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EN CIENCIAS DE LA EDUCACION
1.1 La construcción de una Didáctica específica del Nivel Superior, definiciones desde un marco
teórico y desde la práctica en instituciones.
Donato, M. (2000). Estructuras del aula universitaria. En: Lucarelli, E. (Comp.)El asesor pedagógico
en la universidad: de la teoría pedagógica a la práctica en la formación. Bs.As.
Zabalza, M. (2011): Nuevos enfoques para la didáctica universitaria actual. Rev. Perspectiva V29,
n° 2. Jul.- dic.
RESUMENES:
1.1 La construcción de una Didáctica específica del Nivel Superior, definiciones desde un marco
teórico y desde la práctica en instituciones.
Lucarelli. La didáctica de NS
Producir instancias superadoras de propuestas tecnicistas a las que, a su vez, es confinada por instituciones
(la universidad, los institutos terciarios) que tradicionalmente la percibieron ajena al campo de producción
científica.
Defininción de DNS:
La Didáctica de Nivel Superior, en primer lugar, se reconoce como disciplina específica dentro del campo
didáctico, como tal es entendida como una didáctica especializada cuyo objeto es el análisis de lo que sucede
en el aula universitaria y de instituciones terciarias, desde donde estudia el proceso de enseñanza que un
docente o un equipo docente organiza en relación con los aprendizajes de los estudiantes y en función de un
contenido científico, tecnológico o artístico, altamente especializado, y orientado hacia la formación de una
profesión.
En este contexto, la Didáctica de Nivel Superior se singulariza por la determinación de un espacio
construido por un grupo particular de docentes y estudiantes que se relacionan en torno a un contenido
específico, la enseñanza en el nivel superior, posibilitándose la reflexión sistemática sobre la práctica
personal y de otros en este ámbito institucional, a la luz de enfoques, principios teóricos e informaciones
propios de la disciplina. La Didáctica de Nivel Superior, es un campo de estudios reciente, en las últimas
décadas.
El reconocimiento del espacio que ocupan los asesores pedagógicos como actores dinamizadores de las
prácticas que se dan en el aula universitaria, permite ver como se vislumbra en la práctica la legitimidad de
la disciplina. Junto a hechos concretos y cotidianos que aluden a la desvalorización y aún a la negación de
una mirada didáctica en éstos ámbitos, coexiste la demanda de una actividad especializada que se oriente a
la calidad de la enseñanza para consolidar programas que buscan el mejoramiento de la oferta en el nivel.
El propósito organizador de la asignatura gira en torno a la definición de un campo construido por un grupo
particular de estudiantes, graduandos y graduados, para la reflexión teórica sistemática sobre la práctica
personal y de los otros en el nivel superior, a la luz de enfoques, principios teóricos e informaciones propios
de la Didáctica.
Construcción de espacios orientados a la práctica profesional como uno de los estructurantes significativos
que identifican al nivel. Al nivel superior tanto en su perspectiva institucional como en lo relativo a su oferta
curricular.
La perspectiva institucional, las universidades son, por definición histórica, centros con un grado total o
relativamente alto de autonomía en el gobierno y la gestión y en la definición de su oferta curricular.
La docencia se conjuga con procesos de producción de conocimiento.
Los Centros de formación terciarios han ido asumiendo funciones y características de las Universidades.
El Curriculum como proyecto que incluye instancias de planeamiento y desarrollo en la situación de aula.
Peculiaridades:
● Manifiesta, como oferta de formación, un alto grado de especialización y diversificación, esta
relevancia que asume el contenido como uno de los estructurantes signficativos.
● Orienta los estudios hacia la formación de una profesión que hace a una particular relación con el
mundo del trabajo.
● Grupo de adultos
● Exige al docente la organización de estrategias metodológicas y de evaluación.
● La recuperación de la posible experiencia laboral que tenga el estudiante.
● Didáctica de las relaciones, de los intersticios, es un juego de las relaciones entre los principios y
conocimientos didáticos, por un laaado, y lascaracteerísticas institucionales(políticas,
organizacionales, humanas)
● Proceso histórico de las profesiones, en su incidencia en la resolución de propuestas curriculares.
● Abordajes multidisciplinarios y de la especialidad en el curriculum del nivel.
● Articulación entre lo macro y lo micro en los proyectos didáctico/curriculares, dentro del
planeamiento educativo institucional y los problemas de la práctica en el aula.
● Relación teórico práctica y su resolución en el aula universitaria y de instituciones superiores.
● Origen y desarrollo de las innovaciones en el aula de nivel superior.
● Desafíos de la articulación docencia/investigación en el aula universitaria
● Procesos de formación del docente en el nivel superior y en la universidad en especial, en la
búsqueda de modalidades apropiadas de resolución didáctica.
“Este es, a mi entender, el desafío del momento: la superación de una Didáctica exclusivamente instrumental
y la construcción de una Didáctica fundamental.”
Los elementos que podrán transformarse en herramientas de trabajo concretas para este esfuerzo colectivo
que es repensar la Didáctica.
Contextualización.
Solamente a partir de una visión contextualizada, historizada de la educación, es que podemos repensar la
Didáctica y resituarla en conexión con una perspectiva de transformación social, con la construcción de un
nuevo modelo de la sociedad.
Se trata a partir de las condiciones reales en que se desenvuelve la enseñanza en nuestras escuelas y buscar
formas de intervención simples y viables.
La Didáctica tiene como objetivo el “como hacer”, la práctica pedagógica, pero esto solo tiene sentido
cuando se articula con el “para qué hacer” y con el “por qué hacer” (Id. P.106/107)
Articulación entre las formas y los contenidos
Nueva postura
Relación forma/contenido. Hoy se ubica procurando articularla con la reflexión sobre el papel social de la
escuela, el carácter histórico/social de la práctica
Contenidos, el contenido, la estructura y la organización interna de cada área de conocimiento, como un
elemento estructurante del método didáctico: si cada área de conocimiento tiene una organización, una
constitución y una lógica propia, no cabe afirmarla posibilidad de un método único.
Lucarelli: Didáctica universitaria ¿un asunto de interés para la universidad actual?:
El campo de la pedagogía y la didáctica universitaria argentina se desarrolla en circunstancias de peculiares
modificaciones en la estructura general del nivel superior. En efecto, la educación superior argentina se ha
visto impactada en los últimos años del siglo XX por reformas que reinterpretaron en el contexto local,
políticas de índole mundial, orientadas por agencias de financiamiento siguiendo premisas tales como el
desplazamiento del Estado como garante del servicio y de su financiamiento.
