Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
fenicia.(cuestión Ebau)
Desde el final del segundo milenio (en torno al año 1000 a.C) hasta el
siglo VI a.C. Época de grandes cambios en la Península Ibérica. Pueblos
indoeuropeos se expandieron hacia el norte y el oeste peninsular. El área
mediterránea de la Península, rica en cobre, plata, oro, y estratégicamente
situada en la ruta del estaño, fue el lugar escogido por pueblos avanzados
provenientes del este del Mediterráneo. (fenicios, griegos y cartagineses) para
fundar establecimientos de carácter comercial. Son las llamadas colonizaciones.
Desde el S. X a.C los fenicios van ir fundando sus colonias en el sur
peninsular: Malaga, Almuñecar, Abdera y Cádiz.
Los griegos, cuya presencia está documentada hacia el siglo VI a.C.
Fundaros enclaves como Emporion y Rhode.
Algo posterior es fue la llegada de los cartagineses (s. VI y V a.C) que
continuaron la tarea colonizadora iniciada por los fenicios.
Los contactos comerciales entre los colonizadores del Mediterráneo
oriental y los pueblos autóctonos peninsulares, con escaso desarrollo hasta
entonces, ejercieron una gran influencia sobre estos y favorecieron la difusión
en la Península de importantes avances técnicos, económicos y culturales: el uso
del arado y de nuevos cultivos como la vid y el olivo, permitió un significativo
progreso agrícola. La difusión del torno alfarero, la metalurgia del hierro y de
otras innovaciones favoreció el progreso de las actividades artesanales, otros
avances fueron las técnicas de salazón y conservación de pescado, el uso de la
moneda, de la escritura y el desarrollo del urbanismo (poblados más complejos).
Historiadores como Herodoto y Avieno, junto con textos bíblicos, como el
Primer Libro de los Reyes y el Segundo de las Crónicas, dejaron constancia de
la existencia entre el siglo IX y VI a.C. de un pueblo situado en una zona
imprecisa del suroeste peninsular que se conoce con el nombre de Tartessos. En
Tartessos surgió una monarquía que unió bajo su autoridad, a los pobladores de
una extensa área de influencia, desde Huelva a Extremadura y por el este
hasta Murcia. De esta manera se constituyó lo que podríamos calificar como el
primer estado de la historia peninsular.
Su riqueza se basaba en la agricultura, ganadería y sobre todo la
explotación de las minas de oro, plata y cobre, cuya producción ofrece a los
fenicios a cambio de tejidos,joyas y otras manufacturas. No se han hallado
ciudades, pero sí de importantes edificaciones aisladas, y magníficos tesoros de
oro y plata, con objetos de orfebrería que incorporan elementos estilísticos de
procedencia oriental, El influjo de las civilizaciones orientales también pone de
manifiesto en una sociedad compleja y fuertemente jerarquizada. Su
decadencia se relaciona con el nuevo dominio cartaginés o los pueblos
provenientes del norte y centro peninsular, además de la división interna y la
crisis del comercio fenicio.
La romanización de Hispania (cuestión Ebau)
La presencia de Roma en la Península Ibérica se prolongó desde finales
del siglo III a.C., momento en el que se inició la conquista, hasta principios del
siglo V d.C., el desmembramiento del Imperio romano favoreció el asentamiento
en Hispania de algunos pueblos germánicos. Durante este tiempo, la Península
fue un territorio más de un imperio que abarcaba las tierras que bordean el
Mediterráneo.
La conquista y pacificación del territorio supuso la explotación de los
recursos hispanos, la implantación entre los habitantes de Hispania del
Derecho, de las formas de organización política y social romanas y la difusión
de su religión, lengua, cultura y costumbres, que terminaron por imponerse.
A todo este proceso se le conoce como romanización, que supone la integración
plena de la sociedad hispana en el mundo romano. No se llevó a cabo de un
modo homogéneo; fue más pacífica en el sur y el levante por su mayor
desarrollo cultural y grado de urbanización, mientras que en las regiones
montañosas del norte fue más débil.
Roma, desarrolló una compleja administración territorial. En los inicios
del siglo II a.C. Los romanos organizaron sus dominios en dos provincias:
Hispania Citerior e Hispania Ulterior. En tiempos de Augusto, establecieron
tres provincias: la lusitania (capital Emerita Augusta), la tarraconense (capital
Tarraco) y la Baetica (capital Córduba). Al frente de estos se encontraba un
gobernador, las provincias se subdividen en conventos.
