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CAPÍTULO 4 Metabolismo

de los carbohidratos

INTRODUCCIÓN

Los carbohidratos, hidratos de carbono, glúcidos, o sacáridos, son mo-


léculas orgánicas formadas por C, H y O, que se encuentran ampliamente
distribuidas en la naturaleza. Son solubles en agua y se clasifican de acuerdo
con la cantidad de carbonos y por el grupo funcional aldehído o cetona.
Constituyen la fuente biológica primaria de almacenamiento y consumo de
energía y además forman parte de la estructura de los seres vivos.
Los carbohidratos, como integrantes de la dieta, entran en el organis-
mo de varias formas: monosacáridos, disacáridos, polímeros de almidón
(amilosa y amilopectina) y glucógeno. La celulosa (polímero de la glucosa),
también se consume, pero no se digiere. El primer paso de los carbohidra-
tos una vez digeridos, es la conversión de los grandes polímeros en estruc-
turas más sencillas, formas solubles que puedan ser transportadas a través
del epitelio intestinal para ser distribuidas en los tejidos. La digestión de los
carbohidratos complejos se inicia en la boca. La saliva tiene un pH ácido 6.8
y contiene amilasa, enzima que inicia la degradación de los carbohidratos
en la boca y el esófago, mediante hidrolisis, y es virtualmente inactivada
por el pH fuertemente ácido del estomago. Una vez que los alimentos han
llegado al estomago, la hidrólisis ácida contribuye a la degradación, a la vez
que la actividad de las proteasas y lipasas gástricas ayuda a la digestión.
La enzima más importante encargada de degradar los polímeros de
carbohidratos en el intestino delgado es la Į-amilasa. Esta enzima se se-
grega por el páncreas y tiene la misma actividad que la amilasa de la
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saliva, produciendo disacáridos y trisacáridos, que son convertidos a mono-


sacáridos por las sacaridasas intestinales, incluyendo, las que hidrolizan di- y
tri-sacáridos, y las enzimas más especificas las disacaridasas, sacarasa, lactasa y
trehalasa. El resultado neto es la conversión casi completa de los carbohidra-
tos en monosacáridos. La glucosa resultante y otros azúcares simples se trans-
portan, a través del epitelio intestinal, a la vena porta que los lleva al hígado
y de ahí a las células hepáticas y a las de otros tejidos. Una vez en el interior
de las células, los monosacáridos se oxidan por varias vías metabólicas o se
convierten en ácidos grasos, aminoácidos, glucógeno, etc.

LA ENERGÍA QUE SE DERIVA DE LA OXIDACIÓN DE LA


GLUCOSA

La glucosa, libre o combinada, es el compuesto orgánico más abundante


de la naturaleza. Es la fuente primaria de energía de las células, mediante su
oxidación catabólica, y es el componente principal de polímeros de impor-
tancia estructural como la celulosa y de polímeros de almacenamiento
energético como el almidón y el glucógeno. Es una aldohexosa que en su
forma D-glucosa, sufre una ciclación hacia su forma hemiacetálica que se
muestra a continuación (Figura 1):
El metabolismo de la
glucosa se ha conservado
a lo largo de la evolución,
aunque existen variaciones
específicas en especies y
tejidos. Las vías metabó-
licas de la oxidación de la
Figura 1. Formas moleculares de la glucosa
glucosa que conllevan a la
obtención de energía son bien conocidas, gracias a estudios en tejidos hepático
o cerebral de mamíferos. Las vías principales oxidación de la glucosa son la glu-
colisis y la vía de las pentosas fosfato.
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Vía Energia
Sustrato Producto
metabólica conservada
Glucolisis Glucosa 2 Piruvato ATP y 2 NADH
Ruta pentosas fosfato Glucosa 6 CO2 12 NADPH

La oxidación de la glucosa se conoce como glucolisis. La glucosa se


oxida a piruvato. Bajo condiciones aeróbicas, el producto dominante en la
mayoría de tejidos es el piruvato y la vía metabólica se conoce como glu-
colisis aeróbica, ya que el piruvato se degrada en la mitocondria. Cuando
el oxígeno escasea, como por ejemplo durante el ejercicio prolongado y
vigoroso, el producto glucolítico dominante en muchos tejidos es el lactato
y el proceso se conoce con el nombre de glucolisis anaerobia.
La glucolisis, glucosa ¤ piruvato, requiere dos equivalentes de ATP
para activar el proceso, con la subsiguiente generación de cuatro equivalen-
tes de ATP y dos equivalentes de NADH. Así, la conversión de un mol de
glucosa a dos moles de piruvato se acompaña de la producción neta de dos
moles de ATP y dos moles de NADH.
Glucosa + 2 ADP + 2 NAD+ + 2 Pi ¤ 2 Piruvato + 2 ATP + 2 NADH + 2 H+
El NADH generado durante la glucolisis se utiliza como combustible a tra-
vés de la síntesis de ATP mitocondrial por fosforilación oxidativa, con la pro-
ducción de unos 3 equivalentes de ATP. Para que esta transformación suceda, es
necesario que los electrones de los equivalentes reductores NADH sean trans-
portados a la mitocondria, mediante mecanismos lanzadera, ya que la molécula
de NADH es incapaz por sí misma de atravesar las membranas mitocondriales.
Son dos los mecanismos lanzadera que posee la célula: la lanzadera malato-aspar-
tato y la lanzadera glicerol fosfato. Ambas son muy efectivas en el transporte de los
electrones a través de la membrana mitocondrial. (Figuras 2 y 3).
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Figura 2. La lanzadera malato-aspartato es el principal mecanismo encargado de trans-


portar los electrones desde el NADH del citoplasma al NADH de la mitocondria. En esta
lanzadera los electrones son transportados a la mitocondria en forma de malato. El mala-
to se oxida, por la malato deshidrogenasa, a oxalacetato y el NAD+ pasa a NADH. El
paso del oxalacetato de la mitocondria al citosol requiere su transaminación a aspartato,
reacción que se acopla con la desaminación del glutamato. El aspartato sale de la mito-
condria, y en el citosol se regeneran oxalacetato y glutamato. Cuando el nivel de energía
de la célula se eleva el ritmo de la oxidación mitocondrial del NADH a NAD+ disminuye
y se frena el ciclo. G3PDH es gliceraldehido-3-fosfato deshidrogenasa (King MW, 2011).

Figura 3. La lanzadera del glicerol fosfato es otro mecanismo de transporte de los


electrones desde el NADH citosólico al NADH mitocondrial. Dos son los enzimas que
participan en este mecanismo: la versión citosólica de la glicerol-3PDH, que tiene como
sustrato el NADH, y la forma mitocondrial de la misma enzima, que tiene como sus-
trato el FAD. El resultado es un recambio de los intermediarios glucolíticos, DHAP y
glicerol-3-fosfato, con la consiguiente transferencia de electrones del NADH citosólico
al FAD mitocondrial. Dado que los electrones del FADH2 se incorporan a la cadena
respiratoria a nivel del coenzima Q, sólo se generarán 2 moles de ATP a partir de los
equivalentes reductores transferidos por esta lanzadera (King MW 2011.).

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Por tanto la producción neta de la oxidación de una molécula de glucosa


a dos moléculas de piruvato puede ser seis u ocho moles de ATP. La oxida-
ción completa de dos moles de piruvato, a través del ciclo de Krebs, rinde
30 moles adicionales de ATP; la producción total de la oxidación de una
molécula de glucosa a CO2 y H2O por tanto es de 36 o 38 moles de ATP.

REACCIONES INDIVIDUALES DE LA GLUCOLISIS

La vía de la glucolisis puede verse como formada por dos fases separa-
das. La primera es la fase de activación que requiere energía en forma de
ATP, y la segunda es considerada la fase de producción. En la primera fase,
se utilizan dos equivalentes de ATP para convertir la glucosa en fructosa
1,6-difosfato (F1,6DP). En la segunda fase la F1,6DP se degrada a piruvato,
con la producción de 4 equivalentes de ATP y dos equivalentes de NADH.
Hexoquinasa y glucoquinasa. La fosforilación de la glucosa, dependiente de
ATP, para formar glucosa 6-fosfato es la primera reacción de la glucolisis, y
está catalizada por isoenzimas específicas de los tejidos que se conocen con
el nombre de hexoquinasas. La fosforilación logra dos objetivos: primero,
convertir la glucosa no iónica en un anión que es atrapado en la célula, ya
que las células carecen de sistemas de transporte para azucares fosforilados.
Segundo, la glucosa se activa convirtiéndose en una forma capaz de ser
metabolizada (Figura 4).
Esta característica de la glucoquinasa hepática permite al hígado amor-
tiguar la glucosa sanguínea. Después de la ingesta alimenticia, cuando los
niveles postprandiales de glucosa son altos, la glucoquinasa hepática está
activa, lo que hace que el hígado pueda atrapar y almacenar la glucosa cir-
culante. Cuando la glucosa sanguínea desciende a niveles muy bajos, los te-
jidos como el hígado y riñones, no muy dependientes de la glucosa, aunque
contienen glucoquinasa, no continúan utilizando la glucosa disponible. Sin
embargo, tejidos como el cerebro, muy dependientes de glucosa, continúan
extrayendo la glucosa sanguínea utilizando sus hexoquinasas con baja Km, y
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en consecuencia la viabilidad de sus células está protegida. En condiciones


de deficiencia de glucosa, en períodos largos entre las comidas o en casos de
ayuno, el hígado se estimula para mantener la concentración de glucosa en
la sangre por medio de la gluconeogénesis. Los niveles de glucosa produci-
dos durante la gluconeogénesis son insuficientes para activar la glucoquina-
sa, permitiendo que la glucosa salga de los hepatocitos a la sangre.

