Kozier cap52.

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TÉRMINOS CLAVE

ácido, 1432 expansores de volumen, 1456 líquido intravascular, 1425

acidosis, 1433 factor de goteo (factor de líquido transcelular, 1425
acidosis metabólica, 1442 gota), 1465 miliequivalente, 1425
acidosis respiratoria, 1442 filtración, 1427 osmolalidad, 1427
aglutininas, 1472 gasometría arterial, 1449 ósmosis, 1426
aglutinógenos, 1472 hematócrito, 1449 pérdida insensible de
alcalosis, 1433 homeostasis, 1424 líquido, 1428
alcalosis metabólica, 1442 hipercalcemia, 1442 pérdidas obligatorias, 1429
alcalosis respiratoria, 1442 hipercloremia, 1442 permeable selectivamente, 1426
aniones, 1425 hiperfosfatemia, 1442 pH, 1432
anticuerpos, 1472 hipermagnesemia, 1442 plasma, 1425
antígenos, 1472 hipernatremia, 1438 presión coloidosmótica, 1427
bases (álcalis), 1432 hiperpotasemia, 1438 presión de filtración, 1427
catéter venoso central, 1456 hipertónico, 1427 presión hidrostática, 1427
catéter venoso central insertado hipervolemia, 1436 presión oncótica, 1427
periféricamente (PICC), 1456
hipocalcemia, 1441 presión osmótica, 1427
cationes, 1425
hipocloremia, 1442 reacción de transfusión
coloides, 1426 hemolítica, 1473
hipofosfatemia, 1442
compensación, 1442
hipomagnesemia, 1442 síndrome del tercer
cristaloides, 1426 espacio, 1435
hiponatremia, 1438
déficit de volumen de líquido sistema renina-angiotensina-
(DVL), 1435 hipopotasemia, 1438
hipotónico, 1427 aldosterona, 1430
densidad específica, 1449
hipovolemia, 1435 sobrehidratación, 1437
deshidratación, 1437
iones, 1425 solutos, 1426
difusión, 1427
isotónico, 1427 solvente, 1426
edema con fóvea, 1437
líquido extracelular (LEC), 1425 tampones, 1433
electrólitos, 1425
líquido intersticial, 1425 transporte activo, 1428
exceso de volumen de líquido
(EVL), 1435 líquido intracelular (LIC), 1424

En buenas condiciones de salud, en el organismo se mantiene un sutil
equilibrio de líquidos, electrólitos y ácidos y bases. Este equilibrio, u
homeostasis fisiológica, depende de numerosos procesos fisiológicos
que regulan el aporte de líquidos y la salida y el movimiento de agua y
de sustancias disueltas entre los diferentes compartimentos corporales.
Prácticamente todas las enfermedades tienen la posibilidad de al-
terar este equilibrio. Incluso en la vida diaria, la temperaturas excesi-
vas o la actividad exagerada pueden romperlo si no se mantiene una
ingesta adecuada de agua y de sales. Los procedimientos terapéuticos,
como la utilización de diuréticos o la aspiración nasogástrica, también
pueden alterar la homeostasis del organismo a menos que se realice un
tratamiento de restitución con agua y electrólitos.
LÍQUIDOS CORPORALES
Y ELECTRÓLITOS
El porcentaje de líquidos del cuerpo humano es sorprendentemente
alto. Aproximadamente el 60% del peso corporal de un individuo
adulto es agua, el principal líquido corporal. Cuando las condiciones
de salud son buenas este volumen permanece relativamente constante
y el peso de una persona varia menos de 0,2 kg durante las 24 horas
del día, independientemente de la cantidad de líquido ingerida.
El agua es vital para la salud y para el funcionamiento normal de
las células, actúa como:
I Lugar donde se producen las reacciones metabólicas celulares.
I Transporte para los nutrientes, los productos de desecho y otras
sustancias.
I Lubricante
I Aislante y amortiguador
I Participa en la regulación y en el mantenimiento de la tempera-
tura corporal.
La edad, el sexo y la grasa corporal influyen en la cantidad total de
agua corporal. Los recién nacidos tienen la proporción de agua más alta
de todos, entre el 70% y el 80% de su peso. Esta proporción disminuye
con la edad. En personas de más de 60 años, solamente representa al-
rededor del 50% del peso. Las mujeres tienen un menor porcentaje de
agua corporal que los hombres. Las mujeres y la vejez se asocian a una
menor cantidad de agua corporal debido a la disminución de la masa
muscular y a un aumento del porcentaje de tejido graso. La grasa está
prácticamente libre de agua, mientras que el tejido magro contiene una
parte importante. El porcentaje de agua corporal con respecto al peso
es superior en una persona delgada que en una persona obesa.
Distribución de los líquidos corporales
El líquido del cuerpo se divide en dos compartimientos principales, in-
tracelular y extracelular. El líquido intracelular (LIC) se encuentra den-
tro de las células del organismo. En persona adultas constituye apro-

1424
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Líquido
celular
25 litros
Líquido corporal
total 40 litros
Plasma
3 litros
Líquido
extracelular
Líquidos intersticial 15 litros
y transcelular
12 litros
Figura 52-1 I El líquido corporal total en un hombre adulto que pese
70 kg supone 40 L.
ximadamente dos tercios del total. El líquido extracelular (LEC) apa-
rece fuera de las células y supone alrededor de una tercio de todo el lí-
quido corporal. A su vez se subdivide en distintos comportamientos.
Los dos principales compartimentos del LEC son intravascular e in-
tersticial. El líquido intravascular, o plasma, supone aproximadamente
el 20% del LEC y se encuentra dentro del sistema vascular. El líquido
intersticial, aproximadamente el 75% del LEC, rodea a las células. Los
otros compartimientos que forman parte del LEC son la linfa y los lí-
quidos transcelulares. El líquido cefalorraquídeo, pericárdico, pancre-
ático, pleural, intraocular, biliar, peritoneal y sinovial son ejemplos de
líquido transcelular (figura 52-1 I).
El líquido intracelular es fundamental para el funcionamiento nor-
mal de la célula. Contiene solutos como oxígeno, electrólitos y glu-
cosa y ofrece un medio en el cual tienen lugar los procesos metabóli-
cos celulares.
Aunque el líquido extracelular es el menor de los dos comparti-
mientos, constituye un sistema de transporte de nutrientes y de pro-
ductos de desecho procedentes de la célula. Por ejemplo, el plasma
lleva oxígeno desde los pulmones y glucosa procedente del aparato di-
gestivo hasta los capilares del sistema vascular. Desde aquí, el oxígeno
y la glucosa salen a través de las membranas capilares llegando al es-
pacio intersticial para atravesar después la membrana celular y llegar
a la célula. Los productos de desecho siguen el camino contrario, así
el dióxido de carbono llega a los pulmones desde las células y los re-
siduos ácidos procedentes del metabolismo suelen terminar en los ri-
ñones. El líquido intersticial transporta los desechos desde las células
bien utilizando el sistema linfático o bien directamente mediante el
plasma sanguíneo a través de los capilares.
CAPÍTULO 52 / Líquidos, electrólitos y equilibrio acidobásico 1425
Composición de los líquidos
corporales
Tanto el líquido extracelular como el líquido intracelular contienen oxí-
geno procedente de los pulmones, nutrientes disueltos que llegan del
aparato digestivo, productos de excreción del metabolismo como el dió-
xido de carbono así como partículas cargadas denominadas iones.
Muchas sales se disocian en el agua, es decir, se rompen, convir-
tiéndose en iones cargados. El cloruro sódico se transforma en un ión
sodio (Na+) y otro cloro (Cl–). Estas partículas cargadas se denomi-
nan electrólitos ya que son capaces de conducir la electricidad. El
número de iones cargados positivamente, llamados cationes, y el nú-
mero de iones cargados negativamente, denominados aniones, debe
ser igual. El sodio (Na+), el potasio (K+), el calcio (Ca+) y el magne-
sio (Mg2+) son ejemplos de cationes. Algunos ejemplos de aniones son
el cloro (Cl–), bicarbonato HCO3–, fosfato HPO 42–, y sulfato SO42–.
La cantidad de electrólitos generalmente se mide en miliequiva-
lentes por litro de agua (mEq/L) o en miligramos por 100 mililitros
(mg/100 mL). El término miliequivalente se refiere al poder de combi-
nación química que tiene el ión o la capacidad de los cationes para com-
binarse con los aniones para formar moléculas. Esta actividad combina-
toria se mide en relación con la actividad de un ión hidrógeno (H+). De
este modo, 1 mEq de cualquier anión es igual a 1 mEq de cual catión.
Por ejemplo, el sodio y el cloro son iones equivalentes, ya que tienen la
misma actividad combinatoria: 1 mEq de Na+ iguala a 1 mEq de Cl–. Sin
embargo, estos cationes y aniones no tienen el mismo peso: 1 mg de Na+
no es igual a 1 mg de Cl–; sino que 3 mg de Na+ equivalen a 2 mg de Cl–.
En la clínica el sistema más empleado es el de los miliequivalentes.
Sin embargo, el personal de enfermería debe conocer los diferentes sis-
temas de medida que puede encontrarse a la hora de interpretar un re-
sultado de laboratorio. Por ejemplo, las concentraciones de calcio nor-
malmente se indican como miligramos por decilitro (1 dL = 100 mL) en
lugar de miliequivalentes por litro. También es importante recordar que
las pruebas de laboratorio normalmente se realizan utilizando plasma
sanguíneo, un líquido extracelular. Estos resultados pueden indicar aque-
llo que está sucediendo en el LEC, pero generalmente no es posible me-
dir directamente la concentración de electrólitos dentro de la célula.
La composición de los líquidos varia de una compartimento corpo-
ral a otro. En el líquido extracelular, los principales electrólitos son so-
dio, cloro y bicarbonato. También están presenten otros iones, como
potasio, calcio y magnesio, pero en cantidades mucho menores. El
plasma y el líquido intersticial, los dos principales compartimentos del
líquido extracelular, contienen esencialmente los mismos electrólitos
y solutos, a excepción de las proteínas. El plasma es rico en proteínas
presentando grandes cantidades de albúmina, sin embargo, el líquido
intersticial no tiene o tiene muy poca proteína.
La composición del líquido intracelular varía significativamente de
la del LEC. Los principales cationes encontrados en el LIC son pota-
sio y magnesio, siendo fosfato y sulfato los principales aniones. Al
igual que ocurre en el LEC, existen otros electrólitos en el interior de
las células, pero en concentraciones mucho menores (figura 52-2 I).
El mantenimiento de un equilibrio en los volúmenes y en la com-
posición electrolítica en los líquidos de los compartimentos corpora-
les es fundamental para la salud. Para mantener la homeostasis se de-
ben reemplazar tanto las pérdidas normales como las inusuales de
líquidos y de electrólitos.
Otros fluidos corporales como las secreciones gástricas e intestina-
les también contienen electrólitos. Esto tiene especial importancia
cuando si existen pérdidas (p. ej., en vómitos o diarreas graves o cuando
el proceso de aspirado o succión elimina las secreción gástrica). Los
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1426 UNIDAD X / Promoción de la salud por medios naturales

CATIONES ANIONES
200 200

Na+ HCO3–
Cl–

150 150
HCO3–
Miliequivalente por litro (mEq/L)

HCO3–
HPO42–

K+
100 100

Na+ Cl–
Na+
Cl– SO42–

50 50
HPO42–
Ácido Proteínas
orgánico
HPO4 2–
K+ Mg2+
Proteínas SO42–
Ca2+ K+
0 0
Plasma Líquido Líquido Plasma Líquido Líquido
intersticial intracelular intersticial intracelular
Figura 52-2 I Composición electrolítica (cationes y aniones) de los compartimentos corporales.
Martini, Fredic H; Haylard, Rebecca A., Fundamentals of Anatomy and Physiology Interactive, (Media Edition), 4ª ed. © 1998. Reproducido con autorización de Pearson Education,
Inc, Upper Saddle River, New Jersey.

desequilibrios electrolíticos pueden ser consecuencia de la pérdida ex-
cesiva de líquido a través de estas vías.
Movimiento de líquidos corporales
y de electrólitos
Los compartimentos de líquidos corporales están separados unos de
otros mediante membranas celulares y membranas capilares. Se con-
sidera que estas membranas son completamente permeables al agua
y permeables selectivamente para los solutos, los cuales son capa-
ces de atravesarlas con distinto grado de facilidad. Las partículas pe-
queñas, como los iones, el óxigeno y el dióxido de carbono, se mue-
ven fácilmente a través de las membranas, pero las moléculas más
grandes, como la glucosa y las proteínas, tienen más dificultades para
pasar de un compartimento a otro.
Los mecanismo gracias a los cuales los electrólitos y otros solutos
se mueven son ósmosis, difusión, filtración y transporte activo.
ciones verdaderas) o coloides (sustancias como las moléculas proteíni-
cas grandes que no llegan a disolverse en soluciones verdaderas). Un
solvente es el componente de una solución que puede disolver un so-
luto. En el ejemplo anterior, el café es el solvente para el azúcar.
En el cuerpo, el agua es el solvente; los solutos son los electrólitos,
el oxígeno y el dióxido de carbono, la glucosa, la urea, los aminoáci-
dos y las proteínas. La ósmosis ocurre cuando la concentración de so-
lutos a una lado de la membrana permeablemente selectiva, como por
ejemplo la membrana capilar, es más alta que al otro lado. Por ejem-
plo, un corredor de maratón pierde una cantidad significativa de agua
a través del sudor, aumentando la concentración de solutos en el plasma
Concentración más alta Concentración más baja
H20
H20

Ósmosis
H20
La ósmosis es el movimiento del agua a través de las membranas ce-
lulares, desde una solución menos concentrada hacia una solución más
concentrada (figura 52-3 I). En otras palabras, el agua se mueve hacia
el líquido con una concentración más alta de solutos en un intento por Sustancias Membrana Moléculas
igualar las mismas. disueltas semipermeable de agua
Los solutos son sustancias disueltas en un líquido. Por ejemplo, Figura 52-3 I Ósmosis: Las moléculas de agua se mueven desde la zona
cuando se añade azúcar al café, el azúcar es el soluto. Los solutos pue- menos concentrada hacia un área más concentrada en un intento por
den ser cristaloides (sales que se disuelven realmente formando solu- equilibrar la concentración de soluciones a ambos lados de la membrana.
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debido a dicha pérdida. Esta concentración más alta de solutos atrae
agua procedente del espacio intersticial y de las células hacia el com-
partimento vascular para equilibrar las concentraciones de solutos en
todos los líquidos. La ósmosis es un mecanismo importante en el man-
tenimiento de la homeostais y el equilibro hídrico.
La concentración de solutos en los fluidos corporales normalmente
se expresa como la osmolalidad. La osmolalidad está determinada por
la concentración total de solutos de un líquido compartimental y se
mide como partes de soluto por kilogramo de agua.
La osmolalidad se indica como miliosmoles por kilogramo
(mOsm/kg). El sodio es, con mucha diferencia, el mayor determinante
de la osmolalidad sérica; la glucosa y la urea también contribuyen.
El potasio, la glucosa y la urea son los principales factores que deter-
minan la osmolalidad del líquido intracelular. El término tonicidad
puede ser utilizado para referirse a la osmolalidad de una solución. Las
soluciones pueden denominarse isotónicas, hipertónicas o hipotóni-
cas. Una solución isotónica tiene la misma osmolalidad que los lí-
quidos corporales. El suero salino, 0,9% cloruro sódico, es una solu-
ción isotónica. Las soluciones hipertónicas tienen una osmolalidad
superior a la de los líquidos corporales; el cloruro sódico al 3% es
una solución hipertónica. Las soluciones hipotónicas, como la solu-
ción salina al 0,45% (cloruro sódico al 0,45%), tienen, por el contra-
rio, una osmolalidad inferior a la de los líquidos corporales.
La presión osmótica es la capacidad de una solución para atraer agua
a través de una membrana semipermeable. Cuando dos soluciones de
diferentes concentraciones de solutos están separadas por una mem-
brana semipermeable, la solución con una concentración más alta ejerce
una mayor presión osmótica, arrastrando agua a través de la membrana
para así igualar la concentraciones de ambas soluciones. Por ejemplo,
la administración de una solución hipertónica por vía intravenosa como
cloruro sódico al 3% provocará la salida de líquido de los hematíes
haciendo que estos se arruguen. Por otro lado, la administración intra-
venosa de una solución hipotónica puede provocar la entrada de agua
en los hematíes debido a su mayor presión osmótica. En el cuerpo, las
proteínas plasmáticas ejercen una fuerza osmótica denominada presión
coloidosmótica o presión oncótica atrayendo agua desde el espacio in-
tersticial hacia el compartimento vascular. Este es un mecanismo im-
portante para el mantenimiento del volumen vascular.
Difusión
La difusión es el continuo intercambio de moléculas en líquidos, ga-
ses o sólidos debido a movimientos al azar de las mismas. Por ejem-
plo, dos gases puestos en contacto llegan a mezclarse completamente
debido al movimiento constante de sus moléculas. El proceso de di-
fusión ocurre incluso cuando dos sustancias están separadas por una
fina membrana. En el organismo, la difusión del agua, los electróli-
tos y otras sustancias ocurre a través de «poros de rotura» de las mem-
branas capilares.
Lecho capilar
Lado arterial del lecho capilar Lado venoso del lecho capilar
Presión hidrostática Presión coloidosmótica Presión hidrostática
(presión sanguínea arterial) (constante a lo largo (presión sanguínea venosa)
del lecho capilar)
Dirección de filtración del Dirección de filtración del
líquido y de los solutos Espacio líquido y de los solutos
intersticial
CAPÍTULO 52 / Líquidos, electrólitos y equilibrio acidobásico 1427
Concentración más alta Concentración más baja
Sustancia
disuelta Membrana
semipermeable
Figura 52-4 I Difusión: El movimiento de las moléculas a través de una
membrana semipermeable desde una zona de mayor concentración hacia
un área de menor concentración.
El grado de difusión de las sustancias varía dependiendo de: a) el
MediaLink
tamaño de las moléculas; b) la concentración de la solución, y c) la
temperatura de la solución. Las moléculas más grandes se mueven más
lentamente que otras más pequeñas ya que requieren más energía para
hacerlo. Con la difusión, las moléculas se mueven de una solución más
concentrada a otra menos concentrada (figura 52-4 I). El aumento de
la temperatura incrementa el grado de movimiento de las moléculas
y por tanto el grado de difusión.
Membrane Transport Animation
Filtración
La filtración es un proceso mediante el cual líquidos y solutos se mue-
ven juntos a través de una membrana, de un comportamiento a otro.
El movimiento ocurre desde un área con mayor presión a otro con una
presión menor. Un ejemplo de filtración es el movimiento de líquidos
y nutrientes desde los capilares de las arteriolas hacia líquido intersti-
cial que rodea las células. La presión en el compartimento que ocasiona
el movimiento del líquido y de las sustancias disueltas hacia el exterior
se denomina presión de filtración. La presión hidrostática es la pre-
sión ejercida por un líquido encerrado en un sistema sobre las paredes
del recipiente que lo contiene. La presión hidrostática de la sangre es
la fuerza ejercida por la sangre contra las paredes vasculares (p. ej.,
las paredes arteriales). El principio que explica la presión hidrostática
es que los fluidos se mueven desde un área de mayor presión a otro de
menor presión. Utilizando el ejemplo de los vasos sanguíneos, las pro-
teínas plasmáticas de la sangre ejercen una presión coloidosmótica u
oncótica (véase la sección anterior «Ósmosis») la cual es contraria a
la presión hidrostática, de este modo se mantiene al líquido dentro del
compartimento vascular. Cuando la presión hidrostática es mayor que
la presión osmótica, el líquido se filtra saliendo de los vasos sanguí-
neos. La presión de filtración en este ejemplo es la diferencia entre la
presión hidrostática y la presión osmótica (figura 52-5 I).
Figura 52-5 I Representación de los cambios en la
presión de filtración dentro del lecho capilar. En el lado
arterial, la presión de la sangre supera la presión
coloidosmótica, y así el agua y las sustancias disueltas
salen de los capilares hacia el espacio intersticial. En el
lado venoso, la presión de la sangre es menor que la
presión coloidosmótica, de modo que el agua y las
sustancias disueltas entran hacía los capilares.
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1428 UNIDAD X / Promoción de la salud por medios naturales

Transporte activo
TABLA 52-1 Valores medios diarios
Filtration Pressure Animation

Las sustancias pueden moverse a través de las membranas celulares

desde soluciones menos concentradas a soluciones más concentradas de aporte líquido en un adulto
mediante transporte activo (figura 52-6 I). Este proceso se diferencia FUENTE CANTIDAD (ML)
de los de difusión y ósmosis en que se produce un gasto de energía me- Líquidos orales 1200 a 1500
tabólica. En el transporte activo, una sustancia se une a un transporta- Agua de los alimentos 1000
dor que se encuentra en la parte externa de la superficie de la membrana Agua como producto del 200
de la célula y juntos se mueven hacia la parte interna de dicha mem- metabolismo de los alimentos
Total 2400 a 2700
brana. Una vez dentro, se separan y la sustancia es liberada en el inte-
rior de la célula. Se necesita un trasportador específico para cada sus-
tancia, enzimas para que se lleve a cabo el transporte activo y energía. El agua procedente del metabolismo de los alimentos aporta gran
Este proceso es de especial importancia en el mantenimiento de las parte del resto del volumen necesario. En un adulto medio esta canti-
diferentes concentraciones en los iones sodio y potasio del LEC y del dad es aproximadamente de 200 mL por día (tabla 52-1).
LIC. Con condiciones normales, las concentraciones de sodio son más La sed es el principal mecanismo regulador de la ingesta de agua.
MediaLink

altas en el líquido extracelular y las concentraciones de potasio lo son
en el interior de las células. Para que se pueda mantener estas propor-
ciones, se activa el mecanismo de transporte activo (la bomba sodio-
potasio) que saca sodio de las células e introduce potasio.
Regulación de los líquidos corporales
En personas sanas, el volumen y la composición química de los com-
partimentos líquidos se mantienen dentro de unos estrechos límites de
seguridad. Normalmente, existe un equilibrio entra la ingesta y la pér-
dida de líquidos. Cualquier enfermedad puede alterar este equilibrio
de modo que el organismo puede sufrir un déficit o un exceso de líqui-
dos muy importante.
Ingesta de líquidos
Durante períodos de actividad moderada a una temperatura media,
un adulto normal bebe alrededor de 1500 mL por día aunque sus ne-
cesidades son de 2500 mL al día, 1000 mL más. Este volumen adi-
cional se obtiene directamente a partir de los alimentos y de su oxi-
dación durante los procesos metabólicos. Es interesante destacar que
la cantidad de agua de los alimentos es relativamente alto, llegando a
suponer un aporte de alrededor de 750 mL por día. El porcentaje de
agua de las verduras es aproximadamente del 90%, el de la fruta fresca
del 85% y el de la carne magra en torno al 60%.
Líquido intracelular Líquido extracelular
El centro de la sed se encuentra localizado en el cerebro, en la región
del hipotálamo. Distintos estímulos son capaces de activar este centro,
entre ellos la presión osmótica de los líquidos corporales, el volumen
vascular y la angiotensina (una hormona que se libera en los riñones
como respuesta a un descenso en el flujo sanguíneo). Por ejemplo, los
corredores de largas distancias pierden cantidades importantes de agua
durante la carrera a través del sudor y del aumento en la frecuencia res-
piratoria, aumentando la concentración de solutos y la presión osmó-
tica de los líquidos corporales. Este incremento en la presión osmótica
estimula al centro de la sed, haciendo que el corredor experimente un
deseo de beber para reemplazar los líquidos perdidos.
La sed normalmente desaparece inmediatamente después de be-
ber una pequeña cantidad de líquido, incluso antes de que este haya
sido absorbido por el aparato digestivo. Sin embargo, esto ocurre
sólo temporalmente, y la sensación de sed reaparece aproximada-
mente a los 15 minutos. La sed es de nuevo saciada después de la
toma de líquidos que distienden la parte superior del aparato di-
gestivo. Estos mecanismos protegen al individuo de una toma exce-
siva de líquidos, ya que se tarda entre 30 minutos y 1 hora para que
los líquidos sean absorbidos y distribuidos a lo largo de todo el orga-
nismo (figura 52-7 I).
Pérdida de líquidos
Como se observa en la tabla 52-2 existe una salida de líquidos a tra-
vés del organismo que equilibra esa ingesta diaria de aproximadamente
2500 mL. Existen cuatro formas a partir de las cuales se puede pro-
ducir la pérdida:

Na+ Na+ Na+ Na+ 1. Orina

Na+ Na+
ATP Na+ Na+ 2. Pérdidas insensibles a través de la piel como sudor y de los pul-
Na+ Na+ mones como vapor de agua en el aire espirado
Na+ Na+ Na+
Na+ Na+ Na+ 3. Pérdidas apreciables a través de la piel
Na+ ATP Na+ Na+ Na+ 4. Pérdidas a través del intestino mediante las heces

K+ K+ ORINA. La principal forma de pérdida de líquidos del organismo

K+ K+ ATP K+
K+ es la orina que se forma en los riñones y se excreta desde la vejiga.
K+ K+
K+ La producción normal de orina para un adulto es de 1400 a 1500 mL
K+ K+ K+
ATP K+ cada 24 horas, o al menos 0,5 mL por kilogramo y por hora. En per-
K+ K+ K+ sonas sanas, esta cantidad puede variar de modo apreciable de un día
a otro. El volumen de orina se incrementa automáticamente con el in-
Membrana semipermeable cremento en la ingesta de líquidos. Sin embargo, si existe una pér-
dida importante a través del sudor, la cantidad disminuye para man-
Figura 52-6 I Ejemplo de transporte activo. Se utiliza energía (ATP) en el
transporte de moléculas de sodio y de potasio a través de una membrana
tener el equilibrio hídrico en el organismo.
semipermeable en contra de gradientes de concentración para ambos
iones (p. ej., desde zonas menos concentradas hasta áreas más PÉRDIDAS INSENSIBLES. La pérdida insensible de líquido ocurre
concentradas). a través de la piel y de los pulmones. Se denominan pérdidas insensi-
Kozier cap52.qxd 25/3/08 16:08 Página 1429

CAPÍTULO 52 / Líquidos, electrólitos y equilibrio acidobásico 1429

Otro tipo de pérdida insensible de agua es a través del aire exhalado.

MediaLink
Descenso en el Incremento en En un adulto, normalmente supone entre 300 y 400 mL al día. Cuando
volumen del líquido la osmolalidad del la frecuencia respiratoria está aumentada, por ejemplo debido al ejerci-
extracelular líquido extracelular cio o a una temperatura corporal elevada, la pérdida puede incrementarse.

HECES. El quimo que pasa del intestino delgado al intestino grueso

Disminución en
contiene agua y electrólitos. En un individuo adulto el volumen de
Se estimulan los la secreción de saliva quimo que llega al intestino está en torno a 1500 mL por día. Prácti-

Fluid Balance Animation

osmorreceptores en el centro camente todo este volumen, excepto aproximadamente 100 mL, es re-
hipotalámico de la sed absorbido en la mitad proximal del intestino grueso.
Boca seca Son necesarias determinadas pérdidas de líquidos para el mante-
nimiento de las funciones normales del organismo. Esto es lo que se
conoce como pérdidas obligatorias. Un adulto necesita excretar apro-
ximadamente 500 mL de líquido a través de los riñones para eliminar
los productos de desecho originados en el cuerpo. La pérdida de agua
mediante la respiración, a través de la piel y en las heces también son
pérdidas obligatorias, necesarias para la regulación de la temperatura
y para la eliminación de otros productos de desecho. Estas pérdidas
Sensación de sed: la
persona busca una bebida suponen un total de aproximadamente 1300 mL al día.

Mantenimiento de la homeostasis
El volumen y la composición de los líquidos corporales están regula-
El agua se absorbe en dos mediante diferentes mecanismos homeostáticos. Un número va-
el aparato digestivo
riado de sistemas orgánicos participan en este control, incluyendo los
riñones, el aparato endocrino, el sistema cardiovascular, los pulmones
y el aparato digestivo. Entre los mecanismos de control y mantenimiento
Incremento en el Descenso en la del volumen vascular se encuentran hormonas como la hormona anti-
volumen del y osmolalidad del
diurética (ADH; también conocida como vasopresina arginina), el sis-
líquido extracelular líquido extracelular
tema renina-angiotensina-aldosterona y el factor natriurético atrial.
Figura 52-7 I Factores que estimulan la ingesta de agua mediante el
mecanismo de la sed. RIÑONES. Los riñones son los controladores más importantes de los
Tomado de Lemone, Priscilla; Burke, Karen M., Medical Surgical Nursing: Critical equilibrios hídrico y electrolítico. Regulan el volumen y la osmolalidad
Thinking in Client Care, 3ª ed c 2004. Reproducido con autorización de Pearson de los líquidos extracelulares modulando la excreción de agua y electró-
Education, Inc. Upper Saddle River, New Jersey. litos. Los riñones ajustan la reabsorción de agua desde el plasma filtrado
y determinan la cantidad excretada en forma de orina. En un adulto nor-
bles ya que normalmente no son evidentes y no pueden medirse. La malmente se filtran entre 135 y 180 L de plasma al día y tan sólo se eli-
pérdida insensible de líquido a partir de la piel ocurre mediante dos mina en torno a 1,5 L de orina. El equilibrio electrolítico se mantiene me-
procesos. El agua se pierde mediante procesos de difusión y del su- diante la retención y la excreción selectiva de iones. Los riñones también
dor (proceso que es evidente, pero no medible). Las pérdidas de agua tienen una función muy importante en la regulación acidobásico, en la
mediante difusión no son evidentes pero suponen aproximadamente eliminación de iones (H+) y en la conservación de bicarbonato.
entre 300 y 400 mL al día. Este proceso puede estar significativamente
aumentado si se elimina la capa protectora de la piel como ocurre en HORMONA ANTIDIURÉTICA. La hormona antidiurética, la cual re-
quemaduras o grandes abrasiones. La cantidad de sudor que se pro- gula la excreción de agua a través de los riñones, es sintetizada en la
duce varia dependiendo de factores como la temperatura ambiental y porción anterior del hipotálamo y actúa en los túbulos colectores de las
la actividad metabólica. La fiebre y el ejercicio incrementan la activi- nefronas. Cuando se eleva la osmolalidad del suero, se produce ADH,
dad metabólica y la producción de calor, con lo que se incrementa la lo que hace que los túbulos colectores sean más permeables al agua.
pérdida de líquidos a través de la piel. Este aumento de la permeabilidad permite una mayor reabsorción ha-
cia la sangre. Como se reabsorbe más agua se reduce la producción de
orina y la osmolalidad disminuye ya que los líquidos corporales se di-
luyen. En el caso contrario, si la osmolalidad sérica disminuye, se su-
TABLA 52-2 Valores medios diarios prime la producción de ADH, los túbulos colectores son entonces me-
de eliminación de líquido en un adulto nos permeables al agua y la formación de orina aumenta. El exceso de
VÍA CANTIDAD (ML)
líquido es eliminado y la osmolalidad del suero vuelve a la normalidad.
Orina 1400 a 1500 Otros factores que también afectan a la producción y liberación de ADH
Pérdidas insensibles son el volumen sanguíneo, la temperatura, el dolor, el estrés y algunos
Pulmones 350 a 450 fármacos como opiáceos, barbitúricos y nicotina (figura 52-8).
Piel 350 a 400
Sudor 100 SISTEMA RENINA-ANGIOTENSINA-ALDOSTERONA. Receptores
Heces 100 a 200 especializados situados en las células yuxtaglomerulares de las ne-
Total 2300 a 2600
fronas renales responden a cambios en la perfusión renal. Esto activa
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1430 UNIDAD X / Promoción de la salud por medios naturales

↑ Osmolalidad sanguínea ↓ Osmolalidad sanguínea

Los osmoreceptores
del hipotálamo Se suprime la
estimulan a la neurohipófisis o secreción de ADH
lóbulo posterior de la hipófisis
para la secreción de ADH

La ADH hace que

La ADH aumenta
el túbulo distal
la permeabilidad
se haga menos
del túbulo distal
permeable al agua

↑ Reabsorción ↓ Reabsorción
de H2O de H2O
hacia la sangre hacia la sangre

↓ Producción de orina
Producción de orina ↑
Descenso en la osmolalidad
La osmolalidad de la
sérica/sanguínea ↓ debido
sangre recupera la
a que el agua provoca dilución
normalidad
de los líquidos corporales

Figura 52-8 I La hormona antidiurética (ADH) regula la excreción de agua a partir de los riñones.

