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Universidad de sucre

Facultad de educación y ciencias

Programa de derecho

Sexto semestre

Derecho procesal laboral y de la seguridad social

Docente:

Gerardo Mendoza Martínez

Estudiantes:

Natalia Andrea Duque Villalba

Laura Vanessa Fuentes Galván

Carlos Andrés Pérez Ortega

Diego Andrés Pérez Villalba

Sally Marcela Vergara Ruiz

24/05/2022
PRINCIPIOS FUNDAMENTALES DEL PROCEDIMIENTO LABORAL

A) ORALIDAD:

En este caso no se especificó que sentencia estudiar para el principio de oralidad,


así que, con el fin de realizar un correcto estudio del procedimiento laboral, se
investigaron sentencias en las cuales se estudiará este principio. Se seleccionó la
sentencia C-583/16, que corresponde a una demanda de inconstitucionalidad, en
la cual la Corte Constitucional, se manifiesta sobre el tema.

Sentencia C-583/16

Situación fáctica:

Los ciudadanos Laura Alarcón y Carlos Martínez, en ejercicio de la acción pública


de inconstitucionalidad, demandaron los artículos 5 y 12 de la Ley 1149 de 2007,
al considerar que las normas vulneran los derechos al acceso efectivo a la
administración de justicia y al debido proceso. Según estos, las disposiciones
propician una limitante al tiempo concedido para el desarrollo de la audiencia y, en
consecuencia, el tiempo para la presentación y análisis de los alegatos de
conclusión resultan insuficientes, contrariando la interpretación constitucional que
la corte habría hecho sobre el contenido de los principios y derechos
contemplados en los artículos 2, 29 y 229 de la Constitución Política; antes de
entrar a analizar la constitucionalidad de las normas acusadas, pasa la Sala a
contextualizar el sentido y alcance de las mismas, a partir de las decisiones que,
en materia de oralidad ha proferido hasta el presente esta Corporación, en este
punto la Corte revisa la jurisprudencia constitucional sobre la implementación del
principio de oralidad, en los procesos laborales.

Marco normativo:

- Ley 1149 de 2007


- Constitución Política
- Sentencia C-583/16

Conceptos jurisprudenciales:

En primer lugar, al constatarse que los supuestos en los que se sustenta la


apelación en materia penal y laboral no son asimilables, no solo por la
especialidad de los asuntos que se llevan a cabo en cada una de dichas
jurisdicciones, sino porque dentro de la amplia facultad discrecionalidad del
legislador para determinar los recursos, excepciones y términos de cada
procedimiento, ha establecido el principio de la oralidad como eje rector de la
jurisdicción laboral, mientras que, en la penal, con el fin de promover la
descongestión judicial, implementó la sustentación mixta del recurso; al mismo
tiempo la Corte ha establecido que: las medidas que adecuan los procedimientos
laborales a la oralidad se desarrollan en el marco de un amplio margen de
configuración por parte del legislador, y, por tanto, se debe realizar un juicio de
razonabilidad frente a cada medida que, en principio debería ser lo ordinario, salvo
que existan razones para hacerlo más exigente. Y la finalidad de aplicar al proceso
laboral la oralidad, es buscar hacer efectivo el derecho de toda persona a acceder
a una justicia sustantiva, pronta y cumplida. Por lo que la concepción según la cual
se requeriría un término amplio para desarrollar los alegatos de conclusión y para
que luego sean evaluados por el Juez, es admisible en un modelo procesal
escrito, ya que las partes necesitan complementar y perfilar sus argumentos de
forma compleja y por escrito, y por supuesto, el juez precisa de un tiempo
considerable para leer y valorar esos textos. Es por esto que se insiste en la
implementación de la oralidad en el proceso ya que no solo implica la reducción de
tiempo sino un verdadero cambio en la cultura jurídica. Por lo que la Corte, en
ejercicio de sus funciones declara exequibles, frente a los cargos examinados, las
expresiones “no podrán” y “sin solución de continuidad” del artículo 5º de la Ley
1149 de 2007. Y “En el mismo acto” y “o podrá decretar un receso de una hora
para
proferirla” del artículo 12 de la misma norma.

B) PUBLICIDAD:
1) Sentencia T-1012 de 1999
Conceptos jurisprudenciales:
El artículo 29 de la constitución habla del debido proceso como un derecho
fundamental en cada uno de los procesos donde se establece el derecho a la
contradicción como uno de los principios del debido proceso; el derecho de
contradicción y el principio de publicidad van estrechamente relacionados,
según lo establecido en la sentencia de tutela T-1012, de 1999, esta “ impide que
existan en el proceso actuaciones ocultas para las partes o para quienes
intervienen en él por ministerio de la ley como sujetos procesales, además, tal
publicidad, resulta indispensable para la formación válida de la relación jurídico-
procesal, pues, de no ser así, el demandado quedaría expuesto a que contra él se
profiriera una sentencia adversa sin haber sido siquiera debidamente anoticiado
de la existencia de la demanda promovida en su contra. Es decir, presupuesto
necesario para que pueda existir la contradicción a lo largo del proceso, es el de la
publicidad de las actuaciones que en él se surtan, por quienes se encuentran
legitimados para el efecto. Sólo de esta manera puede tener cabal realización la
garantía democrática de que nadie puede ser condenado sin haber sido oído y
vencido en juicio. Para la publicidad se deben tener en cuenta varios factores,
estos son: el domicilio de aquel contra el cual se adelanta un proceso, fijación
digital de la comunicación y, además, ha de publicarse tanto en un periódico de
circulación en la localidad como en la gaceta oficial.

Situación fáctica:
La señora Jacqueline Orrego Toro, presentó acción de tutela en contra del
Tribunal Superior del Distrito Judicial de Medellín, Sala Civil, donde solicita la
protección de los siguientes derechos fundamentales: debido proceso, acceso a la
administración de justicia, buena fe y propiedad.
En los antecedentes se precisa que se llevó a cabo un contrato de muto entre el
Banco Ganadero –sucursal La Ceja- y las señoras María Mercedes Toro de
Orrego (madre de las siguientes), Claudia Elena y Jacqueline Orrego Toro; por el
valor de $250.000.000, que debía pagarse en tres años, con abonos trimestrales,
obligación garantizada con el pagaré No. 496 del 2 de octubre de 1995 y, con
hipoteca contenida en la Escritura Pública No. 90 de marzo 2 de 1995 de la
Notaría Única de El Retiro.
Como punto de inflexión encontramos que a la señora María mercedes toro y sus
hijas Elena y Jaqueline fueron secuestradas, por lo que incumplieron con el pago
de las cuotas y por consiguiente, el banco inicio un proceso de cobro judicial, a lo
que Jaqueline en representación de su madre y hermanas, interpone unas
causales de excepción, exponiendo lo que estaba pasando, a lo que el fallo de
primera instancia reconoció que al estar en condición de secuestradas, estas no
podían responder ante el proceso, y teniendo en cuenta los bienes, se les debía
de asignar un curador.
El banco a través de apoderado presento medios de impugnación, basado en que:
la sentencia que decidió el proceso ejecutivo configura una vía de hecho, pues se
fundó en normas que no existen o que son inaplicables y, además, por desconocer
el apoyo probatorio, en especial el testimonio del gerente de la época.
En el fallo de segunda instancia se decide, revocar la sentencia del juez
constitucional de primera instancia en lo referente a la anulación del proceso
respecto de María Mercedes Toro de Orrego y Claudia Elena Orrego Toro y,
confirma la decisión adoptada en cuanto denegó el amparo solicitado por
Jacqueline Orrego Toro. En cuanto se alega que la señora maría mercedes y la
señora Claudia Elena actuaron en el proceso mediante apoderado.
Consideraciones constitucionales, la corte constitucional afirma que se viola el
debido proceso en cuanto la publicidad y notificación del acto, en relación al
derecho de contradicción son partes esenciales del debido proceso, por lo tanto,
resuelve revocar la sentencia proferida por la Corte Suprema de Justicia, Sala de
Casación Civil y Agraria, el 14 de septiembre de 1999, y confirmar la proferida por
el Tribunal Superior del Distrito Judicial de Medellín, el 4 de agosto de 1999.