Ahora bien, si bien ambas disciplinas se refieren al estudio sistemático de los problemas relacionados con la
función docente en la universidad, existen entre ellas matices distintivos que se relaciones con sus
respectivos objetos de estudio. Así, afirmamos que la pedagogía universitaria se define como un espacio
de conocimiento orientado a la comprensión de los procesos de formación que se dan en la universidad, a
partir de la consideración de los sujetos involucrados, su relación con el contexto y con los otros procesos
que se desarrollan en ese ámbito, mientras que la Didáctica universitaria analiza el proceso de enseñanza
que un docente o equipo organiza la formación en una profesión partiendo de los contenidos científicos,
tecnológicos o artísticos.
Es así que cabe reconocer que ambas disciplinas se interesan, desde distintos ángulos, por los procesos que
afectan la función docente de una institución.
La Didáctica tiene como objetivo el “como hacer”, la práctica pedagógica, pero esto solo tiene sentido
cuando se articula con el “para qué hacer” y con el “por qué hacer”.
Análisis crítico.
Pensar sobre la Didáctica y la Didáctica “vivida”.
Primero, contexto de la reflexión de la didáctica, después historia de la didáctica.
Desafíos.
La cuestión de articulación entre la forma y los contenidos es una cuestión clásica de didáctica.
La Didáctica tradicional es un abordaje centrado en los contenidos y la Didáctica de la Escuela nueva es un
abordaje centrado en los métodos y las técnicas didácticas.
Tesis siguiente: tanto la Didáctica Tradicional como la Didáctica de la Escuela nueva, como de alguna forma
toda reflexión didáctica hasta hoy, está marcada por un carácter formalista desde el punto de vista didáctico.
Por lo tanto, en ninguno de esos abordajes el contenido, es entendido como una estructura en la constitución
interna de las diferentes áreas del conocimiento humano, y considerado como estructurante del método
didáctico.
Siempre presentándose como un método que va a resolver todos los problemas y que puede ser aplicado en
cualquier situación, con cualquier sujeto, con cualquier contenido. Esa búsqueda del método único capaz de
enseñar todo a todos, ha, en mi opinión, atrapado mucho la reflexión didáctica y la construcción de la
Didáctica, que no consigue romper con ese formalismo lógico que deriva de esa postura del método único.
Un descubrimiento que es muy importante para la Didáctica: la actividad del sujeto en el acto del conocer, la
subjetividad humana. La escuela nueva trae este descubrimiento para el ámbito de la educación y de la
Didáctica, afirmando exactamente la subjetividad y la actividad del sujeto de aprendizaje, como
estructurante del método didáctico.
Exclusiva, importancia la actividad del alumno como estructurante del método didáctico.
El primer desafío me parece que es superar ese formalismo didáctico y superar, por lo tanto, esa búsqueda
incesante del método único capaz de enseñar todo a todos.
Consecuentemente, es importante superar una cierta visisón reduccionista del método didáctico. Estoy
llamando reduccionista al intento de construir un método didáctico a partir exclusivamente de uno de sus
estructurantes.
Por lo tanto el desafío está en la superación del formalismo, en la superación del reduccionismo, y en el
énfasis de la articulación: articulación que intenta trabajar dialécticamente los diferentes estructurantes del
método didáctico, considerando cada uno de ellos, sus interrelaciones con los demás, sin querer negar
ninguno de ellos.
Superar la discusión extremadamente dicotómica y dualista; dimensión intelectual y dimensión afectiva
subjetiva, compromiso con el saber y la cuestión del poder en la escuela; aspectos generales del aprendizaje
y específicos; dimensión lógica y dimensión psicológica; dimensión política y dimensión técnica; función de
la enseñanza y función de la socialización de la escuela.
El objetivo del trabajo es resaltar la importancia que la didáctica puede tener en el diseño de una nueva
docencia universitaria.
Lifelong learning, centrar efectivamente la docencia en el aprendizaje de los estudiantes; la necesidad de
generar espacios formativos ricos e integrales; el alineamiento de las instituciones universitarias con las
nuevas políticas de calidad e innovación y la incorporación. La importancia de la didáctica universitaria.
No se trata, desde luego, de abandonar o desconsiderar las importantes aportaciones que los enfoques
curriculares y sociológicos han hecho. El conocimiento pedagógico no avanza de esa manera. De lo que se
trata es de rescatar lo que la Didáctica tenía de próximo, de práctico.
¿Que es la didáctica?
Hablamos de didáctica para referirnos al estudio y desarrollo de los procesos de enseñanza y aprendizaje.
Dos marcas diferenciadoras de nuestra disciplina:”estudiamos las cuestiones referidas a la enseñanza” o bien
“se trata de cómo mejorar la enseñanza”.
Desde lo que se entiende por Didáctica en términos genéricos (su acepción vulgar o común) y la versión que
se da del término desde los ámbitos especializados (concepto o definición culta de Didáctica).
Aclarar su sentido y para lo que sirve: ciencia que tiene como objetivo la dirección del proceso de
enseñanza hacia fines de eficacia formativa e instructiva; disciplina que estudia el proceso formativo
justamente en aquello que aporta de formativo; actuaciones orientadas a conducir al educando a la
adquisición de hábitos, técnicas y conocimiento que lo aproximen a una formación integral; es la
organización de situaciones de aprendizaje capaces de propiciar mejoras cognitivas, afectivas y
psicomotrices.
Didáctica como ciencia específica en un marco más general de integración de ciencias diversas. Únicamente
desde esa perspectiva podemos plantearnos cuales son los problemas que la Didáctica que ayuda a resolver
(y no perder demasiado tiempo en intentar blindar los espacios que pretenden poseer en exclusiva)
● La formación abarca todas las dimensiones del desarrollo humano (desde los conocimientos a los
valores, pasando por las habilidades y los significados.
● Que precisa de un ecosistema particular (por eso se habla de cultura del aprendizaje)
● Que busca educar a los sujetos en la puesta a punto de sus propios recursos y en el trabajo autónomo.
Hay que preparar a los sujetos a gestionar su propio aprendizaje.
● Que incorpora aspectos valiosos para los diversos cometidos que los sujetos hayan que afrontar, lo
que plantea una mayor conexión entre la formación y la vida de las personas.
● Que vincula la formación no solamente a la presión social y al sufrimiento personal sino a la
autoestima y al gozo personal.
● Que supera la visión meramente instrumental de la formación.
Santos, B.de Sousa (2007): La Universidad en el Siglo XXI. Para una reforma democrática y
emancipatoria de la Universidad. Introducción y Cap. I. La Paz: Plural
Fernández Lamarra, N. (2003): La educación superior argentina en debate. Bs. As. Eudeba-Iesalc.
Cap. 1 y 3
CAPITULO 1 EVOLUCION HISTORICA DEL SISTEMA SUPERIOR EN ARGENTINA
CAPÍTULO 3 DISTINTAS TIPOLOGÍAS EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR
Zabalza, M. A. (2002): La enseñanza universitaria. El escenario y sus protagonistas. Madrid.
