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“AÑO DEL BICENTENARIO DEL PERU: 200 AÑOS DE

INDEPENDENCIA”

UNIVERSIDAD NACIONAL DE UCAYALI


FACULTAD DE MEDICINA HUMANA

MEDICINA II
SEMINARIO N° 3: NEOPLASIAS ENDOCRINAS MÚLTIPLES

DOCENTE : MC. Mg. Luis Vicente Yaya

CICLO : VIII

INTEGRANTES

 Eulogio Mozombite, Jirio Ricky


 Figueredo Sangama, Liz Katty
 Figueroa Otaiza, Jesús Ramiro
 Flores Zevallos, Katherin Lizbeth
 Galarza Aguilar, Lenin Paul
 Galarza Aguilar, Richard clear
 Gamonal Gonzales, Lira Mercedez

PUCALLPA - PERÚ
2021

INTRODUCCIÓN
Los síndromes de MEN brindan una oportunidad especial para descubrir genes y arrojan luz
sobre la patogenia de todos los tumores endocrinos. Debido a ello, desde la primera vez que se
reconocieron, se ha prestado una atención desproporcionada a estos síndromes.

Se describieron a comienzos del siglo XX y luego se clasificaron en dos categorías principales,


MEN1 y MEN2. Se bautizaron como síndromes de neoplasia endocrina múltiple o de
adenomatosis endocrina múltiple, porque ocasionan tumores de dos o más tipos de órganos
hormonosecretores y, en consecuencia, producen síndromes con un exceso hormonal múltiple.

Entre 1950 y 1980, los avances en los campos del análisis de los esteroides y de las hormonas
peptídicas, las técnicas de imagen y los métodos histopatológicos, y las conexiones entre genes y
cáncer permitieron delimitar mejor estos síndromes. Estas técnicas ayudaron al reconocimiento
de un espectro recurrente de tumores endocrinos que suceden en determinados casos
esporádicos y en determinadas familias. Más aún, estos conjuntos singulares de hormonas se
asociaron a tumores, tipos celulares y síndromes clínicos concretos. Las determinaciones
hormonales sirvieron para reconocer neoplasias específicas, con la esperanza de que su
diagnóstico y tratamiento más precoces mejorarían la evolución.

En este mismo período se describieron al menos seis síndromes de MEN y algunas subvariantes:
MEN1, MEN2, enfermedad de von Hippel-Lindau (VHL), neurofibromatosis de tipo 1 (NF1),
complejo de Carney (CC) y síndrome de McCune-Albright (SMA). Los cinco primeros se
transmiten por la línea germinal de manera autosómica dominante; el sexto (SMA) es el
resultado de mutaciones somáticas embrionarias muy tempranas que originan tumores de
diversos tipos celulares, pero sin transmisión a la descendencia.

SÍNDROME DE NEOPLASIA ENDOCRINA MÚLTIPLE DE TIPO 1 (MEN 1)


La neoplasia endocrina múltiple de tipo 1 (MEN1) es un síndrome que presenta una herencia
autosómica dominante, con una prevalencia de 1-2/100.000 habitantes. El gen responsable del
síndrome es el MEN1. Este gen se encuentra situado en el locus 11q13 y codifica para una
proteína denominada menina. Se trata de un gen supresor de tumor, por lo que, según la teoría
de Knudson, son necesarias dos alteraciones para que se desarrolle la neoplasia: una alteración
germinal (heredada) en el gen MEN1 y una segunda alteración genética (somática) en el otro
alelo del mismo gen MEN1. Al producirse esta segunda alteración en una célula (p. ej., célula β),
los dos alelos del gen MEN1 quedan anulados y, como consecuencia, la célula se transforma en
neoplásica.

El hiperparatiroidismo primario es la manifestación más frecuente en la MEN1, y su penetrancia


es prácticamente del 100% a los 40-50 años. Los tumores enteropancreáticos que se pueden
observar en la MEN1 son los PP-omas, gastrinomas, insulinomas y somatostatinomas, así como
los tumores neuroendocrinos no funcionantes. La penetrancia de estos tumores va del 40 al
80%. Los tumores hipofisarios más frecuentes en la MEN1 son los prolactinomas (70%) y los
somatotropinomas (20%). Más raramente pueden presentarse tumores productores de ACTH,
FSH o LH. La penetrancia de los tumores hipofisarios en la MEN1 es de alrededor del 15%-25%.
Menos frecuentemente pueden presentar otros tipos de tumores, como los carcinoides o los
suprarrenales (corteza y médula).

Aparte de los tumores endocrinos citados, las personas afectadas de MEN1 a menudo también
presentan alteraciones no endocrinas, como lipomas, angiofibromas o colagenomas. Según las
guías de MEN1, los pacientes que deben realizarse un estudio genético del gen MEN1 son los
que presentan dos o más características típicas de MEN1 o si presentan historia familiar de
MEN1. También es aconsejable el estudio genético en caso de la sola presencia de un
gastrinoma, la presencia de múltiples tumores neuroendocrinos, la presencia de adenomas
paratiroideos diagnosticados antes de los 40 años, o pacientes que presentan un tumor típico de
MEN1 y otro tumor no asociado (p.ej., tumor adrenal). Debe tenerse en cuenta también que
alrededor del 10% son casos de novo, en los que no encontraremos antecedentes familiares de
la enfermedad.

La sintomatología clínica aparece entre la tercera y la quinta décadas de la vida, aunque desde
que existe la posibilidad de realizar el diagnóstico genético se identifican portadores
asintomáticos con edades inferiores. La esperanza de vida en pacientes no tratados está
reducida, con una probabilidad de muerte del 50% a los 50 años de edad. Hasta el 70% de la
mortalidad se debe a la propia enfermedad o derivada de su tratamiento y en relación con los
tumores endocrinos pancreáticos no funcionantes y con los carcinoides tímicos.

HPERPARATIROIDISMO

Alrededor del 10%-15% de los casos de hiperparatiroidismo primario son familiares y se deben
mayoritariamente a una MEN1 o una MEN2A, y en menor grado a otras enfermedades
hereditarias mucho menos frecuentes. Es la entidad más común del síndrome y alcanza
prácticamente el 100% de penetrancia hacia los 50 años. La hipercalcemia es la primera
alteración observada en el 90% de los casos. El sustrato morfológico más frecuente es la
hiperplasia de las paratiroides, aunque también es posible hallar múltiples adenomas y
carcinoma de paratiroides (17 casos; el 59%, hombres y de mayor edad).
 SÍNTOMAS Y SIGNOS: son similares a los del hiperparatiroidismo primario aislado
esporádico, aunque la edad de aparición es inferior (20-25 frente a 55 años).