Figura 4. Vía de la glucolisis (glucosa a piruvato). Los sustratos y productos están en


negro, las enzimas en verde. Los dos intermediarios de alta energía cuya oxidación se
acopla a la síntesis de ATP se indican en rojo (1,3-difosfoglicerato y fosfoenolpiruvato.

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La regulación de las actividades hexoquinasa y glucoquinasa también es dife-


rente. Las hexoquinasas I, II, y III son inhibidas alostéricamente por la acumu-
lación del producto (glucosa-6-fosfato), mientras que la glucoquinasa no lo es.
Esto último favorece la acumulación de reservas de glucosa en el hígado durante
períodos de exceso de glucosa, mientras se favorece la utilización de glucosa en
la periferia cuando se requiera glucosa como energía por otros tejidos.
Fosfohexosa isomerasa: la segunda reacción de la glucolisis es una isome-
rización en la que, la glucosa-6-fosfato se convierte en fructosa-6-fosfato.
La enzima que cataliza esta reacción es la fosfohexosa isomerasa (también
conocida como fosfoglucosa isomerasa). La reacción es reversible a las con-
centraciones celulares normales de las dos hexosas fosfato y por tanto su
actividad está presente tanto en la glucolisis como en la gluconeogénesis.
Fosfofructoquinasa-1 (PFK-1): la siguiente reacción de la glucolisis implica la
utilización de un segundo ATP para convertir la fructosa-6-fosfato en fructo-
sa 1,6-difosfato. Esta reacción está catalizada por la 6-fosfofructo-1-quinasa,
mejor conocida como fosfofructoquinasa-1 o PFK-1. Esta reacción no es re-
0’

su dirección inversa. De todas maneras las unidades de fructosa-1,6-difosfato


fluyen fácilmente en dirección inversa (gluconeogénesis) debido a la presen-
cia en todas las células de la enzima hidrolítica fructosa-1,6-difosfatasa
La presencia de estas dos enzimas en el mismo compartimento celular
proporciona un ejemplo de un ciclo metabólico fútil, que si no se regula rá-
pidamente podría consumir el almacenamiento de energía de la célula. Sin
embargo, la actividad de estas dos enzimas está regulada, de tal manera que
la PFK-1 se considera la enzima limitante de la glucolisis y la fructosa1,6-
difosfatasa la enzima limitante de la gluconeogénesis.
Aldolasa: la aldolasa cataliza la hidrólisis de la fructosa 1,6 difosfato en
dos productos de tres carbonos: la dihidroxiacetona fosfato (DHAP) y el
gliceraldehido 3-fosfato. La reacción de la aldolasa es reversible y funciona
tanto en la glucolisis como en la gluconeogénesis.
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Triosafosfato isomerasa: los dos productos de la reacción de la aldolasa se


equilibran fácilmente en una reacción catalizada por la triosafosfato iso-
merasa. Las reacciones siguientes de la glucolisis utilizan el gliceraldehido
3-fosfato como sustrato. La reacción de la aldolasa se dirige en la dirección
de la glucolisis por principios de acción de masa.
Gliceraldehido-3-fosfato deshidrogenasa (G3PDH). La segunda fase del catabo-
lismo de la glucosa está dada por reacciones que producen energía como ATP
y NADH. En la primera de estas reacciones, la gliceraldehido-3-fosfato des-
hidrogenasa cataliza la oxidación del gliceraldehido-3-fosfato a 1,3-difosfogli-
cerato que es NAD+ dependiente. La reacción de la G3PDH es reversible, y
la misma enzima cataliza la reacción inversa durante la gluconeogénesis.

Figura 5. La síntesis del 2,3DPG representa una vía importante en el consumo de glu-
FRVDSRUORVHULWURFLWRVSXHVVLUYHSDUDFRQWURODUODDÀQLGDGGHODKHPRJORELQDSRUHO
oxígeno. Cuando la glucosa se oxida por esta vía el eritrocito pierde su capacidad de
ganar 2 moles de ATP que se derivan de la oxidación glucolítica del 1,3-DPG a 3-fos-
IRJOLFHUDWRSRUODIRVIRJOLFHUDWRTXLQDVD 0:.LQJPRGLÀFDGR 

Fosfoglicerato quinasa: el fosfato de alta energía en el 1,3-difosfoglicerato


se utiliza para formar ATP y 3-fosfoglicerato, por acción de la fosfoglicerato
quinasa. Esta es la única reacción de la glucolisis y la gluconeogénesis que in-
volucra ATP y aún así es reversible bajo condiciones normales. La reacción de
la fosfoglicerato quinasa se asocia con una reacción importante en los eritro-
citos, la formación del 2,3-difosfoglicerato (2,3DPG) (Figura 4), por acción
de la 2,3-difosfoglicerato mutasa. El 2,3DPG es un regulador importante de
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Digestión y metabolismo energético de los nutrientes

la afinidad de la hemoglobina para el oxígeno. Aquí hay que destacar que el


2.3-difosfoglicerato se degrada por acción de la 2,3-difosfoglicerato fosfatasa
convirtiéndose en 3-fosfoglicerato, un intermediario normal de la glucolisis.
El cortocircuito del 2,3DPG, por tanto, opera con el gasto de un equivalente
de ATP por triosa que pasa por él. El proceso no es reversible en condiciones
fisiológicas (Figura 5).
Fosfoglicerato mutasa y enolasa: las reacciones restantes de la glicolisis están
dirigidas a convertir el 3 fosfoglicerato de baja energía en una forma de
alta-energía y obtener el fosfato como ATP. El 3 fosfoglicerato se convierte
en 2 fosfoglicerato por la fosfoglicerato mutasa y el 2-fosfoglicerato se con-
vierte en fosfoenolpiruvato por acción de la enolasa.
Piruvato quinasa: la reacción final de la glucolisis aerobia está catalizada
por la enzima altamente regulada, la piruvato quinasa (PK). En esta reacción
fuertemente exergónica, el fosfato de alta-energía del fosfoenolpiruvato
(PEP) se conserva como ATP. El PEP pierde el fosfato y da lugar a la forma-
ción de piruvato en una forma enol que es inestable que espontáneamente se
tautomeriza a la forma ceto más estable, del piruvato. Esta reacción contri-
buye a la gran proporción de energía libre por la hidrólisis del PEP.

GLUCOLISIS ANAEROBIA

En condiciones aeróbicas, en la mayoría de células, el piruvato es pos-


teriormente metabolizado en la mitocondria, vía ciclo de Krebs. En condi-
ciones anaeróbicas y en los eritrocitos en condiciones aeróbicas, el piruvato
se convierte en lactato por la enzima lactato deshidrogenasa (LDH), y el
lactato se transporta fuera de la célula a la circulación. La conversión de
piruvato a lactato, en anaerobiosis, proporciona un mecanismo importante
a nivel celular, ya que oxida el NADH, generado en la reacción de la glice-
raldehido-3-fosfato deshidrogenasa. La regeneración del coenzima en for-
ma oxidada NAD+, durante la reacción catalizada por la LDH, se requiere
para que la glucolisis pueda proseguir. Normalmente, durante la glucolisis
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aerobia los electrones del NADH citoplasmático son transferidos a trans-


portadores mitocondriales de la vía de la fosforilación oxidativa generando
así una reserva continua de NAD+ citoplasmático.
La glucolisis, piruvato ¤ CO2, genera más ATP por mol de glucosa
oxidada que la glucolisis anaerobia. La utilidad de la glucolisis anaerobia,
para una célula muscular cuando esta necesita grandes cantidades de ener-
gía, se logra por el hecho de que la velocidad de la producción de ATP por
la glucolisis es aproximadamente 100 veces más rápida que la fosforilación
oxidativa. Durante el ejercicio las células musculares no necesitan generar
energía para vías de reacción anabólicas. El requerimiento es generar la
cantidad máxima de ATP, para la contracción muscular, en el período más
corto de tiempo. Es por esto que las células musculares obtienen la mayoría
del ATP consumido de la glucolisis anaerobia.

REGULACIÓN DE LA GLUCOLISIS

Las reacciones catalizadas por la hexoquinasa, fosfofructoquinasa-1 y


piruvato quinasa proceden con una disminución relativa de energía libre.
Estas reacciones de no-equilibrio de la glucolisis serian candidatas ideales
para la regulación del flujo de esta vía. En verdad, estudios in vitro han de-
mostrado que estas tres enzimas se controlan alostéricamente.
La regulación de la hexoquinasa, sin embargo, no es el principal pun-
to de control de la glucolisis. Esto se debe a que cantidades grandes de
glucosa-6-fosfato, derivan de la ruptura del glucógeno (el mecanismo pre-
dominante de la entrada de los carbohidratos en la vía de la glucolisis en
el músculo esquelético) y, por tanto, la reacción de la hexoquinasa no es
necesaria. La regulación de la piruvato quinasa es importante para revertir
la glucolisis cuando la concentración de ATP es elevada y se pueda activar la
gluconeogénesis. Como tal, esta reacción catalizada por la piruvato quinasa
no es un punto de control importante en la glucolisis, el punto limitante en
la glucolisis es la reacción catalizada por la fosfofructoquinasa-1.
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Digestión y metabolismo energético de los nutrientes

La PFK-1 es una enzima tetramérica que existe en dos estados de confor-


mación R y T que están en equilibrio. El ATP es tanto un sustrato como un
inhibidor alostérico de la PFK-1. Cada subunidad tiene dos sitios de unión
para el ATP, un sitio para el sustrato y un sitio inhibidor. El sitio del sustrato
se une al ATP con la misma afinidad independientemente de su conforma-
ción R o T. El sitio inhibidor se une al ATP solamente cuando la enzima está
en la conformación T. El otro sustrato de la PFK-1 es la fructosa-6-fosfato y
se une preferentemente a la enzima en el estado R. A concentraciones altas
de ATP, el sitio inhibidor se ocupa y cambia el equilibrio en la conformación
de la PFK-1 al estado T disminuyendo la habilidad de la PFK-1 para unirse
a la fructosa-6-fosfato. La inhibición de la PFK-1 por el ATP se elimina en
presencia de AMP que se une al estado R de la enzima y estabiliza la confor-
mación de ésta para que pueda unirse a la fructosa-6-fosfato. El regulador
alostérico más importante tanto de la glucolisis como de la gluconeogéne-
sis es la fructosa 2,6-difosfato (F2,6DP), que no es un intermediario de la
glucolisis ni de la gluconeogénesis (Figura 6).