el sistema renina-angiotensina-aldosterona. Si disminuye el flujo o

la presión sanguínea en los riñones, se libera renina. La renina provoca
la conversión del angiotensinógeno en angiotensina I, la cual es trans-
formada en angiotensina II por la enzima convertidora de la angio-
tensina. La angiotensina II actúa directamente sobre las nefrona pro-
vocando la retención de agua y de sodio. Además, estimula la
liberación de aldosterona en la corteza suprarrenal. La aldosterona tam-
bién ocasiona la retención de sodio en la parte distal de la nefrona. El
efecto en cadena del sistema de renina-angiotensina-aldosterona res-
taura el volumen sanguíneo (y la perfusión renal) mediante la reten-
ción de sodio y de agua.
FACTOR NATRIURÉTICO ATRIAL. El factor natriurético atrial (ANF)
se libera en las células auriculares del corazón como respuesta a un ex-
ceso en el volumen sanguíneo y a una distensión de las paredes de las
aurículas. Actuando sobre las nefronas, el ANF atrial favorece la pér-
dida de sodio y actúa como un potente diurético, reduciendo de este
modo el volumen vascular. El ANF también inhibe la sed, reduciendo
la ingesta de agua.
Regulación de electrólitos
Los electrólitos, iones cargados con capacidad para conducir la electrici-
dad, están presentes en todos los líquidos corporales y en los distintos
compartimentos. Del mismo modo que el mantenimiento del equilibrio
hídrico es vital para el funcionamiento normal del organismo, también lo
es el equilibrio electrolítico. Aunque la concentración de los diferentes
electrólitos varía entre los distintos compartimentos, siempre existe una
equilibrio entre cationes (iones cargados positivamente) y aniones (iones
cargados negativamente). Los electrólitos son importantes para:
I Mantener el equilibrio hídrico
I Contribuir a la regulación acidobásica
I Facilitar las reacciones enzimáticas
I Transmitir las reacciones neuromusculares
La mayoría de ellos llegan al organismo mediante los alimentos y son
excretados a través de la orina. Algunos, como el sodio y el cloro, no
se almacenan en el cuerpo y deben consumirse diariamente para man-
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TABLA 52-3 Regulación y funciones de los electrólitos
ELECTRÓLITO REGULACIÓN
Sodio (Na+) I Reabsorción y excreción renal
+
I La aldosterona aumenta la reabsorción de Na
en los túbulos colectores de las nefronas
Potasio (K+) I Excreción y conservación renal
I La aldosterona incrementa la excreción de K+
I Movimiento de entrada y salida de la célula
I La insulina favorece el paso de K+ al interior
de las células; el daño tisular y la acidosis pasa
K+ de las células hacia el LEC
Calcio (Ca2+) I Redistribución entre los huesos y el LEC
I La hormona paratiroidea y el calcitriol
aumentan las concentraciones séricas de
Ca2+; la calcitonina desminuye estos valores
Magnesio (Mg2+) I Conservación y excreción a través de los
riñones
I La absorción intestinal se incrementa por
acción de la vitamina D y de la hormona
paratiroidea
Cloro (Cl–) I Excretado y absorbido en los riñones junto al
sodio
I La aldosterona incrementa la reabsorción de
cloro con el sodio
Fosfato (PO4–) I Excreción y reabsorción renal
I La hormona paratiroidea disminuye las
concentraciones séricas incrementando la
excreción renal
I Existe una relación recíproca con el calcio: el
incremento en los valores de calcio sérico
disminuye la concentración de fosfato, la
disminución del calcio sérico aumenta el fosfato
Bicarbonato (HCO3–) I Excreción y reabsorción renal
I Regeneración en los riñones
tener unas concentraciones normales. El potasio y el calcio, a diferen-
cia de los anteriores, son almacenados en las células y en el hueso, res-
pectivamente. Cuando las concentraciones séricas caen, pueden salir
de su lugar de almacenaje hacia la sangre para mantener unas concen-
traciones sanguíneas adecuadas para el funcionamiento normal. Los
mecanismos de regulación y las funciones de los principales electró-
litos se encuentran resumidos en la tabla 52-3.
+
Sodio (Na )
El sodio es el catión más abundante del líquido extracelular y el que más
contribuye a la osmolalidad del suero. Las concentraciones normales de
sodio sérico son de 135 a 145 mEq/L. Las principales funciones son el
control y la regulación del equilibrio hídrico. Cuando el sodio se reab-
sorbe en los túbulos renales, el cloro y el agua se reabsorben con él, man-
teniendo de este modo el volumen del LEC. Se encuentra en muchos ali-
mentos, como el bacon, el jamón, los quesos curados y la sal de mesa.
Potasio (K+)
El potasio es el principal catión presente en el líquido intracelular, exis-
tiendo sólo una pequeña cantidad en el plasma y en el líquido inters-
ticial. Las concentraciones de potasio en el LIC son normalmente
de entre 125 a 140 mEq/L mientras que los valores plasmáticos son de
3.5 a 5.0 mEq/L. La relación entre el potasio intracelular y el extrace-
lular debe mantenerse para que se produzca la respuesta neuromus-
CAPÍTULO 52 / Líquidos, electrólitos y equilibrio acidobásico 1431
FUNCIÓN
I Regulación del volumen y distribución del LEC
I Mantenimiento del volumen sanguíneo
I Transmisión de los impulsos nerviosos y de la contracción muscular
I Mantenimiento de la osmolalidad del LIC
I Transmisión del impulso nervioso y de otros estímulos eléctricos
I Regulación de la transmisión del impulso cardíaco y de la
contracción muscular
I Función de los músculos esqueléticos y lisos
I Regulación del equilibrio acidobásico
I Formación del hueso y del diente
I Transmisión del impulso nervioso
I Regulación de las contracciones musculares
I Mantenimiento del marcapasos cardíaco (automático)
I Coagulación de la sangre
I Activación de enzimas, como la lipasa y fosfolipasa pancreáticas
I Metabolismo intracelular
I Participación en la bomba sodio-potasio
I Relajación de los músculos contraídos
I Transmisión de los impulsos nerviosos
I Regulación de la función cardíaca
I Producción de HCl
I Regulación del equilibrio del LEC y del volumen vascular
I Regulación del equilibrio acidobásico
I Amortiguador en el intercambio oxígeno-dióxido de carbono en los
eritrocitos
I Formación del hueso y del diente
I Metabolización de hidratos de carbono, proteínas y grasas
I Metabolismo celular; producción de ATP y de ADN
I Función muscular, nerviosa y de los eritrocitos
I Regulación del equilibrio acidobásico
I Regulación de las concentraciones de calcio
I Principal amortiguador corporal en la regulación acidobásica
cular ante los estímulos. Es un electrólito fundamental para la activi-
dad esquelética, cardíaca y de la musculatura lisa. También participa
en el mantenimiento del equilibrio acidobásico y en las reacciones en-
zimáticas intracelulares. El potasio debe ingerirse diariamente, ya que
el organismo no puede almacenarlo. Muchas frutas y verduras, la carne,
el pescado y otros alimentos contienen potasio (cuadro 52-1).
Calcio (Ca2+)
Casi la totalidad, (un 99%), del calcio del organismo se encuentra en el
sistema esquelético, con una cantidad relativamente pequeña en el líquido
extracelular. Aunque este calcio que se encuentra fuera de los huesos y
CUADRO 52-1 Alimentos ricos en potasio
VERDURAS FRUTAS
Aguacate Frutas desecadas (p. ej., pasas, dátiles)
Zanahorias crudas Plátano
Patatas cocidas Albaricoque
Tomate crudo Naranja
Espinacas BEBIDAS
CARNES Y PESCADOS Leche
Vaca Zumo de naranja
Bacalao Néctar de melocotón
Cerdo
Ternera
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1432 UNIDAD X / Promoción de la salud por medios naturales
de los dientes supone solo aproximadamente el 1% del total del cuerpo,
es fundamental en la regulación de la contracción y relajación muscular,
en la funciones neuromuscular y cardíaca. El calcio del LEC está regu-
lado mediante interacciones complejas entre la hormona paratiroidea, la
calcitonina y el calcitriol, un metabolito de la vitamina D. Cuando las
concentraciones del LEC bajan, la hormona paratiroidea y el calcitriol
provocan la liberación del mismo desde los huesos hasta el LEC y
aumentan la absorción del mismo en el intestino, elevando de este modo
su concentración. En sentido inverso, la calcitonina estimula el deposito
de calcio en el hueso, reduciendo los valores séricos de este ión.
Con la edad, el calcio es peor absorbido en el intestino y se excreta
más a través de los riñones. Para compensar las pérdidas de calcio del
LEC se libera de los huesos, aumentándose el riesgo de osteoporosis y
de fracturas de muñeca, vértebras y cadera. La falta de ejercicio (el cual
ayuda a mantener el calcio en los huesos) y la deficiencia en vitamina D
debido a una inadecuada exposición al sol puede aumentar a este riesgo.
La leche y los productos lácteos son las mejores fuentes de calcio,
mientras que otros alimentos como las verduras de hoja verde y el sal-
món en conserva contienen las concentraciones más bajas. Muchos pa-
cientes mejoran con suplementos de calcio.
Las concentraciones séricas a menudo se indican de dos modos, de
acuerdo con la forma en la que el ión se encuentra en el plasma. Apro-
ximadamente el 50% del calcio sérico circula en forma libre, ionizado o
no unido. El otro 50% viaja en el plasma unido bien a proteínas plasmá-
ticas o a otros iones no proteicos. Las concentraciones totales de calcio
sérico normales, las cuales varían dentro del rango de 8,5 a 10,5 mg/dL,
hacen referencia a la suma de la forma unida y de la forma libre. El cal-
cio sérico ionizado normal, con rangos de 4 a 5 m g/dL, indica la canti-
dad circulante en el plasma en forma libre o no unida (Hayes, 2004).
Magnesio (Mg2+)
El magnesio se encuentra principalmente en el esqueleto y en el líquido
intracelular. Es el segundo catión intracelular más frecuente con concen-
traciones séricas normales de 1,5 a 2,5 mEq/L. Es importante en el me-
tabolismo intracelular, siendo fundamental en la producción y utiliza-
ción de ATP. El magnesio también es necesario para la síntesis proteica
y del ADN dentro de las células. Solamente alrededor del 1% del mag-
nesio corporal está en el LEC; aquí participa en el control de la función
neuromuscular y cardíaca. El mantenimiento de unas concentraciones
adecuadas es una parte muy importante del cuidado de los pacientes con
patologías del corazón. Los cereales, las nueces, los frutos secos, las
legumbres y las verduras de hoja verde son buenas fuentes de magne-
sio, así como los productos lácteos, la carne y el pescado.
Cloro (Cl–)
El cloro es el principal anión del LEC; las concentraciones sérica nor-
males son de 95 a 108 mEq/L. Actúa junto al sodio en la regulación
de la osmolalidad sérica y del volumen sanguíneo. La concentración
de este ión en el LEC está regulada por la del sodio; cuando se reab-
sorbe sodio en el riñón, habitualmente ocurre lo mismo con el cloro.
Es el principal componente del jugo gástrico formando parte del ácido
clorhídrico (HCl) y participa en el control del equilibrio acidobásico.
También se comporta como un amortiguador en el intercambio de oxí-
geno y de dióxido de carbono en los glóbulos rojos. El cloro se en-
cuentra en los mismos alimentos que el sodio.
–
Fosfato PO4
El fosfato es el principal anión del líquido intracelular. También se en-
cuentra en el LEC, en el hueso, en el músculo esquelético y en el tejido
nervioso. Las concentraciones séricas normales en adultos varían desde
2,5 a 4,5 mg/dL. Los niños tienen concentraciones mucho más altas que
los adultos, y así los recién nacidos tienen cerca del doble que un adulto.
Las causas de esta diferencia probablemente se encuentren en las altas
concentraciones de hormona de crecimiento y en una velocidad mucho
más rápida en el desarrollo del esqueleto. El fosfato participa en muchas
reacciones químicas de la célula; es fundamental para una funcionali-
dad correcta de los músculos, los nervios y los eritrocitos. También ac-
túa en el metabolismo de las proteínas, grasas e hidratos de carbono. Este
ión se absorbe en el intestino y se encuentra en muchos alimentos como
la carne, el pescado, el pollo, los productos lácteos y las legumbres.
Bicarbonato HCO3–
El bicarbonato se encuentra tanto en el líquido intracelular como en el
extracelular. Su principal función es la regulación del equilibrio acido-
básico siendo un componente esencial del sistema de amortiguación bi-
carbonato-ácido carbónico. Las concentraciones de bicarbonato extra-
celular están controladas por los riñones: se excreta si existe demasiado;
si se necesita más, los riñones regeneran y reabsorben iones de bicar-
bonato. A diferencia de otros electrólitos que deben consumirse con la
dieta, durante los procesos metabólicos se producen cantidades adecua-
das de bicarbonato como para cubrir las necesidades del organismo.
EQUILIBRIO ACIDOBÁSICO
Una parte importante del control del equilibrio químico o de la home-
ostasis de los líquidos corporales es la regulación de su acidez o alcali-
nidad. Un ácido es una sustancia que libera iones hidrógeno (H+) cuando
están en solución. Los ácidos fuertes como el ácido clorhídrico liberan
todos o casi todos sus iones hidrógeno; los ácidos débiles como el ácido
carbónico liberan sólo alguno de ellos. Las bases o álcalis tienen una
concentración baja de iones hidrógeno y pueden aceptarlos cuando se
encuentran en solución. El pH mide la acidez o alcalinidad relativa de
una solución. Indica la concentración de iones hidrógeno de una solu-
ción: cuanto más alta sea la concentración de iones hidrógeno (y más
ácida sea la solución) menor será el pH. El agua tiene un pH de 7 y es
neutro; esto quiere decir, no es ni ácido ni alcalino. Las soluciones con
un pH por debajo de 7 son ácidas; mientras que aquellas con pH por en-
cima de 7 son alcalinas. La escala es logarítmica: una solución con un
pH de 5 es 10 veces más ácida que aquella con un pH de 6.
Regulación del equilibrio acidobásico
Los líquidos corporales se mantienen dentro de un estrecho margen de
pH, el cual es ligeramente alcalino. El pH normal de la sangre arte-
rial está entre 7,35 y 7,45 (figura 52-9 I). Durante el metabolismo con-
pH
6,8 7,35 7,45 7,8
Muerte Acidosis Normal Alcalosis Muerte
Escala de pH
1 7 14
Solución Neutralidad Solución
ácida alcalina
(alta en H+) (baja en H+)
Figura 52-9 I Los líquidos corporales normalmente son ligeramente
alcalinos, con pH entre 7,35 y 7,45.
Kozier cap52.qxd 25/3/08 16:08 Página 1433
tinuamente se están produciendo ácidos. Existen muchos sistemas or-
gánicos, incluyendo los tampones, el aparato respiratorio y el sistema
urinario, que participan activamente para controlar el pH dentro de
esos rangos estrechos necesarios para una función óptima. Los tam-
pones ayudan en el mantenimiento del equilibrio acidobásico mediante
la neutralización del exceso de ácidos o de bases. Los pulmones y los
riñones colaboran mediante la eliminación o la retención de ácidos o
bases.
Tampones
Los tampones previenen los cambios excesivos en el pH mediante la
retirada o la liberación de iones hidrógeno. Si en los líquidos corpo-
rales existe un exceso de iones hidrógeno, los amortiguadores o tam-
pones se unen a ellos, minimizando así los cambios en el pH. Cuando
los líquidos orgánicos son demasiado alcalinos, los tampones pueden
liberar iones hidrógeno, de nuevo minimizando los cambios. La ac-
ción de los amortiguadores es inmediata, pero su capacidad para man-
tener o recuperar el equilibrio acidobásico normal es limitada.
El sistema tampones más importante del líquido extracelular es el
bicarbonato (HCO3–) y ácido carbónico (H2CO3). Cuando se añade
un ácido fuerte como el ácido clorhídrico (HCl), este se combina con
el bicarbonato y el pH solamente baja ligeramente. Una base fuerte
como el hidróxido sódico se combina con el ácido carbónico, el ácido
débil de la pareja del amortiguador, y el pH permanece dentro del es-
trecho margen de la normalidad. Las cantidades de bicarbonato y ácido
carbónico del organismo varían; sin embargo, mientras se mantenga
la relación de 20 partes de bicarbonato por cada parte de ácido carbó-
nico, el pH se mantiene dentro de los límites normales de 7,35 a 7,45
(figura 52-10 I). Si se añade un ácido fuerte al LEC puede cambiar
esta relación ya que el bicarbonato se gasta para neutralizar el ácido.
Cuando esto ocurre, el pH baja, y el paciente presenta una situación
denominada acidosis. La relación también puede verse alterada por
la presencia de una base fuerte en el LEC; se consume entonces el ácido
carbónico que se combina con la base. En el este caso el pH se eleva
y el paciente tiene alcalosis.
Además del sistema de tamponamiento bicarbonato-ácido carbó-
nico, las proteínas plasmáticas, la hemoglobina y los fosfatos también
tienen una función como amortiguadores de los líquidos corporales.
Regulación de la respiración
Los pulmones participan en la regulación del equilibrio acidobásico
mediante la eliminación o retirada de dióxido de carbono (CO2), un
ácido potencial. Combinado con el agua, el dióxido de carbono se con-
1 parte de ácido 20 partes de
carbónico o bicarbonato o
1,2 mEq/l 24 mEq/l
Muerte Acidosis Normal Alcalosis Muerte
6,8 7,35 7,45 7,8
Figura 52-10 I Relación ácido-bicarbonato y pH.
CAPÍTULO 52 / Líquidos, electrólitos y equilibrio acidobásico 1433
vierte en ácido carbónico (CO2 + H2O → H2CO3). Esta reacción quí-
MediaLink
mica es reversible; el ácido carbónico se rompe para dar lugar a dió-
xido de carbono y agua. Actuando junto al sistema de amortiguación
bicarbonato-ácido carbónico, los pulmones controlan el equilibrio aci-
dobásico y el pH modificando el ritmo y la profundidad de las respi-
raciones. La respuesta del sistema respiratorio a los cambios de pH
es rápida, poniéndose en marcha en minutos.
El dióxido de carbono es un potente estimulador del centro de la
Acid-Base Balance Animation
respiración. Cuando los valores sanguíneos de ácido carbónico y de
dióxido de carbono aumentan, el centro de la respiración se estimula
y el ritmo y la profundidad de las respiraciones se incrementa. El dió-
xido de carbono es eliminado y las concentraciones de ácido carbó-
nico disminuyen. Por el contrario, cuando los valores de bicarbonato
son excesivos, el ritmo y la profundidad de las respiraciones se re-
ducen. Esto provoca que se acumule dióxido de carbono y los nive-
les de ácido carbónico aumentan y neutralizan el exceso de bicar-
bonato.
Las concentraciones de dióxido de carbono en la sangre se miden
como PCO2, o presión parcial del gas en la sangre. La PCO2 hace re-
ferencia a la presión del dióxido de carbono en sangre venosa. La
PaCO2 se corresponde con la presión de dióxido de carbono en sangre
arterial. La PaCO2 es de 35 a 45 mm Hg.
Regulación renal
Aunque los tampones y el aparato respiratorio pueden compensar los
cambios del pH, los riñones son los principales reguladores del equi-
librio acidobásico a largo plazo. Responden más lentamente a los cam-
bios, necesitan horas o días para corregir los desequilibrios, pero su
respuesta es más duradera y selectiva que la de los otros mecanismos
(Yucha, 2004).
Los riñones mantienen el equilibrio acidobásico mediante la elimi-
nación o la retención selectiva de iones bicarbonato e hidrógeno.
Cuando existe un exceso de iones hidrógeno y el pH disminuye (aci-
dosis), los riñones reabsorben y resintetizan bicarbonato y eliminan
hidrógeno. En el caso de que exista alcalosis y un pH elevado, el ex-
ceso de bicarbonato se elimina y se retienen iones hidrógeno. La con-
centración sérica normal para el bicarbonato es de 22 a 26 mEq/L.
La interrelación de los mecanismos respiratorio y renal en la regu-
lación del equilibrio acidobásico está explicada en cuadro 52-2.
CUADRO 52-2 Regulación fisiológica
del equilibrio acidobásico
Pulmones Riñones
CO2 + H2O ↔ H2CO3 ↔ H + HCO3
Dióxido de carbono Hidrógeno
+ Ácido carbónico +
Agua Bicarbonato
Los pulmones y los riñones son los dos principales sistemas que están tra-
bajando continuamente para ayudar a controlar el equilibrio acidobásico
en el organismo. En las reacciones bioquímicas indicadas arriba, los pro-
cesos son todos reversibles y pueden ir hacía atrás y hacía adelante según
cambien las necesidades. Los pulmones pueden trabajar muy rápidamente
y actúan reteniendo o eliminando dióxido de carbono mediante modifica-
ciones en el ritmo y en la profundidad de las respiraciones. Los riñones
trabajan mucho más lentamente; puede tardar horas o días en regular el
equilibrio mediante la excreción o la conservación de iones hidrógeno y
bicarbonato. En condiciones normales, los dos sistemas trabajan conjun-
tamente para el mantenimiento de la homeostasis.
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1434 UNIDAD X / Promoción de la salud por medios naturales
FACTORES QUE AFECTAN A
LOS EQUILIBRIOS HÍDRICO,
ELECTROLÍTICO Y ACIDOBÁSICO
La capacidad del organismo para ajustar los equilibrios hídrico, elec-
trolítico y acidobásico está determinada por la edad, el sexo y el ta-
maño corporal, la temperatura ambiental y el modo de vida.
Edad
Los niños, tanto los lactantes como aquellos en crecimiento, tienen un
intercambio de líquidos mucho mayor que los adultos debido a que su
ritmo metabólico más elevado incrementa la pérdida de líquidos. Los
lactantes pierden más líquidos a través de los riñones ya que en ellos
estos órganos todavía son inmaduros y tienen menor capacidad para
conservar el agua como lo hacen los riñones de los adultos. Además,
la respiración de los bebés es más rápida y el área de la superficie cor-
poral es proporcionalmente mayor que el de los adultos, aumentando
con ello las pérdidas insensibles. Un intercambio acelerado de líqui-
dos junto con el aumento de las pérdidas ocasionado por cualquier en-
fermedad pueden provocar desequilibrios hídricos críticos en niños de
manera mucho más rápida a como ocurriría en adultos.
En personas ancianas, el proceso normal de envejecimiento puede
afectar al equilibrio hídrico. El mecanismo de la sed a menudo está dis-
minuido. Las concentraciones de hormona antidiurética se mantienen
en valores normales o incluso pueden estar elevadas, pero las nefronas
tienen menor capacidad para conservar agua como respuesta a la ADH.
El aumento en las concentraciones del factor natriurético atrial visto en
adultos de edad avanzada también contribuye a esta menor capacidad
para retener líquidos. Estos cambios asociados al envejecimiento
CONSIDERACIONES SEGÚN LA EDAD Desequilibrios hídricos y electrolíticos
LACTANTES Y NIÑOS
Los lactantes tienen un riesgo alto de sufrir desequilibrios en los líquidos y
en los electrólitos debido a
I Sus riñones inmaduros no pueden concentrar la orina.
I Tienen una frecuencia respiratoria rápida y proporcionalmente el área
de la superficie corporal es mayor que el de los adultos, lo que provoca
una pérdida insensible a través de la piel y de la respiración.
I Ellos no pueden expresar la sed, no pueden buscar líquidos de modo
activo.
Los vómitos y las diarreas en lactantes y en niños jóvenes pueden provo-
car rápidos desequilibrios electrolíticos. El tratamiento mediante rehidrata-
ción oral (TRO) (p. ej., deberían utilizarse soluciones electrolíticas) puede
emplearse para reemplazar el equilibrio hídrico y electrolítico en deshidra-
taciones leves y moderadas (American Medical Association y cols., 2004).
Un tratamiento con rehidratación oral en los momentos iniciales puede pre-
venir la necesidad de tratamientos intravenosos y hospitalización (Spandor-
fer, Alessandri, Joffe, Localio y Shaw, 2005). Incluso si el niño tiene nau-
seas y vómitos, pueden ser útiles pequeños sorbos de TRO.
ANCIANOS
En los ancianos existen ciertos cambios relacionados con el envejecimiento
que ponen en riesgo de serios problemas de desequilibrios hídricos y elec-
trolíticos, si los mecanismos homeostáticos están alterados. Algunos de es-
tos cambios son
I Un descenso en la sensación de sed.
I Una disminución en la capacidad de los riñones para concentrar la orina.
I Un descenso en la cantidad de líquido intracelular y en el agua corpo-
ral total.
I Una disminución en la respuesta del organismo a las hormonas que
participan en la regulación de los líquidos y electrólitos.
aumentan el riesgo de deshidratación. Dado que se combina con una
mayor la probabilidad de padecer enfermedades cardíacas, disfuncio-
nes renales y protocolos de tratamiento con muchos fármacos, hace las
personas mayores tengan un riesgo significativo de desequilibrios hí-
dricos y electrolíticos. Además, es importante considerar que las per-
sonas de edad avanzada tienen la piel y las venas más finas y frágiles,
lo cual puede hacer que la inserción intravenosa sea más complicada.
Sexo y tamaño corporal
El agua corporal total también está influida por el sexo y el tamaño cor-
poral. Ya que los adipocitos o células grasas contienen muy poco o nada
de agua y los tejidos magros tienen un contenido acuoso elevado, las per-
sonas con un porcentaje alto de grasa corporal tienen menos líquidos
orgánicos. Las mujeres tienen proporcionalmente más grasa y menos agua
corporal que los hombres. En un hombre adulto el agua supone aproxi-
madamente un 60% de su peso, pero solamente un 52% en el caso de una
mujer de la misma edad. En un individuo obeso esta cantidad puede ser
incluso menor, con un porcentaje con respecto al peso corporal única-
mente del 30%-40%.
Temperatura ambiental
La gente con una enfermedad y aquellos que participan en una activi-
dad física intensa están en riesgo de sufrir desequilibrios en los líqui-
dos y en los electrólitos cuando la temperatura ambiental es alta. La
pérdida de líquidos a través del sudor está aumentada en ambientes cá-
lidos ya que el cuerpo necesita disipar calor. Estas pérdidas pueden ser
incluso más elevadas en personas que no se han aclimatado a estos am-
bientes.
Otros factores que pueden influir en el equilibrio hídrico y electrolítico en
los ancianos son
I Incremento en el empleo de diuréticos para el tratamiento de la hiper-
tensión y de enfermedades cardíacas.
I Descenso en el aporte de alimentos y agua, especialmente en ancia-
nos con demencia o aquellos que dependen de otros para alimen-
tarse y recibir líquidos.
I La preparación para determinadas pruebas diagnósticas que mantienen
a los pacientes en dieta absoluta durante mucho tiempo o provocan
diarrea como los laxantes.
I Los pacientes con funciones renales alteradas, como los ancianos con
diabetes.
I Aquellos que a los que se van a realizar determinadas pruebas diagnós-
ticas. (Contrastes utilizados para algunas técnicas, como arteriogramas
y cateterizaciones cardíacas, pueden ocasionar problemas renales pos-
teriores. Siempre comprobar que el enfermo esté bien hidratado antes,
durante y después del procedimiento para ayudar a la dilución y excre-
ción del contraste. Si el paciente no debe estar en ayuno absoluto, el
personal de enfermería debería comprobar con el médico de familia si
son necesarios líquidos IV.)
I Cualquier proceso que pueda comprometer los mecanismos compen-
sadores normales, como fiebre, gripe, cirugía o exposición al calor.
Todas estos factores aumentan el riesgo del anciano de padecer un desequi-
librio hídrico y electrolítico. Los cambios pueden acontecer de modo rápido
y llegar a ser importantes en poco tiempo. Una observación adecuada y ac-
tuaciones rápidas por parte del personal de enfermería pueden ayudar a
prevenir consecuencias graves. El primer síntoma de desajuste puede ser
un cambio en el estado mental y puede ser evaluado más adelante para
determinar la causa.
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Mediante el sudor se pierden tanto sales como agua. Cuando sola-
mente se restituye el agua, la falta de sales puede ser un riesgo. La per-
sona que agota sus sales puede experimentar fatiga, debilidad, dolor
de cabeza y síntomas gastrointestinales como anorexia o náuseas. El
riesgo de sufrir efectos adversos es incluso mayor cuando no se reem-
plaza el agua. La temperatura corporal aumenta y la persona puede pa-
decer agotamiento térmico o golpe de calor. Los golpes de calor pue-
den ocurrir en adultos de edad avanzada o en personas enfermas
durante períodos prolongados de calor; también pueden afectar a atle-
tas y a trabajadores manuales cuando la producción de calor corporal
supera la capacidad del organismo para disiparlo.
Consumir cantidades adecuadas de líquidos, sobre todo durante la
actividad agotadora, reduce el riesgo de efectos adversos secundarios
al calor. Las soluciones isotónicas y las ricas en hidratos de carbono
y electrólitos, como las bebidas deportivas, se recomiendan porque re-
emplazan el agua y los electrólitos perdidos por el sudor.
Modo de vida
Otros factores como la dieta, el ejercicio y el estrés pueden afectar a
los equilibrios hídrico, electrolítico y acidobásico.
La ingesta de líquidos y electrólitos se ve condicionada por la dieta.
Las personas con anorexia nerviosa o bulimia están en riesgo de sufrir
desequilibrios de líquidos y electrólitos graves debido a un aporte in-
suficiente o por acciones de eliminación (p. ej., vómitos inducidos, em-
pleo de diuréticos o laxantes). La gente con problemas graves de mal-
nutrición tienen concentraciones bajas de albúmina sérica y pueden
padecer edemas ya que se reduce el paso osmótico del líquido hacia el
compartimento vascular. Cuando el aporte calórico no es el adecuado
para cubrir las necesidades del organismo, se movilizan las reservas
de grasa y se liberan ácidos grasos, aumentado el riesgo de acidosis.
Un ejercicio físico suave de modo regular, como caminar, correr o
montar en bicicleta, tiene un efecto beneficioso sobre el equilibrio del
calcio. La pérdida de material óseo que se produce en las mujeres des-
pués de la menopausia y en los hombres de edad avanzada se enlentece
gracias al ejercicio regular, reduciéndose el riesgo de osteoporosis.
El estrés puede aumentar el metabolismo celular, la concentración
de glucosa y las concentraciones de catecolaminas. También puede po-
tenciar la producción de ADH, lo cual provoca la disminución en la
producción de orina. La respuesta global del organismo al estrés es el
aumento del volumen sanguíneo.
Existen otros factores del estilo de vida que igualmente pueden con-
dicionar los equilibrios hídricos, electrolíticos y acidobásico. El consumo
excesivo de alcohol afecta al equilibrio de electrólitos, aumentando el
riesgo de disminución de las concentraciones de calcio, magnesio y fos-
fato. Las personas que beben grandes cantidades de alcohol tienen un ma-
yor riesgo de acidosis asociado a la movilización del tejido adiposo.
ALTERACIONES EN EL VOLUMEN
DE LÍQUIDOS Y EN LOS EQUILIBRIOS
ELECTROLÍTICO Y ACIDOBÁSICO
Existe gran número de factores que afectan la capacidad del organismo
de mantener los equilibrios hídrico, electrolítico y acidobásico como en-
fermedades, traumatismos, cirugía y fármacos. Los riñones tienen su
función principal en mantener el equilibrio de los líquidos, electrólitos
y acidobásico y la alteración renal es una causa importante de desequi-
librio. Los pacientes que están confusos o incapaces de comunicar sus
deseos están en riesgo de sufrir una ingesta inadecuada de líquidos. Los
CAPÍTULO 52 / Líquidos, electrólitos y equilibrio acidobásico 1435
vómitos, diarrea y aspiraciones nasogástricas provocan pérdidas impor-
tantes de líquidos. Los daños tisulares, como las quemaduras, ocasionan
la salida de líquidos y electrólitos desde las células dañadas. El descenso
en el flujo sanguíneo renal provocado por una alteración en la funciona-
lidad cardíaca estimula el sistema renina-angiotensina-aldosterona lo
que determina la retención de sodio y de agua. Algunos fármacos, como
diuréticos o corticoesteroides, pueden ser responsables de pérdidas de
electrólitos y de pérdida o retención de líquidos. Ciertos trastornos como
la diabetes mellitus o la enfermedad pulmonar obstructiva crónica
(EPOC) pueden afectar al equilibrio acidobásico. La diabetes cetoaci-
dótica, las neoplasias y los traumatismos craneales también pueden con-
ducir a desequilibrios electrolíticos.
Desequilibrios hídricos
Los desequilibrios hídricos son de dos tipos: isotónicos y osmolares. Los
desequilibrios isotónicos aparecen cuando se pierden o se ganan agua y
electrólitos en proporciones iguales, de modo que la osmolalidad de los
líquidos corporales permanece constante. Los desequilibrios osmolares
aparecen cuando se produce únicamente pérdida o ganancia de agua, con
lo que la osmolalidad del suero se ve alterada. Por tanto pueden aparecer
cuatro desequilibrios hídricos: a) una pérdida isotónica de agua y electró-
litos; b) una ganancia isotónica de agua y electrólitos; c) una pérdida hi-
perosmolar solamente de agua, y d) una ganancia hipo-osmolar únicamente
de agua. Estas se conocen, respectivamente, como un déficit en el volumen
de líquidos, un exceso en el volumen de líquidos, deshidratación (desequi-
librio hiperosmolar) y sobrehidratación (desequilibrio hipo-osmolar).
Déficit de volumen de líquido
El déficit de volumen de líquido (DVL) istotónico aparece cuando el or-
ganismo pierde en proporciones similares tanto agua como electrólitos
del LEC. De este modo, el resto de líquidos permanece isotónico. En
este caso la pérdida de líquido se produce inicialmente en el comparti-
mento intravascular, de modo que a menudo se denomina hipovolemia.
El DVL generalmente ocurre como resultado de: a) pérdidas anor-
males a través de la piel, del aparato gastrointestinal o de los riñones;
MediaLink
b) descenso en la ingesta de agua; c) sangrado, o d) movimiento de
líquido hacia el tercer espacio. Véase la sección sobre el «Síndrome
del tercer espacio» que sigue.
Para conocer los factores de riesgo y los síntomas clínicos relacio-
nados con el déficit de volumen de líquido véase la tabla 52-4.
SÍNDROME DEL TERCER ESPACIO. En el síndrome del tercer es-
pacio, los líquidos salen desde el lecho vascular hacia un área que no
Determining Body Fluid Problems Application
puede considerarse líquido extracelular. Este líquido permanece en el
organismo pero prácticamente no está disponible, provocando un dé-
ficit de volumen isotónico. El líquido puede estar secuestrado en el in-
testino, en el espacio intersticial en forma de edema, en tejidos infla-
mados o en un espacio virtual como las cavidades pleural o peritoneal.
El paciente con síndrome del tercer espacio tiene un déficit de vo-
lumen isotónico, pero puede no presentar una pérdida aparente de lí-
quido o de peso. Es vital un análisis cuidadoso por parte del personal
de enfermería para identificar y actuar en pacientes que estén sufriendo
este síndrome. Dado que el líquido volverá de nuevo al compartimiento
vascular con el tiempo, también es muy importante la valoración de
las manifestaciones de exceso de volumen de líquidos o hipervolemia.
Exceso de volumen de líquidos
El exceso de volumen de líquidos (EVL) aparece cuando el organismo
retiene en proporciones similares agua y sodio del LEC normal. Esta
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1436 UNIDAD X / Promoción de la salud por medios naturales

TABLA 52-4 Déficit de volumen de líquidos isotónico (DVL)

FACTORES DE RIESGO MANIFESTACIONES CLÍNICAS INTERVENCIONES DE ENFERMERÍA
Pérdida de agua y de electrólitos debido a Quejas de debilidad y sed Valoración de las manifestaciones clínicas de DVL
I Vómitos Pérdida de peso Seguimiento del peso y de los signos vitales,
I Diarrea I Pérdida del 2%: DVL leve incluyendo la temperatura
I Producción excesiva de sudor I Pérdida del 5%: moderado Determinación de la turgencia tisular
I Poliuria I Pérdida del 8%: grave
Control del aporte y de las pérdidas de líquidos
I Fiebre Aporte de líquidos inferior a las pérdidas
Seguimiento de los hallazgos de laboratorio
I Sondaje nasogástrico Disminución de la turgencia cutánea
I Drenajes deficientes o pérdidas por heridas Administración de líquidos orales e
Membranas mucosas secas, globos oculares intravenosos del modo en que se indiquen
Aporte insuficiente debido a hundidos, disminución en la producción de lágrima
I Anorexia Ofrecimiento de cuidados continuos de la boca
Temperatura por debajo de lo normal
I Náuseas Tomar medidas para prevenir las lesiones
Pulso débil, rápido cutáneas
I Incapacidad para acceder a líquidos
I Consumo inadecuado Descenso de la tensión sanguínea Ofrecer apoyo como medida seguridad, por
I Confusión, depresión Hipotensión postural (ortostática) (descenso ejemplo, ayudar al paciente a levantarse de la
significativo en la presión arterial cuando el cama
paciente pasa de estar tumbado a sentarse o
ponerse en pie)
Venas del cuello finas, retraso del tiempo de
relleno capilar
Disminución de la presión venosa central
Disminución del volumen de orina (<30 mL/h)
Aumento de la densidad de la orina (>1030)
Aumento del hematócrito
Aumento del nitrógeno ureico en sangre (BUN)

situación suele conocerse como hipervolemia (incremento del volu-
men sanguíneo). El EVL siempre es secundario a un incremento en
el contenido total de sodio del organismo, lo que ocasiona un incre-
mento en el agua corporal total. Como se retiene tanto el agua como
el sodio, la concentración sérica del ión permanece prácticamente nor-
mal y el exceso de volumen de líquido es isotónico. Las causas espe-
cíficas de EVL son: a) ingesta excesiva de cloruro sódico; b) admi-
nistración demasiado rápida de sueros, sobre todo en pacientes con
alteraciones en los mecanismos de regulación, y c) procesos patoló-
gicos que alteren los mecanismos reguladores, como insuficiencia car-
díaca, insuficiencia renal, cirrosis hepática y síndrome de Cushing.
Los factores de riesgo y las manifestaciones clínicas del EVL es-
tán resumidas en la tabla 52-5.
EDEMA. En los excesos de volumen de líquidos, está aumentado la
cantidad de agua y de sodio tanto el espacio intravascular como en el
espacio intersticial. El exceso de líquido intersticial se conoce como
edema. Los edemas son más aparentes en zonas donde la presión tisu-
lar es baja, como alrededor de los ojos o en tejidos declives (conocido
como edema postural) y donde la presión hidrostática capilar es alta.
El edema puede estar provocado por mecanismos muy diferentes.
Las tres principales formas son aumento de la presión hidrostática
capilar, disminución en la presión oncótica plasmática y aumento de
la permeabilidad capilar. Puede ser debido a EVL lo que incrementa
la presión hidrostática capilar, haciendo pasar líquido hacia los tejidos
intersticiales. Este tipo de edema con frecuencia se observa en zonas
declives como los pies, tobillos y sacro, debido a los efectos de la gra-
vedad. Las concentraciones bajas de proteínas plasmáticas debido a
malnutrición o a enfermedades hepáticas o renales puede disminuir
la presión oncótica del plasma y con ello hacer que los líquidos no en-
tren en los capilares desde los tejidos intersticiales, provocando edema.
Con traumatismos tisulares y en algunas patologías, como las reaccio-

TABLA 52-5 Exceso de volumen de líquidos isotónico (EVL)

FACTORES DE RIESGO MANIFESTACIONES CLÍNICAS INTERVENCIONES DE ENFERMERÍA
Excesivo aporte por vía intravenosa de líquidos Ganancia de peso Valoración de las manifestaciones clínicas de EVF
que contienen sodio I Ganancia del 2%: EVL leve Seguimiento del peso y de los signos vitales
Ingestión exagerada de sodio en la dieta o por I Ganancia del 5%: moderado Exploración de edemas
medicamentos (p. ej., antiácidos con I Ganancia del 8%: grave
Valoración de los sonidos respiratorios
bicarbonato sódico o enemas con soluciones Ingesta de líquido que supera las pérdidas
Control del aporte y de las pérdidas de líquidos
hipertónicas). Pulso fuerte, saltón o capricante; taquicardia
Análisis de los hallazgos de laboratorio
Alteraciones en la regulación del equilibrio Aumento de la presión arterial y de la presión
Colación en posición tipo Fowler
hídrico relacionadas con venosa central
I Insuficiencia cardíaca Administración de diuréticos prescritos
Venas periféricas y del cuello distendidas;
I Insuficiencia renal Restricción del aporte de líquidos como se
vaciado venoso lento
I Cirrosis hepática haya ordenado
Estertores húmedos en los pulmones; disnea,
Restricción del sodio de la dieta tal y como se
respiraciones acortadas
haya prescrito. Utilización de medidas para
Confusión mental
prevenir las alteraciones cutáneas
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CAPÍTULO 52 / Líquidos, electrólitos y equilibrio acidobásico 1437

2 mm

1+ Apenas detectable

4 mm

2+ De 2 a 4 mm

6 mm

3+ De 5 a 7 mm

12 mm
4+ Más de 7 mm
A B
Figura 52-11 I Evaluación del edema. A. Edema palpable sobre la tibia como se muestra aquí y detrás del maleolo medial, y sobre el dorso de cada pie.
B. Escala de cuatro puntos para la valoración del edema.

nes alérgicas, los capilares se vuelven más permeables, permitiendo
que los líquidos escapen hacia el intersticio. La obstrucción del flujo
linfático impide el paso de líquido procedente del tejido intersticial de
regreso al compartimento vascular, provocando edema.
El edema con fóvea es aquel que deja una pequeña depresión o fosa
después de aplicar presión con los dedos sobre una zona inflamada. La
fóvea está provocada por el movimiento del líquido desde el punto de
presión hacia los tejidos próximos (figura 52-11 I). Normalmente, tras
10 a 30 segundos la depresión desaparece.
Deshidratación
La deshidratación, o desequilibrio hiperosmolar, aparece cuando se
pierde agua del organismo haciendo que el paciente tenga un exceso
de sodio. Ya que se pierde agua mientras que los electrólitos, sobre
todo el sodio, son retenidos, la osmolalidad y las concentraciones de
sodio séricas aumentan. El agua pasa al compartimento vascular pro-
cedente del espacio intersticial y de las células, lo que provoca la des-
hidratación de estas últimas. Los adultos de edad avanzada tienen un
especial riesgo de sufrir deshidratación debido a una disminución en
la sensación de sed. Este tipo de falta de agua también puede afectar
a pacientes que tengan hiperventilación o sufran procesos febriles pro-
longados o en diabéticos cetoacidóticos y en aquellos que están reci-
biendo alimentación enteral con un aporte insuficiente de agua.
Sobrehidratación
La sobrehidratación, también denominado desequilibrio hipo-osmolar
o exceso de agua, ocurre cuando se recibe un aporte por encima de lo
normal de líquidos sin aumento de electrólitos, lo que origina una os-
molalidad y una concentración de sodio séricas bajas. A nivel cerebral
esto puede provocar edema y alteración de la función neurológica. La
intoxicación con agua a menudo aparece cuando se pierden tanto líqui-
dos como electrólitos, por ejemplo, mediante una transpiración exce-
siva, y sólo se repone agua. También puede ser el resultado del síndrome
de hormona antidiurética insuficiente (SIADH), una patología que puede

CÁPSULA DE MEDICACIÓN Fármacos diuréticos Furosemida

PACIENTE CON EXCESO DE VOLUMEN DE LÍQUIDOS

Furosemida inhibe la reabsorción de sodio y de cloro en el asa de Henle y en el túbulo renal distal. Esto provoca una diuresis importante, con excreción

MediaLink
renal de agua, cloruro sódico, magnesio, hidrógeno y calcio.
Normalmente se utiliza furosemida en el tratamiento clínico del edema secundario a la insuficiencia cardíaca, de la hipertensión y en la enfermedad
hepática o renal. Los efectos terapéuticos incluyen diuresis y descenso en la presión sanguínea.
RESPONSABILIDADES DE ENFERMERÍA EDUCACIÓN DEL PACIENTE Y DE LA FAMILIA
I Valoración regular del estado de líquidos del enfermo. El análisis debe- I La medicación debería tomarse exactamente como se haya prescrito. Si
ría incluir el peso diario, un seguimiento estrecho de la ingesta y de las usted se olvida una dosis, debe tomarla tan pronto como sea posible;
pérdidas, la turgencia cutánea, edema, sonidos pulmonares y mucosas. sin embargo, si un día se ha olvidado, no doble la dosis el día siguiente.
Furosemide Drug Animation

