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INFOGRAFÍA: IDENTIFICAR LA IMPORTANCIA DE LA CONSERVACIÓN DE FORRAJES PARA

LA ALIMENTACIÓN BOVINA

APRENDIZ:
WILLIAM ANDRÉS SÁNCHEZ PARALES

INSTRUCTOR:
ANDRES RIVELINO AHUMADA CORTES

SENA: CURSO VIRTUAL


ALIMENTACIÓN BOVINA
2022
Importancia de la conservación de forrajes
Proporciona un forraje jugoso (ensilaje) y de buena calidad nutritiva.
Se aprovechan los excedentes de pastos y forrajes de la época de invierno, aumentando los
rendimientos por área.
Se mantienen más cabezas de ganado en menor área, es decir, facilita la intensificación del sistema
de producción.
Los pastos y forrajes, una vez ensilados se pueden usar en cualquier periodo del año, en especial
cuando hay escasez.
El ganadero introduce el manejo semi estabulado, manteniendo la producción de leche todo el año.

Existen algunos sistemas de conservación de plantas forrajeras.


A.- Henificación
B.- Ensilaje

Henificación
Es el proceso que permite conservar el forraje en épocas de abundancia para épocas de baja
productividad, conservándose por largos períodos de tiempo. La mayoría de las especies forrajeras
se pueden henificar.
Heno es el producto resultante de la deshidratación del forraje a un nivel de humedad generalmente
inferior al 15%, con lo cual se pretende impedir el enmohecimiento y la fermentación.

Etapas de la henificación:
1.- Corta: debe efectuarse cuando la planta forrajera presenta la mayor producción de materia seca
por área, con el mayor valor nutritivo posible; esto es entre un 10 y un 40% de floración. La corta
debe ser efectuarse en la mañana, en días soleados, con baja humedad relativa y baja humedad del
suelo.
2.- Secado: puede realizarse en el en campo si las condiciones climatológicas lo permiten o
artificialmente, mediante un secador solar (ver figura Nº 1) lo cual permite disminuir la humedad del

material entre un 15% y un 18%. Esto favorece la conservación de las cualidades nutritivas y evita la
fermentación.
Figura 1. Vista interna de un secador de pasto con forraje listo para henificar, Santa Cruz, Turrialba, 2010.

3.- Almacenaje: se puede hacer en rollos o pacas rectangulares y colocar en sitios alejados de la
humedad (figura 2).
Figura 2. Pacas de heno de estrella africana producida en Santa Cruz, Turrialba, 2010.

Importancia en el consumo del Heno


Un kilogramo de un buen heno, sustituye hasta 4 kilos de pasto verde fresco. Se utiliza como
suplementación para animales en épocas críticas, pero en el caso de que los animales presenten un
poco de resistencia al consumo por falta de costumbre, es conveniente agregar algún aditivo que
mejore la palatabilidad como, por ejemplo, melaza, concentrado, etc.
En zonas húmedas, con periodos de lluvia donde los pastos se vuelven muy suculentos (acuosos),
mejora el aporte de materia seca a base de fibra larga, lo que ayuda la digestión de los otros
componentes de la dieta tales como el concentrado, banano, etc. Evita diarreas, deyecciones
acuosas frecuentes. Mejora la cantidad de sólidos totales de la leche en especial el contenido de
grasa.

ENSILADO
El ensilaje es una técnica de conservación de forraje en fresco. El método más simple y tradicional
de hacer silos, es el de empacar directamente el forraje cortado, en Silos de trincheras, torres, en
bolsas plásticas y estañones plásticos o metálicos. El material ensilado se fermenta en ausencia de
aire donde se da el primer estado, que es la muerte de los tejidos de las plantas y un rápido
agotamiento del poco oxígeno remanente por la respiración del tejido de las hojas del forraje, luego
inicia la fermentación con un incremento del ácido láctico. Cuando el pH es muy bajo por la
producción de ácido láctico se reduce la fermentación hasta detenerse. La fermentación depende de
la composición del forraje. Una buena conservación por fermentación depende de la producción de
ácido láctico y de que tan bajo llegue el pH. Valores con pH de 3,5 a 4,2 son los ideales. Esta
fermentación depende de la cantidad de azúcares adicionadas para producir suficiente fermentación
ácida.