Narcea. Introd. y cap I
· Bourdieu, P. (2000): .El campo científico En: Los usos sociales de la ciencia. Ediciones Nueva
Visión. Buenos Aires. Pág.11 a 31
· Gómez Campo, V. y Tenti Fanfani, E. (1993): Universidad y profesiones. Bs. As. Miño y Dávila.. En
esp. Cap.1, 2, 3 de la primera parte. Autor: E. Tenti Fanfani.)
· Lucarelli, E., Calvo, G., Del Regno, P., Donato, M., Finkelstein, C., Gardey, M., Nepomneschi, M.,
Solberg, V. (2007): Estilos docentes diversos para aprendizajes complejos de la práctica profesional.
Ponencia en: Actas II Jornadas de Pedagogía Universitaria. UNSM, San Martín (PBA) setiembre (*)
1.3. Posibles roles del graduado en el nivel: el caso del asesor pedagógico universitario
· Lucarelli, E., Finkelstein, C., Solberg, V. (2015). Una mirada actual del asesor pedagógico
universitario: escenarios y trayectos. En: Lucarelli, E., Finkelstein, C., Solberg, V. Collazo, M.,
Villagra, A. y Malet, A.M. Universidad y asesoramiento pedagógico. Enfoques teóricos y
experiencias en Argentina Uruguay. Bs. As. Miño y Dávila. (*)
· Lucarelli, E., Finkelstein, C., Solberg, V. (2015). Los casos en profundidad: los asesores pedagógicos
hablan de sus prácticas. En: Lucarelli, E., Finkelstein, C., Solberg, V. Collazo, M., Villagra, A. y
Malet, A.M. Universidad y asesoramiento pedagógico. Enfoques teóricos y experiencias en Argentina
Uruguay. Bs. As. Miño y Dávila. (*)
· Lucarelli, E., Nepomneschi, M. Hevia, I.A. de, Donato, M. E., Finkelstein, C., Faranda, C. (2000): El
asesor pedagógico en la universidad: de la teoría pedagógica a la práctica en la formación. Bs. As.
Paidós. (En esp. Cap. I) (*)
Lucarelli, E. (2011): Didáctica universitaria, ¿un asunto de interés para la universidad actual? en
Revista Perspectiva. Vol 29, N.2-julho-dezembro Florianópolis. UFSC.
Tras la expulsión de los jesuitas en 1767, la universidad pasó un período bajo gestión de los franciscanos, en
pugna con el clero secular de la provincia hasta que, en 1808, en vísperas del proceso de independencia se
convirtió en Universidad Real. Por otro lado, en 1821, bajo la inspiración de Rivadavia se creó la
Universidad de Buenos Aires, con una concepción napoleónica de universidad imperial que la concebía
como una institución educativa suprema del territorio y como un instrumento para la formación de dirigentes
al servicio del proyecto oligárquico y capitalista.
Hacia 1885 se dictó la Ley Avellaneda por la que se sancionaron las normas básicas para el gobierno y
organización de las entonces universidades nacionales (la de Cordoba y la de Buenos Aires). Dicha Ley fijó
las reglas a las que debían subordinarse las universidades al elaborar sus estatutos y determinó que la
cobertura de las cátedras y la destitución de los profesores fuese una atribución del Poder Ejecutivo.
Más adelante, con la asunción de Yrigoyen que significó un cambio político sustancial: el fin del dominio
del poder por parte de los sectores oligárquicos y conservadores y su remplazo por los sectores medios en
proceso de ascenso social y político. Dicho escenario permitió apoyar un movimiento estudiantil iniciado en
la Universidad de Cordoba y que luego se extiende por todo el territorio. En aquel entonces la universidad
era conducida por los sectores oligárquicos y católicos que habían sido desplazados del poder político. A
partir de un conflicto en la facultad de medicina en 1918 se desarrolla el movimiento estudiantil reformista
que demandó autonomía universitaria, cogobierno de docentes y estudiantes y por una función social de la
universidad. Sin embargo, con el golpe militar del ´30 se produce la reinstalación conservadora oligárquica
que limitó el crecimiento de la matrícula universitaria (iniciado durante los gobiernos radicales) y se
anularon las modificaciones introducidas por la reforma.
En 1945 se inicia una nueva etapa histórica y social con el ascenso del peronismo que significó una nueva
alianza política integrada por los gremios de trabajadores y diversos sectores políticos provenientes de un
amplio espectro ideológico desde la izquierda nacional hasta la derecha nacionalista. Los sectores políticos
derrotados por el peronismo se resguardaron en sus cargos legislativos y en las universidades. Por ello en
1946 se intervienen las universidades y se produjeron las cesantías de la mayor parte de los profesores
opositores.
Durante sus dos mandatos, se desarrolló una política de fuerte expansión del sistema educativo en todos sus
niveles, lo que posibilitó el ingreso de sectores sociales que hasta ese momento habían sido marginados de la
educación. Un importante hito de este período fue el hecho de que en 1949 se estableció el ingreso libre a la
universidad y su gratuidad. Otro fue la creación en 1948 de la Universidad Obrera Nacional, destinada a
formar un nuevo tipo de profesionales de la ingeniería.
Con el nuevo golpe militar del ´55 se expulsan de las universidades a los profesores peronistas y son
remplazados por intelectuales vinculados al radicalismo y al socialismo, partidos que habían apoyado el
derrocamiento de Perón. En dicho período se derogan las leyes universitarias sancionadas por el peronismo
y se reestablece la Ley Avellaneda, pero dotándolas de mayor autonomía y el cogobierno. Luego durante el
gobierno constitucional de Frondizi se sanciona en 1958 una ley polémica, la Ley 14.557 que posibilitó la
creación de universidades privadas. El debate giró en torno al lema “Laica o Libre”.
Dicho período que se extiende entre 1958 y 1966 es considerado como un período de crecimiento y de
normalización y “restauración reformista” de las universidades marcaros por su crecimiento cualitativo.
Sin embargo, dicho proceso fue interrumpido con el golpe militar del ´66 que intervino todas las
universidades y protagonizó la denominada “Noche e los bastones largos” que desencadenó en la renuncia
masiva de un alto número de profesores e investigadores de la UBA.
Hacia 1973, se produce el retorno del peronismo que en las universidades significó la designación de nuevos
rectores vinculados al peronismo. Entre lo inédito se advierte que dichos intelectuales relacionados con las
ideas de liberación nacional intentaron modificar los planes de estudio, cesantearon a los profesores
vinculados con el gobierno militar y se reestableció el ingreso sin ninguna restricción.
Nuevamente con el golpe militar del ´76 se intervinieron las universidades y muchos docentes,
investigadores y estudiantes fueron perseguidos y desaparecidos.
Con el retorno a la democracia en 1983, el gobierno radical de Alfonsín inició de inmediato un proceso de
normalización de las universidades mediante un decreto para designar “rectores normalizadotes”. Dicho
proceso fue acompañando de un importante crecimiento de la matrícula especialmente ya que dicha
demanda había quedado contenida por el gobierno militar.
