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El Nuevo Testamento
Aprenderemos:
1. Ideas básicas sobre el contenido del Nuevo Testamento.
2. Algunos personajes del NT.
3. El amor de Dios sobre las personas, reflejado en los escritos del NT.
4. Conocer algunos textos; basta con leerlos y comentarlos.
El Nuevo Testamento
Contiene 27 libros. Es el conjunto de los libros inspirados y reconocidos como tales, que nos
hablan de Cristo y de los primeros tiempos de la vida de la Iglesia. Son:
- Evangelios Sinópticos: Mateo, Marcos y Lucas
- Escritos de San Pablo o paulinos: carta a los Romanos, 1 y 2 Corintios, Gálatas, Efesios,
Filipenses, Colosenses, 1 y 2 Tesalonicenses, 1 y 2 Timoteo, Tito, Filemón, Carta a los Hebreos.
- Escritos de Juan o joánicos: Evangelio de Juan, cartas 1, 2 y 3 de Juan, Apocalipsis.
- Hechos de los Apóstoles.
- Cartas católicas: las de Santiago, 1 y 2 Pedro y Judas.
Los Evangelios narran acontecimientos que sucedieron en la realidad; son, pues, libros
históricos; pero, además, son expresión de la fe en Cristo de la comunidad en la que nacen y se
escriben, para que otros crean en Jesucristo.
Son, al mismo tiempo, la Palabra del Señor y la palabra que la comunidad dice sobre Jesús. Esto
les hace únicos.
Tras la muerte del Señor, los discípulos, que fueron testigos de su crucifixión, proclaman que
Jesús está vivo y que es el Hijo de Dios.
Los escritos del Nuevo Testamento son el resultado de esa proclamación de los discípulos, donde
expresan la fe en el Señor, y lo anuncian como la Buena Noticia -el Evangelio- que transformó
sus vidas. Fueron escritos en griego.
Las cartas de San Pablo son los primeros escritos del Nuevo Testamento: probablemente Pablo
ha muerto antes de que el primer evangelista, Marcos, haya escrito su evangelio.
Sinóptico indica que los contenidos de estos tres Evangelios pueden ser dispuestos para ser
vistos juntos, bien en columnas verticales paralelas, bien en sentido horizontal.
Los documentos escritos más antiguos que atestiguan esta misión son las cartas del apóstol
Pablo a los fieles que él reunió en sus viajes de evangelización: las primeras de ellas se
escribieron por el año 50 d.C. Las cartas no narran la vida de Jesús, sino exhortaciones a la fe y la
práctica cristiana. En las cartas de Pablo encontramos referencias a la tradición de las primeras
comunidades cristianas sobre Jesús; en 1 Cor 15,3-4: sobre la muerte y resurrección de Jesús; 1
Cor 11,23-25, sobre el gesto profético que daba al pan y al vino de su última cena el significado
de su cuerpo y de su sangre entregado por todos los hombres. Pablo cita enseñanzas concretas
de Jesús, por ejemplo, sobre la indisolubilidad del matrimonio (1 Cor 7-10).
Para conocer qué es lo que predicaban los Apóstoles, podemos tener una mejor idea por los
llamados “discursos misioneros” o “Kerigmáticos” (del griego kerigna: anuncio), que el libro de
los Hechos de los Apóstoles pone en labios de los Apóstoles cristianos. Por ejemplo: Hc 2,14-36.
Este texto merece el nombre de mini-evangelio o kerigma cristiano. El evangelio así considerado
no es una filosofía, es un kerigma, una proclamación de Jesús, crucificado y resucitado, como
fuente de salvación (Hch 10,34-43. Rom 6,3-11; Jn 15,1-17. Etc.).
A veces reducen los datos de la tradición, o lo amplían más, es decir, adaptan el mensaje de
Jesús a las necesidades del grupo de cristianos a quienes éste va dirigido. Pero todos ellos
conservan el estilo de la predicación de los Apóstoles: de ella nacieron y a ella quieren servir.
Tienen en cuenta la realidad histórica que relatan, siempre comunican“lo verdadero y auténtico
sobre Jesús” (Dei Verbum, 19), pero están más atentos a resaltar el sentido de las palabras y los
hechos de Jesús que a transmitir unas y otros con exactitud y detalle.
Solo se distinguía de nosotros en que era un hombre perfecto, todo lo hacía bien, nunca ofendía
a su Padre Dios. Cuando vamos a la iglesia y asistimos a la Eucaristía, en ella se lee la Palabra de
Dios; también cuando rezamos y en las catequesis.