I Seguimiento de las concentraciones de potasio del paciente. Furose-
mida es un diurético de asa el cual excreta potasio y puede ocasionar
hipopotasemia.
I Administración por la mañana para evitar el aumento de la producción
de orina durante las horas de sueño.
I Si el paciente también está tomando digitálicos, él o ella debería valo-
rarse por posible anorexia, náusea, vómitos, calambres musculares, pa-
restesia y confusión. El efecto de la pérdida de potasio debido a la fu-
rosemida hace que el riesgo de toxicidad por digitálicos aumente.
Nota: Antes de administrar cualquier medicación, se deben revisar todos los aspectos en un manual de farmacología actual o cualquier otra fuente fiable.
I Pesarse todos los días e indicar al médico de familia cualquier ganan-
cia o pérdida de peso de más de 1,5 kilogramos en un día.
I Contactar con su médico de familia inmediatamente si empieza a ex-
perimentar debilidad muscular, temblores, náusea, mareos, parálisis u
hormigueo en las extremidades.
I Será necesaria alguna forma de suplementación con potasio. El médico
de referencia puede prescribir suplementos orales para usted; si no, us-
ted necesitará consumir una dieta rica en potasio.
I Realizar cualquier cambio de posición de modo lento para minimizar
el mareo ocasionado por la hipotensión ortostática.
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1438 UNIDAD X / Promoción de la salud por medios naturales
NOTA DE INVESTIGACIÓN ¿Cuál es la prevalencia de la deshidratación crónica en ancianos?
Los estudios previos han indicado que la deshidratación es un problema en
ancianos hospitalizados, y se ha documentado que una ingesta baja de lí-
quidos es un problema en las residencias. Los autores se preguntan si la des-
hidratación crónica es también un problema en ancianos. Los investigado-
res dirigen un estudio retrospectivo descriptivo de 185 ancianos de entre
75 y 100 años. Este grupo de ancianos visitó la sección de urgencias del hos-
pital durante un período de tiempo de 1 mes. Se definió la deshidratación
como una relación entre el nitrógeno ureico sanguíneo y la creatinina (BUN:Cr)
mayor de 20:1. El 48% de los individuos del grupo estaban deshidratados
en el momento del ingreso en urgencias. Los ancianos de una residencia
tenían una mayor probabilidad de estar deshidratados (65%); sin embargo,
sólo el 44% de los ancianos que vivían en sus casas estaban deshidratados.
ser consecuencia de algunos tumores malignos, sida, daño cerebral o ad-
ministración de ciertos fármacos como barbitúricos o anestésicos.
Desequilibrios electrolíticos
Los más frecuentes y los más importantes desequilibrios electrolíticos
incluyen al sodio, potasio, calcio, magnesio, cloro y fosfato.
Sodio
El sodio (Na+), el catión más abundante del líquido extracelular, no so-
lamente entra y sale del organismo sino que también se mueve a tra-
vés de los tres compartimentos líquidos manteniendo un cuidadoso
equilibrio. Se encuentra en la gran mayoría de las secreciones corpo-
rales, por ejemplo, saliva, secreciones gástrica e intestinal, bilis, y se-
creciones pancreáticas. Por tanto, la eliminación continua a través de
cualquiera de estas vías, como la aspiración intestinal, puede provocar
una deficiencia de sodio. Dado que su función es regular el equilibrio
hídrico, los desequilibrios de este ión normalmente se acompañan de
alteraciones en el agua.
La hiponatremia es una deficiencia en sodio, o una concentración
sérica de sodio inferior a 135 mEq/L, y representa, en el ámbito de los
cuidados intensivos, un desequilibrio electrolítico frecuente. Debido a
su importancia en la determinación de la osmolalidad del LEC, la hi-
ponatremia normalmente provoca un descenso en la misma. El agua
saldrá del compartimento vascular hacia el tejido intersticial y hacia
las células (figura 52-12 I, A), provocando las manifestaciones clíni-
cas que se asocian a esta patología. Cuando las concentraciones de so-
dio disminuyen, el cerebro y el sistema nervioso se ven afectados por
edema celular. Una hiponatremia intensa, con valores de sodio por de-
Las células se hinchan Las células se encogen
cuando se llenan de cuando sale agua
agua procedente del LEC hacia el LEC
H2O
H2O H2O
H2O
B que la hipopotasemia y ocurre raramente en pacientes con una funcio-
A
Hiponatremia: Hipernatremia:
Na+ menor de 135 mEq/l Na+ mayor de 145 mEq/l
Figura 52-12 I Las concentraciones de sodio extracelular afectan al
tamaño celular. A. En la hiponatremia, las células se hinchan; B. En la
hipernatremia, las células se encogen.
IMPLICACIONES
Los resultados demostraron que la deshidratación es un problema tanto en
ancianos que viven en sus hogares como en aquellos que lo hacen en resi-
dencias. La prevención de la deshidratación es una intervención importante
para el personal de enfermería que trabaja con ancianos. Las acciones del
personal de enfermería deben incluir hablar con los enfermos y sus familias
acerca de los peligros de la deshidratación y las sugerencias para prevenirlos.
Nota: Tomado de «Unrecognized Chronic Dehydration in Older Adults. Examining Pre-
valence Rate and Risk Factors», por J.A. Bennett, V. Thomas, and B. Riegel, 2004, Jour-
nal of Gerontological Nursing, 30 (1), pp. 22-28. Copyright c 2004 SLACk, Inc. Reim-
preso con autorización.
bajo de 110 mEq/L, supone una emergencia médica y puede ocasio-
nar un daño neurológico permanente (Astle, 2005).
La hipernatremia es un exceso de sodio en el LEC, o una concen-
tración sérica de sodio superior a 145 mEq/L. Ya que la presión osmó-
tica del líquido extracelular está aumentada, los fluidos salen de las cé-
lulas hacia el LEC (figura 52-12 I, B). Esto provoca la deshidratación
de las células. Como en el caso de la hiponatremia, la principales ma-
nifestaciones de la hipernatremia son de naturaleza neurológica.
Es importante indicar que el mecanismo de la sed protege al indi-
viduo frente a la hipernatremia. Por ejemplo, cuando un individuo llega
a estar sediento, el organismo está estimulado para beber agua lo que
ayuda a corregir el exceso de sodio. Los pacientes en riesgo de sufrir
hipernatremia son aquellos que no pueden tener acceso al agua (p. ej.,
individuos inconscientes, incapaces de pedir líquidos como los recién
nacidos o los ancianos con demencia, pacientes enfermos con un me-
canismo de la sed alterado).
La tabla 52-6 enumera los factores de riesgo y los síntomas clíni-
cos de la hiponatremia y de la hipernatremia.
Potasio
Aunque la cantidad de potasio (K+) en el líquido extracelular es pe-
queña, es imprescindible para unas funciones neuromuscular y cardía-
ca normales. Es importante una actividad renal adecuada para el man-
tenimiento del equilibrio de este ión ya que el 80% del potasio es
eliminado a través de los riñones. El potasio debe reponerse diaria-
mente para conseguir concentraciones aducadas. Normalmente, esto
se consigue a partir de los alimentos. Véase cuadro 52-1 de la p. 1431
para una revisión de los alimentos ricos en potasio.
La hipopotasemia es una deficiencia de potasio o una concentra-
ción sérica del mismo inferior a 3,5 mEq/L. Las causas más habitua-
les son las pérdidas de potasio por vómitos y aspiracióm gástrica, así
como el empleo de diuréticos perdedores de potasio como los tiacídi-
cos y los diuréticos de asa (p. ej., furosemida). Los síntomas de la hi-
popotasemia suelen ser leves hasta que los valores caen por debajo
de 3 mEq/L a no ser que el descenso sea rápido. Cuando la bajada es
gradual, el organismo lo compensa mediante el paso de potasio desde
el interior de la célula hasta el suero.
La hiperpotasemia es un exceso de potasio o una concentración sé-
rica del mismo superior a 5 mEq/L. Este proceso es menos frecuente
nalidad renal normal. Es, sin embargo, más peligrosa ya que puede
producir parada cardíaca. Al igual que en el caso anterior, los sínto-
mas son más graves y ocurren a concentraciones más bajas cuando el
incremento es muy rápido. La tabla 52-6 enumera los factores de riesgo
y los síntomas clínicos de la hipopotasemia y de la hiperpotasemia.
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CAPÍTULO 52 / Líquidos, electrólitos y equilibrio acidobásico 1439

TABLA 52-6 Desequilibrios electrolíticos

FACTORES DE RIESGO MANIFESTACIONES CLÍNICAS INTERVENCIONES DE ENFERMERÍA
Hiponatremia
Pérdida de sodio Obnubilación, confusión, temor Valoración de las manifestaciones clínicas.
I Pérdida de líquidos por vía digestiva Fasciculaciones musculares Seguimiento de los aportes y de las pérdidas
I Sudor Retortijones, dolores cólicos en abdomen de líquidos.
I Empleo de diuréticos Anorexia, nausea, vómitos Análisis de los datos de laboratorio (p. ej., sodio
Ganancia de agua Cefaleas sérico).
I Líquidos isostónicos por sonda de alimentación Temblores, coma Control exhaustivo del paciente si se están
I Bebida excesiva de agua Hallazgos de laboratorio: administrando soluciones salinas hipertónicas.
I Exceso de administración IV de dextrosa al Sodio sérico por debajo de 135 mEq/L Favorecer la toma de alimentos y líquidos altos
5% en agua Osmolalidad sérica inferior a 280 mOsm/kg en sodio si está permitido (p. ej., sal de mesa,
bacon, jamón, quesos curados).
Síndrome de secreción inadecuada de ADH
Limitar la ingesta de agua como esté indicado.
(SIADH)
I Traumatismo craneal
I Sida
I Tumores malignos

Hipernatremia
Pérdida de agua Sed Seguimiento de los aportes y de las pérdidas
I Pérdidas insensibles (hiperventilación o fiebre) Membranas mucosas secas y pegajosas de líquidos.
I Diarrea Lengua roja, seca, hinchada Valoración de los cambios de comportamiento
I Privación de agua Debilidad (p. ej., inquietud, desorientación).
Ganancia de sodio Hipernatremia grave: Análisis de los datos de laboratorio (p. ej., sodio
I Administración parenteral de soluciones salinas I Fatiga, inquietud sérico).
I Líquidos hipertónicos por sonda de I Disminución en el nivel de consciencia Animar el consumo de líquidos según indicación
alimentación sin la cantidad adecuada de agua I Desorientación Seguimiento de la dieta tal y como se haya
I Uso excesivo de sal de mesa (una cucharada I Convulsiones prescrito (p. ej., restricción de la ingesta de sal y
de té contiene 2300 mg de sodio) de alimentos ricos en sodio).
Hallazgos de laboratorio:
Procesos como Sodio sérico por encima de 145 mEq/L
I Diabetes insípida Osmolalidad sérica superior a 300 mOsm/kg
I Golpe de calor

Hipopotasemia
Pérdida de potasio Debilidad muscucular, temblores en las piernas Valoración de la frecuencia y del ritmo cardíaco.
I Vómitos y aspirado gástrico Fatiga, letargia Control exhaustivo de los pacientes que estén
I Diarrea Anorexia, nausea, vómito recibiendo digitálicos (p. ej., digoxina) debido a
I Transpiración excesiva Descenso en los sonidos y en la motilidad que la hipopotasemia incrementa el riesgo de
I Empleo de fármacos perdedores de potasio intestinal toxicidad por digitálicos.
(p. ej., diuréticos) Arritmias cardíacas Administración de potasio oral tal y como se
I Aporte insuficiente (como en pacientes Disminución de los reflejos de los tendones haya prescrito con comida o con líquidos para
debilitados, alcohólicos, anorexia nerviosa) profundos prevenir la irritación gástrica.
I Hiperaldosteronismo Pulso débil, irregular Administración de soluciones IV de potasio a
un ritmo no superior de 10 a 20 mEq/h; nunca
Hallazgos de laboratorio: emplear potasio no diluido de modo
Potasio sérico por debajo de 3,5 mEq/L intravenoso. En aquellos enfermos que estén
Gasometría arterial puede mostrar alcalosis recibiendo potasio IV, valoración de dolor e
Aplanamiento de la onda T y depresión del inflamación en el lugar de la inyección.
segmento ST en el ECG Indicar al paciente alimentos ricos en potasio
Enseñar al enfermo a como prevenir las
pérdidas excesivas de potasio (p. ej., mediante
el abuso de diuréticos o laxantes).
Hiperpotasemia
Disminución en la eliminación de potasio Hiperactividad gastrointestinal, diarrea Hacer un seguimiento exhaustivo de la
I Insuficiencia renal Irritabilidad, apatía, confusión situación cardíaca y del ECG.
I Hipoaldosteronismo Arritmias o parada cardíaca Administración de diuréticos y de otras
I Diuréticos ahorradores de potasio Debilidad muscular, arreflexia (ausencia de medicaciones como glucosa o insulina como
Aporte excesivo de potasio reflejos) se hayan prescrito.
Disminución en el ritmo cardíaco Interrumpir los suplementos de potasio y de
Pulso irregular diuréticos ahorradores de potasio.

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1440 UNIDAD X / Promoción de la salud por medios naturales

TABLA 52-6 Desequilibrios electrolíticos (cont.)

FACTORES DE RIESGO MANIFESTACIONES CLÍNICAS INTERVENCIONES DE ENFERMERÍA
Hiperpotasemia (cont.) Parestesias y parálisis de las extremidades Seguimiento de las concentraciones séricas de
I Utilización excesiva de sustitutivos de la sal
Hallazgos de laboratorio: K+, puede aparecer una caída rápida cuando el
que contengan potasio Potasio sérico por encima de 5 mEq/L potasio pasa dentro de las células.
I Perfusiones IV de potasio excesivas o
Onda T picuda, QRS ancho en el ECG Enseñar a los pacientes a alimentos ricos en
rápidas potasio y los sustitutivos de la sal.
I Paso de potasio de las células tisulares
hacia el plasma (p. ej., infecciones,
quemaduras, acidosis)

Hipocalcemia
Extirpación quirúrgica de las glándulas Parálisis, hormigueo en las extremidades y Valoración exhaustiva del estado respiratorio y
paratiroideas alrededor de la boca cardiovascular.
Procesos como Temblores musculares, calambres; si el grave Tomar las precauciones para proteger a los
I Hipoparatiroidismo puede progresar a tetania y convulsiones enfermos confusos.
I Pancreatitis aguda Arritmias cardíacas; descenso del gasto cardíaco Administración de suplementos parenterales de
I Hiperfosfatemia Signos de Trousseau y de Chvostek positivos calcio como se hayan prescrito. Cuando se haga
I Carcinoma tiroideo (véase tabla 52-8) de modo intravenoso, hacer un seguimiento
Aporte inadecuado de vitamina D Confusión, ansiedad, posible, psicosis estrecho de la situación cardíaca y del ECG
I Malabsorción Reflejos de los tendones profundos durante la perfusión.
I Hipomagnesemia aumentados Enseñar a los enfermos en alto riesgo de sufrir
I Alcalosis Hallazgos de laboratorio: osteoporosis acerca de
I Septicemia Calcio sérico (total) menor de 8,5 mg/dL o I Fuentes de la dieta que son ricas en calcio.
I Abuso del alcohol 4,5 mEq/L I Recomendar aportes de 1000 a 1500 mg de
Alargamiento del intervalo QT calcio al día.
Segmento ST prolongado I Suplementos de calcio.
I Ejercicio regular.
I Tratamiento de reemplazo de estrógenos para
mujeres después de la menopausia.
Hipercalcemia
Inmovilización prolongada Obnubilación, debilidad Aumento del movimiento y del ejercicio del
Situaciones como Reflejos de los tendones profundos disminuidos paciente.
I Hiperparatiroidismo Dolor óseo Estimular los líquidos orales tanto como sea permitido
I Tumores óseos malignos Anorexia, náuseas, vómitos para el mantenimiento de una orina diluida.
I Enfermedad de Paget Estreñimiento Enseñar a los enfermos a limitar la ingesta de
Poliuria, hipercalciuria comida y de líquidos ricos en calcio.
Dolor en fosa renal debido a cálculos urinarios Favorecer la ingestión de fibra para prevenir el
Arritmias, posible bloqueo cardíaco estreñimiento.
Hallazgos de laboratorio: Proteger a los pacientes confusos; hacer un
Calcio sérico (total) superior a 10,5 mg/dL o seguimiento por posibles fracturas patológicas en
5,5 mEq/L enfermos con hipercalcemia de larga duración.
Acortamiento del intervalo QT Estimular la ingesta de líquidos ácidos (p. ej.,
Acortamiento del segmento ST zumos de ciruelas, arándanos) para contrarrestar
los depósitos de sales de calcio en la orina.
Hipomagnesemia
I Pérdidas excesivas a partir del aparato Hiperexcitabilidad neuromuscular con temblores Seguimiento de los pacientes que estén siendo
gastrointestinal (p. ej., debido a aspiraciones Reflejos aumentados, temblores, convulsiones tratados con digitálicos por las posibles toxicidades.
nasogástricas, diarrea, drenaje de fístulas) Signos de Trousseau y de Chvostek positivos La hipomagnesemia incrementa el riesgo de
I Utilización de determinados fármacos a (véase tabla 52-8) toxicidad.
largo plazo (p. ej., diuréticos, antibióticos
aminoglucósidos) Taquicardia, presión arterial elevada, arritmias Tomar medidas protectoras cuando exista la
Procesos como Desorientación y confusión posibilidad de convulsiones.
I Alcoholismo crónico Vértigo I Valoración de la capacidad del enfermo para
I Pancreatitis Anorexia, disfagia tragar agua antes de iniciar la alimentación oral.
I Quemaduras Dificultades respiratorias I Establecer medidas de seguridad que eviten
Hallazgos de laboratorio: el daño durante la convulsión.
Magnesio sérico por debajo de 1,5 mEq/L I Administrar con precaución sales de magnesio
Intervalo PR aumentado, aumento de la tal y como se hayan prescrito.
anchura del complejo QRS, intervalo QT Estimular al enfermo, siempre que lo tenga
prolongado, segmento ST infradesnivelado, permitido, a que coma alimentos ricos en
onda T ancha y aplanada, ondas U magnesio (p. ej., cereales completos, carne,
prominentes marisco, verduras de hoja verde).
Transferir a los pacientes a programas de tratamien-
to para el alcoholismo tal y como se haya indicado.
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CAPÍTULO 52 / Líquidos, electrólitos y equilibrio acidobásico 1441

TABLA 52-6 Desequilibrios electrolíticos (cont.)

FACTORES DE RIESGO MANIFESTACIONES CLÍNICAS INTERVENCIONES DE ENFERMERÍA
Hipermagnesemia
Retención alterada de magnesio, como en Vasodilatación periférica, rubefacción Valoración de los signos vitales y del nivel de
I Insuficiencia renal Náuseas, vómitos conciencia cuando los enfermos están en
I Insuficiencia adrenal Debilidad muscular, parálisis riesgo.
I Tratamiento con sales de magnesio Hipotensión, bradicardia Si el reflejo patelar está ausente, notificarlo al
Reflejos de los tendones profundos disminuidos médico responsable.
Letargia, somnolencia Avisar a los pacientes que tienen insuficiencia
Depresión respiratoria, coma renal ponerse en contacto con su médico de
Parada respiratoria y cardíaca si la referencia antes de tomar medicamentos de
hipermagnesemia es grave venta sin receta.
Hallazgos de laboratorio:
Magnesio sérico superior a 2,5 mEq/L
Electrocardiogramas que muestran intervalo QT
prolongado, intervalo PR aumentado, aumento
de la anchura del complejo QRS, ondas T altas

La hipocalcemia es una deficiencia en calcio, o una concentración

ALERTA CLÍNICA
El potasio puede ser administrado de modo intravenoso en casos graves
de hipopotasemia. Debe ser SIEMPRE diluido de forma adecuada y
NUNCA debe aplicarse en forma de bolo IV rápido. El potasio que se ad-
ministra por vía IV debe mezclarse en el servicio de farmacia hospitalaria
y debería verificarse por dos enfermeras antes de su administración. La
concentración habitual del potasio IV es de 20 a 40 mEq/L. I
Calcio
La regulación de las concentraciones de calcio (Ca2+) en el organismo
es más compleja que la de los otros electrólitos importantes de modo
que su equilibrio puede verse afectado por muchos factores. Son re-
lativamente frecuentes sus alteraciones.
sérica total inferior a 8,5 mg/dL o unos valores de calcio ionizado me-
nores de 4 mg/dL. Una depleción grave puede ocasionar tetania con
espasmos musculares y parestesias (parálisis y hormigueo alrededor
de la boca, de las manos y de los pies) pudiendo llegar a provocar con-
vulsiones. Dos síntomas indican hipocalcemia: el signo de Chvostek
que es una contracción de los músculos faciales producida al realizar
presiones suaves sobre el nervio facial delante de la oreja (figu-
ra 52-13 I, A). El signo de Trousseau es un espasmo del carpo que apa-
rece después de insuflar el manguito del aparato para tomar la ten-
sión en la parte superior del brazo 20 mm Hg por encima de la presión
sistólica durante de 2 a 5 minutos (figura 52-13 I, B). Los pacientes
en alto riesgo de hipocalcemia son aquellos a los que se han extir-
pado las glándulas paratiroideas. Frecuentemente se asocia a una tiroi-
dectomía total o cirugía bilateral en el cuello debida a neoplasias. Las

A. Signo de Chvostek positivo B. Signo de Trousseau positivo

Figura 52-13 I A. Signo de Chvostek positivo. B. Signo de Trousseau positivo.
Tomado de Lemone, Priscilla; Burke, Karen M., Medical Surgical Nursing: Critical Thinking in Client Care, 3ª ed © 2004. Reproducido con autorización de Pearson Education, Inc,
Upper Saddle River, New Jersey.
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1442 UNIDAD X / Promoción de la salud por medios naturales
concentraciones bajas de magnesio (hipomagnesemia) y el alcoho-
lismo crónico también aumentan el riesgo de sufrir hipocalcemia.
La hipercalcemia, o concentración sérica de calcio total superior a
10,5 mg/dL, o unos valores de calcio ionizado superiores a 5 mg/dL,
ocurre mucho más a menudo cuando se moviliza el calcio a partir del
esqueleto. Esto puede deberse a tumores malignos o una inmoviliza-
ción prolongada.
Los factores de riesgo y las manifestaciones clínicas relacionas con
los desequilibrios en el calcio están reflejadas en tabla 52-6.
Magnesio
Los desequilibrios en el magnesio (Mg2+) son relativamente frecuentes
en pacientes hospitalizados, aunque pueden no ser detectados. La hipo-
magnesemia es una deficiencia en magnesio, o una concentración sérica
total inferior a 1,5 mEq/L. Es más frecuente que la hipermagnesemia.
El alcoholismo crónico es la causa más frecuente. La deficiencia puede
agravar las manifestaciones del síndrome de abstinencia alcohólica, como
el delírium trémens (DT). La hipermagnesemia se presenta cuando los
valores son superiores a 2,5 mEq/L. Se debe a un exceso en el aporte o
a una disminución de su eliminación. A menudo tiene un origen iatro-
génico, como resultado de un tratamiento excesivo con magnesio.
La tabla 52-6 enumera los factores de riesgo y las manifestaciones
en pacientes con alteraciones en el equilibrio del magnesio.
Cloro
Debido a la relación que existe entre los iones sodio y los iones cloro
(Cl–), los desequilibrios del este último habitualmente ocurren unidos a
los del primero del sodio. La hipocloremia es una descenso en la concen-
tración sérica de cloro, en adultos un nivel por debajo de 95 mEq/L, y se
relaciona habitualmente con pérdidas excesivas a través de aparato diges-
tivo, los riñones o el sudor. Los pacientes hipoclorémicos están en riesgo
de sufrir alcalosis y pueden experimentar tics, temblores o tetania.
Los procesos que provocan retención de sodio también pueden con-
llevar asociado valores elevados de cloro o hipercloremia, en adultos
concentraciones superiores a 108 mEq/L. Un aporte excesivo de cloruro
sódico o de cloruro potásico son factores de riesgo adicionales para pre-
sentar altas concentraciones. Las manifestaciones de la hipercloremia
son acidosis, debilidad y obnubilación, con riesgo de arritmias y coma.
Fosfato
El anión fosfato PO4– se encuentra tanto en el líquido intracelular como
en el extracelular. La mayoría del fósforo (P+) corporal se encuentra
como PO4–. El fosfato es crítico para el metabolismo celular ya que
es el principal componente de la adenosina trifosfato (ATP).
Los desequilibrios se relacionan con frecuencia con procedimien-
tos terapéuticos destinados a corregir otros transtornos. La administra-
ción de glucosa y de insulina y de nutrición parenteral total puede ha-
cer que el fosfato entre en el interior de la célula procedente de los
compartimentos extracelulares, ocasionando hipofosfatemia, defi-
nida en adultos como una concentración sérica de fosfato inferior a
2,5 mg/dL. El síndrome de abstinencia alcohólica, los desequilibrios
acidobásico y el empleo de antiácidos que se unen con el fosfato en
el aparato digestivo provocan un descenso en las concentraciones sé-
ricas. Las manifestaciones de la hipofosfatemia son parestesias, debi-
lidad muscular, alteraciones mentales y posibles convulsiones.
La hiperfosfatemia, definida en adultos como una concentración
sérica de fosfato superior a 4,5 mg/dL, ocurre cuando el fosfato sale
de las células hacia los líquidos extracelulares (p. ej., debido a daño ti-
sular o a quimioterapia para tumores malignos), en insuficiencia renal
o cuando se administra o se ingiere una cantidad excesiva. Los niños
menores de 1 año alimentados con leche de vaca están en riesgo de su-
frir hiperfosfatemia, así como las personas que utilizan enemas o la-
xantes que contienen fosfato. Los pacientes con concentraciones sé-
ricas elevadas pueden experimentar parálisis y hormigueo alrededor
de la boca y de la punta de los dedos, espasmos musculares y tetania.
Desequilibrios acidobásicos
Los desequilibrios acidobásicos normalmente se clasifican como respira-
torios o metabólicos debido a la causa subyacente o general que provoca
la alteración. Las concentraciones de ácido carbónico están reguladas
habitualmente por los pulmones mediante la retención o eliminación de
dióxido de carbono y las alteraciones en este control provocan acidosis o
alcalosis respiratoria. El bicarbonato y el ión hidrógeno están regulados
por los riñones y las alteraciones en su control provocan acidosis o alca-
losis metabólica. Los sistemas de control de la salud intentarán corregir
los desequilibrios acidobásico, un proceso denominado compensación.
Acidosis respiratoria
La hipoventilación y la retención de dióxido de carbono hace que los va-
lores de ácido carbónico aumenten y el pH baje de 7,35, un situación de-
nominada acidosis respiratoria. Enfermedades pulmonares graves como
el asma o la EPOC son causas frecuentes de acidosis respiratoria. La de-
presión del sistema nervioso central debido a la anestesia o a una sobre-
dosis narcótica puede disminuir de modo suficiente el ritmo respirato-
rio como para que se acumule dióxido de carbono. Cuando se produce
una acidosis respiratoria, los riñones retienen bicarbonato para recupe-
rar un relación ácido carbónico-bicarbonato normal. Recordar, sin em-
bargo, que los riñones responden de un modo relativamente lento a los
cambios en el equilibrio acidobásico, con lo cual esta respuesta compen-
sadora necesita de horas a días para recuperar el pH normal.
Alcalosis respiratoria
Cuando una persona hiperventila, se espira más dióxido de carbono de
lo normal, las concentraciones de ácido carbónico caen, y el pH se eleva
por encima de 7,45. Esta situación se denomina alcalosis respiratoria.
Una causa frecuente de alcalosis respiratoria es una hiperventilación psi-
cógena o relacionada con situaciones de ansiedad. Otras causas son fie-
bre e infecciones respiratorias. En la alcalosis respiratoria, los riñones eli-
minan bicarbonato para devolver el pH a rangos normales. Sin embargo,
a menudo, el origen de la hiperventilación desaparece y el pH recupera
sus valores normales antes de que se produzca la compensación renal.
Acidosis metabólica
Cuando en el organismo las concentraciones de bicarbonato son más ba-
jas en relación a las de ácido carbónico, el pH baja y se desarrolla una
acidosis metabólica. Esto puede ocurrir por una insuficiencia renal y la
consecuente incapacidad de los riñones para eliminar iones hidrógeno y
producir bicarbonato. También pasa cuando se produce mucho ácido en
el cuerpo, por ejemplo, en la cetoacidosis diabética o en períodos de in-
anición cuando se moviliza el tejido graso para obtener energía. La aci-
dosis metabólica estimula el centro de la respiración, y el ritmo y la pro-
fundidad de las respiraciones se incrementa. El dióxido de carbono es
eliminado y las concentraciones de ácido carbónico disminuyen, mini-
mizando el cambio en el pH. Esta compensación respiratoria aparece mi-
nutos después de que haya ocurrido el desequilibrio.
Alcalosis metabólica
En la alcalosis metabólica, la cantidad de bicarbonato en el organismo
supera la relación normal de 20 a 1. La ingestión de bicarbonato só-
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CAPÍTULO 52 / Líquidos, electrólitos y equilibrio acidobásico 1443

REVISIÓN DE ANATOMÍA Y FISIOLOGÍA Intercambio gaseoso

Rama de la Bronquiolo
arteria pulmonar Vena
pulmonar

CO2

O2

Pared alveolar
Pared del capilar
O2
CO2
Glóbulo rojo
Molécula de O2
Tomado de Turley, Susan M., Medical Language, 1ª ed., © 2002.
Reproducido con autorización de Pearson Education, Inc, Upper
Molécula de CO2
Sangre
Saddle River, New Jersey.

PREGUNTAS
1. La hipoventilación puede afectar al intercambio gaseoso. ¿Cuáles son algunas causas de hipoventilación?
2. ¿Cómo las respiraciones superficiales debido a hipoventilación provocan el incremento de la PaCO2 y el descenso del pH?
3. Las gasometrías arteriales que indican un incremento en PaCO2 y un descenso en el pH reflejan ¿qué desequilibrio acidobásico?
4. La hiperventilación también puede afectar al intercambio gaseoso. ¿Cuáles son algunas causas de hiperventilación?
5. ¿Cómo la hiperventilación provoca un descenso de la PaCO2 y un incremento del pH?
6. Las gasometrías arteriales que indican un descenso en PaCO2 y un aumento en el pH reflejan ¿qué desequilibrio acidobásico?

dico como antiácido es una de las causas de alcalosis metabólica. Otra
causa son vómitos prolongados con pérdida de ácido clorhídrico pro-
cedente del estómago. En la alcalosis metabólica el centro respirato-
rio está deprimido y las respiraciones se hacen más lentas y llegan a
ser más superficiales. Se retiene dióxido de carbono y los valores de
ácido carbónico aumentan, ayudando a equilibrar el exceso de bicar-
bonato.
Los factores de riesgo y las manifestaciones de los desequilibrios
acidobásico están enumerados en la tabla 52-7.
GESTIÓN DE ENFERMERÍA
Valoración
La valoración de los equilibrios y desequilibrios hídricos, electrolíti-
cos y acidobásico es una función importante de los cuidados de enfer-
mería. Las partes de la valoración incluyen: a) anamnesis de enferme-
ría; b) exploración física del paciente; c) medición de parámetros clí-
nico, y d) revisión de los resultados de las pruebas de laboratorio.
Anamnesis de enfermería
La anamnesis de enfermería es particularmente importante para iden-
tificar aquellos pacientes que están en riesgo de sufrir desequilibrios
en los líquidos, electrólitos o acidobásico. Las historia médica, tanto
actual como pasada, revela situaciones como una enfermedad pulmo-
nar crónica o una diabetes mellitus que pueden alterar los equilibrios
normales. Las medicaciones prescritas para el tratamiento de proce-
sos agudos o crónicos (p. ej., empleo de diuréticos para la hiperten-
sión) también puede hacer que el paciente esté en riesgo de sufrir al-
teraciones en la homeostasis. De igual modo, en el análisis de los
riesgos del paciente, deben considerarse factores funcionales, de des-
arrollo o socioeconómicos. La gente de edad avanzada y los niños muy
pequeños, los pacientes que necesitan depender de otros para cubrir
sus necesidades tanto en alimento como en líquidos y la gente que no
puede permitirse o no puede acceder a una dieta equilibrada (p. ej., la
gente sin hogar) tienen un riesgo más alto de padecer desequilibrios
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1444 UNIDAD X / Promoción de la salud por medios naturales
TABLA 52-7 Desequilibrios acidobásicos
FACTORES DE RIESGO
Acidosis respiratoria
Enfermedades pulmonares agudas que afectan
el intercambio gaseoso en los alvéolos (p. ej.,
neumonía, edema agudo de pulmón,
aspiración de un cuerpo extraño,
estrechamiento de la nariz)
Enfermedades pulmonares crónicas (p. ej.,
asma, fibrosis quística o enfisema)
Sobredosis de narcóticos o sedante que
disminuyen el ritmo y la profundidad
respiratorios
Lesión cerebral que afecta al centro respiratorio
Obstrucción de las vías aéreas
Alteraciones mecánicas del tórax
Alcalosis respiratoria
Hiperventilación debido a
I Ansiedad extrema
I Temperatura corporal elevada
I Hiperventilación por ventilación mecánica
I Hipoxia
I Sobredosis de salicilatos
Lesión del tronco cerebral
Fiebre
Incremento del ritmo metabólico basal
Acidosis metabólica
Procesos que incrementan los ácidos no
volátiles sanguíneos (p. ej., alteraciones renales,
diabetes mellitus, inanición)
Situaciones en las que exista descenso de
bicarbonato (p. ej., diarrea prolongada)
Perfusión excesiva de líquidos IV que contienen
cloro (p. ej., NaCl)
Ingestión excesiva de ácidos, como salicilatos
Parada cardíaca
Alcalosis metabólica
Pérdida excesiva de ácidos debido a
I Vómitos
I Aspiración gástrica
Empleo excesivo de diuréticos perdedores de
potasio
Exceso de hormonas corticoideas suprarrenales
debido a
I Síndrome de Cushing
I Hiperaldosteronismo
Ingesta excesiva de bicarbonato a partir de
I Antiácidos
I NaHCO3 parenteral
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Aumento del pulso y de la frecuencia
respiratoria
Dolor de cabeza, mareos
Confusión, disminución del nivel
de conciencia (NDC)
Convulsiones
Piel templada con rubefacción
Crónico:
Debilidad
Cefaleas
Hallazgos de laboratorio:
pH de sangre arterial menor de 7,35
PaCO2 por encima de 45 mm Hg
HCO3– normal o ligeramente elevado en casos
agudos; superior a 26 mEq/L en casos crónicos
Enfermedades que acortan la respiración,
pecho presionado
Dolores de cabeza suaves con parestesias
circumorales y parálisis y hormigueo en las
extremidades
Dificultad para concentrarse
Temblores, visión borrosa
Hallazgos de laboratorio (en alcalosis
respiratorias descompensadas):
pH de sangre arterial por encima de 7,45
PaCO2 menor de 35 mm Hg
Respiraciones tipo Kussmaul (respiraciones
profundas y rápidas)
Obnubilación, confusión
Cefaleas
Debilidad
Nausea y vómitos
Hallazgos de laboratorio:
pH de sangre arterial por debajo de 7,35
Bicarbonato sérico menor de 22 mEq/L
PaCO2 menor de 38 mm Hg con
compensación respiratoria
Descenso en la frecuencia y la profundidad
respiratorias
Somnolencia
Parestesias circumorales, parálisis y hormigueo
en las extremidades
Músculos hipertónicos, tetania
Hallazgos de laboratorio:
pH de sangre arterial por encima de 7,45
Bicarbonato sérico mayor de 26 mEq/L
PaCO2 superior a 45 mm Hg con
compensación respiratoria
INTERVENCIONES DE ENFERMERÍA
Análisis frecuente de la situación respiratoria y
de los sonidos pulmonares.
Seguimiento de las vías aéreas y de la
ventilación, cuando sea necesario colocación
de una vía aérea artificial y preparación del
respirador mecánico.
Administración de medidas terapéuticas
pulmonares como tratamiento inhalatorio,
percusión y drenaje postural, broncodilatadores
y antibióticos tal y como se hayan prescrito.
Control del aporte y de las pérdidas de líquidos,
de los signos vitales y de los gases sanguíneos
arteriales.
Administración de antagonistas de narcóticos
como se haya ordenado.
Mantenimiento de una adecuada hidratación
(2-3 L de líquido por día).
Control de los signos vitales y de la gasometría
arterial.
Indicar al paciente que respire más lentamente.
Ayudar al enfermo a respirar en una bolsa de
papel o aplicar un mascarilla de reanimación
(para inhalar CO2).
Seguimiento de los datos de la gasometría
arterial, de los aportes y pérdidas y del NDC.
Administración cuidadosa de bicarbonato
sódico IV de modo IV si se ha prescrito.
Tratar los problemas subyacentes como se haya
indicado.
Vigilar estrechamente la ingesta y las pérdidas.
Seguimiento de los signos vitales,
principalmente las respiraciones y el NDC.
Administración cuidadosa de los líquidos IV
indicados.
Tratar el problema de base.
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CUADRO 52-3 Factores de riesgo habituales en los desequilibrios hídricos, electrolíticos y acidobásicos
PROCESOS Y ENFERMEDADES CRÓNICOS
I Enfermedad pulmonar crónica (EPOC, asma, fibrosis quística)
I Insuficiencia cardíaca
I Enfermedad renal
I Diabetes mellitus
I Síndrome de Cushing o enfermedad de Addison
I Tumores malignos
I Malnutrición, anorexia nerviosa, bulimia
I Ileostomía
PROCESOS AGUDOS
I Gastroenteritis aguda
I Obstrucción intestinal
I Traumatismo craneal o descenso en el nivel de conciencia
I Traumatismos como quemaduras o lesiones por aplastamiento
I Cirugía
I Fiebre, drenaje de heridas, fístulas
hídricos o electrolíticos. Los factores de riesgo habituales están enu-
merados en el cuadro 52-3.
Cuando se obtiene una anamnesis de enfermería, el personal ne-
cesita no sólo reconocer los factores de riesgo sino también obtener
los datos relacionados con la ingesta de agua y de comida del paciente,
la pérdida de líquidos y la presencia de signos o síntomas sugestivos
de alteraciones en el equilibrio hídrico y de electrólitos. La ficha de
historia ofrece ejemplos de preguntas para obtener información rela-
tiva a los equilibrios en los líquidos, electrólitos y acidobásico.
Exploración física
La exploración física para evaluar el estado hídrico, electrolítico y re-
lativo al equilibrio acidobásico del paciente se centra en la piel, la ca-
vidad oral y las membranas mucosas, los ojos, los aparatos cardio-
vascular y respiratorio y el estado neurológico y muscular. Los datos
obtenidos de la exploración física son utilizados para ampliar y veri-
ENTREVISTA DE VALORACIÓN Equilibrio hídrico, electrolítico y acidobásico
HISTORIA MÉDICA ACTUAL Y PREVIA
I ¿Está siendo visto por su médico de referencia debido al tratamiento de
alguna enfermedad crónica, como alteraciones renales, enfermedades
cardíacas, presión arterial alta, diabetes insípida o alteraciones tiroideas
o paratiroideas?
I ¿Ha sufrido recientemente cualquier proceso agudo, como gastroenteri-
tis, traumatismo grave, lesión en la cabeza o cirugía? Si es así, descríbalo
MEDICACIONES Y TRATAMIENTOS
I ¿Está tomando en este momento algún tipo de medicación de modo
regular, como diuréticos, esteroides, suplementos de potasio, suplemen-
tos de calcio, hormonas, sustitutivos de la sal o antiácidos?
I ¿Ha estado recientemente bajo algún tipo de tratamiento, como diáli-
sis, nutrición parenteral o alimentación por sonda o en respiración asis-
tida? Si es así, ¿cómo y por qué?
INGESTA DE COMIDA Y DE LÍQUIDOS
I ¿Qué cantidad y qué tipo de líquidos bebe cada día?
I Describa su dieta en un día normal. (Prestar especial atención a la in-
gesta por parte del paciente de alimentos con un alto contenido en
sodio, de proteínas y de cereales integrales, frutas y verduras.)
I ¿Ha existido cualquier cambio reciente en su ingesta de comida o de
líquidos, por ejemplo, debido a un programa para perder peso?
I ¿Está con alguna dieta de restricción?
CAPÍTULO 52 / Líquidos, electrólitos y equilibrio acidobásico 1445
MEDICACIONES
I Diuréticos
I Corticoesteroides
I Fármacos antiinflamatorios no esteroideos
TRATAMIENTOS
I Quimioterapia
I Tratamiento IV y nutrición parenteral total
I Aspiración nasogástrica
I Alimentación enteral
I Ventilación mecánica
OTROS FACTORES
I Edad: muy ancianos o muy jóvenes
I Incapacidad para acceder a la comida y a los líquidos
ficar la información conseguida durante la historia clínica. Los obje-
tivos de la exploración física están resumidos en la tabla 52-8 de la
p. 1446. Acudir a las tablas 52-5 a 52-8 para ver los hallazgos en las
posibles alteraciones relacionadas con desequilibrios específicos.
Medición de parámetros clínicos
Existen tres parámetros clínicos sencillos que el personal de enfer-
mería puede comenzar a valorar sin necesidad de la presencia de un
médico que son el peso diario, los signos vitales y la ingesta y pérdida
de líquidos.
PESO DIARIO. La determinación del peso diario ofrece una valora-
ción relativamente exacta del estado de líquidos del paciente. Cambios
significativos en el peso durante un corto período de tiempo (p. ej., va-
riaciones superiores a los 2,25 kg en una semana o menos) son indi-
cativos de cambios agudos en los líquidos. Cada kilogramo de peso
I ¿Se ha visto su ingesta de comida o de líquidos alterada recientemente
por cambios en el apetito, náuseas u otros factores, como dolor o difi-
cultad respiratoria?
PÉRDIDA DE LÍQUIDOS
I ¿Ha notado cualquier cambio reciente en la cantidad de orina producida?
I ¿Ha experimentado últimamente cualquier problema de vómitos, diarrea
o estreñimiento? Si es así, ¿cuándo y durante cuanto tiempo?
I ¿Ha notado pérdida inusual de líquidos, como una transpiración ex-
cesiva?
DESEQUILIBRIOS HÍDRICO, ELECTROLÍTICO Y ACIDOBÁSICO
I ¿Ha ganado o ha perdido peso en las últimas semanas?
I ¿Ha sufrido últimamente cualquier síntoma, como sed excesiva, seque-
dad de la piel o de las membranas mucosas, orina oscura o concen-
trada, o menor producción de orina?
I ¿Tiene problemas de edema de las manos, pies o tobillos? ¿Tiene al-
guna vez problemas para respirar, especialmente cuando se acuesta por
la noche? ¿Cuántas almohadas utiliza para dormir?
I ¿Ha experimentado recientemente cualquiera de los siguientes sínto-
mas: dificultad para concentrarse o confusión; somnolencia o desma-
yos; debilidad muscular, tirones, calambres o espasmos; cansancio ex-
cesivo; sensaciones extrañas, como hormigueo, parálisis, quemazón o
pinchazos; retortijones o distensión abdominal; palpitaciones cardíacas?
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1446 UNIDAD X / Promoción de la salud por medios naturales

