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HISTORIA DE LA PSICOLOGIA SOCIAL

Susana Seidmann

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LA HISTORIA DEL PENSAMIENTO ACERCA DEL HOMBRE.

El camino recorrido por el pensamiento humano para abordar y explicar los


problemas de la vida fue históricamente dicotómico.
Desde los antiguos griegos (Platón, 427-347 a.C.) se buscó comprender dos
órdenes de fenómenos:
- la naturaleza de la realidad – lo objetivo –
- el carácter del alma – la mente, inmortal y eterna, no sometida a las
leyes
de la naturaleza, lo subjetivo, lo intuitivo.

El énfasis en una u otra perspectiva fue variando a lo largo de los años.


Hipócrates de Cos (469-361 a. C.) incluye en su consideración de lo humano
aspectos fisiológicos, psicológicos y sociales, aunque su perspectiva del hombre tiene
bases claramente biológicas.
Aristóteles (384-322 a. C.)destaca la pertenencia del hombre al mundo de la
naturaleza. El hombre es un animal capaz de pensar e inhibir un impulso natural. La
mente humana al nacer es una tabula rasa, adquiere el conocimiento por la experiencia y
debe ser estudiada con los métodos de las ciencias de la naturaleza. Aristóteles sienta los
principios básicos de la influencia y la persuasión sociales. Se interesó por la manera en
que la persona se relaciona con el mundo, a través de los sentidos, en los que la realidad
deja sus huellas. Fue un precursor del empirismo, así como Platón lo fue del
racionalismo.

El pensamiento cristiano medieval retrasó radicalmente la posibilidad de estudiar


la conducta humana, que se había empezado a perfilar en la cultura griega. El mundo
posee una estructura jerárquica con Dios a la cabeza. El hombre es concebido como una
criatura divina que no pertenece a la naturaleza. El alma procede directamente de Dios y
las formas de vida social derivan de un diseño divino.

Será a partir del siglo XIV, con el Renacimiento, que aparece un nuevo interés
por el hombre percibido como miembro de la naturaleza.

Los siglos XVI y XVII conducen el pensamiento humano hacia la ciencia


moderna, un vínculo más estrecho entre teoría y evidencia empírica, especialmente en el
área de las ciencias naturales, alejándolo de la especulación metafísica.

El pensamiento de René Descartes (siglo XVII) significó un cambio de paradigma,


aunque legó a las ciencias humanas una consideración dualista del hombre: res cogitans,
alma pensante, origen de las ideas – la mente es incorpórea, no forma parte del mundo
natural - y res extensa, el cuerpo concebido como una máquina que puede funcionar
autónomamente - esto dio un gran impulso a investigaciones anatómicas y fisiológicas-.
Este dualismo llega hasta nuestros días y las diferentes teorías psicológicas adhieren ya
sea a uno u otro polo o intentan su superación.

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Esta oposición que se origina con los griegos, llega hasta los orígenes de la
psicología bajo el ropaje de diferentes pares antitéticos planteados por el pensamiento
filosófico (Platón, Santo Tomás de Aquino, Descartes). Cada disciplina buscaba su propia
definición, un status propio que la diferenciara de otras disciplinas vecinas – la sociología
de la psicología, la psicología de la fisiología, la psicología de la filosofía-. Se buscaba el
tipo de explicación más adecuada para los fenómenos humanos y los de la realidad física:

- materia / espíritu
- cuerpo / mente
- irracional / racional
- objetivo / subjetivo
- colectivo / individual
- cultura / conciencia
- cultura / mente
- cultura/ naturaleza
- empirismo / racionalismo
(Locke, Berkeley, Hume (Descartes)
todo conocimiento deriva de la experiencia)
- ciencias de la naturaleza / ciencias del espíritu
explicación / comprensión
- exógeno / endógeno
- explicaciones centradas en el medio/ explicaciones centradas en el
individuo

