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Metabolismo de los carbohidratos

Digestión de los carbohidratos

El proceso de la digestión es la degradación enzimática de las moléculas complejas que


constituyen a los alimentos, para convertirlas en compuestos más sencillos. Así, las proteínas
son convertidas a aminoácidos y los di, oligo y polisacáridos son hidrolizados a monosacáridos.
Los productos de la digestión son absorbidos por el intestino delgado e ingresan a la sangre para
ser distribuidos a todas las células del organismo.

La celulosa y el almidón son los polisacáridos más abundantes en los alimentos que consumimos.
Nuestra dieta también es rica en los disacáridos sacarosa y lactosa por lo que analizaremos cómo
son digeridos y absorbidos estos compuestos.

La digestión del almidón se inicia en la boca, durante la masticación, ya que en la saliva se


encuentra una hidrolasa, que recibe el nombre de amilasa salival, la cual, introduciendo una
molécula de agua, rompe el enlace glucosídico α 1 —> 4, que mantiene unidas a las moléculas
de glucosa en el polímero. Cada vez que actúa la enzima se produce una molécula de glucosa
libre y almidón, que tiene una unidad menos de las que tenía en un principio.

La acción de la amilasa salival dura únicamente mientras los alimentos pasan de la boca hacia el
estómago, a través del esófago, debido a que el pH del estómago es muy bajo y el pH óptimo de
la amilasa salival es cercano a 7. Por ello la amilasa salival se inactiva al llegar a este órgano.

En el estómago los carbohidratos no sufren ninguna transformación química. Es en el intestino


delgado en donde ocurre la mayor parte de la digestión de los carbohidratos, ya que ahí se
secretan los fluidos producidos por el páncreas y algunas células de las paredes del intestino,
que llevan en solución enzimas específicas para hidrolizar carbohidratos. La secreción de las
enzimas intestinales es similar en las glándulas salivales, la mucosa gástrica y el páncreas. Estos
órganos contienen células especializadas para la síntesis, almacenamiento y transporte de
enzimas a la superficie celular, y de ahí a la luz intestinal. Estas secreciones se denominan
exocrinas, esto es, «segregadas al exterior», en oposición a la secreción endocrina de las
hormonas.

El páncreas sintetiza la amilasa pancreática, que actúa de manera idéntica a la salival, pero
durante el tiempo suficiente para lograr la degradación total de una molécula de almidón hasta
glucosa. Las dos amilasas que se han analizado rompen solamente enlaces glucosídicos α - 1 —
> 4. En el caso de la amilopectina que tiene ramificaciones α - 1 —> 6 , se requiere además otra
enzima, producida también por el páncreas, que hidroliza estos enlaces para lograr su
degradación total hasta glucosa.

Las responsables de la degradación de los disacáridos son las células de las paredes del intestino
delgado, las cuales sintetizan varias disacaridasas. Por ejemplo, lactasa hidroliza a la lactosa,
para producir una molécula de galactosa y otra de glucosa, la sacarasa degrada a la sacarosa en
fructosa y glucosa.

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Gracias a la acción de las enzimas que se han mencionado, en el intestino delgado queda una
mezcla de monosacáridos provenientes de los carbohidratos complejos. Estas unidades son
absorbidas por las células de las paredes intestinales, pasando hacia la sangre y a través del
sistema porta - hepático son conducidos hacia el hígado.

Absorción de carbohidratos

Absorción de monosacáridos por los enterocitos

La glucosa, la fructosa y la galactosa son los monosacáridos primarios que resultan de la


digestión de los hidratos de carbono de la dieta. La absorción de estos azúcares y otros
monosacáridos minoritarios se realiza por medio de mecanismos mediados por transportadores
específicos, todos los cuales demuestran especificidad para el sustrato y estereoespecificidad,
muestran cinéticas de saturación y pueden inhibirse específicamente.
En la membrana en cepillo, el transportador de glucosa dependiente de sodio transporta la
glucosa y la galactosa. Esta proteína ligada a la membrana se une a la glucosa o la galactosa y al
Na+ en sitios separados y los transporta al citosol del enterocito. El Na+ es transportado así a
favor de su gradiente de concentración (la concentración en la luz intestinal es más alta que la
del interior de la célula), transportando la glucosa en contra de su gradiente. Este mecanismo
de transporte está ligado a la Na/K ATPasa que luego expulsa el Na+ de la célula
intercambiándolo por K+ , con la hidrólisis concomitante de ATP. Por tanto, el transporte de
glucosa o galactosa es un proceso activo indirecto. La consecuencia interesante de este
mecanismo es que la absorción de sodio del intestino está facilitada cuando están presentes
algunos hidratos de carbono en la luz. La fructosa es transportada a través de la membrana del
borde en cepillo por difusión facilitada independiente del sodio que implica el transportador de
glucosa asociado a la membrana GLUT-5, que se encuentra en el borde en cepillo del enterocito,
y el GLUT-2, una proteína que transporta monosacáridos del enterocito a la circulación.

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Absorción de monosacáridos por las células desde la sangre

El metabolismo de la glucosa en los mamíferos está limitado por la velocidad de captación de


glucosa por las células y su fosforilación por la hexoquinasa. En la captación de glucosa de la
sangre interviene la familia de transportadores de glucosa GLUT . Los transportadores de los
hepatocitos (GLUT1, GLUT2) y de las neuronas cerebrales (GLUT3) siempre están presentes en
la membrana plasmática. Por el contrario, el principal transportador de glucosa en las células
del músculo esquelético, músculo cardiaco y tejido adiposo (GLUT4) está secuestrado en
pequeñas vesículas intracelulares y se desplaza a la membrana plasmática solo en respuesta a
una señal de insulina). Así, en el músculo esquelético, corazón y tejido adiposo, la captación y
metabolismo de la glucosa depende de la liberación normal de insulina por las células β-
pancreáticas en respuesta a niveles elevados de glucosa sanguínea.

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RESPIRACIÓN CELULAR

Proceso metabólico de tipo catabólico. Consta de las siguientes etapas:

A. Glucólisis
B. Ciclo de Krebs
C. Cadena transportadora de electrones y fosforilación oxidativa

A. Glucólisis

Vía por lo que la glucosa se transforma a piruvato, con la producción de 2 moles de ATP/mol
de glucosa, consta de 10 reacciones enzimáticas, sucede en el citosol de la célula y transcurre
en dos fases:

Fase I: Fase preparatoria en la que la glucosa, es fosforilada y fragmentada dando lugar a dos
moléculas de gliceraldehído 3-P. Este proceso consume 2 ATP, en lo que constituye una
especie de inversión de energía.

Fase II: las dos moléculas de gliceraldehído 3-P se convierte a piruvato, con la producción de 4
ATPs y 2 NADH.