TABLA 52-8 Valoración física en los desequilibrios hídrico, electrolítico y acidobásico

SISTEMA VALORACIÓN CENTRADA EN TÉCNICA
Piel Color, temperatura, humedad Inspección, palpación
Turgencia Pellizcar suavemente un pliegue cutáneo
en la zona del esternón o la cara interna
del muslo en adultos, o del abdomen o
la cara medial del muslo en niños
Edema Buscar hinchazón visible alrededor de
los ojos, en los dedos y en la parte
inferior de las extremidades
Comprimir la piel sobre la parte dorsal
del pie, alrededor de los tobillos, sobre
la tibia y en la zona sacra
Membranas mucosas Color, humedad Inspección
Ojos Firmeza Palpar suavemente el globo ocular con
el párpado cerrado
Fontanelas (lactantes) Firmeza, nivel Inspeccionar y palpar suavemente la
fontanela anterior
Aparato cardiovascular Ritmo cardíaco Auscultación, seguimiento cardíaco
Pulsos periféricos Palpación
Presión arterial Auscultación de ruidos de Korotkoff
Determinación de la presión arterial
con el paciente tumbado y de pie
Relleno capilar Palpación
Relleno venoso Inspección de las venas yugulares y de
las venas de las manos
Aparato respiratorio Frecuencia y patrón respiratorios Inspección
Sonidos pulmonares Auscultación
Nervioso Nivel de conciencia (NDC) Observación, estimulación
Orientación, funciones intelectuales Haciendo preguntas
Función motora Pruebas de fuerza
Reflejos Pruebas de los reflejos tendinosos
profundos
Reflejos anormales Signo de Chvostek: Golpear
suavemente sobre el nervio facial en
torno a 2 cm anterior a la parte
superior de la oreja
Signo de Trousseau: Inflar el manguito
de aparato para medir la tensión en la
parte superior del brazo con 20 mm Hg
por encima de la presión sistólica,
dejarlo en esa posición de 2 a
5 minutos
POSIBLES ALTERACIONES
Ruborescencia, templado, muy seca
Húmeda o sudorosa
Fría y pálida
Turgencia mala: La piel se mantiene
plegada durante algunos minutos en lugar
de recuperar inmediatamente la posición
normal
La piel alrededor de los ojos está
hinchada, al igual que los párpados; los
anillos quedan ajustados, los zapatos
dejan marcas en los pies
La depresión se mantiene (fóvea); véase
la escala para describir el edema en
figura 52-11
Membranas mucosas secas, sin brillo;
lengua seca y resquebrajada
Los globos oculares se notan suaves a la
palpación
Fontanela abultada, firme
Fontanela hundida, suave
Taquicardia, bradicardia; irregular, arritmias
Débil y filiforme; saltón
Hipotensión
Hipotensión postural
Relleno capilar lento
Dilatación venosa yugular; venas yugulares
planas, relleno venoso deficiente
Frecuencia y profundidad de las
respiraciones aumentadas o disminuidas
Crepitantes o sonidos húmedos
Descenso en el NDC, obnubilación,
estupor o coma
Desorientación, confusión; dificultad para
concentrarse
Debilidad, disminución de la fuerza
motora
Hiperactividad o disminución de los
reflejos tendinosos profundos
Contracciones de los músculos faciales
incluyendo los párpados y los labios en el
lado del estímulo
Espasmos del carpo: contracción de la
mano y de los dedos del lado afectado

ganado o perdido equivale a 1 L de líquido ganado o perdido. Estas
ganancias o pérdidas indican cambios en el volumen total de líquidos
del cuerpo más que cambios en un compartimento específico, como
puede ser el compartimento vascular. Pérdidas o ganancias rápidas
de entre el 5% y el 8% del peso total del cuerpo pueden indicar un
déficit o exceso de líquidos entre moderado y grave.
Para obtener un medida del peso exacta, el personal de enfermería
debería equilibrar la báscula antes de usarla y pesar al paciente: a) a la
misma hora cada día (p. ej., antes de desayunar y después de la pri-
mera orina); b) llevando la misma o similar ropa, y c) en la misma
báscula. Debe indicarse la forma en que se ha tomado el peso (p. ej.,
de pie, en la cama, en la silla).
La medición regular del peso es particularmente importante para
pacientes extrahospitalarios y en residencias que están en riesgo de pa-
decer desequilibrios. Para estos pacientes, la valoración de la ingesta
y de las pérdidas de líquidos no es algo práctico debido a su forma de
vida o a problemas de incontinencia. La medición regular del peso,
cada día, un día si otro no, o semanalmente, ofrece una información
de gran valor acerca del estado hídrico del paciente.
SIGNOS VITALES. Los cambios en los signos vitales pueden indicar,
o a veces anticipar, alteraciones hídricas, electrolíticas o acidobásicas.
Por ejemplo, la temperatura corporal elevada puede ser resultado de
deshidratación o causa potencial de pérdida de líquidos aumentada.
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CAPÍTULO 52 / Líquidos, electrólitos y equilibrio acidobásico 1447

La taquicardia es un signo temprano de hipovolemia. La intensidad

del pulso disminuirá en los DVL y aumentará en EVF. En los desequi- ETIQUETA DEL PACIENTE

librios electrolíticos pueden ocurrir pulsos irregulares o arrítmicos. Formulario de aportes y pérdidas
Cambios en el ritmo y en la profundidad de la respiración pueden pro-
vocar desequilibrios respiratorios acidobásico o ser un mecanismo APORTES 0600-1800 1800-0600 TOTAL
compensador en acidosis o alcalosis metabólicas.
Oral
La presión arterial, un parámetro sensible para detectar cambios en
el volumen sanguíneo, puede caer de modo significativo en los défi- Sonda de alimentación

cit de volumen de líquido y en las hipovolemias o aumentar en EFV. IV (primario)

También puede aparecer hipotensión postural, u ortostática, con défi- IV (medicamentos)
cit de volumen de líquido e hipovolemia. TPN
Para valorar la hipotensión ortostática, se debe medir la presión san-
Sangre
guínea y el pulso del paciente en posición supina. Permitir que la per-
sona se quede en esa posición durante de 3 a 5 minutos, dejando el man- Total en 24 horas
TOTAL
guito sobre el brazo. Hacer que el paciente se levante e inmediatamente PÉRDIDAS 0600-1800 1800-0600 TOTAL
reevaluar la presión sanguínea y el pulso. Un descenso de 10 a 15 mm
Orina
Hg en la presión sanguínea diastólica con su correspondiente descenso
en la presión diastólica y un incremento del pulso (de 10 o más pulsa- Vómitos

ciones por minuto) es indicativo de hipotensión postural u ortostática. Aspiración digestiva

Heces
INGESTA Y PÉRDIDA DE LÍQUIDOS. La medición y anotación de Total en 24 horas
todos los aportes y pérdidas de líquidos durante un período de 24 ho- TOTAL
ras es un dato importante acerca del equilibrio hídrico y electrolítico
del paciente. Generalmente, la ingesta y las perdidas son valoradas Figura 52-14 I Ejemplo de formulario para recoger los aportes y pérdidas
de líquidos en 24 horas.
en pacientes hospitalizados en riesgo.
La unidad utilizada para esta medición es el mililitro (mL) o cen-
tímetro cúbico (cm3); estos son unidades de medida equivalentes. Para
medir la ingesta de líquidos, los enfermeros transforman estas medi- tidad que se ha añadido, el momento de comienzo, las cantidades ab-
das caseras, como un vaso, una copa o un plato de sopa, en unidades sorbidas y las cantidades que restan.
métricas. La mayoría de los centros hospitalarios ofrecen tablas de con- Es importante informar a los pacientes, a los familiares y a todos
versión, ya que los tamaños de los platos varían de uno a otro. A me- los cuidadores sobre la necesidad de la medición exacta de los apor-
nudo en el formulario a la cabecera del paciente se ofrece una tabla tes y las pérdidas de líquidos del enfermo, explicando porqué y ha-
donde se indican la ingesta y las pérdidas. En el cuadro 52-4 se ofre- ciendo especial hincapié en la necesidad utilizar cuñas, orinales, baci-
cen ejemplos de equivalencias. nes, o recipientes de recogida especiales situados en los lavabos (a menos
La mayoría de centros hospitalarios tienen un formulario para re- que el paciente tenga colocado un sistema de recogida de orina). Aler-
flejar la ingesta y las pérdidas, normalmente la cabecera del paciente tar al paciente para que no coloque papel higiénico dentro del reci-
en el cual el personal de enfermería enumera todos los acontecimien- piente para la orina. Los enfermos en los que se desee medir el aporte
tos y cuantifica cada uno de ellos (figura 52-14 I). Algunos centros de líquidos necesitan saber como contabilizar los datos y que alimen-
disponen de otros formularios para reflejar específicamente los líqui- tos son considerado líquidos.
dos utilizados por vía intravenosa, reflejando el tipo de suero, la can- Para medir el aporte de líquido, el personal de enfermería refleja en
cada formulario dispuesto cada acontecimiento (si el paciente no es
capaz de hacerlo por si mismo), especificando la hora y el tipo de lí-
CUADRO 52-4 Recipientes habitualmente quido. Se debe reflejar la totalidad de los siguientes fluidos:
utilizados para líquidos y sus volúmenes
I Líquidos orales: agua, leche, zumos, refrescos, café, te, cremas, so-
Vaso de agua 200 mL pas y cualquier otra bebida. Incluya el agua administrada con los
Vaso de zumo 120 mL fármacos. Para determinar la cantidad de agua a partir de un envase,
Copa 180 mL medir la cantidad de agua que queda y restarla del volumen total
Plato de sopa del recipiente. Después volver a llenar el envase.
Adulto 180 mL
I Virutas de hielo. Anotar como si fuera líquido la mitad del volumen
Niño 100 mL
Tetera 240 mL
total. Por ejemplo, si las virutas llenan un envase de 200 mL y el
Salsera paciente se lo toma entero, el volumen consumido debería refle-
Grande 90 mL jarse como 100 mL.
Pequeña 30 mL I Alimentos que son o tienden a ser líquidos a temperatura ambiente.
Jarra de agua 1000 mL Estos incluyen helados, sorbetes, natillas y gelatinas. No medir los
Plato de gelatina, natillas 100 mL alimentos como si fuesen puré ya que los purés son comidas sóli-
Plato de helado 120 mL das simples preparadas de forma diferente.
Vaso de plástico I Sondas de alimentación. Recordar incluir de 30 a 60 mL de agua
Grande 200 mL
de lavado al final de una alimentación intermitente o durante ali-
Pequeño 120 mL
mentaciones continuas.
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1448 UNIDAD X / Promoción de la salud por medios naturales

I Líquidos parenterales. Se debe anotar la cantidad exacta de líqui-

dos intravenosos administrados, ya que algunos envases pueden es-
CUADRO 52-5 Concentraciones normales
tar sobrellenados. Las transfusiones de sangre están incluidas. de electrólitos en adultos*
I Medicaciones intravenosas. Estas medicaciones son preparadas en SANGRE VENOSA
soluciones como suero fisiológico y son administradas en infusión Sodio 135-145 mEq/L
intermitente o continua y deberían incluirse también (p. ej., cefta- Potasio 3,5-5 mEq/L
zidima 1 g en 50 mL de agua estéril). La mayoría de las medicacio- Cloro 95-108 mEq/L
nes intravenosas están mezcladas en 50 a 100 mL de solución. Calcio (total) 4,5-5,5 mEq/L o 8,5-10,5 mg/dL
I Catéteres o tubos de irrigación. Los líquidos utilizados para irrigar (ionizado) 56% del calcio total (2,5 mEq/L o 4-5 mg/dL)
Magnesio 1,5-2,5 mEq/L o 1,6-2,5 mg/dL
las sondas vesicales, los tubos nasogástricos e intestinales deberían
Fosfato(fósforo) 1,8-2,6 mEq/L o 2,5-4,5 mg/dL
medirse y anotarse si no son retirados inmediatamente. Osmolalidad sérica 280-300 mOsm/kg de agua

Para medir las pérdidas, medir los siguientes líquidos (recordar que
es necesario tomar las medidas de precaución apropiadas para el con-
trol de la infección):
I Pérdidas urinarias. Después de cada micción, colocar la orina dentro
del contenedor de medida, observar la cantidad y anotarlo en el for-
mulario junto a la hora en que se ha producido. En pacientes con son-
das urinarias, vaciar la bolsa de drenaje en el contenedor al final de
cada turno (o a una hora prefijada si las pérdidas deben medirse más
frecuentemente). Medir y anotar la cantidad de orina producida. En
cuidados intensivos, la producción de orina suele valorarse cada hora.
Si el paciente no es capaz de controlar la orina, se debe estimar y ano-
tar las pérdidas. Por ejemplo, para un enfermo incontinente el perso-
nal de enfermería debería anotar «Incontinencia ¥ 3» o «Empapador
con una mancha de 36,5 cm de diámetro de 3 cm». Se puede obtener
una estimación más exacta de la producción de orina en bebes y en
pacientes incontinentes pesando primero el pañal o el dispositivo hi-
giénico cuando estaban secos y después restando el peso cuando es-
tán húmedos. Cada gramo de diferencia es equivalente a 1 mL de orina.
Si la orina se mezcla frecuentemente con heces, se debe indicar me-
jor el número de micciones que el volumen de orina.
I Vómitos y heces líquidas. Se debe especificar la cantidad y el tipo
de fluido así como el momento en el cual se ha producido.
I Tubo de drenaje, como los tubos de drenaje gástrico o intestinales.
I Drenaje de heridas y tractos fistulosos. Los drenajes de las heridas
deberían anotarse indicando el tipo y número de vendajes o líneas
de sutura con drenaje o midiendo la cantidad exacta que se ha dre-
nado recogida en un aspirador de drenaje (p. ej., Hemovac) o con
sistemas por gravedad.
La ingesta y las pérdidas de líquidos deben medirse y sumarse al
final de cada turno (cada 8 o 12 horas), y los totales deben anotarse
en el historial del paciente. En cuidados intensivos, el personal de en-
fermería debería anotar los aportes y las pérdidas cada hora. Normal-
mente el equipo del turno de noche suma las cantidades totales de cada
turno y anota el resultado en 24 horas.
Para determinar si las pérdidas de líquidos son proporcionales a la
ingesta o si existe cualquier cambio en el estado hídrico del paciente
el personal de enfermería: a) compara el total de líquidos perdidos en
un período de 24 horas con el total de líquido ingerido, y b) compara
las medidas previas de ambos parámetros. Las pérdidas urinarias nor-
malmente son equivalentes a la cantidad de líquido ingerido; los valo-
res habituales son de 1500 a 2000 mL en 24 horas, o de 40 a 80 mL en
una hora (0,5 mL/kg/hora). Los enfermos cuyas pérdidas superan sig-
nificativamente a la ingesta están en riesgo de tener un déficit de vo-
lumen de líquidos. Por el contrario, los pacientes cuyos aportes son
sensiblemente superiores a las pérdidas están en riesgo de padecer un
exceso de volumen de líquidos. En la valoración del equilibrio hídrico
*Los valores de laboratorio normales varían de una institución a otra.
del enfermo es importante considerar aquellos factores adicionales que
pueden condicionar la ingesta y las pérdidas. El paciente extremada-
mente sudoroso o que tiene respiraciones rápidas y profundas tiene
pérdidas de líquidos que no pueden ser medidas pero que deben con-
siderarse en la evaluación del estado de hidratación.
Cuando existe una diferencia significativa entre la ingesta y las pér-
didas o cuando el aporte o las pérdidas no son las adecuadas (p. ej.,
una producción de orina inferior a 500 mL en 24 horas o menos de
0,5 mL por kilogramo y por hora y un adulto), esta información debe
trasladarse al enfermero jefe de sala o de planta o al médico.
Pruebas de laboratorio
Se llevan a cabo muchos estudios de laboratorio para determinar el es-
tado de hidratación, electrolítico y acidobásico. Algunas de las prue-
bas más habituales están explicadas aquí.
ELECTRÓLITOS SÉRICOS. La determinación de las concentraciones
séricas de electrólitos es una prueba que se realiza de modo rutinario
en cualquier paciente que llega al hospital como chequeo de posibles
desequilibrios. Los electrólitos séricos también son valorados de modo
rutinario en enfermos en grupos de riesgo, como por ejemplo aquellos
que están siendo tratados con diuréticos debido a hipertensión o insu-
ficiencia cardíaca. Las pruebas séricas que con más frecuencia se
realizan son sodio, potasio, cloro, magnesio y bicarbonato. En el cua-
dro 52-5 se muestran los valores normales de los electrólitos habitua-
les. Algunos médicos de familia utilizan un esquema en forma de dia-
grama en sus anotaciones como ayuda en el seguimiento de las
concentraciones de electrólitos de sus enfermos. Véase figura 52-15 I.
A. BUN
Na Cl
K CO2
CR
B. 10
142 102
4,2 28
0,8
Figura 52-15 I A, Formato de un diagrama de resultados de electrólitos
séricos. B, Ejemplo de cómo pueden verse en las notas de un médico de
familia. CR, creatinina.
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HEMOGRAMA COMPLETO (HC). El hemograma completo, otra
prueba incluida en el chequeo básico, ofrece información acerca del
hematócrito (Hct). El hematócrito mide el volumen (porcentaje) de la
sangre completa que está constituido por eritrocitos. Dado que el he-
matócrito es una medida de volumen de células con relación al plasma,
se ve afectado por los cambios en el volumen plasmático. Así aumenta
en las deshidrataciones intensas y disminuye con las sobrehidratacio-
nes graves. Los valores normales de hematócrito son del 40% al 54%
(hombres) y del 37% al 47% (mujeres).
OSMOLALIDAD. La osmolalidad sérica es una medida de la con-
centración de solutos en la sangre. Las partículas incluidas son iones
sodio, glucosa y urea (nitrógeno ureico o BUN). La osmolalidad sé-
rica puede ser estimada doblando el sodio sérico, ya que los factores
determinantes de la misma son los iones sodio y los iones cloro aso-
ciados. La osmolalidad se emplea principalmente para valorar el equi-
librio hídrico. Los valores normales son de 280 a 300 mOsm/kg. Un
incremento en la osmolalidad indica una deficiencia de líquido; un des-
censo refleja un exceso de volumen de líquido.
La osmolalidad de la orina es una medida de la concentración de
solutos en la orina. Las partículas incluidas son desechos nitrogena-
dos, como la creatinina, la urea y el ácido úrico. Los valores norma-
les son de 500 a 800 mOsm/kg. Un incremento en la osmolalidad de
la orina indica un deficiencia de líquido; un descenso refleja un exceso
de volumen de líquidos.
pH URINARIO. La medición del pH de la orina puede realizarse
mediante análisis de laboratorio o con la utilización de tiras reacti-
vas en muestras de orinas recientes. Ya que los riñones tienen una
función clave en la regulación del equilibrio acidobásico, la determi-
nación del pH urinario puede ser útil a la hora de valorar si están res-
pondiendo de modo adecuado a cualquier alteración. El pH normal
de la orina es relativamente ácido, con un valor medio de 6.0 pero
una variación de entre 4,6 y 8 se considera normal. En casos de aci-
dosis metabólica, el pH urinario debería disminuir porque los riño-
nes eliminan iones hidrógeno; en alcalosis metabólica, el pH debe
subir.
DENSIDAD ESPECÍFICA DE LA ORINA. La densidad específica, un
dato indicativo de la concentración urinaria, puede medirse de modo
rápido por el personal de enfermería. La densidad urinaria normal va-
ría de 1005 a 1030 (normalmente de 1010 a 1025). Cuando la concen-
tración de los solutos de la orina es alta, la densidad aumenta; en ori-
nas muy diluidas con pocos solutos, es anormalmente baja.
EXCRECIÓN URINARIA DE SODIO Y CLORO. Estos son indicado-
res de la perfusión renal y pueden ofrecer información útil acerca del
estado de hidratación del paciente. En casos de hipovolemia, se secre-
tará aldosterona. Esto provocará la reabsorción de sodio y de cloro
lo cual ocasionará una disminución de la concentración de ambos iones,
menor de 20 mEq/L para cada uno de ellos (Elgart, 2004).
GASOMETRÍA ARTERIAL. La gasometría arterial se realiza para va-
lorar el equilibrio acidobásico del paciente y su oxigenación. Se uti-
liza sangre arterial ya que esta refleja más fielmente que la sangre ve-
nosa el intercambio gaseoso en el sistema respiratorio. Las gasometrías
pueden realizarse por los técnicos de laboratorio, el personal encar-
gado de la terapia respiratoria o por personal de enfermería que haya
adquirido las técnicas especializadas. Ya que se requiere una presión
arterial alta para la obtención de sangre, es importante la aplicación de
CAPÍTULO 52 / Líquidos, electrólitos y equilibrio acidobásico 1449
presión durante 5 minutos en el lugar de la extracción para reducir el
MediaLink
riesgo de sangrado o hematomas.
Habitualmente se necesitan seis medidas para la interpretación de
las pruebas de gasometría arterial (Simpson, 2004):
I pH: una medida de la acidez o alcalinidad relativa de la sangre.
A mayor número de iones hidrógeno más ácida es la solución. El
intervalo normal de pH es estrecho, y la muerte puede sobrevenir
Client with Suspected Electrolyte Imbalance Case Study
con valores por debajo de 6,8 o por encima de 7,8.
I PaO2: la presión que ejerce el oxígeno disuelto en el plasma de la
sangre arterial; una medida indirecta de la cantidad de oxígeno que
contiene la sangre. Este parámetro, mide una de las dos formas en
las cuales el oxígeno es transportado en la sangre, representando
solamente alrededor del 3% del total.
I PaCO2: la presión parcial de dióxido de carbono en plasma arterial;
el componente respiratorio de la determinación acidobásico. La con-
centración de dióxido de carbono se regula en los pulmones, y la
PaCO2 se utiliza para determinar si existe un desequilibrio acido-
básico de origen respiratorio.
I Bicarbonato HCO–3: una medida del componente metabólico del
equilibrio acidobásico.
I Exceso de bases o álcalis: un valor calculado de la concentración de
bicarbonato, también reflejo del componente metabólico del equili-
brio acidobásico. Si el número viene precedido por un signo posi-
tivo, existe un exceso de álcalis e indica alcalosis; si viene precedido
por un signo negativo, es un déficit de base e indica acidosis.
I Saturación de oxígeno (SpO2): el porcentaje de hemoglobina satu-
rada (combinada) con oxígeno. Representa la medida de la otra
forma en la cual el oxígeno es trasportado en la sangre y supone
aproximadamente el 97% del total.
En el cuadro 52-6 se enumeran los valores normales de la gaso-
metría arterial. Los cambios observados en los principales desequi-
librios acidobásicos están resumidos en la tabla 52-9. Observar que
aunque la PaO2 y la SpO2 son importantes para la valoración del es-
tado respiratorio, generalmente no aportan información útil para el
estudio del equilibrio acidobásico y por ello no están incluidos en
MediaLink
esta tabla.
Cuando se evalúan los resultados de la gasometría arterial con el
objetivo de determinar el equilibrio acidobásico, es importante uti-
lizar una aproximación sistemática como la que se muestra en el cua-
dro 52-7. El personal de enfermería necesita valorar cada dato por
separado, para posteriormente observar las interrelaciones entre to-
dos ellos y así determinar que tipo de desequilibrio acidobásico puede
Arterial Blood Gases and Acid–Base Balance
estar presente.
CUADRO 52-6 Valores normales
de la gasometría arterial*
pH 7,35-7,45
PaO2 80-100 mm Hg
PaCO2 35-45 mm Hg
HCO3– 22-26 mEq/L
Exceso de bases -2 a +2 mEq/L
Saturación de O2 95%-98%
*Algunos valores normales varían en función de la prueba realizada por el labora-
torio. Se recomienda al personal de enfermería que utilice los valores normales que
indique su centro a la hora de interpretar los resultados de laboratorio.
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1450 UNIDAD X / Promoción de la salud por medios naturales

TABLA 52-9 Valores de la gasometría arterial en alteraciones acidobásicas habituales

ALTERACIÓN VALORES DE LA GASOMETRÍA ARTERIAL
Acidosis respiratoria pH <7,35
PaCO2 >45 mm Hg (exceso de CO2 y de ácido carbónico)
HCO3– Normal; o >26 mEq/L con compensación renal
Alcalosis respiratoria pH >7,45
PaCO2 <35 mm Hg (cantidad inadecuada de CO2 y de ácido carbónico)
HCO3– Normal; o <22 mEq/L con compensación renal
Acidosis metabólica pH <7,35
PaCO2 Normal; o <35 mm Hg con compensación respiratoria
HCO3– <22 mEq/L (cantidad inadecuada de bicarbonato)
Alcalosis metabólica pH >7,45
PaCO2 Normal; o >45 mm Hg con compensación respiratoria
HCO3– >26 mEq/L (exceso de bicarbonato)

Diagnóstico I Alteración del intercambio gaseoso: Exceso o déficit en la oxige-

La NANDA incluye las siguientes etiquetas diagnósticas que relacio-
nan los desequilibrios hídricos y acidobásicos:
I Déficit de volumen de líquido: Disminución en los líquidos intra-
vascular, intersticial y/o intracelular. Esto hace referencia a deshi-
dratación, pérdida solamente de agua sin cambios en el sodio.
I Exceso de volumen de líquido: Aumento de la retención de líquido
isotónico.
I Riesgo de desequilibrio hídrico: En riesgo de una disminución, in-
cremento o movimiento rápido de líquido de uno a otro de los com-
partimentos intravascular, intersticial y/o intracelular. Se refiere a
la pérdida, ganancia o a ambas cosas de líquido corporal.
I Riesgo de déficit de volumen de líquido: En riesgo de sufrir deshi-
dratación vascular, celular o intracelular.
nación y/o en la eliminación del dióxido de carbono en la mem-
brana capilar-alvéolo.
La aplicación clínica de los diagnósticos seleccionados se muestra
en Identificación de diagnósticos de enfermería, resultados e interven-
ciones y en el Plan asistencial de enfermería y el Mapa de conceptos
al final de este capítulo.
Los desequilibrios hídricos, electrolíticos y acidobásicos afectan a
muchas otras partes del organismo y por ello pueden ser la etiología
en otros diagnósticos de enfermería, como son:
I Alteraciones de la mucosa oral relacionadas con deficiencias en
el volumen de líquidos.
I Alteraciones de la integridad de la piel relacionadas con deshidra-
tación y/o edema.

CUADRO 52-7 Interpretación de los datos de la gasometría arterial: ¿coinciden?

1. Fíjese en cada número por separado.
I Dato del pH:
G Si el pH es menor de 7,35, el problema es acidosis.
G Si el pH es superior a 7,45 el problema es alcalosis.
I Dato de la PaCO2:
G Si la PaCO2 es inferior a 35 mm Hg, se está espirando más dió-
xido de carbono de lo normal e indica alcalosis.
G Si la PaCO2 es mayor de 45 mm Hg se está espirando menos
dióxido de carbono de lo normal e indica acidosis.
I Dato del bicarbonato:
G Si el HCO3– es menor de 22 mEq/L, las concentraciones de bi-
carbonato son más bajas de lo normal, indicando acidosis.
G Si el HCO3– es superior a 26 mEq/L, las concentraciones de bi-
carbonato son más altas de lo normal, indicando alcalosis.
2. Determine la causa del desequilibrio acidobásico.
I Mire el pH ¿es acidosis o alcalosis?
3. Determine si el origen del desequilibrio es respiratorio o metabólico.
–
I Compruebe la PaCO2 y el HCO3 : ¿cuál de ellos COINCIDE en el
mismo estado acidobásico que indica el pH?
EJEMPLO
pH = 7,33 (acidosis).
PaCO2 = 55 (acidosis).
HCO3– = 29 (alcalosis).
Causa del desequilibrio (consejo: mire el pH) = acidosis.
PaCO2 (acidosis) COINCIDE con el pH (acidosis) = problema respiratorio.
El paciente tiene acidosis respiratoria.
4. Busque indicios de compensación.
I Mire el valor que NO coincide con el pH:
G Si (p. ej., PaCO2 o HCO3–) se encuentra dentro del rango normal,
no existe compensación.
G Si (p. ej., PaCO2 o HCO3–) está por debajo o por encima de los
límites normales, el organismo está compensando.
EJEMPLOS
a. En la acidosis respiratoria (pH < 7,35, PaCO 2 > 45 mm Hg), si el
HCO3– está por encima de 26 mEq/L, los riñones están reteniendo
bicarbonato para minimizar la acidosis: compensación renal.
b. En alcalosis respiratoria (pH > 7,45, PaCO2 < 35 mm Hg), si el HCO3–
es menor de 22 mEq/L, los riñones están eliminando bicarbonato
para minimizar la alcalosis: de nuevo, compensación renal.
c. En acidosis metabólica (pH < 7,35, HCO3– < 22 mEq/L) si la PaCO2
está por debajo de 35 mm Hg, el dióxido de carbono está siendo «res-
pirado fuera» para minimizar la acidosis: compensación respiratoria.
d. En alcalosis metabólica (pH > 7,45, HCO3– > 26 mEq/L), si la PaCO2
es superior a 45 mm Hg, el dióxido de carbono está siendo rete-
nido para compensar el exceso de base: de nuevo compensación
respiratoria.
Nota: Si el dato que no coincide (PaCO2 o HCO3–) está por encima o por debajo de
lo normal y el pH está dentro de los límites normales, el organismo ha compensado
completamente. La compensación total tarda tiempo en desarrollarse y es el resultado
de un proceso crónico (p. ej., acidosis respiratoria crónica con EPOC).
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CAPÍTULO 52 / Líquidos, electrólitos y equilibrio acidobásico 1451

I Disminución del gasto cardíaco relacionada con hipovolemia y/o des concretas. Se muestran ejemplos de estas actuaciones aplicando

arritmias cardíacas secundarias a desequilibrios electrolíticos
(K+ o Mg2+ ).
I Perfusión tisular ineficaz relacionada con descenso en el gasto car-
díaco secundario a déficit en el volumen de líquido o edema.
I Intolerancia al ejercicio relacionada con hipovolemia.
I Riesgo de daño relacionada con movilización del calcio fuera de
los huesos hacia los líquidos extracelulares.
MediaLink
protocolos NANDA, NIC (Clasificación de intervenciones de en-
fermería) o NOC (Clasificación de resultados de enfermería) en Iden-
tificación de diagnósticos de enfermería, resultados e intervenciones
y en Plan asistencial de enfermería y Mapa de conceptos al final de
este capítulo. Algunos ejemplos de intervenciones NIC relacionadas
con los equilibrios hídricos, electrólicos y acidobásicos son las si-
guientes:

Client with Heart Failure Care Plan Activity

I Confusión aguda relacionada con desequilibrios electrolíticos.
Planificación
Durante la planificación de los cuidados, el personal de enfermería
identificará las intervenciones que ayudarán al paciente a alcanzar los
siguientes objetivos principales:
I Mantener o restaurar un equilibrio hídrico normal.
I Mantener o restaurar un equilibrio electrolítico normal tanto en el
compartimento intracelular como en el extracelular.
I Mantener o restaurar la ventilación y la oxigenación pulmonares.
I Prevenir los riesgos asociados (catabolismo tisular, descenso del
gasto cardíaco, confusión, otros signos neurológicos).
Evidentemente, estos objetivos serán diferentes de acuerdo con el
diagnóstico y con las características particulares de cada individuo.
Se deben identificar las intervenciones o acciones de enfermería apro-
piadas y correctoras. Deben ser seleccionados aquellos procedimien-
tos específicos que permitan que el paciente resuelva sus necesida-
I Mantenimiento acidobásico
I Mantenimiento electrolítico
I Seguimiento de líquidos
I Corrección y tratamiento de la hipovolemia
I Tratamiento intravenoso (IV)
Las actividades específicas de enfermería asociadas a cada una de
estas intervenciones deben elegirse con el objetivo de cubrir las nece-
sidades concretas de cada paciente.
En la siguiente sección se comentan los procedimientos e inter-
venciones de enfermería para alcanzar estos objetivos así como sus
resultados en los desequilibrios hídrico, electrolítico y acidobásico.
Se incluye: a) seguimiento del aporte y pérdida de líquido, situación
cardiovascular y respiratoria y resultados de pruebas de laboratorio;
b) valoración del peso del paciente; cuando esté presente, localiza-
ción y extensión del edema; turgencia de la piel; densidad especí-
fica de la orina, y estado mental y nivel de conciencia; c) modifica-
ciones en el aporte de líquidos; d) cambios en la dieta; e) sustituciones
con líquidos parenterales, electrólitos y sangre, y f) otros procedi-

IDENTIFICACIÓN DE DIAGNÓSTICOS DE ENFERMERÍA, RESULTADOS E INTERVENCIONES

Pacientes con exceso de volumen de líquidos
CÚMULO DE DATOS Tom Bricker, un pensionista de 67 años que tiene una historia de enfermedad cardíaca, ha ganado 4 a 5 kg de peso durante el
último mes. Nota que sus anillos están demasiado apretados para quitárselos, sus tobillos están hinchados, su corazón late muy rápido en ocasiones, se
queda sin aire durante el ejercicio y se siente hinchado. Los hallazgos físicos revelan dilatación de la vena yugular de 3 cm; retraso en el vaciamiento de
las venas de las manos; pulso saltón o crepitante (86); edema con fóvea en los pies, tobillos y parte inferior de las extremidades, y sonidos pulmonares
húmedos (estertores/crepitantes).

