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INSTITUTO SUPERIOR TÉCNOLOGICO

FRANCISCO DE ORELLANA

ASIGNATURA:

SEGURIDAD INDUSTRIAL Y MEDIO AMBIENTE - 2S-2022

TEMA:

LA FISIOPATOLOGÍA DEL AHOGAMIENTO SECUNDARIO

ESTUDIANTE:

KEVIN GUSTAVO ITURRALDE BAUTISTA


LA FISIOPATOLOGÍA DEL AHOGAMIENTO SECUNDARIO

INTRODUCCIÓN

La fisiopatología del ahogamiento secundario se relaciona con los mecanismos fisiológicos

que desencadenan la insuficiencia respiratoria. Esto sucede cuando una persona inhala agua o

cualquier otro líquido en lugar del aire. Esto provoca una obstrucción de las vías respiratorias,

lo que impide el paso del aire hacia los pulmones. Esto provoca una hipoxia, una disminución

de oxígeno en el cuerpo.

La fisiopatología del ahogamiento secundario también puede incluir una serie de trastornos

metabólicos, como hipoglucemia, acidosis metabólica, hipocalcemia y hipopotasemia. Estos

trastornos pueden contribuir a la disminución de la oxigenación tisular y a la insuficiencia

respiratoria.

Además, el ahogamiento secundario puede provocar un aumento de la presión intracraneal,

que puede afectar el funcionamiento del sistema nervioso central. Esto puede provocar

convulsiones, coma y, en casos extremos, la muerte. Por lo tanto, el tratamiento del

ahogamiento secundario debe centrarse en la prevención de complicaciones respiratorias,

metabólicas y neurológicas.

DESARROLLO

DEFINICIÓN

Se denomina ahogamiento al “proceso de sufrir insuficiencia respiratoria tras un episodio de

sumersión o inmersión en un medio líquido” (Drowning, 2002). Se considera el ahogamiento

“un proceso continuo, comenzando cuando la vía aérea

se encuentra por debajo de un medio líquido, habitualmente agua. Esto induce una cascada de

reflejos y cambios fisiopatológicos que si no se interrumpen pueden llevar a la muerte por

hipoxia tisular”.
El ahogamiento es una forma de asfixia que se produce cuando el flujo de aire se ve obstruido

por un líquido, como el agua, y no hay suficiente oxígeno para respirar. Cuando esto sucede,

el cuerpo intenta compensar la falta de oxígeno con una respuesta de reflejo, que incluye la

contracción de los músculos respiratorios para aumentar la presión en la vía aérea y la

liberación de ciertas hormonas para aumentar el flujo de sangre al corazón. Si esto no es

suficiente para evitar la falta de oxígeno, el cuerpo puede entrar en una fase de paro cardíaco,

lo que puede llevar a la muerte. Si el ahogamiento no es tratado inmediatamente, puede llevar

a la muerte en minutos.

EPIDEMIOLOGÍA

Los ahogamientos son la segunda causa de mortalidad por accidentes en niños y de daño

cerebral en adolescentes. Son más frecuentes en el sexo masculino. Se registran dos picos de

incidencia: en menores de 4-7 años y en la adolescencia. La mayoría se producen en agua

dulce, especialmente en piscinas.

La mayoría de los ahogamientos se producen por no saber nadar, por no utilizar flotadores o

por no estar vigilados. Los principales factores de riesgo son: el tiempo de exposición al

agua, la edad, el nivel de educación, la falta de supervisión, el consumo de alcohol, el uso de

drogas, la falta de barreras de seguridad, el mal tiempo y el mal estado de las aguas. La

prevención es clave para reducir el riesgo de ahogamiento.

MECANISMOS PATOGÉNICOS

Hay autores que diferencian varias clases de ahogamiento/semiahogamiento, en virtud de los

fenómenos fisiopatológicos ocurridos y causa de muerte. Así, ahogamiento con aspiración se

refiere a las personas que fallecen como resultado de alteraciones pulmonares causadas por la

aspiración de fluido mientras están sumergidas; ahogamiento sin aspiración describe a

aquellos que fallecen como resultado de una obstrucción respiratoria y asfixia mientras están
sumergidos; semiahogamiento con aspiración se refiere a individuos que sobreviven, al

menos inicialmente, tras una inmersión y aspiración de fluidos y semiahogamiento sin

aspiración hace referencia a personas que sobreviven, al menos inicialmente, tras una asfixia

por inmersión.

El ahogamiento puede ser secundario a sucesos como:

1. Hipoxia: La hipoxia es la falta de oxígeno disponible en los tejidos del cuerpo. Esto se

produce cuando los tejidos no reciben la cantidad necesaria de oxígeno para funcionar

correctamente. Esto puede ocurrir cuando el oxígeno disponible en el aire es insuficiente para

satisfacer las demandas del cuerpo.

