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INTRODUCCIÓN
Los adenomas de la hipófisis constituyen alrededor del 10-15 % de los tumores intracraneales. Se
presentan a cualquier edad, pero el mayor pico de incidencia se sitúa entre los 30-50 años, con un
predominio en mujeres. Aunque son neoplasias benignas conllevan, por su localización, un riesgo
de alteraciones clínicas visuales y neurológicas. La incidencia de carcinomas es inferior al 0,5 % y se
definen por la presencia de metástasis a distancia (1).
CLASIFICACIÓN
Por su tamaño, se distingue entre microadenomas (< 1 cm) o macroadenomas (> 1 cm). Otros
términos menos utilizados son: picoadenoma, para lesiones menores de 3 mm, y adenoma
gigante, para referirse a los que miden más de 4 cm. En función de su actividad secretora, pueden
ser: funcionantes, que son el 70 % (prolactinomas, de hormona del crecimiento-acromegalia,
corticotropina-Cushing son los más frecuentes), y no funcionantes, si no se identifica una
hipersecreción hormonal (1).
DIAGNÓSTICO
Clínico
• Acromegalia: fenotipo característico con cambios faciales, en las manos y los pies, hiperhidrosis,
parestesias y artralgias, pudiendo verse afectados múltiples órganos.
– No funcionantes: el efecto de masa sobre las estructuras adyacentes (sobre todo el quiasma)
condiciona los síntomas locales. Las pruebas de laboratorio incluyen medidas basales de
corticotropina, hormona del crecimiento, hormona foliculoestimulante, hormona luteinizante,
prolactina, tirotropina, tiroxina, cortisol, IGF-1 (insulin like-growth factor o somatomedina C),
testosterona y estradiol. Otras más específicas son el test de tolerancia a la administración oral de
glucosa para la acromegalia, cortisol libre urinario y test de supresión con dexametasona para el
síndrome de Cushing.
Radiológico
La prueba para el diagnóstico es la resonancia magnética (RM) con y sin gadolinio. En los
microadenomas aparece una lesión redondeada, bien delimitada, homogénea y discretamente
hipointensa en T1. Con gadolinio aparecen hipointensos respecto a la glándula normal. Un
aumento de intensidad de señal puede aparecer en caso de hemorragia intratumoral (apoplejía).
Por su parte, los macroadenomas son generalmente isointensos en T1, pero se refuerzan con la
administración de gadolinio. La RM es importante no solo como prueba diagnóstica, sino también
para valorar la relación del tumor con las estructuras adyacentes. Después de la cirugía es
aconsejable realizar una RM tardía a los 4-6 meses (no antes) para valorar adecuadamente el
resultado (1).
TRATAMIENTO
Cirugía
Tratamiento médico
Radioterapia
Está indicada en los casos de resección parcial y/o persistencia de hipersecreción hormonal, no
respuesta y/o intolerancia al tratamiento médico y en recidivas después de la aparente curación
con otros tratamientos. Es también una alternativa en los pacientes con contraindicación
quirúrgica. Dada la localización de los adenomas de la hipófisis y que se trata de pacientes jóvenes
con tumores benignos cuya expectativa de vida es similar a la población normal, reducir las
complicaciones tardías cobra una enorme relevancia.
TÉCNICAS DE IRRADIACIÓN
El ideal es la utilización de técnicas altamente conformadas que eviten el tejido sano, como la
irradiación estereotáxica, en dosis única-radiocirugía (RC) o fraccionada (RTEF). En ambos casos
se pueden realizar planificaciones con radioterapia de intensidad modulada (IMRT) en unidades
con radioterapia guiada por la imagen. Es aconsejable la utilización de un número limitado de
campos para reducir las isodosis bajas y la conformación con micromultiláminas.
– Inmovilización: se utilizan sistemas fijos o recolocables para conseguir una elevada precisión (el
error para RC < 0,3-0,5 mm y para RTEF < 0,5-1 mm).
• Con RC el volumen tumoral macroscópico (GTV) es igual al CTV e igual al volumen blanco de
planificación (PTV).
• RC no funcionantes: 12-14 Gy. Funcionantes: 15-18 Gy? (no está definido). Dosis de tolerancia de
la vía óptica 8 Gy.
• RTEF: independiente del tipo de adenoma, 45-50,4 Gy, con fraccionamiento de 1,8 Gy. El control
tumoral es superior al 90 % a 10-15 años con RC o fraccionada. Sin embargo, el control bioquímico
varía con RTEF o convencional: acromegalia del 60-70 % a 10-15 años, en prolactinomas es similar
y en ambos casos el periodo de latencia hasta la remisión es de 3-4 años, durante el cual se
mantiene el tratamiento médico.
COMPLICACIONES
SEGUIMIENTO
Se debe llevar un control durante toda la vida del paciente. Esto se debe a dos razones: en primer
lugar que las recidivas, si existen, suelen ser tardías, y en segundo lugar, que las complicaciones se
incrementan con el tiempo. En cuanto a pruebas de laboratorio, se debe realizar un estudio
hormonal completo semestralmente. Asimismo, se realizará una RM cada 6 meses durante los 2
primeros años, y después anual. Si no se evidencian cambios, pueden ir distanciándose después de
5 o 10 años, dependiendo de cada caso.
RESUMEN