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LECTURA 2 “El COSTO Y SUS ELEMENTOS”

Elaborado por:
C.P. Yadira Arellano
Catedrática del IPN

Los costos como materia de nuestra técnica, al visitar una gran fábrica
moderna en una hora de intenso trabajo, cualquiera que sea su actividad y los
productos que elabore, se advertirá un notable movimiento: camiones
descargando materiales en la entrada de los almacenes; dentro de éstos se
observarán personas contando estos materiales y colocándolos en sus sitios
respectivos, en tanto otras los toman y trasladan a diversos lugares de la planta,
utilizando tractores con implementos móviles y elevadores. En los centros de
producción, el movimiento es extraordinariamente intenso: gran número de
trabajadores operan individual o colectivamente en complicadas máquinas
modernas, con el auxilio de bandas sin fin, grúas y equipos diferentes, otros
supervisan el trabajo ejecutado, los demás dan toques finales a la producción; las
máquinas mismas funcionan consumiendo energía, combustibles, lubricantes.

Siguiendo adelante en el recorrido se observa una actividad igualmente intensa en


los talleres mecánicos y eléctricos, donde ciertas piezas de la maquinaria son
revisadas y ajustadas en grandes tornos y en otras máquinas más o menos
complejas; en un lugar separado se encuentran los transformadores y reguladores
de energía eléctrica, atendidos por expertos. La visita puede continuar al almacén
de locación de productos en anaqueles, de surtido, empaque y despacho de
pedidos que son llevados al exterior por camiones y camionetas de la propia
empresa o por camiones de líneas de trasportes que llegan diariamente, en horas
especiales, a recoger cargas voluminosas. En las oficinas de la planta trabajan
ingenieros, proyectistas, laboratoristas, funcionarios y empleados administrativos
de diversos rangos.

Pero el recorrido no termina aquí, en sitios próximos a las instalaciones fabriles o


aún en oficinas apartadas a éstas, se observa también el mismo ritmo de intensa
actividad: en el departamento de ventas los empleados atienden pedidos, escritos
o telefónicos; en el departamento de crédito y cobranzas, los pedidos se revisan
para su aprobación y se escriben cartas o se llenan formas de cobranza directa o
por conducto bancarios; en otros lugares operan los departamentos de
contabilidad general y de costos; el de personal, la dirección de la empresa
misma, etc. Diseminados en todo el territorio en que la empresa distribuye sus
productos, actúan los vendedores, los propagandistas, los supervisores, los
gerentes de venta distritales o territoriales.




Todo es actividad dentro de una organización industrial, actividad muy variada en


la que concurren directores, técnicos y especialistas en diversos campos:
empleados, trabajadores más o menos especializados, vendedores, mozos, etc.,
auxiliados por maquinarias y equipo de diferentes características, instalaciones
funcionales, mobiliario y equipo de oficina, sujetos todos ellos a normas y secuelas
de trabajo, a trámites de diversa índole, de acuerdo con sus respectivas funciones.

La observación de este movimiento, de esta intensa actividad, puede hacerse


desde diversos ángulos: el sociólogo la interpretará desde el punto de vista de su
contribución al desarrollo de la comunidad; el economista la juzgará bajo la
perspectiva de su importancia en la satisfacción de determinadas necesidades de
su contribución al ingreso nacional, del empleo del trabajo humano; el ingeniero
industrial tendrá especial interés en el avance que representen los procesos
productivos, la mecanización y automoción del trabajo, el nivel de desarrollo de la
organización industrial; el hombre de empresa la contemplará desde el punto de
vista de las nuevas oportunidades de inversión que signifique y tratará de evaluar
su productividad, en relación con las de otros tipos de industria; el financiero
observará nuevas posibilidades de ampliación de operaciones, tratando de
canalizar hacia la institución que representa la mayor parte posible del caudal de
recurso que mueven este mecanismo. Así podríamos seguir señalando los
distintos ángulos bajo los cuales diversos tipos de profesionales y de hombres de
empresa enfocarían e interpretarían la actividad mencionada.

Nos interesa considerar ahora la perspectiva bajo la cual el técnico en costos


industriales aprendería el movimiento, observado durante su visita los
departamentos y las secciones que integran una gran empresa fabril moderna.
¿Qué significado tiene para él esta actividad? ¿Cómo puede penetrar en ella y
convertirse en una pieza valiosa de su vasto engranaje?

Al contestarse la primera pregunta, debe pensar en lo que todo este movimiento


representa para él: cuánto ha observado respecto al almacenista estibando
materiales, al operario experto situado junto a su máquina, a la máquina misma en
su operación más o menos automática, al mozo limpiando los talleres o pasillos, al
director fabril cambiando impresiones con su gerente de planeación, al propio
contador de costos formulando sus reportes, etc. Trascendiendo en él dos
aspectos primordiales: a) un conjunto de erogaciones y desembolsos constantes
-llamados costos-, que se están ganando de inmediato, que se han pagado en el
pasado en beneficio de la operación presente o que están acumulándose para ser
pagados en el futuro; y b) la contribución de todo este esfuerzo de hombres,
máquinas e instalaciones a la producción y distribución de los artículos que
maneja la empresa y que constituyen los medios para que ésta pueda desarrollar
sus finalidad esencial: la obtención de utilidades.