Marco normativo:
- Constitución Política
- Decreto 2591 de 1991.
- Código de Procedimiento Civil (Decreto 1400 de 1970)
- Decreto 2591 de 1991

2) Sentencia C-060 de 1994

Conceptos jurisprudenciales:
Se centra en el principio de publicidad, explicando como este es limitado
controlado por la ley:
“La publicidad del proceso surge entonces como un derecho constitucional del
acusado y una garantía jurídica, puesto que las actuaciones judiciales son
públicas con las excepciones que señale la ley, además de constituirse en una
manifestación del derecho a obtener información y del derecho a acceder a los
documentos públicos. El propósito fundamental de la publicidad de los procesos
es evitar las arbitrariedades en que puedan incurrir las autoridades judiciales, y
proporcionar al acusado un juicio justo e imparcial. Sin embargo, dicha publicidad
puede ser restringida o limitada por la ley, siempre y cuando sea proporcionada
con la finalidad protectora que se quiera cumplir, como es el caso de la reserva del
sumario, que busca proteger la recolección de datos que ayudan a determinar
responsabilidades. Tales restricciones, sin embargo, no pueden ser de tal
magnitud que hagan nugatorio dicho derecho constitucional”.

Situación fáctica:
La ciudadana María Eugenia Castellanos Cuervo en ejercicio de la acción pública
de inconstitucionalidad, solicita a la Corte que declare inexequibles los artículos 44
(en sus numerales 3 y 4), 62 y 63 del decreto 196 de 1971, por infringir distintos
preceptos de la Constitución Política, ya que la accionante alega que estos
artículos violentan el derecho a la intimidad y al buen nombre de los abogados al
someterlos a una exposición que resulta vergonzosa para ellos.
El concepto del fiscal del caso establece que: La publicación de la lista de
abogados sancionados a que aluden los artículos 44-4 y 62 del mencionado
decreto "tiene como fin informar a la comunidad" y "lograr la eficacia social de la
sanción impuesta"; por tanto no se infringe el artículo 15 de la Constitución, pues
"es precisamente aquella conducta indebida del abogado la que ha dado mérito a
que su nombre y reputación se vean malogrados y no la publicación de la sanción,
que por demás es decisión de la autoridad competente".
Y basado en el concepto de la misma corte constitucional, esta resuelve:
Declarar Exequibles Los numerales 3 y 4 del artículo 44, y los artículos 62 y 63,
excepto su literal d), del Decreto 196 DE 1971, ya que este ha sido resuelto en
sentencia C-540 del 24 de noviembre de 1993, declarándolo exequible.

Marco normativo:
- Decreto 196 de 1971
- Constitución Política

3) Rad. No. 15748 del 22 de mayo de 2001

Conceptos jurisprudenciales:

“A través del error de hecho no cabe sino la aplicación indebida de las normas
legales, ya que la infracción directa y la interpretación errónea no se configuran
por errores probatorios” (casación del 6 de abril de 1956, volumen XXIII, números
136 a 138, página 152).
Jurisprudencia laboral, cuando la acusación no se funda en la valoración
probatoria, sino en la violación de normas procesales, lo pertinente es enderezar
el ataque por la vía directa toda vez que, en realidad, antes de incurrir en yerro por
apreciación u omisión del medio o medios de convicción, que es lo que
estrictamente puede conducir al error de hecho manifiesto, lo que en realidad
infringe es la ley instrumental que gobierna la producción, aducción o validez de
los elementos de juicio probatorios legalmente admisibles.
Rad. No. 15748 del 22 de mayo de 2001. La violación de la ley sustancial por la
llamada vía directa impone a quien formula una demanda de casación el deber de
respetar las conclusiones fácticas determinantes del fallo recurrido, de modo que
no puede apartarse de los asertos de hecho que, con razón o sin ella, acogió el
sentenciador con base en las pruebas del proceso. Desde luego, si el recurrente
además de disentir del sustento jurídico de la resolución judicial, discrepa de algún
soporte probatorio, tiene oportunidad de controvertirlo, pero por la vía indirecta, y
en un cargo separado.

Situación fáctica:

En este proceso, se busca reconocer un reajuste de la liquidación por el valor de


$22.798.333,00 y la no nulidad de la nulidad pedida acerca de la conciliación
hecha por las partes, donde se falla a favor de la demandante, sin embargo, en la
segunda instancia o apelación hecha por la parte demandada contra la parte
demándate, se le reconoció que la conciliación en la cual, a la demandante se le
reconocían  la suma de $56.995.833 como compensación económica y para
conciliar cualquier derecho legal o extralegal, incluyéndose en ellos eventual
indemnización, dominicales festivos, descansos compensatorios, horas extras,
recargos, primas de alimentación, de antigüedad, ambiental, viáticos, uniformes,
vacaciones y cualquier otra suma que le hubiere correspondido, a su vez le
reconocieron el valor de sus prestaciones sociales, por ser un acuerdo de
voluntades y como y no versó sobre derechos ciertos e indiscutibles, por tanto
tiene efectos de cosa juzgada.
En el recurso de casación, la demandante solicita: “se case en su totalidad la
sentencia de segunda instancia, Y pido así mismo que la Honorable Corte, en su
carácter de Tribunal de Instancia, dicte sentencia acogiendo las pretensiones de la
demanda…”; termina solicitando que se mantengan los ordinales primero y tercero
de la sentencia de primera instancia y se revoquen los ordinales segundo, cuarto,
quinto y sexto de la providencia acogiendo las pretensiones de la demanda”.
Sin embargo, la Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Laboral,
administrando justicia en nombre de la República y por autoridad de la Ley, no
casa la sentencia de fecha 11 de octubre de 2000, proferida por la Sala Laboral
del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Cartagena, en el juicio seguido por
Carmen Cecilia tinoco guerrero contra Empresa de servicios públicos distritales de
Cartagena en liquidación.

Marco normativo:
- Código de procedimiento civil. (Decreto 1400 de 1970)
- Decreto 2651 de 1991
- Código de Procedimiento laboral (Decreto-ley 2158 de 1948)
- Decreto 2651 de 1991
- Ley 153 de 1887

C) INMEDIACIÓN:

1) Sentencia C-543 de 2011

Conceptos jurisprudenciales:

Obtiene realce el principio de inmediación, así como el de oralidad, que van de la


mano para un correcto ejercicio de la justicia en los asuntos laborales. La
sentencia C-124 de 2011 explica al principio de inmediación como “la constatación
personal del juez y las partes del material probatorio y las acciones
procedimentales en sí mismas consideradas, dirigidas a la formación de un criterio
íntimo y directo sobre los argumentos fácticos y jurídicos relacionados con el
caso”. Esta sentencia, además arguye la jurisprudencia de la Corte, la cual expone
al principio de inmediación como uno de los que permite la correcta interpretación
y estructuración de las normas jurídicas, dado que el juez debe asume una
relación directa con el proceso, incluyendo a las partes y los demás intervinientes,
sin excluir el material que haga parte del mismo. Por lo cual, añade la corte “es
más posible descubrir la verdad de los hechos y proferir una decisión justa”.

