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UNIVERSIDAD NACIONAL JOSÉ FAUSTINO SANCHEZ CARRIÓN

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLITICAS

ASIGNATURA:

Derecho Penal

DOCENTE:

Jiménez Herrera, Juan

ALUMNA:

Malqui Garcia, Nayumi Jeraldine

TEMA:

Delitos contra la Administración de Justicia

CICLO:

IV-B

HUACHO - PERU
La prueba se entiende como instrumento, método, persona circunstancia o cosa que

tiende a conceder información útil para resolver dicha incertidumbre que se da respecto a la

verdad o falsedad de los enunciados que tiene que ver con los hechos relevantes de la causa.

La prueba es el instrumento que utilizan las partes desde hace siglos para demostrar la

veracidad de sus afirmaciones, y del cual se sirve el juez para decidir respecto a la verdad o

falsedad de los enunciados fácticos.

Desde un principio es un mecanismo para evidenciar constancia de veracidad con

respecto a las afirmaciones que señalan las partes. En el proceso en particular, ello, le es

eficiente al juez para discernir acerca de la verdad o falsedad de los enunciados.

La prueba no sería más que un instrumento de persuasión, y como tal no tendría nada

que ver con el conocimiento de los hechos. No serviría, pues, para establecer la verdad o

falsedad del enunciado alguno y. por tanto. tampoco para proporcionar conocimiento acerca

de nada. sino que serviría sólo para persuadir al juez, para convencerlo de lo fundado o

infundado de un enunciado fáctico

Según Taruffo (2012), en términos generales se pueden considerar como admisibles

todas las pruebas típicas o atípicas que sean relevantes siempre y cuando contribuyan

información útil, por ende, se excluyen del proceso aquellas aun siendo importantes son

cualificadas como inadmisibles como en los casos de pruebas ilícitas o aquellas cuya

adquisición violan secretos personales o profesionales.

Concepciones fundamentales de la prueba judicial

En base a lo que señala Taruffo (2012) la primera concepción de la prueba es que

únicamente es un instrumento de conocimiento como por ejemplo el hecho que un


documento representa una declaración y por consiguiente informa sobre el hecho mediante el

cual la declaración ha sido tomada.

Y sin duda alguna el juez extraerá un análisis que se incorporará al proceso y en ese

contexto la prueba judicial influye en el grado de verdad, aceptabilidad, probabilidad o de

confirmación atribuidos a los enunciados fácticos.

Conforme a la segunda concepción, la prueba es esencialmente un instrumento de

persuasión y por ello no tendría que estar implicado en el conocimiento de los hechos.

La prueba no es más que para convencer sobre lo fundado o infundado del enunciado

fáctico y de tal manera, para esta concepción todo se agota en los discursos y narraciones que

se realizan en el proceso y es en ese momento donde el juez es persuadido.

Un punto de vista esencial en base a lo manifestado es que el juez puede

“persuadirse” sobre si el enunciado fáctico es verídico o falso, empero la decisión que tome

debe ser fundamentada exclusivamente por las pruebas admisibles. Además, el juez debe

someterse a un control crítico de las fuentes de su convencimiento como verificar la

autenticidad, la credibilidad o la falsedad de la prueba; también las inferencias como criterios

de que en ese caso su razonamiento consta de ser aceptable y lógicamente válida; y la

fundamentación de las conclusiones que obtenga deben estar racionalmente justificadas.

Es por ello que, en un plano teórico parece evidente que la concepción persuasiva no

agota la función de la prueba y que singularmente solo pone a relieve algunos aspectos. Y la

concepción cognoscitiva identifica la función de la prueba que está relacionada de manera

directa con la función del juez que exige que sea justo(a) en los hechos y no solo en el

derecho.
Acepciones de la Prueba en el Campo del Derecho

Según Orrego Acuña (2019) son:


 Alude a la demostración de la verdad de un hecho, de su existencia o inexistencia.

Es el establecimiento, por los medios legales, de la exactitud de un hecho que

sirve de fundamento a un derecho que se reclama.

 Se refiere a los medios de prueba, o sea, los medios de convicción, considerados

en sí mismos.

 Se habla de la prueba para referirse al hecho mismo de su producción, a la

circunstancia de hacerla valer ante los tribunales. En este sentido, por ejemplo, se

dice que la prueba incumbe al actor o al demandado.

Descripción Típica

El articulo 412° del Código Penal establece:

“El que, legalmente requerido en causa judicial en la que no es parte, expide una

prueba o un informe falsos, niega o calla la verdad, en todo o en parte, será reprimido con

pena privativa de libertad no mayor de tres años”.