2. Acidosis: La acidosis es una condición en la que el pH de la sangre se descompensa y el

nivel de ácido láctico aumenta. Esto ocurre cuando el cuerpo no recibe suficiente oxígeno

para metabolizar los ácidos lácticos.

3. Lesiones: Las lesiones son una consecuencia común del ahogamiento secundario. Esto se

debe a que el ahogamiento secundario generalmente causa convulsiones, lo que puede llevar

a lesiones en los huesos, articulaciones y músculos.

4. Traumatismo cerebral: El traumatismo cerebral ocurre cuando el flujo sanguíneo se

interrumpe repentinamente en el cerebro. Esto puede ocurrir cuando hay una disminución

súbita de oxígeno en el cuerpo. Esto puede causar daños irreversibles en el cerebro.

5. Insuficiencia cardíaca: La insuficiencia cardíaca es una condición en la que el corazón no

puede bombear suficiente sangre para satisfacer las demandas del cuerpo. Esto puede ocurrir

como resultado de una hipoxia grave.


MECANISMOS FISIOPATOLÓGICOS

Las alteraciones más importantes observadas son las derivadas de los trastornos pulmonares y

equilibrio ácido-base, de las alteraciones del volumen sanguíneo y electrolitos, de la

hemoglobina y hematocrito, de trastornos cardiovasculares y renales y, finalmente, de las

alteraciones neurológicas.

1. Alteraciones pulmonares y equilibrio ácido-base

Las alteraciones pulmonares pueden afectar el equilibrio ácido-base del cuerpo. Cuando una

persona sufre una enfermedad pulmonar, tiende a desarrollar una serie de síntomas asociados

con el equilibrio ácido-base, como la hipoxia, la acidosis respiratoria y la alcalosis

respiratoria. Estas condiciones alteran los niveles de pH en la sangre, lo que afecta el estado

de salud general.

La hipoxia es una disminución en el nivel de oxígeno en la sangre, lo que puede ser causado

por enfermedades pulmonares como la EPOC. Esta condición puede causar una disminución

en el pH de la sangre, lo que resulta en una condición llamada acidosis. Esto puede provocar

somnolencia, fatiga, mareos, dificultad para respirar y otros síntomas.

La acidosis respiratoria se produce cuando los niveles de dióxido de carbono en la sangre son

demasiado altos. Esto se debe a una reducción en la capacidad de los pulmones para eliminar

el dióxido de carbono del cuerpo. Esta condición puede provocar mareos, dolor de cabeza,

confusión y otros síntomas.

En resumen, las alteraciones pulmonares pueden afectar el equilibrio ácido-base del cuerpo.

Esto se debe a la alteración de los niveles de oxígeno y dióxido de carbono en la sangre. Estas

condiciones pueden provocar síntomas como somnolencia, fatiga, mareos, dolor de cabeza y

confusión. Si se sospecha que una persona sufre de una enfermedad pulmonar, es importante

que se acuda al médico para que se le realice una evaluación adecuada.


2. Alteraciones en el volumen sanguíneo y electrolitos

Las alteraciones en el volumen sanguíneo y los electrolitos son una serie de cambios en la

cantidad y composición química de los líquidos corporales. Estos cambios pueden alterar el

equilibrio de los sistemas metabólicos del cuerpo y afectar la función de muchos órganos.

Los trastornos en el volumen sanguíneo y los electrolitos se pueden clasificar en hipovolemia

(disminución del volumen sanguíneo), hipervolemia (aumento del volumen sanguíneo),

hiponatremia (disminución del nivel de sodio como electrolito), hipernatremia (aumento del

nivel de sodio) y otros trastornos de electrolitos.

Estos trastornos pueden ser causados por enfermedades, medicamentos, diferentes tipos de

lesiones, deshidratación o cirugía. Los síntomas de los trastornos en el volumen sanguíneo y

los electrolitos pueden variar dependiendo del tipo de trastorno y su severidad. Algunos de

los síntomas comunes pueden incluir fatiga, debilidad, mareos, dificultad para respirar,

palpitaciones, confusión y desmayos. Los trastornos en el volumen sanguíneo y los

electrolitos generalmente se tratan con líquidos intravenosos, diuréticos, antibióticos o otros

tipos de medicamentos. En los casos graves, se puede necesitar una transfusión de sangre.

