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TESIS 7ª EL NUEVO TESTAMENTO

1. Introducción.
Historicidad de los Evangelios.
- La Iglesia afirma sin vacilar que los cuatro evangelios canónicos "transmiten fielmente lo que Jesús
Hijo de Dios, viviendo entre los hombres, hizo y enseñó" (DV 19).
- Los evangelios "tienen origen apostólico. Los Apóstoles predicaron por mandato de Cristo, luego,
bajo la inspiración del ES, ellos mismos y los varones apostólicos nos lo transmitieron" (DV 18).
- Los escritores cristianos antiguos se interesaron por explicar cómo realizaron este trabajo los
evangelistas: San Ireneo, Papías de Hierápolis, Clemente de Alejandría, Eusebio de Cesarea…
- S. II, Justino habla de las "memorias de los apóstoles o evangelios" que leían en la reunión litúrgica.
- Otros escritores ya nos dicen que los evangelios apostólicos eran cuatro y solo cuatro. Así, Orígenes.
Ireneo: "El Verbo…, nos ha dado el evangelio cuadriforme, mantenido, por un solo Espíritu".
- El evangelio es uno, la forma es cuádruple. La idea se expresa en los títulos: no usan el genitivo de
origen («evangelio de…») sino con la expresión kata («evangelio según…»). Pluralidad en la unidad.
- Exégesis moderna, el Señor Jesús no envió a sus discípulos a escribir sino a predicar el evangelio.
Los Apóstoles y la comunidad apostólica lo hicieron así, y para facilitar la labor evangelizadora1.
- Conclusión: los evangelios son fieles a la predicación de los Apóstoles sobre Jesús y que la
predicación de los Apóstoles sobre Jesús es fiel a lo que hizo y dijo Jesús.

Relación del NT con el AT.


La Iglesia, en su tradición, esclareció la unidad del plan divino en los dos Testamentos gracias a la
tipología. Esta reconoce en la Antigua Alianza prefiguraciones de lo que Dios realizó en la plenitud de los
tiempos en la persona de su Hijo encarnado. El AT debe leerse a la luz de Cristo muerto y resucitado.
El NT exige ser leído también a la luz del Antiguo. La catequesis cristiana primitiva recurrirá
constantemente a él. El NT está escondido en el Antiguo, mientras que el Antiguo se hace manifiesto en el
Nuevo: "Novum in Vetere latet et in Novo Vetus patet".

2. Evangelios Sinópticos.
El género evangelio y la formación de los Evangelios (cuestión sinóptica).
Evangelios significa buena noticia. Hasta la mitad del siglo II el término evangelio no se utiliza para
designar a los evangelios escritos, sino a la proclamación de la buena noticia de Jesús. El Evangelio era un
término de la misión, que luego se usó para aclarar que relatos contenían la verdadera buena noticia.
Los cuatro evangelios presentan dos tradiciones. Los tres primeros (Mateo, Marcos y Lucas)
dependen de una misma tradición y se les llama sinópticos, pueden ser leídos en paralelo (Syn = juntamente,
oasis = visión). El evangelio de Juan es notablemente diferente en su contenido y estilo, reflejando una
tradición distinta. No obstante las diferencias, todos narran el ministerio de Jesús, recogen sus enseñanzas y
acciones y terminan con el relato de su muerte y resurrección.
En los orígenes hay tres etapas: 1º La vida de Jesús (6 a.C. – 30 d C.). 2º La generación apostólica
(30 – 70 d.C.), tradición conservada y transmitida de forma oral primero y luego escrita. 3º La segunda
generación cristiana (70 – 110 d.C.). La redacción de los evangelios, por la situación de las comunidades.
La cuestión sinóptica: podemos afirmar que los evangelistas contaron ciertamente con diversas
fuentes que en su mayoría no se conocen. El único hecho es que Mt y Lc utilizaron el evangelio de Mc. Es
muy probable que ambos evangelistas utilizaran la fuente de dichos (Quelle = fuente) que explicarían el

