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LA IDENTIDAD PROFESIONAL DOCENTE

La formación inicial de profesores puede verse limitada por los logros y objetivos
impuestos por el sistema, en el que se ha establecido el “deber ser” del profesor,
muchas veces ajeno a su iniciativa de reflexión intelectual y social. Esto puede
limitar la construcción de una identidad profesional docente por la carencia de
oportunidades de reflexión y de reconocimiento en la profesión misma. Esta
carencia se traduce en debilidad y vulnerabilidad de la profesión, amenazada por
eventos de carácter social, cultural, político y económico. Estas amenazas se
traducen en comportamientos de los profesores como desidia para su ejercicio,
desencanto en cuanto a sus logros, pugnas e inconformidad con las instituciones,
con la comunidad educativa, con sus propios colegas y consigo mismo.

La identidad profesional del docente construye el mecanismo mediante el cual los


profesores se reconocen a sí mismos y son reconocidos por otros como miembros
de una determinada categoría social; Ante la variedad de aspectos que influyen en
la configuración de la identidad docente, se han establecido algunos mecanismos
de reflexión y acción que permiten ir configurando la identidad profesional docente.

Se cree que debido a la profesión docente, proyectaban una imagen de sí mismo
incluye la afinidad por una más centrada y estable en relación con los referentes
personales, el discurso circulante y la estabilidad ofrecida por el contexto
socioeducativo. Esta situación ayudaba a configurar una identidad más coherente
con las dimensiones de la cultura, la organización escolar y la carrera. Sin
embargo, actualmente quienes optan por la profesión presentan más
incertidumbres e inestabilidad marcadas por la realidad social y mensajes
contradictorios de las políticas estatales que regulan el ejercicio de la docencia.

José Tejada Fernández, se adentra en tres identidades: Identidad profesional,


como el reconocimiento realizado por el individuo al ser integrante de un grupo
profesional con el cual comparte saberes, destrezas y valores. Constituye el
referente principal. Identidad laboral, que se correspondería con la mirada de los
trabajadores en el desempeño de su actividad laboral y por las vivencias-
experiencias de los profesores en cuanto que trabajadores. Las identidades
docentes aquí pueden ser entendidas como un conjunto heterogéneo de
representaciones profesionales y como un modo de respuesta a la diferenciación o
identificación con otros grupos profesionales.

¿QUIÉN SOY YO COMO MAESTRO?


CONSTRUCCIÓN DE LA IDENTIDAD PROFESIONAL EN
DOCENTES PRINCIPIANTES.
¿Qué somos? ¿Cómo nos vemos ahora? ¿Cómo nos parece que nos ven otras
personas? ¿Cómo nos gustaría que nos vieran? ¿Cómo nos gustaría vernos en el
futuro? Las anteriores preguntas nos las hemos ido haciendo a lo largo de
nuestras vidas de forma consciente o inconsciente en múltiples ocasiones. Nos
importa mucho ser congruentes con nosotros mismos y con las personas que
forman parte de nuestro entorno próximo, de nuestra red social cercana. Somos
personas que vivimos, nos relacionamos, formamos parte de grupos, tenemos
nuestros gustos y aficiones, tenemos ideología y creencias.

Parecería que la identidad es “algo que nos pasa” sin que hagamos nada por
comprenderla o modificarla.

Beijaard, Meijer y Verloop (2004) entienden que la identidad no es un atributo con


carácter fijo en una persona, sino que se trata de un proceso constante que
involucra tanto al contexto como a la persona en sí misma.

El profesor principiante: el equilibrio entre múltiples entidades.

¿Cómo se desarrolla la construcción de la identidad en los docentes que se inician


en la enseñanza? Múltiples investigaciones han venido a mostrar que a aprender a
enseñar se aprende muy pronto en la vida del docente (Lortie, 1975). La identidad
docente se va construyendo desde la escuela como alumno, desde la familia como
hijo/a. Esta identidad evoluciona a lo largo de la formación inicial en la que se
consolidan las expectativas de convertirse en docente y se profundiza en el
conocimiento profesional que permite ejercer la docencia. A lo largo de la
formación inicial docente y especialmente durante el periodo de prácticas de
enseñanza, la identidad va evolucionando. El componente estrella de la formación
inicial docente son las prácticas en centros escolares. Son los momentos en los
que los profesores que se están formando visitan escuelas e interactúan con niños
y docentes.

Los formadores deben preocuparse por este componente formativo por varias
razones:

 En primer lugar, los docentes reconocen que las prácticas de enseñanza


han sido el componente más importante de su formación, por lo que resulta
de especial importancia analizar este componente formativo.
 En segundo lugar, aunque abunden las investigaciones, no podemos
afirmar que existe un conocimiento sólido acerca de las prácticas de
enseñanza, de cómo se desarrollan y qué resultados consiguen.
 En tercer lugar, porque las prácticas de enseñanza se constituyen en el
componente del programa de formación docente más destacado para
establecer relaciones entre las escuelas y la institución de formación.
 Una cuarta razón viene determinada por la necesidad de conocer las
características del profesor tutor eficaz.

