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5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

LITERATURA5º ESCUELA SECUNDARIA SUPERIOR

SOBRE REALISMOS LITERARIOS Y LITERATURAS FANTÁSTICO-


MARAVILLOSAS DE LOS SIGLOS XIX, XX Y XXI

Material didáctico para uso interno y exclusivo de estudiantes del Colegio Dardo Rocha.
Selección, comentarios y compilación por Alejandro Pompei.
Incluye material de lectura completo para la Unidad II, y otros materiales de lectura para el resto de
las unidades.
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5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

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 Índice
5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

 Pág.004…………………………..EDITORIAL
 Pág.007……………………………………..UNIDAD I
 La argumentación está entre nosotroS
 Pág. 008…….REPASO LA ARGUMENTACIÓN
 Pág. 012…….ENSAYOS: Messi es un perro, de Casciari
 Pág. 017…….ENSAYOS: Susy Shock y la educación binaria
 Pág.21……………………………………..UNIDAD II
 Pág.022………CAPÍTULO 1: ¿Qué es la literatura?
 Pág.032………CAPÍTULO 2: EL ROMANTICISMO
 Pág.036………LECTURA: “El espíritu de los muertos” de E.A. Poe
 Pág.039………CAPÍTULO 3: EL REALISMO LITERARIO
 Pág.042………LECTURA: “En la sangre” capítulos 1 y 2, de E.
Cambaceres
 Pág.047………CAPÍTULO 4: LA BILDUNGSROMAN O NOVELA DE
APRENDIZAJE
 Pág.051………CAPÍTULO 5: LA CULTURA JUVENIL DEL SIGLO XX
 Pág.062…………………………………..…UNIDAD III
 Pág.063………CAPÍTULO 6: UN JUEGO REALISTA
 Pág.065………CAPÍTULO 7: EVOLUCIÓN DEL REALISMO. TIPOS DE
REALISMO.
 Pág.066……..CAPÍTULO 8: EL MONÓLOGO INTERIOR, UNA
TÉCNICA REALISTA.
 Pág.072………LECTURA: Antología de cuentos realistas y no tanto.
GUÍA DE ANÁLISIS.//
 Pág.150………………..…………………...UNIDAD IV
 Pág.151………CAPÍTULO 9: LA LITERATURA FANTÁSTICA
 Pág.154………LECTURA: “Chicos que vuelven” de M. Enríquez
 Pág.178………CAPÍTULO 10: CIENCIA FICCIÓN Ensayo "Lo
fantástico y la ciencia ficción: nunca será, aún no" D. Marcos.
 Pág.183………CAPÍTULO 10: REVOLUCIONES Y DISTOPÍA. 1984 de
G. Orwell
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EDITORIAL
5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

Este es el segundo año del Ciclo Superior en Literatura, y nos toca acercarnos
profundamente a los últimos siglos de producción artística y cultural como
hasta ahora no lo hemos hecho: el realismo y los realismos, el romanticismo,
la literatura fantástica, la literatura maravillosa; todas estéticas literarias que,
si bien tienen sus antecedentes y lazos hace siglos atrás, tomaron su forma y
cobraron fuerza a partir del siglo XIX, el siglo del surgimiento de las naciones
modernas, del capitalismo industrial, de la burguesía –la clase media- y un
sinfín de ideas con las que incluso ustedes siendo tan jóvenes, están más
acostumbrados. La realidad social que nos rodea empieza a cobrar su sentido
(y también a perderlo) en compañía de las expresiones literarias que
leeremos este año. ¿Pobreza, marginación, miedo, terror, fantasía, ciencia
ficción, distopías, futuro, religión, trabajo, fuerzas represivas, boom literario,
amor, paz, populismos, revolución sexual, dictaduras, rock, pop, informática,
robótica, medicina, psiquiatría, fútbol, política, guerras psicológicas, control
mundial? ¡Este es nuestro curso!
Aprenderemos, así, cómo la literatura es un poderoso arte y canal de
expresión de la realidad y de la imaginación en tiempos de dolor, sufrimiento,
alegría y optimismo. Cómo la literatura se compromete de lleno con la
realidad social, o cómo consigue escapársele con maestría. Porque La
literatura es vida y búsqueda de lo que no está sólo a simple vista. Pero
también de lo que está a simple vista. Porque la literatura, en palabras de
Todorov, tiene como objeto: LA CONDICIÓN SOCIAL DEL HOMBRE.
Prof. Alejandro Pompei
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ESTE MATERIAL SE ACABÓ DE EDITAR EN EL MES DE FEBRERO DEL AÑO 2022. DE USO

EXCLUSIVO PARA EL AULA DE 4TO AÑO DE LITERATURA DEL CICLO SUPERIOR.

TODO EL MATERIAL INCLUIDO FUE ELABORADO EXCLUSIVAMENTE Y SELECCIONADO

DE LA BIBLIOTECA DIGITAL ABIERTA DE INTERNET, SITIOS DE ACCESO PÚBLICO Y

MATERIAL DE DISTRIBUCIÓN GRATUITA.

Reconocimiento – NoComercial (by-nc): Se permite la


generación de obras derivadas siempre que no se haga un uso
comercial. Tampoco se puede utilizar la obra original con
finalidades comerciales.
No Comercial (Non commercial): La explotación de
la obra queda limitada a usos no comerciales.
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UNIDAD 1
La argumentación
está entre nosotros

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I. Repaso: La argumentación
Recordamos lo visto el ciclo anterior: Cicerón definía la argumentación como «el discurso
mediante el cual se aducen pruebas para dar crédito, autoridad y fundamento a nuestra
proposición». Argumentar consistía, entonces, en aportar razones para defender una
opinión y convencer así a un receptor para que piense de una determinada forma. La
argumentación se utiliza normalmente para desarrollar temas que se prestan a
controversia, y su objetivo fundamental es ofrecer una información lo más completa
posible, a la vez que intentar persuadir al lector u oyente mediante un razonamiento.

El texto argumentativo, por lo tanto, tiene como objetivo expresar opiniones o


rebatirlas con el fin de persuadir a un receptor. La finalidad del autor puede ser probar
o demostrar una idea (o tesis), refutar la contraria o bien persuadir o disuadir al
receptor sobre determinados comportamientos, hechos o ideas.
La argumentación, por importante que sea, no suele darse en estado puro, suele
combinarse con la exposición. Mientras la exposición se limita a mostrar, la
argumentación intenta demostrar, convencer o cambiar ideas. Por ello, en un texto
argumentativo, además de la función apelativa presente en el desarrollo de los
argumentos, aparece la función referencial, en la parte en la que se expone la tesis.
La argumentación se utiliza en una amplia variedad de textos, especialmente en los
científicos, filosóficos, en el ensayo, en la oratoria política y judicial, en los textos
periodísticos de opinión y en algunos mensajes publicitarios. En la lengua oral, además
de aparecer con frecuencia en la conversación cotidiana (aunque con poco rigor), es la
forma dominante en los debates, coloquios o mesas redondas.

PROCEDIMIENTOS ORGANIZATIVOS

El texto argumentativo suele organizar el contenido en tres apartados: introducción,


desarrollo o cuerpo argumentativo, y conclusión.

La INTRODUCCIÓN suele partir de una breve exposición (llamada “introducción o


encuadre”) en la que el argumentador intenta captar la atención del destinatario y
despertar en él una actitud favorable. A la introducción le sigue la tesis, que es la idea
en torno a la cual se reflexiona. Puede estar constituida por una sola idea o por un
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conjunto de ellas. La tesis también puede aparecer, al revés, en la conclusión,


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invirtiendo el orden estructural.


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El DESARROLLO. Los elementos que forman el cuerpo argumentativo se denominan


pruebas, inferencias o argumentos y sirven para apoyar la tesis o refutarla.
Según la situación comunicativa, se distingue entre :
ESTRUCTURA MONOLOGADA: La voz de un solo sujeto organiza la totalidad del texto
argumentativo. Es el caso del investigador que valora el éxito de un descubrimiento en
una conferencia.
ESTRUCTURA DIALOGADA: El planteamiento, la refutación o la justificación y la
conclusión se desarrollan a lo largo de réplicas sucesivas. Es el caso de los debates en
los que es fácil que surjan la controversia, la emisión de juicios pasionales, las
descalificaciones y las ironías.

Según el orden de los componentes, se distinguen varios modos de razonamiento:


La DEDUCCIÓN (o estructura analítica) se inicia con la tesis y acaba en la conclusión.
La INDUCCIÓN (o estructura sintética) sigue el procedimiento inverso, es decir, la tesis
se expone al final, después de los argumentos.

A su vez, los argumentos empleados pueden ser de distintos tipos:


Argumentos racionales: Se basan en ideas y verdades admitidas y aceptadas por el
conjunto de la sociedad.
Argumentos de hecho: Se basan en pruebas comprobables.
Argumentos de ejemplificación: Se basan en ejemplos concretos.
Argumentos de autoridad: Se basan en la opinión de una persona de reconocido
prestigio.
Argumentos que apelan a los sentimientos. Con estos argumentos se pretende
halagar, despertar compasión, ternura, odio…

La CONCLUSIÓN. Es la parte final y contiene un resumen de lo expuesto (la tesis y los


principales argumentos). En el caso de la estructura Inductiva, en la conclusión aparece
con toda la fuerza la Tesis como un punto de llegada.

TÉCNICAS Y RECURSOS ARGUMENTATIVOS

Técnicas de argumentación y de refutación


Para fortalecer la opinión defendida o para refutar la contraria, se emplean los
siguientes recursos:
Técnicas Caracterización Ejemplos
Como está lloviendo,
El argumento es la causa, y la conclusión, la no vamos al cine.
Causa /
consecuencia. También puede presentar la forma Estudio mucho para
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Consecuencia
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de finalidad o de condición. trabajar en lo que me


gusta.
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Si bebes, no conduzcas
La argumentación se apoya normalmente en
testimonios fidedignos y citas que manifiestan la
Citas o
opinión sobre el tema de personas famosas, de La libertad es el don más
argumentos de
expertos conocidos. Su objetivo es reforzar la idea preciado, dijo Cervantes.
autoridad
sostenida, o bien adelantarse a posibles
argumentos contrarios.
Son dichos populares, anónimos, muy pegadizos y
de gran fuerza expresiva, que resumen reflexiones En boca cerrada no
Refranes
generales apoyadas en la experiencia vital y que entran moscas.
son compartidas por mucha gente.
Regla, principio o sentencia de autor conocido y
Esto sólo sé:
de carácter más culto que el de los refranes.
Máximas que no sé nada
Presentan un valor de verdad comúnmente
(Sócrates).
aceptado y admitido sin reservas
Se emplean para ilustrar lo que se pretende Demandé a Telefónica
Ejemplos demostrar y defender; sirven, por tanto, como y gané el juicio:
factor indispensable para lograr la persuasión. La justicia existe.
Pilló el Cuervo dormida a
la Serpiente, y al
Son relatos literarios en prosa o en verso de los quererse cebar en ella
que, además de entretenimiento y placer, se hambriento,
Fábulas puede extraer una enseñanza de tipo práctico. le mordió venenosa.
Corresponden al tipo de argumentación por Sepa el cuento quien
analogía, ya que actúan como ejemplos ficticios. sigue a su apetito
incautamente
SAMANIEGO, Félix María..
En ocasiones, se apela al parecer general de una
El sentir de la sociedad, o incluso de un grupo social, con la clara El 95% de los encuestados
afirman dormir mejor tras
sociedad en intención de lograr la defensa, pero, sobre todo, haber leído durante un par
general convencer al lector de su opinión. Son argumentos de horas antes de acostarse
apoyados fundamentalmente en la cantidad
BIBLIOGRAFÍA:
Lengua castellana y literatura (1º bachillerato). Barcelona: Teide.
Lengua y literatura (1º y 2º bachillerato). Madrid: MacGraw-Hill.
Lengua castellana (1º bachillerato). Barcelona: Edebé.
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2. RECORDANDO: LA TESIS/HIPÓTESIS EN UN
TEXTO ARGUMENTATIVO
¿QUÉ SON LAS TESIS E HIPÓTESIS EN LOS TEXTOS ARGUMENTATIVOS?

Si bien a lo largo de la Historia de la Investigación Científica y Lingüística hay matices de


diferenciación entre los términos Tesis e Hipótesis, tomaremos Tesis e Hipótesis como
sinónimos para la construcción de un Texto Argumentativo. Un Texto Argumentativo
parte de una Tesis o puede arribar a ella al ser finalizado; en ambos casos, tanto antes
como después, se deben presentar los razonamientos y argumentos que sustentan la Tesis
/ Hipótesis.

¿Qué son? Las hipótesis/tesis son proposiciones en forma de oración de carácter


afirmativo y/o conjetural que relacionan variables, conceptos, temas, etc., productos de
una investigación, de un informe, de una monografía, de un texto argumentativo de toda
clase y carácter (jurídico, periodístico, científico, literario, ensayístico, etc.)

El término "tesis" proviene del verbo griego <thesis> que significa "poner", por lo que el
vocablo podría traducirse como "acción de poner". Aunque en principio podría ser
cualquier cosa lo que se pusiera, en sentido más específico se usaba para significar la
acción de "poner" una doctrina, principio o proposición. De esta forma se comprende la
habitual traducción actual de "afirmación".

Aristóteles concibió la tesis como un principio inmediato de la estructura de un argumento


que sirve de base para la demostración. Él clasifica las tesis en dos clases principales: unas
más abstractas y ligadas al sentido de las palabras y los textos, que serían propiamente las
Tesis; y otras más ligadas a los asuntos de la realidad, más allá de las palabras y los textos,
a las que él refería como Hipótesis.

Hipótesis: Uno de los primeros autores en utilizar este término fue Platón, para quien una
hipótesis es un supuesto del que pueden extraerse diversas consecuencias, como por
ejemplo los supuestos que utilizan los matemáticos y geómetras.
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3- ENSAYOS

a) Messi es un perro
11 junio, 2012

Este relato apareció por primera vez en el blog Orsai, de Hernán Casciari, el 11 junio, 2012.
Se publicó en Messi es un perro y otros cuentosRenuncio (una antología). En un formato adaptado, aparece
en Telefé.

La respuesta rápida es por mi hija, por mi esposa, porque tengo una familia
catalana. Pero si me preguntan en serio por qué sigo acá, en Barcelona, en
estas épocas horribles y aburridas, es porque estoy a cuarenta minutos en
tren del mejor fútbol de la historia.
Quiero decir: si mi esposa y mi hija decidieran irse a vivir a Argentina ahora
mismo, yo me divorciaría y me quedaría acá por lo menos hasta la final de la
Champions. Y es que nunca se vio algo parecido adentro de una cancha de
fútbol, en ninguna época, y es muy posible que no ocurra más.
Es verdad, estoy escribiendo en caliente. Redacto esto la misma semana en
que Messi hizo tres para Argentina, cinco para el Barça en Champions y dos
para el Barça en Liga. Diez goles en tres partidos de tres competiciones
diferentes.
La prensa catalana no habla de otra cosa. Durante un rato, la crisis
económica no es el tema de inicio en los noticieros. Internet explota. Y en
medio de todo esto a mí me acaba de pasar por la cabeza una teoría extraña,
muy difícil de explicar. Justamente por eso intentaré escribirla, a ver si
termino de darle vuelo.
Todo empezó esta mañana: estoy mirando sin parar goles de Messi en
Youtube, lo hago con culpa porque estoy en mitad del cierre de la revista
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número seis. No debería estar haciendo esto.


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De casualidad hago clic en una compilación de fragmentos que no había visto


antes. Pienso que es un video más de miles, pero enseguida veo que no. No
son goles de Messi, ni sus mejores jugadas, ni sus asistencias. Es un
compilado extraño: el video muestra cientos de imágenes —de dos a tres
segundos cada una— en las que Messi recibe faltas muy fuertes y no se cae.
https://www.youtube.com/watch?v=I0gS5CshUDE
No se tira ni se queja. No busca con astucia el tiro libre directo ni el penal. En
cada fotograma, él sigue con los ojos en la pelota mientras encuentra
equilibrio. Hace esfuerzos inhumanos para que aquello que le hicieron no sea
falta, ni sea tampoco amarilla para el defensor contrario.
Son muchísimos pedacitos de patadas feroces, de obstrucciones, de
pisotones y trampas, de zancadillas y agarrones traicioneros; nunca las había
visto a todas juntas. Él va con la pelota y recibe un guadañazo en la tibia,
pero sigue. Le pegan en los talones: trastabilla y sigue. Lo agarran de la
camiseta: se revuelve, zafa, y sigue.
Me quedé, de repente, atónito, porque algo me resultaba familiar en esas
imágenes. Puse cada fragmento en cámara lenta y entendí que los ojos de
Messi están siempre concentrados en la pelota, pero no en el fútbol ni en el
contexto.
El fútbol actual tiene una reglamentación muy clara por la que, muchas
veces, caer al suelo es asegurar un penal, o conseguir que se amoneste al
zaguero contrario es propicio para futuros contragolpes. En estos
fragmentos, Messi parece no entender nada sobre el fútbol ni sobre la
oportunidad.
Se lo ve como en trance, hipnotizado; solamente desea la pelota dentro del
arco contrario, no le importa el deporte ni el resultado ni la legislación. Hay
que mirarle bien los ojos para comprender esto: los pone estrábicos, como si
le costara leer un subtítulo; enfoca el balón y no lo pierde de vista ni aunque
lo apuñalen.
¿Dónde había visto yo esa mirada antes? ¿En quién? Me resultaba conocido
ese gesto de introspección desmedida. Dejé el video en pausa. Hice zoom en
sus ojos. Y entonces lo recordé: eran los ojos de Totín cuando perdía la razón
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por la esponja.
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Yo tenía un perro en la infancia que se llamaba Totín. Nada lo conmovía. No


era un perro inteligente. Entraban ladrones y él los miraba llevarse el
televisor. Sonaba el timbre y no parecía oírlo. Yo vomitaba y él no venía a
lamer.
Sin embargo, cuando alguien (mi madre, mi hermana, yo mismo) agarraba
una esponja —una determinada esponja amarilla de lavar los platos— Totín
enloquecía. Quería esa esponja más que nada en el mundo, moría por
llevarse ese rectángulo amarillo a la cucha. Yo se la mostraba en mi mano
derecha y él la enfocaba. Yo la movía de un lado a otro y él nunca dejaba de
mirarla. No podía dejar de mirarla.
No importaba a qué velocidad moviera yo la esponja: el cogote de Totín se
trasladaba idéntico por el aire. Sus ojos se volvían japoneses, atentos,
intelectuales. Como los ojos de Messi, que dejan de ser los de un
preadolescente atolondrado y, por una fracción de segundo, se convierten en
la mirada escrutadora de Sherlock Holmes.
Descubrí esta tarde, mirando ese video, que Messi es un perro. O un hombre
perro. Esa es mi teoría, lamento que hayan llegado hasta acá con mejores
expectativas. Messi es el primer perro que juega al fútbol.
Tiene mucho sentido que no comprenda las reglas. Los perros no fingen
zancadillas cuando ven venir un Citroën, no se quejan con el árbitro cuando
se les escapa un gato por la medianera, no buscan que le saquen doble
amarilla al sodero. En los inicios del fútbol los humanos también eran así.
Iban detrás de la pelota y nada más: no existían las tarjetas de colores, ni la
posición adelantada, ni la suspensión después de cinco amarillas, ni los goles
de visitante valían doble. Antes se jugaba como juegan Messi y Totín.
Después el fútbol se volvió muy raro.
Ahora mismo, en este tiempo, a todo el mundo parece interesarle más la
burocracia del deporte, sus leyes. Después de un partido importante, se
habla una semana entera de legislación.
¿Se hizo amonestar Juan exprofeso para saltarse el siguiente partido y jugar
el clásico? ¿Fingió realmente Pedro la falta dentro del área? ¿Dejarán jugar a
Pancho acogiéndose a la cláusula 208 que indica que Ernesto está jugando el
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Sub-17? ¿El técnico local mandó a regar demasiado el césped para que los
visitantes patinen y se rompan el cráneo? ¿Desaparecieron los recogepelotas
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cuando el partido se puso dos a uno, y volvieron a aparecer cuando se puso


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dos a dos? ¿Apelará el club la doble amarilla de Paco en el Tribunal


Deportivo?
¿Descontó correctamente el árbitro los minutos que perdió Ricardo por
protestar la sanción que recibió Ignacio a causa de la pérdida de tiempo de
Luis al hacer el lateral?
No señor. Los perros no escuchan la radio, no leen la prensa deportiva, no
entienden si un partido es amistoso e intrascendente o una final de copa. Los
perros quieren llevarse siempre la esponja a la cucha, aunque estén muertos
de sueño o los estén matando las garrapatas.
Messi es un perro. Bate records de otras épocas porque solo hasta los años
cincuenta jugaron al fútbol los hombres perro. Después la FIFA nos invitó a
todos a hablar de leyes y de artículos, y nos olvidamos que lo importante era
la esponja.
Y entonces un día aparece un chico enfermo. Como en su día un mono
enfermo se mantuvo erguido y empezó la historia del hombre. Esta vez ha
sido un chico rosarino con capacidades diferentes. Inhabilitado para decir dos
frases seguidas, visiblemente antisocial, incapaz de casi todo lo relacionado
con la picaresca humana. Pero con un talento asombroso para mantener en
su poder algo redondo e inflado y llevarlo hasta un tejido de red al final de
una llanura verde.
Si lo dejaran, no haría otra cosa. Llevar esa esfera blanca a los tres palos todo
el tiempo, como Sísifo. Una y otra vez. Guardiola dijo, después de los cinco
goles en un solo partido:
—El día que él quiera hará seis.
No fue un elogio, fue la expresión objetiva del síntoma. Lionel Messi es un
enfermo. Es una enfermedad rara que me emociona, porque yo amaba a
Totín y ahora él es el último hombre perro. Y es por constatar en detalle esa
enfermedad, por verla evolucionar cada sábado, que sigo en Barcelona
aunque prefiera vivir en otra parte.
Cada vez que subo las escaleras internas del Camp Nou y de pronto veo el
fulgor del pasto iluminado, en ese momento que siempre nos recuerda a la
infancia, digo lo mismo para mis adentros: hay que tener mucha suerte,
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Jorge, para que te guste mucho un deporte y te toque ser contemporáneo de


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su mejor versión, y, trascartón, que la cancha te quede tan cerca.


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Disfruto esta doble fortuna. La atesoro, tengo nostalgia del presente cada vez
que juega Messi. Soy hincha fanático de este lugar en el mundo y de este
tiempo histórico. Porque, me parece a mí, en el Juicio Final estaremos todos
los humanos que han sido y seremos, y se formará un corro para hablar de
fútbol, y uno dirá: yo estudié en Amsterdam en el 73, otro dirá: yo era
arquitecto en São Paulo en el 62, y otro: yo ya era adolescente en Nápoles en
el 87, y mi padre dirá: yo viajé a Montevideo en el 67, y uno más atrás: yo
escuché el silencio del Maracaná en el 50.
Todos contarán sus batallas con orgullo hasta altas horas. Y cuando ya no
quede nadie por hablar, me pondré de pie y diré despacio: yo vivía en
Barcelona en los tiempos del hombre perro. Y no volará una mosca. Se hará
silencio. Todos los demás bajarán la cabeza. Y aparecerá Dios, vestido de
Juicio Final, y señalándome dirá: tú, el gordito, estás salvado. Todos los
demás, a las duchas.
Hernán Casciari
11 junio, 2012

Actividad
1) Identificar y re-escribir la tesis del texto
2) Identificar y expresar por escrito tres argumentos que desarrollen

la tesis principal

3) Identificar y explicar ¿Cuál es la conclusión?


4) Escribir un ensayo argumentativo de mínimo 300 palabras que

tome la misma forma que el de Casciari: la de construir una


analogía entre una experiencia de la vida cotidiana y una película

o serie que hayas visto, álbum que hayas escuchado, libro que

hayas leído, juego que hayas jugado. Presentar una tesis, su


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desarrollo y conclusión.
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b) Susy Shock: “Tenemos que


pensar en una institución
educativa que no sea
heterosexual”
31 de marzo de 2020

Por: Thais Iervolino

En el marco del Día Internacional de la Visibilidad Trans, la


artista y activista por los derechos de las personas trans de
Argentina analiza la heteronormatividad como una de las
principales barreras para la construcción de un mundo y una
educación más inclusivos
“Y en eso andamos ahora que largamos la sentencia pensándolo todo, dando
la vuelta a todo, quizás hasta nos desentendiendo de todo. No queremos ser
más esta humanidad”, dice la artista y activista Susy Shock al inicio de la
declamación de su poema, en el Facebook, a propósito del Día Internacional
de la Visibilidad Trans, celebrado hoy (31 de marzo).

La invitación a negar ese tipo de humanidad se muestra aún más plausible en


el contexto actual de pandemia COVID-19: gran parte de la sociedad se
encuentra físicamente aislada, las políticas públicas para contener los
impactos a la salud, la economía, la educación y otras áreas tardan en llegar,
y miles de personas se han muerto al día de hoy, debido al coronavirus.
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Su posicionamiento ante el mundo actual, sin embargo, precede a la llegada


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de la pandemia, y se refuerza como una forma de resistencia y denuncia a la


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marginalización y discriminación contra las personas que no se reconocen, ni


identifican con la heteronormatividad – manera binaria (hombre-mujer) de
pensar el mundo.

“Nosotras nos definimos como trans y travestis. Nos gusta el término trava.
Eso que ha sido insulto nosotras le hemos dado la vuelta, por lo menos en el
Sur de este continente. He escuchado lo mismo en las hermanas uruguayas, y
en Brasil. [La idea] es darle valor, autoestima levantada, pero también un
posicionamiento político a la palabra travesti. No queremos ser mujeres, no
somos hombres, somos travestis y desde ahí planteamos todo y discutimos
todo, sobretodo dentro de las instituciones”, afirma Susy Shock.

“Abrazadas también a las mujeres, venimos a discutir el mundo heterosexual


que es violento, disciplinador, y que es así en muchas situaciones de la vida”

Para la artista, vivimos en un mundo totalmente binario, “que no le importa


serlo y que en todo caso lo que hace es disciplinar a todo aquello que no es
binario. (…) La heteronormalidad no permite nada que no sea la sexualidad
binaria y nos da estos otros modelos simbólicos de pertenecer a la categoría
hombre-mujer. Abrazadas también a las mujeres, venimos a discutir el
mundo heterosexual que es violento, que es disciplinador y que es así en
muchas situaciones de la vida. Basta solamente pensar en las infancias
intersex, por ejemplo”.

Definiéndose como una artista trans “sudaca”, Susy nació en el barrio de


Balvanera, en el centro de la ciudad de Buenos Aires. Escribió columnas en
periódicos y revistas culturales y publicó seis libros. En el cine, protagonizó la
película “Andrea. Un melodrama rioplatense”, participó en la obra “Escenas
de una fiesta rota” y estrenó el documental “Deconstrucción, crónicas de
Susy Shock”. En noviembre de 2014, editó su primer disco titulado “Buena
vida y poca vergüenza” y, en el 2019, lanzó su segundo disco, “Traviarca”.
También ha realizado una serie de espectáculos y talleres para niños y niñas,
llamada “Crianzas”.
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El fracaso de la inclusión grita: el promedio de vida de personas trans es de


35 años
Siendo integrante del Frente Nacional por la Ley de Identidad de Género, una
de las leyes más avanzadas en la materia a nivel internacional, y aprobada en
Argentina en el 2012, Susy es una entre muchas otras personas trans, que se
reconocen o no como hombres y mujeres, y que defienden la inclusión a
partir de la reconstrucción de otros mundos posibles, que no sean
heteronormativos. Después de todo, la heteronormatividad ha matado
mucho más personas trans que cualquier pandemia contemporánea en
América Latina y el Caribe.

En el 2018, el Sistema de Información sobre Violencias contra la Población


LGBTI (Lesbianas, Gays, Transgéneros e Intersex) en América Latina y el
Caribe, registró 1.416 asesinatos de personas trans en los diez países que
componen la articulación (Brasil, Colombia, El Salvador, Guatemala,
Honduras, México, Paraguay, Perú y República Dominicana).

“Seguimos en una comunidad expulsada, sobretodo la mujer travesti que


está parada en la calle, que no tiene acceso a la salud, a la educación, que no
tiene acceso a un trabajo. Somos el último orejón del tarro en este contexto
de todo este continente, seguimos siendo. Estamos acuñando un término
que tiene que ver con ‘un no sentir parte de una agenda emocional del país’.
Y eso aún con las leyes logradas, aún con un montón de pasos gigantes
políticos logrados, nos siguen instalando todavía en esa cifra terrible de los
32, 35 años promedio de vida que todo día grita, lo que es un fracaso a la
inclusión”, dice Susy.

Según la activista, este momento de pandemia es una gran oportunidad para


repensar las formas de significar el mundo. “En este momento de
cuarentenas universales, de amenazas de virus, yo creo que los paradigmas
deben ser pensados también como un fracaso que nos ha traído hasta acá,
un fracaso de un mundo pensado de una manera. Es la oportunidad quizás,
de ponernos a diseñar otro, barajando todo de vuelta”.

Educación no binaria
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La educación tiene mucho que ver con esta nueva manera de “barajar” el
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mundo. Para Susy, la educación refuerza la binariedad – y toda la


marginalización causada por ella – existente en el mundo. Por eso, defiende
la construcción de otro tipo de educación.

“Me parece que hoy en el mundo, cuando una nenita, un nenito entra al
sistema educativo, entra a repetir la heterosexualidad. Tenemos que
persarnos como pensamos en una educación laica, pensar en una institución
educativa que no sea heterosexual, que no plantee ni construya la
heterosexualidad. Entonces ahí yo voy a tomar en serio que es posible que un
niñito, una niñita diferente pueda crecer con todo su aporte, toda la
hermosura que tiene para regalarle a este mundo, todas sus alitas completas
para darle a este mundo, y pensar en otra posibilidad de mundo”, afirma.

Actividad
1) Identificar cuál creés es la tesis central la noticia

2) Identificar un momento expositivo de la noticia en donde se


explique algo y otro argumentativo en donde se desarrolle la tesis

3) ¿Qué son, según esta mirada, lo “heteronormativo” y lo “binario”?


4) Escribir un ensayo argumentativo de 500 palabras

aproximadamente en donde tomes una postura a favor, en contra

o neutral en torno a la tesis de que “la educación actual refuerza

la binariedad y debe ser cambiada”.

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5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

UNIDAD 2
El REALISMO

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5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

CAPÍTULO 1 ¿QUÉ ES LA LITERATURA?

Concepto. Características. Los lectores y la Literatura. Ficción y Realidad. La función


Estético-Poética. Connotación. Los Géneros Literarios.

En una primera aproximación, La literatura es la disciplina que se aboca al uso estético de


la palabra escrita. También puede denominarse “literatura” al corpus de textos
redactados bajo esta finalidad estética o expresiva.

En una segunda aproximación, puede considerarse, como señala el escritor mejicano


Juan Rulfo, que la creación literaria es invención. Efectivamente, aquello que en principio
permite diferenciar la literatura de otros textos es la ficción. Desde este punto de vista,
la literatura se compone de un conjunto de textos ficticios o imaginarios que se
contraponen con aquellos que no inventan sino que intentan registrar sucesos reales,
por ejemplo, los textos de historia. Así fue en los orígenes para los antiguos griegos. La
palabra poesía -que para ellos señalaba a la literatura en general- significaba
“producción”, “creación”, es decir, denominaba un objeto artificial o artístico, inventado
con palabras para imitar o representar las cosas tal como podrían suceder en la vida, y
para producir en el receptor un goce estético que lo emocionara de un modo particular y
produjera un aprendizaje.

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5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

El texto literario, como objeto artístico, se diferencia de otros textos por una
manera particular de
decir, un modo de
trabajar con el lenguaje
distinto del que usamos
en la vida cotidiana. No
sólo importa lo que se
dice sino cómo se lo
dice: el empleo del lenguaje atrae la atención sobre sí mismo. No se trata de un uso
espontáneo sino de un trabajo consciente con las palabras que pretende generar un
efecto estético. De hecho, esta es la definición de lo "literario" que propusieron los
formalistas rusos, entre cuyas filas figuraban Viktor Shklovsky, Roman Jakobson, Osip
Brik, Yury Tynyanov, Boris Eichenbaum y Boris Tomashevsky. Los formalistas surgieron
en Rusia en los años anteriores a la revolución bolchevique de 1917, y cosecharon
laureles durante los años veinte, hasta que Stalin les impuso silencio. Fue un grupo
militante y polémico de críticos que rechazaron las cuasi místicas doctrinas simbolistas
que anteriormente habían influido en la crítica literaria, y que con espíritu científico
práctico enfocaron la atención a la realidad material del texto literario. Según ellos la
crítica debía separar arte y misterio y ocuparse de la forma en que los textos literarios
realmente funcionan. La literatura no era una seudorreligión, psicología o sociología sino
una organización especial del lenguaje. Tenía leyes propias específicas, estructuras y
recursos, que debían estudiarse en sí mismos en vez de ser reducidos a algo diferente.
La obra literaria no era ni vehículo ideológico, ni reflejo de la realidad social ni
encarnación de alguna verdad trascendental, era un hecho material cuyo
funcionamiento puede analizarse como se examina el de una máquina.
El formalismo era esencialmente la aplicación de la lingüística al estudio de la literatura;
y como la lingüística en cuestión era de tipo formal, enfocada más bien a las estructuras
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del lenguaje que a lo que en realidad se dijera, los formalistas hicieron a un lado el
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5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

análisis del "contenido" literario (donde se puede sucumbir a lo psicológico o a lo


sociológico), y se concentraron en el estudio de la forma literaria.

Resumiendo, la literatura presenta dos rasgos fundamentales: la ficción y un uso


particular del lenguaje que crea un objeto especial, es decir su carácter ficcional y su
función estética. Sin embargo, no todo lo que es producto de la imaginación y está hecho
con palabras es literatura. Superman no lo es (para algunos) y el texto de una propaganda
gráfica, tampoco (par aalgunos). Para definir literatura, entonces, hay que sumar otros
criterios.

La obra literaria es también un objeto estético. El artista selecciona las palabras y la


combina de un modo único y personal aprovechando los aspectos fónicos, morfológicos,
sintácticos y semánticos que le ofrece la lengua. Es decir, trabaja con la
plurisignificatividad, polisemia y ambigüedad del signo lingüístico utilizando las
posibilidades connotativas del lenguaje que le permiten sugerir otros significados y no uno
solo como en el lenguaje denotativo.

Los lectores y la Literatura

Algunos especialistas consideran que literatura es todo lo que en una época determina-
da es leído como literatura. Esta perspectiva incluye al Lector. Pero, ¿qué lectores son los
que deciden qué textos son literarios y cuáles no?

Habitualmente, la escuela o las instituciones académicas, por ejemplo, la universidad,


son las que definen lo que se lee como literatura. También las revistas especializadas y
los suplementos culturales. Así, los textos señalados como prestigiosos por esas institu-
ciones forman lo que se denomina el canon Literario, esto es, el conjunto de textos que se
consideran literarios.

Pero el canon no es fijo ni eterno: depende del gusto estético y de las ideas que se
24

tengan en determinado momento sobre la literatura. Y esto cambia con el tiempo. Por
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ejemplo, Roberto Arlt, un escritor de Buenos Aires que comenzó a escribir hacia 1924 y
5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

miró la ciudad y sus personajes de un modo nuevo, hoy es leído como un escritor valioso,
pero en su momento era considerado un mal escritor porque hacía un uso agramatical del
lenguaje y sus textos no tenían el estilo que se esperaba de una obra literaria.

Ficción y Realidad

¿Siempre es invención la literatura? ¿Qué sucede, por ejemplo, con los textos literarios
que narran experiencias vividas o hechos reales, como las biografías noveladas o las
novelas históricas? Algunos textos presentan límites borrosos entre realidad y ficción; sin
embargo, cuando se trata de literatura, la ficción siempre interviene. Aunque parta de
hechos reales, el escritor imagina, supone, omite algunas cosas y privilegia otras, esto es,
inventa. Pero no lo hace para negar el mundo o la historia: la ficción tiene estrechas
relaciones con la realidad. El escritor valora los hechos que narra, incluye sus ideas y
dialoga en su texto con otros discursos sociales, con otras voces y puntos de vista, como
las ideas políticas, culturales, éticas y artísticas de su época, porque la literatura es
también ideología, es decir, un conjunto jerarquizado de ideas que permiten ver el
mundo, analizarlo e interpretarlo.

El término ficción (que proviene de “fingir”) significa “mentir” y “representar”.


Se caracterizan como ficciones todos aquellos discursos en los que se simulan acciones o
acontecimientos imaginarios, que son producto de la invención o recreación de un
autor. Con el nombre de no ficción, en cambio, se designa al discurso que presenta
situaciones reales, efectivamente ocurridas. La ficción y la no ficción se aproximan o se
confunden.

La función Estético-Poética

Todas las obras que se consideran literarias producen una suerte de placer vinculado con
lo bello. El que lee una novela o un poema encuentra un goce particular, diferente de
25

otras formas del deleite. Ese goce que la literatura, como las obras artísticas en general, es
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5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

capaz de generar, se denomina “placer estético”. Esa es, precisamente, la característica


que define y diferencia la literatura de otros productos hechos con palabras.

Por ejemplo, la finalidad de informar “a través de las palabras” se logra principalmente


mediante la función informativa que, para tal fin, emplea una serie de estrategias
particulares. Del mismo modo, la finalidad de llamar la atención de alguien “a través de las
palabras”, se logra principalmente por medio de la función apelativa. La finalidad estética
propia de las obras literarias se vale especialmente de la función estético-poética. Esta
función se caracteriza por interesarse en el mensaje mismo, no sólo por lo que se dice
sino por cómo se lo dice; esto significa que el lenguaje pasa a ser el protagonista del texto
a través de una cuidada selección y combinación de las palabras. En el lenguaje literario
todas las palabras obedecen a sentidos precisos: entre varias opciones se elige una
palabra y no otra, porque la seleccionada es la que mejor transmite la idea, es la expresión
exacta que el autor quiere lograr.

Entonces, el lenguaje literario posee los siguientes rasgos que lo caracterizan:

 es plurisignificativo dado que tiene la capacidad de sugerir tantos significados


como, en principio, acercamientos puedan hacerse al texto;
 tiene la capacidad de crear su propia realidad, su propio universo de ficción
diferente de aquel en que están inmersos tanto el autor como el lector;
 posee una entidad lingüística propia, dado que las relaciones entre los significados
y los significantes son distintas de las que las palabras tienen en el uso cotidiano.
Por ejemplo, cualquier verso de un poema transmite más información que una
simple secuencia de palabras;
 es connotativo, porque las palabras presentan valores semánticos (significados)
peculiares y de su combinación puede surgir una nueva visión de la realidad, un
nuevo concepto.
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5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

Connotación

El lenguaje poético posee la capacidad de sumar a las palabras otros matices de


significación y comunicar indirectamente otras informaciones, además de de los
significados básicos de una palabra determinada. A este modo de significación se lo
denomina connotación. La connotación se logra utilizando recursos literarios.

Los Géneros Literarios

El concepto de género literario implica una forma de clasificar los textos en distintos
grupos, cada uno de los cuales se diferencia por características propias. Entre la variedad
de textos que existen, los géneros permiten que el lector reconozca algunos como
poesías, por ejemplo, y los distinga de otros que serían novelas o cuentos.

El origen de los géneros se remonta a la Antigüedad clásica. Ya han visto que, para los
griegos, poesía señalaba toda producción o creación literaria. En esa época, la literatura se
escribía en versos, con una estructura rítmica y una métrica regular. Aristóteles, un
filósofo del siglo IV a.c. y el primero en escribir un estudio sobre la literatura -la Poética-
explica que el origen de este arte obedece a dos causas: por un lado, el acto de imitar, que
es propio de los hombres desde la infancia; por el otro, el placer o goce que produce esa
imitación en las personas.

Clasificación inicial

Si bien todas las obras literarias coinciden en la imitación y en el ritmo, Aristóteles señala
que se diferencian entre sí por el tema que tratan. También, por el modo de imitar del
poeta, “pues se puede imitar a los mismos objetos… o bien narrándolos o bien haciendo
obrar y actuar a todos los imitados”. Por último, advierte que los instrumentos o medios
con los que se imita producen diferencias.
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Así, según esos criterios, esto es, teniendo en cuenta el tema, el modo y los medios de
Página

imitar, la poesía se dividió en tres grandes géneros.


5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

La poesía épica (o épica) narraba extensas historias cuyos protagonistas eran héroes
que realizaban hazañas y en las que se mezclaba lo real y lo ficticio. Esos relatos estaban
compuestos en verso, se transmitían oralmente y contaban historias relacionadas con el
origen y el destino del pueblo al que representaban. Son relatos épicos la Ilíada y la
Odisea, atribuidos al poeta griego Homero, del siglo VIII a.c.

La poesía dramática (o tragedia –y comedia-), que también se escribía en verso,


desarrollaba el diálogo y la actuación como medios para imitar o representar historias en
escena. Según el contenido o temática de la historia, el teatro clásico distinguió la tragedia
(de asunto serio y desenlace funesto) de la comedia (de tema gracioso y desenlace feliz),
ambas representadas por las dos máscaras del teatro.

La poesía lírica (o lírica) agrupaba las piezas breves que se acompañaban con algún
instrumento musical y estaban destinadas, en un principio, a ser cantadas. Solían
transmitir emociones o sentimientos personales y estaban compuestas por un modo
particular de combinar las palabras, una técnica que destacaba el poder sugestivo y
evocador del lenguaje.

Los géneros a través del tiempo

Con el correr del tiempo, los escritores prefirieron la prosa (Escritura libre, sin rima) al
verso (escritura rimada y métrica), porque un lenguaje menos ornamentado y con una
menor cantidad de imágenes favorecía el progreso de la narración. Así, el verso se fue
identificando únicamente con la poesía.

A partir de entonces, se establecieron los tres géneros literarios fundamentales:

 el género Narrativo, cuyas formas más comunes son el cuento y la novela;


 el género Dramático o teatro, que comprende los textos escritos para ser repre-
sentados;
28

 el género Lírico o poético, cuyos rasgos distintivos son el ritmo y la sonoridad, y


Página

que se caracteriza por hacer un uso figurativo del lenguaje.


5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

Características de los géneros y sus subgéneros

Los tres géneros literarios clásicos (narrativo, lírico y dramático) se diferencian por las ca-
racterísticas particulares que cada uno presenta. De esta manera, los textos incluidos en,
por ejemplo, el género narrativo, tienen rasgos generales semejantes.

La particularidad esencial de los textos que conforman el género narrativo es la de


contar hechos. La acción de contar supone plantear una ficción y comunicar el universo
creado (ficcional) de hechos y experiencias. Quien está a cargo de contar, en estos textos,
es el narrador. El material discursivo, por lo general, está en prosa. Las formas más
comunes de la narrativa son el cuento y la novela, aunque también se incluyen en este
género las fábulas, los mitos y las leyendas. A su vez, dentro del cuento y la novela,
pueden reconocerse otros subgéneros: el realista, el fantástico, el maravilloso, el policial,
el de ciencia ficción, etcétera.

El género dramático, como su nombre lo indica (del griego drama: “acción”) incluye las
obras pensadas para ser representadas. La historia, en este caso, se reconstruye a través
de las palabras (diálogos) y la presencia (actuación) de los personajes. A diferencia del
discurso narrativo, que está mediatizado por la voz del narrador, en las obras dramáticas
no hay intermediarios entre los espectadores y la vida que se hace presente en el de-
sarrollo de la acción dramática. El género dramático comprende, entre otros, la tragedia,
la comedia, la farsa, el sainete, el entremés, o el drama propiamente dicho en el cine.

La poesía (género lírico) es de estos tres géneros, por su diversidad y amplitud, el más
difícil de definir. El profesor Jaime Rest señala en Conceptos fundamentales de la literatura
moderna que “muchos son los autores y los críticos que han destacado en infinidad de
ocasiones el hecho de que la poesía supone no sólo la introducción del verso sino también
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una concentración imaginativa del lenguaje, un pleno aprovechamiento del poder sugesti-
Página

vo y evocador que es propio de las palabras, una intrincada relación de los efectos
5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

sonoros y musicales” relacionados con el significado particular de las palabras. En


definitiva, musicalidad, ritmo y la presencia de la composición en verso, son las marcas
más importantes de la poesía. Y dentro del género Lírico se pueden reconocer, por
ejemplo, las diferencias entre un soneto (poesía con forma determinada, por lo general,
dos cuartetos y dos tercetos), una elegía (lamentación de una muerte o desgracia), una
canción, un poema de versos libres.

Si bien las características anteriores son generales, existen textos que aunque pertenecen
a un género emplean recursos propios de otro.

FUENTE: BIBLIOTECA DIGITAL J&E – PRÁCTICAS DEL LENGUAJE /Y/ LENGUA Y LITERATURA

ACTIVIDAD DE CIERRE INTRODUCTORIO:

1) SUBRAYAR IDEAS PRINCIPALES DEL TEXTO “IDEAS FINALES SOBRE


¿QUÉ ES LA LITERATURA?”
2) COMPLETAR ACRÓSTICO

REFERENCIAS:
1- Una marca y aspecto de lo lírico.
2- 2- Aspecto que diferencia un texto/obra literaria de otros no literarios.
3- Sinónimo de poesía dramática
4- Aunque la literatura sea una versión de la realidad, siempre...
5- Forma derivada de la épica.
6- Discurso producto de la creación de un autor literario.
7- Tipo de significado del lenguaje que expresa la idea universal y directa de una
palabra.
8- Característica del discurso lingüístico en que ofrece más de un significado.
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9- Lo que distingue una variedad de texto de otra.


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10- Para los griegos, sinónimo de literatura.


5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

11- Tipo de significado del lenguaje que a una palabra suma otros matices y otra
información.
12- Las finalidades del lenguaje se logran mediante una determinada…
13- Una de las clasificaciones literarias clásicas que más hace uso del lenguaje en sí
mismo.
14- Algo bello que produce la literatura.

1- M__________
2- E _______
3- T _______
4- ______A
5- ____L_
6- _I_____
7- ____T_____
8- _____E___
9- ____ R_
10- _____A
11- _____T_____
12- _U_____
13- __ R___
14- __A___ 31
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5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

CAPÍTULO 2: EL ROMANTICISMO.
LITERATURA E HISTORIA 1
Etimología de "ROMANTICISMO": Para algunos,
el origen de la palabra Romanticismo proviene
del término francés roman, que significa
novela. En tal dirección, el término estaría
haciendo alusión a la ficción, a lo
novelesco. Para otros, en cambio, el término
romanticismo deriva de la voz romance,
refiriéndose al período medieval en que se
constituyeron las lenguas populares derivadas de
latín vulgar denominadas “lenguas romance”, el
romance castellano, por ejemplo. Estas lenguas
se hablaban y se siguen hablando en un territorio
que recibe el nombre de Romania, que cubría en
su mayor parte el sur europeo del antiguo
Imperio romano.

Ilustración 1 Caminante sobre el mar de Nevoa, obra de El Romanticismo es un movimiento estético,


David Friedrich
cultural y político en el pensamiento y las
artes literarias, musicales, plásticas, que surge en Europa, tiene sus inicios en Inglaterra y
Alemania y alcanza su mayor esplendor en Francia durante la primera mitad del SIGLO
XIX (1800 - 1850), sin embargo este movimiento llega a Latinoamérica con cierto retraso,
a mediados del mismo siglo, como un reflejo e imitación.
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5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

Arnold Hauser en su Historia social de la Literatura y el Arte señala que el Romanticismo


representa un movimiento general en toda Europa que primaba el desarrollo de los
sentimientos y del individualismo sobre la razón y la voluntad del autodominio.
El Romanticismo era un movimiento esencialmente burgués (como también lo será el
realismo) que frente a la concepción más aristocrática propia del Racionalismo y de la
Ilustración, establece una estrecha relación del individuo con la sociedad. Para el
Romanticismo la sociedad, a la que califica de pueblo o nación, tiene una vida propia y
una misión histórica que cumplir. Esa forma de pensar es la que dio origen a los
movimientos nacionalistas del siglo XIX, mediante los que se intentan conservar las
peculiaridades de cada uno y reclamar el derecho de cada nación a disponer libremente
de su destino.

La Actitud moral y vital de los románticos es de insatisfacción ante la vida y la sociedad.


Se rebelan contra todo y aspiran a algo superior, aunque no siempre estén seguros de qué
se trata. La primera crisis de la razón se inicia con el romanticismo. Adquieren gran
importancia la imaginación y la sensibilidad
personal. La imaginación permite al romántico
evadirse de la realidad y tender hacia un mundo
de ensueños, ideal aunque difuso.

El romanticismo comprende las


siguientes características:

Ilustración 2E.A. POE, emblema del romanticismo ⓐ El ansia de libertad: Originalidad,


norteamericano, y de las literatura mundial
Creatividad, Imperfección

✍ El Romanticismo es una reacción en contra del Neoclasicismo.


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✍ La libertad creativa desplaza a la razón ordenadora, dando como resultado:


5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

✍ La originalidad frente a la tradición grecolatina.

✍ La creatividad frente a la imitación neoclásica.


¿CUÁL HABRÁ SIDO LA
RELEVANCIA DE LA
✍ La obra imperfecta, inacabada y abierta frente a la REVOLUCIÓN obra
perfecta, concluida y cerrada. FRANCESA EN ESTE
MOVIMIENTO?
INVESTIGÁ.

La exaltación del yo individual:

✍ Un gran aprecio de lo personal, un subjetivismo e individualismo absoluto, un culto al


yo fundamental y al carácter nacional o Volksgeist, frente a la universalidad y
sociabilidad de corte aristocrática de la Ilustración en el siglo

✍ En el siglo XVIII neoclásico, con el despotismo ilustrado, la voluntad del rey se imponía
sobre la opinión de sus súbditos. En cambio, los postulados de la revolución francesa
(libertad, igualdad, fraternidad) hicieron variar la situación. Ellas fueron las ideas
inspiradoras del Romanticismo, que propugnó una intensa valoración de la propia
personalidad.

ⓒ El espíritu de rebeldía:

✍ Las ansias de libertad se traducen en un espíritu de rebeldía, que se observa en


numerosos personajes literarios, todos ellos aventureros y rebeldes. En ese sentido los
héroes románticos son, con frecuencia, prototipos de rebeldía (Don Juan, el pirata,
Prometeo) y los autores románticos quebrantan cualquier normativa o tradición cultural
que ahogue su libertad, como por ejemplo las tres unidades aristotélicas (acción, tiempo y
lugar) y la de estilo (mezclando prosa y verso), o revolucionando la métrica y volviendo a
34

rimas más libres y populares como la asonante.


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5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

ⓓ Sentimiento de soledad y de resignación al sufrimiento:

✍ El fatum romántico proviene de un emparentamiento con la cosmovisión cristiana


medieval.

ⓔ Identificación con la naturaleza, con lo místico y lo oscuro:

✍ La naturaleza en su estado puro, no se trata de una naturaleza de jardín sino de una


naturaleza guardadora de secretos en la que pueda proyectar su estado anímico.

✍ Igualmente, una renovación de temas y ambientes, y, por contraste al Siglo de las Luces
(Renacimiento), prefieren los ambientes nocturnos y luctuosos, los lugares sórdidos y
ruinosos (siniestrismo); venerando y buscando tanto las historias fantásticas como la
superstición, que los ilustrados y neoclásicos ridiculizaban

ⓕ Exaltación de la imaginación y del sentimiento:

✍ El romántico muestra su valor en la firmeza de sus sentimientos. Es un caballero en una


gesta del corazón. Por otro lado, su imaginación le pone alas a su sentimiento amoroso.

ⓖ Valoración de lo nacional y popular, y el pasado:

✍ Tal como el hombre romántico necesita afirmar su yo, las naciones precisan destacar los
valores propios que las diferencien de otras comunidades humanas y las identifiquen. Es
considerable el auge que tomaron el estudio de la literatura popular (romances o baladas
anónimas, cuentos tradicionales, coplas, refrán|refranes) y de las literaturas en lenguas
regionales durante este periodo.
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5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

✍ Evocación del pasado. Se alejaron de la realidad evadiendo el tiempo. Predominaron en


ellos los sentimientos de tristeza, melancolía, amor a la soledad, escenarios lúgubres,

En el ámbito latinoamericano, el romanticismo tiene su punto de partida en Argentina con


Esteban Echeverría y su obra Elvira o la novia del Plata, otros autores importantes allí fueron
Domingo Faustino Sarmiento (Facundo) y José Hernández (Martín Fierro), todos ellos
relacionados con el denominado Romanticismo social, propiciado esencialmente como reacción
ante la dictadura rosista o ante la injusticia de la vida del gaucho (Juan Manuel Rosas).

descontento.

LECTURA 1.1

Los espíritus de los muertos


Edgar Allan Poe

Tu alma se encontrará sola, cautiva de los


negros pensamientos de la gris piedra tumbal;
ninguna persona te inquietará en tus horas de
recogimiento.

Quédate silenciosamente en esa soledad que


no es abandono,—porque los espíritus de los
muertos que existieron antes que tú en la vida,
te alcanzarán y te rodearán en la muerte,—y
la sombra proyectada sobre tu cara obedecerá
a su voluntad; por lo tanto, permanece tranquilo.

Aunque serena, la noche fruncirá su ceño,


y las estrellas, de lo alto de sus tronos celestes,
no bajarán más sus miradas con un resplandor
parecido al de la esperanza que se concede a
los mortales; pero sus órbitas rojas, desprovistas
de todo rayo, serán para tu corazón marchito
como una quemadura, como una fiebre
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que querrá unirse a ti para siempre.


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Ahora, te visitan pensamientos que no ahuyentarás


5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

jamás; ahora surgen ante ti visiones


que no se desvanecerán jamás; jamás ellas dejarán
tu espíritu, pero se fijarán como gotas
de rocío sobre la hierba.

La brisa,—esa respiración de Dios,—reposa


inmóvil, y la bruma que se extiende como una
sombra sobre la colina,—como una sombra cuyo
velo no se ha desgarrado todavía,—resulta así
un símbolo y un signo. Como logra permanecer
suspendida a los árboles, ese es el misterio
de los misterios!

ACTIVIDAD 5
1) ¿QUÉ aspectos del romanticismo resaltarías en la poesía de Poe?
2) ¿Qué idea crees que tenían los románticos de la muerte? ¿Cuál puede
ser la relación de la muerte con el romanticismo?
3) ¿Por qué crees que la libertad era tan importante para los románticos?
4) Describe cómo te imaginas a los escritores y personajes románticos

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5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

ESCRITURA CREATIVA Nº1:


Escribí un relato o una poesía que
responda a una exaltación del YO
individual, a la búsqueda de rebeldía y
libertad. Para ello, construí un personaje
paradigmático que vehiculice la
transmisión de una idea exaltada.