Situación fáctica:

Hernán Darío Velásquez Gómez interpuso acción de inconstitucionalidad contra el


artículo 25 de la ley 1395 de 2010: “por la cual se adoptan medidas en materia de
descongestión judicial”, dicho artículo modifica el 432 del Código de Procedimiento
Civil. El accionante interpuso el recurso precisamente contra una parte del
numeral cuarto del artículo mencionado, donde se establece que la sentencia
emitirá en la misma audiencia, añadiendo además que “si fuere necesario, podrá
decretarse un receso hasta por dos horas para el pronunciamiento de la
sentencia”. Alegando que “esta disposición vulnera el Preámbulo de la
Constitución y los artículos 2, 29, 228 y 229 de la misma”.

Marco normativo:

- Constitución Política de Colombia de 1991


- Ley 1395 de 2010
- Código de Procedimiento Civil
- Decreto 2067 de 1991
- Ley 1285 de 2009

2) Sentencia C-124 de 2011

Conceptos jurisprudenciales:

“La inmediación, como es sabido, versa sobre la constatación personal del juez y
las partes del material probatorio y las acciones procedimentales en sí mismas
consideradas, dirigida a la formación de un criterio íntimo y directo sobre los
argumentos fácticos y jurídicos relacionados con el caso.  Sin duda alguna, la
inmediación tiene profundos efectos en la debida administración judicial, puesto
que permite la consecución de más y mejores decisiones, lo que redunda en la
satisfacción del valor justicia, nodal para el Estado constitucional.

Situación fáctica:

Demanda de inconstitucionalidad por parte del señor Klaus Prieto, contra el


numeral segundo, literal a, del artículo 25 de la ley 1395 de 2010, la cual modifica
el artículo 432 del Código de Procedimiento Civil. Con precisión se demandó el
apartado que declara que “En ningún caso habrá lugar a objeción del dictamen”. El
demandante argumentó que el enunciado señalado contraría lo dispuesto en los
artículos 2, 29 y 228.

Sintetizando, el señor Klaus considera que la expresión señalada extralimita de la


libertad de estructuración de los procesos y las actuaciones judiciales, que la
Constitución ha otorgado. Dado que al no permitir que las partes puedan objetar el
dictamen pericial, se elimina la posibilidad de controvertir el estudio y la experticia
del perito, lo que, asegura el demandante, afectaría el derecho a la contradicción y
la defensa. Concluye, además, que la medida bordada por la norma no es la
adecuada para el fin que persigue, ya que puede traer un aumento de tutelas
como reacción por la negación de la contradicción al dictamen, lo que, en lugar de
acelerar los procesos, los ralentizaría.

Marco normativo:

- Constitución Política
- Código de Procedimiento Civil
- Ley 1395 de 2010

3) Sentencia de la Corte Suprema con Rad. No. 11386 del 11 de marzo de


1999
Conceptos jurisprudenciales:
Analiza la Corte la jurisprudencia, con la cual explica:
"(...) Además, la limitación fijada por la ley a la Corte cuando actúa como Tribunal
de Casación en asuntos laborales, no es más que una consecuencia lógica de la
consagración y aplicación de los principios de oralidad, inmediación y libre
apreciación probatoria en los juicios de trabajo. Es, en efecto, al juez de primera
instancia a quien corresponde principalmente la valoración de las pruebas, pues
el dicho juez es funcionario que actúa como instructor del proceso. Por lo mismo,
en la alzada, al Superior fundamentalmente le compete ejercer un control de
legalidad, no debiendo en principio separarse de las apreciaciones de su inferior
sobre el grado de credibilidad que le hubieren merecido la exposición de un
testigo, sin importar si ha sido citado por el empresario o el trabajador, a quien el
juez directamente oyó rendir declaración, salvo cuando esa valoración aparezca
clara y frontalmente contradicha con medios de convicción que, tal cual ocurre
con el documento auténtico, la confesión judicial y la inspección ocular, permitan
registrar de manera evidentemente objetiva e irrefragable hechos distintos u
opuestos a los afirmados en el testimonio (...)"

Situación fáctica:

El señor Luis Nieto demandó a la Empresa de Energía de Bogotá, con la


pretensión de que se le reintegrara a su cargo. Junto con el pago de salarios y
prestaciones laborales que dejó de percibir por desde el momento de su
separación de la compañía el 19 de febrero de 1992. Además, reclamó la
indemnización por despido injustificado, a su vez “la pensión restringida de
jubilación o las sanciones supletorias establecidas en las normas que regulan el
Instituto de Seguros Sociales; la indemnización moratoria que trata el decreto
797 de 1949”. Explicando que empezó su relación laboral el 2 de abril de 1979,
siendo su último cargo el de electricista de mantenimiento II, y que, mediante
oficio de 19 de febrero de 1992, la empleadora dio por terminado su contrato por
causales que, según el demandante, nunca se dieron.

En primera instancia se falló en favor del demandante. En segunda instancia, el


Tribunal sentenció en favor de la empresa, razón por la cual el señor Luis
demanda casación de esta última sentencia.

Marco normativo:
- Decreto 797 de 1949.
- Código Procesal Del Trabajo.
- Código Sustantivo Del Trabajo
- Código Civil.
- Ley 6ª De 1945.
- Decreto 2127 De 1945.
- Decreto 1042 De 1978.
- Decreto 797 De 1949.
- 2164 De 1959.
- Ley 171 De 1961.
- Decreto 2351 De 1965.
- Decreto 1373 De 1966.
- Ley 48 De 1968
- Acuerdo 029 De 1985 Aprobado Por El Decreto 2879 Del Mismo Año
- Acuerdo 49 De 1990 Del Instituto De Seguros Sociales Aprobado Por El
Decreto 758 De 1949.
- Código De Procedimiento Civil.

D) CONCENTRACIÓN:

Rad. No. 7023 del 20 de octubre de 1994 (Corte Suprema de Justicia, Sala
de Casación Laboral).

Situación fáctica:
El señor Isidro Martínez Martínez demando a la compañía EDIS para que fuera
condenada a reintegrarlo a su trabajo en las mismas circunstancias en que se
encontraba al momento del despido, además del consiguiente pago de los
salarios que dejo de recibir durante el tiempo que dure cesante, con los
incrementos legales correspondientes. Y subsidiariamente demanda reajuste
de cesantías y sus intereses incluyendo todos los factores salariales que no se
tuvieron en cuenta tales como: recargos por trabajo dominical y en días
festivos, primas etc.
Este presto sus servicios mediante contrato de trabajo, del 16 de marzo de
1976 al 18 de noviembre de 1991, cuando la empleadora decidió
unilateralmente y sin justa causa el despido. El salario promedio fue de
$450.000,00.
La primera instancia culminó con:
1, condenar a la empresa EDIS a pagar al señor isidro
A, $28. 400. oo por prima alimenticia
B, $8.841,81 diarios a partir del 27 de marzo de 1992 y hasta cuando se
cancele el total de la obligación.
En segunda instancia se le desconocen todas las pretensiones al demandante
y se falla a favor de la demandada empresa EDIS.
En la sentencia del recurso de casación el tribunal falla a favor del señor isidro
Martínez y declara casada la sentencia, por lo que le reconoce las
pretensiones principales.