 DIAGNÓSTICO: se efectúa al detectar hipercalcemia e hipofosforemia con


concentraciones de PTH inapropiadamente elevadas. A pesar de tener una
hipercalcemia más leve y niveles de PTH más bajos, la afectación ósea es más acusada.
 TRATAMIENTO: consiste en la extirpación quirúrgica del tejido responsable de la
hipersecreción de PTH para evitar la sintomatología derivada de la hipercalcemia y el
riesgo que esta representa para el desarrollo de otros tumores. La técnica quirúrgica
recomendada es la paratiroidectomía subtotal (3,5 glándulas) o total con
autotrasplante, con menor riesgo de persistencia del hiperparatiroidismo, pero también
mayor riesgo de hipoparatiroidismo. La cirugía debe realizarse por un cirujano experto, y
no se recomienda una técnica mínimamente invasiva por la afectación multiglandular.
La experiencia con el cinacalcet, que actúa sobre el receptor del sensor del calcio
reduciendo sus niveles, es escasa, y su indicación quedaría limitada a la contraindicación
de la cirugía o el fallo de la misma.

TUMORES PANCREÁTICOS

Los tumores neuroendocrinos gastroenteropancreáticos están presentes en un 30%-75% de los


casos, pero en estudios post mortem su prevalencia puede alcanzar el 80%-100%, y son más
frecuentes los tumores no funcionantes, aunque pueden secretar polipéptido pancreático (PP) u
otras hormonas sin traducción clínica. Los tumores más frecuentes con clínica por
hiperproducción hormonal son el gastrinoma y el insulinoma. Las lesiones son generalmente
multicéntricas, de tamaño variable, con capacidad de invadir estructuras próximas y de
ocasionar metástasis a distancia. Son excepcionales en menores de 20 años y más frecuentes de
los 40 a los 60 años

 GASTRINOMA: Es el tumor más frecuente de los funcionantes, supone el 50% de los


tumores neuroendocrinos duodenopancreáticos en pacientes con MEN1, y
aproximadamente un tercio de los pacientes con gastrinoma pueden tener una MEN1.

- DIAGNÓSTICO: se realiza en la tercera o cuarta décadas de la vida. Son


principalmente de localización duodenal, generalmente de menos de 1 cm y
multifocales.
Las metástasis ganglionares son muy frecuentes, pero las metástasis hepáticas son
más frecuentes en los de origen pancreático. La hipergastrinemia determina
hipersecreción de ácido clorhídrico y aparición de úlceras pépticas en el esófago, el
duodeno distal o el yeyuno. También se pueden presentar diarrea y malabsorción. El
diagnóstico de gastrinoma se establece por la demostración de hipergastrinemia y
de un aumento de la acidez gástrica (pH < 2). Concentraciones de gastrinemia basal
superiores a 300 pg/mL son muy sugestivas de gastrinoma. Valores inferiores, aun
por encima de la normalidad, obligan a practicar estímulos con secretina o calcio i.v.
con el fin de efectuar el diagnóstico diferencial con otras entidades que cursan con
hipergastrinemia. Tras la comprobación radiológica y endoscópica de la presencia de
úlceras aisladas o múltiples, de localización atípica, junto con un aumento del grosor
de los pliegues gástricos, es necesaria la localización del tumor. Las técnicas de
imagen utilizadas son TC y RM, si bien la ecografía endoscópica es la mejor opción
por poder visualizar tumores mayores de 1 cm. La combinación de toma de
muestras de gastrina con estimulación intraarterial de calcio también es útil. La
sensibilidad de la gammagrafía con octreótido marcado con 123I o 111In depende
del tamaño del tumor y del número y tipo de receptores de la somatostatina
presentes en el mismo.

- TRATAMIENTO: El tratamiento médico sintomático se fundamenta en la inhibición


de la secreción ácida gástrica. Los fármacos recomendados son los inhibidores de la
bomba de protones y, en algunos casos, análogos de la somatostatina. Para curar la
enfermedad debe realizarse la exéresis quirúrgica del tumor en un centro con
experiencia.

 INSULINOMA: Es un tumor originado en las células β de los islotes de Langerhans


caracterizado por la secreción incontrolada y excesiva de insulina. Es el segundo tipo de
tumor neuroendocrino pancreático más frecuente, supone el 10%-30% de todos los
tumores pancreáticos en pacientes con MEN1, y en el 10% de estos puede ser la primera
manifestación del síndrome.

- CUADRO CLÍNICO: La presentación clínica de este tumor consiste en la


sintomatología propia de la hipoglucemia que ocasiona.
- DIAGNÓSTICO: El diagnóstico se efectúa al demostrar una glucemia baja en
presencia de una insulinemia inapropiadamente elevada de forma casual o durante
la realización de un test de ayuno; de igual manera, las concentraciones de péptido
C medidas de forma simultánea estarán inapropiadamente elevadas, y debe
excluirse la toma de fármacos secretagogos. Una proinsulina elevada apoya
igualmente el diagnóstico. Para la localización preoperatoria del tumor son útiles la
TC helicoidal con contraste y la ecografía endoscópica. En ocasiones puede ser
necesario practicar una arteriografía selectiva, ya que el 50% pueden presentar
vascularización alterada en el área tumoral. La arteriografía selectiva con infusión de
calcio y toma de muestras de insulina en las diferentes áreas vasculares puede
igualmente ayudar en su localización.
- TRATAMIENTO: El tratamiento recomendado, con el objetivo de curación, es el
quirúrgico, que abarca desde la extirpación de un tumor único o múltiple hasta una
pancreatectomía subtotal.

TUMORES HIPOFISARIOS

La prevalencia de adenomas hipofisarios en pacientes con MEN1 oscila entre el 20% y el 60%, es
la forma inicial de presentación en el 25% de los casos y se observan más en las mujeres. Con
más frecuencia son macroadenomas, invasivos, de producción hormonal múltiple y peor
respuesta al tratamiento farmacológico. El prolactinoma es el tipo de tumor más frecuente
(60%), menos del 25% secretan GH, el 5% secretan ACTH y el resto son tumores no
funcionantes.

- El cuadro clínico no difiere del de los tumores hipofisarios esporádicos.