Finalmente, durante la década del ´90, se advierte una primera etapa del gobierno de Menem que se
caracterizó por una falta de políticas universitarias definidas. Sin embargo, durante un segundo período de
1995-2001 se inicia una etapa de mayor intervención a través de la sanción en 1995 de la Ley de educación
superior que incluye, por primera vez, la articulación de la enseñanza superior universitaria y la no
universitaria, e introduce los procesos de evaluación y acreditación.
Historia de la educación superior “no universitaria”: La evolución histórica de dichas instituciones no son
similares a las de las universidades ya que la incidencia de los hechos políticos del país ha sido muy fuerte
en las universidades, pero no en las instituciones no universitarias.
En el siglo XIX se registraron los primeros antecedentes de estas instituciones con la creación de las
escuelas normales a partir de 1870. Luego, en 1904 se transforma el antiguo Seminario Pedagógico en el
Instituto Nacional del Profesorado Secundario por Joaquín V. Gonzalez. En esta etapa inicial hubo una
fuerte convergencia con la universidad ya que ambas instituciones adoptaron la modalidad establecida por la
Ley Avellaneda. Por otro lado, a partir de la década del ´50 se autoriza la creación de instituciones terciarias
privadas.
En 1970 se produce un cambio significativo que conduce a una fuerte expansión del número de instituciones
terciarias a partir de la transferencia de las instituciones de formación docentes de nivel primario que son
transferidas desde el nivel medio hacia el nivel superior no universitario.
Dichas instituciones tuvieron una fuerte expansión de su matrícula a partir de la década del ´70, en especial
durante la dictadura militar en la cual gran parte de la matrícula universitaria se transfirió a los institutos
terciarios.
Recapitulando sobre la evolución histórica: El desarrollo de la educación superior a lo largo del siglo XX ha
sido sostenido especialmente durante los gobiernos democráticos, mientras que se produce una situación
inversa de menos crecimiento o incluso decrecimiento durante los
gobiernos militares con políticas de carácter oligárquico. Otro aspecto de gran relevancia fue el movimiento
de la reforma universitaria cuyos postulados de autonomía universitaria y co-gobierno impregnaron la
organización de las universidades durante los períodos democráticos.
Por último así como a partir de la Reforma universitaria se facilitó el acceso a la universidad de los sectores
de la clase media. A partir del gobierno peronismo se otorgó también dicha posibilidad a los jóvenes
provenientes de los sectores bajos de la clase media y de la clase obrera.
El sistema de educación superior: Estructura normativa general: En 1994 con la reforma constitucional se
incluyó un nuevo inciso en el art. 75 que es el que fija las atribuciones del Congreso. Dicho inciso establece
que le corresponde al Congreso “sancionar leyes de organización y de base de la educación que garanticen
los principios de gratuidad y equidad de la educación pública estatal y la autonomía y autarquía de las
universidades nacionales”
A partir de tal mandato, se sanciona en 1995 la LES que promovió la articulación del sistema de educación
superior. Su debate parlamentario dio lugar a grandes polémicas ya que una parte significativa de las
universidades nacionales y privadas concebían que varías de sus cláusulas afectaban la autonomía
universitaria, en especial las referidas a la necesidad de adaptar sus estatutos y por la implementación de los
procesos de evaluación y acreditación.
Finalmente, la LES fue aprobada a pesar del voto negativo del radicalismo, partido con fuerte inserción en el
gobierno universitario y en la conducción de las federaciones estudiantiles.
Organismos de coordinación de la educación superior: La LES establece dichos organismos que establece el
Consejo de Universidades, presidido por el Ministro de Educación en donde participan el Consejo
Interuniversitario Nacional (CIN) y el Consejo de Rectores de Universidades Privadas (CRUP), junto con
representantes de cada Consejo Regional de Planificación de la Educación Superior (CPRES) y del Consejo
Federal de Cultura y Educación (CFCyE). Es de señalar que en el ámbito de dicho Consejo se acordaron y se
propusieron al Ministerio los estándares para la acreditación de posgrados de las carreras de medicina e
ingeniería. Los CPRES tienen la función de coordinar el funcionamiento y las ofertas académicas de las
instituciones de educación superior de la región, tanto universitarias como no universitarias. Instituciones
universitarias y no universitarias: Se suele postular que sistema de educación superior de argentina asume un
carácter binario ya que está integrado desde principios del siglo XX por dos tipos de instituciones. Sin
embargo, más que binario podría ser considerado como híbrido ya que se advierte que en algunas
instituciones universitarias hay oferta académica de carácter terciario.
Hasta la sanción de la LES uno de sus problemas históricos fue la desarticulación entre ambas instituciones,
sin embargo, con su sanción se favoreció su articulación institucional y académica donde por ejemplo se
permitió que los egresados de terciarios, en especial los de área de formación docente, puedan acceder a un
título universitario de grado. Instituciones de educación superior públicas y privadas: Ambos tipos de
instituciones funcionan con plena autonomía a partir de la sanción de la Ley 14.557 en 1958. A su vez, a
partir de la LES se establece que para la creación de universidades privadas, estas se deben crear sin fines de
lucro y deben obtener una autorización provisoria mediante una evaluación de la CONEAU durante un plazo
de 6 años donde en caso de dictamen positivo, dicha universidad privada puede solicitar el reconocimiento
definitivo que le es otorgado por decreto del PEN. Por su parte, las instituciones terciarias privadas han
tenido regímenes de reconocimiento y supervisión estatal similares a las de los otros niveles de enseñanza.
En tal sentido pueden recibir subvenciones del Estado (a diferencia de las universidades privadas).
Tipología de instituciones de educación superior: los tipos de instituciones existentes son las
circunscriptos a una única disciplina, mientras que las universidades poseen actividades en
múltiples áreas disciplinares no siempre afines. 2) Instituciones no universitarias: que se subdividen entre los
institutos destinados a formación docente” y los que ofrecen “formación técnico-profesional. A partir del
proceso
de transferencias, todas dependen de las autoridades educativas provinciales. 3) Colegios universitarios: Son
tipos de instituciones son universitarias (a pesar de lo contradictorio de su denominación) que son
habilitadas por la normativa de la LES y que implican una articulación de la oferta académica de los
institutos terciarios con las universidades que cumplen la función de acreditar la calidad de dicha formación.
La ley señala que estos Colegios deben ofrecer carreras cortas y flexibles, brindando competencias
profesionales y la continuación de estudios de sus egresados en las universidades con las que hayan
establecido
La universidad se enfrenta por todos lados a una situación compleja: la sociedad le hace exigencias cada vez
mayores y al mismo tiempo cada vez ve más restringido su financiamiento por parte del Estado.