Marco normativo:
-Código sustantivo del trabajo
-Código de procedimiento laboral (Decreto-ley 2158 de 1948)
-Código de procedimiento civil (Decreto-ley 1400 de 1970)

Conceptos jurisprudenciales:

Este principio está unido con el principio de la economía procesal, básicamente


lo que busca es que el proceso se lleve a cabo en el menor número posible de
audiencias, dicho de otra manera, busca que en el curso de un proceso se
desarrolle el mayor número de actos procesales en el menor número de
audiencias, es decir:
•Que se desarrolle o adelante el proceso sin dilaciones injustificadas.
•Que no desaparezcan de la memoria del juez las audiencias que ha
presenciado.
Lo anterior tiene la intención de evitar un mayor desgaste en la administración
de justicia, adicionalmente, mediante sentencia de la corte constitucional C-
543 de 2011 se afirmó que el principio de concentración busca que el
desarrollo del proceso se efectúa en una o pocas audiencias. (Pulgarín María.
C)
La concentración, que busca que el desarrollo del proceso se efectúe en una o
pocas audiencias, tiene incidencia directa en el logro de un procedimiento sin
dilaciones injustificadas, en la medida en que supera las dificultades que sobre
ese particular presenta el trámite escrito que, por su misma naturaleza, suele
dilatarse en el tiempo (…) La concentración, en relación a la actividad
probatoria, comporta que ésta se desarrolle en una sola audiencia, o de ser
imposible, en varias, próximas en el tiempo al objeto de que no desaparezcan
de la memoria del juez los actos orales que él ha presenciado (…)”. (C-543 DE
2011).
El artículo 45 del código procesal del trabajo y de la seguridad social dispone
que antes de terminar la audiencia el juez señalará fecha y hora para efectuar
la siguiente, esta deberá ser informada mediante aviso colocado en la cartelera
del Juzgado en un lugar visible al día siguiente.
Las audiencias no podrán suspenderse, se desarrollarán sin solución de
continuidad dentro de las horas hábiles, hasta que sea agotado su objeto, sin
perjuicio de que el juez como director del proceso habilite más tiempo. En
ningún caso podrán celebrarse más de dos (2) audiencias.
Esto de cierto modo ratifica la posición de la corte, o más bien le sirve de
sustento a la hora de establecer el principio de concentración y como aplica.

E) IMPULSIÓN OFICIOSA:

Sentencia No. 8966 del 09 de octubre de 1996

Situación fáctica:
Emana la Corte Suprema de Justicia en su Sala de Casación Laboral,
mediante sentencia inhibitoria por indebida acumulación de pretensiones, en
un procedimiento laboral.

Marco normativo:
-Código de Procedimiento Laboral
-Constitución Política

Concepto jurisprudencial:

Los cargos se encuentran formulados por la vía directa, por lo que la Corte
debe resolverlos sobre la misma base probatoria que el tribunal encontró
demostrada, esto es, que efectivamente las pretensiones principales de la
demanda inicial (el reintegro, la cesantía y la indemnización moratoria) son
excluyentes entre ellas. Esta observación es pertinente, pues, aunque la
recurrente de manera expresa dice compartir ese supuesto fáctico de la
sentencia, lo cuestiona al decir que las pretensiones principales sólo en
apariencia son excluyentes, y sin que, por lo demás, haya explicado, así fuera
con argumentos jurídicos o fácticos, el porqué de esa apariencia o cuál la
verdad que estaba en el fondo. La cuestión entonces debe centrarse en definir
si el juez laboral debe hacer un pronunciamiento de fondo a pesar de que
existan pretensiones que lógicamente se excluyan entre ellas, y si debe
hacerlo por existir un mandato constitucional que le imponga ese deber, o si
debe hacerlo porque los mandatos procesales propios del juicio laboral, que no
los del juicio civil, así lo ordenan. De manera clara y expresa que el artículo
228 de la Constitución Política consagra la prevalencia del derecho sustancial
sobre el formal o procesal; pero cabe determinar y resaltar que prevalencia no
significa exclusión del extremo de menor categoría, sino su preponderancia. El
derecho sustancial debe estar por encima de las formas del juicio, que no por
ello desaparecen, pues de ser así otros principios que les dan contenido, como
el debido proceso, desaparecerían, con grave perjuicio para la cumplida
administración de justicia.
De esta manera, no le corresponde al juez laboral iniciar el proceso ni hacer la
demanda. Estas actividades son de la exclusiva iniciativa del actor, y por ello
son manifestación del principio dispositivo que en forma muy atenuada sigue
presente en los juicios. En la fase inicial del proceso el juez tiene la posibilidad
de control sobre la forma de la demanda, según el artículo 28 del Código de
Procedimiento Laboral que se manifiesta en la facultad de devolverla,
inadmitirla o rechazarla; y el demandado puede formular reparos, igualmente
formales, mediante el mecanismo de las excepciones previas. Pero si la
inadvertencia del juez lo lleva a admitir la demanda y a adelantar el juicio hasta
su fase juzgadora sin corregir oportunamente los defectos que pudieran darse
para la normal conformación de la relación jurídico procesal, esto con sus
presupuestos de competencia, demanda en forma, capacidad para ser parte y
capacidad procesal, las consecuencias desfavorables de la inobservancia de la
carga procesal que incumbe al actor, en lo que debe ser actividad suya para la
conformación de la relación procesal.

F) LEALTAD PROCESAL:

Sentencia SL 890-2013 Radicación No.47324

Situación fáctica del caso: El señor Hernán demandó la pensión de vejez, a


partir del 29 de septiembre de 2007, junto con los intereses moratorios o la
indexación, las costas del proceso y lo ultra y extra petita que considerara el
juzgador. El demandante alegó ser beneficiario del régimen de transición, ya
que nació el 29 de septiembre de 1947, además completó las 500 semanas
laboradas mínimas en los últimos 20 años antes del cumplimiento de la edad.
Ante el reclamo de la pensión el Instituto de Seguros Sociales (ISS) negó la
petición en 2007, con fundamento en el artículo 9 de la ley 797 de 2003
argumentando que debía tener cotizadas 1100 semanas y el solo tenía 523. Al
contestar la demanda, la entidad mencionada se opuso a las pretensiones y
propuso excepciones de inexistencia de obligación, prescripción e
imposibilidad de condena en costas. Tanto en primera, como en segunda
instancia, el fallo estuvo a favor del demandante. En la demanda de casación,
el ISS afirma que los documentos analizados por el juez de la apelación, son
reportes de semanas cotizadas y alega que, “carecen de firma, y no fueron
reconocidos, de modo que no era posible deducir la referida condena”.

Marco Normativo:

- Código Procesal del Trabajo.


- Código de Procedimiento Civil
- La Constitución política.
- Ley 712 de 2001
- Ley 797 de 2003.

Concepto jurisprudencial:

La Corte Suprema de Justicia en Sala Labora recordó que en la misma sala se


definió un caso con gran similitud al analizado en la sentencia, por lo cual toma
a consideración el fallo del 20 de marzo de 2013, con radicado 45120, en el
que se buscaba que se omitiera la prueba aportada, dado que la misma
entidad (El ISS) afirmaba que en los folios aportados como pruebas no se
habían cotizado ciertas semanas en el mismo período por salud, contenían la
firma requerida por la entidad. Para resolver el conflicto, la Sala sostuvo que la
institución no reprochó o repudió la prueba de la historia laboral. Esta
sentencia, a su vez, se fundamentó en el fallo del 7 de febrero de 2012, con
radicado 38830, proferida por la misma Sala, la cual resalta el numeral séptimo
del artículo 95 de la Constitución, que, según la corte: “Esto significa que los
reparos que las partes puedan tener en el trámite de un debate deben ser
esgrimidos en las oportunidades que la ley adjetiva establece para ello, y que
en materia del proceso laboral están determinadas en el artículo 18 de la ley
712 de 2001 que modificó el 31 del Código Procesal del Trabajo y La seguridad
Social, atinente a la etapa procesal de la contestación de la demanda en
tratándose de la parte accionada, lo cual también, hace parte del principio de
‘lealtad procesal’”.

G) GRATUIDAD:

1) Sentencia T-522 de 1994

Situación fáctica:
La sala segunda de Revisión de la Corte Constitucional, revisa el proceso de una
acción de tutela instaurada por el abogado Marino Aguilar Baldrich, representante
de Tomasa Centeno de Alcázar, contra una actuación del Juez Sexto Laboral del
Circuito de Cartagena y la secretaria de dicho juzgado, Luz Marina Yunez
Jiménez. La tutela interpuesta se basa en la omisión del Juzgado de no enviar al
superior las piezas procesales necesarias, previa compulsación gratuita y oficiosa
por la secretaría, para que surtiera el recurso de apelación que fue interpuesto de
manera oportuna, dentro del proceso ordinario que era adelantado contra “Avianca
S.A”. Por lo tanto, se considera que hay una conducta negligente y omisiva por
parte del Juez Sexto laboral del Circuito de Cartagena y de su secretaria, en no
darle cumplimiento al artículo 65 del Código de procedimiento laboral (nombre
vigente al momento en que se desarrollaron los hechos), vulnerándose el derecho
fundamental al debido proceso y al acceso de justicia.

