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Eje Temático 2: Problemáticas en torno a las relaciones actuales entre la Didáctica General
y Didácticas Específicas en el nivel superior.
Por lo tanto, se plantea que la didáctica general debe constituirse como una teoría práctica,
como una teoría para la acción, en la cual los distintos elementos curriculares y la reflexión
crítica del contenido, sean abordados desde situaciones de práctica auténtica con una fuerte
vinculación sociohistórica y política. Esta mirada requiere que, sin perder la reflexión
crítica, el estudio y análisis de la teoría curricular, sea tratado con el curriculum del área de
formación; que el aprendizaje de los objetivos y contenidos específicos sean plasmados en
planificaciones concretas; que las estrategias de enseñanza y la estructuración de una clase
sean llevadas a las realidad de la acción docente; y que la evaluación y planificación sean
contenidos aprendidos desde la confección de elementos de aplicación directa en la
práctica.
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Palabras claves: Didáctica General, Formación Docente, Educación Física, Teoría y
Práctica.
INTRODUCCIÓN
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DESARROLLO
La relación entre la didáctica general y las didácticas específicas en los planes de estudio
de nivel superior de formación docente, es entendida tradicionalmente como un árbol en
el cual el tronco está representado por la didáctica general y las ramas derivan de las
didácticas de las disciplinas. Sin embargo, las relaciones que se establecen entre ellas
son mucho más complejas, no están alineadas, y a su vez no necesariamente se
contradicen abiertamente (Camilloni, 2012). Kansen y Meri, (1999, citado en Camilloni,
2012) formularon cinco tesis sobre la relación entre la didáctica general y las didácticas
especiales:
Se observa en este análisis de posibilidades de relaciones entre las didácticas, que sus
vínculos son intrincados, con resistencias múltiples y no ofrecen una mirada lineal y
simétrica sobre la enseñanza. Camilloni refuerza esta idea sosteniendo que “Las
Didácticas General y Específicas deben coordinarse, en consecuencia en un esfuerzo
teórico y práctico siempre difícil de lograr, porque se trata de una coordinación que
encuentra, a la vez, buenos motivos y grandes obstáculos” (2012, p. 27). En este sentido,
la construcción de la didáctica general en los profesorados de Educación Física en
universidades nacionales, debe orientarse y acercarse a las didácticas específicas para
realizar un trabajo conjunto y coordinado que atienda la especificidad de los docentes en
formación desde una mirada reflexiva, critica y práctica, ya que no son disciplinas
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autónomas, y todas aportan a la construcción de una acción pedagógica con sentido
social.
Según la perspectiva de Díaz Barriga (1995) el estatus global de los saberes educativos
de la didáctica estaría conformado por una razón práctica que se construye a partir de un
modelo teórico. Por lo tanto, no es posible ubicar a la didáctica como a la pedagogía en
un espacio “solo de reflexión teórica”, ni en un espacio (donde habitualmente se la ubica)
supuestamente solo técnico. El autor indica que la didáctica se encuentra conformada por
una triple dimensión que habitualmente se desconoce. La entiende como una disciplina
teórica, histórica y política. Es teórica cuando responde a concepciones amplias de la
educación de la sociedad y del sujeto, es histórica cuando sus propuestas son resultados
de momentos históricos específicos, y es política porque su propuesta se relaciona con a
un proyecto social.
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camino de las didácticas en la formación docente. Brown, Collins y Dugid (1989, citado en
Camilloni, 2012) plantean que muchas prácticas de la enseñanza suponen de manera
implícita que el conocimiento conceptual puede ser abstraído de las situaciones que fue
aprendido y empleado. De esta manera se genera una brecha en el aprendizaje de los
alumnos entre el conocer que (conocimiento conceptual) y conocer como (conocimiento
procedimental), o entre el saber decir y poder emplear el conocimiento. En este caso, los
conceptos son como herramientas cuyo significado no puede ser comprendido sino a
través de su uso, cuando esto no ocurre, se convierten con conceptos inertes. La
situación de aprendizaje coproduce el conocimiento y los conceptos se desarrollan en el
curso de la actividad (Camilloni, 2012).
En línea con el análisis que se viene realizando, resulta importante orientar la discusión
hacia la relación entre la teoría y la práctica en la formación docente en general, y
específicamente como se pone en juego en las didácticas en el profesorado en Educación
Física.