1
En el momento en que los apóstoles y los de su generación empezaban a desaparecer, "los autores sagrados escribieron los cuatro
evangelios escogiendo algunas cosas de las muchas que ya se transmitían de palabra o por escrito, sintetizando otras, o
desarrollándolas atendiendo a la condición de las Iglesias" (DV19).
acuerdo Mt-Lc contra Mc y que sería los “logia” de los que habla Papías, formados por discursos,
sentencias, etc. Además de estas dos fuentes, ambos evangelistas contaron con tradiciones propias (M =
material propio de Mateo; L = material propio de Lucas), que incluyeron en sus evangelios. Estos datos han
dado lugar a la hipótesis de las dos fuentes (Mc y Q) que trata de explicar las relaciones entre ellos.
M Mc Q L

Mt Lc
Mc es el evangelio más antiguo y utilizó tradiciones y colecciones anteriores. Mt y Lc, siguieron el trazado
básico de Mc e incluyeron las tradiciones procedentes de la fuente (Q) y otras tradiciones propias.

Estructura fundamental del evangelio de Mateo:


Tiene fama en la primitiva Iglesia. Posiblemente el texto griego actual se remontó a un escrito anterior en
hebreo o arameo atribuido a Mateo. La redacción actual, parece realizada por un judeo cristiano de lengua
griega, que conocía bien las escrituras y costumbres de Israel, fecha: década de los ochenta. Dirigido a una
comunidad de cristianos procedentes del judaísmo y del paganismo.
Estructura y tema principal: el Reino de Dios o de los cielos, que se revela en Jesús. Idéntico esquema al de
los otros dos sinóptico, con la confesión de Pedro en el centro señalando un antes y un después. El evangelio
se articula en torno a cinco grandes discursos de Jesús, enmarcados por los episodios de la infancia y los de
la muerte y resurrección de Jesús. Los 5 discursos: el de la montaña, el de la misión dirigida a los Doce
Apóstoles, el de las parábolas, del eclesiástico, y el escatológico, podrían evocar los 5 libros de la ley.
Argumentan que Jesús es el Mesías prometido, que ha venido a llevar la ley a su plenitud. Presenta sus
acciones y palabras a la luz de diversos textos del A.T. es por eso el evangelio del cumplimiento.

Estructura fundamental del evangelio de Marcos:


Marcos el primer en ser escrito, a él se le atribuye la creación del género evangélico, tal como se desprende
del título. Escrito probablemente en Roma (60-75). Para cristianos que están experimentando la persecución,
el evangelista les confirma que la fe en Jesús es la única que puede salvar. Como discípulo de Pedro, Marcos
proclama el mismo evangelio, igual que Pedro, también los destinatarios se salvarán si creen en Cristo.
Estructura: Comienzo del Evangelio de Jesucristo el Hijo de Dios (Mc 1,1) nos da una clave de
comprensión teológica. Desde el comienzo del evangelio hasta la confesión de Pedro, ¿Quién es Jesús?, la
profesión de Pedro es una primera respuesta: “Tu eres el Cristo”. Hasta la pasión, ¿Quién es el Cristo? Jesús
va revelando su misión como Mesías que debe morir en la cruz y luego resucitar. La plena revelación, el
centurión romano al pié de la cruz: “este hombre era el Hijo de Dios”. Temas centrales de su cristología.
Jesús es el Cristo, lo confirman sus obras mesiánicas. Pero Jesús pide silencio, porque su mesianismo no
debe entenderse en un sentido temporal y político, sino a la luz de la cruz, secreto mesiánico.
Jesús es el Hijo de Dios. Enmarca todo el evangelio, del título a la confesión del centurión. Lo confirma la
voz del Padre en el bautismo y en la transfiguración y lo prueban los milagros.
El discipulado: la confesión cristológica exige una participación existencial en la persona de Jesús, el
discípulo debe creer en Jesús y seguirle, sabiendo que la nueva identidad cristiana se entiende desde la cruz.