Antecedentes

El antecedente legislativo del articulo 412° del Código Penal de 1991, lo encontramos

en la Sección Décimo Tercera del Libro Segundo del Código Penal de 1924, específicamente

en el artículo 334°, que establecía lo siguiente:


El testigo, perito, traductor o intérprete que en un procedimiento de justicia hiciera

una falsa deposición sobre los hechos de la causa, o emitiere un dictamen falso, una

traducción o una interpretación falsa, será reprimido con penitenciaría no mayor de tres años

o prisión no menor de tres meses.

La pena será prisión no mayor de seis meses, si la falsa declaración se refiere a hechos

que no pueden ejercer ninguna influencia en la decisión del juez.

La pena será penitenciaría no mayor de diez años o prisión no menor de seis meses, si

el testigo en su deposición ha acusado al inculpado de haber cometido un delito del que él

sabía que era inocente.

En todos los casos se impondrá al reo, además, inhabilitación de los derechos

comprendidos en los incisos 1°, 2° y 3° del artículo 27, por otro tanto de la condena.

El juez podrá disminuir la pena hasta límites inferiores al mínimum legal, o eximir de

pena, si el delincuente hubiere rectificado espontáneamente su falsa declaración antes de

ocasionar perjuicio a los derechos de otro.

El artículo 412° del código penal de 1991, configura un tipo residual en cuanto a los

sujetos activos del artículo 409° del código penal vigente, por lo que tomamos como

antecedente legislativo al artículo 334° del código penal de 1924, al ser el precedente más

próximo que se toma como base para la configuración actual del tipo penal en estudio.

Bien Jurídico Protegido

En sentido amplio, se puede establecer que el bien jurídico protegido es el normal y

correcto funcionamiento de la administración pública y de las diversas actividades prestadas

por ésta.
En sentido estricto, se puede decir que el bien jurídico protegido es la objetividad e

imparcialidad en la expedición de la prueba o informe en el proceso judicial, que garantiza el

normal y legal desarrollo de la actividad jurisdiccional.

Tipicidad Objetiva

Aquí se analiza si concurren los elementos del tipo penal mediante la disposición normativa,

por lo que se necesita saber todos los requisitos que establece la ley. Dentro de la tipicidad

objetiva hay tres puntos de análisis: los sujetos, la conducta y el objeto material.

Sujeto activo

Persona requerida en causa judicial.

Sujeto pasivo

El Estado.

Tipicidad Subjetiva

Si se acepta dolo.

Grados de Desarrollo del Delito

Tentativa y Consumación:

No se admite tentativa.

La Pena

Será reprimido con pena privativa de libertad no mayor de tres años.


En el juicio no se "conocen" los hechos: todo se agota en los discursos y narraciones que se

hacen en el proceso, y de esa manera se puede definir como verdadero el enunciado del cual

el juez está persuadido. pero sólo en función del hecho de que realmente lo esté y afirme

estarlo. Cualquier cosa que piense el juez. estando persuadido de ella, está probada y, por lo

tanto, se puede considerar verdadera a los efectos del proceso.

No se puede siquiera discutir si el convencimiento del juez es correcto o equivocado, porque

ello supondría una teoría descriptiva o normativa de la prueba y del convencimiento del juez,

mientras que las persuasiones no son correctas ni equivocadas, ni verdaderas o falsas;

simplemente existen o no en la mente del juez.

El punto de vista típico del abogado no es el único del cual se puede mirar el problema de la

prueba y del conocimiento de los hechos y, tal vez, no es siquiera el punto de vista teórico

más rico. Sin embargo, las pruebas falsas ni siquiera son buenas para los abogados: están

excluidas por ley y su uso consciente generalmente es castigado. Así pues, ni siquiera para el

abogado es del rodo irrelevante saber si la prueba ofrece informaciones verdaderas o

informaciones falsas que podrían llevar al juez a convencerse de una versión errónea de los

hechos.

Por otro lado, el juez debe someter a control crítico las fuentes de su convencimiento para así

verificar la autenticidad, credibilidad o falsedad de la prueba, las inferencias que formula de

un enunciado fáctico a otro; ya que los criterios de su razonamiento deben ser aceptables y

lógicamente válidos. La fundamentación de las conclusiones que extrae ya que sus

elecciones deben estar racionalmente justificadas, puede resultar, que el juez llegue a

conclusiones que estén racionalmente fundadas en los elementos de prueba de que dispone,
pero que estén en oposición con sus perturbaciones personales basadas otras causas: en este

caso, la persuasión subjetiva del juez no cuenta, la decisión debe fundarse sobre la base de

informaciones objetivamente controlable y de argumentaciones lógicamente válidas.

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