- El diagnóstico se realiza valorando el aumento de las concentraciones hormonales
de acuerdo con la forma de presentación clínica, junto con la comprobación del
tumor por técnicas de imagen; la RM es la más adecuada. Si el tumor contacta el
quiasma óptico, puede ser necesaria la realización de una campimetría.
- El abordaje terapéutico de los tumores hipofisarios en pacientes con MEN1 es
similar al de los que presentan tumores hipofisarios fuera del contexto de una MEN

TUMORES ADRENALES

La incidencia de tumores corticosuprarrenales se estima entre el 20% y el 73%, en función del


método radiológico utilizado. La mayoría son no funcionantes e incluyen hiperplasia, adenoma,
carcinoma o quistes. Menos del 10% tienen hipersecreción hormonal, y los cuadros clínicos más
frecuentes son hiperaldosteronismo primario y síndrome de Cushing ACTH-independiente. No
hay un consenso sobre la actitud terapéutica, salvo que se recomienda cirugía cuando mide > 4
cm o ha habido crecimiento reciente.

TUMORES CARCINOIDES

Los tumores carcinoides tímicos, bronquiales o gástricos se observan en un 3%. Los tímicos son
más frecuentes en los hombres y particularmente en los fumadores, de comportamiento más
agresivo y con mayor riesgo de mortalidad. Los carcinoides bronquiales son más frecuentes en
las mujeres, de comportamiento más indolente, aunque pueden dar metástasis y recurrir
después de la extirpación quirúrgica. Los carcinoides gástricos son diagnosticados en su mayoría
de forma incidental al realizar una gastroscopia

CÁNCER DE MAMA

Es más frecuente en las mujeres con MEN1 y aparece a una edad más temprana. Parece
prudente comenzar el cribado a los 40 años en lugar de a los 50 años, que es como está
establecido en la población general.

OTRAS ASOCIACIONES

Otros tumores no endocrinos, como pólipos gastrointestinales, adenomas renales,


meningiomas, ependimomas o leiomiomas, se han descrito de forma esporádica en pacientes
con MEN1, aunque su asociación con la enfermedad no está claramente establecida. La MEN1
se asocia en el 30% de los casos con lipomas múltiples, y hasta en el 88%, con angiofibromas
faciales y colagenomas. La existencia de estos tumores cutáneos puede utilizarse como un
marcador en familiares de pacientes con MEN1.

ESTUDIO FAMILIAR DEL MEN1

La detección precoz de los familiares con MEN1 es fundamental para el tratamiento de la


enfermedad, ya que permite reducir su morbilidad y mortalidad. De acuerdo con las guías
clínicas, se aconseja realizar una serie de pruebas de forma periódica a lo largo de la vida.
Deberían anteponerse otras pruebas radiológicas frente a la TC por la seguridad oncológica del
paciente. El seguimiento debe ser personalizado. Estos pacientes tienen patologías complejas y
deberían ser atendidos en un centro de nivel terciario por un equipo multidisciplinar. Es
importante la educación del paciente y de la familia, así como hacerles partícipes de la toma de
decisiones, especialmente en los aspectos controvertidos. En algunas ocasiones deberá
valorarse el apoyo psicológico, así como la posibilidad de diagnóstico preimplantacional.

NEOPLASIA ENDOCRINA MÚLTIPLE TIPO 2.