Estructura fundamental del evangelio de Lucas:


Junto con los Hechos constituyen una sólo obra atribuida a Lucas, médico antioqueno, seguidor de Pablo.
Escrito en un elegante estilo griego, de historiador, van dirigidos a Teófilo. Se sirvió de diversas fuentes.
Redactada quizá en Acaya, Boecia o Siria, hacia los años 80 y 90. Se dirige a cristianos procedentes de la
gentilidad, comunidades relacionadas con la misión de Pablo, para enseñar la Hª de la salvación.
A) Evangelio: Visión universal del mensaje salvífico, Lucas incorpora a Jesús a la historia de la humanidad
(genealogía se remonta a Adán). En el contexto del impero Romano. Con él se ofrece la salvación a todos
los hombres, bajo la guía del Espíritu Santo, en la nueva comunidad: la Iglesia.
Estructura: inicia con los episodios de la infancia, luego se detiene más en la subida a Jerusalén. En la
ciudad santa se consuma la salvación y desde allí, como lo mostrará en los Hchs, se extiende a Samaría,
Judea, y Asia Menor, hasta llegar a Roma, el centro del mundo conocido. Jesús está en el centro del mundo
y del espacio, y lo está como Profeta (pasado), Salvador (presente) y Señor de la historia (futuro). Es quien
va a salvar al pueblo de sus pecados, se muestra en los gestos de la misericordia; se trata también de una
salvación universal incoada en el evangelio y desarrollada en los Hechos. Esto implica una actitud de
vigilancia por parte del cristiano. La espera de la Parusía, lleva a responder con una vida cristiana coherente.
B) Hechos de los Apóstoles: narra cómo la historia de Jesús continúa en la historia de la Iglesia, bajo la
guía del Espíritu Santo prometido por él. Describe las etapas del desarrollo del cristianismo en conexión con
los trabajos misioneros de los dos apóstoles más destacados, y de otros personajes. Es una crónica de cómo
se hace realidad el mandato de Jesús, ser sus testigos desde Jerusalén hasta los confines de la tierra.
Estructura: 1º La Iglesia en Jerusalén, 2º La Iglesia en las regiones vecinas, 3º La Iglesia entre los pueblos
de la gentilidad. En el centro el “Concilio de Jerusalén”: los cristianos de la gentilidad no deben someterse a
la circuncisión ni a la ley judía para salvarse, sólo en el nombre de Jesús se alcanza la salvación. Enseña que
Jesús glorificado y exaltado por su resurrección, continúa presente en su Iglesia. A él se confiesa como
Señor, Salvador, Siervo sufriente, Justo, Santo, Cristo –Mesías-. Títulos que manifiestan su ser divino y su
misión redentora. La presencia del ES que desde Pentecostés guía a la Iglesia recorre todo el libro. El tiempo
de la Iglesia aparece como el tiempo del ES, que da vida, fuerza y consuelo. La Iglesia es el instrumento de
Dios, el verdadero Israel, esencialmente misionera, abierta a todo el mundo. La historia de Jesús continúa en
la Iglesia a través de los apóstoles. Será la pauta que las futuras generaciones de discípulos deberán seguir.

3. Las cartas paulinas. Grandes temas de la teología paulina.


Cronología aproximada de las cartas:
1ª y 2ª Tes, año 50-52, en Corinto.
1ª y 2ª Cor, años 56-58, la 1ª en Efeso y la 2ª en Macedonia.
Gal y Rom años 57-58, en Corinto.
Col, Ef, Flm, Flp años 57/58-63, en la cautividad de Roma.
1ª Tim, Tit años 65-66, en Macedonia.
2ª Tim año 67, en la cautividad de Roma.
Hebreos, antes de la destrucción del templo de Jerusalén, año 70.