Al final, el rendimiento neto es de dos moléculas de ATP por molécula de glucosa utilizada, ya
que se han invertido dos moléculas de ATP en la fase preparatoria de la glucólisis. También se
conserva energía en la fase de beneficios mediante la formación de dos moléculas del
transportador de electrones NADH por molécula de glucosa.

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Regulación de la glucólisis

Sólo tres reacciones, las catalizadas por la Hexoquinasa, la fosfofructoquinasa y la piruvato


quinasa son posibles puntos de control de flujo. La fosfofructoquinasa (PFK) es el principal
enzima de control de flujo de la glucólisis en el músculo. El ATP actúa como sustrato e inhibidor
alostérico del PKF, cuando la ATP es elevada como resultado de una demanda metabólica baja,
la PFK es inhibida y el flujo a través de la vía es baja; en el caso contrario , cuando la ATP es baja,
el flujo a través de la vía es alto y se sintetiza ATP para mantener el nivel intracelular.

La inhibición del PKF por el ATP es eliminada por acción del AMP quien permite la acción de la
PKF dándose lugar la glucólisis.

Producción de acetil CoA (Descarboxilación del piruvato)

Antes de entrar en el ciclo del ácido cítrico, los esqueletos carbonados de azucares y ácidos
grasos deben ser degradados al grupo acetilo del acetil-CoA, la forma en que el ciclo del ácido
cítrico acepta la mayor parte del combustible aportado. En este apartado consideraremos de
qué modo el piruvato, procedente de la glucosa y otros azucares a través de la glucólisis, se
oxida para dar lugar a acetil-CoA y CO2 a consecuencia de la acción que sobre el ejerce una
agrupación estructurada de tres enzimas con múltiples copias de cada uno de ellos, el complejo
de la piruvato deshidrogenasa (PDH ), localizado en la matriz de las mitocondrias de las células

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eucarioticas y en el citosol de las bacterias. La reacción global catalizada por el complejo de la
piruvato deshidrogenasa es una descarboxilación oxidativa, un proceso de oxidación irreversible
en el que el piruvato pierde un grupo carboxilo en forma de molécula de CO2 y los dos carbonos
restantes se transforman en el grupo acetilo del acetil-CoA. El NADH formado en esta reacción
libera un ión hidruro a la cadena respiratoria.
En la oxidación del piruvato para dar acetil-CoA intervienen las coenzimas TPP, ácido lipoico,
FAD, NAD+ y CoA-SH, que actúan de manera concertada con las tres enzimas del complejo
piruvato deshidrogenasa. Ahora estamos ya en disposición de ver cómo actúan todos estos
componentes de manera conjunta para producir la conversión del piruvato en acetil CoA.
Una característica crucial de esta secuencia de reacciones es la interacción de dos porciones de
lipoamida en E2, primero con el hidroxietil-TPP unido a E1, a continuación con la CoA-SH en E2
para producir acetil-CoA,y finalmente con el FAD unido a E3 para regenerar la especie disulfuro
de la lipoamida.
El complejo piruvato deshidrogenasa constituye uno de los ejemplos mejor conocidos de la
forma en que las células pueden conseguir una economía de función mediante la yuxtaposición
de enzimas que catalizan reacciones secuenciales.

B. Ciclo de Krebs o del ácido cítrico

El ciclo del ácido cítrico (ciclo de Krebs, ciclo TCA) es una ruta catabólica central casi universal en
la que compuestos producidos en la degradación de glúcidos, grasas y proteínas se oxidan a CO2
y en el que la mayor parte de la energía de oxidación se conserva temporalmente en los

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transportadores electrónicos FADH2 y NADH. Durante el metabolismo aeróbico estos electrones
se transfieren al O2 mientras que la energía del flujo electrónico se retiene en forma de ATP.
El acetil-CoA entra en el ciclo del ácido cítrico (en las mitocondrias de eucariotas y en el citosol
de bacterias) cuando la citrato sintasa cataliza su condensación con oxalacetato para formar
citrato.
En siete reacciones secuenciales, entre las que se incluyen dos descarboxilaciones, el ciclo del
ácido por ejemplo los productos de degradación de muchos aminoácidos, puede ser oxidado por
el ciclo.
El ciclo del ácido cítrico es anabólico, ya que sirve tanto para el catabolismo como para el
anabolismo; se pueden extraer intermediarios del ciclo y utilizarlos como material de partida
para obtener un buen número de productos biosintéticos.

Para iniciar una vuelta del ciclo el acetil-CoA cede su grupo acetilo al oxalacetato, un compuesto
de cuatro átomos de carbono, formando una molécula de citrato de seis carbonos. El citrato se
transforma entonces en isocitrato, otra molécula de seis carbonos, que al deshidrogenarse
perdiendo CO2 genera α-cetoglutarato, un compuesto de cinco átomos de carbono también
llamado oxoglutarato. El α-cetoglutarato sufre la pérdida de una segunda molécula de CO2.
produciendo finalmente succinato de cuatro carbonos. A continuación el succinato se convierte
mediante una secuencia de tres reacciones enzimáticas en el compuesto de cuatro carbonos
oxalacetato, con lo que queda listo para reaccionar con otra molécula de acetil-CoA. En cada
vuelta del ciclo se produce la entrada de un grupo acetilo (dos carbonos) en forma de acetil-CoA
y la salida de dos moléculas de CO2; se utiliza una molécula de oxalacetato para formar citrato
y se regenera una molécula de oxalacetato. No se produce una pérdida neta de oxalacetato; en
teoría, una sola molécula de este compuesto sería suficiente para promover la oxidación de un
número infinito de grupos acetilo y de hecho el oxalacetato se encuentra en las células en
concentraciones muy bajas. Cuatro de los ocho pasos de este proceso son oxidaciones en las
que la energía de oxidación se conserva, con elevada eficiencia, en forma de las coenzimas
reducidos NADH y FADH2.