Figura 6. Regulación de la glucolisis y de la gluconeogénesis por la fructosa 2,6-difosfa-


to. Los sitios más importantes de la regulación de la glucolisis y la gluconeogénesis son
las reacciones catalizadas por la fosfofructoquinasa-1 (PFK-1) y la fructosa 1,6-difos-
fatasa (F-1,6DPasa). La proteína reguladora fosfofructoquinasa-2 tiene dos actividades
enzimáticas la actividad de quinasa dada por la PFK-2 quinasa y la actividad de fos-
fatasa dada PFK-2 fosfatasa. La proteína quinasa A (PKA) es una quinasa dependiente
GHO $03 FtFOLFR TXH IRVIRULOD \ DFWLYD OD 3). IRVIDWDVD YH  \ YH  VH UHÀHUHQ D
DFWLYLGDGHVSRVLWLYDV\QHJDWLYDVUHVSHFWLYDPHQWH 0:.LQJFRQPRGLÀFDFLRQHV 

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La síntesis de la fructosa 2,6 difosfato está catalizada por la enzima bi-


funcional fosfofructoquinasa-2/fructosa-2,6-difosfatasa (PFK-2/F-2,6-
DPasa). En la forma no-fosforilada la enzima se conoce con el nombre de
fosfofructo quinasa 2 (PFK-2) y sirve para catalizar la síntesis de la F2,6DP
por fosforilación de la fructosa 6-fosfato. El resultado es que la actividad
PFK-1 está fuertemente estimulada y la actividad de la F-1,6-DPasa está
fuertemente inhibida.
En el caso en el que la PFK-2 esté activa, el flujo de la fructosa a
través de las reacciones PFK-1/F-1,6DPasa sigue la dirección de la glu-
colisis, con la producción neta de fructosa-1,6-difosfato. Cuando la en-
zima bi-funcional está fosforilada no tiene actividad quinasa, sino que un
nuevo sitio activo hidroliza la fructosa-1,6-difosfato a fructosa-6-fosfato.
El resultado metabólico de la fosforilación de la enzima bi-funcional es
que la estimulación alostérica de la PFK-1 se detiene, la inhibición alos-
térica de la F-1,6DPasa se elimina, y el flujo neto de la fructosa a través
de estas dos enzimas es glucogénico, produciendo fructosa-6-P y even-
tualmente glucosa.
El intercambio de la enzima bifuncional está catalizado por la enzima
dependiente del cAMP, la proteína quinasa A (PKA), la misma que se re-
gula por hormonas peptídicas circulantes. Cuando los niveles de glucosa
son bajos, disminuye la producción pancreática de insulina y se estimula
la secreción de glucagón. Hormonas como el glucagón se unen a recepto-
res en la membrana en células del hígado, activando la enzima localizada
en la membrana celular, la adenilato ciclasa que lleva a un incremento en
la conversión del ATP a cAMP. El cAMP se une a las subunidades regula-
doras de la PKA, produciendo la liberación y activación de sus unidades
catalíticas. La PKA fosforila numerosas enzimas, incluyendo la enzima
bi-funcional PFK-2/F-2,6DPasa. En estas condiciones el hígado frena su
consumo de glucosa y se vuelve gluconeogénico, generando glucosa para
reestablecer la normo-glucemia (Figura 7).
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Digestión y metabolismo energético de los nutrientes

Figura-7 Activación de la proteína quinasa A (PKA) mediada por receptor y dependien-


WHGHF$03(QHVWHHMHPSORHOJOXFDJyQVHXQHDVXUHFHSWRUHQODVXSHUÀFLHGHOD
célula activándolo. La activación del receptor está unida a la activación de la proteína
G acoplada al receptor, compuesta por 3 subunidades, que se une e hidroliza al GTP.
8QDYH]DFWLYDODSURWHtQD*ODVXEXQLGDGįVHGLVRFLDVHXQH\DFWLYDDODDGHQLODWR
ciclasa y, convierte al ATP en AMP-cíclico (cAMP). El cAMP se une a las subunidades re-
guladoras de la PKA dando lugar a la disociación de estas subunidades de las unidades
catalíticas de la enzima. Las unidades catalíticas son inactivas hasta que se disocian de
las subunidades reguladoras. Una vez liberadas las unidades catalíticas de la PKA fos-
forilan numerosos sustratos utilizando al ATP como donador. R, subunidad reguladora
de la PKA; C, subunidad catalítica de la PKA.

La regulación de la glucolisis también ocurre en la reacción catalizada


por la piruvato quinasa (PK). Esta enzima hepática ha sido la más estudiada
in vitro; se inhibe por el ATP y por el acetil-CoA y se activa por la F1,6-DP.
La inhibición de la PK por el ATP es similar al efecto del ATP sobre la PFK-
1. La unión del ATP al sitio inhibidor reduce su afinidad por el fosfoenol-
piruvato. La enzima hepática también se regula a nivel de su síntesis. El
aumento en el consumo de carbohidratos induce la síntesis de la PK lo que
resulta en un aumento del nivel celular de la enzima.
Se han descrito un número de isoenzimas de PK. La isoenzima hepática
(tipo-H), característica de tejidos gluconeogénicos, se regula por fosfori-
lación a cargo de la PKA, mientras que la isoenzima de tipo-M que se en-
cuentra en el músculo, cerebro, y otros tejidos que requieren glucosa, no
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se afecta por acción de la PKA. Como consecuencia de estas diferencias,


los niveles de glucosa sanguínea y las hormonas asociadas pueden regular el
equilibrio de la gluconeogénesis y glucolisis hepáticas mientras el metabo-
lismo del músculo se mantiene sin cambio.
En los eritrocitos, la isoenzima fetal PK tiene mayor actividad que la
isoenzima del adulto; como resultado, los eritrocitos fetales tienen com-
parativamente concentraciones bajas de intermediarios de la glucolisis.
Debido a las bajas concentraciones basales del 1,3 difosfoglicerato fetal,
la vía del 2,3DPG (ver Figura 4) está disminuída en las células fetales y se
forma muy poco 2,3DPG. Como el 2,3DPG es un efector negativo de la
afinidad de la hemoglobina por el oxígeno, los eritrocitos fetales tienen una
afinidad más alta para el oxígeno que los eritrocitos maternos. Por tanto,
se favorece la transferencia del oxígeno de la hemoglobina de la madre a
la hemoglobina fetal, asegurando la disponibilidad de oxígeno fetal. En el
recién nacido, una isoenzima eritrocitaria del tipo-M con una actividad de
PK baja desplaza a la isoenzima fetal, lo que resulta en una acumulación de
intermediarios glucolíticos. El incremento de los niveles de 1,3DPG activa
la vía del 2,3DPG, produciendo 2,3DPG que se necesita para regular la
afinidad del oxígeno a la hemoglobina.
Se conocen enfermedades genéticas de la PK en eritrocitos de adultos
en los que la quinasa prácticamente esta inactiva. Los eritrocitos de los in-
dividuos afectados tienen una capacidad muy reducida para sintetizar ATP
y por tanto no tienen suficiente ATP para realizar actividades tales como
bombeo de iones para el mantenimiento del equilibrio osmótico. Estos eri-
trocitos tienen una vida-media corta, se destruyen fácilmente, y son res-
ponsables de algunos casos de anemia hemolítica hereditaria.
La isoenzima PK del hígado se regula por fosforilación, efectores alos-
téricos, y modulación de su expresión genética. Los efectores alostéricos
más importantes son F1,6DP, que estimula la actividad de la PK al dismi-
nuir su Km para el PEP, y por el efector negativo, el ATP. La expresión del
gen hepático de la PK está muy influenciada por los carbohidratos en la
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Digestión y metabolismo energético de los nutrientes

dieta, induciéndola hasta 10 veces en casos de dietas ricas en carbohidra-


tos. La PK hepática se fosforila y se inhibe por la PKA, y por tanto está
bajo control hormonal parecido al que se describió anteriormente para
la PFK-2.
La PK del músculo (tipo-M) no se regula por los mismos mecanismos
de la enzima del hígado. Las condiciones extracelulares que llevan a la fos-
forilación e inhibición de la PK en el hígado, como las bajas concentracio-
nes de glucosa y altos niveles de glucagón circulante, no inhiben la enzima
muscular. El resultado de esta regulación diferenciada es que hormonas
como el glucagón y la adrenalina favorecen la gluconeogénesis hepática al
inhibir la glucolisis en el hígado, mientras que al mismo tiempo, la gluco-
lisis muscular puede proceder de acuerdo a las necesidades requeridas por
las condiciones intracelulares.

