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• Se deberá concurrir a la clase presencial y/o virtual con el material de trabajo (libros, cuadernillo, fotocopias,
archivos digitales, etc.)
• Los trabajos prácticos y/o tareas asignadas deberán ser presentados en tiempo y forma (deberán respetar
las consignas y modalidad individual-grupal, etc. No serán aceptados fuera de término sin que medie
justificación).
• La ausencia a una evaluación deberá ser justificada y en lo posible, comunicada con antelación, tanto al
docente como al preceptor.
• En caso de ausencia, a la clase siguiente deberá tener/haber entregado lo solicitado (tarea, trabajos, etc.)
• Se solicita que todos los alumnos hagan un resguardo de su participación en el aula virtual.
Instrumentos de evaluación
Se considerará:
Actividades de revisión
1- Para introducirnos en el concepto de literatura, te proponemos que busques en el cuadernillo de 3º
año la teoría al respecto.
2- Elaboren una encuesta a tres o cuatro integrantes de su círculo familiar para conocer sus ideas
sobre “la literatura”. Les proponemos un cuestionario que pueden reformular:
a- ¿Qué es para vos la literatura?
b- ¿Para qué sirve la literatura?
c- ¿Qué libros o escritores leíste durante tu formación escolar?
d- ¿Qué textos y escritores argentinos conocés?
e- ¿Qué tiempo debería dedicar una persona a la lectura?
-Sinteticen los resultados de la encuesta. Pueden comenzar así: “Para la mayor parte de los
encuestados…”. Cotejá con tus saberes al respecto.
3- a-Buscá información en internet sobre sitios de literatura / lengua y literatura / literatura y cine /
literatura y cómics, etc. Seleccioná algunos y realizá una breve descripción. Podés etiquetarlas y
compartír los links en el foro del aula virtual.
b- ¿Qué les gustaría a ustedes leer este año? Les proponemos que, para octubre, en grupos de no
más de cuatro integrantes, elijan una obra literaria.
La propuesta es que elijan y luego registren por escrito las impresiones, comentarios y análisis del
grupo sobre la obra seleccionada, para exponer oralmente e interactuar con el resto del curso.
Pueden acompañar la exposición oral con una reseña de la obra o un póster, textos académicos cuya
descripción figura al final de este cuadernillo.
Una obra literaria válida, que nace hoy de la vida interior de un hombre (el novelista, el poeta), tiene
una significación digamos de síntoma o de signo que se relaciona no sólo con ese hombre que la ha
creado, sino también con nuestra época. No hay ninguna obra producida en la actualidad que, en
cierto sentido, no pueda informarnos sobre la crisis de civilización por la que atravesamos: sobre lo
que es el hombre en general hoy en día, sobre lo que somos en nuestra vida común, sobre lo que nos
falta, sobre lo que queremos y de lo que nos arrepentimos, sobre lo que hemos perdido y lo que
esperamos lograr.
Albert Béguin, Creación y destino. Ensayos de crítica literaria I, l986, p. 213
-Para profundizar algunas nociones estudiadas en 3º año, te propones la lectura del siguiente
texto crítico:
Actividades
1-Según Umberto Eco, “la literatura permite ejercitar la lengua” como “patrimonio colectivo e
individual”. Desarrollá ambos aspectos de la afirmación incorporando citas textuales.
2- Mencioná otras dos funciones de la literatura tratadas en el artículo. Desarrollá.
3- ¿A qué se refiere Eco cuando habla del “nacimiento de un lenguaje neotelegráfico”?
Opinen al respecto: ¿se comprueba la utilización de un “lenguaje neotelegráfico” entre los jóvenes?
¿Ocurre lo mismo en el caso de un adulto? ¿Es un fenómeno negativo, auspicioso, etc? ¿Qué opinan
acerca de la lectura de textos en formatos digitales?
4-¿Qué reparo se pone en el artículo al “principio de libre interpretación”?
5- Elaboren una definición de “hipertexto”. Cómo afectan a lecto-escritura creativa las nuevas
tecnologías. Mencioná los antecedentes en el marco de la historia de la literatura- citados por Eco- de
prácticas creativas libres. Seleccioná un ejemplo e investigá de qué se trató dicha práctica.
6- ¿Cuándo y por qué motivos, según el crítico, un personaje cobra “estatuto de realidad”?
7-Propongan la recreación grupal de una historia infantil clásica de la literatura o de un célebre
personaje ficticio que conozcan interconectándolo con otros referentes textuales (obras, films,
personajes históricos, etc). Pueden utilizar aplicaciones como Google Docs y compartir su producción
en el aula virtual.
-A lo largo del año utilizaremos el término “intertextualidad” para indicar de modo general la relación
entre distintos textos, más allá del tipo de vínculo establecido, y aplicaremos las categorías de Genette
en el abordaje de Don Quijote. También reflexionaremos acerca de los prólogos cuando abordemos
Medea.
Actividades
1- Confeccioná un cuadro sinóptico en el que diferencies obra y texto. Utilizá Power Point.
2- Producción integradora:
-Realicen un mapa de ideas interactivo-incorporen links, imágenes, etc- con los principales contenidos
de la unidad: concepto de literatura, funciones, noción de texto, obra, etc. Pueden utilizar aplicaciones
como Prezi o Glodster: https://prezi.com/login/ http://edu.glogster.com/?ref=com
La literatura, desde sus inicios, siempre ha contado con los héroes. Ya Aristóteles señalaba en
su Poética que la imitación podía hacerse de tres maneras: pintando a los personajes mejores de lo
que son en la realidad, pintándolos como son en la realidad o haciéndolos aparecer como peores de lo
que son. Al tomar como referencia a los seres humanos para indicar las cualidades de los personajes,
Aristóteles estaba ofreciendo un modelo de conducta para los espectadores o lectores.
Ante los mejores es necesario admirarse, ante los iguales reconocerse y ante los peores, precaverse.
En el héroe pueden encarnarse las virtudes a las que los hombres aspiran en cada momento de la
Los héroes son las figuras protagonistas en los dos grandes géneros clásicos de la literatura griega: la
épica y la tragedia. Los grandes relatos rememoran esas figuras magníficas e inolvidables que vienen
del mundo mítico y perviven siglo tras siglo en la memoria colectiva como ejemplos gloriosos de
audacia y patetismo. Desde Homero a Eurípides, los grandes poetas educadores del pueblo griego
contaron y reinterpretaron las mismas tramas heroicas. Los héroes son «los mejores», los «áristoi»,
que, como dejó escrito el filósofo Heráclito, «prefirieron una gloria inmortal» a una larga vida oscura.
Aquiles es el más claro exponente de esa decisión que vale para todos ellos. Eligió una pronta muerte
para lograr fama inmortal. Y el último héroe griego, personaje no mítico, sino histórico, Alejandro, tuvo
un destino que –no por propia decisión, sino de modo irónico– revalida ese patrón heroico. También él
murió joven en plena gloria, como su héroe preferido.
Los héroes están entre los dioses celestes y los humanos efímeros. En griego se llevan el título de
«semidioses» («hemítheoi»), merecido a veces por su ascendencia: nacido de un dios o una diosa y
un ser humano –Heracles es hijo de Zeus, Aquiles de la diosa marina Tetis, Eneas de la diosa Afrodita-
Venus…–. Pero los héroes son humanos porque son mortales. Su esplendor no los salva de esa fatal
condición definitiva. Es más, los héroes pertenecen al pasado y están ya todos muertos. Sus cultos
locales son ritos de carácter funerario. Con algunas excepciones notables: unos pocos privilegiados
luego llegaron a dioses, como Dioniso y Heracles, y, según la tradición, otros pocos gozan de premios
de ultratumba, y no fueron al sombrío Hades, sino a la idílica Isla Blanca, como Menelao, esposo de la
divina Helena.
Pero quisiera destacar que entre esas inolvidables figuras heroicas hay notables diferencias que
reflejan una progresiva tendencia a su humanización y su alejamiento de la relación directa con los
dioses. Hay diferencias en su mismo origen: hay héroes hijos de dioses y otros, en cambio, tienen
progenitores mortales. Aquiles es un buen ejemplo de los primeros y Odiseo (Ulises), de los segundos.
Partes de la tragedia
Hablemos de la tragedia
Los griegos representaban tragedias, comedias y piezas satíricas. Estas últimas se caracterizaban por
tratar un tema heroico cómicamente.
En lo que respecta a las otras dos, Aristóteles, en su Poética, las distingue de esta manera: la tragedia
es la imitación o retrato de los “mejores” entendiendo por “mejores” a las personas de alto rango social,
que eran nobles no sólo por herencia, tradición o por el poder que ejercían, sino por la dignidad de sus
acciones, óptimos para conducir la ciudad; la comedia, en cambio, era la imitación o retrato de los
"peores, es decir, de la gente común, de los aspectos risibles de su comportamiento.
De la larga exposición que sobre la tragedia da Aristóteles, podernos sacar las siguientes
conclusiones:
la tragedia es una acción escénica, no un simple recitado, oponiéndose así a las formas de la lírica y
épica (definición Formal);
la tragedia es la imitación de acciones heroicas en deleitoso lenguaje (definición estética);
la tragedia tiende a modificar el ánimo del espectador, provocando en él emociones de temor y de
piedad, es decir que el espectador siente compasión por la situación trágica que vive el personaje y
teme que a él pueda sucederle lo mismo (definición psicológica)
la tragedia debe producir la purificación o "catarsis" de estas mismas pasiones de temor y piedad que
ella provoca, eliminando así en el hombre toda propensión pecaminosa por medio del ejemplo que
propone. Purificación de las pasiones quiere decir que, una vez que la razón sé ha sobrepuesto a las
emociones, depurándolas, el espectador experimenta una suerte de higiene del alma que le permite
aprehender la significación moral de la tragedia (definición ética).
Mientras las obras de Sófocles, Esquilo o Eurípides transitan las carteleras de los teatros de París, el historiados
que dedicó su larga carrera al estudio del mundo griego recuerda que la tragedia antigua “inventó al hombre
desgarrado, que se interroga sobre sus actos”. ¿Por qué estos textos escritos hace 2500 años, que marcan la
creación del teatro, resultan fascinantes aún hoy? Jean-Pierre Vernant, especialista en la cultura griega antigua,
quien con su enfoque renovó considerablemente los estudios clásicos, afirma que la tragedia griega sigue siendo
de actualidad porque es un “fenómeno social, estético y psicológico”.
Actividades
Para entrar en contexto
1-Caracterizá al héroe trágico basándote en los conceptos de J. P. Vernant ¿Qué otro tipo de héroes
menciona Vernant? Establecé las características de ambos tipos heroicos.
