagineses, de Cartago, fueron los más hostiles. Fundaron Ibiza y Cartagena,
y fueron derrotados y sustituidos por los romanos.
1.3 Conquista y romanización de la Península Ibérica. Principales aportaciones
romanas en los ámbitos social, económico y cultural.
La conquista se inició durante la Segunda Guerra Púnica (218-201 ac) entre Roma y Cartago.
Tras ocupar la zona levantina y del Guadalquivir, el resto fue ocupado tras unas campañas
militares. La victoria de Roma sobre Cartago (218-197 ac); los romanos desembarcan en
Ampurias y expulsan a los cartagineses ocupando el sur y el levante. Las guerras
celtíbero-lusitanas (154-133 ac) acabaron con la conquista del centro y el oeste peninsular
tras el asedio de Numancia y la muerte de Viriato. Las guerras cántabro-astures; (29-19 ac)
dirigidas por el emperador Augusto para someter a los pueblos del norte. Previamente se
habían hecho con Galicia y Baleares. Después de las conquistas militares surgió la
romanización, el proceso de imposición de costumbres y culturas romanas. Para ello
utilizaron el ejército como vehículo de difusión de la civilización romana, fundaron colonias y
nuevas ciudades, impusieron el Latín, el derecho romano y la religión, que acabaría en el
cristianismo. Hispania se convirtió en provincia romana en todos los ámbitos, con un sistema
económico monetario, esclavista y colonial. Se hicieron calzadas (Vía de la Plata), puentes
(Alcántara), acueductos (Segovia), murallas (Tarragona), teatros (Mérida) y anfiteatros. Aportó
figuras como los emperadores Trajano y Teodosio.
En el siglo V cayó el Imperio Romano. Los visigodos amenazaron a Roma, que pactó con
ellos un faedus concediéndoles tierras en la Galia y en Hispania a cambio de que
combatieran a los invasores. Crearon su propio reino, el reino de Tolosa, y cuando fueron
derrotados por los francos en la batalla de Vouillé crearon en Hispania el reino visigodo de
Toledo (509-711). Se impusieron sobre los hispanorromanos hasta que tomaron medidas
unificadoras. La unificación territorial, impulsada por el rey Leovigildo. La religiosa por el rey
Recaredo, que abrazó el catolicismo. Y la legislativa por el rey Recesvinto, que estableció el
Fuero Juzgo. La institución más importante fue la Asamblea de notables donde residía el
poder del reino. La monarquía era electiva aunque algunos reyes la convirtieron en
hereditaria, como Leovigildo. Destacaban el Aula Regia, asesores del rey y los Officium
Palatinum, ocupados de la administración; los Comes, tesoreros; los Duces, delegados del
rey en las provincias; los Comites civitatis; jueces de las ciudades. Los Concilios eran
asambleas de nobles y alto clero que tomaban decisiones legislativas y políticas. Destacó el
Tercer Concilio de Toledo en el 589, donde se convirtieron al catolicismo. Los visigodos
adoptaron y continuaron la tradición latina, cristiana e imperial romana sobre una sociedad
ruralizada. Destaca el escritor San Isidoro de Sevilla, quien intentó mantener el legado cultural
romano.
BLOQUE 2. La Edad Media: Tres culturas y un mapa político en constante cambio .
(711-1474)
En el 1031 acabaron los califatos con Hixam III, lo que provocó que Al Andalus quedase
dividido en reinos de taifa como consecuencia de la tensión social entre árabes, beréberes y
eslabones. Algunos reinos como los de Toledo, Zaragoza o Sevilla prosperaron
económicamente, pero su debilidad militar fue aprovechada por los reyes cristianos para
extender la Reconquista y obligarles a pagar parias. Alfonso VI de Castilla tomó Toledo en
1085. La unificación Almorávide (1090-1145); el temor llevó a los reyes taifa a pedir ayuda a
los musulmanes estrictos que habían formado un imperio en Marruecos, dirigido por Yusuf ibn
Tahfin, quien llegó a la península en 1086 y derrotó a los cristianos en la batalla de Sagrajas.
Los Almorávides unificaron Al Ándalus uniéndola a su imperio. La unificación Almohade
(1146-1232); los rivales de los Almorávides llegaron desde el norte de África y establecieron
su capital en Sevilla. Vencieron a los cristianos en la batalla de Alarcos (1195), pero fueron
derrotados por éstos en la batalla de las Navas de Tolosa (1212), lo que abrió el valle del
Guadalquivir a la conquista castellana. Y el reino Nazarí de Granada (1237-1492), fundado
por Mohamed Ben Nazar, del linaje de los ibn Nasr. Comprendía desde Málaga a Almería y su
capital era Granada. A finales del siglo XV las disputas entre Muley Hacen y Boabdil
permitieron la conquista por los Reyes Católicos.