La MEN 2 es un trastorno autosómico dominante con una prevalencia estimada de 1 a 10 por
100 000 en la población general; puede subdividirse según las manifestaciones fenotípicas
acompañantes del CMT.
Síndrome MEN 2A.
El síndrome MEN 2A, además del Carcinoma Medular de Tiroides (CMT) que se expresa en más
del 95% de los pacientes, presenta Feocromocitoma (FEO) en el 40-50% de los casos e
Hiperparatiroidismo primario (HPT) hasta en el 10-20% de los mismos. El CMT es generalmente
la primera manifestación clínica en MEN 2A y se suele presentar en edades comprendidas entre
los 5 y los 25 años. Existen algunas variantes de MEN 2A que presentan asociaciones como el
liquen cutáneo amiloidótico o la Enfermedad de Hirschsprung.
Síndrome MEN 2B.
El síndrome MEN 2B es menos común (5-10% de todos los casos), pero se comporta de forma
más agresiva. También en esta forma, el CMT sigue siendo el elemento más representativo con
más del 95% de los casos. De igual manera, el FEO también se manifiesta en aproximadamente
la mitad de los casos. Sin embargo, el HPT no se encuentra presente.
Característicamente, en estos pacientes aparecen neuromas cutáneo-mucosos, hábito
marfanoide y otras alteraciones músculo esqueléticas, fundamentalmente escoliosis, así como
alteraciones del aparato digestivo. Es importante reseñar que su presentación es mucho más
temprana que en MEN 2A, habiéndose descrito que el CMT aparece ya incluso en el primer año
de vida.
El feocromocitoma (FEO) también puede desarrollarse en el síndrome MEN 2B. Aparece en
aproximadamente un 50% de los afectados, y lo hace a edades más tempranas que en MEN 2A,
incluso en la infancia. Su presentación generalmente es bilateral y con frecuencia asincrónica,
con una separación en el tiempo de hasta 15 años. En general, suelen desarrollarse después del
Carcinoma Medular de Tiroides, aunque se ha encontrado como la manifestación inicial de este
síndrome en mutaciones en el codón 631, que son excepcionales.
Carcinoma Medular de Tiroides Familiar (CMTF).
El CMTF se considera una variante del MEN 2A caracterizada por una gran predisposición a
padecer CMT, pero no las otras manifestaciones clínicas de MEN 2A. La distinción clínica del
CMTF del MEN 2A puede ser dificultosa desde el punto de vista estadístico en pequeñas
familias; incluso en algunas familias grandes, la designación clínica de CMTF ha sido cambiada a
MEN 2A después del diagnóstico de FEO o HPT en un miembro de la familia. Por lo tanto, resulta
muy fácil hacer un mal diagnóstico; por ello, el diagnóstico de CMTF solo puede considerarse
usando los siguientes criterios diagnósticos:
- Existencia de más de 10 familiares con CMT, sin evidencia de FEO o HPT en todos los individuos
afectados o de riesgo.
- Varios familiares portadores o afectos mayores de 50 años.
El curso clínico del CMT en esta entidad es, en general, más benigno que en los individuos con
MEN 2A y MEN 2B y normalmente tiene un inicio tardío, o incluso puede no llegar a
manifestarse clínicamente.
Protooncogén RET
Los síndromes MEN 2 se transmiten según un patrón autosómico dominante, con penetrancia
casi completa y expresividad variable. El locus responsable de estos síndromes se localiza en la
región pericentromérica del cromosoma 10, donde se halla el proto-oncogén RET. Tras este
descubrimiento, se aislaron mutaciones puntuales de RET en los pacientes MEN 2A, 2B y CMTF
(exones 8, 10, 11, 13 y 16) y no en sus familiares sanos, por lo que se atribuyó a RET el papel
patogénico de MEN 2.
El proto-oncogén RET consta de 21 exones y codifica una proteína en la que se distinguen tres
partes principales: el dominio extracelular, donde se halla la región caderina-like, una región rica
en cisteínas inmediatamente externa a la membrana, y el dominio tirosin quinasa intracelular.
Recientemente, se ha reconocido que el ligando de RET es el factor neurotrópico de las células
gliales (GDNF) y que para la normal activación de la tirosin quinasa se precisa la unión de estos al
factor GDNFR-alfa.
Las mutaciones responsables de MEN 2A son múltiples y afectan en su mayoría a la región rica
en cisteínas del dominio extracelular (exón 11, codón 634). La mutación responsable del 95% de
los casos de MEN 2B se encuentra en el codón 918, en el seno del dominio tirosin quinasa.
Existen otras mutaciones asociadas a MEN 2B menos frecuentes que ocurren en el codón 883
(exón 15).
Las recomendaciones sobre el cuándo realizar una tiroidectomía profiláctica y el alcance de la
cirugía se basan en un consenso publicado en 2001 (Consenso de Gubbio) en el que se
establecen tres niveles de riesgo según la correlación genotipo-fenotipo. Esta clasificación se
asemeja en gran medida a la publicada recientemente por la ATA (American Thyroid
Association), pero en lugar de dividirlas en 4 niveles (A, B, C y D), las subdivide en 3 categorías o
niveles de riesgo:
- Categoría 1 o de muy alto riesgo (clase D de la ATA): Esta categoría incluye los pacientes con
MEN 2B. El diagnóstico clínico debe confirmarse con el análisis genético del proto-oncogén RET.
La tiroidectomía total debe realizarse durante los primeros 6 meses de vida, incluso durante el
primer mes.
- Categoría 2 o de alto y moderado riesgo (clase C y B de la ATA): Esta categoría incluye los
casos con mutaciones en el codón 634 del gen RET (exón 11). La tiroidectomía total debería
realizarse antes de los 5 años de vida. En pacientes con mutaciones en el exón 10, la edad de la
cirugía depende de la mutación específica: a los 5 años de edad para mutaciones en codón 611,
618, 620, y posiblemente más tarde en los pacientes con mutación del codón 609.
- Categoría 3 o de riesgo bajo (clase A de la ATA): En familias con mutaciones en los exones
13,14 o 15, la afectación de las células parafoliculares suele emerger a edades más tardías,
normalmente después de la segunda década de la vida. Hay alguna excepción, por lo que no se
ha establecido un consenso a la hora de decidir la edad de la tiroidectomía. Algunos autores
recomiendan la edad de los 5 años de vida, otros recomiendan los 10 años de vida, con un
seguimiento anual de calcitonina estimulada con pentagastrina a partir de los 5 años, y en el
caso de que se eleve la calcitonina basal o estimulada, realizar entonces la tiroidectomía.
Correlación genotipo-fenotipo en síndrome MEN 2.
Existe una clara asociación entre las mutaciones específicas RET (genotipo), la edad de inicio de
síntomas, la agresividad de CMT y la presencia o ausencia de otros tumores endocrinos
(fenotipo), tales como FEO o HPT. Así, existe una cierta superposición entre las mutaciones RET y
los subtipos clínicos de MEN 2, donde el 85% de los pacientes con MEN 2A tienen mutado el
codón 634 (exón 11, dominio rico en cisteína) y las mutaciones en los codones 609, 611, 618 y
620 suponen sólo un un 10-15% de los casos.
Las últimas guías clínicas de la American Thyroid Association (ATA) han dividido el riesgo de
agresividad de CMT en función de la mutación presente:
- Mutaciones clase A de la ATA (Codones 768, 790, 791, 804, 891): Riesgo de agresividad de
CMT bajo.
- Mutaciones clase B de la ATA (Codones 609, 611, 618, 620, 630): Riesgo de agresividad de
CMT moderado.
- Mutaciones clase C de la ATA (codón 634): Riesgo de agresividad de CMT alto.
- Mutaciones clase D de la ATA (codón 918) (mutaciones específicas de MEN 2B): Riesgo de
agresividad de CMT muy alto.

Diagnóstico de MEN 2.
El diagnóstico bioquímico depende mucho de las propiedades productoras de calcitonina de las
células parafoliculares hiperplásicas del MCT. Estas lesiones muestran respuesta a la
administración por vía intravenosa lenta de pentagastrina o calcio con incrementos importantes
de la concentración plasmática de calcitonina.

A veces, la tinción inmunohistoquímica para calcitonina de tumores tiroideos poco diferenciados


revela la identidad de la enfermedad maligna. La presencia de amiloide extracelular también es
uno de los datos para la identificación de estos tumores.

El diagnóstico se basa en criterios clínicos estándar (p. ej., hipertensión, cefaleas, palpitaciones,
diaforesis), aumentos de catecolaminas o de metabolitos de las mismas, plasmáticos o urinarios
(p. ej., metanefrina o normetanefrina urinaria o plasmática), y en la demostración de una masa
suprarrenal en estudios de imágenes convencionales del abdomen. Los feocromocitomas en la
MEN2 van precedidos por una fase hiperplásica (hiperplasia de la médula suprarrenal), aunque,
a diferencia de la hiperplasia de células parafoliculares, la lesión precursora suprarrenal puede
ser difícil de detectar con pruebas bioquímicas convencionales.
Tratamiento.
El tratamiento de MCT heredables debe incluir tiroidectomía total con al menos disección de los
ganglios linfáticos centrales. Dada la naturaleza multicéntrica de la enfermedad, la tiroidectomía
subtotal, como es de esperarse, da lugar a enfermedad recurrente. Las concentraciones de
calcitonina basales o estimuladas se usan en la situación posoperatoria para evaluar la presencia
de enfermedad residual.
La radioterapia y la quimioterapia tienen utilidad limitada, y se confinan en su mayor parte a los
estadios más tardíos de la enfermedad.

El tratamiento de feocromocitomas en la MEN2 es similar al que se utiliza para feocromocitomas


esporádicos. Se utiliza bloqueo alfa-adrenérgico y (en ocasiones) beta-adrenérgico para
controlar la presión arterial y síntomas hiperadrenérgicos relacionados, y para restituir volumen
intravascular normal en preparación para extirpación quirúrgica del tumor.
Pruebas de detección.

