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Elaborado por:
C.P. Yadira Arellano
Catedrática del IPN
Los costos como materia de nuestra técnica, al visitar una gran fábrica
moderna en una hora de intenso trabajo, cualquiera que sea su actividad y los
productos que elabore, se advertirá un notable movimiento: camiones
descargando materiales en la entrada de los almacenes; dentro de éstos se
observarán personas contando estos materiales y colocándolos en sus sitios
respectivos, en tanto otras los toman y trasladan a diversos lugares de la planta,
utilizando tractores con implementos móviles y elevadores. En los centros de
producción, el movimiento es extraordinariamente intenso: gran número de
trabajadores operan individual o colectivamente en complicadas máquinas
modernas, con el auxilio de bandas sin fin, grúas y equipos diferentes, otros
supervisan el trabajo ejecutado, los demás dan toques finales a la producción; las
máquinas mismas funcionan consumiendo energía, combustibles, lubricantes.
Llegamos así al meollo, a la materia misma del trabajo de nuestro técnico: los
costos. Si todo cuanto ocurre en la organización industrial implica costos
-desembolsos pretéritos, presentes o futuros-, si esta actividad no puede
desarrollarse sin incurrir en dichos costos, será a través de éstos, de su registro,
análisis, interpretación y proyección sistemática, como pueda nuestro técnico
captar, en detalle y en conjunto, cuanto ocurre en el seno de esa organización.
Desde este plano general entenderemos por costos “el conjunto de pagos,
obligaciones contraídas, consumos, depreciaciones, amortizaciones y aplicaciones
atribuibles a un período determinado, relacionadas con las funciones de
producción, distribución, administración y financiamiento”.
Conviene insistir un poco sobre esta clasificación y sobre estos conceptos un tanto
limitativos. En realidad, la diferencia fundamental entre unos y otros estriba en la
distinta función a que se refieren y en el diferente tratamiento contable a que se
les sujeta; los costos de producción -costos, en sentido limitado- se incorporan
al valor de los artículos manufacturados por la empresa, en tanto que los costos
de distribución, administración y financiamiento -gastos, en sentido restrictivo- no
se adicionan al valor de estos productos, sino que se cargan directamente a
cuentas de resultados. Los costos de producción se cargan al resultado cuando
y a medida que los productos elaborados se venden, afectándose la cuenta costo
de ventas, del mismo modo que se hace en una empresa comercial con el costo
de los artículos vendidos. De esta forma, la diferencia final entre costos y gastos
es sólo una cuestión cronológica y de grado: los costos de producción se aplican
a los ingresos, mediata y financiamiento se aplican a los ingresos, inmediata e
íntegramente. Pero en el fondo, tanto unos como otros son costos, sólo que
referidos a distintas funciones y tratados contablemente de manera diferente.