Resumen: La tragedia Antígona de Sófocles pone de manifiesto la fuerza moral y espiritual de la mujer,
su defensa de la vida y los valores humanos en contraposición a la guerra. En ella se demuestra que
las leyes de los hombres para ser justas tienen que tener un respaldo moral y que cuando no es así se
alejan de los principios fundamentales del hombre. Se puede conjeturar que la valentía que demuestra
el personaje de Antígona en esta tragedia, presume un alegato de Sófocles en favor de la mujer y la
revalorización de ella en el mundo antiguo.
Palabras clave: Sófocles- Antígona- Democracia- Tiranía- Dolor.
Abstract: Sophocles’ tragedy Antigone exemplifies woman’s spiritual and moral strength, her defense of
life and human values against war. Here it is proven that man’s laws in order to be just must have a
moral background as otherwise fundamental human principles are alienated. It can be assumed that
the courage shown by Antigone presumes an allegation in favor of women and a reevaluation of them
in the Ancient world. Key words: Sofocles- Antigone- Democracy- Tyranny-Pain.
Introducción
En esas reinterpretaciones un tanto irónicas a veces de los mitos, la literatura griega preludia el trato
que algunos escritores modernos han dado a esos relatos de dioses y héroes helénicos. Al
aumentarse la distancia convirtiéndose la mitología en un repertorio de temas sólo literarios, el escritor
moderno puede jugar a presentar esas figuras antiguas bajo una nueva luz, irónica y un tanto
frívola…En ese sentido la mitología griega es nuestra mitología familiar. (Carlos García Gual ,1998,
Introducción a la mitología griega) Las enseñanzas tradicionales y políticas que las tragedias tuvieron
para su época no se agotaron en la misma, sino que reinterpretadas y vigentes durante la historia
occidental, continuaron brindando mensajes políticos, sociales, espirituales y morales porque la
universalidad de la problemática planteada en todos esos aspectos, es inherente al ser humano. En
sus orígenes, la tragedia toma los mitos antiguos para presentar ciertos aspectos del hombre en
situación de actuar, en la encrucijada de la decisión, enfrentado con la consecuencia de sus actos.
(Vernant 1985:329) Sófocles, (495-406 a.C) es entre los poetas trágicos, aquel que vivió plenamente el
U N R- Escuela Superior de Comercio. Cuadernillo de Lengua y literatura IV Página 23
apogeo histórico y cultural de Atenas, y al decir de algunos historiadores, por su religiosidad los dioses
le privaron de ver la caída de Atenas (406 a.C.), año de su muerte. (Ardesi de Tarantuviez 1991:66)
Aunque su obra más conocida es Edipo rey y su continuación Edipo en Colono, Antífona, la tercera
obra del ciclo tebano, es la más conmovedora, porque el hecho trágico no se manifiesta en sucesos o
acontecimientos terribles como el incesto, el matricidio o parricidio, sino que es algo más interno: el
dolor de Antígona consecuencia de una vida cargada de él, por la tragedia familiar, su asistencia a un
padre desesperado y enfermo en su último camino de exilio, y la culminación de los mismos por el
último gran dolor por su hermano Polinices insepulto. Este último sufrimiento es el tema de la tragedia
Antígona. Ella ha convivido con el sufrimiento, pero, mientras a los anteriores hechos trágicos de su
vida familiar los soportó serena y mansamente, porque eran producto del destino, destino que los
dioses habían decidido para su familia y que sus padres asumieron con dignidad; este último dolor por
su hermano insepulto va a provocar su rebelión por la injusticia que implica ese mandato de su tío
Creonte. La tragedia resume los grandes conflictos humanos: las obligaciones morales, la piedad
familiar, la obediencia religiosa, el alineamiento o separación entre las leyes humanas y divinas, la
situación y rol de la mujer, la democracia y la tiranía.
2. Las leyes humanas y las leyes divinas
Sin duda el conflicto entre aquellas leyes humanas que no siguen o incluso contradicen a las leyes
divinas es el nudo central de esta tragedia. La soberbia del hombre suele alejarlo de las obligaciones
divinas, haciéndolo sentir todopoderoso, pero entonces el destino es implacable y se presenta ante el
hombre destruyendo los castillos de arena por él levantados. Sófocles nos manifiesta en Antígona la
defensa de los valores morales universales, de aquellas leyes naturales y divinas que no tienen
necesidad de ser escritas porque están dentro de cada ser humano, aunque en el siglo XX han tenido
que ser legisladas internacionalmente, es el caso de los “derechos humanos”. Pues son leyes que no
pueden ser anuladas por ocasionales normas humanas, sino que atañen a la esencia misma del ser
humano y el respeto que éste se merece de sí mismo y sus congéneres.
La obra de Sófocles, según Lesky, está llena de la presencia de los dioses. Todo lo que sucede
proviene de ellos. (1970:124) En la tragedia, Sófocles ejerce docencia moral y democrática,
preocupado seguramente por el decaimiento de las costumbres en la sociedad y previniendo siempre
contra el poder de la tiranía. Creonte cree dar un castigo ejemplar al no permitir enterrar el cadáver de
Polinices, por traidor, por haber atacado a su propia ciudad. La traición es uno de los peores delitos en
Grecia, tanto en la época arcaica, en la que transcurre la tragedia, como en la clásica, en la que
Sófocles escribe. Sin embargo, Antígona defiende leyes que tienen un valor superior a los decretos
políticos; defiende a quien no puede defenderse porque está muerto, defiende el honor de su familia, y
defiende las leyes divinas. En el culto a los muertos se mantiene la continuidad del grupo familiar y de
la ciudad. (Vernant 1985:327-28) Antígona: (refiriéndose a los decretos de su tío Creonte) No fue Zeus
el que los ha mandado publicar, ni la Justicia que vive con los dioses de abajo la que fijó tales leyes
para los hombres. No pensaba que tus proclamas tuvieran tanto poder como para que un mortal
pudiera transgredir las leyes no escritas e inquebrantables de los dioses. Éstas no son de hoy ni de
ayer, sino de siempre, y nadie sabe de dónde surgieron. No iba yo a obtener castigo por ellas de parte
de los dioses por miedo a la intención de hombre alguno. Sófocles ama su polis y siente la necesidad
docente de prevenirla del decaimiento de la moral y las costumbres tradicionales y religiosas. Él fue un
político probo y un religioso practicante, y como tal, manifiesta en sus obras tanto la defensa de su
patria como el respeto a las tradiciones religiosas. En oposición a la coherencia del discurso de
Antígona, Sófocles muestra constantemente contradicciones en el discurso de Creonte; incluso él es
4. La democracia y la tiranía
Referencias bibliográficas
Ardesi de Tarantuviez, Beatriz (1991), “La tragedia ática en el ambiente político y social de su tiempo”, Mendoza, Revista de Historia
Universal, 4, 59-68.
Diel, Paul (1985), El simbolismo en la mitología griega, Barcelona, Labor.
Jaeger, Werner (1985), Paideia: los ideales de la cultura griega, México, FCE.
Kitto, H.D. (1970), Los griegos, Buenos Aires, EUDEBA.
Lesky, Albin (1970), La tragedia griega, Barcelona, Labor.
Sofocles (2000), Tragedias. Áyax. Antígona. Edipo rey. Electra. Edipo en Colono, Barcelona, Gredos.
Soulis, Sofía (1995), Mitología griega, Atenas, Ed. Michalis Toubis S.A.
Vernant, Jean Pierre (1985), Mito y pensamiento en la Grecia Antigua, Barcelona, Ariel.
TOMADO DE: file:///C:/Users/vanes/OneDrive/Escritorio/sobre%20antigona.pdf. Fecha de última consulta: 30/8/22.
La épica clásica
Introducción a Eneida, de Virgilio
Literatura clásica
Esta categoría genérica, dentro de la historia de la literatura, hace referencia a dos importantes
literaturas antiguas: la griega y la romana. Sus aportes constituyen las bases de la cultura occidental:
la mayoría de las ramas del pensamiento y de las artes (filosofía, política, literatura, teatro, medicina)
se nutren de estas dos grandes civilizaciones. En el caso de la literatura, el paradigma establecido por
la cultura grecolatina es el antecedente directo de nuestras literaturas nacionales. El español como
lengua romance recoge estos los patrones culturales. Vemos en la literatura clásica temas, formas de
escritura, miradas del mundo que resuenan a lo largo de la historia literaria.
La literatura griega surge aproximadamente en el siglo XII A.C asociada a la guerra. Los primeros
“poetas” eran guerreros que recogían las memorias de las batallas en versos que inmortalizaban los
sucesos. Homero es el primer poeta griego que registra la historia literaria. A él se le atribuyen dos de
las obras más conocidas de la cultura grecolatina: la Ilíada y la Odisea. Estas obras recogen una serie
de mitos que están en la base de la cosmovisión del mundo griego, en donde los dioses tejen la trama
del destino de los hombres y estos luchan ante esta fuerza inexorable.
La épica romana
Se entiende por épicas aquellas manifestaciones literarias de carácter narrativo que cuentan con un
lenguaje solemne y majestuoso las hazañas legendarias de héroes o los orígenes míticos de un
pueblo. La épica surge en las culturas primitivas vinculada con la tradición oral: son composiciones que
se transmiten oralmente, generalmente con acompañamiento musical y que no tienen ni un único autor
ni un texto fijo. A este estadío pertenecen las dos grandes epopeyas de la India - el Ramayana y el
Mahabarhata - y los poemas homéricos. Precisamente la enorme influencia que ejerce en toda la
civilización occidental la cultura griega hace que, a partir de la Ilíada y la Odisea, la épica se convierta
en un género literario con características bien definidas. Surge de esta forma el poema épico o épica
culta, producto de la voluntad de su autor que escoge el tema y utiliza conscientemente los recursos
estilísticos a su alcance. A este último tipo de poesía pertenecen todas las obras de carácter épico de
la literatura latina. En origen y desarrollo del género épico en Roma podemos observar algunas
características fundamentales:
*Influencia homérica: Utilización de la historia nacional como argumento épico.
*Influencia de la poesía alejandrina: Como ya se ha dicho los dos poemas homéricos- Ilíada y
Odisea- son el punto de arranque de toda la épica occidental. En Roma, Livio Andrónico, poeta
tarentino del siglo III a. de J.C., tradujo, o más bien realizó una versión libre de la Odisea en versos
saturnios. Esta obra, que dio a conocer los poemas de Homero en Roma, ejerció una enorme
influencia y fue utilizada en las escuelas. Desde época muy temprana los autores latinos sustituyen los
elementos míticos y legendarios por sus propias gestas históricas como tema de sus poemas épicos.
Las primeras obras originales de género épico son epopeyas nacionales y, en cierto sentido, así se
pueden considerar también los dos grandes poemas épicos que se nos han conservado completos: la
Eneida y La Farsalia. Entre los poetas que cultivaron el género épico con anterioridad a Virgilio
destaca por su importancia Ennio, con quien la épica latina se consolida definitivamente. Su poema
Annales es considerada como la epopeya nacional romana hasta la aparición de la Eneida. Toda la
obra de Ennio contiene un sentimiento típicamente romano: un gran amor y admiración por Roma y por
las hazañas de sus héroes.