2.3 Al Ándalus: economía, sociedad y cultura
Hubo una revitalización económica. Las medinas fueron centros económicos estimulantes de
la producción artesanal y el comercio; había zocos y alhóndigas, y alcaicerías. Se recuperó el
uso de la moneda y se integró Al Andalus a la economía islámica. La agricultura trajo nuevas
técnicas hidráulicas; acequias, canales y norias; y nuevos cultivos; arroz o algodón. La
artesanía trajo talleres de productos textiles, cerámica, seda y perfumes. El comercio con el
norte de África, trajo oro, marfil y esclavos. Convivieron musulmanes, judios y cristianos
organizados en criterios religiosos, étnicos y económicos. Los musulmanes, clanes árabes,
formaban la jassa; los campesinos eran beréberes norteafricanos y muladíes. Los no
musulmanes pagaban impuestos religiosos. Eran los judios, que vivían en aljamas y los
cristianos llamados mozárabes, que vivían en los arrabales. Y los esclavos, africanos y
europeos, trabajaban en las casas o como mercenarios. La cultura del Al Andalus tuvo su
esplendor durante Abderraman III y Al Hakam II. El árabe era la lengua oficial, que aún se ve
en la literatura (jarchas). Tuvo autores destacados en filosofía, con Averroes; en Matemáticas
se introdujo la numeración arábiga; la medicina, más avanzada que la cristiana, con Al Zabribi
y en la literatura, Ibn Hazn con El collar de la paloma. El arte destaca en la arquitectura. La
etapa califal (s. VIII-X) trajo la mezquita de Córdoba y el palacio de Medina Azahara; el arte
taifa y almohade (s. XI-XIII) la Aljafería, la Giralda y la Torre del oro; y el nazarí (s. XIV-XV), La
Alhambra.
El primer reino cristiano, Astur-leonés, nació con D. Pelayo tras la batalla de Covadonga
(722), con capital en Oviedo y en León con Alfonso III. Surgió Castilla independizada por
Fernán González (930), con Fernando I (1035). Los núcleos pirenaicos; influencia franca con
Carlomagno. El reino de Pamplona-Navarra venció a los francos en Roncesvalles e Iñigo
Arista es rey. Aragón en el Pirineo central por los condados de Aragón, Sobrarbe y Ribagorza;
incorporado a Navarra con Sancho III y reino independiente con Ramiro I. Los condados
catalanes, de influencia carolingia. Condes importantes: Wilfredo el Velloso y Borrel II, quien
los unió e independizó. La Reconquista es el enfrentamiento entre cristianos y musulmanes
por la península en la Edad Media. (S. VIII-X); formación de los reinos cristianos: Navarra
reino más importante con Sancho III, ``El mayor´´. (S. XI-XIII); crisis del Califato de Córdoba y
muerte de Sancho III de Navarra. Se proclaman reyes Fernando I (Castilla) y Ramiro I
(Aragón). Aragón conquista Zaragoza por Alfonso I ``El Batallador´´ y en Tortosa por Ramon
Berenguer IV. Castilla y Aragón firman los tratados de Tudillén (1151) y de Cazola (1179).
Castilla se asegura Murcia y Andalucía, y Aragón, Valencia y Mallorca. (S. XIII-XV); batalla de
las Navas de Tolosa (1212). Castilla conquista el valle del Guadalquivir y Sevilla con
Fernando III ``El Santo´´. Jaime I conquistó Valencia y Mallorca (Aragón). Reino nazarí
conquistado por los Reyes Ctolicos en 1492. Los modelos de repoblación. Presura (s. IX-X);
ocupación de tierras sin dueño reconocido (valle del Duero). Concejil (s. XI); núcleos de
población con fueros y cartas de puebla (entre Duero y Tajo). Encomiendas (s. XIII); un
comendador por las Órdenes Militares (la Mancha). Repartimientos (segunda mitad del s.
XIII); donadío, reparto de los bienes (valle del Guadalquivir).
2.5 Los reinos cristianos en la Edad Media: organización política, Régimen Señorial y
Sociedad Estamental.