La respuesta que debe darse en relación con su segunda pregunta es de otra


naturaleza, pero gira también en torno a los mismos elementos básicos: costos,
producción y distribución. Para penetrar en este mecanismo tendrá que pensar en
cómo aprisionar esta actividad a través de procedimientos, registros e informes
que le permitan estructurar, analítica y ordenadamente, las cifras representativas
de los costos surgidos en las distintas áreas de trabajo y relacionarlos con las
representativas de los volúmenes de producción y distribución obtenidos en los
diferentes artículos; sólo a través de este aprisionamiento inicial podrá cumplir con
su misión ulterior de producir información periódica, de determinar costos
unitarios, de controlar los diferentes aspectos de la actividad total, de contribuir a
la planeación racional de las utilidades y de suministrar datos valiosos para la
elaboración de los presupuestos a corto y largo plazo.

Llegamos así al meollo, a la materia misma del trabajo de nuestro técnico: los
costos. Si todo cuanto ocurre en la organización industrial implica costos
-desembolsos pretéritos, presentes o futuros-, si esta actividad no puede
desarrollarse sin incurrir en dichos costos, será a través de éstos, de su registro,
análisis, interpretación y proyección sistemática, como pueda nuestro técnico
captar, en detalle y en conjunto, cuanto ocurre en el seno de esa organización.

Así como el ingeniero industrial trabaja en procesos, máquinas y secuencias, del


mismo modo el laboratorista utiliza probetas y reactivos en sus análisis, es en
forma similar a como el gerente de relaciones industriales maneja el elemento
humano y el almacenista opera con materiales o productos, así nuestro técnico
cuenta con una materia prima de trabajo, reflejo de cuanto ocurre en la industria:
los costos.

De esta manera, los costos se convierten en el eje, en el núcleo de nuestro


estudio y puede decirse que constituyen la materia de la contabilidad de costos.
Nos es posible, por consiguiente, penetrar en la técnica de los costos industriales
sin un análisis previo de este material y aún en las etapas avanzadas de nuestro
estudio, si por un momento nos detenemos a analizar qué es lo que estamos
interpretando o planeando a través de las más complejas investigaciones,
podremos apreciar fácilmente que estamos manipulando costos, de una u otra
característica, correspondientes a una u otra área de la actividad industrial, pero
costos en último análisis.

Es necesario considerar detenidamente cuál es el concepto genérico de los


costos, qué diferencia existe ente estos y los pagos materiales efectuados, que se
refieren de manera específica a la función fabril propiamente dicha por constituir
esta etapa inicial de nuestro estudio.




Concepto de “costos”. Clasificación de los costos. Los costos pueden


definirse de diversas maneras, de acuerdo con la perspectiva bajo la cual se les
contemple. Como parte inicial nos proponemos analizar acepciones sumamente
variadas, partiendo del concepto económico de costos. Sin embargo, nuestro
concepto será por ahora más general y estará en consonancia con el material que
la contabilidad de costos sistematiza, registra, proporciona mediante informes,
predetermina, analiza, interpreta y proyecta dentro del curso normal de su trabajo.

Desde este plano general entenderemos por costos “el conjunto de pagos,
obligaciones contraídas, consumos, depreciaciones, amortizaciones y aplicaciones
atribuibles a un período determinado, relacionadas con las funciones de
producción, distribución, administración y financiamiento”.

El concepto anterior merece una consideración detenida y su plena comprensión


facilitará considerablemente el acceso a desarrollos más avanzados. En primer
término, es necesario distinguir los conceptos costo y pago o desembolso de
efectivo. Todo costo implica forzosamente un desembolso de efectivo, sólo que
éste puede diferir, en tiempo y magnitud, de la cifra representativa de aquél, en un
período determinado. Así, por ejemplo, la compra de una maquinaria en el pasado
representó un desembolso en efectivo por el importe total de dicha maquinaria; en
un periodo posterior dado, esta inversión original se transforma en costo a través
del cargo por depreciación a ese período, cargo que solamente implica, en el
período concreto de referencia, una pequeña parte del desembolso inicial. Del
mismo modo, un costo presente puede significar un desembolso futuro, como
cuando al llegar el fin del período, éste no coincide con el día de pago de la
nómina semanal a los trabajadores, pago que deberá efectuarse en el período
próximo a pesar de que el costo se incurrió en el anterior. En otros casos, el costo
y el pago en efectivo pueden ser coincidentes, como cuando se liquida en el
mismo período una reparación de emergencia solicitada al exterior y ejecutada en
dicho período.