Virgilio, el poeta del principado
Publio Virgilio Marón constituye una de las cimas de la literatura latina, siendo uno de los autores
clásicos que ejerció en la literatura posterior una influencia más duradera y permanente. Junto con
En la Edad Media, se denominaba “villano” al habitante común de las villas o aldeas, a diferencia de la nobleza,
que constituía el estrato social superior. Un vasallo es aquella persona vinculada a un señor feudal por una
relación de fidelidad y dependencia. Una relación similar unía a los señores feudales con el rey; por eso el Cid
Campeador llama al rey Alfonso “mi señor”. Se trata de la forma de organización social característica de la Edad
Media. (Adaptado de: Warley, Jorge. Héroes medievales: El Cid, Arturo, Los Nibelungos. Relatos anónimos en versiones de Ruth Kaufman
y Franco Vaccarini. Buenos Aires: Puerto de Palos, 2005)
“Por propia definición, [el amor cortés] es aristocrático, en el sentido de que conviene solo a una élite que
frecuenta las cortes. Fue precisamente en la corte de los duques o condes poderosos donde las mujeres de
estos operaron aquella transformación de las costumbres y crearon la cortesía, es decir lo que en nuestros días
llamamos fineza y galantería. Tanto damas como caballeros se debían a sí mismos un amor distinto del pueblo,
pues villanos y trabajadores no conocen del amor sino el aspecto material y carnal. […] La dama que se ama es
siempre o casi siempre una mujer casada. Por supuesto, no hay ningún peligro, puesto que su cuerpo pertenece
exclusivamente a su señor y dueño y ella da a su amante solamente el pensamiento o el corazón. De todos
modos, se trata de amor ilegítimo, único en aquella época que merecía el nombre de amor. […] Otro carácter del
amor cortés, que se refiere a su imitación de la jerarquía feudal, es la superioridad de la dama, considerada
como señora de vasallos, respecto del amante, considerado como su hombre vasallo. De esta posición siempre
inferior del amante, resulta su sumisión, su fidelidad absoluta, su timidez y su perpetuo temor de perder el objeto
de sus deseos…”
Adaptado de: Jacques Lafitte-Houssat, “El amor cortés: sus caracteres”, en Trovadores y cortes de amor. Ed. Universitaria de Buenos Aires,
1963, pp-107-112.
Bernard de Ventadour
CUANDO CONTEMPLO A LA ALONDRA MOVER
Otros poemas de Amor cortés en: Serrano, Francisco. “Poesía de los trovadores”.
http://www.francisco-serrano.com/translation/trovadores.pdf. Consultado por última vez el 2-3-16.
En la ceremonia de ordenamiento de los caballeros andantes, el padrino le daba un golpe en la nuca –la
pescozada– al aspirante y, luego, lo golpeaba en la espalda –el espaldarazo–. Acto seguido, las damas
presentes le calzaban las espuelas y le ceñían la espada.
*Los pendones son enseñas militares parecidas a una bandera más larga que ancha que servían para identificar
a los guerreros y caballeros. Se denomina “mesnadas” (o huestes) a los grupos de gente de armas que se
congregaban alrededor del señor feudal. Las lorigas son semejantes a las armaduras, están hechas de
pequeñas escamas de acero unidas entre sí. Los yelmos son piezas de hierro que, a la manera de un casco,
cubren la cabeza del guerrero. Una enseña es una insignia, estandarte o bandera militar. Las bridas son las
riendas y cintas que sujetan la cabeza del caballo y sirven para dirigirlos y obligarlos a frenar. Arzones son
secciones de la parte anterior y posterior de la silla de montar.
Adaptado de: Warley, Jorge. Héroes medievales: El Cid, Arturo, Los Nibelungos. Relatos anónimos en versiones de Ruth Kaufman y Franco
Vaccarini. Buenos Aires: Puerto de Palos, 2005.
Actividades
1- Para profundizar en el universo simbólico de la Edad Media, te recomendamos los siguientes
materiales audiovisuales:
- Video “La Edad Media entre el señorío y la ciudad”. Capítulo de la serie "Horizontes Ciencias
Sociales", emisión del Ministerio de Educación, canal Encuentro:
https://www.youtube.com/watch?v=Qo4av_sQIqk
-El film El nombre de la rosa, basado en la novela homónima de Umberto Eco.
-Material de lectura complementario y optativo en el aula virtual: "Seguimos viviendo en la Edad
Media", entrevista a Jacques Le Goff”, Diario La Nación. (http://www.lanacion.com.ar/746748-
seguimos-viviendo-en-la-edad-media-dice-jacques-le-goff).
2-Investiguen acerca de otros tipos de expresiones literarias medievales en verso, en prosa y en el
ámbito teatral, por ejemplo, crónicas de viajes, exempla, fábula, etc. Confeccionen un cuadro sinóptico
para volcar los resultados de su investigación.
3- Indicá qué elementos de la ética cortesana se presentan en las canciones de amor cortés y cuáles
están ausentes.
4-Transcribí versos que den cuenta de los siguientes aspectos: la mujer como fuente de inspiración; el
caballero como servidor, la pena de amor, la naturaleza visual de la pasión amorosa, etc.
5-Producción: Redacten, en grupos de dos integrantes, un poema amoroso que emule las típicas
características del amor cortés.
Renacimiento y Humanismo
El humanismo tiene sus antecedentes en plena Edad Media, en la modernidad del pensamiento
de Abelardo, filósofo francés del siglo XII, que propugnó una filosofía individualista ensalzando la
grandeza humana, en un momento en que domina la idea de Dios sobre lo terrenal. El
término Humanismus fue acuñado en 1808 por el alemán Netharmer, refiriéndose al valor formativo en
la educación de los clásicos grecolatinos. El humanista del Renacimiento era por definición un erudito,
un hombre culto, enamorado de la antigüedad y preocupado por el estudio de todas las disciplinas en
el campo del saber. El humanista se centra en el estudio de la cultura clásica, en el estudio del hombre
El Humanismo.
El humanismo (representantes principales Maquiavelo, Tomas Moro) como tema hace referencia,
principalmente en los grandes pensadores de la época, tanto en lo cultural como en lo histórico a seis
aspectos generales:
1.- Antropocentrismo (es decir enfoque en el ser humano) en lugar de Teocentrismo (enfoque en
Dios), ya que las principales ideas y obras del renacimiento buscan tributar honor al hombre, centro
de sus preocupaciones y su inspiración.
2.- Retorno a los cánones griegos: tanto la escultura como la pintura retoman los ideales clásicos y
griegos como modelo de sus obras.
3.- Preponderancia de las artes sobre la ciencia y la filosofía.
4.- Reforma protestante: a partir del siglo XVI el cristianismo comienza a verse divido por gran
variedad de religiones protestantes, cuyo principio básico, que es el libre examen, tratará de echar
por tierra la autoridad papal.
5.- Fin del Feudalismo: como ya se había mencionado con anterioridad, la desaparición de los feudos
por las necesidades del comercio con otras partes del mundo, lo cual traerá consigo el nacimiento de
ciudades y estas a su vez el nacimiento de naciones.
6.- Inventos y descubrimientos: Principalmente, la imprenta y, entre los segundos, el descubrimiento
de América.
Temas y características
Los temas son casi siempre profanos, a tono con la mentalidad burguesa que empezaba a fraguarse
en Florencia: la inteligencia humana, la fortuna y el amor. Van desde «historias de mala suerte que
inesperadamente cambian hacia felicidad» (el día dos, bajo el liderazgo de Filomena) hasta historias
considerablemente más interesantes de «mujeres que juegan engaños con sus maridos» (día siete,
bajo el mandato de Dioneo). Cada día también incluye una breve introducción y una conclusión, que
describen otras actividades diarias del grupo, además del relato de historias.
El Decamerón describe detalladamente los efectos físicos, psicológicos y sociales que la peste
bubónica ejerció en esa parte de Europa. La terrible peste negra de 1348, que diezmó la población de
Europa y que causó unos estragos apocalípticos, constituyó una verdadera sacudida espiritual. La
miseria humana se hizo clara y patente y los esqueletos de millares de apestados insepultos
presentaron a la sociedad desnuda. La Danza de la Muerte formó entonces un corro inmenso que
hacía entrar a personas de todas clases y condiciones, igualándolas socialmente y derribando
vanidades terrenales e ideales humanos. Así, la sociedad podía ser contemplada con ojos realistas y
ser caricaturizada. Los argumentos básicos de las historias no son generalmente invención de
Boccaccio; de hecho, se basan en fuentes italianas más antiguas, o en algunas ocasiones en fuentes
francesas o latinas. Cabe mencionar que algunas de las historias que contiene el Decamerón
aparecen más adelante en los Cuentos de Canterbury, de Chaucer.
Se puede considerar el Decamerón como obra precursora del Renacimiento por la concepción profana
del hombre, la ausencia de rasgos fantásticos o míticos, y la burla de los ideales medievales, lo que
dota a la obra de un carácter claramente antropocéntrico y humanista. Los jóvenes que llevan adelante
las diez jornadas instauran la idea del carpe diem en contraposición al tópico literario del ubi sunt.
Puede apreciarse una paulatina desmitificación de la idea de la tierra como simple tránsito hacia la
vida eterna.