Una civilización urbana y comercial como las romanas convirtió a las
ciudades en el eje de la administración, enclaves ya existentes Tarraco o Cádiz
o nuevas como Mérida, León, Zaragoza,... Las ciudades estaban unidas por una
excelente red de calzadas.
Roma impuso igualmente las estructuras económicas de su sistema: la
formación de latifundios, o grandes explotaciones propiedad de un dueños
(dominus), la utilización de mano de obra esclava, la ciudad como centro de
producción y de intercambio de mercancías y el uso de la moneda. La actividad
agrícola y ganadera, se introdujeron nuevas técnicas, como el barbecho y el
regadío, que aumentaron considerablemente la productividad. Los productos
esenciales fueron los cereales, la vid y el olivo. La ganadería, los rebaños
comenzarona dominar las tierras de la Meseta. Las actividades pesqueras,
frecuentes en todo el litoral. La minería era una actividad importante en la
Península desde hacía milenios. Los romanos explotaron estas minas, mejoraron
los sistemas de extracción y aumentaron la producción. Obtenían plata, cobre,
mercurio y oro. Las actividades comerciales y artesanales conocieron un gran
desarrollo y parte de sus producciones se exportaban a Roma.
El latín fue la lengua que se impuso, fue la que usaron importantes
autores hispanorromanos como Marcial, Séneca o Columela. Los más de siete
siglos dejaron un importante legado patrimonial y artístico.
La monarquía visigoda; Leovigildo y Recaredo. (cuestión
Ebau)
En el año 409, diversos pueblos germánicos (bárbaros) atravesaron las
fronteras del Imperio y acabaron penetrando en Hispania sin encontrar apenas
resistencia, el debilitado Imperio romano pactó con otro pueblo bárbaro, los
visigodos, un acuerdo para asentarse en el sur de Galicia para proteger y
controlar los territorios de Hispania. Entre el 416 y 476, los visigodos
acabaron con la presencia de alanos y vándalos, confinaron a los suevos en
Galicia. Al desaparecer el Imperio en el 476, los visigodos continuaron
consolidando su poder en Hispania. En el año 507, los visigodos desplazaron su
reino a Hispania, organizaron una monarquía y establecieron Toledo como
capital.
La monarquía visigoda afianzó con el tiempo su dominio sobre las tierras
peninsulares, un proceso de unificación territorial, política, religiosa y jurídica.
Los reyes Leovigildo y su hijo Recaredo consiguieron dominar a los vascones,
cántabros y astures, contener por el norte a los francos y expulsar a los
suevos y a los bizantinos, que habían conquistado áreas del sur peninsular.
En el reino visigodo conviven dos comunidades: la originaria
hispanorromana y la visigoda de origen foráneo. El rey Leovigildo derogó la ley
que prohibía la los matrimonios mixtos y promueve la igualdad de población
hispanorromana y la visigoda dentro de6l reino y Recaredo abandonó el
arrianismo y se convirtió, junto con él un amplio sector de la población de
origen visigodo al catolicismo, religión mayoritaria entre los hispanorromanos.
Recesvinto promovió una legislación unificada, el Fuero juzgo, que ponía fin a la
existencia de leyes diferentes para cada pueblo.
La monarquía visigoda asumió las bases económicas, sociales y políticas
que caracterizaron al Bajo Imperio romano, decadencia de la urbe y predominio
de la vida rural, aumento del número de campesinos dependientes de señores
territoriales, adopción del Derecho romano, mezclando elementos de la
tradición visigoda, como el carácter electivo de la monarquía o la implantación
de nuevas instituciones:
Aula Regia. Consejo de nobles y altos cargos eclesiásticos que
colaboraban con el rey en el gobierno, la promulgación de leyes y la
administración de justicia.
Concilios de Toledo. Asambleas convocadas por el Rey y presididas por el
obispo de Toledo, acudían miembros de la nobleza y de la Iglesia, se trataban
asuntos políticos y religiosos.
Las disputas entre los nobles visigodos por el control del reino fueron
frecuentes. Los partidarios del rey Witiza y el último monarca visigodo,
Rodrigo, facilitaron la invasión Peninsular por un ejército musulmán en el 711.