En el concepto de costo que se analiza quedan excluidos, automáticamente, los


costos de compra que integran la primera función de una empresa manufacturera.
Esto se observa claramente si se considera que el costo de adquisición de una
materia prima, incluyendo: valor neto de factura del proveedor, fletes, derechos,
seguros y demás, que corresponden a la cantidad total de la materia prima
adquirida y que puede diferir de la utilizada en un período de producción
determinado. Quedan excluídas también las inversiones en activos fijos, en cargos
diferidos y gastos pagados por anticipado, debido a que todas estas inversiones
representan beneficio para varios períodos futuros y los costos solamente
absorberán las proporciones correspondientes a través de la depreciación,
amortización y aplicación de dichas inversiones. Ello no significa que en el




presente trabajo dejemos de considerar una serie de problemas relacionados con


el trámite, registro y control de la compra de los materiales y de las inversiones en
activos fijos, cargos diferidos y gastos pagados por anticipado, lo único que
hacemos es precisar que las inversiones en los activos de referencia no son, en sí
mismas, costos, de acuerdo con el concepto formulado, sino que se convierten en
costos con posterioridad, gradualmente, al utilizarse los materiales, depreciarse
los activos fijos (con excepción de los terrenos), amortizarse los cargos diferidos o
aplicarse los gastos pagados por anticipado.

Podemos reconocer en los costos un origen común: las erogaciones. Sin


embargo, éstas pueden beneficiar al período en que se originan o pueden
beneficiar a uno o varios períodos posteriores a aquel en que se efectuaron. En
estas condiciones, los costos tiene dos fuentes de origen: las erogaciones del
propio periodo, cuando éstas representan bienes o servicios que se utilizan
íntegramente en él; y los consumos, depreciaciones, amortizaciones y
aplicaciones de erogaciones previamente efectuados en activos, en la medida de
que las mismas se van consumiendo, depreciando, amortizando o aplicando.

A su vez, los costos pueden clasificarse en dos grupos fundamentales: los


relacionados con la función manufacturera o fabril (producción); y los referentes a
las funciones de distribución, administración y financiamiento. A los primeros se
les conoce generalmente con el nombre de costos de producción o costos
propiamente dicho, usando el término en un sentido más limitado. A los segundos
se les designa costos de distribución, administración y financiamiento que, en un
aspecto más limitado también, se les denomina gastos.

Conviene insistir un poco sobre esta clasificación y sobre estos conceptos un tanto
limitativos. En realidad, la diferencia fundamental entre unos y otros estriba en la
distinta función a que se refieren y en el diferente tratamiento contable a que se
les sujeta; los costos de producción -costos, en sentido limitado- se incorporan
al valor de los artículos manufacturados por la empresa, en tanto que los costos
de distribución, administración y financiamiento -gastos, en sentido restrictivo- no
se adicionan al valor de estos productos, sino que se cargan directamente a
cuentas de resultados. Los costos de producción se cargan al resultado cuando
y a medida que los productos elaborados se venden, afectándose la cuenta costo
de ventas, del mismo modo que se hace en una empresa comercial con el costo
de los artículos vendidos. De esta forma, la diferencia final entre costos y gastos
es sólo una cuestión cronológica y de grado: los costos de producción se aplican
a los ingresos, mediata y financiamiento se aplican a los ingresos, inmediata e
íntegramente. Pero en el fondo, tanto unos como otros son costos, sólo que
referidos a distintas funciones y tratados contablemente de manera diferente.




Los costos de producción están formados por tres elementos fundamentales: 1)


la materia prima empleada en la producción; 2) la mano de obra o trabajo humano
utilizado en la transformación de aquella; 3) un conjunto de erogaciones,
consumos, depreciaciones, amortizaciones y aplicaciones de activos fijos, cargos
diferidos y gastos pagados por adelantas, de carácter fabril, necesarios para
efectuar dicha trasformación.

Los costos de distribución, administración y financiamiento, a su vez, se clasifican


de acuerdo con el tipo de actividad a que se refieren: 1) costos de distribución, que
comprenden todas las erogaciones, depreciaciones, amortizaciones y aplicaciones
correspondientes al almacenamiento, empaque, despacho y entrega de los
productos terminados, los gastos de promoción, publicidad y propaganda, y los
gastos del departamento de ventas y de su personal; 2) costos de administración,
que abarcan todas las erogaciones, depreciaciones, amortizaciones y aplicaciones
relacionadas con la dirección y manejo de las operaciones generales de la
empresa, incluidas la gerencia, tesorería, contraloría, contabilidad, auditoría,
crédito y cobranzas, caja y oficinas generales; 3) los costos financieros, que
incluyen las erogaciones y aplicaciones de erogaciones previas, relacionadas con
la obtención de recursos ajenos que la empresa necesita para su
desenvolvimiento, por los que debe cubrir determinadas prestaciones, tales como
intereses sobre préstamos, sobre emisión de obligaciones, etc.


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