Asimismo, se observa que dentro de la multiplicidad de funciones se advierte ciertas tensiones en torno a su
carácter contradictorio. Por ejemplo, la idea de una investigación “libre” que busca el “conocimiento por el
conocimiento mismo” y que implica la movilización de recursos financieros, choca con las demandas de la
sociedad de generar conocimiento orientado a fortalecer la competitividad de la economía.
Efectivamente esta gestión de las tensiones ha sido problemática en tres campos:
1) La contradicción de pretender producir una “alta cultura” para la formación de las élites, y la demanda de
producir modelos culturales medios y conocimientos útiles para la formación de la fuerza de trabajo
calificada.
2) La contradicción entre la jerarquización de los saberes especializados a través de las restricciones de
acceso, y las nuevas políticas de democratización del nivel superior.
3) La contradicción entre la reivindicación de autonomía, y la sumisión creciente a criterios de eficacia y de
productividad de origen y naturaleza empresarial.
La primera de las contradicciones se manifiesta como crisis de hegemonía ya que la pretensión de formar
una “alta cultura” dejar de ser considerada como necesaria y como preocupación única.
Por su parte, la tensión en torno a la jerarquización o la democratización se manifiesta como crisis de
legitimidad ya que la primera deja de ser aceptada de forma consensuada por el conjunto de la sociedad.
Finalmente, la tercera tensión referida la tensión autonomía-productividad social se manifiesta como crisis
institucional ya que la especificidad histórica y organizativa de la universidad es puesta en tela de juicio y
se pretende imponerle modelos externos.
Estos tres tipos de crisis eclosionaron en los últimos 20 años y continúan abiertas hoy.
La crisis de hegemonía: La centralidad de la universidad en cuanto lugar preferente de la producción de
alta cultura y conocimiento científico avanzado es un fenómeno del siglo XIX. Relativamente aislada de las
demás instituciones sociales y dotada de gran prestigio social comienza a entrar en crisis a partir de los años
´70 que introducen las siguientes dicotomías:
a) “alta cultura – Cultura popular”: Constituye el núcleo central del ideario modernista donde la “alta
cultura” es una cultura-sujeto mientras que la otra es una cultura-objeto que es estudiada por las ciencias
emergentes (antropología cultural, folclor)
Sin embargo, dicha relación entra en crisis tras el período de postguerra mediante el surgimiento de la
cultura de masas, una nueva forma cultural por ser también una cultura-sujeto y que tiene una dinámica
producción, distribución y consumo diferente y mucho más dinámica que la alta-cultura universitaria
tradicional. Incapaz de transformar esta nueva cultural, la universidad pierde el monopolio de producir una
cultura-sujeto.
Sin embargo, a pesar del ingreso de esta cultura de masas en las universidades, se generó un proceso de
jerarquización entre universidades de elite y universidades de masas (donde las primeras producen la
alta cultura y las segundas lo distribuyen).
b) “Educación – Trabajo”: Tradicionalmente quien pertenecía al mundo ilustrado estaba exento de
participar en el mundo del trabajo mientras que el segundo estaba excluido del primero. Pero a mediados del
siglo XX se le comenzó a demandar a la educación una orientación más utilitaria y una formación para el
trabajo. A su vez, el trabajo tradicional asociado al uso de fuerza de física comienza a ser requerido como
trabajo calificado y como producto de una formación profesional más prolongada.
La respuesta de la universidad a esta transformación consistió en intentar compatibilizar la educación
humanística y la formación profesional y buscar así, compensar la pérdida de centralidad cultural provocada
por el surgimiento de la cultura de masas. Sin embargo, a la par se produjo una nueva diferenciación y
estratificación del sistema universitario el cual se compuso de las “universidades tradicionales” dedicadas
a la formación humanística y un nuevo perfil de universidades orientadas hacia la formación profesional.
c) “Teoría – Práctica”: Desde el siglo XIX la universidad pretende ser el lugar por excelencia de la
producción del conocimiento científico y especialmente en los tipos de investigación “pura” o “básica”.
Dicha predominancia de lo “teórico” entra en crisis cuando la sociedad comienza a demandarle la
producción de conocimiento práctico y útil para el desarrollo tecnológico e industrial e implicó la crítica
mediante la metáfora de “torre de marfil”
La crisis de legitimidad: En la sociedad moderna el carácter consensual de una determinada condición
social tiende a ser medido por su contenido democrático. A pesar de que la universidad en sus orígenes se
proponía producir un conocimiento superior para una elite, su legitimidad no fue seriamente cuestionada
durante el periodo capitalista liberal debido en parte a las lógicas del Estado Liberal. Sin embargo, con la
emergencia del Estado de bienestar se genera un proceso de ampliación de derechos sociales y de esta
forma se radicaliza la crítica hacia la universidad. Efectivamente la crisis de legitimidad es producto del
éxito de las luchas por los derechos humanos de la “segunda generación”. La respuesta de las universidades
para intentar conciliar dicha tensión entre conocimiento de elite y masificación fue nuevamente la estrategia
de estratificación mediante las dicotomías enseñanza superior universitaria y la “no universitaria”, o las
universidades de elite y las de masas.
La crisis institucional: De todas las crisis de la universidad, ésta es sin duda la que se ha agudizado más en
los últimos años porque en parte, en ella repercuten tanto la crisis de hegemonía como la de legitimidad y en
parte porque se origina ante la crisis del Estado de Bienestar lo que ha implicado recortes presupuestarios
que exigen a las universidades a buscar medios alternativos de financiamiento, y además un creciente
proceso de evaluación de la calidad educativa que le exige a las universidades una “rendición de cuentas”
y un uso eficiente de los recursos (en detrimento de su autonomía).
Frente a este escenario, la universidad solo podrá resolver la crisis institucional si acepta la exigencia de
evaluación y rinda cuentas de los fondos públicos que recibe, a la vez que debe fortalecerse para negociar
los términos de dicha evaluación.
En síntesis, frente a las crisis identificadas, se advierte que no es posible mantener el modelo de gestión de
las construcciones. Es necesario pensar otro modelo de actuación universitaria estratégicamente orientada al
mediano y largo plazo.
Zabalza: La enseñanza universitaria. El escenario y sus protagonistas:
Si bien es abundante la producción sobre cuestiones universitarias, faltan visiones de conjunto que nos
permitan hacernos una idea completar acerca del sentido y dinámica de la Universidad.
Partimos de considerar a la Universidad como un espacio de toma de decisiones formativas en donde se
entrecruzan diversas dimensiones “internas” (contexto institucional, el alumnado, los profesores y el
currículum) y “externas” (las políticas de educación superior, los colegios profesionales, el mundo del
empleo y el avance de la ciencia, la cultura e investigación) a la institución. Desde dicha perspectiva la
universidad queda constituida como un escenario complejo y multidimensional en el que inciden
influencias de muy diverso signo.
La universidad, escenario específico y especializado de formación: Nos hallamos en un momento en el
cual se han producido cambios profundos en la estructura de la enseñanza universitaria y en su posición y
sentido social.
