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TEMA

2. AL -ANDALUS

1. INTRODUCCIÓN.

Al-Ándalus es el nombre que los musulmanes dieron a los territorios de la Península Ibérica
que ellos mismos dominaron políticamente entre 711 y 1492. Primero de forma hegemónica
(hasta inicios del s. XIII), y después, forma secundaria, en los últimos 250 años (reino nazarí de
Granada), hasta que fueron expulsados tras la conquista de Granada por los Reyes Católicos en
1492. Es esencial destacar la trascendencia de la civilización islámica en la Península: no se
trata de una mera conquista militar, sino que la civilización islámica, como en su día la
romanización, va a influir en todos los ámbitos de la vida de la Península, así se adopta en la
población la lengua, costumbres y sistemas económicos de los invasores. La influencia fue
mayor debido a la debilidad del Estado Visigodo, en plena decadencia política, cultural y
económica, frente a la civilización musulmana mucho más evolucionada, y en plena expansión
desde Arabia. La conquista convertirá a la Península en zona de contacto de las dos grandes
civilizaciones del momento: la islámica y la cristiana.

La conquista de la Península. En el año 711, un pequeño ejército expedicionario musulmán
dirigido por Tarik, lugarteniente del gobernador musulmán del norte de África, Musa, llegó a la
península como aliado de una de las facciones visigodas que luchaban por el control del reino
tras la muerte del rey visigodo Vitiza. En la batalla de Guadalete fue derrotado el último rey
visigodo, Rodrigo. En los dos años siguientes los musulmanes acabaron dominando la
Península, excepto la cornisa cantábrica (Asturias). Esta rápida expansión se debió a:

• la debilidad del reino visigodo minado por continuas guerras civiles, a que la mayoría
de la nobleza y de los altos cargos del Estado visigodo prefirieron pactar con el nuevo
poder y a la indiferencia, cuando no ayuda, del resto de la población hispanorromana.
• El ímpetu expansivo del islam.
• La actitud tolerante de los musulmanes hacia los pueblos conquistados, especialmente
hacia las “gentes del libro” (cristianos y judíos).

Una parte importante de las conquistas se debió a las capitulaciones o rendiciones pactadas.
En éstas los musulmanes concedían amplios privilegios a los vencidos, pues éstos conservaban
sus tierras y podían seguir practicando su religión a cambio de pagar un impuesto (ejemplo:
capitulación de Teodomiro o Tudmir en Murcia).

2.- DESARROLLO.

EVOLUCIÓN POLÍTICA DE AL ÁNDALUS

1.- EMIRATO DEPENDIENTE DE DAMASCO.- (711-756). Era una provincia más del gran imperio
Omeya y el califa de Damasco nombraba a los gobernadores (emires o valis). Los
conquistadores musulmanes no eran un grupo homogéneo y todos los que participaron en la
conquista se establecieron en distintas zonas: árabes en el Guadalquivir, sirios en Granada,
egipcios en el Levante y los bereberes, los más numerosos, en el norte y centro de la
península. Los enfrentamientos entre sus diferentes líderes fueron continuos.

Durante este período continuaron sus ataques por el sur de la Galia donde fueron frenados por
los francos, liderados por Carlos Martel, en la batalla de Poitiers (732). También durante este
período se produce la aparición de los primeros núcleos de resistencia en el norte peninsular:
cornisa cantábrica (en el 718 ó 722 se produce la mítica batalla de Covadonga) y en la zona
pirenaica.

2.- EMIRATO INDEPENDIENTE.- (756-912). Al-Andalus se independiza políticamente del Califa
de Bagdad, pero seguirán manteniendo una dependencia religiosa. Estaba gobernada por una
nueva dinastía de Emires Omeyas: capital Córdoba. El primero de ellos fue Abd al-Rahmán I
quien consolida del Estado: al ser un estado independiente es necesario centralizarlo, con la
creación de un sistema de Hacienda, una administración fiel (formada por aristócratas árabes
que serán los cadíes, visires) y un ejército mercenario (de bereberes, eslavos).

Se danrevueltas independentistas de dos tipos, en las Marcas fronterizas del Duero (Zaragoza,
Toledo, Mérida), que se quieren independizar de Córdoba (por el poder autocrático del emir);
y de la población cristiana, por intransigencia religiosa (mozárabes, San Álvaro de Córdoba) y
por presión fiscal (muladíes).

En el exterior, el emirato mantuvo las fronteras anteriores con los reinos cristianos del norte
pero les sometió a expediciones militares de castigo para aminorar su poder y conseguir botín
(aceifas o razias).