Bioquímica del proceso


Fase Aeróbica o de oxidación. Las horas o días inmediatamente posteriores al ensilado, cuando
todavía existe una cantidad más o menos importante de aire (oxígeno) dentro de la masa de silo, se
dan procesos de respiración de las células de las plantas según la reacción:
C H O (glucosa/fructosa) + 6O < > 6H O + 6CO + 673 Kcal/mol
Así mismo se dan procesos enzimáticos de degradación de algunos hidratos de carbono (HC) de
cadena larga (sacarosa, fructófanos) en HC de cadena corta (hidrólisis) y degradación de proteínas
en péptidos y aminoácidos (proteólisis).
Por otra parte, empiezan a actuar bacterias aeróbicas que degradan los HC en ácido
acético, ácido fórmico, alcohol y CO.
La consecuencia de todo ello es la pérdida de materia seca, de concentración energética y en
definitiva, de calidad de la masa ensilada.
Fase Anaeróbica o de fermentación. Se inicia una vez consumido el oxígeno presente en la masa de
ensilado. Actúan bacterias anaeróbicas que degradan los HC en ácido láctico (fermentación láctica)
o en ácido butírico y ácidos grasos volátiles (fermentación butírica) y así mismo, en esta última, los
aminoácidos se degradan en amoníaco, aminas y ácidos grasos volátiles (no deseable).
La fermentación láctica es la deseable dado que el ácido láctico producido acidifica la masa de silo
hasta niveles de pH de 3,5 – 4,2 a los cuales se inhibe toda actividad bioquímica, quedando en ese
momento estabilizada la masa de silo.

Preparación de silos
Una vez cosechado el forraje, éste se deja de acuerdo con la suculencia de uno a tres días pre-
marchitando, para que pierda el exceso de humedad y luego se pica. Para la preparación de silos,
se utilizan bolsas plásticas para silos de 100 y 500 Kg., además de estañones metálicos o plásticos,
donde se introduce el forraje picado. Se agregan capas a cada 20 cm de altura y entre capa y capa
se agrega aproximadamente 1 Kg. de melaza como aditivo fermentable, 1 Kg. de afrecho, 1 Kg. de
harina de coquito o de algodón, posteriormente se aplica vacío o se compacta y así se continúa
sucesivamente. Cuando se observa que la bolsa se adhiere al pasto, se dejó de colocar vacío o
compactar, luego se cierra herméticamente con un nudo y se identifica con la fecha y el tipo de
material. El proceso de fermentación se produce a los 10 días, luego de esto, se puede abrir o
mantener almacenado hasta por más de 12 meses. Cuando se abre el silo es necesario observar el
color y el olor. El color debe ser verde amarillento y el olor es agradable picante, a fermento. Una vez
abierto el ensilaje, se debe utilizar lo que se ocupa y luego volver a taparlo con el mínimo de aire
posible hasta consumirlo todo.
Todas las prácticas recomendables a la hora de hacer un ensilado de forrajes tienen por objetivo el
reducir en el tiempo la fase aeróbica y favorecer la fermentación láctica en la fase anaeróbica
descrita.
Las siguientes recomendaciones están enfocadas hacia los factores que podemos controlar y/o
monitorear, algunos de estos factores son:
 Estado de madurez de la planta en el momento de la corta
 Contenido de humedad
 Tamaño de partícula
 Transporte y llenado del silo
 Apisonado de la masa a ensilar
 Evitar contaminaciones del silo
 Uso de aditivos
 Tipo de silo
 Sellado del silo
 Manejo del silo
Estado de la planta en el momento de cosecha
El objetivo a conseguir es que el conjunto de la masa a ensilar alcance un contenido en materia seca
del 30 – 35%. En esos momentos la mazorca y la tusa presenta un contenido en materia seca
cercano al 50% y aportan un 55% a la producción final de materia seca. El resto de planta tiene un
contenido en materia seca cercano al 25% aportando el 45% de la producción final de materia seca.
Si se cosecha con un contenido total de materia seca inferior al 30%, las pérdidas de hidratos de
carbono (energía) por la emisión de efluentes pueden llegar a ser importantes. Así mismo, la planta
recolectada en esas condiciones todavía es capaz, en pie, de incrementar su producción y calidad
por incremento del contenido de almidón en el grano.
Recolectar con materias secas superiores al 35% supone un mayor cuidado en el picado del maíz
para facilitar el apisonado, menor calidad (digestibilidad, contenido en fibra) de la fracción de planta
sin mazorca, mayor velocidad de avance del frente de ataque del silo al des ensilar y lograr romper
todos los granos de maíz para facilitar su absorción en el tracto digestivo de los animales.
En el caso del maíz, el corte se realiza cuando el elote está en estado lechoso, que por lo general es
a los 60 días, y el sorgo a los 50 días.