Grandes temas de la teología paulina (principales núcleos teológicos).


Contenido escatológico: es decir, todo lo referente al hecho y a las circunstancias de la consumación de la
historia de la salvación. Es una temática presente sobre todo en las cartas a los Tes y en el cap 15 de 1 Cor.
Contenido soteriológico: lo referente al papel de Dios -a través de Cristo- y del hombre en el proceso de
salvación. Gal y Rom pueden considerarse las cartas paulinas más significativas sobre el particular.
Contenido cristológico: qué lugar ocupa Cristo en los planes salvadores de Dios y cómo ha intervenido
Cristo en su realización. En Flp, Col y Ef la figura de Cristo adquiere perfiles realmente admirables.
Contenido eclesiológico: Papel que Dios, por medio de Cristo, ha confiado a la Iglesia, es el empeño de
llevar a buen término la salvación integral del hombre. Destaca en 1-2 Corintios, Efesios y Pastorales2.

Las grandes cartas


1ª y 2ª Tesalonicenses: aunque escritas en momentos distintos, comparten un marcado sello escatológico
por su temática y la coloración escatológica de la cristología (Cristo vinculado a la Parusía y al Juicio).
1Ts. Escrita desde Corinto en torno al año 50/51. Exhorta al amor mutuo, a la necesaria apertura a la acción
del Espíritu Santo, y a la sobriedad y la vigilancia. Temática escatológica, cuya consideración responde a la

2
A los cuatro contenidos debe unirse las consecuencias ético-morales: el cristiano es un hombre nuevo en Cristo y esto tiene
implicaciones en todos los órdenes de la vida individual y social.
suerte de los cristianos que habían muerto ya, antes de la Parusía; Pablo cree inminente la venida del Señor y
describe los efectos de salvación para los vivos y los difuntos.
2Ts. La inminencia de la Parusía en 1Ts motivó la composición de la 2, que responde a la expectativa
angustiosa de la venida del Señor: la venida no será inminente entre otras razones, porque antes tendrán que
producirse unos signos; una manifestación extraordinaria del mal, dirigido por un ser personal inicuo. La
angustia como la ociosidad deben ser sustituidas por una actitud vigilante.

1ª y 2ª a los Corintios: Entre los años 54 y 57 desde Éfeso el apóstol hizo frente a las muchas dificultades
surgidas en Corinto tras su marcha. A una carta perdida y muy poco eficaz siguió 1Cor, en la que responde a
las consultas de los propios corintios y a otros problemas, bastante más graves, que se enteró por terceros.
1º el contenido central del Kerigma y algunos niegan la resurrección de los muertos, 2º La unidad de la
comunidad: partidismo, la carne inmolada a los ídolos, la actitud insolidaria en la cena del Señor y la
experiencia carismática. 3º Comportamiento: acudían a tribunales civiles, problemas referentes a la
sexualidad. Tampoco 1Cor logró calmar la situación que más bien se complicó por una nueva carta, esta vez
dura y escrita con lágrimas que se perdió, hay una visita relámpago del propio Pablo. El envío de Tito,
devolvió la calma a la comunidad, acallando las críticas de algunos contra el apóstol; enterado en Macedonia
del cambio, vuelve a escribirles una carta que lleva el sello de la consolación (al menos 2Cor 1,1–8,24
(9,15)). Escrito sobre el misterio de la nueva alianza, muy superior a la de Moisés, porque en Cristo, Dios
cumple. Les invita a participar en la colecta, luego hay un cambio, llegada de misioneros judaizantes y
reaparición de la oposición, este hace una encendida defensa de su ministerio apostólico.