CICLO GLUCOSA-ÁCIDOS GRASOS

El ciclo glucosa-ácidos grasos describe las interrelaciones de la glu-


cosa y la oxidación de los ácidos grasos, como se define por el flujo y
la selección de combustible en varios órganos. Este ciclo no es un ci-
clo metabólico, sino que define las interacciones dinámicas entre estos
dos importantes sustratos energéticos. El ciclo glucosa-ácidos grasos se
descubrió por Randle y colaboradores en 1963 y a veces se denomina el
ciclo de Randle. El ciclo describe cómo los nutrientes de la dieta pue-
den regular los procesos metabólicos por encima del control ejercido
por diferentes péptidos u hormonas esteroides. El tema de fondo del
ciclo glucosa-ácidos grasos es que la utilización de un nutriente (por
ejemplo, glucosa), inhibe directamente el uso del otro (en este caso,
los ácidos grasos), sin mediación hormonal. Las interrelaciones entre la
utilización de la glucosa y los ácidos grasos en el músculo esquelético y
tejido adiposo, que constituyen el ciclo glucosa-ácidos grasos se mues-
tra en la Figura 8.
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Figura 8. El ciclo glucosa-ácidos grasos representa las interacciones entre el metabo-


lismo de la glucosa y la oxidación de los ácidos grasos, y los efectos de la oxidación de
ácidos grasos sobre la oxidación de la glucosa. La regulación recíproca es más frecuen-
te en el músculo esquelético y en el tejido adiposo.

Cuando la glucosa se eleva se incorpora en las células a través del trans-


portador GLUT4 y se fosforila por la hexoquinasa. En la glucolisis la glucosa
se convierte en piruvato, que se oxida a acetil-CoA. El destino del acetil-CoA
es su completa oxidación en el ciclo de Krebs o volver al citosol a través de ci-
trato para formar de nuevo acetil-CoA a través de la ATP-citrato liasa (ACL),
malonil-CoA y posteriormente ácidos grasos de cadena larga (LCFA). La
síntesis de malonil-CoA está catalizada por la acetil-CoA carboxilasa (ACC)
y una vez producido inhibirá la incorporación de los ácidos grasos de cadena
larga (LCFA-CoA) en la mitocondria, mediante la inhibición de la carnitina
palmitoiltransferasa 1 (CPT-1). Esto bloquea la oxidación de los ácidos gra-
sos y conduce a una mayor síntesis de triacilglicéridos (TAG). El equilibrio
entre la síntesis de malonil-CoA y su ruptura en acetil-CoA se determina por
la regulación de la ACC y la malonil-CoA descarboxilasa (MCD). Mientras
haya capacidad suficiente para desviar los carbonos de la glucosa hacia su oxi-
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Digestión y metabolismo energético de los nutrientes

dación por el ciclo de Krebs, la síntesis de ácidos grasos estará limitada por
inhibición de la actividad del complejo piruvato deshidrogenasa (PDHc) me-
diada por el acetil-CoA. Por otro lado, cuando los ácidos grasos son elevados,
entran en la célula, vía uno de los varios transportadores de ácidos grasos [se
muestra la translocasa de ácidos grasos (FAT) / CD36, ya que ésta tiene pre-
ferencia por los LCFA], y luego son transportados a la mitocondria para ser
oxidados. El incremento en la oxidación de ácidos grasos inhibe la utilización
de la glucosa. Éste es el resultado del aumento de la producción de citrato
citosólico a partir del acetil-CoA y la inhibición de la fosfofructoquinasa-1
(PFK1). El aumento del acetil-CoA derivado de la oxidación de la grasa,
inhibirá, a su vez, la utilización de glucosa vía activación de las PDH quinasas
(PDK), que fosforilan e inhiben la PDHc. Aunque no se muestra, las PDK
también se activan por el aumento del cociente NADH/NAD+ mitocondrial
en respuesta a un aumento de la ȕ-oxidación de ácidos grasos. En condicio-
nes en que la oxidación de grasas se favorece, la ACC se inhibe y la MCD se
activará para asegurar que los LCFA que entran en la célula sean capaces de
ser transportados a las mitocondrias (Figura 8). PS es el transportador del
piruvato responsable de la captación mitocondrial de piruvato y TCAT es el
transportador de ácido tricarboxílico.
¿Cómo puede la dinámica de la glucosa-ciclo de los ácidos grasos jugar
en diferentes condiciones fisiológicas y en diferentes concentraciones de
sustratos energéticos? En el estado de ayuno es imperativo que la glucosa
ha que mantenerse para que el cerebro pueda tener suficiente acceso a este
combustible vital. En estas condiciones, las señales hormonales del páncreas,
en forma de glucagón, estimulan la lipolisis del tejido adiposo liberando los
ácidos grasos libres (FFA) a la sangre para su uso como combustible por los
tejidos periféricos. Cuando los ácidos grasos libres entran en el hígado se
oxidan y también sirven como sustrato para la cetogénesis. La oxidación
de los ácidos grasos inhibe la oxidación de la glucosa como se indica en la
figura 8. Además de mantener la disponibilidad de la glucosa para el cere-
bro, la oxidación de ácidos grasos también mantiene el piruvato y el lactato,
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importantes sustratos gluconeogénicos. Los efectos de los ácidos grasos so-


bre la utilización de la glucosa también se pueden observar después de una
ingesta rica en grasas y en períodos de ejercicio.
Como se indica en la figura 8, la inhibición de la utilización de glucosa por
oxidación de ácidos grasos está mediada por efectos a corto plazo en varias
etapas de la glucolisis, que incluyen la captación de glucosa, la fosforilación
de la glucosa y la oxidación del piruvato. Durante la oxidación de ácidos
grasos, el acetil-CoA resultante activa alostéricamente la PDK que fosforila
e inhibe la PDHc. Las PDK se activan también por el aumento de los nive-
les de NADH procedentes del aumento de oxidación de ácidos grasos. Así,
dos productos de la oxidación de grasas inhiben la PDHc. Además, el exce-
so de acetil-CoA es transportado al citosol como citrato (figura 8) o como
acetil-carnitina. La acetil-carnitina mitocondrial, formada por la acción de
la carnitina acetiltransferasa (CAT), se transporta fuera de la mitocondria
por acción de la carnitina-acilcarnitina translocasa (CACT). Una vez en el
citosol la acetil-carnitina se convierte en acetil-CoA a través de la acción del
CAT citosólica. En el citosol, el citrato actúa como un inhibidor alostérico de
PFK1, lo que limita la entrada de la glucosa en la glucolisis. El aumento de la
glucosa-6-fosfato que se deriva de la inhibición de la PFK1 conduce a la inhi-
bición feedback de la hexoquinasa, que a su vez limita la absorción de glucosa
a través de GLUT4. Mecanismos adicionales del metabolismo de los ácidos
grasos que conducen a interferencias en la absorción y utilización de glucosa
son el resultado de alteraciones en la señalización del receptor de la insulina.
Los mecanismos por los cuales la utilización de glucosa inhibe la oxidación
de los ácidos grasos son específicos de los tejidos, debido principalmente a
las diferencias en Km de la glucoquinasa hepática, del músculo esquelético y
la hexoquinasa del tejido adiposo. Además, la CPT-1 hepática es aproximada-
mente 100 veces menos sensible a la inhibición por malonil-CoA que la del
músculo esquelético y las isoformas cardíacas. Cuando la glucosa se oxida el
piruvato resultante entra en la mitocondria a través del cotransportador pi-
ruvato. El aumento de piruvato mitocondrial inhibe la PDK, lo que permite
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Digestión y metabolismo energético de los nutrientes

una rápida descarboxilación del piruvato por la PDHc y garantiza el man-


tenimiento de la glucosa en el flujo glucolítico. Algún acetil-CoA derivado
de la oxidación del piruvato se desvía del ciclo de Krebs como el citrato y
transportado al citosol por el transportador de ácido tricarboxílico (TCAT).
El citrato se convierte en acetil-CoA y oxaloacetato por la ATP-citrato liasa
(ACL) y ahora puede servir como sustrato para la ACC. El malonil-CoA re-
sultante inhibe la CPT-1 y restringe, por lo tanto, la captación mitocondrial
y la oxidación de los acil-CoA. La inhibición de la oxidación de los ácidos
grasos en el hígado se dirige a los LCFA hacia triacilglicéridos (TAG). Los
efectos a largo plazo del exceso de glucosa se reflejan en la esteatosis hepática
resultante del desvío de los ácidos grasos hacia TAG, en lugar de ser oxidados.
Además de ser regulados por los intermediarios de la glucosa y la oxida-
ción de las grasas, varias enzimas en estas dos vías están reguladas a nivel de
modificación post-traduccional y/o expresión génica.