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5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

CAPÍTULO 3: EL REALISMO LITERARIO


Ilustración 3"EL DESPEINADO" pintura realista de Gustave Coubert, Francia

Realismo literario

Realismo Literario

Realismo literario. Este


movimiento literario
aparece en la segunda
mitad del siglo XIX, como
consecuencia de las
circunstancias sociales de
la época: la consolidación
de la burguesía como clase
dominante, la
Concepto: Es un movimiento literario que triunfó en
industrialización, el
crecimiento urbano y la Europa hacia 1850 y que trató de reflejar la
aparición del proletariado. realidad social de la época. Frente al
idealismo romántico, propugnó la observación
Es un movimiento cultural
directa de la realidad y la novela como género
que se da principalmente
durante la segunda mitad que mejor puede reflejarla.
del s. XIX en toda Europa.
Esta nueva manera de ver las cosas se inicia hacia 1850 en Francia , con la
publicación de la revista “Realisme” que define los rasgos más característicos de este
movimiento.

Las novelas realistas se escriben desde los años treinta pero el Realismo como
escuela no se consolida hasta la década de los cincuenta, con la Revolución de 1868,
en que van tomando cuerpo las posiciones antirrománticas o superadoras del
Romanticismo.

Asigna como fin a las obras artísticas o literarias la imitación fiel de la naturaleza, cuyo
auge se da en Europa en la segunda mitad del siglo XIX.
39

S
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Orígenes y evolución
El realismo surgió en la Francia de la primera mitad del siglo XIX, inmersa aún en el
romanticismo. Se inició con autores como Balzac y Stendhal, y se desarrolló ya como
movimiento independiente con Flaubert, en el contexto de una sociedad urbana e
industrial, con una clase burguesa asentada.

En España, el inicio del movimiento realista coincidió con acontecimientos históricos


centrales. Surgió hacia 1870, después de “La Gloriosa”, y tuvo su apogeo en la
década de 1880, época del acceso al poder de la burguesía y en contexto cultural
complejo y variado. En la aparición del realismo influyeron géneros del romanticismo
como la novela histórica y, sobre todo, los artículos de costumbres, junto con las
obras y las reflexiones estéticas de novelistas extranjeros como Balzac, Flaubert,
Dickens y Tolstoi.

Marco histórico y cultural


Los gobiernos progresistas surgidos al hilo de la Revolución de 1868 consagraron
derechos democráticos e impulsaron reformas laborales y fiscales que crearon gran
descontento. La crisis económica, el desempleo, las guerras y los conflictos
regionales contribuyeron al fracaso de la I República y a la Restauración de la
monarquía, que puso fin a un largo período de guerras.

Durante la Restauración, los cambios gubernamentales se efectuaron por medio de


las Cortes y se estableció el bipartidismo de liberales y conservadores. El Gobierno,
centralista y oligárquico, se apoyaba en el medio provinciano y rural, dominado por
caciques, con quienes se controlaban y simulaban unas elecciones fraudulentas.

El desarrollo económico (minería, siderurgia vasca, industria textil catalana y


actividades comerciales) impulsó el crecimiento de las ciudades, comunicadas por el
ferrocarril. A este período corresponde la consolidación del Estado liberal y el triunfo
de la burguesía. Las familias burguesas gustaban del lujo y de la ostentación,
mientras que las masas populares permanecían al margen de la política, la
modernización y la cultura. En estos años se desarrollaron las organizaciones
obreras, en sus vertientes socialista y anarquista.

Aspectos ideológicos y culturales


La corriente de pensamiento más destacada fue el krausismo. Uno de sus frutos más
importantes fue la Institución Libre de Enseñanza (1876), fundada por Francisco Giner
de los Ríos. En su primera etapa se centró en la enseñanza universitaria y, a partir de
1881, en la reforma de la pedagogía tradicional.

Con la Restauración se inició una etapa positivista, aunque seguían vigentes las ideas
40

krausistas en pedagogía y derecho, y valores como la ética individual, la tolerancia y


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el rigor científico.
5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

Otro fenómeno destacable, sobre todo a partir de la década de 1880, fue el


extraordinario desarrollo de la prensa, que difundió obras por entregas y artículos de
los escritores más importantes de la época (Clarín, Galdós, Valera, Pardo Bazán), y
sirvió de soporte a la polémica sobre el naturalismo.

Características
 Eliminación de todo aspecto subjetivo, hechos fantásticos o sentimientos que se
alejen de lo real.
 Análisis riguroso de la realidad. El escritor nos ofrece un retrato riguroso de lo que
observa.
 Los problemas de la existencia humana, componen el tema fundamental de la
novela realista; ésa es la consecuencia del sumo interés por la descripción del
carácter, temperamento y conducta de los personajes.
 Surge un tipo de novela en la que se analizan minuciosamente las motivaciones
de los personajes y las costumbres.
 El novelista denuncia los defectos y males que afectan a la sociedad y ofrece al
lector soluciones para detenerlos. Cada autor, según sus ideas, muestra lo que
para él es un mal de la sociedad.
 El tema esencial es la realidad que rodea al escritor, quien debe dar testimonio de
la misma y actuar como un cronista. La clase media se convirtió en el foco de
atención preferente del escritor. En esa plasmación de la realidad observada
puede verse, en ocasiones, cierta actitud de crítica social.
 El narrador es objetivo y suele ser omnisciente, es decir, conoce a sus personajes
a fondo. Para mostrar los sentimientos y pensamientos de los personajes se
utilizan el monólogo interior y el estilo indirecto libre. El retrato puede ser un
completo análisis psicológico y la descripción de ambientes suele realizarse
también con minuciosidad.
 El estilo es sencillo y sobrio. Con el lenguaje se pretende reproducir la forma de
hablar de los personajes y su condición social, por lo que aparecen varios
registros. Busca expresar el habla común y se adapta a los usos de los
distintos personajes, que son complejos, evolucionan e interactúan influyendo
en otros. Hay preferencia por el lenguaje coloquial.

FUENTES: ECURED, LA ENCICLOPEDIA CUBANA ONLINE e INSTITUTO


NACIONAL DE TECNOLOGÍAS EDUCATIVAS Y DE FORMACIÓN DEL
PROFESORADO, ESPAÑA. https://intef.es/

Origen del término


41

“Realismo” Aparece aplicado a la literatura hacia 1825. Más tarde, su significado se


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precisó para aplicarse a ciertos pintores como Gustave Courbet que, frente a los temas
5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

grandilocuentes y las escenografías aparatosas del Romanticismo, llevaban a sus lienzos


sencillas escenas de la vida cotidiana; enseguida se aplicó el vocablo a las obras literarias
animadas de un propósito análogo de recoger fieles testimonios de la sociedad de la
época.
Hacia 1853 en Francia una serie de escritores y críticos presentan ya al realismo como una
nueva estética alejada u opuesta a la romántica. En 1856 aparece una revista titulada
precisamente Realismo, que en uno de sus números dice:

«El realismo pretende la reproducción exacta, completa,


sincera, del ambiente social y de la época en que
vivimos... Esta reproducción debe ser lo más sencilla
posible para que todos la comprendan».

Dicha reproducción exacta de la realidad toma a menudo como


modelo los métodos de observación de las ciencias experimentales.

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5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

LECTURA 1.2

En la sangre / 1887
Eugenio Cambaceres (1843-1888)
Fuente: Primera edición, Buenos Aires Imprenta Sud América, 1887.

Capítulo I
De cabeza grande, de facciones chatas, ganchuda la nariz, saliente el labio inferior, en la
expresión aviesa de sus ojos chicos y sumidos, una rapacidad de buitre se acusaba.
Llevaba un traje raído de pana gris, un sombrero redondo de alas anchas, un aro de oro en
la oreja; la doble suela claveteada de sus zapatos marcaba el ritmo de su andar pesado y
trabajoso sobre las piedras desiguales de la calle.
De vez en cuando, lentamente paseaba la mirada en torno suyo, daba un golpe -uno solo-
al llamador de alguna puerta y, encorvado bajo el peso de la carga que soportaban sus
hombros: "tachero"... gritaba con voz gangosa, "componi calderi, tachi, siñora?".
Un momento, alargando el cuello, hundía la vista en el zaguán. Continuaba luego su
camino entre ruidos de latón y fierro viejo. Había en su paso una resignación de buey.
Alguna mulata zarrapastrosa, desgreñada, solía asomar; lo chistaba, regateaba, porfiaba,
"alegaba",acababa por ajustarse con él.
Poco a poco, en su lucha tenaz y paciente por vivir, llegó así hasta el extremo Sud de la
ciudad, penetró a una casa de la calle San Juan entre Bolívar y Defensa.
Dos hileras de cuartos de pared de tabla y techo de zinc, semejantes a los nichos de algún
inmenso palomar, bordeaban el patio angosto y largo.
Acá y allá entre las basuras del suelo, inmundo, ardía el fuego de un brasero, humeaba
una olla, chirriaba la grasa de una sartén, mientras bajo el ambiente abrasador de un sol
de enero, numerosos grupos de vecinos se formaban, alegres, chacotones los hombres,
las mujeres azoradas, cuchicheando.
43

Algo insólito, anormal, parecía alterar la calma, la tranquila animalidad de aquel humano
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hacinamiento.
5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

Sin reparar en los otros, sin hacer alto en nada por su parte, el italiano cabizbajo se dirigía
hacia el fondo, cuando una voz interpelándolo:
-Va a encontrarse con novedades en su casa, don Esteban.
-¿Cosa dice?
-Su esposa está algo indispuesta.
Limitándose a alzarse de hombros él, con toda calma siguió andando, caminó hasta dar
con la hoja entornada de una puerta, la penúltima a la izquierda.
Un grito salió, se oyó, repercutió seguido de otros atroces, desgarradores al abrirla.
-¿Sta inferma vos? -hizo el tachero avanzando hacia la única cama de la pieza, donde una
mujer gemía arqueada de dolor:
-¡Madonna, Madonna Santa...! -atinaba tan sólo a repetir ella, mientras gruesa, madura,
majestuosa, un velo negro de encaje en la cabeza, un prendedor enorme en el cuello y
aros y cadena y anillos de doublé, muchos en los dedos, hallábase de pie junto al catre la
partera.
Se había inclinado, se había arremangado un brazo, el derecho, hasta el codo; manteníalo
introducido entre las sábanas; como quien reza letanías, prodigaba palabras de consuelo a
la paciente, maternalmente la exhortaba: "¡Coraque Duña María, ya viene lanquelito, é
lúrtimo... coraque!..."
Mudo y como ajeno al cuadro que presenciaban sus ojos, dejóse estar el hombre, inmóvil
un instante.
Luego, arrugando el entrecejo y barbotando una blasfemia, volvió la espalda, echó mano
de una caja de herramientas, alzó un banco y, sentado junto a la puerta, afuera, púsose a
trabajar tranquilamente, dio comienzo a cambiar el fondo roto de un balde.
Sofocados por el choque incesante del martillo, los ayes de la parturienta se sucedían, sin
embargo, más frecuentes, más terribles cada vez.
Como un eco perdido, alcanzábase a percibir la voz de la partera infundiéndole valor:
E lúrtimo... coraque!...
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La animación crecía en los grupos de inquilinos; las mujeres, alborotadas, se indignaban;


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entre ternos y groseras risotadas, estallaban los comentarios soeces de los hombres.
5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

El tachero entretanto, imperturbable, seguía golpeando.

Capítulo II

Así nació, llamáronle Genaro y, haraposo y raquítico, con la marca de la anemia en el


semblante, con esa palidez amarillenta de las criaturas mal comidas, creció hasta cumplir
cinco años.
De par en par abrióle el padre las puertas un buen día. Había llegado el momento de serle
cobrada con réditos su crianza, el pecho escrofuloso de su madre, su ración en el bodrio
cotidiano.
Y empezó entonces para Genaro la vida andariega del pilluelo, la existencia errante, sin
freno ni control, del muchacho callejero, avezado, hecho desde chico a toda la perversión
baja y brutal del medio en que se educa.
Eran, al amanecer, las idas a los mercados, las largas estadías en las esquinas, las changas,
la canasta llevada a domicilio, la estrecha intimidad con los puesteros, el peso de fruta o
de fatura ganado en el encierro de la trastienda.
El zaguán, más tarde, los patios de las imprentas, el vicio fomentado, prohijado por el
ocio, el cigarro, el hoyo, la rayuela y los montones de cobre, el naipe roñoso, el truco en
los rincones.
Era, en las afueras de los teatros, de noche, el comercio de contra-señas y de puchos.
Toda una cuadrilla organizada, disciplinada, estacionaba a las puertas de Colón, con sus
leyes, sus reglas, su jefe: un mulatillo de trece años, reflexivo y maduro como un hombre,
cínico y depravado como un viejo.

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5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

TRABAJO PRÁCTICO Nº 1
Leer el capítulo 3 sobre el Realismo de
este libro y los capítulo 1 y 2 de “En la
sangre” de Cambaceres, y responder.
1) ¿Qué elementos del realismo aparecen en este
fragmento? Utilizar definiciones y características.
2) ¿Con qué acontecimientos socioculturales
relacionarías el surgimiento del Realismo?
Revoluciones burguesas
3) ¿Cuál te parece que es el género y forma literaria
preferido por los escritores realistas?
4) ¿En qué lugares suelen ubicar los escritores realistas
sus historias?
5) ¿Cómo se expresan los personajes en las novelas
realistas?.
6) ¿De qué tipo suelen ser los narradores en la
literatura realista de las primeras épocas?
7) ¿Qué tipos de ambientes y personajes son los
preferidos de los autores naturalistas?
8) ¿Qué diferencia radical habría entre el Romanticismo
y el Realismo?
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5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

CAPÍTULO 4: LA BILDUNGSROMAN o
NOVELA DE APRENDIZAJE
Ilustración 4BOYHOOD, película de
Richard Linklater en homenaje a la
bildungsroman, filmando el crecimiento real
de su protagonista a lo largo de una década

Un tipo particular de la novela es


la NOVELA DE APRENDIZAJE. Este
término proviene del alemán
bildungsroman (bildung significa
educación y roman significa novela)
y fue acuñado por el filólogo Johann Carl Simon Morgenstern en 1819.

Se trata de una novela de iniciación, que se caracteriza porque sus protagonistas se


encuentran en la etapa de la vida que supone el crecimiento y el alcance de la madurez.

En este tipo literario es recurrente el motivo del viaje, ya que sus protagonistas suelen
alejarse de la seguridad y contención del hogar y los afectos de la niñez, y suelen atravesar
diversas experiencias.

Lo que se pone en escena es la idea de la vida como escuela, en la que se aprende


superando obstáculos y afrontando riesgos que ponen a prueba las virtudes y la
personalidad. Este aprendizaje empírico (aprendizaje que se da a partir de la experiencia)
permite a un protagonista joven e inmaduro conocerse a sí mismo y desarrollar su propia
concepción del mundo que lo rodea.

El replanteo de quién se es y cómo se quiere ser son temas que resultan fundamentales
en este tipo de ficción.
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Las letras entienden. La vida se forja por quienes somos y lo que vamos haciendo. No
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sorprende que muchos autores impriman sus hojas con tintes autobiográficos en las que
5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

llevan a su protagonista a definirse a lo largo de su vida. Sean reales las historias o no,
estas novelas muestran uno o varios episodios en la vida del personaje que lo
transformará para siempre.
Las novelas de formación tienen diversas formas de desarrollarse, pero la tradicional se
divide en tres:

El aprendizaje de la juventud

Los años de peregrinación

El perfeccionamiento

Las novelas de formación pueden ocupar la vida de un personaje o quizás un sólo día.
Estas novelas suelen tener una importante reflexión acerca de la vida por parte del autor,
una suerte de manifiesto sobre diversos temas y algo importante, el desarrollo físico y
espiritual de las personas.

Algunas características:
o El personaje sufre primero algún tipo de pérdida o pasa por alguna situación que
le obliga a alejarse del hogar o abandonar el hogar. Puede darse también por el
abandono hacia él o ella.
o El proceso de maduración emocional y psicológica es largo, arduo y gradual.
Consiste en repetidos choques y conflictos entre las necesidades y deseos del
protagonista y las normas y categorías impuestas por un orden social rígido e
inamovible.
o Eventualmente el espíritu y los valores de este orden social se manifiestan en el
protagonista, quien es entonces acomodado en la sociedad a través de algún rito
de pasaje.
o El personaje evoluciona gradualmente alejándose de la conformidad y
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encontrándose a sí mismo(a) como persona.


Página
5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

o El conflicto principal es el de sí mismo versus la sociedad o el individualismo versus


la conformindad.
 Ritos de pasaje: Tienen que ver con movimientos de personas o grupos, o de personas
dentro de grupos para entrar a un nuevo estado social (nacimiento, el casamiento, la
muerte)Generalmente los ritos de pasaje tienen tres aspectos: separación de un estado
social anterior, periodo de marginación, y el periodo de agregación o entrada a un nuevo
estado social.

El lazarillo de Tormes (circa 1554)


Autor desconocido

Precursora del género, esta novela picaresca española expuesta


como una serie epistolar muestra la vida de Lázaro de Tormes, el
antihéroe narra su vida desde la infancia hasta su matrimonio en la
vida adulta. La novela es un reflejo satírico de la sociedad española
del siglo XVI.

Retrato del artista adolescente (1916)


James Joyce

Uno de los escritores más importantes del siglo XX y quien ha ganado


un lugar en la historia de la literatura universal. Previo a su obra más
conocida, este escritor irlandés publicó la novela de formación que inicia
con la infancia de Stephen Dedalus cuando aún piensa en colores y
canciones y no existe en él nada más que inocencia. El autor haciendo
uso del flujo de conciencia, común a inicios del siglo XX con el
modernismo, lleva al lector a un viaje por la mente de Dedalus mientras
crece; desde sus ideas infantiles, pasando por el temor a la Iglesia e incluso su pasión por el
arte. Muestra cómo existen personas que desde el inicio de su vida han estado destinadas a
la creatividad y la creación.
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5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

La montaña mágica (1924)


Thomas Mann

Considerada novela de crecimiento y novela filosófica, el autor la nombró ―Novela de


Tiempo‖. La crítica ha visto en este libro la sociedad burguesa y decadente previa a la
Primera Guerra Mundial. Un hombre viajando a un sanatorio es el inicio de esta novela que
explora no sólo el crecimiento del protagonista, sino el pensamiento de una época.

El guardián entre el centeno (1951)


J.D. Salinger

La famosa novela del escritor estadounidense narra un día en la vida del


joven Holden Caulfield, quien abandona la escuela y viaja por la ciudad de
Nueva York, exponiendo su visión personal. Un clásico gracias a esa
manera peculiar de hipocresía que Caulfield trabaja.

Bajo la rueda (1906)


Herman Hesse

Empezando el siglo XX, Hesse publicó la historia de Hans Giebenrath, un


niño prodigio capaz de obtener las mejores calificaciones. Esta historia de la
adolescencia de Hans es considerada por la crítica como una de las obras
maestras del autor, y un ejemplo perfecto de una Bildungsroman, donde entre
muchos otros temas, critica al sistema educativo, el cual se preocupa más por
el desarrollo académico del alumno dejando fuera la parte humanística y el
desar
rollo
perso
nal
del
alum
no. ESCRITURA CREATIVA Nº2: ESBOZÁ EN UNA CARILLA
EL DESARROLLO DE LO QUE SERÍA LA
BILDUNGSROMAN (NOVELA) DE TU PROPIA VIDA
REAL O IMAGINARIA. UN COMIENZO DE
APRENDIZAJE, UN CONFLICTO O PEREGRINACIÓN, UN
DESENLACE O TRANSFORMACIÓN.
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5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

CAPÍTULO 5: LA CULTURA JUVENIL DEL


SIGLO XX: UNA REBELIÓN
LITERATURA E HISTORIA 3

La rebelión juvenil de los años sesenta


Publicado en Polémica, n.º 93, mayo 2008 por Bernat MUNIESA

En la Europa de la posguerra que siguió a la Segunda Guerra Mundial


se encuentra el origen de nuevos comportamientos sociales cuyos
actores fueron los miembros de una juventud insatisfecha y
descontenta con el mundo que les había tocado vivir. Este
desasosiego o malestar, como se le quiera llamar, motivaría a miles de
jóvenes a reunirse en grupos muy específicos, marginales, y a
mantener unas actitudes sociales especiales, siempre acorde con la protesta y la crítica de
la sociedad.

Este proceso se inició ya en los años cincuenta (siglo XX) y en ciertos aspectos se ha
prolongado hasta nuestros días. Varios fueron los factores que se combinaron para dar
lugar a la explosión de la juventud occidental, en Europa y en Estados Unidos.

Entre la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría

El primero de los factores a destacar fue la barbarie que representó la Segunda Guerra
Mundial (1939-1945), que dio lugar a la eclosión de movimientos pacifistas a los que se
habrían de adherir miles de jóvenes, que a lo largo de los años cincuenta y más adelante
manifestarían su repudio por la Guerra Fría y su rechazó al terror nuclear.
51
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5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

A este factor cupo añadírsele la atracción que sobre la juventud europea ejerció, también
a mediados de los años cincuenta del siglo XX, la corriente
filosófica del existencialismo. Esta corriente, cuyas figuras
centrales fueron el filósofo Jean-Paul Sartre y el escritor Albert
Camus, analizaba el mundo desde una perspectiva atea y lo
entendía como un absurdo; sus postulados eran eminentemente antiburgueses y, en
consecuencia, anticapitalistas.

Otro factor importante derivaría de la reconstrucción europea de la posguerra. Se practicó


una reconstrucción desde una perspectiva socialdemócrata, reformista, y no desde
posiciones ideológicas netamente liberales. Surgió así el Estado del Bienestar en Europa
occidental (excepto en España, donde la dictadura del general Franco impidió que la
población pudiera beneficiarse de aquella ayuda).

Y surgieron también unas nuevas clases medias en gran medida dominadas por un nuevo
y creciente valor: el consumismo, sustitutivo del valor tradicional que era el ahorro.

Los jóvenes también rechazarían progresivamente la recién estrenada moral hipócrita de


la Nueva Sociedad del Consumo, como ya la definía el pensador francés Guy Debord.
Moral fundada en el dinero y el despilfarro, en no saber distinguir lo necesario de lo
superfluo.

Ligado al rechazo de los nuevos valores de la Nueva Sociedad, el rechazo de los jóvenes se
orientaría hacia factores como la Familia y el Estado (junto con la política), entendidos
como símbolos de la autoridad, y también hacia el Mercado, considerado símbolo del
consumismo.

Esas nuevas realidades, y especialmente la crisis de la familia tradicional, propiciarían el


inicio de un movimiento social, el de la liberación de la mujer, movimiento que devino en
52

los movimientos feministas que alcanzarían un gran auge desde finales de los años
Página

sesenta (siglo XX) en Estados Unidos y Francia especialmente, coincidiendo con la


5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

coyuntura en que la mujer comenzó a incorporarse al mercado laboral. Y junto a la


valorización del papel social de la mujer, el rechazo a los tabúes sexuales fue cobrando
una realidad cultural como forma de contra cultura frente al hipócrita puritanismo de la
Nueva Sociedad del Consumo.

La juventud irrumpe en el escenario

Los movimientos juveniles importantes surgidos a principios de los años sesenta (siglo XX)
tuvieron sus propios precedentes en la década anterior, es decir, en los años cincuenta del
mismo siglo. Por ejemplo, cabe destacar el nuevo clima generado en Estados Unidos por
un nuevo género musical: el Rock’n Roll, con la emblemática figura de un joven rebelde:
Elvis Presley. En línea similar se moverían los Angry Young Man en el Reino Unido.

El rock, con la trepidancia de su ritmo y la radical acritud de sus letras


causó primero asombró y luego una creciente adición entre la juventud,
todo ello ante la perplejidad de la Nueva Sociedad bienpensante
norteamericana.

En Europa, la rebeldía se inició en el Reino Unido, como virulenta reacción juvenil contra la
sociedad establecida y su carácter marcadamente victoriano y puritano.

Concretamente, los primeros movimientos juveniles que aparecen en Europa occidental


se constituyeron como subculturas o «tribus urbanas» con una marcada identidad propia,
aunque todos ellos compartían una característica: el rechazo del Sistema.

Todos ellos compartían la «defensa del grupo» y trataban de potenciar el sentido de la


marginación de los miembros individuales respecto al entorno, es decir, el Sistema Social,
lo rechazable y rechazado. Una función importante la representa el look, o estética
53

adoptada: peinados, indumentaria, etc., eran –y son aún en los grupos más marginales–
Página

los rasgos distintivos. Además, en el interior del grupo, se profundizaba en la necesidad de


5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

«sentirse superior» al entorno exterior, y, por otra parte, los grupos buscaban espacios
propios donde existir y desarrollar sus actividades: calles, barrios e incluso islas y espacios
naturales (Carnaby Street, en Londres, fue emblemática en los años sesenta). Los teddy
boys fueron el primer movimiento organizado de aquel tipo que apareció en Europa.
Nació a finales de los años cincuenta (siglo XX) en el East End de Londres, la capital
británica. De hecho, los blousons noirs de París, casi simultáneos, fueron un derivado
mimético de los primeros. Ambos grupos se definían por ser hijos de familias obreras sin
acceso a las nuevas clases medias.

Aparecen los hippies

Mientras todos esos variados grupos surgían en


Europa occidental para formar el mundo de la
contracultura, en Estados Unidos nacería el más
importante de los movimientos juveniles de los

Ilustración 6ALLEN Ilustración 5JACK


GINSBERG KEROUAC

años sesenta (siglo XX): los hippies.

Los hippies fueron los herederos de la precedente generación beat que surgió en Estados
Unidos a principios de los años cincuenta, concretamente en California, como resultado de
la frustración de numerosos intelectuales y jóvenes, asqueados de la guerra (1939-1945),
del macarthysmo, de la política y del culto al dinero. Fueron poetas como: Allen Ginsberg,
autor del poemario ¡Aullido!, donde invitaba al grito contra el consumo y el autoritarismo;
del escritor Jack Kerouac, autor de la novela On the Road (En el camino), en la que
postulaba que no hay otra forma de vivir que el carpe diem, esto es, «vivir al día, al
momento», y el ensayista William Borroughs, autor de El trabajo, donde rechazaba el
trabajo impuesto pos la sociedad por alienante y reclamaba, lo mismo que los anteriores,
54

un regreso a la Naturaleza. Otros fueron Gregory Corso, Michael McClure y Timoty Leary,
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5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

postulado este último del consumo de drogas como modo de evasión. Ellos fueron los
padres de la citada contracultura.

El término beat define perfectamente el sentimiento de aquellos hombres: su traducción


es «frustrado», «golpeado», pues así se sentían en aquella sociedad. Sus parámetros eran
el primitivismo antropológico y el anticonsumismo, y latía en su fondo un resorte
anarquizante. Sus seguidores fueron los beatniks, inmediatos precursores de los
posteriores movimientos hippies. Su «biblia» era En el camino, el libro de Kerouac y se
agrupaban en colectivos en los que reinaba un espíritu comunista, es decir, fraterno e
igualitario. Entre sus hábitos se contaba su pasión por la música y la poesía, el consumo
habitual de drogas y la práctica del amor libre.

Los hippies, como ya hemos adelantado, fueron sus herederos en los años sesenta y aún
en los inicios de los setenta del siglo XX. De ellos se puede afirmar que más que una
subcultura, representaron la contracultura: se autoexcluyeron de una sociedad que les
repelía por su culto al dinero, por su ignorancia y falta de sensibilidad, por su racismo, por
su alienación sexual, por su masificación y culto a lo urbano, por su despilfarro inútil y por
su democrática sumisión al poder, y buscaron vivir al margen, convencidos de que era
inútil luchar para cambiar una sociedad tan podrida que era incapaz de regenerarse.
Buscaron fundar una nueva sociedad basada en la espiritualidad y el hedonismo, en el
disfrute de la Naturaleza y en el amor. Del socialista utópico francés Fourier habían
aprendido que no se puede ser libre más que a través del naturalismo y el sexo. Del
antillano francés Paul Lafargue, que fuera yerno de Karl Marx, el rechazo del trabajo
embrutecedor, contra el que proponían un trabajo creativo, autónomo combinado con el
derecho a la pereza, amando al mismo tiempo la meditación y la quietud propias de las
religiones orientales, el budismo y el hinduismo, que combinaban con el acceso a las
drogas. Su estética era típica, psicodélica y exótica: cabellos largos, danzas vivaces y
suaves, músicas bucólicas, ropas amplias y de llamativos colores. Su pacifismo a ultranza
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les llevó a ser uno de los grupos más activos contra la Guerra de Vietnam en los años
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5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

sesenta y avanzados los años setenta, aunque muchos grupos de ellos se disolverían en
1969.

El año 1968 sería el punto de inflexión fundamental de aquel conjunto


de movimientos juveniles, tan diversos en su forma de rechazar la
Sociedad de Consumo, pues desde hacía dos años, en otro ámbito del
problema, en las instituciones universitarias de Estados Unidos y de
Europa occidental, la inquietud estudiantil era creciente. Y acabaría
generando una explosión de disconformidades que originarían los
movimientos estudiantiles. Mas, ¿qué ocurría en aquella coyuntura histórica? Conviene
aquí hacer un corte y reflexionar.

En el contexto histórico en que estallaron los movimientos estudiantiles de 1968, la


Guerra de Vietnam, mantenida por el Gobierno de Estados Unidos contra el pueblo de
aquel país, estaba en primer plano.

En América Latina persistían en numerosos países


los movimientos guerrilleros guevaristas,
herederos de las actividades del asesinado líder
argentino-cubano el doctor Ernesto Ché Guevara,
convertido en un mito de la juventud
contestataria. En China, Mao Tse-tung, el
dirigente comunista, había desatado una feroz campaña contra el burocratizado Partido
Comunista de China: la Revolución Cultural, con amplios ecos en la juventud estudiantil
europeo-occidental.

La juventud estadounidense, contra la guerra y el racismo

En Estados Unidos confluían una serie de factores que perturbaban la sociedad. En primer
56

lugar la Guerra de Vietnam, de imposible justificación, fue creando un malestar


Página

generalizado a diversos niveles: entre los intelectuales, entre los movimientos juveniles,
5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

especialmente entre los pacifistas hippies, entre los estudiantes y en ciertos sectores de la
clase media baja. El escritor Norman Mailer, al final de la Marcha sobre el Pentágono,
leyó en Washington un manifiesto donde decía:

No hay sueño americano. El sueño americano se ha transformado en una pesadilla


organizada por los desvergonzados que tienen el poder económico y político sostenidos
por la complicidad de nuestra conformista y mediocre sociedad.

Otro factor fue la imparable lucha de la población negra por sus Derechos Civiles que
pusieran fin a la segregación racial. De esa lucha nacieron diversos movimientos de
agitación y lucha, los Panteras Negras, de tendencia violenta, y la Plataforma pro
Derechos Civiles, fundada por el pastor Martin Luther King, de tendencia pacífica, quien
ya en 1967 había promovido la Marcha sobre Washington, en la que participaron millón y
medio de activistas antirracistas. Luego, Luther King, al igual que Malcom X, moriría
asesinado.

El ambiente en las universidades estadounidenses era de extrema tensión desde 1966. En


la Universidad californiana de Berkeley, el profesor Herbert Marcuse, exiliado de la
Alemana hitleriana, sería expulsado de aquella institución universitaria por orden del
Gobierno, acusado de instigar a los jóvenes a la revolución. Sus ideas prendieron en toda
una generación de estudiantes norteamericanos y se expandieron a Europa occidental,
donde prenderían con especial fuerza en Francia.

El Mayo francés

El Mayo francés fue la culminación de las rebeliones estudiantiles y juveniles en 1968. Su


origen se sitúa en marzo de aquel año, en la Universidad de Nanterre, en las afueras de
París, donde ya reinaba, como en numerosas universidades europeas, un clima de rebeldía
contra el Sistema. El detonante fue que el rectorado universitario se negó a aceptar una
57

petición estudiantil: prolongar el horario nocturno de la Residencia de Estudiantes y


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5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

suprimir en ella la separación de sexos. Allí, el 22 de marzo, se publicó el


primer Manifiesto Estudiantil, en el cual se decía, entre otras cosas:

El sistema educativo capitalista intenta adiestrarnos a través de dos premisas que no


podemos aceptar. La primera es que los conocimientos que se imparten son
fragmentados, con el fin de que carezcamos de una visión global del mundo y la
sociedad, y solamente tengamos una visión parcial y arbitraria: es más fácil esclavizar a
gentes mutiladas e ignorantes que a gentes enteras y concienzudas, pues la rebelión
nace del conocimiento amplio y cabal. La segunda estratagema del sistema es
inculcarnos que la sociedad en que vivimos, la capitalista y consumista, es la sociedad
natural, y por tanto no se la puede cambiar ni combatir, pues es eterna: nosotros
decimos que también en la Edad Media se sostenía que la sociedad era inmodificable,
pues era, decían los poderes, divina.

El movimiento originado en Nanterre se extendió y llegó a París. El 2 de mayo (1968) los


estudiantes ocuparon la mítica Universidad de la Sorbona, en el Quartier Latín, ocupación
que duraría hasta cincuenta días. El 7 de mayo todos los centros de enseñanza de Francia
se incorporaron a la huelga estudiantil universitaria. El 8 de mayo los estudiantes salieron
de la Sorbona y ocuparon el Barrio Latino, convirtiendo el mítico Odeón en el espacio de
sus debates, donde comparecería el
filósofo Jean-Paul Sartre.

El día 10 de mayo, el Viernes negro:


tuvo lugar la Batalla del Barrio Latino.
fuerzas policiales intentaron asaltar las
barricadas (containers, automóviles
volcados, camiones) instaladas por los
58

estudiantes. Hubo centenares de heridos y la policía hubo de retirarse. Un Manifiesto


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Estudiantil exigía:
5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

Supresión de la pedagogía autoritaria y fragmentada; supresión de las cárceles y los


manicomios, centros de exterminio lento del Sistema; disolución de la familia y amor
libre; guerra contra la guerra, contra cualquier guerra, y disolución de los ejércitos; fin
del trabajo explotador y alienante; cierre de las fábricas de armamento; igualdad de
derechos para todos, sin discriminación de sexo ni de raza…

Al día siguiente el presidente de la República, el general Charles de Gaulle, se dirigió por


televisión a la nación. Dijo, entre otras cosas: «Los estudiantes no saben lo que quieren.
¿Qué quieren? Son nihilistas. Son anarquistas». El 14 de mayo grupos de estudiantes
fueron a las fábricas para celebrar asambleas con los trabajadores. Los obreros de la
Renault, en París decidieron declararse en huelga y ocupar la fábrica. La huelga general se
extendió por toda Francia y paralizó el país, con las fábricas ocupadas, como el Barrio
Latino.

Se mantiene la huelga en las


empresas hasta que el 7 de junio
se reanuda el trabajo. La
ocupación de universidades
persiste hasta el 16 de junio. Ese
día es desalojado el Odeón. Fin de
la rebelión, en complicidad de las clases altas y medias altas junto a los sindicatos y el
gobierno.

Las consecuencias de una rebelión

¿Qué quedó de aquellas jornadas violentas de Berkeley y de la Sorbona, de todos los


rechazos de aquellos movimientos juveniles y estudiantiles? Ciertamente hoy quedan
59

lejos aquellas fechas de 1967-1968. El autoritarismo, sin embargo, desapareció de las


Página

escuelas e instituciones docentes y los programas educativos fueron reformados; el


5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

pacifismo cobró una nueva gran dimensión que no ha cesado hasta nuestros días de hoy;
el movimiento ecologista inició una larga carrera de consolidación y hoy es una realidad

ACTIVIDAD 7:
1) REALICE UN INFORME DE NO MÁS DE 1 CARILLA Y MEDIA
SINTETIZANDO EL CONTENIDO DE L ARTÍCULO SOBRE CULTURA
JUVENIL
2) DEBATA EN GRUPO EL CONTENIDO DE DICHO ARTÍCULO.
SIENDO JÓVEN ¿SE SIENTE IDENTIFICADO CON LA HISTORIA?
¿QUÉ COSAS CREE QUE HAN CAMBIADO O PERMANECIDO
IGUAL?
indiscutible; los tratamientos psiquiátricos fueron modificados, los manicomios abolidos, y
las reglas penitenciarias modificadas. Finalmente, la mujer consiguió quebrar su situación
respecto al mundo laboral y la relación con el hombre: un avance que no tendrá regresión.
Todo ello han sido las herencias de aquellos movimientos que convulsionaron a Occidente
y su sistema económico y político.

60
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5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

CINE Y LITERATURA

TP Nº2: CRAZY de J.M.Valee y STAND BY ME de Rob Reiner,


La novela de iniciación y el realismo literario.
1) ¿QUÉ RELACIONES ENCONTRÁS ENTRE EL CONTENIDO DE AMBAS
PELÍCULAS Y EL ARTÍCULO SOBRE “CULTURA JUVENIL” CAPÍTULO 5
DEL MANUAL?
2) BUSCAR Y ANALIZAR 4 CARACTERÍSTICAS DE LA LITERATURA REALISTA
QUE ESTÉN PRESENTES EN AMBAS HISTORIAS.
3) ¿POR QUÉ LA HISTORIA DE ESTAS PELÍCULAS PODRÍA SER PARTE DE
UNA NOVELA DE APRENDIZAJE? ¿QUIÉNES APRENDEN QUÉ?
4) ¿POR QUÉ UNA SE LLAMA “CRAZY” y LA OTRA “STAND BY ME”?
REFLEXIONAR EN NO MENOS DE 200 PALABRAS.
5) A) ¿CÓMO SE COMPONEN LAS FAMILIAS DE LOS ANTIHÉROES
PRINCIPALES DE AMBAS PELÍCULAS? (ZAC Y GORDIE,
RESPECTIVAMENTE)
6) ¿QUÉ LO ENORGULLECÍA Y QUÉ LO ENOJABA A GERVAIS, PADRE DE
ZAC?
7) ¿CÓMO ES Y EVOLUCIONA LA SEXUALIDAD DE ZAC?
8) ¿QUÉ DIFERENCIAS Y SEMEJANZAS HABRÍA EN LA VIDA DE ZAC Y
GORDIE SI VIVIESEN HOY?
9) ¿QUÉ CAMBIA EN SUS VIDAS LOS VIAJES QUE HACEN ZAC Y GORDIE,
UNO A ISRAEL, EL OTRO AL BOSQUE? 61
Página
5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

UNIDAD 3
Realismo en
los Siglos XX y
XXI
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5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

CAPÍTULO 6: UN JUEGO REALISTA


Bienvenidos a la Evolución del Realismo.
Repasemos básicamente lo importante: DEFINICIONES DE DICCIONARIO DEL REALISMO:
1. m. Forma de ver las cosas sin idealizarlas. 2. m. Modo de expresión artística o literaria
que pretende representar fielmente la realidad. 3. m. Movimiento, principalmente
literario, surgido en Francia a mediados del siglo XIX, que se caracteriza por la recreación
fiel de la realidad observada.
Ahora pensemos que para que haya REALISMO tiene que haber una REALIDAD. Ahora
pensemos en las REALIDADES que puede haber en una obra artístico-literaria no sólo del
REALISMO clásico, sino de todas sus vertientes y fusiones:
- La historia de amor de aquel verano en un hotel inhóspito en una playa del pacífico o
en un pueblo de cordillera. Aquella chica o aquel chico, se conocieron en el micro o el
avión, se volvieron a ver sin querer por los pasillos una noche antes de ir a cenar.
Alguno de los dos le pregunta al otro si existiera la posibilidad de ir a tomar algo
después de esa cena. Si son menores de edad le pedirán permiso a sus padres para
escabullirse en la noche estival o cordillerana con la promesa de un amor aún no
cumplida.
- La soledad de unos hermanos criados por la tía de sus tíos hija de la prima de su
madre, fallecidos los padres de ellos en un accidente automovilístico en las peligrosas
rutas del centro argentino, recuerdo imborrable del hecho cada vez en que los
hermanos vuelven una o dos veces por año al pueblo que sus padres lo vieron nacer,
al pueblo donde quedaron propiedades, dinero y recursos, al pueblo donde se
dirigían sus padres aquel día del accidente.
- La historia de la terminal enfermedad de un abuelo llamada como la gran C, o el
cáncer; o el derrotero de una alzhéimer crudo y devorador de recuerdos. Cada
inyección de asesinato celular, cada paso en falso, cada olvido de sus hijos y sus
63

nietos, cada recuerdo de los últimos días. Pequeñas pesadillas hechas verdades.
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5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

- La algarabía del día en que ese chico se embriagó por primera vez y terminó, pasadas
las dos de la mañana, acaparando y animando la fiesta de quince de su mejor amiga,
colgado arriba de una mesa, tocando en la guitarra las canciones que le gustaban a
todos.
- El momento donde un matrimonio aburrido y hastiado empieza a quebrajarse y uno
de los dos no resiste la gran tentación de buscar amantes, noches oscuras en hoteles
clandestinos, mientras puertas adentro de un hogar conocido la felicidad se
derrumba, y si hay hijos estos salen lastimados, y si no los hay, todo acaba por
estallar antes de lo previsto.
- El recuerdo de viejas historias de fantasmas de la bisabuela Irma, criada en el
corazón del campo; las visitas rurales, el sabor del duce casero en las tostadas de pan
artesanal, y la leche grasosa ayer ordeñada de la vaca. Luego las charlas nocturnas de
esa noche sobre lo que pasaría si se acabase el mundo; un juego de cartas, unos
videojuegos en el medio de la nada, una señal de internet pobre y deficiente.
- La confesión de un asesinato por parte de un hombre que odiaba tanto a la sociedad
como se odiaba a sí mismo, solo que lo que no sabía era lo mucho que se odiaba a sí
mismo, lo poco que se entendía, lo que poco que se detuvo a pensar las cosas de la
vida. Quizá aquel abuso lejano, quizá aquel arrebato violento del golpe de uno de los
padres, quizá tantas cosas.
- Las historias de la batalla en el corazón de una guerra, como los Pichiciegos de
Fogwill que narra las desventuras de un grupo de autoexiliados antihéroes en medio
de la guerra de Malvinas: chicos no mucho más grande que ustedes, que hubiéronse
tenido que ver con fusiles maltrechos y pocas balas frente a un ejército imperialista y
en una isla austral con grados bajos cero, desierto y mar casi antártico.

ESCRITURA CREATIVA Nº3


1)ARMÁ TU LISTA DE IDEAS SOBRE POSIBLES HISTORIAS REALISTAS,
64

CON NO MENOS DE 3 (TRES) IDEAS.


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2) ELEGÍ LA QUE MÁS TE GUSTE Y ESCRIBÍ UN CUENTO EN NO MENOS


DE 2 CARILLAS.
5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

CAPÍTULO 7: EVOLUCIÓN DEL


REALISMO. TIPOS DE REALISMO.

Al final de su evolución, agotados sus presupuestos iniciales y sin variedad alguna ya sus
obras artísticas, el realismo literario se descompone en diversas corrientes que renuevan
o modifican sus principios, bien seleccionando y desarrollando una de sus ramas, bien
exagerándolos, bien rehuyéndolos y adoptando los principios opuestos, o bien
contaminándolos y mezclándolos con los principios opuestos. El novelista, al exagerar y
sistematizar al máximo los principios del realismo acaba desembocando en el
naturalismo, cuyos presupuestos expone el escritor francés Émile Zola, que
prácticamente reduce la novela a un documento social, a una instantánea de su época.
Un último avatar del realismo lo constituye el espiritualismo que, rehuyendo los principios
del realismo, se interesa por todo aquello que éste había detestado del romanticismo: la
religión, el espíritu, el alma de las personas, lo tradicional, lo campesino... A esta corriente
llegan al final de su periplo realista escritores como Tolstoi y Galdós. Otra corriente de la
segunda mitad del siglo XIX es la del posromanticismo, que mezcla, en distintas dosis,
realismo y romanticismo. La novela Madame Bovary, de Flaubert, puede considerarse
típica de esta corriente. Otros escritores postrománticos: Herman Melville con “Moby
Dick”.

Ya en el siglo XX, la novela psicológica cultivará una faceta determinada del realismo:
agotada la descripción física y material de los entornos y escenarios, la atención se
centrará más bien en los personajes, cuya psicología es lo único ya que interesa. El
65

novelista se fuerza a describir en sus mínimos detalles los ires y venires de conciencia,
Página

mediante técnicas como la del monólogo interior y el estilo indirecto libre. Son maestros
5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

1860 – de este arte el francés Edouard Dujardin, la inglesa Virginia Woolf, el


REALISMO estadounidense William Faulkner y, en especial, el más influyente de
PSICOLÓGICO
todos los novelistas modernos, el irlandés James Joyce. En España, ya
(surge en Francia)
en los años 60, destacó en esta onda el novelista Luis Martín Santos
1880-
NATURALISMO
(surge en Francia)

1930-
CAPÍTULO 8: MONÓLOGO
REALISMO
SOCIALISTA
(surge en URSS)
INTERIOR Y FLUIR DE
1940- CONSCIENCIA; UNA TÉCNICA
REALISMO ÉPICO
(surge en Estados
Unidos – REALISTA
Inglaterra)
¿Qué es un monólogo interior?
1950 (1920-1970) –
NEORREALISMO
(surge en Italia) Como ya sabrás, al escribir una novela o un relato podemos emplear un
tipo de narrador u otro: podemos narrar en tercera persona, pero
1960- también podemos narrar en primera. De la misma manera, podemos
REALISMO narrar con los verbos en pasado, que suele ser lo más frecuente, o
MÁGICO
(Colombia, podemos narrar con los verbos en presente, que ya no es tan habitual.
Guatemala) Podríamos narrar, incluso, con los verbos en futuro.

1970- Otra de las variables con la que podemos jugar para concretar un modo
REALISMO SUCIO narrativo es la forma de la narración. Por ejemplo, podemos narrar en
(surge en Estados forma de memorias de un personaje, de diario de bitácora, de cartas,
Unidos)
de conversación entre dos personas...

A modo de ejemplo, la novela El nombre de la rosa, de Umberto Eco,


está narrada en primera persona, con los verbos en pasado y en forma
de manuscrito de un monje de la Edad Media, mientras que la
novela Sin noticias de Gurb, de Eduardo Mendoza, está narrada
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igualmente en primera persona, pero con los verbos en presente y en


Página
5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

forma de diario de una misión, la de un extraterrestre que aterriza en Cerdanyola


(provincia de Barcelona, aquí al lado).

Pues bien, el monólogo interior es una de las formas en las que podemos narrar. Para que
veas en qué consiste, lo mejor es que leas un ejemplo. El que sigue es un fragmento de la
novela Ulysses, de James Joyce, de la que seguramente habrás oído hablar:

… y la noche que perdimos el barco en Algeciras y el guardia de un sitio para otro sereno
con su farol y O aquel abismal torrente O y el mar el mar carmesí a veces como fuego y las
puestas de sol gloriosas y las higueras en los jardines de la Alameda sí y todas aquellas
callejuelas extrañas y las casas de rosa y de azul y de amarillo y las rosaledas y los
jazmines y los geranios y las chumberas y el Gibraltar de mi niñez cuando yo era una Flor
de la montaña sí cuando me ponía la rosa en el pelo como hacían las muchachas
andaluzas o me pondré una roja sí y cómo me besaba junto a la muralla mora y yo
pensaba bien lo mismo da él que otro y entonces le pedí con la mirada que me lo pidiera
otra vez sí y entonces me preguntó si quería sí decir sí mi flor de la montaña y al principio
le estreché entre mis brazos sí y le apreté contra mí para que sintiera mis pechos todo
perfume sí y su corazón parecía desbocado y sí dije sí quiero Sí.

En un monólogo interior, el texto tiene la forma de secuencia de pensamientos de un


personaje, de manera que, al leerlo, se asiste en vivo y en directo a la actividad mental de
ese personaje. En el ejemplo, el texto reproduce lo que pasa por la cabeza de Molly
Bloom, el personaje femenino principal de la novela.

Cuando el flujo de pensamiento aparece plasmado en texto con el estilo de un escrito


convencional, con una cierta elaboración lingüística y de manera que se respeta la
ortografía y la gramática, entonces hablamos de un monólogo interior propiamente dicho.
Si, en cambio, lo llevamos al extremo, y lo plasmamos en texto sin respetar la gramática,
con errores ortográficos, cortando las frases, etc., entonces hablamos, más bien, de flujo
de consciencia.

En este artículo yo voy a utilizar el término "monólogo interior" para referirme


indistintamenta a ambas modalidades de representación del pensamiento de un
personaje.
67
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5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

¿Cómo se escribe un monólogo interior?

Los aspectos a tener en cuenta en el momento de escribir un monólogo interior son


básicamente tres:

En primer lugar, en lo que respecta al formato de este tipo de discurso, lo propio es


escribirlo en un único párrafo, es decir, sin puntos y aparte, ya que se trata de emular un
fluir continuo. En el caso extremo, podemos escribirlo sin poner ningún punto y seguido,
bien plasmándolo en una única frase que ocupe todo el párrafo, bien en varias frases
yuxtapuestas que no delimitaríamos con signos de puntuación ni iniciales mayúsculas ni
de ninguna otra manera.

En el ejemplo del monólogo interior de Molly Bloom, no sólo todo el texto está en un
único párrafo, sin puntos y aparte, sino que tampoco hay puntos y seguido. Es más, estas
líneas que he puesto de ejemplo son sólo una parte (el final) del monólogo interior del
personaje, que ocupa todo un capítulo de la novela, y en todo él no hay ni un sólo signo de
puntuación, ni tan siquiera una coma.

En su modalidad de flujo de consciencia, podemos incluir faltas de ortografía, unir


palabras o partirlas en dos, substituirlas por cifras, abusar de las interjecciones, cambiar
de tema a mitad de una frase, etc., un poco como hizo Joyce al plasmar en texto el
pensamiento de Molly Bloom.

En lo que respecta al contenido, un monólogo interior no es una comunicación más o


menos estructurada de unos hechos o de unas ideas, sino una secuencia caótica de
percepciones, reflexiones, emociones, recuerdos y fantasías en la que, por asociación de
ideas o por estímulos exteriores, se salta de un tema a un otro sin ningún orden.

En el ejemplo, Molly mezcla en su pensamiento el recuerdo de la época en la que conoció


a su marido con el recuerdo de su niñez, y esos recuerdos se mezclan a su vez con las
emociones que la evocación de esos momentos le provocan.

Y en cuanto al destinatario del discurso, es importantísimo que tengas en cuenta que el


personaje, en su pensamiento, no se dirige a nadie más que a sí mismo. Al contrario que
en una narración convencional en primera persona, el personaje, en un monólogo interior,
68

no le está explicando nada ni a una audiencia ni a un lector, ni siquiera se lo está


Página

explicando a sí mismo, con lo que no tiene ninguna necesidad de asegurarse de que su


discurso se entienda.
5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

A modo de ejemplo, en un monólogo interior nunca habrá incisos explicativos. Si te fijas,


en el fragmento del monólogo interior de Molly Bloom no hay ni uno solo. De hecho, no lo
hay en todo el capítulo. El personaje, en un monólogo interior, no necesita aclarar nada,
porque en realidad no hay una transmisión de información como tal: su discurso surge en
su mente y se queda en ella. Así, Molly no piensa "en Algeciras, que es una ciudad
española...", porque ella ya sabe que Algeciras es una ciudad española. ¿Por qué iba a
tener que aclarárselo a sí misma?

Es por este motivo, sobre todo, que no es fácil escribir un monólogo interior, porque
estamos acostumbrados a hacer que el narrador explique. En un monólogo interior, no
hay ninguna explicación: el personaje no está produciendo su pensamiento para que sea
entendible por otra persona, pero nosotros hemos de hacer que sí lo sea, y lo hemos de
hacer sin que se note la manipulación. Es la misma dificultad que entraña escribir un
diálogo (ver el punto 4 de este artículo), sólo que multiplicada por dos.

¿Cómo incluir un monólogo interior en una narración?

Así como a menudo las novelas se escriben en forma de diario personal o de serie de
cartas de principio a fin, difícilmente se puede hacer que una novela esté escrita, toda ella,
en forma de monólogo interior. El motivo es el que ya he explicado: el pensamiento no es
un medio que se use para transmitir información; sólo los telépatas, si es que existen, lo
pueden usar así. El pensamiento permite evocar información e interrelacionarla, sin más.

Lo habitual es que únicamente algunas partes de una narración estén escritas en forma de
monólogo interior. Podemos ir narrando en primera persona de la manera convencional y,
en los momentos de más introspección del personaje, hacer que la narración tome la
forma de su pensamiento.

Por ejemplo, en una novela en la que el personaje explique cómo le acusan de un delito y
le condenan a prisión, podemos hacer que en la primera noche que pase en la celda,
cuando ya hayan apagado las luces y no se oiga nada, el personaje se ponga a pensar, y
entonces exponer en monólogo interior ese pensamiento.

Tú no la mataste. Estaba muerta. Yo la maté. ¿Por qué? ¿Por qué? Tú no la mataste.


69

Estaba muerta. Yo no la maté. Ya estaba muerta. Yo no la maté. Ya estaba muerta. Yo no


Página

fui. No pensar. No pensar. No pienses. No pienses en nada. Tranquilo, estoy tranquilo. No


5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

me pasa nada. Estoy tranquilo así. Me quedo así quieto. Estoy esperando. No tengo que
pensar. No me pasa nada. Estoy tranquilo, el tiempo pasa y yo estoy tranquilo porque no
pienso en nada.

Este ejemplo que he puesto es un fragmento de la novela Tiempo de silencio, de Luis


Martín Santos.

El paso de un modo narrativo a otro lo podemos hacer de manera que resulte


impercetible para el lector, o podemos marcar de alguna manera el inicio y el final del
monólogo interior. Por ejemplo, podríamos escribir el monólogo interior en cursiva.
También podríamos ponerlo en un capítulo para él solo.

En un guion de cine también podemos incluir un monólogo interior. Cómo ya sabrás, todo
lo que narremos en un guion de cine ha de poderse ver u oír, ya que la historia, en la
película que se haga con el guion, se contará a través de imágenes y sonidos. ¿Cómo lo
haremos entonces, si un pensamiento no se ve ni se oye? La manera habitual de incluir un
monólogo interior en un guion de cine es mediante el uso de una voz en off, de la
siguiente manera:

EXT. MANHATTAN - DÍA / NOCHE

Distintos planos de la ciudad de Nueva York. Suena MÚSICA DE JAZZ.

IKE (OFF)
"Capítulo primero: Él adoraba Nueva York. La idolatraba de un modo
desproporcionado." No, no, mejor así: "Él la sentimentalizaba
desmesudaramente". Eso es. "Para él, sin importar la época del año,
aquella seguía siendo una ciudad en blanco y negro que latía a los
acordes de las melodías de George Gershwin." No, comenzaré de
nuevo. "Capítulo primero: Él sentía demasiado románticamente
Manhattan. Vibraba con la agitación de las multitudes y del tráfico.
Para él, Nueva York era bellas mujeres y hombres que estaban de
vuelta de todo." No, tópico, demasiado tópico y superficial. Hazlo
más profundo. A ver: "Capítulo primero: Él adoraba la ciudad de
Nueva York. Para él, era una metáfora de la decadencia de la cultura
contemporánea. La misma falta de integridad que empuja a buscar
70

las salidas fáciles convertía la ciudad de sus sueños en...". No, suena
Página

a sermón. Quiero decir que, en fin, tengo que reconocerlo, quiero


vender libros. "Capítulo primero: Adoraba la ciudad de Nueva York,
5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

aunque para él era una metáfora de la decadencia de la cultura


contemporánea. Qué difícil era sobrevivir en una sociedad
insensibilizada por la droga, la música estrepitosa, la televisión, la
delincuencia, la basura." No, demasiado amargo. No quiero serlo.
"Capítulo primero: Él era tan duro y romántico como la ciudad que
amaba. Tras sus gafas de montura negra se agazapaba el vibrante
poder sexual de un jaguar". Esto me encanta. "Nueva York era su
ciudad y siempre lo sería."