Los personajes de Boccaccio son seres comunes, defectuosos y desprovistos de cualquier valor noble,
caballeresco o cortés, propio de una sociedad feudal; por el contrario, destacan los ladrones,
embusteros y adúlteros, y se enaltece su astucia, que les permite salir airosos de las situaciones
descritas, a diferencia de la antigua concepción medieval, donde el protagonista o héroe de la historia
poseía facultades inherentes a su ser, como la belleza o la fuerza, y asociadas siempre a la nobleza y
TERCERA JORNADA
La aurora empezaba ya a convertirse de bermeja en anaranjada por la aproximación del sol cuando el
domingo, levantada la reina y hecho levantar a su compañía, y habiendo mandado ya el senescal
buen espacio por delante al lugar donde debían ir muchas de las cosas oportunas y quien allí
preparase lo que era necesario, viendo ya a la reina en camino, prestamente haciendo cargar todas
las demás cosas, como si de allí levantasen el campo, se fue con los bagajes, dejando a los sirvientes
junto a las señoras y los señores. La reina, pues, con lento paso, acompañada y seguida por sus
damas y los tres jóvenes, guiada por el canto de quién sabe si veinte ruiseñores y otros tantos pájaros,
por un sendero no muy frecuentado mas lleno de verdes hierbecillas y de flores que al sol que llegaba
todas empezaban a abrirse, tomó el camino hacia occidente, y charlando y bromeando y riendo con su
compañía, sin haber andado más de dos mil pasos, bastante antes de que mediada la hora de tercia
estuviese, a una hermosísima y rica mansión que un tanto levantada sobre el suelo en un cerro
estaba, les hubo conducido . Entrados en la cual y andando por todas partes, y habiendo visto las
grandes salas, las limpias y adornadas alcobas debidamente abastecidas de todo lo que a una alcoba
corresponde, sumamente la alabaron y reputaron a su dueño por magnífico; después, bajando abajo, y
viendo el amplísimo y alegre patio, las bodegas llenas de óptimos vinos y el agua fresquísima y
abundante que de allí manaba, más aún lo alabaron. De allí, como deseosos de reposo en una galería
desde donde todo el patio se señoreaba, estando todas las cosas llenas de las flores que el tiempo
daba y de ramas, sentándose, vino el discreto senescal y con exquisitos dulces y óptimos vinos los
recibió y confortó. Después de lo cual, haciendo abrir un jardín contiguo al palacio, allí, que estaba
todo cercado por un muro, entraron; y pareciéndoles a primera vista de maravillosa belleza todo el
conjunto, más atentamente empezaron a mirar sus partes. Tenía a su alrededor y por la mitad en
bastantes partes paseos amplísimos, rectos como caminos y cubiertos por un emparrado que gran
aspecto tenía de ir aquel año a dar muchas uvas; y todo florido entonces esparcía tan gran olor que,
mezclado con el de muchas otras cosas que por el jardín olían, les parecía estar entre todos los
aromas nacidos en el oriente. Los lados de los cuales paseos todos por rosales blancos y bermejos y
por jazmines estaban casi cubiertos; por las cuales cosas, no ya de mañana sino cuando el sol
estuviese más alto, bajo olorosas y deleitables sombras, sin ser tocado por él, se podía andar por
ellos. Cuántas y cuáles y cómo estaban ordenadas las plantas que había en aquel lugar sería largo de
contar; pero no hay ninguna estimable que en nuestro clima se dé, que no hubiese allí
abundantemente. En mitad del cual, lo que no es menos digno de lo que otra cosa que allí hubiera
sino mucho más, había un prado de menudísima hierba y tan verde que casi parecía negra, pintado
todo de mil variedades de flores, cercado en torno por verdísimos y erguidos naranjos y por cedros, los
cuales, teniendo frutos, los viejos y los nuevos, flores todavía, no solamente con sombra amable a los
ojos sino también al olfato lisonjeaban. En medio del tal prado había una fuente de mármol
blanquísimo y con maravillosas figuras esculpidas; allí dentro, no sé si natural o artificiosa, por una
estatua que sobre una columna en el medio de aquélla estaba en pie, arrojaba tanta agua y tan alta
hacia el cielo (que luego no sin deleitable sonido sobre la clarísima fuente volvía a caer) que hubiera
hecho mover al menos un molino. La que después (aquella, digo, que sobrepasaba el borde de la
fuente) por vía oculta salía del pradecillo y por canalillos asaz bellos y artificiosamente hechos, fuera
de aquello haciéndose ya manifiesta, todo lo rodeaba; y allí por canalillos semejantes por todas las
partes del jardín discurría, recogiéndose últimamente en una parte por donde había salido del hermoso
jardín y de allí, descendiendo clarísima hacia el llano antes de llegar a él, con grandísima fuerza y con
no poca utilidad para su dueño, hacía dar vueltas a dos molinos. Al ver este jardín, su bello orden, las
plantas y la fuente con los arroyuelos procedentes de ella, tanto agradó a todas las mujeres y a los tres
CUARTA JORNADA
COMIENZA LA CUARTA JORNADA DEL DECAMERÓN, EN LA CUAL, BAJO EL GOBIERNO
DE FILOSTRATO, SE RAZONA SOBRE AQUELLOS CUYOS AMORES TUVIERON UN FINAL
INFELIZ.
CARÍSIMAS señoras, tanto por las palabras oídas a los hombres sabios como por las cosas por mí
muchas veces vistas y leídas, juzgaba yo que el impetuoso viento y ardiente de la envidia no debía
golpear sino las altas torres y las más elevadas cimas de los árboles; pero en mi opinión me encuentro
sobremanera engañado. Porque huyendo yo, y habiéndome siempre ingeniado en huir el fiero ímpetu
de ese rabioso espíritu, no solamente por las llanuras sino también por los profundísimos valles,
callado y escondido, me he ingeniado en andar; lo que puede aparecer asaz manifiesto a quien las
presentes novelitas mira, que no solamente en florentino vulgar y en prosa están escritas por mí y sin
título sino también en estilo humildísimo y bajo cuanto más se puede, y no por todo ello he podido
dejar de ser fieramente atacado por tal viento (hasta casi desarraigado) y de ser todo lacerado por los
mordiscos de la envidia ; por lo que asaz manifiestamente puedo comprender que es verdad lo que
suelen decir los sabios que sólo la miseria deja de ser envidiada en este mundo presente. Pues ha
habido quienes, discretas señoras, leyendo estas novelitas, han dicho que vosotras me gustáis
demasiado y que no es cosa honesta que yo tanto deleite tome en agradaros y consolaros y algunos
han dicho peor: que en alabaros como lo hago. Otros, mostrando querer hablar más reflexivamente,
han dicho que a mi edad no está bien perseguir ya estas cosas: esto es, hablar de mujeres y
complacerlas. (…)
NOVELA NOVENA
Micer Guiglielmo de Rosellón da a comer a su mujer el corazón de micer Guiglielmo Guardastagno,
muerto por él y amado por ella; lo que sabiéndolo ella después, se arroja de una alta ventana y muere,
y con su amante es sepultada .
Habiendo terminado la historia de Neifile no sin haber hecho sentir gran compasión a todas sus
compañeras, el rey, que no entendía abolir el privilegio de Dioneo, no quedando nadie más por narrar,
comenzó:
Se me ha puesto delante, compasivas señoras, una historia con la cual, puesto que así os conmueven
los infortunados casos de amor, os convendrá sentir no menos compasión que con la pasada, porque
más altos fueron aquellos a quienes sucedió lo que voy a contar y con un accidente más atroz que los
que aquí se han contado.
Debéis, pues, saber que, según cuentan los provenzales , en Provenza hubo hace tiempo dos nobles
caballeros, de los que cada uno castillos y vasallos tenía, y tenía uno por nombre micer Guiglielmo de
Rosellón y el otro micer Guiglielmo Guardastagno; y porque el uno y el otro eran muy de pro con las
armas, mucho se amaban y tenían por costumbre ir siempre a todo torneo o justas u otro hecho de
armas juntos y llevando una misma divisa.
Y aunque cada uno vivía en un castillo suyo y estaban uno del otro lejos más de diez millas, sucedió
sin embargo que, teniendo micer Guiglielmo de Rosellón una hermosísima y atrayente señora por
mujer, micer Guiglielmo Guardastagno, fuera de toda medida y no obstante la amistad y la compañía
que había entre ellos, se enamoró de ella; y tanto, ora con un acto ora con otro, hizo que la señora se
apercibió; y sabiéndolo valerosísimo caballero, le agradó, y comenzó a amarle hasta tal punto que
nada deseaba o amaba más que a él, y no esperaba sino ser requerida por él; lo que no pasó mucho
tiempo sin que sucediese, y juntos estuvieron una vez y otra, amándose mucho. Y obrando menos
discretamente juntos, sucedió que el marido se apercibió de ello y fieramente se enfureció, hasta el
SEXTA JORNADA
NARRACIÓN CUARTA
Currado Gianfiglazzi se distinguía en nuestra ciudad como hombre eminente, liberal y espléndido, y
viviendo vida hidalga, halló siempre placer en los perros y en los pájaros, por no citar aquí otras de sus
empresas de mayor monta. Pues bien; habiendo un día este caballero cazado con un halcón suyo una
grulla¹ cerca de Perétola y hallando que era tierna y bien cebada, se la mandó a su vecino, excelente
cocinero, llamado Chichibio, con orden de que se la asase y aderezase bien. Chichibio, que era tan
atolondrado como parecía, una vez aderezada la grulla, la puso al fuego y empezó a asarla con todo
esmero.
Estaba ya casi a punto y despedía el más apetitoso olor el ave, cuando se presentó en la cocina una
aldeana llamada Brunetta, de la que el marmitón² estaba perdidamente enamorado; y percibiendo la
intrusa el delicioso vaho y viendo la grulla, empezó a pedirle con empeño a Chichibio que le diese un
muslo de ella. Chichibio le contestó canturreando:
-No la esperéis de mí, Brunetta, no; no la esperéis de mí.
Con lo que Brunetta irritada, saltó, diciendo:
-Pues te juro por Dios que si no me lo das, de mí no has de conseguir nunca ni tanto así.
Cuanto más Chichibio se esforzaba por desagraviarla, tanto más ella se encrespaba; así es que, al fin,
cediendo a su deseo de apaciguarla, separó un muslo del ave y se lo ofreció.
Luego, cuando les fue servida a Currado y a ciertos invitados, advirtió aquel la falta y extrañándose de
ello hizo llamar a Chichibio y le preguntó qué había sido del muslo de la grulla. A lo que el tramposo
veneciano contestó en el acto, sin atascarse:
-Las grullas, señor, no tienen más que una pata y un muslo.
Amoscado entonces Currado, opuso:
-¿Cómo diablos dices que no tienen más que un muslo? ¿Crees que no he visto más grullas que esta?
-Y, sin embargo, señor, así es, como yo os digo; y, si no, cuando gustéis os lo demostraré con grullas
vivas -arguyó Chichibio.
Currado no quiso enconar más la polémica, por consideración a los invitados que presentes se
hallaban, pero le dijo:
-Puesto que tan seguro estás de hacérmelo ver a lo vivo -cosa que yo jamás había reparado ni oído a
nadie- mañana mismo yo dispuesto estoy. Pero por Cristo vivo te juro que si la cosa no fuese como
dices, te haré dar tal paliza que mientras vivas habrás de acordarte de mi nombre.
Terminada con esto la plática por aquel día, al amanecer de la mañana siguiente, Currado, a quien el
descanso no había despejado el enfado, se levantó cejijunto, y ordenando que le aparejasen los
caballos, hizo montar a Chichibio en un jamelgo y se encaminó a la orilla de una laguna, en la que
solían verse siempre grullas al despuntar el día.
-Pronto vamos a ver quién de los dos ha mentido ayer, si tú o yo -le dijo al cocinero.
Chichibio, viendo que todavía le duraba el resentimiento al caballero y que le iba mucho a él en probar
que las grullas solo tenían una pata, no sabiendo cómo salir del aprieto, cabalgaba junto a Currado
Actividades
1- Puntualizá los rasgos que marcan una nueva cosmovisión en el siglo XIV.
2-a-Determiná los siguientes elementos del texto. –género /estructura / narradores / marcos narrativos.
b-¿Te parece que el narrador interviene en la historia para opinar sobre las acciones de los
personajes? Buscá citas textuales para fundamentar.