DESTINOS DEL PIRUVATO

El piruvato es la molécula a partir de la cual la glucolisis se ramifica. El


destino final de la glucolisis depende del estado de oxidación de la célula. En
la reacción catalizada por la gliceraldehido-3-fosfato deshidrogenasa, una mo-
lécula de NAD+ se reduce a NADH. Con el propósito de mantener el estado
redox de la célula, este NADH debe re-oxidarse a NAD+. Durante la gluco-
lisis aerobia esto sucede en la cadena de transporte de electrones en la mito-
condria generando ATP. Así, durante la glucolisis aerobia el ATP se genera de
la oxidación de la glucosa directamente en las reacciones de la fosfoglicerato
quinasa y la piruvato quinasa, así como también indirectamente por la re-oxi-
dación del NADH en la vía de la fosforilación oxidativa. Moléculas adicionales
de NADH se generan durante la oxidación aeróbica completa del piruvato en
el ciclo de Krebs. El piruvato entra en este ciclo en la forma de acetil-CoA,
que es el producto de la reacción de la piruvato deshidrogenasa. El destino del
piruvato durante la glucolisis anaerobia es su reducción a lactato.
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METABOLISMO DEL LACTATO

Durante la glucolisis anaerobia, ese período de tiempo en que la gluco-


lisis fluye a gran velocidad (o en organismos anaerobios), la oxidación del
NADH sucede a través de la reducción de un sustrato orgánico. Los eritro-
citos y el músculo esquelético, en condiciones de ejercicio, obtienen todas
sus necesidades de ATP a través de la glucolisis anaerobia. La gran canti-
dad de NADH producido se oxida por la reducción de piruvato a lactato.
Esta reacción está catalizada por la lactato deshidrogenasa (LDH). El lactato
producido durante la glucolisis anaerobia se difunde desde los tejidos y se
transporta a tejidos altamente aerobios como el corazón y el hígado. Enton-
ces el lactato se oxida a piruvato en estas células por la LDH y el piruvato
se oxida en el ciclo de Krebs. Si el nivel de energía es estas células es alto, el
esqueleto carbonado del piruvato se dirigirá a la gluconeogénesis.
Las células de los mamíferos contienen dos tipos de subunidades de la
LDH, llamadas M y H. Las combinaciones de estas subunidades dan lugar a la
formación de isoenzimas de LDH con características diferentes. La subunidad
tipo H predomina en tejidos aerobios como el músculo cardiaco (como te-
trámero H4), mientras que la subunidad M predomina en tejidos anaerobios
como el músculo esquelético (como tetrámero M4). La LDH H4 tiene una
Km baja para el piruvato y también se inhibe por elevadas concentraciones
de piruvato. La LDH M4 tiene una Km alta para el piruvato y no se inhibe
por piruvato. Esto sugiere que la LDH del tipo H se utiliza para oxidar al
lactato ¤ piruvato y la del tipo M para reducir al piruvato ¤ lactato.

METABOLISMO DEL ETANOL

Las células animales, principalmente los hepatocitos, contienen la en-


zima citoplasmática alcohol deshidrogenasa (ADH), que oxida el etanol a
acetaldehído. El acetaldehído luego ingresa en la mitocondria donde se oxi-
da a acetato por acción de la acetaldehído deshidrogenasa (AcDH).
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Digestión y metabolismo energético de los nutrientes

El acetaldehído se une a proteínas, ácidos nucleicos, y otros compuestos,


resultado de lo cual son los efectos tóxicos secundarios que se asocian con
el consumo de alcohol. Las reacciones catalizadas por la ADH y la AcDH
también conllevan la reducción del NAD+ a NADH. Los efectos metabóli-
cos de la intoxicación alcohólica se deben a la acción de las enzimas ADH y
AcDH y el desequilibrio redox que resulta en el cociente NADH/NAD+.
El NADH que se produce en el citoplasma por la ADH debe oxidarse a
NAD+ por las lanzaderas malato-aspartato o glicerol-fosfato, anteriormen-
te mencionadas. Así, la habilidad de un individuo para metabolizar el etanol
depende de la capacidad de los hepatocitos para mantener el funcionamien-
to de cualquiera de estos sistemas de transporte, que a su vez se acoplan al
ciclo de Krebs en la mitocondria. La menor concentración del NAD+ por
la doble oxidación del etanol, a acetaldehido y acetato, dificulta el flujo
de la glucosa en la glucolisis en la reacción de la gliceraldehido-3-fosfato
deshidrogenasa, limitando de esta forma la producción de energía. Ade-
más, existe un incremento en la producción de lactato hepático debido al
incremento del NADH, lo cual disminuye la concentración de piruvato,
metabolito implicado en la gluconeogénesis, y da lugar a una disminución
en la capacidad del hígado para producir glucosa.
Además de los efectos negativos del elevado cociente NADH/NAD+ so-
bre la gluconeogénesis, la oxidación de los ácidos grasos se encuentra tam-
bién disminuida debido a que este proceso requiere NAD+ como cofactor.
De hecho, ante la escasez de NAD+, se incrementa la producción de ácidos
grasos y triacilglicéridos en el hígado. En la mitocondria, la producción
de acetato a partir de acetaldehído da lugar a niveles altos de acetil-CoA.
Como la elevada generación de NADH disminuye la actividad del ciclo de
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Krebs, el acetil-CoA tiene que dirigirse hacia la síntesis de ácidos grasos.


La menor concentración de NAD+ en el citoplasma lleva a una disminu-
ción en la actividad de la glicerol-3-fosfato deshidrogenasa, en la direc-
ción glicerol-3-fosfato ¤ dihidroxiacetona fosfato (DHAP), lo que resulta
en niveles altos de glicerol 3-fosfato, el esqueleto carbonado implicado en
la síntesis de triacilglicéridos. Estos dos eventos conducen al acúmulo de
triacilglicéridos en el hígado dando lugar al síndrome de hígado graso.

REGULACIÓN DE LOS NIVELES DE GLUCOSA EN SANGRE

Si no existiera ninguna otra razón, debido a la demanda de glucosa por


parte del cerebro para su oxidación, el organismo humano tendría que re-
gular estrictamente el nivel de glucosa en la sangre y mantenerlo en el
rango de 5mM. Casi todos los carbohidratos que se consumen en la dieta
se convierten en glucosa una vez que son transportados al hígado. El cata-
bolismo de las proteínas de las células o de las proteínas de la dieta genera
esqueletos carbonados que pueden ser utilizados para la síntesis de glucosa
mediante la gluconeogénesis. Además, otros tejidos, no hepáticos, oxidan
la glucosa de forma incompleta (músculo esquelético y eritrocitos) y ge-
neran lactato que puede ser convertido en glucosa en la gluconeogénesis.
El mantenimiento de la homeostasis de la glucosa sanguínea es de pri-
mordial importancia para la supervivencia del organismo. El órgano pre-
dominante que responde a las señales que indican niveles de glucosa bajos
o altos es el hígado. Ciertamente, una de las funciones más importantes del
hígado es producir glucosa para la circulación. Los niveles de glucosa indu-
cen respuestas hormonales para que se inicien las vías diseñadas para rees-
tablecer la homeostasis de la glucosa. Los niveles bajos de glucosa estimulan
la liberación de glucagón de las células alfa del páncreas. Concentraciones
altas de glucosa estimulan la liberación de insulina de las células beta del
páncreas. Señales adicionales como ACTH (hormona adrenocorticotropa)
y hormona de crecimiento de la hipófisis anterior, actúan incrementando la
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Digestión y metabolismo energético de los nutrientes

glucosa sanguínea e inhibiendo su transporte a los tejidos extra-hepáticos.


Los glucocorticoides también actúan incrementando los niveles de glucosa
sanguínea, inhibiendo su transporte a las células. El cortisol, el principal
glucocorticoide secretado por la corteza adrenal, se libera en respuesta
al incremento de ACTH circulante. La hormona de la medula adrenal, la
adrenalina, estimula la producción de glucosa mediante la activación de la
gluconeogénesis en respuesta a estímulos de estrés.
La unión del glucagón a su receptor en la superficie de la célula hepáti-
ca da lugar a un incremento en la producción de cAMP (AMP cíclico) y al
aumento de la glucogenolisis por medio de la activación de la glucógeno
fosforilasa por la cascada de la PKA (proteína quinasa A). Ésta es la misma
respuesta que tienen los hepatocitos frente a la liberación de adrenali-
na. Los niveles altos resultantes de glucosa-6-fosfato en los hepatocitos
se hidrolizan por acción de la glucosa-6-fosfatasa, para producir glucosa
libre que entonces se difunde a la sangre. La glucosa entra en las células
extra-hepáticas donde se vuelve a fosforilar por la hexoquinasa. Debido
a que las células musculares y cerebrales no tienen glucosa-6-fosfatasa,
el producto de la hexoquinasa la glucosa-6-fosfato se retiene y oxida por
estas células.
En oposición a las respuestas celulares al glucagón (adrenalina en los
hepatocitos), la insulina estimula el transporte de glucosa desde la sangre e
inhibe la glucogenolisis en tejidos extra hepáticos y estimula la síntesis de
glucógeno. Tan pronto como la glucosa entra en los hepatocitos inhibe la
actividad de la glucógeno fosforilasa. La glucosa libre estimula la desfosfori-
lación de la fosforilasa y por tanto la inactiva. ¿Por que la glucosa que entra
en los hepatocitos no es inmediatamente fosforilada y oxidada? Las células
hepáticas contienen una isoforma de la hexoquinasa llamada glucoquinasa,
que posee una afinidad mucho más baja para la glucosa que la hexoquinasa.
Por tanto, no está completamente activa en los rangos fisiológicos de la
glucosa sanguínea. Además, la glucoquinasa no se inhibe por su producto la
glucosa-6-fosfato, mientras que la hexoquinasa sí.
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Los hepatocitos, a diferencia de la mayoría de células, son permeables a la


glucosa y son por tanto insensibles a la acción de la insulina en el transporte
de glucosa. Cuando los niveles de glucosa son bajos, el hígado no compite
con otros tejidos por la glucosa debido a que la utilización de glucosa ex-
tra hepática se estimula en respuesta a la insulina. Al contrario, cuando las
concentraciones de glucosa son altas, las necesidades extra hepáticas están
satisfechas y el hígado utiliza entonces la glucosa para su conversión en glu-
cógeno (almacenamiento de glucosa). En condiciones de glucosa elevadas
en sangre, los niveles de glucosa en el hígado serán altos y la actividad de
la glucoquinasa también estará alta. La glucosa-6-fosfato producida por la
glucoquinasa se convierte rápidamente en glucosa-1-fosfato por la fosfo-
glucomutasa, para luego ser incorporada en el glucógeno.