Marco normativo:

- Código de Procedimiento Laboral (Actualmente Código Procesal del


Trabajo y de la Seguridad Social)
- Constitución Política

Conceptos jurisprudenciales:
No existe una norma constitucional que expresamente mencione el principio de
gratuidad del servicio de justicia prestado por el Estado, sin embargo, por medio
de la vía legislativa, dicho principio es reconocido, aun cuando hay limitaciones en
los Códigos de procedimiento civil y laboral.
Se puede inferir de la Constitución Política el principio de gratuidad ya que la
justicia es considerada como uno de los fundamentos esenciales para lograr la
paz, convivencia y orden justo que fomente la igualdad jurídica y material, dentro
del realismo de un Estado Social de Derecho. El principio de gratuidad se debe
considerar como una de las principales condiciones para hacer realidad la
igualdad en el acceso a la justicia, debido a que la situación económica de las
partes no se puede prestar para colocar a una parte en situación de privilegio
frente a otra.
La gratuidad de la justicia en el ámbito laboral, tiene un valor constitucional más
preciso, ya que en ésta se considera al trabajo como un derecho fundamental y
valor, ligado al Estado Social del Derecho, estableciéndolo en el preámbulo,
artículo 1, 25 y 53; teniendo como principal objeto afirmar la dignidad humana y el
bienestar del individuo, ofreciendo el carácter de ser común en la esfera social, por
lo cual pasa de su círculo individual hacia un ámbito social. La Corte a su vez
menciona: “La doctrina y la jurisprudencia laboral han interpretado las diferentes
disposiciones relativas a la gratuidad en las actuaciones de los procesos laborales,
en el sentido de que el principio no opera de manera absoluta sino relativa. Es así
como la gratuidad no exonera a las partes de la obligación de cubrir determinados
gastos, como son: los necesarios para el desplazamiento de los funcionarios que
deban realizar notificaciones. (…)”

2) Sentencia C-169 de 2014

Situación fáctica: En la sentencia mencionada anteriormente, se resuelve una


demanda de inconstitucionalidad contra la ley 1653 de 2013, por medio de “la cual
se regula un arancel judicial y se dictan otras disposiciones”, donde se señalan
vulnerados artículos de la constitución, entre los que se encuentran el
1,2,4,5,13,22,29,58,89,90,93,95,152,153,209,228,229,333,335,338,359,363.

Según los ciudadanos Eudoro Echeverri Quintana y Fernando Alberto García


Forero los artículos 4, 5, 6,7 de la ley mencionada anteriormente, desconocen los
artículos 1, 2, 89, 90, 93, 150, 228, 229, 333 y 335 de la Constitución Política,
dado a que introduce tres reformas al arancel judicial, que anteriormente era
regulado en la Ley 1394 de 2010, los que son: (i) Extiende el arancel a procesos
de carácter declarativo, (ii) Suprime la cuantía como criterio definitorio de la
obligación de pagar el citado tributo y (iii) exige la cancelación del gravamen al
inicio y no al final del proceso.

Por otro lado, el ciudadano Manuel Antonio Suárez Martínez interpuso una acción
pública en contra de los artículos 4, 5, 6, 7, 8 y 13 de la Ley considerando que
éstos desconocen los artículos 4, 13 29, 95 (numeral 9), 229 y 363 de la
Constitución política; fundamentándolo en que la expresión “en todos los procesos
judiciales con pretensiones dinerarias” que se encuentra en el artículo 4 de la ley,
desconoce el 4, 29, 95, 229 y 363 de la Carta magna, ampliando el espectro del
hecho generador. Adicionalmente se da el desconocimiento del principio de
igualdad, debido proceso, equidad y justicia en el ámbito fiscal, ya que el artículo 5
de la Ley 1653 de 2013 establece que no se podrá cobrar el arancel sino a
determinadas personas jurídicas de derecho público, introduciendo una distinción.

Pedro Felipe Gutiérrez Sierra promovió una acción pública contra el artículo 6 de
la Ley 1653 de 2003 ya que según él desconocen los artículos 13, 152 y 229 de la
Constitución Política, en medida que la exigencia de pago del arancel judicial
antes de la presentación de la demanda desconoce el principio de igualdad
material, restringe el derecho de acceso a la justicia y debe ser regulado mediante
una ley estatutaria.

Duvier Alfonso López Ortiz interpuso una acción pública contra los artículos 6, 8 y
9 de la ley 1653 de 2013 ya que la imposición de un arancel judicial a personas
que se encuentran en incapacidad de pagarlo, resulta como una restricción a su
derecho de acceso a la justicia, y a su vez el incumplimiento del deber del Estado
de proteger la tutela judicial efectiva, por lo tanto, considera que se desconocen
los artículos 1, 2, 4, 5, 13, 22, 29, 95, 228, 229, 338 y 363 de la Constitución.

Los ciudadanos Carlos Eduardo Paz Gómez, Ramiro Bejarano Guzmán y Juan
David Gómez Pérez interponen una acción pública contra los artículos 5, 6 y 8 de
la Ley 1653 de 2013 considerando que se desconocen los artículos 2, 13, 228 y
229 de la Carta Magna ya que, si bien el arbitraje es considerado un mecanismo
alternativo para la solución de conflicto, no debe ser tomado para la exceptuación
del pago del arancel. Adicionalmente argumentan que la cancelación de un
arancel como requisito de la admisibilidad de la demandan, conforme al artículo 6
de la Ley mencionada anteriormente, va contra los artículos 2, 13 y 229 de la
Constitución.

Nicolás Lobo Pinzón y Carlos Iván Moreno Machado interpusieron una acción
pública contra la Ley 1653 de 2013 ya que consideran que se desconocen los
artículos 2, 13, 28, 29, 152, 153 y 229 de la Constitución, aludiendo a que la
introducción del cobro del arancel judicial como un requisito para la admisibilidad
de la demanda no constituye una regulación del arancel judicial sino un cambio a
la estructura orgánica de la administración de justicia.

Marco normativo:

- Constitución Política
- Ley 1653 de 2013 (base de la demanda)
- Ley 1394 de 2010
- Ley 1448 de 2011
- Código de Procedimiento Civil.

Conceptos jurisprudenciales:
La Corte Constitucional, respecto al principio de gratuidad, señala que la ley 1653
tiene como principal objetivo redefinir algunos elementos del arancel judicial el
cual se contempla en la ley 1394 de 2010.
El artículo 1 de la Ley 1653 de 2013 menciona que es responsabilidad del Estado
la administración de justicia, así como asegura que el principio de gratuidad, sin
perjuicio de las agencias de derecho, costas y “aranceles judiciales que se fijen de
conformidad con la ley”, por lo que la ley mencionada anteriormente define el
arancel como un tributo o contribución parafiscal. El arancel judicial genera un
desproporcionado sacrificio en cuanto a los principios de equidad, justicia y
progresividad tributarias, lo que da paso a la violación del derecho de acceso a la
justicia y al debido proceso.
Los artículos 4, 5, 6, 7, 8 y 9 de la Ley 1653 de 2013 definen elementos
estructurales del arancel judicial, todo lo referente al hecho generador,
excepciones, sujeto pasivo, tarifa, base gravable y pago. Se da la necesidad de
modificar los elementos mencionados anteriormente, especialmente el hecho
generador, el cual motivó la reforma integral del arancel judicial y que
posteriormente se alega la inconstitucionalidad de los artículos 4, 5, 6, 7, 8 y 9,
teniendo implicaciones para la validez total de la Ley 1653 de 2013.
Los preceptos de la Ley 1653 de 2013 fueron adoptados en base a los aspectos
estructurales mencionados anteriormente, solo en función suya, por ende la
declaratoria de inexequibilidad de las normas que establecen los elementos
definitorios del nuevo arancel, deja a los aspectos accesorios de la reforma
desprovistos de la cusa por medio de la cual fueron instaurados, al declarar
inexequibles los artículos 4, 5, 6, 7, 8 y 9 de la Ley previamente mencionada, la
corporación se ve en la obligación de decretar la inexequibilidad de la totalidad de
la Ley, coincidiendo con la jurisprudencia constitucional que ha sido adoptada en
casos semejantes, donde al encontrar inexequibilidad de los ejes estructurales de
un sistema normativo, ha procedido a declarar la inexequibilidad total de la
reforma.