Entre dichos cambios, se advierte los siguientes:
1) Cambios en sentido social atribuido a las universidades: Por un lado se advierte una presión de la
globalización e internacionalización de los estudios (demanda de movilidad estudiantil y de sistemas de
evaluación y acreditación de la calidad regionales), pero paradójicamente también se le demanda un mayor
énfasis de atención del contexto local donde se le exige dejar de funcionar como una realidad marginada
(torre de marfil) para rendir cuentas ante la sociedad y en beneficio de ella.
De esta forma, de ser un bien cultural, la universidad para a ser un bien económico. De ser algo reservado a
unos pocos privilegiados, pasa a ser algo destinado al mayor número posible de ciudadanos (proceso de
masificación y progresiva heterogeneidad del nuevo alumnado). Y de ser un bien dirigido a la mejora de
los individuos, pasa a ser un bien cuyo beneficiario debiera ser el conjunto de la sociedad.
En este proceso, se advierte también un mayor control social de la universidad mediante las políticas
universitarias que pese a la “autonomía” formal de la que siempre han gozado dichas instituciones, se han
implementado numerosos mecanismos de control asociados a políticas de financiamiento sujetas a un
control de la calidad.
Dicho control se ha ampliado también a las crecientes exigencias al profesorado a los cuales se les
demanda el asesoramiento y apoyo de sus estudiantes (en vez de limitarse a dar clases magistrales), lo que
requiere de una mayor formación pedagógica para poder cumplir con los requerimientos de una mayor
planificación, diseño y elaboración de las propuestas formativas.
2) Cambios en el sentido de la formación: Hablar de “formación” no ha sido habitual en los estudios
pedagógicos, sino que su referencia ha sido más frecuente en los procesos más vinculados a la formación
profesional o formación para el empleo, pero tampoco en dichos casos se ha hecho un esfuerzo significativo
por clarificar el significado de dicha denominación por lo que se advierte un cierto vaciamiento de su
significado. Efectivamente, la formación es definida de forma reduccionista por lo que se ofrece o por el tipo
de producto externo que se pretende obtener más que por el efecto real que va a ejercer sobre las personas
que se benefician de ella.
Desde mi perspectiva, postulo una idea de formación vinculada al crecimiento integral y mejora de las
personas (“Formación formativa”) y no debe reducirse a la mera adquisición de alguna nueva información
o destreza.
De esta forma, se debe superar las concepciones pervertidas de entender la formación: una que postula la
asociación de formar=modelar (se convierte al sujeto en un producto deseado tal como un perfil
profesional que es demandando externamente) o la asociación de formar = conformar (se busca lograr que
el sujeto acepte el plan de vida y las actividades para las cuales se lo ha formado reduciendo su capacidad de
reflexión crítica).
Por lo tanto, la misión formativa de la universidad debiera responder a esta concepción de “formación
formativa”. Sin embargo, se advierte que tampoco debe reducirse a responder exclusivamente a las
expectativas y demandas de los estudiantes, ya que ellos son una de las fuentes de la demanda, pero no las
únicas (Misión de la universidad, las funciones que la sociedad le encomienda, etc.)
En relación a la formación que debe brindar la universidad surgen algunos dilemas tales como la tensión
entre la formación general o la especializada, lo que resulta difícil ya que ni las orientaciones académicas
ni las demandas del mercado de trabajo son claras, además de que son muy cambiantes y por lo tanto los
perfiles profesionales se modifican rápidamente y quedan obsoletos. Otro de los dilemas se refiere entre lo
local y lo global ya que por un lado a las universidades se las presiona para que ofrezcan una oferta
formativa capaz de competir en el marco internacional, pero a su vez se les demanda que incidan en su
respecto contexto social y local.
Posición de la Universidad en la “sociedad del conocimiento”: La situación de las universidades resulta
ciertamente contradictoria ya que por un lado se advierte una integración de las instituciones de formación
en la dinámica social en donde aportan conocimiento para el desarrollo social y económico, pero al mismo
tiempo se tiene la impresión de que las universidades han quedado un tanto al margen de los procesos de
“formación continua” en parte por sus dificultades para flexibilizar sus estructuras y que otros agentes
sociales tales como colegios profesionales han aprovechado para tomar en sus propias manos dicha
formación y condicionarla a sus propios intereses sectoriales. Efectivamente, tradicionalmente el
conocimiento académico estaba pensado como “cultura suficiente para toda la vida”.
En síntesis, estamos ante un amplio abanico de posibilidades de acondicionamiento de las universidades
como instituciones formativas en donde la formación ya no puede concebirse exclusivamente como algo que
acontece “entre muros” y limitada a un espacio y un tiempo concretos. La posición y la misión de la
Universidad en el contexto de una “sociedad de conocimiento” donde éste está presente y se genera en
múltiples fuentes y a través de múltiples procesos sociales, resulta relevante mantenerse siempre en posición
de aprendizaje y estableciendo redes interuniversitarias para amplificar dicha formación y evitar
relaciones endógenas que limiten los alcances de dicha formación.
Es habitual que los fundadores de un proyecto educativo sean revestidos de un gran poder, como si en sí mismos
instauraran “la marca del padre”. Todo un mandato fundacional subsume un mandato social. Se podría plantear como
hipótesis que el mandato social ligado a la formación académica de alto nivel del futuro odontólogo en el momento
inicial de la creación de la facultad, aparece en este caso vehiculizado en un mandato fundacional que incluye como
figura central de esta cátedra a un profesional de alto reconocimiento mundial. Presenta una concepción integral del
paciente y esto supone el abordaje de contenidos actitudinales. Estos contenidos se enseñan, pero no se reconocen
como tales. Es una enseñanza incidental pero claramente observable, pregna la cátedra y el aprendizaje de los
estudiantes. Forman parte de un conocimiento tácito que se transmite.
● Permanente inclusión de nuevos aspectos técnicos vinculados con el uso de materiales, técnicas y
procedimientos. En el campo o subcampo profesional de la rehabilitación, se da la reestructuración al nivel del
mismo en función de una diferenciación en torno a valores, entre la dimensión predominantemente técnica y
profesional.
● Inclusión de una modalidad administrativa que incorpora a los laboratorios y a las prácticas odontológicas de
manera sistemática.
Es un espacio en el cual si bien los estudiantes sienten miedos y tensiones están acompañados y las experiencias de
aprendizaje están pensadas para que puedan actuar sin cometer daños al paciente. Es a través del acompañamiento del
docente que el alumno va ganando autonomía en sus acciones.
La indagación de los procesos que se dan en estos espacios para la formación de las habilidades de la práctica
profesional como son las Clínicas, permite observar con lentes de aumento el atractivo camino de la configuración de
la didáctica universitaria.