Este texto que he puesto de ejemplo es el inicio del guion de la película Manhattan, de
Woody Allen y Marshall Brickman. En este texto, el monólogo interior sería, más bien, las
partes que no están entrecomilladas, ya que las que sí lo están son el texto de la novela
que el protagonista de la película está intentando escribir.

FUENTE: https://www.tallerdeescritores.com/el-monologo-interior

ESCRITURA CREATIVA Nº4:


TOMÁ EL PERSONAJE DE ALGUNO DE LOS TEXTOS
ESCRITOS EN EL AÑO, Y DESARROLLÁ, EN NO MENOS DE
UNA CARILLA, UN SEGMENTO EN DONDE DICHO
PERSONAJE ESTÉ “PENSANDO”, ES DECIR, DESARROLLÁ
PARA DICHO PERSONAJE UN MONÓLOGO INTERIOR.

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5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

LECTURAS

ANTOLOGÍA DE CUENTOS
REALISTAS Y NO TANTO

ÍNDICE:

1) LA ZORRA DE LA CALLE de Inés Garland…………73


2) MATAR UN PERRO de Samantha Schewblin…….76
3) LINDA BOQUITA Y VERDES MIS OJOS de J.D. Salinger…………80
4) ALGO URGENTE de JOAO GILBERTO NOLL…………………………..91
5) LA ÚLTIMA NOCHE DEL MUNDO de RAY BRADBURY………….98
6) LA FÉ EN LOS PULMONES de EVER ROMAN………………..….101
7) BERENICE SE CORTA EL PELO de F. SCOTT FITZGERALD……105
8) LA TRISTEZA de ANTÓN CHÉJOV………………………………......130
9) LOS VENENOS de JULIO CORTÁZAR…………………………………..135
10) LAS PALABRAS HACEN COSAS de JULIÁN LÓPEZ……..146

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5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

1) La zorra de la calle Inés Garland

En esa época no había tanta gente en la calle. No se le había ganado


terreno al río y se podía bajar hasta la costa, caminar entre las casas
cerca de la orilla, saludar a los ribereños. No era peligroso. Los
Aranguren les habían soltado la correa a los hijos mayores hacía
algunos años, pero no habían tenido la necesidad de estarles detrás
para saber adónde iban o qué hacían a la tarde cuando volvían del
colegio. Esos hijos ya estaban en la facultad. Lorenzo era el cuarto de
nueve hermanos y acababa de cumplir catorce años. Volvía a la casa
en tren desde los ocho porque nadie tenía tiempo ni ganas de buscarlo
a la salida del colegio, y habría sido peor que se quedara esperando
tardes enteras en las escaleras porque sus hermanos se olvidaban de
él. A él le gustaba volver en tren. A veces, en los primeros años, se
quedaba dormido y se despertaba en la estación de Tigre, pero
también eso había dejado de importarle. Se acostumbraba a todo. Le
gustaba mirar a la gente, les inventaba historias, se imaginaba que les
hablaba, que las mujeres lo dejaban sentarse cerca de ellas o hasta le
pasaban un brazo sobre el hombro, como si lo conocieran.
La mujer de la esquina de la estación era fea. Una mujer como una
maza, con piernas fuertes y espalda ancha, sin cintura. Estaba parada
siempre ahí, a tres cuadras de la casa de los Aranguren, en la calle
por donde pasaba Lorenzo cuando volvía del colegio.
La primera vez que la vio, no la saludó. Algo en la mirada de ella lo
obligó a bajar los ojos, y casi sin pensarlo cruzó la calle. Le pareció
que ella lo seguía con la vista, y dio vuelta en la primera esquina,
tomando un camino que no le convenía, solo para quitarse de encima
la sensación de que lo seguía mirando.
Pero también a ella se acostumbró. Él terminó por saludarla, primero
con la mano, desde la vereda de enfrente, y un día no cruzó y se
acercó y se quedó parado ahí, sin saber qué hacer, sonriéndole.
—Es un lindo nombre Lorenzo —es lo único que se iba a acordar de lo
que le dijo ella la primera vez que hablaron.
Algo más le debe haber dicho porque terminaron en una casa vieja
con muchos cuartos y olor a lavandina y a perfume muy dulce; una
73

casa húmeda, cerca del río, con las persianas siempre cerradas.
Página

Se imagina que ya esa primera vez le pagó.


5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

Los recuerdos solo se ordenan para poder contarlos. La mujer se


llamaba Sheila. Nunca la llegó a ver hermosa, eso sería demasiado.
Pero le gustaba acariciarla, sobre todo en esos primeros tiempos,
cuando él acababa muy pronto y le sobraba turno. La piel de Sheila
era fresca y tirante, y muy suave. Y a veces, cuando el día del colegio
había sido difícil o había tenido deportes, se quedaba dormido, y ella
se sentaba en la cama, a su lado, pintándose las uñas o mirando la
pared en silencio. Cuando él se despertaba y la encontraba en la
penumbra, tan callada y cercana, la veía casi hermosa. Aunque no, no
era eso, era otra cosa, algo que sentía en el pecho, uno nudo que se
desataba.
—A las lindas las tenés que tratar como si fueran feas. Los hombres
creen que las lindas no les van a dar pelota. A algunos eso les da
rabia y se hacen los interesantes o las tratan mal. Los otros se
babean. ¿Vos conocés el dicho? ¿‖La suerte de la fea, la linda la
desea‖? Las lindas no quieren que las trates distinto. La pasan mal.
Vos a Macarena te le acercás así como te acercaste a mí. La saludás,
le hablás normal. La mirás con esos ojitos que tenés, y cuando puedas
le das un beso.
Lo hacía sonar fácil. También le ensañaba otras cosas, del cuerpo de
las mujeres, o del suyo. Eso no era hablando. Era metiéndose en unos
lugares donde él se perdía. Al principio se asustó. Estaba seguro de
que su madre se iba a dar cuenta. O sus hermanas mayores. Era
imposible que no lo vieran. Él mismo se lo veía en el espejo de su
casa. No podría haber dicho exactamente qué era, pero hasta la voz le
había cambiado, la forma de moverse. Él lo sentía, sentía su cuerpo,
las maneras de su cuerpo. Todo el tiempo. En el viaje en tren apenas
podía disimular lo que le pasaba. Se tapaba con la valija, asustado de
que las otras mujeres pensaran que era un degenerado. Sheila estaba
ahí todas las tardes.
Los ahorros se le acabaron pronto. Sheila le fio. Pero una semana o
dos más tarde, un jueves, no estaba en la vereda esperándolo. Él
pensó en volver a su casa, ya la veía al día siguiente. Pero con cada
cuadra que lo alejaba de la casa de las persianas cerradas, la idea de
entrar en la suya, pre prepararse algo de comer y empezar a dar
vueltas, porque qué otra cosa iba a hacer con el nudo que tenía en el
estómago, y en la garganta, jugaría a la pelota en el jardín, se pondría
74

a lijar el portón, saldría a caminar por el río, no, se desarmaba. Se


estaba desarmando.
Página
5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

Llegó corriendo a la casa de las persianas cerradas y otra de las


chicas lo dejó entrar.
—Sheila está ocupada —dijo.
Podía esperarla. Podía esperarla sentado. Pero cuando la chica se
fue, él quiso pararse en el pasillo frente a la puerta. Era amarilla la
puerta. Él nunca había visto que la puerta fuera amarilla.
Tenía hambre. Los gruñidos de su estómago parecían magnificarse en
la oscuridad del pasillo. Se escuchaban voces detrás de las puertas,
pasos, crujidos. Se fue tranquilizando porque sabía que Sheila iba a
abrir la puerta y lo iba a tomar de la mano y lo iba a llevar a la cama. A
lo mejor le fiaba dos turnos.
La puerta se abrió. El hombre que salía se dio vuelta para mirar a
Sheila.
—Hola, perrito —le dijo ella.
Nunca le había dicho perrito.
El hombre era flaco y viejo. Tenía un dejo de desprecio en la boca, tal
vez por encontrarse con él parado ahí con esa cara de hambre.
Sheila le dijo, después, antes de acompañarlo a la puerta, que ya no
podía fiarle más. Ese había sido el último turno que podía darle. No
era decisión de ella, dijo. Él no pudo imaginarse quién más podía
haber tomado una decisión así, pero sabía que tenía razón. No tenía
forma de pagarle. Hacía unos meses el padre le había suspendido la
mensualidad.
Pensó en volver caminando del colegio y ahorrar la plata del boleto,
pero desde el centro había un trecho larguísimo. No tenía dudas de
que lo podía hacer, pero no le alcanzaría el tiempo antes de volver a
su casa a la hora de la cena.
Entonces pensó en robar. Su madre era desordenada con la plata y
dejaba la billetera en cualquier parte. Lo iba a hacer de a poco. Nadie
se iba a dar cuenta. A los quince años era injusto no tener un peso
partido al medio, nadie le había explicado por qué. Todos sus amigos
recibían mensualidad.
Le faltaban dos meses para cumplir dieciséis cuando la madre
finalmente se dio cuenta de que alguien le sacaba plata de la billetera.
Lo comentó en la mesa del domingo al mediodía, después de misa.
—No lo puedo creer —dijo.
Lo que no podía creer era que Isolina —nuestra mucama de toda la
75

vida, como le dijo esa noche, como le decía siempre, pero a él esa
noche la frase le pareció rara aunque era cierto para él, Isolina había
Página

estado ahí desde antes de que él naciera, había estado ahí toda su
5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

vida, pero no toda la vida de su mamá o de su papá, ni siquiera de sus


hermanos mayores— que Isolina fuera capaz.
—Hay que echarla —dijo el padre.
Él quiso decir que era él el que sacaba la plata de la billetera, quiso
decirlo pero no lo dijo. No lo dijo ahí, frente a sus hermanos y a su
padre, porque pensó que se lo iba a decir después a su madre, más
tarde, antes de irse a dormir, al día siguiente, antes de irse al colegio,
a la tarde, cuando volviera directamente sin irse con Sheila. Pero se
fue con Sheila. Y le pagó con la plata robada. Y escuchó detrás de la
puerta los sollozos de Isolina y a su madre que le decía que el robo
era lo único que no se podía tolerar, y el llanto de Isolina cuando decía
yo no fui, señora, le juro que yo no fui.
Escuchó con la mano en el bolsillo, el puño cerrado alrededor de los
billetes arrugados, húmedos de sudor.

2) Matar un perro Samantha Schweblin


El Topo dice: nombre, y yo contesto. Lo esperé en el lugar indicado y
me pasó a buscar en el Peugeot que ahora conduzco. Acabamos de
conocernos. No me mira, dicen que nunca mira a nadie a los ojos.
Edad, dice, cuarenta y dos, digo, y cuando dice que soy viejo pienso
que él seguro tiene más. Lleva unos pequeños anteojos negros y debe
ser por eso que le dice el Topo. Me ordena conducir hasta la plaza
más cercana, se acomoda en el asiento y se relaja. La prueba es fácil
pero es muy importante superarla y por eso estoy nervioso. Si no hago
las cosas bien no entro, y si no entro no hay plata, no hay otra razón
para entrar. Matar a un perro a palazos en el puerto de Buenos Aires
es la prueba para saber si uno es capaz de hacer algo peor. Ellos
dicen: algo peor, y miran hacia otro lado como disimulando, como si
nosotros, la gente que todavía no entró, no supiéramos que peor es
matar a una persona, golpear a una persona, golpear a una persona
hasta matarla.

Cuando la avenida se divide en dos calles opto por la más oscura. Una
línea de semáforos rojos cambia a verde, uno tras otro, y permite
76

avanzar rápido hasta que entre los edificios surge un espacio oscuro y
verde. Pienso que quizás en esa plaza no haya perros, y el Topo
Página

ordena detenerse. Usted no trae palo, dice. No, digo. Pero no va a


5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

matar un perro a palazos si no tiene con qué. Lo miro pero no


contesto, sé que va a decir algo, porque ahora lo conozco, es fácil
conocerlo. Pero disfrute el silencio, disfruta pensar que cada palabra
que diga son puntos en mi contra. Entonces traga saliva y parece
pensar: no vas a matar a nadie. Y al fin dice: hoy tiene una pala en el
baúl, puede usarla. Y seguro que debajo de los anteojos los ojos le
brillan de placer.

Alrededor de la fuente central duermen varios perros. La pala firme


entre mis manos, la oportunidad puede darse en cualquier momento,
me voy acercando. Algunos comienzan a despertar. Bostezan, se
incorporan, se miran entre sí, me miran, gruñen, y a medida que me
voy acercando se hacen a un lado. Matar a alguien en especial,
alguien ya elegido, es fácil. Pero tener que elegir quién deberá morir
requiere tiempo y experiencia. El perro más viejo o el más lindo o el de
aspecto más agresivo. Debo elegir. Es seguro que el Topo mira desde
el auto y sonríe. Debe pensar que nadie que no sea como ellos es
capaz de matar.

Me rodean y me huelen, algunos se alejan para no ser molestados y


vuelven a dormirse, se olvidan de mí. Para el Topo, tras los vidrios
oscuros del auto, y los oscuros vidrios de sus anteojos, debo ser
pequeño y ridículo, aferrado a la pala y rodeado de perros que ahora
vuelven a dormir. Uno blanco, manchado, le gruñe a otro negro y
cuando el negro le da un tarascón un tercer perro se acerca, ladra y
muestra los dientes. Entonces el primero muerde al negro y el negro,
los dientes afilados, lo toma por el cuello y lo sacude. Levanto la pala y
el golpe cae sobre las costillas del manchado que, aullando, cae. Está
quieto, va a ser fácil transportarlo, pero cuando lo tomo por las patas
reacciona y me muerde el brazo, que enseguida comienza a sangrar.
Levanto otra vez la pala 2 y le doy un golpe en la cabeza. El perro
vuelve a caer y me mira desde el piso, con la respiración agitada, pero
quieto.

Lentamente al principio y después con más confianza junto las patas,


lo cargo y lo llevo hacia el auto. Entre algunos árboles se mueve una
sombra, el borracho que se asoma dice que eso no se hace, que
después los perros saben quién fue y se lo cobran. Ellos saben, dice,
77

saben, ¿entiende?, y se acuesta en un banco. Cuando voy llegando al


Página

auto veo al Topo sentado, esperándome en la misma posición en la


5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

que estaba antes, y sin embargo veo abierto el baúl del Peugeot. El
perro cae como un peso muerto y cuando cierro el baúl me mira. En el
auto, el Topo sigue mirando hacia adelante. Dice: si lo dejaba en el
piso se levantaba y se iba. Si, digo. No, dice, antes de irse tenía que
abrir el baúl. Sí, digo. No, tenía que hacerlo y no lo hizo, dice. Sí, digo,
y me arrepiento enseguida, pero el Topo no dice nada y me mira las
manos. Miro las manos, miro el volante y veo que todo está
manchado, hay sangre en mi pantalón y sobre la alfombra del auto.
Tendría que haber usado guantes, dice. La herida duele. Viene a
matar a un perro y no trae guantes, dice. Sí, digo. No, dice. Ya sé, digo
y me callo. Prefiero no decir nada del dolor. Enciendo el motor y el
coche sale suavemente. Trato de concentrarme, descubrir cuál de
todas las calles que van apareciendo podría llevarme al puerto sin que
el Topo tenga que decir nada. Ya no puedo darme el lujo de otra
equivocación. Quizás estaría bien detenerse en una farmacia y
comprar un par de guantes, pero los guantes de farmacia no sirven y
las ferreterías a esta hora están cerradas. Una bolsa de nylon tampoco
sirve. Puedo quitarme la campera, enrollarla en la mano y usarla de
guante. Sí, voy a trabajar así. Pienso lo que dije: trabajar, me gusta
saber que puedo hablar como ellos. Tomo la calle Caseros, creo que
baja hasta el puerto. El Topo no me mira, no me habla, no se mueve,
mantiene la mirada hacia adelante y la respiración suave. Creo que le
dicen el Topo porque debajo de los anteojos tiene ojos pequeños.

Después de varias cuadras Caseros cruza Chacabuco. Después


Brasil, que sale al puerto. Volanteo y entro con el coche inclinándose
hacia un lado. En el baúl, el cuerpo golpea contra algo y después se
escuchan ruidos, como si el perro todavía tratara de levantarse. El
Topo, creo que sorprendido por la fuerza del animal, sonríe y señala a
la derecha. Entro por Brasil frenando y con el coche de costado otra
vez hay ruido en el baúl, el perro tratando de arreglárselas entre la
pala y las otras cosas que hay atrás. El Topo dice: frene. Freno. Dice:
acelere. Sonríe, acelero. Más, dice, acelere más. Después dice frene y
freno. Ahora que el perro se golpeó varias veces, el Topo se relaja y
dice: siga. Y ya no dice nada más. Sigo. La calle por la que conduzco
ya no tiene semáforos ni líneas blancas, y las construcciones son cada
vez más viejas. En cualquier momento llegamos al puerto.
78

El Topo señala a la derecha. Dice que avance tres cuadras más y


Página

doble a la izquierda, hacia el río. Obedezco. Enseguida llegamos al


5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

puerto y detengo el auto en una playa de estacionamiento ocupada


por grande grupos de containers. Miro al Topo pero no me mira. Sin
perder tiempo, bajo del auto y abro el baúl. No preparé mi abrigo
alrededor del brazo pero ya no necesito guantes, ya está todo hecho,
hay que terminar pronto para irse. En el puerto vacío sólo se ven, a lo
lejos, luces débiles y amarillas que iluminan un poco unos pocos
barcos. Quizás el perro ya esté muerto, pienso que sería lo mejor, que
la primera vez le tendría que haber pegado más fuerte y seguro ahora
estaría muerto. Menos trabajo, menos tiempo con el Topo. Yo lo
hubiera matado 3 directamente, pero el Topo hace las cosas así. Son
caprichos. Traerlo medio muerto hasta el puerto no hace más valiente
a nadie. Matarlo delante de todos esos otros perros era más difícil.

Cuando lo toco, cuando junto las patas para bajarlo del auto, abre los
ojos y me mira. Lo suelto y cae contra el piso del baúl. Con la pata
delantera raspa la alfombra manchada de sangre, trata de levantarse y
la parte trasera del cuerpo le tiembla. Todavía respira y respira
agitado. El Topo debe estar contando el tiempo. Vuelvo a levantarlo y
algo le debe doler porque aúlla aunque ya no se mueve. Lo apoyo en
el piso y lo arrastro para alejarlo del auto. Cuando vuelvo al baúl a
buscar la pala el Topo se baja. Ahora está junto al perro, mirándolo.
Me acerco con la pala, veo la espalda del Topo y detrás, en el piso, el
perro. Si nadie se entera de que maté a un perro nadie se entera de
nada. El Topo no gira para decirme ahora. Levanto la pala. Ahora,
pienso. Pero no la bajo. Ahora, dice el topo. No la bajo ni sobre la
espalda del Topo ni sobre el perro. Ahora, dice, y entonces la pala
baja cortando el aire y golpea en la cabeza del perro que, en el suelo,
aúlla, tiembla un momento, y después todo queda en silencio.

Enciendo el motor. Ahora el Topo va a decirme para quién voy a


trabajar, cuál va a ser mi nombre, y por cuánta plata, que es lo que
importa. Tomá Huergo y después doblá en Carlos Calvo, dice.

Hace rato que conduzco. El Topo dice: en la próxima frene sobre el


lado derecho. Obedezco y por primera vez el Topo me mira. Bájese,
dice. Me bajo y él se pasa al asiento del conductor. Me asomo por la
ventanilla y le pregunto qué va a pasar ahora. Nada, dice: usted dudó.
Enciende el motor y el Peugeot se aleja en silencio. Cuando miro a mi
79

alrededor me doy cuenta de que me dejó en la plaza. En la misma


Página
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plaza. Desde el centro, cerca de la fuente, un grupo de perros se


incorpora poco a poco y me mira.

3) Linda boquita y verdes mis ojos Jerome


David Salinger
Cuando sonó el teléfono, el hombre de pelo entrecano le preguntó a la
chica, con cierta deferencia, si por alguna razón prefería que no
contestara. La chica lo oyó como desde lejos, y volvió la cara hacia él,
con un ojo -el que estaba del lado de la luz- totalmente cerrado, y el
ojo abierto, aunque insidioso, muy grande, y tan azul que parecía casi
violeta. El hombre canoso le pidió que se diera prisa, y ella se
incorporó sobre el brazo derecho apenas con la presteza- necesaria
como para que el movimiento no pareciera negligente. Se apartó el
pelo de la frente con la mano izquierda y dijo:
-Por Dios. No sé. Quiero decir, ¿a ti qué te parece?
El hombre canoso dijo que a su juicio no había mucha diferencia entre
una cosa y la otra, y pasé la mano izquierda por debajo del brazo en
que se apoyaba la chica, deslizando los dedos paulatinamente hacia
arriba, por entre las tibias superficies de su pecho y su antebrazo.
Extendió la mano derecha hacia el teléfono. Para alcanzarlo sin
tantear, tuvo que erguirse un poco más, lo que hizo que su cabeza
rozara la pantalla de la lamparilla. En ese instante, la luz resaltó
netamente su pelo gris, casi totalmente blanco. Aunque desordenado
en ese momento, era evidente que se lo había hecho cortar hacía
poco, o, más bien, recortar. La nuca y las patillas tenían el corte
convencional, pero en los costados y arriba el pelo era más bien largo,
y resultaba, en realidad, hasta casi «distinguido».
-¿Hola? -dijo, con voz sonora.
La chica permaneció semiincorporada sobre el antebrazo y lo observó.
Sus ojos, simplemente abiertos, más que alerta o pensativos,
reflejaban sobre todo su propio tamaño y su color.
Una voz de hombre -remota, aunque casi obscenamente rápida,
dadas las circunstancias- llegó desde el otro lado:
-¿Lee? ¿Te he despertado?
El hombre canoso echó una rápida mirada hacia su izquierda, a la
80

chica.
Página

-¿Quién eres? -preguntó-. ¿Arthur?


-Sí... ¿te he despertado?
5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

-No, no. Estoy acostado, leyendo. ¿Pasa algo?


-¿Estás seguro de que no te he despertado? ¿Lo juras?
-No, no, en absoluto -dijo el hombre canoso-. La verdad es que
apenas duermo un promedio de cuatro horas miserables...
-Lee, te llamo porque... ¿No te fijaste a qué hora salió Joanie? ¿No
sabes si se fue con los Ellenbogen, por casualidad?
El hombre canoso miró otra vez a la izquierda, pero ahora más arriba,
más allá de la chica, que lo observaba como podría hacerlo un joven
policía irlandés de ojos azules.
-No, Arthur, no vi nada -dijo, con los ojos fijos en la penumbra del otro
lado de la habitación donde se juntaban la pared y el techo-. ¿No se
fue contigo?
-No, diablos, no. Entonces, ¿no la viste salir?
-Bueno, no, en realidad, no la vi, Arthur -dijo el hombre de pelo
entrecano-. La verdad es que no vi absolutamente nada en toda la
noche. Apenas entré me enzarzaron en una discusión con ese rufián
francés, o vienés, o de donde sea. Estos extranjeros desgraciados
siempre están tratando de conseguir un consejo jurídico gratuito. ¿Por
qué? ¿Qué pasa? ¿Se ha perdido Joanie?
-¡Dios mío! ¡A saber! Yo no sé. Tú la conoces, cuando empieza a
beber y querer divertirse. Yo no sé. A lo mejor casualmente...
-¿Has llamado a los Ellenbogen? -preguntó el hombre canoso.
-Sí. Todavía no han llegado. No sé. ¡Ni siquiera estoy seguro de que
se haya ido con ellos! Pero te digo una cosa, una sola cosa. Basta de
romperme la cabeza. En serio. Esta vez lo digo en serio. Estoy harto.
Cinco años. ¡Dios mío!
-Bueno, Arthur, ahora trata de tomarlo con un poco de calma -dijo el
hombre canoso-. Para empezar, ya sabes cómo son los Ellenbogen.
Seguramente se metieron todos en un taxi y se fueron al Village un par
de horas. Es probable que los tres aparezcan...
-Estoy seguro de que empezó a arrimarse a algún desgraciado en la
cocina. Ya me lo imagino. En cuanto se emborracha empieza a
restregarse contra cualquier infeliz en la cocina. Pero basta. Te juro
que esta vez va en serio. Cinco años del...
-¿Dónde estás ahora, Arthur? -preguntó el hombre canoso-. ¿En tu
casa?
-Sí. En casa. Hogar dulce hogar...
81

-Bueno, trata de tomarlo con calma... ¿qué te pasa? ¿Estás un poco


borracho o qué?
Página

-Yo qué sé. ¿Cómo diablos voy a saberlo?


5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

-Bueno, está bien. Ahora escúchame. Tranquilízate. Estate tranquilo -


dijo el hombre canoso-. Tú ya sabes cómo son los Ellenbogen. Lo que
sucedió posiblemente es que perdieron el último tren. Seguro que en
cualquier momento aterrizan por ahí los tres, muertos de risa, después
de haber estado en algún...
-Se fueron en coche.
-¿Cómo lo sabes?
-Por la chica que va a cuidar a los niños. Tuvimos una conversación
muy brillante. Toda una comunión espiritual. Como dos asquerosas
sardinas en una misma lata.
-Bueno. Bueno. ¿Y eso qué tiene que ver? ¿Te calmarás, ahora? -dijo
el hombre canoso-. Casi seguro que en cualquier momento llegan los
tres juntos. Créeme. Tú sabes cómo es Leona. No sé qué demonios le
pasa... en cuanto llegan a Nueva York se llenan de esa horrible alegría
digna de Connecticut. Tú los conoces bien.
-Sí, ya sé. Ya sé. Aunque no sé nada.
-Claro que sabes. Piénsalo un poco. Seguro que los dos se llevaron a
Joanie por la fuerza...
-Oye. A Joanie nunca hubo que llevarla por la fuerza a ningún lado. No
me vengas ahora con esa teoría.
-Nadie te viene con ninguna teoría, Arthur -dijo el hombre entrecano
con calma.
-¡Ya sé! ¡Ya sé! Discúlpame. Me estoy volviendo loco. Dime la verdad,
¿estás seguro de que no te he despertado?
-Si fuera así, te lo diría, Arthur -dijo el hombre canoso. Distraídamente,
sacó la mano izquierda de entre el pecho y el brazo de la chica-.
Escucha, Arthur. ¿Quieres un consejo? -dijo-. Tomó el cable del
teléfono entre los dedos, muy cerca del aparato- Te lo digo en serio.
¿Quieres un consejo?
-Sí. No sé. No te dejo dormir. Lo mejor sería que fuera y me cortara de
una vez por todas la...
-Escúchame un momento -dijo el hombre de pelo entrecano-. Primero,
y esto te lo digo en serio, métete en la cama y tranquilízate. Prepárate
un vaso bien grande de alguna bebida fuerte, y acués...
-¡Bebida! ¿Hablas en serio? Dios. En estas dos malditas horas me he
bebido casi un litro... ¡Un vaso! Estoy tan bebido ahora que apenas...
-Bueno, bueno. Acuéstate, entonces -dijo el hombre canoso- Y
82

tranquilízate... ¿me oyes? Dime la verdad. ¿Vas a ganar algo


enloqueciéndose de esa forma y dando vueltas por ahí?
Página

-Sí, ya sé. Ni siquiera tendría que preocuparme. Pero, cuernos, ¡no se


5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

puede confiar en ella! Te lo juro por Dios. Juro por Dios que no se
puede. Se puede confiar en ella como se puede confiar en un... bueno,
no sé en qué. ¡Oh! ¿Para qué sirve todo? ¡Estoy volviéndome loco!
-Bueno. Olvídate ahora. Olvídate. ¿Quieres hacerme el favor y borrar
todo eso de tu cabeza? -Dijo el hombre canoso-. Después de todo,
seguro que estás exagerando... creo que estás haciendo una montaña
de...
-¿Sabes a qué extremos he llegado? Me da vergüenza contártelo,
pero ¿sabes qué estoy a punto de hacer todas las noches, cuando
llego a casa? ¿Quieres saberlo?
-Escúchame, Arthur, no es esto lo que...
-Espera un segundo, maldita sea, te lo voy a decir. Prácticamente
tengo que contenerme para no abrir todas las puertas del piso...te lo
juro por Dios. Todas las noches, cuando llego a casa, estoy casi
seguro de encontrarme con un montón de hijos de puta escondidos
por todos lados...Ascensoristas. Repartidores. Policías.
-Bueno, bueno. Tratemos de tomar las cosas con un poco más de
calma, Arthur -dijo el hombre de pelo entrecano. Miró de pronto a su
derecha, donde un cigarrillo, encendido un momento antes, hacía
equilibrio en el borde de un cenicero. Por lo visto se había apagado, y
no hizo ademán de cogerlo-. Para empezar, te lo he dicho ya infinidad
de veces, Arthur, ése es justamente el error más grande que puedes
cometer. ¿Sabes cuál es? ¿Quieres que te lo diga? Haces todo lo
posible por torturarte, te lo digo en serio. En realidad, eres tú quien
incita a Joanie –calló-. Tienes la suerte de que ella es una chica
maravillosa. En serio. Y para ti carece totalmente de gusto... y de
inteligencia. Diablos, si vamos al caso...
-¡Inteligencia! ¿Estás bromeando? ¡No tiene ni pizca de cerebro! ¡Es
un animal!
El hombre entrecano respiró hondo, y sus fosas nasales se dilataron:
-Animales somos todos –dijo-. En el fondo, todos somos animales.
-Ni hablar. Yo no soy ningún animal. Seré un imbécil, un engañado hijo
de mala madre del siglo veinte, pero no soy animal. No me vengas con
ésas, no soy un animal.
-Escúchame, Arthur. Esto no nos conduce a...
-¡Inteligencia! ¡Dios Santo! Si supieras lo cómico que resulta. Ella se
considera toda una intelectual. Eso es lo que da más risa. Lee la
83

página de los teatros y mira la televisión hasta quedarse prácticamente


ciega. Y por eso se cree intelectual. ¿Sabes con quién me he casado?
Página

¿Quieres saber con quién me he casado? Estoy casado con la más


5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

grande actriz en ciernes todavía sin descubrir, la más grande


novelista, psicoanalista y genio incomprendido de Nueva York. No lo
sabías, ¿verdad? Dios. Es para morirse de risa. Madame Bovary en la
Columbia Extension School. Madame...
-¿Quién? -preguntó el hombre canoso, con tono de aburrimiento.
-Madame Bovary sigue un curso de crítica de la televisión. Dios mío, si
supieras cómo...
-Está bien, está bien. Te das cuenta de que así no vamos a ninguna
parte -dijo el hombre canoso. Se volvió y, acercando dos dedos a la
boca, le indicó a la chica que quería un cigarrillo-. En primer lugar,
siendo un tipo tan inteligente, careces totalmente de tacto. -Se
incorporó un poco para que la chica pudiera alcanzar los cigarrillos por
detrás suyo-. Te lo digo en serio. Se ve en tu vida particular, se ve en
tu...
-Inteligencia. ¡Dios mío! ¡Qué risa me da! ¿Alguna vez la has
escuchado describir a alguien... a un hombre, quiero decir? Alguna
vez, cuando no tengas nada que hacer, hazme el favor y pídele que te
describa a un hombre. Para ella, todo hombre que ve es
«terriblemente atractivo». Ya puede ser el más viejo, el más gordo, el
más grasiento...
-Está bien, Arthur -dijo el hombre de pelo entrecano con rudeza-. Así
no vamos a ninguna parte. A ninguna parte. -Le quitó un cigarrillo
encendido a la chica, que había prendido dos-. Hablando de otra cosa
-dijo, exhalando humo por la nariz-, ¿cómo te fue hoy?
-¿Qué?
-¿Cómo te fue hoy? -repitió el hombre canoso-. ¿Cómo fue el pleito?
-¡Diablos! No sé. Un asco. Dos minutos antes de que yo empezara mi
alegato final, el letrado de la otra parte, Lissberg, se presenta con esa
camarera chiflada y un montón de sábanas como prueba... todas
manchadas de chinches.
-Entonces, ¿qué pasó? ¿Perdiste? -preguntó el hombre de pelo
entrecano, aspirando otra bocanada de humo.
-¿Sabes quién estaba en el estrado? Madre Vittorio. Nunca sabré qué
demonios tiene ese hombre contra mí. No puedo ni abrir la boca sin
que se me eche encima. Con un tipo así no se puede razonar. Es
imposible.
El hombre canoso volvió la cabeza para ver qué hacía la chica. Había
84

tomado el cenicero y lo colocaba entre los dos.


-Entonces, ¿perdiste o qué?
Página

-¿Cómo?
5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

-Te pregunto si perdiste.


-Sí. Iba a decírtelo. En la fiesta no tuve oportunidad, con todo ese
barullo. ¿Crees que Junior va a armar escándalo? Me importa un
bledo, pero ¿qué piensas? ¿Crees que armará escándalo?
Con la mano izquierda, el hombre canoso sacudió la ceniza del
cigarrillo en el borde del cenicero.
-No creo que necesariamente arme un escándalo, Arthur -dijo con
calma-. Aunque no hay muchas probabilidades de que le provoque
una gran alegría. ¿Sabes cuánto hace que nos encargamos de esos
tres asquerosos hoteles? El viejo Shanley empezó todo...
-Ya sé, ya sé. Junior me lo ha dicho por lo menos cincuenta veces. Es
una de las mejores historias que he escuchado en toda mi vida.
Bueno, está bien, perdí ese asqueroso pleito. En primer lugar, no fue
culpa mía. Primero, el chiflado de Vittorio me persiguió durante todo el
juicio. Después esa camarera mongólica viene y empieza a exhibir
sábanas llenas de manchitas de chinches...
-Nadie dice que sea culpa tuya, Arthur -dijo el canoso-. Tú me has
preguntado si yo pensaba que Junior iba a armar escándalo. Sólo traté
de contestarte lo más honestamente posible...
-Ya sé... Ya lo sé. ¡Qué diablo! De todos modos, tal vez me
reincorpore al ejército. ¿Te he contado algo de eso?
El hombre de pelo entrecano volvió la cabeza hacia la chica como
para que ella apreciara qué tolerante y estoica era su expresión. Pero
la chica no lo advirtió. Acababa de volcar el cenicero con la rodilla y
estaba recogiendo rápidamente las cenizas y haciendo un pequeño
montón.
Levantó sus ojos hacia él un segundo más tarde.
-No, Arthur, no me lo has contado.
-Sí, tal vez lo haga. Todavía no estoy seguro. Por supuesto que la idea
no me enloquece y, si puedo evitarlo, no me iré. Pero tal vez no tenga
más remedio. No sé. Por lo menos me olvidaré de todo. Si me
devuelven mi bonito casco y mi gran escritorio y mi mosquitero, tal
vez...
-Quisiera meterte algunas cosas en la cabeza, muchacho, eso es lo
que me gustaría -dijo el hombre canoso-. Se supone que eres un tipo
inteligente y hablas como un niño de pecho. Te lo digo con toda
sinceridad. Dejas que un montón de cosas pequeñas se vayan
85

acumulando como una bola de nieve hasta que ocupan tanto lugar en
tu mente que eres completamente incapaz de cualquier...
Página

-Tendría que haberla dejado. ¿Te das cuenta? Tendría que haber
5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

terminado el verano pasado, cuando realmente estaba decidido a


hacerlo. ¿No lo crees? ¿Sabes por qué no lo hice? ¿Realmente
quieres saber por qué?
-Arthur, por Dios. Así no vamos a ninguna parte.
-Espera un segundo. ¡Déjame decirte por qué! ¿Quieres saber por qué
no lo hice? Puedo decirte exactamente el motivo. Porque me dio
lástima. Ésa es la pura verdad. Porque me dio lástima.
-Bueno, no sé. Quiero decir que es algo que no me incumbe -dijo el
hombre de pelo entrecano-. Sin embargo, creo que te olvidas de que
Joanie es una mujer adulta. No sé, pero me parece...
-¿Mujer adulta? ¿Estás loco? ¡Es una niña que ha crecido, nada más!
Por ejemplo, me estoy afeitando, escucha bien esto, me estoy
afeitando, y de repente me llama desde la otra punta del piso. Voy a
ver qué pasa...tal cual, a medio afeitarme y con toda la cara cubierta
de jabón. ¿Y sabes qué diablos quiere? Preguntarme si yo creo que
ella es inteligente. Te lo juro por Dios. Es patética. La miro cuando
duerme, y sé muy bien lo que te digo. Créeme.
-Bueno, es algo que conoces mejor que...quiero decir que a mí no me
incumbe -dijo el hombre canoso-. El asunto es que no haces nada
constructivo para…
-No somos una buena pareja, eso es todo. No es más que eso.
Hacemos una pareja asquerosa. ¿Sabes lo que le hace falta?
Necesita un gran rufián taciturno que de vez en cuando la deje tendida
de un golpe, y después vuelva y siga leyendo el diario. Eso es lo que
le hace falta. Soy un tipo demasiado débil para ella. Ya lo sabía
cuando nos casamos, te lo juro por Dios. Quiero decir, tú eres un buen
sujeto, nunca te has casado, pero a veces, cuando uno se casa, tiene
como un presentimiento de lo que va ser su vida después. Yo no le
hice caso. No hice ningún caso de esos presentimientos. Soy débil.
Ésa es toda la historia, en definitiva.
-No eres débil. Sólo que no procedes con inteligencia -dijo el hombre
de pelo entrecano, aceptando un cigarrillo recién encendido que le
tendía la chica.
-¡Sí que soy débil! ¡Claro que lo soy! ¡Yo sé muy bien si soy débil o no!
Si no fuera débil, ¿te imaginas que habría dejado que todo se...? ¡Para
qué hablar! Claro que soy débil... Te estoy impidiendo dormir... ¿Por
qué no cuelgas y listo? Al demonio conmigo. Te lo digo sinceramente.
86

Cuelga.
-No voy a cortar, Arthur. Quisiera ayudarte, en todo lo humanamente
Página

posible -dijo el hombre canoso-. En verdad, tú eres tu peor...


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-Ella no me respeta. Ni siquiera me quiere. Dios mío. En el fondo, si lo


analizamos, yo también la he dejado de querer. No sé. La quiero y no
la quiero. Según. A veces sí, a veces no. ¡Cielos! Cada vez que me
dispongo a terminar de una vez por todas, cenamos fuera, a saber por
qué, y nos encontramos en algún sitio y ella va con esos asquerosos
guantes blancos o algo por el estilo, qué sé yo. 0 empiezo a
acordarme de la primera vez que fuimos en coche a New Haven a ver
el partido de Princeton. Tuvimos un pinchazo justo al salir de la
autopista, y hacía un frío espantoso, y ella sostenía la linterna mientras
yo cambiaba ese maldito neumático...tú sabes lo que quiero decir. No
sé. 0 empiezo a pensar en..., Dios, me cuesta decirlo....empiezo a
pensar en ese puerco poema que le escribí cuando empezamos a salir
juntos: «Rosa es mi color y blanco, linda boquita y verdes mis ojos.»
Qué gracia...Hacía que me acordara de ella. No tiene ojos verdes...
tiene ojos como apestosos caracoles marinos...pero, Cristo, igual
hacía que me acordara de ella. No sé... ¿De qué sirve hablar? Me
estoy volviendo loco. Cuelga, ¿quieres? Te lo digo en serio.
El hombre canoso carraspeo y dijo:
-No tengo ninguna intención de colgar, Arthur. Sólo hay una...
-Una vez me compró un traje. Con su propio dinero. ¿Te lo había
contado?
-No. Yo...
-Se fue precisamente a Tripler, creo, y me lo compró. Yo ni siquiera la
acompañe. Quiero decirte que tiene algunos gestos endiabladamente
hermosos. Y lo más gracioso es que no me estaba tan mal. Sólo tuve
que hacerlo ajustar un poco en los fondillos de los pantalones y en el
largo. Quiero decir que tiene algunos malditas gestos muy bonitos.
El hombre del pelo entrecano escuchó unos instantes más. Luego se
volvió de pronto hacia la chica. La mirada, aunque breve, la puso al
tanto de todo lo que ocurría al otro lado de la línea.
-Bueno, Arthur, escúchame -dijo-. Así no vamos a ninguna parte. Te lo
digo sinceramente. Escúchame. ¿Quieres desvestirte y acostarte,
como un buen chico? ¿Y descansar un poco? Joanie seguramente
llegará a casa dentro de dos minutos. No querrás que te vea así,
¿verdad? Es probable que aterrice por ahí con los condenados
Ellenbogen. No querrás que todos te vean así, ¿no es cierto? -
escuchó- ¿Arthur? ¿Me oyes?
87

-Te estoy echando a perder toda la noche. Todo lo que hago es...
-No me estás echando a perder nada -dijo el hombre de pelo
Página

entrecano-. Ni lo pienses. Ya te dije que de noche no duermo más de


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cuatro horas en total. Lo que sí me gustaría, sería ayudarte todo lo


posible, chico -escuchó-. ¿Arthur? ¿Estás ahí?
-Sí, estoy aquí. Escúchame. Ya que no te dejo dormir, ¿te importaría
que fuera hasta tu casa para tomar un trago? ¿Te molestaría?
El hombre canoso se enderezó, colocó su mano libre de plano sobre la
cabeza y dijo:
-¿Ahora, quieres decir?
-Sí. Claro, si te parece bien. Me quedaría sólo un minutito. Lo único
que quiero es sentarme en algún lado y...qué sé yo. ¿Estás de
acuerdo?
-Mira, lo que pasa es que no creo que debas hacerlo, Arthur -dijo el
hombre canoso retirando la mano dde la cabeza-. Por supuesto que
puedes venir cuando quieras, pero sinceramente creo que ahora
deberías descansar y tranquilizarte hasta que llegue Joanie. Te lo digo
sinceramente. Lo que tú quieres es estar justo ahí cuando ella llegue a
casa. ¿Estoy en lo cierto, o no?
-Sí. No sé. Te lo digo de verdad, no sé.
-Bueno, pero yo sí. Sinceramente, yo sí -dijo el hombre canoso-.
Escúchame. ¿Por qué no te vas a la cama ahora, y descansas, y más
tarde, si tienes ganas, me llamas de nuevo? Claro, si es que tienes
ganas de hablar. Y no te preocupes. Eso es lo principal. ¿Me oyes?
¿Harás lo que te digo?
-Bueno.
El hombre canoso mantuvo el receptor junto a su oído durante un
momento y luego cortó.
-¿Qué dijo? -le preguntó en seguida la chica.
Él cogió su cigarrillo del cenicero, es decir, lo seleccionó entre un
montón de colillas y de cigarrillos a medio fumar. Aspiró una bocanada
de humo y dijo:
-Quería venir a tomar una copa.
-¡Dios mío! ¿Y qué le dijiste? -preguntó la chica.
-Ya me oíste -dijo el hombre canoso, y la miró-. Podías oírme, ¿no? -
Apagó el cigarrillo.
-Estuviste maravilloso. Realmente maravilloso dijo la chica,
observándolo-. ¡Dios mío! Me siento fatal.
-Bueno... -dijo el hombre canoso-. Es una situación difícil. No sé si
estuve tan maravilloso.
88

-Sí, lo has estado. Has estado maravilloso -dijo la chica-. Me siento


floja, totalmente floja. ¡Mírame!
Página

El hombre de pelo entrecano la miró.


5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

-Bueno, verdaderamente, la situación es imposible. Quiero decir que


todo es tan fantástico que ni siquiera...
-Disculpa -dijo de pronto la chica, y se inclinó hacia delante-. Creo que
te estás incendiando. Rápidamente le pasó las puntas de los dedos
por el dorso de la mano-. No era sólo ceniza. Has estado maravilloso –
dijo-. ¡Me siento fatal!
-Bien, la situación es muy, muy difícil. Evidentemente, el tipo está
pasando por un total...
De pronto sonó el teléfono. El hombre canoso dijo: -¡Maldita sea! -pero
lo había cogido antes de que sonara por segunda vez-. ¿Hola? -dijo.
-¿Lee? ¿Dormías?
-No, no.
-Escucha. Pensé que te interesaría saberlo. Joanie acaba de llegar.
-¿Qué? -dijo el hombre de pelo entrecano, y con la mano izquierda se
protegió los ojos, aunque la luz estaba a sus espaldas.
-Sí. Acaba de llegar. Diez segundos después de que hablara contigo.
Aprovecho para llamarte ahora que ella está en el baño. Escucha... un
millón de gracias, Lee. Te lo digo en serio.... sabes lo que quiero decir.
No estabas dormido, ¿verdad?
-No, no, simplemente....no, no -dijo el hombre canoso, siempre con la
mano sobre los ojos. Carraspeó.
-Sí. Lo que sucedió fue que, al parecer, Leona pilló una borrachera de
órdago y tuvo un ataque feroz de llanto, y Bob quiso que..Joanie fuera
con ellos a tomar un trago en alguna parte y suavizar las cosas. Yo no
sé. ¿Te das cuenta? Todo es muy complicado. Lo importante es que
ya ha llegado ¡qué mierda de vida ésta! Pienso que es esta maldita
Nueva York. Creo que, si todo sale bien, vamos a comprarnos una
casita, tal vez en Connecticut. No demasiado lejos, aunque sí lo
bastante como para poder llevar una vida normal. Lo que quiero decir
es que ella se vuelve loca por las plantitas y todas esas cosas por el
estilo. Si tuviera un jardín propio y todo lo demás se volvería
completamente loca. ¿Me entiendes? Porque, aparte de ti, ¿a quién
conocemos en Nueva York sino a un montón de neuróticos? A la
larga, hasta una persona normal termina por
contagiarse. ¿Comprendes a qué me refiero?
El hombre canoso no contestó. Debajo del escudo de su mano, sus
ojos estaban cerrados.
89

-De todos modos, le voy a hablar de todo esto esta misma noche. O tal
vez mañana. Todavía está un poco mareada. Quiero decir que en el
Página

fondo es una chica formidable, y si se nos presenta una oportunidad


5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

para ponemos de acuerdo, sería estúpido por nuestra parte no


aprovecharla. Y mientras tanto voy a tratar de solucionar también ese
asunto de las chinches. Estuve pensando. Estuve preguntándome,
Lee. ¿Crees que, si yo fuera y hablara con Junior personalmente,
podría ... ?
-Arthur, sino tienes inconveniente, yo preferiría...
-No vayas a pensar que te he llamado de nuevo porque estoy
preocupado por ese maldito pleito ni nada parecido. De ningún modo.
En el fondo, me importa un bledo. Pensé simplemente que, si podía
hacerle entender las cosas a Junior sin romperme la cabeza, sería
estúpido por mi parte...
-Escúchame, Arthur -dijo el hombre de pelo entrecano, retirando su
mano de la frente-. De pronto me ha dado un terrible dolor de cabeza.
No sé a qué demonios se debe. ¿Te molesta si lo dejamos para otro
momento? Te llamaré por la mañana, ¿de acuerdo?
Escuchó un instante más y luego colgó.
Nuevamente la chica le dijo algo en seguida, pero él no contestó.
Tomó un cigarrillo encendido -el de la chica- del cenicero y empezó a
llevárselo a la boca, pero se le cayó de los dedos. La chica intentó
ayudarle a encontrarlo antes de que se quemara algo, pero él le dijo
que se quedara quieta, por el amor de Dios, y ella retiró la mano.

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5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

4) Algo Urgente – Joao Gilberto Noll Titulo


Original: Alguma coisa urgentemente
El Cuento forma parte del Libro “Romances e Contos Reunidos” (1997)

Los primeros años de vida provocaron en mí el gusto por la aventura.


Mi padre no sabía explicar muy bien el por qué de la existencia, y
siempre se cambiaba de trabajo, de mujer y de ciudad. La
característica más marcada de mi padre era el cambio. Se
autoproclamaba filósofo sin libros, con una única fortuna: el
pensamiento. Yo, al principio, creía que mi padre era sólo un hombre
amargado por haber sido abandonado por mi madre cuando yo era un
niño. Vivíamos en ese tiempo en la calle Ramiro Barcelos, en Porto
Alegre; mi padre me sacaba a pasear todas las mañanas por la plaza
Júlio de Castilhos y me enseñaba el nombre de los árboles. Yo no me
conformaba con saber sólo los nombres, quería saber las
características de cada vegetal, de qué lugar venía. Él me decía que el
mundo no eran sólo esas plantas, sino que también eran las personas
que pasaban y las que se quedaban y que cada uno tiene un drama
personal. Yo le pedía que me cargara en sus brazos. Él me hacía caso
y silvaba una canción medieval que afirmaba era su preferida. En los
brazos de él, yo balbuceaba unos pensamientos peligrosos:
– ¿Cuándo te vas a morir?
– No te voy a dejar solo, hijo.
Me hablaba visiblemente emocionado y decía que antes me iba a
enseñar a leer y escribir. Le gustaba comportarse como si yo no
supiera lo que pasaba. Para qué leer –le preguntaba. Para describir la
forma de este arbol –respondía un tanto irritado con mi pregunta. Pero
luego se calmaba.
– Cuando aprendas a leer vas a poseer, de alguna forma, todas las
cosas, incluso a ti mismo.
Hacia el final de 1969, mi padre se fue preso al interior de Paraná.
(Dicen que le pasaba armas a un grupo de no sé qué tipo). Tenía en
esa época una casa de caza y pesca en Ponta Grossa y ya no me
llevaba a pasear.
Hacia el final de 1969, mi padre se fue preso al interior de Paraná.
(Dicen que le pasaba armas a un grupo de no sé qué tipo). Tenía en
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esa época una casa de caza y pesca en Ponta Grossa y ya no me


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llevaba a pasear.
5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

El día que él fue arrestado, una vecina de piel muy clara me sacó de
mi hogar y me dijo que pasaría unos días en su casa, mientra mi padre
estaba de viaje. No le creí, pero hice como si le creyese, porque es lo
que le conviene a los niños. ¿Porque qué hubiese pasado si yo le
decía que eso era mentira? ¿Qué hacer con un niño que sabe la
verdad?
Me pusieron en un internado al interior de San Pablo. El Cura Director
me miró y afirmó que ahí yo sería feliz.
– No me gusta este lugar
– Te acostumbrarás y hasta te va a gustar.
Los compañeros me enseñaron a jugar fútbol, a masturbarme, a robar
comida de los Curas. Tenía una erección y se las mostraba. Mostraba
también las manzanas y los dulces de los robos. Hablaba de mi padre.
Uno de ellos me odiaba. Mi padre fue asesinado, me decía, con odio
en los ojos. Mi papá era bandido, contaba él, con el corazón
acelerado.
Yo me callaba. Es que había cosas que él decía sobre mi padre que
presumían un conocimiento que yo no tenía. Llegó una carta de él.
Pero el Director no dejó que la leyera; me llamó a su escritorio y me
contó que mi padre estaba bien.
– Él está bien.
Agradecí, como lo hacía normalmente cuando tenía algún tipo de
contacto con el Director, y salí murmurando:
– Él está bien.
El niño que me odiaba se acercó y dijo que a su padre le habían
puesto diecesiete tiros.
En las clases de religión el Padre Amancio nos enseña a rezar el
rosario y a repetir plegarias.
– Salve María –él exclamaba al principio de la clase.
– Salve María –repetían los alumnos al unísono.
Cuando crecí mi padre me vino a buscar. Él estaba sin un brazo. El
Cura Director, entonces, me preguntó:
– ¿Quieres irte?
Miré a mi padre y le dije que yo ya sabía leer y escribir.
– Entonces un día sabrás todo –dijo.
Cuando nos fuimos, el niño que me odiaba se quedó mirándome
desde la puerta del Colegio. Él estaba con su uniforme bien lavado y
92

planchado.
En la carretera hacia San Pablo paramos en un restaurante. Pedí un
Página

cognac y mi padre no se espantó. Leía un diario.


5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

Ya en San Pablo fuimos a una habitación donde no recibíamos visitas.