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Un grupo acetilo de dos átomos de carbono entro en el ciclo combinándose con el oxalacetato.
Dos átomos de carbono salieron del ciclo como CO2 debido a la oxidación del isocitrato y el α-
cetoglutarato. La energía liberada en estas oxidaciones se conservó reduciendo tres NAD+ y FAD,
y la producción de un ATP o GTP. Al final del ciclo se regenero una molécula de oxalacetato.
Obsérvese que los dos átomos de carbono que aparecen como CO2 no son los mismos átomos
de carbono que entraron en forma de grupo acetilo; se precisan más vueltas alrededor del ciclo
para liberar estos átomos de carbono como CO2. A pesar de que el ciclo del ácido cítrico en si
genera directamente solo un ATP por vuelta (en la conversión de succinil-CoA a succinato), los
cuatro pasos de oxidación en el ciclo proporcionan un gran flujo de electrones hacia la cadena
respiratoria vía NADH y FADH2 y de este modo posibilita la formación de un gran número de
moléculas de ATP durante la fosforilación oxidativa.
El rendimiento energético de la producción de dos moléculas de piruvato a partir de una
molécula de glucosa en la glucólisis es de 2 ATP y 2 NADH. En la fosforilación oxidativa, el paso
de dos electrones desde el NADH al O2 conduce a la formación de unos 2,5 ATP, y el paso de dos
electrones desde el FADH2 al O2 rinde alrededor de 1,5 ATP. Esta estequiometría nos permite
calcular el rendimiento global de ATP en la oxidación completa de la glucosa. Cuando ambas
moléculas de piruvato se oxidan a seis CO2 vía el complejo de la piruvato deshidrogenasa y el
ciclo del ácido cítrico, y se transfieren los electrones al O2 vía fosforilación oxidativa, se obtienen
hasta 32 ATP por glucosa.
En el ciclo de Krebs se produce por molécula de acetil CoA: 3NADH, 1 FADH2, 1 GTP y 2 CO2.

C. La cadena transportadora de electrones y la Fosforilación oxidativa

Durante la cadena transportadora se produce la reducción de O2 a H2O gracias a los electrones


cedidos por el NADH y el FADH2. En los eucariotas tiene lugar en las crestas mitocondriales
La membrana mitocondrial externa es fácilmente permeable a pequeñas moléculas e iones, que
se mueven libremente a través de canales transmembrana compuestos por una familia de
proteínas integrales membrana llamadas porinas. La membrana interna es impermeable a la
mayoría de moléculas pequeñas e iones, incluido el protón (H+); las únicas especies que cruzan
esta membrana lo hacen a través de transportadores específicos.

La membrana interna aloja los componentes de la cadena respiratoria y la ATP sintasa. La matriz
mitocondrial, el espacio acotado por la membrana interna, contiene el complejo de la piruvato
deshidrogenasa y los enzimas del ciclo del ácido cítrico, de la ruta de la β-oxidación de los ácidos
grasos y de las rutas de oxidación de los aminoácidos, es decir, todas las rutas de oxidación de
combustibles excepto la glucólisis, que tiene lugar en el citosol. Debido a que la membrana
interna tiene una permeabilidad selectiva, separa los intermediarios y enzimas de las rutas
metabólicas citosólicas de los procesos metabólicos

• Cadena transportadora de electrones: Todo empieza con la entrada de electrones en


la cadena transportadora respiratoria. La mayor parte de dichos electrones provienen
de la acción de las deshidrogenasas que captan electrones de vías catabólicas y los
canalizan hacia aceptores universales de electrones. Nucleótidos de nicotinamida (NAD
o NADP) o nucleótidos de flavina (FAD o FMN) . Este proceso es la encargada de catalizar
el transporte progresivo de electrones de NADH hacia el oxígeno molecular. Se trata de
una reacción fuertemente exergónica debido a la diferencia de potencial redox entre el
donante (NADH) y el aceptor (O2). Una gran parte de la energía obtenida en este
proceso es utilizada para generar un gradiente de protones en la membrana
mitocondrial interior y éste, a su vez, para producir ATP a partir de la ATP-sintasa.
La cadena de transporte de electrones está compuesta por tres grandes complejos
proteicos (complejos I,III y IV) todos estos integrados en la membrana interna de la
mitocondria y dos moléculas de transferencia móviles: ubiquinona (coenzima Q) y

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citocromo c. La succinato deshidrogenasa es considerada el complejo II de la cadena
respiratoria. La ATP-sintasa suele ser denominada también complejo V a pesar de que
no participa en el transporte de electrones.
Los electrones se incorporan a la cadena de transporte a través de diferentes rutas.
Durante la oxidación de NADH mediante el complejo I se unen a la ubiquinona (Q). Los
electrones obtenidos a partir de la oxidación de succinato, acil CoA y otros sustratos se
incorporan por medio de la succinato deshidrogenasa y otras deshidrogenasas
mitocondriales a la ubiquinona a través del FADH2 unido a la enzima, y de la
flavoproteína transportadora de electrones. La ubiquinona transfiere electrones al
complejo III, que los traspasa a su vez a la pequeña proteína citocromo c que transporta
los electrones al complejo IV, la citocromo c oxidasa, que tiene como componentes
redox activos dos centros de cobre y los grupos hemo a través de los cuales los
electrones se incorporan finalmente al oxígeno.

Si los electrones se desplazan por medio de la cadena de transporte, se produce como


consecuencia un incremento en la concentración de H+, es decir que el pH disminuye en
al menos una unidad. Por cada molécula de H2O se bombean alrededor de 10 iones de
H al espacio intermembrana. El reflujo de protones a la matriz se puede dar únicamente
por acción de la ATP-sintasa.
La reducción de O2 y la producción de ATP se desarrollan asimismo en la matriz con la
ayuda de un antiportador. El ATP obtenido ingresa al espacio intermembrana al tiempo
que éste expulsa ADP. Una vez allí, el ATP es transferido al citoplasma a través de
porinas.

• Fosforilación oxidativa: en la cadena transportadora los electrones la energía obtenida


en este proceso se emplea para generar una gradiente de protones en la membrana
mitocondrial interna. La síntesis de ATP depende por ello de que se produzca un reflujo
de protones del espacio intermembranoso hacia la matriz. La ATP-sintasa
transportadora de H+(complejo V) está conformada por dos partes, un canal de
protones (Fo) integrado a la membrana y una unidad catalítica (F1) que sobresale de la
matriz. El ciclo catalítico puede dividirse en tres fases, cada una de las cuales pasa por
los tres centros catalíticos activos. En la primera fase se unen el ADP y Pi, luego se forma
el enlace de anhídridos y por último se divide el producto. Cuando los protones fluyen a
lo largo del canal proteico F0 los tres centro activos pasan al siguiente estado. Se supone
que la energía del transporte de electrones se utiliza primero en una rotación de la
subunidad γ que cambia en forma cíclica la conformación de las subunidades α y β
relativamente estáticas en la parte F0 promoviendo de esta manera la síntesis de ATP.