. Posibles roles del graduado en el nivel: el caso del asesor pedagógico universitario
Diversidad en el nombre de las unidades de Asesoría Pedagógica (UAP) + baja estructuración de este campo
profesional.
Grado de institucionalización: en general está reglada la creación de su cargo pero sólo un octavo son cargos
concursados.
Núcleos centrales de acción:
I. Apoyo a proyectos institucionales: favorecer el ingreso, favorecer la retención, orientación vocacional.
II. Formación del docente de este nivel y de estudiantes: espacios de reflexión, cursos, etc.
III. Asesoramiento: a cátedras y en cuestiones de acreditación o autoevaluación.
IV. Investigación en menor medida. Metodología cualitativa.
V. Extensión, con una frecuencia mucho menor.
Acciones de formación
Antecedentes teóricos señalan el bajo impacto de los programas de formación en relación con la socialización
profesional (primera etapa de trabajo como docente) y de la biografía escolar en la determinación de los estilos de
desempeño.
Se llega a ser docente con creencias fuertes acerca de la enseñanza y de su rol. Estos conocimientos tácitos e
inválidos se refuerzan y manifiestan en un estilo docente relativamente estable.
Las expectativas iniciales de un trayecto sistemático de formación se centran en la adquisición de herramientas
metodológicas que faciliten su tarea docente propio del modelo de formación centrado en la racionalidad técnica:
enfoque positivista
los problemas de la práctica son de corte instrumental
para resolverlos, se debe aplicar linealmente la teoría, que es universal y verdadera.
La formación teórica se liga al campo profesional de origen, sugiriendo que sólo la formación académica originaria
resulta necesaria para ejercer el rol docente.
Aparece una demanda de un modelo didáctico instrumental, vinculado al adiestramiento técnico y al saber hacer.
Concepto de Formación:
Ferry: No se recibe, cada uno se forma a sí mismo. Adquirir una forma para reflexionar, para actuar, para el
desempeño de diferentes tareas inherentes a una profesión. Cada quien encuentra su forma pero sólo a través de la
mediación.
Filloux: la formación es un trabajo sobre sí mismo. Se necesitan condiciones de tiempo, lugar y cierta distancia con la
realidad.
Los programas formativos del docente de nivel superior universitario deberían basarse en estas
conceptualizaciones acerca de la formación.
Mastache: proceso formativo es la relación que se establece entre uno o varios sujetos en formación y un formador en
un tiempo, espacio y contexto sociocultural determinado en el que el primero se apropia de un contenido mediante la
mediación del segundo. El vínculo tiene dos dimensiones: psicológica (conscientes como afectos o inconscientes
como identificaciones, transferencias, proyecciones) y técnica que incluye objetivos, contenidos, estrategias, tareas.
El profesor podría participar de programas formativos con el fin de fomentar cambios en sus prácticas
docentes. Recientemente se interesaron en esto, por variadas razones:
masividad y déficit inicial
renovación curricular
ampliar empleabilidad del egresado
mejora de calidad de enseñanza (requerimiento institucional)
Modelo artesanal: maestro/discípulo, fuerte socialización lo que provoca la ausencia de reflexión y la
continuidad de los modelos.
Es necesario un modelo formativo de desarrollo profesional (proceso continuo, llevado a cabo mediante la
participación) para dar respuesta a las necesidades personales y a las de la propia organizaciòn universitaria.
El APU debe promover espacios para la superación de las teorías implícitas que operan fuertemente en el
desempeño de los profesores. Se pueden generar espacios de reflexión y talleres. El saber se actualiza en
situaciones prácticas. Construcción de saberes por parte de los participantes.
También se pueden ofrecer espacios de formación para:
Docentes nóveles
Tutores: facilitadores, profesores, asesores, orientadores, compañeros, directores, consejeros, con el propósito
de favorecer la retención de los estudiantes.
Proceso APU:
1. Esclarecimiento de la situación.
2. Búsqueda de estrategias para que la Institución elabore sus propios procesos de cambio.
3. Ponerlos en marcha y evaluarlos.
APU: mediador de la info + facilitador en la identificación - resolución de problemas. El asesoramiento es un campo
de interacción y una práctica compleja, por la perspectiva de integración y por los grupos disciplinares de
profesionales que entran en juego.
Tarea de Asesoramiento:
Es un punto de conjunción de prácticas:
A. Poner a disposición un marco teórico de determinada concepción pedagógica y didáctica (que iluminará la
acción)
B. Tarea cooperativa: se deben dar dos condiciones:
a. la necesidad de articular campos disciplinares distintos.
b. la consideración de la disponibilidad del otro para entrar en la tarea de asesoramiento.
Debe también superarse la asimetría histórica por la prevalencia del conocimiento disciplinar por sobre el
conocimiento pedagógico.
3 momentos:
1. Acordar las condiciones.
2. Desarrollar la intervención.
3. Analizar el trabajo realizado.
El APU también trabaja en función de las demandas de la gestión: relación con procesos de evaluación y
acreditación desde ‘90. Alerta: vaciamiento del contenido pedagógico crítico de la tarea.
El APU puede asesorar directamente a las cátedras, integrándose como par en un equipo interdisciplinario. Candau
propone la multidimensionalidad desde una perspectiva crítica acerca de lo pedagógico. Se puede encarar proyecto de
investigación.
Investigación:
Dimensión metodológica: predominio de la lógica cualitativa para la comprensión de los hechos.
Los APU investigan sobre asuntos específicos (deserción y tutorías para prevenirla, formación de docentes, relación
entre saber pedagógico y saber disciplinar) y otros más amplios (modelo pedagógico, estructuras académicas…)
El APU es un actor central en la construcción de la Didáctica y la Pedagogía Universitaria.
Es interesante analizar cómo considera el cientista de la educación, en su rol de APU, su contribución al campo de la
Pedagogía Universitaria y la Didáctica Universitaria:
Pedagogía Universitaria como un espacio de conocimiento orientado a la comprensión de los procesos
formativos que se dan en la institución a partir de la consideración de los sujetos involucrados, su relación con
el contexto y con los procesos que se desarrollan en ese ámbito.
Didáctica Universitaria: disciplina que estudia el proceso de enseñanza que un docente o un equipo de
docentes organiza en relación con:
o los aprendizajes de los estudiantes
o un contenido científico, tecnológico o artístico altamente especializado, orientado a la formación de
un profesional.
En este contexto, la profesión y el contexto institucional operan como estructurantes fuertes en la definición de
propuestas curriculares y de su puesta en acción.
Se asume un encuadre articulador dinámico teoría-práctica.
Se distinguen tres sujetos significativos en la conformación del campo pedagógico didáctico en la universidad:
El investigador
El docente investigador disciplinar
El APU (al que el asumir rol de investigador le da legitimidad como académico dentro de su comunidad)
Condiciones que deberían caracterizar el desempeño en las unidades APU:
mirada articuladora de los fenómenos macro y micro educativos.
conformación de un trabajo cooperativo
destinar tiempo a la actividad reflexiva sobre las prácticas
Tipos de tareas:
tareas de gestión: desarrollo educativo, evaluación, planificación, muchas veces desde la secretaría académica.