Contenido de humedad del forraje (deshidratación o presecado)


Al ensilar forraje con menos de 30% de MS se puede crear un ambiente totalmente anaeróbico, más
apropiado al desarrollo de clostridios que a organismos microaerofílicos como las bacterias lácticas.
Por otra parte, el agua y los nutrientes hidrosolubles son arrastrados al fondo y escurren en el
efluente fuera del silo. Mhere et al. (1999) encontraron que al aumentar el período de marchitez
dentro de un plazo de 12 horas no tenía efecto sobre la digestibilidad de ensilajes de forraje mixto de
sorgo/leguminosa y de pasto Kikuyo/leguminosa y que el pH aumentaba significativamente. El
contenido inicial en MS de estos ensilajes era de cerca 30% o más y después de 6 horas de
marchitez subía a 40% o más. Esto permite concluir que tratar de marchitar en el campo forrajes que
ya están relativamente secos puede inducir a una mala fermentación, posiblemente causada por una
compactación menos efectiva en el silo.
Si el período para inducir la marchitez se extiende por varios días, se perderán carbohidratos
solubles, el contenido de Nitrógeno de la proteína puede disminuir y puede aumentar la
delaminación de los aminoácidos.
Otro factor que puede ser importante es el tipo de silo. En fosas o trincheras, se pierden grandes
cantidades de efluentes cuando el forraje ensilado está muy húmedo e incluso pueden convertirse
en un agente contaminador; en tales casos la técnica de marchitar el forraje puede ser benéfica. En
silos donde el forraje queda herméticamente sellado, particularmente en silos pequeños, el efluente
no escapa. Concluyendo, la marchitez del forraje parece ser necesaria solo si este se encuentra muy
húmedo, si las condiciones permiten un secado rápido y si los silos son de gran tamaño.

Tamaño del picado


Al momento de compactar el maíz en el silo, el tamaño de partícula es muy importante debido a que
si el tamaño de partícula es demasiado grande se va a dificultar la compactación porque queda
mucho aire atrapado entre las capas de maíz picado y si queda mucho aire se producirá una
fermentación aeróbica que es perjudicial para un buen ensilado.
Efectuar un tamaño de picado que se encuentre por arriba de 10 mm y por debajo de 20 mm (1,5 cm
en promedio). El tamaño de partículas deseable para conseguir un buen apisonado del silo, varía en
función de la materia seca de la masa a ensilar, siendo deseable una mayor finura de picado cuanto
mayor es la materia seca del producto.
Respecto a las características físicas de la dieta, el tamaño de partícula tiene influencia sobre el
consumo de alimento. El objetivo es tener un tamaño tal, que la vaca lo consuma sin discriminar,
esto quiere decir que la ración (TMR) debe tener una presentación que no permita selectividad. Si el
tamaño de partícula es muy grande, las vacas tenderán a seleccionar alimento más fino y al final
quedarán residuos de mayor tamaño que debieron haber sido ingeridos como parte de la ración
integral y que las vacas difícilmente consumirán.
Por otra parte, un picado excesivamente fino puede provocar trastornos digestivos (acidosis) en los
animales alimentados con ese material debido a una falta del reflejo de rumia y una mala valoración
de ese alimento en el tracto digestivo del rumiante. La forma en la que están afectados los granos de
maíz después del picado para que sean bien metabolizados por el animal depende del estado
fenológico en el momento de cosecha.
Transporte y llenado del silo
Se debe tener presente la distancia que hay entre el lugar de almacenamiento del ensilaje y la
distancia de suministro al ganado. De acuerdo a esto, es que se debe elegir el tipo de silo.
Indistintamente del tipo de silo que se elija, a la hora del llenado se debe realizar una buena
compactación con el fin de eliminar la mayor cantidad posible de aire para obtener una buena
fermentación (ver figura 3). En el caso de silos grandes como el de trinchera o montón, no se debe
durar más de 3 días.
Figura 3. Llenado y compactado del silo con el uso del pisón