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FERMENTACIÓN LÁCTICA

Cuando a los tejidos animales no se les puede suministrar oxígeno suficiente para mantener la
oxidación aeróbica del piruvato y del NADH producidos en la glucólisis, el NAD+ se regenera a
partir del NADH mediante la reducción del piruvato a lactato. En el músculo, especialmente
durante el ejercicio intenso, cuando la demanda de ATP es elevada y se ha consumido el oxígeno,
la lactato deshidrogenasa (LDH) cataliza la oxidación del NADH por el piruvato para dar NAD+ y
lactato

Fermentación y bacterias. Las bacterias presentes en la biopelícula dental utilizan azúcares para
obtener energía principalmente mediante la ruta metabólica conocida como glucólisis. Una vez
que se generan los productos de dicha ruta, se puede terminar el proceso de fermentación
donde se da la síntesis de compuestos como ácidos orgánicos, los cuales deben ser expulsados
al exterior de la célula bacteriana con el objetivo de no comprometer su supervivencia. Este
fenómeno puede representar un problema cuando se sintetizan una gran cantidad de ácidos,
pues entran en contacto con las superficies minerales del diente y reaccionan con la
hidroxiapatita, produciendo su disolución. Las bacterias orales tienen presente en su superficie
dos sistemas transportadores de azúcares: el sistema fosfotransferasa dependiente de

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fosfoenolpiruvato (PEP-PTS) y el sistema de transporte de unión a proteína (BPTS). El PEP-PTS
tiene un dominio específico de azúcar y un dominio de fosforilación -no específico de azúcar.
Cuando los azúcares son transportados, inmediatamente son fosforilados transfiriendo un grupo
fosfato a partir de fosfoenolpiruvato, el cual es un compuesto de alta energía que proviene de
glucólisis. Por su parte, el BPTS es un transportador que para llevar a cabo su función requiere
de energía proveniente del ATP y los azúcares transportados por este sistema deben ser
fosforilados al interior de la bacteria.
Los protones producidos por la disociación de los ácidos generados por las bacterias orales son
expulsados a través de complejos proteicos de tipo ATPasas, uno de ellos es la F0F1-ATPasa
(ATPasa tipo F), y otro es la denominada ATPasa de H+ (ATPasa tipo P). Se ha establecido que la
ATPasa tipo F es la principal determinante en el poder acidúrico de algunas especies del género
Streptococcus (S. mutans y S. sanguis, principalmente) y por lo tanto, responsable indirecta su
resistencia al poder acidogénico. De manera interesante, la ATPasa de tipo F es una enzima
análoga a la enzima presente en eucariotas utilizada para la síntesis de ATP por el proceso de
fosforilación oxidativa, en especies bacterianas como S. mutans, la única función de dicho
complejo es la extrusión de protones al exterior.

Proceso de desmineralización al entrar en contacto los iones de hidrógeno con la


hidroxiapatita.
Las bacterias presentes en la biopelícula dental utilizan azúcares para obtener energía
principalmente mediante la ruta metabólica conocida como glucólisis. Una vez que se generan
los productos de dicha ruta, se puede terminar el proceso de fermentación donde se da la
síntesis de compuestos como ácidos orgánicos, los cuales deben ser expulsados al exterior de la
célula bacteriana con el objetivo de no comprometer su supervivencia. Este fenómeno puede
representar un problema cuando se sintetizan una gran cantidad de ácidos, pues entran en
contacto con las superficies minerales del diente y reaccionan con la hidroxiapatita, produciendo
su disolución.
Si se sobrepasa la capacidad y protección contra dicho daño, se conduce al establecimiento de
la caries dental, que desde una perspectiva bioquímica, es una enfermedad producida por la
pérdida del balance en el metabolismo de la biopelícula.

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METABOLISMO ESPECÍFICO DE DISTINTOS AZÚCARES EN BACTERIAS ORALES

a) Metabolismo de la sacarosa: La sacarosa, es un disacárido muy especial e importante


para el metabolismo de las bacterias de la biopelícula dental. En primer lugar, al igual
que otros disacáridos puede ser metabolizada al interior de la bacteria cuando entra por
medio del sistema transportador PEP-PTS, quien la fosforila para quedar como sacarosa
6-fosfato. Posteriormente la enzima sacarosa-6-fosfato hidrolasa la separa en glucosa
6-fosfato (para derivarla a glucólisis) y fructosa, esta última es tomada como sustrato
por la enzima fructocinasa, para fosforilarla en el carbono 6 y así puede también
continuar a través de la ruta glucolítica.

En otro caso, cuando la sacarosa entra por el sistema transportador BPTS sufre una
reacción de transfosforilación, llevada a cabo por la enzima sacarosa fosforilasa, para
quedar libre glucosa-1-fosfato y fructosa. La primera será isomerizada por la enzima
fosfoglucomutasa para quedar como glucosa-6-fosato y continuar a través de glucólisis,

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mientras que la fructosa, será fosforilada por la fructocinasa, para así también derivarse
hacia la ruta de glucólisis.

Adicionalmente, la sacarosa también es utilizada como sustrato por enzimas


extracelulares de la placa dental para sintetizar polímeros complejos como glucanos y
fructanos. Esto es crucial en las interacciones adhesivas de la bacteria y como reserva
extracelular de energía, razones por las cuales se le considera como el principal azúcar
cariogénico.

b) Metabolismo de la lactosa: Este disacárido también puede entrar a través de los dos
sistemas transportadores mencionados (PEP-PTS y BPTS). En caso de utilizar el sistema
PEP-PTS, entra como lactosa-6-fosfato, para posteriormente ser escindida en glucosa y
galactosa-6-fosfato, por la enzima fosfo-beta-galactosidasa. Mientras que la glucosa es
fosforilada por una hexocinasa intracelular para entrar a glucólisis, la galactosa-6-
fosfato entra a la vía de la tagatosa, que converge con glucólisis.
En caso de entrar a la célula bacteriana por el sistema BPTS sin ser fosforilada, la lactosa
primero debe entrar a la vía de Le-Loir, que a su vez también converge con glucólisis