La historia del pensamiento humano va a dar cuenta de las maneras en que estas
concepciones se distancian, se oponen o se integran en explicaciones más
abarcativas de los fenómenos humanos. Los distintos pensadores darán prioridad a
los fenómenos naturales, la mente concebida como una tabula rasa, un producto
del sistema nervioso central (Locke, siglo XVII, empirismo inglés - no puede
aceptarse nada que no sea evidente a los sentidos. Lo real es lo que se puede ver,
oír, tocar-) o bien con una cualidad activa previa a la experiencia o contacto con el
mundo (Leibnitz, siglo XVII) entre las que se destacan las categorías apriorísticas,
innatas del pensamiento – la mente es activa, organiza la experiencia humana
reuniendo información sensorial y dotándola de sentido antes de la experiencia –
que señala Immanuel Kant (siglo XVIII). No se podía experimentar con una mente
que no pertenecía al mundo natural. Este pensamiento demoró el desarrollo de la
psicología experimental e influyó sobre el pensamiento fenomenológico posterior
– el mundo significativo para el ser humano es aquél al que éste le atribuye
significado en su experiencia.

Existen condiciones históricas y sociales – consolidación de una clase burguesa e


impulso y apoyo a la filosofía y las ciencias desde la estructura del poder- para
que una sociedad y una cultura abandone la especulación metafísica y aborde el
estudio científico del mundo natural y del hombre. El logro de autonomía de

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disciplinas científicas, tales como la fisiología, la astronomía y la biología, brindó
a la psicología un modelo de desarrollo. Será en la segunda mitad del
siglo XIX que la psicología surge como disciplina científica autónoma de la
filosofía.
El desarrollo del pensamiento humano progresa a través de saltos cualitativos,
cambios discontinuos. Son las rupturas epistemológicas que plantea G. Bachelard
(1934) o los cambios de paradigma que formula T.S. Kuhn (1962) a través de los
cuales se cambia la perspectiva, se realiza un enfoque cualitativamente distinto de
los hechos.

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LA PSICOLOGIA SOCIAL

Definir la psicología social es una tarea cercanamente ligada a la práctica de la


misma y a la posición teórica que se adopte en el abordaje de la psicología frente a la
problemática de la interacción entre individuo y medio ambiente, individuo y sociedad,
dos ejes centrales en una polémica medular en la psicología desde su constitución como
disciplina independiente.
Amalio Blanco Abarca, catedrático de psicología social en la Universidad
Autónoma de Madrid, considera que hay tantas definiciones de Psicología Social y tantas
Psicologías Sociales como profesionales la practican. Según este autor, la psicología
social es como un personaje que se esconde detrás de diversas máscaras con cierta
coherencia y unidad.

Lo que caracteriza a la Psicología Social es el concepto de relación,


interdependencia, interacción, influencia - modificación de la conducta y las creencias
de una persona debido a la presencia de otros. La Psicología Social enlaza la conducta a
fenómenos micro y macrosociales. La Psicología Social implica una perspectiva - no
individual – para enfrentar la problemática humana.
La psicología social aborda la experiencia subjetiva de las personas, tal como se
construye en la interacción social. Las personas intentan explicar sus experiencias de
vida, atribuyendo significados intersubjetivamente a las circunstancias vividas. A ello
aluden W.I. Thomas y su “definición de la situación” que se refiere a los significados que,
atribuídos a la experiencia humana, construyen la realidad social; Kurt Lewin en la idea
de un “ambiente psicológico” con el cual designa los espacios plenos de significado en la
conciencia del hombre o Fritz Heider con su teoría de la “psicología naive”, con la cual
considera que al explicar la realidad, todos somos psicólogos ingenuos.

En el abordaje de esta problemática, diferentes teorías psicológicas intentaron


enfatizar algún aspecto de la relación, que lejos de cualquier intento de integración
teórica, generó una multiplicidad de teorías de corto o medio alcance que fueron
abordando temas específicos y abrieron nuevos campos de investigación. La psicología
social se desarrolló en un terreno empírico al ritmo de las demandas de la sociedad y de la
utilidad de las respuestas que fue brindando. Esta situación posibilitó importantes
desarrollos metodológicos y técnicos y la elaboración de modelos conceptuales teóricos
cada vez más rigurosos.