– Vamos a Río –dijo mi padre, sentado en la cama con el brazo que le
quedaba apoyado sobre las piernas.
En Río fuimos a un departamento que quedaba en la Avenida
Atlántica. De unos amigos, dijo él. Pero aunque el departamento
estuviese amueblado, siempre estaba vacío, no iba nadie.
– Quiero saber –le dije a mi padre.
– Puede ser peligroso –contestó.
Apagué el televisor dispuesto a escuchar. Pero él dijo que no. Es muy
pronto todavía. Para ese entonces, ya había perdido la capacidad de
llorar.
Intenté olvidar. Mi padre me puso en un Colegio en Copacabana y
comencé a crecer como tantos adolescentes en Río. Me acostaba con
la empleada de Alfredo, un amigo del colegio, y, en la playa, a veces
tenía que sentarme porque era común tener erecciones a vista de
todos. Fingía, entonces, que observaba el mar, la performance de
cualquier surfista.
No me gustaba constatar lo mucho que me molestaban algunas cosas.
Pero mi padre desapareció nuevamente. Me quedé solo en el
departamento de Avenida Atlántica sin que nadie lo supiera. Y yo ya
me había acostumbrado al misterio de ese departamento. Ya no
quería saber a quién pertenecía, porque vivía solo. El secreto
alimentaba mi silencio. Y yo necesitaba de ese silencio para seguir
ahí. Ah, me olvidé de decir que mi padre había dejado dinero en un
cofre. Ese dinero fue suficiente para siete meses. Gastaba poco e
intentaba no pensar sobre qué pasaría una vez que se terminara.
Sabía que estaba solo, viviendo de un dinero que se acababa, pero
era necesario preservar la libertad de los jóvenes de mi edad, y
falsificar la firma del padre sin remordimientos frente a cada exigencia
del colegio.
La limpieza del departamento no me importaba. Estaba sucio. Muy
sucio. Pasaba tan poco en casa que no le daba importancia a la
mugre, a las sábanas inmundas. Tenía buenos amigos en el colegio,
dos o tres amigas que dejaban que les metiera mano donde yo
quisiera.
Pero el dinero se había terminado y yo estaba caminando por la
Avenida Nossa Senhora de Copacabana, una tarde noche, cuando
93

noté a un grupo de muchachos parados en la esquina de la Barra de


Ipanema, apoyados en un auto y enrollando un papelillo. Cuando
Página

pasé, ellos me ofrecieron. ¿Una fumada? Acepté. Uno de ellos me dijo


5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

mira, no te lo pierdas, amigo. Miré hacia donde habían apuntado y vi


un Mercedes parado en la esquina con un hombre de unos treinta
años adentro. Anda, me dijeron y empujaron. Y fui.
– ¿Quieres entrar? –me dijo el hombre.
Pensé en que lo había comido todo y que andaba sin dinero.
-Trescientos –dije.
Él abrió la puerta y me dijo que entrara, el auto subió la calle
Niemeyer, y no había nadie en el cerro donde el hombre paró. Un
casette tocaba música clásica, creo, y el hombre me dijo que era de
San Pablo. Me ofreció un cigarro, un chicle y comenzó a sacarme la
ropa. Pedí el dinero y me dio 3 billetes de cien nuevos. Desnudo, él se
acercó a mí y comenzó a morderme como queriendo dejarme marcas,
casi me saco un pedazo de la boca. Yo tenía un buen físico y eso lo
excitaba, lo dejaba loco. El casette ya se había terminado y se
escuchaba sólo un grillo.
– Vamos –dijo el hombre, encendiendo el auto.
Yo había disfrutado y necesitaba limpiarme con la ropa interior.
Al día siguiente mi padre volvió; apareció en la puerta, muy flaco y sin
dos dientes.
Le conté:
– Ayer resolvi prostituirme, fui con un hombre a cambio de trescientos
mangos.
Mi padre me miró sin sorpresas y dijo que intentara hacer otra historia
con mi vida.
– Vine para morir. Mi muerte será cubierta por los diarios, la policía me
odia, hace años que me busca. Van a descubrirte, pero no des
ninguna declaración, di que no sabes nada. Lo que es, además,
verdad.
– ¿Y si me torturan? – pregunté
– Eres menor y ellos necesitan evitar escándalos.
Fui hacia la ventana pensando que iba a reventar en lágrimas, pero
sólo conseguí quedarme mirando el mar, sintiendo que necesitaba
hacer algo urgentemente. Di vuelta la cabeza y vi que mi padre
dormía. Sin embargo, no fue eso lo que pensé: pensé que él ya estaba
muerto y corrí para sentir su pulso.
Aún estaba con vida. Necesito hacer algo urgente, repetía mi cabeza.
Es que no me gustaba haber ido con el hombre la noche anterior, mi
94

padre iba a morir y yo no tenía ni un puto centavo. ¿Cómo iba a


sobrevivir? Entonces pensé en denunciar a mi padre, para que los
Página

diarios me recibieran y así conseguir casa y comida en algún orfanato,


5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

o en la casa de alguna familia. Pero no, eso no lo hice porque quería a


mi padre y no estaba interesado en vivir en un orfanato ni con una
familia desconocida. Sentía pena por mi padre acostado en el sofá,
durmiendo y tan débil. Necesitaba comunicarme con alguien, contar lo
que estaba pasando. ¿Pero a quién?
Comencé a faltar a clases y me quedaba caminando por la playa,
pensando qué hacer con mi padre que se quedaba en casa
durmiendo, feo y viejo. Y yo no había conseguido ni un puto centavo.
Menos mal que tenía un amigo vendedor en los carritos de la Geneal
que me regalaba unos Cachorro-Quente. Le decía que le pusiera
bastanta mostaza, que calentara bien el pan, que le pusiera harta
salsa. Me obecedía como si quisiera que me fuera bien. Pero no
podía, no conseguía contarle lo que me estaba pasando. Sólo hablaba
con él sobre el culo de las mujeres o alguna cicatriz en el estómago.
Es cesárea, me decía. Y yo fingía que nunca había escuchado hablar
de cesárea para que aumentara su placer de enseñarme sobre la
cesárea. Un día me preguntó:
– ¿Tienes hermanos?
Respondí que tenía siete.
– ¿Un cabrón tu padre, eh?
Me demoré en contestarle. Tal vez era la ocasión de contarle todo,
admitir que necesitaba ayuda. ¿Pero qué podía ofrecerme un
vendedor de la Geneal salvo ir donde la policía y contarles? Entonces
me callé y me fuí.
Cuando llegué a mi casa entendí que mi padre era un moribundo. Él
ya no se acordaba de nada, tenía espasmos, se le doblaba la lengua y
yo lo ayudaba. El departamento, en esa época, tenía un mal olor,
como a podrido. Pero esta vez me dio lo mismo todo y comencé a
ayudarlo. Le levanté la cabeza, e intenté acostarme con él.
-¿Qué estás sintiendo?
– Ya no siento nada –respondió.
– ¿Duele?
– Ya no siento ningún dolor.
De vez en cuando le traía un Cachorro-quente que mi amigo de la
Geneal me daba, pero mi padre devolvía cualquier cosa y expulsaba
los pedazos de pan y salchicha por el borde de la boca. Una de esas
veces en que yo le limpiaba los restos de pan y salchicha de su boca,
95

sonó el timbre. Fui a abrir la puerta con mucho miedo, con el paño
todavía en la mano. Era Alfredito.
Página

– La Directora quiere saber por qué nunca más fuiste al colegio. – me


5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

preguntó.
Entró y le dije que estaba enfermo, con la garganta inflamada, pero
que volvería al colegio al día siguiente porque ya casi me había
mejorado. Alfredito sintió el mal olor de la casa, estoy seguro, pero
hizo como si nada pasara.
Cuando se sentó en el sofá noté la cantidad de polvo que había y
cómo Alfredito se sentaba con sumo cuidado, como si el sofá se fuera
a abrir, pero él fingía y hacía como si todo estuviese normal, ni la
barata que bajaba por la pared de la derecha, ni los ruidos de mi
padre, sus gemidos que venían de la habitación de al lado le
importaban. Me senté en la poltrona y comencé a contarle todo lo que
se me venía a la cabeza para distraerlo de los ruidos que hacía mi
padre, de la barata de la pared, del polvo del sofá, de la mugre y el
olor del departamento. Hablé sobre cómo en los días de enfermedad
leía en la cama unas revistas de bromas, revistas danesas, ¿y sabes
cómo conseguí esas revistas?, se las robé a mi papá, estaban
escondidas en su cajón, no te las muestro porque se las presté a un
amigo, un bandido que trabaja en un carrito en la Geneal de la playa,
él se la mostró a otro un amigo que se masturbó con la revista en la
mano, hay unas mujeres con unas piernas así y la cámara les tomó la
foto justo aquí , bien aquí, amigo, cómo los tipos le sacaron esa foto a
la mujer, es como para pajearse, la cámara cerca, y la mujer desnuda
con las piernas en ésta posición, no estoy mintiendo, ya vas a ver, un
día vas a ver, sólo que ahora la revista no la tengo yo, por eso es que
te digo que enfermarse de vez en cuando es bueno, un día entero
leyendo la revista, sin nadie que me moleste, sólo yo y mis revistas,
nadie que te toque las pelotas, nadie, amigo, nadie.
Paré de hablar y Alfredito me miraba asustado, me miraba con cara de
idiota, medio desconfiado, y no sé bien qué pasó por su cabeza
cuando mi padre me llamó desde la otra habitación. Era la primera vez
que mi papá me llamaba por el nombre; yo mismo me asusté cuando
lo escuché, y me puse de pie atemorizado porque no quería que nadie
supiera sobre mi padre, sobre mi secreto, sobre mi vida. Quería que
Alfredito se fuera y que no volviese nunca más. Entonces me puse de
pie y le dije que tenía cosas que hacer, y él se fue caminando de
espaldas en dirección a la puerta, como si tuviese miedo de mí, y yo le
decía que mañana voy a aparecer en el colegio, puedes decirle a la
96

Directora que mañana converso con ella, y mi padre me llamó de


nuevo con su voz agonizante, y mi padre me llamaba por primera por
Página

mi nombre y dije chao hasta mañana, y Alfredito dijo chao hasta


5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

mañana, y yo continuaba con el paño de plato en la mano y cerré la


puerta bien rápido porque no aguantaba más a Alfredito ahí, y fui
corriendo y vi que mi papá estaba con los ojos duros, mirándome, y
me quedé parado en la puerta pensando que yo necesitaba hacer
algo, cualquier cosa, urgente.

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Página
5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

5) La última noche del mundo Ray Bradbury


¿Qué harías si supieras que esta es la última noche del mundo?
-¿Qué haría? ¿Lo dices en serio?
-Sí, en serio.
-No sé. No lo he pensado.
El hombre se sirvió un poco más de café. En el fondo del vestíbulo las
niñas jugaban sobre la alfombra con unos cubos de madera, bajo la
luz de las lámparas verdes. En el aire de la tarde había un suave y
limpio olor a café tostado.
-Bueno, será mejor que empieces a pensarlo.
-¡No lo dirás en serio!
El hombre asintió.
-¿Una guerra?
El hombre sacudió la cabeza.
-¿No la bomba atómica, o la bomba de hidrógeno?
-No.
-¿Una guerra bacteriológica?
-Nada de eso -dijo el hombre, revolviendo suavemente el café-. Solo,
digamos, un libro que se cierra.
-Me parece que no entiendo.
-No. Y yo tampoco, realmente. Solo es un presentimiento. A veces me
asusta. A veces no siento ningún miedo, y solo una cierta paz -miró a
las niñas y los cabellos amarillos que brillaban a la luz de la lámpara-.
No te lo he dicho. Ocurrió por vez primera hace cuatro noches.
-¿Qué?
-Un sueño. Soñé que todo iba a terminar. Me lo decía una voz. Una
voz irreconocible, pero una voz de todos modos. Y me decía que todo
iba a detenerse en la Tierra. No pensé mucho en ese sueño al día
siguiente, pero fui a la oficina y a media tarde sorprendí a Stan Willis
mirando por la ventana, y le pregunté: ―¿Qué piensas, Stan?‖, y él me
dijo: ―Tuve un sueño anoche‖. Antes de que me lo contara yo ya sabía
qué sueño era ese. Podía habérselo dicho. Pero dejé que me lo
contara.
-¿Era el mismo sueño?
-Idéntico. Le dije a Stan que yo había soñado lo mismo. No pareció
sorprenderse. Al contrario, se tranquilizó. Luego nos pusimos a pasear
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por la oficina, sin darnos cuenta. No concertamos nada. Nos pusimos


Página

a caminar, simplemente cada uno por su lado, y en todas partes vimos


5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

gentes con los ojos clavados en los escritorios o que se observaban


las manos o que miraban la calle. Hablé con algunos. Stan hizo lo
mismo.
-¿Y todos habían soñado?
-Todos. El mismo sueño, exactamente.
-¿Crees que será cierto?
-Sí, nunca estuve más seguro.
-¿Y para cuándo terminará? El mundo, quiero decir.
-Para nosotros, en cierto momento de la noche. Y a medida que la
noche vaya moviéndose alrededor del mundo, llegará el fin. Tardará
veinticuatro horas.
Durante unos instantes no tocaron el café. Luego levantaron
lentamente las tazas y bebieron mirándose a los ojos.
-¿Merecemos esto? -preguntó la mujer.
-No se trata de merecerlo o no. Es así, simplemente. Tú misma no has
tratado de negarlo. ¿Por qué?
-Creo tener una razón.
-¿La que tenían todos en la oficina?
La mujer asintió.
-No quise decirte nada. Fue anoche. Y hoy las vecinas hablaban de
eso entre ellas. Todas soñaron lo mismo. Pensé que era solo una
coincidencia -la mujer levantó de la mesa el diario de la tarde-. Los
periódicos no dicen nada.
-Todo el mundo lo sabe. No es necesario -el hombre se reclinó en su
silla mirándola-. ¿Tienes miedo?
-No. Siempre pensé que tendría mucho miedo, pero no.
-¿Dónde está ese instinto de autoconservación del que tanto se
habla?
-No lo sé. Nadie se excita demasiado cuando todo es lógico. Y esto es
lógico. De acuerdo con nuestras vidas, no podía pasar otra cosa.
-No hemos sido tan malos, ¿no es cierto?
-No, pero tampoco demasiado buenos. Me parece que es eso. No
hemos sido casi nada, excepto nosotros mismos, mientras que casi
todos los demás han sido muchas cosas, muchas cosas abominables.

En el vestíbulo las niñas se reían.


-Siempre pensé que cuando esto ocurriera la gente se pondría a gritar
99

en las calles.
-Pues no. La gente no grita ante la realidad de las cosas.
Página

-¿Sabes?, te perderé a ti y a las chicas. Nunca me gustó la ciudad ni


5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

mi trabajo ni nada, excepto ustedes tres. No me faltará nada más.


Salvo, quizás, los cambios de tiempo, y un vaso de agua helada
cuando hace calor, y el sueño. ¿Cómo podemos estar aquí, sentados,
hablando de este modo?
-No se puede hacer otra cosa.
-Claro, eso es; pues si no estaríamos haciéndolo. Me imagino que hoy,
por primera vez en la historia del mundo, todos saben qué van a hacer
de noche.
-Me pregunto, sin embargo, qué harán los otros, esta tarde, y durante
las próximas horas.
-Ir al teatro, escuchar la radio, mirar la televisión, jugar a las cartas,
acostar a los niños, acostarse. Como siempre.
-En cierto modo, podemos estar orgullosos de eso... como siempre.
El hombre permaneció inmóvil durante un rato y al fin se sirvió otro
café.
-¿Por qué crees que será esta noche?
-Porque sí.
-¿Por qué no alguna otra noche del siglo pasado, o de hace cinco
siglos o diez?
-Quizá porque nunca fue 19 de octubre de 2069, y ahora sí. Quizá
porque esa fecha significa más que ninguna otra. Quizá porque este
año las cosas son como son, en todo el mundo, y por eso es el fin.
-Hay bombarderos que esta noche estarán cumpliendo su vuelo de ida
y vuelta a través del océano y que nunca llegarán a tierra.
-Eso también lo explica, en parte.
-Bueno -dijo el hombre incorporándose-, ¿qué hacemos ahora?
¿Lavamos los platos?
Lavaron los platos, y los apilaron con un cuidado especial. A las ocho
y media acostaron a las niñas y les dieron el beso de buenas noches y
apagaron las luces del cuarto y entornaron la puerta.
-No sé... -dijo el marido al salir del dormitorio, mirando hacia atrás, con
la pipa entre los labios.
-¿Qué?
-¿Cerraremos la puerta del todo, o la dejaremos así, entornada, para
que entre un poco de luz?
-¿Lo sabrán también las chicas?
100

-No, naturalmente que no.


El hombre y la mujer se sentaron y leyeron los periódicos y hablaron y
Página

escucharon un poco de música, y luego observaron, juntos, las brasas


5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

de la chimenea mientras el reloj daba las diez y media y las once y las
once y media. Pensaron en las otras gentes del mundo, que también
habían pasado la velada cada uno a su modo.
-Bueno -dijo el hombre al fin.
Besó a su mujer durante un rato.
-Nos hemos llevado bien, después de todo -dijo la mujer.
-¿Tienes ganas de llorar? -le preguntó el hombre.
-Creo que no.
Recorrieron la casa y apagaron las luces y entraron en el dormitorio.
Se desvistieron en la fresca oscuridad de la noche y retiraron las
colchas.
-Las sábanas son tan limpias y frescas…
-Estoy cansada.
-Todos estamos cansados.
Se metieron en la cama.
-Un momento -dijo la mujer.
El hombre oyó que su mujer se levantaba y entraba en la cocina. Un
momento después estaba de vuelta.
-Me había olvidado de cerrar los grifos.
Había ahí algo tan cómico que el hombre tuvo que reírse.
La mujer también se rió. Sí, lo que había hecho era cómico de veras.
Al fin dejaron de reírse, y se tendieron inmóviles en el fresco lecho
nocturno, tomados de la mano y con las cabezas muy juntas.
-Buenas noches -dijo el hombre después de un rato.
-Buenas noches -dijo la mujer.
FIN

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Página
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6) La fe en los pulmones Ever Roman


“Es evidente que cada palabra que hablamos
supone, en cierto grado, una disminución
de nuestros pulmones por corrosión, y, por
lo tanto, contribuye a acortarnos la vida”
Jonathan Swift. Viajes de Gulliver

La primera vez que fumé un porro tenía 13 años y fue antes de jugar
un partido de fútbol de salón, en el que yo hice de arquero. Un amigo,
Omar, que se suicidó inexplicablemente a los 17 años, me llevó a unas
tres cuadras de la cancha, hasta la entrada de un caserón de dos o
tres pisos que tenía las luces de enfrente apagadas. Tosí mucho y me
pasé como una hora jugando con los cordones de mis zapatos. Jugué
un partido estupendo, aunque perdimos cuatro a cero. Tuve una
experiencia de fumón moderado en mi adolescencia, más o menos
hasta los 15, después dejó de interesarme. Recién a los 21 o 22,
cuando entré a trabajar a una revista universitaria que publicaba
mensualmente, volví calar humo verde, como le dicen algunos. Todos
en la revista fumaban, menos yo. De hecho, la mitad no hacía más
que fumar, mientras la otra mitad fumaba tabaco y hacía así como que
el porro era un pasatiempo de cada tanto. Los compulsivos se
sentaban en la sala de redacción y armaban cigarrillos de marihuana
con la misma tenacidad que la otra mitad debatía el próximo número, y
luego aceptaban cualquier encargo sin rechistar. Yo era de la mitad de
fumadores de tabaco, y no fumaba ni un solo porro. Pero una mañana
de domingo, de pura curiosidad, accedí a una caladita. Meses
después me mudé de bando, aunque conservé rigurosamente el
placer del tabaco. Un amigo me regaló una pipa de caña de azúcar,
que había conseguido de la ONG donde trabajaba pues las repartían a
las prostitutas para que cambien el crack y la pasta base por la
marihuana. Yo seguí fumando tabaco y tenía mi pipa de marihuana
llena todo el día, a la que le daba caladas en cualquier momento y por
cualquier motivo, como si fuera un combustible espiritual. Fumaba
102

antes de clase, en el receso, después de clase; y en el desayuno,


después del almuerzo, la cena. Fumaba en la pausa del trabajo para
Página

conservar el sabor del porro que había fumado al levantarme. Tuve


problemas espantosos, deudas, notas bajas, perdí el trabajo, me
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dejaron todas mis novias por mis amigos, pero yo estaba contento.
Fue una época feliz. Por algunos meses dejé hasta de beber alcohol y
salir los fines de semana. Y dejé, por supuesto, de salir con chicas.
Leía y fumaba porros, y cada tanto fumaba tabaco. Entonces empecé
a leer fumones famosos: De Quincey, Baudelaire, de Nerval, el
inevitable Fitz Hugh Ludlow, incluso Lorrain aunque este prefería el
éter. Y después dejé de leer. Un verano volví a tener una chica. Quién
sabe cómo, pero fue así. Ella me invitó a caminar por un parque
asunceno, un parque grande, muy grande, y pensé que sería una
larga caminata. Entonces le dije a la chica que me espere un ratito y
preparé mi pipa. Cuando me la metí en el bolso la rompí. Tal vez la
apreté muy fuerte o estaba simplemente muy vieja, pero mi querida
pipa se despidió de este mundo. Y yo no hice más que tirarla y la
olvidé enseguida. Así, de una manera increíblemente simple.
Semanas después, revisando los libros que tenía en mi estante,
encontré varias cajitas llenas marihuana. Luego encontré más cajitas
distribuidas en toda la casa. Probablemente había cerca de medio kilo.
Estaban bien distribuidas, como para encontrarlas en cualquier parte,
previendo un cataclismo nuclear. Junté todas las cajas en una bolsa y
las tiré a la basura, sin piedad. De hecho lo hice con gran indiferencia.
El verano pasó y tuve que volver a la facultad y a la revista
universitaria. La sala de redacción, en mi primera visita, me pareció
espantosa. Una antesala del infierno. Esperaba encontrar un chino
encargado de distribuir la droga en el fumadero donde mis
compañeros, con ojos mohosos, me miraban impacientarme. Estuve
así unos meses, depurando mis pulmones a fuerza tabaco. Cierta
noche que no tenía nada más que hacer, fui a la redacción de la
revista. Tres o cuatro de mis compañeros estaban durmiendo en el
piso, mientras otro, con los ojos rojos, tecleaba rabiosamente y
balbuceaba las frases que iba escribiendo. Me senté tras él y cuando
terminó me contó de qué iba su artículo. Luego se dispuso a fumarse
un porro, pero como él ni yo teníamos ninguno, empezó a hurgar entre
los bolsillos de los durmientes. Lo único que encontró fue un conjunto
de colillas distribuidas en varios ceniceros. Amontonó las tucas y se
armó un porro frankensteiniano, aceitoso, muy oloroso, casi diría que
escabroso. Me invitó una calada y sin darme cuenta me fumé la mitad
103

con él. Bien puesto, me acosté en la mesa de reuniones y me quedé


dormido. Me desperté un rato después sintiendo que los miembros de
mi cuerpo empezaban a disgregarse. Me desesperé. Luego dejé de
Página

desesperarme porque no podía pensar nada coherente, pues el hilo


5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

del lenguaje se me iba desgranando en frases sin sentido preciso,


urdiendo una trama poética incomprensible, y después el lenguaje no
fue más que un hilo largo y quebradizo que unía los fragmentos del
universo, y el hilo se quebró. Después de estar un par de horas
completamente catatónico, desperté. Me bañé, vestido así como
estaba, y salí a la noche, mojado, sintiendo los achaques del ser
superior que por puro antojo mantiene unido el universo: el lenguaje.
Pues Dios es el lenguaje. Bla, bla, bla. Dios no es más que sí mismo.
Embadurnándose en sí mismo. Regurgitándose a sí mismo. Dios es
espantoso.

A todo esto, puede decirse que conservé una especie de rito


ornamental: adquirí la costumbre de comprar tabaco en bolsa y papel,
y empecé armarme los cigarrillos como Clint Eastwood en sus
películas. Y así como él en La Marca de la Horca no dejaba de llamar
la atención por dónde iba, yo hacía que los vagos me parasen apenas
me vieran con mis cigarrillos largos y finos, y me hiciesen gestos de
compinche tarado.

Años después me tocó ir a una fiesta al costado de una ruta, al aire


libre. Era, si mal no recuerdo, fiesta de año nuevo. Dos pistas de baile
con música techno hipnotizaban a miles de chicos y chicas que, llenos
de pastillas, simulaban ataques epilépticos. Ya en la mañana, me
senté en un rincón a mirar y fumar. Apenas acababa un cigarrillo, me
armaba otro. Ratito después tenía un corro de mirones que se me
sentaron alrededor. Embobados de pastillas, con las manos
demasiado torpes, intentaban armarse sus porros. Entonces uno se
atrevió y me pasó papel y marihuana. Le armé el porro. Después vino
otro y lo mismo. Luego ya tenía una fila esperando, y gente que me
miraba, y me admiraba, y yo seguía industrioso con la manufactura de
porros. Y los repartía equitativamente. Como un profeta.
104
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7) Berenice se corta el pelo Francis Scott


Fitzgerald
I.
Los sábados, cuando se hacía de noche, desde el primer tee del
campo de golf veías las ventanas del club de campo como una línea
amarilla sobre un océano negrísimo y ondulante. Las olas de ese
océano, por así decirlo, eran las cabezas de una multitud de caddies
curiosos, de algunos de los chóferes más ingeniosos y de la hermana
sorda del instructor del campo de golf. Y solía haber algunas olas
despistadas y tímidas, que, si hubieran querido, hubieran podido entrar
en el club. Eran la galería.
Los palcos estaban dentro. Eran la fila de sillas de mimbre que se
alineaban a lo largo de la pared de la sala de reuniones y el salón de
baile. En aquellos bailes de las noches del sábado predominaba el
público femenino; un inmenso babel de señoras maduras con ojos
impúdicos y el corazón de hielo tras los impertinentes y la pechera
voluminosa. La función principal de los palcos era criticar. Alguna vez
mostraban una admiración pesarosa, pero jamás aprobación, pues es
bien sabido entre las señoras de más de treinta y cinco años que
cuando en el verano los jóvenes organizan un baile lo hacen con las
peores intenciones del mundo, y, si no fuese por el bombardeo de
miradas glaciales, alguna pareja perdida bailaría misteriosos y
bárbaros interludios por los rincones, y las chicas más solicitadas y
peligrosas se dejarían besar en los coches del aparcamiento,
propiedad de ricas viudas que nunca sospechan nada.
Pero, al fin y al cabo, el círculo de señoras aficionadas a la crítica no
estaba tan cerca del escenario como para ver las caras de los actores
y captar los apartes más sutiles. No podían hacer otra cosa que fruncir
el entrecejo y alargar el cuello, y preguntar y extraer conclusiones
satisfactorias de su bagaje de prejuicios, como aquel que dice que la
vida de un joven con patrimonio es semejante a la de una perdiz
acosada por los cazadores. No entenderán nunca el drama del mundo
de la adolescencia, movedizo y casi cruel. No. Los palcos, la orquesta,
los actores principales y los comparsas, todo se resume en la
105

turbamulta de rostros y voces que giran al quejumbroso ritmo africano


de Dyer y su orquesta de baile.
Página

Desde Otis Ormonde, de dieciséis años, a quien le esperan dos años


5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

más en el instituto, a G. Reece Stoddard, que tiene colgado en casa,


sobre su escritorio, el título de licenciado en Derecho por Harvard;
desde la pequeña Madeleine Hogue, peinada con un moño raro y
aparentemente incomodísimo, a Bessie MacRae, que ha sido el alma
de las fiestas durante un periodo de tiempo quizá demasiado largo —
más de diez años—, la turbamulta no sólo es el centro del escenario,
sino que contiene a las únicas personas capaces de tener una visión
completa del conjunto.
Entonces, con un toque de trompeta y un acorde seco y final, cesa la
música. Las parejas intercambian sonrisas artificiales y desenvueltas,
y repiten chistosamente «la-di-da-da-dum-dum», e inmediatamente el
estruendo de las voces jóvenes, femeninas, se impone sobre la salva
de aplausos.
Algunos, solos y desilusionados, sorprendidos en medio de la pista
cuando estaban a punto de invitar a alguna de las chicas que bailaban,
volvían lánguidamente a su sitio junto a la pared. No eran estas fiestas
como los bulliciosos bailes de Navidad: estas juergas veraniegas sólo
eran agradablemente cálidas y emocionantes, e incluso los
matrimonios más jóvenes se atrevían a bailar antiguos valses y fox-
trots terroríficos, entre el regocijo condescendiente de sus hermanos y
hermanas más jóvenes.
Warren Mclntyre, que estudiaba en Yale sin tomárselo muy en serio,
era uno de aquellos solitarios infelices. Buscó un cigarrillo en el bolsillo
del esmoquin y salió a la amplia terraza medio a oscuras, donde las
parejas que se dispersaban por las mesas llenaban la noche, a la luz
de los farolillos, de palabras vagas y risas confusas. Saludó con la
cabeza aquí y allá a los menos ensimismados y, al pasar junto a cada
pareja, le volvía a la memoria algún fragmento ya casi olvidado de una
historia, porque la ciudad no era grande y todos conocían a la
perfección el pasado de los otros. Allí estaban, por ejemplo, Jim Strain
y Ethel Demorest, que, desde hacía tres años, eran novios no
oficiales. Todos sabían que en cuanto Jim lograra conservar un trabajo
ella se casaría con él. Pero qué aburridos parecían los dos, y con qué
hastío miraba Ethel a Jim algunas veces, como si se preguntara por
qué había dejado crecer la vid de su cariño sobre aquel álamo
zarandeado por el viento.
106

Warren tenía diecinueve años y casi le daban pena sus amigos que no
habían ido a alguna universidad del Este. Pero, como la mayoría de
los jóvenes, presumía exageradamente de las chicas de su ciudad
Página

cuando estaba fuera: chicas como Genevieve Ormonde, que


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regularmente asistía a todos los bailes, fiestas familiares y partidos de


fútbol en Princeton, Yale, Williams y Cornell; como Roberta Dillon, de
ojos negros, tan célebre entre su generación como Hiram Johnson o
Ty Cobb; y, desde luego, como Marjorie Harvey, que además de tener
cara de hada y una labia deslumbrante y desconcertante era ya
merecidamente famosa por haber conseguido dar cinco volteretas
seguidas en el baile de New Haven.
Warren, que había crecido en la misma calle que Marjorie, en la casa
de enfrente, llevaba mucho tiempo «loco por ella». Y, aunque Marjorie
algunas veces parecía responder a sus sentimientos con una leve
gratitud, lo había sometido a su particular prueba infalible y, con la
mayor seriedad, le había informado que no lo quería. La prueba era
ésta: cuando estaba lejos de él, lo olvidaba y tenía aventuras con otros
chicos. Y Warren se descorazonaba, porque Marjorie llevaba haciendo
pequeños viajes todo el verano, y, a la vuelta, durante los dos o tres
primeros días, Warren veía montañas de cartas en la mesa del
recibidor de los Harvey, cartas dirigidas a Marjorie, con distintas
caligrafías masculinas. Para empeorar la situación, durante todo el
mes de agosto tenía como invitada a su prima Berenice, de Eau
Claire, y parecía imposible verla a solas. Siempre había que buscar y
encontrar a alguien que quisiera ocuparse de Berenice. Y, conforme
agosto pasaba, aquello era cada vez más difícil.
Por mucho que Warren adorara a Marjorie, tenía que admitir que la
prima Berenice era más bien sosa. Era bonita, con el pelo negro y
buen color, pero no era divertida en las fiestas. Cada sábado, por
obligación, bailaba con ella una interminable pieza para complacer a
Marjorie, pero lo único que conseguía era aburrirse.
—Warren —una voz suave, muy cerca, interrumpió sus pensamientos,
y Warren se volvió y vio a Marjorie, ruborizada y radiante como
siempre. Marjorie le puso la mano en el hombro y una grata calidez lo
envolvió casi imperceptiblemente.
—Warren —murmuró—, hazme un favor: baila con Berenice. Lleva
pegada al pequeño Otis Ormonde desde hace casi una hora.
Warren sintió que la calidez se desvanecía.
—Ah… sí—respondió sin mucho entusiasmo.
—No te importa, ¿verdad? Procuraré que tú tampoco tengas que
107

aguantar demasiado.
—Vale, vale.
Marjorie sonrió: bastaba aquella sonrisa para darle las gracias.
Página

—Eres un ángel, y te lo deberé siempre.


5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

Con un suspiro el ángel miró hacia la terraza, pero no vio a Berenice y


a Otis. Regresó al salón y allí, frente al lavabo de señoras, encontró a
Otis en el centro de un grupo de muchachos que se morían de risa.
Otis blandía un palo que había cogido de algún sitio y parloteaba con
energía.
—Ha ido a arreglarse el pelo —anunció furibundo—. La estoy
esperando para bailar con ella otra hora.
Volvieron a reírse a carcajadas.
—Cuando haya cambio de pareja, ¿no podría alguno de vosotros
quitármela de encima? —se lamentó Otis con resentimiento—. A ella
le gustaría más variedad.
—¿Por qué, Otis? —sugirió un amigo—. Ahora que te estás
acostumbrando a ella…
—¿Y ese bastón de golf, Otis? —preguntó Warren, sonriendo.
—¿El bastón? Ah, ¿esto? Es el bastón adecuado. En cuanto salga, le
doy en la cabeza y la meto otra vez en el agujero.
Warren se dejó caer en un sofá, dando alaridos, con un ataque de risa.
—No te preocupes, Otis —consiguió decir por fin—. Yo te sustituyo
ahora.
Otis simuló un repentino desvanecimiento y le entregó el palo a
Warren.
—Por si lo necesitas, viejo —dijo con voz ronca.
Por bella y brillante que sea una chica, la fama de que, en los cambios
de pareja, nadie te la quita de los brazos mientras baila contigo arruina
su cotización en las fiestas. Los chicos quizá prefieran su compañía a
la de las mariposillas con las que bailan una docena de veces en una
noche, pero los jóvenes de esta generación alimentada por el jazz son
inquietos por temperamento, y la idea de bailar más de un fox-trot
entero con la misma chica les resulta desagradable, por no decir
odiosa. Y, si la cosa dura unos cuantos bailes y varios intervalos entre
canción y canción, la chica puede estar segura de que el joven, una
vez libre, no volverá a pisarle los dichosos pies.
Warren bailó toda la pieza siguiente con Berenice, y por fin,
aprovechando una pausa, la acompañó a una mesa en la terraza.
Hubo un instante de silencio mientras ella movía estúpidamente el
abanico.
—Hace aquí más calor que en Eau Claire —dijo Berenice.
108

Warren sofocó un suspiro y bostezó. Seguramente fuera cierto; ni lo


sabía ni le importaba. Se preguntó distraído si Berenice tenía poca
Página

conversación porque nadie le hacía caso, o si nadie le hacía caso


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porque tenía poca conversación.


—¿Vas a estar aquí mucho tiempo? —le preguntó, y enseguida se
puso colorado. Berenice podía sospechar las razones de su pregunta.
—Una semana más —respondió, y lo miró como esperando
abalanzarse sobre la siguiente frase en cuanto saliese de sus labios.
Warren empezó a ponerse nervioso. Entonces, con un impulso
inesperado y caritativo, decidió probar con Berenice una de sus
especialidades. La miró a los ojos.
—Tienes una boca terriblemente besable —murmuró.
Era una frase que a veces decía a las chicas en los bailes de la
universidad cuando charlaban así, a media luz. Berenice se sobresaltó
visiblemente. Enrojeció de un modo muy poco elegante y agitó con
torpeza el abanico. Nadie le había dicho jamás una frase como
aquélla.
¡Fresco! —la palabra se le había escapado sin darse cuenta;
se mordió el labio. Demasiado tarde, decidió ser simpática y le dedicó
una sonrisa nerviosa.
Warren estaba enfadado. Aunque habitualmente nadie se la tomaba
en serio, aquella frase provocaba normalmente una carcajada o una
parrafada de tonterías sentimentales. Y odiaba que le llamaran fresco,
si no era en tono de broma. El impulso caritativo se desvaneció y
Warren cambió de tema.
Jim Strain y Ethel Demorest siguen juntos, como siempre —comentó.
Eso estaba más en su línea, pero Berenice sintió que una sombra de
dolor se mezclaba con el alivio de cambiar de tema. Los hombres no
hablaban de bocas besables con ella, pero ella sabía que les decían
cosas así a las otras chicas.
—Ah, sí —dijo Berenice, y se rió—. He oído que llevan años perdiendo
el tiempo, sin un céntimo. ¿No es una imbecilidad?
La antipatía de Warren aumentó. Jim Strain era buen amigo de su
hermano, y, en cualquier caso, consideraba de pésimo gusto burlarse
de la gente por no tener dinero. Pero Berenice no tenía intención de
burlarse de nadie. Sólo estaba nerviosa.
II.
Eran más de las doce cuando Marjorie y Berenice llegaron a casa y se
desearon buenas noches en el rellano de la escalera. Aunque primas,
109

no eran amigas íntimas. En realidad, Marjorie no tenía amigas íntimas:


consideraba idiotas a las chicas. Berenice, por el contrario, durante
aquella visita organizada por los padres, había deseado intercambiar
Página

esas confidencias sazonadas con risillas y lágrimas que consideraba


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un factor indispensable en cualquier relación entre mujeres. Pero, a


este respecto, encontraba a Marjorie más bien fría; cuando hablaba
con ella, encontraba la misma dificultad que cuando hablaba con los
hombres. A Marjorie nunca se le escapaba la risa tonta, jamás se
sobresaltaba, pocas cosas le daban vergüenza, y, de hecho, poseía
muy pocas de las cualidades que Berenice consideraba adecuada y
felizmente femeninas.
Aquella noche, ocupada con el cepillo de dientes y el dentífrico,
Berenice se preguntó por centésima vez por qué nadie le hacía caso
cuando estaba lejos de casa. Nunca se le ocurrió pensar que, en su
pueblo, los motivos de su éxito en sociedad obedecieran a que su
familia era la más rica de Eau Claire, a que su madre no parara de
invitar a gente y dar meriendas-cenas en honor de su hija antes de
cada baile y a que le hubiera comprado un coche para que diera
vueltas por ahí. Como casi todas las chicas, había crecido con la leche
caliente de Annie Fellows Johnston y esas novelas en las que la mujer
es amada por ciertas virtudes femeninas, misteriosas, siempre
mencionadas pero nunca explicadas con detalle.
Le dolía un poco no tener más éxito. No sabía que, de no ser por las
maniobras de Marjorie, hubiera bailado toda la noche con el mismo;
pero sí sabía que, incluso en Eau Claire, otras chicas con peor
posición social y menos belleza estaban mucho más solicitadas.
Berenice lo atribuía a que aquellas chicas, de cierta manera sutil, no
tenían escrúpulos. Nunca le había dado mayor importancia al asunto,
pero, si se la hubiera dado, su madre le habría asegurado que las
otras chicas no se valoraban a sí mismas y que los hombres
respetaban a las chicas como Berenice.
Apagó la luz del cuarto de baño y, de pronto, decidió ir a charlar un
rato con su tía Josephine, que aún tenía la luz encendida. Las blandas
zapatillas la llevaron sin ruido sobre la alfombra del corredor, pero, al
sentir voces en la habitación, se detuvo ante la puerta entreabierta.
Entonces oyó su propio nombre y, sin una intención clara de escuchar
a escondidas, se quedó allí, indecisa, mientras el hilo de la
conversación atravesaba su conciencia como enhebrado en una
aguja.
—¡Es un caso perdido! —era la voz de Marjorie—. Sé lo que vas a
110

decir: ¡Cuánta gente te ha dicho lo guapa y dulce que es, y lo bien que
guisa! Vale, ¿y qué? Se aburre como nadie. No les gusta a los
hombres.
Página

—¿Y qué importancia tiene una pizca de éxito barato?


5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

La señora Harvey parecía enfadada.


—Es lo más importante cuando tienes dieciocho años —respondió
Marjorie con énfasis—. Yo he hecho cuanto he podido. He sido
amable y he convencido a unos cuantos para que bailen con ella, pero
no tienen ningún interés en aburrirse. ¡Cuando pienso en un cutis tan
maravilloso desperdiciado en semejante tonta, y pienso cómo lo
aprovecharía Martha Carey…!
—Ya no hay cortesía.
La voz de la señora Harvey dejó entrever que las situaciones
modernas eran demasiado para ella. Cuando ella era joven, todas las
señoritas de buena familia se lo pasaban divinamente.
—Bueno —dijo Marjorie—, ninguna chica puede ayudar
permanentemente a una invitada patosa, porque en estos tiempos
cada una se vale por sí misma. Incluso le he soltado alguna indirecta
sobre la ropa y esas cosas, y se ha puesto furiosa. Me ha echado
cada mirada… Tiene la suficiente sensibilidad como para darse cuenta
de que no le va demasiado bien, pero apuesto a que se consuela
pensando que es virtuosa, y que yo soy demasiado alegre y voluble y
que voy a acabar mal. Así piensan todas las chicas a las que nadie
hace caso. ¡Las uvas están verdes! ¡Sarah Hopkins dice que
Genevieve, Roberta y yo somos chicas gardenia, adorno de un día!
Apuesto a que daría diez años de su vida y su educación europea por
ser una chica gardenia y tener a tres o cuatro locos por ella, y que se
la arrebataran unos a otros de lo brazos a los pocos pasos de baile.
—Creo —la interrumpió la señora Harvey con tono de empezar a
cansarse de la conversación— que deberías ayudar un poco a
Berenice. Ya sé que no es demasiado espabilada.
Marjorie gimió.
—¡Espabilada! ¡Dios mío! Jamás le he oído decirle nada a un chico
como no sea que hace calor, o que hay mucha gente bailando, o que
el año que viene se irá a estudiar a Nueva York. A veces les pregunta
qué coche tienen y les dice la marca del suyo. ¡Apasionante!
Hubo un instante de silencio. Y entonces la señora Harvey volvió a la
misma canción:
—Lo único que sé es que otras chicas, ni la mitad de simpáticas y
guapas que ella, encuentran acompañantes. Martha Carey, por
111

ejemplo, es gorda y maleducada, y tiene una madre


inconfundiblemente vulgar. Roberta Dillon está tan delgada este año
como para recomendarle que pase una temporada en Arizona. Y baila
Página

hasta caerse muerta.


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—Pero, mamá —objetó Marjorie con impaciencia—, Martha es alegre


y terriblemente ingeniosa, y es terriblemente seductora, y Roberta
baila de maravilla. ¡Todos las admiran desde hace siglos!
La señora Harvey bostezó.
—Creo que la culpa de todo la tiene esa disparatada sangre india que
lleva Berenice en las venas —continuó Marjorie—. Quizá se deba a
una regresión a los orígenes. Las indias están siempre sentadas y
nunca dicen una palabra.
—Vete a la cama, tontina —rió la señora Harvey—. Si llego a saber
que ibas a andar recordándolo, no te lo hubiera dicho. Y pienso que
casi todas tus ideas son una absoluta tontería —concluyó, con sueño.
Hubo otro instante de silencio: Marjorie se preguntaba si valía la pena
convencer a su madre. Es casi imposible convencer de nada a una
persona que ha cumplido los cuarenta. A los dieciocho años las
convicciones son montañas desde las que miramos; a los cuarenta y
cinco son cavernas en las que nos escondemos.
Habiendo llegado a esa conclusión, Marjorie le dio las buenas noches
a su madre. Cuando salió de la habitación el pasillo estaba vacío.
III.
A la mañana siguiente, un poco tarde, Marjorie estaba desayunando y
Berenice entró en la habitación con un buenos días más bien frío, se
sentó frente a Marjorie, la miró fijamente y se humedeció un poco los
labios.
—¿Qué te pasa? —preguntó Marjorie, desconcertada.
Berenice calló un momento antes de lanzar la bomba.
—Oí lo que anoche hablaste de mí con tu madre.
Marjorie se sorprendió, pero apenas si se puso colorada y, cuando
habló, su voz no temblaba.
—¿Dónde estabas?
—En el pasillo. No quería escuchar… al principio.
Después de una involuntaria mirada de desprecio, Marjorie bajó la
mirada y demostró verdadero interés en hacer equilibrios con un copo
de maíz sobre el dedo.
—Creo que sería mejor que volviera a Eau Claire, si tanto te molesto
—el labio inferior le temblaba con violencia, y Berenice prosiguió con
voz indecisa—: He intentado ser amable, y primero nadie me ha hecho
112

caso, y luego me han insultado. Nunca he tratado así a mis invitadas.


Marjorie callaba.
—Pero te fastidio, lo sé. Soy un peso para ti. No les gusto a tus
Página

amigos —hizo una pausa, y enseguida recordó un nuevo agravio


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recibido—. Claro que me enfadé cuando me insinuaste que aquel


vestido me sentaba mal. ¿Crees que no sé vestirme sin ayuda de
nadie?
—No —murmuró Marjorie, menos que a media voz.
—¿Qué?
—Yo no te insinué nada —dijo Marjorie escuetamente—. Dije, si no
recuerdo mal, que era preferible ponerse tres veces un vestido que
cae bien que alternarlo con dos adefesios.
—¿Crees que es agradable decir una cosa así?
—No quería ser agradable —y, después de una pausa, añadió—:
¿Cuándo quieres irte?
Berenice suspiró violentamente.
—¡Ah! —fue casi un sollozo.
Marjorie levantó los ojos, sorprendida.
—¿No me has dicho que te ibas?
—Sí, pero…
—Ah, ¡sólo estabas faroleando!
Se miraron fijamente a través de la mesa del desayuno. Olas de niebla
pasaban ante los ojos de Berenice mientras la cara de Marjorie
mostraba aquella expresión de cierta dureza que solía tener cuando
los estudiantes de primero, un poco borrachos, tonteaban con ella.
—Así que estabas faroleando —repitió, como si fuera lo que ya se
esperaba.
Berenice lo confesó y se echó a llorar. Los ojos de Marjorie tenían una
expresión de aburrimiento.
—Eres mi prima —sollozó Berenice—. Soy tu invitada. Iba a quedarme
un mes, y si vuelvo a casa mi madre sabrá que algo ha pasado y me…
me preguntará.
Marjorie esperó a que el torrente de palabras entrecortadas se
disolviera en pequeños sorbetones.
—Te daré el dinero que me dan cada mes —dijo fríamente—, para
que pases la semana que falta donde quieras. Hay un hotel muy
agradable…
Los sollozos de Berenice se elevaron hasta alcanzar una nota
aflautada, y entonces se levantó y salió corriendo del cuarto.
Una hora más tarde, mientras Marjorie estaba en la biblioteca, absorta
113

en la redacción de una de esas cartas maravillosamente evasivas y


nada comprometedoras que sólo una adolescente es capaz de
escribir, Berenice volvió a aparecer, con los ojos verdaderamente
Página

enrojecidos y calculadoramemente tranquila. Ni siquiera miró a


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Marjorie: cogió al azar un libro de la biblioteca y se sentó como si


estuviera leyendo. Marjorie parecía absorta en su carta y siguió
escribiendo. Cuando dieron las doce, Berenice cerró el libro con
violencia.
—Creo que debería ir a la estación a sacar el billete.
No era ése el principio del discurso que había preparado en el piso de
arriba, pero, ya que Marjorie no le hacía caso y no le decía que
pensara mejor las cosas, que todo había sido un malentendido, ése
era el mejor principio que se le ocurría.
—Espera a que termine esta carta —dijo Marjorie sin levantar la
vista—. Quiero que salga en el próximo correo.
Después de un minuto inacabable, en el que se oía el arañar afanoso
de la pluma, Marjorie levantó la vista con el aire relajado de quien dice:
«Estoy a tu disposición». Berenice tuvo que volver a hablar.
—¿Quieres que me vaya?
—Bueno —dijo Marjorie, reflexionando—, supongo que, si no te lo
pasas bien, sería mejor que te fueras. Para qué vas a ser infeliz…
—¿No crees que la más elemental consideración…?
—Ah, por favor, no cites Mujercitas —gritó Marjorie con impaciencia—.
No está de moda.
—¿Tú crees?
—Por Dios, ¡sí! ¿Qué chica moderna podría vivir como aquellas
necias?
—Fueron los modelos de nuestras madres.
Marjorie soltó una carcajada.
—¡No lo fueron jamás! Además, nuestras madres fueron perfectas a
su manera, pero entienden poquísimo los problemas de sus hijas.
Berenice se irguió.
—No hables de mi madre, por favor.
Marjorie se echó a reír.
—No creo haberla mencionado.
Berenice se dio cuenta de que estaban alejándose del tema.
—¿Crees que me has tratado bien?
—He hecho todo lo posible. Tú eres un material bastante difícil.
Los bordes de los párpados de Berenice enrojecieron.
—Tú sí que eres difícil, dura y egoísta. Creo que no tienes ninguna
114

cualidad femenina.
—¡Por Dios! —exclamó Marjorie, desesperada—. Eres una idiota
ridicula. Las chicas como tú tienen la culpa de todos esos matrimonios
Página

aburridos e insípidos, de todas esas horribles taras que pasan por


5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

cualidades femeninas. Qué golpe debe de ser para un hombre


imaginativo casarse con un maravilloso montón de vestidos en torno al
cual ha estado construyendo ideales y descubrir que su mujer es sólo
una débil, llorona y cobarde montaña de remilgos.
Berenice estaba boquiabierta.
—¡La mujer femenina! —continuó Marjorie—. Desperdicia la juventud
lloriqueando y criticando a las chicas como yo, que saben divertirse de
verdad.
La mandíbula de Berenice bajaba tanto como la voz de Marjorie subía.
—Las chicas feas que lloriquean tienen alguna excusa. Si yo fuese
irremediablemente fea, nunca les hubiera perdonado a mis padres que
me hubieran traído al mundo. Pero tú no tienes ninguna desventaja —
el pequeño puño de Marjorie se cerró—. Si esperas que me ponga a
llorar contigo, te llevarás una desilusión. Quédate o vete, haz lo que te
dé la gana —y, cogiendo sus cartas, salió de la biblioteca.
Berenice pretextó un dolor de cabeza y no apareció a la hora de
comer. Estaban invitadas a una fiesta aquella tarde, pero, como el
dolor de cabeza continuaba, Marjorie tuvo que dar explicaciones a un
chico no demasiado abatido. Sin embargo, cuando volvió a última hora
de la tarde, encontró a Berenice esperándola en su dormitorio con una
expresión extrañamente decidida.
—He pensado —dijo Berenice sin mayores preliminares— que puede
que tengas razón o puede que no. Pero si me dices por qué a tus
amigos no… no les intereso, a lo mejor hago lo que tú quieras.
Marjorie estaba ante el espejo, cepillándose el pelo. —¿Estás
hablando en serio? —Sí.
—¿Sin reservas mentales? ¿Harías exactamente lo que yo dijera? —
Bueno, yo…
—¡Nada de tonterías! ¿Harás exactamente lo que yo te diga? —Si se
trata de cosas razonables. —¡No lo son! Tú ya no estás para cosas
razonables… —¿Me harás…? ¿Me aconsejarás…?
—Sí, todo. Si te aconsejo que aprendas a boxear, me obedecerás.
Escribe a casa y dile a tu madre que te vas a quedar dos semanas
más. —Vamos, dime…
—Muy bien. Te pondré, por el momento, algunos ejemplos. Primero, te
falta naturalidad. ¿Por qué? Porque no estás segura de tu aspecto.
115

Cuando una chica sabe que está perfectamente arreglada y vestida,


puede olvidarse de su aspecto. Eso es encanto, gracia. Cuantas más
partes de ti puedes olvidar, más encanto tienes. —¿No voy bien?
Página

—No. Por ejemplo, nunca te preocupas de tus cejas. Son negras y


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lustrosas, pero, si te las dejas crecer como salen, son un defecto.


Serían bellísimas si te las cuidases la décima parte del tiempo que
pierdes en no hacer nada. Debes peinártelas para que crezcan bien.
Berenice enarcó las cejas en cuestión. —¿Quieres decir que los
hombres se fijan en las cejas? —Sí, inconscientemente. Y, cuando
vuelvas a casa, debes hacer que te enderecen un poco los dientes. Es
casi imperceptible, pero… —Pero yo creía —la interrumpió Berenice,
perpleja— que tú despreciabas esas pequeñas delicadezas
femeninas.
—Odio las mentes delicadas —contestó Marjorie—. Pero una chica
debe ser la delicadeza en persona. Si resplandece como un millón de
dólares, puede hablar de Rusia, de ping-pong o de la Sociedad de
Naciones, y quedar estupendamente. —¿Hay más cosas?
—Ah, sólo estoy empezando. Está tu manera de bailar. —¿No bailo
bien?
—No, claro que no: te apoyas en los hombres; sí, así es, aunque no se
note casi. Me di cuenta ayer, cuando bailamos juntas. Y además bailas
muy erguida, en vez de pegarte un poco. Seguramente alguna vieja
señora muy puesta en su sitio te haya dicho que así pareces mucho
más digna. Pero, a no ser que seas una chica baja, bailar así cansa
mucho más al hombre, y el hombre es lo único que cuenta.
—Sigue, sigue —a Berenice le daba vueltas la cabeza.
—Vale. Debes aprender a ser simpática con los pájaros solitarios.
Parece como si te hubieran insultado cuando te saca a bailar alguien
que no sea uno de los chicos de moda. ¿Por qué, Berenice, en cuanto
empiezo a bailar vienen a arrancarme de los brazos de mi pareja? ¿Y
quién viene casi siempre? Pues uno de esos pájaros solitarios.
Ninguna chica puede permitirse el lujo de despreciarlos. Son mayoría
en la fiesta. Los chicos más tímidos, a quienes les da miedo hablar,
son la mejor práctica para la conversación. Los chicos torpes son la
mejor práctica para el baile. Si consigues llevarles la corriente y
parecer encantadora es que puedes seguir a un tanque a través de
una alambrada más alta que un rascacielos.
Berenice suspiró profundamente, pero Marjorie no había terminado.
—Si vas a una fiesta y se lo pasan bien contigo, digamos, tres de esos
pájaros solitarios; si sabes darles conversación para que olviden que
116

quizá llevan demasiado rato bailando contigo, habrás conseguido algo:


volverán la próxima vez, y poco a poco tantos pájaros solitarios
bailarán contigo que los chicos atractivos no tendrán miedo de tener
Página

que pasarse la noche cargando contigo, y entonces te sacarán a


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bailar.
—Sí —asintió Berenice, con voz apenas perceptible—. Creo que estoy
empezando a comprender.
—Y, al final —concluyó Marjorie—, naturalidad y fascinación vendrán
solas. Te despertarás una mañana dándote cuenta de que las has
conquistado, y también se darán cuenta los hombres.
Berenice se puso de pie.
—Has sido infinitamente amable, pero nadie me había hablado antes
así y estoy un poco asustada.
Marjorie no respondió: observaba pensativamente su propia imagen
en el espejo.
—Eres un tesoro, ayudándome.
Marjorie tampoco le respondió, y Berenice pensó que estaba
mostrando demasiado agradecimiento.
—Sé que no te gustan los sentimentalismos —dijo tímidamente.
Marjorie la miró de pronto.
—Ah, no pensaba en eso. Estaba pensando si no sería mejor que te
cortáramos el pelo como un chico.
Berenice se desplomó de espaldas en la cama.
IV.
La tarde del miércoles siguiente había una fiesta en el club de campo.
Cuando entraron los invitados, Berenice descubrió con fastidio el sitio
donde estaba la tarjeta con su nombre. Aunque a su derecha se
sentaba G. Reece Stoddard, distinguido joven sin compromiso, muy
deseable, el importantísimo puesto a su izquierda estaba reservado a
Charley Paulson. Charley no era ni alto ni guapo ni brillante en
sociedad, y, a la luz de sus nuevos conocimientos, Berenice se dijo
que su único mérito para ser su pareja era que nunca la había sacado
a bailar. Pero el fastidio desapareció con la sopa y recordó las
detalladas instrucciones de Marjorie. Tragándose el orgullo, se volvió
hacia Charley Paulson y se lanzó en plancha.
—¿Cree que debería cortarme el pelo como un chico, señor Charley
Paulson?
Charley levantó los ojos sorprendido.
—¿Por qué?
—Porque lo estoy pensando. Es una manera segura y fácil de llamar
117

la atención.
Charley sonrió, complacido. No podía imaginarse que todo había sido
premeditado y ensayado. Contestó que no sabía nada sobre cortes de
Página

pelo. Pero Berenice estaba allí para informarle.