H) CONCILIACIÓN:

Debido al difícil acceso de la Sentencia sugeridas en el trabajo, se procede a


resolver el principio por medio de la Sentencia C-902 del 2008, la cual hace
referencia al principio a tratar.
Sentencia C-902/08

Situación fáctica:
Carmen Elisa Salazar Velásquez presentó una demanda contra el artículo 38 de la
Ley 1122 de 2007 por medio del cual “se hacen algunas modificaciones en el
Sistema General de Seguridad Social en Salud y se dictan otras disposiciones”. La
ciudadana considera que la expresión empleada en la ley “De oficio o” vulnera los
artículos 116, 228 y 229 de la Constitución. La demandante hace claridad en que
su demanda no pretende generar una taque a las facultades de conciliación
utilizadas por la Superintendencia Nacional de Salud, sin embargo ésta facultad
hace parte de las jurisdiccionales de las que puede ser investida una autoridad
administrativa, tornando constitucional o no cuando a la Superintendencia
Nacional de salud se le es permitido convocar de oficio a una audiencia de
conciliación, para así solucionar conflictos que surjan entre sus vigilados y los
usuarios, generando impedimentos para atender sus obligaciones dentro del
sistema, y a su vez afectando el acceso efectivo a dicho servicio. Adicionalmente,
insiste en que la frase señala anteriormente es violatoria del artículo 116 superior,
ya que no es la calidad del sujeto la que da el carácter voluntario a la conciliación,
este es un mecanismo alternativo para la solución de conflictos, siendo las partes
las que libre y voluntariamente decidan resolver sus problemas por medio de este
mecanismo, por ende, debe ser entendido como de naturaleza eminentemente
voluntaria. Alude la violación del artículo 229 de la Constitución, señalando que al
establecer que la Superintendencia Nacional de Salud tenga la facultad de decidir
unilateralmente de invocar de manera oficiosa una audiencia de conciliación
extrajudicial, suple y desconoce la voluntad de las partes y su derecho a decidir si
desean o no acceder a la administración de justicia.

Marco normativo:

- Constitución Política.
- Ley 640 de 2001
- Ley 100 de 1993
- Decreto 1018 de 2007

Conceptos jurisprudenciales:

Cuando se trata de conciliación, la Corte establece que es un mecanismo


alternativa para dar solución a los conflictos, por medio del cual las partes y con
ayuda de un tercero (neutral, calificado y autorizado) resuelvan directamente un
asunto por el cual se presenta desacuerdo y que es susceptible de ser conciliable,
y así evitar litigios de larga duración, mejorando la relación entra las partes,
buscando que el procedimiento sea garante de imparcialidad, confiabilidad,
rapidez y reconocimiento del acuerdo logrado.
En la normativa colombiana, se reconocen dos tipos de conciliación, una
extrajudicial y otra judicial, siento la primera la que se realiza antes o por fuera de
un proceso judicial, como el medio alternativo, mediante la cual las partes
resuelven de manera pacífica, solucionando su problema o conflicto sin tener que
acudir a un juicio. Por otro lado, la conciliación judicial es un mecanismo
alternativo a la resolución de conflicto, por medio de una decisión o fallo, se puede
entender como una forma especial de poner fin al proceso, siento un tercero quien
dirige esta clase de conciliación, juez de la causa el cual debe proponer fórmulas
de arregla, homologar o convalidar lo acordado por las partes y así dándole
eficacia de cosa juzgada.
Por medio de la sentencia C-893 de 2001, la Magistrada Clara Inés Vargas
Hernández establece que entre las características fundamentales de la
conciliación está el mecanismo de acceso a la administración de justicia, siendo
un medio alternativo de solución de conflicto que puede realizarse fuera de un
proceso judicial o en el curso de éste mismo; busca resolver conflictos con la
intervención de un tercero que cumple el papel de incitador, permitiendo que
ambas partes ganen mediante la solución del mismo, evitando así los costos de un
proceso judicial. Cabe destacar que en la ponencia de la Magistrada establece
que la función de un conciliador es administrar justicia de manera transitoria,
habilitando las partes en los términos establecidos por la ley. Estableciendo que
las figuras de impedimento y recusación son esenciales a la conciliación y tienen
un carácter voluntario, siendo un acto jurisdiccional ya que la decisión final
avalada por el conciliador tiene fuerza vinculante de una sentencia judicial y presta
mérito ejecutivo según el artículo 66 de la Ley 44 de 1998, siendo un mecanismo
excepcional, ya que dependiendo de la naturaleza jurídica del interés afectado,
solo algunos podrán ser sometidos a decisión jurisdiccional, pudiendo llevarse
ante audiencia de conciliación. “(…) por definición la conciliación es un sistema
voluntario, privado y bilateral de resolución de conflictos, mediante el cual las
partes acuerdan espontáneamente la designación de un conciliador que las invita
a que expongan sus puntos de vista y diriman su controversia. La intervención
incitante del tercero conciliador no altera la naturaleza consensual de la
composición que las partes voluntariamente concluyen, sino que la facilita y la
estimula. (…)”

I) LIBRE APRECIACIÓN DE LAS PRUEBAS:

1) Sentencia Rad. No. 15302 del 18 de abril de abril de 2002:

Situación fáctica:

Se resuelve el recurso de casación de Neftalí Vivic contra la sentencia dictada el