D. Cartwright intenta una definición de la psicología que sintetice sus dos


orientaciones: “La psicología social es una rama de las ciencias sociales que intenta
explicar cómo la sociedad influyó en la cognición, la motivación, el desarrollo y el
comportamiento de individuos y es influida por ellos”. El autor destaca las relaciones
recíprocas entre sociedad e individuos a través de dos constructos básicos, el ambiente

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social (normas, roles, grupos, organizaciones, redes sociales) y comportamiento social
(enactuar un rol, ejercer poder, votar, liderar).
Si bien es una disciplina joven con dificultades temáticas y metodológicas, la
diversificación en la población de psicólogos sociales puede ser un interesante incentivo
para la innovación y la creatividad.

EL CONTEXTO SOCIAL EN EL SURGIMIENTO DE LA PSICOLOGIA


SOCIAL

Al trazar los orígenes históricos de la Psicología Social, Gordon Allport (1954)


considera que las raíces de la Psicología Social yacen en el terreno intelectual de la
tradición occidental europea y, en cambio, su florecimiento más reciente es un fenómeno
característicamente americano, especialmente en el período inmediatamente posterior a la
Segunda Guerra Mundial.
El contexto histórico social de desarrollo de la Psicología Social estuvo
fundamentalmente signado por los avatares de la Segunda Guerra Mundial en Europa y
por la gran cantidad de problemas y necesidades críticas que requerían respuestas
urgentes que produjo – combatir la desmoralización de la población, estudios de
actitudes, relaciones internacionales, adaptación de los soldados a la vida en el ejército y
el combate (Stouffer et al., 1949, The American Soldier), problemas psicológicos
acarreados por una economía de guerra -.

D. Cartwright identifica a la Segunda Guerra Mundial como la influencia más


poderosa en el desarrollo de la Psicología Social y a Adolfo Hitler como la persona que
mayor impacto tuvo tanto en el surgimiento de problemas humanos como en la búsqueda
de soluciones. Su marcado antiintelectualismo y antisemitismo contribuyó tanto al
importante flujo migratorio de científicos europeos a Estados Unidos (K. Lewin, F.
Heider, Köhler, Wertheimer, Katona, Lazarsfeld, Brunswik) con el consiguiente retraso
de la psicología social europea, como al crecimiento de focos de desarrollo de psicólogos
sociales en Estados Unidos que adhirieron al paradigma conductista y a la ideología
política americana, la defensa de la democracia, la importancia del individuo, la creencia
en el progreso humano a través de la racionalidad y la educación. K. Lewin dirá: “Creer
en la razón es creer en la democracia, porque garantiza a las personas que razonan un
status de igualdad” (1948).

LOS PRECURSORES

Los comienzos de la Psicología Social se remontan a fines del siglo XIX, en


Francia, con los trabajos de Gabriel Tarde (Francia, 1843-1904, Las leyes de la
imitación, 1890 y Estudios de Psicología Social, 1898) y en Austria, con el aporte de
Gustav Ratzenhofer (Die Soziologische Erkenntnis – La Toma de conciencia sociológica,
1898).
Gabriel Tarde fue reconocido tardíamente como un precursor de la Psicología
Social, asociado a la figura de Emile Durkheim, con quien polemizó acerca de la
influencia fundante del ser humano:lo individual vs. lo social.