EJEMPLO DE
DIAGNÓSTICO DE RESULTADOS INTERVENCIONES
ENFERMERÍA/ ESPERADOS*/ SELECCIONADAS*/
DEFINICIÓN DEFINICIÓN INDICADORES DEFINICIÓN EJEMPLOS DE ACTIVIDADES NIC
Exceso de volumen Equilibrio hídrico [0601]/ No compromiso: Tratamiento con I Determinar la localización y la extensión
de líquidos/ Equilibrio hídrico en los I Aportes y pérdidas líquidos [4120]/Ayuda del edema con la escala de +1 a +4
Retención de líquido compartimentos en 24 horas al equilibrio de líquidos I Realizar el seguimiento oportuno de las
isotónico intracelular y extracelular I Peso corporal y prevención de las indicaciones de retención o exceso de
incrementado del organismo estable complicaciones líquidos (p. ej., crepitantes, presión arterial
No: provocadas por unos elevada, edema, dilatación de las venas
I Sonidos valores de líquidos del cuello)
respiratorios alterados o no I Mantenimiento de un registro exacto de
accesorios o deseados los aportes y de las pérdidas
sobreañadidos I Peso diario y observación de la tendencia
I Dilatación de las I Consultar al médico de referencia si los
venas del cuello signos y síntomas del exceso de volumen
de líquidos se mantienen o empeoran

* El n.° NOC para los resultados deseados y el n.° NIC para las intervenciones de enfermería están enumerados entre corchetes siguiendo al resultado o intervención apro-
piado. Los resultados, indicadores, intervenciones y actividades seleccionados son solamente un ejemplo de aquellos sugeridos por la NOC y la NIC, y deberían ser contrasta-
dos para cada paciente.
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1452 UNIDAD X / Promoción de la salud por medios naturales

IDENTIFICACIÓN DE DIAGNÓSTICOS, RESULTADOS E INTERVENCIONES DE ENFERMERÍA

Pacientes con alteración del intercambio gaseoso
CÚMULO DE DATOS Fred Boysniak fue recibido en urgencias después de haber sido encontrado en su cama con un frasco de tabletas de morfina va-
cío. Aparece muy obnubilado y estuporoso; pulso de 120, respiración de 12 muy superficial. La gasometría arterial mostraba pH 7,28, PaCO2 de 49 mm Hg
y HCO3– de 25 mEq/L.

EJEMPLO DE
DIAGNÓSTICO DE RESULTADOS INTERVENCIONES
ENFERMERÍA/ ESPERADOS*/ SELECCIONADAS*/
DEFINICIÓN DEFINICIÓN INDICADORES DEFINICIÓN EJEMPLOS DE ACTIVIDADES NIC
Alteración del Situación respiratoria: No compromiso Control acidobásico: I Valoración de los parámetros respiratorios
intercambio gaseoso/ Ventilación [0403]/ I Profundidad de las Acidosis respiratoria I Control de las concentraciones de la
Exceso o deficiencia Movimiento de aire respiraciones [1913]/Mejora del gasometría arterial para disminuir los datos
en la oxigenación dentro y fuera de los I Auscultación de equilibrio acidobásico y de pH como sea adecuado
y/o en la eliminación pulmones sonidos prevención de las I Seguimiento de la situación neurológica
del dióxido de respiratorios complicaciones debidas (p. ej., nivel de consciencia y confusión)
carbono en la a concentraciones I Estudio de los valores que determinan la
membrana séricas de PCO2 más oxigenación tisular (p. ej., PaO2, SaO2,
alveolocapilar altas de lo esperado concentración de hemoglobina)
I Cuando sea necesario, ofrecer ventilación
mecánica de apoyo
*El n.° NOC para los resultados deseados y el n.° NIC para las intervenciones de enfermería están enumerados entre corchetes siguiendo al resultado o intervención apro-
piado. Los resultados, indicadores, intervenciones y actividades seleccionados son solamente un ejemplo de aquellos sugeridos por la NOC y la NIC, y deberían ser contrasta-
dos para cada paciente.

mientos adecuados como administración del tratamiento prescrito y
de oxígeno, mantenimiento de los cuidados de la piel y de la higiene
oral, colocación apropiada del paciente y planificación de horarios
de descanso.
Planificación de la asistencia
domiciliaria
Para conseguir una continuidad en los cuidados, es imprescindible con-
siderar las necesidades del paciente con respecto a la asistencia do-
miciliaria. Estos planes deben incluir la valoración de los recursos y
las posibilidades de atención del enfermo y sus familiares, y la nece-
sidad de derivación y de hospitalización a domicilio. El documento
que recoge los Datos de la asistencia domiciliaria describe las medi-
das específicas necesarias para establecer un plan de asistencia domi-
ciliaria. Basándose en estos datos el personal de enfermería elabora un
plan hecho a medida para cada paciente y su familia (véase Educación
del paciente en p. 1453).
Aplicación
Promoción de la salud
La mayoría de las personas pocas veces se preocupa por su equilibrio
hídrico, electrolítico o acidobásico. Saben que es importante beber una
cantidad adecuada de líquidos y consumir una dieta equilibrada, pero

VALORACIÓN DE LA ASISTENCIA DOMICILIARIA Equilibrio hídrico, electrolítico y acidobásico

PACIENTE
I Factores de riesgo para desequilibrios: La edad del paciente, medicacio-
nes necesarias como diuréticos o corticoesteroides y presencia de en-
fermedades crónicas, como diabetes mellitus, cardiopatías, enfermeda-
des pulmonares o demencia (véase cuadro 52-3 en p. 1445)
I Capacidad para mantener la ingesta de comida y alimentos por sí
mismo: Movilidad, capacidad para masticar y tragar, acceso a líquidos
y respuesta de la sed, comprar comida y preparar una dieta equilibrada
I Nivel de conocimiento (apropiado) actual acerca de: Dietas prescritas,
cual restricción de líquidos, restricción de actividades, acciones y efec-
tos secundarios de la medicación prescrita, seguimiento regular del peso,
cuidados de los tubos gástricos y de la alimentación enteral, cuidados
de las vías centrales o de los PICC y líquidos y nutrición parenteral
FAMILIA
I Capacidad técnica y responsabilidades de los cuidadores: capacidad y
deseo de asumir responsabilidades acerca de los cuidados, conocimien-
tos y habilidades para ofrecer una asistencia con la preparación de la
comida y el mantenimiento de una ingesta de alimentos y agua ade-
cuada, conocimiento de los factores de riesgo y de los signos iniciales
de alarma
I Cambios en el papel de la familia y el afrontamiento: Consecuencias
del estado económico, importancia de los padres o los cónyuges, pa-
peles sociales
I Otra alternativa inicial o para los descansos de los cuidadores: Por ejem-
plo, otros miembros de la familia, voluntarios, personal religioso, cuida-
dores pagados o servicios de residencia; disponibilidad de centros so-
ciales (p. ej., centros de día, residencias)
SOCIEDAD
I Conocimiento concreto y experiencia con los recursos sociales: institu-
ciones de atención domiciliaria, organizaciones que ofrecen asistencia
financiera o alimentaria, comida a domicilio para enfermos o inválidos
o servicios de comedor (p. ej., en centros para mayores, albergues para
gente sin hogar), servicios de farmacia, intravenosos o de cuidados res-
piratorios a domicilio
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EDUCACIÓN DEL PACIENTE Favorecimiento de los equilibrios hídrico y electrolítico
I Consumir de seis a ocho vasos de agua al día.
I Evitar el exceso de alimentos o líquidos ricos en sal, azúcar y cafeína.
I Comer una dieta equilibrada. Incluir cantidades adecuadas de leche o
derivados lácteos para mantener las concentraciones de calcio en el
hueso.
I Limitar la ingesta de alcohol, debido a que tiene un efecto diurético.
I Incrementar la ingesta de líquidos antes, durante y después de un ejer-
cicio intenso, sobre todo cuando la temperatura ambiental es alta, y res-
tituir la pérdida de electrólitos debido a una transpiración excesiva cuando
sea necesario con una solución comercial de electrólitos.
I Mantener un peso corporal normal.
no llegan a entender los riesgos potenciales cuando esto no se realiza.
El personal de enfermería puede promover la mejora en la salud del
paciente enseñando costumbres que ayudarán a mantener el equilibrio
de líquidos y electrólitos.
EDUCACIÓN DEL PACIENTE Asistencia domiciliaria y equilibrios hídrico, electrolítico
y acidobásico
SEGUIMIENTO DEL APORTE Y DE LAS PÉRDIDAS DE LÍQUIDOS
I Enseñar y promover en el paciente y familiares un seguimiento racional de
la ingesta de líquidos y de sus pérdidas. Incluir cómo usar un bacín o un
dispositivo de recolección («sombrero») en el baño, cómo vaciar y medir
la cantidad de una sonda urinaria, y cómo contabilizar o pesar un pañal.
I Indicar y promover en el enfermo y familiares un seguimiento regular
del peso. El peso debe ser siempre a la misma hora del día, utilizando
la misma báscula y con el paciente llevando la misma cantidad de ropa.
I Educar y promover, tanto en el paciente como en los familiares, el con-
tacto con el médico de familia, como en aquellos casos de un cambio
significativo en la producción de orina; cualquier cambio de 2,5 kg o
más en un período de 1 a 2 semanas; episodios prolongados de vó-
mitos, diarrea o imposibilidad para comer o beber; membranas muco-
sas secas, pegajosas; sed extrema; hinchazón de los dedos, pies, tobi-
llos; dificultad respiratoria, acortamiento de la respiración o pulso cardíaco
rápido; y cambios en el comportamiento o en el estado mental.
MANTENIMIENTO DEL APORTE DE ALIMENTOS Y DE LÍQUIDOS
I Instruir al paciente y a su familia acerca de cualquier restricción de co-
mida o de líquidos, como dietas bajas en sodio.
I Enseñar a los miembros de la familia la importancia de ofrecer líqui-
dos regularmente a los pacientes que son incapaces de cubrir por ellos
mismos sus necesidades debido a la edad, dificultades de movilidad o
de capacidad intelectual, u otras patologías, como imposibilidad de tra-
gar debido a un accidente cerebrovascular.
I Si el paciente está recibiendo líquidos enterales o intravenosos y alimen-
tación en su domicilio, enseñar y promover en los cuidadores todo lo ne-
cesario para su administración y cuidados adecuados. Contactar con un
servicio de hospitalización a domicilio o un servicio de suero intravenoso
a domicilio para que proporcione este servicio y se enseñe a hacerlo.
SEGURIDAD
I Instruir y promover en el paciente los cambios de posición lentos cuando
sea necesario, especialmente cuando se pasa de estar en una posi-
ción supina a una posición sentada o de pie.
I Informar y promover en el enfermo su familia acerca de la importancia
de unos cuidados adecuados de la boca y de la piel. Enseñar al paciente
a realizar cambios frecuentes de posición y elevar los pies sobre un ta-
burete cuando esté sentado durante mucho tiempo.
I Enseñar al paciente y su familia cómo cuidar los lugares de acceso in-
travenoso o sondas gástricas, incluido qué hacer si el tubo se sale.
CAPÍTULO 52 / Líquidos, electrólitos y equilibrio acidobásico 1453
I Conocer y aprender a valorar los efectos secundarios de medicaciones
que pueden afectar a los equilibrios hídrico y electrolíticos (p. ej., diu-
réticos) y las formas de manejarlos.
I Reconocer los posibles factores de riesgo para los desequilibrios hí-
drico y electrolítico, como vómitos prolongados o repetidos, heces acuo-
sas frecuentes o incapacidad para consumir líquidos debido a enfer-
medades.
I Buscar de forma rápida un médico ante signos claros de desequilibrio
electrolítico, como ganancias o pérdidas de peso súbitas, disminución
en el volumen de la orina, hinchazón de los tobillos, acortamiento de
la respiración, somnolencia o confusión.
Sustitución enteral de líquidos y fluidos
Si la salud del enfermo lo permite, si no vomita, si no tiene sensación
de pérdida excesiva de líquidos y tiene un aparato digestivo intacto con
reflejo laríngeo y de deglución adecuados, se le puede ofrecer líqui-
MEDICACIONES
I Hacer especial hincapié en la importancia de la toma racional de me-
dicaciones como se hayan prescrito.
I Instruir a los enfermos que tomaban diuréticos para tomar la medica-
ción por la mañana. Si se había prescrito una segunda dosis diaria, de-
berían tomarlo al final de la tarde para evitar la interrupción del sueño
por necesidad de orinar.
I Informar a los enfermos acerca de los efectos secundarios esperados
debido a la medicación y como manejarlos (p. ej., si se ha prescrito un
diurético perdedor de potasio, incrementar la ingesta de alimentos ricos
en potasio; si están tomando diuréticos ahorradores de potasio, evitar
el exceso de aporte del mismo como utilizar sustitutivos de la sal).
I Enseñar a los enfermos cuándo contactar con el médico de familia,
por ejemplo, si son incapaces de tomar una medicina prescrita o la pre-
sencia de signos de reacciones alérgicas o tóxicas al tratamiento.
MEDIDAS ESPECÍFICAS PARA LOS PROBLEMAS
DE LOS ENFERMOS
I Ofrecer instrucciones y datos específicos acerca del desequilibrio hídrico,
electrolítico o acidobásico concreto del paciente como
a. Deficiencia de volumen de líquidos.
b. Riesgo de déficit de volumen de líquidos.
c. Exceso de volumen de líquidos.
DERIVACIONES
I Realizar las oportunas derivaciones a los servicios de cuidados domici-
liarios o servicios sociales para asistencia con recursos como comidas,
preparación de comida y alimentos, infusiones y acceso intravenoso, ali-
mentaciones parenterales y servicios de ayuda domiciliaria para ayu-
dar con AVD.
INSTITUCIONES PÚBLICAS Y OTRAS FORMAS DE AYUDA
I Ofrecer información acerca de compañías o instituciones que puedan
ofrecer material médico duradero, como taburetes, sillas elevadas o ca-
mas hospitalarias en compra, alquiler o sin coste.
I Ofrecer una lista de fuentes de suministro de catéteres y bolsas de dre-
naje, dispositivos de medida, fórmulas para alimentación por sonda y
bebidos de sustitución de electrólitos.
I Sugerir fuentes de información adicionales y ayuda como The Ameri-
can Dietetic Association, The American Heart Association y The Ame-
rican Lung Association.
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1454 UNIDAD X / Promoción de la salud por medios naturales
PAUTAS PARA LA PRÁCTICA Facilitar el aporte de líquidos
I Explicar al paciente la razón del aporte requerido y la cantidad especí-
fica necesaria. Esto ofrece unos requerimientos racionales y favorece su
realización.
I Establecer un plan de ingestión de líquidos en 24 horas. Para los pa-
cientes hospitalizados o con cuidados a largo plazo, la mitad del volu-
men total se da durante el turno de día y la otra mitad se divide entre
el turno de tarde y el turno de noche con la mayoría de la ingesta du-
rante el turno de tarde. Por ejemplo, si se deben ingerir 2500 mL en
24 horas, el plan puede especificar 7-3 (1500 mL); 3-11 (700 mL) y
11-7 (300 mL). Intentar evitar la toma de grandes cantidades de líqui-
dos inmediatamente antes de ir a la cama para prevenir la necesidad
de ir a orinar durante la madrugada.
I Medir las ingesta en cortos períodos de tiempo de modo que el pa-
ciente pueda realmente hacerlo. Los ejemplos incluyen ingestión de un
vaso de líquido cada hora mientras esté despierto o una jarra de agua
a las 12 del mediodía.
I Identificar los líquidos que le gustan al enfermo y hacer posible una
variedad de posibilidades, incluyendo zumos de frutas, refrescos y le-
dos y electrólitos por vía oral tanto a nivel domiciliario como en el hos-
pital. Aquellos pacientes que no sean capaces de ingerir comida sólida
puede que sean capaces de tomar líquidos.
MODIFICACIONES EN EL APORTE DE LÍQUIDOS. A menudo se
prescribe un incremento en la toma de líquidos (indicado como «lí-
quidos forzados») en enfermos en los que puede ocurrir un déficit de
líquidos real o potencial, por ejemplo, para diarreas leves o fiebres de le-
ves a moderadas. Más abajo en Pautas para la Práctica se muestran con-
sejos para ayudar a que la gente incremente la ingesta de líquidos.
En pacientes que tengan retención de líquidos (exceso de volumen
de líquidos) debido a una insuficiencia renal, una insuficiencia car-
díaca congestiva, SIADH, u otras patologías, puede ser necesaria una
restricción en la ingesta. Las restricción puede variar desde «nada por
boca» a permitir una cantidad concreta aconsejada por el médico de
referencia. En algunos casos la restricción puede ser difícil, sobre todo
si tienen sed. En «Directrices prácticas» se muestran consejos para
ayudar a que la gente disminuya ingesta de líquidos.
PAUTAS PARA LA PRÁCTICA Ayudar a los pacientes con restricción en la ingesta de líquidos
I Explicar la razón de la restricción en la ingesta y cómo y qué tipos de
líquidos orales están permitidos. Muchos pacientes necesitan ser infor-
mados de que las virutas de hielo, la gelatina o los helados, por ejem-
plo, son considerados líquidos.
I Ayudar a los enfermos a decidir la cantidad de líquidos que toman en cada
comida, entre comidas antes de ir a la cama y con la medicación. Para pa-
cientes hospitalizados o con cuidados domiciliarios a largo plazo, la mitad
del total del volumen debe tomarse durante el turno de día, cuando el
paciente está más activo, recibe dos comidas y la mayoría de las medi-
caciones orales. Una gran parte del resto debe ser consumida en el turno
de tarde para permitir líquidos con la cena y con visitantes nocturnos.
I Identificar los líquidos o sustancias consideradas líquidas que le gustan al
enfermo y asegurarse que le son ofrecidas, a menos que estén contrain-
dicadas. Un enfermo al cual sólo se le permitan 200 mL de líquido durante
el desayuno, por ejemplo, deberá recibir el tipo de líquido que le gusta.
I Medir objetivos a corto plazo que hagan que la restricción de líquidos
sea más tolerable. Por ejemplo, esquematizar una cantidad específica
che (si está permitido). Recordar que bebidas como el café y el té tie-
nen un efecto diurético, de modo que se debe limitar su consumo.
I Ayudar a los pacientes a seleccionar aquellos alimentos que tienden a
ser líquidos a temperatura ambiente (p. ej., gelatinas, helados, sorbe-
tes, natillas) siempre que esté permitido.
I Para aquellos enfermos que estén confinados en la cama, ofrecer las
copas, vasos y pajitas que favorezcan la ingesta apropiada de líquidos
y permitan un acceso a los líquidos sencillo.
I Asegurarse de que los líquidos son servidos a una temperatura apro-
piada: caliente para líquidos calientes y muy frío para los líquidos fríos.
I Estimular a los pacientes siempre que sea posible a participar en el man-
tenimiento de un registro de la ingesta de líquidos. Esto permite eva-
luar la consecución de los resultados deseados.
I Estar alerta a cualquier implicación cultural acerca de los alimentos y los
líquidos. Algunas culturas pueden restringir el consumo de ciertos ali-
mentos y bebidas y ven otras con propiedades curativas.
CAMBIOS DIETÉTICOS. Determinados desequilibrios hídricos y
electrolíticos pueden requerir cambios dietéticos sencillos. Por ejem-
plo, los personas que estén tomando diuréticos perdedores de potasio
necesitan ser informados acerca de alimentos que tengan un contenido
rico en este ion (p. ej., plátanos, naranjas y vegetales verdes). Algunos
enfermos con retención de líquido necesitan evitar las comidas ricas
en sodio. Los pacientes más saludables pueden beneficiarse si consu-
men alimentos ricos en calcio.
SUPLEMENTOS ELECTROLÍTICOS ORALES. Algunos pacientes pue-
den mejorar con suplementos orales de electrólitos, sobre todo si se
prescribe una medicación que puede afectar dicho equilibrio, cuando
el aporte de un ión específico no es el adecuado o cuando existen las
pérdidas de líquido y de electrólitos están aumentadas, por ejemplo,
debido a una excesiva sudoración.
Los corticosteroides y muchos diuréticos pueden incrementar la eli-
minación de potasio a través de los riñones. Para aquellos pacientes que
están tomando estas medicaciones, se pueden prescribir suplementos.
de líquido en intervalos de una o dos horas entre las comidas. Algunos
pacientes pueden preferir líquidos entre comidas solamente si el ali-
mento ayuda a desencadenar la sed.
I Colocar los líquidos en pequeños recipientes, como un vaso de zumo
de 100 mL, lo que permite la percepción de un recipiente lleno.
I Ofrecer periódicamente virutas de hielo como una alternativa al agua,
ya que cuando se derriten suponen aproximadamente la mitad del vo-
lumen inicial.
I Ofrecer frecuentemente cuidados para la boca y humedecerla para re-
ducir la sensación de sed.
I Instruir al paciente para evitar la ingestión o el masticado de comidas
saladas o dulces (caramelos o chicles), ya que estos productos tienden
a producir sed. Los chicles sin azúcar pueden ser una alternativa para
algunos enfermos.
I Estimular a los pacientes siempre que sea posible a participar en el man-
tenimiento de un registro del aporte de líquidos.
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CAPÍTULO 52 / Líquidos, electrólitos y equilibrio acidobásico 1455

Se debe informar al enfermo que tome los suplementos de potasio que
lo haga con zumos que enmascaren el sabor y reduzcan la posibilidad
de molestias digestivas. Es importante recalcar que tomen la medica-
ción tal y como se la haya prescrito su médico y que acuda regularmente
a revisión. Ya que la hiperpotasemia tiene efectos cardíacos importan-
tes, los pacientes nunca deben incrementar la cantidad de potasio que
toman sin que se lo hayan indicado. Además, informar al enfermo que
la mayoría de las sustitutivos de la sal contienen potasio, con lo cual
es importante consultar al médico antes de utilizarlos.
La gente que no ingiere una cantidad suficiente de leche y de pro-
ductos lácteos puede mejorar con suplementos de calcio. Las nece-
sidades diarias recomendadas son de 1000 a 1500 mg. Como norma,
se aconseja que las mujeres que ya han pasado la menopausia tomen
1500 mg al día para reducir el riesgo de osteoporosis. El empleo
de corticoides a largo plazo puede provocar pérdidas de calcio del
hueso de modo que los suplementos pueden reducir está situación.
Los pacientes que tomen dichos suplementos necesitan mantener
una ingesta de líquidos de por lo menos 2500 mL día (a menos que
esté contraindicado) para reducir el riesgo de formación de cálcu-
los renales, los cuales habitualmente están compuestos por sales
de calcio.
Aunque generalmente no se recomienda la suplementación rutina-
ria de otros electrólitos, los pacientes que tengan unos hábitos alimen-
ticios incorrectos, que estén mal nutridos o que no tomen las cantida-
des adecuadas de fruta y verdura frescas pueden mejorar con
suplementos. Un complejo vitamínico y mineral completo puede al-
canzar estos objetivos. A aquellas personas con una actividad intensa
en un ambiente cálido se les debe aconsejar el consumo de bebidas
para deportistas u otras bebidas comerciales a base de soluciones con
electrólitos con el fin de reemplazar las pérdidas debidas a una pro-
ducción de sudor excesiva.
A los pacientes con malnutrición o con malos hábitos alimenticios
a menudo se les ofrecen suplementos nutricionales en forma líquida.
Se utilizan con frecuencia en adultos de edad avanzada como apoyo
para un correcto equilibrio nutricional y una adecuada ingesta de ca-
lorías. Es muy importante «leer la etiqueta» del producto para cono-
cer su contenido. Algunos de ellos tienen unas concentraciones pro-
teica y de potasio muy altas, con lo cual pueden estar contraindicados
en personas con una función renal comprometida.
Suplementos electrolíticos y de líquidos
por vía parenteral
La fluidoterapia intravenosa (IV) es fundamental cuando el paciente
no puede tomar comida y líquidos por vía oral. Es un método eficaz y
efectivo para suplementar líquidos directamente dentro de comparti-
mento intravascular y aportar los electrólitos perdidos. El tratamiento
con sueros intravenosos normalmente viene prescrito por el médico de
referencia. El personal de enfermería es responsable de la adminis-
tración y del mantenimiento del tratamiento y de enseñar al paciente
y a la gente que esté con ellos como debe continuarlo en casa siem-
pre que sea necesario.
SOLUCIONES INTRAVENOSAS. Las soluciones intravenosas pueden
clasificarse como isotónicas, hipotónicas e hipertónicas. La mayoría de
las soluciones IV son isotónicas, teniendo la misma concentración
de solutos que el plasma sanguíneo. Las soluciones isotónicas se em-
plean habitualmente para restaurar el volumen vascular. Las formas hi-
pertónicas tienen una mayor concentración de solutos que el plasma;
las hipotónicas presentan una concentración inferior. La tabla 52-10
muestra ejemplos de soluciones IV y su importancia en enfermería.
Las soluciones IV también pueden ser clasificadas de acuerdo con
el objetivo de su utilización. Las soluciones nutricionales contienen
algún hidrato de carbono (p. ej., dextrosa, glucosa o levulosa) y agua.
El agua restaura las necesidades líquidas y los hidratos de carbono
aportan calorías y energía. Por ejemplo, 1 L de una solución de dex-
trosa al 5% aporta 170 calorías. Este tipo de solución es útil para pre-
venir la deshidratación y la cetosis, pero no aporta suficientes calorías
como para mejorar la curación de las heridas, la ganancia de peso o
el crecimiento normal de los niños. Las soluciones nutricionales habi-
tuales son dextrosa al 5% en agua y dextrosa al 5% en solución salina
al 0,45% (dextrosa en suero salino a la mitad de concentración).
Las soluciones electrolíticas tienen diferentes concentraciones de ca-
tiones y de aniones. Las que se utilizan con más frecuencia son suero sa-
lino normal (solución de cloruro sódico al 0.9%), Ringer (que contiene
sodio, cloro, potasio y calcio) y lactato de Ringer (que presenta sodio,
cloro, potasio, calcio y lactato). El lactato es metabolizado en el hígado
formando bicarbonato HCO3–. Las soluciones salinas y las balanceadas
electrolíticamente se suelen utilizar para recuperar el volumen vascular,

TABLA 52-10 Soluciones intravenosas seleccionadas

TIPOS/EJEMPLOS COMENTARIOS/IMPLICACIONES DE ENFERMERÍA
Soluciones isotónicas
NaCl al 0,9% (suero salino normal) Soluciones isotónicas, como el suero salino y el lactato de Ringer, se mantienen
Lactato de Ringer (una solución electrolítica equilibrada) inicialmente en el compartimento vascular, aumentando el volumen sanguíneo.
Dextrosa al 5% en agua Valorar cuidadosamente a los pacientes por la presencia de signos de hipervolemia
como pulso saltón o crepitante y acortamiento de la respiración.
La dextrosa al 5% en agua es isotónica inicialmente, pero ofrece agua libre cuando la
dextrosa se metaboliza, aumentando el volumen de los líquidos intracelular e
intravascular. Se debe evitar en pacientes con riesgo de aumento de la presión
intracraneal (PIC), ya que puede ocasionar edema cerebral.
Soluciones hipotónicas
NaCl al 0,45% (suero salino a la mitad) Las soluciones hipotónicas se emplean para aportar agua libre y tratar la deshidratación
NaCl al 0,33% (suero salino a un tercio) celular. Estas soluciones favorecen la eliminación de los residuos a través de los riñones. No
administrar en enfermos con riesgo de aumento de la PIC o de síndrome del tercer espacio.
Soluciones hipertónicas
Dextrosa al 5% en suero salino Las soluciones hipertónicas sacan líquido de los compartimentos intersticial e
Dextrosa al 5% en NaCl al 0,45% intracelular hacia el lecho vascular, aumentando el volumen vascular. No administrar
Dextrosa al 5% en lactato de Ringer en enfermos con alteración renal o cardíaca o en pacientes que estén deshidratados.
Observar signos de hipervolemia.
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1456 UNIDAD X / Promoción de la salud por medios naturales

sobre todo después de traumatismos o cirugías. También pueden usarse

Vena cefálica
para aportar líquidos y electrólitos en pacientes con pérdidas continuas,
por ejemplo, debido a aspiración gástrica o por drenaje de heridas. Vena basílica Vena
La solución de lactato de Ringer es una solución alcalinizante que mediana
puede emplearse para el tratamiento de la acidosis metabólica. Por el del codo
contrario, las soluciones acidificantes, se administran para equilibrar Lugar de
las alcalosis metabólicas. Algunos ejemplos de soluciones acidifican- inyección
tes son dextrosa al 5% en 0,45% de cloruro sodio y suero salino al 0,9%. para PICC
Los expansores de volumen se utilizan para incrementar el volu- Vena cefálica
men de sangre después de pérdidas intensas de sangre (p. ej., debido Vena basílica accesoria
a hemorragias) o de plasma (p. ej., a partir de quemaduras graves en
Vena Vena cefálica
las cuales se pierden grandes cantidades de plasma desde la circula-
antebraquial
ción hacia el lugar de la quemadura). Ejemplos de expansores son dex- medial
trano, plasma y albúmina.
Vena radial
LUGARES PARA LA PUNCIÓN VENOSA. Los lugares elegidos para A
la venopunción varían dependiendo de la edad del paciente, el tiempo
necesario de infusión, el tipo de solución utilizada y las características
de las venas. En adultos, habitualmente se utilizan las venas de las ma-
nos y de los brazos; en bebés, las que más a menudo se emplean son
las de la cabeza y la vena dorsal del pie. Para infusiones que deben ad-
ministrarse rápidamente y para soluciones que pudieran ser irritantes
(p. ej., ciertas medicaciones) se prefieren grandes venas.
Las venas metacarpal, basílica y cefálica se usas con frecuencia para
infusiones intermitentes o continuas (figura 52-16 I, B). El cúbito y el
B Vena basílica
radio actúan como sujeción para estas localizaciones y el paciente tiene
bastante libertad de movimientos en el brazo para realizar distintas ac- Vena cefálica
tividades, como por ejemplo comer. Aunque la vena basílica y la vena Red venosa
mediana del codo, en su localización en el espacio antecubital, son lu- dorsal
gares adecuados de venoclisis, normalmente suelen utilizarse para la
Venas
extracción de sangre, la inyección de medicación intravenosa rápida y
metacarpiales
la colocación de catéteres centrales insertados periféricamente (véase
dorsales
figura 52-16 I, A). Véanse Pautas para la práctica para la selección
de la vena y consejos generales para procedimientos IV.
Cuando es necesario un tratamiento intravenoso o nutrición parenteral
a largo plazo o si el paciente recibe medicación IV que puede provocar
daño a los vasos (p. ej., quimioterapia) debe insertarse un catéter venoso Figura 52-16 I Lugares habitualmente utilizados para venopunción en
central. Los catéteres venosos centrales normalmente se colocan en la brazo (A) y mano (B). A también muestra las localizaciones para un catéter
central insertado periféricamente (PICC).
vena subclavia o en la yugular, con el extremo distal del catéter sobre la
vena cava superior justo por encima de la aurícula derecha (figura 52-17 I).
Debe ser colocado con el paciente tumbado en la cama o de forma quirúr- gica para un acceso mas duradero. Los catéteres venosos centrales loca-
lizados en la subclavia permiten libertad de movimientos fuera del hos-
pital; sin embargo hay un importante riesgo de complicaciones, incluyendo
PAUTAS PARA LA PRÁCTICA Selección hemotórax o neumotórax, perforación cardíaca, trombosis e infección. Va-
de las venas lorar exhaustivamente al enfermo observando manifestaciones como acor-
tamiento de la respiración, dolor torácico, tos, hipotensión, taquicardia y
I Utilizar primero las venas distales del brazo. ansiedad después del procedimiento de colocación del catéter.
I Usar, siempre que sea posible, el brazo no dominante. Los catéteres venosos centrales insertados periféricamente (PICC)
I Seleccionar una vena: se colocan en la venas basílica o cefálica justo por encima o por de-
a. Fácilmente palpable y que se note suave y completa.
bajo del espacio antecubital del brazo derecho. El extremo del catéter
b. Situada entre estructuras óseas.
c. Suficientemente grande para permitir la circulación alrededor del
llegará a la vena cava superior. El riesgo de neumotórax desaparece
catéter. con la utilización de PICC. Frecuentemente se utilizan estos catéte-
I Evitar el empleo de venas: res para conseguir un acceso intravenoso de larga duración cuando el
a. En zonas de flexión (p. ej., la fosa antecubital). tratamiento IV proseguirá en su domicilio.
b. Altamente visible, ya que tiende a girar a lo largo de la aguja. Los dispositivos o puertos de acceso venoso (figuras 52-18 I y
c. Dañadas por la utilización previa, flebitis, infiltración o esclerosis. 52-19 I en p. 1458) se emplean en pacientes con enfermedades cró-
d. Continuamente dilatada con sangre, o irregulares o tortuosas. nicas que necesitan tratamiento IV a largo plazo (p. ej., medicaciones
e. En una extremidad dañada o con compromiso quirúrgico (p. ej., intermitentes como en el caso de la quimioterapia, nutrición parente-
después de una mastectomía), debido a alteraciones en la circu-
ral total y transfusiones sanguíneas frecuentes). El dispositivo está
lación o molestias para el paciente.
diseñado para permitir el acceso al sistema venoso central de modo re-
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PAUTAS PARA LA PRÁCTICA Consejos generales para poner con más facilidad una vía IV
I Revisar la historia médica del paciente. En general, usted querrá evitar
la utilización de un brazo afectado por hemiplejia o con acceso de diá-
lisis. También evitar el brazo en el mismo lado que una mastectomía,
lugares cercanos a infecciones o infiltraciones de extravasación previas
más abajo y venas con flebitis
I Poner a trabajar a la gravedad. Colocar el brazo del enfermo sobre el
lado de la cama para favorecer el relleno venoso
I Asegurarse de que el paciente está cómodo. El dolor y la ansiedad fa-
vorecen la activación del sistema nervioso simpático y desencadenan
vasoconstricción y reacciones vasovagales. El enfermo debe orinar an-
tes de comenzar con la infusión IV, asegurarse de que él o ella están a
una temperatura cálida y administrar medicaciones para el dolor tal y
como se hayan prescrito antes del procedimiento. Ayudar al enfermo
a colocarse en un decúbito prono cómodo o en posición semi-Fowler
para la inserción del catéter IV.
I La temperatura cálida mejora la vasodilatación. Aplicar compresas ca-
lientes en el lugar correspondiente de 10 a 15 minutos antes de que
se realice la venopunción. A menos de que esté contraindicado, el en-
fermo debería tomar una ducha caliente o beber líquidos templados
antes de la colocación del catéter IV.
I Evitar las venas de las manos. Debido al riesgo de lesión en los nervios,
las venas de las manos deberían ser la última elección, sobre todo en
enfermos ancianos, en los cuales la piel es muy fina.
I Elegir el dispositivo derecho para el tratamiento prescrito. Si la medica-
ción IV ordenada es irritante para los vasos sanguíneos y se espera
que el tratamiento dure más allá de algunos días, consultar con el equipo
de enfermería o médico responsable de los tratamientos IV para de-
petitivo, evitando el traumatismo y la complicaciones de venopun-
ciones múltiples. Utilizando anestesia local, los dispositivos son colo-
cados de modo quirúrgico dentro de un pequeño hueco subcutáneo de-
bajo de la piel, utilizando, normalmente, la parte anterior del pecho,
Catéter
Vena subclavia Vena cava superior
A puede ser necesario utilizar botellas de cristal si la medicación a ad-
Catéter
Vena y yugular interna
Vena subclavia
Vena cava
superior
B ciones: debe ser clara. La turbidez indica que el recipiente ha sido
Figura 52-17 I Vías venosas centrales con A. Colocación en la vena
subclavia; y B. Colocación en la vena yugular izquierda.
CAPÍTULO 52 / Líquidos, electrólitos y equilibrio acidobásico 1457
terminar si el enfermo es un candidato a una catéter de línea media, un
catéter central insertado de modo periférico, u otro tipo de dispositivo
de acceso venoso central.
I Emplear el catéter del calibre más pequeño que permitirá administrar
el tratamiento y permitir un flujo venoso adecuado alrededor del ex-
tremo del catéter. Por ejemplo, para hidrataciones rutinarias o para tra-
tamientos intermitentes, utilizar catéteres de 22 a 27 G; en transfusio-
nes, de 20 a 24 G, y para tratamientos en neonatos o pacientes con
venas muy pequeñas y frágiles, de 24 a 27 G.
I Emplear mecanismos adecuados. Elevar la cama o camilla para traba-
jar a una altura cómoda. Sentarse, cuando sea posible, y mantener todo
el material al alcance. Sujetar las manos o los brazos del paciente con
tu brazo dominante, colocándolos, si es necesario, por debajo del an-
tebrazo para prevenir movimientos.
I Mostrar confianza en nuestra capacidad. Cuando se acerque al enfermo,
no diga, «Estoy aquí para intentar colocar una vía IV». En su lugar, indi-
que confiado, «Estoy aquí para ponerle su vía IV».
I Si usted se equivoca, ofrezca una explicación honesta de lo que ha ocurri-
do de una manera cariñosa. Piense acerca de qué se puede hacer para
mejorar en el próximo intento y explique aquello que vamos a hacer de
modo diferente (si se va hacer). Lo más importante, limite los intentos
a dos. Si no se ha tenido éxito después de dos intentos, pida a otra en-
fermera o a un anestesista que pruebe de nuevo un poco más tarde.
Nota:Tomado de «Taylor Your I.V. Insertion Techniques for Special Populations», por K.
Rosenthal, 2005a, Nursing, 35 (5), 39. Copyright © 2005 Lippincott, Williams and
Wilkins. Reproducido con autorización.
cerca de la clavícula, no quedando expuesta ninguna parte del puerto
o dispositivo. La parte distal del catéter se coloca en la venas subcla-
via o yugular. Existen diferentes tipo de dispositivos de acceso venoso
pudiendo ser tunelados o no tunelados (Rosenthal, 2005b).
Se deben tomar precauciones especiales con todos los catéteres cen-
trales y con los puertos de acceso venoso para asegurar la asepsia y la
permeabilidad de los mismos. Los cuidados de enfermería en pacientes
con estos dispositivos se explican en Pautas para la práctica en la p. 1459.
INSTRUMENTAL INTRAVENOSO. Ya que el instrumental o material
intravenoso varia con el fabricante, el personal de enfermería debería
estar familiarizado con el que se utilice en cada lugar.
Las soluciones están disponibles en recipientes de distintos tama-
ños (50, 100, 250, 500 o 1000 mL); las más pequeñas suelen utili-
zarse para administrar medicaciones. La mayoría de las sueros vie-
nen presentados en bolsas de plástico (figura 52-20 I). Sin embargo,
ministrar es incompatible con el plástico. Las botellas de cristal ne-
cesitan una abertura al exterior de modo que el aire pueda entrar para
reemplazar al líquido que se introduce en la vena del paciente. Al-
gunos llevan un tubo dentro de la botella que sirve como apertura;
otros envases, sin esta apertura necesitan que se coloque una en el
equipo de administración. Normalmente las aperturas disponen de
filtros que previenen que el aire que llega a la botella esté contami-
nado. No se necesitan aperturas para las soluciones en bolsas de plás-
tico, ya que cuando la solución entra en la vena, la bolsa se colapsa
debido a la presión atmosférica.
Es fundamental que la solución sea estéril y esté en buenas condi-
abierto con anterioridad o las fugas muestran una posible contamina-
ción. Siempre se debe comprobar la fecha de caducidad de la etiqueta.
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1458 UNIDAD X / Promoción de la salud por medios naturales

Catéter
Septo de autocerrado
Cierre

Piel

Catéter
Figura 52-20 I Envase de líquido intravenoso de plástico.
Sutura
Flujo de líquido