3-En los relatos de Decamerón seleccionados, analizá:
-la visión del amor que presentan / -temas relacionados con el amor.
--crítica a las instituciones de poder, por ejemplo, la iglesia.
-“naturaleza realista” de los relatos: cómo son los personajes y el lenguaje que utilizan; anécdotas
mundanas o cotidianas tratadas, etc.
4- Redacten un texto de opinión en el que analicen los comportamientos de los protagonistas de los
relatos. Pueden opinar sobre la infidelidad, la venganza; el ingenio ante las situaciones adversas, los
deseos corporales y las normas establecidas.
5- “Contar historias para escapar de la muerte”. Te proponemos que investigues sobre el marco
narrativo general de obras con distintos niveles narrativos en los que los relatos son una forma de huir
de la muerte y que expongas oralmente los resultados de tu investigación. Te sugerimos empezar con
Las mil y una noches y El beso de la mujer araña, de Manuel Puig. También podés incluir el film de
Tim Burton, El gran pez.
6- Producción. Imaginen un relato ficcional que posea relatos enmarcados y que tenga una anécdota
amorosa como motivo.
RENACIMIENTO BARROCO
Valoración de la cultura clásica. Sin perderse lo clásico, resurge lo medieval.
Equilibrio entre forma y contenido. Pérdida deliberada del equilibrio entre forma y
contenido.
Empleo armónico de los recursos estilísticos. Profusión en el empleo de los recursos
estilísticos.
Naturalidad en la expresión y el lenguaje. Experiencia lingüística que incorpora cultismos
y nuevos modos de expresión.
Tendencia a buscar la claridad. Preferencia por lo complejo.
Amor constante más allá de la muerte Al que ingrato me deja, busco amante...
Cerrar podrá mis ojos la postrera Al que ingrato me deja, busco amante;
Sombra que me llevare el blanco día, al que amante me sigue, dejo ingrata;
Y podrá desatar esta alma mía constante adoro a quien mi amor maltrata;
Hora, a su afán ansioso lisonjera; maltrato a quien mi amor busca constante.
Alma, a quien todo un Dios prisión ha sido, Si a éste pago, padece mi deseo;
Venas, que humor a tanto fuego han dado, si ruego a aquél, mi pundonor enojo:
Médulas, que han gloriosamente ardido, de entrambos modos infeliz me veo.
Carpe Diem
Mientras por competir con tu cabello
Oro bruñido al sol relumbra en vano,
Mientras con menosprecio en medio el llano
Mira tu blanca frente al lilio bello;
Actividades
1-Buscá información sobre los autores de los poemas.
2-Identificá rasgos propios del Barroco en los textos. Podés referirte a: la utilización del lenguaje; la
estructura de los poemas; las temáticas; la “visión del mundo” que presentan, etc.
3-Revisá con tu docente los recursos poéticos y retóricos estudiados en 2º y 3º año. Identificá luego
algunos recursos típicos del Barroco: hipérbaton, oxímoron, hipérboles, etc. ¿Qué función textual
cumplen esos recursos?
4-Buscá las versiones musicales de los sonetos de Quevedo- por Rafael Alberti-, y de Sor Juana.
Otelo, de W. Shakespeare
El destino de Shakespeare
A diferencia de Dante, a diferencia de James Joyce, a diferencia de Flaubert (sé que esta progresión
es descendente), Shakespeare, como Cervantes o Montaigne, nunca se propuso escribir una obra
maestra. Lo movía el estímulo de las tablas. Inventó caracteres para que la gente aceptara
argumentos que lo tenían sin cuidado. Ahora, creemos en Hamlet y no en las deleznables intrigas de
la corte de Dinamarca; de un modo análogo, creemos en Alonso Quijano y no en los melancólicos
percances que su crónica le atribuye. Casi podríamos decir que Shakespeare no se dedicó a la
Literatura. Trabajaba para el presente, no para el tiempo.
El movimiento romántico, cuya fecha oficial en Inglaterra y en Alemania es 1789, lo canonizó, es decir,
hizo que lo leyéramos como si el azar no tuviera parte en sus páginas. Que yo sepa, el único disidente
fue Byron, que afirmó que un pequeño templo de mármol (la obra de Alexander Pope) es superior a
una montaña de escombros (la obra de Shakespeare).
Conocemos a Hamlet y al Rey Lear, pero no a William Shakespeare. Sospecho que su extensa gloria
póstuma lo habría sorprendido, pero no lo habría interesado. Acaso para él, como para Próspero, todo
está hecho de la madera de los sueños.
Temo no haber sido justo con Shakespeare. Para reparar esa culpa, me permito exhumar el fin de una
parábola que di a la imprenta hace veinte años:
“La historia agrega que, antes o después de morir, se puso frente a Dios y le dijo: Yo, que tantos
hombres he sido en vano, quiero ser uno y yo. La voz de Dios le contestó desde un torbellino: Yo
tampoco soy; yo soñé el mundo como tú soñaste tu obra, mi Shakespeare, y entre las formas de mi
sueño estás tú, que como yo eres muchos y nadie.”
Jorge Luis Borges
Actividades
1- Enunciá las principales características del Barroco y del teatro isabelino.
2-Divididos en grupos seleccionen uno de los siguientes temas:
Eje temático II
El poder
“(…) En efecto, aquí se tratará del poder, indirecta mas obstinadamente. La "inocencia" moderna habla
del poder como si fuera uno: de un lado los que lo poseen, del otro los que no lo tienen; habíamos
creído que el poder era un objeto ejemplarmente político, y ahora creemos que es también un objeto
ideológico, que se infiltra hasta allí donde no se lo percibe a primera vista –en las instituciones, en las
enseñanzas-, pero que en suma es siempre uno. Pero, ¿y si el poder fuera plural, como los demonios?
"Mi nombre es Legión", podría decir: por doquier y en todos los rincones, jefes, aparatos, masivos o
minúsculos, grupos de opresión o de presión; por doquier voces "autorizadas", que se autorizan para
hacer escuchar el discurso de todo poder: el discurso de la arrogancia. Adivinamos entonces que el
poder está presente en los más finos mecanismos del intercambio social: no sólo en el Estado, las
clases, los grupos, sino también en las modas, las opiniones corrientes, los espectáculos, los juegos,
los deportes, las informaciones, las relaciones familiares y privadas, y hasta en los accesos liberadores
que tratan de impugnarlo: llamo discurso de poder a todo discurso que engendra la falta, y por ende la
culpabilidad del que lo recibe. Algunos esperan de nosotros, intelectuales, que actuemos en toda
ocasión contra el Poder; pero nuestra verdadera guerra está en otra parte; está contra los poderes, no
se trata de un combate fácil porque, plural en el espacio social, el poder es, simétricamente, perpetuo
en el tiempo histórico: expulsado, extenuado aquí, reaparece allá; jamás perece: hecha una revolución
para destruirlo, prontamente va a revivir y a rebrotar en el nuevo estado de cosas. La razón de esta
resistencia y de esta ubicuidad es que el poder es el parásito de un organismo transocial, ligado a la
entera historia del hombre, y no solamente a su historia política, histórica. Aquel objeto en el que se
inscribe el poder desde toda la eternidad humana es el lenguaje o, para ser más precisos, su
expresión obligada: la lengua.
El lenguaje es una legislación, la lengua es su código. No vemos el poder que hay en la lengua porque
olvidamos que toda lengua es una clasificación, y que toda clasificación es opresiva: ordo quiere decir
a la ver repartición y conminación. Como Jakobson lo ha demostrado, un idioma se define menos por
lo que permite decir que por lo que obliga a decir. En nuestra lengua francesa (y se trata de ejemplos
groseros) estoy obligado a ponerme primero como sujeto antes de enunciar la acción que no será sino
mi atributo: lo que hago no es más que la consecuencia y la consecución de lo que soy; de la misma
manera, estoy siempre obligado a elegir entre el masculino y el femenino, y me son prohibidos lo
neutro o lo complejo; igualmente estoy obligado a marcar mi relación con el otro mediante el recurso
ya sea al tú o al usted: se me niega la suspensión afectiva o social. Así, por su estructura misma, la
lengua implica una fatal relación de alienación. Hablar, y con más razón discurrir, no es como se repite
demasiado a menudo comunicar sino sujetar: toda la lengua es una acción rectora generalizadora.
Pero la lengua, como ejecución de todo lenguaje, no es ni reaccionaria ni progresista, es simplemente
fascista, ya que el fascismo no consiste en impedir decir, sino en obligar a decir. Desde que es
proferida, así fuere en la más profunda intimidad del sujeto, la lengua ingresa al servicio de un poder.
En ella, ineludiblemente, se dibujan dos rúbricas: la autoridad de la aserción, la gregariedad de la
U N R- Escuela Superior de Comercio. Cuadernillo de Lengua y literatura IV Página 68
repetición. Por una parte, la lengua es inmediatamente asertiva: la negación, la duda, la posibilidad, la
suspensión del juicio, requieren unos operadores particulares que son a su vez retomados en un juego
de máscaras de lenguaje: lo que los lingüistas llaman la modalidad no es nunca más que el
suplemento de la lengua, eso con lo cual, como en una súplica, trato de doblegar su implacable poder
de comprobación. Por otra parte, los signos de que está hecha la lengua sólo existen en la medida en
que son reconocidos, es decir, en la medida en que se repiten; el signo es seguidista, gregario. En
cada signo duerme este monstruo: un estereotipo; nunca puedo hablar más que recogiendo lo se
arrastra en la lengua. A partir del momento en que enuncio algo, esas dos rúbricas se reúnen en mí,
soy simultáneamente amo y esclavo: no me conformo con repetir lo que se ha dicho, con alojarme
confortablemente en la servidumbre de los signos: yo digo, afirmo, confirmo lo que repito.
En la lengua, pues, servilismo y poder se confunden ineluctablemente. Si se llama libertad no sólo a la
capacidad de sustraerse al poder, sino también y sobre todo a la de no someter a nadie, entonces no
puede haber libertad sino fuera del lenguaje. Desgraciadamente, el lenguaje humano no tiene exterior:
es un a puertas cerradas. Pero a nosotros, que no somos ni caballeros de la fe ni superhombres, sólo
nos resta, si puedo así decirlo, hacer trampas con la lengua, hacerle trampas a la lengua. A esta
fullería saludable, a esta esquiva y magnífica engañifa que permite escuchar a la lengua fuera del
poder, en el esplendor de una revolución permanente del lenguaje, por mi parte yo la llamo: literatura.
La novela de Caballería
Según nos dice el propio Cervantes en su prólogo al Quijote, el propósito inicial que lo impulsó a
escribir su obra fue desterrar del público de su tiempo el gusto por las novelas de caballerías.
Estos libros narraban historias de ambientación medieval: el protagonista era un caballero que, por el
amor de una dama, se veía empujado a aventuras y hazañas extraordinarias.