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Así como Durkheim afirmaba que lo social, las normas sociales son exteriores al
individuo y ejercen sobre él una coerción que le es extraña, Gabriel Tarde enfatizó el
papel del individuo, de sus innovaciones y sus invenciones sobre el desarrollo social. La
persona, según Tarde, interioriza las normas que se transforman en lo más íntimo del
sujeto. La conciencia colectiva no tiene una existencia independiente de los individuos.
Asimiladas a la conciencia, la coerción normativa se hace interior, frente a las creencias y
deseos. Esta idea es germen de posteriores estudios de opiniones y actitudes.
Es a través del estudio de la imitación (Las leyes de la imitación, 1890) por lo que
se incorporó la figura de Gabriel Tarde a la historia de la Psicología Social, no siempre
con un énfasis correcto en lo que para G. Tarde fueron los conceptos fundantes de la
Psicología Social.
Tarde subraya el carácter dinámico y selectivo de la imitación. Somos el resultado
de la combinación de una multiplicidad de otros. Tarde preanuncia así la posterior teoría
del rol y la perspectiva social del sí mismo que deriva de “asumir el rol del otro”.
El estudio del individuo puede aplicarse al conocimiento del grupo, ya que éste
está compuesto por individuos y la consideración de las relaciones sociales –
interpsicología - está asociada con un claro énfasis en lo interaccional, que Tarde
denomina intermental e interespiritual. La interpsicología se refiere, en G. Tarde, a la
reciprocidad de las imitaciones. En el proceso social, los individuos se influyen
recíprocamente, construyendo una conciencia colectiva. La interacción entre las
“conciencias”, la conversación perfila la posterior teoría de la comunicación.
Tarde anticipa también desarrollos metodológicos y técnicos futuros, la creación
de laboratorios de interpsicología, el uso de estadísticas y de la observación.

En Alemania, en la segunda mital del siglo XIX, cobra importancia la


transformación universitaria generada por Humboldt que enfatiza la importancia de la
investigación y que atraerá 10.000 estudiantes americanos a Alemania entre 1865 y 1914.
Se discuten dos formas de conocimiento: Natürwissenschaft/ Geisteswissenchaft,
ciencias naturales/ ciencias humanas y sociales, que responden a dos filosofías
diferentes, el paradigma cartesiano frente al paradigma hegeliano. Descartes preparó el
terreno para la emergencia de las ciencias naturales en los siglos XVII y XVIII y Hegel lo
hizo para el surgimiento de las ciencias humanas y sociales en los siglos XIX y XX a
través de su “Fenomenología del Espíritu” y el acceso al saber absoluto, a la
consideración de la subjetividad, de la interioridad, el self considerado en relación al
otro, superando la dicotomía.
Este fue el contexto conflictivo en el que surgió la psicología como ciencia
experimental y social.
En la historia de la psicología se destaca la figura de Wilhem Wundt (1832-
1920), un científico prolífico que crea simultáneamente
- una psicología experimental – no social – como disciplina autónoma,
ciencia de la naturaleza
- una metafísica científica y
- una psicología social histórica –ciencia social no experimental-
ciencia del espíritu.

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La creación de la psicología fisiológica experimental (Grundzüge der
Physiologische Psychologie – Rasgos fundamentales de la Psicología Fisiológica, 1873-
74 - coincide con la del primer laboratorio de Psicología(1879). Wundt crea una
psicología que estudia estados o contenidos de la conciencia, procesos sensoriales
básicos, con el método de la introspección o análisis de la experiencia consciente,
acentuando la consideración de lo psíquico como estructura de sensaciones y
sentimientos.
La introspección se manifiesta para el sujeto como percepción interna de
elementos de la propia conciencia, la reacción a un estímulo mensurable, una conciencia
que aísla al individuo de los otros y del fenómeno cultural. El objeto legítimo de la
investigación científica es aquello presente en la conciencia. “...el único camino que la
Psicología puede tomar es aquél que parte de los más elementales problemas de la vida
anímica, los cuales se hallan ocultos en los fenómenos de la percepción sensible...” dirá
W. Wundt en 1920. Wundt insiste en la cuantificación y control de las variables
psíquicas, aspectos centrales del método experimental.

De especial interés para la Psicología Social es su Psicología de los pueblos.