Figura 52-18 I Dispositivo de acceso venoso: A. Componentes. B.Dispo- Tapón protector del
sitivo colocado. estilete de inserción

Estilete conector para

Devolver cualquier solución dudosa o contaminada al servicio de far- el envase de líquido
macia o al departamento de tratamiento IV.
Los equipos de infusión por lo común incluyen una inserción pun-
tiaguda o estilete, una cámara de goteo, una válvula en forma de rueda o Enlace al
catéter IV
control de goteo, un tubo con vías secundarias, un dispositivo protector
sobre el conector a la aguja (figura 52-21 I). La inserción puntiaguda Cámara de goteo

Puerto o vía
Pinza accesoria

Puerto o vía
accesoria

Pinza

Figura 52-19 I Dispositivo de acceso venoso (derecha) y aguja de Huber

con un alargador. Figura 52-21 I Equipo de administración intravenosa habitual.
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PAUTAS PARA LA PRÁCTICA Cuidados en los pacientes con un dispositivo de acceso venoso
I Una vez colocado el catéter, anotar la fecha; la localización; la marca,
calibre y longitud del catéter; la localización de la punta del catéter (ve-
rificado mediante rayos X); la longitud del segmento externo, y enseñar
al enfermo. No utilizar un dispositivo de acceso hasta que no se haya
verificado mediante rayos X su localización correcta.
CUIDADOS DEL LUGAR DE INYECCIÓN
I Usar una técnica rigurosamente estéril en los cuidados de las vías cen-
trales y de los dispositivos de acceso venoso a largo plazo.
I La frecuencia en el cambio de vendaje puede variar cada 3 a 7 días, de-
pendiendo de la localización. Los vendajes también deber ser sustitui-
dos cuando estén sueltos o húmedos.
I Valorar la zona ante la presencia de enrojecimiento, inflamación, dolor
a la palpación o supuración. Comparar la longitud de la parte externa
del catéter con lo indicado el día que se colocó para comprobar posi-
bles desplazamientos. Realizar una radiografía torácica para determi-
nar la posición de la punta del catéter cuando haya duda. Anotar cual-
quier cambio de posición o cualquier signo de infección.
I Seguir el protocolo establecido por la institución en cuanto a las solu-
ciones de limpieza y los tipos de vendaje. Para la limpieza del lugar de
la vía o puerto es frecuente utilizar alcohol isopropílico o una combina-
ción de alcohol y acetona seguido de povidona-yodada.
I Antes de utilizar una vía o puerto, limpiar una zona de 5 cm de diáme-
tro alrededor con una solución de alcohol-acetona o con una torunda
de algodón estéril. Comenzar en la zona central de la vía moviéndose
hacía afuera con movimientos circulares firmes. Después emplear una
solución de povidona-yodada. Permitir que la zona se seque al aire.
I Asegurar el catéter y cubrir la entrada de la vía y la parte externa del
catéter con un vendaje oclusivo.
I Curar de modo rutinario la incisión para implantar el dispositivo hasta
que esté curada. Una vez esto haya ocurrido, no son necesarios cuida-
dos cuando la vía no se esté utilizando.
CUIDADOS Y LAVADOS DEL CATÉTER
I Cambiar el tapón del catéter como se haya indicado en el protocolo,
normalmente cada 3 a 7 días.
I Lavar la vía con suero salino, con una solución de heparina para la-
vado (10 unidades/mL o 100 unidades/mL) o siguiendo el protocolo
recomendado por la institución según el tipo de vía específica que se
haya utilizado. Después de infundir medicaciones o soluciones, lavar de
nuevo la vía con suero salino antes de emplear suero heparinizado.
debe mantenerse estéril e introducirse dentro del envase que contiene el
suero cuando el equipo esté listo para su empleo. La cámara de goteo per-
mite la liberación de una cantidad controlada de líquido. Las cámaras
de goteo que se utilizan dispensan 10-20 gotas por mililitro de solución
(macrocámaras). La información concreta se encuentra en el envase. Tam-
bién existen las que dispensan 60 gotas por mililitro (microcámaras). La
válvula en forma de rueda o control de goteo, que comprime la luz del
tubo, controla el ritmo de flujo. La tapa que protege el conector a la aguja
mantiene estéril la parte final del tubo para que así, se pueda unir a una
aguja estéril en la vena del paciente.
La mayoría de los equipos de infusión incluyen una o más vías o puer-
tos accesorios par administrar medicaciones o infusiones secundarias a
la vez. Se está incrementando el empleo de sistemas sin agujas ya que
reducen el riesgo de pinchazos y de contaminación del acceso intrave-
noso. Existen disponibles distintos tipos de sistemas sin aguja, inclu-
yendo dispositivos de cánula roma, dispositivos de cánula tipo Blun, dis-
positivos tipo Luer, y válvulas de seguridad de tres vías (Rosenthal,
2003). Con cada uno de estos sistemas, se conecta una válvula cerrada
dentro de un puerto de inyección o adaptador al tubo IV para la admi-
nistración de medicaciones o infusiones secundarias (figura 52-22 I).
CAPÍTULO 52 / Líquidos, electrólitos y equilibrio acidobásico 1459
I Usar una jeringa de 10 mL, lavar el catéter con una solución de 10 uni-
dades de heparina después de cada uso. La frecuencia de lavados en-
tre cada uso puede variar desde cada 12 horas hasta una vez a la se-
mana o menos, dependiendo del tipo de catéter.
I Recordar que se deben lavar todas las vías accesorias en los catéteres
de múltiples vías.
I Utilizar una aguja especialmente diseñada para el acceso a una vía im-
plantada. Para infusiones generalmente se utiliza una aguja con un án-
gulo de 90º, ya que es más fácil sujetarla y más cómodo para el pa-
ciente. Sujetar la vía entre los dedos pulgar e índice de la mano no
dominante, insertar la aguja por el centro de la vía hasta que se note la
resistencia de la plataforma.
I Retirar la aguja después del tratamiento, sujetar de nuevo la vía y usar in-
cluso presión para hacerlo. Mantener una presión positiva en la aguja hasta
que el último mililitro de la solución de lavado esté siendo instilado.
I Lavar las vías que no se estén utilizando con sueros heparinizados de
acuerdo con los protocolos de la institución o al menos cada 8 semanas.
ENSEÑANZA
Ayudar al paciente con las siguientes instrucciones:
I No permitir que nadie tome la tensión sobre el brazo en el cual se ha
insertado un PICC.
I Llevar puesto un aviso médico o brazalete si el dispositivo debe perma-
necer colocado durante un período de tiempo largo.
I Para los PICC, no son necesarias restricciones en la actividad, excep-
tuando no sumergir el brazo en agua. Está permitido ducharse si la zona
y el catéter están cubiertos por un vendaje oclusivo.
I Para una vía o puerto venoso implantado no existe restricciones en la
actividad, aunque hay que recordar que la vía o la punta del catéter pue-
den llegar a salirse de su sitio. Los signos de que esto ha podido ocurrir
son dolor en el cuello o en la oreja del lado afectado, sonidos de bor-
boteo o de chasquido, o palpitaciones. El movimiento de la vía, infla-
mación o dificultades en el acceso a la vía pueden indicar que está se
ha desplazado. Se debería notificar al médico responsable si cualquier
cosa de estas ocurre o se desarrollan signos de infección.
Nota: Tomado de «Getting a Line on Central Vascular Access Device», por S. Masoorli
y T. Angeles, 2002, Nursing, 32 (4), pp. 36-43. Copyright © 2005 Lippincott, Williams
y Wilkins. Reimpreso con autorización.
Muchos equipos de infusión incluyen un filtro en línea para atrapar el
aire, partículas materiales y microbios. Se requieren equipos especiales
si el ritmo de infusión va a estar regulado por una bomba de infusión.
Para infusiones intravenosas se utilizan catéteres y agujas. En pa-
cientes adultos normalmente se utilizan los catéteres sobreaguja, tam-
bién conocidos como catéteres para sangre. El catéter de plástico se
ajusta alrededor de una aguja que se utiliza perforar la piel y la pared
de la vena (figura 53-23 I). Una vez dentro de la vena, la aguja se re-
tira y se desecha, dejando únicamente el catéter en su lugar. Los caté-
teres IV permiten mayor movilidad al paciente y pocas veces infiltran,
es decir, se salen de la vena haciendo que el líquido llegue al espacio
intersticial.
Hoy es frecuente el empleo de mecanismos de seguridad en los
catéteres IV. En los catéteres sobre aguja, la parte puntiaguda perma-
nece expuesta hasta colocarla en contenedores especiales. Esto puede
provocar que el fiador cause daños al personal de enfermería. El Ne-
edlestick Safety and Prevention Act 2000 exige el empleo de disposi-
tivos de seguridad para prevenir el contacto con patógenos de transmi-
sión hemática (Wilburn, 2004). Los mecanismos de seguridad varían.
Pueden presentar un dispositivo de seguridad que necesite ser activado
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1460 UNIDAD X / Promoción de la salud por medios naturales

A B
Figura 52-22 I Cánulas utilizadas para conectar equipos secundarios al equipo de infusión primario: A. Cánula con tapón de rosca. B. Cánula con tapón de
palanca.
(Fotografías reproducidas por cortesía de (BD) Becton, Dickinson and Company y cortesía de Baxter Healthcare Corporation. Reservados todos los derechos.)

Aguja Cuerpo traslúcido Cámara Cámara Apertura

introductora Cánula del catéter previa posterior del filtro

Extremo afilado
del catéter
Marca del Protección Indicador de la
tapón Luer para el posición del
dedo bisel de la aguja
Pequeño bisel Talón de
para introducir la aguja
la aguja
Figura 52-23 I Esquema de un catéter sobre la aguja.

por el personal de enfermería o tener mecanismos pasivos que se ac-
tivan de modo automático tras quitar el estilete del catéter.
En ocasiones se utilizan palomillas o dispositivos con dos solapas
de plástico unidas a la aguja (figura 52-24 I). Las solapas se mantie-
nen bastante juntas cogiendo la aguja de modo seguro durante el pro-
cedimiento de inserción; después de su introducción en la vena las so-
lapas se colocan sobre la piel y se fijan con esparadrapo.
Se utilizan colgadores o perchas para sujetar el envase con el suero.
Algunos están sujetos a las camas del hospital, otros apoyados en el
suelo y algunos cuelgan del techo. En casa se pueden colgar de las
plantas o perchas de la ropa (incluso en los pomos de los armarios de
la cocina o en ganchos en forma de S colocados en la parte superior
Capuchón o tapa
Cuerpo para la aguja
Adaptador
plástico
Alas
de una puerta). En la mayoría de los colgadores la altura es regulable.
Cuanto más alto se coloque el suero, con mayor facilidad y rapidez en-
trará en el paciente.
COMIENZO DE LA INFUSIÓN. Aunque el médico de referencia
es el responsable en la prescripción de un tratamiento IV para un
paciente, el personal de enfermería es el que comienza, mantiene y
regula la infusión. Así ocurre no sólo en los hospitales y en servi-
cios de asistencia domiciliaria sino que también se está incremen-
tando en lugares comunitarios como clínicas e incluso en el hogar
del enfermo.
Antes de comenzar la infusión, el personal de enfermería com-
prueba:
I El tipo y la cantidad de solución que debe utilizarse
I La cantidad exacta (dosis) de cualquier medicación que deba ser
añadida a un suero compatible
I El ritmo de infusión o el tiempo necesario para completarla.

Si las soluciones son preparadas en el área de farmacia o en cual-

quier otro departamento, el personal de enfermería debe verificar que
cumple exactamente la prescripción facultativa.
Tubo
Es muy importante comprender tanto el objetivo de la infusión como
la valoración del paciente. Por ejemplo, el personal de enfermería debe
cuestionarse una prescripción de dextrosa al 5% en agua a una velo-
cidad de 150 mL/h si el paciente tiene edema periférico y otros sínto-
mas de exceso de líquidos.
Para realizar la venopunción y comenzar la infusión intravenosa
Figura 52-24 I Esquema de una palomilla con adaptador. véase la técnica 52-1.
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INICIO DE UNA INFUSIÓN INTRAVENOSA
Antes de preparar la infusión, el personal de enfermería debe verificar
la prescripción del médico de referencia indicando el tipo de solución, la
OBJETIVOS
I Aportar líquidos cuando los enfermos no sean capaces de tomar una
cantidad adecuada por la boca
I Ofrecer las sales y otros electrólitos necesarios para el mantenimiento
del equilibrio electrolítico
VALORACIÓN
Valorar lo siguiente:
I Signos vitales (pulso, frecuencia respiratoria y presión arterial) como
punto de partida
I Turgencia cutánea
PLANIFICACIÓN
Antes de iniciar una infusión IV, considerar qué tiempo es probable que
el paciente necesite aportes IV, qué tipo de soluciones serán infundidas
y qué medicaciones recibirá o probablemente recibirá el enfermo. Estos
factores pueden afectar la elección de la vena y el tamaño del catéter.
Delegación
Este procedimiento se realiza por personal de enfermería registrado
y, en muchos estados, por auxiliares de enfermería. Comprobar las ac-
tas de auxiliares de enfermería. Debido al empleo de una técnica es-
téril, el tratamiento de infusiones intravenosas no puede ser delega-
das a personal auxiliar sin licencia. Este tipo de personal puede cuidar
a los pacientes que reciban tratamientos IV y el personal de enferme-
ría deberá asegurarse de que ellos conocen cómo realizar las tareas
rutinarias como baños y colocación del paciente sin provocar altera-
ciones de la vía IV. El personal de asistencia sin licencia debería tam-
bién conocer qué complicaciones o qué signos adversos, como pér-
didas, deben ser informados al personal de enfermería. En algunos
estados, el personal con licencia de auxiliar de enfermería con cono-
cimientos especiales de tratamientos IV pueden comenzar las infusio-
nes intravenosas.
APLICACIÓN
Preparación
1. Preparación del paciente.
G Antes de la realización del procedimiento, introducir y verificar los
datos personales del enfermo utilizando los protocolos de la ins-
titución. Explicar el proceso al enfermo. Una venopunción puede
provocar molestias durante algunos segundos, pero no debería
sentir molestias mientras se realiza la infusión. Utilizar un muñeco
para hacer una demostración en niños, y explicárselo a los padres.
Los pacientes a menudo quieren saber cuánto tiempo durará la
técnica. El médico de referencia puede especificar el tiempo de
la infusión, por ejemplo, 3000 mL durante 24 horas.
G A menos que el inicio del tratamiento IV sea urgente, ofrecer un
esquema antes de comenzar para minimizar el movimiento de
la extremidad afectada. Dicho movimiento puede desplazar el ca-
téter.
G Asegurarse de que la ropa del enfermo o la bata pueden quitarse
cuando sea necesario sin que lo impida el aparato IV. Algunas ins-
tituciones ofrecen batas especiales que se abren sobre los hom-
bros y se bajan las mangas para quitarse más fácilmente.
CAPÍTULO 52 / Líquidos, electrólitos y equilibrio acidobásico 1461
cantidad a administrar, el ritmo de infusión y cualquier alergia que sufra
TÉCNICA 52-1
el paciente (p. ej., al esparadrapo o povidona-yodada).
I Ofrecer glucosa (dextrosa), el principal elemento energético del me-
tabolismo
I Aportar vitaminas hidrosolubles y medicaciones
I Estabilizar una vía para aquellas medicaciones necesarias urgentes
I Alergia al látex (p. ej., sistema de compresión), esparadrapo o yodo
I Tendencias al sangrado
I Enfermedades o lesiones en las extremidades
I Estado de las venas para determinar el lugar apropiado para venopun-
ciones
Material
I Equipo de infusión
I Solución estéril parenteral
I Percha o colgador IV
I Esparadrapo adhesivo o no alérgico
I Guantes limpios
I Sistema de compresión
I Gasas o torundas antisépticas
I Pomada antiséptica (comprobar la política de la institución)
I Catéteres intravenosos; véase Variabilidad al final de este procedi-
miento para agujas tipo palomilla (extremos con alas)
I Vendajes de gasa estériles o vendajes oclusivos transparentes
I Férulas para el brazo, si se necesitan
I Toallas o almohadillas
I Dispositivos o bombas de infusión electrónica (el personal de enfer-
mería decide qué tipo de dispositivo es el más apropiado para las
características del paciente).
Realización
Realice la limpieza de las manos.
1. Abrir y preparar el equipo de infusión.
G Sacar el tubo del envase y colocarlo de modo estirado fuera del
mismo.
G Deslizar la pinza reguladora del tubo a lo largo del mismo hasta lle-
varlo justo debajo de la cámara de goteo para facilitar su acceso.
G Cerrar la pinza reguladora.
G Dejar los extremos del tubo cubiertos por el plástico hasta que la
infusión comience. Razón: Esto mantendrá la esterilidad de los
extremos del tubo.
2. Pinchar el envase de suero.
G Retirar la cobertura protectora del lugar de entrada de la bolsa
de suero.
G Retirar la cobertura del estilete e insertarlo dentro del lugar de en-
trada de la bolsa o botella de suero.  Seguir las instrucciones
del fabricante.
3. Colocar en el envase del suero una etiqueta de medicación si se ha
añadido medicación.
G En muchas instituciones, las medicaciones y las etiquetas son
colocadas en la sección de farmacia; si no es así, colocar la eti-
queta al revés sobre el envase. Razón: La etiqueta se coloca
al revés para que pueda leerse fácilmente cuando el envase
esté colgado.
(Continúa en la página 1462)
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1462 UNIDAD X / Promoción de la salud por medios naturales
INICIO DE UNA INFUSIÓN INTRAVENOSA (cont.)
TÉCNICA 52-1
 Inserción del estilete.
Fotógrafa: Elena Dorfman
4. Colocar una etiqueta de tiempo en el envase de suero.
G La etiqueta de tiempo puede colocarse en el momento en el cual
de comienzo la infusión. Seguir las normas de la institución. Véa-
se después la descripción de la regulación del ritmo de infusión
y la figura 52-26.
5. Colgar el envase de suero de la percha.
G Ajustar la altura de la percha para que el suero quede aproxi-
madamente a 1 m por encima de la cabeza del enfermo. Razón:
Esta altura es necesaria para permitir que la gravedad supere
la presión venosa y facilite el flujo de la solución dentro de la
vena.
6. Llenar parcialmente la cámara de goteo con la solución.
G Presionar de modo suave la cámara hasta que se haya llenado
la mitad 
7. Cebar o purgar el tubo.
G Retirar la tapa protectora y apoyar el equipo sobre el envase. Man-
tener la esterilidad de la parte final del tubo y del tapón.
G Retirar la pinza reguladora y dejar que el líquido circule a lo largo
del tubo hasta que hayan desaparecido todas las burbujas. Si es
necesario, golpear el tubo con los dedos para ayudar a que se
 Presión de la cámara de llenado.
Fotógrafa: Elena Dorfman
muevan las burbujas. Razón: El tubo es cebado o purgado para
prevenir la introducción de aire dentro del paciente.
Las burbujas de menos de 0,5 mL normalmente no causan problemas
en líneas periféricas.
G Volver a pinzar el tubo y colocar de nuevo la tapa manteniendo la
técnica estéril.
G Para protectores con apertura de aire, no es necesario retirar el ta-
pón cuando se cebe o purgue el equipo. El movimiento de la
solución a lo largo del tubo se detendrá cuando llegue una gota
de solución al tapón.
G Si está siendo utilizada una bomba de control de infusión, un dis-
positivo electrónico o un controlador, seguir las instrucciones del
fabricante para colocar el tubo y marcar el ritmo de infusión.
8. Volver a lavarse las manos justo antes de tocar al enfermo.
9. Seleccionar el lugar de venopunción.
G Utilizar el brazo no dominante del enfermo, a menos que esté
contraindicado (p. ej., mastectomía, fístula para diálisis). Identifi-
car aquellos posibles lugares de venoclisis visualizando venas que
sean relativamente rectas, no escleróticas o tortuosas y evitando
válvulas del seno venoso. La vena debería ser palpable, pero no
visible, especialmente en enfermos con la piel oscura. Pensar en
la longitud del catéter; buscar un sitio suficientemente distal a la
muñeca o al codo para que la punta del catéter no se encuentre
en un punto de flexión. Razón: Las venas escleróticas pueden
complicar el comienzo y mantenimiento de la vía IV. La flexión
de la articulación incrementa el riesgo de que el catéter provo-
que irritación de las paredes de las venas.
G Comprobar los protocolos establecidos por la institución acerca
del rasurado si la zona presenta mucho vello. Normalmente no
se recomienda el rasurado debido a posibles microabrasiones que
pueden aumentar el riesgo de infección.
G Colocar una toalla o un cobertor debajo de la extremidad para
proteger la ropa de cama (o los muebles si se realiza en casa).
10. Dilatar la vena.
G Colocar la extremidad en una posición declive (que quede más
baja que el corazón). Razón: La gravedad enlentece el retorno
venoso y distiende las venas. La distensión de las venas hace
que la inserción adecuada de la aguja sea más sencilla.
G Aplicar una compresión (torniquete) de modo firme entre 15 y
20 cm por encima del lugar de venopunción.  Explicar que el
torniquete debe sentirse ajustado. Razón: La compresión debe
ser suficientemente fuerte como para obstruir la circulación ve-
nosa, pero no tanto como para ocluir el flujo arterial. La obs-
trucción del flujo arterial inhibe el relleno venoso. Si puede pal-
parse el pulso radial, el flujo arterial no se ha obstruido.
Utilizar cada compresor o torniquete para un solo paciente.
Esto evita contaminaciones cruzadas con otro enfermo.
Tirar de este extremo
para desatar
B
 Aplicación de un compresor (torniquete).
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INICIO DE UNA INFUSIÓN INTRAVENOSA (cont.)
Si la vena no está suficientemente dilatada:
G G
a. Masajear o golpear la vena distalmente al lugar de inyección
en la dirección del flujo venoso hacia el corazón. Razón: Esta
acción favorece el llenado de la vena.
b. Indicar al paciente que abra y cierre el puño. Razón: La con-
tracción de los músculos que comprimen distalmente la vena
mueve la sangre a lo largo de la misma y la distiende.
c. Golpear suavemente la vena con la yema de los dedos. Ra-
zón: Dicho golpeo puede dilatar la vena.
G Si los pasos de este procedimiento no distienden la vena de modo
que se pueda palpar, retirar el compresor y envolver la extremi-
dad en una toalla caliente y húmeda durante 10 a 15 minutos.
Razón: El calor dilata los vasos sanguíneos superficiales, provo-
cando su relleno. Posteriormente repetir el paso 10.
11. Colocarse guantes limpios y limpiar el lugar de la venoclisis. Razón:
Los guantes protegen al personal de enfermería de contaminacio-
nes con la sangre del enfermo.
G Limpiar la piel sobre el lugar de entrada con una gasa con anti-
séptico tópico (p. ej., clorhexidina al 2% o alcohol). Algunas ins-
tituciones pueden utilizar una solución antibacteriana como po-
vidona-yodada (comprobar los distintos protocolos). Comprobar
posibles alergias al yodo o a los mariscos antes de limpiar la piel
con povidona-yodada o productos yodados.
G Realizar movimientos circulares, moviéndose desde el centro ha-
cia fuera varios centímetros. Razón: Estos movimientos elimi-
nan los microorganismos del lugar de entrada.
G Permitir que la solución se seque sobre la piel. La povidona-yo-
dada debería estar en contacto con la piel durante 1 minuto para
ser efectiva.
12. Introducir el catéter e iniciar la infusión
G Si se desea y se permite por la institución, inyectar intradérmica-
mente 0,05 mL de lidocaína al 1% sobre el lugar sobre el cual se
piensa introducir la aguja IV. Dejar pasar de 5 a 10 segundos para
que el anestésico actúe. También pueden emplearse cremas anal-
gésicas transdérmicas (p. ej., ELA-Max, EMLA), dependiendo de
las instituciones. Dejar transcurrir 30 minutos para que el analgé-
sico transdérmico actúe.
G Utilizar la mano no dominante para hacer que la piel quede tensa
por debajo del lugar elegido para la venopunción. Razón: Esto fija
la vena y hace que la piel quede tensa para la introducción de
la aguja. También puede conseguir que la entrada inicial en el
tejido sea menos dolorosa.
 Fijación de un catéter utilizando un método en «U».
CAPÍTULO 52 / Líquidos, electrólitos y equilibrio acidobásico 1463
Sujetar el catéter sobre aguja con un ángulo de 15 a 30 grados
TÉCNICA 52-1
con el bisel hacia arriba, introducir el mismo a través de la piel y
dentro de la vena. Cuando la aguja entra en la vena se nota un
pérdida de resistencia repentina. Se deberían evitar los pinchazos
y movimientos bruscos ya que puede provocar daño en venas de-
licadas (Phillips, 2005).
G Una vez que aparezca sangre en la luz de la aguja o se sienta la
falta de resistencia, disminuir el ángulo del catéter hasta colocarlo
casi paralelo a la piel, y mover la aguja y el catéter aproximada-
mente de 0,5 a 1 cm hacia delante. Sujetar la parte de la aguja
de un modo firme, y hacerla avanzar hasta que la zona del cuerpo
del catéter se encuentre en el lugar de venoclisis. La técnica exacta
depende del tipo de dispositivo utilizado. Razón: El catéter se
mueve hacia delante para asegurarse que todo él, y no sola-
mente la parte metálica de la aguja, está dentro de la vena. La
técnica exacta depende del tipo de catéter utilizado.
G Aflojar el compresor o torniquete.
G Presionar en la vena cerca del catéter para eliminar o reducir la
cantidad de sangre que sale del mismo. Estabilizar la parte cen-
tral con los dedos pulgar e índice de la mano no dominante.
G Retirar el tapón protector de la parte distal del equipo de infu-
sión y sujetarla preparado para unirla al catéter, manteniendo la
esterilidad del extremo.
G Retirar de modo cuidadoso la aguja, depositarla en contenedores
de seguridad y unir el final del tubo del equipo de infusión a la
zona cuerpo del catéter.
G Iniciar la infusión.
13. Fijar el catéter.
G Fijar el catéter con un método en «U» o de acuerdo con las ins-
trucciones del fabricante. Utilizar tres tiras de esparadrapo adhe-
sivo, cada una de 7,5 cm de longitud:
a. Colocar una tira, con la parte que pega hacia arriba, por debajo
del cuerpo del catéter.
b. Plegar cada uno de los extremos de modo que la parte que
pega esté sobre la piel. 
c. Poner la segunda tira, con la parte que pega hacia abajo, so-
bre el cuerpo del catéter.
d. Colocar la tercer tira, con la parte que pega hacia abajo, sobre
la parte central del tubo.
14. Vendar y marcar el lugar de venopunción y el tubo de acuerdo con
las normas de la institución.
G A menos que exista alguna alergia, se utiliza un vendaje oclusivo
transparente.  Esto permite la valoración del lugar de la vía sin
 Cobertura del lugar de inserción con vendaje transparente.
(Patrick Watson)
(Continúa en la página 1464)
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1464 UNIDAD X / Promoción de la salud por medios naturales

INICIO DE UNA INFUSIÓN INTRAVENOSA (cont.)

hacerse en el momento de iniciar la infusión. Razón: Se etiqueta
TÉCNICA 52-1

el tubo para asegurarse de que es cambiado a intervalos regu-

 Etiquetado del lugar de una vía IV con fecha, hora, tamaño del
catéter e iniciales.
(Patrick Watson)
retirar el vendaje. El tipo de vendaje se puede dejar durante 72 ho-
ras, después ha de cambiarse.
G Quitar el compresor. Quitarse los guantes sucios y eliminarlos de
modo adecuado.
G Hacer un bucle en el tubo y asegurarlo con esparadrapo. Razón:
La formación del bucle y la fijación del tupo evita que el peso del
mismo o cualquier movimiento saquen la aguja o el catéter.
G Etiquetar el vendaje con el y día y la hora de colocación, el tipo, el
calibre del catéter y las iniciales del personal de enfermería. 
15. Asegurar un ritmo de infusión apropiado.
G Utilizar, si es necesario, una férula en el brazo para inmovilizar la
articulación.
G Ajustar el ritmo de infusión de acuerdo con lo prescrito.
16. Etiquetar el equipo de infusión
G Colocar una etiqueta en el tubo con el día y la hora y las iniciales
del personal de enfermería. Este etiquetado también puede
lares (p. ej., cada 24 a 96 horas de acuerdo con las normas de
la institución).
17. Indicar aquellos datos importantes, incluyendo las valoraciones.
G Anotar el comienzo de la infusión el historial del paciente. Algu-
nas instituciones ofrecen formularios especiales para este pro-
pósito. Incluir el día y la hora de la venoclisis la cantidad y tipo
de suero utilizado, incluyendo cualquier aditivo (p. ej., tipo y do-
sis de medicación); número de envase; ritmo de infusión; tipo,
longitud y calibre de la aguja o catéter; lugar de venopunción, nú-
mero de intentos realizados, y localización de cada uno de ellos;
tipo de vendaje utilizado, y respuesta general del enfermo.
EJEMPLO DE DOCUMENTACIÓN
15/1/2008 06:00 Inserción de un angiocatéter de 20 G en ante-
brazo (izq) al primer intento. Infusión IV a 125 mL/hora. Ex-
plicación de la razón para IV. Declaración de entendimiento.
______________________A. Luis, DE
VARIANTE: INSERCIÓN UNA PALOMILLA (AGUJA CON ALAS)
G Sujetar la aguja, dirigiéndola en el sentido del flujo de la sangre,
con un ángulo de 30º, con el bisel hacía arriba, y perforando la
piel próximo a la vena aproximadamente 1 cm por detrás del si-
tio en el cual se ha planeado acceder a la vena.
G Una vez que la aguja ha atravesado la piel, inclinarla hacia abajo
hasta que quede casi paralela a la misma. Razón: El inclinar la
aguja hacia abajo reduce el riesgo de atravesar la vena por am-
bos lados.
Seguir el trayecto de la vena y atravesar uno de sus lados. Puede notarse
una pérdida repentina de resistencia cuando la sangre entra en la aguja.
G Cuando fluye sangre hacia el tubo de la aguja, introducir la misma
hasta su parte central o cuerpo.
G Aflojar el torniquete, unir el equipo de infusión e iniciar la perfu-
sión tan rápido como sea posible. Razón: Colocar el tubo rápida-
mente previene la formación de coágulos y la obstrucción de la
aguja.
G Fijar la palomilla con esparadrapo mediante la técnica de entre-
cruzamiento.  Si es necesario, colocar un pequeño cuadradito
de gasa por debajo de la aguja. Razón: La gasa mantiene a la
aguja en su posición dentro de la vena.

Aguja en
la vena
Esparadrapo
Tubo

72 HRS.–ONLY
I.V. SET–__
0800
9/11 HR._____
START DATE________
9/14 HR._____
DISCARD DATE______ 0800
LA
R.N. INITIAL_________________

Etiquetado del tubo con la fecha, hora de la conexión e iniciales del

personal de enfermería. También se muestra la etiqueta preimpresa.
Fotógrafa: Elena Dorfman  Fijación de una palomilla mediante el método de entrecruzamiento.
Kozier cap52.qxd 25/3/08 17:09 Página 1465
INICIO DE UNA INFUSIÓN INTRAVENOSA (cont.)
EVALUACIÓN
Evaluar lo siguiente:
I Estado de la piel en el lugar de la vía IV (temperatura templada y
ausencia de dolor, enrojecimiento e inflamación)
I Estado del vendaje
REGULACIÓN Y CONTROL DE LAS INFUSIONES INTRAVENOSAS.
Las prescripciones de infusiones IV pueden tener formas muy dife-
rentes: «3000 mL en 24 horas»; «1000 mL cada 8 horas ¥ 3 bolsas»,
«125 mL/h hasta que exista una ingesta oral adecuada». El personal
de enfermería inicia los cálculos IV para conseguir un ritmo adecuado,
regula la infusión y supervisa la respuesta del paciente. A menos que
se utilice un dispositivo de control, el personal de enfermería regula
de modo manual las gotas por minuto de flujo empleando la válvula ro-
dante con el fin de asegurar que la cantidad de solución ordenada será
administrada en el intervalo de tiempo adecuado. Si el flujo no es el co-
rrecto, pueden ocurrir problemas como hipervolemia, hipovolemia o
administración inadecuada de la medicación.
El número de gotas dispensadas por mililitro de solución varían
dependiendo de la diferentes marcas y tipos de equipos de infusión.
Este índice, denominado factor de goteo (en ocasiones llamado fac-
tor de gota), generalmente viene impreso en el envase del equipo de
infusión. Los macrogotas tiene normalmente factores de 10, 12, 15
o 20 gotas/mL; el factor de goteo para los microgotas es siempre de
60 gotas/mL (figura 52-25 I).
Para calcular el ritmo de infusión, el personal de enfermería debe
conocer el volumen de líquido a perfundir y el tiempo concreto de in-
fusión. Los dos métodos que normalmente se utilizan para indicar el
ritmo son número de mililitros a administrar en una hora (mL/h) y nú-
mero de gotas en 1 minuto (gtt/min). Ya que 1 mililitro equivale a
1 centímetro cúbico, el volumen a infundir en el primer método tam-
bién puede expresarse como centímetros cúbicos por hora (cm3/h)
Mililitros por hora. Los ritmos de infusión pueden ser calculados
cada hora dividiendo el volumen total a perfundir entre el tiempo de
infusión expresado en horas. Por ejemplo, si se deben infundir 3000 mL
en 24 horas, el número de mL por hora será:
Figura 52-25 I Diferentes estiletes y cámaras de goteo de los equipos de
infusión: sin apertura macrogota, con apertura macrogota, sin apertura
microgota.
CAPÍTULO 52 / Líquidos, electrólitos y equilibrio acidobásico 1465
TÉCNICA 52-1
I Ritmo de infusión de acuerdo con lo que ha sido prescrito
I Capacidad para la realización de actividades de aseo personal; en-
tendimiento de cualquier limitación de movimientos
I Signos vitales comparados con los datos iniciales
3000 mL (volumen total de infusión)
———————————————————————— = 125 mL/h
24 horas (tiempo total de infusión)
El personal de enfermería necesita revisar las infusiones por lo me-
nos una vez cada hora para asegurarse que los mililitros por hora in-
dicados han sido infundidos y que se mantienen la permeabilidad de
la vía. Debe colocarse una marca adhesiva en el envase de suero que
indique el tiempo exacto y/o la cantidad a perfundir. Algunos hospita-
les premarcan las etiquetas (figura 52-26 I).
Gotas por minuto. El personal de enfermería inicia y supervisa una
infusión regulando las gotas por minuto para asegurar la perfusión de
la cantidad de suero prescrita. Las gotas por minuto se calculan con
la siguiente fórmula:
Volumen total de infusión ¥ factor de goteo
Gotas por minuto = ————————————————————————————
Tiempo total de infusión en minutos
Si son necesarios 1000 mL en 8 horas y el factor de goteo es de 20 go-
tas/mL, las gotas por minuto deberían ser
1000 mL ¥ 20
———————————————— = 41 gotas/minuto
8 ¥ 60 min (480 min)
Aproximando este ritmo a 40 gotas por minuto, el personal de enferme-
ría regula la velocidad girando la válvula, aumentando o disminuyendo
la presión sobre el tubo y contando las gotas que caen durante 15 segun-
dos, y entonces multiplicando dicho número por 4 (p. ej., 10 gotas/15 seg).
Existe un número variado de factores que influyen en el ritmo (véa-
se cuadro 52-8).
Figura 52-26 I Etiquetado de tiempo de un envase de suero. El primer
tiempo marcado (09:00 horas) debería ser corregido para una bolsa
colgada a las 08:00 horas con un ritmo de 100 mL por hora.
Fotógrafa: Elena Dorfman
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1466 UNIDAD X / Promoción de la salud por medios naturales

CUADRO 52-8 Factores que influyen

en los ritmos de infusión
I La posición del antebrazo. Algunas veces un cambio en la posición del
brazo por parte del enfermo disminuye el flujo. Una ligera pronación,
supinación, extensión o elevación del antebrazo sobre una almohada
pueden incrementarlo.
I La posición y permeabilidad del tubo. El tubo (equipo de infusión)
puede estar obstruido por el peso del enfermo, un nudo o una pinza
demasiado cerrada. El ritmo de infusión puede también disminuir
cuando una parte del equipo de infusión se encuentra por debajo del
lugar de venopunción.
I La altura del bote de suero. El aumento la altura del recipiente unos
centímetros puede acelerar el flujo, ya que se crea mayor presión.
I Posible infiltración o salida de líquidos. La presencia de inflamación,
sensación de frío y dolor a la palpación del sitio de la venoclisis puede
indicar infiltración.
I La relación del tamaño entre el catéter y la vena. Un catéter que es de-
masiado grande puede impedir la circulación del suero.

DISPOSITIVOS DE CONTROL DE INFUSIONES. Se utilizan distintos

mecanismos para el control de la velocidad de infusión. Los dispositivos
electrónicos de infusión regulan el ritmo entre unos límites preseleccio-
nados. Disponen de una alarma que salta cuando el nivel de líquidos en
la bolsa es bajo, cuando existe aire en el equipo de infusión o cuando el
tubo no está suficientemente elevado. El dispositivo con disco de flujo
en línea (figura 52-27 I) es un regulador que controla la cantidad de lí-
quido que se administra. En los hospitales se utiliza en aquellas situacio-
nes en las que no se necesita una bomba de infusión, aunque es impor-
tante prevenir el riesgo de volumen excesivo de líquidos. Se preselecciona
el volumen de infusión y puede unirse en el momento que comienza la
infusión o cuando se cambia el tubo. Otra variación es el equipo de con-
trol de volumen, se emplea si el volumen de líquidos a administrar debe
ser controlado de manera exacta. El equipo, que contiene un máximo de
100 mL de suero, se coloca entre la botella y la cámara de goteo. Los equi-
pos de control de volumen se usan con frecuencia en pacientes pediátri-
cos, donde es imprescindible un volumen de administración exacto.
ALERTA CLÍNICA
Se debe utilizar un dispositivo de control de la velocidad de flujo al ad-
ministrar líquidos IV a ancianos o niños. Ambos grupos de edad tienen un
riesgo especial de sufrir complicaciones derivadas de la sobrecarga de lí-
quidos secundaria a la infusión rápida de líquidos IV. I
Figura 52-28 I Bomba de infusión intravenosa.
Fotógrafa: Jenny thomas
Una bomba de infusión (figuras 52-28 I y 52-29 I) administra lí-
quidos de modo intravenoso ejerciendo una presión positiva sobre el
tubo o sobre el suero. En aquellas situaciones en las que no hay nin-
gún impedimento en el ritmo de infusión la presión de la bomba puede
compararse con la de la gravedad. Sin embargo, si hay resistencias (re-
sistencia venosa incrementada), la bomba puede mantener el ritmo in-
crementando la presión aplicada sobre el líquido.
Un controlador, por el contrario, solamente actúa mediante la
fuerza de la gravedad. La presión de liberación depende de la altura
a la que se encuentre el suero en relación al lugar de venopunción.
El suero debe estar al menos 76 cm por encima del lugar de inyec-
ción para que el controlador funcione. Este dispositivo no tiene la
capacidad de añadir presión y no vence resistencias al paso del lí-
quido.
La Técnica 52-2 indica los pasos necesarios para el control de una
infusión intravenosa.