3.- CALIFATO DE CÓRDOBA.- (929-1031).- En el año 912 accedió al emirato Abd-Al-Rahman III,
quien, además se autoproclamó Califa (jefe religioso) en 929, rompiendo sus lazos de
dependencia religiosa con Bagdad. Bajo su mandato se produce el momento de mayor
esplendor económico, cultural y político de Al Andalus que se cimienta:

• Su supremacía religiosa como califa.
• El pago de un potente ejército mercenario formado especialmente por bereberes y
eslavos (de origen esclavo) que va a someter a independentistas y frena el avance
cristiano (León)
• El papel del hachib(primer ministro o jefe de gobierno) y de los visires (secretario o
ministro), así como de la nobleza de palacio, vinculada al califa.
• Centralización fiscal (recursos económicos grandes, provienen de tributos y las parias a
los reinos cristianos, además del control caravanas del Nortede África

Construyó una ciudad-palacio Medina Al-Zahra, desde la que gobernó su enorme imperio.Su
hijo Al-Hakam II (961-976) mantuvo la prosperidad y protegió a la cultura, la ciencia y el arte.

El califa Hissam II (976-1.013), menor de edad, dejó las riendas del Estado a Almanzor, un
hachib. Centralizó todo el poder en su residencia de Medina Al-Zahira y se apoyó en los
sectores religiosos más integristas. Llevó a cabo numerosas campañas (razias) contra los reinos
cristianos del norte y en el norte de África. Tras la muerte del visir-general Almanzor (1002)
comienza la decadencia económica, política y militar y el avance de los núcleos cristianos
norteños (León, Castilla, Navarra, Aragón y Cataluña).Se inició un período de conflictividad que
se caracterizó por una verdadera guerra civil entre tres grupos: los mercenarios bereberes, los
árabes andalusíes y los mercenarios eslavos. En el año 1031 se produjo la desaparición del
califato por el debilitamiento del poder central y, por tanto, la disgregación política de al-
Ándalus en Reinos de Taifas.

4.- REINOS DE TAIFAS E IMPERIOS AFRICANOS



Los Reinos de Taifas (1031-1085). Al-Ándalus queda fragmentado en pequeños reinos
independientes (más de 20), con menor poder económico y militar, lo que va a favorecer el
avance de los reinos cristianos (Reconquista). A lo largo del siglo XI unas taifas se anexionaron
otras, formándose reinos algo mayores. Estas taifas mantuvieron un alto nivel de riqueza
económica y auge cultural, sin embargo estuvieron sometidos al pago de parias (tributos) a los
cristianos a cambio de protección, e incluso a finales del siglo XI cayeron ante ellos (Alfonso VI
conquistó Toledo en 1085 y el Cid Valencia en 1089).

La unificación Almorávide (1086-1144). Tras la conquista de Toledo por parte de Alfonso VI de
Castilla y León, los reinos de Taifas pidieron ayuda a los almorávides, una confederación de
tribus bereberes del norte de África, que profesaban los principios más estrictos del Islam.
Pudieron suspender el avance cristiano y unificar Al-Ándalus, pero su dominación no duró
mucho pues fueron incapaces de recuperar Toledo o Zaragoza, además la aplicación de
impuestos extraordinarios y la intolerancia e intransigencia de los almorávides les hizo muy
impopulares entre los propios musulmanes andalusíes. El imperio Almorávide cayó en 1144
desintegrándose nuevamente Al Andalus en las segundas taifas, entre las que destaca las del
Rey Lobo en Murcia.

La unificación Almohade (1146-1232). Otro imperio norteafricano, los almohades, unificaron
nuevamente Al Andalus hacia 1172 y situaron su capital en Sevilla. Los almohades mantuvieron
esta situación de predominio militar sobre los cristianos hasta fines del siglo XII (batalla de
Alarcos, 1195), sin embargo fueron derrotados por una coalición de los reinos cristianos en la
decisiva batalla de las Navas de Tolosa (1212). Tras esta batalla, el imperio Almohade se fue
descomponiendo y las taifas andalusíes fueron cayendo en manos de los cristianos.De estas
terceras taifas destaca la de IbnHud en Murcia.

El Reino Nazarí de Granada (1246-1492). Uno de esos reyezuelos de taifas, Muhammad I al
Nasrí, señor de Arjona conquistó Granada en 1237, fundando el Reino Nazarí de Granada que
subsistió hasta 1492 gracias a una hábil gestión diplomática, pues se declaró vasallo del reino
de Castilla, la difícil topografía del reino (facilita la defensa y dificulta el ataque) y los
problemas internos de los reinos cristianos (crisis s. XIV).Su máximo esplendor fue durante el
siglo XIV y su principal realización artística fue el Palacio de la Alhambra.