El califato de Córdoba: Abderramán III y Almanzor. (cuestión
Ebau)
Siglo X, el emir Abd al-Rahman III, tras vencer a sus enemigos
internos, sintió suficiente fuerte para declarar su independencia religiosa del
califato de Bagdad y proclamó el Califato de Córdoba (929-1031), qué
constituye el período de máximo esplendor andalusí.
El Estado de Al-Andalus se basó en la centralización del poder en manos
de los califas, que unieron poder espiritual y temporal, el califa era la máxima
autoridad de los creyentes y su poder se extendía a los ámbitos judicial,
económico, militar y de política exterior, con la ayuda de un hachib (primer
ministro) y nombraba a los gobernadores de las provincias (valíes) y los jueces
(cadíes). La expansiçon militar y el control de las fronteras exigieron la
organización de un potente ejército, unos 90.000 miembros, mandos árabes.
Reorganización de la recaudación fiscal y la centralización de su gestión le
permitió a Abd-al-Rahman III obtener los grandes recursos económicos para el
mantenimiento de la administración y del ejército.
Este poder consiguió detener el avance de los reinos cristianos del norte,
algunos casos los convirtió en vasallos qué debían pagar tributos a Córdoba.
Aumentó igualmente su influencia en el norte de África (Magreb). El conjunto
de setas acciones convirtió a Al-Andalus en la potencia hegemónica de la
región.
Al-Hakam II, hijo de Abd al-Rahman III, le sucede en la cabeza del
califato de Córdoba. Se dio un fuerte impulso intelectual y artístico. Siglo X
quien ejerce el poder efectivo en Al-Andalus es el hachib Al-Mansur, Almanzor
para los cristianos. Con su potente ejército, conformado por soldados
bereberes y mercenarios cristianos, realizó razias o ataques de saqueo contra
los reinos cristianos del norte, como el de Santiago de Compostela en el año
997.
Pero en los inicios del siglo XI, la aristocracia (altos funcionarios y
propietarios de tierra), el ejército y la s ciudades enriquecidas con el comercio
empezaron a minar el poder del Estado califal. El Califato fue
descomponiéndose y desapareció en el año 1031, dividido en más de 25 reinos
de taifas.
Almorávides y Almohades en la península Ibérica. (cuestión
Ebau)
Los reinos taifas musulmanes. En ocasiones impusieron tributos a cambio
de respetar la integridad territorial de los mismos, lo que se conoce como
parias. Pese al esplendor comercial y cultura de muchos de estos reinos, fueron
debilitándose.
A finales del siglo XI y durante el siglo XII, frenar el avance cristiano,
invasores islámicos procedentes del norte de África se hicieron con el dominio
de Al-Andalus. Primero los almorávides, pueblo bereber norteafricano que
practicaba un Islam rigorista y qué había constituido un verdadero imperio en el
Magreb. Son llamados por las principales taifas, tras la conquista de Toledo
por el rey castellano Alfonso VI. En 1086 los almorávides derrotaron en la
batalla de Sagrajas, en las proximidades de Badajoz, se apoderaron de
Al-Andalus y la convirtieron en una provincia de su imperio, con capital en
Marraquech. En 1089 ocuparon las taifas de Granada y Málaga y en 1110
conquistaron el de Zaragoza. El rey de Aragón Alfonso I el Batallador, que
ocupó Zaragoza en 1118 y en el interior de Al-Andalus desaparece la favorable
acogida de los primeros momentos a los almorávides; obliga a huir a cristianos y
judíos, los propios musulmanes se sienten amenazados por una religión llevada a
los últimos extremos. Aparecen revueltas que llevaron a la caída almorávide en
1144.
Aparecen entonces por segunda vez los reinos taifas, que, de nuevo para
frenar el avance de los cristianos del norte, pidieron ayuda a otro movimiento
de carácter religioso con aspiraciones de dominio político, que dominaba en este
momento el Magreb: los almohades. En 1172 consigue unir bajo su dominio todo
Al-Andalus, que ahora es solo el sur de la Península, desde su capital,
establecida en Sevilla. El sultán Yusuf combate a los cristianos.
Ante el avance cristiano se impulsa de nuevo a partir de 1212, cuando
una coalición de reinos cristianos peninsulares derrota a los almohades en la
batalla de Las Navas de Tolosa. El territorio andalusí quedó reducido al reino
de Granada.