5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

—Quiero ser una vampiresa de la alta sociedad, ¿sabes? —anunció


Berenice fríamente, y continúo informándolo de que el corte de pelo
era el preludio necesario. Añadió que quería pedirle su opinión, porque
le habían dicho que era muy exigente en lo que respecta a las chicas.
Charley, que sabía tanto de psicología de las mujeres como de los
estados mentales de los monjes budistas, se sintió vagamente
halagado.
—Así que he decidido —continuó Berenice, alzando un poco la voz—
que a principios de la próxima semana iré a la barbería del Hotel
Sevier, me sentaré en el primer sillón y me cortaré el pelo como un
chico.
Titubeó al notar que la gente que estaba cerca había dejado de hablar
para oírla, pero, tras un instante de confusión, recordó los consejos de
Marjorie y acabó la frase dirigiéndose a todos los que podían oírla.
—Cobro la entrada, desde luego, pero si queréis venir a animarme, os
conseguiré pases para la primera fila.
Hubo unas cuantas risas de aprobación, y, a su amparo, G. Reece
Stoddard se inclinó rápidamente y le dijo al oído:
—Reservo un palco ahora mismo.
Berenice lo miró a los ojos y sonrió como si hubiera dicho algo
excepcionalmente brillante.
—¿Estás de acuerdo con los pelados a lo chico? —le preguntó
G. Reece, siempre en voz baja.
—Creo que son una inmoralidad —afirmó Berenice, muy seria—. Pero,
claro, la gente espera que la entretengas, le des de comer o la
escandalices.
Marjorie había copiado la frase de Oscar Wilde. Los hombres la
recibieron con risas y las chicas con miradas rápidas y penetrantes. Y
enseguida, como si no hubiese dicho nada ingenioso ni extraordinario,
Berenice se volvió de nuevo hacia Charley y le habló
confidencialmente al oído. —Quiero saber tu opinión sobre algunas
personas. Creo que eres un maravilloso juez de caracteres.
Charley se estremeció ligeramente, y le dedicó un sutil cumplido:
derramó un vaso de agua.
Dos horas después, Warren Mclntyre miraba desde fuera de la pista a
los que bailaban, y, mientras se preguntaba hacia dónde y con quién
118

había desaparecido Marjorie, poco a poco, de modo inconexo, empezó


a tomar conciencia: conciencia de que Berenice, la prima de Marjorie,
en los últimos cinco minutos había cambiado de pareja otras tantas
Página

veces. Cerró los ojos, los abrió y volvió a mirar. Minutos antes,
5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

Berenice había bailado con un chico que estaba de paso en la ciudad,


algo fácilmente explicable: un chico de paso no conocía nada mejor.
Pero ahora bailaba con otro, y Charley iba ya en su busca con una
entusiasta determinación en la mirada. Era curioso: Charley rara vez
bailaba en una fiesta con más de tres chicas.
Warren estaba evidentemente sorprendido: el cambio de pareja
acababa de realizarse, y el bailarín sustituido resultó ser, nada más y
nada menos, el propio G. Reece Stoddard. Y G. Reece no parecía en
absoluto contento de que lo hubieran relevado. Cuando Berenice pasó
cerca, bailando, Warren la observó atentamente. Sí, era guapa,
verdaderamente guapa; y aquella noche estaba francamente radiante.
Tenía esa expresión que ninguna mujer, aunque sea una excelente
actriz, puede fingir con éxito: parecía estar divirtiéndose. A Warren le
gustaba cómo se había peinado; se preguntaba si el cabello brillaba
así por la brillantina. Y el vestido le sentaba muy bien: un rojo oscuro
que resaltaba el buen color de la piel y las sombras de los ojos.
Recordó que le había parecido guapa cuando llegó a la ciudad, antes
de darse cuenta de que era un aburrimiento. Qué pena que fuera
aburrida: las chicas aburridas son insoportables. Pero, sí, era guapa.
Y su pensamiento volvió, zigzagueando, a Marjorie. Aquella
desaparición sería como otras desapariciones. Cuando reapareciera,
le preguntaría dónde había estado, y ella le respondería
terminantemente que no era asunto suyo. Era una lástima que
estuviera tan segura de que lo tenía en su poder. Marjorie disfrutaba
pensando que a él no le interesaba ninguna otra chica de la ciudad; lo
desafiaba a enamorarse de Genevieve o Roberta.
Warren suspiró. El camino hacia el corazón de Marjorie era, desde
luego, un laberinto. Levantó la vista. Berenice bailaba otra vez con el
chico que estaba de paso. Casi inconscientemente, se apartó de la fila
de los que no bailaban, en dirección a Berenice. Entonces titubeó, y se
dijo a sí mismo que sólo lo hacía por caridad. Cuando avanzaba hacia
ella, tropezó de pronto con G. Reece Stoddard.
—Perdona —dijo Warren.
Pero G. Reece no perdió el tiempo en disculpas: ya bailaba otra vez
con Berenice.
Aquella noche, a la una, Marjorie, con una mano en el interruptor de la
119

lámpara del recibidor, se volvió para mirar por última vez los ojos
resplandecientes de Berenice.
—Así que funcionó, ¿no?
Página

—Sí, Marjorie, ¡sí! —exclamó Berenice.


5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

—He visto que te lo pasabas estupendamente.


—¡Es verdad! El único problema ha sido que a medianoche casi me he
quedado sin temas de conversación. He tenido que repetirme, con
chicos distintos, claro. Espero que no comparen sus apuntes.
—Los chicos no suelen hacerlo —dijo Marjorie, bostezando—, y daría
lo mismo, si lo hicieran: te encontrarían aún más interesante.
Apagó la luz y, mientras subían las escaleras, Berenice se apoyó con
alivio en el pasamanos. Era la primera vez en su vida que estaba
cansada de tanto bailar.
—Ya has visto —dijo Marjorie—, si un hombre ve que otro te invita a
bailar mientras aún estás bailando con él, piensa que tienes que tener
algo especial. Bueno, estudiaremos otros sistemas. Buenas noches.
—Buenas noches.
Mientras se deshacía el peinado, pasó revista a aquella noche. Había
seguido las instrucciones al pie de la letra. Incluso cuando Charley
Paulson la invitó a bailar por octava vez, simuló placer, mostrándose a
la vez interesada y halagada. No había hablado del tiempo, ni de Eau
Claire, ni de coches, ni de los estudios, sino que se había ceñido a tres
temas de conversación: yo, tú, nosotros.
Y, pocos minutos antes de dormirse, una idea rebelde le había pasado
soñolientamente por la cabeza: después de todo, el mérito era suyo.
Marjorie, es verdad, le había sugerido los temas de conversación, pero
Marjorie extraía sus temas de conversación de lo que leía. Ella,
Berenice, había comprado el traje rojo, aunque no le gustara
demasiado antes de que Marjorie lo descolgara de la percha… Y ella,
con su voz, había pronunciado las palabras, y había sonreído con sus
labios, y había bailado con sus pies. Marjorie era simpática… pero
presumida… Simpática noche… Chicos simpáticos… Como Warren…
Warren… Warren… cómo se llamaba… Warren…
Se quedó dormida.
V.
La semana siguiente fue una revelación para Berenice. A la sensación
de que la gente disfrutaba mirándola y escuchándola, siguió el
fundamento de la confianza en sí misma. Al principio, desde luego,
cometió numerosos errores. No sabía, por ejemplo, que Draycott Deyo
era seminarista; no sabía que la había invitado a bailar porque la creía
120

una chica discreta y reservada. Si lo hubiese sabido, no hubiera


aplicado la táctica de empezar con un «¡Hola, bombazo!», ni hubiera
seguido con la historia de la bañera: «No sabes el trabajo que me
Página

cuesta peinarme en verano: tengo el pelo muy largo; así que primero
5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

me peino, luego me maquillo y me pongo el sombrero, después me


meto en la bañera, y por fin me visto. ¿No te parece el mejor
sistema?».
Aunque Draycott Deyo estaba sufriendo todas las angustias de un
bautismo por inmersión, y podía haber encontrado alguna lógica en
aquellas palabras, hay que admitir que no la encontró. Consideraba el
baño femenino como un asunto inmoral, y le expuso a Berenice
algunas de sus ideas sobre la depravación de la sociedad moderna.
Pero, compensando aquel desafortunado episodio, Berenice logró
numerosos y señalados éxitos que aumentaron su fama. El pequeño
Otis Ormonde renunció a un viaje al Este para seguirla con devoción
de cachorro, para diversión de sus amigos e irritación de G. Reece
Stoddard: Otis arruinaba sus visitas vespertinas con la ternura
nauseabunda de las miradas que dirigía a Berenice. Incluso le contó a
Berenice la historia del palo y el vestuario para explicarle cómo, al
principio, se habían equivocado espantosamente él y todos al juzgarla.
Berenice se tomó a risa el incidente, con una sombra de abatimiento.
Quizá el más conocido y universalmente celebrado entre los temas de
los que hablaba Berenice era el asunto del corte de pelo.
—Berenice, ¿cuándo te vas a pelar como un chico?
—Pasado mañana, quizá —contestaba, riéndose—. ¿Irás a verme?
Ya sabes que cuento contigo.
—¡Claro que sí! A ver si te decides de una vez.
Berenice, cuyas intenciones peluqueriles eran rigurosamente
deshonrosas, volvía a reírse.
—Ya falta poco. Os llevaréis una sorpresa.
Pero quizá el más significativo símbolo de su éxito fue el coche gris del
hipercrítico Warren Mclntyre, que aparcaba todos los días frente a la
casa de la familia Harvey. Al principio, la criada se quedó realmente
perpleja cuando Warren preguntó por Berenice en lugar de por
Marjorie; una semana después, le dijo a la cocinera que Berenice le
había birlado a Marjorie su mejor pretendiente.
Y Berenice lo había hecho. Quizá todo empezó porque Warren quería
darle celos a Marjorie; quizá tuvo la culpa el sello familiar, aunque
irreconocible, que el estilo de Marjorie había dejado en las
conversaciones de Berenice; quizá fueron ambas cosas y un poco de
121

mutua y sincera simpatía. Pero, de cualquier modo, era opinión


general entre los más jóvenes, una semana más tarde, que el más
constante entre los pretendientes de Marjorie había sufrido un cambio
Página

imprevisible y se lanzaba al asalto de la invitada de Marjorie. Warren


5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

llamaba por teléfono a Berenice dos veces al día, le mandaba cartitas,


y se les veía frecuentemente en el descapotable, empeñados en una
de esas tensas, importantísimas conversaciones sobre si Warren era
sincero.
Marjorie, cuando le tomaban el pelo, se limitaba a reír. Decía que
estaba contentísima de que Warren hubiese encontrado por fin a
alguien capaz de comprenderlo. Así que los más jóvenes también se
reían, y creyeron que a Marjorie no le importaba el asunto, y dejaron
de darle vueltas.
Una tarde, cuando sólo faltaban tres días para que volviera a casa,
Berenice esperaba en el recibidor a Warren, con quien iba a ir a jugar
al bridge. Estaba de un humor estupendo, y, cuando Marjorie —
invitada también al bridge— apareció y, a su lado, empezó a
arreglarse con indiferencia el sombrero ante el espejo, Berenice no
estaba preparada para una pelea. Marjorie, con absoluta frialdad y
concisión, sólo dijo tres frases.
—Ya puedes quitarte a Warren de la cabeza —dijo fríamente.
—¿Qué? —Berenice estaba completamente estupefacta.
—Ya está bien de que hagas el ridículo con Warren Mclntyre. No le
importas un pimiento.
Durante un momento de tensión se miraron: Marjorie, desdeñosa y
distante; Berenice, estupefacta, entre la irritación y el miedo. Entonces
dos coches se detuvieron frente a la casa con gran estruendo de
bocinas. Las dos se sobresaltaron, dieron la vuelta y salieron de prisa,
juntas.
Mientras jugaba al bridge, Berenice luchó en vano por dominar una
creciente inquietud. Había ofendido a Marjorie, la esfinge de las
esfinges. Con las intenciones más honestas e inocentes del mundo,
había robado algo que pertenecía a Marjorie. Se sintió repentina y
horriblemente culpable. Después de la partida, cuando charlaban entre
amigos y todos participaban en la conversación, la tormenta se fue
acercando poco a poco. El pequeño Otis Ormonde la precipitó sin
darse cuenta.
—¿Cuándo vuelves al jardín de la infancia, Otis? —le había
preguntado alguien.
—¿Yo? El día que Berenice se corte el pelo.
—Entonces ya has terminado los estudios —dijo Marjorie
122

rápidamente—. Sólo era un farol de los suyos. Creía que te habías


dado cuenta.
Página

—¿Es verdad? —preguntó Otis, dedicándole a Berenice una mirada


5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

llena de reproches.
A Berenice le ardían las orejas mientras buscaba una respuesta
eficaz. Pero aquel ataque directo había paralizado su imaginación.
—Los faroles abundan en el mundo —continuó Marjorie, disfrutando
como nunca—. Creía que ya tenías edad para saberlo, Otis.
—Bueno —dijo Otis—, quizá sea así, pero, ¡caramba!, con lo divertida
que es Berenice…
—¿Seguro? —bostezó Marjorie—. ¿Cuál es su último chiste?
Nadie parecía saberlo. Y, en realidad, entretenida con el pretendiente
de su musa, últimamente no había dicho nada memorable.
—¿De verdad era todo una broma? —pregunto Roberta con
curiosidad.
Berenice titubeó. Sabía que todos esperaban un golpe de ingenio,
pero, bajo la mirada repentinamente fría de su prima, se sentía
absolutamente incapaz.
—No lo sé —evitó contestar directamente.
—¡Pamplinas! —dijo Marjorie—. ¡Confiesa!
Berenice se dio cuenta de que Warren había dejado de prestar
atención al ukelele con el que había estado jugueteando y la miraba
interrogativamente.
—¡No lo sé! —repitió. Tenía las mejillas encendidas.
—¡Pamplinas! —subrayó Marjorie.
—Vamos, Berenice —la animó Otis—. Cállale la boca.
Berenice volvió a mirar alrededor: parecía incapaz de evitar la mirada
de Warren.
—Me gusta el pelo cortado como un chico —se apresuró a decir, como
si le hubieran hecho una pregunta— y así me lo pienso cortar.
—¿Cuándo? —preguntó Marjorie.
—Cualquier día.
—Hoy es el mejor día —sugirió Roberta.
Otis pegó un brinco.
—¡Estupendo! —exclamó—. Vamos a organizar la fiesta del corte de
pelo. En la barbería del Hotel Sevier, creo que dijiste.
Todos se habían puesto de pie. El corazón de Berenice latía con
violencia.
—¿Qué? —balbuceó.
123

Del grupo salió la voz de Marjorie, muy clara y despectiva.


—No os preocupéis: ya se está echando atrás.
—¡Adelante, Berenice! —exclamó Otis, dirigiéndose hacia
Página

la puerta.
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Cuatro ojos —los de Warren y los de Marjorie— la miraban fijamente,


la juzgaban, la desafiaban. Titubeó, espantada, un segundo más.
—Venga —dijo de pronto—, me importa un bledo.
Al anochecer, una eternidad de minutos más tarde, camino del centro
en el coche de Warren, al que seguía el coche de Roberta con todo el
grupo, Berenice experimentó las mismas sensaciones que María
Antonieta cuando la llevaban en un carro a la guillotina. Se preguntaba
confusamente por qué no gritaba que todo era una equivocación.
Apenas si era capaz de dominarse: le costaba no llevarse las manos al
pelo para defenderlo de aquel mundo repentinamente hostil. No lo
hizo. Ni siquiera el recuerdo de su madre podía ya detenerla. Ésta era
la prueba suprema de su deportividad: así conquistaba su derecho
indiscutible a pisar el paraíso estrellado de las chicas admiradas por
todos.
Warren callaba, de mal humor, y, cuando llegaron al hotel, frenó junto
el bordillo y con un gesto de la cabeza invitó a Berenice a que lo
precediera. El coche de Roberta descargó una multitud carcajeante en
la barbería, que tenía dos espléndidos escaparates.
Berenice, parada en el bordillo, miraba el rótulo de la Barbería Sevier.
Sí, era la guillotina, y el verdugo era el dueño de la barbería, que, con
bata blanca y fumando un cigarrillo, se apoyaba indolentemente en el
primer sillón. Debía de haber oído hablar de Berenice; debía de llevar
esperándola toda la semana, fumando eternos cigarrillos junto a aquel
portentoso, demasiadas veces nombrado, sillón. ¿Le vendaría los
ojos? No, pero le pondría una toalla blanca alrededor del cuello para
que la sangre —qué tonterías, el pelo— no le cayera en el vestido.
—Ánimo, Berenice —dijo Warren.
Alzando el mentón, atravesó la acera, empujó la puerta batiente y, sin
mirar a la turba bulliciosa, escandalosa, que ocupaba el banco de
espera, se acercó al barbero.
—Quiero cortarme el pelo como un chico.
Al barbero se le abrió poco a poco la boca. El cigarrillo se le cayó al
suelo.
—¿Eh?
—¡Que me corte el pelo como un chico!
Harta de preámbulos, Berenice se subió al sillón. Un tipo que ocupaba
124

el sillón de al lado se volvió hacia ella y le echó un vistazo, entre la


espuma y el estupor. Un barbero se estremeció y arruinó el corte de
pelo mensual del pequeño Willy Schuneman. El señor O’Reilly, en el
Página

último sillón, gruñó y maldijo musicalmente en antiguo gaélico,


5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

mientras la navaja se hundía en su mejilla. Dos limpiabotas abrieron


los ojos de par en par y se lanzaron hacia los zapatos de Berenice.
No, Berenice no quería que se los limpiaran.
En la calle un transeúnte se detuvo a mirar, asombrado; una pareja lo
imitó; media docena de narices de chico se pegaron de pronto al
cristal; fragmentos de conversación llegaban a la barbería arrastrados
por la brisa veraniega.
—¡Mirad, un chico con el pelo largo!
—¿Qué es esa cosa? Acaban de afeitar a una mujer barbuda.
Pero Berenice no veía nada, no oía nada. El único sentido que todavía
le funcionaba le decía que el hombre de la bata blanca había cogido
un peine de carey y luego otro; que sus dedos enredaban torpemente
entre horquillas poco familiares; que estaba a punto de perder aquel
pelo, aquel pelo maravilloso: no volvería a sentir el peso voluptuoso y
largo cuando le caía por la espalda en un resplandor castaño oscuro.
Estuvo a punto de rendirse, pero inmediata y mecánicamente la
imagen que tenía ante sí volvió a aclararse: la boca de Marjorie
curvándose en una leve sonrisa irónica, como si dijera:
—¡Ríndete y baja del sillón! Has querido jugármela y yo he descubierto
tu engaño. Ya ves que no tienes nada que hacer.
Y una última reserva de energía brotó en Berenice, que apretó los
puños bajo la toalla blanca mientras sus ojos se entrecerraban de una
manera rara, de la que Marjorie hablaría mucho tiempo.
Veinte minutos después, el barbero giró el sillón hacia el espejo, y
Berenice se estremeció al ver el desastre en toda su amplitud. Su pelo
ya no era rizado: ahora caía en bloques lacios y sin vida a ambos
lados de la cara, pálida de repente. Era una cara fea como el pecado.
Ya lo sabía ella: que iba a estar fea, más fea que el pecado. El mayor
atractivo de aquella cara había sido una sencillez de Virgen María.
Ahora que la sencillez había desaparecido, Berenice era… Bueno…
Terriblemente mediocre. Ni siquiera teatral, sólo ridicula: como un
intelectual del Greenwich Village que se hubiese olvidado las gafas en
casa.
Cuando se bajaba del sillón intentó sonreír, y fracasó miserablemente.
Vio cómo dos de las chicas intercambiaban miradas; notó que los
labios de Marjorie se curvaban en un gesto de burla reprimida, que los
125

ojos de Warren de repente eran muy fríos.


—Ya lo veis —sus palabras cayeron en un silencio incómodo—, lo he
hecho.
Página

—Sí, lo has… hecho —admitió Warren.


5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

—¿No os gusta?
Hubo dos o tres voces que de mala gana soltaron un «claro que sí», y
otro silencio incómodo, y entonces Marjorie se volvió hada Warren,
rápida y tensa como una serpiente.
—¿Me acompañas a la tintorería? —preguntó—. No tengo más
remedio que recoger un vestido antes de la cena. Roberta, que vuelve
a casa, puede llevar a los otros.
Warren miro absortó un punto en el infinito a través del escaparate.
Luego, apenas un instante, sus ojos se detuvieron fríamente en
Berenice antes de volverse hacia Marjorie.
—Encantado —dijo lentamente.
VI.
Berenice no se dio cuenta de la perversidad de la trampa que le
habían tendido hasta que no vio la mirada estupefacta de su tía antes
de la cena.
—¡Berenice! ¡Por Dios!
—Me he pelado como un chico, tía Josephine.
—Pero, hija mía…
—¿No te gusta?
—¡Por Dios, Berenice!
—Creo que te he impresionado.
—No. Pero ¿qué va a pensar mañana por la noche la señora Deyo?
Berenice, deberías haber esperado hasta después de la fiesta de los
Deyo. Deberías haber esperado, si querías hacer una cosa así.
—Se me ocurrió de pronto, tía Josephine. Y, además, ¿por qué iba a
importarle especialmente a la señora Deyo?
—¿Por qué, hija mía? —exclamó la señora Harvey—. En la charla
sobre Las debilidades de la nueva generación que dio en la última
reunión del Club de los Martes les dedicó quince minutos a las chicas
que se cortan el pelo como un chico. Son su abominación preferida. ¡Y
el baile es en tu honor y en honor de Marjorie! —Lo siento.
—Ay, Berenice, ¿qué dirá tu madre? Pensará que yo te he dado
permiso.
—Lo siento.
La cena fue una tortura. Había hecho un desesperado intento con las
tenacillas de rizar, y se había quemado los dedos y un buen puñado
126

de pelo. Se daba cuenta de que su tía estaba preocupada y apenada a


la vez, y de que su tío no dejaba de repetir «¡Condenación!» una vez y
otra vez, en, un tono ofendido y levemente hostil. Y Marjorie, muy
Página

tranquila, se atrincheraba tras una vaga sonrisa, una sonrisa


5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

vagamente burlona.
Pero la cena acabó. Tres chicos se presentaron; Marjorie desapareció
con uno de ellos, y Berenice, después de intentar sin gana ni éxito
entretener a los otros dos, suspiró de alivio cuando a las diez y media
subió las escaleras, hacia su dormitorio. ¡Vaya día!
Cuando ya se había desnudado para acostarse, la puerta se abrió y
entró Marjorie.
—Berenice —dijo—, siento mucho lo de la fiesta de los Deyo. Te
prometo que se me había olvidado por completo.
—No importa —fue lo único que respondió Berenice. De pie ante el
espejo, se pasaba lentamente el peine por el pelo corto.
—Mañana te acompaño al centro —continuó Marjorie—, y en la
peluquería te lo arreglarán. No creía que llegaras hasta el final. Lo
siento muchísimo, de verdad.
—¡No importa!
—Bueno, será tu última noche aquí, así que no creo que importe
mucho.
Entonces Berenice hizo una mueca de dolor, porque Marjorie
balanceaba los cabellos sobre sus hombros y los anudaba muy
despacio en dos largas trenzas rubias, hasta que, vestida con una
combinación color crema, le recordó el retrato delicado de una
princesa sajona. Fascinada, Berenice observaba cómo crecían las
trenzas. Eran pesadas, opulentas, y se movían entre los ágiles dedos
como serpientes, y a Berenice apenas le quedaban unas reliquias, y
las tenacillas de rizar, y todas las miradas que la acecharían en el
futuro. Ya se imaginaba cómo G. Reece Stoddard, a quien le gustaba,
le decía con modales de Harvard a su vecina de mesa que a Berenice
no le deberían haber permitido ver tantas películas; se imaginaba a
Draycott Deyo intercambiando miradas con su madre y mostrándose
luego concienzudamente caritativo con ella. Pero quizá para mañana
las noticias ya habrían llegado a la señora Deyo, que mandaría una
fría notita rogándole que no se presentara en la fiesta. Y todos se
reirían a sus espaldas y sabrían que Marjorie le había tomado el pelo;
que sus posibilidades de ser una belleza habían sido sacrificadas al
capricho celoso de una chica egoísta. Se sentó ante el espejo,
mordiéndose el interior de las mejillas.
—Me gusta el pelo así —dijo con esfuerzo—. Creo que me sienta bien.
127

Marjorie sonrió.
—Está muy bien. Por Dios, no te preocupes más.
Página

—No me preocupo.
5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

—Buenas noches, Berenice.


Pero, mientras la puerta se cerraba, algo estalló dentro de Berenice.
Se puso en pie de un salto, retorciéndose las manos, y, rápida y
silenciosa, fue y sacó de debajo de la cama la maleta. Guardó algunos
artículos de tocador y una muda. Luego vació en el baúl dos cajones
de ropa interior y vestidos de verano. Se movía sin prisa, pero con
absoluta eficacia, y, tres cuartos de hora después, el baúl tenía la llave
echada y la correa atada, y Berenice vestía el traje de viaje que
Marjorie le había ayudado a elegir.
Sentada al escritorio, escribió una nota para la señora Harvey en la
que brevemente le explicaba los motivos de su partida. Cerró el sobre,
escribió el nombre de la destinataria y lo dejó sobre la almohada. Miró
el reloj. El tren salía a la una, y sabía que, andando hasta el Hotel
Marborough, a dos manzanas de distancia, encontraría fácilmente un
taxi.
De pronto, aspiró con fuerza una bocanada de aire y le relampagueó
en los ojos una expresión que un experto en temperamentos habría
relacionado vagamente con el gesto de obstinación inflexible que
había mostrado en el sillón del barbero: quizá era una fase más
desarrollada de aquel gesto. Berenice nunca había mirado así, y
aquella mirada había de traer consecuencias.
Se acercó sigilosamente al escritorio, cogió algo que había allí, y,
apagando todas las luces, permaneció inmóvil hasta que los ojos se
acostumbraron a la oscuridad. Abrió con suavidad la puerta del
dormitorio de Marjorie. Oía la respiración tranquila y regular de quien
duerme con la conciencia tranquila.
Ya estaba junto a la cabecera de la cama, muy decidida, tranquila.
Actuó con rapidez. Inclinándose, tocó una de las trenzas de Marjorie,
la siguió con la mano hasta llegar a la cabeza y luego, despacio, para
que la durmiente no sintiera el tirón, preparó las tijeras y cortó. Con la
trenza en la mano, contuvo la respiración. Marjorie había murmurado
algo en sueños. Berenice amputó hábilmente la otra trenza, esperó un
instante y volvió, rápida y silenciosa, a su dormitorio.
Una vez abajo, abrió la gran puerta principal, la cerró con cuidado a
sus espaldas y, sintiéndose extrañamente feliz y eufórica, salió del
portal, a la luz de la luna, balanceando la pesada maleta como si fuera
128

la bolsa de la compra. Cuando llevaba andando un minuto, se dio


cuenta de que todavía llevaba en la mano izquierda las dos trenzas
rubias. Se echó a reír inesperadamente. Hubo de cerrar bien la boca
Página

para aguantar un escandaloso ataque de risa. En aquel momento


5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

pasaba por la casa de Warren, e impulsivamente dejó el equipaje en el


suelo y, balanceando las trenzas como trozos de cuerda, las lanzó
hacia el porche de madera, donde aterrizaron con un leve ruido sordo.
Volvió a reírse, sin aguantarse más.
—¡Hau! —rió frenéticamente—. Yo arrancar cuero cabelludo a esa
cosa egoísta.
Luego cogió la maleta y bajó casi corriendo la calle iluminada por la
luna.

129
Página
5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

8) La tristeza Antón Chéjov (Ucrania, 1860 -


Alemania, 1904)
La capital está envuelta en las penumbras vespertinas. La nieve
cae lentamente en gruesos copos, gira alrededor de los faroles
encendidos, se extiende, en fina, blanda capa, sobre los tejados, sobre
los lomos de los caballos, sobre los hombros humanos, sobre los
sombreros.
El cochero Yona está todo blanco, como un aparecido. Sentado en
el pescante de su trineo, encorvado el cuerpo cuanto puede estarlo un
cuerpo humano, permanece inmóvil. Diríase que ni un alud de nieve
que le cayese encima le sacaría de su quietud.
Su caballo está también blanco e inmóvil. Por su inmovilidad, por
las líneas rígidas de su cuerpo, por la tiesura de palos de sus patas,
parece, aun mirado de cerca, un caballo de dulce de los que se les
compran a los chiquillos por un copec. Hállase sumido en sus
reflexiones: un hombre o un caballo, arrancados del trabajo campestre
y lanzados al infierno de una gran ciudad, como Yona y su caballo,
están siempre entregados a tristes pensamientos. Es demasiado
grande la diferencia entre la apacible vida rústica y la vida agitada,
toda ruido y angustia, de las ciudades relumbrantes de luces.
Hace mucho tiempo que Yona y su caballo permanecen inmóviles.
Han salido a la calle antes de almorzar; pero Yona no ha ganado
nada.
Las sombras se van adensando. La luz de los faroles se va
haciendo más intensa, más brillante. El ruido aumenta.
—¡Cochero! —oye de pronto Yona—. ¡Llévame a Viborgskaya!
Yona se estremece. Al través de las pestañas cubiertas de nieve
ve a un militar con impermeable.
—¿Oyes? ¡A Viborgskaya! ¿Estás dormido?
Yona le da un latigazo al caballo, que se sacude la nieve del lomo.
El militar toma asiento en el trineo. El cochero arrea al caballo, estira el
cuello como un cisne y agita el látigo. El caballo también estira el
cuello, levanta las patas, y, sin apresurarse, se pone en marcha.
—¡Ten cuidado! —grita otro cochero invisible, con cólera—. ¡Nos
vas a atropellar, imbécil! ¡A la derecha!
130

—¡Vaya un cochero! —dice el militar—. ¡A la derecha!


Siguen oyéndose los juramenitos del cochero invisible. Un
Página

transeunte que tropieza con el caballo de Yona gruñe amenazador.


5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

Yona, confuso, avergonzado, descarga algunos latigazos sobre el


lomo del caballo. Parece aturdido, atontado, y mira alrededor como si
acabase de despertarse de un sueño profundo.
—¡Se diría que todo el mundo ha organizado una conspiración
contra ti! —dice con tono irónico el militar—. Todos procuran
fastidiarte, meterse entre las patas de tu caballo. ¡Una verdadera
conspiración!
Yona vuelve la cabeza y abre la boca. Se ve que quiere decir algo;
pero sus labios están como paralizados, y no puede pronunciar una
palabra.
El cliente advierte sus esfuerzos y pregunta:
—¿Qué hay?
Yona hace un nuevo esfuerzo y contesta con voz ahogada:
—Ya ve usted, señor... He perdido a mi hijo... Murió la semana
pasada...
—¿De veras?... ¿Y de qué murió?
Yona, alentado por esta pregunta, se vuelve aún más hacia el
cliente y dice:
—No lo sé... De una de tantas enfermedades... Ha estado tres
meses en el hospital y a la postre... Dios que lo ha querido.
—¡A la derecha! —óyese de nuevo gritar furiosamente—. ¡Parece
que estás ciego, imbécil!
—¡A ver! —dice el militar—. Ve un poco más aprisa. A este paso
no llegaremos nunca. ¡Dale algún latigazo al caballo!
Yona estira de nuevo el cuello como un cisne, se levanta un poco,
y de un modo torpe, pesado, agita el látigo.
Se vuelve repetidas veces hacia su cliente, deseoso de seguir la
conversación; pero el otro ha cerrado los ojos y no parece dispuesto a
escuchale.
Por fin, llegan a Viborgskaya. El cochero se detiene ante la casa
indicada; el cliente se apea. Yona vuelve a quedarse solo con su
caballo. Se estaciona ante una taberna y espera, sentado en el
pescante, encorvado, inmóvil. De nuevo la nieve cubre su cuerpo y
envuelve en un blanco cendal caballo y trineo.
Una hora, dos... ¡Nadie! ¡Ni un cliente!
Mas he aquí que Yona torna a estremecerse: ve detenerse ante él
131

a tres jóvenes. Dos son altos, delgados; el tercero, bajo y chepudo.


—¡Cochero, llévanos al puesto de policía! ¡Veinte copecs por los
tres!
Página

Yona coge las riendas, se endereza. Veinte copecs es demasiado


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poco; pero, no obstante, acepta; lo que a él le importa es tener


clientes.
Los tres jóvenes, tropezando y jurando, se acercan al trineo. Como
sólo hay dos asientos, discuten largamente cuál de los tres ha de ir de
pie. Por fin se decide que vaya de pie el jorobado.
—¡Bueno; en marcha! —le grita el jorobado a Yona, colocándose a
su espalda—. ¡Qué gorro llevas, muchacho! Me apuesto cualquier
cosa a que en toda la capital no se puede encontrar un gorro más
feo...
—¡El señor está de buen humor! —dice Yona con risa forzada—.
Mi gorro...
—¡Bueno, bueno! Arrea un poco a tu caballo. A este paso no
llegaremos nunca. Si no andas más aprisa te administraré unos
cuantos sopapos.
—Me duele la cabeza —dice uno de los jóvenes—.
Ayer, yo y Vaska nos bebimos en casa de Dukmasov cuatro
botellas de caña.
—¡Eso no es verdad! —responde el otro— Eres un embustero,
amigo, y sabes que nadie te cree.
—¡Palabra de honor!
—¡Oh, tu honor! No daría yo por él ni un céntimo.
Yona, deseoso de entablar conversación, vuelve la cabeza, y,
enseñando los dientes, ríe atipladamente.
—¡Ji, ji, ji!... ¡Qué buen humor!
—¡Vamos, vejestorio! —grita enojado el chepudo—. ¿Quieres ir
más aprisa o no? Dale de firme al gandul de tu caballo. ¡Qué diablo!
Yona agita su látigo, agita las manos, agita todo el cuerpo. A pesar
de todo, está contento; no está solo. Le riñen, le insultan; pero, al
menos, oye voces humanas. Los jóvenes gritan, juran, hablan de
mujeres. En un momento que se le antoja oportuno, Yona se vuelve de
nuevo hacia los clientes y dice:
—Y yo, señores, acabo de perder a mi hijo. Murió la semana
pasada...
—¡Todos nos hemos de morir!—contesta el chepudo—. ¿Pero
quieres ir más aprisa? ¡Esto es insoportable! Prefiero ir a pie.
—Si quieres que vaya más aprisa dale un sopapo —le aconseja
132

uno de sus camaradas.


—¿Oyes, viejo estafermo?—grita el chepudo—. Te la vas a ganar
si esto continúa.
Página

Y, hablando así, le da un puñetazo en la espalda.


5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

—¡Ji, ji, ji! —ríe, sin ganas, Yona—. ¡Dios les conserve el buen
humor, señores!
—Cochero, ¿eres casado? —pregunta uno de los clientes.
—¿Yo? !Ji, ji, ji! ¡Qué señores más alegres! No, no tengo a nadie...
Sólo me espera la sepultura... Mi hijo ha muerto; pero a mí la muerte
no me quiere. Se ha equivocado, y en lugar de cargar conmigo ha
cargado con mi hijo.
Y vuelve de nuevo la cabeza para contar cómo ha muerto su hijo;
pero en este momento el chepudo, lanzando un suspiro de
satisfacción, exclama:
—¡Por fin, hemos llegado!
Yona recibe los veinte copecs convenidos y los clientes se apean.
Les sigue con los ojos hasta que desaparecen en un portal.
Torna a quedarse solo con su caballo. La tristeza invade de nuevo,
más dura, más cruel, su fatigado corazón. Observa a la multitud que
pasa por la calle, como buscando entre los miles de transeúntes
alguien que quiera escucharle. Pero la gente parece tener prisa y pasa
sin fijarse en él.
Su tristeza a cada momento es más intensa. Enorme, infinita, si
pudiera salir de su pecho inundaría el mundo entero.
Yona ve a un portero que se asoma a la puerta con un paquete y
trata de entablar con él conversación.
—¿Qué hora es? —le pregunta, melifluo.
—Van a dar las diez —contesta el otro—. Aléjese un poco: no
debe usted permanecer delante de la puerta.
Yona avanza un poco, se encorva de nuevo y se sume en sus
tristes pensamientos. Se ha convencido de que es inútil dirigirse a la
gente.
Pasa otra hora. Se siente muy mal y decide retirarse. Se yergue,
agita el látigo.
—No puedo más —murmura—. Hay que irse a acostar.
El caballo, como si hubiera entendido las palabras de su viejo amo,
emprende un presuroso trote.
Una hora después Yona está en su casa, es decir, en una vasta y
sucia habitación, donde, acostados en el suelo o en bancos, duermen
docenas de cocheros. La atmósfera es pesada, irrespirable. Suenan
133

ronquidos.
Yona se arrepiente de haber vuelto, tan pronto. Además, no ha
ganado casi nada. Quizá por eso —piensa— se siente tan
Página

desgraciado.
5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

En un rincón, un joven cochero se incorpora. Se rasca el seno y la


cabeza y busca algo con la mirada.
—¿Quieres beber? —le pregunta Yona.
—Sí.
—Aquí tienes agua... He perdido a mi hijo... ¿Lo sabías?... La
semana pasada, en el hospital... ¡Qué desgracia!
Pero sus palabras no han producido efecto alguno. El cochero no
le ha hecho, caso, se ha vuelto a acostar, se ha tapado la cabeza con
la colcha y momentos después se le oye roncar.
Yona exhala un suspiro. Experimenta una necesidad imperiosa,
irresistible, de hablar de su desgracia. Casi ha transcurrido una
semana desde la muerte de su hijo; pero no ha tenido aún ocasión de
hablar de ella con una persona de corazón. Quisiera hablar de ella
largamente, contarla con todos sus detalles. Necesita referir cómo
enfermó su hijo, lo que ha sufrido, las palabras que ha pronunciado al
morir. Quisiera también referir cómo ha sido el entierro... Su difunto
hijo ha dejado en la aldea una niña de la que también quisiera hablar.
¡Tiene tantas cosas que contar! ¡Qué no daría él por encontrar alguien
que se prestase a escucharle, sacudiendo compasivamente la cabeza,
suspirando, compadeciéndole! Lo mejor sería contárselo todo a
cualquier mujer de su aldea; a las mujeres, aunque sean tontas, les
gusta eso, y basta decirles dos palabras para que viertan torrentes de
lágrimas.
Yona decide ir a ver a su caballo.
Se viste y sale a la cuadra.
El caballo, inmóvil, come heno.
—¿Comes? —le dice Yona, dándole palmaditas en el lomo—.
¿Qué se le va a hacer, muchacho? Como no hemos ganado para
comprar avena hay que contentarse con heno... Soy ya demasiado
viejo para ganar mucho... A decir verdad, yo no debía ya trabajar; mi
hijo me hubiera reemplazado. Era un verdadero, un soberbio cochero;
conocía su oficio como pocos. Desgraciadamente, ha muerto...
Tras una corta pausa, Yona continúa:
—Sí, amigo..., ha muerto... ¿Comprendes? Es como si tú tuvieras
un hijo y se muriera... Naturalmente, sufrirías, ¿verdad?...
El caballo sigue comiendo heno, escucha a su viejo amo y exhala
134

un aliento húmedo y cálido.


Yona, escuchado al cabo por un ser viviente, desahoga su corazón
contándoselo todo.
Página
5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

9) Los venenos Autor: Julio Cortázar


El sábado tío Carlos llegó a mediodía con la máquina de matar
hormigas. El día antes había dicho en la mesa que iba a traerla, y mi
hermana y yo esperábamos la máquina imaginando que era enorme,
que era terrible. Conocíamos bien las hormigas de Bánfield, las
hormigas negras que se van comiendo todo, hacen los hormigueros en
la tierra, en los zócalos, o en ese pedazo misterioso donde una casa
se hunde en el suelo, allí hacen agujeros disimulados pero no pueden
esconder su fila negra que va y viene trayendo pedacitos de hojas, y
los pedacitos de hojas eran las plantas del jardín, por eso mamá y tío
Carlos se habían decidido a comprar la máquina para acabar con las
hormigas.
Me acuerdo que mi hermana vio venir a tío Carlos por la calle
Rodríguez Peña, desde lejos lo vio venir en el tílburi de la estación, y
entró corriendo por el callejón del costado gritando que tío Carlos traía
la máquina. Yo estaba en los ligustros que daban a lo de Lila,
hablando con Lila por el alambrado, contándole que por la tarde
íbamos a probar la máquina, y Lila estaba interesada pero no mucho,
porque a las chicas no les importan las máquinas y no les importan las
hormigas, solamente le llamaba la atención que la máquina echaba
humo y que eso iba a matar todas las hormigas de casa.
Al oír a mi hermana le dije a Lila que tenía que ir a ayudar a bajar la
máquina, y corrí por el callejón con el grito de guerra de Sitting Bull,
corriendo de una manera que había inventado en ese tiempo y que era
correr sin doblar las rodillas, como pateando una pelota. Cansaba
poco y era como un vuelo, aunque nunca como el sueño de volar que
yo siempre tenía entonces, y que era recoger las piernas del suelo, y
con apenas un movimiento de cintura volar a veinte centímetros del
suelo, de una manera que no se puede contar por lo linda, volar por
calles largas, subiendo a veces un poco y otra vez al ras del suelo, con
una sensación tan clara de estar despierto, aparte que en ese sueño la
contra era que yo siempre soñaba que estaba despierto, que volaba
de verdad, que antes lo había soñado pero esta vez iba de veras, y
cuando me despertaba era como caerme al suelo, tan triste salir
andando o corriendo pero siempre pesado, vuelta abajo a cada salto.
135

Lo único un poco parecido era esta manera de correr que había


inventado, con las zapatillas de goma Keds Champion con puntera
Página

daba la impresión del sueño, claro que no se podía comparar.


5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

Mamá y abuelita ya estaban en la puerta hablando con tío Carlos y el


cochero. Me arrimé despacio porque a veces me gustaba hacerme
esperar, y con mi hermana miramos el bulto envuelto en papel madera
y atado con mucho hilo sisal, que el cochero y tío Carlos bajaban a la
vereda. Lo primero que pensé fue que era una parte de la máquina,
pero en seguida vi que era la máquina completa, y me pareció tan
chica que se me vino el alma a los pies. Lo mejor fue al entrarla,
porque ayudando a tío Carlos me di cuenta que la máquina pesaba
mucho, y el peso me devolvió confianza. Yo mismo le saqué los
piolines y el papel, porque mamá y tío Carlos tenían que abrir un
paquete chico donde venía la lata del veneno, y de entrada ya nos
anunciaron que eso no se tocaba y que más de cuatro habían muerto
retorciéndose por tocar la lata. Mi hermana se fue a un rincón porque
se le había acabado el interés por todo y un poco también por miedo,
pero yo la miré a mamá y nos reímos, y todo aquel discurso era por mí
hermana, a mí me iban a dejar manejar la máquina con veneno y todo.
No era linda, quiero decir que no era una máquina máquina, por lo
menos con una rueda que da vueltas o un pito que echa un chorro de
vapor. Parecía una estufa de fierro negro, con tres patas combadas,
una puerta para el fuego, otra para el veneno y de arriba salía un tubo
de metal flexible (como el cuerpo de los gusanos) donde después se
enchufaba otro tubo de goma con un pico. A la hora del almuerzo
mamá nos leyó el manual de instrucciones, y cada vez que llegaba a
las partes del veneno todos la mirábamos a mi hermana, y abuelita le
volvió a decir que en Flores tres niños habían muerto por tocar una
lata. Ya habíamos visto la calavera en la tapa, y tío Carlos buscó una
cuchara vieja y dijo que ésa sería para el veneno y que las cosas de la
máquina las guardarían en el estante de arriba del cuarto de las
herramientas. Afuera hacía calor porque empezaba enero, y la sandía
estaba helada, con las semillas negras que me hacían pensar en las
hormigas.
Después de la siesta, la de los grandes porque mi hermana leía el
Billiken y yo clasificaba las estampillas en el patio cerrado, fuimos al
jardín y tío Carlos puso la máquina en la rotonda de las hamacas
donde siempre salían hormigueros. Abuelita preparó brasas de carbón
para cargar la hornalla, y yo hice un barro lindísimo en una batea vieja,
136

revolviendo con la cuchara de albañil. Mamá y mi hermana se


sentaron en las sillas de paja para ver, y Lila miraba entre el ligustro
hasta que le gritamos que viniera y dijo que la madre no la dejaba pero
Página

que lo mismo veía. Del otro lado del jardín ya se estaban asomando
5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

las de Negri, que eran unos casos y por eso no nos tratábamos. Les
decían la Chola, la Ela y la Cufina, pobres. Eran buenas pero pavas, y
no se podía jugar con ellas. Abuelita les tenía lástima pero mamá no
las invitaba nunca a casa porque se armaban líos con mi hermana y
conmigo. Las tres querían mandar la parada pero no sabían ni rayuela
ni bolita ni vigilante y ladrón ni el barco hundido, y lo único que sabían
era reírse como sonsas y hablar de tanta cosa que yo no sé a quién le
podía interesar. El padre era concejal y tenían Orpington leonadas.
Nosotros criábamos Rhode Island que es mejor ponedora.
La máquina parecía más grande por lo negra que se la veía entre el
verde del jardín y los frutales. Tío Carlos la cargó de brasas, y
mientras tomaba calor eligió un hormiguero y le puso el pico del tubo;
yo eché barro alrededor y lo apisoné pero no muy fuerte, para impedir
el desmoronamiento de las galerías como decía el manual. Entonces
mi tío abrió la puerta para el veneno y trajo la lata y la cuchara. El
veneno era violeta, un color precioso, y había que echar una
cucharada grande y cerrar en seguida la puerta. Apenas la habíamos
echado se oyó como un bufido y la máquina empezó a trabajar. Era
estupendo, todo alrededor del pico salía un humo blanco, y había que
echar más barro y aplastarlo con las manos. «Van a morir todas», dijo
mi tío que estaba muy contento con el funcionamiento de la máquina,
y yo me puse al lado de él con las manos llenas de barro hasta los
codos, y se veía que era un trabajo para que lo hicieran los hombres.
—¿Cuánto tiempo hay que fumigar cada hormiguero? —preguntó
mamá.
Por lo menos media hora —dijo tío Carlos—. Algunos son larguísimos,
más de lo que se cree.
Yo entendí que quería decir dos o tres metros, porque había tantos
hormigueros en casa que no podía ser que fueran demasiado largos.
Pero justo en ese momento oímos que la Cufina empezaba a chillar
con esa voz que tenía que la escuchaban desde la estación, y toda la
familia Negri vino al jardín diciendo que de un cantero de lechuga salía
humo. Al principio yo no lo quería creer pero era cierto, porque en el
mismo momento Lila me avisó desde los ligustros que en su casa
también salía humo al lado de un duraznero, y tío Carlos se quedó
pensando y después fue hasta el alambrado de los Negri y le pidió a la
137

Chola que era la menos haragana que echara barro donde salía el
humo, y yo salté a lo de Lila y taponé el hormiguero. Ahora salía humo
en otras partes de casa, en el gallinero, más atrás de la puerta blanca,
Página

y al pie de la pared del costado. Mamá y mi hermana ayudaban a


5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

poner barro, era formidable pensar que por debajo de la tierra había
tanto humo buscando salir, y que entre ese humo las hormigas
estaban rabiando y retorciéndose como los tres niños de Flores.
Esa tarde trabajamos hasta la noche, y a mi hermana la mandaron a
preguntar si en la casa de otros vecinos salía humo. Cuando apenas
quedaba luz la máquina se apagó, y al sacar el pico del hormiguero yo
cavé un poco con la cuchara de albañil y toda la cueva estaba llena de
hormigas muertas y tenía un color violeta que olía a azufre. Eché barro
encima como en los entierros, y calculé que habrían muerto unas
cinco mil hormigas por lo menos. Ya todos se habían ido adentro
porque era hora de bañarse y tender la mesa, pero tío Carlos y yo nos
quedamos a repasar la máquina y a guardarla. Le pregunté si podía
llevar las cosas al cuarto de las herramientas y dijo que sí. Por las
dudas me enjuagué las manos después de tocar la lata y la cuchara, y
eso que la cuchara la habíamos limpiado antes.
Al otro día fue domingo y vino mi tía Rosa con mis primos, y fue un día
en que jugamos todo el tiempo al vigilante y ladrón con mi hermana y
con Lila que tenía permiso de la madre. A la noche tía Rosa le dijo a
mamá si mi primo Hugo podía quedarse a pasar toda la semana en
Bánfield porque estaba un poco débil de la pleuresía y necesitaba sol.
Mamá dijo que sí, y todos estábamos contentos. A Hugo le hicieron
una cama en mi pieza, y el lunes fue la sirvienta a traer su ropa para la
semana. Nos bañábamos juntos y Hugo sabía más cuentos que yo,
pero no saltaba tan lejos. Se veía que era de Buenos Aires, con la
ropa venían dos libros de Salgari y uno de botánica, porque tenía que
preparar el ingreso a primer año. Dentro del libro venía una pluma de
pavo real, la primera que yo veía, y él la usaba como señalador. Era
verde con un ojo violeta y azul, toda salpicada de oro. Mi hermana se
la pidió pero Hugo le dijo que no porque se la había regalado la madre.
Ni siquiera se la dejó tocar, pero a mí sí porque me tenía confianza y
yo la agarraba del canuto.
Los primeros días, como tío Carlos trabajaba en la oficina no volvimos
a encender la máquina, aunque yo le había dicho a mamá que si ella
quería yo la podía hacer andar. Mamá dijo que mejor esperáramos al
sábado, que total no había muchos almácigos esa semana y que no
se veían tantas hormigas como antes.
—Hay unas cinco mil menos —le dije yo, y ella se reía pero me dio la
138

razón. Casi mejor que no me dejara encender la máquina, así Hugo no


se metía, porque era de esos que todo lo saben y abren las puertas
Página

para mirar adentro. Sobre todo con el veneno mejor que no me


5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

ayudara.
A la siesta nos mandaban quedarnos quietos, porque tenían miedo de
la insolación. Mí hermana desde que Hugo jugaba conmigo venía todo
el tiempo con nosotros, y siempre quería jugar de compañera con
Hugo. A las bolitas yo les ganaba a los dos, pero al balero Hugo no sé
cómo se las sabía todas y me ganaba. Mi hermana lo elogiaba todo el
tiempo y yo me daba cuenta que lo buscaba para novio, era cosa de
decírselo a mamá para que le plantara un par de bifes, solamente que
no se me ocurría cómo decírselo a mamá, total no hacían nada malo.
Hugo se reía de ella pero disimulando, y yo en esos momentos lo
hubiera abrazado, pero era siempre cuando estábamos jugando y
había que ganar o perder pero nada de abrazos.
La siesta duraba de dos a cinco, y era la mejor hora para estar
tranquilos y hacer lo que uno quería. Con Hugo revisábamos las
estampillas y yo le daba las repetidas, le enseñaba a clasificarlas por
países, y él pensaba al otro año tener una colección como la mía pero
solamente de América. Se iba a perder las de Camerún que son con
animales, pero él decía que así las colecciones son más importantes.
Mi hermana le daba la razón y eso que no sabía si una estampilla
estaba del derecho o del revés, pero era para llevarme la contra. En
cambio Lila que venía a eso de las tres, saltando por los ligustros,
estaba de mi parte y le gustaban las estampillas de Europa. Una vez
yo le había dado a Lila un sobre con todas estampillas diferentes, y
ella siempre me lo recordaba y decía que el padre le iba a ayudar en la
colección pero que la madre pensaba que eso no era para chicas y
tenía microbios, y el sobre estaba guardado en el aparador.
Para que no se enojaran en casa por el ruido, cuando llegaba Lila nos
íbamos al fondo y nos tirábamos debajo de los frutales. Las de Negri
también andaban por el jardín de ellas, y yo sabía que las tres estaban
locas con Hugo y se hablaban a gritos y siempre por la nariz, y la
Cufina sobre todo se la pasaba preguntando: «¿Y dónde está el
costurero con los hilos?» y la Ela le contestaba no sé qué, entonces se
peleaban pero a propósito para llamar la atención, y menos mal que
de ese lado los ligustros eran tupidos y no se veía mucho. Con Lila
nos moríamos de risa al oírlas, y Hugo se tapaba la nariz y decía: «¿Y
dónde está la pavita para el mate?» Entonces la Chola que era la
139

mayor decía: «¿Vieron chicas cuántos groseros hay este año?», y


nosotros nos metíamos pasto en la boca para no reírnos fuerte,
porque lo bueno era dejarlas con las ganas y no seguírsela, así
Página

después cuando nos oían jugar a la mancha rabiaban mucho más y al


5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

final se peleaban entre ellas hasta que salía la tía y las mechoneaba y
las tres se iban adentro llorando.
A mí me gustaba tener de compañera a Lila en los juegos, porque
entre hermanos a uno no le gusta jugar si hay otros, y mi hermana lo
buscaba en seguida a Hugo de compañero. Lila y yo les ganábamos a
las bolitas, pero a Hugo le gustaba más el vigilante y ladrón y la
escondida, siempre había que hacerle caso y jugar a eso, pero
también era formidable, solamente que no podíamos gritar y los juegos
así sin gritos no valen tanto. A la escondida casi siempre me tocaba
contar a mi, no sé por qué me engañaban vuelta a vuelta, y piedra
libre uno detrás de otro. A las cinco salía abuelita y nos retaba porque
estábamos sudados y habíamos tomado demasiado sol, pero nosotros
la hacíamos reír y le dábamos besos, hasta Hugo y Lila que no eran
de casa. Yo me fijé en esos días que abuelita iba siempre a mirar el
estante de las herramientas, y me di cuenta que tenía miedo de que
anduviéramos hurgando con las cosas de la máquina. Pero a nadie se
le iba a ocurrir una pavada así, con lo de los tres niños de Flores y
encima la paliza que nos iban a dar.
A ratos me gustaba quedarme solo, y en esos momentos ni siquiera
quería que estuviera Lila. Sobre todo al caer la tarde, un rato antes
que abuelita saliera con su batón blanco y se pusiera a regar el jardín.
A esa hora la tierra ya no estaba tan caliente, pero las madreselvas
olían mucho y también los canteros de tomates donde había canaletas
para el agua y bichos distintos que en otras partes. Me gustaba tirarme
boca abajo y oler la tierra, sentirla debajo de mí, caliente con su olor a
verano tan distinto de otras veces. Pensaba en muchas cosas, pero
sobre todo en las hormigas, ahora que había visto lo que eran los
hormigueros me quedaba pensando en las galerías que cruzaban por
todos lados y que nadie veía. Como las venas en mis piernas, que
apenas se distinguían debajo de la piel, pero llenas de hormigas y
misterios que iban y venían. Si uno comía un poco de veneno, en
realidad venía a ser lo mismo que el humo de la máquina, el veneno
andaba por las venas del cuerpo igual que el humo en la tierra, no
había mucha diferencia.
Después de un rato me cansaba de estar solo y estudiar los bichos de
los tomates. Iba a la puerta blanca, tomaba impulso y me largaba a la
140

carrera como Buffalo Bill, y al llegar al cantero de las lechugas lo


saltaba limpio y ni tocaba el borde de gramilla. Con Hugo tirábamos al
blanco con la Diana de aire comprimido, o jugábamos en las hamacas
Página

cuando mi hermana o a veces Lila salían de bañarse y venían a las


5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

hamacas con ropa limpia. También Hugo y yo nos íbamos a bañar, y a


última hora salíamos todos a la vereda, o mi hermana tocaba el piano
en la sala y nosotros nos sentábamos en la balaustrada y veíamos
volver a la gente del trabajo hasta que llegaba tío Carlos y todos lo
íbamos a saludar y de paso a ver si traía algún paquete con hilo rosa o
el Billiken. Justamente una de esas veces al correr a la puerta fue
cuando Lila se tropezó en una laja y se lastimó la rodilla. Pobre Lila, no
quería llorar pero le saltaban las lágrimas y yo pensaba en la madre
que era tan severa y le diría machona y de todo cuando la viera
lastimada. Hugo y yo hicimos la sillita de oro y la llevamos del lado de
la puerta blanca mientras mi hermana iba a escondidas a buscar un
trapo y alcohol. Hugo se hacía el comedido y quería curarla a Lila, lo
mismo mi hermana para estar con Hugo, pero yo los saqué a
empujones y le dije a Lila que aguantara nada más que un segundo, y
que si quería cerrara los ojos. Pero ella no quiso y mientras yo le
pasaba el alcohol ella lo miraba fijo a Hugo como para mostrarle lo
valiente que era. Yo le soplé fuerte en la lastimadura y con la venda
quedó muy bien y no le dolía.
—Mejor andate en seguida a tu casa —le dijo mi hermana—, así tu
mamá no se cabrea.
Después que se fue Lila yo me empecé a aburrir con Hugo y mi
hermana que hablaban de orquestas típicas, y Hugo había visto a De
Caro en un cine y silbaba tangos para que mi hermana los sacara en
el piano. Me fui a mi cuarto a buscar el álbum de las estampillas, y
todo el tiempo pensaba que la madre la iba a retar a Lila y que a lo
mejor estaba llorando o que se le iba a infectar la matadura como pasa
tantas veces. Era increíble lo valiente que había sido Lila con el
alcohol, y cómo lo miraba a Hugo sin llorar ni bajar la vista.
En la mesa de luz estaba la botánica de Hugo, y asomaba el canuto
de la pluma de pavo real. Como él me la dejaba mirar la saqué con
cuidado y me puse al lado de la lámpara para verla bien. Yo creo que
no había ninguna pluma más linda que ésa. Parecía las manchas que
se hacen en el agua de los charcos, pero no se podía comparar, era
muchísimo más linda, de un verde brillante como esos bichos que
viven en los damascos y tienen dos antenas largas con una bolita
peluda en cada punta. En medio de la parte más ancha y más verde
141

se abría un ojo azul y violeta, todo salpicado de oro, algo como no se


ha visto nunca. Yo de golpe me daba cuenta por qué se llamaba pavo
real, y cuanto más la miraba más pensaba en cosas raras, como en
Página

las novelas, y al final la tuve que dejar porque se la hubiera robado a


5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

Hugo y eso no podía ser. A lo mejor Lila estaba pensando en nosotros,


sola en su casa (que era oscura y con sus padres tan severos) cuando
yo me divertía con la pluma y las estampillas. Mejor guardar todo y
pensar en la pobre Lila tan valiente.
Por la noche me costó dormirme, no sé por qué. Se me había metido
en la cabeza que Lila no estaba bien y que tenía fiebre. Me hubiera
gustado pedirle a mamá que fuera a preguntarle a la madre pero no se
podía, primero con Hugo que se iba a reír, y después que mamá se
enojaría si se enteraba de la lastimadura y que no le habíamos
avisado. Me quise dormir tantas veces pero no podía, y al final pensé
que lo mejor era ir por la mañana a lo de Lila y ver cómo estaba, o
llamar por el ligustro. Al final me dormí pensando en Lila y Buffalo Bill y
también en la máquina de las hormigas, pero sobre todo en Lila.
Al otro día me levanté antes que nadie y fui a mi jardín, que estaba
cerca de las glicinas. Mi jardín era un cantero nada más que mío, que
abuelita me había dado para que yo hiciese lo que quisiera. Una vez
planté alpiste, después batatas, pero ahora me gustaban las flores y
sobre todo mi jazmín del Cabo, que es el de olor más fuerte sobre todo
de noche, y mamá siempre decía que mi jazmín era el más lindo de la
casa. Con la pala fui cavando despacio alrededor del jazmín, que era
lo mejor que yo tenía, y al final lo saqué con toda la tierra pegada a la
raíz. Así fui a llamarla a Lila que también estaba levantada y no tenía
casi nada en la rodilla.
—¿Hugo se va mañana? —me preguntó, y le dije que sí, porque tenía
que seguir estudiando en Buenos Aires el ingreso a primer año. Le dije
a Lila que le traía una cosa y ella me preguntó qué era, y entonces por
entre el ligustro le mostré mi jazmín y le dije que se lo regalaba y que
si quería la iba a ayudar a hacerse un jardín para ella sola. Lila dijo
que el jazmín era muy lindo, y le pidió permiso a la madre y yo salté el
ligustro para ayudarla a plantarlo. Elegimos un cantero chico,
arrancamos unos crisantemos medio secos que había, y yo me puse a
puntear la tierra, a darle otra forma al cantero, y después Lila me dijo
dónde le gustaba que estuviera el jazmín, que era en el mismo medio.
Yo lo planté, regamos con la regadera y el jardín quedó muy bien.
Ahora yo tenía que conseguir un poco de gramilla, pero no había
apuro. Lila estaba muy contenta y no le dolía nada la lastimadura.
142

Quería que Hugo y mi hermana vieran en seguida lo que habíamos


hecho, y yo los fui a buscar justo cuando mamá me llamaba para el
café con leche. Las de Negri andaban peleándose en el jardín, y la
Página

Cufina chillaba como siempre. No sé cómo podían pelearse con una


5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

mañana tan linda.