Las pruebas de detección


genéticas para MEN 2A,
MEN 2B o MCT familiar se
llevan a cabo de manera
sistemática usando
pruebas basadas en
reacción en cadena de
polimerasa (PCR)
diseñadas para identificar
mutaciones específicas en
la secuencia codificadora
RET.

Las mutaciones de RET


conocidas explican más
de 95% de los casos de
MEN2, y mutaciones
seleccionadas (p. ej.,
Cis634 a Arg634 en MEN
2A) explican un número desproporcionado de individuos afectados. Los individuos que no tienen
alguna de las mutaciones de RET conocidas pueden probarse usando análisis de haplotipo
convencional si se dispone de marcadores genéticos informativos y miembros de la familia
afectados. Las pruebas bioquímicas usando la concentración plasmática de calcitonina basal o
estimulada han quedado en su mayor parte sustituidas por las pruebas de detección genéticas.
Empero, las pruebas bioquímicas aún son útiles para identificar enfermedad residual después de
tiroidectomía.

Algunos investigadores que citan penetrancia clínica incompleta (de acuerdo con los datos
publicados, 40% de los portadores de gen no se presenta con síntomas antes de los 70 años de
edad) han argumentado que el empleo de únicamente criterios genéticos en la toma de decisión
para intervención operatoria destina a una pequeña minoría de los pacientes a tiroidectomía
prematura.

Argumentan que deben usarse pruebas genéticas para identificar a los pacientes que requieren
vigilancia clínica y bioquímica estrecha para ayudar a determinar el momento apropiado de la
operación. En circunstancias ideales, esas pruebas bioquímicas (p. ej., estimulación con
pentagastrina) deben efectuarse anualmente.

COMPLEJO DE CARNEY

DEFINICIÓN

Se trata de un síndrome de Neoplasia Múltiple de tumores endocrinos y no endocrinos, que


incluye la presencia de mixoma, lentiginosis cutánea y enfermedad nodular primaria
pigmentada, entre otros criterios para el diagnóstico.
En la mayoría de los casos es de transmisión autosómica dominante, por lo que su diagnóstico
hace necesario el estudio y seguimiento familiar. Se ha identificado la presencia de mutaciones
inactivantes del gen PRKAR1A como causante de la enfermedad.

EPIDEMIOLOGÍA

Es una enfermedad extremadamente infrecuente. Se han descrito aproximadamente 600 casos,


siendo la serie más larga la presentada por la Clínica Mayo y el Hospital de Cochin en 2009 con
353 pacientes. Los datos que se desprenden de esta serie hablan de una mayor prevalencia en el
sexo femenino (63%) y un diagnóstico que se realiza entre la segunda y tercera décadas de la
vida. El 73% presentaba mutaciones inactivantes del gen PRKAR1A. Se han descrito casos en
todas las etnias.

MANIFESTACIONES NO ENDOCRINOLÓGICAS

LESIONES CUTÁNEAS

Más frecuente la lentiginosis cutánea. El hecho de ser tan característica y generalmente


tan precoz la hace muy útil a la hora del diagnóstico. Puede manifestarse desde el
nacimiento aunque no adquiere su distribución típica hasta la adolescencia. La
lentiginosis tiende a desaparecer a partir de la cuarta década de la vida. Presenta una
distribución característica alrededor de labio superior e inferior, conjuntiva y mucosa
oral y genital.

Los mixomas cutáneos son pápulas o nódulos subcutáneos de aspecto liso y color
anacarado o rosado. Las lesiones son generalmente múltiples y localizadas de manera
preferente en el canal auditivo externo, los párpados y la región mamaria.

Es frecuente la presencia de múltiples nevus azules y nevus azules epitelioides.

Lentiginosis facial y labial

MIXOMA CARDIACO

El mixoma cardíaco se trata de la manifestación no cutánea más frecuente. Es


responsable de más del 50% de la mortalidad en pacientes con CNC (complejo de
Carney) secundaria a fenómenos embólicos, fallo cardíaco u oclusión valvular. Pueden
aparecer en cualquier cavidad cardíaca, ser múltiples y presentar una agresividad mayor
y una mayor tasa de recurrencia que en las formas esporádicas.

OTROS TUMORES

La presencia de estos tumores en el CNC son muy infrecuentes, pero también muy
específicos. El schwanoma psamomatoso melanocítico se asienta en el sistema nervioso
periférico y central con preferencia por el tracto gastrointestinal. Debe su nombre a que
presenta hiperpigmentación característica debido al acúmulo de melanina con
frecuentes calcificaciones. Otros tumores característicos son los adenomas ductales de
mama, mixomas de mama y osteocondromixomas.

MANIFESTACIONES ENDOCRINOLÓGICAS

Enfermedad adrenocortical nodular pigmentada primaria

Manifestaciones clínicas

La PPNAD es una causa muy infrecuente de síndrome de Cushing independiente de ACTH (< 1%).
Se presenta en el contexto del CNC y es el tumor de glándula endocrina más frecuente. La
incidencia de PPNAD es del 26% en los pacientes con CNC en el momento del diagnóstico. La
PPNAD también puede diagnosticarse sin otras manifestaciones del CNC o historia familiar de la
enfermedad (PPNAD aislada). La edad media en el momento del diagnóstico es de 34 años y es
más frecuente en mujeres (71%) y diagnosticado a edades más tempranas (30 años versus 46
años en hombres). Se caracteriza por pequeños nódulos hiperpigmentados situados en la
corteza suprarrenal de manera bilateral, aunque también se han descrito nódulos de mayor
tamaño. El diagnóstico de síndrome de Cushing en la PPNAD puede ser complicado debido a que
el hipercortisolismo puede manifestarse de muy diversas maneras. Puede presentarse como
lentamente progresivo, explosivo, de manera cíclica, asintomática (formas subclínicas) y en
algunos casos remitir espontáneamente. Las formas asintomáticas suelen ser diagnosticadas al
realizarse screening sistemático en los pacientes con PPNAD, ya sea en pacientes con otras
manifestaciones clínicas de la enfermedad o en el cribaje a familiares. A pesar de la variabilidad
en la forma de presentación, las manifestaciones clínicas secundarias del hipercortisolismo son
similares a las del resto de etiologías causantes de Cushing (obesidad troncular, ganancia
ponderal, estrías rojo vinosas, debilidad muscular, osteoporosis y talla baja en niños).