A partir de 1212, la coalición de reinos cristianos derrota a los
almohades en la batalla de Las Navas de Tolosa. A finales del siglo XIII, sólo
sobrevivía el Reino nazarí de Granada, que abarcaba los territorios de Granada,
Almería y Málaga, se convirtió en reino vasallo de Castilla, la conquista de
Granada por parte de los Reyes Católicos en 1492.
La Corona de Castilla en el siglo XIII, organización política y
expansión territorial. (cuestión Ebau)
La primera mitad del s. XIII, disgregación del poder almohade tras la
derrota en la batalla de las Navas de Tolosa (1212).
La unidad lograda por castellanos y leoneses en el año 1230, durante el
reinado de Fernando III, permitió la extensión del reino castellano-leonés por
Extremadura y el valle del Guadalquivir: Córdoba, Sevilla y el reino musulmán
de Murcia. Alfonso X culminó el dominio del valle del Guadalquivir con la
conquista de Cadiz. Durante su reinado hubo invasiones de los benimerines,
nueva dinastía bereber que se apoderó del norte de Marruecos y algunas partes
del sur de la península Ibérica, hasta que en 1344 el reino castellano conquista
Algeciras, lo que facilitó el dominio definitivo del Estrecho de Gibraltar. La
presencia musulmana se limitó al reino nazarí de Granada.
Las tres instituciones básicas del gobierno eran la monarquía, las Cortes
y los municipios.
En Castilla la monarquía tuvo un carácter menos feudal. El rey gozaba de
poderes más extensos, como dictar leyes e impartir justicia. El proceso de
centralización administrativa y uniformidad jurídica (mismas leyes para todos
los reinos), que se realiza con el Código de las Siete Partidas de Alfonso X y
con el Ordenamiento de Alcalá promulgado por Alfonso XI.
Solo las tierras vascas incorporadas a Castilla siguieron rigiéndose por
sus normas habituales y sus fueros particulares.
Las Cortes Medievales era la reunión de los representantes de los tres
brazos o estamentos (nobleza, clero y la burguesía de las ciudades y villas,
único grupo que representa al tercer estamento o pueblo llano). En Castilla
tuvieron un carácter consultivo y en ellas se aprobaban los subsidios o
impuestos extraordinarios que debían aportar.
Los municipios o concejos disfrutaban de una cierta autonomía y
jurisdicción propia, tenían reservadas ciertas funciones y decisiones en el
ámbito de su término municipal. Aunque los deseos centralizadores de los
monarcas llegaron también a las ciudades. En Castilla, apareció el corregidor,
cuya función es representar al rey, con funciones militares y jurídicas.
Modelo de repoblación y su influencia en la estructura de la
propiedad. (cuestión Ebau)
La Repoblación, es decir, ocupar los territorios abandonados por los
musulmanes y establecer población en ellos para garantizar su dominio y la
explotación de sus recursos. En este proceso se instalan pobladores
procedentes del norte peninsular y mozárabes. La repoblación se efectuó con
distintas modalidades según el momento.
- Presura (Aprisio en Aragón y Navarra) durante los siglos IX-XI, el área
repoblada es el Sur de la Cordillera Cantábrica hasta el Duero y Valles
del Ter y LLobregat en Cataluña. Las Características son de manera
particular muchos campesinos acudieron a ocupar y repoblar tierras
conquistadas y el rey les concede el título de propiedad, ya que los
poderosos señores nobles y eclesiásticos van haciéndose con el dominio de
las mismas.
- La repoblación concejil se practica durante los siglo XI-XII en la zona
ubicada desde el Duero al Sistema Central y el Valle del Ebro en Aragón.
Se caracterizó porque Los reyes crean los concejos que son comunidades
de repobladores a las que les conceden el dominio de un amplio territorio,
lo controlan y explotan de manera comunal sus recursos agrícolas y
ganaderos, libertades y exenciones de impuestos a los pobladores,
recogidos en los fueros o cartas-pueblas.
- La repoblación de las órdenes militares qué es durante los siglos
XII-XIII, ocupa los territorios de las Cuencas del Tajo, Guadiana. El
sur de Aragón y bajo Ebro. Donde los reyes a cambio de su colaboración
en la Reconquista les conceden grandes latifundios para qué les exploten
y gobiernen. Las primeras son Santiago, Alcántara y Calatrava.