El sábado por la tarde Hugo se tenía que volver a Buenos Aires y yo
dentro de todo me alegré porque tío Carlos no quería encender la
máquina ese día y lo dejó para el domingo. Mejor que estuviéramos él
y yo solamente, no fuera la mala pata que Hugo se saliera
envenenando o cualquier cosa. Esa tarde lo extrañé un poco porque
ya me había acostumbrado a tenerlo en mi cuarto, y sabía tantos
cuentos y aventuras de memoria. Pero peor era mi hermana que
andaba por toda la casa como sonámbula, y cuando mamá le
preguntó qué le pasaba dijo que nada, pero ponía una cara que mamá
se quedó mirándola y al final se fue diciendo que algunas se creían
más grandes de lo que eran y eso que ni sonarse solas sabían. Yo
encontraba que mí hermana se portaba como una estúpida, sobre
todo cuando la vi que con tiza de colores escribía en el pizarrón del
patio el nombre de Hugo, lo borraba y lo escribía de nuevo, siempre
con otros colores y otras letras, mirándome de reojo, y después hizo
un corazón con una flecha y yo me fui para no pegarle un par de bifes
o ir a decírselo a mamá. Para peor esa tarde Lila se había vuelto a su
casa temprano, diciendo que la madre no la dejaba quedarse por
culpa de la lastimadura. Hugo le dijo que a las cinco venían a buscarlo
de Buenos Aires, y que por qué no se quedaba hasta que él se fuera,
pero Lila dijo que no podía y se fue corriendo y sin saludar. Por eso
cuando lo vinieron a buscar, Hugo tuvo que ir a despedirse de Lila y la
madre, y después se despidió de nosotros y se fue muy contento
diciendo que volvería al otro fin de semana. Esa noche yo me sentí un
poco solo en mi cuarto, pero por otro lado era una ventaja sentir que
todo era de nuevo mío, y que podía apagar la luz cuando me daba la
gana.
El domingo al levantarme oí que mamá hablaba por el alambrado con
el señor Negri. Me acerqué a decir buen día y el señor Negri estaba
diciéndole a mamá que en el cantero de las lechugas donde salía el
humo el día que probamos la máquina, todas las lechugas se estaban
marchitando. Mamá le dijo que era muy raro porque en el prospecto de
la máquina decía que el humo no era dañino para las plantas, y el
señor Negri le contestó que no hay que fiarse de los prospectos, que
lo mismo es con los remedios que cuando uno lee el prospecto se va a
143

curar de todo y después a lo mejor acaba entre cuatro velas. Mamá le


dijo que podía ser que alguna de las chicas hubiera echado agua de
jabón en el cantero sin querer (pero yo me di cuenta que mamá quería
Página

decir a propósito, de chusmas que eran y para buscar pelea) y


5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

entonces el señor Negri dijo que iba a averiguar pero que en realidad
si la máquina mataba las plantas no se veía la ventaja de tomarse
tanto trabajo. Mamá le dijo que no iba a comparar unas lechugas de
mala muerte con el estrago que hacen las hormigas en los jardines, y
que por la tarde la íbamos a encender, y si veían humo que avisaran
que nosotros iríamos a tapar los hormigueros para que ellos no se
molestaran. Abuelita me llamó para tomar el café y no sé qué más se
dijeron, pero yo estaba entusiasmado pensando que otra vez íbamos a
combatir las hormigas, y me pasé la mañana leyendo Raffles aunque
no me gustaba tanto como Buffalo Bill y muchas otras novelas.
A mí hermana se le había pasado la loca y andaba cantando por toda
la casa, en una de esas le dio por pintar con los lápices de colores y
vino adonde yo estaba, y antes de darme cuenta ya había metido la
nariz en lo que yo hacía, y justo por casualidad yo acababa de escribir
mi nombre, que me gustaba escribirlo en todas partes, y el de Lila que
por pura casualidad había escrito al lado del mío. Cerré el libro pero
ella ya había leído y se puso a reír a carcajadas y me miraba como
con lástima, y yo me le fui encima pero ella chilló y oí que mamá se
acercaba, entonces me fui al jardín con toda la rabia. En el almuerzo
ella me estuvo mirando con burla todo el tiempo, y me hubiera
encantado pegarle una patada por abajo de la mesa, pero era capaz
de ponerse a gritar y a la tarde íbamos a encender la máquina, así que
me aguanté y no dije nada. A la hora de la siesta me trepé al sauce a
leer y a pensar, y cuando a las cuatro y media salió tío Carlos de
dormir, cebamos mate y después preparamos la máquina, y yo hice
dos palanganas de barro. Las mujeres estaban adentro y hacía calor,
sobre todo al lado de la máquina que era a carbón, pero el mate es
bueno para eso si se toma amargo y muy caliente.
Habíamos elegido la parte del fondo del jardín cerca de los gallineros,
porque parecía que las hormigas se estaban refugiando en esa parte y
hacían mucho estrago en los almácigos. Apenas pusimos el pico en el
hormiguero más grande empezó a salir humo por todas partes, y hasta
por entre los ladrillos del piso del gallinero salía. Yo iba de un lado a
otro taponando la tierra, y me gustaba echar el barro encima y
aplastarlo con las manos hasta que dejaba de salir el humo. Tío Carlos
se asomó al alambrado de las de Negri y le preguntó a la Chola, que
144

era la menos sonsa, si no salía humo en su jardín, y la Cufina armaba


gran revuelo y andaba por todas partes mirando porque a tío Carlos le
tenían mucho respeto, pero no salía humo del lado de ellas. En
Página

cambio oí que Lila me llamaba y fui corriendo al ligustro y la vi que


5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

estaba con su vestido de lunares anaranjados que era el que más me


gustaba, y la rodilla vendada. Me gritó que salía humo de su jardín, el
que era solamente suyo, y yo ya estaba saltando el alambrado con
una de las palanganas de barro mientras Lila me decía afligida que al
ir a ver su jardín había oído que hablábamos con las de Negri y que
entonces justo al lado de donde habíamos plantado el jazmín
empezaba a salir humo. Yo estaba arrodillado echando barro con
todas mis fuerzas. Era muy peligroso para el jazmín recién
trasplantado y ahora con el veneno tan cerca, aunque el manual decía
que no. Pensé si no podría cortar la galería de las hormigas unos
metros antes del cantero, pero antes de nada eché el barro y taponé la
salida lo mejor que pude. Lila se había sentado a la sombra con un
libro y me miraba trabajar. Me gustaba que me estuviera mirando, y
puse tanto barro que seguro por ahí no iba a salir más humo. Después
me acerqué a preguntarle dónde había una pala para ver de cortar la
galería antes que llegara al jazmín con todo el veneno. Lila se levantó
y fue a buscar la pala, y como tardaba yo me puse a mirar el libro que
era de cuentos con figuras, y me quedé asombrado al ver que Lila
también tenía una pluma de pavo real preciosa en el libro, y que nunca
me había dicho nada. Tío Carlos me estaba llamando para que
taponara otros agujeros, pero yo me quedé mirando la pluma que no
podía ser la de Hugo pero era tan idéntica que parecía del mismo pavo
real, verde con el ojo violeta y azul, y las manchitas de oro. Cuando
Lila vino con la pala le pregunté de dónde había sacado la pluma, y
pensaba contarle que Hugo tenía una idéntica. Casi no me di cuenta
de lo que me decía cuando se puso muy colorada y contestó que
Hugo se la había regalado al ir a despedirse.
—Me dijo que en su casa hay muchas —agregó como disculpándose
pero no me miraba, y tío Carlos me llamó más fuerte del otro lado de
los ligustros y yo tiré la pala que me había dado Lila y me volví al
alambrado, aunque Lila me llamaba y me decía que otra vez estaba
saliendo humo en su jardín. Salté el alambrado y desde casa por entre
los ligustros la miré a Lila que estaba llorando con el libro en la mano y
la pluma que asomaba apenas, y vi que el humo salía ahora al lado
mismo del jazmín, todo el veneno mezclándose con las raíces. Fui
hasta la máquina aprovechando que tío Carlos hablaba de nuevo con
145

las de Negri, abrí la lata del veneno y eché dos, tres cucharadas llenas
en la máquina y la cerré; así el humo invadía bien los hormigueros y
mataba todas las hormigas, no dejaba ni una hormiga viva en el jardín
Página

de casa.
5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

10) Las palabras hacen cosas Julián López


Mi mamá trabaja cama adentro, mi papá es albañil, como mi abuelo,
mi papá está en Marcos Paz, mi mamá, mi papá y mis tíos trabajan en
el taller y hacen pantalones, mi papá vende en un kiosco, mi papá
tiene la verdulería, mi papá está en la Bonaerense, mi mamá es
enfermera, mi mamá está en la biblioteca pero no sé lo que hace.
Y entonces le tocó a Jonás y Jonás habló y yo no sé qué fue lo que
pasó. Yo no sé si las palabras hacen cosas, o si también son como
una cornisa alta que te da vértigo, o como un golpe sin querer en la
panza que te corta la respiración. Yo no sé lo que pasó pero Jonás
habló y dijo: Mi mamá trabaja de prostituta y nadie tiene que decir
nada de eso.
La cara se le había puesto rara, no como la cara de cuando le decimos
que parece un enano ni como la cara de cuando quiere cantar y la sale
la voz finita y todos nos reímos y a él le parece que se le metieran los
dientes para adentro y los ojos se le ponen furiosos. A Jonás le tocaba
hablar y Jonás habló así, raro, como con una tranquilidad que nadie le
conocía. Yo no sé lo que pasó ese día pero ese día algo pasó y lo que
me pregunto es si alguien se dio cuenta, si alguien sabe cuándo las
cosas pasan, si hay cosas que pasan igual aunque uno no se dé
cuenta, o a uno no le importe, o uno no sepa, o las palabras a uno se
le vayan lejos.
Mi mamá trabaja de prostituta y nadie tiene que decir nada de eso, dijo
Jonás y a mí me empezó a temblar debajo del ojo y me parece que me
perdí adentro mío y que no me puedo acordar qué fue lo que siguió, ni
qué hizo la señorita, ni si todos hablaron o si alguien se puso a decir
algo o a llorar.
Mi mamá cartonea, mi mamá trabaja por horas, mi papá hace changas
y corta el pasto en las casas de El Jagüel, mi mamá anda sin trabajo.
Y entonces le tocó a Jonás y Jonás habló y yo no sé qué fue lo que
pasó, si esas palabras que dijo hicieron algo, no sé.
Y me acordé de cuando mi papá se saca la remera y anda así por la
casilla, todo suelto, raro también y tranquilo y se sienta en la ventana y
se toma la botella de cerveza y a mí me parece que no lo conozco y él
se pone a decir cosas en un idioma que no entiendo y habla solo y
146

después me dice que tengo un montón de primos allá y uno de


dieciocho y que allá está mi abuela y que un día vamos a viajar y
Página

vamos a conocernos todos y que él se va a traer a su mamá para que


5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

viva con nosotros en la casilla, que son muchos hermanos y que está
bien pero que ellos la tienen siempre y que él la extraña y se la quiere
traer acá, para que viva con nosotros, y esté sentada en el pasillo y
hable con las vecinas y vea cómo es acá, cómo se vive, que hay muy
pocas papas y muy poco maíz y muy poco gusto y que después de los
pasillos está el asfalto y están los colectivos.
Pero a mí desde ese día en la escuela adentro de la cabeza me quedó
Jonás, tranquilo y hablando, y también me quedó la cara de su mamá
con esa sonrisa y que una vez nos fuimos a su casa y comimos
tortillas calentitas con el mate cocido y ella estaba en la cocina con
unas amigas y hablaban y le daban a la bombilla y a la pava le daban
y nos hacían chistes y amasaban más tortillas y se reían fuerte.
Qué fue lo que pasó ese día. Todos contábamos y había ruido,
mientras hablábamos había ruido y todo era normal, como son los días
en la escuela, aburridos y divertidos y todo a la vez y como cuando
una de nosotras llora o hay otra que se está riendo por una cosa y otro
que se duerme y otra que se come un pan que se guardó sin que
nadie la vea. Ese día había ruido normal y todos hablábamos porque
la señorita nos había dicho que teníamos que decir de qué trabajaban
nuestros padres y cada uno contaba un poco lo que sabía, o decía en
el supermercado y listo, o en la fábrica y listo, o de seguridad y listo.
Pero Jonás habló y dijo: Mi mamá trabaja de prostituta y nadie tiene
que decir nada de eso. Y nadie dijo nada porque algo pasó, no sé qué
fue y no sé si fue esa manera tan tranquila de Jonás o la sonrisa de su
mamá que también se me quedó adentro, o esa vez en la casa, no sé.
Pero yo me quedé ahí sin ganas de decir nada porque me parece que
adentro mío se estaban haciendo otras palabras, unas palabras
nuevas que todavía no estaban en el mundo y que yo ni conocía y que
se me empezaban a hacer en la panza y en la cabeza como un
murmullo que crece y que a mí me daban ganas de llorar y de reírme.
147
Página
5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

PAUTAS DE ANÁLISIS DE LOS CUENTOS:


1) IDENTIFICAR SI HAY ALGÚN QUE SE ALEJA
MUCHO DE LA MIMÉTICA REALISTA.
2) DE CADA CUENTO, REALIZAR:
A) UNA SÍNTESIS MUY BREVE.
B) IDENTIFICAR TIPO DE NARRADOR Y
ANALIZAR CÓMO SIRVE AL RELATO.
C) ARMAR UNA LISTA DE PERSONAJES CON
SUS DESCRIPCIONES FÍSICO-PSICOLÓGICAS
Y SUS RELACIONES ENTRE SÍ.
D)DESCRIPCIONES DEL TIEMPO-ESPACIO
DONDE TRANSCURREN LOS HECHOS.
E) IDENTIFICAR EL CONFLICTO PRINCIPAL
F) FORMAR UNA OPINIÓN ARGUMENTADA
SOBRE EL CUENTO. (UNA CRÍTICA)

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5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

CINE Y LITERATURA
TRABAJO PRÁCTICO

CIUDAD DE DIOS de Fernando Meirelles, EL


NATURALISMO DE LA CIVILIZACIÓN O LA BARBARIE
1) ¿CUÁL ES EL TEMA PRINCIPAL DE LA PELÍCULA A TU JUICIO?
2) ¿POR QUÉ PODRÍAMOS ENCUADRARLA EN EL “NATURALISMO”, O NO?
3) SEGÚN TUS CONOCIMIENTOS, ESTABLECER AL MENOS 3 (tres)
SEMEJANZAS Y/O DIFERENCIAS ENTRE LAS CARACTERÍSTICAS
GEOGRÁFICAS Y SOCIO-HISTÓRICAS DE LA ARGENTINA Y DEL BRASIL.
4) LA FAVELA ES UN PERSONAJE MÁS DEL FILME. INTENTÁ DESCRIBIRLA Y
DEFINIRLA. PIENSA EN ESCENAS SIGNIFICATIVAS. COMPÁRALO CON LA
VIDA EN TU BARRIO. CÓMO ES SU ECONOMÍA, SU GOBIERNO.
5) LA FAMILIA ES ALGO POCO PRESENTEN A LO LARGO DE LA PELÍCULA.
¿POR QUÉ? ¿TE SENTIS IDENTIFICADO CON ESAS FAMILIAS?
6) ¿CUÁLES SON LAS PRINCIPALES CAUSAS DE LA MARGINACIÓN QUE
HAY EN LA VIDA DE LOS CHICOS DE CIUDAD DE DIÓS?
7) A) DESCRIBE BREVEMENTE A CADA UNO DE LOS PERSONAJES
PRINCIPALES. (Edad, situación familiar, rol en el grupo, psicología,
modo de relacionarse). B) ¿QUÉ PERSONAJE TE INTERESÓ MÁS? ¿POR
QUÉ?
8) BUSCÁ EN INTERNET LOS CONCEPTOS DE CIVILIZACIÓN Y BARBARIE,
CONOCIDOS EN PRIMER LUGAR POR LA OBRA DE DOMINGO F.
SARMIENTO. EN NO MENOS DE MEDIA CARILLA REFLEXIONÁ A QUÉ O
A QUIÉNES REPRESENTARÍAN LA CIVILIZACIÓN Y LA BARBARIE EN LA
BRASIL DE “CIUDAD DE DIOS”.
9) REFLEXIONÁ: ¿ES POSIBLE UNA DIVISIÓN TAJANTE ENTRE CIVILIZACIÓN
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Y BARBARIE
Página
5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

UNIDAD 4
Fantástico y
Maravilloso científico

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5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

CAPÍTULO 9: LITERATURA
FANTÁSTICA

Sobre la LITERATURA FANTÁSTICA Una de las posiciones más difundidas es la del crítico
estructuralista Tzvetan Todorov y su ensayo Introducción a la literatura fantástica.

Para Todorov es cardinal la dicotomía real e imaginario para definir a lo fantástico, y desde
allá, los subgéneros que se derivan. En tal sentido, lo real y lo imaginario implican la
diferencia “entre lo que es y lo que no es” (p. 173). Esto llevaría a una vacilación en el
lector frente al relato y lo que le asombra –o lo “sobrenatural”–. De este modo, la
definición en Todorov es: “Lo fantástico ocupa el tiempo de esta incertidumbre; en cuanto
se elige una respuesta u otra, se abandona lo fantástico para entrar en un género vecino:
lo extraño o lo maravilloso. Lo fantástico es la vacilación que experimenta un ser que sólo
conoce las leyes naturales, ante un acontecimiento al parecer sobrenatural” (p. 24).

La sensación de incertidumbre, de vacilación, de ambigüedad ante lo narrado es lo que


hace que el lector concluya apostando por una de dos posibles interpretaciones: o estuvo
ante algo producto de su imaginación, o ante algo que sí pudo haber pasado pero que él
no puede explicarlo con sus propios conocimientos; así el lector está en el lugar de los
personajes del relato, cuestión que lleva a que la vacilación esté formulada en su interior,
además del acontecimiento. Entonces, dependiendo de la lectura, o se está en lo
fantástico, o se puede ir a lo extraño o a lo maravilloso; así lo fantástico vendría a ser un
género límite entre éstos. Cuando el lector percibe que lo narrado tiene sus propias leyes
y que con ellas queda explicado un fenómeno, se está en lo extraño; y cuando siente que
hay nuevas leyes que permiten revelar el acontecimiento, se remite a lo maravilloso.
151

Finalmente lo tocante a lo maravilloso, donde se halla lo maravilloso puro: “En el caso de


Página

la maravilloso –dice Todorov–, los elementos sobrenaturales no provocan ninguna


5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

reacción particular ni en los personajes, ni en el lector implícito. La característica de lo


maravilloso no es una actitud, hacia los acontecimientos relatados sino la naturaleza
misma de esos acontecimientos” (p. 54). Lo insólito está allá y no pide ni explicación.

De acuerdo a lo anotado se puede constatar que el género fantástico supone límites como
lo extraño y lo maravilloso. Este hecho define una constelación de subgéneros.

La ficción fantástica y la ciencia ficción

En tal sentido, la ciencia ficción se desprendería de lo maravilloso puro donde lo que


importa son los acontecimientos que aún no se conocen y que pueden suscitar interés
dada su naturaleza, aunque estos no necesariamente despierten asombro. Por ello se
puede decir, incluso cotejando y contradiciendo a Todorov, que los mundos de la ciencia
ficción supondrían hasta cierta exageración de aspectos, haciendo aparecer mundos que
no podrían ser posibles para nosotros en la Tierra, pero sí en otros planetas, donde
existirían otras condiciones no conocidas y que pueden dar lugar a mundos hiperbólicos.
Empero, y con propiedad, si nos ceñimos a Todorov, lo que tiene que ver con lo
maravilloso científico vendría a ser ciencia ficción, donde hay explicación racional de algo
que todavía puede no encajar, pero puede ser posible, usando las leyes de la ciencia y
elaborando probables hipótesis (Todorov parecería estar pensando más en la literatura de
Wells o incluso la de Verne, antes que en la ciencia ficción contemporánea).

Por Iván F. Rodrigo Mendizábal – Escritor Ecuatoriano – Bloguero Literario


https://cienciaficcionecuador.wordpress.com/2014/10/04/ciencia-ficcion-y-fantasia-a-proposito-de-utopica-penumbra/

ACTIVIDAD 10: BUSCÁ EN EL DICCIONARIO ONLINE DE LA RAE


EL SIGNIFICADO DE “FANTÁSTICO”. RELACIONALO CON LA
IDEA DE LITERATURA FANTÁSTICA. UTILIZÁ TAMBIÉN EL
CUADRO DE LA PÁGINA SIGUIENTE PARA FORMULAR TU
HIPÓTESIS.
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5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

REALISMO
La Realidad Material, Empírica y/o
Psicológica, del ser humano
MARAVILLOSO CIENTÍFICO* MUNDO PARCIALMENTE
occidental en todas sus clases. Ej.:
IMAGINARIO CON BASE REALISTA, MÁS O MENOS
REALISMO PSICOLÓGICO, LÓGICA
NATURALISMO, REALISMO SUCIO CIENCIA FICCIÓN y algunas FICCIONES DISTÓPICAS:
Fantasía de un mundo secundario-futuro anclado en lo real aunque
Entre el Realismo y Lo No Real: lo extraño y fantástico a la vez. Se sitúa en situaciones concernientes o
Insólito, lo Fantástico y lo ligadas al impacto de las ciencias y las tecnologías, sobre todo
Maravilloso: proyectadas a mundos que tienen como escenarios mundos
REALISMO MÁGICO (Realismo + Maravilloso ): Una realidad

↓ ↘ reflejada con elementos maravillosos y mágicos que no entran en


tensión. A diferencia del subgénero Maravilloso, predomina lo
realista por sobre lo mágico, y es un género íntimamente
relacionado con la realidad latinoamericana.
REALISMO ÉPICO (Realismo + Maravilloso Científico) : un
INSÓLITO-EXTRAÑO mundo con un ambiente de desastre en grandes proporciones, pero
Realidades que aparentan ser que en medio del mismo el drama humano se desarrolla en toda su
irreales, extrañas, chocantes, pero magnitud, es decir, ubicado dentro del género de realismo
tienen explicación lógica. se contemplando la psicología y desarrollo personal del elenco de la
explican por el azar, las obra. Semejanzas con la ciencia ficción pero con carácter realista
coincidencias, los sueños, las más acentuado. La ciencia ficción si o sí incluye algún elemento de
drogas, los juegos trucados, las índole e interés científico-tecnológico.
supercherías, la ilusión de los
sentidos, la locura, entre otros, es MARAVILLOSO MUNDO TOTALMENTE IMAGINARIO,
decir, intentan ajustarse a una CON LÓGICA PROPIA Fantasía de un mundo hiperbólico,
lógica pero sin apelar tanto a lo secundario, nuevo o antiguo, con sus leyes propias, donde lo
real-racional. sobrenatural y mágico se hace posible y es parte de ese mundo.
yrazonable. Ej.: -POLICIALES / Lo imposible es posible, y lo imposible cobra relevancia por
MISTERIO sobre lo real.
-MITOS, LEYENDAS, AVENTURAS, NUEVA ÉPICA,
ALGUNOS MITOS MODERNOS,

FANTÁSTICO TENSIÓN ENTRE LO REAL Y LO IMAGINARIO, EFECTO ILÓGICO


Realidades perturbadas por incertidumbres y hechos sobrenaturales. Tensión entre lo real
y lo no-real. Se genera un efecto de miedo y duda: El “Sentimiento Fantástico”
(Cortázar), y lo sobrenatural es el tema de base (Roas), la muerte, el miedo, el vacío
existencial y la locura, otros temas recurrentes.
Razón vs. Irracionalidad, Realidad vs. Sobrenaturalidad
Ejemplos: LITERATURA de TERROR / HORROR / GÓTICA / HORROR CÓSMICO /
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PARANORMAL / ALGUNOS MITOS MODERNOS


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5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

LECTURA 3.1

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5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

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Cuando empezó a trabajar en el Centro de Gestión y Participación de Parque Chacabuco,
que quedaba debajo de la autopista, Mechi pensó que nunca iba a poder acostumbrarse al
constante trepidar sobre su cabeza, un ruido sordo que combinaba el paso de los coches, la
vibración de las junturas del asfalto, el esfuerzo de los pilares. Parecía palpitar, y ella justo
estaba debajo, en una oficina perfectamente cuadrada que compartía con otras dos mujeres,
Graciela y María Laura, las dos empleadas de mucha más experiencia, las dos encargadas
de atención al público, algo que Mechi no sabía hacer, ni quería hacer. Pero con los meses
empezó a acostumbrarse a la autopista sobre su cabeza y hasta a reconocer los distintos
vehículos: cuando pasaba un camión grande, el techo parecía recibir mazazos, como si un
gigante caminara encima de la oficina; los colectivos provocaban un silbido lento, y los
autos apenas un roce y un latido. El ritmo del tráfico acompañaba su trabajo y le causaba
una sensación de encierro, de pecera, que de alguna manera la ayudaba.
El silencioso trabajo de Mechi la mantenía aislada. Se trataba de mantener y actualizar el
archivo de chicos perdidos y desaparecidos en la Ciudad de Buenos Aires, ubicado en el
fichero más grande de la oficina, que era parte del Consejo de los Derechos de Niños, Niñas
y Adolescentes. Ni siquiera ella tenía claras todavía las redes burocráticas de consejos y
centros y dependencias a las que pertenecía, y a veces le resultaba borroso determinar para
quién estaba trabajando; pero en sus diez años como empleada del Gobierno de la Ciudad,
era la primera vez que su trabajo le gustaba. Desde que ella estaba a cargo —hacía casi dos
años— el archivo recibía elogios exaltados. Y eso a pesar de que tenía un valor sólo
documental: los expedientes importantes, los que hacían movilizar a policías e
investigadores tras las pistas de los chicos estaban en comisarías y fiscalías. El suyo era
más inútil, una especie de memoria en perpetuo crecimiento pero sin capacidad de acción.
Eso sí, estaba al alcance de todos: a veces los familiares venían a repasarlo para ver si algún
cabo suelto les permitía armar el rompecabezas del paradero de sus chicos perdidos. O
volvían a agregar nuevas sospechas, nuevos datos. Entre los más desesperados estaban los
que en la jerga de la oficina se llamaban «víctimas de secuestro parental». Padres o madres
cuya pareja se había fugado con el bebé en común. Por lo general, se trataba de madres. Y
los hombres venían muy seguido, angustiados: para ellos el tiempo resultaba crucial porque
los bebés cambian de aspecto muy pronto. En cuanto aparecían los primeros rasgos de
personalidad, crecía el pelo y se definía el color de ojos, ese bebé de la foto congelada que
se usaba en el afiche de «se busca» desaparecía una vez más.
Desde que Mechi estaba a cargo del archivo, ningún niño secuestrado por padre o madre
había aparecido.
Por suerte, ella no tenía que verles las caras a los familiares de los faltantes. Cuando
aparecían por la oficina, si querían ver la carpeta, Graciela o María Laura se la pedían a
Mechi, y ellas se la entregaban a los parientes. El mecanismo era el mismo si venían a
aportar información nueva: se la dejaban o se la contaban a cualquiera de las dos mujeres,
que después se la pasaban a Mechi, y ella la agregaba a su carpeta, o mejor a sus carpetas,
una digital y la otra en papel. A veces, especialmente cuando Graciela y María Laura se
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enfrascaban en sus largas conversaciones personales, o salían a comer y se atrasaban,


Mechi abría las carpetas y fantaseaba sobre los chicos. Incluso conservaba, en un fichero
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aparte, los casos resueltos, los de chicos que habían aparecido. Los encontrados casi
siempre eran adolescentes y en general mujeres: las chicas avisaban que salían a bailar, y
5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

no volvían. Jessica, por ejemplo. Vivía en Piedrabuena y Chilavert, Villa Lugano. La casa,
según las fotos, era baja y tenía una fachada color blanco sucio. No anunciaba lo que
pasaba adentro. Seis chicos, una madre sola y la habitación de Jessica, con los ladrillos al
aire, sin revocar, un colchón de gomaespuma sobre una tabla (técnicamente, no tenía cama)
y su lado de la pared — porque compartía la habitación con dos hermanos— decorado con
fotos del Guille, su héroe; fotos del Guille arrancadas de revistas, o pósters más o menos
completos, cubiertos de besos rosados, y «teamos» escritos con fibrón rojo. Jessica siempre
se juntaba con otras pibas en la plaza Sudamérica, reacondicionada hacía poco, con nuevos
bancos de hierro (para que no resultara cómodo sentarse mucho tiempo o, peor, quedarse a
dormir) y guardia policial. Decían que era una piba tranquila, nunca la habían agarrado ni
fumando un tabaco. Pero un día se escapó, y su familia salió a recorrer el barrio
desesperada, volanteando; dejaban la hoja de papel A4 fotocopiada con la foto de Jessica
sobre todo en las remiserías, porque los remiseros conocían a todo el mundo. Jessica
apareció dos meses después: se había quedado en lo de otra piba después de una discusión
con su mamá, que le había gritado, si seguís así te mando a Comodoro Rivadavia. El papá
vivía ahí. Cuando Jessica apareció, Mechi se quedó mirando su foto —el flequillo teñido de
bordó, los ojos delineados de negro, los labios con brillito y aros con forma de clave de
sol— y pensó que debería decirle a la nena —catorce años tenía Jessica— que seguramente
Comodoro Rivadavia estaba mucho más bueno que Villa Lugano, que a lo mejor su papá le
conseguía una cama que no pareciera una esponja gigante. Pero Jessica se quería quedar en
la Capital porque así podía ir siempre que pudiera a los recitales del Guille, y el Guille
nunca iba para la Patagonia.
Como Jessica había muchas, porque la mayoría de los chicos que faltaban eran chicas
adolescentes. Que se iban con un tipo mayor, que se asustaban por un embarazo. Que huían
de un padre borracho, de un padrastro que las violaba de madrugada, de un hermano que se
les masturbaba en la espalda, de noche. Que iban al boliche y se emborrachaban y se
perdían un par de días, y después tenían miedo de volver. También estaban las chicas locas,
que escuchaban un clic en la cabeza la tarde que decidían dejar de tomar la medicación. Y
las que se llevaban, las secuestradas que se perdían en redes de prostitución para no
aparecer jamás, o aparecer muertas, o aparecer como asesinas de sus captores, o suicidas en
la frontera de Paraguay, o descuartizadas en un hotel de Mar del Plata.

2
Mechi creía que su minuciosidad en el mantenimiento del archivo, su interés serio respecto
a los chicos que faltaban tenía que ver con Pedro, uno de sus pocos amigos. Lo había
conocido unos cinco años atrás, cuando ella aún trabajaba en pleno centro de la ciudad, en
una oficina cerca de la Plaza de Mayo; desde la ventana se distraía viendo las marchas y
manifestaciones, y ese era casi su único entretenimiento —y su única emoción fuerte—,
cuando alguna protesta acababa en represión y llegaban hasta su ventana las sirenas, los
gritos y el olor ardiente de los gases lacrimógenos. Algunas tardes Mechi decidía tomarse
una cerveza antes de volver a su departamento. Ninguno de los bares le gustaba mucho. En
el horario de salida, alrededor de las seis de la tarde, se llenaban de jóvenes ejecutivos,
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empleados administrativos con buenos sueldos, secretarias de ropa cara. En el after hours
pedían cervezas importadas y trataban de llamar la atención, de encontrarse y, de ser
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posible, gustarse como para irse a la cama. Nadie trataba de conversar con Mechi. Ella era
demasiado delgada y bajita, usaba botas con plataformas en verano y jamás se maquillaba.
5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

Era rara. Tampoco esperaba que alguno de los chicos de traje y afeitadas aromáticas la
invitara a tomar una cerveza Iguana; Mechi aceptaba fácil la realidad de las situaciones y en
general no se atormentaba. Esos bares no eran su lugar. Pero le gustaba volver a casa
levemente borracha, caminando por la avenida mientras caía el sol y le resultaba muy
sencillo ignorar lo que pasaba a su alrededor; incluso, a veces, se llevaba un libro, y eso
atraía miradas, pero jamás nadie se había molestado en preguntarle qué estaba leyendo.
Leer la ayudaba a no escuchar las conversaciones de los otros oficinistas, que no le
interesaban.
Una de esas tardes conoció a Pedro, que la sacó de su aislamiento cuando le pidió compartir
mesa, el bar estaba lleno. Él hablaba mucho, sin que hiciera falta hacerle preguntas: le
contó que era periodista, que trabajaba en un diario cercano, que se especializaba en
policiales y que rara vez dejaba la redacción para tomarse una cerveza a la tarde (salía de
trabajar después de las diez de la noche), pero ese día había sido muy movido y necesitaba
despejarse. Le pidió el teléfono y Mechi se lo dio sin demasiadas expectativas: Pedro era
nervioso, atractivo, tenía un poco de barba y grandes ojos oscuros. Ese tipo de chicos rara
vez la tenían en cuenta.
Sin embargo, Pedro la llamó la noche siguiente. La invitó a una cerveza en otro bar,
distinto, más barato y lejos del circuito de oficinistas, y después a tomar algo más en su
departamento. Mechi todavía recordaba el lugar. Las piedritas sanitarias del gato en el
lavadero al lado de la cocina, rebosantes de mierda; no debía haberlas limpiado en semanas.
Libros en los rincones, un balcón hermoso, de piedra, la computadora sobre la mesa y un
poster vintage de Tarde de perros, la película de Al Pacino. Tomaron la cerveza sentados en
el sillón y fueron a la cama antes de terminarla. Era un colchón en el suelo, con el
despertador al lado de la cabecera, un cenicero lleno al alcance de la mano y las sábanas
blancas demasiado usadas, tanto que hacia el centro se veían grises. Mechi no había
disfrutado del sexo con Pedro. Por algún motivo había sido incapaz de concentrarse y se la
pasó observando los detalles de estilo de las puertas del ropero, el cielo de la noche, los ojos
curiosos del gato que se asomaba del otro lado de la puerta entreabierta, incluso la ventana
iluminada del departamento de enfrente, que se veía desde la cama. Había actuado como si
disfrutara, porque Pedro parecía estar pasándola bien y se comportaba con gran entusiasmo
y delicadeza cuando hacía falta. Lo había besado profundamente y le había acariciado la
espalda, pero cuando él amagó a buscar un segundo preservativo, Mechi le detuvo
suavemente el gesto, lo besó en la mejilla y le pidió un cigarrillo. Se quedaron fumando
hasta la madrugada; Pedro tomó un poco de cocaína —ella no tuvo ganas— y le contó
detalles de algunos de sus casos más escabrosos. Le gustaba, y se lo dijo, que Mechi no se
asqueara ante los detalles, que no se impresionara. Ella le explicó que las historias de
crímenes le daban miedo, pero al mismo tiempo la entretenían. Se fue del departamento de
Pedro cuando empezaba a amanecer, segura de que no volverían a tener sexo. Y no se
equivocó, pero juzgó mal a Pedro cuando creyó que tampoco volvería a comunicarse. Pedro
quiso seguir viéndola, aunque no insistió en acostarse con ella. Aquella primera noche
había quedado claro lo que no se animaban a decir en voz alta: que no se gustaban tanto,
que lo sabían desde antes de irse a la cama, pero igual quisieron intentarlo, porque estaban
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solos y los dos habían fantaseado con que ese encuentro podría ser, al menos, el comienzo
de una compañía. El enamoramiento sencillamente no había sucedido, pero sí una amistad
constante aunque no tan cercana. Al principio Mechi lo llamaba para comentarle sus
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artículos, y él para informarle la deriva de los casos que a ella le interesaban. Con los años,
fueron confesándose relaciones frustradas y pequeñas esperanzas que en general se
5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

desvanecían pronto. Pedro cambiaba de novias seguido, Mechi era más solitaria, y aunque
rezongaban, ambos sabían que les gustaba más estar solos.
En los últimos años, Pedro había cambiado de especialidad en sus casos policiales. Cansado
y un poco asustado después de años de crímenes mafiosos, había empezado a investigar las
desapariciones de adolescentes, especialmente de chicas. Terminó encontrando redes de
trata de menores y personajes tan sórdidos y temibles como los asesinos narcos. Pero había
algo en los terribles viajes de estas chicas —especialmente de chicas, aunque también
investigaba desapariciones de varones— que lo hacía escribir crónicas especiales, muy
largas y detalladas, que se comentaban muchísimo y generaban felicitaciones de sus jefes, y
hasta aumentos de sueldo.
Casi como una casualidad extraña, mientras Pedro se internaba en prostíbulos de provincia
y comisarías oscuras en busca de las chicas ausentes, a Mechi le ofrecían el trabajo en el
archivo de chicos desaparecidos del Consejo. Ella aceptó inmediatamente, y lo primero que
hizo después de dar el sí y averiguar qué trámites debía hacer para oficializar el pase, fue
llamar a Pedro, que recibió el cambio de Mechi con gritos de alegría y muchos «no te
puedo creer» que la aturdieron. Empezó a visitarla seguido y cuando el archivo finalmente
tuvo el sello del orden y la dedicación de Mechi, se le hizo de consulta obligatoria. Antes de
ella era un montón de papeles desordenados a los que nadie les prestaba demasiada
atención, salvo los pobres desesperados familiares. En tres meses, según Pedro, el archivo
era una joya.
—Boluda, esto es oro en polvo —le decía siempre, mientras pasaba las páginas y copiaba
los datos necesarios en su cuaderno de notas—. Le hablo de vos siempre a la fiscal, la tenés
que conocer, es una torta que fuma cigarros negros, tremenda voz de chongazo, toda mal
teñida, ¡no sabés! Un día de estos almorzamos juntos, ¿dale?
La propuesta nunca se cumplía porque Pedro nunca estaba despierto a la hora del desayuno,
y además viajaba por lo menos cada quince días, en la ruta de los secuestradores de chicas.
Con ayuda del archivo de Mechi y las investigaciones de Pedro ya habían atrapado a uno de
los zares de la trata de mujeres y adolescentes, un misionero afincado en Posadas, con
varias salidas liberadas a Brasil y Paraguay, que alcanzaba con sus tentáculos hasta el sur
del Gran Buenos Aires. Cuando lo llevaron a juicio y se supieron detalles espantosos, y se
entrevistó a las chicas —algunas habían vivido en pleno Palermo, hacinadas en un
departamento de un ambiente, no se les permitía ni salir a la calle, para eso tenían una
celadora que les traía comida y objetos de primera necesidad; estaban pálidas por el
encierro y con los labios resecos—, Pedro se convirtió en una estrella de la televisión, y
participó de paneles, noticieros, hasta de programas con living. Se compró una docena de
sacos y camisas blancas para su pico de fama, y Mechi pensó qué fácil resultaba la fama y
la televisión para un hombre, nada más aparecer con sacos diferentes les garantizaba
elegancia; si hubiera sido ella, tendría que haberse comprado doce diferentes vestidos, por
ejemplo. Pedro fue sincero y generoso en las entrevistas, y nombró varias veces a Mechi,
porque había descrifrado gran parte del armado de la red de prostitución cruzando datos; y
los de los archivos del Consejo de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes habían
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sido claves. Pero a Mechi no la habían llamado para hablar de sus chicos por tele, sólo la
entrevistaron de algunos diarios. A algunos periodistas los recibió en la oficina de Parque
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Chacabuco, y todos comentaron sobre el ruido de la autopista que llenaba monótonamente


la oficina. Mechi les dijo que después de un tiempo una se acostumbraba, pero no era
5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

cierto, y ellos no se lo creyeron, se les notaba en las sonrisas falsas. «Por lo menos tenés el
parque cerca», le decían, y Mechi tenía que reconocer que era una recompensa por el
traqueteo de la autopista sobre la cabeza. A veces ella aprovechaba la hora del almuerzo
para recorrerlo: se comía un sándwich rápido sentada en un banco, o en un bar si no se
había traído vianda, y después caminaba un rato. Le gustaba especialmente la parte cercana
a la estación de subte, los bancos de un pequeño rosedal romántico, con sus glorietas y
paseos, que pretendía una elegante decadencia arruinada por el constante paso de autos en
la autopista, y los horrendos pilares con forma de gomera. A veces se llevaba algunas
carpetas para repasar los nombres y circunstancias de los chicos, llenando mentalmente los
puntos suspensivos para inventarles una historia. Le extrañaba que casi siempre la foto
elegida por la familia, la misma que solía ser usada en los carteles y los volantes de
búsqueda, fuera pésima. Los chicos se veían feos; el lente les tomaba los rasgos de tan
cerca que los deformaba, o de tan lejos que los desdibujaba. Aparecían con gestos raros,
bajo luces precarias; casi nunca eran fotos donde los ausentes estuvieran lindos.
Salvo por Vanadis. Ella, con su nombre tan extraño. Mechi lo había buscado en un
diccionario enciclopédico: era una variante del nombre de la diosa nórdica Freya, deidad de
la juventud, el amor, la belleza, y señora de los muertos. Vanadis, desaparecida a los
catorce años, era la única verdadera hermosura de todo su archivo. Había más de veinte
fotos de ella, muchísimas para el promedio, y en todas era un misterio de pelo oscuro y ojos
achinados, los pómulos altos y los labios fruncidos en un gesto de seductora inmadura.
Mechi nunca se había obsesionado con uno de los chicos, pero con Vanadis estaba cerca.
Algo en su historia no encajaba, además: la habían encontrado prostituyéndose en
Constitución, en una zona donde reinaban las travestis y en general no trabajaban mujeres,
y mucho menos chicas jóvenes, nadie de su familia quiso hacerse cargo de ella cuando
intervinieron los asistentes sociales, y la encerraron en un instituto de menores, del que se
escapó. Nunca más se supo de ella. La familia no parecía interesada en encontrarla. Los que
a veces aparecían con datos eran sus amigos de la calle. Otros chicos que la idolatraban,
puesteros, taxistas que empezaban su recorrido de madrugada, jóvenes que atendían las
pancherías y hamburgueserías abiertas las 24 hs., quiosqueros, otras prostitutas, algunas
travestis. Algunos se presentaban en la oficina y contaban sobre Vanadis, pero otros
dejaban cartas, pequeñas anécdotas escritas, hasta corazones dibujados o cintitas rojas para
regalarle si ella aparecía. En muchos casos Graciela los grababa: después le pasaba el
cassette a Mechi —no había forma de que entendiera cómo funcionaba un MP3— y ella los
desgrababa. Esas voces después la acompañaban en el subte, cuando volvía a casa. El
archivo de Vanadis era grueso y resultaba difícil cerrar la carpeta. Tanto que una tarde, en
el horario del almuerzo, a Mechi se le cayó una de las fotos cerca de la estación Emilio
Mitre. Cuando corrió a buscarla, porque había viento y temía que se volara, vio por un
instante esa cara sobre la vereda, y pensó que nada malo debía haberle pasado a Vanadis, la
chica que se parecía a Bianca Jagger pero había nacido en Dock Sud, porque nada malo le
pasaba nunca a las diosas, ni aunque fueran tan tristes y callejeras.
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5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

3
Cuando Vanadis se prostituía cerca de Constitución, solía cruzarse con los chicos de la
cárcel. No se trataba de presos: eran chicos, varones y mujeres —algún que otro adulto
también— que ocupaban las ruinas de la cárcel de Caseros. Se suponía que esas paredes
debían haber sido demolidas hacía años, pero seguían ahí, enormes y peligrosas, y a nadie
parecía importarle salvo a los vecinos. De a poco se había ido llenando de chicos adictos,
en general a la pasta base, pero también al pegamento y el alcohol. Los chicos adictos
expulsaron a las familias pobrísimas y los sin techo que habían elegido las ruinas para
asentarse. Nadie podía vivir donde los chicos adictos vivían. Había peleas, muertes por
sobredosis, dealers asesinados y asesinos, robos, una mugre abismal. Nadie se atrevía a
pasar cerca, el barrio que rodeaba las ruinas se iba muriendo de a poco. Los chicos adictos
solían abandonar las ruinas al atardecer, para pedir plata por los alrededores.
Una chica del Moridero de Caseros —así había llamado un canal de televisión a las ruinas,
y el nombre macabro resultó y acabó siendo el usado habitualmente para referirse al
lugar— se acercó un día hasta el Centro de Gestión y Participación de Parque Chacabuco y
dijo que quería contar lo que sabía de Vanadis. No quería ir a la policía ni al juez, le dijo a
Graciela, porque estaba hasta las manos y no quería ni caer presa ni rehabilitarse. Se quería
morir en la calle, no le importaba nada, tenía las piernas y los brazos llenos de llagas y
había perdido dos embarazos entre las ruinas de Caseros, no sabía quiénes eran los padres
de sus hijos no nacidos, intuía que debían haber sido otros adictos, ella no se acordaba. Y
seguramente se había acostado con ellos por plata, para otro paco, porque a ella le gustaban
las mujeres. El testimonio no registraba el nombre porque no quiso darlo, pidió que la
anotasen como La Loli. Graciela decía que La Loli apestaba, que tenía la ropa tan sucia que
tanto los jeans como la remera que llevaba parecían marrones, y se le escapaban los dedos
de los pies fuera de las zapatillas. Decía que tenía algo de loba, por lo flaca, con los dientes
y la mandíbula sobresaliendo de la cara como las fauces de un animal. Y que le había
contado la historia de su vida antes de hablar de Vanadis sólo porque no paraba de hablar
nunca, nomás para respirar con un sonido áspero. Era la primera vez que Graciela veía a
una persona moribunda pero caminando, a una persona cuya mente no registraba la muerte
del cuerpo. La había impresionado mucho.
La Loli contó que una noche había salido desesperada del Moridero. No tenía un mango, le
dolía todo, no podía pensar, necesitaba plata. Se fue para el lado de Constitución pero con
cuidado, porque no quería que la viera ningún policía ni quería pedirle plata a las travestis,
que le pegaban a chicas como ella. Tenía que encontrar a alguno que estuviera esperando el
colectivo, o nomás caminando por ahí, yendo al kiosko o de vuelta a casa. Tenía el pico
roto de una botella escondido en el bolsillo de la campera.
Pasó como una hora, le pareció, y no se cruzaba con nadie que diera para el arrebato. La
gente común ya no andaba a esa hora por el barrio, sabían que se ponía peligroso. Y cuando
ya estaba perdiendo las esperanzas, la vio a Vanadis. Ella estaba muy loca pero en seguida
se dio cuenta de que no era una travesti. Se le acercó de atrás y le apoyó el filoso pico de la
botella en la espalda.
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Vanadis se dio vuelta muy rápido, casi de un salto, estaba mucho más alerta de lo que La
Loli creía. Se miraron y Vanadis cedió sin que hiciera falta volver a amenazarla. Le dio
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treinta pesos, y le dijo: «Pero ahora no me pedís más por quince días, ¿okey? No me
rompés las pelotas. Acordate que te di, no seas rata».
5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

La Loli salió corriendo con la plata y con una sensación extraña: no sentía que le había
robado a esa chica. Si esa chica le hubiera dicho no te doy nada, Loli se hubiese ido sin
apretarla más. No entendía por qué, si ella estaba tan desesperada por la plata, pero era así:
la hubiera dejado en paz.
Unos días después —Loli no se acordaba cuándo, el tiempo no contaba entre los del
Moridero— la vio otra vez. Vanadis le dijo: «Ni se te ocurra pedirme eh, acordate». La Loli
se acordó, y cuando Vanadis le sonrió, se enamoró. Le preguntó si podía quedarse cerca y
Vanadis dijo que sí. La Loli le contó su vida, le habló del Moridero y Vanadis se preocupó,
ella no se drogaba, le parecía tan triste lo que hacían. Le dijo a Loli que quería verlo, quería
visitar el Moridero, pero la Loli se negó a llevarla, era demasiado peligroso y además no
quería que viera el terrible lugar donde vivía. Esas noches, cuando fumaban cigarrillos
juntas entre cliente y cliente de Vanadis, la Loli pensó que podía dejar el paco, volver a
comer, ir al hospital que era gratis para curarse todo lo que seguramente tenía hecho
mierda, y confesar su amor; capaz que ella la correspondía, estaba lleno de putas tortas, ella
había conocido un montón y hasta había tenido una novia puta antes de empezar a fumar
paco.
Le contó a Graciela que Vanadis trabajaba muchísimo. Seguramente les sacaba trabajo a las
travestis, pero por alguna razón la dejaban laburar tranquila, nadie la molestaba. Loli ni veía
a los tipos que siempre estaban adentro del auto y de noche, pero Vanadis, que hablaba
poco y casi nunca de sus cosas —jamás mencionaba a su familia, su casa, nada anterior a la
vida en la calle; si Loli le preguntaba Vanadis nomás le sonreía y cambiaba de tema— le
contó acerca de un par que eran «raros». Eso quería venir a contar Loli: porque cuando
Vanadis se escapó del Instituto y desapareció, ella creía que a lo mejor se la habían llevado
esos tipos raros. Además cuando ella se enteró que Vanadis había desaparecido —se lo
contó una travesti—, Loli se dio cuenta de que no iba a dejar nunca el paco y que se iba a
morir en Caseros, que esa pendeja era la última puerta y se había cerrado. Entonces quería
contar para no morirse tan al pedo.
Los tipos raros se la levantaban juntos y la llevaban a un hotel de por ahí cerca, casi
enfrente de la estación. Mientras uno se la cogía el otro filmaba, y se turnaban. La hacían
hacer cosas normales: chupar pija, el culo, tirada de goma, garchar común. Nomás la
filmaban. Vanadis les había preguntado qué hacían con los videos y ellos contestaron que
eran para ellos, que no andaban en nada raro, que los miraban entre ellos. Vanadis no les
creía, y Loli tampoco. Cuando les insistió mucho con que le contaran, dónde iban a parar
los videos, a Internet o qué, ellos le dijeron que si decía algo la mataban, que era una
pendeja de la calle, a quién le importaba un carajo algo de ella. Vanadis no peleó, y siguió
haciendo los videos, pero les tenía miedo aunque no se hiciera cargo, Loli se daba cuenta,
aunque siempre le negó todo, decía que eran dos pelotudos y que igual a ella no le
importaba que pusieran sus videos en Internet o los vendieran, le daba lo mismo. Ellos,
claro, le pagaban más que los clientes comunes, y con eso le alcanzaba.
Loli se había enterado de la llegada de los asistentes sociales y la policía a Constitución
cuando
Vanadis estaba internada en el Instituto. Esperó que volviera, y después de un tiempo
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larguísimo —le parecían años— la travesti le dijo que había desaparecido. Y eso la mató,
decía la Loli, me mató. A lo mejor la mataron también a ella. Era hermosa esa nena, era lo
más lindo que vi en mi vida.
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5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

Todos coincidían en lo hermosa que era Vanadis, sobre todo en su perfil de MySpace; era
notable cuántos de los chicos desaparecidos dejaban perfiles de Facebook y MySpace
detrás, que quedaban inmóviles, como lápidas, sólo visitados por un puñado de sus cientos
de amigos y algunos familiares que seguían dejando mensajes con la esperanza de recibir
una respuesta.
El perfil de Vanadis había sorprendido a Mechi. Seguía teniendo mensajes nuevos, casi
todos los días. Había muy poco acerca de ella, sin embargo. Una foto extraordinaria,
tomada con celular: ella llevaba el pelo recogido, bien tirante, y se le veía la cara entera,
con los labios gruesos y una sonrisa suave. Había completado la información solicitada con
una extraña mezcla de verdad y fantasías macabras: era fan del heavy metal y las películas
de terror. Se presentaba como «Vagabunda de la Noche», se describía como «el gusano que
vive en cada muerto» y declaraba 103 años. El casillero de «En cuanto a mí» lo había
dejado vacío, y en «A quién quiero conocer» había puesto: «A todos». El resto era así:

Intereses
General: Ahora no tengo tiempo, más tarde
Música: metal!!!
Películas: el juego del miedo, el ecsorcista, los otros, las japonesas
Televisión: no tengo hace mal!!!
Libros: jaja
Héroes: mis dedos
Grupos: marilyn manson, slipknot, korn

Sus datos
Estado civil: no tengo
Vengo a: amigos
Orientación sexual: bisexual
Ciudad natal: mundo subterráneo
Medidas: 1,60 re flaca!!!
Etnia: ?
Religión: nada
Signo: escorpio
Bebo/FuMo: si y si
Hijos: pobres chicos
Formación: ?
Sueldo: jaja

Tenía 228 amigos y 7.200 mensajes. «ojalá aparescas amiga linda te quiero!!!!», «hermosa,
te quiero volvé se te extraña acá». Algunos de los amigos tenían perfiles propios, pero
pocos los habían llenado. Salvo Cero Negativo, un tatuador que tenía un extenso perfil
lleno de fotos de su trabajo, entre las que había varias de Vanadis, porque le había tatuado
dos alas sobre los omóplatos y una lágrima en la nuca —al menos esos eran los trabajos
sobre la piel de la chica que él exhibía—. Pero en el perfil de Vanadis dejaba mensajes al
162

menos una vez por semana: algunos eran cortos («decime dónde estás muñeca», «si alguien
te hizo algo lo mato») y otros muy largos, hasta el límite de palabras permitidas para un
Página

mensaje: «nena bruja, no me olvido más de vos y de lo que me contaste, te busqué anoche
por todos lados en constitución y en patricios hasta me metí en la cárcel y
5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

casi me afanan si empezaste a fumar esa mierda te cago a trompadas pero yo te salvo eh
decime dónde estás me parece que no estás muerta la otra noche viniste en un sueño me
flotabas arriba de la cama yo estaba en pelotas boca arriba y flotabas con alas de verdad
como las que te hice y tenías los ojos más raros como plateados, me hacía acordar a cuando
venías acá y me contabas que tenías que dormir tapada aunque hiciera calor porque sentías
que a la noche te tocaban unas manos, tenías sueños recontra locos y a veces te hablaban en
el oido y no te dejaban dormir, te busqué también en hospitales no estarás loca por ahí? A
veces parecías re loca mi amor me fui a open door y al moyano pero no estás en ninguna
parte me voy a volver loco».
Mechi le preguntó a Graciela si alguna vez había aparecido este tatuador, a dejar
información, le dijo el nombre del chico pero no, nunca había venido. Mechi le creía, le
parecía enamorado de verdad, y le daba tanta lástima que a veces pensaba en romper con su
promesa de no involucrarse con los chicos más que a través del archivo y tenía ganas de ir a
visitar al tatuador e invitarlo a que explicara mejor de qué se trataban esos sueños y esas
voces, pero finalmente se decidió por la distancia. Le parecía injusto con los demás chicos
la atención especial que le prestaba a Vanadis, y prefirió, como siempre, dejarlo estar.