Uso de aditivos
La razón para usar aditivos es la de mejorar la preservación del ensilaje al asegurar un predominio
de las bacterias lácticas durante la fase de fermentación. Los aditivos se dividen en tres categorías:
1) estimulantes de la fermentación, como los inoculantes bacterianos y las enzimas; 2) inhibidores
de la fermentación, como los ácidos propiónico, fórmico y sulfúrico; y 3) aportes de substrato o
fuentes nutritivas, como grano de maíz, melaza, urea o amoníaco anhidro.
Los inoculantes bacterianos tienen varias ventajas sobre otros aditivos: bajo costo, seguridad en el
uso, baja dosis de aplicación y ausencia de residuos y de daños ambientales. No obstante, los
resultados de su aplicación son variables, lo cual probablemente se deba a diferencias en las
condiciones del ensilaje durante la aplicación. Se ha observado que cuando se les aplica en
combinación con enzimas que degradan la pared celular y el almidón dando así más carbohidratos
para la fermentación láctica, aparentemente mejora la fermentación y el valor nutritivo del ensilaje de
gramíneas y leguminosas tropicales.
La melaza es la fuente de carbohidrato más frecuentemente usada como aditivo. Es útil para
suplementar forrajes con bajo contenido en carbohidratos solubles, como leguminosas y gramíneas
tropicales. Se han obtenidos buenos ensilajes al agregar melaza en dosis de 3 - 5%.
Es importante la adición de Urea (NNP) en 0,5% del volumen del forraje verde a ensilar, para
aumentar el nivel de proteína microbiana ruminal y disminuir su deterioro aeróbico.
Sellado y manejo del silo
El silo debe quedar bien sellado con el fin de evitar el intercambio gaseoso (entrada de aire) lo que
provocaría una pérdida en la calidad el ensilaje. Para ello puede usarse plástico grueso y oscuro con
un buen sello a los lados en el caso del silo de trinchera o bien, un plástico usado como tapa sobre
el estañón, sujetado alrededor con una liga o banda de hule de neumático. En el caso de silos en
bolsas plásticas se debe verificar que no contenga huecos o en su defecto, se deben sellar con cinta
adhesiva. El silo de bolsa es conveniente amarrar el moño con una liga de neumático y luego voltear
el moño hacia abajo y forma de U invertida (Ω) para evitar que ingrese algún líquido (ver figura 4).
Todo silo debe quedar cercado o protegido de los animales, para evitar la ruptura de los plásticos.
En el caso del ensilaje de maíz, se recomienda usar estañones para evitar daños por roedores.

Figura 4. Silo sellado o amarrado con liga de hule y con fecha de preparación.

Caracterización organoléptica de los ensilados


En el cuadro 1, se muestra una serie de características de los ensilados en función de las
fermentaciones ocurridas y de los estados de conservación. Puede ser de utilidad a la hora de
valorar la calidad y el uso que debemos dar a los forrajes ensilados.
Cuadro 1. Características organolépticas de los ensilados según las fermentaciones ocurridas.
Características Fermentación Fermentación Fermentación Calentado Mohoso
Láctica Butírica Pútrida
Color Amarillo- Verde oscuro a Verde oscuro a Marrón Manchas
verdoso pardo negro blancas
Olor Agradable, Desagradable, no Repulsivo Caramelo, Rancio, no
picante picante color tabaco picante

Textura Firme, Blando, Blando, Floja Floja,


compacto viscoso gelatinoso gelatinosa
pH 3,5 – 4,2 > 4,5 >5 Variable >5
Aceptabilidad Buena muy baja rechazo buena rechazo
Valor nutritivo Alto regular muy bajo, bajo muy bajo,
tóxico tóxico
Aceptabilidad Buena muy baja rechazo buena rechazo

Figura 5. Color amarillo – verdoso que debe tener un buen ensilaje (foto de Mangado, U).

Ensilaje de Maíz
Para obtener un buen ensilaje de maíz se deben tener en consideración los siguientes aspectos:
El maíz (Zea mays) es el cultivo más empleado como fuente de forraje en los sistemas de
producción bovina mediante su conservación (ensilaje), debido a un alto rendimiento de
biomasa/área, de 35 - 95 TM/Ha, alto contenido de carbohidratos, los cuales favorecen el proceso
fermentativo; sin embargo, el aporte proteico al sistema ruminal es restringido.
El momento óptimo de corte del maíz para su ensilaje, se sitúa entre el 30 y el 35% de contenido en
materia seca, tanto desde el punto de vista productivo como de la calidad del forraje. En el primer
caso, un contenido más elevado en materia seca conlleva una planta cada vez más seca, donde el
incremento en el peso de la mazorca y el grano se contrarresta con la senescencia de las partes
vegetativas de la planta, por lo que la producción se estabiliza para luego empezar a disminuir. En
cuanto a la calidad, es indudable que con la madurez disminuye la digestibilidad de la materia seca
(MS) de la fracción vegetativa y de la propia pared celular, pero esta disminución se ve compensada
por el incremento en almidón de la fracción de la mazorca y por lo tanto, merece la pena esperar
hasta ese momento.
La aptitud del ensilaje de maíz, es buena debido a que no le faltan carbohidratos para ser
transformados en ácido láctico, presenta un bajo poder tampón que permite que el pH baje
rápidamente y porque al ensilar el contenido en materia seca es elevado. Los ensilados de maíz
deben poseer un pH bajo, cercano o por debajo de 4 y los contenidos en nitrógeno amoniacal y en
nitrógeno soluble deben ser inferiores al 10% y al 50% del nitrógeno total, respectivamente.
Desde el punto de vista nutritivo, el ensilado de maíz es un alimento de un elevado valor energético,
bajo valor proteico y bajo contenido en minerales. El contenido en almidón es elevado, no siendo un
forraje que aporte un alto contenido en carbohidratos estructurales. En la actualidad se ha
comprobado que el 70% del valor nutritivo del ensilaje de maíz está dado por el grano que contiene.
El maíz posee amplio poder de almacenar carbohidratos o azúcares (en especial sacarosa, glucosa
y fructosa). Estos azúcares al fermentar mediante la liberación de los contenidos de la planta por
picado, compactación y acción de bacterias naturalmente presentes en el forraje, producen en último
término, energía que es su principal característica.
Dado el bajo contenido proteico del ensilaje de maíz y que no ha sido posible aumentarlo vía
mejoramiento genético, éste es factible de aumentarse mediante la agregación de Nitrógeno No
Proteico (NNP). La forma más corriente de esta fuente es la Urea, disuelta en una cantidad reducida
de agua para facilitar su aplicación, lo cual se puede hacer en mezcla con melaza. Se emplea en
cantidad de 0,5% del material verde que se ensila (siempre que el contenido de M.S. del forraje sea
cercano al 30%). Con ello se ha logrado buenos resultados en alimentación de bovinos de leche y de
carne. Su agregación al momento de ensilar tiene ventajas: mejor distribución; reducción de la
proteólisis (rompimiento de las proteínas del material a ensilar); aumento del contenido de proteína
microbiana (el NNP alimenta a la flora microbiana del rumen); mejora la estabilidad aeróbica del
ensilaje una vez que éste se abre y reduce la acidez del material ensilado.

