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Unidad 12

El Nuevo Testamento
Aprenderemos:
1. Ideas básicas sobre el contenido del Nuevo Testamento.
2. Algunos personajes del NT.
3. El amor de Dios sobre las personas, reflejado en los escritos del NT.
4. Conocer algunos textos; basta con leerlos y comentarlos.

El Nuevo Testamento
Contiene 27 libros. Es el conjunto de los libros inspirados y reconocidos como tales, que nos
hablan de Cristo y de los primeros tiempos de la vida de la Iglesia. Son:
- Evangelios Sinópticos: Mateo, Marcos y Lucas
- Escritos de San Pablo o paulinos: carta a los Romanos, 1 y 2 Corintios, Gálatas, Efesios,
Filipenses, Colosenses, 1 y 2 Tesalonicenses, 1 y 2 Timoteo, Tito, Filemón, Carta a los Hebreos.
- Escritos de Juan o joánicos: Evangelio de Juan, cartas 1, 2 y 3 de Juan, Apocalipsis.
- Hechos de los Apóstoles.
- Cartas católicas: las de Santiago, 1 y 2 Pedro y Judas.

Los Evangelios narran acontecimientos que sucedieron en la realidad; son, pues, libros
históricos; pero, además, son expresión de la fe en Cristo de la comunidad en la que nacen y se
escriben, para que otros crean en Jesucristo.
Son, al mismo tiempo, la Palabra del Señor y la palabra que la comunidad dice sobre Jesús. Esto
les hace únicos.
Tras la muerte del Señor, los discípulos, que fueron testigos de su crucifixión, proclaman que
Jesús está vivo y que es el Hijo de Dios.
Los escritos del Nuevo Testamento son el resultado de esa proclamación de los discípulos, donde
expresan la fe en el Señor, y lo anuncian como la Buena Noticia -el Evangelio- que transformó
sus vidas. Fueron escritos en griego.
Las cartas de San Pablo son los primeros escritos del Nuevo Testamento: probablemente Pablo
ha muerto antes de que el primer evangelista, Marcos, haya escrito su evangelio.

Significado de la palabra Evangelio


Evangelio significa Buena Noticia. En la antigua Roma, Evangelio era cualquier mensaje o
noticia procedente del emperador. Lógicamente, toda noticia imperial había de ser buena: el
nacimiento de un príncipe, una victoria militar, etc.; pero podían venir del emperador también
malas noticias: subida de impuestos, una leva de soldados, etc.
Para los cristianos, la palabra Evangelio designa la Buena Noticia de que estamos salvados en
Jesucristo.
Evangelios son los cuatro libros que recogen el mensaje de Jesús y que contienen fielmente la
Buena Noticia de nuestra salvación.

Historia de los Evangelios


Los Evangelios son históricamente fiables. Narran la vida de Jesús, y a través de esos relatos
podemos conocer aspectos de la vida del Señor: su persona y sus obras.
La Constitución Dei Verbun del Concilio Vaticano II resalta de los Evangelios:
1. Su origen apostólico y el testimonio de los doce que estuvieron con Jesús.
2. Tienen valor histórico, derivado de la predicación oral que se remonta a
los orígenes de la comunidad primitiva, garantía de los testigos oculares. Los
Evangelios respetan las fuentes -como se deduce de los arcaísmos y la sencillez de
sus composiciones. No son libros de historia, pero todo lo que ofrecen es histórico.
Sin embargo, no hay una exactitud material: el mismo relato o la misma palabra es
transmitida de forma diferente por los diversos Ev. si el Es no concedió a los intérpretes
una perfecta uniformidad en los detalles, es que no daba a la precisión material
importancia para la fe; más aún intentaba esta diversidad en el testimonio.
3. Tienen una historia redaccional, pues se detectan varios estratos hasta su
redacción definitiva.