Las primeras y más importantes obras del género fueron Tirant lo Blanc del valenciano Joanot
Martorell y Amadís de Gaula. En ésta última se narra el amor perfecto entre Amadís y Oriana, hija del
rey de Gran Bretaña. La trama se complica con la presencia de gigantes y de magos.
Estas novelas se presentan como relatos históricos escritos por un historiador, en alguna lengua
exótica y el autor aparece como el traductor de aquel manuscrito original. Fueron las lecturas
predilectas de la nobleza hasta mediados del Siglo XVI y, más adelante, su tema interesó también a
las “clases inferiores”. Solían leerse en voz alta frente al público. El auge de los libros de caballerías
está relacionado con los ideales de aventura y de expansión que vivió España a lo largo del siglo XVI.
Cuando Cervantes escribió el Quijote, el género estaba ya en vías de extinción y, por eso, su
declaración de interés (el de acabar con el gusto de las novelas de caballeros andantes) es más
aparente que real. Lo que la obra muestra en realidad es el contraste existente entre estos ideales que
imperan en las novelas de caballerías con la realidad de crisis económica, política y social de la
España del Siglo XVII.
La novela moderna
La primera parte de El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de La Mancha apareció en 1605. La misma
consta de 52 capítulos en los que se relatan las hazañas de don Quijote en sus dos primeras salidas.
El “hilo principal” (las aventuras que llevan a cabo don Quijote y su escudero Sancho) se interrumpe
con cuatro historias intercaladas: la “Historia de Crisóstomo y Marcela”, la “Historia de Cardenio”, “El
curioso impertinente” y la “Historia del cautivo” en las cuales los personajes protagonistas son
escuchas o partícipes en segundo plano.
U N R- Escuela Superior de Comercio. Cuadernillo de Lengua y literatura IV Página 69
En 1615 Cervantes escribió la segunda parte de la obra en respuesta a una obra apócrifa titulada
Segundo Tomo del Ingenioso Hidalgo don Quijote de La Mancha. Esta obra apareció un año antes, en
1614, firmada por Alonso Fernández de Avellaneda, seudónimo que encubre a un escritor cuya
verdadera identidad aún es desconocida. El libro de Cervantes consta de 74 capítulos, en los que se
narran los hechos que viven don Quijote y Sancho en su tercera salida. En esta segunda parte
Cervantes se muestra sensible a las críticas recibidas por haber intercalado tantas historias
secundarias en la primera parte. Por eso, la acción principal sólo se ve interrumpida por el episodio de
“Las Bodas de Camacho”, a las que don Quijote y su escudero asisten.
El Quijote es considerado como el antecedente inmediato del género novelesco tal como lo
conocemos en la actualidad. Si bien toda la narrativa ficticia anterior a su aparición prepara y permite
el surgimiento de esta novela, es en el Quijote donde las características que aparecían dispersas se
condensan y se consolidan hasta conformar un todo organizado y coherente. Los aspectos más
relevantes que hacen a la sistematización de esta nueva modalidad de escritura son:
1- La creación de un mundo narrativo donde se confunden los planos de lo real y de lo imaginario
(ficticio). La narración de la historia tiende al efecto de verosimilitud, es decir, plantea toda una
cosmovisión inventada o creada a partir de datos concretos. En este sentido, pueden ingresar en la
trama aspectos de la vida social, económica, política del momento, pero se orientan a focalizar cómo
estos repercuten en la vida psicológica y social del personaje protagonista de la historia.
2- El protagonista ya no es un personaje estereotipado e inmutable, sino que sufre cambios, es decir,
evoluciona a partir de su relación con el mundo exterior. En este sentido, se trata de un héroe
problemático dado que ya no hay una coincidencia entre sus ideales, sus deseos y sus fines y la
realidad circundante que condiciona sus movimientos. A partir de este conflicto surge la acción que la
novela narra.
3- La estructura de la novela (su gran extensión) permite la inclusión y la mixtura en su interior de
diversos géneros literarios: relatos pastoriles o sentimentales, cartas, poemas, discursos económicos,
políticos, jurídicos, eclesiásticos, etc. Además, el lenguaje se encuentra diferenciado según el nivel
cultural y socioeconómico de los personajes, la geografía a la que pertenecen (dialectos) y los diversos
contextos comunicativos en los que se hallan. En este sentido, la novela permite que cada personaje
posea su propia modalidad expresiva acorde con su personalidad, sus circunstancias de vida y sus
pensamientos. Estos aspectos también se orientan a la configuración del efecto de verosimilitud.
4- Perspectivismo: este procedimiento hace posible que el narrador pueda presentar diversos y hasta
opuestos y contradictorios enfoques o puntos de vista sin privilegiar uno sobre otro. Esto hace que se
rompa la unidad armónica de la percepción unilateral del mundo. Por otro lado, se vincula con la
relatividad de todo lo existente: ya no hay verdades absolutas. Los diversos puntos de vista sobre las
cosas se presentan tanto en los personajes como en las fluctuaciones de la voz narrativa.
Una de las grandes aportaciones del Quijote estriba en su singular técnica narrativa. El narrador toma
la historia de don Quijote de varios lugares: primero de los “anales de la Mancha”, luego menciona el
hallazgo de un manuscrito árabe escrito por el historiador árabe Cide Hamete Benengeli que contiene
el resto de la historia y que es traducido al castellano por un morisco. Además, Cervantes no se
presenta como autor sino como el editor de la obra. Esto puede interpretarse como una parodia de los
libros de caballería que se decían traducidos del griego o de otros idiomas extraños. Pero al propósito
burlesco hay que agregar la intención de Cervantes de crear un mundo narrativo en el que difuminen
las fronteras entre lo real y lo imaginario.
Por todo esto, los hechos se narran con ambigüedad, es decir, ya no hay una realidad única sino
diferentes fuentes, todas probables pero ninguna absolutamente verdadera.
Antes que nada, Don Quijote de la Mancha, la inmortal novela de Cervantes, es una imagen: la de un
hidalgo cincuentón, embutido en una armadura anacrónica y tan esquelético como su caballo, que,
acompañado por un campesino basto y gordinflón montado en un asno, que hace las veces de
escudero, recorre las llanuras de la Mancha, heladas en invierno y candentes en verano, en busca de
aventuras. Lo anima un designio enloquecido: resucitar el tiempo eclipsado siglos atrás (y que, por lo
demás, nunca existió) de los caballeros andantes, que recorrían el mundo socorriendo a los débiles,
desfaciendo entuertos y haciendo reinar una justicia para los seres del común que de otro modo éstos
jamás alcanzarían, del que se ha impregnado leyendo las novelas de caballerías, a las que él atribuye
la veracidad de escrupulosos libros de historia. Este ideal es imposible de alcanzar porque todo en la
realidad en la que vive el Quijote lo desmiente: ya no hay caballeros andantes, ya nadie profesa las
ideas ni respeta los valores que movían a aquéllos, ni la guerra es ya un asunto de desafíos
individuales en los que, ceñidos a un puntilloso ritual, dos caballeros dirimen fuerzas. Ahora, como se
lamenta con melancolía el propio Don Quijote en su discurso sobre las armas y las letras, la guerra no
la deciden las espadas y las lanzas, es decir, el coraje y la pericia del individuo, sino el tronar de los
cañones y la pólvora, una artillería que, en el estruendo de las matanzas que provoca, ha volatilizado
La ficción y la vida
El gran tema de Don Quijote de la Mancha es la ficción, su razón de ser, y la manera como ella, al
infiltrarse en la vida, la va modelando, transformando. Así, lo que parece a muchos lectores modernos
el tema "borgesiano" por antonomasia —el de Tlon, Uqbar, Orbis Tertius— es, en verdad, un tema
cervantino que, siglos después, Borges resucitó, imprimiéndole un sello personal.
La ficción es un asunto central de la novela, porque el hidalgo manchego que es su protagonista ha
sido "desquiciado" —también en su locura hay que ver una alegoría o un símbolo antes que un
diagnóstico clínico— por las fantasías de los libros de caballerías, y, creyendo que el mundo es como
lo describen las novelas de Amadises y Palmerines, se lanza a él en busca de unas aventuras que
vivirá de manera paródica, provocando y padeciendo pequeñas catástrofes. Él no saca de esas malas
experiencias una lección de realismo. Con la inconmovible fe de los fanáticos, atribuye a malvados
encantadores que sus hazañas tornen siempre a desnaturalizarse y convertirse en farsas. Al final,
termina por salirse con la suya. La ficción va contaminando lo vivido y la realidad se va gradualmente
plegando a las excentricidades y fantasías de Don Quijote. El propio Sancho Panza, a quien en los
primeros capítulos de la historia se nos presenta como un ser terrícola, materialista y pragmático a
más no poder, lo vemos, en la segunda parte, sucumbiendo también a los encantos de la fantasía, y,
cuando ejerce la gobernación de la ínsula Barataria, acomodándose de buena gana al mundo del
Actividades
1) ¿Cómo se caracteriza a Don Quijote en el inicio de la obra? ¿A partir de qué elementos de la realidad
construye su ficción literaria a la hora de forjarse caballero?
2) ¿Cuál es el efecto que tienen sobre Don Quijote las lecturas por él realizadas? ¿Qué función cumplen o con
qué intención se citan pasajes de novelas de caballería en el capítulo?
3) a-Extrae el pasaje en el que se explicitan los fines que persigue Don Quijote cuando decide pensarse como un
caballero andante. b- ¿Por qué son importantes para Don Quijote los cambios de nombre?
4) Vincula el siguiente fragmento con la introducción teórica sobre Don Quijote: Autores hay que dicen que la
primera aventura que le avino fue la del Puerto Lápice; otyros dicen que la de los molinos de viento; pero lo que
yo he podido averiguar en este caso, y lo que he hallado escrito en los anales de la Mancha, es que él anduvo
todo aquel día, y, al anochecer, su rocín y él se hallaron cansados y muertos de hambre (…)”. (Cervantes
Saavedra, Miguel. Don Quijote de la Mancha. Primera parte. Cap. II).
5) ¿Por qué piensan que el ventero pregunta a don Quijote si lleva dinero consigo? Analicen la respuesta del
caballero don Quijote considerando la importancia del nuevo símbolo social y los ideales ya anacrónicos de las
novelas de caballería.
6) ¿Qué vínculos podés establecer entre el texto que escribió Cervantes y los otros con los que se relaciona por
transtextualidad? (Revisá la teoría sobre “transtextualidad” que está al principio del cuadernillo).
7) Te proponemos que leas el cuento de Borges “Pierre Menard, autor del Quijote”, incluido en El Jardín de
senderos que se bifurcan, Ficciones, y que comentes qué categorías de las presentadas por Genette podés
descubrir allí.