El momento de la cosecha de maíz, es también importante. En general la literatura cita valores de 25


a 35% de M.S. como adecuados para ensilar. Ello generalmente ocurre en el estado de grano
lechoso a pastoso o pastoso a duro del cultivo. Los resultados obtenidos en alimentación de vacas
lecheras con ensilajes de maíz cosechados con estos tenores de M.S., producen un aumento en el
valor nutritivo, debido al mayor contenido de grano, lo cual se traduce además en un aumento en el
consumo y en la producción de leche.
Es importante que al suministrar ensilaje de maíz éste no sea el único componente de la dieta,
debido a que, en caso de vacas lecheras, se produce una disminución del contenido de materia
grasa de la leche. Ello se soluciona al ofrecer una ración balanceada que incluya heno y otros
alimentos. Lo mismo ocurre en el caso de los minerales. El maíz es bajo en contenido de minerales,
excepto en potasio y bajo en vitamina A.
De acuerdo con investigaciones realizadas, se ha observado que cosechando maíz a una altura de
aproximadamente 40 - 50 cm. se puede mejorar el contenido energético (ya que la cantidad de
almidón es mayor), el contenido de fibra disminuye y se obtiene mejor digestibilidad comparado con
maíz que se cosechó con una altura de corte de 10 a 20 cm aproximadamente.
El uso de alimentos de rápido potencial de fermentación y con capacidad de generar acidez, como
los alimentos concentrados y los ensilajes, usados en dosis superiores al 5% de su peso corporal,
reducen el tiempo total de rumia, no promueven la salivación (la saliva es el buffer más efectivo y
más natural).

Esta condición de acidez alimentaria suele afectar la salud y el equilibrio animal por varias vías:
1) Un rumen más ácido reduce el cociente acetato/propionato, el cual a su vez suele manifestarse
como una reducción en el tenor graso de la leche.
2) En un rumen acidótico, la digestibilidad de la fracción fibra (pared celular, FDN) del alimento se
reduce.
3) El rumen acidótico puede conducir a una reducción en el apetito, bajar y/o anular la motilidad
natural del rumen y precipitar un episodio de acidosis clínica.
El silo se puede suplir en cantidades de 4 a 10 Kg. por animal por día. Cuando se incrementa el
consumo a más de la mitad de la dieta diaria (el equivalente al 5% del peso del animal) es necesario
regular la acidez del rumen con algún estabilizador de pH.
La Acidosis Ruminal es un problema frecuente en la ganadería bovina, siendo su principal causa un
inadecuado manejo de la alimentación. Por ejemplo, raciones con alto contenido de granos
(concentrado) si bien permiten alcanzar mayores producciones de leche, ofrecidas de manera
prolongada pueden producir también alteraciones en los niveles del pH ruminal, los que generan
desequilibrios en la población microbiana, trayendo como consecuencias mermas en consumo,
producción y composición de leche.
Para neutralizar los niveles de acidez ruminal, el animal dispone de formas naturales como la
producción de iones fosfato y bicarbonato (agentes tamponantes principales) secretados en la saliva
que representa la mayor proporción de la capacidad tamponante del rumen.
También existen productos comerciales modificadores de fermentación ruminal que pueden ayudar a
neutralizar la acidez. Entre los principales de naturaleza mineral, con comprobada eficacia, se
encuentran:
a.- Buffers: Bicarbonato de sodio y Sesquicarbonato de sodio.
b.- Alcalinizantes: Oxido de magnesio.