Carta a los Gálatas: La presión de los misioneros judaizantes arreció en Galacia, evangelizada por Pablo.
Por su buena fe los gálatas se dejaron persuadir aceptando incluso la circuncisión. Pablo, probablemente
desde Corinto (57-58) enterado de lo sucedido escribió una de sus cartas más polémicas y apasionadas con
el deseo vivo de mantener a su comunidad en la pureza del evangelio que él les había predicado. Justificados
por la fe, quiere demostrar con energía el carácter exclusivo de la fe en Cristo para acceder a los bienes de la
salvación, y la exclusión de la ley y de sus obras en orden a la justificación. Solo en Cristo hay salvación.
Carta a los romanos: El tema de la justificación reaparece en esta carta escrita desde Corinto (57-58),
pensando pasar por Roma en su proyectado viaje a Hispania. Pablo no fundo aquellas comunidades, pero
consideró su importancia para la difusión del evangelio. Escrito bien estructurado, marco: una humanidad
sometida al poder del pecado y necesitada de salvación. Frente a ello, Dios ha manifestado su justicia
salvadora en la cruz de Cristo y al margen de la ley, de modo que sólo por la fe en él pueden los humanos
ser justificados. La 2ª sección de la parte doctrinal, está centrada en el presente de los justificados: esperanza
en la salvación futura, pero transcurre bajo el signo de la lucha contra el pecado. Esa lucha se inserta lo que
toca al Espíritu, por cuya acción puede el bautizado salir victorioso. Esta parte se cierra sobre el misterio de
Israel, cuyo destino actual se convierte en advertencia para los gentiles convertidos; pero, Dios es un Dios
fiel y no se arrepiente de sus promesas.

Cartas de la cautividad.
Carta a los Colosenses y carta a los Efesios: Ambas cartas motivadas por una misma problemática.
Colosenses: escrita desde su primera prisión en Roma (63-64). Se dirige a una comunidad que no ha sido
fundada por él, sino por Epafras, el cual le informo de peligros que amenazaban a la comunidad,
infiltraciones de sectas pregnóstica que desvirtúan a Cristo e imponen prácticas judías. Pablo pone de
relieve la supremacía de Cristo con un himno cristológico de profunda densidad teológica que lo presenta en
cuanto creador y redentor, como cabeza de la Iglesia que es su cuerpo. Exhorta a los cristianos a mantenerse
fieles al evangelio. El texto continúa con una exhortación a la práctica de las virtudes cristianas.
Efesios: No se sabe si los Efesios son los primeros destinatarios, en algunos de los más antiguos
manuscritos falta “en Éfeso”. Explicaría el carácter impersonal de Efesios, en la carta no se hace alusión a
las circunstancias personales. Algunos piensan que en su origen era circular, a las iglesias de la provincia
romana de Asia, o la carta perdida a Laodicea. Desarrolla la teología expuesta en Col, el misterio de la
redención obrado por Cristo, y lo referente al misterio de la Iglesia cuerpo de Cristo, familia y edificación de
Dios. La segunda parte es una exhortación a conservar la unidad y la santidad de vida en todos los estados.
Carta a los Filipenses. Pudo ser escrita durante la cautividad de Pablo en Éfeso, aunque más probable
durante la primera cautividad romana (61-63). El inicio está impregnado de afecto y gratitud por la acogida
del evangelio y el amor a él, le enviaron a Epafrodito para aliviar su penosa situación. Aparece testimonio de
la existencia de funciones de dirección en las comunidades cristianas, un bello himno cristológico sobre el
misterio de Cristo. Exhorta a huir de los judaizantes.
Carta a Filemón: Probablemente escrita por Pablo en la 1ª cautividad romana (61-63). Intercede por un
esclavo de Colosas (Onésimo) convertido. El esclavo había huido de su dueño (Filemón), insigne cristiano a
quien Pablo escribe esta carta de recomendación. Apela a la caridad de Filemón. El apóstol declara que
todos son libres en el Señor y hermanos en Cristo, por tanto, el esclavo cristiano es hermano de su amo.

