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CREER ES VER: LAS EXPECTATIVAS ALTERAN LA CONCIENCIA VISUAL

Philipp Sterzer1,2, Chris Frith1,3 and Predrag Petrovic1,4

Se ha demostrado que las expectativas son poderosos moduladores del dolor [1] y la emoción [2]
en estudios con placebo. En experimentos, las expectativas se inducen mediante instrucciones
combinadas manipulación de la experiencia sensorial desconocida para los sujetos. Después de
una fase de aprendizaje de expectativas una estimulación dolorosa es subrepticiamente disminuye
tras la aplicación del placebo, el placebo reduce efectivamente la intensidad subjetiva del dolor
fase de prueba posterior [3]. La intensidad de este efecto placebo está estrechamente con la
expectativa inducida [4]. En nos preguntamos si este potente sesgo refleja una propiedad general
del procesamiento de la información sensorial y sensorial y si el contenido de la de la conciencia
visual mediante una manipulación de las expectativas similar a un placebo. Encontramos un efecto
drástico de las expectativas inducidas experimentalmente sobre la percepción de un estímulo
ambiguo de movimiento visual. Esto demuestra que las expectativas influyen influencia general en
nuestra experiencia sensorial, independientemente de su independientemente de su tipo y
contenido específicos.

Diez observadores humanos sanos participaron en un experimento conductual en el que


observaron un (RDK) que se percibe como un cilindro como un cilindro que gira en profundidad la
ausencia de señales de profundidad (Figura 1) [5]. La dirección de rotación es ambigua, lo que da
lugar a una percepción biestable con cambios de sentido espontáneos cada pocos segundos. Los
participantes debían notificar e indicar el nivel de confianza el nivel de confianza perceptiva (alta
confianza, baja confianza o incierto) pulsando distintas teclas. Durante un recorrido de referencia
ambiguo-ambigua, la duración media de la rotación percibida hacia la derecha no difirió (Figura
1A; t (9) = 0,79, p = 0,45), prueba t pareada de dos colas). En el aprendizaje de expectativas los
participantes vieron una versión del RDK en la que la ambigüedad se minimizaba mediante de
profundidad tridimensional rojo-verde tridimensionales [5].
Figura 1. Ilustración esquemática del paradigma experimental y los resultados. Los diagramas de
barras muestran la duración media de la percepción normalizada con respecto a la duración media
de la percepción de cada participante en condiciones ambiguas (A, D, E, F). Las barras de error
indican el error estándar de la media. *p < 0,05 y **p < 0,001, pruebas t pareadas de dos colas.

Los participantes llevaban ahora gafas verdes, lo que les hacía de la diferencia con el estímulo
ambiguo anterior. Se les dijo que se les presentaría el mismo RDK ambiguo que en la primera y
que el mero uso de gafas rojo-verde sesgaría fuertemente hacia una dirección. Las señales de
profundidad con esta dirección dominante en el 80 del tiempo total de visión y se invertían de
forma impredecible y sin que lo supieran los observadores con una frecuencia la tasa de inversión
durante el ambigua. En un segundo ciclo de aprendizaje, se cambiaron las gafas rojo-verde, lo que
invirtió el sesgo perceptivo. Como era de esperar, la percepción estaba fuertemente sesgada por
las en duraciones medias de fase de rotación en la dirección dominante dirección dominante
(Figura 1 B, C; t(9) = 9,9, p < 0.0005). Aunque los participantes creían que se trataba sólo de un
efecto de las gafas rojo-verde, en realidad se debía a la manipulación del estímulo. Durante la fase
de prueba posterior, los participantes volvieron a llevar las gafas rojo-verde y se les dijo que las
dos siguientes eran idénticas a las anteriores. Por tanto, aunque un fuerte sesgo hacia una
dirección de rotación, ahora se les se les presentaban, sin saberlo completamente ambiguos y
carentes de profundidad, como en la prueba de referencia. Sorprendentemente, la percepción
seguía fuertemente sesgada hacia la dirección esperada (Figura 1D, E; t (9) = 3,4, p < 0,008) que,
en de profundidad, se debía exclusivamente a la expectativa a la expectativa inducida por la fase
de la fase de aprendizaje. Este sesgo perceptivo inducido por las expectativas durante toda la fase
de prueba (véase la figura S1 en los Datos suplementarios disponibles en línea con este número).
En una ambigua sin gafas rojo-verde no se observaron diferencias entre la duración de la rotación
hacia la (Figura 1F; t (9) = 0,13, p = 0,90). ¿Percibieron realmente los participantes lo que durante
la fase de prueba o sólo informaban de lo que esperaban? Este sesgo de respuesta debería haber
provocado un aumento de percepciones esperadas a expensas de percepciones de baja confianza
o inciertas. Sin embargo, las proporciones de percepciones confianza e inciertas no difirieron de
las series de referencia (t (9) = -0,5, p = 0,66 y t(9) = -0,9, p = 0,38, respectivamente). Además, los
análisis de los estados de arrojaron resultados similares a los de estados de alta y baja confianza
(véanse los Datos complementarios). Junto con la diferencia numéricamente grande y diferencia entre
las percepciones e inesperadas en la fase de prueba estas observaciones hablan de un verdadero sesgo
perceptivo y no un mero sesgo de respuesta.

Nuestro trabajo demuestra que las expectativas manipuladas experimentalmente no sólo afectan a la
percepción del dolor [1,6] o la emoción, sino que pueden tener una influencia en la forma en que
experimentamos el mundo, como demuestra el sorprendente efecto de las expectativas sobre el contenido
de la conciencia visual. Esto abre la puerta para estudiar cómo la percepción y las creencias de creencias
están sesgados por las expectativas en general y en estados patológicos como los delirios.

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