PAPEL DEL RIÑÓN EN EL CONTROL DE GLUCOSA


EN LA SANGRE
Aunque el hígado es el sitio principal de la homeostasis de la glucosa, el
riñón juega un papel vital en el proceso de regular el nivel de la glucosa en
la sangre. El riñón lleva a cabo la gluconeogénesis principalmente a partir
del esqueleto carbonado de la glutamina y al hacerlo permite la eliminación
de residuos nitrógeno y mantiene el equilibrio del pH del plasma. Además
de llevar a cabo la gluconeogénesis, el riñón regula los niveles de la glucosa
en la sangre a través de su capacidad de excretar la glucosa a través de fil-
tración glomerular, así como para reabsorber la glucosa filtrada en el túbulo
contorneado proximal. El promedio del riñón adulto filtra alrededor de
180g/día de glucosa. De esta cantidad menos del 1% se excreta en la orina
debido a la eficiente reabsorción. El proceso de reabsorción es fundamental
para mantener la homeostasis de la glucosa en sangre y para retener calorías
importantes para la producción de energía.
El transporte de glucosa a partir de los túbulos en las células epiteliales
tubulares se lleva a cabo por proteínas de transporte especializadas denomi-
nadas co-transportadores de sodio-glucosa (SGLT). Los SGLT representan
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Digestión y metabolismo energético de los nutrientes

una familia de transportadores que participan en el transporte de glucosa,


aminoácidos, vitaminas y los iones, a través de las membranas del borde en
cepillo de las células del túbulo renal y las células epiteliales intestinales.
Hay dos SGLT en el riñón que participan en la reabsorción de la glucosa. El
SGLT1 se encuentra principalmente en el segmento distal S2/S3 del túbulo
proximal y SGLT2 se expresa exclusivamente en el segmento S1 (Figura 9).
La ubicación de SGLT2 en el túbulo proximal significa que es el principal
responsable de la reabsorción de la glucosa. SGLT2 es un transportador de
alta capacidad y baja afinidad que, debido a su ubicación, es responsable del
90% de la actividad de reabsorción de la glucosa de los riñones.

Figura 9. Recaptación de glucosa en el segmento S1 del túbulo proximal del riñón por
el co-transportador Na+-glucosa SGLT2. A raíz de la recaptación, la glucosa se trans-
porta de vuelta a la sangre a través de los transportadores GLUT2. El Na+ que se reab-
sorbe con la glucosa se transporta a la sangre a través de un receptor (Na+-K+)-ATPasa.

Como era de esperar por el nombre de los transportadores de la glucosa


renal, SGLT1 y SGLT2 catalizan el transporte activo de glucosa en una con-
centración contra el gradiente a través del lumen (apical) de la membrana
de la célula tubular. El consumo de sodio hacia el interior se mantiene por el
ATP impulsado por el transporte activo del sodio, a través de la membrana
basolateral, en la sangre (junto a la absorción de potasio). La glucosa reabsor-
bida se difunde pasivamente fuera de la célula tubular hacia la sangre a través
del GLUT2 basolateral asociado a la membrana. En condiciones normales de
saturación, la capacidad de SGLT2 (y SGLT1) para reabsorber la glucosa no
está saturada. El riñón puede filtrar y reabsorber aproximadamente 375mg
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de glucosa/min. La concentración plasmática de glucosa necesaria para supe-


rar esta capacidad es muy superior a la considerada normal y sólo se observa
en situaciones de disfunción o enfermedad renal, tales como la diabetes tipo
2. Debido a la importancia de SGLT2 en la reabsorción renal de glucosa, este
transportador se ha convertido en el objetivo para la intervención terapéutica
de la hiperglucemia asociada con la diabetes tipo 2. Mediante la inhibición
específica de SGLT2 habrá aumento de la excreción de glucosa en la orina y
por lo tanto una disminución de los niveles de glucosa en plasma.

TRANSPORTADORES DE GLUCOSA

Una de las respuestas más importantes de los tejidos extra hepáticos a


la insulina es el reclutamiento, en la superficie celular, de los complejos de
transporte de glucosa. Los transportadores de glucosa comprenden una
familia de 5 miembros, GLUT1, GLUT2, GLUT3, GLUT4, y GLUT5,
cuya misión es facilitar el transporte de la glucosa a través de la membrana
celular sin necesidad de energía. Estos transportadores pertenecen a una
familia de proteínas llamadas transportadoras de solutos.
El GLUT1 es ubicuo, distribuido en diversos tejidos con los niveles de
expresión más altos en eritrocitos. De hecho en los eritrocitos GLUT1 re-
presenta casi el 5% del total de proteínas. Aunque ampliamente expresada,
GLUT1 no se expresa en los hepatocitos. El GLUT2 se encuentra princi-
palmente en el intestino, el hígado, células-ȕ pancreáticas y renales. La Km
del GLUT2 para la glucosa es la más alta de todos los transportadores de
glucosa. La elevada Km garantiza el equilibrio rápido de la glucosa entre el
citosol y el espacio extracelular y garantiza que el hígado y el páncreas no
metabolizan la glucosa hasta que sus niveles suben lo suficiente en la san-
gre. El GLUT2 es capaz de transportar la glucosa y la fructosa. Cuando la
concentración de glucosa aumenta en sangre, en respuesta a la ingesta de
alimentos, este transportador media un aumento en la captación de glucosa
que conduce al aumento en la secreción de insulina pancreática. Por esta
razón, el transportador GLUT2 se considera que es un “sensor de glucosa”.
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Digestión y metabolismo energético de los nutrientes

El GLUT3 se encuentra principalmente en las neuronas y en el intesti-


no. La glucosa se une con gran afinidad al GLUT3 (tiene la Km más baja de
todos los GLUT), lo que permite que las neuronas tengan mayor acceso a
la glucosa, especialmente en condiciones de baja glucosa en sangre. Tejidos
sensibles a la insulina, como el músculo esquelético y tejido adiposo, con-
tienen el GLUT4 cuya movilización a la superficie celular se estimula por la
acción de la insulina. GLUT5 y GLUT7 son transportadores estrechamente
relacionados que están involucrados en el transporte de fructosa. GLUT5
se expresa en el intestino, riñones, testículos, músculo esquelético, tejido
adiposo y cerebro. Aunque muchos GLUT (2, -5, -7, 8, -9, -11, y -12)
pueden transportar fructosa, el GLUT5 es el único transportador que sólo
transporta fructosa. GLUT9 (SLC2A9) no transporta azúcar sino ácido úri-
co abundante en el riñón y el hígado. Se ha demostrado que el receptor de
la superficie celular del virus de leucemia de las células T humano (HTLV)
es el transportador GLUT1.

VÍA ALTERNATIVA DE OXIDACIÓN DE GLUCOSA: VÍA DE


LAS PENTOSAS FOSFATO

La vía de las pentosas fosfato se puede considerar una vía anabólica que
utiliza los 6 carbonos de la glucosa para generar azúcares de 5 carbonos
y equivalentes reductores. Sin embargo, esta vía es oxidativa y en ciertas
condiciones puede degradar la glucosa completamente a CO2 y H2O. Las
funciones más importantes de esta vía metabólica son:
1. generar equivalentes reductores en forma de NADPH, necesarios
para reacciones de biosíntesis reductora de ácidos grasos y esteroides
2. proporcionar ribosa-5-fosfato para la síntesis de nucleósidos y nu-
cleótidos
3. metabolizar las pentosas de la dieta que se derivan de la digestión de los
ácidos nucleicos, así como la interconversión de esqueletos carbonados
de la dieta en intermediarios glucolíticos y gluconeogénicos.
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Las células del hígado, glándula mamaria en lactancia, tejido adipo-


so, corteza suprarrenal y testículos, tienen elevados niveles de las enzi-
mas del ciclo de las pentosas fosfato. De hecho el 30% de la oxidación de
la glucosa en hígado se verifica a través de esta vía alternativa. También
los eritrocitos utilizan las reacciones oxidativas de este ciclo para generar
grandes cantidades de NADPH, que se utilizan para la reducción del glu-
tatión (GSSG ¤ 2GSH). La conversión de los ribonucleótidos a desoxiri-
bonucleótidos, mediante la acción de la ribonucleótido reductasa, requiere
NADPH como fuente de electrones.
Aunque la vía de las pentosas fosfato opera en todas las células, con altos
niveles de expresión en los tejidos anteriormente indicados, los niveles más
elevados de enzimas generadores de NADPH, especialmente de glucosa-
6-fosfato deshidrogenasa, se encuentran en los neutrófilos y macrófagos.
Estos leucocitos son las células fagocíticas del sistema inmune innato, que
utilizan NADPH para generar el radical superóxido en una reacción cata-
lizada por la NADPH oxidasa. El radical superóxido unido a otras especies
reactivas de oxígeno sirve para destruir a los microorganismos fagocitados
por estas células. Tras la exposición a bacterias y otras sustancias patógenas,
existe un consumo extraordinario de O2 por los fagocitos, fenómeno que
se conoce como “estallido respiratorio”.

Figura 10. La vía de las pentosas fosfato es un proceso alternativo a la glucolisis, que
produce NADPH y pentosas.