Buffers
Este sistema tiene un pH que varía de 5,5 – 7,0; pero que es adecuado para la producción de leche
entre 6 – 6,8. Los buffers controlan la acidificación, pero no causan subidas de pH superiores a
determinado valor. Los más usados son el Bicarbonato de Sodio y el Sesquicarbonato de Sodio con
diferencias físicas y químicas (cuadro 2) reportándose en algunos casos una mejor respuesta en
control de acidez ruminal con respecto al segundo, a dosis similares según el gráfico 1 citada por
Jordán y Aguilar (1985). Esto significa que se obtiene un efecto semejante con una dosis menor por
animal de Sesquicarbonato de Sodio en comparación con Bicarbonato de Sodio.
Cuadro 2. Características de Bicarbonato y Sesquicarbonato de Sodio
Nombre Común Sesquicarbonato de Sodio Bicarbonato de Sodio

Fórmula Molecular NaHCO3 • Na2CO3 • 2H2O NaHCO3.

Sodio (%) 30.4% 27.1%


Grado de Pureza 100% Usualmente 100%,
dependiendo del distribuidor
Características Tiene 10% mayor capacidad buffer Higroscópico
Físicas que el bicarbonato (puede absorber humedad del aire)
No es Higroscópica Poco Polvo, dependiendo del tamaño
polvo de partícula

Gráfica 1: Evaluación Comparativa del uso de Bicarbonato de Sodio y Sesquicarbonato de Sodio, (Aguilar, 1985).

El Sesquicarbonato de Sodio, como se observa en el gráfico 1, puede provocar una menor variación
en los rangos de pH ruminal que el Bicarbonato de Sodio, lo que se traduce en condiciones
ruminales más estables, evitando las caídas de pH dentro de las primeras 5 horas post consumo de
alimento que son las más críticas.
Básicamente los buffers son compuestos químicos que resisten la acidificación del medio. Los
buffers resisten la acidez proveniente de los alimentos, de la fermentación microbiana del rumen, de
la digestión o la acidez que es producto de las secreciones digestivas normales.
El término buffer es normalmente utilizado con baja precisión. Los verdaderos buffers controlan la
acidificación (baja del pH), pero no causan subidas de pH superiores a determinado valor. Así el
Bicarbonato de Sodio, el Sesquicarbonato de Sodio, el Carbonato de Calcio (CaCO3) y la Bentonita
(Alumino Silicato) son buffers verdaderos.