Estudio hormonal

La PPNAD suele mostrar concentraciones de cortisol libre urinario elevadas en el momento del
diagnóstico en la mayoría de pacientes, aunque sus valores pueden ser muy variables. El ritmo
circadiano de cortisol está abolido y los niveles de ACTH plasmático suprimidos. En las formas
poco sintomáticas, es frecuente la discrepancia analítica entre niveles de ACTH plasmático
suprimidos y valores de cortisol plasmático o urinario en niveles dentro del rango normal. No
existe estimulación de cortisol o ACTH tras la estimulación con CRH. No se consigue una
supresión de los niveles de cortisol plasmático tras frenación con dexametasona incluso a altas
dosis. Lo más característico (incluido en los criterios diagnósticos) es que se puede observar un
aumento paradójico de los niveles de cortisol libre urinario tras administración de
dexametasona a dosis altas durante la realización del test de Liddle de 6 días. El test consiste en
determinaciones basales de cortisol libre urinario durante los dos primeros días, los siguientes
dos días se realiza determinación de cortisol libre urinario tras administración de dosis bajas de
glucocorticoides (0,5 mg/6 h en adultos o 7,2 μg/kg/6 h en niños) y en los días 5 y 6 se realiza la
medida tras administración de dosis altas de glucocorticoides (2 mg/6 h en adultos y 28,5 μg/kg
en niños). Este test permite distinguir la PPNAD del resto de enfermedades primarias nodulares
suprarrenales (adenoma suprarrenal, enfermedad macronodular adrenal). La elevación de los
niveles de cortisol urinario > 100% en el día 6 es diagnóstico de PPNAD (61% de falsos
negativos), aunque una elevación > 50% ocurría en el 69% de PPNAD, frente a sólo el 20% de
adenomas únicos y el 0% de las hiperplasias macronodulares bilaterales. Esta prueba es muy útil
para poder diagnosticar de PPNAD al subgrupo de pacientes que presenta discrepancia ente los
niveles de ACTH y valores de cortisol libre urinario.

Estudios posteriores sugieren que esta característica diferenciadora de la PPNAD se debe a un


efecto directo de los glucocorticoides sobre las suprarrenales y que éstas presentan un mayor
número de receptores de glucocorticoides en sus nódulos que las adrenales normales.

Pruebas de imagen

Las glándulas suprarrenales en la PPNAD son normales en tamaño y peso. Por este motivo, las
suprarrenales pueden aparecer como normales en tomografía computadorizada (TC) en más de
un tercio de los pacientes. En el resto de pacientes se presentan como micronódulos o en
algunos casos, incluso, como macronódulos en una o ambas suprarrenales. La realización de
gammagrafía con yodo colesterol también puede ser útil en el diagnóstico pues generalmente
muestra una captación bilateral de las suprarrenales.

Anatomía patológica

Macroscópicamente, las suprarrenales presentan alteraciones bilaterales en forma de múltiples


nódulos de pequeño tamaño (< 4 mm) de color negro, marrón, verde oscuro o incluso rojo o
amarillo, presencia de atrofia cortical y desorganización estructural.

Microscópicamente, los nódulos están formados por células corticales hiperplásicas con
citoplasma amplio eosinófilo que contiene lipofucsina. Los nódulos son positivos a la
sinaptofisina en la inmunohistoquímica.

Acromegalia

La presencia de acromegalia clínicamente significativa secundaria a adenomas productores de


GH ocurre en un 12% de los pacientes con CNC. La acromegalia en el CNC se caracteriza por un
curso lento e insidioso. La edad media de presentación es de 35 años aproximadamente.

La aparición de acromegalia bioquímica (elevación de GH e IGF-1 con leve hiperprolactinemia)


puede presentarse hasta en un 75% de los pacientes con CNC. Generalmente, estas alteraciones
bioquímicas son desenmascaradas con la aparición de resultados anormales tras la realización
del test de sobrecarga oral de glucosa o respuesta paradójica tras la administración de TRH.

Los pacientes con acromegalia clínicamente activa se presentan generalmente como


macroadenomas en las pruebas de imagen, igual que en los casos no familiares, mientras que
aquellos clínicamente silentes con alteraciones bioquímicas suelen presentar pruebas de imagen
negativas.

Se ha señalado que en numerosos casos de acromegalia clínicamente significativa, ésta no se


hizo aparente hasta que fueron operados del síndrome de Cushing. El 72% de los pacientes
presentan al mismo tiempo acromegalia y PPNAD.

Los hallazgos anatomopatológicos en pacientes con CNC y acromegalia muestran hiperplasia de


células hipofisarias secretoras de GH y prolactina. Las células productoras de GH marcan
positividad para prolactina y otras hormonas hipofisarias. Análisis genéticos de estas lesiones
muestran múltiples cambios que se acumulan de manera proporcional al grado de severidad del
comportamiento clínico.

Tiroides

La afectación de la glándula tiroidea abarca todo el espectro desde la patología nodular benigna
hasta el carcinoma diferenciado de tiroides. Hasta un 75% de los pacientes presenta, por
ecografía, enfermedad multinodular. El 25% presenta tumores tiroideos (siendo el más
frecuente el adenoma folicular), y de ellos un 2,5% es de naturaleza maligna (carcinoma folicular
o papilar).

Gónadas

La presencia de tumores testiculares aparece en un 33% de los pacientes afectados de CNC en el


momento del diagnóstico. En su práctica totalidad se trata de tumores de células grandes
calcificadas de Sertoli (large-cell calcifying Sertoli cell tumor, LCCSCT) y en casos excepcionales
tumores de células de Leydig o restos de tumores adrenocorticales. La inmensa mayoría son
tumores benignos no palpables con escaso potencial de malignidad. Son fácilmente
diagnosticables por la presencia de microcalcificaciones bilaterales a través de ecografía. El
LCCSCT puede ser hormonalmente activo y dar lugar a ginecomastia en varones prepuberales y
peripuberales debido a un aumento de la expresión de la aromatasa periférica.

La presencia de quistes ováricos detectados por ecografía es un hallazgo frecuente.


Generalmente son clínicamente insignificantes y de naturaleza benigna, aunque en casos
excepcionales pueden desarrollar adenocarcinoma ovárico.

Tratamiento

El tratamiento varía en función de las manifestaciones clínicas. Los tratamientos de elección son
los siguientes:

 Mixoma cardíaco: cirugía cardíaca.