26 de noviembre de 1999 por el tribunal superior del distrito judicial de Barranquilla
en el proceso que le sigue a Julia Ledesma López.
El señor Vueltas Vivic, para el determinado suceso, pidió que se le reconociera la
existencia de un contrato de trabajo con Julia Ledesma López, con fecha del 3 de
abril al 30 de noviembre de 1989 terminado bajo mutuo acuerdo así como el pago
por parte de la demandada de las sumas de dinero que por diferentes conceptos
preciso en la demanda, dado que según lo afirmó trabajo como vendedor en un
establecimiento de comercio de su propiedad obedeciendo siempre las
instrucciones que le daba su patrona y cumpliendo correctamente con el horario
de trabajo.
Según afirma el señor Vueltas Vivic, la demandada le retuvo la mitad de su salario
mensual de julio a noviembre de 1989 y la suma de $ 90.000.000, que
corresponderían a concepto de comisiones y bonificaciones, pero al terminar su
relación laboral no le pago ningún tipo de prestaciones sociales y le hizo firmar un
papel en blanco so pretexto de que le pagaría una vez sacara a las cuentas.
La señora Ledesma López, en la contestación de la demanda negó la secuencia
de hechos del demandante, afirmando que el demandante trabajo desde el 2 de
mayo hasta el 28 de octubre de 1989, fecha en la que renunció habiendo pagado
todas las prestaciones sociales que le correspondía las cuales recibió tal cual se
había estipulado, así mismo negó que lo hubiera hecho firmar un papel en blanco.
El señor Neftalí Vueltas Vivic, en recurso de casación, le pide a la corte qué case
la sentencia del tribunal y revoque la del juzgado para que en sede de instancia
proferida lo que en derecho le corresponde, condenando a la parte demandada al
pago de todos los derechos prestacionales, por esto, alega que tanto la liquidación
como la renuncia son documentos tachados por falsedad ideológica, manifestando
que el tribunal tuvo un error de hecho y no apreció correctamente las pruebas.
La Corte Suprema de Justicia, entre sus consideraciones manifiesta que los
alegatos del demandante son impertinentes para un recurso de casación y
además señala que la libre apreciación de la prueba no es reglada, sino que por el
contrario es referente al libre arbitrio del juez. Preciso la Corte que es: “Forzoso
concluir que tal cuestión es incidental no es dable plantearla en el recurso
extraordinario de casación”. Respecto a la supuesta falsedad ideológica tanto del
documento tachado del 28 de octubre de 1989, por medio del cual presentó su
renuncia voluntaria del cargo del vendedor como del documento correspondiente a
la liquidación de su contrato de trabajo de fecha 29 de ese mes.
En el sistema actual de libre valoración, el Juez posee libertad para obtener su
convencimiento, porque no existe vinculo a reglas legales sobre la prueba, puede
convencerse por lo que le diga un único testigo frente a lo que digan varios, dicho
de otro modo, el juzgador, no puede pasarse por alto que la facultad de libre
apreciación de las pruebas no es reglada y que por tal razón pertenece a su libre
arbitrio.
Ahora bien, el principio de libre valoración de la prueba no implica que el Tribunal
tenga una facultad libertina y absoluta, sin limitaciones. Por el contrario, el
principio de libre valoración de la prueba significa, que el Juez debe a preciar las
percepciones durante el juicio según las reglas de un criterio basado en la razón,
es decir, según las reglas de la lógica, y, dentro de ellas, el principio de no
contradicción, así como según los principios generales de la experiencia.

Marco normativo:

- Código Procesal Del Trabajo y De La Seguridad Social

Conceptos jurisprudenciales:

Dicha sentencia definió el principio de la siguiente forma: «...éste corresponde al


de la libre formación del convencimiento de que trata el artículo 61 del Código
Procesal del Trabajo y de la Seguridad Social, no a los de otras normatividades, y
que en manera alguna desconoce el deber del juez del trabajo de analizar todas
las pruebas allegadas en tiempo, como igualmente lo prevé lo impone el artículo
60 del mismo estatuto procesal, pero que le permite formar libremente su
convencimiento sin estar sujeto a tarifa legal de prueba alguna, prueba solemne,
densidad probatoria o cualquiera otra métrica probatoria distinta, sino simplemente
a su libre apreciación, inspirándose en los principios que informan la crítica de la
prueba y atendiendo a las circunstancias relevantes del pleito y a la conducta
procesal observada por las partes.

2) Rad No 64490 (SL 1169-2019) de abril de 2019. (Corte Suprema de Justicia,


Sala de Casación Laboral)

Situación fáctica:

Decide la sala respecto el recurso de casación interpuesto por el apoderado de la


Administradora de fondos de pensiones y cesantías protección S.A contra la
sentencia proferida por la sala laboral del tribunal superior del distrito judicial de
Ibagué el 14 de agosto de 2013, dentro del proceso ordinario laboral que fue
promovido en su contra por Carmenza Malambo Salazar y Hernando Padilla.
En recurso de casación la demandada solicita que se revoque la decisión emitida
por el juzgador de primer grado y se absuelva de todas las pretensiones
relacionadas con el reconocimiento de la pensión de sobrevivientes a causa del
fallecimiento del hijo de los demandantes. En subsidio, solicita la casación parcial
de la sentencia acusada, en cuanto se abstuvo de autorizar al fondo de pensiones
a retener los aportes para el sistema de seguridad social en salud y confirmó la
condena por intereses moratorios a partir del 7 de febrero de 2011, para que, en
sede de instancia, se autorice a la entidad a descontar los aportes para el sistema
de salud y se ordene el pago de intereses de mora, pero a partir del 14 de
noviembre de 2011.
El Tribunal se centró en determinar si los demandantes habían acreditado el
presupuesto de la «dependencia económica», exigido legalmente para tener la
condición de beneficiarios de la pensión de sobrevivientes, en calidad de
ascendientes del afiliado fallecido, la censura elabora un discurso en el que, en lo
fundamental, sostiene que el proceso estaba huérfano de pruebas, en las que no
hubieran participado los interesados, que demostraran la sujeción económica
exigida legalmente, a partir de elementos tales como la solvencia del difunto para
cubrir sus necesidades propias y las de sus padres; la cuantía de los aportes que
les suministraba y su magnitud y periodicidad; y los gastos totales del grupo
familiar.
Dada esa circunstancia, dicha corporación se enfocó en las declaraciones de los
testigos, quiénes eran sus vecinos, así, como en la investigación adelantada por la
Sociedad Limitada Consultando, igualmente, a partir de las pruebas se concluyó
que los promotores del proceso sí estaban subordinados económicamente a su
fallecido hijo, en la medida en que está demostrado que se les facilitaba una
contribución económica regular de índole necesaria y forzosa para su congrua
subsistencia así como no tenían ingresos propios para lograr autosuficiencia
económica, pues el señor Hernando Padilla/padre no laboraba como
consecuencia de una incapacidad derivada de un accidente, mientras que la
señora Carmenza/ madre tenía unos ingresos apenas esporádicos derivados de
su ocasional trabajo como empleada del servicio doméstico.
Por su parte la censura elabora un discurso en el que sostiene que el proceso
estaba huérfano de pruebas, para la Corte, la acusación así planteada resulta por
completo insuficiente para desvirtuar la legalidad de la sentencia gravada, de tal
forma que, la Corte sostiene su posición en que no puede reprocharse el ejercicio
probatorio del tribunal desde la óptica de la idoneidad de las pruebas, no puede
ser juzgado del punto de vista de cantidad o suficiencia de las pruebas pues cómo
se ha sostenido en repetidas oportunidades, el juez de trabajo no está atado a una
tarifa legal y contrario a ello, en virtud de lo previsto en el artículo 61 del Código
Procesal del Trabajo y de la Seguridad Social, puede apreciar libremente las
pruebas y formar libremente su convencimiento. Como consecuencia de lo
expuesto el cargo es infundado.

El Tribunal resuelve, que la acusación resulta infundada y debe casarse


parcialmente la decisión recurrida, pues el Tribunal debió limitar el pago de los
intereses por mora, desde el momento en que, por disposición legal, los fondos de
pensiones están en mora de cancelar las respectivas mesadas pensionales.
Frente a ese punto advirtió que contrario a lo dicho por el recurrente en casación,
en el expediente sí obra prueba de que la pensión fue reclamada, cuando menos,
desde el 14 de marzo de 2011 (fol. 66 y ss.), por lo que el pago de los intereses
procede desde el 14 de mayo de 2011 y así habrá de declararse, modificando la
decisión de primer grado.