3. Alteraciones en la hemoglobina y el hematocrito

Las alteraciones en la hemoglobina y el hematocrito pueden ser causadas por anemia,

enfermedades crónicas, enfermedades del corazón, ciertos medicamentos, cambios

hormonales, infecciones crónicas, enfermedades inflamatorias y otros factores. La anemia es

la causa más común de cambios en la hemoglobina y el hematocrito. La anemia se produce

cuando hay una disminución en los niveles de glóbulos rojos, lo que lleva a una disminución

en la cantidad de hemoglobina en la sangre. Esto puede causar síntomas como fatiga, palidez,

falta de aliento y mareos.


Otros problemas que pueden afectar los niveles de hemoglobina y hematocrito incluyen

enfermedades crónicas como la insuficiencia renal o hepática, enfermedades del corazón,

ciertos medicamentos, cambios hormonales, infecciones crónicas, enfermedades

inflamatorias, lesión grave y bajo contenido de hierro en la dieta. Algunos medicamentos,

como los esteroides, también pueden afectar los niveles de hemoglobina y hematocrito. Si se

sospecha una alteración en los niveles de hemoglobina y hematocrito, es importante que se

realicen pruebas de laboratorio para confirmar el diagnóstico y buscar la causa subyacente. El

tratamiento depende de la causa y puede incluir suplementos de hierro, medicamentos,

transfusiones de sangre y cambios en la dieta.

4. Alteraciones cardiovasculares y renales

Las alteraciones cardiovasculares y renales son una forma de enfermedad que puede afectar

al corazón, los vasos sanguíneos, los riñones y otras partes del sistema cardiovascular y

urinario. Estas enfermedades son causadas por una variedad de factores, incluyendo la edad,

los factores genéticos, la dieta y el estilo de vida, así como algunos trastornos inflamatorios

crónicos.

Las alteraciones cardiovasculares pueden incluir la aterosclerosis, la hipertensión arterial y la

enfermedad de las arterias coronarias. Las alteraciones renales pueden incluir la insuficiencia

renal crónica, la nefropatía diabética y el síndrome nefrótico.

Los síntomas comunes de estas enfermedades pueden incluir fatiga, dolor de cabeza,

dificultad para respirar, dolor en el pecho, palpitaciones, hinchazón en las extremidades,

aumento de la presión arterial, heces oscuras y orina amarillenta. Algunos de estos síntomas

pueden ser muy graves y requerir tratamiento inmediato.

Entre las Alteraciones cardiovasculares tenemos:

1. Hipertensión arterial
2. Arritmias cardíacas

3. Insuficiencia cardíaca

4. Enfermedad arterial coronaria

5. Estenosis aórtica

6. Estenosis pulmonar

7. Fibrilación auricular

8. Valvulopatías

Alteraciones renales:

1. Glomerulonefritis

2. Insuficiencia renal

3. Hipertensión arterial renovascular

4. Enfermedad renal crónica

5. Nefrolitiasis

6. Nefropatía diabética

7. Estenosis ureteral

8. Estenosis renal

5. Alteraciones neurológicas

Las alteraciones neurológicas se refieren a cualquier anormalidad en el sistema nervioso.

Estas pueden incluir trastornos metabólicos, enfermedades neurodegenerativas, lesiones

cerebrales, trastornos del desarrollo, enfermedades infecciosas, trastornos del movimiento,


trastornos del comportamiento, trastornos del aprendizaje, epilepsia y enfermedades del

sistema nervioso autónomo. Los síntomas de las alteraciones neurológicas pueden variar

dependiendo de la causa subyacente y pueden incluir síntomas motores, sensoriales,

cognitivos, emocionales y comportamentales. Los tratamientos para las alteraciones

neurológicas varían según la causa y pueden incluir medicamentos, terapia física, terapia

ocupacional, terapia de lenguaje, terapia psicológica y cirugía.

TRATAMIENTO

La mayoría de las personas ahogadas o bien sobreviven espontáneamente o ya no se puede

hacer nada por ellas cuando se inicia la reanimación. La reanimación cardiopulmonar o RCP

es el primer paso para tratar a alguien que se ahogó. Esta técnica consiste en compresiones en

el pecho y la respiración boca a boca. Si la víctima está consciente y respirando, se le deben

administrar oxígeno y llevar a un hospital para un examen más completo. Si la víctima no

está respirando, se debe realizar RCP inmediatamente hasta que llegue un equipo de

emergencia.

Si la víctima se ahogó en agua salada, se debe lavar la boca y la nariz con agua limpia para

eliminar el cloruro de sodio, que puede irritar. Si la víctima se ahogó en agua dulce, se debe

lavar la boca con agua salada para eliminar cualquier resto de sustancias tóxicas.

Finalmente, una vez que se haya realizado la reanimación, se debe contactar a un médico para

obtener un diagnóstico y tratamiento adecuados. Se recomienda administrar antibióticos para

prevenir infecciones bacterianas y una evaluación neurológica para determinar si hay daño

cerebral. También se pueden recomendar otras medidas de tratamiento, como oxígeno,

líquidos intravenosos, medicamentos para el corazón, etc., según sea necesario.