- El repartimiento, durante los siglos XIV-XV, la zona ocupada fue el Valle
del Guadalquivir, Valencia y Murcia. Los reyes reparten a los nobles
participantes en la conquista las casas y los latifundios de los antiguos
propietarios musulmanes, junto a los campesinos allí existentes.
La mayor parte de las tierras fueron monopolizadas por los más
poderosos, las instituciones eclesiásticas que se convierten en grandes
terratenientes.
Con la repoblación aparecieron numerosos nuevas poblaciones. La
toponimia, es decir, el nombre propio que designa a un lugar.
.Los reyes Católicos. Unión dinástica e integración de los reinos
peninsulares. (cuestión Ebau)
El matrimonio de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, dio origen, a
una nueva entidad política: la monarquía hispánica. Esta debe entenderse como
una unión dinástica, de dos coronas, cada reino rigiéndose por sus leyes e
instituciones, por lo que se conformó un Estado plural y no unitario, sólo tenían
en común una misma monarquía.
Las leyes, la moneda, las instituciones, así como las Cortes de cada reino
permanecieron diferenciadas. A pesar del aparente equilibrio, originó una
creciente castellanización de la propia monarquía y un descenso del peso político
de la Corona de Aragón. El conflicto de la sucesión a la Corona de Castilla. En
1479, la victoria de Isabel sobre Portugal y los partidarios de Juana la
Beltraneja propició la firma del Tratado de Alcaçovas, por lo que se reconoció
a Isabel como reina.
Los Reyes Católicos construyeron sí una monarquía plural, pero uniendo
sus fuerzas para conseguir los mismos objetivos y concertar una gran autoridad
política y social.
La posesión de una fuerza militar eficaz le permitió completar la
unificación territorial de los reinos hispánicos para consolidar un Estado Fuerte:
Anexión del Reino de Granada en 1492 e incorporación de Navarra en 1515.
Mediante alianzas matrimoniales y conquistas (ocupación definitiva de Canarias,
enclaves en el Norte de África, anexión de Portugal mediante matrimonio de
sus hijas, consolidación del dominio sobre Nápoles e impuso inicial del dominio
en América) afianzaron la posición internacional de la monarquía hispánica.
Sometió bajo su autoridad a la nobleza y parte del clero. Los Reyes
Católicos se impusieron por las armas sobre los grandes señores rebeldes, se
ganaron a la alta nobleza y al alto clero protegiendo sus privilegios sociales y
económicos. Así regularon legalmente la institución del mayorazgo.
Los monarcas católicos crearon un conjunto de instituciones eficaces (los
Consejos).
La imposición de la fe católica como mecanismo para integrar y unificar a
la totalidad de los habitantes de sus reinos (denominación de Reyes Católicos).
La expulsión de los judíos y la expulsión de los moriscos.
(cuestión Ebau).
La población presentaba un gran pluralismo religioso. El instrumento
central para imponer la fe católica e integrar y unificar a la totalidad de los
habitantes de la monarquía fue el Tribunal de la Santa Inquisición, instrumento
de control ideológico al encargarle la persecución de los sospechosos de herejía
y muy especialmente de los judíos (conversos), la expulsión decretada en 1492.
Esta afectó en los reinos de Castilla y Aragón a unas 150.000 personas,
propiedades fueron cosificadas. Unas 50.000 aceptaron ser bautizados. Los
judíos expulsados serán llamados sefardíes, los moriscos, se les llamó una vez
obligados a convertirse al cristianismo, eran unos 320.000. Se encontraban en
los reinos de Valencia, Murcia y Granada. A lo largo del siglo XVI su situación
empeoró. En época de Felipe II, se les prohibió el uso de su lengua y
costumbres. Los moriscos andaluces protagonizaron una rebelión en las
Alpujarras granadinas qué fue sofocada por la monarquía en 1570. En 1609 el
rey Felipe III promulgó un decreto de expulsión. Habilitando naves que le
condujeron a distintos puntos del norte de África. Las consecuencias de la
expulsión de los moriscos fueron graves, merma importante de una población
dedicada a oficios tan necesarios como la agricultura, el artesanado y el
comercio.
La conquista y colonización de América, las leyes de indias.
(cuestión Ebau).