Los Evangelios sinópticos


A los tres primeros Evangelios, Mateo, Marcos y Lucas, se les llama Evangelios sinópticos. La
denominación sinópticos es utilizada para hacer referencia a tres de los cuatro Evangelios
canónicos, en concreto los de Mateo, Marcos y Lucas, en razón de su afinidad, y de sus semejanzas
en cuanto al orden de la narración y al contenido.

Sinóptico indica que los contenidos de estos tres Evangelios pueden ser dispuestos para ser
vistos juntos, bien en columnas verticales paralelas, bien en sentido horizontal.

El anuncio del Evangelio


Los Apóstoles transmitían el mensaje de Jesús a través de su enseñanza, las celebraciones y la
vida. Apóstoles significa “enviados” (autorizados) y “evangelistas”, que significa anunciadores.

Los documentos escritos más antiguos que atestiguan esta misión son las cartas del apóstol
Pablo a los fieles que él reunió en sus viajes de evangelización: las primeras de ellas se
escribieron por el año 50 d.C. Las cartas no narran la vida de Jesús, sino exhortaciones a la fe y la
práctica cristiana. En las cartas de Pablo encontramos referencias a la tradición de las primeras
comunidades cristianas sobre Jesús; en 1 Cor 15,3-4: sobre la muerte y resurrección de Jesús; 1
Cor 11,23-25, sobre el gesto profético que daba al pan y al vino de su última cena el significado
de su cuerpo y de su sangre entregado por todos los hombres. Pablo cita enseñanzas concretas
de Jesús, por ejemplo, sobre la indisolubilidad del matrimonio (1 Cor 7-10).

Para conocer qué es lo que predicaban los Apóstoles, podemos tener una mejor idea por los
llamados “discursos misioneros” o “Kerigmáticos” (del griego kerigna: anuncio), que el libro de
los Hechos de los Apóstoles pone en labios de los Apóstoles cristianos. Por ejemplo: Hc 2,14-36.
Este texto merece el nombre de mini-evangelio o kerigma cristiano. El evangelio así considerado
no es una filosofía, es un kerigma, una proclamación de Jesús, crucificado y resucitado, como
fuente de salvación (Hch 10,34-43. Rom 6,3-11; Jn 15,1-17. Etc.).

La predicación cristiana no se limitaba al kerigma, al primer anuncio de la vida, muerte y


resurrección de Jesús. Al poco tiempo surgieron otras formas literarias, generalmente orales,
en función de otras necesidades de los predicadores y de las comunidades.
Los evangelistas
Comenzaron a escribir los Evangelios por inspiración del Espíritu Santo varios años después
de la muerte de Jesús. No dicen todo lo que Jesús hizo y enseñó sino que escogen algo de lo
mucho que se transmitía de viva voz o en pequeños escritos.

A veces reducen los datos de la tradición, o lo amplían más, es decir, adaptan el mensaje de
Jesús a las necesidades del grupo de cristianos a quienes éste va dirigido. Pero todos ellos
conservan el estilo de la predicación de los Apóstoles: de ella nacieron y a ella quieren servir.

Tienen en cuenta la realidad histórica que relatan, siempre comunican“lo verdadero y auténtico
sobre Jesús” (Dei Verbum, 19), pero están más atentos a resaltar el sentido de las palabras y los
hechos de Jesús que a transmitir unas y otros con exactitud y detalle.

Jesucristo es la Palabra de Dios presente en la Iglesia


Decimos que Jesús es la Palabra hecha hombre, porque es Dios mismo hablando en la persona
de Jesús, que además de ser Dios era hombre como nosotros. Cuando Él predicaba, era Dios
quien nos hablaba. Por eso es importante leer con atención los Evangelios, pues en ellos se
recoge lo que dijo Jesús, aunque no todo, claro.

Solo se distinguía de nosotros en que era un hombre perfecto, todo lo hacía bien, nunca ofendía
a su Padre Dios. Cuando vamos a la iglesia y asistimos a la Eucaristía, en ella se lee la Palabra de
Dios; también cuando rezamos y en las catequesis.

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