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GLUCONEOGÉNESIS

En los mamíferos, algunos tejidos dependen casi por completo de la glucosa para la producción
de energía metabólica. Para el cerebro y el sistema nervioso, así como para los eritrocitos, los
testículos, la medula renal y los tejidos embrionarios, la glucosa de la sangre es la fuente, o
principal, fuente de combustible.
La cantidad de glucosa que puede generarse a partir de las reservas de glucógeno del organismo
en un momento dado es de unos 190 gramos y la cantidad total de glucosa en los líquidos
corporales es de poco más de 20 gramos. En consecuencia, las reservas de glucosa de fácil acceso
ascienden a aproximadamente un día de aporte. Cuando se produce un período de ayuno de
más de un día, la glucosa debe formarse a partir de otros precursores. Lo mismo ocurre durante
el ejercicio intenso, por ejemplo durante una carrera de maratón, cuando las reservas de glucosa
sufren una rápida disminución.
Durante estos periodos, los organismos necesitan un método para sintetizar glucosa a partir de
precursores no glucídicos. El proceso de síntesis se denomina gluconeogénesis: literalmente,
producción de nueva glucosa. La gluconeogénesis se define como la biosíntesis de hidratos de
carbono a partir de precursores de tres y cuatro carbonos, que generalmente no tienen
naturaleza de hidratos de carbono. Los principales sustratos de la gluconeogénesis son el
lactato, producido fundamentalmente mediante la glucólisis en el músculo esquelético y los
eritrocitos, los aminoácidos, generados a partir de las proteínas de la alimentación o a partir de
la degradación de las proteínas musculares durante la inanición, el aminoácido específico
alanina, producido en el músculo mediante el ciclo glucosa-alanina, el propionato, procedente
de la degradación de algunos ácidos grasos y aminoácidos, y el glicerol, procedente del
catabolismo de las grasas. Los ácidos grasos liberados durante la degradación de los lípidos se
convierten en su mayor parte en acetil-CoA y no pueden utilizarse para la síntesis de hidratos de
carbono, excepto en los organismos que disponen de un ciclo del glioxilato funcionante.
La gluconeogénesis tiene lugar principalmente en el citosol, aunque algunos precursores se
generan en las mitocondrias y deben transportarse al citosol para utilizarse. El principal órgano
gluconeogénico de los animales es el hígado, con una contribución menor, aunque aún
significativa, de la corteza renal. Los principales destinos de la glucosa formada en la
gluconeogénesis son el catabolismo por el tejido nervioso y la utilización por el músculo
esquelético. Además, la glucosa es el precursor primario de todos los demás hidratos de
carbono, entre ellos los aminoazúcares, los polisacáridos complejos y los componentes
hidrocarbonados de las glucoproteínas y los glucolípidos. La necesidad de glucosa como
intermediario biosintético hace que la gluconeogénesis sea una ruta importante en las plantas
y en los microorganismos, al igual que en los animales, y que sea prácticamente idéntica en
todos los organismos.
La gluconeogénesis debiera ser una ruta fácil de aprender, puesto que se parece mucho
a la glucólisis en sentido inverso. Sin embargo, hay algunas diferencias importantes, que
permiten que la ruta transcurra en dirección a la síntesis de glucosa en la célula.

La gluconeogénesis y la glucólisis no son rutas idénticas que transcurren en direcciones opuestas


aunque comparten varios pasos; 7 de las 10 reacciones enzimáticas de la gluconeogénesis son
la inversa de las reacciones glicolíticas.
No obstante, hay tres reacciones de la glucólisis que son prácticamente irreversibles in vivo y
que no pueden utilizarse en la gluconeogénesis: la conversión de glucosa en glucosa 6-fosfato
por la hexoquinasa, la fosforilación de la fructosa 6-fosfato a fructosa 1,6-bisfosfato por la
fosfofructoquinasa-1 y la conversión del fosfoenolpiruvato en piruvato por la piruvato quinasa.
En la gluconeogénesis, se utilizan distintas enzimas en cada uno de estos pasos, con lo que, por
ejemplo, la conversión de fructosa-1,6-bisfosfato en fructosa-6-fosfato no es simplemente la
inversión de la reacción de la fosfofructoquinasa. En esencia, las tres reacciones irreversibles de

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la glucólisis se evitan mediante enzimas específicas de la gluconeogénesis, que catalizan
reacciones que van fuertemente en la dirección de la síntesis de glucosa.
Las siete reacciones restantes de la gluconeogénesis están catalizadas por enzimas glucolíticas
que catalizan reacciones reversibles y que pueden decantarse en uno u otro sentido mediante
acción de masas. Otra forma de relacionar la glucólisis con la gluconeogénesis es decir que
difieren tan sólo en tres pasos controlados por ciclos de sustrato

VÍA PENTOSA FOSFATO

La ruta predominante del catabolismo de la glucosa es la glucólisis para dar piruvato, seguida
por la oxidación a CO2 en el ciclo del ácido cítrico. Un proceso alternativo, la ruta de las pentosas
fosfato es una ruta notable con varias finalidades que actúa en grados variables en diversas
células y tejidos. La función de esta ruta es fundamentalmente anabólica más que catabólica,
pero presentamos la ruta en este capítulo porque comporta la oxidación de la glucosa y en
ciertos casos puede actuar para oxidar la glucosa por completo hasta CO2 y agua. La ruta, que
actúa exclusivamente en el citosol. La ruta de las pentosas fosfato tiene dos funciones
principales: (1) proporcionar NADPH para la biosíntesis reductora, y (2) proporcionar ribosa-5-
fosfato para la biosíntesis de nucleótidos y ácidos nucleicos. Además, la ruta actúa para
metabolizar las pentosas del alimento, procedentes principalmente de la digestión de los ácidos
nucleicos. El NADP+ es idéntico al NAD+ excepto por el fosfato 2’ adicional en una de las
fracciones de ribosa del NADP+. Metabólicamente, la diferencia entre el NAD+ y el NADP+ es
que las enzimas ligadas al nucleótido de nicotinamida, cuya función principal es oxidar sustratos,
utilizan el par NAD+/NADH, mientras que las enzimas que actúan fundamentalmente en una
dirección reductora emplean el NADP+ y el NADPH. Dado que el NADPH se utiliza para la
biosíntesis de los ácidos grasos y los esteroides, algunos tejidos como las glándulas
suprarrenales, el hígado, el tejido adiposo y la glándula mamaria tienen un contenido abundante
de enzimas de la ruta de las pentosas fosfato. El NADPH constituye también la fuente última de

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electrones para la reducción de los ribonucleótidos a desoxirribonucleótidos para la síntesis de
DNA , por lo que las células que proliferan rápidamente tienen generalmente una actividad
elevada de las enzimas de la ruta de las pentosas fosfato, para la producción de NADPH y de
ribosa-5-fosfato.

Estrategia global de la ruta de las pentosas fosfato. La ruta de las pentosas fosfato convierte
la glucosa en otros azúcares, que pueden utilizarse para la obtención de energía. Sin embargo,
sus productos más importantes son el NADPH y la ribosa-5-fosfato. En el paso 1, la fase
oxidativa, la glucosa-6fosfato se oxida a ribulosa-5-fosfato y CO2, con la producción de
NADPH. Los demás pasos constituyen la fase no oxidativa de la ruta. En el paso 2, parte de la
ribulosa-5-fosfato se convierte en otros azúcares de cinco carbonos, incluyendo la ribosa-5-
fosfato. La ribosa fosfato puede utilizarse en la síntesis de nucleótidos (su uso principal) o en
el paso siguiente de la ruta de las pentosas fosfato. En el paso 3, una serie de reacciones
convierten tres moléculas de azúcares de cinco carbonos en dos moléculas de un azúcar de
seis carbonos y una de un azúcar de tres carbonos. En el paso 4, algunos de estos azúcares se
convierten en glucosa-6fosfato, y el ciclo se repite.