Alcalinizadores
Por otra parte, los alcalinizadores también neutralizan la acidez, pero pueden causar importantes
aumentos de pH. El Óxido de Magnesio (MgO) es un alcalinizador, no un buffer verdadero. De todos
modos, en lechería son altamente poco frecuentes los problemas por alto pH, por lo que por una
razón de practicidad buffers verdaderos y alcalinizadores se agruparán genéricamente como
“buffers”. Sin embargo, los distintos productos ofrecidos genéricamente como buffers tienen distinto
modo de acción en el tracto digestivo.
El Óxido de Magnesio, el Bicarbonato y el Sesquicarbonato son los mejores buffers ruminales.
Mejoran el cociente acetato/propionato (Rel. A/P), al prevenir la caída de pH en rumen y así mejoran
la digestión de la fracción fibra. El Bicarbonato y el Sesquicarbonato son químicamente similares y
tienen efectos similares en todo sentido, por lo que la elección de uno u otros se hará en base a
consideraciones de calidad y precio de cada presentación.
El Carbonato de Calcio no reacciona bien y no es activo a pH superiores a 5,5; extremo poco
frecuente en el rumen. Sin embargo, el Carbonato de Calcio y el Óxido de Magnesio mejoran la
digestión del almidón a nivel intestinal, particularmente en dietas con elevados aportes de
concentrados. Si bien este efecto no es demasiado relevante en la mayoría de las dietas lecheras,
ambos buffers actúan elevando el pH en el intestino delgado, mejorando el medio en el que trabajan
las amilasas intestinales. Además, es una muy buena fuente de calcio en dietas altas en granos o en
ensilaje de maíz, todas dietas limitantes en contenido del macro mineral.
En rumiantes, la fibra de la dieta promueve la rumia y la producción de saliva, la que contiene entre
sus componentes naturales, Bicarbonato de Sodio y de Potasio, que ayudan a estabilizar el pH
ruminal. En condiciones normales con una adecuada provisión de fibra de 2,5 cm de largo, en
promedio de partícula o más (promotora de rumia) el pH ruminal fluctúa entre 6,0 y 6,5 aún con una
abundante producción de ácidos grasos volátiles (principalmente ácidos acético, propiónico y
butírico), producto de la digestión microbiana que ocurre en el rumen. Estos valores son
considerados normales y capaces de producir un adecuado cociente Acético/Propiónico (relación
A/P) precursor de la grasa presente en la leche.
El adecuado balance de la dieta teniendo en cuenta el contenido de FDA, la reducción de la
participación de los concentrados en dieta, la inclusión de una mayor proporción de heno con
tamaños mayores de partícula, mejoraron el tenor graso de la leche y reducen la respuesta al uso de
buffers.
Luego del parto es frecuente que la alimentación de las vacas sea cambiada de dietas con altos
tenores de fibra y media a baja densidad energética, a dietas limitadas en fibra con proporciones
medias a altas de concentrados para aumentar la densidad energética de las dietas y apoyar la alta
propensión a producción que muestran los animales en esta etapa. Estos cambios a dietas con
menor contenido de fibra suelen hacerse en forma bastante rápida, dando a los microbios de rumen
pocas posibilidades de adaptación, por lo que episodios de acidosis, de vacas indigestadas sin
consumir alimentos y hasta casos de torsión de abomaso son frecuentes. En este sentido es que la
utilización de buffers puede ayudar a disminuir estos desarreglos nutricionales (cuadro 3) y por esta
misma razón su utilización suele ser más efectiva en vacas en lactancia temprana que en otras
etapas del ciclo productivo.
Cuadro 3. Recomendaciones de uso de sustancias buffer en dietas de vacas lecheras.
Buffer En el En dieta total Total
concentrado (mezcla) (%)
(%) Kg./día

Bicarbonato 1,0 – 1,5 0,6 – 0,8 0,110 – 0,225

Oxido de Magnesio (MgO) 0,4 – 0,8 0,2 – 0,4 0,045 – 0,090

Bicarbonato + MgO (3:1) 1,0 – 1,5 0,6 – 0,8 0,110 – 0,225

Bentonita 3,0 – 5,0 1,5 – 2,5 0,680 – 1,000

Carbonato de Calcio 1,0 – 1,5 0,5 – 0,8 0,100 – 0,180

Los buffers tienen mejor efecto en promover el consumo total de materia seca, cuando son utilizados
en la mezcla total de alimento. Cuando el concentrado se suministre en la sala de ordeño, utilice los
valores más reducidos del rango, para promover bajo rechazo por palatabilidad y una mayor tasa de
consumo. Cuando el Bicarbonato se aplique en cobertura, no excederse de los 100 a 110g/vaca/día,
en al menos dos comidas, para disminuir los episodios de rechazo por problemas de palatabilidad.
Las vacas absorben el Sodio, Potasio, Magnesio y Calcio contenido en los buffers, por lo que es
conveniente chequear valores totales de suministro de los mismos para asegurarse de que no se
cometen excesos no recomendables en el consumo total de los mismos.
El buen manejo de los recursos de alimentación suele ser de la mayor ayuda en la prevención de
desarreglos nutricionales graves. La cosecha de cultivos para ensilar en su estado de mayor oferta
energética suele disminuir la necesidad de concentrado adicional posteriormente, igualmente
cambios en la política de suministro del concentrado suelen tener mayor efecto que los propios
buffers. Por ejemplo, cuando se deban suministrar altas dosis de concentrados, superiores al 45 a
50% de la dieta total el fraccionar esta oferta en un mayor número de comidas al día, de menor
volumen cada una, suele tener un apreciable efecto sobre el consumo total y sobre el tenor graso de
la leche. El uso de concentrados con mayor aporte de fibra y menor de almidón, como el afrecho de
arroz, trigo y aún la semilla entera de algodón (con fibra) ayudan a disminuir la carga ácida del
rumen. El mantenimiento de la estabilidad en la oferta de nutrientes, minimizando la necesidad de la
microflora ruminal de adaptarse y readaptarse constantemente, también colabora a disminuir las
oportunidades de desarreglos de origen nutricional. Para que las distintas fuentes forrajeras cumplan
funciones como promotoras de la rumia, se recomienda que los ensilajes tengan tamaños medios de
partícula de 0,8 a 1,0 cm y un 15% de las partículas (base seca) con al menos 3,80 cm.
Resulta claro que los buffers no pueden sustituir el buen manejo de la alimentación de las vacas
lecheras, pero también es claro que el manejo cuidadoso de la alimentación se puede beneficiar de
modo muy importante, de la correcta utilización de esta herramienta técnica.