8) ¿Qué idea o comentario sobre Quijote podés inferir del cuadro de Picasso que figura en la contratapa del
presente cuadernillo? ¿Qué sería para ustedes hoy “luchar contra los molinos de viento”? Redacten un texto
opinando sobre la posible actualidad de Quijote.
El Romanticismo
Con la caída de la monarquía (Revolución Francesa) y la apropiación del poder político por la
burguesía surgen en Europa tres corrientes estéticas que marcan el siglo: Romanticismo, Realismo y
finalmente el Naturalismo.
El Romanticismo fue un movimiento que estalló alrededor de 1800 y se propagó rápido, a partir de
1830 hasta su evolución final hacia 1860.
Así, como la Revolución Francesa quebró los principios inmutables y rígidos del mecanismo político
del siglo XVIII, el Romanticismo quebró las estrictas reglas de la doctrina clasicista provocando una
verdadera ruptura en el plano estético.
El Strun und Drang (tormenta e ímpetu), precursor del romanticismo europeo fue un grupo que se
aglutinó primero alrededor del filósofo Herder y luego del poeta W. Goethe y se caracterizó por su
fuerza juvenil, desbordante y rebelde a los postulados de la Razón, enarbolando las banderas de la
libertad y la irracionalidad del corazón.
El artista romántico tuvo una concepción más libre del arte; se consideraba habilitado para romper las
normas vigentes tanto en el ámbito creativo como en el social y fue consolidando así la imagen del
artista como bohemio, es decir, mantenerse al margen o rechazar de plano los mandatos de la
sociedad en la que vive y esta nueva concepción del bohemio, una suerte de héroe negativo, que se
opone a los valores cristalizados socialmente, es la que prevalece hasta hoy.
Los rasgos comunes del romanticismo son:
Imposición del sentimiento sobre la razón, abriendo las puertas de la sensibilidad.
Libertad de la forma: impulsaron el desorden, el desborde y la desmesura.
El culto del yo: lugar de la subjetividad por excelencia.
El paisaje refleja el estado de ánimo de los personajes.
Revalorización de la Edad Media: se toman de esta etapa los temas, procedimientos, el gusto
por lo folclórico, la expresión popular y la concepción del amor.
Gusto por lo exótico como la “japonerías” y las “chinerías” con las que incorporan otros mundos
más extraños y misteriosos.
Recuperación de lo religioso en oposición al secularismo racionalista.
Los temas más frecuentes son el amor, la muerte, la soledad, la belleza, la mujer (ángel o
demonio) la poesía, la libertad.
Algunos de los autores más representativos son Goethe (Fausto, Werther), Víctor Hugo (Nuestra
Señora de París, Los Miserables), Gustavo Adolfo Bécquer (Rimas), John Keats, Lord Byron, Alfred de
Musset entre otros.
A partir de 1930, el Romanticismo toma un nuevo Rumbo, el del Realismo romántico incorporando a
las características propias del romanticismo una marcada tendencia realista. Así, Rojo y Negro (novela
de Stendhal), tendrá como epígrafe “La verdad, la áspera verdad”.
El Héroe Romántico
El héroe romántico se mueve en el terreno de la ambigüedad. Tanto desea ser seguido por la
sociedad, como rechaza a ésta de plano. Se presenta de la manera más estruendosa ante los demás
y reclama ser seguido por todos. Su vocación es la de líder, pero los demás ignoran su voz.
Si alguien ha sentido en su interior el deseo de ser un héroe, éste ha sido un romántico. Frente a la
espontaneidad de los héroes de antaño, el romántico desea serlo fervientemente. El romántico -y no
es casual que reivindicaran a Don Quijote como uno de sus antepasados y modelos- se lanza a la
búsqueda de su destino de héroe y casi siempre tiene un referente, un ídolo más o menos declarado
al que se propone imitar, de la misma manera que Alonso Quijano se lanzó al camino con la cabeza
llena de héroes librescos a los que deseaba emular.
El heroísmo romántico procede, en gran medida, de su soledad. El héroe se encuentra dolorosamente
solo con una verdad que le llena pero que es incapaz de hacer comprender a los otros. Se asemeja a
la figura de los profetas, cuya voz retumba en los espacios, pero no conmueve el corazón de los
hombres. La función profética del héroe romántico es la de transmitir a los demás hombres la verdad
que le ha sido revelada. Cuál sea esta verdad es algo que varía de unos románticos a otros, pero es
común en la mayoría sentirse despreciados por una sociedad insensible.
El héroe romántico por excelencia es el artista. Nunca se había elevado tan alto como durante el
romanticismo la consideración del genio artístico. Su propia naturaleza de genio le convierte ya en un
rebelde: no sigue las normas de los otros, son los otros los que deben seguirle a él.
El concepto de honor calderoniano tuvo un gran atractivo para los románticos y es fácil entender el por
qué. Cualquier hipocresía, cualquier convencionalismo, es motivo de lucha para el romántico. El
Werther goethiano es expulsado de la sala de baile de los nobles que no le quieren entre ellos.
Werther se va, y se va orgullosamente; se va despreciándolos profundamente, sintiendo que son ellos
los que no son dignos de estar en su compañía.
La soledad del héroe romántico tiene ese carácter trágico que se expresa en la figura del Empédocles
hölderliniano arrojándose a las llamas del Etna después de haber sufrido el rechazo de su pueblo. Sin
embargo, el romántico consigue hacer de su fracaso social un signo de triunfo. Ser rechazado acabará
siendo síntoma de estar en posesión de una verdad profunda que, por su propia grandeza, se vuelve
incomprensible a los demás, a todos aquellos que no están a su altura. (…) A partir de este momento,
se eleva una barrera entre el artista y la sociedad. El arte dejará de servir a los fines integradores que
tenía en sus orígenes y se situará en un espacio permanente de denuncia contra la sociedad.
Entender este cambio es fundamental para comprender el desarrollo del arte Occidental en los últimos
dos siglos. Ya no veremos representado el espíritu de una época en el objeto artístico, una plasmación
colectiva, sino una crítica parcial de ese espíritu desde la subjetividad, un universo múltiple y polimorfo
en donde el hombre pierde el apoyo de lo común y se ve lanzado a la búsqueda de lo individual.
El Héroe Realista
La novela de carácter realista supone un nuevo desplazamiento de la figura del héroe. Si el romántico
necesitaba sublimes campos de batalla que le permitieran salir del ámbito de lo social, el realismo nos
muestra un escenario que sólo puede ser social. La lucha que se describe ya no es la tragedia del
hombre enfrentado a lo absoluto o a sus demonios interiores, a grandes enemigos que determinaban
su talla de luchador, sino que presenta un entrecruzamiento con las fórmulas anteriores. El héroe
realista es consciente de dos cosas: que los límites de la batalla son los de la historia, los de lo social,
y, en segundo lugar, de la debilidad del enemigo.
La tristeza
La capital está envuelta en las penumbras vespertinas. La nieve cae lentamente en gruesos copos,
gira alrededor de los faroles encendidos, extiende su capa fina y blanda sobre los tejados, sobre los
lomos de los caballos, sobre los hombros humanos, sobre los sombreros.
El cochero Yona está todo blanco, como un aparecido. Sentado en el pescante de su trineo,
encorvado el cuerpo cuanto puede estarlo un cuerpo humano, permanece inmóvil. Diríase que ni un
alud de nieve que le cayese encima lo sacaría de su quietud.
Su caballo está también blanco e inmóvil. Por su inmovilidad, por las líneas rígidas de su cuerpo, por la
tiesura de palo de sus patas, aun mirado de cerca parece un caballo de dulce de los que se les
El Emperador, tal va una parábola, te ha mandado, humilde sujeto, que eres la insignificante sombra
arrinconándose en la más recóndita distancia del sol imperial, un mensaje: el Emperador desde su
lecho de muerte te ha mandado un mensaje para ti únicamente. Ha comandado al mensajero a
arrodillarse junto a la cama, y ha susurrado el mensaje; ha puesto tanta importancia al mensaje, que
ha ordenado al mensajero se lo repita en el oído. Luego, con un movimiento de cabeza, ha confirmado
que está correcto. Sí, ante los congregados espectadores de su muerte -toda pared obstructora ha
sido tumbada, y en las espaciosas y colosalmente altas escaleras están en un círculo los grandes
príncipes del Imperio- ante todos ellos él ha mandado su mensaje. El mensajero inmediatamente
embarca en su viaje; es un poderoso, infatigable hombre; ahora empujando con su brazo diestro,
ahora con el siniestro, taja un camino al través de la multitud; si encuentra resistencia, apunta a su
pecho, donde el símbolo del sol repica de luz; al contrario de otro hombre cualquiera, su camino así se
le facilita. Mas las multitudes son tan vastas; sus números no tienen fin. Si tan sólo pudiera alcanzar
los amplios campos, cuán rápido él volaría, y pronto, sin duda alguna, escucharías el bienvenido
martilleo de sus puños en tu puerta.
Pero, en vez, cómo vanamente gasta sus fuerzas; aún todavía traza su camino tras las cámaras del
profundo interior del palacio; nunca llegará al final de ellas; y si lo lograra, nada se lograría en ello; él
debe, tras aquello, luchar durante su camino hacia abajo por las escaleras; y si lo lograra, nada se
lograría en ello; todavía tiene que cruzar las cortes; y tras las cortes, el segundo palacio externo; y una
vez más, más escaleras y cortes; y de nuevo otro palacio; y así por miles de años; y por si al fin llegara
a lanzarse afuera, tras la última puerta del último palacio -pero nunca, nunca podría llegar eso a
suceder-, la capital imperial, centro del mundo, caería ante él, apretada a explotar con sus propios
sedimentos. Nadie podría luchar y salir de ahí, ni siquiera con el mensaje de un hombre muerto. Mas
te sientas tras la ventana, al caer la noche, y te lo imaginas, en sueños.
Era tarde y todos habían salido del café con excepción de un anciano que estaba sentado a la sombra
que hacían las hojas del árbol, iluminado por la luz eléctrica. De día la calle estaba polvorienta, pero
por la noche el rocío asentaba el polvo y al viejo le gustaba sentarse allí, tarde, porque aunque era
sordo y por la noche reinaba la quietud, él notaba la diferencia. Los dos camareros del café notaban
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que el anciano estaba un poco ebrio; aunque era un buen cliente sabían que si tomaba demasiado se
iría sin pagar, de modo que lo vigilaban.
-La semana pasada trató de suicidarse -dijo uno de ellos.
-¿Por qué?
-Estaba desesperado.
-¿Por qué?
-Por nada.
-¿Cómo sabes que era por nada?
-Porque tiene muchísimo dinero.
Estaban sentados uno al lado del otro en una mesa próxima a la pared, cerca de la puerta del café, y
miraban hacia la terraza donde las mesas estaban vacías, excepto la del viejo sentado a la sombra de
las hojas, que el viento movía ligeramente. Una muchacha y un soldado pasaron por la calle. La luz
del farol brilló sobre el número de cobre que llevaba el hombre en el cuello de la chaqueta. La
muchacha iba descubierta y caminaba apresuradamente a su lado.