¿Cómo construyen profesores principiantes su identidad


profesional a través de metáforas? Lo resultados de la
investigación.

La metáfora es el antecedente para comprender lo que se entiende por escuela y


eso se traduce en lo que posteriormente se hace, porque el concepto influye en la
acción. Para cada tipo de metáfora implica una concepción de escuela y de su
propia función; Por lo tanto, si la acción o función docente no la consideramos
como la más adecuada, la alternativa o solución residirá en realizar una propuesta
adecuada que conlleve el cambio de concepto que se muestra sobre el lugar de
trabajo del profesorado, y con ello sobre su identidad como docente principiante, la
cual está en construcción en los primeros años de inserción como profesional de
la educación.
Saber e identidad en la profesión docente. de la identidad de
estudiante a la docente principiante.

En primer lugar, la socialización común a la profesión comienza con la formación


inicial universitaria, donde los docentes se enfrentan por primera vez a un “saber
formal” en la profesión. Pero este saber formal se transforma, permitiendo a los
profesionales “sobrevivir” y adaptarse al contexto laboral, sobre todo a través el
desarrollo de un saber de experiencia y a una práctica reflexiva. En este capítulo
discutimos esta etapa importante del desarrollo de la identidad profesional
docente: la transición de una identidad de “estudiante” a la de un “docente
principiante” a través la transformación del saber profesional.

Estos dos componentes (individual y social) son importantes para la comprensión


de su identidad. En primer lugar, la socialización sucesiva común a la profesión
comienza con su formación inicial universitaria, donde los docentes se enfrentan
por primera vez a un “saber compartido” en la profesión. Este saber, que proviene
de la investigación en el campo de la educación y de otras disciplinas que la
alimentan, y que es a su vez transmitido por las instituciones de formación, puede
ser llamado “saber formal”. Sin embargo, desde hace décadas, las investigaciones
sobre el conocimiento de los docentes indican que el saber de los mismos también
se caracteriza por su individualidad, es decir, que la experiencia personal y
profesional de cada docente conlleva al desarrollo de un conjunto de saberes
diferente, y que, de acuerdo con el contexto del trabajo, los saberes que provienen
de su formación deben ser adaptados y mejorados de varias maneras, incluso
opuestas. Es por ello que el saber de los docentes puede caracterizarse como
multidimensional, incorporando elementos que se relacionen con la identidad
personal y profesional, así como con su estatus socio-profesional y su trabajo en
la escuela y en el aula (Tardif yLessard, 2000).

Saberes y formación inicial: el saber formal: Los profesores-investigadores en


una profesión son, en primer lugar, responsables de la transmisión del saber, y
además, creadores de nuevos conocimientos mediante la investigación y la vida
académica (Freidson, 1986).
En pocas palabras, este análisis del “saber formal”, o sea aquel que proviene de la
formación docente universitaria, nos permite establecer una primera influencia
importante en la representación que el futuro docente hace de sí mismo, puesto
que el saber tiene una influencia sobre las creencias, actitudes y valores que el
docente comienza a desarrollar a lo largo de su carrera. Dicho esto, este saber
“formal”, no se quedará estático, sino que se va a desarrollar durante la práctica
profesional, influenciado por otros factores contextuales (clase, escuela, colegas,
alumnos), como consecuencia del ejercicio de la profesión y de la experiencia.
Todos estos aspectos van a transformar al docente en formación: se va a convertir
en un docente profesional y en un “practicante” y se separará inclusive del saber
formal transmitido por los profesores-investigadores y llegará a ser incluso crítico
del mismo.

La transformación del saber: Este saber es modificado por los profesionales


desde muchas perspectivas y éste tiende a cambiar con las exigencias
particulares de su trabajo o de sus clientes. Freidson divide tres posiciones que él
llama “intra-profesionales” según tres tipos de actores: los profesores-
investigadores, los administradores y los profesionales practicantes.

Profesores- investigadores: Crean originalmente el nuevo saber, controlan las


condiciones de trabajo sobre el saber a través de las posiciones de sus miembros.
Manejan el reclutamiento, la formación y la certificación de los futuros
profesionales, y, más importante, controlan el saber formal en sí. En el caso de
profesiones bien establecidas como la medicina, los profesores-investigadores
también pueden ser profesionales practicantes

Administradores: Los administradores en el campo de la educación no son


necesariamente docentes de profesión. Los administradores se encuentran
también en las instituciones académicas, como profesores.

Profesionales practicantes: Estas experiencias influyen significativamente en la


construcción de su identidad profesional.
Inserción profesional de la identidad de estudiante a la identidad
de docente principiante.

La adquisición de una identidad profesional, como se ha mencionado, incluye


diversos elementos de “yo” y de “los demás por ellos mismos”. Es por eso que el
docente no adquiere automáticamente la postura profesional que se requiere para
todo buen profesional reflexivo.

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