Consideraciones finales
El uso de sustancias buffer será probablemente de más ayuda, cuando:
1) El uso de concentrados sea el 50% o más de la dieta total
2) No se utilice heno
3) Se utilice mucho ensilaje con picado de precisión
4) Se haga generoso uso de concentrados ricos en almidón
5) El ensilaje de maíz sea más del 50% de la dieta total (base seca)
6) La dieta total sea limitante en fibra total (inferior a 17 – 20% de FDA)
7) Se estén haciendo cambios muy rápidos de dieta

En condiciones de desarreglo no clínico de dieta evaluar el retorno de la utilización de buffers (ej. si


cambiar de 3,30 a 3,45% de grasa en la leche paga el costo, etc.). Si el cambio en grasa paga por el
buffer, el resto de los beneficios (mayor digestibilidad de la misma comida, mejoras en la salud del
rumen y patas, etc.) resultarán en un beneficio adicional del uso de esta herramienta técnica.
El uso de buffers en vacas en lactancia tardía suele ser de beneficio nulo, ya que esta categoría
puede hacer un mejor y muy eficiente uso de alimentos más fibrosos y bastos.

La probabilidad de éxito con el ensilaje de gramíneas y leguminosas tropicales:


Las gramíneas y leguminosas tropicales no son forrajes ideales para ensilar, sobre todo porque en el
momento del corte poseen una escasa Concentración de Carbohidratos Solubles (CHS) que son
indispensables para el éxito del ensilaje (Cuadro 4). Por esta condición el ensilado tiene una alta
capacidad tampón, dejando las proteínas susceptibles a proteólisis (Woolford, 1984).
No obstante, diversas técnicas permiten mejorar el contenido de carbohidratos solubles, reducir la
capacidad tampón y prevenir la proteólisis, facilitando la obtención de un buen ensilaje. Estas
técnicas incluyen:
1) Mezclar leguminosas con los cultivos de cereales.
2) Dejar marchitar el forraje cortado.
3) Usar aditivos en el proceso de ensilaje.
4) Emplear silos pequeños.

Cuadro 4. Carbohidratos hidrosolubles en forrajes ensilados (valores medios seguidos del rango
entre paréntesis).
Cultivo CHS - promedio (Rango) (g/kg MS) Referencia
Raigrás 79 (5 - 220) Thomas y Thomas, 1985
Maíz 350 (280 - 510) McDonald et al., 1991
Sorgo granífero 75 (56 - 132) Havilah y Kaiser, 1992
Sorgo forrajero dulce 220 (180 - 250) Mhere et al., 1999
Pasto Kikuyo 31 (23 - 41) de Figueiredo y Marais, 1994
Alfalfa 15 (4 - 20) Waldo y Jorgensen, 1981

El ensilaje de maíz tiene un papel importante como forraje en muchos países. Las razones que
explican la popularidad alcanzada por el ensilaje de maíz son su elevado rendimiento en una sola
cosecha, la facilidad para ensilarlo y el alto contenido de energía de su forraje. Su mayor deficiencia
es el bajo contenido en proteína bruta, comúnmente entre 70 a 80 g/Kg de materia seca.

Bibliografía:
 ROMERO Y., Oriella. Estacionalidad en la producción de forrajes. En: Ganadería y Praderas
[en línea] Nov-Dic, 2006. http://www.inia.cl/medios/biblioteca/ta/NR34021.pdf.

 MENDEZ MORENO, Luis E. Principios fundamentales del ensilaje. En: tecnología: Revista
Ganadería Colombiana. Vol. 1, No. 9 (diciembre 2002); p. 12-14

 MACHADO. PINHEIRO, Luiz Carlos. Pastoreo Racional Voisin. Tecnología Agroecológica


para el Tercer Milenio. Edición 1. Editorial hemisferio sur, 2004. P. 103

 GUZMAN PEREZ, José Eduardo. Ensilaje y Henificación en el Trópico. 1 ed. Caracas: Espasande
S.R.L. editores, 1998. 319p
 GARCÉS MOLINA, Adelaida María et al. Ensilaje como fuente de alimentación para el ganado. En:
Articulo de Revisión: Revista Lasallista de Investigación. Vol. 1, No. 1 (junio 2004); p. 66-70

 ARAGÓN S., Rafael E. Conservación de Forrajes para alimentación de bovinos: Ensilaje y


Henificación. En: Programa de Transferencia de Tecnología: Corpoica. (2002); p. 1-16

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