En la Baja Edad Media (s. XIV-XV), los reinos peninsulares tenían tres instituciones:
monarquía, Cortes y municipios. En Castilla se fortaleció la monarquía por una administración
cada vez más centralizada por la Curia Regia; las Cortes; la Chancillería, con un Mayordomo;
y la Corte, con un Condestable. En la administración territorial destacan las merindades y los
adelantamientos; los municipios se organizaban en concejos con un regidor. La Corona de
Aragón era la unión de Aragón, Cataluña, Valencia y Mallorca; cada una conservaba sus
instituciones y fueros. Los reyes pactaron con las Cortes de cada territorio. En las
instituciones destacan la Curia, las Cortes, la Diputación (Aragón) y la Generalitat (Cataluña y
Valencia). En cada territorio había un virrey. En Navarra el rey pactaba con las Cortes, la
Diputación de los Tres Estados y la Cámara de Comptos. Navarra se incorporó a Castilla en
el s. XVI por Fernando el Catolico.
BLOQUE 3 LA FORMACIÓN DE LA MONARQUÍA HISPÁNICA Y SU EXPANSIÓN
MUNDIAL (1474-1700)
Carlos I de Castilla, hijo de Felipe el hermoso y Juana la loca, heredó un imperio que le
convirtió en el rey más importante de su época. De María de Borgoña heredó los Países
Bajos, Luxemburgo y el Franco Condado; de Maximiliano de Habsburgo, los territorios
patrimoniales de Tirol y Austria y el derecho a ser emperador alemán; de Fernando el
Católico, Aragón con sus territorios en Italia; y de Isabel la Católica, Castilla, Canarias y los
territorios americanos. Ascendió al trono con 16 años. Su ambición por convertirse en
emperador, coronado en 1519, le llevó a convocar las Cortes castellanas para imponer
nuevos impuestos. El nombramiento de flamencos para ocupar cargos políticos en Castilla
provocó conflictos. Las Comunidades se iniciaron en 1520, con Padilla, Bravo y Maldonado,
que crearon Santa Justa y sustituyeron la autoridad municipal por comunas. Presentaron
reclamaciones; el regreso de Carlos a España, la exclusión de los extranjeros de los cargos
políticos, la reducción de impuestos, un mayor protagonismo de las Cortes y la limitación y el
control en la explotación de la lana. Fueron derrotados en la batalla de Villalar y sus líderes
ajusticiados. Las Germanías, en Valencia y Murcia, formadas por la crisis económica y el
descontento frente a la nobleza y los moriscos, fue un movimiento antiseñorial. Carlos tuvo
problemas con Francia a los que venció en Pavía, ocupando Milán; con el Papa, Saqueo de
Roma; con los turcos, defensa de Viena; y con los Luteranos alemanes, tuvo que reconocer la
libertad religiosa en la Paz de Augsburgo en 1555.
Felipe II, hijo de Carlos V e Isabel de Portugal, heredó la monarquía española en 1556.
Carlos V divide el imperio entre su hermano Fernando, al que cedió las posesiones austriacas
y la corona imperial alemana, y Felipe II, posesiones hispánicas, italianas, Países Bajos y el
Franco Condado; se unirían Filipinas y Portugal. Felipe II actuará como rey español con
capital en Madrid, en 1561. Su política se inspiró en la Contrarreforma católica. Mantuvo la
hegemonía de los Habsburgo en Europa, defendió el catolicismo y su gobierno era
absolutista. Llevó a conflictos internos: persecución de las comunidades protestantes
españolas; rebelión de los moriscos granadinos; y el caso de Antonio Perez. Y a conflictos
externos. Con Francia, derrotada en la batalla de San Quintín en 1557 con la Paz de
Cateau-Cambrésis. La rebelión de Países Bajos en Holanda y Flandes, sublevadas contra el
rey por su política autoritaria y la libertad religiosa; acabaron dividiéndose en el norte
protestante, que acabó independizandose y el sur catolico. Los turcos otomanos amenazaban
el Mediterraneo y fueron frenados por la Santa Alianza de Venecia, el Papado, Génova y
Felipe II; se enfrentaron en la batalla de Lepanto en 1571, gran victoria cristiana. Con
Inglaterra, Isabel I, por el hostigamiento a los galeones españoles de América y la ayuda a los
rebeldes de los Países Bajos, que llevó a Felipe II a conquistar Inglaterra en 1588 con la
Armada Invencible, gran fracaso. Un éxito fue incorporar la corona de Portugal, consiguiendo
la Unión Ibérica. La principal característica de su monarquía era su carácter plurinacional, que
complicaba las funciones administrativas y de gobierno, lo que obligaba al rey a mantener un
sistema de pactos con cada territorio. Felipe II estableció en Castilla la capital administrativa
de su imperio con un Sistema de Consejos. Los virreyes eran los representantes del rey en
los territorios fuera de Castilla y los secretarios actuaban en nombre del rey en los Consejos.
3.5 Exploración y colonización de América. Consecuencias de los descubrimientos en
España, Europa y América.