4
De aquel ruidoso caso del misionero que regenteaba el tráfico y la explotación de menores
para prostitución había pasado un año, y salvo los éxitos individuales, las apariciones de
algunas chicas (la mayoría eran chicas, Mechi se asombraba, tantas chicas), la oficina
seguía con su ritmo habitual, angustioso pero rutinario. Pedro había vuelto a sus mapas
marcados con los recorridos de las chicas secuestradas: solía seguir sus rastros gracias a
inscripciones que ellas mismas dejaban en baños de estaciones de servicio y hoteles, «Soy
Daiana, mamá estoy viva secuestrada te quiero ayuda». Cada quince o veinte días visitaba a
Mechi y su archivo. Tomaba notas y cuando Graciela no lo veía, sacaba fotocopias de las
páginas que necesitaba. Mechi, sin embargo, prefería tener las reuniones con él en el bar.
En la oficina resultaba incómodo porque Pedro gritaba todo el tiempo, y más después de
unas cervezas. Cuando se habían conocido, él ya era un poco así, excitable, siempre
fumando mucho, atendiendo sin parar el teléfono. Pero ahora tomaba demasiado y se
emborrachaba rápido. A Mechi le daba vergüenza, y sentía un poco de repugnancia cuando
veía las gotitas de saliva que salían disparadas de la boca de Pedro con cada carcajada. Pero
a veces también la hacía reír. Y le gustaba tomarse una cerveza con él sobre el pasto del
parque, como si fueran dos adolescentes, mientras discutían sobre el por qué de esas fotos
tan feas, o de la cantidad de remiseros que se escapaban con menores, o de si los chicos
secuestrados salían del país por Paraguay (como sostenía la Defensoría) o por Brasil, como
sospechaban los investigadores de organizaciones no gubernamentales y los periodistas.
Las cosas siguieron bastante igual hasta que un día Pedro apareció con un dato, según él,
fabuloso. Una de sus «fuentes» —nunca le explicaba a fondo a Mechi quiénes eran sus
informantes— vendía el video de una chica menor que estaba denunciada como
desaparecida. La habían filmado con celular: la chica estaba envuelta en una frazada, o
metida adentro de una bolsa de dormir, o algo parecido, y se suponía que debía permanecer
163

oculta. La chica estaba muerta, y lo que pasaba en ese video de celular era que, por un mal
movimiento, mientras la sacaban por una puerta para subirla a una camioneta, la envoltura
Página

se caía y se veía perfectamente su cara que quedaba al descubierto. Pedro iba a pagar por
ese video, y lo que le pedía a Mechi era poder chequear después su archivo, para ubicar a la
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chica de la película, si es que estaba ahí. Mechi escuchó en la voz de Pedro la misma
excitación que lo había euforizado cuando investigó el caso del misionero. Le dijo que sí,
que después de ver el video —ella no quería verlo en absoluto, aunque Pedro le ofreció una
copia— se viniera para la oficina a revisar el archivo. Pedro llamó a última hora de un
lunes, y llegó agitado, con olor a subte y gotas de sudor en la frente, como si fuera pleno
verano y no agosto en Buenos Aires.
—Qué hacés Mechita de mi vida. Es fuertísimo el video. Se ve como el culo, todo pixelado,
y no me sirve para un carajo, porque de la camioneta adonde suben a la piba no se alcanza a
ver la patente, todos los quías tienen la cara tapada en plan pasamontañas, la casa podría ser
cualquiera y la calle delata un Gran Buenos Aires todo mal, puede ser cualquier parte. Pero
a la piba se la ve perfecto. La revolean como si quisieran mostrarla; no sé si el tipo del
celular lo filma a propósito, porque no tiene audio, pero la mueven un toque de acá para
allá, se cae el envoltorio y se le ve toda la cara. Entonces hay como un primer plano, qué
enfermos hijos de puta, y se le cae un brazo, bien flojo, así, cruzándole el pecho.
—¿Está muerta?
—Se la ve mal, pero dura no está, ni tiene la cara golpeada. Podría estar drogada, borracha,
dormida. Me parece que compré gato por liebre. Pero sí, también podría estar muerta. El
video dura treinta segundos, se le ve la cara unos diez, no se puede saber. Una pendeja
divina, eso sí. Divina. Hermosa, una modelo parece.
Mechi sintió que ahora ella también transpiraba, y que el estómago se le endurecía y las
mejillas le ardían como cuando se daba cuenta de que estaba cruzando una avenida con luz
roja por estúpida, porque llevaba puestos los auriculares y no prestaba atención. No le había
contado a Pedro sobre su obsesión con Vanadis. No quería preguntarse por qué, pero sabía
que le daba vergüenza, o culpa. Entonces, justo ahora, no podía demostrar lo segura y
conmocionada que se sentía. Se dio vuelta para que Pedro no pudiera verle la cara y buscó
el archivo de Vanadis, lo abrió y le preguntó a Pedro si era ella. Es ella, le contestó Pedro
sin dudarlo, y se sumergió en la carpeta, una de las más frondosas que había revisado. Pero
después de dar vuelta tres páginas, levantó la cabeza.
—¿Cómo sabías que era esta chica la del video? Digo, ni dudaste, ¡me pasaste este archivo
al toque!
—Es de casualidad.
—¿Qué cosa de casualidad? Mechi no te hagas la misteriosa nena, contame.
—Estuve hojeando esa carpeta el otro día, a veces me aburro… Y bueno, justo leí una de
las entrevistas que hay ahí, con una amiga de la calle de Vanadis, se llama Vanadis esta
chica, donde ella cuenta que la filmaban dos tipos, dos tipos que se la cogían. Está todo ahí,
la piba se prostituía en Constitución.
Pedro estaba entre boquiabierto y contento. Quién es la amiga, quiso saber, y entonces
Mechi le contó de la ex cárcel de Caseros. Pedro se ponía cada vez más contento, y ella
sintió un leve enojo como siempre que su amigo veía la oportunidad de una nueva
investigación que lo ayudara en su carrera, y esta era inmejorable: el Moridero, la chica
adicta y lesbiana, la chica hermosa a la que le gustaban los zombies. Mechi dejó que el
malhumor se desvaneciera: entendía que era imposible pedirle otra actitud a Pedro.
164

Entonces le dio la dirección del MySpace, le habló del tatuador y lo dejó, después de dos
minutos de ruegos, fotocopiar todo la carpeta de Vanadis, entera; se quedaron después de la
hora de cierre de la oficina haciéndolo, mientras los autos pasaban sobre sus cabezas y
Página

afuera se hacía de noche. Antes de salir, Pedro le preguntó otra vez si quería ver el video.
Ella le dijo que no, y también le dijo, con el resto de enojo que le quedaba, que debería
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llevárselo a la fiscal a la mañana siguiente. Pero él no estaba seguro. Sabía que no


correspondía quedárselo, pero quería seguir investigando. Ahora, además, tenía tanto
material. El video solo no demostraba casi nada, pero con más datos, que pensaba sacarle a
su informante y posiblemente a alguno de los amigos de Vanadis que podría rastrear gracias
a la carpeta, armaría una mejor nota, y le ofrecería algo más sólido a la fiscal. Mechi lo
escuchó justificarse sin decir nada. Le parecía mal que Pedro no entregara el video
inmediatamente a la justicia, era lo que debía hacer. Pero no podía posar de alma bella:
tenía muchas ganas, se moría por ver ese video de celular, y esa curiosidad mórbida no era
exactamente un ejemplo ético. Pedro no volvió a insistir con mostrárselo, y ella no le pidió
verlo, tampoco. Pudo aguantar. Pedro se despidió en la escalera del subte con un beso: la
llamaría al día siguiente. Su plan era buscar a Loli en las ruinas de la cárcel de Caseros a la
tarde temprano, después charlar con algunas de las travestis que recién saldrían a trabajar al
atardecer, y a lo mejor incluso contactar al tatuador enamorado. Ella dijo que esperaría la
llamada a la noche, que dejaba encendido el celular. Pero lo apagó, y desconectó el teléfono
de línea para poder dormir mejor. No lo logró: se despertó varias veces sobresaltada, con el
pecho transpirado. A la mañana, cuando tomaba su café del desayuno, no se acordaba de
qué se trataban las pesadillas, pero sí recordaba vagamente la figura de una niña desnuda
con la espalda llena de sangre, una especie de angelita con las alas arrancadas.

5
Mechi pasó una mañana inquieta, mirando de reojo su celular a pesar de que esperaba el
llamado de Pedro para la noche. Salió a almorzar un poco más temprano de su horario
habitual, y decidió ir a un bar que quedaba del otro lado del parque, para cambiar un poco,
para distraerse. Pero no llegó a cruzarlo del todo. Cuando estaba subiendo los escalones de
la fuente principal del Parque Chacabuco, que ese mediodía no estaba encendida, Mechi vio
a Vanadis sentada en uno de los escalones. No tuvo ninguna duda. Era la chica, vestida
igual que en una de las fotos de su MySpace, la única en que se la veía de cuerpo entero. La
había reconocido por eso precisamente, por la ropa: fue como ver una foto en tres
dimensiones. Las botas de media caña negras, la pollera de jean, las medias negras, el pelo
oscuro y pesado. Pensó que era pura sugestión, pero solamente lo pensó, porque estaba
totalmente segura, se lo decían las náuseas en el estómago y el temblor en las manos. Se
acercó a la chica lentamente: ella no la miraba. Finalmente se le puso enfrente, para que ella
le prestara atención.
—¿Vanadis? ¿Sos Vanadis?
—Si, hola, qué tal —le respondió la chica, que claramente no estaba muerta, que no podía
ser la del video que había conseguido Pedro porque sonreía muy viva bajo el sol, con una
sonrisa que mostraba dientes torcidos y amarillos, la única perturbación de su hermosura,
que sin embargo nunca se veía en las fotos, a lo mejor porque se reía poco y rara vez abría
la boca.
Mechi no sabía cómo seguir. La chica no le hablaba. Tuvo miedo de que se levantara y se
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fuera, de que se le escapara. Entonces le pidió que la acompañara, por favor, y la chica
accedió. En ese primer encuentro no pudo interrogarla, nada más se aseguró de que la
siguiera hasta la oficina, donde las recibieron los aullidos de alborozo y extrañeza de
Página

Graciela y Maria Laura, que enloquecieron de alegría cuando se enteraron de quién era la
chica. Le ofrecieron a Vanadis capuchino de máquina, y ellas sí fueron capaces de acosarla
5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

con preguntas que la chica contestaba sobre todo con inclinaciones de cabeza y con muchos
«no me acuerdo». «Está shockeada», dijo Graciela mientras marcaba el número de la
Fiscalía y después el de la madre de Vanadis. En veinte minutos la oficina estaba
superpoblada, y encima con la parentela de Vanadis a puro desmayo, llanto y grito, en un
reencuentro de jolgorio demencial. Una cosa rara, pensó Mechi, porque durante el año
entero que Vanadis pasó desaparecida ni siquiera llamaron y antes, cuando estaba en el
instituto, ni la visitaron. Sin contar con que no la habían sacado de la calle cuando la chica
se prostituía a los catorce años. Se lo sugirió a Graciela, que la miró con expresión de «qué
bruta y desalmada sos». Dijo, didáctica: «La gente reacciona al trauma y la pérdida de
diferentes maneras. Hay familias que se obsesionan y buscan sin parar; otros hacen como
que no pasó nada. Eso no quiere decir que no quieran a sus hijos». Graciela, siempre con su
estilo de psicóloga social en indignación permanente, y sus explicaciones sencillas pero
arrogantes. Mechi se alegró, una vez más, de trabajar apartada de ellas, de no haber
intentado nunca que fueran sus amigas, y mucho más de no ser uno de los pobres familiares
que debían sentarse ante su escritorio y escucharla.
Con el tumulto, se olvidó de llamar a Pedro. Lo hizo ni bien Vanadis y la familia partieron
en auto hacia Tribunales para aportar lo que hubiera que aportarle a la causa.
—No sabés lo que pasó.
—¡Ja! Vos no sabés lo que pasó acá. No pude ir a Constitución a ver lo de Vanadis, ni a la
cárcel ni nada, me llamó mi editor recontra loco para mandarme acá..
—¿Acá adónde? Pará Pedro, esto es más…
—Estoy en el Parque Rivadavia, en Caballito. Una mujer reconoció a un pibe desaparecido,
estaba mirando películas en uno de los puestos. Un tal Juan Miguel González, de trece
años….
—Pedro, pará que…
—No, ¡dejame terminar que es una locura! No puedo creer que no te enteraste.
—Es que acá también estamos con…
—¡Pará! La mujer se le acerca al pibe, lo conocía de antes, le dice Juan Miguel, ¿sos vos? y
el pibito dice que sí. Entonces la mujer llama por celular a la familia, desde ahí mismo
desde el parque, ¡y la madre del pibe empieza a los gritos, diciendo que su hijo ya apareció,
pero apareció muerto, hace tres meses! ¿Vos te acordás de este caso? ¡Fue famoso, salió en
la tele, un despelote total! El del pibito que se cayó abajo del tren. Escuchame una cosa: la
madre no quiso venir a ver al pibe este que apareció en el parque, porque le agarró un
ataque. El padre, más duro, sí que vino. A todo esto al pibe lo tenían en una comisaría, ahí
me mandó el editor, a él lo llamó la cana directamente. El padre llega, ¡y dice que es su
hijo! Yo tengo la cabeza a mil y no te voy a mentir, estoy cagado en las patas mal, mal en
serio, ese pibito estaba muerto, el tren le cortó las patas pero no le tocó la cara, es la misma
cara, es el mismo pibito.
—Pedro…
—¡Encima con el video que encontré ayer, es una cosa de locos!
—Pedro, Vanadis apareció acá, en el Parque Chacabuco.
—¿Qué cosa?
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—Vanadis, la del video…


—¡Ya sé cuál Vanadis, boluda, encima con ese nombre más raro que la mierda! ¿Cómo que
apareció!
Página

—La encontré yo, en unas escaleras del parque, esas que están cerca de la fuente.
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—Me estás jodiendo.


—Cómo te voy a estar jodiendo, qué pelotudo.
—¿Y ahora dónde está?
—Fueron a Tribunales, está con la familia.
—¿Y es ella?
—Es. Está rara, pero es.
—No puede ser, no puede ser. Esperá que me entra otro llamado, te llamo en un rato, ¿vas a
estar ahí?

6
Las semanas siguientes se llegó a la histeria, y se fue un poco más allá. Los chicos que
faltaban de sus casas empezaron a aparecer, pero no en cualquier parte: aparecían en cuatro
parques grandes de la ciudad, el Chacabuco, el Avellaneda, el Sarmiento y el Rivadavia. Se
quedaban ahí, dormían uno al lado del otro por la noche, y no parecían tener intenciones de
irse a ninguna parte. Incluso había bebés, presuntamente esas víctimas de secuestro
parental, aunque también podían ser criaturas robadas de hospitales, de maternidades. Los
familiares enloquecidos los venían a buscar sin pensar demasiado en lo raro del caso, en lo
inquietante de que todos los chicos volvieran al mismo tiempo. Los primeros en irse de los
parques fueron, obviamente, los bebés. Entre los chicos grandes reinaba el silencio.
Ninguno decía mucho, ni parecía querer contar dónde había estado. Tampoco parecían
reconocer a las familias aunque se iban con los que los venían a buscar con una
mansedumbre que resultaba todavía más espeluznante.
Nadie sabía qué decir, tampoco, y circulaban hipótesis descabelladas. Como los chicos no
hablaban, no se podía afirmar que una organización criminal los había soltado a todos
juntos, por ejemplo, pero había diarios que sostenían esta posibilidad. Incluso hubo redadas
policiales, con detenidos que gritaban a cámara su inocencia, probablemente verdadera. No
había evidencias para acusarlos de algo con respecto a estos chicos. Pocos de los
investigadores, funcionarios y periodistas tenían la honestidad de Mechi o Pedro: ellos
sinceramente no tenían idea de lo que pasaba, no podían explicarlo; solamente sabían que
les daba mucho miedo.
Después del desconcierto eufórico de la primera semana, el escalofrío fue decantando.
Sucedió que la primera semana los «recuperados» fueron casos normales. Excepto, claro, el
caso del niño Juan Miguel, el muerto atropellado por el tren. Los medios habían decidido
que padre y madre de Juan Miguel eran pobres y borrachos, por lo tanto poco confiables, y
que se habían confundido de chico. La gente, para tranquilizarse, aceptó la versión. El resto
de la primer semana, entonces, todo transcurrió en relativa normalidad: chicos y chicas que
habían desaparecido recientemente, de familias más o menos estables, sin señales de
violencia. Casi finales felices. Pero al promediar la segunda semana, se fue instalando un
miedo sordo que nadie se animaba a vocalizar por temor a que los ecos no terminaran
nunca. Uno de los detonantes fue el caso de Victoria Caride. Una chica estudiante de
Ciencias Económicas, una de las pocas desaparecidas de clase media alta, de quien se decía
que había sido secuestrada por una red de trata de mujeres, o que había sufrido un brote
167

psicótico cuando dejó de tomar sus antidepresivos, o que había huído con un hombre
casado. El caso de Victoria era un misterio, una chica que había salido a comprar galletitas
Página

y nunca había vuelto; una chica prolija, con amigos, dinero, una carrera universitaria y
dilemas morales que canalizaba trabajando en un comedor comunitario. Había desaparecido
5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

hacía ya cinco años, y casi se habían perdido las esperanzas de encontrarla. Pero ahora
había aparecido en Parque Avellaneda, cerca de la estación del trencito antiguo que le daba
vueltas al predio, sentada en un banco mirando hacia la mansión que había sido casco de
estancia. Su familia se alborozó y ni bien la vieron por televisión —había un móvil en cada
parque, día y noche— vinieron a buscarla y se la llevaron estrujándola en un abrazo de
lágrimas y mocos.
Ni ellos ni nadie, en ese momento, se atrevieron a decir que Victoria, físicamente, no había
cambiado en nada en esos cinco años de ausencia y que tenía la misma ropa del día de la
desaparición, incluso la misma hebilla en el pelo para su cola de caballo de enrulado pelo
castaño.
El segundo caso resultó aún más difícil de explicar: Lorena López, una chica de Villa
Soldati que había escapado de su casa con un remisero, y lo había hecho embarazada de
cinco meses, apareció en el Rosedal de Parque Chacabuco, embarazada de cinco meses.
Había estado desaparecida un año y medio. Los médicos ginecólogos confirmaron que ése
era su primer embarazo. ¿Y entonces? No habrá estado embarazada cuando se fue, se habrá
tratado de un error, a lo mejor la chica mintió — el remisero no apareció para confirmar o
negar nada, y hacía bien, porque iría directo a la carcel por acostarse con una menor— , o
los médicos se equivocaban, cómo podían estar tan seguros. Lorena volvió a Soldati, pero
en quince días sus padres la «devolvieron» al juzgado de menores que le correspondía.
Pedro había visto la entrega. La madre, le contó a Mechi, le había dicho a la jueza: «Yo no
sé quién es esta, pero no es mi hija. Me equivoqué. Se parece mucho, pero no es mi hija. Yo
parí a Lorena. La reconocería en la oscuridad, sólo por el olor. Y esta no es mi hija». La
jueza ordenó un ADN, y se estaban esperando los resultados cuando apareció abajo del
monumento a Bolivar en Parque Rivadavia, charlando con otros chicos, uno de los
escapados más famosos, el Guachín o Super Guachín, nombre verdadero Jonathan
Ledesma. Guachín era un escapista crónico y un ladroncito precoz: a los doce años, se
había ido diez veces de su casa —en Pompeya— y había logrado violar la seguridad de dos
institutos de menores. La gente lo veía por todas partes, porque Guachín andaba por la calle
y arrebataba en los semáforos de 9 de Julio, pero nadie había conseguido localizarlo el
tiempo suficiente para que fuera restituido. Además, pasaban largas temporadas sin que se
supiera de su paradero en absoluto.
El caso de Guachín estaba cerrado, sin embargo. Hacía un año se lo había llevado por
delante un camión en Puente la Noria. Se había caído sobre el asfalto mareado de bolsear.
Las ruedas del camión le pisaron el pecho y no pudieron salvarlo. Pero la cara había
quedado intacta, igual que la cara de Juan Miguel, el chico del tren. Y era la misma cara de
las fotos y era la misma de este Guachín que estaba en el Parque Rivadavia, sólo que no era
posible que Guachín estuviera ahí con los otros aparecidos, porque Guachín estaba muerto.
Hasta Guachín, Mechi se había aguantado seguir trabajando en la oficina debajo de la
autopista, se aguantó ser parte del Consejo de los Derechos de Niños, Niñas y
Adolescentes. Pero cuando Guachín apareció vivo y sin las costillas clavadas en los
pulmones —ella había visto las fotos de la sangre en el pavimento, mezclada con algunas
tripas—, y después otro chico que desapareció a los ocho años apareció de ocho años a
168

pesar de que faltaba hacía seis, así que debía tener catorce, debía ser un adolescente y no un
nenito, Mechi se dio cuenta de que no podía soportar más, ni a los padres que primero se
alegraban y después se aterraban, ni las noticias sobre internaciones psiquiátricas ni las
Página

miradas de los chicos desde el Parque, sentados sobre el pasto, en las escaleras, en los
juegos para los infantiles, jugando con los gatos y hasta tratando de meterse en la pileta.
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Ella acomodaba archivos, ella no podía explicar este regreso sobrenatural, ella quería
volver el tiempo atrás.

7
Mechi tenía decidida la renuncia cuando invitó a Pedro a comer esa noche. Había
desconectado el cable para no seguir escuchando la histeria sobre los chicos que volvían
por televisión. Con Internet le bastaba: podía pasar horas leyendo noticias y teorías,
visitando los foros pero jamás participando para no enloquecerse. Había entrado varias
veces al MySpace de Vanadis. Los mensajes se habían interrumpido repentinamente,
excepto los de Cero Negativo, el tatuador. El último, que había dejado hacía ya varios días,
decía: «Te voy a buscar esta noche».
La mudanza también la preocupaba. No tenía dinero para alquilar otro departamento, no
había ahorrado —su sueldo tampoco se lo permitía—, así que debía volver a la casa de sus
padres. Ya lo había consultado con ellos, que parecían encantados ante su regreso. Le daba
lástima dejar el departamento. Tenía una hermosa bañadera que jamás había usado porque
debía arreglarle una filtración y no había encontrado el tiempo o las ganas de llamar a
alguien para que hiciera el trabajo. En otro momento, el dueño, que era muy quisquilloso,
seguramente rezongaría por el variado deterioro del lugar, que Mechi llevaba alquilando
casi dos años: los agujeros en las paredes, desde el balcón hasta la habitación, hechos para
que pudiera pasar el cable y ella se echara a mirar televisión en la cama. La mancha gris en
la pared blanca sobre la computadora, que alguien le había explicado era normal —el calor
de la máquina, el ventilador, algo así— pero que quedaba horrible y ella había empeorado
tratando de limpiarla con agua. Otra mancha era un desastre: la de vómito color vino tinto
en el pasillo camino a la habitación, resultado de una madrugada de borrachera y olvido;
Mechi se acordaba de un chico que la había acompañado hasta la puerta del edificio, al que
no había dejado entrar, y hasta de haber comprado Migral para el dolor de cabeza y una
Coca Cola para la resaca en el kiosko, pero nunca había podido acordarse de ese vómito
que encontró cuando se despertó la mañana siguiente, con una migraña radiante y toda la
ropa puesta, incluso las botas. Encontró ese vómito ahí, apestando, y las llaves del lado de
afuera de la cerradura. Por suerte nadie se las había llevado, por suerte ni sus vecinos se
habían dado cuenta, porque de paranoicos habrían llamado a la policía.
Pero era posible que el dueño no le dijera nada. Incluso era posible que ni siquiera le
cobrara los últimos meses de alquiler. La gente se comportaba de maneras muy extrañas
desde que los chicos habían vuelto, con una indolencia depresiva, evidente en las miradas
perdidas de los kiosqueros que se dejaban robar alfajores como si no les importara o en los
empleados del subte que, si uno no tenía cambio, dejaban pasar gratis. Había una calma
asordinada en todas partes, gran silencio en los colectivos, menos llamados de teléfono, la
televisión encendida hasta tarde en los departamentos. Pocos salían y nadie se acercaba a
los parques donde vivían los chicos. Ellos seguían sin hacer nada, solamente estaban allí. A
meses del primer regreso, algo se había hecho evidente para la gente: los chicos no comían.
Al principio había quienes les llevaban fruta y pizza y pollo al horno, y ellos aceptaban con
una sonrisa, pero nunca comían delante de las cámaras ni de los vecinos que les acercaban
169

la cena. Con el tiempo, algún camarógrafo más osado, y algunas personas con camaritas,
comenzaron a registrar los hábitos diarios de los chicos. Dormían, eso sí, pero no comían,
Página

ni bebían.
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No parecían necesitar agua para lavarse, tampoco, por lo menos nunca se bañaban,
solamente jugaban con el agua de las piletas públicas, las fuentes y los estanques que tenían
los parques. Nadie quería hablar de eso, porque era indecible que los chicos no se
alimentaran. Incluso pareció descender una sensación de tranquilidad cuando un
comerciante de Parque Avellaneda aseguró que los chicos habían entrado a su
supermercado de noche y se habían llevado montones de latas y lácteos. Pero después
resultó que había sido un robo común, y los jóvenes responsables vivían en los monoblocs
cercanos. Cuando se desmintió lo del supermercado, la ciudad volvió a contener el aliento,
volvió a su espera insomne.
Pedro llegó puntual: habían quedado a las diez, y a las diez estuvo. Era raro que llegara a
horario, no solamente porque él era impuntual sino porque el diario solía retenerlo con
cuestiones de último momento. Ya no: estaba en animación suspendida, como casi todo lo
demás. Otro ejemplo era el chico del delivery que les trajo la pizza: tocó timbres de otros
departamentos antes de dar con el de Mechi, pidió disculpas entre dientes diciendo que se le
había perdido el papelito donde tenía anotado el número de piso y casi se fue sin darles el
cambio, pero no para quedarse con la plata, sino porque no estaba prestando atención.
Mechi le comentó a Pedro la actitud del chico del delivery mientras cortaba la pizza —eso
también: ya nunca venía cortada en porciones— y él dijo que no con la cabeza y abrió un
vino. Parecía decidido a emborracharse con firmeza, con la esperanza de la anestesia y el
olvido.
—Mechi, mamita, ¿qué carajo es esto? —dijo, después de darle el primer sorbo a su copa—
. Te juro que yo tenía las pistas de los traficantes, de los fiolos, y de repente las guachas
aparecen acá, como si nada, y se cae todo a pedazos. Me arruinaron el laburo de todos estos
años. Como si no hubiera sido real. Pero te juro que mi investigación es real, ¡puta madre,
no es mía nomás! ¡Fijate hasta dónde había llegado la fiscal!
—¿Ella renunció?
—En eso está.
—¿Y el video de Vanadis?
—Esa pendeja satánica. Lo voy a vender a un programa de tele. Me dan la plata y te juro
que me voy a vivir a Montevideo, a Brasil, ya fue, ya fue. Vení conmigo Mechi, esto es
cosa de mandinga como decía mi abuela.
—El otro día leí algo en internet que me pareció… no sé, es una pavada.
—No andes tanto en Internet que enloquece a la gente. Pero contame.
—No me acuerdo muy bien, pero es algo así. Los japoneses creen que después de morir, las
almas van a un lugar que tiene, digamos, un cupo limitado. Y que cuando se llegue a ese
límite, cuando no quede más lugar para las almas, van a empezar a volver a este mundo.
Esa vuelta es el anuncio del fin del mundo, en realidad.
Pedro se quedó callado. Pensó en la foto de Guachín con el pecho pegado al pavimento y
las piernas partidas en tres partes que había visto en el juzgado.
—Qué concepto más inmobiliario del más allá tienen estos japoneses.
—Mucha gente en un país chico.
—Pero sí Mechi, puede ser. Puede ser que estén volviendo. Puede ser cualquier cosa,
170

yo no sé
más que creer. Anoche fui al Moridero, a la cárcel de Caseros.
—¿Fuiste a buscar a la amiga de Vanadis?
Página

—Si, bueno… no sé a qué fui. Es al pedo encontrarla ahora, ¿no? Fui a ver qué onda. ¿Y
sabés lo que pasa ahí? No hay nadie.
5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

—Cómo no va a haber nadie, si estaba lleno de pibes paqueros, yo pasé varias veces cerca,
había gente drogada por todos lados.
—Todos me dicen lo mismo en el barrio, y yo les digo que vayan a ver, como hice yo. No
queda nadie. Me metí, de día porque estoy loco pero no tanto, y hay ropa por todos lados,
cartones, colchones, hasta un par de carpas, miralos a los guachos con carpas, ¡una Doite
tenían!… algún guacho de clase media hecho mierda. Gente no. Escuché algo, vi una
sombra que se movió rápido, me cagué en las patas y me fui.
—Debió ser un perro.
—Qué se yo, puede ser cualquier cosa. En serio que no queda nadie ahí. Como si se
hubieran escapado.
Se quedaron callados. Apenas habían tocado la pizza.
—¿Te vas a ir de Buenos Aires?
—No tengo más ganas de estar en esta ciudad llena de aparecidos con toda la gente loca, no
se aguanta Mechi, ¿y vos por qué te vas a quedar?
—No tengo un mango.
—Pero yo sí y te presto… nos vamos un tiempo, hasta que pase algo. No soporto esperar,
¿te diste cuenta que todos están esperando algo? Les van a prender fuego a los pibes. Los
van a gasear, les van a mandar la policía, yo no quiero ver eso. O los pibes van a empezar a
atacar a la gente.
—Me parece que vos también estuviste pasando mucho tiempo en Internet.
—Y sí, por eso te digo que enloquece a la gente. Me voy hasta que pase lo que tenga que
pasar, y estaría bueno que vengas conmigo.
Mechi se quedó callada y después miró a Pedro. Movía la pierna derecha como si estuviera
activada por un mecanismo. Se tocaba tanto el pelo que lo tenía engrasado. No, con Pedro
ella no iba a irse a ningún lado. Además, quería quedarse a ver qué era eso que tenía que
pasar. —¿Vas a venir conmigo, amiga?
—No.
—Sos más terca.
—¿Cómo sabés que no pasa en otros lados?
—¡Porque no pasa! Es en Buenos Aires nomás, vos sabés que es acá, te vas a Mar del Plata
y ya no hay nada así, no te hagas la boluda.
—No, quiero decir cómo sabés que no va a empezar a pasar en otros lados.
—Sos satánica, Mechi. ¿Qué te imaginás, un plan fin del mundo onda vuelven los muertos
vivos? Muchos de esos chicos no estaban muertos, para empezar. Cortala con Internet.
Se abrazaron fuerte cuando Pedro se fue de madrugada. Tenía decidido irse a Brasil, a
la casa de un amigo suyo que trabajaba en un diario de San Pablo y al que le encantaría
tener a un periodista de Buenos Aires testigo del regreso de los chicos, que, claro, ya tenía
fama internacional. Antes de irse, le contó que su jefe le había autorizado las largas
vacaciones de cuatro semanas sin pestañear, casi aliviado. Pedro le dijo a Mechi que tuvo la
sensación de que el jefe no lo quería cerca. Que le tenía miedo.
171

8
Mechi notó en seguida que sus padres estaban un poco ausentes, como la mayoría de la
Página

gente con la que se cruzaba, pero que, mientras la ayudaban a acomodar sus cosas en su
5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

habitación —la que había sido suya desde niña— también tenían mucha curiosidad por
saber más, por averiguar, por preguntarle. Pudo sentir la decepción y un dejo de
incredulidad cuando les dijo que no sabía nada, que de verdad estaba tan desconcertada
como todos los demás. Los muchachos de la mudanza terminaron de acomodar sus pocos
muebles en un galpón del fondo; la casa de sus padres era bien de barrio, en Villa Devoto,
hasta tenía una pileta de natación no muy grande, y mucho espacio. Ahora que estaba ahí,
Mechi sintió que era un buen lugar para descansar.
Y quedaba lejos de los parques, eso también era bueno, muy bueno.
La renuncia al trabajo había empezado muy normal, con el jefe del Consejo asegurándole
que entendía perfectamente. Era un hombre razonable y parecía sinceramente
conmocionado, con ojeras y un derrame en el ojo izquierdo. Cuando fue a buscar sus cosas
a la oficina, la situación resultó mas extraña. Graciela no estaba, por empezar. María Laura,
la otra empleada de mostrador, le dijo con una agresividad incontenible que había pedido
carpeta psiquiátrica, que quién sabe si volvía a trabajar, que estaba con ataques de pánico
gravísimos y no podía salir de la cama. Pobre Graciela, dijo Mechi. Y entonces María
Laura le tiró con un pisapapeles. Mechi lo esquivó por muy poco, y se la quedó mirando:
María Laura, con su pelo teñido de un feo color borravino, con la cara furiosa, los dientes
salidos, el cuello tenso, una gárgola en una oficina debajo de la autopista. —¡Rajá de acá
porque te mato!
—¡Qué pasa, qué te pasa!
Y María Laura empezó a gritarle desaforada que era culpa de ella, que ella había traído a
esa putita, a la negrita esa, ella la había traido del parque esa mañana, Graciela estaba loca
por su culpa, y ella también iba a terminar mal por su culpa, pero el tupé que tenés de
volver a buscar tus cosas, te las tendríamos que haber quemado, tendrías que estar presa, no
sé, vos empezaste eso con esa negra puta, a las dos las tendrían que matar pero este
gobierno cagón no hace nada, nada, nada…
Mechi salió corriendo con las pocas cosas que había logrado juntar en su cartera. De todas
maneras, no guardaba demasiado en los cajones de su oficina. Lamentaba dejar el archivo,
pero igual no hubiera podido llevárselo, no era suyo, y de todas maneras Pedro le había
dejado las fotocopias de algunas carpetas, incluida la de Vanadis, antes de tomar el avión a
Brasil.
De alguna manera entendía a María Laura. Había que culpar a alguien y, cierto, ella había
traído a Vanadis y así había empezado lo de los chicos que volvían. Lo que sí la perturbaba
era que se había sentido en peligro. María Laura hubiera sido capaz de matarla. No lo había
hecho solamente porque Graciela apenas estaba un poco loca, y los chicos de los parques
no hacían nada, y ella mal o bien todavía estaba trabajando. El pisapapeles, sin embargo,
había sido dirigido directo a su cabeza, y le podría haber pegado. Renunciar había sido una
gran idea.
Esperó el 134 que la llevaba a Villa Devoto en una esquina frente al Parque. Apenas se veía
a los chicos, porque esa zona tenía terraplén, y ellos no se acercaban demasiado a la orilla,
deambulaban por adentro. Lo impresionante era que, antes, la vereda que rodeaba al Parque
Chacabuco era usada por decenas de personas para correr a cualquier hora del día, y entre
172

los deportistas se mezclaban los que salían del subte, que tenía una de sus bocas muy cerca
del Rosedal frente a la Avenida, y los vecinos que paseaban a sus perros. Ahora las veredas
estaban desiertas, y la boca del subte cerrada hasta nuevo aviso. Ella era la única esperando
Página

el colectivo. El chofer pasó el parque al doble de la velocidad permitida, y recién cuando lo


5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

dejó atrás volvió a manejar de manera razonable. Mechi se dio cuenta de que era un milagro
que le hubiera parado.

9
Pasó la primera noche con sus padres de manera bastante apacible, salvo cuando ellos se
fueron al sillón del living después de comer y encendieron la televisión. Mechi no quiso
quedarse, y sus padres se molestaron. No podés evadirte de la realidad, le dijeron, y ella los
ignoró y se encerró en su habitación. Sabía lo que ellos esperaban: querían ver, repetido una
y otra vez como acostumbraban los canales de noticias, el informe sobre los padres que se
habían suicidado en El Palomar después de echar a su hija recuperada a la calle. La chica se
había escapado tres años atrás, después de una discusión aparentemente bestial: el padre le
había pegado. Cuando volvió —era una de las chicas de Parque Centenario— tenía un
párpado hinchado y el labio inferior partido, sangrando, como si los golpes hubieran
ocurrido veinticuatro horas antes. Era una chica bajita, de pelo corto y rubio, con un
piercing en la nariz. Mechi sabía lo de los golpes del padre por el archivo, y suponía que los
periodistas debían conocer también esa información, pero cuando la chica volvió no la
dieron, sencillamente mostraron el encuentro emotivo, y se preguntaron «dónde se habría
caído Marisol». Se lo preguntaron a ella, directamente, que dijo «no me caí» y nada más.
No quisieron saber si alguien le había pegado. Para Mechi ese silencio tan selectivo fue la
prueba de que tenían el dato de la golpiza del padre y no lo estaban dando porque… claro,
porque la golpiza había pasado tres años atrás. Años en los que Marisol había conservado el
mismo, exacto, largo y color de pelo que cuando se había escapado.
Mechi a veces temblaba de furia ante tanta cobardía, tanta puerilidad. Quería que alguien
empezara a gritar por televisión, que aullara, que dijera «esto es más raro que la mierda,
quiénes son estos chicos, quiénes son».
Ahora lamentaba haber deseado la ruptura del dique de contención. Porque estaba pasando,
y la histeria era alta. La madre y el padre se habían acostado en la cama, juntos, con una
foto de Marisol bebé entre los dos. Él se había disparado primero, en la sien. Después ella
le sacó el arma de la mano, se la metió el boca, y se voló la cabeza. Dejaron una nota que
decía lo que tantos padres habían dicho anteriormente: «Eso no es nuestra hija».
Marisol se fue después de los disparos, los vecinos la vieron salir, y la corrieron con palos y
piedras. Uno incluso le disparó de lejos. ¿Había empezado la caza que Pedro le había
insinuado? Hasta ese momento, los padres sencillamente devolvían a los hijos, y si no
podían manejar la demencial situación, cuanto mucho eran internados en psquiátricos, y los
chicos volvían a los Parques. Los padres tampoco daban detalles de por qué la convivencia
había resultado tan insoportable. Se sabía que algunos programas de radio y TV, e incluso
diarios y revistas, pagaban por entrevistas con estos padres que devolvían a sus hijos, pero,
insólitamente para gentes tan locuaces y familiarizadas con los medios como los porteños,
ninguno quiso hablar.
El suicido de el Palomar no había sido el único. Hacía unos días, Mechi había vuelto a
entrar en el MySpace de Vanadis, en busca del tatuador. Y había encontrado un nuevo
173

mensaje después de muchos días de silencio. Decía: «te fui a ver pero no sos vos. Vos tenés
los dientes blancos de vampira te acordás cómo jugábamos, la que yo vi y no me reconoció
es una copia no tiene tu boca pero no me lo banco no me lo banco. Chau vanadis, ¿y si nos
Página

vemos mi amor?».
5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

Ese «y si nos vemos» alertó a Mechi, que cliqueó en el perfil de Cero Negativo. Y no le
costó nada deducir por los comentarios de los amigos del tatuador que se había suicidado.
Salió de la página cuando se le llenaron los ojos de lágrimas. No podía permitirse llorar por
un hombre de treinta años que se había enamorado de una nena de catorce. No debía sentir
lástima por él. La quería, cierto, pero era un enfermo. Podía, sí, llorar por ella misma.
Porque nunca había sentido nada remotamente parecido a lo que el tatuador sentía por
Vanadis.
El suicidio de Cero Negativo pasó desapercibido. Con el de Palomar, en cambio,
empezaron a aparecer voces. Los vecinos de los padres muertos decían que, desde que la
chica había vuelto, escuchaban los gemidos de la madre, toda la noche, sin parar. Un
carnicero le había preguntado al padre sobre Marisol y él le dijo que estaba todo bien, nada
más que la nena estaba muy callada. Todos coincidían en que la chica nunca salía. Otros la
acusaban a ella, decían que los padres nunca se hubieran suicidado, que eran creyentes y
correctísimos, que esa chica los había matado. Después, la catarata. Otros padres
empezaron a contar sus pequeños relatos, sus justificaciones para el abandono después del
reencuentro. Mechi no quería escucharlos: de alguna manera le parecía injusto con los
chicos. A lo mejor eran monstruos, quién sabe qué eran, pero se merecían cobijo, era
injusto que durmieran a la intemperie, como animales.
Eso pensaba de día. Pero de noche, con el sonido lejano de la televisión de sus padres y la
fotocopia del archivo bajo la cama, veía la sonrisa de dientes torcidos de Vanadis, pensaba
en ese video que nunca había visto —que probablemente muy pronto aparecería en la
televisión si Pedro había logrado venderlo— y pensaba que ella tampoco la tendría en su
casa, a esa chica quieta de pelo negro y la espantosa sonrisa, esa chica que casi la había
enamorado y ahora se le aparecía en pesadillas.

10
El suicidio de los padres de Marisol y la reacción de los vecinos, que con los días ya pedían
linchamientos —o por lo menos ejecución de la chica acusada de asesina— sirvió para que
el cambio ocurriera. O más bien el desplazamiento. Los chicos empezaron a desocupar los
parques. Se iban en procesiones, en medio de la noche, entre la niebla: el éxodo se hacía en
invierno. Cuando marchaban por las avenidas, la gente salía a mirarlos desde los balcones.
Alguno gritó un insulto, pero fue silenciado. El retiro era en silencio. Tan silenciosamente
como habían llegado se retiraban. Caminaban por el medio de las calles, como si no les
tuvieran miedo al tránsito. La policía, por precaución o por no saber qué hacer, cortó el
tránsito en las calles principales. Duró varios días. Pedro le mandó a Mechi un mail desde
San Pablo, donde ahora era el especialista sobre los chicos argentinos que habían vuelto
(Pedro siempre se las arreglaba para que las cosas le funcionaran). El mail decía: «Lo vi por
la tele. Tenebroso, mamita. Acá están todos enloquecidos, los brasucas no tienen miedo, no
son cagones como nosotros, y se quieren ir para allá para ver todo de cerca. Esta gente es
distinta, re copada, tenés que venir, te cambian la cabeza. Te decía, ¿sabés a qué me hizo
acordar la procesión esta de los pibes? A cuando en París trasladaron los cementerios, a
fines del siglo 18. Una cosa re loca. Parece que los cementerios estaban a reventar y eran un
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foco infeccioso, una mugre total, entonces se decidió mandar todos los huesos bajo tierra y
mover los cementerios a las afueras. Mudaron los huesos durante años, de noche, en carros,
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con caballos con frazadas negras encima para que estuvieran a tono y monjes cantando, y
claro las velas. Vos te preguntarás cómo sé esto y es nomás porque de turista re obvio me
5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

fui a las Catacumbas cuando tenía guita para visitar Europa!!! Y ahí te explican. Siempre
me lo imaginé medio como esto.
Quedé medio obse con eso que dijiste de que los japoneses creen que cuando no hay más
lugar para las almas, se vuelven. Los huesos de las catacumbas es medio así, terminaron
allá abajo porque en los cementerios no había más lugar. No sé, cosas raras. No tengas
pesadillas. Vení a visitarme. No, mejor quedate y contame».
Mechi pensó en los monjes y los huesos, y entendió qué quería decir Pedro. El retiro de los
chicos era fúnebre y tenía algo de religioso.
Lo extraño era hacia adónde iban. El primer grupo, el de Parque Rivadavia, marcó la
dirección: primero se separaron y después cada columna se metió en diferentes casas
abandonadas. Trescientos chicos se metieron en la casa de la palmera de la calle Riobamba,
en pleno centro. Otros trescientos en la esquina del pasaje Igualdad, en el barrio Caferatta
de Parque Chababuco, una casa pintada de rosa que perdía su color con el abandono. Tenía
una ventana solitaria muy cerca del techo a dos aguas, que cuando los chicos entraron
dejaron abierta. El barrio, pequeño y nuevo rico, estaba aterrorizado, pero a los policías, en
sus garitas de seguridad instaladas en las esquinas, no se les ocurrió qué hacer, y una vez
que los chicos estuvieron adentro, no se atrevieron a intentar sacarlos.
No lo hicieron siquiera con orden del juez.
Tenían miedo. No entendían cómo habían logrado penetrar esa casa. Es que la puerta y las
ventanas de la casa rosada —excepto la del medio— estaban tapiadas con ladrillos y los
chicos igual habían pasado. Nadie podía explicar cómo. Los habían visto entrar, pero
aseguraban que no habían atravesado los ladrillos, no era eso exactamente. Simplemente
habían pasado, como si los ladrillos no existieran.
La líder del grupo de Caferatta era Vanadis, que había sido repudiada por su familia dos
semanas después de haber sido recibida con alegría, con el mismo argumento que solían dar
todas las familias cuando echaban a los chicos a la calle o los depositaban en la puerta de
un juzgado, o los devolvían a los parques: esta no es la chica que nosotros conocíamos, esta
no es nuestra nena. No sabemos quién es. Tiene el mismo aspecto, la misma voz, responde
al mismo nombre, es igual hasta el último detalle, pero no es nuestra hija. Hagan con ella lo
que quieran. No queremos verla más.
Mechi se enteró por el diario sobre Vanadis y la casa rosada. Había una foto de la chica en
la ventana del primer piso, asomada, con la boca cerrada y los ojos clavados en el lente de
la cámara. Le dio vértigo esa mirada, le transpiraban las manos. Quería ver a Vanadis,
quería preguntarle cosas, qué estúpida no haberlo hecho cuando la encontró en las escaleras
de la fuente del parque; quería hablar con ella a pesar de que ahora le tenía mucho miedo,
porque estaba segura de que la verdadera Vanadis era la del video, una adolescente
asesinada por hombres panzones en un hotel mugroso del conurbano, usada y exterminada,
una adolescente que se creía muy callejera y se arriesgaba demasiado confiando en la
inmunidad que podía ofrecerle su hermosura.
Había visto el video en la televisión. Pedro lo había vendido con éxito, y le avisó cuándo lo
emitirían. El rostro de la chica se veía claramente y era el de Vanadis. Y aunque Pedro
creyera que esa chica filmada podía estar viva, Mechi estaba segura de que no. Las últimas
175

palabras del tatuador la habían convencido: en el video la chica tenía la boca entreabierta y
se veían los dientes afilados, grandes, agudos, esos dientes de vampira de los que hablaba el
tatuador. ¿Podía el tiempo haberlos arruinado? No tanto. No así. Los dientes de la Vanadis
Página

aparecida no sólo eran amarillentos: estaban rotos, torcidos. Para Mechi, esa era la prueba
5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

de que Vanadis estaba muerta y la chica de la casa rosada no era ella, pero quería verla,
quería hablarle, lo necesitaba.
El viaje en colectivo fue extraño. La gente mantenía la distancia, evitaba tocarse, como si
los demás albergaran una enfermedad contagiosa. Mechi no le había dicho a sus padres
adónde iba. No quería preocuparlos. Había salido apenas con las llaves en el bolsillo, y les
dijo que salía a caminar por el barrio inglés, la parte más linda de Villa Devoto. Pero lo que
hizo fue correr a la avenida y tomarse el 134. ¿Por qué había corrido? Ultimamente sentía
que sus padres la vigilaban. Incluso, una vez, mientras dormía, escuchó que cerraban la
puerta de la habitación, como si la hubieran estado espiando. Creía que le tenían un poco de
miedo. Se estaba acercando el momento de mudarse, de dejar la casa natal otra vez.
El perímetro del Caferatta estaba custodiado: Mechi se podía imaginar a esas familias de
clase media que había conocido en sus años de trabajo ahí, debían haber enloquecido
directamente, porque no eran capaces de comprender ninguna interrupción a sus cómodas
vidas. Sin embargo, los policías la dejaron pasar. Estaban pálidos y temblorosos. Saldrían
corriendo a la menor señal rara de los chicos de la casa, Mechi estaba segura. Si eso pasaba,
¿enviarían al ejército? ¿Los matarían a todos, como había visto pedir a una madre por
televisión, una madre que decía que eran como cáscaras, que estos chicos no tenían nada
adentro?
A lo mejor. Pero todavía no.
Mechi se paró en la vereda frente a la casa rosada, del lado de la pequeña ventana que
seguía abierta. Había sol, era un día helado de invierno, pero despejado, con el cielo de un
azul claro enceguecedor. Formó una bocina con las manos y gritó el nombre de Vanadis.
Escuchó vagamente inquietas persianas y puertas en las otras casas, incluso escuchó
acercarse al policía, pero no prestó atención, clavó la vista en la ventana blanca, esperando.
Vanadis asomó la cabeza, esa cabeza de diosa centroamericana, Bianca Jagger adolescente,
y la saludó con un gesto casi imperceptible. Había reconocimiento en sus ojos oscuros.
Mechi quiso hablar pero notó que el temblor y los latidos del corazón no la dejaban decir
nada. Respiró hondo hasta que se tranquilizó y pudo decir algo, aunque la voz le salió
temblorosa y mucho más aguda de lo normal.
—Hola Vanadis. ¿Qué hacen ahí, por qué se metieron ahí?
Vanadis no le respondió. Mechi le preguntó cuántos eran, Vanadis dijo que muchos, que no
podía saber bien, que estaba oscuro. Le preguntó de dónde venían, Vanadis dijo que de
muchos lugares distintos. Le preguntó si quería volver con sus padres, y Vanadis le dijo que
no y agregó que ninguno quería. Y después dijo, más alto y claro, como si al fin contestara
la primera pregunta:
—Acá arriba vivimos todos.
Y empezaron a aparecer otros chicos, sus caras formando un círculo alrededor de Vanadis.
Mechi reconoció a la mayoría, adolescentes y niños, escapados y raptados, vivos y muertos.
—¿Se van a quedar mucho ahí arriba?
Todos juntos, los chicos le contestaron: «En verano bajamos». Mechi sintió entonces que
no eran chicos, que formaban un organismo, un ser completo que se movía en manada. Las
manos del policía de la esquina la tomaron de los hombros y Mechi gritó, sobresaltada.
176

Había estado a punto de pegarle pero se contuvo cuando vio que el policía, un hombre de
unos sesenta años —¿por qué no mandaban a alguien más joven?— estaba tan asustado
como ella, o incluso mucho más. —Señorita, por favor, retírese.
Página

—No, tengo que preguntarles más.


5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

—No me obligue, por favor—. El policía la había agarrado de la cintura y los hombros, y
aunque era un hombre mayor, tenía fuerza, la suficiente para arrastrarla lejos de la casa
rosada.
—Ya me voy, suélteme —gritó Mechi, pero él no lo hizo, y la siguió arrastrando. De las
casas vecinas empezaron a escucharse gritos, pedidos de «oficial sáquela, déjennnos en
paz» y hasta golpes en las persianas. Mechi perdió de vista la casa rosada y de un tirón que
la hizo gritar, por el esfuerzo, logró soltarse del abrazo del policía y corrió hacia la avenida
Asamblea pensando que se iba a ir lejos antes del verano, antes de que bajaran, a lo mejor
con Pedro, a un lugar donde los chicos no volvieran de donde fuera que se habían ido.

MARIANA ENRIQUEZ. Nació en Buenos Aires, en 1973. Es


licenciada en Periodismo y
Comunicación Social por la Universidad Nacional de La Plata
y trabaja en Radar, el suplemento de arte y cultura del diario
Página/12. Colabora con revistas como Rolling Stone, La
Mano, Dulce Equis Negra y La Mujer de mi Vida. Publicó dos
novelas, Bajar es lo peor (1995) y Cómo desaparecer
completamente (2004), y cuentos en las antologías La joven
guardia (2006), Una terraza propia (2006), En celo (2007) y
Los días que vivimos en peligro (2009).

ACTIVIDAD 11:
1) ¿ES CHICOS QUE VUELVEN LITERATURA FANTÁSTICA?
SI, NO, POR QUÉ
2) ¿A QUE SE DEBE EL TÍTULO DE LA OBRA?
3) ¿QUÉ HAY DE REALISMO EN LA OBRA? ¿CUÁL ES LA
NECESIDAD DE QUE HAYA REALISMO EN ESTA CLASE
DE HISTORIAS? ¿CUÁNDO SE VE “INTERRUMPIDO”?