112 |
Digestión y metabolismo energético de los nutrientes

Existen dos fases diferentes en la vía de las pentosas fosfato:


La fase oxidativa irreversible en la cual la glucosa-6-fosfato se convierte
en ribulosa-5-fosfato por descarboxilación oxidativa con producción de
NADPH, y
La fase no oxidativa en la cual se verifica una interconversión de azúcares
para generar diversas pentosas, como xilulosa-5 fosfato y ribulosa-5-fosfa-
to. El fosforribosil pirofosfato, formado a partir de la ribosa-5-fosfato, es
un compuesto activo utilizado en la biosíntesis de histidina y nucleótidos de
purina y pirimidina. En esta vía el 6-fosfogluconato puede también deshi-
dratarse y descomponerse en piruvato y gliceraldehido-3-fosfato.
El ciclo se inicia con 3 moléculas de glucosa-6-fosfato y 6 de NADP+, y
al final se obtiene:
3 glucosa-6 fosfato + 6 NADP+ ¤
¤3 CO2 + 2 glucosa 6 fosfato + gliceraldehido 3P + 6 NADPH + 6 H+
El ciclo de las pentosas fosfato se conoce también como ciclo de des-
viación de las pentosas, ruta de las hexosas monofosfato o ruta oxidativa
del fosfogluconato. Los productos primarios son el NADPH y la ribosa.
El equivalente reductor NADPH se utiliza en la biosíntesis principalmente
de ácidos grasos, y la ribosa, producto de la descarboxilación del 6-fosfo-
gluconato, es necesaria para la síntesis de ribonucleótidos. La ribosa es una
pentosa integrante del RNA, ATP, NADH, FAD, coenzima A, etc.
La fase oxidativa se inicia con la oxidación de la glucosa-6-fosfato, obteni-
da mediante la fosforilación de la glucosa libre, llevada a cabo por la glucosa-
6-fosfato deshidrogenasa. En este primer paso se deshidrogena el grupo C1
para dar un grupo carboxilo, el cual, junto al C5, forma una lactona, es de-
cir, un éster intramolecular. Es aquí donde se liberan dos hidrógenos de los
cuales se transfiere un protón (H+) y dos electrones (e-) al NADP+ que actúa
como aceptor de electrones reduciéndose hasta formar la primera molécula
de NADPH; el protón sobrante queda libre en el medio (Figura 11).
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Figura 11. Las dos etapas de la vía de las pentosas fosfato: fase oxidativa irreversible,
doble oxidación con producción de NADPH y descarboxilación de la glucosa-6-fosfa-
to con formación de ribulosa-5-fosfato. Fase no oxidativa reversible, interconversión
no oxidativa de azúcares de 3, 4, 5, 6 y 7 carbonos: síntesis de nucleótidos (ribosa-
5-fosfato. Intermediarios de la glucolisis (fructosa-6-fosfato y gliceraldehido-3-fos-
fato) TA, transaldolasa; TC, Transcetolasa.

Acto seguido, se produce la hidrólisis de la lactona por acción de la


lactonasa, con lo que se obtiene el ácido libre 6-fosfogluconato. Poste-
riormente, éste último se transforma en ribulosa-5-fosfato por acción de
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Digestión y metabolismo energético de los nutrientes

la 6-fosfogluconato deshidrogenasa. Aquí se obtiene la segunda molécula


de NADPH, además de la liberación de una molécula de CO2 debido a la
descarboxilación oxidativa del ácido libre.
Por último, la enzima pentosa-5-fosfato isomerasa, mediante un inter-
mediario enediol, isomeriza la ribulosa-5-fosfato y la convierte en ribosa-
5-fosfato, gracias a la transformación de la cetosa en aldosa. Esta última
reacción prepara un componente central de la síntesis de nucleótidos para
la biosíntesis de DNA, RNA y cofactores de nucleótidos. Al mismo tiempo,
lleva a cabo la transición hacia la fase no oxidativa de la ruta metabólica de
las pentosas fosfato.
La fase no oxidativa de la ruta de las pentosas fosfato se inicia en caso
que la célula necesite más NADPH que ribosa-5-fosfato. En este segundo
proceso se encuentran una compleja secuencia de reacciones que permiten
intercambiar los azúcares C3, C4, C5, C6 y C7 de las pentosas para poder
formar finalmente gliceraldehído-3-fosfato y fructosa-6-fosfato, los cuales po-
drán incorporarse a la glucolisis.
Esta fase conlleva toda una serie de reacciones reversibles, el sentido
de las cuales depende de la disponibilidad del sustrato. La isomerización
de la ribulosa-5-fosfato a ribosa-5-fosfato, antes mencionada, es una reac-
ción reversible que permite eliminar el excedente de ribosa-5-fosfato para
transformarlo en productos intermediarios de la glucolisis.
La primera reacción de la fase no oxidativa es la epimerización, regulada
por la pentosa-5-fosfato epimerasa, que convierte la ribulosa-5-fosfato, pro-
ducto de la fase oxidativa, en xilulosa-5-fosfato, generando así los sustratos
necesarios, xilulosa-5-fosfato y ribosa-5-fosfato, para la siguiente reacción
catalizada por la transcetolasa, que actúa junto a la coenzima tiamina pirofos-
fato (TPP). Ésta, mediante la transferencia de una unidad de C2 de la cetosa
a la aldosa, dará lugar a gliceraldehido-3-fosfato y sedoheptulosa-7-fosfato.
En la segunda reacción, la transaldolasa, con la ayuda de un resto lisina en su
centro activo, transfiere una unidad de C3 de la sedoheptulosa-7-fosfato al
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gliceraldehído-3-fosfato, con lo que se formarán la tetrosa eritrosa-4-fos-


fato y la hexosa fructosa-6-fosfato, la cual se dirigirá hacia la glucolisis. A
continuación, la transcetolasa vuelve a transferir una unidad de C2, desde
la xilulosa-5-fosfato a la eritrosa-4-fosfato, consiguiendo así formar otra
molécula de fructosa-6-fosfato y una de gliceraldehído-3-fosfato, ambos in-
termediarios de la glucolisis. De esta manera, se cierra la fase no oxidativa
de esta ruta metabólica. Esta fase de la ruta conectará los procesos metabó-
licos que generan NADPH, con los de la glucolisis que originan NADH/
ATP. Por otra parte, el gliceraldehído-3-fosfato y la fructosa-6-fosfato pue-
den intervenir también en la gluconeogénesis para formar glucosa de novo.
Los eritrocitos necesitan grandes cantidades de NADPH para la reduc-
ción de la hemoglobina oxidada y para poder regenerar el glutation en
forma reducida (GSH), antioxidante endógeno que presenta importantes
funciones como la eliminación de peróxidos y la reducción de la ferrihe-
moglobina (Fe3+). Estas necesidades se ven cubiertas gracias a la ruta de
las pentosas fosfato con el equivalente reductor NADPH. Sin embargo, si
existe un defecto genético, como la deficiencia en glucosa-6-fosfato des-
hidrogenasa, la ingesta de algún determinado medicamento, como el an-
timalárico primaquina, o algunos vegetales, como por ejemplo las habas,
los eritrocitos se debilitan y desarrollan una anemia hemolítica. Estos tras-
tornos, genéticos o tóxicos pueden aumentar la producción de peróxidos y
con ello la oxidación de los lípidos de membrana, junto a la aceleración de
la degradación de los eritrocitos. De este modo, se puede observar como
la ruta de las pentosas fosfato es la única vía metabólica por la cual estas
células pueden producir NADPH.
A pesar de todo, los afectados por este problema congénito, se ven alta-
mente favorecidos en un aspecto, ellos suelen vivir en zonas tropicales, ya
que están protegidos contra las infecciones de malaria. Esto se explica por
la necesidad inmediata de los plasmodios hacia un medio reducido para su
metabolismo, ya que los parásitos resisten mucho menos el estrés oxidativo
respecto a sus células huésped.
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Digestión y metabolismo energético de los nutrientes

El estrés oxidativo dentro de las células está controlado principalmente


por acción del glutatión (GSH). El GSH es un tripéptido integrado por
Ȗ-glutamato, cisteína y glicocola. El grupo sulfidrilo (-SH) del residuo de la
cisteína de dos moléculas del glutatión forman un enlace disulfuro (GSSG)
durante el curso de su oxidación en reacciones con varios óxidos y peróxi-
dos en las células. La reducción de GSSG a dos moles de GSH es la función
de la reductasa del glutatión, una enzima que requiere NADPH y que se
acopla a la glucosa-6-fosfato deshidrogenasa:
GSSG + 2 NADPH ¤ 2 GSH + 2NADP+
NADP+ + Glucosa-6-fosfato ¤ NADPH + H+ + 6-fosfogluconato

Figura 12. Regulación de la vía de los pentosas fosfato. La glucosa 6-fosfato puede ser
metabolizada tanto en la glucolisis como en la ruta de las pentosas fosfato. ¿Cómo
VHUHSDUWHVXÁXMRKDFLDHVWDVUXWDV"$QWHODQHFHVLGDGGH$73ODJOXFRVDIRVIDWRVH
canaliza hacia glucolisis. Ante la necesidad de NADPH o ribosa 5-fosfato, la glucosa-
6-fosfato se dirige hacia la ruta de las pentosas fosfato.

