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Avance Del D. Tributario 2
Avance Del D. Tributario 2
DEFENSA TRIBUTARIA
Asignatura:
Docente:
Chiclayo, Perú
1. Principio de integración:
Este principio se refiere de la función de los magistrados, la cual es no
dejar de solucionar la disconformidad de nuestros beneficios o la
perplejidad de un problema relacionada con la ley debido a una falla o
vacío en la ley.
2. Principio de igualdad procesal: Se menciona que las partes tanto
demandada como demandante debe ser tratado por igual, ya sean
entidades públicas o entidades administrativas.
3. Principios a favor del procedimiento: Los jueces no podrán denegar
inicialmente las pretensiones cuando exista incertidumbre sobre el
agotamiento de los recursos previos por ausencia de precisión en el
marco legal. Asimismo, si el magistrado tiene alguna otra incertidumbre
legítima sobre el origen de la demanda, debe inclinarse por conocerla.
4. El principio de sustitución de oficio: El sentenciador debe subsanar
las faltas formales de las partes, pero en el caso de que no haya
sustitución de oficio, no afectará a la orden de corregir en un plazo
razonable.
2.- Plazo:
El plazo de 20 días hábiles es para las solicitudes de resolución que
resuelven las solicitudes de devolución, determinación, pérdida del
fraccionamiento general o particular, sentencias sancionadoras y los
actos que tengan relación directa con la determinación de la deuda
tributaria.
El plazo será de 5 días hábiles para resoluciones sancionadoras por de
comiso de bienes, la inmovilización de vehículos por un tiempo y
clausura provisional de instituciones u oficinas de profesionales
independizados.
Para la ficción legal denegatoria de restitución se deberá intervenir a la
culminación del plazo de 45 días hábiles.
Para que dicha apelación sea aceptable debe tener escrito lo siguientes
requisitos:
Acto apelable
Fundamentos de hecho.
Fundamento de derecho.
En pocas palabras, cualquier acción dictada por las autoridades fiscales puede
ser objeto de impugnación administrativa y judicial ya sea a través de la vía
administrativa tales como reclamación y de apelación o por la vía judicial, a
través de los procedimientos judiciales administrativos, entre los que se
encuentran, la resolución del tribunal fiscal para poner término a las
controversias en sede administrativa.
El recurso de reclamación:
Se determina la resolución.
Resolución, solicitud, devolución.
Orden de pago.
Recursos para incautar bienes, cerrar temporalmente las instalaciones o
incautar temporalmente vehículos.
Conducta directamente relacionada con las obligaciones tributarias.
Resolución no controvertida de ficta.
Resolución pérdida de fraccionamiento.
Resolución de multas y otras sanciones.
Impuesto predial.
Arbitrios municipales.
Respecto al artículo 125 del Código tributario los medios probatorios que son
admitidos son los siguientes:
Recurso de Apelación:
ASTRID:
Por tanto, crear una regla según la cual toda cuestión planteada a la
administración pública deba dar lugar inmediatamente a la iniciación de un
procedimiento administrativo impugnado supondría inundar la entidad de
procedimientos judiciales, que evidentemente serían financiados con recursos
públicos.
Tal vez por eso, coincidimos con quienes creen que la opción más
optima es inspeccionar inherentemente las deficiencias que presenta el actual
sistema administrativo, y construir a partir de ahí las normas más adecuadas
que permitan un funcionamiento óptimo del sistema. Sin duda, este es un
sistema que debe ser revisado constantemente, para prevenir que las de su
rama dejen de dirigirse hacia su objetivo en concreto o la que su naturaleza les
otorga.
II. Plazos para observar, analizar y redirigir los actos administrativos
Tener en cuenta que el tener una sólida defensa fiscal puede servir para
una buena base para determinar los tiempos de impugnación de los actos
administrativos, los vicios ineficaces en que incurra la autoridad tributaria y los
contribuyentes que sustentan argumentos en contra de las acciones emitidas
por la autoridad tributaria. La administración tributaria puede estar sujeta a
aspectos formales o sustantivos, y es importante saber que cualquier conducta
o procedimiento puede ser impugnado en sede ejecutiva y judicial a fin de
salvaguardar el derecho al debido proceso en la manifestación de sus
contradicciones.
Sin embargo, también debe quedar claro que las defensas de una
empresa en los fundamentos que pueden responder a los de hecho y derecho.
