“Entendiéndose como órgano de prueba [o sujeto de prueba, ejemplo: el
testimonio –art.233 CPPBA- el perito –art.245 CPPBA-], a la persona que dentro del proceso colabora con el juez suministrándole el conocimiento del objeto de la prueba, el imputado está comprendido dentro de tal concepto. Pero la calidad de órgano de prueba, la adquiere el imputado sólo y exclusivamente cuando su libre decisión de voluntad lo lleve a ello, brindará información verbal, por escrito, por señas, gestos o mediante cualquier forma de expresión, cuando libremente se autodetermine en tal sentido. No acontece lo mismo cuando el imputado es objeto de prueba, esto es, cuando él, física y materialmente, es la prueba misma, contiene o es portador físico de la prueba. Aquí la situación cambia, pues la garantía constitucional de no autoincriminación ampara a la persona en cuanto a sus manifestaciones de voluntad por cualquier medio de expresión, más no cuando ella es la prueba misma o la contiene físicamente, como por ejemplo: tener lesiones o tatuajes en su piel, o lesiones internas; contener en su aparato digestivo bolsas de estupefacientes; la extracción de sangre o la muestra de orina o de cabello para efectuar análisis de grupo y factor sanguíneo o de ADN; la inspección física o psíquica o la exposición en una rueda de reconocimiento de personas, etc.. En estos casos no es órgano sino objeto de prueba y, en consecuencia, puede ser obligado a la realización de la diligencia probatoria. De esta manera, sus actitudes omisas, reticentes, o de resistencias a la misma pueden válidamente ser evaluadas como un indicio en su contra”. Conforme Eduardo M. Jauchen, “Derecho del imputado”, ps. 25/26, Ed. Rubinzal-Culzoni Editores). A continuación se reseña parte de una sentencia dictada por el señor juez en lo correccional del Departamento Judicial de Morón, Dr. Daniel Alberto Leppen, quien manifestó: “…Las expresiones vertidas en el acta de procedimiento por parte de los deponentes en relación al presunto estado de ebriedad del encartado, resultan meramente subjetivas todas vez que no son opiniones científicamente autorizadas. El contenido del reconocimiento médico-legal luciente a fs. 14/vta., contribuyó a echar luz para el esclarecimiento del asunto. En tal instrumento –labrado por la Dra. Andrea Fonseca- se consignó que Perona, al momento del examen llevado a cabo pocos minutos después de su aprehensión, presentaba “…aliento etílico, verborragia y excitación psicomotriz, configurando un cuadro de etilismo grado 1-2…”. Pero hay más. La circunstancia de no contar en autos con una pericia química de alcoholemia no resulta un impedimento como para arribar al plasmado juicio de reproche en disfavor de Carlos Alberto Perona, puesto que –además de las restantes pruebas ya analizadas- el estado de embriaguez en que éste se hallaba al momento de los hechos puede también demostrarse en base al indicio de culpabilidad que emerge a partir de haberse negado el mismo a que se le extrajera una muestra de sangre para el peritaje en cuestión, conforme se documentara a fs. 16. Es que en este caso el causante resultaba ser “OBJETO DE PRUEBA”, y por tal razón, a los fines de la mencionada diligencia no se encontraba amparado por la facultad de negarse a ella, como en cambio sí podía hacerlo respecto de prestar declaración, ya que en este último caso los imputados tienen esa garantía por ser “SUJETOS” u “ÓRGANOS” de prueba. Sobre el particular Julio Maier en su obra titulada: “Derecho Procesal Penal Argentino”, Ed. Hammurabi, Bs. As., 1989, pág. 574/675 nos enseña que este tipo de diligencias son “...actos que no consisten en proporcionar información por el relato de hechos, circunstancias o acontecimientos, y para los cuales no es necesario el consentimiento de la persona afectada, que puede ser forzada, en principio, al examen...".
OBJETO DEL DERECHO: es la prestación debida por el sujeto pasivo
de la relación, o sea, el obligado (deudor), al sujeto activo, que también se llama titular del derecho y acreedor en sentido amplio. SUJETOS DE DERECHO: es el HOMBRE, que desde el punto de vista jurídico, se llama PERSONA. Existen dos clases de personas: a) las personas humanas (art. 19 CCyC); y b) las personas jurídicas (art. 141 del CCyC), ejemplo: las empresas, sociedades, etc..