CINE Y LITERATURA TRABAJO PRÁCTICO Nº5:


VER LA PELÍCULA FANTÁSTICA Y REALIZAR EL
TRABAJO-EXÁMEN DE INTERPRETACIÓN Y
MULTIPLE CHOICE DEL FILME Y LA NOUVELLE DE
177

MARIANA ENRÍQUEZ. (material externo)


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5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

CAPÍTULO 10: LA CIENCIA FICCIÓN


LECTURA 3.2 ENSAYO SOBRE CIENCIA FICCIÓN
Lo fantástico y la ciencia-ficción: nunca será, aún no
Por Delfín G. Marcos (estudiante de literatura y redactor en Revista PliegoSuelto)

Aunque intentaremos dibujar un mapa conceptual que defina las fronteras que separan a
los géneros fantástico y de ciencia ficción, en la práctica vendrán a ser convenciones
tradicionalmente colindantes, de las que una obra participa en mayor o menor medida y
sin llegar a pertenecer por completo, o en exclusiva, a ninguna de estas lógicas genéricas.

En primer lugar, para definir si un texto participa del género fantástico y/o de la ciencia-
ficción, es imprescindible analizar su adecuación al mundo extratextual contemporáneo a
la creación del mismo. Es más, para ser más precisos, hemos de hablar de una
comparativa entre dos convenciones: lo literario y lo real [Roas, 2001: 154]. En este
sentido, las categorías realidad y fantasía/ciencia ficción son necesariamente deudoras de
su contexto histórico. Dicho de otro modo: que encuadremos un texto en los géneros
realista, fantástico o de ciencia-ficción pasa por establecer una correspondencia entre el
texto y los parámetros que el lector del mismo establece como extratextuales.

Por esto, la mayoría de los críticos coinciden en apuntar que la condición sine qua non
para que se produzca el efecto fantástico es la presencia de un fenómeno sobrenatural
[Roas, 2001: 7-8]. En la literatura de ciencia-ficción, sin embargo, no se trata tanto de que
en la narración irrumpa lo sobrenatural, sino que en ella ocurran fenómenos imposibles,
con explicación racional, basados en avances tecnológicos o científicos. Si en un texto
fantástico se nos presenta un mundo similar al que habita el lector, y el fenómeno
sobrenatural viene a romper ese remanso de verosimilitud, en el de ciencia ficción se nos
lleva a un futuro más o menos lejano en el que el mundo ha sufrido cambios. En el
segundo caso, todo nos resulta al mismo tiempo familiar y futurible: los potenciales
avances científicos y técnicos se han hecho realidad y podemos comprobar sus
consecuencias.

Este primer acercamiento a los términos nos lleva a una primera conclusión: los términos
“real” y “fantástico” se retroalimentan; y es que el primero es la afirmación de la
experiencia y el segundo, su negación [Campra, 2001: 153-154]. Si uno es aquello que, en
oposición a lo imaginario, existe o ha existido, el otro (ningún adjetivo le queda tan bien a
178

lo fantástico) es aquello que no tiene realidad: lo no-real. En cambio, la ciencia ficción no


es oposición o negación sino elucubración, cavilación sobre lo real, una proyección hacia
Página

futuro, una seudorealidad.


5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

En su ensayo Los mundos de la ciencia ficción, Umberto Eco nos ayuda a esclarecer algo
más estas cuestiones acerca de dichos géneros. Por un lado, nos presenta la narrativa
realista como aquella que plantea situaciones que, a pesar de no haber ocurrido, no
repudian a la lógica (¿Qué ocurriría si se cae un vaso de agua en tu ordenador en este
preciso momento?). Eco define, frente a la literatura realista, otra que “construye mundos
estructuralmente posibles” *Eco, 2000: 185+. Con “estructuralmente posibles”
entendemos que se refiere a otros mundos que, aunque no se corresponden con la
experiencia del mundo real, podrían haber ocurrido, podrían estar ocurriendo o podrían
suceder en un futuro (¿Y si en un futuro la batería de tu ordenador se pudiese recargar
vertiendo agua sobre el teclado?). La ciencia ficción lanza hipótesis de lo que, a pesar de
no ser, es pensable; como dice Eco, en este género el mundo que se nos presenta es
verosímil “precisamente porque las transformaciones que sufre no hacen sino completar
tendencias del mundo real” *Eco, 2000: 187+. De ahí que también se llame a la ciencia-
ficción literatura de anticipación.

Pues bien, confrontándolo con las apreciaciones de David Roas, sacamos en claro una
segunda conclusión: si un texto fantástico no puede funcionar sin la presencia de un
fenómeno sobrenatural, −inexplicable para la razón− la ciencia-ficción compartirá con lo
fantástico el que ambas construyen un mundo imaginario que nunca existió o al que aún
no hemos llegado; un mundo que no entra en los planes del lector. Además, aunque la
ciencia-ficción está sujeta a explicaciones racionales, cualquier texto de este género es
también fantástico hasta que se demuestre lo contrario: hasta que el devenir de los
avances hagan posible lo que en el texto se presentó como utópico/distópico (¿Y si las
baterías de los ordenadores nunca llegan a alimentarse con agua?). A fin de cuentas,
entendemos que la esencia de lo fantástico es, como dijo Borges, que “no puede ser, pero
es”, a lo que añadimos: si eso que se presenta como que “es” (igual si se presenta como
“fue” o como “será”), no solo “no puede ser” sino que “nunca, por motivos racionales,
podrá llegar a ser”; pertenecerá al género fantástico. En cambio, si eso que “es”, “fue” o
“será” recoge esperanzas (o miedos) de que “algún día puede llegar a ser”, estaremos, por
el momento, ante un texto de ciencia-ficción.

¿Qué ocurre con aquella literatura que imaginó, antes de la invención del avión, un
mundo futuro con aparatos que surcaban los cielos? Remitiéndonos de nuevo a la
importancia del texto y del mundo extratextual contemporáneo a su creación, podríamos
decir que esta literatura se concibió como ciencia-ficción, que muchos (los más incrédulos,
los que no establecían el pacto de ficción con la ciencia-ficción) lo tomarían en aquel
momento como literatura fantástica, y que, inventado el avión, sigue siendo un libro de
ciencia-ficción, pero desprovisto de la hipótesis del imposible; como una escopeta que, al
apretar el gatillo, suena a disparo, huele a pólvora, pero tan solo salen del cañón pompas
de jabón.
179

¿A qué género pertenece Frankenstein o el moderno Prometeo? Las personas que agrupan
Página

esta novela en la ciencia-ficción son personas que aún guardan la esperanza de que, en un
futuro, el ser humano será capaz de infundir vida a un ente muerto. De cualquier modo,
5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

entendiendo que en 1818, el año de su publicación, se presenciaban los albores de la


revolución industrial, es lógico que esta distopía sobre la perversión del desarrollo
científico naciese como literatura de anticipación. Sin embargo, confiando en que haya
sido suficientemente clara la distinción isotópica de ambos géneros, y como ya hemos
apuntado en el anterior párrafo, nos decantamos más por una visión orgánica de las
lógicas genéricas: algo que nace como ciencia-ficción bien puede crecer y mutar en
literatura fantástica, o bien acabar por reafirmarse como texto realista si bien se llega a
cumplir la “profecía”, sin importar que en el texto quede la impronta de todos los géneros
a los que algún día perteneció.

Al traer a colación Frankenstein o el moderno Prometeo sería interesante detenerse a


comentar el prefacio escrito por la autora:

Tanto el doctor Darwin, como diversos escritores germanos que se ocuparon de fisiología,
han considerado posible el proceso que sirve de argumento a este libro. No quiero que se
me achaque la creencia de que puede concedérsele fe en mayor o menor grado a esta
fantasía, pero tomándola como la base de una obra fantástica, no he pensado que estaba
únicamente elaborando una serie de cuadros terroríficos y sobrenaturales. El hecho del
que depende el interés del relato, no presenta las dificultades de una simple narración de
espectros o de encantamientos. Destaca en él la novedad de las situaciones que expone y,
aunque imposible como hecho físico, ofrece para la imaginación y encuadre de las
pasiones humanas un punto de vista más extenso y profundo que cuanto puedan
proporcionar las relaciones ordinarias de los hechos ordinarios.*…+ [Shelley, 2011: 11]

La escritora no solo deja claro que no quería quedarse en “proporcionar las relaciones
ordinarias de los hechos ordinarios”. Aunque la novela se sustente de los géneros gótico y
fantástico, prefiere que no sea solo eso. Su voluntad era la de apoyarse en los avances
científicos de la época para plasmar los miedos que estos podían suscitar.

Por otro lado, cabe destacar que la novela no comience con la historia del doctor
Frankenstein y su criatura, sino que en aras de ganarse la confianza del lector, duplique los
narradores: se inicia con las misivas que le escribe un marinero a su hermana, y en una de
ellas le comenzará a contar que ha conocido al doctor Frankenstein, a quien encontraron
cerca del Polo Norte cuando iba en busca de alguien que huía de él. Mary Shelley da voz al
marinero, que a su vez da voz al doctor, de manera que la desconfianza del lector
disminuye ante semejante texto, y se establece el pacto de ficción.

Aún cabe destacar otro recurso para dotar de verosimilitud a un texto fantástico, y para
este caso acudiremos a las Aventuras de Arthur Gordon Pym, de Poe (como curiosidad, es
el libro que Magritte decidió dibujar en la rebaba de la chimenea en el cuadro La
180

reproduction interdite (Portrait d´Edward James)). En la nota preliminar, Poe decide dar la
palabra al protagonista de la novela, Arthur G. Pym, para que el lector sepa a lo que se
enfrenta, a modo de “Sé que no me vas a creer, pero déjame que te cuente”:
Página
5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

*…+Una consideración que me desalentaba era que, no habiendo llevado diario alguno
durante buena parte del tiempo en que estuve ausente, temía no poder escribir de
memoria una relación tan minuciosa y detallada que tuviese la “apariencia” de veracidad
que realmente poseía, exceptuando tan sólo la natural e inevitable exageración a la que
todos somos propensos al narrar sucesos que han ejercido poderosa influencia en nuestra
imaginación. Otra razón era que, tratándose de acontecimientos de naturaleza tan
indudablemente maravillosa, y no teniendo medio de atestiguar debidamente mis
afirmaciones (a no ser por el testimonio de un solo individuo, el de un indio mestizo),
únicamente podía esperar que diesen crédito a mis palabras mi familia y aquellos amigos
que, por conocerme de toda la vida, tenían motivos para confiar en mi veracidad; por lo
cual, lo probable sería que el público en general considerase que yo publicaba meramente
una fantasía tan insolente como ingeniosa. *…+ *Poe, 1980: 9-10]

Genot ya apuntó que los sistemas reguladores de la verosimilitud de los textos son
variables, mientras que el texto es invariable [Genot, 31:1968]. Será este concepto de
verosimilitud un elemento que nos permitirá asomarnos en este artículo a la frontera
misma de estos géneros, puesto que para el estudio de lo verosímil, así como para su
cumplimiento, hemos de hablar de textos, extratextos y lectores. En este sentido, Genot
se refiere al texto como un todo, un discurso cerrado y coherente que se basta para a sí
mismo para ser comprendido. El mundo extratextual, compuesto por discursos políticos,
históricos, por la opinión pública o por las nociones mismas de género, se nos presenta,
sin embargo como algo difuso, abierto y amorfo, o como dijimos anteriormente, orgánico.
Pues bien, en un intento de “relativizar lo absoluto del texto” *Genot, 41: 1968+, el lector
busca allende las justificaciones, en sistemas reguladores propios de su época o del
género.

Este principio integrador de un discurso en otros, o bien de alienación, encuentra en la


literatura fantástica y de ciencia ficción una manera de desintegrar al texto, de desgajarlo
−la mayoría de las veces fragmentariamente− del yugo de la realidad extratextual, aunque
no de esa capa que se refiere a la pertenencia al género. En palabras de Genot, mientras
que “lo verosímil tranquiliza, lo fantástico inquieta”. Un texto verosímil apuesta por lo
posible, tanto en su adecuación con la realidad como en su realidad. Es por eso por lo que
un texto de ciencia ficción presenta el mismo mecanismo interno de verosimilitud que uno
de realismo mágico: variando ostensiblemente las leyes de lo que el lector aprende como
“real”, en la ciencia ficción −así como el realismo mágico− se construye un mundo no solo
posible sino aceptado por la lógica interna del texto, coherente en su trama, previsible en
su acepción de lógico, y en el que el lector disfruta de una sola solución, una posibilidad
que excluye todas las demás.

Para que sea tildado de fantástico, un texto debe ofrecernos justo lo contrario: apostando
181

en un principio por el realismo, debe abrirse la brecha de lo inexplicable, debe irrumpir lo


sobrenatural, y debe coexistir sin llegar a resolverse, en una lucha entre lo real y lo no-real
Página

en la que se nos niega una conclusión tranquilizadora. Es por eso por lo que Poe o Shelley
utilizaron recursos indirectos de verosimilitud en el texto. Porque, como dijo Borges,
5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

“Todo relato (fantástico) digno de este nombre contiene, aún si lo mantiene oculto,
apartado, un cierto punto de retroceso, que abre todo un itinerario insospechado a la
voluntad de explicar” *Macherey, 1966: 279+. (¿Y si al ponerle punto y final a este artículo
bebiese agua, y con cada sorbo apareciesen erratas y faltas de ortografía que antes no
estaban en el texto?)

BIBLIOGRAFÍA
Roas, David, Teorías de lo fantástico, Arco libros, Madrid, 2001.

Campra, Rosalba, «Lo fantástico: una isotopía de la transgresión.», en Roas, David, Teorías de lo fantástico, Arco libros, Madrid, 2001, 153-192 pp.

Eco, Umberto, De los espejos y otros ensayos, Lumen, Barcelona, 2000.

Shelley, Mary, Frankenstein o El moderno Prometeo, Plutón ediciones, Barcelona, 2010.

Poe, Edgar A., Aventuras de Arturo Gordon Pym, Edaf, Madrid, 1980.

Genot, Gerard, «La escritura liberadora: lo verosímil en Jerusalén liberada del Tasso.», en Lo verosímil, Editorial Tiempo Contemporáneo, Buenos Aires,
1970, 31-62 pp.

HIPERTEXTO BIBLIOGRAFÍA:

ACTIVIDAD 12:
1) LEER EL ENSAYO Y SUBRAYAR
IDEAS PRINCIPALES. REALIZAR
UNA SÍNTESIS DE NO MÁS DE UNA
CARILLA.
2) ¿QUÉ ES LA CIENCIA FICCIÓN?

http://www.pliegosuelto.com/?p=441

182
Página
5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

REVOLUCIONES Y LITERATURA

S.XVI – XVII REVOLUCIÓN COPERNICANA –


CONQUISTA DE AMÉRICA, RENACIMIENTO,
MODERNIDAD. SHAKESPEARE Y
CERVANTES. BARROCO Y CLASICISMO.

S.XVIII - XIX REVOLUCIÓN FRANCESA SXVIII


– 1789. REVOLUCIÓN BURGUESA.
ROMANTICISMO LITERARIO, DE GOETHE
hasta ESTEBAN ECHEVERRÍA, SARMIENTO.

REVOLUCIÓN HAITIANA / REVOLUCIÓN


NEGRA– 1791 – REVOLUCIÓN DE
ESCLAVOS Y AFROAMERICANOS. PRIMER
INTENTO INDEPENDENTISTA CONTRA
FRANCIA.

S.XIX REVOLUCIÓN DE MAYO –


REVOLUCIONES DE INDEPENDENCIA
AMERICANA. JOSÉ MARTÍ Y CUBA, EL
ÚLTIMO BASTIÓN ESPAÑOL. ÁFRICA
CAPÍTULO 11:
COLONIAL.

REBELIÓN DE NAT TURNER EN 1831 EN REVOLUCIONES


VIRGINIA, EAST COAST, EE.UU. – REBELIÓN
DE ESCLAVOS NEGROS. 55 BLANCOS
ASESINADOS ENTRE MUJERES Y NIÑOS. Y DISTOPÍA
S.XX REVOLUCIÓN MEXICANA DE 1910 –
CAMPESINOS Y HACENDADOS CONTRA EL
DICTADOR PORFIRIO DÍAZ (34 AÑOS EN EL
PODER). PANCHO VILLA, EMILIANO
La distopía se define como una
ZAPATA, MADERO. REALISMO LATINO.

REVOLUCIÓN RUSA DE 1917 «(...) representación imaginaria de una


GUERRAS MUNDIALES sociedad futura con características
(CONTRARREVOLUCIONES) –DISTOPÍAS negativas que son las causantes de
alienación moral».5
REVOLUCIÓN CUBANA 1959 –
EXISTENCIALISMO, GENERACIÓN BEAT José María Merino.

REVOLUCIÓN CONTRACULTURAL Y SEXUAL Consensualmente, se tiene a las obras: Un


DE LOS AÑOS 60´ -BOOM LITERARIO mundo feliz de Aldous Huxley, 1984 de
LATINOAMERICANO
183

George Orwell y Fahrenheit 451 de Ray


Bradbury como la trilogía fundacional del
género distópico.5 6 Si bien existieron
Página
5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

obras catalogadas como distópicas con anterioridad.

La separación de los términos de utopía y distopía sucede entre los siglos XVIII y XX, con
uno de los elementos que caracteriza a la distopía: el ataque a los defectos de la sociedad.
En 1726, Jonathan Swift escribe una novela en una mezcla utópica de sátira y parodia a la
sociedad llamada Los viajes de Gulliver, utilizando recursos narrativos de la novela de
viajes.7

Para retratar los males de una sociedad ficticia, las distopías se caracterizan por:

1. Poseer una naturaleza real: ya que tienen un fundamento real para reflejar su
trama;
2. Poseer una naturaleza irreal: utópica para describir estados sociales y/o políticos
ilusorios e imaginados.9

La mayor parte de las distopías describen sociedades que son consecuencia de tendencias
sociales actuales y que llevan a situaciones totalmente indeseables.1 Surgen como obras
de advertencia, o como sátiras, que muestran las tendencias actuales extrapoladas en
finales apocalípticos.

Las distopías guardan mucha relación con la época y el contexto socio-político en que se
conciben. Por ejemplo, algunas distopías de la primera mitad del siglo XX o a mediados de
siglo advertían de los peligros del socialismo de Estado, de la mediocridad generalizada,
del control social, de la evolución de las democracias liberales hacia sociedades
totalitarias, del consumismo y el aislamiento. Ejemplos de ello son: Nosotros de Yevgueni
Zamiatin, Señor del Mundo de Robert Hugh Benson, 1984 de George Orwell, Mercaderes
del espacio de Frederik Pohl y Cyril M. Kornbluth, Un mundo feliz de Aldous Huxley y
Fahrenheit 451 de Ray Bradbury).

Otras más recientes son obras de ciencia ficción ambientadas en un futuro cercano y
etiquetadas como ciberpunk, que utilizan una ambientación distópica en que el mundo se
encuentra coercitivamente dominado por las grandes transnacionales capitalistas con
altos grados de sofisticación tecnológica y carácter represivo.

LECTURA EXTENSA: 1984 de G. Orwell


UN ANÁLISIS EXHAUSTIVO
184
Página

1984, Crítica y análisis de la obra


5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

1984 es una novela política de ficción distópica, escrita por George Orwell entre 1947 y
1948 y publicada el 8 de junio de 1949. La novela introdujo los conceptos del
omnipresente y vigilante Gran Hermano o Hermano Mayor, de la notoria habitación 101,
de la ubicua policía del Pensamiento y de la neolengua, adaptación del inglés en la que se
reduce y se transforma el léxico con fines represivos, basándose en el siguiente principio:
Lo que no está en la lengua, no puede ser pensado.

Muchos analistas detectan paralelismos entre la sociedad actual y el mundo de 1984,


sugiriendo que estamos comenzando a vivir en lo que se ha conocido como sociedad
orwelliana. El término orwelliano se ha convertido en sinónimo de las sociedades u
organizaciones que reproducen actitudes totalitarias y represoras como las representadas
en la novela. La novela fue un éxito en términos de ventas y se ha convertido en uno de
los más influyentes libros del siglo XX.

Se la considera como una de las obras cumbre de la trilogía de las distopías de principios
del siglo XX (también clasificadas como ciencia ficción distópica), junto a la novela de 1932
Un mundo feliz (Brave new world en inglés), de Aldous Huxley, y Fahrenheit 451 de Ray
Bradbury. Algunos consideran a esta novela un plagio de la obra Nosotros escrita por
Yevgeni Zamiatin en 1921. Por su parte Orwell reconoció la influencia de la misma en su
novela.

185
Página
5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

Historia de la novela

La novela fue escrita por George Orwell bajo el título de trabajo de El último hombre de
Europa (The Last Man in Europe en inglés). No obstante, los editores tanto en el Reino
Unido como en Estados Unidos, en donde fue lanzado el libro de forma simultánea,
cambiaron el nombre a Mil novecientos ochenta y cuatro por motivos comerciales. En ese
año transcurre la acción narrada en el libro. Publicado inicialmente el 8 de junio de 1949,
el grueso de la novela fue escrito por Orwell en la isla de Jura en Escocia en 1948, aunque
Orwell había estado escribiendo pequeñas partes desde 1945.

El título 1984 es el resultado de intercambiar la posición de los dos últimos dígitos del año
en el que se escribió el libro, 1948.

Sociedad descrita en la novela

En la novela, la sociedad localizada en una futura Inglaterra, parte del Imperio de Oceanía,
y se encuentra dividida en tres grupos. Los miembros “externos” del Partido Único, los
miembros del Consejo dirigente, o círculo interior del partido, y una masa de gente
marginada que vive atemorizada y aislada de la política, los plebeyos.

Los miembros “externos” constituyen la burocracia del aparato estatal (de ahí la
necesidad de la estricta vigilancia), viven sometidos a un control asfixiante y a una
propaganda alienante que los desmoraliza y les impide pensar críticamente. El estado
suprime todo derecho y los condena a una existencia poco más que miserable, con riesgo
de perder la vida o sufrir vejámenes espantosos si no demostrasen suficiente fidelidad y
adhesión a la causa nacional. Para ello se organizan numerosas manifestaciones donde se
requiere la participación activa de los miembros, gritando las consignas favorables al
partido, vociferando contra los supuestos traidores, dando rienda suelta al más
desaforado fanatismo. Sólo con fervor fanático se puede escapar a la omnipresente
186

vigilancia de la policía del pensamiento.


Página
5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

La novela es una descripción analítica de los regímenes totalitarios, muy en particular del
régimen stalinista. El título que se le da al gran dictador así lo sugiere: “Gran Hermano”.
Una alusión inequívoca a Stalin. Además se ridiculiza el derrotero político de éste ante la
agresión nazi en la Segunda Guerra Mundial: Stalin pasó de ser virtual aliado de Hitler, a
ser su más enconado enemigo. Y ese tremendo acto fallido pesaría sobre la credibilidad de
los comunistas del mundo entero.

El personaje principal de la novela es Winston Smith, que trabaja en el Ministerio de la


Verdad (uno de los cuatro ministerios que hay). Su cometido es reescribir la historia,
ironizando así, el ideal declarado en el nombre del Ministerio.

Los ministerios son los siguientes:

 El Ministerio del Amor (en neolengua Minimor) se ocupa de administrar los


castigos y la tortura.
 El Ministerio de la Paz (Minipax) se encarga de asuntos relacionados con la guerra
y se esfuerza para lograr que la contienda sea permanente. Si hay guerra con otros
países, el país está en paz consigo mismo. (Hay menos revueltas sociales cuando el
odio y el miedo se pueden enfocar hacia fuera, como señala la psicología social).
 El Ministerio de la Abundancia (Minindancia) encargado de los asuntos
relacionados con la economía y de conseguir que la gente viva siempre al borde de
la subsistencia mediante un duro racionamiento.
 El Ministerio de la Verdad (Miniver) se dedica a manipular o destruir los
documentos históricos de todo tipo (incluyendo fotografías, libros y periódicos),
para
conseg
uir que
las
187

eviden
Página

cias del
5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

pasado coincidan con la versión oficial de la historia, mantenida por el Estado.

Winston Smith vive en el Londres de un virtual 1984, en un mundo dividido en tres


superpotencias:

 Oceanía, donde impera el Ingsoc, acrónimo inglés para “socialismo inglés”.


Oceanía comprende el Reino Unido, Irlanda, toda América, Australia, Nueva
Zelanda y el Sur de África.
 Eurasia, donde impera el neobolchevismo. Eurasia comprende la Unión Soviética
(incluida la parte asiática) y Europa (excepto el Reino Unido e Irlanda).
 Estasia (Asia Oriental), donde impera la “Adoración de la Muerte” o “Desaparición
del Yo” . Estasia comprende China, Japón y Corea.

Además, hay diversas zonas del mundo que están siendo disputadas entre las diversas
superpotencias.

El Gran Hermano
suple a todo
personaje
político: él es el
comandante en
jefe, el guardián de la sociedad, el dios pagano y el juez supremo. Él es la encarnación de
los ideales del Partido, el Partido ubicuo, único y todopoderoso que vigila sin descanso
todas las actividades cotidianas de la población, al punto que inclusive en las calles y casas
hay dispositivos de vigilancia para conocer todos los actos de cada individuo
(“telepantallas”). Irónicamente, Orwell insinúa la posibilidad de que el Gran Hermano ni
siquiera sea una persona real, sino un mero icono propagandístico.
188

El Partido es la organización a la que han de pertenecer todas las personas, a excepción


Página

de los “proles”, que con todo, constituyen la inmensa mayoría de la población. Estos
5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

últimos están mantenidos en la miseria más abyecta, pero se les entretiene de diversas
formas por parte el Partido para preservarlos contentos en su situación. Prácticamente
sólo saben obedecer órdenes y se los considera incapaces de rebelarse; se les conceden
los mismos derechos que a los animales y, de hecho, la Policía del pensamiento apenas
los vigila: “a los proles se les permite la libertad intelectual porque no tienen intelecto
alguno”.

La familia es apenas tolerada por la ideología del Partido; es una práctica común la
denuncia de traición al Partido por parte de hijos pequeños a sus padres.

Los lemas del Partido, de cuya inversión de significado habla O’Brien, son:

 Paz es Guerra: Cuyo significado invertido sería guerra es paz, ya que la guerra
produce el miedo en los ciudadanos haciendo mucho más difícil que se rebelen por
temor a la invasión del país enemigo.

 Libertad es Esclavitud: Invertido sería esclavitud es libertad, pues el esclavo se


siente libre al no conocer otra cosa.

 Ignorancia es Fuerza: Cuya inversión daría como resultado fuerza es ignorancia,


debido a que la ignorancia de los “proles” también evita su rebelión contra el
partido.

Contexto histórico de la novela

1984 presenta una extrapolación de prácticas de la Unión Soviética y del Fascismo,


además de experiencias de Orwell en la Guerra
Civil Española (especialmente los sucesos de
mayo de 1937, que él describe en su obra
189

Homenaje a Cataluña) al conocer el horror de las


checas del Frente Popular que visita en Barcelona,
Página

algunas con crematorio como la de Sant Elies.


5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

 El Ingsoc, la ideología del estado totalitario en el que transcurre la novela, es una


corrupción de English Socialism.

 La “V” del emblema del Ingsoc es una parodia de la “V” de la Victoria utilizada
por los aliados en la Segunda Guerra Mundial. Esta “V” se utiliza también en el
envase de los Cigarrillos de la Victoria y de la Ginebra de la Victoria.

 La “reescritura del pasado”, trabajo de Winston Smith en el Ministerio de la


Verdad, era práctica habitual en la Unión Soviética (ver Fotografías trucadas en la
URSS), además de las mentiras habituales en la propaganda de guerra.

 El Gran Hermano es una copia, hasta en los detalles físicos del personaje, del culto
a la personalidad de Iósif Stalin.

 Emmanuel Goldstein, el Enemigo del Pueblo, está inspirado en Lev Trotsky, siendo
comunes a ambos personajes, el real y el creado por Orwell, las siguientes
características:
o Ambos participaron y fueron personajes importantes en las primeras
etapas revolucionarias.
o La descripción del aspecto físico de Goldstein coincide con la de Trotsky.
o Goldstein y Trotsky son apellidos judíos, pero la referencia más obvia es
que el verdadero apellido de Trotsky era Bronstein.
o La persecución al trotskismo en la Unión Soviética inspira los Dos Minutos
de Odio en la novela.

 El cambio de alianzas entre las superpotencias es una caricatura del Pacto


Molotov-Ribbentrop, que alió a la Unión Soviética con la Alemania Nazi, y la
ruptura de este pacto por sorpresa con la Operación Barbarroja. Los comunistas
obedientes a Moscú estuvieron obligados[cita requerida], entre agosto de 1939 y junio
190

de 1941, a acusar como agresores a los aliados y defender la política exterior nazi,
Página
5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

para revertir inmediatamente esta posición a partir de la invasión nazi de la Unión


Soviética.

 Winston Smith es un chiste histórico, ya que Winston, al escribirse la novela, era


una alusión a Winston Churchill, y Smith es el más común de los apellidos
anglosajones.

 La Habitación 101 es una referencia al despacho 101 que Orwell ocupó mientras
trabajaba para la British Broadcasting Corporation durante la Segunda Guerra
Mundial.

 Las bombas voladoras son una referencia a las V-1 y V-2 alemanas.

 El uniforme negro del Partido Interior que viste O’Brien se debe al uniforme negro
que usaban los miembros de las SS alemanas.

 El uniforme azul que usan los miembros del Partido Exterior está relacionado con
el uniforme azul que utilizaban los miembros de la Falange Española.[

Opiniones del propio Orwell

George Orwell opinó algunas veces


sobre los temas tratados en su
novela. En relación con la
reescritura de la Historia, Orwell
decía en su libro Mi Guerra Civil
Española:

Ya de joven me había fijado en que


ningún periódico cuenta nunca con
191

fidelidad cómo suceden las cosas,


Página

pero en España vi por primera vez noticias de prensa que no tenían ninguna relación con
5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

los hechos, ni siquiera la relación que se presupone en una mentira corriente. (…) En
realidad vi que la historia se estaba escribiendo no desde el punto de vista de lo que había
ocurrido, sino desde el punto de vista de lo que tenía que haber ocurrido según las
distintas «líneas de partido». (…) Estas cosas me parecen aterradoras, porque me hacen
creer que incluso la idea de verdad objetiva está desapareciendo del mundo. A fin de
cuentas, es muy probable que estas mentiras, o en cualquier caso otras equivalentes,
pasen a la historia. ¿Cómo se escribirá la historia de la Guerra Civil Española? (…) Sin
embargo, es evidente que se escribirá una historia, la que sea, y cuando hayan muerto los
que recuerden la guerra, se aceptará universalmente. Así que, a todos los efectos
prácticos, la mentira se habrá convertido en verdad. (…) El objetivo tácito de esa
argumentación es un mundo de pesadilla en el que el jefe, o la camarilla gobernante,
controla no sólo el futuro sino también el pasado. Si el jefe dice de tal o cual
acontecimiento que no ha sucedido, pues no ha sucedido; si dice que dos y dos son cinco,
dos y dos serán cinco. Esta perspectiva me asusta mucho más que las bombas, y después
de las experiencias de los últimos años no es una conjetura hecha a tontas y a locas.

También, por ejemplo, en una carta a un líder sindicalista estadounidense dice sobre su
novela 1984:

Yo no creo que el género de sociedad que describo vaya a suceder forzosamente, pero lo
que sí creo (si se tiene en cuenta que el libro es una sátira) es que puede ocurrir algo
parecido. También creo que las ideas totalitarias han echado raíces en los cerebros de los
intelectuales en todas partes del mundo y he intentado llevar estas ideas hasta sus lógicas
consecuencias.

Doblepensar significa el poder, la facultad de sostener dos opiniones contradictorias


simultáneamente, dos creencias contrarias albergadas a la vez en la mente. El intelectual
del Partido sabe en qué dirección han de ser alterados sus recuerdos; por tanto, sabe que
192

está trucando la realidad; pero al mismo tiempo se satisface a sí mismo por medio del
Página

ejercicio del doblepensar en el sentido de que la realidad no queda violada. Este proceso
ha de ser consciente, pues, si no, no se verificaría con la suficiente precisión, pero también
5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

tiene que ser inconsciente para que no deje un sentimiento de falsedad y, por tanto, de
culpabilidad. El doblepensar está arraigado en el corazón mismo del Ingsoc, ya que el acto
esencial del Partido es el empleo del engaño consciente, conservando a la vez la firmeza
de propósito que caracteriza a la auténtica honradez. Decir mentiras a la vez que se cree
sinceramente en ellas, olvidar todo hecho que no convenga recordar, y luego, cuando
vuelva a ser necesario, sacarlo del olvido sólo por el tiempo que convenga, negar la
existencia de la realidad objetiva sin dejar ni por un momento de saber que existe esa
realidad que se niega... todo esto es indispensable. Incluso para usar la palabra
doblepensar es preciso emplear el doblepensar. Porque para usar la palabra se admite que
se están haciendo trampas con la realidad. Mediante un nuevo acto de doblepensar se
borra este conocimiento; y así indefinidamente, manteniéndose la mentira siempre unos
pasos delante de la verdad. En definitiva, gracias al doblepensar ha sido capaz el Partido
—y seguirá siéndolo durante miles de años— de parar el curso de la Historia.

Fragmento del libro ficticio Teoría y práctica del colectivismo oligárquico de Emmanuel
Goldstein, que el protagonista de la novela, Winston Smith y el lector leen
simultáneamente.

DOS MINUTOS DE ODIO En 1984 de Orwell cada tanto el "partido" organizaba los "dos
minutos de odio". En dicho rato, se reunía a la gente en las fábricas o en los cines y
durante dos minutos insultaban la figura del "enemigo público" un tal Goldstein.
Goldstein era el responsable de todas las miserias y padecimientos. La gente lo odiaba
pues todas sus frustraciones eran culpa de Goldstein.
Durante los dos minutos de odio, la gente insultaba, escupía, y gritaba a la pantalla con su
imagen. Hasta que una música esperanzadora preanunciaba la imagen del Gran Hermano..
Una imagen paternal, temible pero querible (como Dios). A la cual todos agradecían
juntando las manos y cantando una canción (típico ritual socialista) el hecho de estar
luchando contra el enemigo.
193

En estos Dos minutos de Odio es obligatorio que los ciudadanos griten y maldigan para no
Página

ser acusados de traidores por la “policía del pensamiento” pero es muy importante
5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

rescatar lo que nos dice el personaje principal de dicha novela durante tal suceso “Así en
ese momento el odio no se dirigía contra Goldstein sino contra el propio Gran Hermano,
contra el partido y contra la Policía del Pensamiento...”(Orwell)
Los Dos minutos de odio es la caricatura de uno modo en que sobrellevamos la existencia
en un sistema enajenado y de todas nuestras frustraciones creadas ante no poder llenar
nuestras supuestas obligaciones, la represión que sentimos, ese enojo ante el sistema, la
clase política, la ineficiencia de las instituciones, se escapa en un frenesí sin control de
gritos y “madriadas” en la mayoría de los casos. Ejemplo es cuando esta frustración ante el
trabajo mal pagado o ante no poder comprar los regalos de navidad que
nuestros parientes esperan de nuestra parte se descarga en partidos de futbol, rezando
etc.

La Policía del Pensamiento (nombre original en


inglés: Thought Police; en neolengua: Thinkpol) se
refiere a una organización policial ficticia presente
en la novela de George Orwell 1984. Se considera
que está inspirada en la Gestapo y en la NKVD.1

La organización Orwelliana se caracteriza por


arrestar a los "ciudadanos" que "piensan" en cosas
que van en detrimento de las consignas del
Partido. El crimen de pensamiento (crimental o
pensacrimen) es lógicamente el más grave de
todos los crímenes sancionados por el Partido. La
Policía del Pensamiento utiliza unas máquinas
llamadas telepantallas similares a televisores provistos de un micrófono integrado, los
cuales permiten a los agentes de la Policía del Pensamiento escuchar las conversaciones
realizadas entre las personas que se encuentran a cierta proximidad de la telepantalla.
194
Página

El Partido obliga a los ciudadanos (principalmente a aquellos que tenían una vida sexual
activa constante o a aquellos que ocupaban cargos dentro del Partido, siendo mayor el
5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

control cuanto más se ascendía en el escalafón) a poseer telepantallas en sus casas y


oficinas, al punto de eliminar todo rastro de privacidad en la vida del individuo. Aparte de
las telepantallas, ejercían el control mediante el uso masivo de micrófonos en las calles e,
incluso, en el campo. El castigo por "pensar mal" es ser secuestrado y torturado para
hacer confesar los crímenes de pensamiento y, en última instancia, si el sujeto se resistía,
ser llevado a la Habitación 101, donde se le quebrantaba definitivamente.

Los proles (término con el que se designa al proletariado) estaban prácticamente libres del
control que ejercía la Policía del Pensamiento. La delincuencia era algo común y muy
extendido entre los proles, pero dado que todo eso no afectaba al Partido, se permitía: el
control de la Policía se reducía a unas cuantas telepantallas y a la eliminación de
elementos que fueran potencialmente peligrosos por estar desarrollando su inteligencia.
Como se afirma en la novela, "los proles poseían libertad intelectual, porque estaban
desprovistos de intelecto". Lo importante era que el fervor al Gran Hermano se
mantuviera en el Partido, con el fin de que este no perdiera la confianza en sí mismo y
fuese derrocado

195
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5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

ANEXO 1) LA ARGUMENTACIÓN
I. Introducción
Cicerón definía la argumentación como «el discurso mediante el cual se aducen pruebas para dar
crédito, autoridad y fundamento a nuestra proposición». Argumentar consiste, pues, en aportar
razones para defender una opinión y convencer así a un receptor para que piense de una
determinada forma. La argumentación se utiliza normalmente para desarrollar temas que se prestan
a controversia, y su objetivo fundamental es ofrecer una información lo más completa posible, a la
vez que intentar persuadir al lector u oyente mediante un razonamiento.

Por ejemplo, María le dice a Juan: Deja de fumar, que te vas a destrozar los pulmones. María ha
expresado una petición argumentándola (el tabaco perjudica los pulmones) para así justificar la
conclusión a la que quiere llegar: No hay que fumar.

Si la persona que argumenta conoce en profundidad el tema del que habla, diremos que es un
emisor cualificado. En cambio, cuando el hablante que argumenta transmite un mensaje elaborado
por otros (los testimonios de famosos en la publicidad, por ejemplo), diremos que es un emisor
interpuesto.

La argumentación y la exposición están estrechamente relacionadas: se expone para informar de


algo y esta exposición se puede argumentar para convencer y persuadir de alguna propuesta. Ambas
se pueden presentar de forma independiente. Sin embargo, frecuentemente se unen para formar
textos expositivo-argumentativos: editoriales, reportajes, ensayos, críticas, informes, solicitudes,
alegaciones, opiniones, tesis, sentencias...

II. Tipos de argumentación


Clasificació Caracterización Ejemplos
n
196
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5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

Todos los estudiantes de la Real


Va de lo general a lo concreto. La tesis Escuela Superior de Arte Dramático
Deductiva
se expone al comienzo y, a continuación, (R.E.S.A.D.) han tenido que superar
o
se ofrecen los argumentos de apoyo. una prueba de acceso; Luis es
analítica
Finalmente, se introduce la conclusión. estudiante de la RESAD; luego Luis ha
superado la prueba de acceso.
Va de lo particular a lo general. Se "Brasa" se escribe con b; "abrazo" se
Inductiva
empieza por los hechos y argumentos y escribe con b; "cebra" se escribe con
o
se coloca la tesis o conclusión al final; es b, etc.; luego todas las palabras que
sintetizant
decir, de una serie de consideraciones o contienen la sílaba "bra" se escriben c/
e
datos, se extrae una idea final. b.

«De ordinario los jóvenes buscan


No pretende sacar conclusiones ni
respuestas en los libros, pero ocurre
demostrar hipótesis, sino manifestar de
que cada libro suscita nuevas
forma encadenada ideas indiscutibles
Paralela preguntas. Al que esto le suceda, será
(verdaderas o falsas), que no están
ya un lector impenitente a lo largo de
subordinadas unas a otras por su
la vida»
contenido.
DELIBES, Miguel.

III. Estructura externa


Una argumentación consta de premisas y de conclusión:
1. Premisa primera: Fumar destroza los pulmones.
2. Premisa segunda: Tener los pulmones destrozados es malo para la salud.
3. Conclusión: Luego dejo de fumar.

IV. Estructura interna


Un texto argumentativo consta de:
1. Tesis. Es la idea fundamental en torno a la que se reflexiona; puede aparecer al
principio o al final del texto. Ha de presentarse clara y objetivamente. Puede encerrar en
sí varias ideas, aunque es aconsejable que no posee un número excesivo de ellas, pues
provocaría la confusión en el receptor y la defensa de la misma entrañaría mayores
dificultades.
2. Cuerpo. Despliega la idea o ideas que se pretende demostrar desde dos perspectivas:
una de defensa de ellas, y otra de refutación contra previsibles objeciones. Esta última
actitud no es necesario que esté presente, pero sí la primera. Consta, por tanto, de:
A. Argumentos. Una vez expuesta la tesis, comienza el razonamiento en sí, es
197

decir, se van ofreciendo los argumentos para confirmarla o rechazarla.


B. Refutación. Puede hacerse de una tesis admitida o de las posibles objeciones
Página

que podría hacer el adversario a un argumento concreto.


5TO AÑO LITERATURA – REALISMO(S) Y FANTÁSTICO-MARAVILLOSO

3. Conclusión. El autor, en su demostración, reflexiona sobre el tema desde todos los


ángulos, hasta llegar al objetivo deseado, que se ofrece como conclusión, a menudo
anunciada al comienzo del escrito. Puede presentarse de varias formas:
A. Afirmación de una tesis. El contenido que desarrolla el autor se presta en su
final a abstraer de los datos o ejemplos aducidos una idea general, explicativa
del problema o de los fenómenos que se traten, la cual asume un rango de tesis.
B. Con carácter sugeridor. Este tipo de conclusiones se distinguen porque el
escrito, si bien en el estadio final recoge en síntesis la idea sustancial de la
exposición, no llega a hacer como definitivo su razonamiento o a completar su
información. El autor apunta sugerencias para futuros trabajos, abriendo caminos
hacia otras perspectivas antes de poner punto final a su propio texto.

V. Técnicas de argumentación y de refutación


Para fortalecer la opinión defendida o para refutar la contraria, se emplean los siguientes
recursos:
Técnicas Caracterización Ejemplos
Como está lloviendo,
no vamos al cine.
El argumento es la causa y la conclusión, la
Causa / Estudio mucho para
consecuencia. También puede presentar la forma
Consecuencia trabajar en lo que me
de finalidad o de condición.
gusta.
Si bebes, no conduzcas
La argumentación se apoya normalmente en
testimonios fidedignos y citas que manifiestan la
Citas o
opinión sobre el tema de personas famosas, de La libertad es el don más
argumentos de
expertos conocidos. Su objetivo es reforzar la idea preciado, dijo Cervantes.
autoridad
sostenida, o bien adelantarse a posibles argumentos
contrarios.
Son dichos populares, anónimos, muy pegadizos y
de gran fuerza expresiva, que resumen reflexiones En boca cerrada no
Refranes
generales apoyadas en la experiencia vital y que entran moscas.
son compartidas por mucha gente.
Regla, principio o sentencia de autor conocido y de
carácter más culto que el de los refranes. Presentan Esto sólo sé:
Máximas
un valor de verdad comúnmente aceptado y que no sé nada (Sócrates).
admitido sin reservas
198

Se emplean para ilustrar lo que se pretende Demandé a Telefónica y


Ejemplos demostrar y defender; sirven, por tanto, como gané el juicio:
factor indispensable para lograr la persuasión. La justicia existe.
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Pilló el Cuervo dormida a


la Serpiente,y
Son relatos literarios en prosa o en verso de los al quererse cebar en ella
que, además de entretenimiento y placer, se puede hambriento,
Fábulas extraer una enseñanza de tipo práctico. le mordió venenosa.
Corresponden al tipo de argumentación por Sepa el cuento quien
analogía, ya que actúan como ejemplos ficticios. sigue a su apetito
incautamente
SAMANIEGO, Félix María..
En ocasiones, se apela al parecer general de una
El sentir de la sociedad, o incluso de un grupo social, con la clara El 95% de los encuestados
afirman dormir mejor tras
sociedad en intención de lograr la defensa, pero, sobre todo, haber leído durante un par
general convencer al lector de su opinión. Son argumentos de horas antes de acostarse
apoyados fundamentalmente en la cantidad
[^]

VI. Características lingüísticas


1. La distribución del razonamiento en párrafos ayuda a asimilar mejor el contenido, a la
vez que favorece la organización de las ideas. Es indudable que un texto debidamente
fragmentado en párrafos es más fácilmente interpretado y asimilado que un texto
indiviso.
2. Los nexos aseguran la evolución progresiva del texto, pues delimitan los párrafos entre
sí, además de señalar los cambios de contenido y de reflejar cualquier variación que se
produzca en el desarrollo del tema (conexión, restricción, oposición, relación causa-
consecuencia, etc.). Suelen ser frecuentes los nexos consecutivos que introducen la
conclusión a la que se ha llegado tras el razonamiento y que consolidan, por tanto, la
opinión del autor. (en definitiva, en consecuencia, de este modo...).
3. Normalmente se emplea la oración de modalidad enunciativa, con el fin de transmitir
una total objetividad. Por el contrario, las modalidades exclamativas, interrogativas o
dubitativas son más frecuentes en textos donde se acentúa la actitud personal del
escritor.
4. Cuando se trata de un tema conflictivo parece ser habitual que el autor introduzca
elementos subjetivos, como si no pudiera evitar la intromisión apasionada de su punto
de vista en la argumentación.
5. Es frecuente también la utilización de frases irónicas, que tienden a desestimar los
argumentos opuestos a la tesis presentada. La ironía da por verdadera y sería una
afirmación evidentemente falsa; tiene como finalidad reprochar algo al interlocutor, o
199

hacerle partícipe de la burla o indignación del autor.


6. Ha de conseguirse la coherencia en su estructuración interna y también ha de observarse
Página

la claridad en la elocución.
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7. El uso de la repetición potencia el efecto de convicción en el lector y favorece la


cohesión entre las oraciones de un párrafo. No resulta adecuada en textos científicos,
pues no aporta nada nuevo.
8. Es frecuente el empleo de tecnicismos correspondientes a la disciplina de la que trate el
texto.
9. Se utiliza una sintaxis compleja, con largos períodos oracionales. Predomina la
subordinación, más acorde con la expresión del razonamiento.
10. Se usan también los incisos cuya finalidad es la de aclarar algún aspecto que si bien se
considera secundario, puede servir de apoyo al hecho principal.

VII. Decálogo para elaborar un texto argumentativo


1. Determinar claramente cuál es la tesis del texto.
2. Definir el receptor a quien va dirigido el texto.
3. Cualquier afirmación ha de estar sustentada por una serie de argumentos, por lo que
habrá que buscar todos los argumentos posibles a favor de la tesis.
4. Tener en consideración las opiniones, creencias y valores del destinatario para elegir
aquellos argumentos que mejor puedan convencerle y desestimar los restantes.
5. Deben preverse las posibles objeciones del adversario a dichos argumentos.
6. Una buena introducción contribuye a captar la aprobación del auditorio.
7. El orden de los argumentos es un factor esencial. En beneficio del mismo, se evitarán
las divagaciones, que podrían entorpecer la comprensión. Los argumentos más sólidos
se deben incluir al final.
8. La conclusión debe tener fuerza e interés para ganar la complacencia del auditorio.
9. Emplear la lengua de forma adecuada, concisa y clara, sin renunciar a la ayuda que
pueden proporcionar los recursos literarios.
10. Si la exposición es oral, conviene memorizar de modo general el texto para producir una
buena impresión de seguridad en los oyentes.

25-07-2007lengua.literatura@atenea.cnice.mecd.es
200
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ANEXO 2) EL TEXTO ARGUMENTATIVO


El texto argumentativo tiene como objetivo expresar opiniones o rebatirlas con el fin de
persuadir a un receptor. La finalidad del autor puede ser probar o demostrar una idea (o
tesis), refutar la contraria o bien persuadir o disuadir al receptor sobre determinados
comportamientos, hechos o ideas.
La argumentación, por importante que sea, no suele darse en estado puro, suele
combinarse con la exposición. Mientras la exposición se limita a mostrar, la
argumentación intenta demostrar, convencer o cambiar ideas. Por ello, en un texto
argumentativo además de la función apelativa presente en el desarrollo de los
argumentos, aparecela función referencial, en la parte en la que se expone la tesis.
La argumentación se utiliza en una amplia variedad de textos, especialmente en los
científicos, filosóficos, en el ensayo, en la oratoria política y judicial, en los textos
periodísticos de opinión y en algunos mensajes publicitarios. En la lengua oral, además
de aparecer con frecuencia en la conversación cotidiana (aunque con poco rigor), es la
forma dominante en los debates, coloquios o mesas redondas.

PROCEDIMIENTOS ORGANIZATIVOS

El texto argumentativo suele organizar el contenido en tres apartados: introducción,


desarrollo o cuerpo argumentativo, y conclusión.
La INTRODUCCIÓN suele partir de una breve exposición (llamada ―introducción o
encuadre‖) en la que el argumentador intenta captar la atención del destinatario y
despertar en él una actitud favorable. A la introducción le sigue la tesis, que es la idea en
torno a la cual se reflexiona. Puede estar constituida por una sola idea o por un conjunto
de ellas.
El DESARROLLO. Los elementos que forman el cuerpo argumentativo se denominan
pruebas, inferencias o argumentos y sirven para apoyar la tesis o refutarla.
Según la situación comunicativa, se distingue entre :
ESTRUCTURA MONOLOGADA: La voz de un solo sujeto organiza la totalidad del
texto argumentativo. Es el caso del investigador que valora el éxito de un
descubrimiento en una conferencia.
ESTRUCTURA DIALOGADA: El planteamiento, la refutación o la justificación y la
conclusión se desarrollan a lo largo de réplicas sucesivas. Es el caso de los debates en
los que es fácil que surjan la controversia, la emisión de juicios pasionales, las
descalificaciones y las ironías.
201

Según el orden de los componentes, se distinguen varios modos de razonamiento:


La DEDUCCIÓN (o estructura analítica) se inicia con la tesis y acaba en la conclusión.
Página

La INDUCCIÓN (o estructura sintética) sigue el procedimiento inverso, es decir, la


tesis se expone al final, después de los argumentos.
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A su vez, los argumentos empleados pueden ser de distintos tipos:


Argumentos racionales: Se basan en ideas y verdades admitidas y aceptadas por el
conjunto de la sociedad.
Argumentos de hecho: Se basan en pruebas comprobables.
Argumentos de ejemplificación: Se basan en ejemplos concretos.
Argumentos de autoridad: Se basan en la opinión de una persona de reconocido
prestigio.
Argumentos que apelan a los sentimientos. Con estos argumentos se pretende halagar,
despertar compasión, ternura, odio…
La CONCLUSIÓN. Es la parte final y contiene un resumen de lo expuesto (la tesis y
los principales argumentos).

PROCEDIMIENTOS DISCURSIVOS

Se trata de procedimientos que no son exclusivos de la argumentación antes bien son


compartidos por otros modos de organización textual, como la exposición. Destacan:
La DEFINICIÓN. En la argumentación se emplea para explicar el significado de
conceptos. En ocasiones, se utiliza para demostrar los conocimientos que tiene el
argumentador.
La COMPARACIÓN (o analogía) sirve para ilustrar y hacer más comprensible lo
explicado. Muchas veces sirve para acercar ciertos conceptos al lector común.
La CITAS son reproducciones de enunciados emitidos por expertos. Tienen el objetivo
de dar autenticidad al contenido. Las citas se emplean como argumentos de autoridad.
La ENUMERACIÓN ACUMULATIVA consiste en aportar varios argumentos en
serie. Cumple una función intensificadora.
La EJEMPLIFICACIÓN se basa en aportar ejemplos concretos para apoyar la tesis.
Los ejemplos pueden ser el resultado de la experiencia individual.
La INTERROGACIÓN se emplea con fines diversos: provocar, poner en duda un
argumento, comprobar los conocimientos del receptor…

PROCEDIMIENTOS LINGÜÍSTICOS

El párrafo es el cauce que sirve para distribuir los diferentes pasos (planteamiento,
análisis o argumentos y conclusión) contenidos en la argumentación escrita.
De entre los elementos de cohesión textual que relacionan los contenidos repartidos en
los diferentes párrafos destacan tres: la repetición léxica o conceptual en torno al tema y
los marcadores discursivos que permiten seguir el proceso de análisis o argumentación y
avisan del momento de la conclusión.
Si el texto pertenece al ámbito científico (jurídico, humanidades…) abundan en el léxico
202

los tecnicismos. Si es de tema más general o de enfoque más subjetivo, suele utilizarse
un léxico de registro predominantemente estándar.
Página

BIBLIOGRAFÍA:
Lengua castellana y literatura (1º bachillerato). Barcelona: Teide.
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Lengua y literatura (1º y 2º bachillerato). Madrid: MacGraw-Hill.


Lengua castellana (1º bachillerato). Barcelona: Edebé.

ANEXO 3) LA TESIS/HIPÓTESIS EN UN TEXTO


ARGUMENTATIVO
¿QUÉ SON LAS TESIS E HIPÓTESIS EN LOS TEXTOS ARGUMENTATIVOS?

Si bien a lo largo de la Historia de la Investigación Científica y Lingüística hay matices de


diferenciación entre los términos Tesis e Hipótesis, tomaremos Tesis e Hipótesis como
sinónimos para la construcción de un Texto Argumentativo. Un Texto Argumentativo parte
de una Tesis o puede arribar a ella al ser finalizado; en ambos casos, tanto antes como
después, se deben presentar los razonamientos y argumentos que sustentan la Tesis /
Hipótesis.

¿Qué son? Las hipótesis/tesis son proposiciones en forma de oración de carácter


afirmativo y/o conjetural que relacionan variables, conceptos, temas, etc., productos de
una investigación, de un informe, de una monografía, de un texto argumentativo de toda
clase y carácter (jurídico, periodístico, científico, literario, ensayístico, etc.)

El término "tesis" proviene del verbo griego <thesis> que significa "poner", por lo que el
vocablo podría traducirse como "acción de poner". Aunque en principio podría ser
cualquier cosa lo que se pusiera, en sentido más específico se usaba para significar la
acción de "poner" una doctrina, principio o proposición. De esta forma se comprende la
habitual traducción actual de "afirmación".

Aristóteles concibió la tesis como un principio inmediato de la estructura de un argumento


que sirve de base para la demostración. Él clasifica las tesis en dos clases principales: unas
más abstractas y ligadas al sentido de las palabras y los textos, que serían propiamente las
Tesis; y otras más ligadas a los asuntos de la realidad, más allá de las palabras y los textos,
a las que él refería como Hipótesis.

Hipótesis: Uno de los primeros autores en utilizar este término fue Platón, para quien una
hipótesis es un supuesto del que pueden extraerse diversas consecuencias, como por
ejemplo los supuestos que utilizan los matemáticos y geómetras.
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