A principios del siglo XV empezó a declinar. En 1492, los Reyes Católicos conquistaron el último
reino musulmán de la Península, pero la presencia musulmana aún perdurará en el tiempo
hasta la expulsión de los moriscos entre 1609 y 1614.

ASPECTOS SOCIALES, ECONÓMICOS Y CULTURALES

La sociedad andalusí era muy heterogénea. Por un lado hay que distinguir los musulmanes:

• La aristocracia árabe: era una minoría pero detentaba la propiedad de las mejores tierras y
los altos cargos del estado.
• Los bereberes originarios del Norte de África, tuvieron que conformarse con las peores
tierras y se dedicaban al pastoreo. Tuvieron muchos conflictos con los árabes.
• Los muladíes, o nuevos musulmanes de origen hispano. Estaba dividida en dos grupos: una
minoría privilegiada formada por familias de los antiguos nobles y los altos eclesiásticos de
época visigoda, y una gran mayoría dominada.

Otro grupo lo constituían los no musulmanes o “Gentes del Libro” (referidos a la Tolerados e
incluso protegidos y tenían sus propias leyes y organismos de gobierno.

• Los judíos tenían mucha consideración social y algunos pertenecían a la élite intelectual o
científica. Se organizaban en sus propias comunidades (juderías).

• Los mozárabes o cristianos eran muy numerosos. Mantenían sus propias leyes, religión e
incluso gobernantes.

También fue muy habitual en la sociedad andalusí la existencia de esclavos. Desempeñaban
distintas funciones para los sectores dirigentes que los compraban. Adquirieron cierta
relevancia como guardia personal de emires y califas.

La economía de al-Ándalus fue relativamente próspera si la comparamos con la pobreza que
caracterizaba a la de los minúsculos reinos cristianos del Norte peninsular, o la de otros reinos
europeos de aquel tiempo. Su base fue la agricultura, en la que se produjeron grandes
progresos gracias al impulso del regadío. Así se explica la difusión de cultivos como los cítricos,
el arroz, el algodón y el azafrán. De su dominio de las técnicas de control del agua de riego han
quedado numerosas palabras en la lengua castellana (acequia, azada, alberca, aljibe...). Las
norias de Alcantarilla y La Ñora son de origen islámico.

Los artesanos del mismo sector formaban agrupaciones de defensa de sus intereses comunes,
similares a los gremios de las ciudades cristianas, con industrias importantes. También el
comercio tanto interior como exterior fue muy intenso, en comparación con la estructura
económica de subsistencia propia de la Europa cristiana de aquel tiempo. El comercio exterior
se dirigía tanto a países islámicos como cristianos

Las ciudades adquirieron gran importancia como centros administrativos y comerciales. Son
enlaces de las rutas comerciales entre Oriente, África y el Norte de Europa; y no sólo centros
económicos, sino también políticos, religiosos y culturales. Presentan una ordenación urbana:
núcleo amurallado donde se encontraba la Medina (con la Mezquita Principal, Aljama;
mercado central, Zoco; el Alcázar, alcazaba) con diferentes puertas y una compleja red de
calles.

Desarrollo Cultural y Artístico. La cultura islámica era más rica y evolucionada que la cristiana,
por lo que fue causa de la conversión masiva visigoda al Islam. Por otro lado, la Península
ejerce como puente entre la cultura árabe y la europea. En este sentido destacar la ciudad de
Córdoba como centro de traducción e irradiación de la cultura clásica y oriental a Europa (lo
que permitiría el Renacimiento de los s. XV y XVI), con figuras como Averroes que tradujo a
Aristóteles.

Las construcciones más importantes de la España islámica son: la Mezquita de Córdoba, la
Ciudad-Palacio de Medina Azahara, La Giralda de Sevilla, la Aljaferia de Zaragoza y la Alhambra
de Granada. En la Región de Murcia destaca el conjunto de Monteagudo y el palacio de las
Claras.

3.- CONCLUSIONES.

La toma de Granada supuso el final de ocho siglos de presencia musulmana en la Península
Ibérica, un periodo que se caracterizó por el desarrollo de una cultura árabe de gran
originalidad, con una marcada influencia oriental de rasgos persas y grecorromanos, junto con
peculiaridades occidentales e indígenas peninsulares. Todo ello ha conformado, un destacado
legado cultural andalusí muy notable en agricultura, urbanismo, filosofía, literatura, arte y
patrimonio, que tuvo una gran repercusión en los reinos cristianos vecinos y en la Europa
occidental cristiana. Todavía, hoy en día, la herencia andalusí forma parte de las señas de
identidad de la cultura española y mediterránea.

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