METABOLISMO DEL GLUCÓGENO

En los animales el glucano de almacenamiento es el glucógeno que se diferencia de la


amilopectina solamente en que sus ramificaciones se encuentran cada 8 a 12 restos. El
glucógeno se encuentra en forma de gránulos citoplasmáticos. El glucógeno se encuentra
principalmente en el hígado y en el músculo esquelético; puede representar hasta el 10% del
peso del hígado y el 1 al 2% del peso del músculo. La partícula elemental de glucógeno, la
partícula β, de unos 21 nm de diámetro consiste en unos 55.000 residuos de glucosa con unos
2.000 extremos no reductores. Entre 20 y 40 de estas partículas se agrupan formando rosetas
o, que son fácilmente visibles al microscopio en muestras de tejido de animales bien
alimentados si bien están prácticamente ausentes en los animales sometidos a un ayuno de 24
horas.

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El glucógeno del musculo se encuentra allí para proporcionar una fuente de energía rápida para
el metabolismo tanto aeróbico como anaeróbico. El glucógeno muscular se puede agotar en
menos de una hora durante la actividad vigorosa. El glucógeno hepático sirve como almacén de
glucosa para otros tejidos cuando no está disponible glucosa en la dieta (entre comidas o
durante el ayuno); esto es de especial interés para las neuronas del cerebro que no pueden
utilizar ácidos grasos como combustible. El glucógeno hepático puede desaparecer en un
periodo de 12 a 24 horas. En los humanos, la cantidad total de energía almacenada en forma de
glucógeno es mucho menor que la cantidad almacenada en forma de grasa (triacilglicerol) , pero
las grasas no se pueden convertir en glucosa en los mamíferos y no se pueden catabolizar
anaeróbicamente.
Los gránulos de glucógeno son agregados complejos de glucógeno y de los enzimas que lo
sintetizan y degradan así como la maquinaria utilizada para regular esos enzimas. Los
mecanismos generales de almacenamiento y movilización del glucógeno son los mismos en el
musculo que en el hígado si bien los enzimas difieren en aspectos sutiles, aunque importantes,
que reflejan los diferentes papeles del glucógeno en los dos tejidos.
El glucógeno también se obtiene de la dieta y se degrada en el intestino, lo que implica un
conjunto diferente de enzimas hidrolíticos que convierten el glucógeno en glucosa libre. (El
almidón de la dieta se hidroliza de forma similar.) Empezaremos nuestra discusión con la
degradación el glucógeno a glucosa 1-fosfato (glucogenólisis) para a continuación examinar la
síntesis de glucógeno (glucogénesis).

La concentración de glucógeno es mayor en el hígado que en el músculo, pero debido a las masas
relativas del es esencial para la supervivencia en el ayuno o la inanición, cuando las reservas de
glucógeno son mínimas. El hígado utiliza los aminoácidos de las proteínas musculares como
precursores primarios de la glucosa, pero también utiliza lactato de la glucólisis y el glicerol del
catabolismo de la grasa. Los ácidos grasos, movilizados desde las reservas de triglicéridos del
tejido adiposo, proporcionan la energía para la gluconeogénesis. El glucógeno del músculo no
está disponible para el mantenimiento de la glucosa en sangre. La glucosa obtenida de la sangre
y del glucógeno se usa exclusivamente para el metabolismo energético en el músculo,
especialmente durante los estallidos de actividad física. Aunque el músculo cardíaco y los
músculos esqueléticos dependen principalmente de las grasas como fuente de energía, un cierto
metabolismo de glucosa es esencial para un metabolismo eficaz de las grasas en estos tejidos

A) Glucogenólisis (degradación de glucógeno)

En el musculo esquelético y en el hígado las unidades de glucosa de las ramas exteriores del
glucógeno entran en la ruta glucolítica a través de la acción de tres enzimas:
-Glucógeno fosforilasa,
-Enzima desramificador del glucógeno y
-Fosfoglucomutasa.

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La glucógeno fosforilasa cataliza la reacción en la que un enlace glucosídico α 1-4, que une dos
residuos de glucosa en un extremo no reductor del glucógeno sufre un ataque por parte de
fosfato inorgánico eliminando el residuo glucosa terminal en forma de a-D-glucosa 1-fosfato.
El piridoxal fosfato es un cofactor esencial en la reacción de la glucógeno fosforilasa; su grupo
fosfato actúa como catalizador ácido general, promoviendo el ataque del Pi sobre el enlace
glucosídico. La glucógeno fosforilasa actúa repetitivamente sobre los extremos no reductores
de las ramas del glucógeno hasta que alcanza un punto que se halla a cuatro residuos de glucosa
de un punto de ramificación (α 1-6 ) en donde se detiene su acción. La degradación posterior
por la glucógeno fosforilasa solo tiene lugar después de la acción de un enzima desramificante
, formalmente conocido como oligo (α 1-6 ) a (α 1-4 ) glucano transferasa , que cataliza dos
reacciones sucesivas que transfieren ramificaciones. Una vez transferidas las ramificaciones y se
ha hidrolizado el residuo glucosilo en C-6, la glucógeno fosforilasa continua su actividad.
La glucosa 1-fosfato, producto final de la reacción de la glucógeno fosforilasa, se convierte en
glucosa 6-fosfato por la fosfoglucomutasa .
La glucosa 6-fosfato formada a partir del glucógeno en el músculo esquelético puede entrar en
el glucólisis y servir como fuente de energía para sostener la contracción muscular. En el hígado,
la degradación del glucógeno sirve para un propósito diferente: liberar glucosa a la sangre
cuando disminuye el nivel de glucosa sanguínea, tal como sucede entre comidas. Esto requiere
un enzima, la glucosa 6-fosfatasa, que está presente en el hígado y riñón, pero no en otros
tejidos. El enzima es una proteína integral de membrana del retículo endoplasmático, de la que
se predice que contiene nueve hélices transmembrana, con su sitio activo en el lado de la luz del
RE. La glucosa 6-fosfato formada en el citosol se transporta a la luz del RE mediante un
transportador especifico (T1) y se hidroliza en la superficie luminal por la glucosa 6-fosfatasa. Se
cree que el Pi y la glucosa resultantes vuelven al citosol mediante dos transportadores diferentes
(T2 y T3) y que la glucosa abandona el hepatocito mediante el transportador de la membrana
plasmática, GLUT2. Observe que al estar el sitio activo de la glucosa 6-fosfatasa dentro de la luz
del RE, la célula separa esta reacción del proceso de la glucólisis, que tiene lugar en el citosol y
seria abortado por la acción de la glucosa 6-fosfatasa. Defectos genéticos tanto en la glucosa 6-
fosfatasa como en T1 producen trastornos importantes del metabolismo del glucógeno, dando
lugar a la enfermedad del almacenamiento del glucógeno tipo 1a.
Debido a que los tejidos muscular y adiposo carecen de glucosa 6-fosfatasa, no pueden convertir
la glucosa 6-fosfato formada por degradación del glucógeno en glucosa, por lo que estos tejidos
no aportan glucosa a la sangre.