3.6 Los Austrias del siglo XVII: el gobierno de los validos. La crisis de 1640.
El s. XVII se caracterizó por problemas políticos. Los últimos Austrias delegaron las funciones
de gobierno a validos. Felipe III (1598-1621) inició el valimiento. El valido actuaba como
primer ministro. Fue un rasgo permanente de la monarquía española. Felipe III delegó el
poder en el Duque de Lerma que generó una etapa de corrupción que provocó su destitución.
Fue sustituido por el Duque de Uceda. Lo más destacado de su reinado fue la expulsión de
los moriscos en 1609 por el rechazo de la población cristiana hacia ellos; 300.000
abandonaron España en especial Valencia y Aragón , donde realizaban la agricultura y
artesanía. Felipe IV (1621-1665) tuvo como valido al Conde-Duque de Olivares. El problema
fue el intento de reforma administrativa. La intención de crear un estado moderno centralizado
chocó con la oposición. El problema de reforma fue crear un sistema de hacienda nacional y
un banco estatal, la unificación jurídica e institucional de la monarquía y la unión de armas
para crear un ejército nacional. Las reformas y la Guerra de los Treinta Años dieron origen a
una crisis interna en 1640. La rebelión catalana fue consecuencia de la subida de impuestos y
los desmanes provocados por los soldados españoles acampados en la frontera con Francia.
Pasó en el Corpus de sangre, grupos de segadores iniciaron un motín y asesinaron al virrey
Santa Coloma. Exigieron su independencia y se pusieron bajo la protección de Luis XIII.
Pactaron con Felipe IV su reintegración a la monarquía. Portugal, por otro lado, salió
perjudicado con su incorporación a la monarquía española. Una rebelión proclamó al duque
de Braganza como rey. La independencia no fue reconocida hasta 1668.
3.7 La Guerra de los Treinta Años y la pérdida de la hegemonía española en Europa.
En el siglo XVII España perdió su hegemonía. Felipe III mantuvo una política pacifista con
Inglaterra. Felipe IV acabó involucrando a la corona en la Guerra de los Treinta Años
(1618-1648). La guerra tenía implicaciones religiosas al enfrentar a los reinos protestantes del
centro y norte de Europa contra los Habsburgo austriacos. La entrada de Francia y Holanda
del lado de los protestantes convirtió a este conflicto en una lucha por la hegemonía en
Europa y acabó implicando a España. Las derrotas españolas en las batallas de Las Dunas y
en Rocroi obligaron a firmar la Paz de Westfalia (1648) por lo que se reconocía la
independencia de Holanda. El conflicto contra Francia se prolongó hasta finales del s. XVII.
Se firmó la Paz de los Pirineos (1659), Francia se anexiona los ducados de Rosellón y
Cerdaña. La Paz de Aquisgrán (1668) , que reconoce la independencia portuguesa. Y la Paz
de Nimega (1678), España cede a Francia el Franco Condado. Hubo consecuencias. La
monarquía española entró en crisis y perdió su hegemonía en Europa. Francia, gobernada
por Luis XIV, el ‘’rey sol’’, se convierte en la nueva potencia europea. Y las epidemias y las
hambrunas provocaron un descenso demográfico.
3.8 Principales factores de la crisis demográfica y económica del siglo XVII y sus
consecuencias.
El s. XVII fue una etapa de depresión. Las guerras y sus secuelas de hambre y epidemias
provocaron una crisis económica y un descenso demográfico. El Estado se endeudó para
costear las guerras causando bancarrotas desde el reinado de Felipe II. Hay inflación por
alteraciones monetarias y disminuye el valor de la moneda que sustituye la plata por cobre.
Cae la producción agraria y ganadera. La industria textil entra en crisis al ser incapaz de
competir con la de los Países Bajos. Disminuyen los ingresos del comercio americano porque
aumentan la corrupción y el contrabando. Disminuye la población por la expulsión de los
moriscos, la escasez de matrimonios y el aumento del clero y la llegada de un nuevo ciclo de
epidemias: gripe, viruela y peste. Se mantuvo el modelo estamental con una nobleza
fortalecida. Los campesinos soportaron malas cosechas y subidas de precios e impuestos,
obligándoles a vender sus tierras y a emigrar. Esto provocó el aumento del bandolerismo y la
mendicidad.