En cambio de algunos casos en los tribunales, en los casos de litigio
administrativo, la regla siempre sostiene que cualquier recurso administrativo
puede basarse en el principio de hecho y de derecho. En este caso, la empresa
puede obtener efectivamente la revocación o modificación de un acto
administrativo, ya sea porque al apelar nuevos medios de prueba que
demuestren que el infractor no es imputable a ella, o porque, en una
interpretación jurídica, pretende para probar que en una ley determinada un
acto calificado de ilegal no constituye el mismo acto que cometió.
Sí, no hay duda de que ese plazo es corto, pero también es razonable
que una empresa presente una razón para cuestionar los motivos de la
decisión del gobierno. Es importante señalar, sin embargo, que, debido a la
obligatoriedad de este plazo, las consecuencias de no interponer un recurso
administrativo a tiempo pueden hasta provocar que el caso pueda volverse
inapelable, y no procederá recurso o procedimiento en su contra por
consideración de consentimiento.
Queda claro que no hay obstáculo para que las empresas presenten un
recurso administrativo con pruebas. Más bien, prestar prueba es parte de su
derecho a defender y respetar el debido proceso, y da el derecho de que tiene
medios y la capacidad para hacerlo. Aun así, cabe señalar que puedes ejercer
ese derecho no solo cuando interpongas un recurso, sino en cualquier
momento del proceso, sea un hecho nuevo o no.
IV. Conclusiones
Naturaleza jurídica:
Así mismo, según la LPAG, nos dice que el efecto de la regulación del Silencio
Administrativo consiste en habilitar al administrado que pueda interponer
recursos y acciones judiciales pertinentes, sin embargo, esto no implica que la
administración deba dejar de cumplir con el compromiso de resoluciones de
controversias hasta que se declare que ha sido puesto a consideración de un
poder jurisdiccional.
Así mismo, para que el administrado pueda ejercer dicha facultad no necesita
cumplir con requisitos para que recurra al silencio administrativo negativo, ya
que solo basta con que acuda a dicha instancia superior. El silencio
administrativo negativo no vincula a la administración pública cuando se dictan
resoluciones expresas. Ello porque, al no tratarse de un acto real, la
administración no está obligada por las connotaciones negativas del silencio y
sus resoluciones posteriores pueden admitir o denegar la solicitud en todo o en
parte, según corresponda por ley.
Los procedimientos o medios tributarios son parte del derecho tributario ya que
por sus normas procesales tributarias y sus características propias al proceso
tributario niegan que se encuentra dentro del derecho procesal general, al
contrario, es como una rama o subdivisión del derecho tributario. Dicho esto,
según estadísticas en materia tributaria, predomina el silencio negativo como
regla general.
Pero el mismo precepto legal establece una disposición confusa para los
procedimientos relacionados con la determinación de las obligaciones
tributarias, que, a nuestro entender, se refiere únicamente a los procedimientos
no contenciosos, lo que sugiere que es necesario aplicar el silencio negativo
para finalizar esa etapa e iniciar proceso de reclamos. De igual forma, es una
explicación repetitiva ya que en ese momento estaba prevista en el Código
Tributario y se había hecho lo mismo de siempre.
Asimismo, la regla novena del Título Preliminar del Código Fiscal establece que
en lo no previsto en dicho código o en otras disposiciones del derecho, podrán
aplicarse disposiciones que no sean iguales a las reglas tributarias siempre que
no se opongan o contorsionen, aplicando así adicionalmente los Principios del
Derecho Tributario, los Principios del Derecho Administrativo o los Principios
Generales del Derecho. A continuación, especificaremos una parte de los
derechos de los administrados establecidos en el Reglamento Tributario:
1. Deben ser tratados con deferencia y pensados por los particulares con
el auxilio de la Administración Tributaria.
2. Podrán pedir el reembolso de lo abonado en forma indebida o
exorbitante, conforme a los lineamientos vigentes.
5. Propuestas normativas:
Uno de las funciones de la Defensoría es la facultad de proponer
modificaciones administrativas en razón tributaria y aduanera que sean
de su competencia. Dichas recomendaciones serán remitidas por el
Defensor del Contribuyente al Gabinete de Economía y Finanzas para
su valoración. La defensoría se compromete a proponer modificaciones
administrativas para disminuir circunstancias de vulnerabilidad
ocasionadas por huecos o carencias lícitas, pudiendo asimismo
planificarlas en su propio ejercicio de la actividad de su cargo como
suscriptor de los derechos de los administrados, unidades que tendrán
como su objetivo la mejora del Sistema Tributario, en definitiva.