Apuntes para una psicología histórica del desarrollo de la humanidad (1916, 10 tomos),
un trabajo de corte etnológico que estudia las formas de comportamiento colectivo, los
procesos mentales que trascienden a los individuos y que surgen por asociación en una
comunidad cultural y son importantes para la comprensión de procesos cognitivos
superiores no cognoscibles por introspección. Estudia la relación entre lenguaje y
pensamiento.
Con esta obra, Wundt desarrolla la historia psicológica de la humanidad, diferente
de una psicología de la conciencia individual, aborda el Volkgeist o espíritu o mente del
pueblo, buscando aquello que hace de varios individuos un solo pueblo, cómo la
diversidad se transforma en comunidad , fenómeno inexplicable desde la perspectiva
individual. Wundt apunta a mostrar los espíritus y mentes de diferentes pueblos, razas y
comunidades, cómo piensan, hacen y se instalan en el mundo, así como los productos
culturales, el lenguaje, las costumbres, los mitos, la religión, la magia y las cogniciones.
La cultura se define como un proceso colectivo influído por los cambios históricos.
Analiza la mente en sus manifestaciones externas, es decir, en términos de cultura que se
halla más allá del percatamiento individual consciente. Wundt busca develar los procesos
mentales superiores, producto de creaciones sociales, culturales y artísticas únicamente
explicables a partir de un punto de vista histórico.
Estas ideas de Wundt tienen un antecedente importante en la psicología social
rusa (aproximadamente 1860), una psicología de corte etnográfico que estudia los
procesos mentales como un producto histórico y cultural, otorgándole especial relevancia
al papel del lenguaje en la construcción de un pensamiento compartido. Estas son las
ideas que retomará años más adelante Lev Vigotski.
La obra de Wundt es producto del pensamiento alemán, enraizado en el esfuerzo
de creación de un Estado-Nación, como división político – administrativa y con el
desarrollo de una conciencia nacional en el siglo XVIII que propenderá el surgimiento
posterior del nacionalismo.
La influencia del pensamiento de W. Wundt será notable en alguno de sus
coetáneos como Emilio Durkheim, en particular sobre la consideración del hecho social

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como algo externo al individuo que no puede ser comprendido desde la perspectiva
psicológica individual, en el abordaje sociológico de la moralidad y en la diferenciación
entre representación individual y representación colectiva.

Wundt influyó en importantes pensadores de la psicología como George H.Mead,


Lev Vigotski y A. Luria, quienes señalan el surgimiento de los procesos mentales ligados
a los procesos históricos y sociales y en particular a la comunicación.
Los aportes de Wundt serán el germen de una de las dos tradiciones históricas de
la psicología social: la Psicología Social Sociológica, que estudiará la conciencia
individual como resultado de la creación de significados en la interacción social. Algunas
de las figuras relevantes que fueron influídas por Wundt fueron G.H.Mead y W.I.
Thomas.
W. Wundt fue una figura clave para todo el devenir de las ciencias sociales del
siglo XX. Trazó líneas de pensamiento que fueron seguidas o refutadas pero, de ningún
modo ignoradas. Su ascendencia se vio reflejada en la psicología social, en el
psicoanálisis (S. Freud, Totem y tabú), en la lingüística, en la sociología, en la
antropología cultural y social.
Fue un hombre que realizó un trabajo sistemático y constante a lo largo de muchos
años. Su producción significó cambios fundamentales en el pensamiento acerca del
hombre. Separó la psicología de la especulación metafísica y la convirtió en ciencia
experimental, muy cercana a los desarrollos de la biología y creó una psicología social no
positivista, ligada a los desarrollos de una historia de la cultura y a la comprensión de la
conducta humana, emergiendo de la interacción en contextos sociales.

Francia es también la cuna de algunos pensadores cuyos aportes fueron cruciales


para la psicología social. Emilio Durkheim (1858-1917), sociólogo positivista vinculado
a los orígenes de la sociología en Francia, enfatizó la primacía de lo social por encima de
lo individual. Lo social es irreductible a una explicación psicológica individual, posee
características peculiares y es anterior a la existencia del individuo. “La causa
determinante de un hecho social debe ser buscada en otros hechos sociales precedentes y
no en los estados de conciencia individual” (E. Durkheim, 1894, Las reglas de método
sociológico). Este fue el punto sobre el cual polemizó con Gabriel Tarde acerca de la
primacía fundante de los fenómenos humanos: lo social vs. lo individual.
Le interesa a Durkheim la relación del individuo con la solidaridad social y cómo
diferentes formas de organización social generan sistemas organizados de creencias y
conocimientos sobre la realidad, las categorías básicas del pensamiento y la conciencia
colectiva que los psicólogos sociales actuales tomarán como piedra angular en el
desarrollo de la noción de representación social. De hecho, Durkheim diferencia las
representaciones individuales, estudiadas por los psicólogos, de las representaciones
colectivas que los sociólogos estudian tomando objetivamente los hechos sociales. Esta
es el área que S. Moscovici retomará más adelante en su teoría de las representaciones
sociales (1961) que indica el punto de síntesis de la anterior antítesis durkheimiana entre
la primacía de lo individual vs. lo social, una perspectiva más sociológica de la psicología

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social. Durkheim sostenía que había que tomar para su estudio “a los hechos sociales
como cosas”, factibles de ser analizados objetivamente.