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B) Glucogénesis o glucogenogénesis (síntesis de glucógeno)
La síntesis de glucógeno tiene lugar virtualmente en todos los tejidos animales pero es
especialmente importante en el hígado y en el musculo esquelético.
Participan las siguientes enzimas:
-Fosfoglucomutasa
-UDP glucosa pirofosforilasa
-Glucógeno sintasa
-Enzima ramificante
El punto de inicio de la síntesis de glucógeno es la glucosa 6-fosfato. Tal como vimos puede
provenir de la glucosa libre en una reacción catalizada por los isozimas hexoquinasa I y
hexoquinasa II en el músculo y por la hexoquinasa IV (glucoquinasa) en el hígado.
Sin embargo, una parte de la glucosa ingerida va a parar al glucógeno por una vía menos directa.
Es captada primeramente por los eritrocitos convirtiéndose glucolíticamente en lactato; este es

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a continuación captado por el hígado y convertido en glucosa 6-fosfato mediante
gluconeogénesis.
Para iniciar la síntesis de glucógeno, la glucosa 6-fosfato se convierte en glucosa l-fosfato
mediante la reacción de la fosfoglucomutasa.
El producto de esta reacción se convierte en UDP-glucosa por acción de la UDP -glucosa
pirofosforilasa es una reacción clave en la biosíntesis del glucógeno. En la célula, esta transcurre
en la dirección de formación de la UDP-glucosa ya que el pirofosfato se hidroliza a fosfato
inorgánico por la pirofosfato inorgánico hidrolasa.
La UDP-glucosa es el dador inmediato de residuos de glucosa en la reacción catalizada por la
glucógeno sintasa, enzima que promueve la transferencia del residuo de glucosa desde la UDP-
glucosa a un extremo no reductor de una molécula ramificada de glucógeno. El equilibrio global
de la ruta desde glucosa 6-fosfato hasta el glucógeno alargado en una unidad de glucosa
favorece enormemente la síntesis del glucógeno.
La glucógeno sintasa no puede formar los enlaces (α l- 6 ) que se encuentran en los puntos de
ramificación del glucógeno; la formación de estos enlaces corre a cargo del enzima ramificador
del glucógeno, también llamado amilo ( 1 - 4 ) a ( 1 - 6 ) transglucosilasa o glucosil-(4—6)-
transferasa. El enzima ramificador cataliza la transferencia de un fragmento terminal de 6 o 7
residuos de glucosa desde el extremo no reductor de una rama de glucógeno que tiene al menos
11 residuos al grupo hidroxilo en C-6 de un residuo de glucosa en un punto más interior de la
misma o de otra rama de glucógeno, con lo que se crea una nueva rama .La glucógeno sintasa
puede añadir más residuos de glucosa a la nueva rama por la glucógeno sintasa. El efecto
biológico de la ramificación es que la molécula de glucógeno sea más soluble al tiempo que se
aumenta el número de extremos no reductores. Esto aumenta el número de sitios accesibles
tanto para la glucógeno fosforilasa como para la glucógeno sintasa, enzimas que solo actúan en
extremos no reductores.
La glucógeno sintasa no puede iniciar de novo una nueva cadena de glucógeno. Requiere un
cebador, habitualmente una cadena de (α 1—>4) poliglucosa que tenga como mínimo ocho
residuos de glucosa. .¿Como se inicia una nveva molécula de glucógeno? Una curiosa proteína
denominada glucogenina es el cebador sobre el que se ensamblan nuevas cadenas y el enzima
que catalizado su ensamblaje. El primer paso en la síntesis de una nueva molécula de glucógeno
es la transferencia de un residuo de glucosa desde la UDP-glucosa al grupo hidroxilo de la Tyr194
de la glucogenina catalizado por la actividad glucosiltransferasa intrínseca de la proteína. La
cadena naciente se extiende mediante la adición secuencial de otros siete residuos de glucosa,
cada uno de ellos provenientes de la UDP-glucosa; las reacciones son catalizadas por la actividad
de alargamiento de la cadena de la glucogenina. En este punto la glucógeno sintasa toma el
relevo continuando la extensión de la cadena de glucógeno. La glucogenina permanece
sepultada dentro de la partícula unida de forma covalente al único extremo reductor de la
molécula de glucógeno.

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Regulación del metabolismo del glucógeno

La secreción de adrenalina inhibe la síntesis de glucógeno en el músculo a la vez que fomenta la


movilización de glucógeno. El glucagón tiene unos efectos semejantes en el hígado. El control
de la síntesis y la degradación del glucógeno se realiza mediante cascadas reguladoras bien
definidas en las que interviene una proteína quinasa dependiente de AMP y fosforilaciones
proteicas reversibles. Sin embargo, mientras que la cascada que controla la glucogenólisis
conduce a la activación de la glucógeno fosforilasa, la cascada que controla la síntesis de
glucógeno conduce a la inhibición de la glucógeno sintasa.

La glucógeno sintasa de los tejidos de los vertebrados es una proteína tetramérica formada por
cuatro subunidades idénticas y que tiene un peso molecular total de aproximadamente 350 000
dalton. Al igual que la fosforilasa, la glucógeno sintasa se encuentra en estados fosforilados y
desfosforilados, con la unión reversible de fosfato a un residuo de serina en cada subunidad.
Algunas de las fosforilaciones y desfosforilaciones las catalizan las mismas proteína quinasas y
fosfatasas que regulan la glucogenólisis. La enzima fosforilasa b quinasa se denomina también
sintasa-fosforilasa quinasa (SPK), para resaltar esta doble especificidad. La forma desfosforilada
de la glucógeno sintasa, denominada glucógeno sintasa I es la forma activa. Las proteína
quinasas fosforilan residuos de serina y generan la glucógeno sintasa D menos activa. En
términos cinéticos, la fosforilación de la glucógeno sintasa de la forma I a la D, aumenta la KM
para la UDP-glucosa,pero sólo cuando las reacciones se producen en ausencia de glucosa 6-
fosfato.La glucosa-6-fosfato es un efector alostérico,y cuando está presente a concentraciones
suficientes (> 1 mM),no hay efecto sobre la KM para la UDPGlc. En la práctica,esto significa que
la actividad de la glucógeno sintasa D depende de la presencia de glucosa-6-fosfato,y de ahí la
letra D para designar a la forma menos activa de la glucógeno sintasa. En cambio, la forma I
desfosforilada de la enzima es independiente de la presencia de glucosa-6-fosfato para su
actividad. En el músculo en reposo predomina la forma I; durante la contracción muscular la
especie dominante es la forma D, que es activa tan sólo a concentraciones elevadas de glucosa-
6-fosfato. La relación de la actividad de la glucógeno sintasa D con la concentración de glucosa-
6-fosfato tiene sentido desde el punto de vista metabólico. Cuando las concentraciones de
glucosa-6-fosfato son altas, la activación de la glucógeno sintasa puede constituir una señal para
convertir parte de esa glucosa-6-fosfato en glucógeno (a través de la glucosa-1-fosfato y la UDP-
Glc).Este efecto puede producirse en ausencia de un estímulo hormonal, comparable al de la