Carlos II quedó huérfano con cuatro años y su madre Mariana de Austria asumió la regencia
hasta que en 1675, con catorce años fue declarado mayor de edad, conocido como el
hechizado. Tuvo validos; el jesuita austriaco Nithard y Valenzuela. La inestabilidad política fue
aprovechada por Francia para obtener compensaciones territoriales. Carlos II se casó dos
veces, pero sin descendencia, por lo que su sucesión generaba un problema. Los candidatos
eran el rey de Francia Luis XIV y el emperador austriaco Leopoldo de Habsburgo,
emparentados con Carlos II, pero cuya elección rompía el sistema de equilibrios en Europa.
Ante el bloqueo de la situación Luis XIV renunció a sus derechos a favor de su nieto Felipe de
Anjou y los Habsburgo eligieron al archiduque Carlos de Austria. Carlos II nombró heredero a
Felipe de Anjou para evitar la desmembración del imperio español. Al morir en 1700, el
archiduque Carlos de Austria , con el apoyo de Inglaterra y Holanda inició una guerra por la
sucesión.
BLOQUE 4. España en la órbita francesa: el reformismo de los primeros Borbones
(1700-1788)
Carlos II, sin descendencia, dejó como candidatos al Archiduque Carlos de Habsburgo de
Austria y Luis XIV de Francia, quien cede sus derechos a su nieto Felipe de Anjou. Felipe V
fue proclamado rey de España en 1701, pero su nombramiento no fue aceptado, lo que
originó la Guerra de Sucesión (1702-1714). Felipe V, fue apoyado por Francia y Castilla; el
Archiduque reunió una alianza de Austria, Inglaterra, Holanda (Alianza de la Haya), y Aragón.
Las fuerzas borbónicas reducen a los seguidores del Archiduque al control de Cataluña. El
nombramiento del Archiduque Carlos como Emperador de Austria, influyó para que se firmase
la paz en 1714. Las Paces de Utrecht y Rastatt (1713-1714) reconocen a Felipe V rey de
España pero el Imperio español se fragmentó. El Archiduque recibía los Paises Bajos
españoles, el reino de Nápoles, Cerdeña y el ducado de Milán. Inglaterra mantenía Gibraltar y
Menorca y el derecho a comerciar con las colonias españolas en América. Portugal
conseguía Uruguay. Y Saboya, la isla de Sicilia. La política exterior giraba sobre un sistema
de alianzas con Francia conocidos como Pactos de familia y el deseo de revisar el tratado de
Utrecht y de recuperar las posesiones cedidas, una política revisionista. El primer pacto de
familia (1733) y la victoria sobre Austria, le obligaron a ceder a los Borbones el reino de
Nápoles y Sicilia del que fue nombrado rey, Carlos III. El segundo pacto de familia (1743)
recuperó el ducado de Parma para el infante Don Felipe. El tercero (1761), involucró a
España en las guerras coloniales de América.
4.2 La nueva monarquía Borbónica. Los Decretos de Nueva Planta. Modelo de Estado y
alcance de las reformas.
Se inicia la dinastía de los Borbones y comienza una nueva organización del Estado que tiene
como referente a la monarquía francesa e impondrá las instituciones castellanas a todo el
territorio. Se pone fin al sistema de consejos y pactos, y se impone una etapa de unificación y
centralización del poder político y de la administración. Se tomaron medidas. Se promulgan
los Decretos de Nueva Planta por los que se suprimían los fueros, solo los mantienen Navarra
y País Vasco. El rey ejerce un poder absoluto. Y Castilla se convierte en el eje del Estado y su
idioma en el oficial. Se crean ministerios que sustituyen a los antiguos Consejos. El territorio
se divide en provincias con la figura del intendente. Se crean Reales Academias de Artes y
Ciencias y Sociedades de Amigos del País. Se limitan los privilegios de la Mesta; libertad de
circulación de mercancías en el interior de España, control de la Deuda Pública y se realiza el
primer Catastro, Catastro de Ensenada. Y se reorganizan los virreinatos e intendencias en
América, se crea el virreinato de la Plata.
4.3 La España del siglo XVIII. Expansión y transformaciones económicas: agricultura,
industria y comercio con América. Causas del despegue económico de Cataluña.
En el siglo XVIII la población española pasó a más de diez millones. La agricultura era la base
de la economía pero de muy bajos rendimientos. La mayor parte de las tierras cultivables
eran de la nobleza y el clero y estaban infrautilizadas. Durante el reinado de Carlos III se
hicieron proyectos de mejora, como la Ley Agraria de Jovellanos, pero sus logros fueron
escasos. La producción industrial se vio incentivada por el crecimiento de la población y la
política industrial con tres medidas: proteccionismo de la industria española, creación de
manufacturas reales como el vidrio, y fomento de la construcción naval. El comercio con
América recibió un gran impulso. Cadiz sustituyó a Sevilla como puerto de embarque. Se
crearon compañías como la Compañía Guipuzcoana de Caracas. Cataluña experimentó un
gran despegue económico. El sistema de enfiteusis permitió a los campesinos tener
beneficios y aumentar el consumo lo que estimuló la producción industrial, especialmente la
textil. La industria también se vio favorecida por la política proteccionista de la monarquía.