Por tal motivo, el devenir de la didáctica general en los profesorados de Educación Física
en universidades nacionales no puede caer en la racionalidad técnica propia de las
tradicionales escuelas normales, que supone que los problemas de la práctica son
meramente instrumentales, y que se resuelven a partir de la aplicación de la teoría
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sistemática, preferentemente basada en investigaciones (Schon, 1992, citado en Davini,
1995). Este enfoque entiende que un docente competente es visto como aquel que puede
aplicar las teorías y técnicas a la acción particular de la práctica, en escuelas de ambiente
controlado, como en un laboratorio.
Las prácticas de la Educación Física no se reducen al acto de dar clases ni su saber al que
se requiere para ello, cualquiera sea, por el contrario, se encuentran múltiples dimensiones
del saber y de la práctica cuando se entiende a estas últimas, sencillamente, como formas
de hacer (pensar, decir) dotadas de cierta racionalidad y cierta recurrencia, con lo que se
incluye en el concepto “practica” toda producción mental y simbólica, actual e histórica,
hecha en el campo (2003:36).
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político sobre el cual está interviniendo. Se trata en definitiva de generar un interjuego
dialectico entre la teoría y la práctica educativa, entre la teoría y la práctica de la
Educación Física.
En esta línea Corrales, Ferrari, Gómez y Renzi (2010) analizan los modelos didácticos
que atraviesan la formación de profesores de Educación Física, los autores los definen
como “Recursos para el desarrollo técnico y la fundamentación científica de la enseñanza,
lo que nos permite darle una formalización científica y evitar que continúe siendo una
tarea empírica y personal” (2010, p. 101).
Para Raúl Gómez (1999, citado en Corrales et al, 2010) los modelos didácticos que ha
circulado en los últimos 50 años en Latinoamérica pueden ser agrupados en dos grandes
tendencias: empiristas y racionalistas. A pesar de sus diferencias, el autor manifiesta que
los han caracterizado varias semejanzas que se resumen en: la comunicación
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unidireccional, la concepción del sujeto acrítico y receptor, y la inconveniencia de tales
supuestos para la construcción de una pedagogía consecuentemente con posturas
humanistas y progresistas. El modelo empirista prevaleció en Argentina desde la
posguerra hasta 1970 aproximadamente y se caracteriza por la ausencia o debilidad de
modelos teóricos explicativos y la importancia otorgada a la experiencia sensoriomotriz
acumulada por el alumno, aunque esta no tenga en cuenta su creatividad. Por su parte el
modelo racionalista se ubica en los años 80 a partir de otorgar preeminencia a las
funciones a desarrollar por los alumnos. En este modelo se distinguen la orientación
biomecánica y la orientación intelectualista. Ambas poseen una tendencia racionalista-
deductiva que pretende prever el comportamiento infantil, deduciéndolo de los modelos
teóricos de la organización funcional, provistos por la psicología o la biomecánica.
En concordancia con el enfoque que se plantea en este trabajo, al cual se intenta orientar
la didáctica general en el profesorado en Educación Física, el autor propone un tercer
modelo didáctico al que llama crítico. Este modelo sienta las bases de una Educación
Física progresista, donde el sujeto pueda participar de situaciones educativas que le
permitan actuar, resolver, deliberar, y quedarse con las mejores respuestas que haya
elaborado, sea solo, junto a sus pares o junto con el educador. El modelo pone énfasis en
el protagonismo del sujeto y el tratamiento didáctico de sus aspectos relacionales y
funcionales.
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Esta propuesta implica que los docentes a cargo de esta asignatura conozcan el campo
disciplinar de la Educación Física1 y tengan cierto dominio de las situaciones prácticas
específicas. Los conceptos trabajados durante las clases necesitan vincularse con
ejemplificaciones y situaciones reales para que tomen significación y los alumnos puedan
apropiarse de ellos con interés y significación.
BIBLIOGRAFÍA
Camilloni, A., Davini, M. C., Edelstein, G., Litwin E., Souto, M. y Barco, S (2013).
Corrientes Didácticas contemporáneas. Buenos Aires: Paidós.
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Cabe aclarar que no necesariamente el dictado de la asignatura tiene que estar a cargo de profesores de
Educación Física, pero si quienes la dicten deben conocer el campo para poder contextualizar la enseñanza.
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Camilloni A., Cols, E, Basabe, L., Feeney, S. (2012). El saber didáctico. Buenos Aires:
Paidós.
Corrales N., Ferrari, S., Gómez, J., Renzi, G. (2010). La formación docente en Educación
Física: Perspectivas y prospectiva. Buenos Aires: Noveduc.
Diaz Barriga, A. (1995). Didáctica: aportes para una polémica. Buenos Aires: Aique
Grupo Editor.
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