Cartas pastorales.
1 y 2 a Timoteo y Tito: Se denominaron cartas pastorales desde el siglo XVIII, escritas en el periodo que va
entre la primera y la segunda cautividad romana (65-67), están dirigidas a estos dos colaboradores de Pablo
para indicarles la función que ellos tienen en la instrucción, dirección y el rechazo de los errores.
Centralidad concedida a la muerte salvadora de Cristo, expresión de la voluntad salvífica de Dios. La Iglesia
aparece como casa de Dios, sostén de la verdad, a cuyo frente has sido puestas personas que actúan como
representantes de Dios; importancia del apóstol, garante de la vinculación con los orígenes, la necesidad de
que conserven el depósito de la fe y lo transmitan a hombres dignos de confianza: bases de la idea de
sucesión en el ministerio apostólico, vinculado al rito de la imposición de manos. Organización eclesial a
medio camino entre la dirección colegial de presbíteros-obispos y la dirección única de carácter episcopal.
Carta a los Hebreos. En Oriente no se dudó de su canonicidad, en Occidente sí. Es en realidad una preciosa
homilía, escrita probablemente antes del año 70 por un cristiano de origen judío formado en la diáspora. Nos
presenta a los fieles de Judea atraídos por la solemnidad del culto del templo. El redactor quiere mostrar la
superioridad de la ley evangélica y de su culto sobre la ley y el culto mosaico. Discurso de simetría
concéntrica, presenta a Cristo como, Hijo de Dios y Sumo sacerdote de la nueva alianza, del orden de
Melquisedec, ha sido perfeccionado por el sacrificio de su propio cuerpo, que ha obtenido el perdón de los
pecados. Cada punto doctrinal va seguido de una exhortación. Las citas del AT están tomadas de los LXX,
la exégesis varía: literal, alegórica.