En 1788 fallecía Carlos III y le sucedía su hijo Carlos IV (1788-1808), que condujo a la Guerra
de la Independencia contra la invasión napoleónica y a la crisis del Antiguo Régimen en
España, poniendo en cuestión a la monarquía absoluta y al régimen antiseñorial e iniciando
un proceso hacia un modelo liberal y representativo. El reinado de Carlos IV fue una
continuidad del de su padre, mantuvo sus ministros Floridablanca y el conde de Aranda, en
los que delegó el poder, causando el despotismo ministerial. Esto cambió con el ascenso
político de Manuel Godoy, que acabó recordando a los valimientos del siglo XVII. Los
acontecimientos del reinado de Carlos IV fueron el estallido de la Revolución francesa en
1789 y el ascenso al poder de Napoleon Bonaparte, que obligaron a la monarquía española a
adoptar una política de prevención para evitar que sus ideas se extendiesen a España a la
vez que se veía comprometida a ayudar a los reyes franceses. Manuel Godoy se convirtió en
primer ministro gracias a su amistad con la reina María Luisa de Parma, y gobernó de 1792 a
1808. Su política conoció dos fases. La hostilidad hacia Francia (1793-1795), que se inició
con su fracasado intento de salvar la vida de Luis XV. Acabó en una declaración de guerra a
la Francia revolucionaria y la derrota española que obligó a firmar la Paz de Basilea en 1795.
Y la alianza con Francia (1796-1808); con el ascenso al poder de Napoleón se produjo un
acercamiento entre Francia y España que firmaron varios pactos de alianza. En 1976 el
Tratado de la Granja, pacto frente a Inglaterra y Portugal, acabó con el intento de conquista
de Portugal en 1801 (Guerra de las Naranjas) y la derrota de la flota española en Trafalgar en
1805, fracasos que afectaron a la popularidad de Godoy y provocaron la desconfianza de
Napoleon que forzó a España a firmar el Tratado de Fontainebleau que permitía la entrada de
tropas napoleónicas en España, una ocupación encubierta. Hubo una crisis en 1808. Godoy
comprendió las intenciones de Napoleon y trasladó la familia real al palacio de Aranjuez,
donde se produjo un complot organizado por los partidarios de Fernando VII, que
desencadenaron el Motín de Aranjuez, el 17 de marzo de 1808. La consecuencia fue el cese
de Godoy y la abdicación del rey en su hijo Fernando VII. Los sucesos de Bayona, por
problemas entre Fernando VII y Carlos IV, que fueron aprovechados por Napoleon. Se
reunieron con él en Bayona donde fueron confinados. Fernando devolvió el trono a su padre,
quien se lo cede a Napoleon. Y la presencia de tropas francesas provocaba malestar y
altercados por lo que el 2 de mayo de 1808, cuando los últimos miembros de la familia real
iban a ser conducidos a Bayona, estalló un levantamiento popular en Madrid, reacción de las
tropas dirigidas por el mariscal Murat. Los sucesos provocaron que la hostilidad hacia las
tropas francesas se propagara a otras ciudades. Todo esto acabó en la ocupación francesa,
la declaración de hostilidades y el comienzo de la Guerra de la Independencia. Esta guerra
fue una guerra patriótica de liberación, de resistencia popular ante una invasión extranjera.
Fue la sublevación de toda una nación contra las fuerzas que pretendían subyugarla.
Enfrentó a los absolutistas contra los que reclamaban un régimen liberal. Muchos
colaborarían con el nuevo régimen impuesto por Napoleon, conocidos como afrancesados, y
otros considerarían a Napoleon un nuevo tirano, liberales. La guerra fue el germen de una
revolución política. Los contendientes fueron las tropas napoleónicas, numerosas, bien
equipadas y con experiencia bélica, formadas por un conglomerado de nacionalidades. Los
españoles, ejército regular, disperso y mal equipado, convirtieron la guerra en un conflicto
nacional con fuerzas irregulares y partidas de guerrilleros. Y los británicos y portugueses,
dirigidos por el Duque de Wellington, se aliaron con las fuerzas españolas y precipitaron la
derrota de Napoleon en la Península, denominándolo Peninsular War. La guerra tuvo varias
fases. La batalla de Bailén (mayo-noviembre de 1808). Jose I Bonaparte, a quien su hermano
le ha cedido el trono, se instala en Madrid. Los franceses controlan el norte y el centro
peninsular pero cuando se dirigen al sur son derrotados por los españoles dirigidos por el
general Castaños en la en julio de 1808, impidiendo la conquista de Andalucía. Jose I
abandona Madrid. La campaña de Napoleon (noviembre de 1808), donde la Grande Armée
derrota a los españoles en Somosierra y entra en Madrid. La guerra de guerrillas (1809-1812),
por el asedio de las fuerzas napoleónicas a diversas ciudades como Zaragoza, que resisten
heroicamente. Y la intervención inglesa (1812-1814). Las fuerzas anglo-portuguesas
combinadas con las españolas, empujan a los franceses desde la frontera portuguesa.
