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Memoria implícita y reflejos 

condicionados
La memoria implícita, como hemos visto en una entrada anterior, incluye, entre otros,
el aprendizaje no asociativo y el aprendizaje asociativo. El primero contiene la
habituación y la sensibilización; y, el segundo el condicionamiento clásico y el
condicionamiento operante.
Habituación y sensibilización
La habituación es una forma de aprendizaje que se produce cuando un estímulo
neutro se repite varias veces. La primera ocasión que el estímulo se aplica, la novedad
desencadena una reacción. Con las repeticiones, sin embargo, las respuestas eléctricas
que desencadena se van reduciendo y, eventualmente, el sujeto acaba por ignorar el
estímulo. «Cuando nos habituamos a un estímulo dejamos de prestarle atención»
La sensibilización es en cierto modo la reacción contraria. Cuando un estímulo se repite
acaba produciendo una respuesta cada vez más fuerte. Se asocia con estímulos
agradables o desagradables. «Somos más sensibles al estímulo».
La habituación es un ejemplo de aprendizaje no asociativo: el organismo adquiere una
información con un único estímulo. En cambio, en el aprendizaje asociativo, el
organismo aprende la relación que existe entre dos estímulos. El mejor ejemplo de
este tipo de aprendizaje es el reflejo condicionado.
Reflejo condicionado
Los experimentos de Pavlov consistían en el estudio de la salivación de los perros al
ingerir carne. Pero antes de la ingesta del alimento, hacía sonar una campana. Esta
secuencia campana-alimento-salivación se repetía sucesivamente, de modo que,
llegado un momento, la salivación se producía sólo con el sonido de la campana, sin
que se alimentase al perro. El estímulo incondicional (o incondicionado) es el alimento;
es decir, el producto que normalmente genera una respuesta (la salivación).
El estímulo condicionado es el sonido de la campana. Tras un número determinado de
repeticiones, de asociaciones entre el estímulo condicionado y el estímulo
incondicionado, el estímulo condicionado acaba provocando la respuesta que, en un
principio, sólo desencadenaba el estímulo incondicionado.
El reflejo condicionado es una respuesta refleja a un estímulo que ante no la
desencadenaba o muy escasamente.
Esta descripción se corresponde al denominado condicionante clásico. La salivación no
es la única respuesta surgida de un reflejo condicionado. También es posible una
amplitud de respuestas viscerales: modificaciones de la frecuencia cardiaca, de la
tensión arterial,…

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