La resucitación y el tratamiento son, sin embargo, posibles dentro de un marco de variantes

fisiológicas. Si es posible debe realizarse una historia que recoja los datos del momento del
accidente, duración de la inmersión, tipo y temperatura del agua y si ha habido aspiración o

vómitos. No obstante, el tiempo que la víctima ha estado sumergida es un factor de escaso

valor para indicar las posibilidades de recuperación del enfermo Debemos distinguir el

tratamiento inmediato, administrado en el lugar del accidente y el tratamiento dispensado en

el hospital. (J. Fleta Zaragozano, 2016)

Tratamiento inmediato en el lugar del accidente

1. Llamar al 911.

2. Verificar si la víctima respira.

3. Si la víctima no respira, comenzar una reanimación cardiopulmonar (RCP).

4. Si la víctima está consciente, colocarla en posición de seguridad.

5. Si hay vómitos, limpiarlos de la boca con un pañuelo desechable.

6. Todavía consciente, la víctima debe ser trasladada al hospital más cercano.

7. Si la víctima está inconsciente, mantener la vía aérea libre.

8. Si la víctima no emite sonidos, realizar una respiración artificial.

9. Observar los signos vitales de la víctima durante el tratamiento.

10. Si la víctima no responde al tratamiento, llamar al 911 inmediatamente.

Tratamiento hospitalario

El tratamiento hospitalario para el ahogamiento depende de la gravedad de la situación. Si el

paciente ha perdido conciencia, se realizará una intubación para ayudar a restablecer la

respiración. También se le administrará oxígeno, un líquido intravenoso para rehidratarlo y

medicamentos para controlar la presión arterial. Si el paciente no ha perdido la conciencia,

pueden administrarse medicamentos para relajar la respiración y reducir el estrés.


En algunos casos, se realizarán pruebas de diagnóstico para confirmar si el ahogamiento ha

causado daño cerebral, cardíaco o pulmonar. Si se detectan anormalidades, se pueden realizar

tratamientos adicionales, como terapia de respiración mecánica, diálisis o cirugía.

Los pacientes que se ahogan pueden requerir hospitalización durante varios días para recibir

tratamiento y monitoreo. Después de la recuperación, es posible que el médico recomiende

terapia física y/o rehabilitación para mejorar la fuerza y la resistencia. Además, se

recomienda un seguimiento periódico con el médico para asegurar que el paciente se

encuentre bien.

CONCLUSIONES

 La fisiopatología del ahogamiento secundario se refiere a los mecanismos

fisiopatológicos que suceden cuando una persona se ahoga. El ahogamiento

secundario es una condición en la que las vías respiratorias se obstruyen causando

asfixia. Esto puede ser causado por una aspiración de líquido, un cuerpo extraño en la

vía respiratoria, una obstrucción mecánica externa o una obstrucción de la vía

respiratoria causada por una enfermedad como la EPOC.

 La fisiopatología del ahogamiento secundario se relaciona con una serie de cambios

fisiológicos que ocurren en el cuerpo. Cuando el aire no puede pasar a través de las

vías respiratorias, comienza a acumularse en los pulmones. Esto causa un aumento de

la presión en el tórax, lo que resulta en un aumento de la presión arterial y una

disminución en la presión venosa. Esto lleva a una disminución del flujo sanguíneo al

cerebro, que puede causar pérdida de conciencia. Además, el aire acumulado en los

pulmones también puede dañar los alvéolos de los pulmones, lo que afecta la

capacidad del cuerpo para absorber oxígeno.


 El mecanismo fisiopatológico que pueden estar implicados en el ahogamiento

secundario incluyen la hipoxia, la hipocapnia, la acidosis metabólica, la hipotermia, la

hipotensión, el shock cardiogénico y la insuficiencia respiratoria. La hipoxia se refiere

a una falta de oxígeno en el cuerpo, mientras que la hipocapnia se refiere a una

disminución de la concentración de dióxido de carbono en el cuerpo.

 El tratamiento para el ahogamiento secundario incluye la administración de oxígeno,

el soporte respiratorio, la ventilación mecánica, la desobstrucción de las vías

respiratorias y la reposición de líquidos. El tratamiento de rehabilitación también

puede ser necesario para ayudar al paciente a recuperar la función respiratoria.

BIBLIOGRAFÍA

Drowning, W. C. (2002). Congreso Mundial de Ahogamiento. Amsterdam.

J. Fleta Zaragozano, .. M. (2016). Ahogamiento y semiahogamiento: recuerdo fisiopatológico

y tratamiento.

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