-Los guardias civiles lo recogerán -dijo uno de los camareros.
-¿Y qué importa si consigue lo que busca?
-Sería mejor que se fuera ahora. Los guardias han pasado hace cinco minutos y volverán.
El viejo sentado a la sombra golpeó su platillo con el vaso. El camarero joven se le acercó.
-¿Qué desea?
El viejo lo miró.
-Otro coñac -dijo.
-Se emborrachará usted -dijo el camarero. El viejo lo miró. El camarero se fue.
-Se quedará toda la noche -dijo a su colega-. Tengo sueño y nunca puedo irme a la cama antes de las
tres de la mañana. Debería haberse suicidado la semana pasada.
El camarero tomó la botella de coñac y otro platillo del mostrador que se hallaba en la parte interior del
café y se encaminó a la mesa del viejo. Puso el platillo sobre la mesa y llenó la copa de coñac.
-Debía haberse suicidado usted la semana pasada -dijo al viejo sordo. El anciano hizo un movimiento
con el dedo.
-Un poco más -murmuró.
El camarero terminó de llenar la copa hasta que el coñac desbordó y se deslizó por el pie de la copa
hasta llegar al primer platillo.
-Gracias -dijo el viejo.
El camarero volvió con la botella al interior del café y se sentó nuevamente a la mesa con su colega.
-Ya está borracho -dijo.
-Se emborracha todas las noches.
-¿Por qué quería suicidarse?
-¿Cómo puedo saberlo?
-¿Cómo lo hizo?
-Se colgó de una cuerda.
-¿Quién lo bajó?
-Su sobrina.
-¿Por qué lo hizo?
-Por temor de que se condenara su alma.
-¿Cuánto dinero tiene?
-Muchísimo.
-Debe tener ochenta años.
-Sí, yo también diría que tiene ochenta.
-Me gustaría que se fuera a su casa. Nunca puedo acostarme antes de las tres. ¿Qué hora es esa
para irse a la cama?
-Se queda porque le gusta.
-Él está solo. Yo no. Tengo una mujer que me espera en la cama.
-Él también tuvo una mujer.
-Ahora una mujer no le serviría de nada.
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-No puedes asegurarlo. Podría estar mejor si tuviera una mujer.
-Su sobrina lo cuida.
-Lo sé. Dijiste que le había cortado la soga.
-No me gustaría ser tan viejo. Un viejo es una cosa asquerosa.
-No siempre. Este hombre es limpio. Bebe sin derramarse el líquido encima. Aun ahora que está
borracho, míralo.
-No quiero mirarlo. Quisiera que se fuera a su casa. No tiene ninguna consideración con los que
trabajan.
El viejo miró desde su copa hacia la calle y luego a los camareros.
-Otro coñac -dijo, señalando su copa. Se le acercó el camarero que tenía prisa por irse.
-¡Terminó! -dijo, hablando con esa omisión de la sintaxis que la gente estúpida emplea al hablar con
los beodos o los extranjeros-. No más esta noche. Cerramos.
-Otro -dijo el viejo.
-¡No! ¡Terminó! -limpió el borde de la mesa con su servilleta y movió la cabeza de lado a lado.
El viejo se puso de pie, contó lentamente los platillos, sacó del bolsillo un monedero de cuero y pagó
las bebidas, dejando media peseta de propina.
El camarero lo miraba mientras salía a la calle. El viejo caminaba un poco tambaleante, aunque con
dignidad.
-¿Por qué no lo dejaste que se quedara a beber? -preguntó el camarero que no tenía prisa. Estaban
bajando las puertas metálicas-. Todavía no son las dos y media.
-Quiero irme a casa.
-¿Qué significa una hora?
-Mucho más para mí que para él.
-Una hora no tiene importancia.
-Hablas como un viejo. Bien puede comprar una botella y bebérsela en su casa.
-No es lo mismo.
-No; no lo es -admitió el camarero que tenía esposa-. No quería ser injusto. Sólo tenía prisa.
-¿Y tú? ¿No tienes miedo de llegar a tu casa antes de la hora de costumbre?
-¿Estás tratando de insultarme?
-No, hombre, sólo quería hacerte una broma.
-No -el camarero que tenía prisa se irguió después de haber asegurado la puerta metálica-. Tengo
confianza. Soy todo confianza.
-Tienes juventud, confianza y un trabajo -dijo el camarero de más edad-. Lo tienes todo.
-¿Y a ti, qué te falta?
-Todo; menos el trabajo.
-Tienes todo lo que tengo yo.
-No. Nunca he tenido confianza y ya no soy joven.
-Vamos. Deja de decir tonterías y cierra.
-Soy de aquellos a quienes les gusta quedarse hasta tarde en el café -dijo el camarero de más edad-,
con todos aquellos que no desean irse a la cama; con todos los que necesitan luz por la noche.
-Yo quiero irme a casa y a la cama.
-Somos muy diferentes -dijo el camarero de más edad. Se estaba vistiendo para irse a su casa-. No
es sólo una cuestión de juventud y confianza, aunque esas cosas son muy hermosas. Todas las
noches me resisto a cerrar porque puede haber alguien que necesite el café.
-¡Hombre! Hay bodegas abiertas toda la noche.
-No entiendes. Este es un café limpio y agradable. Está bien iluminado. La luz es muy buena y
también, ahora, las hojas hacen sombra.
-Buenas noches -dijo el camarero más joven.
-Buenas noches -dijo el otro. Continuó la conversación consigo mismo mientras apagaba las luces. Es
la luz, por supuesto, pero es necesario que el lugar esté limpio y sea agradable. No quieres música.
Definitivamente no quieres música. Tampoco puedes estar frente a una barra con dignidad aunque
eso sea todo lo que proveemos a estas horas. ¿Qué temía? No era temor, no era miedo. Era una
nada que conocía demasiado bien. Era una completa nada y un hombre también era nada. Era sólo
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eso y todo lo que se necesitaba era luz y una cierta limpieza y orden. Algunos vivieron en eso y nunca
lo sintieron pero él sabía que todo eso era nada y pues nada y nada y pues nada. Nada nuestra que
estás en nada, nada sea tu nombre nada tu reino nada tu voluntad así en nada como en nada. Danos
este nada nuestro pan de cada nada y nada nuestros nada como también nosotros nada a
nuestros nada y no nos nada en la nada mas líbranos de nada; pues nada. Ave nada llena de nada,
nada está contigo. Sonrió y estaba frente a una barra con una cafetera a presión brillante.
-¿Qué le sirvo?- preguntó el cantinero.
–Nada.
–Otro loco más -dijo el cantinero y le dio la espalda.
-Una copita -dijo el camarero.
El cantinero se la sirvió.
-La luz es bien brillante y agradable pero la barra está opaca -dijo el camarero.
El cantinero lo miró fijamente pero no respondió. Era demasiado tarde para comenzar una
conversación.
-¿Quiere otra copita? -preguntó el cantinero.
-No, gracias -dijo el camarero, y salió. Le disgustaban los bares y las bodegas. Un café limpio, bien
iluminado, era algo muy distinto. Ahora, sin pensar más, volvería a su cuarto. Yacería en la cama y,
finalmente, con la luz del día, se dormiría. Después de todo, se dijo, probablemente sólo sea
insomnio. Muchos deben sufrir de lo mismo.
Contenidos transversales
Los géneros académicos
La reseña crítica
Este texto periodístico cumple una doble función comunicativa. Por un lado, resume aspectos
fundamentales de una obra o producto cultural (novelas, ensayos, películas, espectáculos teatrales,
pinturas o esculturas, etc.) y por otro, valora su contenido por eso generalmente es realizada por un
especialista en el tema. A esta doble función puede sumarse una tercera: la educativa porque orienta
las lecturas del público.
La sección cultural y de espectáculos agrupa las críticas que aparecen en el periódico, aunque dentro
de esta sección encontramos todos los géneros periodísticos: reportajes, entrevistas y crónicas.
La crítica adquiere cada vez mayor importancia, precisamente porque su principal tarea es la de
orientar al público. La tarea del crítico es siempre controvertida y no se debe olvidar que se mueve en
Estructura:
Introducción: presentación de la obra / Resumen informativo: relato breve del argumento de la obra
/ Comentario: el autor del texto manifiesta su opinión acerca de la obra tratada y la fundamenta.
Conclusión: se reafirma la posición tomada por el autor a modo de cierre.
Recursos lingüísticos: en la reseña se retoman partes de la obra a comentar, por tal razón el recurso
explicativo de la reformulación es muy utilizado. Por eso aparecen verbos introductores del discurso
referido que además funcionan como marcas del emisor (subjetivemas) por ejemplo: afirmar, sostener,
señalar, admitir, ofrecer, protestar, etc. Al ser un texto que combina secuencias expositivas con
argumentativas y narrativas se puede observar el uso de marcadores discursivos que organizan la
información y los comentarios: en primer lugar, en último término, en resumen, por ejemplo, en un
capítulo, a modo de cierre, etc.
Estilo: es habitual en estos textos desarrollar estrategias lingüísticas que permiten atenuar los
aspectos negativos o destacar los positivos. La cortesía verbal consiste en la elección de
determinadas formas lingüísticas que se expresan mediante recursos de cortesía positiva o de
mitigación de críticas negativas. Por ejemplo:
Cortesía positiva
El póster
Un póster en una reunión científica o un congreso es “una representación gráfica ampliada que
contiene un título, el nombre de los autores y de los centros, textos y figuras que explican un proyecto,
una investigación o una experiencia…” Guardiola (2002]. Es la esencia de un proyecto, un desarrollo o
de todo un razonamiento teórico donde los argumentos se transforman en frases, éstas en enunciados
breves y estos últimos en palabras. Los carteles o "posters" son un medio que puede resultar muy
eficaz para transmitir información. Es un medio mixto que combina la comunicación impresa, con la
posibilidad del diálogo con el autor.
Según Purrington (2004) el tiempo que un espectador, en pie, suele dedicar a un póster de un
congreso no supera los 10 minutos, por lo que sugiere que, en su elaboración, no se empleen más de
800 palabras. Al realizar el póster, lo que vamos a presentar es una comunicación de carácter
científico-técnico. Por ello, siempre que el estudio lo contemple, la estructura se concreta en los
siguientes apartados: a- Título - Autores b. Introducción que centre el trabajo, justifique su interés,
enuncie las hipótesis y/o los objetivos del trabajo. c. Metodología empleada tanto en la adquisición
como en el tratamiento de los datos. d. Resultados obtenidos dentro de la fase experimental. e.
Conclusiones f. Referencias bibliográficas. // Para profundizar en el tema, podés consultar el
artículo completo en: http://www.ice.upm.es/documentacion/recursospersonales/jlbr/poster/PosterTexto.pdf/