Marco normativo:

- Código Procesal del Trabajo y de la Seguridad Social


- Ley 100 de 1993 modificado por el art. 13 de la ley 797 de 2003

Conceptos jurisprudenciales:

La presente sentencia definió el principio de la siguiente forma; El juez está


facultado para formar libremente su convencimiento sin estar sujeto a tarifa legal
alguna.
Este principio se refiere a la autonomía que tiene el juez para valorar las pruebas
dentro de la configuración del criterio sobre el caso concreto y la consecuente
declaración o no, de un determinado derecho. Con esto se lleva a colegir que el
juez no está sujeto a la tarifa legal de pruebas, sino que tiene una amplia libertad
para la apreciación de las mismas, tal como lo determina el artículo 61 de nuestro
ordenamiento procesal.
A su vez la presente sentencia, para su decisión se guio de la Corte Constitucional
T 619 de 2010, entorno del significado de la dependencia económica y de la Corte
Constitucional sentencia C 111 2006 la cual (Declaró inexequible la condición de
que dicha sujeción económica fuera total y absoluta)

J) PROTECCIÓN AL TRABAJADOR DEMANDANTE:

1) Sentencia Rad. No. 6630 del 11 de Julio 1994

Situación fáctica:

Se decide recurso de Casación interpuesto por el señor Julio Hernán Uribe, contra
la sentencia dictada el 25 de septiembre de 1992 por el Tribunal Superior de
Bogotá en el proceso que le sigue a Acalis de Colombia Ltda.
El señor Uribe Dimate, promovió el proceso a fin de obtener el reintegro al cargo
que venía desempeñando en las mismas o mejores condiciones de trabajo de
remuneración y el pago de los salarios prestaciones y demás beneficios que dejó
de recibir desde el 18 de octubre de 1989 hasta que se produzca efectivamente
reintegro. Virtud de un contrato de trabajo a término indefinido desde el 28 de
septiembre de 1976 hasta el 12 de octubre de 1989, cuando sin justa causa fue
despedido de su empleo como operario de sistemas.
Argumenta en contra de la sentencia anteriormente referida, que hubo un
desconocimiento o ignorancia por el Tribunal del artículo 53 de la constitución
política de la que dice da un enorme salto en materia derecho laboral al
consagrarse en dicho artículo los principios mínimos fundamentales, en virtud de
la cual debe adoptarse la situación más favorable al trabajador.
Sostiene, entonces que el Tribunal, violó el principio IN DUBIO PRO OPERARIO,
acogido en el artículo 53 de la C.P.C, porqué ante dos interpretaciones propuestas
antes de proferir el fallo atacado, no eligió la más favorable al trabajador.
Es así que, la Corte entre sus consideraciones menciona lo siguiente: 1. El
impugnante fue informado sobre su despido a razón de la restructuración
administrativa. Se cuenta con los documentos (folios) que lo prueban. 2. De
acuerdo al art.-119° convención colectiva del trabajo, el sindicato fue puesto en
conocimiento en los términos establecidos, el plazo convencional (mínimo 24
horas). 3. No encuentra la corte error alguno en el documento referente a la
liquidación que se le asignó al impugnante, 4. En relación al aumento salarial
posterior al reintegro, se absolvió a la demandada y no tendría sentido al ser
denegada esa pretensión. 5. Se cumplieron con los requisitos referentes a la
petición de reingreso, resultando evidente que no se llegó a un acuerdo. 6. Las
normas analizadas son de amplia interpretación, los razonamientos señalados por
el demandante son válidos, pero al carecer de un sustento probatorio, la sala de
casación conserva la ya emitida. En ese sentido del precepto constitucional, debe
entenderse el principio que obligar al juez a escoger entre dos o más
interpretaciones de la fuente formal de derecho de qué se trata la más favorable al
trabajador, pero siempre que la disparidad de interpretaciones resulta de la
comprensión que el mismo fallador considere posible al aplicar las reglas
generales de hermenéutica jurídica y los específicas o propias del derecho laboral.
De tal forma la Corte decide no casar esta sentencia, puesto que el señor Uribe
señala que al ser el trabajador si el propone una norma se debe elegir esa, la
Corte aclara que esto no es así y que el principio anteriormente mencionado aplica
en caso en que el juez tenga dos posibilidades de interpretación de una misma
norma, en ese caso si debe escoger la más favorable al trabajador, dejando así de
lado la idea de que este está obligado a fallar conforme a la ley que el trabajador
proponga, ya sea este demandado o demandante.

Marco normativo:

- Constitución Política

Conceptos jurisprudenciales:

La presente sentencia, definió el principio In dubio pro operario, así: hace


referencia a la obligación de juez de aplicar la interpretación de la norma que le
resulte más favorable al trabajador. Esto se da cuando una misma norma tiene
varias interpretaciones, donde una interpretación beneficia más al trabajador que
otras, y en tal situación el juez tiene el deber de aplicar aquella interpretación que
resulte más favorable a los intereses del trabajador.

2) Rad. No. 56580 (SL 868-2013) del 13 de noviembre de 2013. (Suprema de


Justicia, Sala de Casación Laboral).

Situación fáctica:
Se pronuncia la Corte, sobre el recurso de apelación interpuesto por los
Trabajadores de VICPAR S.A., tienen como propósito que se revoque el fallo de
primera instancia por falta de legitimación en la causa por activa de la sociedad
VICPAR S.A., y porque la comunidad agotó la etapa de arreglo directo, antes de
producirse el cese de actividades.
El problema jurídico planteado inicialmente en la demanda por la sociedad
VICPAR S.A., fue el atinente a la calificación de la ilegalidad del cese de
actividades promovido y materializado por ciento once (111) trabajadores, desde
el 30 de noviembre de 2011, con fundamento en la causal contemplada en el
literal c) del artículo 65 de la Ley 50 de 1990, que modificó el artículo 450 del CST.
Ahora bien, el problema jurídico a resolver en el recurso de apelación, se centra
en determinar si la parte demandante estaba o no legitimada para iniciar la
presente acción, y además, si en forma previa al cese de actividades realizado por
los demandados, se cumplió o no el procedimiento de arreglo directo.
Por lo anterior, la Corte difiere concluye que en el presente caso la sociedad
VICPAR S.A. no actuó como simple intermediaria, sino como empleadora de los
demandados. Es decir, que estaba legitimada para iniciar la presente acción.
Por otra parte, indicó el A quo que en el presente asunto la etapa de arreglo
directo no se surtió antes del cese de actividades, como tampoco su término de 20
días prorrogables, puesto que la invitación a la discusión data del 23 de noviembre
de 2011, y la decisión de la suspensión, y la suspensión misma, sucedieron el 30
de noviembre del mismo año.
En mérito de lo expuesto la Corte Suprema de Justicia, resolvió modificar el
numeral segundo de la parte resolutiva de la sentencia de primera instancia
proferida y confirmar en todo lo demás la sentencia recurrida.

Marco normativo:

- Artículo 29 de la Constitución Política.

Conceptos jurisprudenciales:

La presente sentencia considero, que la regla de la in dubio pro operario no es


absoluta, ni es inflexible frente a la forma de interpretación de la norma. El juez
debe aplicar todos y cada uno de los métodos y medios interpretativos, que se
establecen en el derecho: lógico, analógico, teleológico, literal, etc., los cuales van
a resultar importantes para resolver la duda legal, y así luego lograr que el juez
quede autorizado para invocar la in dubio pro operario, el cual utilizará para
inclinar su fallo a favor del trabajador. El operador judicial está en el deber de
aplicar la norma, no así está investido de facultad para crear la disposición, puesto
que lo que debe es dilucidar la razón de la norma al no ser clara, lo cual no
significa que puede orientarla en contra del más débil de la relación procesal, que
es el trabajador.
De igual forma se guio de las siguientes sentencias para guiar su criterio; La
sentencia con Rad. No. 56580 (SL 868-2013) del 13 de noviembre de 2013.
(Suprema de Justicia, Sala de Casación Laboral), la cual cita en su artículo 35 del
CST, “simples intermediarios”.
1. Son simples intermediarios las personas que contratan servicios de otras para
ejecutar trabajos en beneficio y por cuenta exclusiva de un [empleador].
2. Se considera como simples intermediarios, aun cuando aparezcan como
empresarios independientes las personas que agrupan o coordinan los servicios
de determinados trabajadores para la ejecución de trabajos en los cuales utilicen
locales, equipos, maquinarias, herramientas u otros elementos de un [empleador],
para beneficio de éste y en actividades ordinarias, inherentes o conexas con el
mismo”

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