Figura 52-27 I Disco de flujo en línea en el dispositivo. Figura 52-29 I Bombas de infusión programables.
Fotógrafa: Elena Dorfman (Cortesía de ALARIS Medical Systems, Inc., San Diego, California.)
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CONTROL DE UNA INFUSIÓN INTRAVENOSA
OBJETIVOS
I Mantener los ritmos de infusión prescritos
I Prever las complicaciones asociadas al tratamiento IV
VALORACIÓN
Valorar lo siguiente:
I Aspecto del lugar de perfusión; permeabilidad del sistema
I Tipo de líquido y ritmo de infusión
I Respuesta del paciente
PLANIFICACIÓN
Revisar el material que se va a utilizar fuera de la habitación del enfermo.
Leer todos los materiales apropiados y confirmar el tipo de equipo, con-
trolador o bomba que se van a usar.
APLICACIÓN
Preparación
1. Tomar los datos necesarios.
G A partir del médico de referencia, determinar el tipo y secuencia
de sueros que se van a infundir.
G Determinar el ritmo y esquema de perfusión.
Realización
1. Asegurarse de que se está utilizando el suero correcto.
G Si la solución no es la adecuada, disminuir el ritmo de infusión al
mínimo necesario para mantener la permeabilidad del catéter. Ra-
zón: La interrupción de la infusión puede ocasionar la formación
de trombos en el catéter IV. Si esto ocurriera, se debe quitar el
catéter y se debe realizar otra venopunción antes de que pueda
continuarse con la perfusión.
G Cambiar la solución a una adecuada. Documentar y anotar el error
de acuerdo con los protocolos de la institución.
2. Observar el ritmo de infusión cada hora.
G Comparar el ritmo de perfusión, por ejemplo, cada hora, frente al
esquema prefijado. Razón: Las infusiones que están fuera del es-
quema pueden ser dañinas para el paciente.
G Si el ritmo es demasiado rápido, hacer que vaya más despacio
de modo que se complete en el tiempo planeado. Razón: Las
soluciones administradas demasiado rápidas pueden provocar
un incremento significativo en el volumen de sangre circulante
(que es de aproximadamente 6 L en un adulto). La hipervole-
mia puede ocasionar edema pulmonar e insuficiencia cardíaca.
Valorar al enfermo por posibles signos de exceso de volumen y
sus complicaciones, incluyendo disnea; respiración rápida y fati-
gosa; tos; crepitantes en la base del pulmón; taquicardia y pulso
o saltón.
G Si el ritmo es demasiado lento, comprobar cómo se actúa en
la institución. Algunas permiten que el personal de enfermería
ajuste un ritmo de flujo a una cantidad especificada. Los ajus-
tes por encima de este ritmo necesitan la prescripción del mé-
dico de referencia. Razón: El suero que se administra dema-
siado despacio puede aportar una cantidad insuficiente de
líquidos, electrólitos o medicación para las necesidades del en-
fermo.
G Si el ritmo es de 150 mL/h o más, comprobarlo más frecuente-
mente, por ejemplo, cada 15 a 30 minutos.
3. Comprobar la permeabilidad de los tubos y del catéter IV.
G Observar la posición de frasco de suero IV. Si está a menos de un
metro de altura del lugar de la venoclisis, reajustar la percha para
CAPÍTULO 52 / Líquidos, electrólitos y equilibrio acidobásico 1467
TÉCNICA 52-2
Delegación
Este procedimiento deberá realizarlo personal de enfermería ya que
es una parte importante del seguimiento y pueden aparecer compli-
caciones.
corregir la altura. Razón: Si la botella/bolsa IV está demasiado
baja, puede que la solución no fluya centro de la vena debido a
una presión gravitacional insuficiente como para vencer la pre-
sión de la sangre dentro del vaso.
G Observar la cámara de goteo. Si no está llena a la mitad, presio-
nar la cámara para conseguir que el líquido alcance la cantidad
correcta.
G Abrir el regulador de goteo y comprobar que existe un flujo rá-
pido desde el envase de suero hacia la cámara de goteo. En-
tonces cerrar parcialmente el regulador de goteo para reesta-
blecer el ritmo prescrito. Razón: Un flujo rápido dentro de la
cámara de goteo indica la permeabilidad de la vía IV. Cerrar el
regulador para adaptarlo al ritmo prescrito previene el exceso
de líquidos.
G Comprobar el equipo de infusión por la posible presencia de zo-
nas más estrechas o nudos o restricciones al flujo. Estirar el tubo
de modo que esté ligeramente enrollado y sin presión. En oca-
siones el equipo de infusión llega a quedarse debajo del cuerpo
del enfermo y el peso bloquea el flujo.
G Observar la posición del tubo. Si está colgando por debajo del
lugar de venopunción, colocarlo cuidadosamente sobre la super-
ficie de la cama. Razón: La solución no puede entrar en la vena
en contra de la fuerza de la gravedad.
G Bajar el envase de suero por debajo del lugar de infusión y ob-
servar el flujo de retorno de la sangre desde la vena. Razón: Un
flujo de retorno de la sangre indica que la aguja está permea-
ble y en la vena. La sangre retorna en esta situación, ya que la
presión venosa es superior a la presión del líquido en el equipo
de infusión. La ausencia de retorno venoso puede indicar que
la aguja no está en la vena o que la punta del catéter está obs-
truida parcialmente por un trombo, por la pared de la vena o
una válvula venosa.
G Determinar si el bisel del catéter está obstruido contra la pared de
la vena. Si eso ocurre, tirar de él hacia atrás suavemente, girarlo
o aumentar o disminuir el ángulo de inserción ligeramente, utili-
zando una gasa estéril por debajo del mismo para proteger la piel
y cambiar la posición del bisel del catéter.
G Si existen pérdidas, localizar el lugar. Si la pérdida es en la co-
nexión del catéter, apretar el equipo de infusión al catéter. Si
no se puede parar la pérdida, disminuir el ritmo de infusión
tanto como sea posible sin detenerlo, y cambiarlo por uno
nuevo estéril. Si es importante, estimar la cantidad de suero
que se ha perdido.
(Continúa en la página 1468)
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1468 UNIDAD X / Promoción de la salud por medios naturales
CONTROL DE UNA INFUSIÓN INTRAVENOSA (cont.)
4. Inspeccionar el lugar de inserción por posible infiltración de líquido.
TÉCNICA 52-2
G Cuando una aguja IV se ha salido de la vena, el suero fluye hacia
los tejidos intersticiales, provocando inflamación. Esto se conoce
como infiltración, y se manifiesta como inflamación localizada,
zona fría, palidez y molestias en el lugar de la venopunción.
G Si aparece infiltración, parar el suero y retirar el catéter. Reini-
ciar la perfusión en otra localización.
G Aplicar una compresa templada sobre el lugar de la infiltración.
Razón: La temperatura mejora la sensación de dolor y provoca
vasodilatación, facilitando la absorción del líquido a partir de
los tejidos intersticiales.
5. Si la infiltración incluye fármacos irritantes, se denomina extravasa-
ción y pueden estar indicadas otras medidas. El fármaco extravasado
puede provocar daño tisular grave o incluso su destrucción. La ex-
travasación de un fármaco irritante debería considerarse una emer-
gencia (Hadaway, 2004).
G Detener la infusión inmediatamente. Desconectar el equipo de
infusión tan cerca del cuerpo del catéter como sea posible e in-
tentar aspirar cualquier resto del fármaco dentro del mismo. Si
existe un antídoto inyectable, el catéter debería permanecer en
su sitio.
G Debería notificarse al médico de referencia y, si se ha prescrito, el
antídoto administrado.
G El brazo afectado debería estar elevado y, dependiendo del fár-
maco, podía plantearse tratamiento con calor o frío.
6. Si la infiltración no es evidente pero el suero no fluye, determinar si
la aguja se ha movido de la vena.
G Pinzar ligeramente el equipo de infusión próximo al lugar de la
aguja. Esto provocará el flujo de sangre (de vuelta) dentro del tubo
si la misma está dentro de la vena.
G Utilizar una jeringa estéril de suero salino para aspirar líquido desde
la vía o puerto cercano al lugar de venopunción. Si no se aspira
sangre, detener el suero intravenoso.
EVALUACIÓN
Evaluar lo siguiente:
I Cantidad de suero prefundido de acuerdo con el esquema
I Estado adecuado del sistema IV
I Aspecto del lugar de venoclisis (p. ej., seco, infiltración tisular, molestias)
CAMBIO DE LOS ENVASES DE SUERO, EQUIPOS Y VENDAJES.
Los envases de las soluciones intravenosas solamente se cambian
cuando quede una pequeña cantidad en la parte final y todavía exista
líquido en la cámara de goteo. Sin embargo, todas las bolsas IV de-
berían cambiarse cada 24 horas, independientemente de cuánto suero
reste, con el fin de minimizar el riesgo de contaminación. Los equipos
de infusión IV se cambian cada 48 a 96 horas, dependiendo del pro-
tocolo del hospital, así como del tipo de vendaje. La Técnica 52-3
7. Inspeccionar el lugar de inserción por posible flebitis (inflamación de
una vena).
G Inspeccionar y palpar el lugar al menos cada 8 horas. La flebitis
aparece como resultado de una lesión en una vena, por ejem-
plo, debido a traumatismos mecánicos o irritación química. Los
daños químicos pueden ser debidos a electrólitos intravenosos
(especialmente potasio y magnesio) y medicaciones. Los sig-
nos clínicos son enrojecimiento, aumento de temperatura e in-
flamación en el lugar de la venopunción y quemazón a lo largo
de la vena.
G Si se detecta una flebitis, detener la infusión y aplicar compresas
calientes en el lugar de inyección. No utilizar la vena dañada para
futuras perfusiones.
8. Inspeccionar el lugar de inyección por posible sangrado.
G Puede aparecer supuración o sangrado en el tejido circundantes
mientras el suero está circulando correctamente, pero es más
probable que ocurra después de que la aguja se haya salido de
la vena.
G La observación de los lugares de venoclisis es extremadamente
importante en pacientes que sangran con facilidad, como aque-
llos que están recibiendo anticoagulantes.
9. Enseñar al enfermo los mecanismos para el mantenimiento del sis-
tema de infusión, por ejemplo:
G Evitar giros o movimientos bruscos del brazo con la aguja o catéter.
G Evitar estiramientos o tensiones del equipo de infusión.
G Intentar que el tubo no cuelgue por debajo del nivel de la aguja.
G Hablar con el enfermero si
a. El ritmo de infusión varía de modo brusco o la solución deja
de gotear.
b. El envase del suero está próximo a vaciarse.
c. Hay sangre en el equipo de infusión.
d. Si existen molestias o inflamación en el lugar de venopunción.
10. Indicar toda información relevante.
I Producción de orina comparada con ingesta de líquidos
I Turgencia tisular; densidad de la orina
I Signos vitales y sonidos pulmonares comparados con los datos ini-
ciales
ofrece las pautas para el cambio de los envases de suero IV, los equi-
pos y los vendajes del lugar de inyección.
Cuando ya no se necesita una perfusión IV para mantener el aporte
de líquidos del paciente o para permitir una ruta de administración de
fármacos, la infusión es detenida y o bien el catéter retirado o se deja
en su lugar con un tapón de suero o heparina. Los consejos para la in-
terrupción de una infusión IV y dejar un catéter tapado están refleja-
dos en las Técnicas 52-4 y 52-5, respectivamente.
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CAMBIO DE UN ENVASE DE SUERO INTRAVENOSO, UN EQUIPO DE INFUSIÓN Y UN VENDAJE
OBJETIVOS
I Mantener el flujo de líquidos necesario
I Controlar la esterilidad del sistema IV y disminución de la incidencia
de flebitis e infección
VALORACIÓN
Valorar lo siguiente:
I Presencia de infiltración de líquidos, sangrado o flebitis en el lugar de
venoclisis
I Alergia al esparadrapo o al yodo
PLANIFICACIÓN
Revisar las órdenes del médico de referencia con respecto a los cam-
bios en la administración de líquidos.
Delegación
Este procedimiento incluye la valoración del lugar de venopunción y
deberá ser realizado por personal de enfermería titulado. En muchos
estados, los auxiliares de enfermería con certificado IV pueden com-
pletar esta técnica.
Material
I Envases con el tipo y cantidad adecuada de solución estéril
I Equipos de administración, incluyendo un tubo estéril y una cámara
de goteo
APLICACIÓN
Preparación
1. Obtención de un envase de suero adecuado.
G Leer la etiqueta del recipiente nuevo.
G Verificar que se tiene la solución correcta, el paciente concreto, los
aditivos adecuados (si se necesita alguno) y la dosis correcta (nú-
mero de bolsas o volumen total prescrito).
Realización
1. Lavarse las manos.
2. Preparar el equipo necesario, con un nuevo envase y etiquetarlo todo.
Véase la Técnica 52-1, pasos del 1 al 8.
G Aplicar una etiqueta de tiempo al envase.
G Purgar o cebar el tubo.
G Etiquetar el tubo como se muestra en figura  en Técnica 52-1.
3. Preparar la aguja o el catéter IV, esparadrapo y el vendaje necesario
y colocarlo cerca del paciente.
G Preparar las tiras de esparadrapo que sean necesarias para el
tipo de aguja o catéter. Para una palomilla, se utilizan dos o tres
tiras de 1,25 cm. Para un catéter tres tiras de 1,25 cm. Se usarán
más tarde para fijar la aguja o el catéter sin cubrir el lugar de ve-
nopunción.
G Sujetar los trozos de esparadrapo al borde de la mesa. Razón: De
esta manera, el esparadrapo está fácilmente disponible sin per-
der su parte adhesiva. Asegurarse de que la mesa está limpia para
evitar contaminaciones del esparadrapo.
G Abrir todo el material: torundas, vendajes, componentes adhesi-
vos y pomada. Razón: Esto favorece su acceso una vez puestos
los guantes.
CAPÍTULO 52 / Líquidos, electrólitos y equilibrio acidobásico 1469
Mantener la permeabilidad del equipo IV
TÉCNICA 52-3
I
I Prevenir la infección del lugar de venopunción y la introducción de
microorganismos en el torrente sanguíneo
I Ritmo de infusión y cantidad absorbida
I Obstrucciones del sistema IV
I Aspecto del vendaje valorando su integridad, humedad y necesidad
de cambio.
I Fecha y hora del cambio de vendaje previo
I Etiquetas de tiempo
I Cuadradito de gasa estéril para la colocación de la aguja
Para los vendajes
I Guantes limpios
I Vendaje transparente o de gasa estériles de 5 cm × 5 cm o de 10 cm
× 10 cm
I Productos para eliminar adhesivos
I Torundas con clorhexidina
I Torundas con alcohol
I Esparadrapo
I Toalla
G Colocar una toalla por debajo de la extremidad: Razón: Así se
evita que se manche la ropa de la cama.
G Colocarse guantes limpios.
4. Retirar el vendaje sucio y todo el esparadrapo, excepto aquel que
mantiene al catéter o a la aguja en su lugar.
G Quitar cada capa de esparadrapo y de gasa del vendaje antiguo
al mismo tiempo. Razón: Esto previene el movimiento del caté-
ter o de la aguja en el caso de que el tubo estuviera enredado
entre las distintas capas del vendaje.
G Retirar el vendaje adhesivo, siempre que sea posible, siguiendo
la dirección de crecimiento del pelo. Razón: Así se disminuyen
las molestias provocadas cuando se retira el adhesivo de la piel.
G Colocar el material del vendaje usado en los contenedores apro-
piados.
5. Valorar el lugar de venopunción.
G Inspeccionar el lugar ante la presencia de infiltración o inflama-
ción. Razón: La presencia de inflamación o infiltración requiere
la retirada de la aguja o catéter IV para evitar posteriores daños
en los tejidos.
G Pasar al paso 6, o parar y recolocar la vía IV si está indicado. Véan-
se Técnicas 52-1 y 52-4.
6. Desconectar el tubo que se está utilizando
G Colocar una torunda estéril por debajo del cuerpo (parte central)
del catéter. Razón: De este modo se absorbe cualquier pérdida
que pueda ocurrir cuando se quite el tubo.
G Pinzar el tubo. Con el cuarto y quinto dedo de la mano no domi-
nante, aplicar presión sobre la vena por encima del extremo del
catéter. Razón: Esto ayuda a prevenir la salida de sangre a tra-
vés de la aguja durante el cambio del equipo de infusión.
(Continúa en la página 1470)
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1470 UNIDAD X / Promoción de la salud por medios naturales
CAMBIO DE UN ENVASE DE SUERO INTRAVENOSO, UN EQUIPO DE INFUSIÓN Y UN VENDAJE (cont.)
G Sujetar el cuerpo del catéter con el pulgar y el índice de la mano
TÉCNICA 52-3
no dominante, retirando el tubo con la mano dominante, girando
y tirando hacia fuera. Razón: La sujeción del catéter firmemente
pero de modo suave le mantiene en su posición dentro de la vena.
G Retirar el equipo de infusión utilizado.
G Colocar el extremo del tubo en un recipiente destinado para ello.
7. Conectar el nuevo tubo y continuar la infusión.
G Seguir sujetando el catéter y agarrar el nuevo equipo con la mano
dominante.
G Retirar en envase protector del tubo y, manteniendo la esterilidad,
meter su extremo de un modo seguro dentro del cuerpo de la
aguja. Girarlo para asegurarlo.
G Abrir la pinza para comenzar la perfusión.
8. Quitar el esparadrapo de seguridad de la aguja o catéter.
G Cuando se retire el esparadrapo y mientras se limpia la zona, suje-
tar el cuerpo de la aguja o del catéter con una mano. Razón: Esto
previene el movimiento inadvertido de la aguja o del catéter.
9. Limpiar el lugar de venopunción.
G Comenzar eliminando los restos de adhesivos. Razón: La elimi-
nación de los residuos facilita la adhesión del vendaje nuevo.
G Después, utilizar torundas de clorhexidina o alcohol, limpiar la
zona, comenzando por el catéter o la aguja y limpiar hacia fuera
un diámetro de unos 5 centímetros. Razón: Limpiando de este
modo se previene la contaminación de la zona de venoclisis con
bacterias de zonas periféricas. Los antisépticos reducen el nú-
mero de microorganismos de la zona, reduciendo de este modo
el riesgo de infección.
EVALUACIÓN
Evaluar lo siguiente:
I Estado del lugar de venopunción
I Permeabilidad del sistema IV
I Flujo exacto
INTERRUPCIÓN DE UNA INFUSIÓN INTRAVENOSA
OBJETIVOS
TÉCNICA 52-4
I Interrumpir una infusión intravenosa cuando el tratamiento se ha completado o cuando es necesario cambiar el lugar de venoclisis
VALORACIÓN
Valorar lo siguiente:
I Aspecto del lugar de venopunción
PLANIFICACIÓN
Revisar las órdenes del médico de referencia.
Delegación
Este procedimiento deberá ser realizado por personal de enfermería
titulado. En muchos estados, los auxiliares de enfermería pueden ini-
ciar e interrumpir el tratamiento IV.
APLICACIÓN
Realización
1. Preparar el material.
G Pinzar el tubo de infusión. Razón: Pinzar el tubo previene que el
suero salga de la aguja llegando al paciente o a la cama.
G Retirar el esparadrapo del lugar de venopunción mientras se su-
jeta firmemente la aguja y se comprime la piel. Razón: El movi-
G Seguir los protocolos de la institución acerca de los procedimien-
tos de limpieza.
10. Fijar de nuevo la aguja o el catéter.
G Para una palomilla, colocar las tiras de esparadrapo sobre las
alas utilizando el método de entrecruzamiento (figura  en Téc-
nica 52-1).
G Para un catéter, colocar las tiras de esparadrapo con el método
en U. (figura  en Técnica 52-1).
G Colocar un vendaje transparente estéril sobre la zona.
G Quitarse los guantes.
11. Etiquetar el vendaje y asegurar el tubo IV
G Poner el día y la hora del cambio de vendaje y las iniciales del per-
sonal de enfermería bien sobre la etiqueta o directamente sobre
la parte superior del mismo.
G Fijar el equipo de infusión con esparadrapo adicional según sea ne-
cesario.
12. Regular el ritmo de infusión del suero de acuerdo con lo prescrito en
el tratamiento.
13. Anotar cualquier información relevante.
G Anotar el cambio del envase de suero, del tubo y/o del vendaje
en el lugar apropiado del historial del paciente. También reflejar
el aporte de líquidos de acuerdo con las normas de la institución.
Anotar el número del envase si estos están numerados por la ins-
titución. También reflejar las valoraciones.
I Cualquier sangrado procedente de dicha zona
I Cantidad de suero perfundido
I Aspecto del catéter IV
Material
I Guantes limpios
I Torundas secas o con antisépticos, de acuerdo con las normas de la
institución
I Un pequeño vendaje estéril y esparadrapo
miento de la aguja puede dañar la vena y provocar molestias en
el enfermo. La presión sobre la piel puede prevenirlo.
G Ponerse guantes limpios y colocar una gasa por sobre el lugar
de venoclisis.
2. Retirar la aguja o el catéter de la vena.
G Hacerlo tirando de él hacia fuera a lo largo de la vena. Razón: Ha-
ciéndolo de este modo se evita el daño sobre la vena.
Kozier cap52.qxd 25/3/08 16:09 Página 1471
INTERRUPCIÓN DE UNA INFUSIÓN INTRAVENOSA (cont.)
Aplicar presión inmediatamente sobre la zona de venopunción
G G
durante 2 a 3 minutos, utilizando una gasa estéril. Razón: La pre-
sión ayuda a detener el sangrado y previene la formación de he-
matomas.
G Si el sangrado continúa, mantener el brazo del paciente elevado
con respecto al cuerpo. Razón: La elevación de la extremidad dis-
minuye el flujo sanguíneo sobre la zona.
3. Examinar el catéter que se ha retirado.
G Comprobar y asegurarse que está intacto. Razón: Si alguna pieza
del tubo permanece en la vena del paciente, puede moverse de
modo central (hacia el corazón o los pulmones) y provocar pro-
blemas importantes.
G Indicar inmediatamente a la enfermera jefe o al médico de refe-
rencia la presencia de una catéter roto.
EVALUACIÓN
Evaluar lo siguiente:
I Aspecto de la zona de venopunción.
I Pulso
CAMBIO DE UN CATÉTER INTRAVENOSO A UNA INFUSIÓN INTERMITENTE CERRADA
OBJETIVOS
I Permitir la administración IV de medicaciones o líquidos de un modo intermitente
VALORACIÓN
Valorar lo siguiente:
I Permeabilidad del catéter IV
I Aspecto de la zona (signos de inflamación o infiltración)
PLANIFICACIÓN
Revisar las indicaciones del médico de referencia.
I Deberá existir una prescripción escrita para transformar un acceso in-
travenoso continuo a uno cerrado salino o heparinizado. La prescrip-
ción también puede suponer, por ejemplo, que los líquidos IV son
interrumpidos, pero el paciente debe recibir antibiótico IV cada 6 ho-
ras o analgésicos por vía intravenosa.
Delegación
Debido a la necesidad de una técnica estéril y compleja, este proce-
dimiento no puede ser derivado a personal de enfermería no titulado.
Este tipo de personal puede encargarse del cuidado de los enfermos
con estos dispositivos, y el personal de enfermería deberá asegurarse
de que el personal no titulado conoce qué complicaciones y qué sig-
nos adversos deben ser comunicados al personal de enfermería.
APLICACIÓN
Preparación
1. Preparar al paciente.
G Antes de llevar a cabo el proceso, presentarse al enfermo y veri-
ficar su identidad siguiendo el protocolo de la institución. Expli-
car la técnica al paciente y la razón para dejar un catéter IV en esa
situación. Cambiar una vía IV y transformarla en una vía cerrada
con heparina o suero no debería ocasionar más molestias que las
asociadas con la retirada de esparadrapo del tubo.
CAPÍTULO 52 / Líquidos, electrólitos y equilibrio acidobásico 1471
Si se palpa algún fragmento roto, aplicar un torniquete o compre-
TÉCNICA 52-4
sor por encima del lugar de venoclisis. Razón: La aplicación de un
compresor disminuye la posibilidad de que el trozo se mueva
hasta que se haya notificado al médico de referencia.
4. Cubrir la zona del catéter.
G Utilizar un vendaje estéril. Razón: El vendaje mantiene la presión y
protege la zona abierta de la piel, previniendo infecciones.
G Eliminar de modo apropiado el suero IV, si las perfusiones han
sido interrumpidas, y eliminar también de modo adecuado el ma-
terial utilizado.
5. Anotar toda la información relevante.
G Indicar la cantidad de suero infundido en el formulario de apor-
tes y pérdidas de la historia clínica, de acuerdo con la práctica de
la institución. Incluir el número del envase, el tipo de solución uti-
lizada, la hora de la interrupción y la respuesta del paciente.
I Respiraciones, color de la piel, edema, expectoración, tos y produc-
ción de orina
I Cómo se siente la persona física y psicológicamente
TÉCNICA 52-5
Material
I Dispositivo o tapón de infusión intermitente
I Guantes limpios
I Gasa estéril de 5 cm × 5 cm o 10 cm × 10 cm
I Solución salina estéril para inyección (sin conservantes) o solución de
heparina para lavado (10 unidades/mL o 100 unidades/mL) en je-
ringas prellenadas, una jeringa de 3 mL con agujas para infusión
I Alcohol isopropílico para limpiar
I Esparadrapo
I Batea limpia
Realización
1. Preparar el material.
G Lavarse las manos.
G Valorar el lugar de venopunción (si es visible) y determinar la per-
meabilidad del catéter (véase Técnica 52-2). Si el catéter no es
completamente permeable o existen signos de flebitis o infiltra-
ción, retirarlo y establecer una nueva localización IV.
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1472 UNIDAD X / Promoción de la salud por medios naturales
CAMBIO DE UN CATÉTER INTRAVENOSO A UNA INFUSIÓN INTERMITENTE CERRADA (cont.)
G Exponer el cuerpo del catéter IV y aflojar cualquier esparadrapo
TÉCNICA 52-5
que esté fijando el tubo o que pueda obstaculizar en la coloca-
ción dentro del catéter de un tapón de infusión intermitente.
G Pinzar el equipo de infusión para interrumpir el flujo de líquidos.
G Abrir la gasa y colocarla debajo del cuerpo del catéter.
G Abrir el limpiador con alcohol y el tapón para perfusiones intermi-
tentes, dejar el tapón en su envase estéril.
2. Retirar el tubo IV e insertar el tapón de infusión intermitente dentro
del catéter.
G Ponerse los guantes.
G Sujetar el catéter con la mano no dominante y utilizar el meñique
para realizar una ligera presión sobre la vena encima del extremo
del catéter. Girar el adaptador del equipo de infusión aflojándolo
del catéter, retirarlo y depositarlo en una batea limpia.
G Coger de su envase el tapón para infusiones intermitentes y reti-
rar la funda protectora del adaptador, manteniendo su esterilidad.
Introducir el tapón dentro del catéter IV, girándolo para que en-
caje bien o enroscar en el tapón Luer.
3. Poner suero o soluciones de heparina de acuerdo con las normas
de la institución. Razón: Se emplea suero o heparina para mante-
EVALUACIÓN
Evaluar lo siguiente:
I Permeabilidad del catéter
I Aspecto de la zona
I Facilidad de lavado
Transfusiones de sangre
Los líquidos intravenosos pueden ser eficaces para recuperar el volu-
men intravascular (sangre); sin embargo, no modifican la capacidad
de oxigenación de la sangre. Cuando se han perdido eritrocitos, gló-
bulos blancos, plaquetas o proteínas plasmáticas debido a una hemo-
rragia o a una enfermedad, puede que sea necesario reemplazar estos
componentes para recuperar la capacidad de la sangre para transpor-
tar oxígeno y dióxido de carbono, para formar coágulos, para comba-
tir infecciones y para mantener el líquido extracelular dentro del com-
partimento intravascular. Una transfusión de sangre supone la
introducción de sangre completa o hemoderivados dentro de la circu-
lación venosa.
GRUPOS SANGUÍNEOS. Habitualmente la sangre humana se cla-
sifica en cuatro grupos principales (A, B, AB y O). La superficie de
cada uno de los eritrocitos presenta un determinado número de proteí-
ASISTENCIA SEGÚN LA CULTURA
Sangre y hemoderivados
I Los testigos de Jehová no reciben sangre o hemoderivados. Los ex-
pansores de volumen sanguíneo son aceptados si no son derivados
de sangre.
I Los seguidores de la doctrina religiosa denominada Christian Scien-
tists normalmente no utilizan sangre o hemoderivados.
Nota: Tomado de Transcultural Concepts in Nursing Care (4ª ed.) (pp. 470, 481),
por M.M. Andrews y J.S. Boyle, 2003, Philadelphia: Lippincott Williams y Wilkins.
Reimpreso con autorización.
ner la patencia del catéter cuando no se están administrando líqui-
dos.
4. Fijar el tapón de infusión intermitente con esparadrapo mediante
un método de entrecruzamiento o en U. Razón: El esparadrapo co-
labora en que el tapón no se salga del catéter. También previene
posibles enganches con la ropa o con las sábanas.
5. Enseñar al paciente cómo mantener el cierre.
G Evitar la manipulación del catéter o del tapón y protegerlo para
evitar enganchones con la ropa o con las sábanas. Se puede co-
locar un vendaje de gasa tipo Kerlix o King sobre el tapón cuando
no se esté utilizando para protegerlo.
G Cubrir la zona con vendaje oclusivo cuando se duche, evitar su
inmersión.
G Lavar el catéter con solución salina o heparina como se haya in-
dicado.
G Notificar al personal de enfermería o al médico de referencia si el
tapón o el catéter se han salido; si la zona llega a estar enrojecida,
inflamada o dolorosa; o si aparece supuración o sangrado.
6. Indicar cualquier información relevante.
nas que se denominan antígenos que son únicos para cada persona.
Muchos de estos antígenos han sido identificados, pero los antígenos
A, B y Rh son los que tienen más importancia en la determinación de
los grupos o tipos sanguíneos. Ya que los antígenos provocan agluti-
nación o agregación de las células de la sangre, también se conocen
con el nombre de aglutinógenos. El antígeno o aglutinógeno A está
presente en los eritrocitos de gente del grupo sanguíneo A, el antí-
geno B se encuentra en individuos del grupo B, y ambos antígenos A
y B aparecen en la superficie de los eritrocitos de personas del grupo
AB. En individuos del grupo O no hay ninguno de los dos antígenos.
En el plasma existen, ya preformados, anticuerpos frente a los an-
tígenos de los eritrocitos; estos anticuerpos a menudo se denominan
aglutininas. Las personas del grupo A tienen anticuerpos (aglutininas)
B; existen anticuerpos A en individuos del grupo sanguíneo B y las
personas con el grupo O tienen anticuerpos para los antígenos A y B.
Los individuos del grupo AB no tienen anticuerpos frente a ninguno
de los dos antígenos, ni A ni B (tabla 52-11). Cuando se realiza una
transfusión, los grupos del donante y del receptor deben ser compati-
TABLA 52-11 Grupos sanguíneos con sus
aglutinógenos y aglutininas
ANTICUERPOS
GRUPO ANTÍGENOS DE LOS PLASMÁTICOS
SANGUÍNEO GR (AGLUTINÓGENOS) (AGLUTININAS)
A A B
B B A
AB AyB —
O — AB
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CAPÍTULO 52 / Líquidos, electrólitos y equilibrio acidobásico 1473

bles para evitar una reacción antígeno-anticuerpo y la destrucción (he-
mólisis) de los eritrocitos.
FACTOR RHESUS (RH). El antígeno del factor Rh está presente en
los eritrocitos de aproximadamente el 85% de las personas de EE. UU.
La sangre que contiene el factor Rh se conoce como Rh-positiva (Rh+);
cuando no está se denomina Rh-negativa (Rh–). A diferencia de lo que
ocurría con los grupos sanguíneos ABO, la sangre Rh– no presenta an-
ticuerpos naturales frente a Rh. Sin embargo, al estar en contacto con
sangres que contienen el factor Rh (p. ej., una madre Rh– embaraza
de un feto Rh+, una transfusión de sangre Rh+ a un paciente Rh–) se
desarrollan anticuerpos Rh. Los siguientes contactos con sangre Rh +
hacen que el paciente esté en riesgo de sufrir una reacción antígeno-
anticuerpo y hemólisis de eritrocitos.
DETERMINACIÓN DEL GRUPO SANGUÍNEO Y PRUEBAS DE COM-
PATIBILIDAD CRUZADAS. Para evitar transfusiones de glóbulos ro-
jos incompatibles, es necesario determinar el grupo sanguíneo tanto la
sangre del donante como la del receptor así como su compatibilidad
cruzada. La determinación del grupo sanguíneo consiste en conocer a
qué grupo ABO pertenece la sangre, así como la presencia o no del
factor Rh. Las pruebas también se realizan en mujeres gestantes y en
neonatos para valorar el posible contacto intrauterino de sangre incom-
patibles (principalmente relacionadas con el factor Rh).
Ya que la determinación del grupo sanguíneo solamente indica la
presencia de los principales antígenos ABO y Rh, también se necesi-
tan pruebas de compatibilidad cruzadas antes de cualquier transfusión
para identificar posibles interacciones de antígenos menos importantes
con sus correspondientes anticuerpos. Los GR de la sangre del donante
son mezclados con suero del receptor, se añade un reactivo (suero de
Coombs) y se valora una aglutinación visible en la mezcla. Si no exis-
ten anticuerpos en el suero del receptor para los GR del donante, no
aparece aglutinación y el riesgo de reacción a la trasfusión es pequeño.
SELECCIÓN DE LOS DONANTES DE SANGRE. El chequeo de los do-
nantes de sangre es exhaustivo. Se han establecido criterios para prote-
ger al donante de posibles efectos negativos debidos a la donación y
se protege al receptor de contacto con enfermedades de transmisión san-
guínea. Los donantes son voluntarios no pagados. Son eliminados aque-
llos en los que existen antecedentes de hepatitis, infección por VIH
(o factores de riesgo para infección por VIH), enfermedades cardíacas,
en la mayoría de los casos de tumores, asma grave, alteraciones de la
coagulación o convulsiones. La donación debe ser aplazada en perso-
nas con paludismo o si han estado expuestos a paludismo o hepatitis o
en situaciones como gestación, cirugías, anemia, presión arterial alta
o baja y aquellos en tratamiento con determinados fármacos.
SANGRE Y HEMODERIVADOS PARA TRANSFUSIÓN. La mayoría
de los pacientes no requieren transfusiones de sangre completa. Es más
habitual que el enfermo reciba la transfusión de un componente espe-
cífico de la sangre para cubrir sus necesidades concretas. La tabla 52-12
enumera algunos de los hemoderivados más frecuentes.
REACCIONES A LA TRANSFUSIÓN. La transfusión de sangre ABO
o Rh incompatible puede ocasionar una reacción de transfusión hemo-
lítica con la destrucción de los eritrocitos transfundidos y el consiguiente
riesgo de insuficiencia o daño renal. También pueden aparecer otras
formas de reacción a la transfusión, incluyendo fiebre, alergia, exceso
de volumen circulatorio y septicemia. Debido a que el riesgo de una re-
acción adversa es elevado cuando se realiza una transfusión, los pacien-
tes deben ser evaluados cuidadosamente de un modo frecuente antes y
durante la transfusión. Muchas reacciones llegan a ser evidentes entre
5 y 15 minutos después de haber iniciado el proceso pero pueden acon-
tecer en cualquier momento durante la transfusión; los pacientes deben
ser estrechamente vigilados durante el primera parte de la transfusión.
Esta debe detenerse inmediatamente si se desarrollan signos de reac-
ción. En la tabla 52-13 se enumeran las posibles reacciones y sus sín-
tomas clínicos así como las implicaciones de enfermería.
ADMINISTRACIÓN DE SANGRE. Se necesitan precauciones espe-
ciales cuando se administra sangre.
Cuando se prescriba una transfusión, obtener la sangre procedente
del banco de sangre justo antes de comenzar el procedimiento. No guar-
darla en el frigorífico de la sección de enfermería; la pérdida del con-

TABLA 52-12 Hemoderivados para transfusión

PRODUCTO UTILIZACIÓN
Sangre completa Habitualmente no se usa excepto en casos extremos de hemorragia aguda. Reemplaza el volumen
sanguíneo y todos los hemoderivados: eritrocitos, plasma, proteínas plasmáticas, plaquetas y otros
factores de coagulación.
Concentrado de eritrocitos Empleado para incrementar la capacidad de transporte de oxígeno de la sangre en anemias, cirugías
y alteraciones de coagulación. Una unidad de concentrado de eritrocitos tiene la misma cantidad de
eritrocitos transportadores de oxígeno que una unidad de sangre completa (Rosenthal, 2004,
p. 23). Una unidad eleva el hematócrito aproximadamente en un 2%-3%.
Eritrocitos autólogos Utilizado para restituir la sangre después de una cirugía optativa programada. Los pacientes donan
sangre para una transfusión autóloga 4-5 semanas antes de la cirugía.
Plaquetas Reemplaza las plaquetas de enfermos con alteraciones de la coagulación o con deficiencia en plaquetas.
Las plaquetas frescas son las más efectivas. Cada unidad debería incrementar el recuento medio de
plaquetas del paciente en aproximadamente 5000 plaquetas/microlitro (Rosenthal, 2004, p. 24).
Plasma fresco congelado Aumenta el volumen sanguíneo y aporta factores de coagulación. No es necesario determinar el
grupo sanguíneo ni realizar pruebas cruzadas de compatibilidad (no tiene eritrocitos). Cada unidad
aumentará la concentración de cualquier factor de coagulación de un 2%-3% el valor medio
(Rosenthal, 2004, p. 26).
Albúmina y fracción proteica plasmática Expansores del volumen sanguíneo; aporta proteínas plasmáticas.
Factores de coagulación y crioprecipitados Empleado en pacientes con deficiencias en los factores de coagulación. Cada uno ofrece diferentes
factores implicados en las vías de la coagulación; el crioprecipitado también contiene fibrinógeno.
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1474 UNIDAD X / Promoción de la salud por medios naturales

TABLA 52-13 Reacciones a la transfusión

REACCIÓN: CAUSA
Reacción hemolítica:
incompatibilidad entre la sangre
del paciente y la sangre del
donante
Reacción febril: sensibilidad de la
sangre del enfermo a los glóbulos
blancos, plaquetas o proteínas
plasmáticas
Reacción alérgica (leve):
hipersensibilidad a las proteínas
plasmáticas infundidas
Reacción alérgica (intensa):
reacción antígeno-anticuerpo
Exceso de volumen circulatorio:
sangre administrada más rápido
de lo que la circulación puede
acomodar
Sepsis: administración de sangre
contaminada
SÍNTOMAS CLÍNICOS
Escalofríos, fiebre, cefalea, dolor de
espalda, disnea, cianosis, dolor
torácico, taquicardia, hipotensión
Fiebre, escalofríos; piel caliente con
rubefacción; cefaleas; ansiedad; dolor
muscular
Rubefacción, picor, urticaria, sibilancias
bronquiales
Disnea, dolor torácico, insuficiencia
circulatoria, parada cardíaca
Tos, disnea, estertores húmedos,
dilatación de las venas del cuello,
taquicardia, hipertensión
Fiebre alta, escalofríos, vómitos,
diarrea, hipotensión
INTERVENCIÓN DE ENFERMERÍA*
1. Interrupción inmediata de la transfusión.
NOTA: Cuando la transfusión se detiene, la sangre del equipo de
infusión tampoco debe utilizarse. Emplear un equipo de infusión
nuevo para perfusiones con suero salino.
2. Mantenimiento del acceso venoso con suero salino, o de acuerdo
con los protocolos de la institución.
3. Notificación inmediata al médico de referencia.
4. Seguimiento de los signos vitales.
5. Control de los aportes y pérdidas
6. Envío al laboratorio del resto de sangre, bolsa, filtro, equipo de
infusión, una muestra de sangre del paciente y una muestra de orina.
1. Interrupción inmediata de la transfusión.
2. Administración de antipiréticos como se haya prescrito.
3. Notificación al médico responsable.
4. Mantener la vena permeable con suero salino.
1. Detener o hacer más lenta la transfusión, dependiendo del
protocolo de la institución.
2. Notificación al médico de referencia.
3. Administración de medicación (antihistamínicos) como se haya
ordenado.
1. Detener la transfusión.
2. Mantener la vena permeable con suero salino.
3. Notificación inmediata al médico de referencia.
4. Monitorización de los signos vitales. Administración, si es
necesario, de reanimación cardiopulmonar.
5. Administración de medicaciones y/u oxígeno como se haya prescrito.
1. Colocación del paciente vertical, con los pies más bajos.
2. Detener o hacer más lenta la transfusión.
3. Notificación al médico de referencia.
4. Administración de diuréticos y oxígeno como se haya indicado.
1. Detener la transfusión.
2. Mantener la vena permeable con suero salino.
3. Notificación al médico de referencia.
4. Administrar líquidos, antibióticos IV.
5. Obtención de una muestra de sangre del paciente para cultivo.
6. Enviar la sangre restante y el equipo de infusión al laboratorio.