Derrotas francesas en Arapiles y San Marcial, coinciden con la derrota napoleónica en Rusia.
Y la derrota en la batalla de Vitoria obliga a Napoleon a firmar el Tratado de Valençay y a
devolver el trono a Fernando VII. Convivieron dos estados. Los territorios controlados por los
franceses, con Jose I Bonaparte, reconocido por los afrancesados. El nuevo estado se rige
por el Estatuto de Bayona, una carta otorgada redactada por orden de Napoleon, que ponía
fin al absolutismo y establecía un régimen liberal moderado que no fue aceptado por la
mayoría de españoles. Y los españoles sublevados, que rechazan la ocupación francesa y
reconocen como rey a Fernando VII, pero ideológicamente se dividían en dos grupos. Los
absolutistas querían mantener el Antiguo Régimen y el absolutismo, y los liberales acabar con
el absolutismo y establecer un nuevo régimen representativo y parlamentario. Los sublevados
crearon Juntas Locales que acabaron en una Junta Suprema Central, mando único en las
operaciones contra las fuerzas napoleónicas. Nombró un Consejo de Regencia que asumió el
gobierno en ausencia de Fernando VII.
2. Las Cortes de Cádiz. La Constitución de 1812.
Con la Guerra de la Independencia se inicia la revolución liberal. El vacío de poder por los
sucesos de Bayona dejaron en una situación dubitativa y de indecisión a las altas autoridades
españolas. Se crearon Juntas Locales que asumieron el poder en nombre de Fernando VII y
dirigieron y organizaron la resistencia contra José I. Por primera vez actuó la soberanía
nacional. Las Juntas Locales dieron paso a una Junta Suprema Central que centralizó el
poder y obligó a refugiarse en Cádiz, donde se decidió crear un Consejo de Regencia en
ausencia de Fernando VII, legítimo rey de España. Los liberales pidieron la convocatoria de
Cortes, que tenían un carácter extraordinario. Acabaron imponiendo que los diputados fueran
elegidos por sufragio y en asamblea única y no por estamentos. La apertura de las Cortes fue
el 24 de septiembre de 1810 en la Isla de León. Hubo diputados de distintos puntos de
España y América y el resto se cubrió con diputados gaditanos. Hubo escasa representación
de la nobleza y el campesinado. Había tres grupos ideológicos. Los Realistas, partidarios del
absolutismo; los liberales moderados, que querían reformas moderadas; y los liberales
exaltados, partidarios del modelo revolucionario francés, recortando los poderes del rey y
estableciendo la soberanía nacional. Las primeras medidas imponían un sistema liberal, se
pretendía acabar con el régimen absolutista. Las Cortes establecieron una serie de cosas. Se
reconocía a Fernando VII legítimo rey de España, pero se limitaban sus poderes y la
soberanía residía en la nación, representada por las Cortes. División de poderes, dejando a
las Cortes el poder legislativo. La abolición de las instituciones feudales y del régimen
señorial. La igualdad jurídica. Supresión de los gremios y eliminación de la Mesta. Libertad
económica, que permite a los propietarios vender y arrendar y cercar libremente sus tierras. Y
supresión de la Inquisición. Al final las Cortes deciden elaborar una Constitución. La
Constitución de 1812, aprobada el 12 de marzo de 1812, es conocida como la Pepa y es la
primera Constitución española. Fue obra del compromiso entre absolutistas y liberales. En
ella destacan cinco principios fundamentales. Se establece el principio de soberanía nacional,
es decir, la autoridad reside en la nación. El Estado es una monarquía limitada con división de
poderes; el legislativo recae en el rey y las Cortes, el ejecutivo en el rey, y el judicial en los
jueces y tribunales. Las Cortes eran unicamerales, para elaborar leyes, firmar tratados
internacionales y refrendar la sucesión a la corona. Estaban representadas por diputados de
cada provincia incluidos los territorios americanos. Se les nombraba por un periodo de 2 años
por sufragio universal masculino indirecto. Se debía ser mayor de 25 años y disponer de
rentas. En tercer lugar, la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley, igualdad jurídica, para
lo que se establecía un código de leyes y se abolían los privilegios feudales de la nobleza y el
clero. Además, se reconocían los derechos individuales y se imponía la religión católica como
oficial y única. Estos principios apenas llegaron a aplicarse porque fueron derogados en 1814
por Fernando VII. La Constitución de 1812 fue un referente del liberalismo y de constituciones
posteriores de la historia de España y otros países como Portugal, Piamonte o las repúblicas
iberoamericanas.