 Mixoma cutáneo: exéresis.
 Síndrome de Cushing: adrenalectomía bilateral.
 Adenoma hipofisario: cirugía transesfenoidal.
 Tumores tiroideos: cirugía, si se sospecha malignidad.
 LCCSCT: orquiectomía, especialmente en edad puberal y con ginecomastia.
 Schwanoma psamomatoso melanocítico: cirugía sobre lesión primaria y/o metastásica.
Síndrome de McCune-Albright.
El síndrome de McCune-Albright es una enfermedad que afecta los huesos, la piel, y el sistema
hormonal (endocrino). El problema en los huesos es caracterizado por el reemplazo
del tejido normal con áreas de displasia fibrosa lo que resulta en cojera, dolor, o fractura. Las
manchas café en la piel suelen ser el primer signo aparente de la enfermedad. Los problemas
hormonales pueden incluir la pubertad precoz, especialmente en las niñas (debida a quistes del
ovario que producen un exceso de estrógenos); exceso de hormona del crecimiento; lesiones
tiroideas con posible hipertiroidismo; pérdida renal de fosfato; y, raramente, síndrome de
Cushing, causado por un exceso de la hormona cortisol producida por las glándulas
suprarrenales (adrenales), que son localizadas en la parte superior de cada riñón. El síndrome de
McCune-Albright es causado por variantes (mutaciones) en el gen GNAS que ocurren muy
temprano cuando él bebé se está formando en el útero y solamente afectan algunas células del
cuerpo (mosaicismo somático). El síndrome de McCune-Albright no se hereda. No existe cura
todavía. El tratamiento depende de los síntomas presentes y puede incluir el tratamiento de las
fracturas y deformidades, medicamentos, y cirugía.

NEUROFIBROMATOSIS - TIPO 1
(ENFERMEDAD DE VON RECKLINGHAUSEN)

La neurofibromatosis (NF) es un grupo de desórdenes genéticos de transmisión autosómica


dominante y variable expresividad clínica, sin predominio de sexo, grupo étnico ni localización
geográfica. Aproximadamente el 50% de los casos son esporádicos, además la
neurofibromatosis 1 es la forma más común siendo 20 veces más frecuente que la
neurofibromatosis tipo 2. Se manifiesta clínicamente durante la infancia y la adolescencia. La
enfermedad es progresiva y empeora en la pubertad. Entre las mujeres, puede empeorar
durante el embarazo. Son caracterizados por la presencia de anomalías progresivas en la piel,
SNC y SNP, esqueleto, glándulas de secreción interna, etc.
Además, los pacientes pueden tener diversas neoplasias endocrinas, entre ellas
feocromocitoma, hiperparatiroidismo, MCT y tumores carcinoides de la pared duodenal
productores de somatostatina.

ETIOPATOGENIA
El gen responsable ha sido localizado en el cromosoma 17 (locus 17q11.2) que codifica para una
proteína llamada neurofibromina la cual está presente en diversos tipos de tejidos, aunque la
concentración máxima se encuentra en el tejido nervioso. Esta proteína activa a la GTPasa, la
cual regula la actividad biológica de otras proteínas codificadas por protooncogenes de la familia
ras. Al estar alterado dicho gen se pierde el control sobre el crecimiento celular, provocando así
una proliferación celular responsable de la aparición de los tumores.

CUADRO CLÍNICO
En los niños, son frecuentes las manchas cafés con leche y los trastornos del aprendizaje y déficit
de atención con hiperactividad, aunque la discapacidad intelectual es muy inusual. En el adulto,
pueden aparecer déficits neurológicos, resultado de la presencia de patología cerebrovascular,
tumores y malformaciones craneales y espinales.
Las complicaciones vasculares se relacionan con la presencia de estenosis u oclusiones arteriales
carotídeas y cerebrales, aneurismas o enfermedad de moya-moya. Debe vigilarse la aparición de
hipertensión arterial, que puede ser idiopática o secundaria a la estenosis displásica de las
arterias renales o a un feocromocitoma subyacente.
Los neurofibromas cutáneos suelen ser asintomáticos, pero en algunos casos producen prurito o
escozor intermitente. Los subcutáneos se desarrollan sobre el nervio periférico y pueden causar
dolor y déficits neurológicos y, ocasionalmente, malignizarse, dando lugar a un tumor maligno
de la vaina del nervio periférico. Los neurofibromas plexiformes típicamente se manifiestan al
nacer y pueden continuar creciendo lo largo del nervio e incluso llegar a zonas del plexo, y
tienen también riesgo de malignización. El crecimiento intrarraquídeo de los neurofibromas
llega a producir síntomas compresivos medulares. Los gliomas aparecen en cualquier parte del
cerebro, pero tienen predilección por el nervio óptico y, en segundo lugar, por el tronco
cerebral. Aproximadamente el 15% de los pacientes con NF1 presentará un glioma óptico.
Generalmente se trata de astrocitomas pilocíticos benignos, asintomáticos y en muchos se
produce una regresión espontánea. Los gliomas que aparecen fuera del nervio óptico, los
sintomáticos y los que se desarrollan en la edad adulta suelen ser más agresivos y se asocian a
un peor pronóstico.
Los pacientes con NF1 pueden desarrollar varias manifestaciones esqueléticas, como displasia
del ala de esfenoides, displasia tibial congénita, osteopenia y escoliosis.

DIAGNÓSTICO
El diagnóstico de la NF1 se basa en los criterios del National Institute of Health (NIH) de 1988.
Dichos criterios recogen las manifestaciones más características de la enfermedad, entre ellas,
las múltiples manchas café con leche, que aparecen ya en los primeros meses de vida.
Posteriormente, con la edad, aparecen otras manifestaciones como los neurofibromas. Aunque
no esté todavía incluida en los criterios diagnósticos, a efectos prácticos, la detección de una
mutación patogénica en NF1 permite un diagnóstico precoz de la enfermedad, incluso cuando
todavía no han aparecido manifestaciones suficientes para hacer un diagnóstico clínico.

TRATAMIENTO
Dependerá de las complicaciones que presenten las distintas manifestaciones de la enfermedad.
Los gliomas sintomáticos de las vías ópticas se tratan con quimioterapia. La radioterapia no es
recomendable, por el riesgo de favorecer la malignización y el desarrollo de vasculopatía
inducida por la radiación.
ENFERMEDAD DE VON HIPPEL LINDAU
INTRODUCCION

La enfermedad de Von Hippel Lindau (VHL) es una rara enfermedad hereditaria, autosómica
dominante, causada por mutaciones germinales en el gen supresor del tumor de VHL, que afecta
a múltiples órganos, con una expresión variable. Aunque el espectro de manifestaciones en
órganos es amplio, las manifestaciones más comunes de la enfermedad de VHL incluyen
hemangioblastoma de la retina y el sistema nervioso central, quistes renales y carcinoma renal.

El Doctor Von Hippel fue el primero en descubrir en 1904 las lesiones retinianas, y la asociación
entre lesiones retinianas y las otras manifestaciones del síndrome fue descubierta por el Doctor
Lindau en 1927 (Von Hippel, 1904; Lindau, 1927).