(son vistos como ejecutores, gestores o mandos medios). Vínculo endogámico, hacia adentro.
tareas pedagógicas: se evidencia una mirada hacia afuera, hacia otros actores. Incluye asesoramiento, servicio,
división. Vínculo exogámico. Circula por la institución. Revelan cierta autonomía (aunque siempre existe una
tensión dependencia - autonomía).
Mendel. Acto poder y movimiento de apropiación del acto. Movimiento de retroceso, regresión al plano psicofamiliar.
Fisura.
A fin de superar las propuestas tecnicistas dentro de la problemática de la didáctica universitaria y a partir de
investigaciones que se han realizado la autora trata de construir el rol de AP con el fin de acompañar los procesos
disciplinares de ésta didáctica específica.
La propuesta es describir su campo de acción y facilitar la comprensión de su rol en la práctica pedagógica en
la universidad.
La didáctica universitaria es una didáctica especializada, cuyo objeto de análisis es lo que sucede en el aula
universitaria, estudia el proceso de enseñanza que un docente o un equipo de docentes organiza en relación a los
aprendizajes de los estudiantes y en función de un contenido científico, tecnológico o artístico altamente especializado
y orientado hacia la formación de una profesión
Es un espacio construido donde docentes y estudiantes se relacionan en torno a un contenido específico, la enseñanza
en el nivel universitario, posibilita la reflexión sobre la práctica personal y la de otros en el ámbito institucional, a la
luz de enfoques, principios teóricos e informaciones propias de la disciplina.
El APU es depositario y portador de los distintos problemas que los doc u reflejan en el desarrollo de su tarea, y
junto a la desvalorización de su tarea, (que se revelan a partir de hechos cotidianos), se da la demanda de respuestas
especializadas orientadaS a desarrollar programas que buscan el mejoramiento de la oferta en el nivel a partir de
programas que superen las propuestas tradicionales y las prácticas rutinarias.
Por otro lado hay escasas investigaciones sobre las prácticas del aula univ. , muchos son relatos de experiencias más
que reflexiones sistemáticas acerca de las prácticas.
La APU como profesión de ayuda, como práctica de intervención para lograr cambios en los procesos que se da en la
institución y en el aula, manifiesta un marco teórico para desarrollar y justificar esas prácticas.
Éstos referentes deben abordar dos preguntas, ´desde qué modelo didáctico se aborda la enseñanza y el
aprendizaje,( a qué perspectivas didácticas valorativas refieren la prácticas del AP) y cómo utilizar ese modelo
con cierta flexibilidad.
En relación a ello se puede abordar desde dos perspectivas, la didáctica instrumental tecnicista o la didáctica
fundamentada crítica.
La primera perspectiva define a la didáctica como aquella que tiene la responsabilidad de definir el hacer
pedagógico mediante la identificación y el dominio de formas universales independiente de fines, contenidos, sujetos,
medio social e institucional. Su presupuesto es la neutralidad científica. su principio, la racionalidad técnica y su
medio la segmentación. Así se demanda de los AP recetas, la demanda de un rol técnico que le ofrezca elementos
sobre currículo, estrategias, metodologías, evaluación y coordinación de grupos.
La otra perspectiva se relaciona con los procesos que acompañan la didáctica y permite la reflexión y la construcción
crítica.
Ambas perspectivas conviven en las instituciones e inciden en el rol del AP, así más allá de técnicas que se aplican,
los docentes también reconocen el rol de los S, las estrategias en los contextos, evaluar la eficiencia en la acción, más
que bajo normas y patrones universales de calidad.
Otra nota distintiva desde la mirada crítica es la posibilidad de articular lo micro con lo macro, Barco aclara los
riesgos de limitarse a sólo una de éstas visiones lo micro sólo mostrarán las interacciones al interior del aula. Sólo
posicionarse desde lo macro condena a la función reproductora de la educación sin visibilizar las resistencias que se
producen al interior de las instituciones y del aula.
También las instituciones esperan que el AP articulen distintas dimensiones de la institución, la curricular, de los
alumnos, de los profesores, evaluación, programas, fortalecer la relación con la comunidad. Como AP se espera desde
las instituciones el énfasis de factores estructurales que atañen a la didáctica específica como el currículo y las
instituciones allí se espera que incorporen desafíos interesantes, que asuma en su trabajo con las cátedras los
problemas que surgen del análisis de las situaciones de enseñanza. Otras problemáticas, derivan de los actores que se
involucran, de los sistemas de gestión y de los estudios que se ofrecen desde la institución
Las tareas del AP se desarrollan en las instituciones que ya tienen todo un recorrido histórico y un presente y su tarea
se define en el campo pedagógico que lo contiene. Las características de la autonomía y de gestión, de las unidades
académicas y curriculares, de las cátedras, los actores intervinientes, las investigaciones que se desarrollan, todos éste
campos complejos condicionan el rol del AP que debe conocer las particularidades de las instituciones.
La complejidad del currículo en el nivel superior particulariza el rol del AP, ya que es un currículo que presenta
diversidad y especificación, tiene particularidades que lo distingue de otros niveles. Su rol implica considerar las
ofertas de formación y sus contenidos específicos, la formación de un profesional en relación al mundo del trabajo,
supone el trabajo con docentes de disciplinas específicas que tienen un recorrido científico dentro de la institución,
exige la organización de estrategias metodológicas y de evaluaciones que son particulares ya que deben recuperar la
experiencia profesional de los estudiantes, la formación para el mundo del trabajo, vincularlos con acciones de
investigación.
La didáctica universitaria busca a través de la investigación y de las prácticas en el aula de su propio objeto de
estudio y el AP constituye un S importante. Su rol es objeto de análisis y reflexión y se construye como un
recorte del campo de graduado en ciencias de la ed., es en el juego de las relaciones entre los principios y los
conocimientos didácticos, las características de las instituciones, y la especificidad del nivel universitario donde
se dan los desafíos.
Es posible reconocer problemas que atraviesan el campo de la didáctica U
La historia y la conformación actual las profesiones en la resolución de las propuestas curri
Los abordajes multidisciplinarios en el curr del nivel
La articulación entre lo macro y lo micro en los proyectos curr
La relación entre Teoría y Práctica
El origen y desarrollo de las innovaciones en el aula
Los desafíos de articulación docencia-investigación
Los procesos de formac docente el nivel superior y en la U
A través de la reflexión sistemática sobre situaciones en el aula se construyen marcos conceptuales y estrategias
de intervención apropiadas. Rutina e innovación atraviesan el aula, desencadenando fuerzas que generan la
materia que define al APU y su aporte a la constitución de una didáctica U y de mejorar los procesos de ens y
ap