4. Escritos Joánicos:
La tradición atribuye al hijo del Zebedeo un evangelio, tres cartas y el Apocalipsis. El vocabulario y
ambiente vital común apuntan a unas comunidades con características propias, dependientes de la figura
apostólica del “discípulo amado”. La tradición las sitúa en el entorno de Éfeso, a finales del siglo I.
El Evangelio de Juan.
Planteamiento teológico distinto al de los sinópicos. Tradición redaccional independiente de los sinópticos.
Se identificó al discípulo amado con el apóstol Juan. El relato adquirió gran autoridad, influyendo en las
doctrinas cristológicas y trinitarias de la Iglesia. La narración gira en torno a la condición de Jesús como
verbo encarnado, Hijo de Dios eterno y preexistente, que se hizo hombre para revelar al Padre y dar la vida
eterna mediante su muerte y su resurrección a quienes creen en él. El ministerio de Cristo se centra en Judea
y en la actividad de Jesús en Jerusalén, a donde sube tres veces, también refleja la actividad de Jesús en
Galilea y Samaría. No hay apenas alusiones al Reino, ni las parábolas, presenta la autorrevelación de Jesús
mediante largos discursos y mediante signos, siete. La pasión se entiende como una glorificación.
Estructura: ideas fundamentales: la realización del A.T. en el Nuevo; los temas de la Vida, del Pan de vida,
de la Luz, de la Verdad, del Amor, etc, que expresan la acción salvadora de Cristo. Dos partes, precedidas
del prólogo. Libro de los signos: una manifestación progresiva de Jesús como Mesías mediante signos,
frente a los judíos que le rechazan. El libro de la pasión (de la Hora o de la Gloria): muestra la manifestación
de Jesús como Mesías e Hijo de Dios, en su pasión, muerte y resurrección, la “hora” de Jesús.
La finalidad del evangelio es fortalecer la fe de los creyentes de que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y
para que creyendo tengan vida en su nombre. Su teología parte de la encarnación. El Hijo de Dios, el Logos,
la Palabra, revelador del Padre, el Mesías, el Rey de la salvación, el Profeta prometido, el Cordero de Dios,
el Hijo del Hombre, que juzga y comunica el ES. Clave de agape. La virgen María es el modelo de fe.
Las cartas de San Juan:
Las tres cartas atribuidas a Juan están emparentadas teológicamente con el evangelio y fueron escritas
probablemente en torno al año 100. La primera revela las tensiones dentro de la comunidad por la aparición
de quienes no entendían las consecuencias de lo que la Palabra había obrado en la carne. Se centra en el
tema de la auténtica comunión con Dios, con Cristo y con los hermanos. La segunda y la tercera carta están
dirigidas por el Presbítero a una Iglesia local (la señora elegida y a sus hijos) y a Gayo, respectivamente. La
segunda, exhorta a la caridad fraterna y advierte de los peligros de los herejes. La tercera anima a Gayo a
mantenerse fiel y seguir acogiendo a los predicadores itinerantes.
El Apocalipsis:
Único libro del NT de carácter profético. Bajo la forma literaria apocalíptica aborda la cuestión de los
últimos tiempos –cuando triunfará el bien y será derrotado el mal- y el recurso a simbolismos (del reino
animal, de los astros, de expresiones numéricas, etc.) para describir la historia pasada y presente,
proyectándolos a la vez a los tiempos finales. Apocalipsis (etimológicamente: revelación). Es también un
libro de consolación, surgido en un periodo de dificultades. La fe en la resurrección de Jesucristo es el objeto
de la revelación y la clave hermenéutica de la historia, su victoria sobre la muerte ha inaugurado ya el
tiempo nuevo y definitivo del señorío de Dios. Dirigido a la Iglesia universal simbolizada en las siete
Iglesias de Asia: Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardes, Filadelfia y Laodicea. Pone en guardia a los
cristianos contra los peligros que existían para la fe en un ambiente de sincretismo religioso.
Estructura: dos amplias partes: Prólogo, 1ª Cartas a las siete Iglesias en donde se muestra que la historia sólo
recibe su sentido a partir de un acontecimiento: la pascua de Cristo. 2ª Las visiones escatológicas donde se
ofrece una interpretación profética de la historia que se desarrolla en cinco cuadros, Epílogo, que contiene
un diálogo entre Jesús y la Iglesia.

Cartas Católicos.
Carta de Santiago: Escrita en un griego culto con claro trasfondo semita que refleja la unidad entre el
Antiguo y el NT en el contexto de la nueva fe. La enseñanza que da coherencia a todo el escrito es la
coherencia y la fe entre las obras del creyente.
1ª Carta de San Pedro: Enseña lo que ha de ser la presencia cristiana en el mundo y muestra la misión y
cohesión de la primitiva Iglesia en medio de una sociedad alejada de Dios. Escrita probablemente en Roma,
a modo de una catequesis bautismal, sus destinatarios son fieles de diversas regiones de Asia Menor que son
perseguidos. Por el bautismo, el cristiano está incorporado a Cristo y participa de su misterio pascual.
2ª Carta de San Pedro: se discute la autoría petrina, utiliza la carta de Judas. La carta refleja el esfuerzo de
los primeros cristianos por vivir fielmente la fe recibida por la tradición apostólica. Junto con la refutación
de algunas teorías erróneas sobre la segunda venida de Cristo presentadas por algunos falsos maestros y las
consiguientes exhortaciones morales, destaca la enseñanza sobre la inspiración de las Escrituras, rechaza la
interpretación privada de los escritos sagrados y afirma la necesidad de entenderlos en la tradición.
Carta de San Judas: trata de contrarrestar las falsas doctrinas que propugnaban la salvación más fundada
en el conocimiento que en la fe recibida por la tradición. Escrito cuya autoridad radica en provenir de un
pariente de Jesús. La carta sale al paso de la separación entre fe y vida, que justifica una conducta libertina.

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