3. El reinado de Fernando VII: liberalismo frente a absolutismo. El proceso de
independencia de las colonias americanas.
El reinado de Isabel II supuso el inicio del liberalismo en España. En países como Inglaterra,
vivían la IIª Revolución Industrial, así los españoles liberalizaron la propiedad de la tierra y
fomentaron el desarrollo de la industria y el comercio. La lentitud, la falta de capital y la
escasa iniciativa acentuaron el subdesarrollo económico. España no contaba con un sistema
fiscal eficiente. Con el Régimen Liberal, se quiso acabar con los privilegios y establecer uno
modelo en el que todos tributaran, pero los terratenientes y la alta burguesía por debajo de
su riqueza. En 1845 se intentó crear un sistema de Hacienda con la reforma de Alejandro
Mon, pero no acabó con el déficit. En 1868 se unificó el sistema monetario con la peseta. La
economía era agraria. El sistema de propiedad era desequilibrado, con grandes latifundios de
la nobleza, el clero o los ayuntamientos mientras que abundaban campesinos sin tierra. Las
propiedades eran legalmente inalienables. Lo mismo ocurría con las tierras de la nobleza
sometidas al sistema de mayorazgo, no estaban aprovechadas y se consideraban
amortizadas. Para una reforma agraria había que liberalizar el mercado de la tierra. Las
Cortes de Cádiz ya realizaron decretos aboliendo el régimen señorial feudal y los
mayorazgos. Los gobiernos mantuvieron esa política suprimiendo los mayorazgos en 1836 y
el régimen señorial en 1837. Otro proyecto, las desamortizaciones por parte del Estado de
tierras eclesiásticas y municipales para venderlas en subasta pública. La desamortización de
Mendizábal, sobre bienes eclesiásticos, del clero regular. La de Espartero, que afectó a
bienes del clero secular. Y la de Madoz, sobre bienes eclesiásticos y municipales. Con los
beneficios se pretendía financiar las Guerras Carlistas, reducir la deuda y liberalizar la
propiedad de la tierra. La de Madoz financió la red de ferrocarril. Tuvieron consecuencias. La
mayoría de las propiedades pasaron a la oligarquía, que podían pagarlas. Muchos
campesinos perdieron los usos comunales. Se mantuvo un sistema tradicional de cultivo y
apenas hubo innovaciones técnicas por lo que siguieron las crisis de subsistencia de
productos básicos. El régimen liberal supuso el paso de la sociedad estamental a la de
clases. Se clasificaba la población por su nivel de renta o por su papel en el sistema
productivo. Nace la sociedad de clases con grandes desigualdades, en la que el ascenso o
descenso social está determinado por los cambios económicos. Los nuevos grupos sociales.
La clase alta: la Oligarquía. La nobleza, clase dominante terrateniente y financiera. Sus títulos
serán honoríficos y sin privilegios . Seguirá conservando su influencia política. El clero perdió
bienes y poder económico con las desamortizaciones y la desaparición del diezmo pero siguió
siendo influyente. La alta burguesía será la nueva clase emergente y capitalista; dirigirá
industrias y ferrocarriles y se beneficiará de las desamortizaciones. Nobleza y burguesía
establecerán una alianza, una pone linaje y otra capital. La clase media, escasa, la formaban
la pequeña burguesía comerciante y liberal. Y la clase baja. El campesinado fue el grupo
mayoritario puesto que la agricultura siguió siendo la base económica. Sus condiciones de
vida eran extremadamente duras. La falta de tierra propia convirtió a muchos en obreros. Sus
condiciones laborales les animaron a buscar mejores condiciones de vida en las ciudades o
zonas fabriles, formando corrientes anarquistas violentas. El proletariado urbano fue
creciendo. Sus condiciones de vida eran muy duras, lo que les llevó a asociarse con fines
reivindicativos dando lugar al movimiento obrero.
6.3 El Sexenio Democratico (1868-1874): la Constitución de 1869. Evolución política:
gobierno provisional, reinado de Amadeo I y Primera República.