Es también en Francia que surge la consideración de la conducta de las masas, en


la figura de Gustavo Le Bon, un noble preocupado por la irrupción de las masas a partir
de la Revolución Francesa. Se hacía necesaria una disciplina que explicara el
comportamiento social, conocer los mecanismos del control social frente a una Europa
convulsionada, signada por cambios drásticos y acelerados, movimientos políticos
revolucionarios, procesos de industrialización y urbanización, con los correlatos sociales
de migraciones, división y enfrentamiento de clases.
Para G. Le Bon (“La Foule”, 1895), los fenómenos de masas eclipsan todas las
características humanas individuales positivas. El ascenso de las masas coincide con la
declinación de la civilización, ya que el “alma colectiva”, a través de la sugestión y el
contagio, propende una conducta inconsciente e irracional, de modo que los hombres
“sienten, piensan y actúan de un modo completamente distinto a como lo haría cada uno
de ellos por separado”. La masa se transforma así en una entidad psicológica distintiva e
independiente de los miembros que la componen. Le Bon acerca su consideración de las
masas a las entidades psicopatológicas de su tiempo y a los abordajes de intervención en
boga, la hipnosis como forma de control social presente tanto en los métodos curativos de
la histeria como en los fenómenos de masas espontáneos.
Los estudios precursores sobre psicología de las masas y psicología colectiva
sentarán las bases para la moderna psicología social europea, que tanto peso e
importancia le otorga a los condicionamientos sociales de la conducta humana.

HISTORIA DE LA PSICOLOGIA SOCIAL

En Estados Unidos la Psicología Social hace su aparición en 1908, con la


publicación de dos manuales: Edward Ross (Social Psychology) y William Mc.Dougall
(Introduction to Social Psychology).

Edward Ross recibe la influencia de Gabriel Tarde y de la psicología colectiva


europea y postula una psicología social que estudia las conductas resultantes de las
influencias interindividuales, de las interacciones sociales, tales como se dan en las
situaciones de invención – combinación original de ideas en la mente individual – y
sugestión e imitación – acción de unas mentes sobre otras -.
Ross inscribe así a la psicología social como parte de la sociología, estudiando las
uniformidades en la conducta humana debidas a causas sociales, tales como el lenguaje,
los mitos, las costumbres, una psicología de las modas colectivas.

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Ross destaca la imitación como explicación de la conducta. Si bien las ideas de
Ross se enlazan a desarrollos posteriores sobre comunicación persuasiva (Hovland,
Janis), su psicología social fue soslayada debido a la fuerza que cobró la tradición de la
psicología social psicológica.