EPIDEMIOLOGÍA

La enfermedad posee una incidencia de 1 por cada 36.000 nacidos vivos, la prevalencia es
alrededor de 1 en 31.000-53.000. Aproximadamente la mitad de los casos de VHL son familiares
siendo la otra mitad nuevas mutaciones. El 50% de los pacientes presenta solo una
característica, y muy pocos el síndrome completo. Las manifestaciones más frecuentes son los
angiomas retinianos, que afectan al 60-70% de los pacientes y pueden conducir a la ceguera, y
los hemangiomas del SNC, también pueden afectar a un 60% de los pacientes y pueden provocar
deficiencias neurológicas, los procesos urológicos malignos incluyen carcinoma de células claras,
feocromocitomas, cistadenomas epiteliales, estos tumores afectan alrededor de un 40, 18 y 10
%, de los pacientes respectivamente. La media de edad de aparición del carcinoma renal de
células claras es de 39 años. El 50% de los pacientes presenta solo una característica, y muy
pocos el síndrome completo.

ETIOLOGÍA

Se identificó al cromosoma 3 como el sitio que posee el gen de la enfermedad VHL desde finales
de la década de 1970, época en la que se identificaron anomalías cariotípicas del cromosoma 3
en familias con enfermedad de VHL, la región 3p es la que se asocia a perdida cromosómica en
líneas celulares tumoralesde células claras y carcinomas renales esporádicos. Los análisis de
ligamientos de miembros afectados y no afectados de una familia con enfermedad de VHL,
identifico una pequeña región del cromosoma 3p24, que mostró contener el gen supresor
tumoral VHL. El gen supresor tumoral VHL se encuentra alterado en casi el 80% de los
carcinomas de células claras esporádicos, actúa como un gen supresor tumoral clásico; la
reintroducción del gen en las células renales, inhibe la formación de tumores en ratones
desnudos. La proteína VHL forma un complejo estable con la elongina B, la elongina C, la cullina-
2 y el rbx-1, este complejo actúa sobre diferentes sustratos para realizar las degradaciones
mediadas por ubicuitina. La pérdida de VHL produce la disminución de la degradación de
importantes sustratos, de particular importancia aumenta los niveles de HIF-α, que a su vez
produce un aumento en la expresión de factores celulares fundamentales para la formación del
tumor renal, como el factor del endotelio vascular (VEGF) (angiogénesis), el GLUT 1
(transportador de glucosa), y el factor transformador de crecimiento α (TGF-α) (factor de
crecimiento).
MANIFESTACIONES CLÍNICAS

Sus manifestaciones clínicas son muy diversas y se han descrito más de 40 lesiones en 14
órganos diferentes: hemangiomas capilares retinianos (HCR), hemangioblastomas cerebelosos o
medulares, feocromocitomas y carcinomas renales (principal causa de muerte), cistadenomas de
epidídimo benignos (pueden provocar infertilidad), paraganglioma adrenal, tumores de células
de los islotes pancreáticos, y tumor del saco endolinfático del oído interno. El HCR es con
frecuencia la primera manifestación y está presente en el 70% de los pacientes, aumentando su
frecuencia con la edad. El HCR puede presentarse aislado o formando parte de la enfermedad de
VHL, donde son múltiples en una tercera parte y bilaterales en la mitad. En presencia de
antecedentes familiares, la existencia de HCR se considera criterio diagnóstico del síndrome. Las
posibles manifestaciones oftalmológicas incluyen también otros hamartomas vasculares y los
«vasos gemelos». La alteración de la vía óptica es muy rara, aunque se ha publicado un caso con
tumor del nervio óptico. Las manifestaciones urológicas como los carcinomas renales a menudo
permanecen asintomáticos durante largos intervalos antes del diagnóstico. En los pacientes con
VHL, que también desarrollan carcinoma renal, la frecuente ausencia de síntomas clínicos
retrasa la detección temprana, el diagnóstico presintomático durante la investigación tiene el
potencial de mejorar los resultados generales. El cistadenoma de epidídimo, es un tumor
bilateral en el 30% de los casos, histológicamente estas lesiones son difíciles de diferenciar del
carcinoma de células renales, y se emplea una técnica inguinal para su resección, cuando llegan
lo suficientemente grandes para ser visibles o generen dolor (indicación relativa).

DIAGNOSTICO

Los criterios diagnósticos de la enfermedad de von HippelLindau, se dividen en dos, según el


paciente cuente o no con historia familiar de la enfermedad. Con historia familiar se requieren
una o más de estas lesiones: HCR, hemangioblastoma SNC, lesiones viscerales (carcinoma renal,
feocromocitoma, quistes renales/pancreáticos, tumores de los islotes pancreáticos,
paragangliomas, cistoadenomas de epidídimo, tumores del saco endolinfático). Sin historia
familiar requiere la presentación de HCR y/o hemangioblastoma del SNC (si sólo se presenta una
de estas tumoraciones, es necesaria una segunda lesión visceral).

TRATAMIENTO

El tratamiento de la enfermedad de VHL supone un reto de coordinación interdisciplinario, ya


que sus manifestaciones clínicas son tan variadas, que no puede ser manejado por una sola
especialidad médica. El Hemangioma de retina ha planteado problemas terapéuticos para los
oftalmólogos durante casi un siglo. La radioterapia externa fue el primer método de tratamiento
introducido para hemangioma de retina, pero no ha sido perseguido con entusiasmo
recientemente, y se posiciona como una terapia de rescate para ser utilizado sólo cuando otras
modalidades de tratamiento han fracasado. Las otras modalidades son la crioterapia,
fotocoagulación con láser directo, placas de braquiterapia, la termoterapia transpupilar, terapia
fotodinámica, y la inyección intravítrea de antifactor de crecimiento endotelial vascular. El
carcinoma renal de células claras y el feocromocitoma tienen potencial maligno por ello deben
ser resecados, el carcinoma renal con frecuencia recidiva por ese motivo su tratamiento suele
requerir nefrectomías parciales seriadas.
 MEN X.
Es un síndrome raro que se hereda de manera autosómica recesiva, en el cual los
afectados muestran un espectro de tumor que se superpone con los de MEN1 y MEN2.
Este síndrome se ha enlazado con una mutación sin sentido de la línea germinal en el gen
CDN1B de ser humano que codifica para el inhibidor de cinasa dependiente de ciclina
p27Kip1.Y en la actualidad se sabe muy poco de esta enfermedad.

BIBLIOGRAFÍA

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