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COORDINACIÓN
Evaluamos la locomoción durante ensayos de campo abierto, los animales lo que hacen es
recibir bloques alternos de 3 minutos de excitación optogenética. (Figura C)
Para evaluar el efecto de la estimulación sobre la locomoción con una mayor resolución
temporal, promediamos la velocidad del animal en todos los bloques de estimulación dentro
del ensayo, centrados en el inicio de la estimulación.
¿Cuáles son los grupos experimentales y cuáles son los grupos de control?
Los grupos experimentales son ratones residentes C57Bl/6N de tipo salvaje y el grupo de
control, son los ratones intrusos BALB. Para los ensayos de residentes-intrusos, los residentes
se conectaron a la fibra óptica y se les permitió adaptarse en su cambio de residencia durante
30 minutos. Se introdujo un intruso BALB / c (aproximadamente de la misma edad), y las
interacciones se grabaron y puntuaron manualmente.
Gracias a las grabaciones pudieron confirmar que la estimulación de ChR2 podría impulsar
aumentos calificados en la cocción de PC que se escalaron con intensidad lumínica, como se
informó anteriormente. El aumento de la cocción de PC con ChR2 disminuyó la cocción de las
neuronas DCN, mientras que la disminución de la cocción de PC con halorhodopsin aumentó
la cocción de las neuronas en el DCN. Las magnitudes de los cambios en el disparo de
neuronas DCN fueron relativamente modestas. Esto puede reflejar en parte las mayores tasas
de disparo de las neuronas en animales despiertos.
Todos los resultados se expresaron como media -+ error. La activación optogenética de las PC
vermales disminuyó significativamente el número de ataques (p = 0,003, prueba t de Student
emparejada de dos colas). La estimulación no afectó la frecuencia de las interacciones sociales
(p = 0,7), ni la tasa de cascabeleo, persecución o amenaza lateral, aunque sí incrementó la tasa
de auto-aseo por parte del residente. Una ventaja del enfoque optogenético que se utilizo fue
permitir determinar con precisión el curso temporal del efecto de la estimulación sobre el
comportamiento agresivo con mayor resolución temporal. Se agruparon los ataques en
incrementos de 10. Aunque los ataques son poco frecuentes, este análisis reveló que la
activación óptica de los PC reducía inmediatamente la frecuencia de ataque, y cuando se
detuvo la iluminación, la frecuencia de ataque aumentó gradualmente en el minuto siguiente.
La estimulación redujo la frecuencia de los ataques en un 56%, inmediatamente posterior al
inicio de la estimulación. Para poner esto en contexto, la ablación genética de neuronas en el
hipotálamo ventromedial, una región del cerebro conocida coloquialmente como el (área de
ataque) debido a su importancia en la regulación de la agresión, disminuye la frecuencia de
ataque en un poco más del 50%, siendo estos estadísticamente significativos.
PARTE III: DISCUSIÓN
¿Qué resultados principales se obtienen en el trabajo? ¿Son compatibles con las hipótesis
planteadas por los autores o se han tenido que refutar las mismas?
Como resultados a esta investigación encontramos los registros electrofisiológicos in vitro, los
cuales confirmaron que la estimulación de opsinas microbianas ChR2 podía impulsar
aumentos graduales en el disparo de PC que aumentaron con la intensidad de la luz. De otra
manera prácticamente igual, la estimulación con clorhodopsina disminuyó las tasas de disparo
de PC de una manera dependiente con respecto a la intensidad de la luz; En resumen, se
confirma la capacidad de la luz para aumentar o disminuir la tasa de los PC que contienen
ChR2. Quedó también demostrado que la activación optogenética de las PC vermales
disminuía el número de ataques, que volvía a aumentar en el momento en que se detenía la
iluminación, y que, además, la inhibición de las PC con ChR2 tuvo efectos opuestos sobre la
agresión, aumentando así el número de los ataques y disminuyendo las interacciones sociales.
Por último, se demuestra que, manipulando el propio disparo de PC, vermal no se veía
afectada fuertemente la coordinación, la locomoción o la ansiedad, a no ser que se utilizara la
estimulación vermal más fuerte, con las intensidades de luz más altas que dejaba a los animales
inmóviles o con convulsiones.
Los resultados pueden considerarse compatibles con la hipótesis de “La actividad de las células
de Purkinje en el vermis cerebeloso regula la agresión y el cerebelo está directamente
implicado en la regulación de conductas afectivas”.
¿Cómo discuten los autores los resultados confirmatorios? ¿Cómo se discuten los
resultados que no cuadran con las hipótesis de partida?
En este caso, los resultados se pueden llegar a comparar debido a que los estudios que se
realizaron previamente por otros autores no dan una hipótesis contraria, es más, este estudio
complementa y es más concluyente con relación a que han encontrado las variables extrañas.
No dan una hipótesis contraria al resto, sino que proporciona nuevas incógnitas para poder
mejorar y avanzar en el estudio de la actividad de estas células en el vermix cerebeloso
respecto a la agresión.
Según el estudio, la actividad de las células de Purkinje en el vermis regula la agresión y apoyan
aún más la importancia del cerebelo en la realización de conductas afectivas que podrían
contribuir a la aparición de trastornos neurológicos. Esto lo consideramos importante para
futuras prácticas en las cuales se podría manipular y controlar la genética de la agresión, para
los casos en que hay una alta probabilidad de herencia de este comportamiento concreto.
Lo que quiere decir que este estudio nos ayuda para que, en un futuro, se creen nuevas
estrategias para controlar la agresión en aquellos individuos cuyo comportamiento y
agresiones, le causen lesiones y traumas mentales permanentes con grandes consecuencias
emocionales, sociales, económicas y estructurales para la sociedad.