William Mc. Dougall (1871-1938) desarrolló inicialmente una psicología


individual (Introduction to Social Psychology, 1908). Considera a los instintos como
origen o causa de la conducta humana individual o social. Cada instinto se corresponde
con una conducta específica a la que explica y su correspondiente expresión emocional,
como, por ejemplo, el instinto de huída se corresponde con el temor.
La influencia social tiene una importancia secundaria en este período de su
desarrollo teórico, ya que los componentes emocionales de los instintos son inmutables.
Para Mc. Dougall existen instintos sociales que determinan la conducta social. Estas ideas
influirán en el pensamiento de George Mead quien destaca la existencia de instintos
sociales – formas de reacción del organismo frente a los estímulos – como condición
necesaria para el surgimiento de la conciencia social. Influyó asimismo sobre S. Freud y
sobre el trabajo de los etólogos.
Sobre el pensamiento de Mc. Dougall pesaron fuertes críticas: por su posición
biologista e instintivista de la conducta humana y por consiguiente la fijeza e incapacidad
de cambio del ser humano.
Sin embargo, la producción posterior de Mc. Dougall (The Group Mind, 1920)
incursiona en la psicología colectiva, con una perspectiva genética y más social de la
mente humana que “está moldeada por la sociedad en la que se desarrolla”, siendo el
producto de la interacción humana.
El grupo tiene un poder de influencia sobre las conciencias individuales. Aboga
por la existencia de una conciencia colectiva, un espíritu de grupo que se impone sobre
las conciencias individuales a través de la sugestión. Con este planteo Mc. Dougall pega
un viraje desde su primitiva concepción instintivista e individualista hacia un énfasis
prioritario en los procesos sociales. Aborda temas como la moral de los ejércitos, las
iglesias, el nacionalismo como sentimiento moral y el carácter nacional, la
desorganización de las multitudes. Habrá que esperar aún los planteos de George Mead
para integrar en un proceso único lo individual y lo social.

En la historia de la Psicología Social prevalecieron dos corrientes: la Psicología


Social Psicológica y la Psicología Social Sociológica, cada una como derivación de una
tradición de pensamiento.

La Psicología Social Psicológica deriva de la psicología general y surgió a


principios del siglo XX, fundamentalmente en Estados Unidos, vinculada al conductismo,
- escuela dominante en Estados Unidos en la primera mitad del siglo XX – en tanto éste
fue una reacción al introspeccionismo – de Wundt -, al instintivismo y a las teorías sobre
la mente de grupo – de los dos períodos de Mc. Dougall. La psicología dejó de ser la
ciencia de la mente para transformarse en ciencia de la conducta.
Desde esta posición epistemológica (positivismo lógico) se enfatizó la posibilidad
de estudiar la conducta observable, desde una aproximación externa a la gente. Se utilizó
básicamente el método experimental en el trabajo en los laboratorios, intentando formular

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leyes generales sobre la conducta social. Desde esta perspectiva, la psicología social se
desarrolló como una disciplina empírica y experimental, en abierta oposición a los
métodos academicistas de la filosofía social de fines del siglo XIX.
Los cambios históricos y sociales constituyeron los basamentos para el
surgimiento de un nuevo paradigma – en el sentido de T. Kuhn - de un nuevo abordaje
teórico y metodológico en la consideración de los problemas de interacción
hombre/medio.
Lo importante era observar y medir lo que la gente hacía, desatendiendo, a veces,
a lo que pensaban, como en los planteos radicales de Watson.
La unidad de estudio y conceptualización fue el individuo y su forma de
relacionarse con el medio circundante.

Floyd Allport (Social Psychology, 1924) definirá la Psicología Social como el


estudio de la conducta social, “estimulaciones y reacciones que surgen entre los
individuos y la parte social de su medio”. Floyd Allport representa la principal oposición,
en la psicología social norteamericana, contra los enfoques anteriores centrados en los
fenómenos colectivos.
Si bien su planteo deriva de los postulados del conductismo, también incorpora a
la conciencia como parte del estudio de la conducta. La conciencia es una respuesta
individual, de índole fisiológica, frente a estímulos del medio social, no una explicación
de la conducta.
La posición de F. Allport, en psicología social, es de corte individualista,
biologista, incluso para la explicación de fenómenos grupales. Plantea que los
mecanismos comportamentales y la conciencia son un fenómeno individual,
fundamentales para la comprensión de la interacción entre individuos. No existiría una
psicología de grupos que no fuera esencial y completamente una psicología de individuos.
Su trabajo sobre facilitación social en Harvard (1924) señala la importancia de la
presencia de otros sobre la ejecución de la tarea de un individuo a través de la sugestión
que favorece respuestas a través de la liberación de impulsos individuales.