* El personal de enfermería deberá seguir los protocolos marcados por la institución en el tema de las intervenciones. Estos pueden variar de una institución a otra.

trol de temperatura puede dañarla. Una vez que la sangre o el producto
sanguíneo ha salido de la nevera del banco, existe un tiempo limitado
para su administración (p. ej., los concentrados de GRs no deberían
mantenerse durante más de cuatro horas después de haber sido extra-
ídos del frigorífico). Se deben seguir las normas establecidas por las
autoridades competentes para verificar que el producto es adecuado
para el paciente. La U.S. Food and Drug Administration (FDA) exige
que los hemoderivados tengan códigos de barras en las etiquetas de los
envases que permitan ser escaneados y leída su información por una
máquina determinando las características de la sangre o de sus com-
ponentes con el fin de reducir los errores en su administración
(FDA, 2004). La sangre normalmente se administra con agujas o ca-
téteres intravenosos de 18 a 20 gauge; la utilización de agujas más pe-
queñas puede enlentecer el ritmo de infusión así como dañar las célu-
las sanguíneas (aunque puede ser necesaria la utilización de las agujas
más finas en niños pequeños o en pacientes con venas pequeñas y frá-
giles). Cuando se administra sangre se utiliza un equipo de transfusión
de sangre tipo Y con un filtro en línea o añadido (figura 52-30 I). Una
parte del equipo se conecta a la bolsa de sangre y la otra parte del dis-
positivo en Y se une a un suero salino normal (NaCl al 0,9%). Esto
se realiza para mantener una vía abierta por si ocurre una reacción a
la transfusión. No se debería administrar otra solución IV con la san-
gre; podría provocar la agregación o coagulación de las células san-
guíneas. La transfusión se debería haber completado a las 4 horas de
su inicio. El riesgo de septicemia aumenta cuando el tiempo se alarga.
Cuando el paciente recibe varias unidades de sangre en la misma trans-
fusión los equipos se cambian cada 4 a 6 unidades por norma del hos-
pital; se utilizará un nuevo equipo en cada transfusión.
ALERTA CLÍNICA
Cuando se esté realizando una transfusión de sangre, se deberá utilizar
siempre suero salino fisiológico. Si el paciente tiene una infusión de dex-
trosa, detener la administración y lavar el equipo con suero antes de co-
menzar la transfusión. Cualquier solución diferente al suero salino puede
dañar los componentes sanguíneos. I
Véase la Técnica 52-6 para el inicio, mantenimiento y terminación
de una transfusión de sangre.
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CAPÍTULO 52 / Líquidos, electrólitos y equilibrio acidobásico 1475

Para el Para la
suero salino sangre

Estiletes

Reguladores
superiores

Cámara
de goteo

Filtro de
sangre

Regulador
principal
del flujo

Pinza deslizante
o corredera

Lugar en Y
para
inyección

Adaptador

Figura 52-30 I Esquema de un equipo en Y de administración de sangre

INICIO, MANTENIMIENTO Y TERMINACIÓN DE UNA TRANSFUSIÓN DE SANGRE

UTILIZANDO UN EQUIPO DE INFUSIÓN EN Y

TÉCNICA 52-6
OBJETIVOS I Aportar factores plasmáticos, como el factor antihemofílico (AHF), o
I Restaurar el volumen sanguíneo después de una hemorragia intensa el factor VIII, o concentrado de plaquetas, que previenen o tratan el
I Recuperar la capacidad de transporte de oxígeno de la sangre sangrado

VALORACIÓN I Síntomas de hipervolemia

Valorar lo siguiente: I Estado del sitio de infusión
I Signos clínicos de reacción (p. ej., escalofríos súbitos, fiebre, náuseas, I Cualquier síntoma inusual
picor, erupción cutánea o exantema, lumbalgia, disnea)

PLANIFICACIÓN
I Comprobación de la orden de transfusión por parte del médico res-
ponsable.
I Comprobación del consentimiento del paciente y obtención de los da-
tos iniciales antes de la transfusión.
I Verificación de que se ha obtenido un consentimiento firmado.
I Valoración de los signos vitales para la obtención del los valores de
partida, incluyendo presión arterial, pulso, frecuencia y profundidad
respiratoria y temperatura.
I Conocimiento de cualquier alergia o reacción adversa a cualquier trans-
fusión previa.
I Anotación de los signos específicos relacionados con la patología del
enfermo y el motivo de la transfusión. Por ejemplo, para un paciente
anoréxico, anotar las concentraciones de hemoglobina y hematócrito.

(Continúa en la página 1476)

Kozier cap52.qxd 25/3/08 16:09 Página 1476
1476 UNIDAD X / Promoción de la salud por medios naturales
INICIO, MANTENIMIENTO Y TERMINACIÓN DE UNA TRANSFUSIÓN DE SANGRE UTILIZANDO UN EQUIPO
DE INFUSIÓN EN Y (cont.)
TÉCNICA 52-6
Delegación
Debido a la necesidad de una técnica estéril y a la complejidad del
procedimiento, las transfusiones de sangre no pueden ser derivadas
a personal de enfermería no titulado. El personal de enfermería debe
asegurarse de que los no titulados conocen qué complicaciones o sig-
nos adversos pueden ocurrir y debería informarse a la enfermera.
Material
I Hemoderivados
I Equipo de administración de sangre
APLICACIÓN
Preparación
1. Preparar al paciente.
G Antes de realizar el procedimiento, presentarse y verificar la iden-
tidad del paciente utilizando el protocolo de la institución.
G Explicar el procedimiento y su objetivo. Instruir al enfermo para
que comunique con prontitud cual escalofrío súbito, náuseas, pi-
cor, erupción cutánea, disnea, dolor en la espalda o cualquier otro
síntoma inusual.
G Si el paciente tiene una infusión intravenosa, comprobar si la aguja
y la solución son apropiadas para la administración de sangre. El
tamaño preferido de aguja varía de 18 a 20 G, y la solución
debería ser un suero salino. Dextrosa (la cual provoca la rotura de
los eritrocitos), las soluciones de Ringer, medicaciones y otros adi-
tivos y las soluciones de hiperalimentación son incompatibles.
G Si el enfermo no tiene ninguna infusión IV, comprobar con las
normas de la institución. En algunos centros se debe prefundir
una infusión antes de obtener la sangre del banco. En este caso,
se necesitará realizar una venopunción en una localización ade-
cuada (véase Técnica 52-1) y comenzar una perfusión IV de
suero salino.
Realización
1. Obtener hemoderivado adecuado para el paciente.
G Comprobar la prescripción del médico de referencia con la soli-
citud.
G Comprobar el formulario de solicitud y la etiqueta de la bolsa de
sangre con el técnico de laboratorio o de acuerdo con las normas
de la institución. Especialmente corroborar el nombre del enfermo,
el número de identificación, el tipo de sangre (A, B, AB u O) y el
grupo Rh, el número del donante y la fecha de caducidad de la
sangre. Observar la presencia de colores anormales, agregaciones
de glóbulos rojos, burbujas de gas y material extraño. Devolver
la sangre caducada o alterada al banco de sangre.
G Comparar, junto con otra enfermera (la mayoría de las instituciones
requieren un residente de enfermería), el dato del laboratorio con
a. El nombre y número de identificación del paciente.
b. El número de la etiqueta de la bolsa de sangre.
c. El grupo ABO y el Rh de la etiqueta de la bolsa.
G Si cualquiera de estos datos no coinciden exactamente, notificár-
selo a la enfermera jefe y al banco de sangre. No administrar san-
gre hasta que las discrepancias se hayan corregido o aclarado.
G Firmar el documento adecuado junto con otro miembro del per-
sonal de enfermería de acuerdo con las normas de la institución.
G Asegurarse que la sangre no ha permanecido a temperatura am-
biente más de 30 minutos antes del inicio de la transfusión. Ra-
zón: Los eritrocitos se deterioran y pierden su funcionalidad des-
pués de 2 horas a temperatura ambiente. La lisis de los eritrocitos
libera potasio al torrente circulatorio, provocando hiperpotase-
mia. Las diferentes instituciones pueden marcar distinto tiempo,
I 250 mL de suero salino para infusión
I Percha IV
I Equipo de venopunción que incluya una aguja o un catéter de 18 a
20 G (si no existe ninguno ya colocado) o, si la sangre se va a admi-
nistrar rápidamente, un catéter de mayor calibre
I Solución de clorhexidina
I Torundas con alcohol
I Esparadrapo
I Guantes limpios
pasado el cual la sangre debe volver al banco de sangre si la trans-
fusión no ha comenzado. Razón: Si los componentes de la san-
gre se calientan, el riesgo de crecimiento bacteriano aumenta.
Si el comienzo de la transfusión se retrasa, devolver la sangre al
banco. No almacenarla en un frigorífico. Razón: La temperatura
de los frigoríficos no está controlada de un modo preciso y la
sangre podría alterarse.
2. Verificar los datos personales del paciente de acuerdo con el proto-
colo de la institución.
G Comprobar en la pulsera identificativa del enfermo el nombre y
el número de identificación. No administrar sangre a enfermos sin
una pulsera de este tipo.
3. Coger el equipo de infusión.
G Asegurarse que el filtro de sangre se encuentra dentro de la cá-
mara de goteo es el adecuado para el hemoderivado que va a ser
transfundido. Unir el tubo al filtro, si es necesario. Razón: Los fil-
tros para sangre tiene una superficie demasiado grande para
permitir que los componentes de la sangre lo atraviesen fácil-
mente, pero están diseñados para retener coágulos.
G Ponerse guantes.
G Cerrar todas pinzas reguladoras del equipo en Y: la pinza que re-
gula el flujo general y las dos de la línea Y.
G Con movimientos de presión, introducir el estilete dentro del en-
vase de solución salina al 0,9%.
G Colgar el envase en la percha para sueros alrededor de 1 m por
encima del lugar de venoclisis.
4. Purgar el equipo.
G Abrir la pinza más alta del equipo del suero salino y apretar la
cámara de goteo hasta que cubra el filtro y un tercio de cámara
por encima del mismo.
G Golpear ligeramente la cámara del filtro para eliminar la posible
presencia de aire residual.
G Retirar la tapa del adaptador en el extremo del equipo de admi-
nistración de sangre.
G Abrir la pinza de flujo principal, y purgar o cebar el tubo con suero.
G Cerrar ambas pinzas.
5. Comenzar la infusión con el suero salino.
G Si la solución IV es incompatible con la sangre, interrumpirla y
desechar la solución y el equipo de infusión de acuerdo con las
normas de la institución.
G Unir el tubo de la sangre purgado con el suero en el catéter intra-
venoso.
G Abrir el suero y la pinza que regula el flujo principal y ajustar el
ritmo. Utilizar únicamente el regulador del flujo principal para con-
trolar el ritmo.
G Permitir que una pequeña cantidad de suero sea infundida para
asegurarse que no existen problemas con el flujo o con el lugar
de venopunción. Razón: Infundir con suero salino antes de ini-
ciar la transfusión también limpia el catéter de soluciones o me-
dicaciones incompatibles.
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CAPÍTULO 52 / Líquidos, electrólitos y equilibrio acidobásico 1477

INICIO, MANTENIMIENTO Y TERMINACIÓN DE UNA TRANSFUSIÓN DE SANGRE UTILIZANDO UN EQUIPO

DE INFUSIÓN EN Y (cont.)

TÉCNICA 52-6
6. Preparar la bolsa de sangre.
G Voltear la bolsa suavemente varias veces para que se mezclen las
células con el plasma. Razón: La manipulación brusca puede da-
ñar las células.
G Exponer la vía en la bolsa de suero retirando la tapa. 
G Insertar el otro estilete del equipo en Y dentro de la bolsa de
sangre.
G Colgar la bolsa.
G Cerrar la pinza superior por debajo del suero en el equipo en Y.
G Abrir la pinza del lado de la sangre y purgar el tubo.
7. Comenzar la transfusión.
G La sangre circulará dentro de la cámara de goteo llena de suero
salino. Si es necesario, apretar la cámara para reestablecer el ni-
vel de líquido hasta que cubra 1/3. (Golpear suavemente el fil-
tro para eliminar la presencia de aire residual.)
G Reajustar el ritmo de flujo con la pinza reguladora principal.
 Exposición de la vía o puerto de la bolsa de sangre tirando hacia
8. Observar detenidamente al paciente durante los primeros 5 a 10 mi-
nutos. atrás de los tapones.
G Perfundir la sangre lentamente durante los primeros 15 minutos
G Si no es necesaria una nueva transfusión, pinzar el tubo de la san-
a 20 gotas por minuto.
gre y retirar la aguja. Si se necesita otra transfusión, pinzar el equipo
G Observar posibles reacciones adversas, como escalofríos, náuseas,
de sangre y abrir el suero salino. El equipo de infusión de sangre
vómitos, erupciones cutáneas, o taquicardia. Razón: Cuanto más
será cambiado a las 24 horas o después de 4 a 6 unidades de
temprano aparece una reacción durante la transfusión, más
sangre según los protocolos de la institución.
grave tiende a ser. Identificar las reacciones lo antes posible
G Si la perfusión IV debe continuar, lavar la vía de mantenimiento
ayuda a minimizar las consecuencias.
con solución salina. Desconectar el sistema de infusión de san-
G Recordar al paciente que llame inmediatamente a la enfermera
gre y reestablecer la infusión intravenosa utilizando un tubo nuevo.
si siente cualquier síntoma inusual durante la transfusión.
Ajustar el goteo al ritmo deseado. A menudo se perfunde un suero
G Si ocurre cualquiera de estas reacciones, indicárselo a la enfer-
salino u otra solución en el caso de reacción tardía a la sangre.
mera jefe y realizar las acciones de enfermería apropiadas (véase
G Desechar el equipo de administración de acuerdo con la prác-
tabla 52-13).
tica de la institución. Las agujas deben colocarse en un contene-
9. Documentar los datos significativos.
dor etiquetado, resistente a la punción destinado a este propó-
G Anotar el comienzo de la transfusión, incluyendo los signos vita-
sito. Las bolsas de sangre y los equipos de infusión deberían
les, el grupo sanguíneo, el número de unidades de sangre, la se-
envueltos y etiquetados antes de ser enviados para su desconta-
cuencia de los mismos (p. ej., n.° 1 de tres unidades prescritas),
minación y procesado. Véanse las normas de la institución.
lugar de venopunción, tamaño de la aguja y ritmo de goteo.
G Quitarse los guantes.
EJEMPLO DE DOCUMENTACIÓN G De nuevo controlar los signos vitales.
21/1/2008 14:00 1 unidad de eritrocitos (n.°65234) debe 12. Seguir los protocolos de la institución para los preparativos de la bolsa
ser perfundida durante 3 horas. Lugar IV en (izq) ante- de sangre.
G En formulario de solicitud unida a la unidad de sangre, indicar el
brazo con un angiocatéter de 19 G. VS (Véase anotación de momento en el que se completó de la transfusión y la cantidad
transfusión). Informado de que debe contactar con el per- transfundida.
sonal de enfermería si empieza a experimentar cualquier G Unir una copia de la solicitud al historial del paciente y otra en la
molestia durante la transfusión. Para ello debería utilizar bolsa de sangre vacía.
la luz de llamada.___________________C. Jones, DE. G Devolver la bolsa de sangre y la solicitud al banco de sangre.
13. Documentar los datos relevantes.
10. Hacer un seguimiento del paciente.
G Anotar la terminación de la transfusión, la cantidad de sangre ad-
G Quince minutos después de comenzar la transfusión, compro-
ministrada, el número de unidades de sangre y los signos vitales.
bar los signos vitales del enfermo. Si no hay signos de reacción,
Si se debe continuar con la transfusión, anotar su reinicio. También
establecer el ritmo de flujo adecuado. La mayoría de los adultos
reflejar en el formulario de aportes y pérdidas correspondiente.
puede tolerar el recibir una unidad de sangre en 1/2 a 2 horas.
No transfundir una unidad en un tiempo superior a 4 horas. EJEMPLO DE DOCUMENTACIÓN
G Valoración del paciente, incluyendo los signos vitales, cada 30 mi- 21/1/2008 14:10 C/O siente aumento de temperatura, dolor de ca-
nutos o más a menudo, dependiendo del estado de salud, hasta beza y de espalda. Rubefacción cutánea. Temperatura 39,2 °C.
1 hora después de la transfusión. Si el enfermo tiene una reac-
ción y la sangre se ha interrumpido, enviar la bolsa de sangre y
Presión arterial 140/90. Pulso 112, respiraciones 28. Aproxima-
el equipo de infusión al laboratorio para el estudio de la sangre. damente 50-100 cm3 infundidos. Perfusión interrumpida. Equipo
11. Terminar la transfusión. cambiado y suero salino a 15 cm3/hora. Dr. Riley avi-
G Ponerse guantes limpios. sado________________________________C. Jones, DE
(Continúa en la página 1478)
Kozier cap52.qxd 25/3/08 17:11 Página 1478

1478 UNIDAD X / Promoción de la salud por medios naturales

TÉCNICA 52-6

INICIO, MANTENIMIENTO Y TERMINACIÓN DE UNA TRANSFUSIÓN DE SANGRE UTILIZANDO UN EQUIPO

DE INFUSIÓN EN Y (cont.)
EVALUACIÓN
Evaluar lo siguiente:
I Cambios en los signos vitales o en el estado de salud
I Presencia de escalofríos, náuseas, vómitos o erupciones cutáneas

Evaluación
El personal de enfermería recoge datos para evaluar la eficacia de las
intervenciones realizadas utilizando el conjunto de objetivos identifi-
cados en el plan establecido de mantenimiento o reemplazo del equi-
librio hídrico, mantenimiento o restauración de la ventilación pulmo-
nar y de la oxigenación, mantenimientos o consecución de un equilibrio
normal en los electrólitos y prevención de los riesgos asociados a los
desequilibrios hídricos, electrolíticos y acidobásico. En Identificación
de diagnósticos de enfermería, resultados e intervenciones en las
pp. 1451 y 1452 se encuentran ejemplos de respuestas deseadas para
los objetivos identificados.
Si los objetivos deseados no se han alcanzado, el personal de en-
fermería, el paciente y el personal de apoyo necesitan descubrir los
porqués antes de modificar el plan asistencial. Por ejemplo, si el ob-
jetivo «Producción de orina debe ser superior a 1300 mL por día y con
500 mL de ingesta» no se ha alcanzado, las preguntas que deberían ser
consideradas incluirían
I ¿Existen otros resultados que indiquen que el equilibrio hídrico ha
sido alcanzado?
I ¿Entiende y cumple el paciente con la ingesta de líquido que se ha
planificado?
I ¿Se ha medido toda la producción de orina?
I ¿Existe otra pérdida inusual o excesiva de líquidos a partir de otra
vía (p. ej., aspiración gástrica, producción exagerada de sudor, fie-
bre, frecuencia respiratoria alta, drenaje de heridas)?
I ¿La medicación prescrita está siendo tomada o administrada como
se ordenó?

PLAN ASISTENCIAL DE ENFERMERÍA Déficit de volumen de líquidos

DATOS PARA LA EVALUACIÓN DIAGNÓSTICO DE ENFERMERÍA EVOLUCIÓN DESEADA*
Valoración de enfermería Déficit de volumen de líquido Los equilibrios electrolíticos y
Merlyn Chapman, una secretaria de ventas de 27 años, indica debilidad, debido a náuseas, vómitos y acidobásico [0600] se manifiestan
malestar y síntomas similares a la gripe durante 3-4 días. Aunque con diarrea, como se evidencia por el por la normalidad en:
sed, ella no es capaz de tolerar líquidos debido a las náuseas y vómitos, descenso en la producción de G Electrólitos séricos
y sus heces, 2-4 veces al día, son líquidas. orina, incremento en la G Fuerza muscular
concentración de la misma,
Exploración física Datos diagnósticos
debilidad, fiebre, descenso de la El equilibrio hídrico [0601] se
Altura: 160 cm Densidad de orina: 1035
turgencia de la piel/de la lengua, manifiesta por la normalidad en:
Peso: 66,2 kg Sodio sérico: 155 mEq/L
mucosas secas, aumento de las G Balance de aportes y pérdidas
Fiebre moderada: 38,6°C Potasio sérico: 3,2 mEq/L
pulsaciones y descenso en la en 24 horas
Pulso: 86 LPM Radiografía de tórax normal
presión arterial. G Densidad urinaria
Respiraciones: 24/minuto
G Presión arterial, el pulso y la
Producción de orina escasa
temperatura corporal
Presión arterial:102/84 mm Hg
G Turgencia de la piel
Mucosa oral seca, lengua agrietada,
G Membranas mucosas húmedas
labios cortados

INTERVENCIONES DE ENFERMERÍA*/ACTIVIDADES
,SELECCIONADAS
Mantenimiento electrolítico: Hipopotasemia [2007]
Obtener muestras para análisis de concentraciones de potasio alteradas
(p. ej., potasio sérico y urinario) como se indique.
RAZÓN
Los análisis séricos y urinarios aportan información acerca de las
concentraciones extracelulares de potasio. No existe ningún método
práctico para valorar el K+.

Administración de los suplementos prescritos (VO, NG, IV) según las normas. Concentraciones bajas de potasio son peligrosas y la Sra. Chapman
puede necesitar suplementos.
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CAPÍTULO 52 / Líquidos, electrólitos y equilibrio acidobásico 1479

PLAN ASISTENCIAL DE ENFERMERÍA Déficit de volumen de líquidos (cont.)

INTERVENCIONES DE ENFERMERÍA*/ACTIVIDADES
SELECCIONADAS RAZÓN
Seguimiento de las manifestaciones neurológicas y neuromusculares de la hi- El potasio es un electrólito fundamental para el esqueleto y para la
popotasemia (p. ej., debilidad muscular, letargia, nivel de consciencia alterado). actividad de la musculatura lisa.

Control de las manifestaciones cardíacas de hipopotasemia (p. ej., hipoten- Muchas alteraciones del ritmo cardíaco pueden ser consecuencia de la
sión, taquicardia, pulso débil, ritmo irregular). hipopotasemia. Es imprescindible el seguimiento de la función cardíaca
en casos de hipopotasemia.

Mantenimiento electrolítico: Hipernatremia [2004]

Obtención de muestras para análisis de concentraciones de sodio (p. ej., Los análisis de orina aportan información acerca de la retención o
sodio sérico y urinario, osmolalidad urinaria, densidad urinaria) como se in- pérdida de sodio y la capacidad de los riñones para concentrar o diluir
dique. la orina como respuesta a los cambios en los líquidos.

Ofrecer una higiene oral frecuente. La mucosa oral llega a estar seca y áspera debido a la pérdida de
líquidos en los espacios intersticiales.

Seguimiento de las manifestaciones neurológicas y neuromusculares de la La hipernatremia, como resultado de un volumen de líquidos bajo,
hipernatremia (p. ej., letargia, irritabilidad, convulsiones y aumento de los provoca un espacio vascular hipertónico, lo que provoca que el agua
reflejos). salga de las células, incluyendo las cerebrales. Esta es la causa de los
síntomas neurológicos.

Valoración de las manifestaciones cardíacas de la hipernatremia (p. ej., ta- El corazón responde a la pérdida de líquidos aumentando el ritmo para
quicardia, hipotensión ortostática). compensar el gasto cardíaco. El volumen de líquidos bajo ocasiona un
descenso en la presión arterial.

Mantenimiento hídrico [4120]

Pesar diariamente y reflejar las tendencias. El control del peso ayuda a valorar el equilibrio hídrico.

Registro exacto de los formularios de aportes y pérdidas de líquidos. Las anotaciones exactas son fundamentales en el seguimiento del
equilibrio hídrico de los pacientes.

Análisis de los signos vitales apropiadamente. Los cambios en los signos vitales, como un incremento en el ritmo
cardíaco, un descenso en la presión arterial y un incremento de la
temperatura indican hipovolemia.

Administración de líquidos de modo apropiado. Ya que sus náuseas disminuyen sus deseos de ingesta oral de líquidos,
es importante reponer el volumen perdido.

Administración de tratamiento IV como se haya prescrito. La Sra. Chapman tiene signos de deficiencia grave de volumen de
líquidos. Probablemente necesitará aporte IV de sueros. Es
especialmente importante, ya que su ingesta está limitada debido a las
náuseas y vómitos.

EVALUACIÓN
Para alcanzar los objetivos, la Sra. Chapman permaneció hospitalizada durante 48 horas. Necesitó un aporte de líquidos total de 5 litros. Su presión
arterial subió a 122/74, el pulso disminuyó a valores en reposo de 74 y la respiración a 12/minuto. La producción de orina se incrementó a medida
que el líquido era restaurado y era >0,5 mL/kg/hora en el momento de recibir el alta. La densidad de la orina fue de 1015. Los datos de laboratorio en
ese momento fueron de K+: 3,8 y Na+: 140. Tenía la piel elástica y las membranas mucosas húmedas. Estaba tomando líquidos orales y era capaz de
considerar los síntomas de un volumen de líquidos deficiente que pueden hacer necesaria su llamada a su centro de referencia.

El n.° NOC para los objetivos deseados y el n.° NIC para las intervenciones de enfermería y las actividades seleccionadas están enumerados entre paréntesis siguiendo las
normas establecidas. Los objetivos, las intervenciones y las actividades seleccionas son solamente un ejemplo de aquellas sugeridas en NOC y NIC, y deberían ser estable-
cidas de modo individualizado para cada paciente.

APLICACIÓN DEL PENSAMIENTO CRÍTICO

1. ¿Qué acciones deberían tomarse si el ritmo cardíaco de la Sra. Chap-
man fuera irregular?
2. La Sra. Chapman está respondiendo de modo inapropiado a las pre-
guntas; ella parece estar confusa. ¿Qué podemos pensar que está
ocurriendo?
3. Indicar formas de ayudar a que la Sra. Chapman aumente su ingesta
por vía oral
4. La Sra. Chapman pregunta por qué debe pesarse cada mañana. ¿Cómo
responderle?
Véase «Pensamiento Crítico» en apéndice A.
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1480 UNIDAD X / Promoción de la salud por medios naturales

MAPA DE CONCEPTOS Déficit de volumen de líquidos

• Secretaria de ventas. Indica debilidad, • Altura: 160 cm • Densidad de la orina: 1035

malestar general y síntomas similares a
MC mujer los de la gripe durante 3-4 días. Aunque
Valoración
de 27 años presenta sed, no tolera líquidos debido
a náuseas y vómitos, y tiene heces
líquidas 2-4 veces al día.
• Peso: 66,2 kg • Sodio sérico: 155 mEq/l
• T: 38,6 °C; P: 96 LPM; • Potasio sérico. 3,2 mEq/l
• R: 24; Presión arterial: 102/84 • Radiografía de tórax normal
• Membranas mucosas secas
• Disminución de la turgencia cutánea

Diagnóstico de enfermería

Déficit de volumen de líquidos debido a náuseas, vómito, diarrea, como se evidencia por la disminución en la producción
de orina, incremento en la densidad de la orina, debilidad, fiebre, disminución en la turgencia cutánea, membranas
mucosas secas, aumento del pulso y disminución de la presión arterial

Resultado Resultado
Resultados
encontrados:
• Presión arterial: El equilibrio hídrico se
122/74 manifiesta por la normalidad en: El equilibrio
• P: 74 • Aportes y pérdidas en electrolítico Resultados
• Producción de 24 horas se manifiesta por encontrados:
orina aumentada Evaluación • Potasio sérico:
• Presión arterial, pulso y la normalidad en:
• Densidad de la temperatura • Electrólitos Evaluación 3,8 mEq/l
orina: 1105 • Turgencia cutánea séricos • Sodio sérico:
• Membranas • Densidad urinaria • Fuerza muscular 140 mEq/l
mucosas húmedas • Membranas mucosas
• Piel elástica

Intervención de enfermería Intervención de enfermería Intervención de enfermería

Mantenimiento hídrico Mantenimiento electrolítico: hipernatremia Cambios de comportamiento

Actuación Actuación
Actuación Actuación
Aportar Actuación
líquidos de Seguimiento de las
Pesar Obtención de
modo manifestaciones
diariamente muestras para
adecuado neurológicas y
y anotar Ofrecer análisis de las
neuromusculares de
las una higiene concentraciones
Actuación la hipopotasemia
tendencias oral alteradas de
(p. ej., hipotensión,
frecuente potasio como se
taquicardia, pulso
haya indicado
Actuación débil, irregularidades
Actuación en el pulso)
Seguimiento de Actuación
Administración las manifestaciones
Seguimiento de
de tratamiento cardíacas de la
las manifestaciones
IV como se hipernatremia Administración de los
neurológicas y
Actuación haya prescrito (p. ej., taquicardia, suplementos de
neuromusculares
de la hipotensión potasio prescritos
Actuación ortostática) (VO, NG o IV) según
hipernatremia
(p. ej., letargia, las normas
irritabilidad,
convulsiones y
Seguimiento Mantenimiento aumento de
de los signos exacto de los los reflejos)
vitales de registros de
modo aportes y Actuación
adecuado pérdidas

Obtención de muestras para análisis de

las concentraciones alteradas de sodio
(p. ej., sodio sérico y urinario, osmolalidad
y densidad urinarias) como se haya indicado
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CAPÍTULO 52 REVISIÓN
PUNTOS CLAVE
I Para la salud y la vida son necesarios un equilibrio hídrico, de
electrólitos, de ácidos y de bases en el organismo.
I El líquido corporal está dividido en dos compartimentos principales:
el líquido intracelular (LIC) en el interior de las células y el líquido
extracelular (LEC) en el exterior de las misma.
I El líquido extracelular se divide en dos compartimentos: intravascular
(plasma) e intersticial. Supone aproximadamente entre un cuarto y
un tercio del total.
I El LEC está en continuo movimiento en el organismo. Es el sistema
de transporte de los nutrientes hacia el interior de la célula y de los
productos de desecho hacia fuera de la misma.
I El porcentaje de líquido corporal total varía dependiendo de la edad,
la grasa corporal y el sexo. Cuanto más joven sea la persona, más
alta es su proporción en agua. Cuanto menor sea la grasa corporal,
mayor es la proporción de líquido. La mujeres después de la
adolescencia tienen un menor porcentaje de agua en relación al
peso que los hombres.
I Existen dos tipos de electrólitos en el organismo (iones): aquellos
cargados positivamente (cationes) y aquellos cargados
negativamente (aniones).
I Los principales iones del LEC son el sodio y el cloro; los iones más
importantes del LIC son el potasio y el fosfato.
I Los líquidos y los electrólitos se mueven entre los distintos
compartimentos orgánicos mediante ósmosis, difusión, filtración y
transporte activo.
I La presión osmótica y la presión hidrostática ejercidas por los
líquidos son las principales causas del movimiento de líquidos
y electrólitos entre los distintos compartimentos.
I La tres fuentes de líquidos corporales son la ingesta oral, los
alimentos consumidos y la oxidación de los nutrientes. El aporte de
líquidos está regulado por el mecanismo de la sed.
I Las pérdidas de líquidos ocurren principalmente a través de la orina,
aunque el organismo también pierde líquidos mediante el sudor, las
heces y pérdidas insensibles a través de vapor.
I En adultos sanos, los aportes y las pérdidas deberían estar
equilibrados (aproximadamente 1500 mL/día). Las pérdidas a través
de la orina normalmente son similares a la ingesta oral. El agua
procedente de los alimentos y de la oxidación metabólica es
equilibrado con las pérdidas a través de la piel, de la respiración y de
las heces.
I Diferentes sistemas y órganos del cuerpo están involucrados en la
regulación del volumen y composición de los líquidos corporales: los
riñones, el sistema endocrino, el sistema cardiovascular, los
pulmones y el aparato gastrointestinal. Los riñones son el principal
regulador de los equilibrios hídrico y electrolítico.
I También participar en este equilibrio sustancias como la hormona
antidiurética, el sistema de renina-angiotensina-aldosterona y el
factor natriurético atrial.
I Los desequilibrios de líquidos incluyen
a. Déficit de volumen de líquidos (DVL), también denominado
hipovolemia.
b. Exceso de volumen de líquidos (EVL), también conocido como
hipervolemia.
c. Deshidratación, un déficit de agua y un incremento en las
concentraciones séricas de sodio.
d. Sobrehidratación, un exceso de agua con una disminución en los
valores de sodio séricos.
I Los desequilibrios electrolíticos más frecuentes son deficiencias o
excesos en sodio, potasio y calcio.
I El equilibrio acidobásico (rango de pH) de los líquidos corporales se
mantiene en un estrecho margen de 7,35 a 7,45.
CAPÍTULO 52 / Líquidos, electrólitos y equilibrio acidobásico 1481
I El equilibrio
acidobásico está
regulado por
amortiguadores que neutralizan
el exceso de ácidos o bases; los pulmones, los cuales eliminan o
retienen dióxido de carbono, un ácido potencial y los riñones, que
excretan o conservan iones bicarbonato e hidrógeno.
I Los desequilibrios acidobásico aparecen cuando la relación normal
de 20:1 de bicarbonato: ácido-carbónico se altera. Pueden tener un
origen tanto respiratorio como metabólico; y pueden provocar tanto
acidosis como alcalosis.
I Dentro de los factores que afecta al equilibrio hídrico, electrolítico y
acidobásico de un individuo se encuentran la edad, el sexo y el
tamaño corporal, la temperatura ambiente, y el estilo de vida. Las
enfermedades, traumatismos, cirugías y ciertas medicaciones
pueden hacer que las personas estén en riesgo de sufrir cualquiera
de estos desequilibrios.
I Los desequilibrios en los líquidos, electrólitos y acidobásico son
determinados de un modo más exacto mediante análisis de
laboratorio del plasma sanguíneo.
I La valoración relativa de los equilibrios hídrico, electrolítico y
acidobásico incluyen: a) historial de enfermería; b) exploración física
de la piel, cavidad oral, ojos, venas yugulares, venas de las manos y
del sistema neurológico; c) determinación del peso corporal, signos
vitales y aportes y pérdidas de líquidos, y d) diferentes estudios
diagnósticos en sangre y orina.
I Un historial de enfermería incluye datos relativos a la ingesta de
líquidos y alimentos del paciente; pérdida de líquidos; signos de
desequilibrios hídricos, electrolíticos o acidobásico y
medicaciones, tratamientos o enfermedades que puedan
alterarlos.
I Los diagnósticos de enfermería aprobados por la NANDA
específicos a estos desequilibrios son Déficit de volumen de
líquidos, Exceso de volumen de líquidos, Riesgo de desequilibrio en
el volumen de líquidos, Riesgo de déficit de volumen de líquidos e
Intercambio gaseoso alterado. Otros diagnósticos que pueden ser
importantes son Alteración de la mucosa oral, Alteración de la
integridad de la piel, Descenso del gasto cardíaco, Alteración de la
perfusión tisular, Intolerancia al ejercicio, Riesgo de daño y
Confusión aguda.
I En muchos casos, se pueden ofrecer líquidos y electrólitos por vía
oral a aquellos pacientes que estén experimentando o en riesgo de
desarrollar un déficit de líquidos. El personal de enfermería
necesita establecer con el enfermo un plan de ingestión de
líquidos necesarios en 24 horas respetando las preferencias del
paciente.
I Para aquellos enfermos con retención de líquidos, estos deben ser
restringidos; se necesita desarrollar una pauta y objetivos a corto
plazo para hacer que esta restricción sea más tolerable.
I En aquellos pacientes con pérdidas excesivas, puede ser necesaria la
administración intravenosa de líquidos y electrólitos. Se requiere una
técnica meticulosamente aséptica cuando se manejen pacientes con
infusiones intravenosas.
I Un aspecto importante del tratamiento intravenoso es la prevención
de las complicaciones como infiltraciones, flebitis, hipervolemia
(exceso circulatorio) e infecciones.
I La administración de transfusiones sanguíneas implica una
identificación y una comprobación exacta del tipo de sangre del
paciente, una identificación adecuada del recipiente y un
seguimiento del enfermo durante y después del procedimiento ante
posibles reacciones al mismo.