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activación de la glucógeno fosforilasa b por el 5-AMP.Estos efectos de la glucosa-6-fosfato y del
AMP constituyen mecanismos no hormonales que regulan el metabolismo del glucógeno de una
forma metabólicamente razonable.

La activación de la adenilato ciclasa por la adrenalina o el glucagón fomenta la disociación de la


proteína quinasa dependiente de cAMP (R2C2) para dar monómeros catalíticos libres (C). El C
puede fosforilar la glucógeno sintasa I a D directamente,o puede fosforilar la SPK,que a su vez
activa la SPK para que fosforile la glucógeno sintasa I.

Para complicar aún más la situación,otras tres proteína quinasas,menos conocidas,actúan sobre
la glucógeno sintasa I.Cada una de las cinco enzimas fosforilan residuos de serina diferentes,con
lo que hay varias formas diferentes de glucógeno sintasa D y constituye una excesiva
simplificación el hablar de tan sólo dos formas.En general,cuantos más lugares se fosforilan,la
actividad de la enzima disminuye progresivamente a causa de los siguientes cambios
progresivos: (1) afinidad disminuida por el sustrato, la UDP-glucosa; (2) afinidad disminuida por
el activador alostérico, la glucosa-6-fosfato; y (3) afinidad incrementada por el ATP y el Pi, que
tienden a antagonizar la activación por la glucosa-6-fosfato.Así pues, hay una serie gradual de
respuestas a las condiciones metabólicas cambiantes,en la que intervienen una serie de proteína
quinasas diferentes. Los mecanismos de control que afectan a las tres quinasas distintas de la
proteína quinasa dependiente de cAMP y la SPK no se conocen todavía bien. Sea cual sea la
quinasa utilizada, el efecto neto de la fosforilación de la glucógeno sintasa es la inhibición de la
enzima, con la consiguiente inhibición de la síntesis de glucógeno. Obsérvese que la cascada de
síntesis de glucógeno sólo puede tener un ciclo menos que la cascada de degradación del
glucógeno, ya que C puede fosforilar la glucógeno sintasa directamente, mientras que puede
actuar sobre la glucógeno fosforilasa tan sólo a través de su acción sobre la SPK. El ciclo extra
permite una regulación más sensible de la degradación del glucógeno que de su síntesis, lo cual
concuerda con las necesidades que tienen los animales de unos cambios extraordinariamente
rápidos de la demanda de generación de energía en el músculo. De hecho, las observaciones
experimentales indican que la velocidad máxima de degradación del glucógeno muscular es unas
300 veces mayor que la de síntesis de glucógeno.

Control hormonal del metabolismo del glucógeno

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El metabolismo del glucógeno está controlado por diferentes hormonas dependiendo del tejido.
Así, en el hígado se controla mayoritariamente por hormonas como la insulina y el glucagón,
mientras que en el músculo este control lo ejercen la insulina y hormonas adrenales como la
adrenalina y la noradrenalina. Estas hormonas actúan a través de la unión a sus
correspondientes receptores en los diferentes tipos celulares, promoviendo en el interior celular
un aumento de los denominados segundos mensajeros, como el AMPc sintetizado a partir de
ATP, mediante la acción de la adenilato ciclasa, y el Ca2+, liberado desde los reservorios
intracelulares al citosol. Cuando la estimulación hormonal incrementa los niveles de AMPc se
produce una activación de la PKA, lo que conlleva el incremento en la velocidad de las reacciones
de fosforilación de muchas proteínas y la disminución de la velocidad de desfosforilación. El
hecho de que una gran parte de las enzimas implicadas en el metabolismo del glucógeno se
encuentren fosforiladas supone un incremento de la degradación neta del glucógeno, ya que la
glucógeno fosforilasa está activa y la glucógeno sintasa está inactiva, con el efecto opuesto en
el caso de que los niveles de AMPc disminuyan. En las células hepáticas , el glucagón, liberado
por el páncreas en respuesta a unos bajos niveles de glucosa circulantes (como por ejemplo en
ayuno), se une a su receptor produciendo la activación de la adenilato ciclasa y la generación de
AMPc. Éste, a través de la activación de la PKA, provoca la movilización del glucógeno hepático
liberando glucosa, que pasa al torrente circulatorio. El glucagón, por tanto, es crítico para la
función del hígado de abastecer a los tejidos de glucosa, especialmente a aquellos que dependen
de ella como principal sustrato energético. Las células hepáticas también responden a la
adrenalina, liberada por las glándulas suprarrenales en respuesta al estrés, que se une a los
receptores a y b adrenérgicos. Los primeros receptores provocan un incremento de la
concentración intracelular de Ca2+, y los segundos activan, al igual que el receptor de glucagón,
la adenilato ciclasa, incrementando así los niveles de AMPc, promoviendo así la degradación del
glucógeno. Las células musculares no responden a glucagón, ya que carecen de los receptores
específicos; sin embargo, poseen receptores b-adrenérgicos, por lo que sí responden a
adrenalina, promoviendo la degradación de glucógeno para la obtención de ATP a través de la
glucolisis.

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La insulina es liberada por el páncreas a la circulación en respuesta a niveles elevados de glucosa
circulante. La insulina no sólo aumenta la captación de la glucosa al interior de aquellos tipos de
células que poseen receptores para ella, sino que además promueve la disminución de los
niveles de AMPc, activando la fosfodiesterasa (PDE), y la PP1, lo que conduce a una disminución
en la fosforilación de las enzimas, y por lo tanto a un incremento en la síntesis del glucógeno.

Referencias Bibliográficas

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https://catalogo.upc.edu.pe/permalink/51UPC_INST/1fhifur/alma99862953803391

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• Voet D, Voet JG. Fundamentos de bioquímica : la vida a nivel molecular. Cuarta edición.
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