La glucosa-6-fosfato procede de la glucosa de la dieta o de la gluco-


neogénesis, y por otra parte procede del glucógeno almacenado en hígado
y músculo (Figura 12). La glucosa-6-fosfato puede ser oxidada en la ruta
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glucolítica hacia piruvato o en la ruta de las pentosas fosfato hacia ribosa-


5-fosfato. La entrada de glucosa 6-fosfato en la ruta de las pentosas fosfato
está controlada a nivel de la primera reacción: su oxidación a 6-fosfoglu-
conolactona. Esta reacción está regulada por dos factores: en primer lugar,
la disponibilidad de la coenzima en forma oxidada NADP+, pues a medida
que el NADPH sea consumido por procesos biosintéticos, el aumento en los
niveles de NADP+ estimula la ruta de las pentosas fosfato. La coenzima en
forma reducida, NADPH, es un inhibidor potente de la glucosa 6-fosfato des-
hidrogenasa ya que compite con el NADP+ por el mismo sitio de unión a la
enzima. En segundo lugar, el NADPH, aparte de ser utilizado para reacciones
de biosíntesis, juega un papel importante en la protección frente a especies
reactivas de oxígeno (ROS) y en la regeneración del glutation reducido para
mantener el estado normal de la célula. También el NADP interviene en las
monoxigenasas microsómicas hepáticas dependientes del citocromo P-450,
encargadas de la destoxificación de fármacos. Por ello que los niveles bajos de
glucosa 6-fosfato implican mayor sensibilidad al estrés oxidativo. El control
de la fase no oxidativa depende de la disponibilidad de sustratos.
Las reacciones de la vía de las pentosas fosfato operan exclusivamente en
el citoplasma. Desde esta perspectiva se entiende que la síntesis de ácidos
grasos (en oposición a su oxidación), tiene lugar en el citoplasma. La vía
de las pentosas fosfato tiene un brazo oxidativo y un brazo no-oxidativo.
Las reacciones de oxidación, que utilizan a la glucosa-6-fosfato como sus-
trato, ocurren al inicio de la vía y son las reacciones que generan NADPH.
Las reacciones catalizadas por la glucosa-6-fosfato deshidrogenasa y por la
6-fosfogluconato deshidrogenasa generan 2 moles de NADPH por cada
mol de glucosa 6-fosfato que entra en la vía.
Las reacciones no oxidativas están especialmente diseñadas para gene-
rar ribosa-5-fosfato. Igual de importantes son las reacciones para convertir
azucares de 5 carbonos de la dieta en azucares de 6 (fructosa-6-fosfato) y
de 3 (gliceraldehido-3-fosfato) carbonos, que pueden ser utilizados en las
vías de la glucolisis. Las principales enzimas involucradas en el segmento no
oxidativo son la transaldolasa y la transcetolasa:
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Digestión y metabolismo energético de los nutrientes

El beneficio neto de la vía de las pentosas fosfatos, si no se usa solamente


para la producción de ribosa-5-fosfato, es la oxidación de la hexosa glucosa-
6-fosfato, en la pentosa ribosa-5-fosfato A su vez, 3 moles de pentosa se
convierten en dos moles de hexosa y un mol de gliceraldehido-3-fosfato.
Las hexosas se pueden reciclar en la vía bajo la forma de glucosa-6-fosfato
más NADPH. El gliceraldehido-3-fosfato se puede desviar hacia la glucoli-
sis y ser oxidado a piruvato. Alternativamente, puede ser utilizado por las
enzimas de la gluconeogénesis para generar hexosas fosfato.

GLUCONEOGÉNESIS

La regeneración de la glucosa se denomina gluconeogénesis y es impor-


tante en el hígado, pues es el principal órgano implicado en la síntesis de
la glucosa a partir de fuentes procedentes de carbohidratos o no carbohi-
dratos. El hígado es el único órgano que regenera glucosa desde lactato. La
comparación de la glucolisis con la gluconeogénesis pone de manifiesto las
reglas generales que gobiernan las vías metabólicas respecto a su control
y reversibilidad. De los diez enzimas glucolíticos, siete son reversibles y
exhiben pequeños cambios de energía libre. Tres reacciones ocurren con
un cambio de energía mucho más grande (> 4kcal/mol) lo que las hace
irreversibles. En la gluconeogénesis los enzimas glucolíticos son sustituidos
por los gluconeogénicos.

Enzima Enzima
Reacción glucolítico gluconeogénico
Glucosa ֞ glucosa-6-fosfato Glucoquinasa Glucosa-6-fosfatasa
Fructosa-6-fosfato ֞ fructosa- Fosfofructoquinasa Fructosa-1,6-difosfatasa
1,6-difosfato
Piruvato carboxilasa
fosfoenolpiruvato ֞ piruvato Piruvato quinasa Fosfoenolpiruvato
carboxiquinasa 1

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Figura 13. Gluconeogénesis a partir de varios precursores: se muestra como los ami-
noácidos (alanina), glicerol y lactato se incorporan a la vía gluconeogénica. Las reac-
FLRQHVFRPXQHVDODJOXFROLVLV\ODJOXFRQHRJpQHVLVVHLQGLFDQFRQÁHFKDVUHFWDV/DV
ÁHFKDVKDFLDDEDMRPXHVWUDQODGLUHFFLyQGHODJOXFRQHRJHQHVLVODVÁHFKDVKDFLDDUUL-
ED PXHVWUDQ OD GLUHFFLyQ GH OD JOXFROLVLV /DV ÁHFKDV FXUYDV UHSUHVHQWDQ ODV UHDFFLR-
QHVHVSHFtÀFDV\FODYHGHODJOXFRQHRJpQHVLVSLUXYDWRFDUER[LODVDIRVIRHQROSLUXYDWR
carboxiquinasa, fructosa-1,6-difosfatasa y glucosa-6-fosfatasa, que evitan las barreras
energéticas que obstruyen la inversion directa de la glucolisis.

Si se compara el gasto energético de la gluconeogénesis con la ganancia


de la glucolisis se demuestra que el coste metabólico de generar glucosa a
partir de intermediarios internos, es mayor que degradar la glucosa una vez
que esta está dentro de la célula:
1 Glucosa ¤ 2 Lactato + 2 ATP
2 Lactato + 6 ATP ¤ 1 Glucosa
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Digestión y metabolismo energético de los nutrientes

CONTROL DE LA GLUCOLISIS Y LA GLUCONEOGÉNESIS

La gluconeogénesis es un proceso metabólico importantísimo, ya que


cubre las necesidades de glucosa del organismo cuando no está disponi-
ble en cantidades suficientes en la alimentación. Se requiere un suministro
constante de glucosa como fuente de energía para el sistema nervioso y
los eritrocitos. Además, la glucosa es el único combustible que suministra
energía al músculo esquelético en condiciones de anaerobiosis. La glucosa
es precursora del azúcar de la leche (lactosa) en la glándula mamaria y se
capta activamente por el feto. Por otro lado, los mecanismos gluconeogéni-
cos se utilizan para depurar los productos del metabolismo de otros tejidos
desde la sangre; por ejemplo, el lactato producido por el músculo y los
eritrocitos, y el glicerol, que se forma continuamente por el tejido adiposo.
En mamíferos el equilibrio entre gluconeogénesis y glucolisis en hí-
gado tiene que responder a las necesidades del organismo completo y
ajustarse cuidadosamente a ellas. Se muestra a continuación una lista de
moléculas internas y externas que afectan el equilibrio entre glucolisis y
gluconeogénesis:
Reguladores intracelulares, aminoácidos, citrato, acetil CoA y ácidos gra-
sos. Todos ellos estimulan la gluconeogénesis mediante un control positivo
sobre la piruvato carboxilasa y la fructosa-1, 6-difosfatasa, respectivamen-
te. Además la carga energética de una célula, definida por su disponililidad
de ATP, ADP y AMP, controla la glucolisis y la gluconeogénesis. Niveles ba-
jos de energía (AMP, ADP), estimulan la glucolisis, mientras que elevados
niveles de energía (ATP) inhiben la glucolisis y activan la gluconeogenesis.
Reguladores extracelulares son las hormonas que afectan ambas vías me-
tabólicas, y que coordinan la actividad metabólica entre los diferentes ór-
ganos. La insulina estimula la glucolisis para bajar los niveles de glucosa en
sangre en estado de saciedad y para señalizar la disponibilidad de energía
en todos los órganos; mientras que el glucagón y la adrenalina, estimulan la
gluconeogénesis y la lipolisis en tejido adiposo por la lipasa hepática, para
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suministrar energía a músculo y cerebro durante el ayuno y el estrés. La


regulación incluye la modulación enzimática (fosforilación) y la biosíntesis
enzimática (expresión génica).

ABREVIATURAS
ACC, acetil CoA carboxilasa.
ACL, ATP citrato liasa.
AcDH, aldehido deshidrogenasa.
ADH, alcohol deshidrogenasa.
cAMP, AMP cíclico.
CACT, carnitina- acilcarnitina transferasa.
CAT carnitina acil translocasa.
DHAP, dihidroxiacetona fosfato.
1,3-DPG, 1,3 difosfoglicerato.
2,3-DPG, 2,3 difosfoglicerato.
FAS, ácido graso sintetasa.
FFA, ácidos grasos libres.
GLUT 1-13, transportadores de glucosa.
GOT o AST, glutamato oxaloacetato aminotransferasa.
GSH, glutatión reducido.
GSSG, glutatión oxidado.
LDH, lactato deshidrogenasa.
Km, constante de Michaelis (afinidad por el sustrato).
LCFA, ácido graso de cadena larga.
LDH, lactato deshidrogenasa.
NAD+, nicotinamida adenina dinucleótido (forma oxidada).
NADH, nicotinamida adenina dinucleótido (forma reducida).
NADP+, nicotinamida adenina dinucleótido fosfato (forma oxidada).
NADPH, nicotinamida adenina dinucleótido fosfato (forma reducida).
PDH piruvato deshidrogenasa.
PEP, fosfoenol piruvato.
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