Son muchos los nombres que podemos mencionar en este grupo, muchos de ellos
corresponden a los padres fundadores de la Psicología Social, algunos de ellos emigrados
de Europa, luego del ascenso de Hitler al poder y la consiguiente persecución nazi:
Sheriff (estudio experimental sobre formación de normas –efecto autokinético, 1936 -),
Theodore Newcomb (estudio longitudinal de cambio de actitudes por influencia del
grupo de referencia en estudiantes del Bennington College, 1943), Gordon Allport (La
naturaleza del prejuicio, 1954) y su clásica definición de la psicología social como el
intento de comprender y explicar cómo los pensamientos, sentimientos y
comportamientos individuales son influídos por la presencia real o imaginaria de los
otros (The historical background of modern social psychology, 1968) , Michael Argyle,
E. Hollander, Solomon Asch (estudios sobre conformidad y formación de impresiones),
Leon Festinger (estudios de cambio de actitudes –teoría de la disonancia cognitiva-), para
sólo nombrar a algunos. Buscaron describir procesos psicológicos en términos de
interacción entre sujetos individuales, actitudes consideradas como representaciones
individuales, motivación, conformidad, liderazgo, la comunicación persuasiva, los

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conflictos raciales. Hicieron desarrollos metodológicos y técnicos para poder medir,
controlar y modificar problemas cotidianos, tales como el desarrollo de escalas para la
medición de las actitudes (Bogardus, 1926; Thurstone, 11929; Likert, 1932).
Las problemáticas abordadas, especialmente durante la Segunda Guerra Mundial,
se dirigían a la solución de urgentes problemas nacionales.

Uno de los trabajos más descollantes en la historia de la Psicología Social


Psicológica fue la investigación experimental de Stanley Milgram (universidad de Yale,
1960-63) que puede considerarse un experimento crucial en la historia de la disciplina.
Milgram reconoce su deuda teórica con las contribuciones de Teodoro Adorno,
Hanna Arendt, Erich Fromm, Max Weber y Alex Comfort en su interés por estudiar las
razones por las cuales la gente obedece a órdenes criminales emitidas por una autoridad
legítima.
Milgram se pregunta “¿somos todos nazis?” Y evalúa la obediencia, es decir la
compulsión a hacer el mal, como resultado de factores contextuales: la presencia de una
autoridad legítima que se hace cargo de las decisiones, el alejamiento de la víctima y el
procedimiento escalonado, por etapas en el cumplimiento de órdenes criminales.
Con esta experiencia, Milgram intentó explicar cómo desde el comportamiento de
personas que individualmente eran “buenos ciudadanos” se llegó a un programa de
exterminio masivo: el Holocausto.

Un hecho relevante fue la emigración de psicólogos guestaltistas a Estados


Unidos, algunos particularmente talentosos, cuyos trabajos tuvieron importantes
consecuencias para el desarrollo de una psicología social experimental. Kurt Lewin y sus
discípulos (Festinger, Schachter, Cartwright, Heider) hicieron contribuciones
significativas.
Del aporte de estos autores fue emergiendo con el tiempo la psicología social
cognitiva, cuyas raíces europeas se encuentran en la fenomenología y cuya eclosión se
produce en los Estados Unidos. Los psicólogos sociales fueron cognitivistas antes del
surgimiento del cognitivismo en el resto de la psicología, debido a la fuerte influencia del
movimiento de la Gestalt.
Las ciencias cognitivas emergen de la colaboración de psicólogos, ingenieros de
comunicación y de sistemas en la posguerra.

La Psicología Social Sociológica, más emparentada con la sociología, estuvo


vinculada con el interaccionismo simbólico, escuela que se desarrolló en la universidad
de Chicago, a principios del siglo XX.
Para este grupo de pensadores, entre quienes se encuentran Charles Cooley, W.
Thomas y una de las figuras más relevantes de la Psicología Social, George H. Mead, las
influencias más importantes sobre la conducta son las simbólicas, que derivan del uso del
lenguaje en la interacción y que impregnan de significado la conducta social. La persona
se va conformando a través de la internalización de los significados plasmados en la
interacción social e incorporada al sí mismo. Esto le posibilita ver el mundo tal como lo

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ven los demás. El proceso de convertirse en “persona” implica, de este modo, un
desarrollo evolutivo.
Algunos de los desarrollos salientes de este grupo fueron referidos a los pequeños
grupos, el grupo de referencia y la teoría de los roles.

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