Uno más de las funciones que la defensoría espera para garantizar las
libertades de los administrados es dar asistencia y dirección a la
organización para la información sobre sus derechos y sus
compromisos como administrado o cliente aduanero. A través de la
administración de ayuda y dirección al ciudadano, la defensoría brinda
datos particulares en materia tributaria y aduanera, recabando
información del administrado sobre sus libertades como ciudadano o
ciudadana, orientándolo en su ingreso a vías procesales y
certificaciones diferentes de las accesibles para ejercer y además envía
los datos para una mejor consistencia con sus compromisos de gasto,
disminuyendo así los peligros de causar infracciones o resistencias.
Esta labor afecta sobre todo a sectores de la población que no se
acercan a exhortaciones lícitas específicas, por cuanto sus
circunstancias económicas o sociales no les permiten costear
administraciones privadas de aviso, lo que podría entorpecer el
ejercicio legítimo de sus libertades, poniéndolas en una circunstancia
desprotegida.
A pesar de que los contribuyentes están obligados a respaldar sus labores con
la mejor documentación acreditativa, conviene incidir en la forma en que el
ciudadano no consigue sustentar sus actividades, o que en el caso de que
realmente los tenga, no están autorizados, no disminuye la validez de las
actividades realizadas, suponiendo que exista otra documentación que
sustente las adquisiciones realizadas, por ejemplo, proformas, cotizaciones,
constancias de administración, mensajes, libros de actas, recibos de abonos,
informes, entre otros, que permitan distinguir que las actividades cometidas en
el aseguramiento del cargo, son sólidas o por lo menos, pueden confrontar
discusiones que han sido cumplidas verbalmente, las cuales pueden
sustentarse con otra documentación de respaldo.
OTILA:
ANYI:
1
En este caso, el juzgado resolvió, sin fundamento aparente, que para deducir gastos en
el proceso de regularización, el contribuyente debe demostrar que tenía constancia de
pago a la fecha de la regularización.
ponga en entredicho la irresponsabilidad de los gastos de cuentas por
cobrar en el proceso de regulación.
Anual DJ; ii. los que hayan acreditado sus propios consumos
con certificado de pago manifestado con posterioridad a esa fecha.
Como primer caso, es claro decir que no necesitarán tomar ninguna
medida adicional para mantener el deducible de los gastos.
Al respecto, cabe señalar que un crédito fiscal vendría a ser el IGV que a
su vez puede estar contenido en el comprobante de pago o documento
autorizado que acredite la adquisición, y por lo tanto se descuenta del
IGV de las ventas, en donde la cuenta se basa en una estructura del
impuesto. Es decir, un impuesto de tramos múltiples donde no se
acumula y que se estructura en una base financiera y tiene un impacto
en el consumidor final.
Estimando los recurrentes, mientras que las objeciones a una deducción del
impuesto general sobre las ventas por provisiones de alimentos básicos
evidenciaron mano de obra, porque si bien los gastos de alimentación
se reconocen como una deducción de gastos para efectos del impuesto
sobre la renta, el consumo no determina su destino como un crédito
fiscal, mientras el monto total desembolsado por esta compra de estos
alimentos, incluido el impuesto general sobre las ventas, donde grava
dicha adquisición, y a su vez forma parte de la remuneración mayor del
trabajador y, en menor medida. En este caso, es totalmente deducible
como consumo en la resolución de la renta neta, y a su vez no se utiliza
como saldo o crédito fiscal en favor del exportador.
Ante esto, cabe señalar que en varias revisiones parciales del impuesto general
a las ventas, la SUNAT continuó a omitir la utilización de la deducción fiscal,
debido a que a la fecha de notificación de la solicitud, cuando el contribuyente
estaba obligado a demostrar el registro de las compras, se llegó a comprobar
que el recibo de pago, que utilizó el crédito fiscal, no está debidamente
registrado. Reglas en el historial de compras, un formulario que impide el uso
de créditos así no se haya realizado dicha anotación del recibo de pago no
publicado.